Metal precioso

Metal precioso

El heavy metal argentino cuenta ya con un recorrido de cuarenta años que lo convierte en un género musical en el que la estridencia de las guitarras eléctricas y un discurso contestatario que incentiva a la rebelión (interior y exterior) asumen un marcado protagonismo y ofrecen un canal de expresión a fuerza de resistencia, evolución y diversificación. Sangre, sudor y lágrimas pero por sobre todo permanencia y renovación son los que mantienen vivo al metal argento.

Según Diego Caballero, ex integrante del GIIHMA (Grupo de Investigación Interdisciplinaria sobre el Heavy Metal), este es un momento de transición para varias bandas que ya tienen entre cinco o diez años de antigüedad porque empiezan a tener una convocatoria importante: “En el AMBA aparecen grupos como Against y Los Antiguos, dos bandas que vienen creciendo en popularidad y están por detrás de las bandas tradicionales, como Malón, Iorio, Tren Loco o Serpentor”.

A su vez, Manuel Bernal, actual integrante del GIIHMA, explica que este es, también, un momento de dispersión en cuanto a lo musical: “Surgen bandas que van desde sonidos mucho más extremos, formas de canto gutural, cuestiones que no estaban en el heavy tradicional, vinculado más al thrash; hasta llegar a sonidos stoner o propuestas que retoman el rock pesado psicodélico de los setenta. En bandas como Poseidótica, Knei, Bandera de Niebla; lo tradicional está perdiendo centralidad. Estas nuevas bandas están oxigenando, trayendo algo nuevo.”

La voz femenina es otra renovación que avanza en todo lo que conforma la cultura metálica en contraposición a “una etapa de invisibilización de la mujer” como comenta Caballero. Las bandas femeninas se abren camino, como es el ejemplo de las chicas de Furias, banda del sur del GBA “que están por sacar su primer disco, haciéndose eco de la lucha feminista en primera persona, tienen un tema que habla sobre el colectivo Ni Una Menos y otro sobre violencia de género. Me parece que ahí hay otro relato que estaba ausente”, señala Caballero.

Sin embargo, aún hay muy pocas mujeres en la escena metalera. Según Natalia Ré, guitarrista de Furias, esto es así “porque en el metal hay una ambigüedad ideológica. Por un lado, hay metaleros que hasta el día de hoy son fachos y eso ya genera cierto ámbito áspero y reacio. Hay una diferenciación clasista. Esto sumado al machismo. También hay una lupa muy grande sobre las mujeres arriba del escenario. Cuando te subís al escenario hay mucho prejuicio acerca de lo que vas a hacer, y más si sos mujer”.

Ré subraya que el mensaje que Furias quiere dar en sus canciones está en contra de las discriminaciones de cualquier índole: “Somos una banda con conciencia de clase y totalmente en contra a cualquier régimen fascista. Queremos ser la voz de las personas oprimidas”.

“Somos una banda que expresa lo que pensamos. Luchas sociales, violencia barrial pero sobre todo nos enfocamos en la memoria, verdad y justicia.», dice Javier Quiroga, de Malicious Culebra.

El metal nacional habla en sus letras de la resistencia, la lucha, de la voz de la clase trabajadora. En este sentido, la banda porteña Against, reactualiza este ideario elaborando una crítica a la postmodernidad, desde lo macro hasta cuestiones vinculadas a lo que fueron los pasados cuatro años de macrismo. En el tema “Alzando mi odio” se manifiestan en contra de la meritocracia. “Es una crítica a la cultura que predica todo el tiempo la paz, el autoconocimiento, la buena respiración mientras la mayoría de la gente está hundida en la mierda –señala Ivan Monastirsky, guitarrista y cantante-. Es una crítica a ese cuento de salvación individual mientras hay nenes que están comiendo de la basura”.

Si bien las temáticas en Against son muy variadas, hay directrices que se mantienen: la globalización como método de dominación imperial de las potencias mundiales y cómo la sangre, el trabajo y los recursos de nuestros países son llevados a las casas matrices de los países centrales. También hablan de la gesta sanmartiniana, los caudillos y los luchadores anarquistas de principios del siglo pasado. De cómo las corporaciones económicas manejan la política. Las letras hablan de conflictos históricos, crítica social y una ética personal.

Apuesta por lo performativo

En cuanto a la puesta en escena, Caballero resalta al grupo Malicious Culebra por su apuesta a lo performativo en los shows: “Por ejemplo, en su tema “Prohibido Olvidar” sobre la última dictadura militar y pensando en el discurso fascista que hay en algunos seguidores del metal y en las nuevas generaciones, está buenísimo que haya bandas como ésta, que telonearon a Malón, Plan 4, Tren Loco y vienen tocando en un montón festivales”.

Javier Quiroga, bajista del grupo, cuenta al respecto: “Somos una banda que expresa lo que pensamos. Luchas sociales, violencia barrial pero sobre todo nos enfocamos en la memoria, verdad y justicia. Nuestras letras se defienden mucho desde lo escénico. Empezamos a incorporar shows con actores y escenografía como para que quede bien clara nuestra postura y nuestra ideología. Apostamos mucho al maquillaje, la actuación, la puesta en escena, los movimientos. Tenemos canciones que hablan sobre los pueblos originarios, los héroes de Malvinas, y los desaparecidos y asesinados en democracia”.

Against cuestiona a la posmodernidad y se involucra también en los asuntos de la política cotidianda: en sus canciones mostró una mirada muy crítica sobre los cuatro años de macrismo.

Todo a pulmón

“Hay cada vez más festivales con productoras nuevas y muchas bandas están pregonando el ‘No pagues para tocar’, que me parece una cuestión muy interesante”, dice Caballero. Un pedido que se viene haciendo clamor y en el que participa todo un colectivo de bandas under, liderados por Malicious Culebra. Al respecto, Ré opina: “Nosotras apoyamos el ‘No pagues para tocar’ de Malicious Culebra. Ese mensaje no hay que olvidarlo nunca porque siguen existiendo lugares así. Creo que si las bandas se unen y se ponen de acuerdo para armar ciclos de fechas y autogestionanse pueden bajar los costos de producción y no tendrían que andar negociando con chantas que no te tiran plata ni para pagarte el remís. La autogestión es a todo pulmón. Hacemos todo nosotras. Tenemos tareas asignadas a cada una. Si bien tenés las redes sociales que suman un montón, el problema es el tiempo que eso te implica. Nosotras invertimos nuestro propio tiempo para hacerlo. Somos 100% autogestivas e independientes”.

Aunque, según Caballero, se está viviendo un momento de estancamiento respecto a la cantidad de público que asiste a los shows under, lo que hace, incluso, que muchas bandas no terminen de despegar, lo cierto, es que asistimos a un momento de dispersión en el que empiezan a surgir nuevas voces, temáticas y estilos en el metal. La presencia de grupos integrados por mujeres, algo inédito en argentina, configura una interesante renovación y por qué no una tensión. Hay lugar para todos y todas y eso es muy bueno.

No importa la distancia

No importa la distancia

Channy Falcón

Chany Falcón es baterista de la banda de rock de Claudia Puyó y toca folclore. Se dedica a la docencia desde hace 20 años: “Mis clases las doy en la zona de El Palomar pero, actualmente, le puedo enseñar a cualquier ser del planeta porque son todas online. Así que se me amplió el panorama: ahora si alguien que vive en México quiere tomar una clase conmigo, lo puede hacer.”

“Lógicamente –cuenta-, no tener el contacto con el alumno es feo pero el trabajo en sí es mayor. Es decir, puedo adelantar el material de la próxima clase, el alumno también trabaja mandándote videos o grabaciones de sus avances, noto que me consultan más. Entonces ya no es solamente la hora de clases sino que compartimos más tiempo. Me siento cómoda dando clases así.”

La forma elegida por Falcón es la videollamada por WhatsApp: “Ahí les mando documentos de libros y ellos pueden imprimirlos o transcribirlos. Entonces, en estos casos, también trabajan la lectoescritura. En las clases presenciales, el material, se lo llevaban en mano.”

En lo que respecta a si ganó o perdió alumnos en la pandemia, señala: “Tuve alumnos que no quisieron incursionar en las clases online y están esperando que se levante la cuarentena para proseguir con sus estudios. Y también, al margen de la modalidad, tengo alumnos con problemas económicos. Así que, también, bajé la cuota mensual en muchos casos.”

Con el saxo se complica

Marina Mosenkis es saxofonista, se dedica a la docencia hace 30 años y da clases en el barrio del Abasto, CABA. A propósito de las clases online, dice: “Siempre fui bastante enemiga de ellas porque el saxo es muy difícil y, realmente, necesita de la presencia porque uno detecta cosas presencialmente que en la virtualidad se pierden, al menos con la calidad de dispositivos que tenemos nosotros y con la calidad de Internet que manejamos.”

La cuarentena hizo que se quede con la mitad de sus alumnos. Solo está sosteniendo a los que ya venían trabajando. Por otra parte, no está pudiendo dar clases a principiantes porque no encuentra la forma: “Sé que hay gente que lo hace, pero al nivel de detalle que yo trabajo, me es imposible. En las clases iniciales se trabaja mucho el tema de la postura de la boca, la respiración, el armado del instrumento y todo esto se pierde a la distancia.”

Piano por zoom

Paola Pavan es profesora de piano y flauta traversa y música sesionista. Hace 15 años que da clases. Su formación es clásica pero también incursionó en otros estilos. Hasta antes de la pandemia daba clases en un instituto de Don Torcuato, en el partido de Tigre. En la actualidad da clases vía zoom o por whatsApp. Con respecto a las ventajas y desventajas, advierte: “Los adultos tal vez no tienen tanto problema para adaptarse a este cambio pero a los niños les cuesta. Porque, por ejemplo, en lo que es la videollamada hay un pequeño delay que impide tocar a dúo entonces eso incide en el momento de la clase con el alumno. En la enseñanza cara a cara hay cuestiones que se dan más rápidamente. En la modalidad virtual no está esa fluidez realmente. Todo se demora más.”

Paola Paván

¿El online llegó para quedarse?

Para Juan del Barrio, tecladista y ex integrante de Spinetta Jade, Suéter, Los Abuelos de la Nada y docente, la experiencia online es positiva y seguirá siendo utilizada en el futuro: “Yo ya me adapté y funciona. Sigo igual en cantidad de alumnos. A futuro me imagino algo mixto entre lo virtual y lo presencial.”

Juan del Barrio

El guitarrista y docente Diego Mizrahi coincide con Del Barrio: “Este cambio de paradigma llegó para quedarse, esto recién empieza. Estas cosas hacen que se fortalezcan otros vínculos. Hay muchas maneras, esto potencia otras cosas y hace que uno se reinvente todo el tiempo”

Channy Falcón coincide en lo positivo de este nuevo paradigma de enseñanza: “En mi caso, voy a seguir dando clases así a futuro. Porque al margen de que más más adelante se puedan dar de forma presencial, es una buena alternativa para cuando diluvia y el alumno no puede llegar. Así que, para mí, es una modalidad que suma.”

Distinta es la opinión de la saxofonista Marina Mosenkis:Las clases online no reemplazan para nada a las presenciales. Tal vez sea una cuestión generacional. Pero, por otra parte, son muy agotadoras: se corta la señal de Internet o no se escucha bien. Es una tarea muy laboriosa…”

Aunque para varios docentes nada pueda compararse con el cara a cara, afrontan el desafío de elaborar nuevos métodos y estrategias. Otros, en cambio, entienden que esta experiencia le dejará un gran bagaje para el futuro. Lo seguro es que este cambio de paradigma recién empieza en lo que se refiere a la enseñanza musical.

 

SADAIC quiere cobrar un arancel al streaming y generó polémica

SADAIC quiere cobrar un arancel al streaming y generó polémica

Esteban Agatiello, presidente de la Federación Argentina de Músicos Independientes.

La Sociedad Argentina de Autores y Compositores de Música (SADAIC) emitió un comunicado en el mes pasado en cual expresaba que se comenzaría a cobrar un arancel del 12% de lo recaudado en transmisiones de streaming (que no fueran contenidos disponibles para descarga), más cargos adicionales, de entre 250 y 400 pesos, si empresas o instituciones patrocinantes estuvieran involucradas y se utilizara otros medios de emisión además de internet. La noticia tomó por sorpresa al mundo musical argentino y las quejas no tardaron en surgir, ya que el anuncio era poco claro y las cifras mencionadas resultaban preocupantes, tanto para artistas independientes como para quienes recién comienzan en la industria.

“Son muy pocos lxs artistxs que tienen mucha ganancia -expresó la baterista Andrea Álvarez en su cuenta de Twitter-. Hay que tener canciones en alta rotación para recaudar bastante dinero y la mayoría no la tenemos”. Si bien días después el organismo emitió un nuevo comunicado aclarando que solo se le aplicaría el arancel a las empresas que organicen conciertos que cobren una entrada o reciban sponsoreo y que “no se trata de impedir, obstaculizar ni perjudicar la actividad musical de la que somos parte, sino de dar una solución armoniosa de los diversos intereses en juego”, el debate quedó instalado.

El constante avance tecnológico y las posibilidades que crea para los artistas, tanto los establecidos como los emergentes, además de la particular situación que la sociedad está experimentado a causa de la pandemia y la cuarentena hacen que el alcance legal de SADAIC pueda quedar desactualizado o que se formen zonas grises. El músico salteño Guillermo Alavila, cuyo proyecto solista lleva el nombre de Le Cúspide, le comenta a ANCCOM: Esta situación deja en total evidencia que había una parte de la música, de los derechos de autor, que estaba muy desatendida y esta podría ser una oportunidad para que mejoren la manera en que los manejan y que nos beneficien a todes”. Sobre la sorpresiva decisión del organismo, Alavila opinó: “Es algo que no puede decidirse tan de golpe porque es ridículo. Creo que hay que sentarse a hablar entre SADAIC, managers, productores (grandes, medianos y chiquitos) y artistas, tanto independientes como comerciales”.

Guillermo Alavila, músico salteño.

Los gremios no reniegan en la existencia de SADAIC y defienden su labor como organismo que defiende los derechos de los autores, ya que constituyen el salario del compositor. Sin embargo, coinciden en que el anuncio estuvo mal comunicado, generando pánico a un momento ya de por sí estresante. Además, deja muchos aspectos sin aclarar. Los músicos insisten en que se abran instancias de discusión para llegar a un acuerdo, especialmente en el porcentaje, a quiénes se les aplicará y de qué manera. Lo que se intenta evitar, principalmente, es que esta decisión del organismo termine siendo contraproducente y perjudique a aquellos que, en un principio, se busca proteger.

En este momento estamos en negociación con SADAIC, expresándole que los montos que ellos están pidiendo para el pago de los derechos de autor a las marcas son no aplicables a lo que pasa en el mundo físico. Nosotros respetamos el derecho, representamos autores, pero no nos quieras cobrar por sobre el sponsoreo porque lo que estás haciendo es desincentivar la inversión de empresas en nuestro sector y esa es una de las pocas posibilidades de ingresos” detalló a ANCCOM Ana Poluyan, vicepresidenta de la Asociación Civil de Managers Musicales Argentinos (ACMMA).

Reclamo de los independientes

Por su parte, la Unión de Músicos Independientes (UMI) también expresó sus reclamos hacia el organismo pero sin éxito. Juan Ignacio Vázquez, presidente de UMI, expresa: Le solicitamos por medio de un comunicado a las entidades de gestión colectiva que hagan un adelanto de 5.000 pesos en el pago de derechos pero no tuvimos ningún tipo de respuesta por parte de SADAIC, ni de AADI (Asociación Argentina de Interpretes), ni  de CAPIF (Cámara Argentina de Productores de Fonogramas y Videogramas). Creemos que sería importante que se dé una respuesta dado que a muchísimas personas esto les ayudaría en el día a día”.  

Juan Ignacio Vazquez, presidente de la Unión de Músicos Independientes (UMI)

En esta época tan particular que estamos atravesando como sociedad, los músicos independientes son uno de los sectores más afectados. “Nuestra fuente de ingreso mas fuerte son los shows en vivo, pero sabiendo que vamos a ser la última actividad que vuelva, por el conglomerado de gente, no vemos un buen futuro cercano”, señala Esteban Agatiello, presidente de la Federación Argentina de Músicos Independientes (FA-MI), y agrega:: “La subsistencia esta complicada. Muchos músicos se han anotado en la IFE (Ingreso Familiar de Emergencia). También hay muchos músicos que se anotaron en las ayudas sociales que da el Instituto Nacional de la Música. Celebramos la existencia de SADAIC pero necesitamos que se manejen con responsabilidad frente la situación que estamos enfrentando”.

El coronavirus también ataca a las cooperativas

El coronavirus también ataca a las cooperativas

La cuarentena preventiva y obligatoria, necesaria para proteger la salud de la población, tiene consecuencias directas difíciles para los trabajadores y la economía del país. Por esta razón, varias fueron las medidas que desde el Ministerio de Desarrollo Social y el Ministerio de Trabajo se llevaron a cabo para asistir a personas con trabajo informal, desocupadas/os y empleados en situación de dependencia. En particular, el primero de los organismos anunció este lunes 10 el lanzamiento del programa Recuperar, consistente en créditos y subsidios para el sector cooperativo. No obstante, mientras se aguarda la instrumentación de esas medidas, los referentes de ese ámbito expresan su preocupación por una realidad que ya desde antes el aislamiento venía con fuertes complicaciones.

Si bien el dato de que las personas asociadas a cooperativas superan las 115 mil, según el censo realizado por el Instituto Nacional de Asociativismo y Economía Social (INAES) en junio del año pasado, poco habla de la relevancia social y material que tiene una cooperativa no solo para sus asociados y sus familias, sino también para el barrio y las entidades con las que se relaciona. Por esto, sus crisis afectan a un número mucho más elevado de individuos.

Ramiro Martínez, presidente de la Confederación Argentina de Trabajadores Cooperativos Asociados (Conarcoop), que nuclea a once federaciones en dieciséis provincias y reúne a 12.500 trabajadores autogestionados, dijo que “entre el ochenta y cinco y el noventa por ciento de las afiliadas a la Confederación está sin actividad económica y el quince por ciento restante que tiene alguna actividad está por debajo de la facturación habitual”.

Además, desde La Base, una fundación que acompaña con financiamiento y asistencia técnica a grupos asociativos de trabajadores autogestionados, agregaron: “Aquellas empresas que están en actividad laboral, la realizan con equipos reducidos, con grandes esfuerzos para generar, entre pocas personas, ingreso para todo el colectivo”. Desde que inició la cuarentena, La Base otorgó veinte préstamos, sumando un total de cuatro millones de pesos prestados como ayuda al sector.

Uno de los rubros más golpeados, dijo Martínez, es el gráfico. Martín Cossarini es maquinista y tesorero de Artes Gráficas Chilavert, una cooperativa de Nueva Pompeya que a mediados del año pasado estuvo en peligro debido a la amenaza de Edesur de cortar sus servicios por una deuda de 900 mil pesos, imposible de pagar, producto de las subas en las tarifas durante el gobierno de Cambiemos. Hoy, el taller sigue en funcionamiento dado que son proveedores de la industria farmacéutica y alimenticia. Sin embargo, sólo asisten aquellos trabajadores que viven cerca del taller y concurren entre dos y tres veces por semana, según la demanda de trabajo. En cuanto a la situación actual, Cossarini dijo a ANCCOM: “A nosotros nos golpea fuerte porque dependemos del día a día, como un montón de gente. Ninguna empresa recuperada tiene espalda como para aguantar una situación así. Es muy miserable lo que pudimos juntar para repartirnos”. La gráfica, además, está alineada con diversos espacios políticos de cooperativas y el tema que resuena en el diálogo entre ellos es la falta de medidas de asistencia dirigidas específicamente al sector.

En Séptimo Varón, las ventas se redujeron un 40 por ciento.

Luego de intercambios con el ministro de Trabajo, Claudio Moroni, el colectivo logró la reactivación del Programa de Trabajo Autogestionado y, con él, la asistencia por medio de la Línea de Emergencia COVID-Línea 1. A través de esta herramienta, los trabajadores de unidades productivas autogestionadas en situaciones críticas recibirán 6.500 pesos de manera mensual durante un máximo de doce meses. Sin embargo, este monto será accesible a partir de junio y el monto continúa siendo menor al de otros tipos de asistencia como el Ingreso Familiar de Emergencia y el Salario Complementario. Otra de las últimas políticas para el sector fue la resolución 144/2020 que autoriza a las cooperativas a utilizar, en el año en curso, todo o parte del Fondo de Educación y Capacitación Cooperativa. Sobre este punto, Ramiro Martínez dijo que “la cifra de este fondo es insignificante”. El problema pareciera ser de carácter representativo, esgrimen desde distintos ámbitos cooperativos: los decretos 332 y 376 poseen medidas de asistencia económica que alcanzan únicamente a trabajadores en relación de dependencia, excluyendo así a los asociados a cooperativas de trabajo. A este paquete hay que sumar el anuncio de la instrumentación del ya mencionado programa Recuperar, aunque queda por ver cómo se aplica y cuánto demora.

Las trabajadoras de la cooperativa textil Nadia Echazú, ubicada en Avellaneda,  no perciben ninguno de los programas de asistencia anunciados hasta el momento. Creada en 2008 por la activista Lohana Berkins, es la primera empresa social gestionada y administrada por mujeres trans y travestis. Su presidenta, Brisa Charlotte Escobar, dijo que desde el inicio de la cuarentena, la cooperativa se encuentra cerrada ya que no hay trabajo. “Las que están más complicadas -dijo- son las que salen a la calle a trabajar de noche. Ellas no tienen un ingreso. Lo único que les queda es recurrir a un comedor comunitario”. Sin embargo, la difícil situación de la cooperativa no se explica únicamente por la cuarentena: “Los cuatro años anteriores fueron terribles”, subrayó Escobar.

El gobierno anterior no tuvo políticas que favorecieran al sector: los tarifazos, un mercado interno retraído, la apertura a las importaciones y la falta de medidas para proteger a las cooperativas devino en años muy difíciles para, si no todas, la mayoría de ellas. En el caso de la cooperativa metalúrgica Cooperar 7 de Mayo, de la ciudad santafecina de Villa Constitución, el contraste fue notorio. “Tuvimos un crecimiento exponencial entre el 2003 y el 2015. Pudimos salir de las deudas que habíamos quedado y llegamos a ser casi 300 trabajadores. Como no dábamos abasto con la demanda de trabajos los hacíamos de a cinco cooperativas juntas. A partir del 2016 empezamos a resistir y a retroceder en condiciones: llegamos con lo justo a fines de 2019, con 170 compañeros en el plantel, pero con trabajo casi para 100”, dijo el presidente de la cooperativa, Cristian Horton, también presidente de FECOOTRA y tesorero de Conarcoop. Desde el 29 de marzo hasta el 24 de abril pasados, la cooperativa estuvo totalmente parada y desde hace pocos días comenzó a tener una escasa actividad.

“Nuestro fuerte es la venta de muzzarella al por mayor y ahí sí se resintió dado que los clientes eran restaurantes», dice Federico Chab de Séptimo Varón.

El rubro que no sufrió un parate total pero sí la baja considerable del consumo fue el de la alimentación. Con los salones de bares y restaurantes cerrados, estas cooperativas perdieron su mayor entrada de ingresos y los mayoristas que les vendían a estos comercios, también. Séptimo Varón es una cooperativa que se especializa en la producción de quesos y lácteos y actualmente posee siete almacenes de venta al público minoristas que permanecen abiertos, cinco en la ciudad de Buenos Aires y dos en el conurbano. Sin embargo, para sus trabajadores el problema es otro. Federico Chab, encargado de administración y logística, dijo: “Nuestro fuerte es la venta de muzzarella al por mayor y ahí sí se resintió dado que los clientes eran restaurantes que hoy están cerrados. El consumo se redujo al 40%”. Don Battaglia es uno de los restaurantes cooperativos que dan cuenta de esta situación. La primera semana permaneció abierto, pero ante la falta de flujo de gente cerró sus puertas. “La venta bajó un 80%. El fuerte nuestro siempre fue el salón. El delivery sumaba un poco, era un servicio más que nada para el barrio, pero ahora es lo único que tenemos y no es suficiente”, dijo Rosendo Saucedo, socio fundador y mozo de la cooperativa, ubicaba en Villa Crespo.

“Los medios tradicionales quieren hacer pagar la crisis a los laburantes, los autogestivos entendemos que no debe ser así», dice Federico Amigo, presidente de Por Más Tiempo.

La baja en el consumo afecta también al rubro mediático. Pilar Ferrari, presidenta de la cooperativa Fábrica de Ideas, que emite Radio Tortuga 92.9 desde la ciudad de Alta Gracia en Córdoba y posee un portal web de noticias, dijo que “un problema importante es la baja de varias publicidades y las dificultades para conseguir pauta municipal o nacional”. En la cooperativa son ocho trabajadores y, si bien durante la cuarentena están trabajando mucho, sus retiros individuales no llegan a 5 mil pesos.

Por otro lado está el caso de Tiempo Argentino, el diario administrado por los trabajadores de la cooperativa Por más Tiempo desde 2016. Para Tiempo, la venta del periódico es la fuente de ingresos más grande. Ante esta situación y alejándose de la lógica de los medios tradicionales (despidos y pagos desdoblados), desde el diario apuestan a la creatividad y a una mayor organización. Su presidente, Federico Amigo dijo que “mientras los medios tradicionales quieren hacer pagar la crisis a los laburantes, los medios autogestivos entendemos que eso no tiene que ser así y seguimos con nuestro compromiso de seguir informando de la mejor manera posible”.

Desde la fundación La Base sostuvieron que “la salida ante esta situación es colectiva y solidaria” y propusieron hacer consumo cooperativo y difundirlo. Por otro lado, con respecto a las medidas necesarias para el sector, Ramiro Martínez dijo que “la solución más fácil es poder igualar el Salario Complementario a la instancia del Programa de Trabajo Autogestionado. La gran mayoría de nuestras cooperativas son PyMES, la razón jurídica nuestra en la cual somos trabajadores asociados organizados nos deja por fuera de cualquier asistencia de las que fueron anunciadas”.

La epidemia detrás de la pandemia

La epidemia detrás de la pandemia

En las últimas dos semanas se duplicaron los casos de dengue.

Los números dicen suficiente: 1833 casos confirmados en lo que va del año, tan sólo en la Ciudad de Buenos Aires. De esa cantidad, 1576 sin antecedentes de viaje. En las últimas dos semanas se duplicaron los casos y la transmisión ya es principalmente autóctona, lo que da motivos para preocuparse. ¿Coronavirus? No, dengue. 

Mientras la agenda mediática se ve saturada por alertas e información minuto a minuto de lo que sucede con el avance de la pandemia en el país, en lo que pareciera ser un segundo plano de la realidad, esta enfermedad de carácter regional se continúa transmitiendo sin que se hable demasiado de ello.

Nora Burroni, bióloga especialista en mosquitos e integrante del Instituto de Ecología, Genética y Evolución de Buenos Aires (IEGEBA), dependiente de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la UBA, considera más riesgoso el dengue que el Covid-19 en las circunstancias actuales: “Una de las razones es que el serotipo que está circulando mayormente es el DEN-4, y la grandes epidemias de 2016 y de 2009 eran con DEN-1 Y DEN-2. La doble infección -es decir, anteriormente con DEN-1 o 2 y en este momento con DEN-4- puede dar más casos de dengue grave, los cuales pueden causar muertes.” Según el Boletín Epidemiológico Semanal (BES) que elabora la Gerencia Operativa de Epidemiología (dependiente del Ministerio de Salud de la Ciudad de Buenos Aires), el 55% de los casos confirmados fueron portadores del DEN-1, mientras que el 42% dio positivo para DEN-4, siendo estos dos serotipos los de circulación actual en CABA.

Otra razón de preocupación para la bióloga, también investigadora del CONICET, es que “este año se observó un aumento importante de la población del mosquito aedes aegypti”. “Estamos cursando la peor epidemia de dengue en las Américas. Eso es preocupante ya que aún hay bastantes días para que siga el dengue propagándose: marzo y abril suelen ser los picos de casos de este tipo de enfermedades.”

Así también lo informa el BES correspondiente a la semana del 27 de marzo. En el documento se deja constancia de estar transitando el período de alto riesgo -que va de marzo a junio-, en el que se advierte “presencia del vector con existencia de casos confirmados de dengue, fiebre chikungunya, fiebre zika o fiebre amarilla (con circulación viral regional confirmada)”. Es decir, con casos autóctonos que no presentan antecedentes de viaje a zonas de contagio.

Flores, Barracas y Villa lugano concentran el 53 por ciento de los casos porteños.

Las comunas más afectadas son la 7 -Flores y Parque Chacabuco-, la 8 -Villa Soldati, Villa Lugano y Villa Riachuelo- y la 4 -La Boca, Barracas, Parque Patricios y Nueva Pompeya. Y sólo tres barrios concentran el 53% de los casos: Flores (21%), Barracas (16%) y Villa Lugano (16%). Esto también demuestra que, si bien el dengue dista de ser una enfermedad que distinga clases sociales, es un dato objetivo que los barrios más carenciados -ubicados en el sur de la ciudad- son los más afectados debido a las condiciones de infraestructura y de provisión de agua que facilita la reproducción del mosquito.

Según Luana De Borba, investigadora del Grupo de Virología Molecular de la Fundación Instituto Leloir, el aumento de casos sospechosos en relación con el mismo período en años anteriores se debe a “la introducción de un nuevo serotipo al país, al cual la población no tiene inmunidad previa.” Esta situación no sólo es riesgosa para la salud personal de los ciudadanos, sino también para la pública: “La presencia del vector en comunidades altamente densas y la circulación del virus hace que el riesgo de salud pública sea muy importante y pueda significar una alta carga a los sistemas de salud pública, pudiendo evitarse con el simple control del vector, un mosquito”, explica la investigadora.

Según el Ministerio de Salud de la Ciudad, actualmente está en marcha un Plan Operativo de Prevención y Control de las Enfermedades Transmitidas por Mosquitos Aedes aegypti (ETMAa), a partir del cual realizan distintas medidas, como capacitaciones, “descacharreos” organizados, principalmente en las comunas más afectadas, y protocolos vigentes y activos en todos los hospitales y centros de salud. Sin embargo, y como sostiene De Borba, “dada la cantidad de casos registrados en 2020 hasta ahora, parecería que las medidas no están siendo lo suficientemente eficaces como para combatir la enfermedad y requieren de una estrategia más acentuada en la concientización de la población en riesgo”.

A nivel nacional, también se llevan a cabo distintos planes de control y monitoreo que se dan a conocer al público a través del Boletín Epidemiológico emitido por el Ministerio de Salud de la Nación. Sin embargo, es posible que haya un nivel de subnotificación de los casos oficiales debido a la escasez de kits de diagnóstico en determinadas regiones del país y a que muchas personas no acuden al médico frente a síntomas leves de la enfermedad. Mientras tanto, el número de casos en el país asciende a 2.942 infectados -con circulación viral en 15 provincias-, y ya son 6 los fallecidos por falla multiorgánica debido a dengue positivo.

En todo el país fallecieron seis personas por fallas multiorgánicas tras ser picados por el mosquito del dengue.

Mosquitos y paradigma químico

Los tiempos que corren de coronavirus y aislamiento social preventivo y obligatorio, tampoco son de gran ayuda. Debido a la cuarentena, los monitoreos con sensores de presencia del mosquito y las acciones de control y divulgación se detuvieron para enfrentar una crisis que parece más acuciante debido a la alta tasa de contagio del Covid-19. Además, las casas no sólo se convierten en el espacio único de las familias, sino que también en sitios ideales de contagio y transmisión por parte de los mosquitos. Esto se debe a que los seres humanos están rodeado de potenciales criaderos para estos insectos: y no son los charcos, lagunas ni ningún tipo de espejo de agua, sino floreros, recipientes y neumáticos, entre otros objetos. Ya que el aedes aegypti es un mosquito doméstico, por lo que cumple todos los requerimientos de reproducción en zonas urbanas y viviendas, específicamente. 

Sin embargo, el aislamiento también es una buena oportunidad para hacer limpieza. “El dengue se detiene controlando la población de mosquitos, lo cual es muy fácil si uno piensa que son tachos y estructuras en las viviendas que pueden acumular agua”, explica Burroni. “Hay que eliminarlos en estados inmaduros y descacharrar y limpiar los recipientes que no se tiran en el invierno, si todos los ciudadanos lo hacen a conciencia, la población de este mosquito baja al año siguiente. Y obviamente hay que mantenerlo bajo.”

No obstante, para Nicolás Schweigmann, doctor en Ciencias Biológicas y jefe de investigación del Grupo de Estudios de Mosquitos (GEM), las acciones y medidas que se toman no son suficientes: “Lo histórico es hablar de dengue y el descacharrado cuando la transmisión es inminente o ya se inició. Lo histórico es responsabilizar al ciudadano cuando el Estado tiene responsabilidad en que no existan criaderos en las cementerios,  escuelas, edificios públicos y hospitales (donde hay criaderos actualmente) y cubiertas de vehículos en las aceras de gomerías, cementerios de chatarra en zonas urbanas, etcétera. Hay que trabajar en prevención durante el invierno.”

Esta insuficiencia de las medidas se debe, según el especialista, a que la sociedad está atrapada en el paradigma químico que entiende la fumigación -con insecticidas y repelentes de capacidad sobreestimada- como única forma de eliminación del mosquito, cuando está comprobado que éste “se instala en nuestras viviendas porque le damos la oportunidad de proliferar en los recipientes que contienen agua. Controlar solo una de las siete etapas del ciclo de vida del mosquito no te protege en forma definitiva”, sostiene Schweigmann: “El mosquito responde favorablemente al paradigma químico, está preparado para morir ya que de 330 huevos, con que sobrevivan sólo dos y sean exitosos, esto permite que la población mantenga sus números.  Hay que actuar sobre los criaderos, pero no se le explica a la población ni se le enseña como luce una larva.” Para el biólogo, faltan educación, calidad de la información -los medios desinforman y subestiman la epidemia- ; y, principalmente, mejores acciones de prevención por parte de las autoridades.