Una reforma sin quórum

Una reforma sin quórum

El Gobierno no logró aprobar las reformas Previsional y Tributaria ante la falta de quórum en una escandalosa y tensa sesión en la Cámara de Diputados. Ante el apuro de Cambiemos, más de 300 mil personas decidieron manifestarse este jueves en las puertas de un Congreso blindado con un impresionante operativo que involucró a múltiples fuerzas de seguridad. A pesar de la  represión con gases, balas de goma y carros hidrantes, expresaron su desacuerdo a la medida que le quitaría unos 100 mil millones de pesos anuales a jubilados, pensionados, discapacitados y a beneficiarios de asignaciones universales por hijo y embarazo.

Desde ayer, la Gendarmería, la Policía Federal, la de la Ciudad, Prefectura y la Policía de Seguridad Aeroportuaria custodiaban las inmediaciones del recinto con el objetivo de que las centrales sindicales y los movimientos sociales no lograran acceder a la Plaza de los dos Congresos. Hoy, la represión no tardó en aparecer. Cerca de las 13.30 se armó una corredera por Avenida de Mayo. “Están tirando gases y balas de goma”, denunciaban los manifestantes con los ojos irritados y cubriéndose la cara para poder respirar. Entre los primeros heridos, se encontraron fotógrafos de prensa y legisladores: la diputada Mayra Mendoza fue agredida, cuando estaba sola, con gas pimienta por un grupo de policías federales. La misma fuerza golpeó al legislador Matías Rodríguez.

Dentro de la Cámara de Diputados se vivía un clima similar. Legisladores de la oposición fueron hostigados mientras denunciaban un “falso quorum”, dado por la presencia de legisladores electos que aún no habían asumido formalmente sus bancas.

La calle estaba caliente. Ante cada avance de las columnas movilizadas caían nuevos proyectiles y gases lacrimógenos, que se expandieron por varias manzanas a la redonda del Congreso. Las columnas se replegaban y en pocos minutos volvían a avanzar. “Claramente una ley antipueblo se sostiene solo de esta manera, a través de la violencia”, sostuvo Luciano Fernández, Secretario gremial de ATE Capital. Por su parte, subido a un escenario improvisado sobre el tráiler de un camión, Roberto Baradel intentaba bajar un poco de tranquilidad a los presentes. “Pase lo que pase hoy en el Congreso, les puedo asegurar que este es el principio del fin de las políticas neoliberales de este gobierno”, decía.

Gabriel Mariotto, ex vicegobernador de la provincia de Buenos Aires, explicaba que hace rato que el Gobierno viene matando y persiguiendo políticamente al que piensa diferente. “La represión forma parte de la operación económica. Para llevar a adelante este plan de ajuste brutal tienen que reprimir, como han reprimido otros gobiernos del mismo signo político que llevaron adelante esta misma dirección económica”.

“Están dispuesto a todo, hasta que no haya muertos no van a parar”, comentaba Carlos Palacios, un asustado jubilado de 66 años que se había acercado a la plaza para manifestar su desacuerdo con la reforma previsional. “Desde el 2001 que no se veía esto”, concluyó. Ante la represión, los manifestantes respondían con cantos y proclamas. “Macri basura, vos sos la dictadura”, “Unidad de los trabajadores y al que no le gusta se jode”, eran algunas de las consignas que fueron entonando las masas.

Esteban Castro, referente de la Confederación de Trabajadores de la Economía Popular (CTEP), reconocía  que la movilización masiva se debió a que el país está sufriendo. “Estamos pasando momentos muy difíciles. Este gobierno está decidido a profundizar la concentración económica con decisiones que, por supuesto, vienen de afuera de nuestro país. Nosotros estamos decididos a que no se le saque la plata a los pobres para transferirla a los ricos”.

Rubén Schofrin, Secretario adjunto del Sindicato de Prensa de Buenos Aires (Sipreba), sostuvo quela Ministra de Seguridad Patricia Bullrich no solo ordenó reprimir al pueblo sino que también ordenó reprimir con saña a los periodistas de los medios públicos y los medios privados de la Capital Federal. “Desde el Sindicato de Prensa vamos a pedir su renuncia”, le explicaba a sus compañeros.

Cerca de las tres de la tarde, se generó un breve murmullo que fue interrumpido con gritos, alegría y aplausos. Se había dado a conocer la noticia de que la sesión se había levantado. “Qué boludos, qué boludos, la reforma se la menten en el culo”, cantaban las columnas.

“Es un triunfo del pueblo, de la movilización. No pueden sesionar con policías reprimiendo y pegándole a la protesta. Nos meten la mano en el bolsillo y no nos dejan protestar. Ahora hay que seguir peleando, ojala esto sea estímulo para seguirla”, entendía el abogado y político Luis Zamora.

Mediante conferencia de prensa el jefe de Gabinete y vocero de Cambiemos, Marcos Peña, justificó la represión y sostuvo que la ley es buena y que no tienen intenciones de cambiarla. Sin embargo, al cierre de esta nota, el Gobierno se encontraba reunido en un comité de crisis y evaluaba si aprobarla por decreto. Mientras tanto, la represión continuaba en los alrededores del Congreso.

Actualizado 15/12/2017

Una Red para las pibas

Una Red para las pibas

¿Dónde están “las pibas”?

Faltan las pibas en las escuelas. Faltan las pibas en los hogares. Desde el año 2015 los docentes comenzaban a advertir que las pibas no estaban en el aula. Las familias, sin lugar al cual recurrir, se fueron acercando a los maestros y profesores para decirles que tampoco estaban en sus casas. Cerca de treinta casos (contando solamente los conocidos por la Red de Docentes, Familias y Organizaciones del Bajo Flores, que contabilizan solo a las adolescentes en edad escolar que concurren a las escuelas) tuvieron lugar en este barrio en dos años y preocupa la falta de intervención estatal. El próximo sábado 16 de diciembre organiza el festival FestiRed para continuar su campaña de visibilización y en reclamo por políticas públicas para esta problemática.

En los casos que se fueron presentando en las escuelas cercanas al Bajo Flores, las modalidades de cooptación de estudiantes fueron diversas. En algunos de ellos, se formularon -a través de Facebook- amenazas y extorsiones para que envíen videos y fotos manteniendo relaciones sexuales. En otros casos, la cooptación implicó convencerlas de que abandonen su hogar con la promesa de una mejor posibilidad económica. Tanto en uno como en otro caso el medio en el cual se iniciaba y sostenía este contacto eran las redes sociales. La práctica, rápidamente, derivaba en lo que se conoce como grooming, el acoso y abuso sexual cibernético hacia niñas y adolescentes.

Los padres de una de las chicas en el Bajo Flores

«Son lugares de perversión donde los pedófilos y degenerados cosechan a sus víctimas», aseguró Sergio acompañado de Neyva, sobre los lugares donde buscaron a su hija Layla.

Frente a estas desapariciones y extorsiones, las mamás, algunos papás, docentes de las escuelas públicas de la zona y organizaciones sociales que intervienen en el barrio comenzaron a reunirse para crear una red de contención. Augusto Del Cueto, maestro de escuela primaria e integrante de la Red, comentó: “Se me acercó una mamá de una alumna. Me dijo que a su hija la estaban persiguiendo por Facebook, que la amenazaban exigiéndole que mande fotos y videos. Cuando se negaba, la amenazaban de manera cada vez más violenta, hasta enviarle fotos de la puerta de su casa diciéndole que sabían los horarios de trabajo de la mamá y que si no le enviaba un video teniendo relaciones con alguien le iban a matar a la madre”. Cuando Augusto escuchó a la mujer, recordó que otra docente había comentado una situación similar y se puso en contacto con ella. Una vez que los testimonios de las familias comenzaron a circular, no tardaron en advertir que los casos no solo eran muchos, sino también similares.

Tras una primera reunión convocada por los docentes se le fue dando forma a la Red. Recurrieron al Ministerio de justicia, donde le brindaron asesoramiento sobre cómo y dónde denunciar este tipo de casos, se reunieron con abogados que los asesoraron sobre cómo proceder frente a situaciones de abuso y de trata, entre otros. Sin embargo, mientras este proceso se iba consolidando, desapareció de su hogar otra adolescente, que estuvo más de diez días desaparecida y cuando se contactaron con la familia descubrieron que los mensajes que recibía provenían de un perfil falso de Facebook, cuya lista de amigos tenía a las otras chicas que sufrían amenazas. Este fue uno de los primeros datos concretos que le permitió a la Red concluir que todas eran víctimas de un mismo entramado de personas.

Un mural sobre grooming cibernético donde hay dos figuras: un hombre y una nena en sus computadoras. El mural tiene escrita la frase "ni en la compu".

Frente a las desapariciones y extorsiones sufridas, las mamás, algunos papás, docentes de las escuelas públicas de la zona y organizaciones sociales que intervienen en el barrio comenzaron a reunirse para crear una red de contención.

¿Cómo proceden?

El modus operandi de las redes que buscan chicas para explotarlas laboral y sexualmente es similar en todos los casos. Haciéndose pasar por personas de su misma edad, con identidades falsas en las cuentas de Facebook y con “amigos” que eran en su mayoría adolescentes menores de edad. Estas personas las incitan a marcharse de su hogar bajo la promesa de una vida mejor. Sin embargo, no es cualquier adolescente a la que apuntan. “Ahora nos damos cuenta también a quiénes buscan, no a una nena que está bien empoderada y acompañada de la familia, sino que buscan nenas que estén mal, que estén emocionalmente débiles, con baja autoestima y que no se aceptan como son. Si vos no te sentís bien y aparece alguien que te dice ´sos hermosa´; ´podés tener una vida mejor´, esa es la manera que usan para cooptarlas”, declaró Janet Ramos Martínez, madre de una de las adolescentes que fue amenazada por Facebook. Del mismo modo, Sergio Nayeli Sainz, padre de otra joven, agregó: “En todos los lugares donde estuvimos buscando a mi hija, encontramos un delito. Son lugares de perversión donde los pedófilos y degenerados cosechan a sus víctimas. Imaginate lo que son capaces de hacerle a una niña que está indefensa a merced de ellos, qué les han hecho, qué les han dicho”.

Una mujer en el barrio del Bajo Flores sonríe.

«Si vos no te sentís bien y aparece alguien que te dice ´sos hermosa´; ´podés tener una vida mejor´, esa es la manera que usan para cooptarlas», dice Janet Martínez Ramos, madre de una de las chicas amenzadas por Facebook.

¿Por qué estas pibas?

El contexto socio-cultural y económico del que vienen estas familias es de gran vulnerabilidad. Muchas de las mamás son madres solteras que han sido víctimas de violencia de género. Todas ellas, trabajan gran cantidad de horas para sostener sus hogares y poder criar a sus hijos e hijas. En su mayoría pertenecen a la comunidad boliviana que llegó a la Argentina en busca de trabajo y oportunidades. La Villa, ha sido y sigue siendo su lugar de residencia y su vida está atravesada por múltiples factores que las obligan a vivir entre la denuncia de estos casos y el temor frente a las amenazas. “No hay a quien recurrir, el único recurso es organizándonos entre las familias, junto a las organizaciones que siempre están disponibles en la lucha, y hacerlo salir en todos los medios, decir lo que sucede, para poder evitarlo al menos un poco. Respecto a lo del Facebook, por un momento paró, pero el último mensaje que recibimos las mamás fue ‘por ahora paró, pero sepan que después viene con más fuerza’.  Uno tiene miedo, pero sabemos que tenemos que seguir, siempre con cuidado, no vamos a dejar. Estamos ahora para otras personas, estamos empoderados”, enfatizó Ramos Martínez. Del mismo modo, Neyva Fernández -madre de otra joven- especificó que la tarea de la Red y de las mamás es “concientizar, poner el alerta para que estemos atentas, hay que saber mirar y escuchar”.

Un chico en bicicleta en el barrio del Bajo Flores, de fondo se ven pintados varios murales.

Las redes de trata se aprovechan de la situación de vulnerabilidad social que atraviesa las familias del Bajo Flores.

Una cuestión de Estado

De los cerca de treinta casos que se han denunciado en el Bajo Flores, ninguno ha avanzado judicialmente. La Fiscalía de Pompeya es quien ha recibido todos estos casos y desde hace un año no se han comunicado con las familias para informar avances en las causas. Esto no significa que no se sepan nombres, calles y lugares. Por el contrario, ha habido testigos que han declarado que personas adultas se encontraban contactándose con niñas para “halagarlas”, mientras otros, se contactaban con otras para amenazarlas. Sin embargo, estos testimonios no forman parte de los expedientes judiciales y la constante es la falta de prueba. Del mismo modo, cuando las familias se acercaban a las comisarías para denunciar las desapariciones y amenazas, los oficiales a cargo no querían tomarles la denuncia enfatizando que “las chicas son así, inventan”, “espera cinco días” o “si es por Facebook, no hay delito”, entre otras afirmaciones. El velo de sospecha sobre las niñas y adolescentes continúa operando y culpabilizándolas mientras el Estado mira para otro lado.

A partir del testimonio de las jóvenes, la Red pudo identificar que “muchos de los contactos de Facebook que las buscan se originan en un boliche llamado El Bacilón que abre los días de semana, en competencia directa con la escuela porque abre de 14 a 19. Actualmente funciona en Liniers, antes funcionaba en Bajo Flores. El local se promociona vía Facebook, en grupos que no son cerrados, donde difunde la venta de alcohol que, aclaran, para las chicas es gratis. Las estudiantes tienen contacto con este boliche, generalmente van a bailar ahí. Luego del caso de Nadia logramos que se allane el lugar, que ya tuvo denuncias y clausuras. Una vez que se lo allanó, se encontró que había habitaciones numeradas que no estaban a la vista, sino en la parte de atrás. A la vez, cuando se lo fue a allanar ya habían sido avisados”, explicó Augusto Del Cueto y agregó: “Las familias no esperan nada del Estado porque ¿qué van a esperar si es el mismo Estado el que los obliga a vivir en una habitación sin ventanas y a pagar un alquiler por eso? Es el mismo Estado que cuando caminan por la calle se los lleva en cana o que les allana las casas para robarles los ahorros”.

Un hombre y una mujer parados en una esquina donde hay pintado un mural, en el barrio de Bajo Flores.

«Las familias no esperan nada del Estado. Es el mismo Estado que cuando caminan por la calle se los lleva en cana», señala Augusto Del Cuero junto a Josefina Avale, ambos integrantes de la Red.

¿Cómo seguimos?

Josefina Avale, integrante de la Red y militante del Frente Juvenil Hagamos lo Imposible, compartió cuáles son las tareas que actualmente asume la organización: “Trabajamos en tres áreas. Por un lado, en materia preventiva, dando talleres en las escuelas, en algunos locales del barrio, porque entendemos que es algo que sí o sí tiene que estar. Si una chica está siendo víctima de estas redes, es importante que conozca a la Red para saber que tiene un espacio al cual recurrir. Por otra parte, tenemos la acción concreta, que es un protocolo de cómo intervenir cuando desaparece alguien. Lo primero que hacemos es contactar a la familia, saber a qué escuela va y ver con qué docente de esa escuela podemos comunicarnos. Por último, una vez que la chica aparece y vuelve a casa intentamos continuar acompañándolas, porque aprendimos que la contención y lo afectivo es lo que las hace volver”.

En relación al trabajo de acompañamiento que las docentes hacen junto a las chicas, hace un año crearon un espacio exclusivamente para ellas. En la Cazona de Flores, Morón 2453, se reúnen todos los sábados para compartir, charlar y pensar qué quieren hacer. Melisa Correa y Silvina Herrera son docentes que construyen ese espacio cotidianamente. El motivo que impulsó la creación de este lugar de encuentro tuvo que ver con advertir que “el Gobierno de la Ciudad viene clausurando cada vez más los espacios públicos, gratuitos, donde los pibes pueden jugar, encontrarse. Cada vez se reduce más lo estatal y el espacio que les queda es la calle que está dominada por los grupos mafiosos”, agregó Del Cueto. Frente a esta problemática y a la necesidad de que las adolescentes cuenten con un lugar propio en el cual pensarse y compartir es que fueron generando espacios para que ellas participen y dinamicen sus propias actividades. “Lo que queríamos es que este espacio se construya con sus ojos, para que nosotros podamos entrar a ese mundo, ir hacia ellas. Que ellas nos lleven a su mundo”, comentó Silvina Herrera, docente de nivel inicial y terciario, integrante de la Red. Sobre el mismo punto, Melisa Correa docente del Distrito Octavo de la Ciudad agregó: “Construir un relato desde la mirada de las pibas implica abrirse a repensarlas”. Ambas fueron contundentes al afirmar que el trabajo en la Cazona produjo una transformación en sus apreciaciones hacia las chicas y sobre sus adolescencias: tienen como objetivo que sean ellas quienes pongan en primera voz sus experiencias y relato.

Dos mujeres en el frente de una casa.

A partir del trabajo realizado en la Cazona, Melisa Correa y Silvina Herrera coinciden en que se produjo una transformación en sus apreciaciones hacia las chicas y sus adolescencias

Inducidas, cooptadas por personas que les proponen soluciones mágicas a sus problemas, las historias de estas adolescentes demuestran cómo el deseo de escapar de una realidad adversa cobra vital importancia en sus vidas. A la vez que da cuenta del entramado complejo que opera sobre ellas. Tienen entre 13 y 15 años. Desean crecer en libertad, tener autonomía, pensar en un futuro. No quieren estar encerradas y desean encontrarse a ellas mismas en un mundo que les dé sentido. Como han afirmado las docentes, se trata de que ellas se pregunten qué quieren y que a partir de la reflexión sobre los deseos, empoderarlas y que aparezca un horizonte de lo posible.

 

Fuerzas de gendarmería nacional con armas en sus manos, ingresando en barrio de Bajo Flores

Actualizado 13/13/2017

El cine va a la escuela

El cine va a la escuela

El Cine Argentino Va a la Escuela es un programa que busca difundir el cine argentino en establecimientos educativos de puntos extremos del país llevado a cabo por la Asociación de Directores Cinematográficos (DAC). La semana pasada viajó el equipo con la actriz Ana Celentano “para estar martes, jueves y viernes en General Madariaga, Balcarce y Mar del Plata”, dijo a ANCCOM Marcela Carreira, coordinadora del programa.

La Asociación fue creada, en 2013, por los directores de cine, quienes conformaron una sociedad de gestión que recauda los derechos de autor. Una demanda histórica obtenida durante el anterior gobierno.

Un mapa de Argentina presenta varias marcas con anotaciones

Mapa donde se identifican las escuelas a las que concurrió el programa «El cine argentino va a la escuela».

El Cine Argentino Va a la Escuela se realiza desde 2014, cuando la asociación de directores recibió varios informes de que muchos estudiantes secundarios no iban al cine por razones culturales: “Ahora los chicos miran en la tele, en la tablet o en la computadora. También existen razones geográficas, porque no tienen cines cerca o porque muchas salas cerraron; y la otra es una cuestión económica. Y los que sí van al cine, no van a ver películas argentinas”, enumeró Carreira.

La idea de ir a escuelas en lugares recónditos es llevar el cine como si estuvieran en el cine: una pantalla grande, todo en silencio y a oscuras, con un buen sonido, sin que nadie pause la película y en compañía de compañeros y docentes. Después de la proyección se hace una charla debate con alguno de los protagonistas de la película, una actriz, un actor; o alguien que haya participado en la producción: el director, un técnico, un guionista o un productor.

En 2014 la DAC visitó 19 escuelas, 52 en 2015, 121 en 2016 y 104 hasta noviembre de 2017, con un total de 37.430 espectadores desde el comienzo del Programa. Al principio fueron escuelas públicas de la Ciudad de Buenos Aires, tras un acuerdo del Ministerio de Educación. Después, la Fundación se comunicó con escuelas rurales del conurbano; de Esquel, provincia de Chubut; y de Jachal, provincia de San Juan. La propuesta interesó y hacia allá viajó el equipo. A partir del 2016, por el boca a boca, la experiencia de las salas de cine montadas en salones de escuelas se fue difundiendo y empezaron a llegar pedidos del Conurbano y otras provincias del interior del país.  

“Nos manejamos por pedidos y creo que es unas de las cosas interesantes que tiene este proyecto —aseguró Carreira—. La solicitud es de un docente o de un directivo de la escuela y el trabajo pasa a ser en conjunto: nosotros no podemos ir antes a ver el espacio, entonces el que nos hace el pedido tiene que mandarnos fotos, medidas para planificar el sonido, los materiales que llevamos para oscurecer, porque la idea es ver cine como en el cine. Se hace todo un trabajo previo que tiene que ver con un compromiso y una necesidad de la escuela. Y ellos eligen la película”.

Marcela Carreira posa, sonriente, en un jardín.

Marcela Carreira, Coordinadora del programa «El cine argentino va a la escuela» de la Fundación DAC.

La última provincia visitada fue Tierra del Fuego, el Programa llegó a las ciudades de Río Grande, Tolhuin y Usuahia: cuatro escuelas en cuatro días. Y ahora llegó el turno a Mar del Plata.

El Programa es para estudiantes de secundaria aunque a veces en las escuelas rurales o indígenas juntan a los chicos de todas las edades por lo que se incorporaron dos películas más a la caja de filmes que en cada visita dejan como regalo a la escuela: Metegol y El Arca. Además de Relatos Salvajes, Camila, Kamchatka, Cordero de Dios, Luna de Avellaneda, El secreto de sus ojos, Días de vinilo, Sin retorno, Tesis sobre un homicidio, Hermanas, Tiempo de valientes, Tango feroz, Igualita a mí, Un cuento chino, Betibú, Vino para robar, Refugiado, y Corazón de León.

Las establecimientos que visita la Fundación son públicos y, en su mayoría, rurales. “Cada escuela es un mundo, es increíble, pasa algo distinto —describió la coordinadora—. Los chicos están chochos, esperándonos. A veces nos quedamos a dormir ahí porque no tenemos otro lugar a donde ir. En una escuela nos pasó que comimos de las mismas cosas que los chicos plantaban, del pan que hacen para la mañana. Después de la proyección algunos nos muestran cómo les dan de comer a los chanchos. Nosotros les mostramos una cosa y ellos otra».

En el 2014 las visitas de la Fundación DAC fueron un 68% en CABA, un 21% en Buenos Aires y 11% otras provincias. Este año, en cambio, un 2,92% se cumplieron en la Ciudad Autónoma, 34,45% provincia de Buenos Aires y 54% en otras provincias.

Las escuelas rurales quedan lejos de las casas, entonces los chicos llegan a dedo, a caballo o en autos de los propios docentes que pasan a buscarlos. En general, describió Carreira, las escuelas rurales tienen pocos alumnos -entre 20 o 30 estudiantes- y en alguna, como por ejemplo en Espigas y Cañuelas, duermen en las escuelas una semana, luego se va ese grupo y viene otro. La semana que están en sus casas, las maestras pasan a dejarles tarea.

“En algunas escuelas se vuelven locos porque está el actor, se toman fotos por ejemplo con Claudio Rissi, habían visto El Marginal y no lo podían creer que estuviera ahí con ellos. A veces hacen preguntas sobre la película en sí, o sobre el oficio: por qué fueron actores o actrices. Fernando Spiner, director de Aballay, el hombre sin miedo, se emocionó porque una chica se le acercó y le dijo: A partir de hoy voy a soñar que puedo ser una artista”, cuenta Carreira y agrega: “Es lindo que no vean que es una cosa de marcianos sino que es gente que trabaja y ese es su oficio, algunos están en la cámara, otros actúan; y que no es gente que los tocó la varita mágica. Son anécdotas que sintetizan nuestras experiencias y me quedan grabadas”.

Una caja de madera donde figura la inscripción "Fundación DAC" porta veinte películas de cine nacional.

«Camila», «Nueve reinas» y «El secreto de sus ojos» son algunas de las películas que dejan en las escuelas.

Hay escuelas en las que se genera un vínculo fuerte con el equipo de la Fundación, por ejemplo a una escuela de Bowen, Mendoza, que queda en la nada, ya fueron tres veces. El director del colegio, según Carreira, le pone mucha pila a la escuela y tienen una radio. Además, los chicos hacen cortometrajes. “La primera vez que fuimos fue Miguel Cohan, director de Sin retorno y Betibú; y justo los chicos estaban filmando un corto sobre bomberos, los mismos pibes actuaban y él los ayudó y aconsejó, ese mismo año volvimos y ya estaba terminado, entonces lo vimos en pantalla grande”.

El año pasado, en noviembre, en la localidad bonaerense de Balcarce, DAC proyectó la película Vino para robar y en la visita participó Ariel Winograd, el director. “Luego de la proyección -recuerda Carreira-, las maestras nos dijeron que estaban trabajando sobre violencia de género y que les habían pedido a los chicos que hagan un corto con el celular. Pasaron el corto y quedamos todos asombrados. ¡Era fuertísimo! Era muy profundo como contaban el tema violencia de género y el chico le pegaba a la chica, luego le pedía perdón. Yo pensé que iba por ese lado pero termina con la muerte de ella. Muy bien contado. Termina el corto y se presenta el director y Ariel dice: discúlpenme, pero yo no quiero hablar de mi película. Quiero hablar del corto”.

Las realidades en cada escuela son diferentes: “En otra escuela de Mar del Plata los chicos no conocían el mar y es una ciudad que la rodea el mar. Es una escuela bastante marginal, con padres presos. Proyectamos la película Tiempo de valientes, fue Gabriela Izcovich y le preguntaron por qué ganaron los malos. Para esos chicos los malos eran los policías”, cuenta la impulsora del proyecto que no para de sorprenderse en cada una de las proyecciones. “En Lago Puelo, Chubut -ejemplifica- la docente nos recibió con una nena en brazos y le pregunté: ‘¿Te venís con tu hija a trabajar?’. ‘No, es la hija de una alumna’, me contestó. O sea, la chica quedó embarazada a los 13 años y para que siga yendo a la escuela, va con la beba y se la van rotando entre las maestras. En la Ciudad (de Buenos Aires), en el Nicolás Avellaneda, escuela pública una chica quedó embarazada y dejó de ir. Me acuerdo una escuela en el Bajo Flores, una escuela muy brava, marginal. Tuvimos que atrasar la película porque se había atrasado la merienda y era la única comida que tenían los chicos y estoy hablando de 20 minutos del Centro porteño. Y cuando les dábamos el programa, nos lo revoleaban. Empezó la película y no volaba una mosca. Se reían. Y yo me decía: ‘esto vale’. A la salida se veían otras caras”.

En el equipo son las mismas personas: Marcela Carreira, coordinadora de la Fundación DAC; Ricardo Piterbarg, productor y director; Diego Aparicio, cámara y edición; Pablo Córdoba, sonidista y entrevistador. En el mes viajan una o dos semanas. La coordinadora cuenta que es una tarea preciosa y gratificante. En los viajes se empieza a las 6 de la mañana y se termina a las 10 de la noche. “Todos vamos contentos y, por lo menos, generamos un buen momento”.

“También hacemos donaciones —agregó Carreira—. Hasta el año pasado teníamos un acuerdo con el INCAA y nos cubría los pasajes aéreos, pero cambió el Gobierno y eso ya no está más. La actividad es financiada 100% por la Asociación de Directores pero con este acuerdo permitía que en algunas escuelas podamos dejar proyectores, pantallas y sonido. En una escuela rural en Patricios, Provincia de Buenos Aires, les dejamos un equipo, los materiales para oscurecer (agropol) y ellos ahora hacen ciclos de cine”. La Fundación, además, donó equipos completos de proyección a Jachal, Esquel, Villa Lugano, Roque Pérez, al Centro Cultural Puerto Esperanza de Misiones, a la escuela 186 de Río Turbio. A la vez, a una escuela de Lugano le reparó el equipo de sonido y al Cine Grande de Tierra del Fuego le dejó una pantalla y una notebook.

En febrero, la Fundación DAC llegará a un comedor en Neuquén “porque nos llegó un vídeo de los niños donde cuentan que su sueño es ir al cine”, argumenta la coordinadora.

Hay otros dos proyectos  que impulsa la Fundación. Uno con la ANSES, para realizar ciclos de cine argentino para adultos mayores, y otro con el Ministerio de Desarrollo Social para proyectar películas para los presos que estudian la primaria y el secundario. Pero aún no se ha concretado ninguno.

Las Abuelas lo hicieron una vez más

Las Abuelas lo hicieron una vez más

La algarabía una vez más en la sede de Abuelas de Plaza de Mayo. En el barrio de Monserrat, este último martes al mediodía, los aplausos y las lágrimas no se hicieron esperar en un ambiente de respeto y emoción, cuando en el salón de conferencias la presidenta de la entidad, Estela de Carlotto, anunció el encuentro de una nueva nieta, la 126: “Le ponemos un número para que nos llene el corazón de crecimiento –sostuvo sonriente-. Esto es especial. Nos hemos encontrado con una mujer íntegra que recupera toda una historia”.

Adriana, nieta restituida número 126, abrazada a su tía Silvia

“Recibí un llamado de la CONADI y ahí me enteré de la feliz noticia. Se me completó la vida”, declaró Adriana.

La historia reconstruida es la de Adriana, hija de Violeta Graciela Ortolani y Edgardo Roberto Garnier, desaparecidos en la última dictadura cívico-militar. Es abogada, y nació en enero de 1977 durante el cautiverio de su madre. Su abuela, Blanca Díaz de Garnier, es oriunda de Concepción del Uruguay, al igual que su padre. “No esperaba tener esta alegría. Veía recuperar a otros nietos y me decía ‘a mí nunca me toca´. Más gozo no puedo pedir”, declaró Blanca, quien a sus 86 años y a pesar de no haber podido estar presente en la conferencia, sí pudo comunicarse telefónicamente con su nieta restituida.  

Adriana contó que en cuanto se enteró de que no era hija biológica de sus padres, al poco tiempo acudió a Abuelas para saber si su identidad se vinculaba a desaparecidos, debido a su fecha de nacimiento en plena dictadura militar. Desde la entidad fue luego derivada a la Comisión Nacional por el Derecho a la Identidad (CONADI), con el fin de poder completar su documentación y realizar el análisis en el Banco Nacional de Datos Genéticos (BNDG).

Su partida de nacimiento falsa fue firmada por la médica Juana Franevich, quien ya había falsificado las partidas de otros tres nietos recientemente recuperados. “Recibí un llamado de la CONADI este lunes y ahí me enteré de la feliz noticia de la que ya todos saben. Se me completó la vida”, declaró Adriana en rueda de prensa, acompañada por un gran número de familiares de sus padres, además de compañeros de militancia, e integrantes históricas de Abuelas de Plaza de Mayo. “Con 40 años, nunca se me cruzó la posibilidad de volver a decir abuela”, agregó emocionada.

Estela de Carlotto junto a Adriana, nieta recuperada número 126, y familiares durante la conferencia de prensa.

«Nos hemos encontrado con una mujer íntegra que recupera toda una historia”, dijo Estela de Carlotto.

Su padre, Edgardo Roberto Garnier, nació el 7 de agosto de 1955 en Concepción del Uruguay, Entre Ríos. Simpatizante de Independiente, inquieto y curioso, fue a la escuela Nº1 Nicolás Avellaneda, y a los 17 años ingresó en la Universidad de la Plata para estudiar Ingeniería Electromecánica. “Ya de niño era muy ingenioso: desarmó y volvió a armar su primera bicicleta”, contó Estela de Carlotto en el comunicado de la conferencia de Abuelas. Edgardo militó en la JP, y conoció a su futura esposa, Violeta, militando en el Fondo de Apoyo de la Educación Pública (FAEP); luego ambos militaron en la agrupación Montoneros. Sus compañeros de militancia llamaban “La Viole”, a Violeta, y “La vieja Bordolino” o “El viejo” a Edgardo.

Violeta Graciela Ortolani nació el 11 de octubre de 1953 en la Ciudad de Buenos Aires. Sin embargo, a los tres años su madre falleció, por lo que fue criada por una tía en Bolívar. La joven, católica practicante, era charlatana y vivaz. Obtuvo una beca y también viajó a La Plata para estudiar Ingeniería Química, mientras paralelamente trabajaba como mucama en el Hospital de Niños. Además de haber militado junto con Edgardo, Violeta también militó en la Juventud Peronista. Años después y embarazada de tres meses, se casó con Edgardo el 7 de agosto de 1976 en una celebración llevada a cabo en Bolívar. Pensaron llamar Vanesa al bebé si llegase a ser nena, y Enrique o Marcos en caso de que fuese varón.

Violeta fue secuestrada el 14 de diciembre de 1976 en el Barrio La Granja, La Plata. Ella estaba embarazada de ocho meses cuando sucedió. A partir de ese momento, Edgardo emprendió una larga búsqueda y llegada la fecha próxima al parto, culminó despidiéndose y sosteniendo que iba a buscar a su hijo. Finalmente, fue secuestrado el 8 de febrero de 1977 en La Plata. Luego de los sucesos, no se supo más nada de la pareja ni se tuvo alguna prueba fidedigna del bebé que esperaban.

Adriana, junto a su abuela y familiares, sosteniendo imagenes de sus padres Violeta Ortolani y Edgardo Garnier.

«Edgardo y Violeta están acá. Ellos son quienes causaron todas estas lágrimas de enorme alegría”, dijo Silvia Garnier, tía de Adriana.

Empero, la búsqueda de sus familiares nunca cesó y las denuncias fueron rápidamente tomadas en Abuelas de Plaza de Mayo. A ellos se les sumó la valentía de Adriana para buscar respuestas, aún luego de haber vivido casi toda una vida repleta de incógnitas e incertidumbres, sabiendo que podría ser de ayuda para quienes hayan vivido situaciones similares. “Si mi testimonio – comentó Adriana- puede ayudarles a dar algún empujoncito a quienes tienen alguna duda sobre su identidad, bueno, para ellos lo hago. Primero comparto mi felicidad con todos ustedes, y después si puedo ayudar, bienvenido sea”.

La postal en la conferencia en la sede de Virrey Cevallos fue la de Adriana acompañada de numerosas personas. Entre ellas se encontraba su tía Silvia Garnier, quien declaró al borde constante de las lágrimas: “La responsabilidad de todos nosotros es saber que mientras nosotros estemos, ellas -en referencia a Abuelas- van a estar. Y también Edgardo y Violeta están acá. Ellos son quienes causaron todas estas lágrimas de enorme alegría”, agregó la tía de Adriana, a quien abrazó fuertemente.

Además de familiares y compañeros de militancia de los padres, Adriana estuvo acompañada y asesorada por el Secretario Ejecutivo de la CONADI, Manuel Gonçalves Granada. En diálogo con ANCCOM, Gonçalves resaltó: “Estos encuentros no hacen más que demostrar que hay que seguir trabajando con la verdad. Todos los niños robados durante la dictadura, adultos cercanos a los 40 años, tienen derecho a saber su identidad, al igual que las familias que los esperan. A partir de ahí, ambos tendrán un hermoso camino por recorrer, junto a la verdad y en vínculos que no deberían haberse roto nunca”.

Estela de Carlotto junto a Adiana, nieta recuperada, su abuela Blanca Díaz de Garnier y familiares en la conferencia de prensa de Abuelas de Plaza de Mayo. Todos en la foto estan con las manos levantadas.

“Estos encuentros no hacen más que demostrar que hay que seguir trabajando con la verdad», declaró Manuel Gonçalves Granada, Secretario Ejecutivo de la CONADI.

Sobre el final de la jornada los cánticos sobre verdad, memoria y justicia por los desaparecidos en democracia se hicieron eco en todo el recinto, al compás de un respetuoso silencio y aplausos al unísono. Medios avasallantes desmantelaron el lugar haciendo a un lado sus incómodas cámaras, y el barullo periodístico se hizo sonar. Sin embargo, la noticia del encuentro de la nieta 126, condecoró una feliz jornada que concluyó en la quinta nieta recuperada en lo que va del año, y un nuevo desafío para quienes hayan sido interpelados por las transparentes y sentidas palabras de Adriana y sus familiares: su lucha y las de Abuelas en favor de la identidad.

Como dijo Adriana, una prueba más de que el amor vence al odio.

Actualizado 06/12/2017

 

No aclare, que oscurece

No aclare, que oscurece

En una marcha realizada hace diez días en la Ciudad de  Córdoba por el asesinato de Rafael Nahuel la policía detuvo arbitrariamente a seis personas, casi todas lesbianas.  “Parece mentira, ¿no? Que lo que nos gusta hacer a las tortas después de marchar (ir a comer papas fritas a la cañada) de repente sea un motivo para que te lleven presx”, cuenta en Facebook una joven que presenció el momento en que los oficiales golpeaban y se llevaban detenidas a las rastras a sus compañeras. Al día siguiente fueron liberadas, pero les abrieron causas por resistencia a la autoridad. Según se desprende de los videos del operativo, a sólo un mes del lanzamiento del protocolo para la detención de personas LGBTQI las fuerzas de seguridad ya olvidaron aplicarlo.

El pasado 24 de octubre, el Ministerio de Seguridad publicó en el Boletín Oficial un conjunto de reglas que detalla cómo deberían actuar las fuerzas en casos en los que se deba requisar o detener a lesbianas, gays, bisexuales y/o travestis. Sin embargo, escasea información sobre lo relacionado a las cuestiones de la disidencia sexual y es confuso al momento de explicar cómo debería aplicarse esta nueva normativa teniendo en cuenta las características específicas de cada identidad.

Si se tienen en cuenta los avances de Argentina en el marco normativo respecto de la diversidad sexual, el protocolo recientemente elaborado no aporta ninguna novedad. Cada punto que detalla y exhorta a cumplir a las fuerzas policiales y de seguridad, no son otra cosa que lo que ya enuncia la Ley de Identidad de Género 26.743. El artículo primero, inciso C, de esta normativa detalla: “Toda persona tiene derecho: A ser tratada de acuerdo con su identidad de género y, en particular, a ser identificada de ese modo en los instrumentos que acrediten su identidad respecto de el/los nombre/s de pila, imagen y sexo con los que allí es registrada”.

Por su parte, el anexo 3 del protocolo, señala: “Ante la presencia de una persona que haya optado por un género que difiera de su condición biológica, o bien cuando el personal policial advierta tal circunstancia; deberá dispensarle el trato correspondiente al género auto percibido, respetando aquel nombre de pila con el cual se sienta identificado, sin perjuicio de la documentación que exhiba”. Lara Bertolini, activista travesti feminista sostiene: “Si las fuerzas de seguridad necesitan escribir lo que ya está escrito es porque realmente no lo tuvieron en cuenta antes. A mi entender reconocen que tuvieron que crear este protocolo para poder decir: ´´Sabemos las leyes, normas, decretos y  tratados, pero no los hemos aplicado´´, por eso de alguna manera tienen que refrendarlo mediante este documento”.

La necesidad de crear un protocolo que repita lo que ya indica una ley deja entrever que las fuerzas de seguridad fallan en el trato que despliegan hacia las personas LGBTIQ y este es el problema de fondo. Lo que se oculta detrás es la violencia y la impunidad con la que se manejan hacia ellas, situación que demanda a crear pautas para mejorar su conducta. Greta Pena, abogada y presidenta de la Asociación Civil 100% Diversidad y Derechos asegura: “Las detenciones de casi la totalidad de chicas bisexuales y lesbianas el último 8 de marzo no es casual. Tal como fue en su momento con la creación de supuestos enemigos, por ejemplo, el joven peligroso de barrio bajo, ahora es la lesbiana que destruye las paredes y las iglesias, arma fogatas, odia a los hombres, es per se violenta y además osa darse besos con quien quiere. O también es la travesti o mujer trans que no puede ser otra cosa que narcotraficante o la representación del gay promiscuo”.

Marcha del Orgullo N°26. De Plaza de Mayo a Congreso.

El protocolo es confuso cuando detalla lo que puede considerarse o no un abuso de la fuerza por parte de lxs efectivos: “Queda totalmente prohibido todo acto por el cual se inflija intencionadamente a una persona dolores o sufrimientos graves, sean físicos o mentales”, pero luego aclara: “No se considerarán torturas los dolores o sufrimientos que sean consecuencia únicamente de acciones legítimas, o que sean inherentes o incidentales a éstas”. Según Pena, la única norma que hay que seguir en materia de detención a la población LGTB es que todo lo que hagan las fuerzas policiales no sea agravado por la condición de la orientación sexual o la identidad de género de la persona.

Plantear que el personal policial tiene prohibido ocasionarle al detenido “dolores o sufrimientos graves” sin especificar a qué se refiere exactamente deja un vacío que da lugar a la libre interpretación de cada oficial. ¿Qué se entiende por “graves”? ¿Eso significaría que un dolor leve si estaría permitido? Tampoco específica a qué se refiere con “acciones legítimas” que habilitan al personal policial a poder ejercer castigos. Pena asegura que este protocolo es peligroso porque “envía un mensaje a las fuerzas de seguridad, les da un convencimiento de que somos personas a detener y/o a requisar porque somos revoltosas, peligrosas”.

Por otra parte, el protocolo ignora y omite ciertos aspectos de las identidades no heteronormadas. ¿Por qué un gay o un hombre trans deberían ser requisados por una oficial mujer? ¿Quién debería requisar entonces a una persona bisexual? No se ahonda en las particularidades que deberían tener en cuenta con cada una de las identidades, “se ignora totalmente la cuestión de las identidades, ni siquiera les interesa. Si a una mujer lesbiana la requisa una mujer no es por lesbiana, es por mujer, entonces está mal el concepto”, explica Pena.

Las travestis y trans son las más perjudicadas por los abusos de parte las fuerzas de seguridad.

Como consecuencia de la situación de extrema vulnerabilidad en la que viven, muchas de ellas no poseen otra alternativa que ejercer el trabajo sexual en las calles donde sufren el hostigamiento, la discriminación y la criminalización por parte de las fuerzas de seguridad. Pena asegura: “Diariamente la policía detiene a personas trans endilgándole la violación a la Ley de Estupefacientes o por ejercer el trabajo sexual en la vía pública. Las personas trans detenidas en el Servicio Penitenciario Federal y Bonaerense están en su totalidad por violación a esta ley. Borraron los edictos policiales que era como las perseguían antes y la suplantaron por esto”.

El protocolo aclara: “El personal policial deberá respetar la protección y el ejercicio de los derechos humanos de aquellas personas que hayan optado por la identidad de género que difiera de su condición biológica”. ¿Resulta necesario advertir a las fuerzas de seguridad que deben respetar a las personas no heterosexuales?: “Lo importante es que con este protocolo ante cualquier caso de abuso institucional podemos reclamar lo que ahora ponen por escrito y si no lo sostienen van a tener que pagar los actos de ilegalidad que comentan”, asegura, sin embargo, Bertolini.

Actualizado 05/12/2017