El grito de liberación palestino llegó a Buenos Aires

El grito de liberación palestino llegó a Buenos Aires

Roger Waters sentado en una silla hablandole al público en el Festival "Por un mundo sin muros" organizado por BDS Argentina, en el Teatro Tras bambalinas,

Roger Waters aclaró que no es antisemita pero ese no es motivo para que apoye el “genocidio lento”, como lo definió, que viven los palestinos en Medio Oriente.

El pueblo palestino sufre, desde hace décadas, el apartheid impuesto por el Estado de Israel que desoye tratados y resoluciones internacionales. Miles de familias desalojadas de sus hogares, muros que dividen a la población y la violencia omnipresente de sus fuerzas militares que siguen marcando las reglas de juego.

“Cada cosa que hace Israel está fuera de la ley, la ocupación y los asentamientos de colonias en las tierras conquistadas son ilegales, pero igual lo hacen. Debemos continuar luchando y gritar una y otra vez, ‘por favor, ¿podemos vivir dentro de la ley?’. Exijamos que no nos puedan patear la puerta en el medio de la noche o arrestarnos por la calle porque no les gusta lo que decimos, o cómo nos miramos o nos vestimos”, exclamó Roger Waters en el X Festival “Por un mundo Sin Muros”, organizado por el Comité Argentino de Solidaridad con Palestina y por el capítulo argentino del Movimiento de Boicot, Desinversión y Sanciones (BDS).

Durante la jornada, realizada en el Teatro Bambalinas de San Telmo, y antes de su segundo recital en el país, Waters fue parte de una charla moderada por el Nobel de la Paz Adolfo Pérez Esquivel y la periodista Cynthia García. Allí aclaró, una vez más, que no es antisemita pero ese no es motivo para que apoye el “genocidio lento”, como lo definió, que viven los palestinos en Medio Oriente.

Waters es miembro activo de BDS, organización que impulsa en distintas partes del mundo campañas contra el régimen de exclusión del gobierno de Israel. “Primero nos ignoraron, después se burlaron de nosotros, luego nos combatieron pero finalmente ganaremos”, sostuvo el músico británico en referencia a la persecución y criminalización que sufre BDS.

Lectura de poesía y manifiestos, presentación de la compañía argentina de danzas armenias y del ballet folklórico palestino, el rap de Daniel Devita –uno de los más ovacionados– fueron algunos de los números que dieron color y vida al festival.

“Participo de este tipo de actividades culturales en función de hacer visible la lucha del pueblo palestino y su existencia. Es estar todo el tiempo sembrando conciencia porque considero que es una causa humanitaria, algo que no puede seguir ocurriendo. Es injusto por donde se lo mire. Las convenciones de Ginebra, la Carta de las Naciones Unidas, el Estatuto de Roma o el Acuerdo de Oslo, todo parece palabra muerta porque no se respeta. Debemos, cada uno desde su lugar, ayudar a visibilizarlo”, reflexionó la actriz argentina de ascendencia libanesa Alejandra Craham, quien recitó el poema “Sobre esta tierra”, de Mahmud Darwish, el famoso poeta de la resistencia palestina que redactó el recordado discurso de Yasser Arafat ante la ONU en el que dijo: “Traigo en una mano la rama de olivo y en la otra un fusil, no permitan que deje caer la rama de olivo”.

La charla en el Festival vista detrás del escenario

«Las convenciones de Ginebra, la Carta de las Naciones Unidas, el Estatuto de Roma o el Acuerdo de Oslo, todo parece palabra muerta. Debemos, cada uno desde su lugar, ayudar a visibilizarlo”, reflexionó Alejandra Craham.

Desde la constitución del Estado de Israel en 1948, el pueblo palestino padece la violación de todos sus derechos y el avasallamiento constante de su identidad y de su tierra. “Sufren un aislamiento permanente. Hay familias que viven encerradas en pequeños asentamientos y que para salir a trabajar en sus cosechas en el campo, dependen de la buena voluntad del soldado apostado en un muro que el gobierno israelí construyó ilegal y arbitrariamente allí. Hay más de 600 puestos de control o checkpoints, una forma de hacerles la vida imposible, una forma de expulsión y de limpieza étnica cotidiana. Es muy importante que estas cosas se conozcan. En un encuentro planteaba cómo nos sentiríamos en Argentina si quisiéramos ir de la Ciudad de Buenos Aires a Rosario y para ello tuviéramos que pasar entre 80 y 100 inspecciones distintas. ¿Cómo nos sentiríamos acá? Es impensable. Los palestinos lo sufren a diario”, se lamentó Tilda Rabi, presidenta de la Federación de Entidades Argentino-Palestinas  en diálogo con ANCCOM.

Mientras los palestinos luchan por su autodeterminación, Israel promueve el proyecto de ser un estado judío solamente para los judíos. “Se quedan con las mejores tierras, destruyen las de los palestinos y dominan un recurso elemental como el agua. Su proyecto es la colonización de Cisjordania, lo que ellos llaman ‘Judea y Samaria’”, explicó Rabi.

Todas las personas del público levantan sus celulares para grabar a Roger Waters

Waters fue parte de una charla moderada por el Nobel de la Paz Adolfo Pérez Esquivel y la periodista Cynthia García.

“Luego de la nakba –cuando miles de palestinos fueron expulsados por las tropas sionistas–, creció un sentimiento y un profundo orgullo de lo que es ser palestino.  Porque el palestino tiene la doble carga de tener su cultura, a pesar de todo lo que hace el colonizador para borrar su memoria, y sobrevivir. Es un doble esfuerzo porque existir, para nosotros, es resistir”, afirmó el cónsul de la embajada de Palestina, Khaldum Almassri, presente en el festival.

“La postura actual de la administración  de los Estados Unidos, encabezada por Trump, está totalmente del lado del gobierno de ultraderecha de Benjamín Netanyahu, cuyo objetivo es  liquidar el derecho de los palestinos. Esto no nos va a detener, vamos a seguir luchando, siempre apoyados por los libres del mundo, con mucha solidaridad del pueblo argentino, por una Palestina libre e independiente con Jerusalén oriental como capital”, agregó Almassri que, asimismo, resaltó la importancia de defender y difundir su cultura milenaria, dado que los palestinos son herederos de los cananeos, los fundadores de Jericó, una de las ciudades más antiguas de la Tierra.

Agustín Dib, director del Club de la Cultura Árabe, donde se enseña el idioma y las costumbres palestinas, destacó el especial interés que ha despertado en muchos jóvenes argentinos el mundo árabe. “El pueblo palestino está hace más de 70 años tratando de ser exterminado. Nosotros elegimos el terreno cultural para dar la lucha porque cuanto más sea conocido su legado, tradiciones y costumbres, más difícil va a ser que sea borrado del mapa. Con un pueblo como Jericó con más de diez mil años de historia  ininterrumpida, ¿cómo pueden negar que el pueblo palestino existe? Lo que hacemos nosotros es visibilizar la cultura y los mensajes hermosos del mundo árabe, en particular de Palestina. Esos mensajes los comparten y recitan argentinos que los hacen propios, los pasan por el cuerpo y eso genera una conexión muy grande. Produce acercamiento. Porque cuando no se conoce algo, genera miedo e incertidumbre, y donde hay miedo las semillas del odio germinan”, subrayó Dib.

Valeria Ruiz Shulze, integrante de BDS Argentina, alertó sobre la multiplicación de acuerdos económico-militares de distintos países de Latinoamérica con Israel, a través de la compra de armamentos y tecnología de punta. “Desde BDS buscamos boicotear económicamente a Israel para que deje de usar esos recursos para legitimar un sistema de apartheid. Generar conciencia y empatía en tanto ese armamento que está matando a miles de palestinos es el mismo que se compra y utiliza acá para criminalizarnos a nosotros”, argumentó.

Todas las personas del público levantan sus celulares para grabar a Roger Waters

«El palestino tiene la doble carga de tener su cultura, a pesar de todo lo que hace el colonizador para borrar su memoria, y sobrevivir. Es un doble esfuerzo porque existir, para nosotros, es resistir”, afirmó Khaldum Almassri.

Precisamente, en el festival se presentó el libro El militarismo Israelí en América Latina, editado por BDS y el Comité Argentino de Solidaridad con Palestina, donde se desarrolla un extenso informe sobre la compra de armas y acuerdos militares con Israel por parte de gobiernos de la región, desde los períodos dictatoriales hasta hoy. Actualmente se observa una intensificación de este vínculo con la avanzada de gobiernos neoliberales. “El año pasado, durante la visita a Buenos Aires de Netanyahu -denunciado por crímenes de guerra y delitos de lesa humanidad-, se firmaron cuatro acuerdos que no se anunciaron en la Cancillería argentina pero sí en la de Israel. Uno de ellos anunciaba el incremento del comercio entre ambos países sin especificar en qué rubro. Lo que estamos viendo es que ese incremento es de compra de armas y sistemas de control por parte de Argentina. A esto se suma el convenio entre los servicios secretos de ambos países”, puntualizó Germán Romano, integrante del Comité Argentino de Solidaridad con Palestina y uno de los responsables del informe que se presentó.

“Los ejemplos se replican. Tenés a Mario Montoto, principal proveedor de armas israelíes en Argentina. A  Germán Efromovich, dueño de Avianca, quien le compró la compañía MacAir a Macri, que fabrica drones israelíes en Brasil. O el caso de Fadea, la empresa de aeronáutica del Estado Argentino, que luego de un brutal recorte de 400 trabajadores selló un contrato con una firma israelí de aviones militares”, detalló Romano.

“No hay sólo muros de concreto, de cemento –dijo desde el escenario Adolfo Pérez Esquivel–, hay un muro más difícil de derribar que es el que está en la mente y en el corazón de muchos. Debemos buscar estrategias para llegar a la liberación de los pueblos”.

En primera fila, lo escuchaban la titular de Abuelas de Plaza de Mayo, Estela de Carlotto, la de Madres, Hebe de Bonafini, y referentes de otros organismos de derechos humanos. Carmen “Tota” de Guede, de Madres Línea Fundadora, expresó: “Lo peor que hay es la indiferencia con los pueblos que sufren y esto también sucede aquí, en nuestro país. Nos cuidamos nosotros pero no cuidamos del otro que está sufriendo más aún. Cuando nos duela a todos el dolor del otro, vamos a ser libres, si no vamos a tener siempre sobre nuestra conciencia la indiferencia y el peso de no haber pensado ni haber hecho algo por los demás”.

Ciencia y arte, unidos y adelante

Ciencia y arte, unidos y adelante

Como un aporte creativo para resistir al ajuste que sufren la cultura y la ciencia: así surgió el “Primer Encuentro de la Ciencia y el Arte” (ECA).  El objetivo propuesto por los organizadores es sencillo y a la vez ambicioso: realizarlo todos los años, y dedicarlo a un hito de la historia artística y científica de nuestro país. Para no olvidar, para exigir y por qué no, para celebrar. En su primera edición se decidió homenajear al mítico Teatro Abierto. La actividad tuvo este lunes pasado  y ANCCOM estuvo ahí para contarlo.

Iluminando el camino

Minutos antes de las 18, empezó a poblarse el Pasaje Santos Discépolo del barrio de Balvanera, con una mixtura de actores, cientistas, espectadores y simples curiosos. En ese lugar se encuentra el mítico teatro El Picadero, lugar donde se realizó la apertura del encuentro.  Allí, Peteco Carabajal y su hijo Homero dieron la bienvenida al ritmo de una chacarera. Luego, la ciencia y la magia se combinaron en Matemagia, el espectáculo de Andrés Rieznik, físico y divulgador científico.

Peteco Carabajal abriendo el ciclo en el Pasaje Santos Discépolo.

Desde El Picadero partió la caminata que desembocó en la Avenida Corrientes, encabezada por un grupo teatral compuesto por saltimbanquis, zanqueros y brujas. El recorrido se detuvo en el Obelisco, sitio donde las llamas de fuego iluminaron la noche, mientras se ofrecían espectáculos teatrales, shows musicales y diversos números científicos. Otra parte de los espectáculos callejeros se realizaron en el ingreso al Paseo La Plaza, sobre Avenida Corrientes al 1660.

Entre las personalidades más destacadas que participaron de los espectáculos al aire libre cabe mencionar a Susana Rinaldi, al conjunto de percusión La Chilinga, a grupos de teatro callejero dirigidos por Héctor Alvarellos, el Grupo Las Estatuas que dirige Diego Goethe, y las compañías de Teatro Comunitario de Catalinas Sur y Barracas, comandados por Adhemar Bianchi y Ricardo Talento.

Mientras el Obelisco se “iluminaba” de arte, en el Teatro Multitabarís Comafi (cuesta aún acostumbrarse a teatros históricos con auspiciantes colados en su nombre) se presentaron con entrada libre y gratuita obras correspondientes al ciclo Teatro Abierto 1981 (“Gris de ausencia” de Roberto “Tito” Cossa, dirigida por Agustín Alezzo, y “Decir Sí” de Griselda Gambaro, dirigida por Guillermo Cacace). Además se brindaron espectáculos de danza (a cargo de Leticia Mazur, Valeria Polorena y Ana Echeverría) y ciencia (a cargo de Gerardo Hochman, Nadia Chiaramoni, Cristian Palacios y Paula Brusca).

Susana Rinaldi en el Centro Cultural de la Cooperación.

Teatro Abierto, país cerrado

Sobre el germen del ECA,  Alejandra Darín, presidenta de la Asociación Argentina de Actores, comentó: “Un día se acercaron (a la Asociación) a pedir una reunión Pepe Novoa y Gerardo Mazur, me reuní con ellos y me contaron que tenían ganas de que la ciencia y el arte se unieran en un evento que fuese simbólico para nuestra comunidad, los artistas y los científicos”. La organización, reconoció Darín, llevó su tiempo: “Empezamos en febrero, nos llevó todo este tiempo organizarlo, convocando a las otras entidades. La idea es hacerlo todos los años y que cada edición tenga un leitmotiv, un recordatorio o consigna. Este año será a los creadores de Teatro Abierto”, sostuvo.

Recordemos su historia: durante la última dictadura cívico-militar, en 1981, un grupo de hombres y mujeres crearon este evento emblemático, faro de la resistencia cultural al terrorismo de Estado. El terrorismo de Estado quiso acallarlo poniendo una bomba en el Teatro El Picadero y provocando su incendio, lo que motivó que otras salas teatrales se pusieran a total disposición. El Teatro Tabarís fue elegido para continuar con el ciclo, siendo homenajeado en esta primera edición del ECA.

La ciencia y el arte unidos bajo la consigna «Iluminando el futuro».

“Víctimas de una derecha ignorante y cruel”

Uno de los momentos más emblemáticos de la tarde-noche se vivió cuando el actor Osvaldo Santoro leyó la carta escrita por Roberto “Tito” Cossa para la ocasión. La potente misiva hizo hincapié en la experiencia de Teatro Abierto, y su correlato en el presente: “Teatro Abierto fue el mayor foco de resistencia cultural a la dictadura cívico-militar, no el único pero sí el que tuvo mayor repercusión. Casi 40 años después Teatro Abierto sigue vivo en la memoria de quienes lo vivimos, y por el relato que le llegó a las nuevas generaciones. De su ejemplo nace hoy este encuentro”.

“Juntarnos hoy científicos y artistas tiene un sentido significativo. Ambos colectivos fuimos y volvemos a ser víctimas de una derecha ignorante y cruel. Nuestros científicos fueron aporreados alguna vez y muchos de ellos tuvieron que exiliarse. Los artistas sufrimos los mismos maltratos. Censura, persecución; la derecha vuelve a ganar. Con otros métodos pero iguales intenciones”, agregó tajante Cossa, en la voz de Santoro.

Personalidades destacadas que participaron de los espectáculos al aire libre .

El espacio de la ciencia

Diego Golombek, investigador del CONICET, dialogó con ANCCOM, y,  respecto a la convocatoria, reconoció que “fue una muy grata sorpresa, vino de parte del colectivo de artistas que organizaron el encuentro, a quienes se les ocurrió que la ciencia debía acompañar este gran evento. No es común considerar a la ciencia como hermana del arte, en el sentido de que son miradas complementarias para comprender el mundo, para ejercer la imaginación y la creatividad”.

Golombek destacó además la originalidad de la propuesta, y lo maravilloso que resultó poder imprimirle una impronta científica a la programación. A la hora de hablar de la actualidad de su campo, se puso serio y sostuvo: “Está claro que la ciencia en Argentina no está pasando por un buen momento, tanto en lo presupuestario (porque los fondos se han reducido en estos años, junto con las posibilidades laborales) como en el lugar que ocupa en la cultura y en el Estado en general. Sigue habiendo grupos de excelencia, y universidades con muy buena formación, pero sin duda que su continuidad está en riesgo”.

La actividad contó con las adhesiones de la Carrera de Ciencias de la Comunicación de la Universidad de Buenos Aires (UBA), de la Cátedra de Morfología de la Facultad de Diseño y Urbanismo de la UBA, de la  Federación Nacional de Docentes Universitarios (CONADU) y de las  Universidad Nacional de Avellaneda,  General Sarmiento, Hurlingham, de las Artes Quilmes y San Martín. Por otro lado, entre otras instituciones que también adhirieron a la movida estuvieron la Asociación Argentina de Actores (AAA) y el Centro Cultural de la Cooperación, la Sociedad General de Autores de Argentina (ARGENTORES)  y la Sociedad Argentina de Gestión de Actores Intérpretes (SAGAI). Por unas horas, la ciencia y el arte se abrazaron para resistir mejor en este escenario.

 

 

Clases a cielo abierto

Clases a cielo abierto

Dos meses pasaron de aquel trágico 2 de agosto, cuando la Escuela N°49 de Moreno, ubicada en el barrio San Carlos, explotó por una fuga de gas, dejando dos víctimas fatales: el portero Rubén Rodríguez y la vicedirectora Sandra Calamano. Hoy, sus compañeros de trabajo los recuerdan, sin dejar de construir una escuela sin paredes y sin techo.

Un día “normal” en ese establecimiento es muy distinto a lo que ocurre en las pocas
escuelas que tienen actividad en Moreno y a lo que sucedía antes de la explosión. A las 9 de la mañana comienzan a llegar los maestros, padres y alumnos. En filas comienzan a sacar bancos y sillas sobre sus cabezas y las llevan al predio que está junto a la institución, se acomodan en ronda y se preparan para que las “seños” pasen lista y comience así un nuevo día de clases al aire libre.

“Este terreno, en el cual estamos dando clases hoy, lo alambramos con Sandra gracias a una donación, para que los animales de los vecinos no pasen, porque es bien sabido que acá son moneda corriente los gansos y las gallinas. Antes, usábamos el predio para hacer fiestas como la del Día del Niño. Ahora no nos queda otra que dar clases de esta manera, no podemos detener las actividades por más que no tengamos edificio y eso es algo que no todo el mundo sabe”, cuenta Marcela Corvalán, maestra de sexto grado.
Desde ese predio, se escuchan los ruidos de las máquinas que trabajan puertas adentro
de la escuela. “Sólo la cocina va a llevar gas en la nueva obra. Reconstruyeron el lugar de la explosión, respetando el plano original de la escuela. Todo el mobiliario es nuevo, desde sillas hasta pizarrones. Además se hizo instalación nueva de luz mucho más moderna, tenemos hasta aire acondicionado en las aula”, asegura Marcela, que,
paseando por la vereda de la 49 alcanza a ver el nuevo color de la fachada.

«No podemos detener las actividades por más que no tengamos edificio y eso es algo que no todo el mundo sabe”, cuenta Marcela Corvalán, maestra de sexto grado.

Hasta ahora, 189 escuelas de Moreno siguen sin poder dar clases por distintos
problemas de infraestructura, según informaron desde la seccional local de SUTEBA.
No sólo los compañeros de Rubén y Sandra se preguntan cuándo va a llegar el día de
volver a las aulas con los chicos y cómo va a ser volver a cruzar esa puerta. Ingrid Machado, mamá de una estudiante de quinto grado, cuenta: “Traigo a mi hija todos los miércoles y viernes a las actividades con mucho esfuerzo, si trabajo me tengo que turnar con algún familiar para que ella no pierda las clases. Es duro para los chicos porque extrañan a sus compañeros, los días de lluvia se suspenden las actividades y solo vienen al mediodía al comedor”.

Durante las actividades, los chicos estudian y los padres se amontonan de a grupos con
los termos bajo el brazo, charlan, juntan y reparten a cada familia las donaciones de
alimentos. “Los padres están muy presentes y eso es muy valioso para nosotros, el
abrazo y el aliento que nos dan nos hace saber que vamos por el camino correcto, porque lo que reclamamos no es para los docentes, es para sus hijos”, reflexiona Marcela mientras junta las hojas que los chicos le alcanzan.

A las 9 de la mañana los maestros, padres y alumnos, sacan bancos y sillas y las llevan al predio que está junto a la institución. Las “seños” pasan lista y comienza así un nuevo día de clases al aire libre.

“Los miércoles y viernes por acuerdo de los maestros hacemos la continuidad
pedagógica y una vez que terminamos les acercamos la vianda que manda el Gobierno
de la Provincia más lo que cocinan algunas mamás que se van turnando y viven cerca de
la escuela. Seguimos investigando si los alumnos necesitan apoyo psicológico, nos
involucramos si dejan de venir a retirar sus tareas, les tomamos asistencia y notamos que rotan, algunos vienen siempre y otros no”, agrega la docente.

Todos los maestros caminan entre los círculos de alumnos vistiendo guardapolvo y un
pañuelo blanco con la foto de Sandra y Rubén, los recuerdan con palabras y con actos.
Entre las ideas conmemorativas tienen planeada elaborar una obra de arte a cargo de los
alumnos. Por otro lado, Brian Paredes, bibliotecario del establecimiento, cuenta que
“está lista el acta para pedir que el nombre de la Biblioteca recuerde a Sandra y Rubén.
Tengo relación con ellos desde 2011 y éramos como familia. Es difícil explicar que una persona que veías todos los días, compartías el mate, se preocupaba por vos, ya no está. Dejó la vida en su trabajo, que es nuestra casa”.

Los alumnos reciben asistencia pedagógica, se les acerca las viandas que brinda el Gobierno de la provincia y lo que cocinan las mamás que viven cerca.

“La mayoría de los docentes de esta escuela estamos haciendo terapia, algunos lo asimilaron mejor que otros, pero a todos nos cuesta de una manera diferente, nos damos apoyo mutuamente. Estamos esperando el retorno a clase, pero tenemos en cuenta que tenemos que entrar de a poco, es un golpe de realidad al que nos tenemos que enfrentar”, dice, por su parte, Marcela, quien admite sentir dolores de panza todos los días antes de ir a trabajar.

A dos meses de la explosión de la Escuela N°49, el posterior secuestro y tortura de Corina de Bonis, docente del CEC 801, sumado al incendio de la secundaria N°36 no hicieron más que recalcar la crisis educativa que se vive hoy en Moreno, que a pesar de todo encuentra una comunidad educativa luchando por continuar las clases.

La crisis cala hasta los huesos

La crisis cala hasta los huesos

“Huesitos” transita por el undécimo año de su existencia tras haber sido recuperada por los trabajadores. Un camino que no fue fácil ni lo es aún, ya que por la situación económica en la actualidad sus máquinas funcionan solo dos días a la semana en el edificio ubicado en Salcedo 470, Wilde.

La Cooperativa de Trabajo Huesitos Wilde Ltda., que se dedica a la fabricación de entretenimientos para mascotas, está integrada por ex obreros de Starpet S.A. y se constituyó como respuesta a la quiebra que en 2006 dejó sin empleo a 180 personas.

La firma Starpet S.A. había desembarcado en la localidad de Avellaneda en 1996 y llegó a emplear a más de 200 personas. Se dedicaba exclusivamente a la fabricación y exportación de huesos de cuero vacuno. Diez años después, la compañía presentó inesperadamente la quiebra. Los motivos del conflicto aún no están claros para los trabajadores: «Aparentemente fue un problema interno con los socios que estaban radicados en Estados Unidos», cuenta Mary Chávez, secretaria y socia fundadora de la cooperativa. Pero para Marcelo, esposo de Chávez y encargado de la comercialización, “se dejó de exportar por diversos motivos. Según la empresa, se les quitó los beneficios que le daba el Estado, y así dejó de ser negocio para los empresarios y se fueron”.

Frente a la quiebra, “la gente del Sindicato de Obreros Curtidores decidió no hacer nada y la fábrica fue vaciada en su gran totalidad, se llevaron hasta los inodoros», recuerda Chávez, aún asombrado. Asimismo, indica que la idea de nuclearse en una cooperativa de trabajo nació de la mano de Joaquín Escobar, Director General de Economía Social y Solidaria de la Municipalidad de Avellaneda: “Él nos ayudó, nos brindó información de cómo era una cooperativa, cómo se formaba. Porque nosotros, hasta ese entonces, veníamos, trabajábamos, cobrábamos nuestro sueldo, y nos íbamos. O sea: cero experiencia en administrar”. De esta forma, a fines de enero de 2007, se reunieron 33 personas y armaron Huesitos Wilde que comenzó a funcionar de manera autogestionada el 18 de octubre de ese año.

Actualmente, la empresa cuenta con 30 trabajadores y es presidida por Marcelo Quiroga. La fábrica se divide en dos sectores, uno artesanal, donde se producen los huesos de cuero crudo vacuno anudados; y otro industrial, que elabora palitos para perros hechos de cuero molido y almidón. El edificio ocupa una superficie de 4.490 metros cuadrados y está compuesto por tres pabellones con pisos de cemento y techos de chapa de zinc deterioradas.

El taller dispone de una decena de mesas de trabajo pero solo una se encuentra operando. Parado junto a ella, Walter empaqueta palitos para perros. Es uno de los asociados más antiguos y relata que aprendió el oficio de armado de huesos en 1989 y nunca más trabajó en otra cosa. Hoy instruye a cinco armadoras que tiene a su cargo. “Antes, se exportaba bastante. Se alcanzó a sacar 30 containers en un mes, ahora no hacemos ni uno y había 96 armadores, ahora somos diez”, rememora. Además, reconoce que “está medio jodido el tema de laburo porque no hay ventas. Los palitos se venden pero los huesos están complicados, lo que más afecta es el tema del dólar”. Los aumentos en la materia prima que necesita Huesitos son constantes: “Los que te venden el cuero te lo venden en dólares, entonces los costos al día de hoy son tan variables que es imposible cubrirlos”, detalla Marcelo Chávez.

Chávez fue supervisor en Starpet S.A. y renunció antes de la quiebra, pero volvió en 2009 cuando Huesitos comenzaba a dar sus primeros pasos como fábrica recuperada. “Hace seis años fue una época buena por desgracias ajenas, dos fábricas cerraron y teníamos muchos encargues de esos clientes. Además, había un buen poder adquisitivo por lo cual teníamos buena demanda”. Pero el panorama se empezó a complicar a partir de 2015. Chávez explica que se trata de un sector de la industria que tradicionalmente exporta sus productos y por eso, “en el mercado interno no le vendés a nadie, porque no es un producto de primera necesidad. Vos antes de gastar 30 pesos en un hueso le comprás un kilo de Dogui al perro”.

Suba del dólar, caída de la demanda, y aumento de tarifas crean un cóctel fatal para la cooperativa, que se ve obligada a reducir jornadas de labor. “Nosotros trabajamos con gas envasado y ha aumentado en un corto tiempo un 80 por ciento”, dice la secretaria de la cooperativa. Sin embargo, la empresa sufre más el impacto de la caída de las ventas. Con una facturación mensual que ronda los 200 mil pesos solo están trabajando dos días a la semana y no llegan a vender esa producción: “El problema es que en la actualidad no hay mucha plata y al no tener una espalda financiera tenés que trabajar con el día a día. Eso genera que no se llegue a vender toda la producción y se frena la entrada de materia prima. Tenemos que parar porque no tenemos los recursos para seguir trabajando”, puntualiza Marcelo.

Pese a la delicada situación que vive Huesitos, su secretaria afirma que por el momento ninguna de las 30 fuentes laborales está en riesgo, así como no pierde la esperanza al afirmar que “en lo inmediato, la idea es vender más para poder producir más y seguir manteniéndonos, porque realmente en la Argentina no conseguís laburo. Si esto se va a pique no hay otra posibilidad de trabajo, más para gente como nosotros que solo tenemos estudios básicos. La situación es crítica”.

Precarización en dos ruedas

Precarización en dos ruedas

El fenómeno de los trabajadores sobre ruedas creció exponencialmente en los últimos meses en la Ciudad de Buenos Aires. Con sus vestimentas flúo, en motos o bicicletas, sus particulares cajas coloridas para transportar objetos y/o comida poblaron las calles de la Capital Federal a partir de la emergencia de numerosas aplicaciones de delivery como Rappi o Glovo.

La irrupción de estas startups en el país llegaron con el debate sobre si estos puestos de trabajo vienen a suplir una demanda insatisfecha del mercado o, simplemente, representan otra arista de la precarización laboral por la modalidad de contratación que adoptan para con sus empleados. Algunos economistas, inclusive, bautizaron a estas prácticas como la “uberización” de la economía.

En este sentido, la Asociación Sindical de Motociclistas Mensajeros y Servicios (ASiMM) denunció la situación laboral de los trabajadores de Glovo, la aplicación de capital español que opera bajo el nombre jurídico de Kadabra SAS, e incluso realizó escraches a la empresa. Según la página de la app, se ofrece trabajar de forma independiente, con compensación por pedido y con “total libertad” como autónomo. También destacan la “flexibilidad” del trabajo para generar ingresos en los tiempos libres.

“Básicamente lo que hacen estas aplicaciones es retrotraer la situación de los trabajadores a la previa de la conformación del sindicato, cuando todos trabajábamos bajo el modelo de fraude laboral y trabajo a destajo. A esto le agregan el factor tecnológico. Los trabajadores no tienen un lugar puntual para realizar una protesta. Se encuentran con una aplicación virtual, con un algoritmo; son trabajadores que, para hacer algún reclamo, tienen que mandar un mensaje a centros de atención que están en otros países”, aseguró Maximiliano Arranz, secretario adjunto del sindicato en diálogo con ANCCOM.

Sin embargo, según pudo saber esta agencia, la gremial firmó en junio un acuerdo confidencial con Glovo bajo la supervisión de la Subsecretaría de Trabajo, Industria y Comercio porteña para intentar regularizar la situación de los trabajadores.

El pacto, confiaron fuentes de la Ciudad, consiste en una serie de pautas a cumplir por la empresa en la que se incluye un cambio de modalidad de contratación para con los “glovers”. A partir del entendimiento, los trabajadores ya no estarán en condición de monotributistas, pero tampoco con una vinculación directa con Glovo. La aplicación se comprometió a contratarlos con empresas nucleadas en la Cámara de Empresas de Mensajería por Moto (CEMMARA) y/o empresas de mensajería que ofrezcan servicios a través de personal registrado en relación de dependencia por un lapso de tres años.

Desde la Cámara afirmaron desconocer el acuerdo, pero su presidente, Mario del Oriente, precisó a ANCCOM los cambios en el régimen de contrataciones que vinieron de la mano de las nuevas aplicaciones. “Glovo empezó a incorporar trabajadores en relación de dependencia bajo una aplicación que nace del seno de la Cámara, pero que es privada y se llama Envíos Ya. Está compuesta por 15 empresas de mensajería con todos los trabajadores en relación de dependencia. Después si tienen trabajadores monotributistas o en negro es otra cosa, y deberán hacerse las denuncias correspondientes”, puntualizó. 

El acuerdo rige únicamente para la Ciudad de Buenos Aires y ambas partes sellaron una “cláusula de confidencialidad”, e instaron a mantener “la paz social, la buena fe y el diálogo”.

ANCCOM se comunicó con Glovo, pero la empresa decidió no formular declaraciones amparándose en la cláusula de confidencialidad del contrato. El sindicato, por otra parte, decidió no expresarse específicamente sobre el acuerdo. Mientras tanto, en las calles de Buenos Aires los trabajadores en dos ruedas se siguen multiplicando día a día.