Reforma, reelección y después

Reforma, reelección y después

Este jueves se cumplen 30 años de la última reforma constitucional que, entre otras cosas, permitió la reelección de Carlos Menem e incorporó a la legislación argentina los tratados internacionales que amplían derechos. Convencionales constituyentes y constitucionalistas analizan sus luces y sombras.

“Todas las reformas constitucionales importantes salieron de momentos de crisis”, expresó en diálogo con ANCCOM Roberto Gargarella, abogado constitucionalista, jurista y sociólogo, al ser consultado acerca de la reforma constitucional de 1994, de la cual se estarán cumpliendo 30 años el próximo jueves 22 de agosto. Este hito histórico, que llevó tres meses de debate mediante una convención constituyente, significó un antes y un después en cuanto a la incorporación de derechos y le devolvió a la Constitución Nacional una legitimidad que había sido puesta en duda.

El “Núcleo de Coincidencias Básicas” fue el antecedente más directo de esta reforma. Más conocido como Pacto de Olivos, este suceso estableció un acuerdo entre las dos principales fuerzas políticas del país en ese momento: el Partido Justicialista (PJ), encabezado por el entonces presidente de la Nación Carlos Menem, y la Unión Cívica Radical (UCR), representada por Raúl Alfonsín, expresidente de la república. Si bien durante la presidencia radical ya se había iniciado la búsqueda de una reforma a través de la creación del Consejo para la Consolidación de la Democracia, no es hasta 1993, en el mandato menemista, que el proyecto comienza a ver la luz gracias a los acuerdos establecidos entre ambos dirigentes en la Residencia Presidencial de Olivos.

Roberto Gargarella, especialista en derechos humanos, democracia y derechos constitucionales, sostuvo que la reforma tiene que ser explicada a través de dos contextos diferentes pero inseparables. Por un lado, el contexto político de ese momento: “Mirado de cerca tuvo mucho que ver con una extorsión que hizo Menem dispuesto a hacer cualquier cosa, buscando su reelección, que la vieja Constitución impedía”. Y, por parte de Alfonsín, fue un intento de frenar el momento de quiebre al cual se dirigía su fuerza política. En el mismo sentido Eduardo Barcesat, uno de los doce constituyentes electos de Capital Federal por el Frente Grande, agregó: “Afortunadamente, cuando el proyecto llega al Congreso, se habilitaron otros temas más allá de los previstos en el Pacto de Olivos, que favorecían a que se contemple al pueblo de la Nación Argentina y son los que dieron mayor brillo a la reforma constitucional del año 94”.

Gargarella también analizó que vista desde lejos, “la reforma encaja en una serie de procesos que se daban en esos años en América Latina. Estas reformas que se dieron a fines del siglo XX hablan de un modelo latinoamericano de pensar el constitucionalismo que tiene algo muy interesante y algo muy preocupante”. Poniendo a la Constitución mexicana de 1917 como el punto de inicio de dicho modo de pensar, el abogado y jurista explicó que su importancia radica en la incorporación que hubo en materia de derechos económicos y sociales en una Constitución Nacional. No obstante, destacó que estas constituciones que incorporan reformas tan profundas y radicales -entre las que incluye a la reforma argentina del ‘94- presentan una contracara: el constitucionalismo latinoamericano, por un lado, proyecta “una cara progresista, avanzada, de cambios y más acorde al siglo XXI” en lo referente a la incorporación de tratados de derechos humanos como bandera principal pero, por el otro, presenta “una cara conservadora, verticalista, reaccionaria y desconfiada de cualquier democracia que se visualiza en la organización del poder”.

De este modo, la aplicabilidad de los derechos que se reglamentaron en la Carta Magna se ven limitados por los obstáculos generados debido a la jerarquía de poder que se establece entre los jueces, los legisladores y el Ejecutivo. “La mala noticia es que las dos partes de la Constitución no caminan solas, una toca la otra. Lo que no se hizo en materia de organización y preservación del poder termina limitando lo que podemos hacer en materia de derechos”, sentenció el jurista.

Tres meses de deliberaciones

Entre el 25 de mayo y el 22 de agosto 305 convencionales que representaban a 18 fuerzas políticas debatieron y sancionaron la reforma de 44 artículos de la Constitución.

En las gradas del paraninfo de la Universidad del Litoral (UNL), en la ciudad de Santa Fe, se llevaron a cabo gran parte de las sesiones de la Convención Constituyente. Estaban “llenas de representantes de los pueblos originarios, con sus cánticos, sus banderas y sus brazos en alto”, comentó Barcesat, al referirse al debate sobre el Iinciso 17 del Artículo 75 de la reforma que significó una reparación histórica para estas comunidades al serle reconocido su derecho inajenable sobre sus tierras ancestrales. Sobre el cambio en la titularidad de los recursos naturales a partir de la reforma, a favor tanto de la propiedad provincial independiente de nación como del reconocimiento a la autodeterminación de los pueblos, el constituyente sostuvo: “Es el derecho a la titularidad de los pueblos, no de los Estados o del Gobierno, sobre el conjunto de sus riquezas”. A su vez, este abogado constitucionalista, defensor de derechos humanos, resaltó otra cláusula que también generó “gran emotividad popular”: la incorporación novedosa de tratados internacionales de derechos humanos con jerarquía constitucional, que sentaron un gran precedente. Con apoyo de diferentes organismos se incorporaron el habeas corpus y el habeas data, incluyendo la desaparición forzada de personas como motivo para su pedido.

El resto de las sesiones de la Comisión se desarrollaron en Paraná, la capital entrerriana. Durante los tres meses que llevó el debate, las posturas respecto a la modificación de la Constitución se mantuvieron divergentes. “El análisis histórico que hicimos en aquel momento estuvo muy salpicado por la activa oposición de quienes estaban contra la reforma”, aclaró María del Carmen Feijoó, socióloga, investigadora y convencional constituyente electa del Partido Justicialista por la provincia de Buenos Aires. Y continuó: “Pertenece a un tiempo en que la actividad política o partidaria era una actividad totalmente priorizada en el grueso de la sociedad”. Aunque respecto a este punto, Barcesat acotó que la reforma también “tenía una prensa totalmente adversa”.

Entre otros de los derechos incorporados a la Carta Magna se encuentran los referidos al amparo, al medio ambiente sano, al secreto de las fuentes periodísticas y a la defensa de usuarios y consumidores. Creó, además, nuevas figuras como la del Defensor del Pueblo y la del Jefe de Gabinete y estableció novedades referentes a la elección del Presidente, tales como su elección directa, la posibilidad de ballotage, la reducción de su mandato de seis a cuatro años y la posibilidad de su reelección. Por otro lado, se incorporaron mecanismos de democracia semidirecta, dotados de mayor participación ciudadana, como la iniciativa y la consulta popular.

Sin embargo, a pesar de que la reforma introdujo innovaciones en materia de derechos, hay cuestiones que hasta el día de hoy siguen siendo problematizadas como, por ejemplo, la aplicabilidad real de estas incorporaciones. “Para la efectividad de estos derechos hay que hacer una obra de ingeniería social que ponga en conexión el derecho reconocido con la necesidad de que se implemente en la vida material y cotidiana. Si esto no se implementa en normativas y prácticas sociales que lo hagan posible, queda como una especie de nube jurídica que flota sobre nosotros pero que no transforma la realidad pero que desgraciadamente padecemos”, explicó Barcesat.

“Infames traidores a la patria”

“El Congreso no puede conceder al Ejecutivo nacional, ni las Legislaturas provinciales a los gobernadores de provincia, facultades extraordinarias, ni la suma del poder público, ni otorgarles sumisiones o supremacías por las que la vida, el honor o las fortunas de los argentinos queden a merced de gobiernos o persona alguna. Actos de esta naturaleza llevan consigo una nulidad insanable, y sujetarán a los que los formulen, consientan o firmen, a la responsabilidad y pena de los infames traidores a la patria”.
Artículo 29 Constitución Nacional

“El DNU y la llamada Ley de Bases y Puntos de Partida, constituyen un engendro normativo”, declaró Barcesat. El constitucionalista hizo hincapié en el desprecio que tiene la actual presidencia libertaria, y en particular el mandatario Javier Milei, por el texto constitucional, puntualmente en referencia a la delegación de facultades que le fueron cedidas por aprobación principalmente del oficialismo y la Unión Cívica Radical, durante su tratamiento en el Congreso.

 

Barcesat reflexionó sobre el Artículo 29 de la Constitución Nacional, originario de la constitución de 1853, en donde se condena cualquier hecho de violencia que subsuma la vigencia de la misma con la calificación de ‘infames traidores a la patria’ a quien inste contra la división de poderes. Lo relacionó con el Artículo 39 que fue incorporado en la última reforma y en el que se agrega que todos los ciudadanos argentinos tienen el derecho a la resistencia contra quienes efectúen este tipo de actos de violencia institucional. Considera que “se ha pisoteado” la Constitución Nacional en la actual gestión, que no tiene respeto alguno por su validez y que constituye el principal motivo de la enorme cantidad de juicios políticos que se han desplegado contra el presidente. Explicó que este desempeño debería significar en la práctica la inhabilitación inmediata para ejercer cargos públicos y la nulidad de aquellos actos que se realicen y que por ningún motivo deberían ser permitidos ni quedar impunes. En cuanto al cumplimiento de la misma puntualizó: “Si esta Constitución se aplicara con honestidad habría más protección a lo que llamamos soberanía política, independencia económica y justicia social”.

“Sin fuerzas políticas, sin Estado, lo que hay por delante es el abismo”, declaró Feijoó en diálogo con ANCCOM, en referencia al resquebrajamiento de la dirigencia política actual que, según la socióloga, lleva tiempo derrumbada en una profunda decadencia. Agregó que “la capacidad de renovar un proyecto de convergencia nacional, tiene como condición sine qua non el fortalecimiento de los partidos políticos”. Es decir, que no hay posibilidad de que se consolide un mismo modelo de país sin la condición necesaria de la refundación política, de la que la especialista en desarrollo social, educación y pobreza no ve más que algún destello de lo que supo ser. Feijoó reflexionó acerca del deterioro en el debate político, que ha perdido su profundidad y se refleja en la calidad de la formación de la clase política. Como ejemplo, mencionó la “pobreza franciscana de los últimos debates presidenciales”. Y analizó las causas de esta fragmentación como fruto de diferentes “avatares socioeconómicos” que Argentina ha atravesado en las últimas décadas y dejando consecuencias determinantes en la representación política.

¿Una reforma en el horizonte?

“Así como vivimos una revolución de los derechos en el siglo XX, hoy debemos tomar conciencia que hay un rezago en materia democrática que es tan devastador como lo fue la crisis de los derechos en los 50 después de la debacle del fascismo”, declaró Gargarella, al ser consultado sobre la posibilidad de una nueva reforma constitucional que se aggiorne a los tiempos actuales. Y agregó: “Hoy por hoy hay cosas importantes que se pueden hacer más allá de la reforma. Lo que sí deberíamos mejorar es el diagnóstico de lo que estamos haciendo. La pregunta es cómo el ciudadano común pasa a tener un rol más relevante en la vida constitucional”. Y advirtió: “La democracia no puede ser reducida a elecciones”.

Sobre una futura reforma se expresaron con miradas disímiles Feijoó y Barcesat. Mientras que la primera cree que no es necesaria, Barcesat se autodenomina como reformista del texto constitucional: “Creo que ya se abrió el camino para una nueva reforma” y se refirió a los puntos que le interesaría incorporar: “La integración del dominio y soberanía argentina sobre las islas Malvinas y su sector antártico. Pero además los espacios marítimos y aéreos sobre el territorio”.

«Los diputados visitando a genocidas es la ruptura del pacto democrático”

«Los diputados visitando a genocidas es la ruptura del pacto democrático”

Juan Pablo Csipka habla de «Una batalla de todos los días. Cómo recuperamos la democracia en la Argentina», un libro en el que desgrana la transición de los 80, desde el fracaso económico de la última dictadura y su derrumbe hasta los juicios a la Juntas y la asonada militar de Semana Santa.

 

“Desde el primer momento, el objetivo de Alfonsín era evitar otro golpe de Estado”, comenta Juan Pablo Csipka, periodista, investigador y autor del libro Una batalla de todos los días. Cómo recuperamos la democracia en la Argentina (Editorial Marea). Csipka se centra en el levantamiento de Semana Santa de 1987, un momento crucial que sintetiza las tensiones políticas y sociales de la época. El autor utiliza este evento como hilo conductor para analizar el período que va desde la descomposición de la dictadura en 1980 hasta los años 90.

 

¿Cómo surge el libro? ¿Qué te llevó a centrarlo en la transición democrática?

Siempre me interesó el concepto de transición democrática, ver cuáles fueron los límites de esa transición. ¿Cuándo comenzó y cuándo terminó? No hay una convención. Yo digo que la transición empieza, no en Malvinas, sino dos años antes, en 1980: ahí empieza la descomposición de la dictadura. El trabajo sucio ya estaba hecho, y comienzan a exportar la represión ilegal a Centroamérica para reprimir la Revolución Sandinista porque ya no había a dónde más reprimir acá, pero los grupos todavía estaban enviciadísimos. Empieza el descalabro económico, colapsa el modelo de (José Alfredo) Martínez de Hoz. Se produce el recambio de (Jorge Rafael) Videla por (Roberto) Viola, y Viola cae por un golpe interno que le hace (Leopoldo) Galtieri. Este periodo culmina en el verano del 91 con la derrota definitiva de la amenaza carapintada, cuando Carlos Menem reprime en diciembre del 90 como no había podido hacer Alfonsín. En el medio están los indultos: impunidad para todo el aparato represivo y la economía más o menos estabilizada. Volvemos al orden de 1980, es una transición que termina de manera agridulce.

 

En el libro vas narrando y corrigiendo varios equívocos de esa década, como que la Obediencia Debida fue la consecuencia directa del alzamiento pero que Alfonsín ya tenía un borrador, en realidad.

El alzamiento es la reacción al Punto Final. En el verano del 87 vence el plazo de los 60 días que habían dado para hacer las denuncias y en febrero empiezan las citaciones, y los militares están en una situación de sospecha, no se define quién tiene que ir, quién va a ser el próximo y hay un despelote bárbaro. En el medio, Alfonsín va a Las Perdices, un pueblo de Córdoba. Típico acto de presidente de antaño en la Argentina, dice que va a enviar un proyecto de ley que amplíe el alcance del Punto Final, estaba tranquilizando al generalato. No nombra la Obediencia Debida, pero dice que hay militares que actuaron por coerción. Después vino Semana Santa y ese acto quedó en el olvido, pero los carapintadas se han querido quedar con la memoria histórica de decir que la Obediencia Debida la lograron ellos. Otro mito es que el alzamiento de Semana Santa no fue un intento de golpe de Estado; Semana Santa se propuso un objetivo y lo consiguió, e incluso uno podría pensar que realmente buscaban llegar al punto extremo de la reunión con Alfonsín cara a cara y después dejar la imagen de él y la victoria de “sacamos la ley”. La ley iba a salir, el tema es que las condiciones del debate son muy distintas por lo que pasa en Semana Santa.

 

Durante la campaña presidencial, Alfonsín habló de “los tres niveles de responsabilidad”: los que dieron las órdenes, los que las cumplieron y los que se excedieron. ¿Por qué el gobierno no quería continuar hacia abajo con los juicios por violaciones de Derechos Humanos?

Había mucho desgaste, Alfonsín consideraba que eso consumía todo su gobierno. Consideraba que alcanzaba con juzgar a los comandantes, o sea a los que dieron las órdenes y a los que se excedieron. Algunos nombres emblemáticos de la represión: (Ramón) Camps, a (Alfredo) Astiz él lo quería ver en cana. Y tenía esa lógica de los políticos de la guardia vieja, había que reprimir porque había guerrilla, había insurgencia. Hubo excesos, no consideraba la idea de plan criminal. Reivindicaba la lucha contra el terrorismo, pero nunca iba a reivindicar y aceptar el terrorismo de Estado. Además, era un desgaste muy grande juzgar durante todo su mandato. El juicio a las Juntas termina cuando se cumplen dos años de mandato, un tercio de la presidencia. En el debate del Punto Final él lo plantea en cadena nacional: ya llevo la mitad de mi mandato con esto, diciendo entre líneas: es un desgaste tremendo, hasta qué punto el sistema democrático puede estar tensionado y sufrir la posibilidad de un nuevo golpe si avanzamos.

 

¿Cómo influyó la “Teoría de los Dos Demonios” en la percepción y el tratamiento de las violaciones de derechos humanos en este período?

Hay un libro a comienzos del 84 que es Montoneros, la soberbia armada de Pablo Giussani, que después es una especie de periodista oficial de Alfonsín. En ese libro defenestra a Montoneros; empieza, muy tenebrosamente, a plantear que tenían una estructura que quería equipararse a los militares: cómo manejaban la militarización, ciertos aspectos de mesianismo, y eso armó un debate muy complicado. El propio Alfonsín habilita ese debate con los dos decretos: el 157/83 que procesa las cúpulas de Montoneros y el 158/83, a los comandantes, el propio presidente está aquí haciendo la equiparación. Yo creo que es una cuestión de orden cronológico, o sea para poder juzgar la represión ilegal tenían que avanzar con lo que había generado esa represión ilegal.

 

En el contexto actual, ¿cómo ves la reivindicación de esta teoría por parte del gobierno de Javier Milei?

El gobierno actual va más allá, es la lógica de (Victoria) Villarruel de que hay un solo demonio: la guerrilla. Villarruel no acepta el concepto de terrorismo de Estado, lo ha reivindicado, y cuando habla de terroristas, dice terroristas a secas, habla de la guerrilla. Ni siquiera es negacionista, es justificadora y apologista directamente. La cuestión negacionista en estos últimos años ha alcanzado otros niveles, se discuten las cifras de desaparecidos. La represión fue ilegal, no se puede pedir exactitud. Llegaron al extremo de agarrar a un mitómano, lo de Luis Labraña es vergonzoso, “porque yo inventé los 30.000”. Es mitomanía pura.

 

¿Y sobre la “memoria completa”?

El concepto de memoria completa me interesa porque se le podría haber dado una vuelta de tuerca que lamentablemente no se le dio, que es usarlo en el sentido de referirnos a la represión ilegal por el lado de los militares, pero hay un sector que quedó muy solapado, que nadie le dio demasiado interés, que es el bloque civil de la dictadura. Ese para mí sería el uso más interesante de memoria completa, los civiles. ¿Dónde están los civiles? Martínez de Hoz, todos los funcionarios del Ministerio de Economía, del Banco Central, los ministros que fueron civiles, los empresarios de medios colaboracionistas: Ford, dentro de nuestro gremio Atlántida, Para ti. Eso para mí es memoria completa. Y la derecha se lo apropió por el tema de la lucha insurgente.

 

Para mí, el uso más interesante de memoria completa sería preguntarse por los civiles: Martínez de Hoz, todos los funcionarios del Ministerio de Economía, del Banco Central, los ministros que fueron civiles, los empresarios colaboracionistas: Ford, dentro de nuestro gremio: Atlántida, Para ti. Eso para mí es memoria completa. Y la derecha se lo apropió por el tema de la lucha insurgente.

Juan Pablo Csipka

¿Cómo influyó el cambio del programa económico en 1975 en la configuración de las políticas económicas argentinas y el desarrollo del neoliberalismo en el país?

En 1975 se abandona el patrón de la sustitución de importaciones y entra el rentismo financiero. No es un fenómeno local solamente, es un cambio de paradigma en el mundo. La crisis del petróleo había generado una inflación altísima, estancamiento económico, ahí es cuando empieza la cuestión del neoliberalismo. Y esto va de la mano de otra cuestión que se asemeja al 30, cuando entra en colisión la idea de democracia y capitalismo. En el 75, 76, también: el nuevo programa no se podía aplicar en democracia. En 1930 alcanzó con el Estado policial: la policía haciendo inteligencia, torturando, represión pero de baja intensidad. A partir del 76 toma una magnitud nunca antes vista. Además, la dictadura inventó algo con lo cual la democracia nunca se metió: la Ley de Entidades Financieras del 77, que le dio el monopolio, el manejo de la tasa de interés a los bancos. Timba, timba, timba. El alfonsinismo no terminó de entender el cambio brutal de la economía argentina. El que lo asimila es Menem, quien completó la obra, y no lo dimos vuelta, esa es la gran derrota. Destrozaron la capacidad de transformación de la sociedad argentina. La política a partir de 1983 no es lo que era antes del golpe del 76. El Estado se convirtió en una máquina de recaudar solamente para pagar deuda, nada más. No hay plan de desarrollo.

 

***

 

Según Csipka, la Argentina experimentó tres hitos importantes en este siglo: la crisis de 2001, la pandemia y en el medio, el conflicto por la Resolución 125 en 2008. Este conflicto marcó un punto de inflexión en la política argentina y tuvo repercusiones que se extienden hasta el presente. «La 125 es el acta de refundación de la derecha argentina. No se puede entender la presencia de (Mauricio) Macri sin la 125. El hecho de que la clase media haya asumido el discurso de la Sociedad Rural, o sea, gente que tiene dos macetas en el balcón, acompañando a tipos que tienen 50.000 hectáreas. La gran deuda pendiente de Argentina es que no cambiamos la matriz de la dictadura. La dictadura triunfó de punta a punta. Nos pasaron por arriba y no se pudo regenerar otra cosa”.

 

No hay más amenaza golpista, pero no se ha revertido la matriz económica de la dictadura. ¿Cómo ves el estado actual de la democracia en Argentina?

Uno pensaba que después del 83 la democracia estaba consolidada en términos políticos, el “pacto democrático”: no al golpismo, no a la tortura, no a la violación de derechos humanos. Podemos discutir políticas económicas más a la izquierda, más a la derecha, pero después hay cuestiones que están fuera de discusión: Astiz tiene que estar preso. Y eso entró en duda estos últimos tiempos. Creo que el kirchnerismo se quedó a mitad de camino con el tema de no meter el debate crítico/autocrítico de la lucha armada de las organizaciones. Se generó toda una cuestión revanchista: el curro de los derechos humanos, que ante cualquier emergencia Cristina sacaba a un nieto de un sótano y todo ese tipo de barbaridades. Y así llegamos a tener a Javier Milei y Victoria Villarruel, ahí tenés el estado de la política. Tenemos diputados yendo a visitar genocidas. Eso es lisamente ruptura del pacto democrático. La democracia argentina en términos políticos fue asombrosa por lo que hizo con su modelo de Memoria, Verdad y Justicia, porque no tiene precedente lo que hace el gobierno de Alfonsín. A mí me hubiese gustado, como a todos, que no hubiese habido indultos, ni Punto Final, ni Obediencia Debida. Retrocedimos, avanzamos.

 

Y por último, pero volviendo un poco al principio del libro, me interesa el nombre, Una batalla de todos los días.

Es un fragmento de un discurso de Alfonsín. Me llamó la atención, y un poco lo sintetiza la frase, es la idea de que justamente Alfonsín dice que la democracia empezó el 10 de diciembre, pero la lucha sigue, tenemos que consolidarla. Ahí está la idea de la transición también, no es que de un día para otro pasamos de un sistema al otro. Si bien no es lo mismo el Estado de derecho que el Estado de una dictadura terrorista, el Estado de derecho había que construirlo día por día. Esta idea que Alfonsín tenía de juzgar; decía “vamos a juzgar a los militares”, pero no en el sentido revanchista, sino también en el sentido de garantizar que esto no vuelva a pasar.

«Venezuela es muy importante en su situación geoestratégica»

«Venezuela es muy importante en su situación geoestratégica»

El exministro de Relaciones Exteriores, Comercio Internacional y Culto, Rafael Bielsa, analiza la situación de la región luego de las elecciones en el país caribeño. El rol del Estado argentino y los intereses que se ponen en juego en América Latina.

El abogado constitucionalista, diplomático y político Rafael Bielsa, exministro de Relaciones Exteriores entre 2003 y 2005, opinó sobre las elecciones venezolanas y cómo influyen los vaivenes geopolíticos en la vida de los ciudadanos. También subrayó qué significa la democracia para él.

 ¿Qué opinión tiene de la elección en Venezuela y las repercusiones que esta causó a nivel regional?

 Venezuela es un país muy importante en el monocultivo de petróleo y en su situación geoestratégica. Pero allí no acaba su riqueza, que se extiende al sector primario, el secundario e incluso el terciario. Sí, se instala allí el interés que suscita hoy. Dicho esto, las repercusiones son una cuestión periodística, y dónde tienen lugar y con qué tono es lo que genera juicios de valor sobre la base de la argumentación y los alineamientos. Las opiniones que merecen las elecciones venezolanas derivan de esto. Los escándalos políticos son procesos comunicacionales confrontativos que ocurren en los medios de comunicación. Venezuela es hoy asunto de Estado en Gran Bretaña, España, Paraguay, Chile. Tiene tal importancia que la OEA realizó sesiones de emergencia para tratar la “cuestión venezolana”. La propia Unión Europea, ha combinado bandos desconocidos: por un lado, Alemania, Francia, Gran Bretaña y España, y por el otro Austria, Italia y Grecia. Hasta el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas ha convocado a sesión de emergencia y en su comunicación oficial habló de “División en el Consejo de Seguridad”. Desde hace tiempo la cuestión es así. En marzo de 2015, Barak Obama promulgó la “emergencia nacional” para la seguridad de Estados Unidos y firmó un decreto ejecutivo que alude a Venezuela como una “amenaza extraordinaria e inusual” para USA. Sin dudas lo es para la economía clásica liberal británica de Adam Smith. En resumen, está siendo un proceso electoral de suma importancia regional.

 

¿Considera atinado el claro posicionamiento político adoptado por el gobierno argentino?

“Claro” no es sinónimo de “atinado”. Claro es un espacio vacío dentro de un conjunto o una serie. “Atinado” significa encontrar lo que se busca a tientas, sin ver el objeto. Por tanto, algo puede ser claro sin ser atinado y algo puede ser atinado sin ser claro. El actual gobierno argentino ganó legítimamente las elecciones y la expresión del peronismo, a la que voté, las perdió. Adicionalmente y como es sabido, según la Constitución argentina, se pone en cabeza del gobierno federal la responsabilidad de conducir las relaciones exteriores del Estado con el propósito de “afianzar sus relaciones de paz y comercio con las potencias extranjeras”. Para estos fines, el texto le atribuye explícitamente ciertas facultades al Poder Ejecutivo, el que de modo central “concluye y firma tratados y otras negociaciones requeridas para el mantenimiento de buenas relaciones con las organizaciones internacionales y las naciones extranjeras, recibe sus ministros y admite sus cónsules” y “declara la guerra y ordena represalias”. Otras facultades, se las atribuye al Congreso, al que le corresponde, “aprobar o desechar los tratados concluidos con las demás naciones y con las organizaciones internacionales y los concordatos con la Santa Sede”, “aprobar tratados de integración que deleguen competencias y jurisdicción a organizaciones supraestatales” y “autorizar al Poder Ejecutivo para declarar la guerra o hacer la paz”.

Lo que se ha hecho con Venezuela transita sobre la “tensión en una zona de penumbra”, porque la modernidad ha modificado las visiones del siglo XIX. Dicho lo que antecede, lo adoptado por el gobierno argentino no es ilegal hasta hoy, aunque yo no lo comparta. Prefiero otras modalidades en política exterior: entre sus señas de identidad, destacan el rechazo de cualquier estridencia, la cautela con declaraciones, no dejarse llevar por las prisas y mantener como sea los cauces diplomáticos abiertos con todos los implicados en una crisis. En algún sentido es lo que han hecho los presidentes Lula, López Obrador y Petro. Ellos no dejan de conversar con Maduro.

No soy un fudamentalista liberal democrático, alguien que hace de los principios democráticos una liturgia, sino que deseo sistemas y procesos en los que existan dignidad de los salarios, derechos laborales, industrialización de nuestra patria, la diversificación de la economía, la reforma de nuestra infraestructura y soberanía nacional, económica y política.

Rafael Bielsa

¿Qué intereses se ponen en juego para América Latina de cara al futuro independientemente de quién sea proclamado el ganador?

No hay manera de evaluar “qué intereses se ponen en juego en América Latina de cara al futuro” con “independencia” de quien haya ganado las elecciones y sea proclamado como tal. Es más, le diría que desconfíe de quien le responda esa pregunta. No hallará en esa respuesta ni objetividad ni pasión por la excelencia. Al menos yo no la puedo responder.

¿Cómo sería independiente del triunfador la cantidad de reyertas que hay pendientes? María Corina Machado manifestó que estaba dispuesta a avanzar en una negociación compleja y delicada, que incluiría garantías, salvoconductos e incentivos. Serán unos y otros según ganadores y derrotados.

 

¿Hay actores políticos que intentan debilitar los procesos de la democracia? ¿Qué fin persiguen?

Por supuesto. Yo no soy un democratista, un fudamentalista liberal democrático, alguien que hace de los principios democráticos una liturgia, sino que deseo sistemas y procesos en los que existan dignidad de los salarios, derechos laborales, industrialización de nuestra patria, la diversificación de la economía, la reforma de nuestra infraestructura y soberanía nacional, económica y política. Pero advierto la existencia de actores que debilitan los procesos democráticos. ¿No oyó hablar del Grupo de Lima? ¿Era “democrático” apostar por Juan Guaidó? En cuanto a los fines que persiguen, habría que preguntárselo a ellos.

 

¿Cuál es la influencia de los vaivenes geopolíticos en la vida cotidiana de los ciudadanos argentinos?

Es muy difícil construir seriedad democrática si el país va todo el tiempo de la cuarta al pértigo. Deberían existir pensamientos que excedieran la dimensión de los partidos políticos tomados o considerados individualmente.

Cómo sobrevive el progresismo

Cómo sobrevive el progresismo

Pablo Semán, Paula Puebla y Leyla Bechara debatieron en la Feria de Editores «¿Por qué está de moda pegarle al progresismo?». Recuperar la escucha, humildad y autocrítica, algunas de las respuestas que ofrecieron para reconstruir un «nosotros».

“¿Por qué se puso de moda pegarle al progresismo?” fue el nombre de la charla-debate que se realizó el sábado último en el Complejo C Art Media, durante la Feria de Editores 2024. La exposición fue presentada por la editorial Siglo XXI en conjunto con 17 Grises. Contó con la moderación de la politóloga y streamer Leyla Bechara y la participación de la escritora y ensayista Paula Puebla y el sociólogo Pablo Semán.

La sala donde se llevaba a cabo la charla estaba llena. Ubicada en el segundo piso, alejada del aroma a café y libros nuevos, y del murmullo de una multitud que caminaba por pasillos abarrotados de personas, comprando, leyendo y discutiendo sobre distintas lecturas. Antes de que inicie la exposición, las conversaciones en el público iban y venían sobre los acontecimientos políticos de la última semana, en particular, sobre la denuncia contra el expresidente Alberto Fernández por violencia de género durante su paso por la presidencia. “Qué semanita”, abrió diciendo Leyla Bechara acompañada por algunas risas nerviosas, y dio comienzo a la pregunta por el progresismo.  

 

Progresismo antiprogre

El progresismo a lo largo de la historia argentina adquirió distintos matices y significados. Según explicó el sociólogo Pablo Semán, autor del libro Están entre nosotros, el progresismo se peronizó en el momento en que se volvió una alternativa  antineoliberal al menemismo durante la década de los noventa, para después radicalizarse en las distintas etapas del kirchnerismo. “El progresismo capturó uno de los rostros del peronismo” y en esa “peronización del progresismo” se profesionalizó, institucionalizó y oficializó en el Estado, distanciándose del progresismo de la ciudadanía.

“El progresismo como conjunto de objetivos políticos se merece una actitud mucho más generosa de todos nosotros que es una renovación de figuras, de repertorios, de ideas y no solo de escenas reactivas de falso macho-peronismo”, dice Semán haciendo referencia al peronismo morenista al cual denomino “progresismo antiprogre” y desterrando la idea de que la causa de la derrota política hayan sido los “excesos del feminismo”. El autor continuó: “Nos refugiamos en autoengaños de muy corto plazo que engañan a cada vez menos gente. Mi incitación es a que salgamos de eso”.

Paula Puebla la escritora de Maldita tú eres se suma a las reflexiones de Semán: “Ese título baitero de ¿Por qué se puso de moda (pegarle al progresismo)? una primera respuesta que tengo para dar es que se puso de moda porque es muy fácil. Porque es muy fácil pegar para abajo”. Según Semán: “Lo único que estamos haciendo es pegarle patadas a la derrota, para no aceptarla. Fingir demencia es un canto a la deshonestidad intelectual de todos nosotros”.

 

Dificultades técnicas

Para Paula Puebla, los movimientos que aspiran a una mayor igualdad deben salir del encierro y mirar por la ventana. “Hay que recuperar la escucha y hay que recuperar la humildad”. Según los expositores, a los interrogantes de “¿cómo se llegó hasta este punto?” y “¿por qué, en líneas generales, no se vio venir?” se desprende como respuesta que se dejaron de escuchar a aquellas personas a las que venían a representar. Desde subestimar la tasa de la inflación, hasta la falta de contención durante la pandemia para aquellos trabajadores “no esenciales” que debían salir de sus casas porque su supervivencia económica dependía del día a día, o que no pudieron velar a sus familiares fallecidos por el covid-19, llegando al tope de la contradicción con la foto del festejo de cumpleaños en la Quinta Presidencial de Olivos. En referencia a esto, Puebla dice que La Libertad Avanza fue muy astuta “en pescar y cosechar todo eso que fue desoído, que fue barrido debajo de la alfombra, desatendido y desrepresentado”.

Hacia el interior del peronismo, Leyla Bechara se pregunta: “¿Qué pasa con la crítica en el momento en que uno construye poder?” y responde que a aquellas voces críticas, “se las expulsaba. Se las catalogaba como funcionales a la derecha”. En sintonía con la politóloga, Semán responde que la falta de autocrítica, bajo una lógica de secta, fue menospreciada y catalogada como autoflagelación. Además, se refirió al error de considerar infalible las decisiones de la jefatura de Cristina Fernández de Kirchner para el movimiento progresista. Ser “termo” fue un imperativo, afirma. Considera que la estrategia política no puede ser pensada en términos electorales, ya que, una crisis económica considerable del gobierno libertario no llevaría necesariamente a un éxito electoral peronista y la acción política no se agota en las urnas: “Nosotros nos hemos comprado una idea de que la elección es el momento expresivo de la política ” y enfatiza: “Eso es como creer que jugar al fútbol es festejar los goles”.

 

Los desafíos del progresismo

En diálogo con ANCCOM, Bechara explica sobre la comunicación política en redes sociales y sobre el aparato comunicacional del gobierno: “La propuesta comunicacional que tienen ellos es como una nueva moda. Plantean una forma oficial del lenguaje, del uso del lenguaje y del uso de las redes” y agrega: “Internet tiene una forma de derramar el sentido oficial, de cómo se comunica a través de tendencias, trending topics. La mecánica de la comunicación de internet tiene una forma que hace muy difícil salirse del lenguaje oficial justamente porque te condena al ostracismo, te hace marginal” y concluye diciendo: “Cómo jugar ese juego, cómo hacerlo, me parece que es una pregunta que nos va a arrastrar todos los años que dure este gobierno y creo que el coletazo, más todavía”.

Durante la charla surgieron otras tres conclusiones y desafíos para los movimientos progresistas: recomponer el nosotros, recuperar la escucha y responder con humildad y autocrítica. En este sentido Semán dice: “Hay vida inteligente fuera de la militancia profesional del progresismo”. A la vez, remarcó que no hay que pensar en términos electorales: “La pregunta obturadora es ¿hasta cuando aguanta Milei? y no ¿por qué dejarían de apoyarlo?”. Puebla complementa: “No se resuelve con un dedazo, ya lo comprobamos. No se resuelve con verticalidad. No se resuelve diciendo “es Sergio Massa”. Salimos a militar a Sergio Massa como si fuera Churchill, con 200% de inflación, digamos: ¿Quién está loco?”.

“Ahora se hace política con la antipolítica”

“Ahora se hace política con la antipolítica”

A 30 años de la última reforma constitucional, tres de sus convencionales -Jesús Rodríguez, María Cristina Guzmán y Rodolfo Barra-, disertaron acerca de sus principales cambios y coincidieron en ponderar la capacidad para alcanzar acuerdos de entonces y la falta de representación política en la actualidad.

“La reforma constitucional fue el ejemplo sublime de lo que puede lograr la democracia en la construcción de acuerdos”, expresó Jesús Rodríguez, exlegislador y funcionario radical, en el marco de la charla organizada por la Fundación Éforo, en la que también participaron la exdiputada nacional por el Movimiento Popular Jujeño María Cristina Guzmán y el exministro de la Corte Suprema de Justicia y actualmente designado por el gobierno libertario como procurador del Tesoro de la Nación, Rodolfo Barra. Los disertantes reflexionaron sobre diferentes tópicos acerca de la representación política, las políticas públicas y el rol de las instituciones, y compartieron el mismo diagnóstico en relación al contexto que rodeó este hito histórico, del que se cumplen 30 años: según los oradores, hoy es impensable que algo así se produzca. Aquello fue posible en aquel momento, argumentaron, debido a la capacidad de diálogo entre diferentes partidos e ideologías, el debate y la reflexión que cimentaron la base para la constitución de alianzas y acuerdos que consolidan el orden democrático.

En cuanto a los principales ejes de la reforma, resultaron de suma importancia el cambio en la jerarquía constitucional que adquirieron los tratados internacionales a los que el país suscribe y la normativa que dictaminó que cada provincia dispone de sus recursos naturales de forma independiente. Por otro lado, también primaron los cambios en las reglamentaciones electorales: el tiempo del mandato presidencial se acortó de seis a cuatro años, se permitió una reelección y se estableció la instancia del balotaje. Además se creó la Auditoría General de la Nación, se estipularon derechos al consumidor y al ambiente sano, se propició la figura del defensor del pueblo y se convalidó la independencia de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, entre otras modificaciones.

Guzmán, oriunda de Jujuy, reflexionó acerca de lo que significó para el federalismo uno de los ejes centrales de esta reforma, que fue aprobada por unanimidad: la disposición acerca de la independencia de las provincias para disponer sobre los recursos naturales: “No hay federalismo político sin federalismo económico”, advirtió.

Este hito constitucional, para Jesús Rodríguez, fue producto de un momento donde no primaban las anteriores dicotomías entre partidos políticos ni la fragmentación política actual, sino que se constituyó un bipartidismo que mediante el acuerdo y el debate logró aprobar la reforma de la Constitución Nacional, de la que se cumplirán 30 años el próximo 22 de agosto. Más allá de la ponderación del dirigente, la reforma también tuvo en aquel momento sus reparos, porque el acuerdo también fue tildado como oportunista: por un lado reposicionó al expresidente Raúl Alfonsín, tras su salida anticipada del gobierno a causa de la hiperinflación, y por otro allanó el camino para que Carlos Menem fuera reelecto. El acuerdo tuvo su origen en una reunión entre ambos: lo que se llamó “El Pacto de Olivos”.

“Ahora se hace política con la anti política”, declaró Rodríguez en diálogo con ANCCOM; el exlegislador de la UCR reflexionó acerca del quiebre institucional que se produce en la falta de representatividad: “Lo que se produce es una profundización del retroceso y el atraso”, detalló en referencia al creciente desencanto de la población por su clase política.

Carla Pitiot, vicepresidenta de la fundación Éforo, exdiputada nacional y trabajadora de la Auditoría General de la Nación, señaló en diálogo con ANCCOM: “Lo que se ha alejado de la gente es justamente el pensar de los dirigentes”, dijo haciendo hincapié en la ruptura que existe en el vínculo de la política con el ciudadano. “Creo hay una dirigencia que no está aggiornada a los tiempos, que no está respondiendo a las demandas sociales, que no está entendido a la sociedad en este momento”, sintetizó Pitiot. A su vez, amplió que la fractura tiene que ver con las barreras de conexión que se resquebrajan, en donde, por ejemplo, la implementación de políticas públicas queda desarticulada y desentonada de la realidad.

Por su parte, Rodolfo Barra, exmiembro de la llamada “mayoría automática” de la Corte Suprema de Justicia, acusada de fallar permanentemente a favor del gobierno de Menem durante los 90, resaltó como un ejemplo fuera de serie la reforma, debido a que en tiempo récord logró sancionarse por unanimidad, dijo, gracias a los mecanismos de participación ciudadana, conformación de asambleas y al diálogo político entre los diferentes frentes. En ese sentido, contrastó el proceso con los intentos fallidos en países vecinos y aludió puntualmente al reciente caso de Chile, que en dos oportunidades tuvo que dar marcha atrás con su proyecto de reforma.

Sobre el final Guzmán reflexionó acerca de cómo hacerle frente al panorama actual y diagnosticó que es necesaria una dirigencia que merezca serlo y que la ciudadanía debe exigirlo. Hizo énfasis en la siguiente frase apostando por no permanecer impasibles: “La moral de un pueblo no es más que la moral ampliada de sus gobernantes”

Bangladesh se queda sin Primera Ministra tras las protestas juveniles

Bangladesh se queda sin Primera Ministra tras las protestas juveniles

La República Popular de Bangladesh se encuentra envuelta en una crisis prolongada, fruto del aumento de sectores juveniles descontentos con el partido Liga Awami, al que acusan de discriminación.

Bangladesh, el pequeño país de Asia del sur popularizado en Argentina por tener la hinchada más fiel a nuestro seleccionalo nacional de fútbol fuera del país, sufre una crisis política que ya causó cientos de muertos y heridos. El lunes 5 de agosto dimitió su primera ministra Sheikh Hasina, y huyó en helicóptero a Nueva Delhi, en India, el país vecino que rodea casi por completo la República, a exepción de una pequeña franja que comparte con Birmania. La renuncia se dio luego de fuertes protestas, mayormente juveniles, en el último fin de semana que se realizaron en distintas ciudades contra el gobierno. La represión policial dejó alrededor de 100 muertos y otros cientos de heridos, solo este domingo, que se suman a los más de 200 asesinados de las manifestaciones previas de las últimas semanas y a los miles de lesionados.

“Pedimos justicia porque no se hacen cargo de las personas que asesinaron y reclamamos una investigación independiente internacional, a la que se niegan, porque ellos son los que los mataron, ¿cómo van a hacer justicia ellos mismos? Le dispararon a estudiantes en la universidad y todavía mantienen detenidas a miles de personas, a muchas se las llevaron de sus casas por la noche, después de las protestas, con la energía cortada, y no sabemos nada de ellos”, relató un joven que dice que lo llamen Alejandro Ramírez, una falsa identidad que assume para evitar represalias.

Durante el lunes 5 de agosto, los manifestantes lograron entrar a la residencia de la primera ministra cuando ésta ya no estaba allí; fue el ejército el que le pidió que diera un paso al costado. Luego, el jefe y general Waker-Uz-Zaman, dio una conferencia por televisión anunciando la dimisión y la conformación de un gobierno interino para Bangladesh.

Rahul Rashidul, quien fue parte de las protestas, comentó a este medio, a pesar de sus heridas: “Hemos ganado, nuestro gobierno ha caído. Hoy también fue muy duro, me dispararon en la cabeza y la mano hoy por la mañana, a las 11.Realmente duele y quedaron balas dentro de mi piel. Después de eso, nuestro ejército detuvo a la policía para que dejen de dispararnos. Estoy yendo al hospital ahora”.

Ramírez compartió la alegría y agregó que “todo esto se trata de la libertad. Durante estos 15 años de gobierno fueron eliminando a los opositores y se realizaron elecciones fraudulentas, es una dictadura. La primera ministra se cree dueña del país solo por ser la hija de uno de los líderes de la guerra civil pakistaní”, en referencia a Sheikh Mujibur Rahman, de la Awami Muslim League, quien participó de la guerra de independencia bangladesí de Pakistán en 1971. “Actualmente están vendiendo nuestro país a India, vienen y hacen lo que quieren en nuestro suelo. Cualquiera que los critica es acusado de apoyar a Pakistán o estar en contra de nuestra independencia”, añadió.

Los primeros días de junio, la Suprema Corte del país asiático reinstauró la cuota de empleo que reserva el 30% del empleo público para hijos y nietos de los combatientes de la Guerra de Liberación de Bangladesh. Esta cuota había sido retirada por el gobierno en 2018, ante las protestas estudiantiles de entonces, que esta vez tampoco se hicieron esperar. “Le están dando el trabajo solo a la gente que apoya al gobierno, incluso han reemplazado gente de carrera de varias instituciones por los suyos. De todas formas, ya no se trata de la cuota, es contra el gobierno de Hasina”, acotó Ramírez.

Si bien hubo un impasse por las celebraciones musulmanas de Eid al-Adha, en julio el denominado Movimiento Estudiantil Anti Discriminación tomó fuerza en las universidades pero, como en 2018, sufrió ataques con armas blancas y de fuego de la policía y de la Chhatra League, una organización que oficia de fuerza de choque gubernamental. Esto avivó las llamas y más estudiantes y personas salieron a las calles, lo que derivó en mayores disturbios y también mayor represión policial, con un saldo de, a día de hoy, más de 300 muertos, miles de heridos y 11 mil detenidos, según The Associated Press.

Como una forma de evitar la organización de la población e interrumpir la difusión de las imágenes de la represión, el gobierno decidió cortar totalmente la conexión a internet en todo el país, así como también los servicios de telefonía y, en algunos casos, la electricidad, lo que dejó incomunicada a la población. Al cabo de varios días de manifestaciones, el gobierno restableció la conexión a internet, bastante ralentizada, el miércoles 24 de julio, después de una semana, y la telecomunicación volvió algunos días más tarde.

Sin embargo, las redes sociales al día de hoy están bastante restringidas y, durante el fin de semana, el gobierno volvió a realizar un nuevo apagón en respuesta a las nuevas protestas, como informa el sitio NetBlocks, que se autodenomina como un “observatorio de internet”. Al respecto, Ramírez comentó que “por celular directamente no podemos acceder a Facebook ni a ninguna red, por computadoras estamos usando Redes Privadas Virtuales (VPNs, por sus siglas en inglés) para poder entrar. Incluso gente que no sabe que es ni entiende como funciona las está usando como una forma de saltear la censura del gobierno”.

Una VPN es una tecnología que protege la conexión de una computadora a internet mediante encriptación, anonimizando la navegación. De esta forma, permite acceder a contenido restringido en ciertas regiones. En Argentina, su uso está más asociado a la posibilidad de ver material audiovisual de plataformas de streaming como si se estuviese en otra parte del mundo, por las diferencias de catálogo. En el caso de Bangladesh, el bloqueo gubernamental los ha llevado a usarlas en el día a día.

Durante la semana pasada, el partido Jamaat-e-Islami fue vetado acusándolo de terrorismo, según publicó The Associated Press, y UNICEF denunció el asesinato de al menos 32 niños durante las protestas.

A pesar del apagón, en redes sociales se difundieron imágenes de las oficinas centrales de la Awami League siendo incendiadas y de la ruptura del monumento al padre de Hasina.