Pakapaka aconsejado por su propia audiencia

Pakapaka aconsejado por su propia audiencia

Rodrigo es uno de los 16 chicos y chicas que integran el Consejo Asesor de Paka Paka.

El canal infantil público argentino Pakapaka lanzó su Consejo Asesor de Chicos y Chicas para su programación. Luego de un proceso de selección realizado durante los últimos meses, 16 niños y niñas de todo el país se reunieron por Zoom este 23 de abril para dar inicio oficial al proyecto.

La iniciativa, que se gesta por primera vez en el país, contó con una gran convocatoria. Cielo Salviolo, fundadora y directora del canal, afirma: “Teníamos ganas desde hace tiempo de generar un espacio de participación sostenido que nos permitiera tener un vínculo bien directo y estrecho con quienes son representantes de nuestras audiencias”.

La propuesta comenzó a tomar forma luego de que se desarrollara “Seguimos Educando”, un programa lanzado durante el 2020 por el Ministerio de Educación para colaborar con la continuidad de las actividades de enseñanza en el contexto de pandemia.

El proceso de selección comenzó con la cita a todos los chicos y chicas que habían formado parte de la propuesta durante 2020. “Como el año pasado participé en ‘Seguimos Educando’, a mi mamá le llegó una encuesta y fui uno de los seleccionados para ser parte del Consejo”, narra Camilo, de 11 años.

Luego de encuestar a los participantes para ver quiénes tenían interés en la propuesta, se seleccionaron 80 participantes, de los cuales se eligieron a 16 chicos y chicas de todas partes del país atendiendo a un criterio de pluralidad.

“Buscamos que hubieran mujeres y varones, que representaran a las distintas regiones del país, que no todos fueran de las ciudades capitales y que la Provincia de Buenos Aires, que cuenta con más consejeros y consejeras porque es enorme, tuviese también cierta diversidad”, manifiesta Salviolo. “Son 16 porque es el número con el que es posible sostener un trabajo continuado durante todo el año”.

Los seleccionados tienen entre 7 y 11 años y ya se reunieron por primera vez a través de Zoom. Según la directora del canal, “la edad tiene que ver con que se puede sostener un ejercicio de participación con encuentros regulares mediados por una pantalla”.

El proceso se dio fácilmente y de manera fluida debido a la gran convocatoria que hubo. “Al primer encuentro llegamos muy preparados, ya que hubo un trabajo muy cuidado todo este tiempo”, sostiene Salviolo. En caso de que surja cualquier inconveniente, además, cada consejero cuenta con dos suplentes para tomar su lugar.

Sobre el desarrollo de la iniciativa, la directora deja en claro que el objetivo no es que el Consejo funcione como un focus group, sino que buscan pensar en conjunto con los niños y niñas el diseño, la agenda de trabajo de Pakapaka, los temas que quieren ver, sus abordajes y tratamientos, e incluso las formas de narrar. “La invitación es más amplia que validar un contenido”, asegura.

Acerca de sus expectativas como consejero, Camilo afirma que le gustaría formar parte de la realización de algún programa que muestre qué hacen los chicos: cómo van a la escuela, las conversaciones y los temas que ven en los Zooms, por ejemplo. También, detalla, “quiero que se hable sobre temas como la música, la ciencia y la astronomía”.

Azucena, de 9 años, dice que haber sido seleccionada como consejera la entusiasma mucho, y que una de las cosas que disfrutaría de colaborar en la diversificación de los contenidos. Sin embargo, resalta que lo que más le gusta del canal es su carácter inclusivo: “Los dibujitos no son ni de nenas ni de nenes: o sea, ninguno lo es, pero la mayoría de las veces si actúan chicas, lo miran chicas y así, y en Paka Paka no ponen siempre mujeres u hombres, así que lo miran todo tipo de personas”.

El Consejo estará acompañado por un equipo formado por distintos profesionales del ámbito educativo, preparados y dedicados especialmente a llevar a cabo una agenda de actividades a lo largo del año. “Cada encuentro tendrá una dinámica de juego que permitirá trabajar distintos temas”, expresa Salviolo.

Muchas de estas propuestas responderán a necesidades planteadas por los mismos chicos. Como uno de los pedidos había sido que desde el canal les cuenten cómo se hacen los programas, para la primera reunión eligieron hablarles sobre La asombrosa excursión de Zamba. “El equipo que realiza la serie le contó a los chicos y chicas cómo se produce y ellos hicieron preguntas, contaron que les gustaría que el personaje principal tenga una mascota y también conocer a su familia”, explica al respecto la directora.

Además, en el encuentro del viernes pasado se abordaron desde temas técnicos hasta cuestiones como guiones y contenidos. “Los invitamos a que imaginen cómo sería un nuevo personaje de la serie”, relata Cielo sobre una de las primeras actividades.

El Consejo, que comenzó sus funciones este abril y las culminará el próximo diciembre, ya tiene lista de espera para su próxima conformación. “Como recibimos muchos correos de chicos que quieren participar, estamos abriendo un listado de interesados e interesadas en integrarlo, y pensando en la posibilidad de que, dentro de unos meses, cuando ya hayamos transitado algunas reuniones, quizá podamos hacer un encuentro ampliado en el que los chicos y chicas cuenten lo que hicieron: poder abrirlo y que ellos sean portavoces de otros y de otras”, redondea Salviolo.

La pandemia también evidenció la desigualdad de género en el vóley

La pandemia también evidenció la desigualdad de género en el vóley

Frente a los casos de contagio de covid en la Liga Nacional de Vóley Femenino, Doble Cambio, el colectivo deportivo feminista de vóley que busca su profesionalización, exige respuestas a la altura de las circunstancias y hace un diagnóstico de la situación del sector junto a dirigentes y organizadores del máximo torneo a nivel nacional. 

La Liga Argentina de Vóley Femenino 2021 inició su temporada el 2 de febrero, el torneo finalizó el 11 de abril, con la primera consagración de San Lorenzo como campeón, pero con los clubes Boca Juniors, Vélez Sarsfield y Mupol fuera de la Liga por casos de covid. Es en este contexto que Doble Cambio exige respuestas superadoras a los dirigentes. Los 16 equipos que participaron fueron distribuidos en dos zonas para disputar siete partidos a lo largo de nueve días. En la zona 1 se cruzaron Vélez Sarsfield (CABA), River Plate (CABA), Boca Juniors (CABA), Ferro (CABA), Mupol (CABA), CEF 5 (de La Rioja), Rowing Club (de Paraná), Náutico Sportivo Avellaneda (de Rosario). La zona 2 incluyó a San Lorenzo de Almagro (CABA), Douglas Haig (Pergamino), Banco Provincia (La Plata), Estudiantes (La Plata), Argentina Andalgalá (Andalgalá), Tucumán de Gimnasia (San Miguel de Tucumán), GELP (La Plata) y Atenas (Córdoba). Finalizada la primera instancia, se definieron las nuevas zonas para la segunda ronda de marzo, pero la presencia del coronavirus no se hizo esperar. Mupol fue el primero de los equipos en darse de baja del torneo por presentar casos positivos. “Fue todo sobre la marcha”, asegura Antonela Curatora jugadora de Vélez Sarsfield y miembro de Doble Cambio, el colectivo que busca desde el 2020 la profesionalización del vóley femenino. “El primer partido lo jugaron todas, absolutamente todas, con barbijo, y al segundo día la Federación del Voleibol Argentino (FeVA) sí resolvió que Mupol (Círculo Mutual de Suboficiales), al no presentarse, perdía los puntos y se los daban a Ferro”, describe.

Antonela Curatola.

A partir de ahí, las jugadoras buscaron respaldo en Doble Cambio: “Nosotras hablamos con las chicas de Mupol, que nos dijeron que iban a sacar un comunicado por la situación. Nosotras las acompañamos. Y ahí fue la primera intervención que hicimos. Dijimos que no estaba claro qué pasaba en esos casos y que está clarísimo que los contagios suceden en cadena”, cuenta Antonela y agrega: “Aparte, no es que nos hisopaban todos los días. Y si ayer daba positiva una y habíamos entrenado juntas, mañana nos testean de nuevo para saber si damos todas negativo o estamos contagiadas. No, no es lo que sucede. La segunda etapa fue un desastre”.

Ante la falta de un protocolo de acción para casos sospechosos o positivos establecido por la Federación del Voleibol Argentino (FeVA), organizadora de la Liga, los equipos afectados no tuvieron más opción que retirarse. Por su parte, la Liga masculina, sin mayores dificultades, logró finalizar su temporada con un protocolo y método burbuja por parte de su ente organizador, la ACLAV (Asociación de Clubes Liga Argentina de Voleibol). Otra evidencia en las desigualdades para el desarrollo del deporte femenino y el masculino, entonces, las jugadoras junto con Doble Cambio manifiestan su disconformidad.

Las deportistas de la Liga femenina hacen hincapié en las diferencias entre ambas ligas. Natalia Espinosa, jugadora de voley retirada del club Boca Juniors e integrante del colectivo, remarca: “Esto parte de que el torneo lo rigen dos asociaciones distintas: la masculina va por ACLAV, que es una empresa que tiene tercerizados los derechos de la liga, y la FeVa (Federación del Vóleibol Argentino) maneja la femenina”. Curatola profundiza: “Cuando hubo casos de covid-19, los varones pospusieron los partidos. De hecho, el equipo campeón venía de recuperarse de casos. Hubo cuatro o cinco, no sé exactamente, pero la Liga se frenó durante 10 días antes de la semifinal. Eso es una gran diferencia: si bien son entes distintos y no podés comparar, vuelve a pasar lo mismo, ¿por qué los varones sí y las chicas no? Y fuimos descalificadas por contagiarnos, cuando sabemos que te puede pasar en cualquier instancia de tu vida”.

Boca quedó afuera de la Liga Femenina de Voley por la cantidad de jugadoras contagiadas de covid. No fue el único equipo.

El 30 de marzo Vélez no se presentó a jugar debido a casos positivos en su plantel, que derivaron en un total de 12 casos positivos. Frente a esta situación, Doble Cambio se reunió con la Federación para plantear la situación del Club y pedir la postergación de los partidos. Al poco tiempo, Boca también presentó casos en su plantel. Eduardo Fernández, miembro de FeVa afirma: “Hubo un protocolo de covid-19. Yo siento mucho por las pibas y por los clubes que pusieron mucha plata, pero lamentablemente esas eran las reglas del juego, no se postergaban los partidos, y por supuesto que los directivos de los equipos lo sabían porque lo arreglamos con ellos. Nosotros como Federación respondemos a los clubes porque ellos son los que trabajan e invierten para la Liga. Después, ellos se arreglan con cada jugadora”. 

Sin embargo, Curatola sostiene que en el reglamento de competencia no había ningún apartado sobre cómo actuar ante casos sospechosos o positivos de covid. A su vez, Natalia Espinosa destaca: “Esta fue una decisión que tomaron en conjunto entre los clubes y la Federación: los clubes avalaron este proceder. Entonces, nosotras como jugadoras, nos lo desayunamos cuando Vélez tuvo 12 casos positivos: un plantel entero”. E insiste: “Nos decían que no se podía posponer porque la Liga tenía que terminar. Y le decíamos: ¿a costa de qué? ¿Es la liga que llega a campeón el que no tiene contagios? Porque deportivamente no fue una liga competitiva, si en los play off dos equipos en cuartos no jugaron porque tenían contagios, en semifinales un equipo no jugó por contagios”. 

El 5 de abril la FeVA informó vía twitter que Boca no se presentaba a jugar la semifinal con Gimnasia de La Plata. Una vez más, debido a la negativa a postergar los partidos, el equipo en cancha accedió a la final. En palabras de la ex jugadora: “River fue el único que pasó todas las instancias sin dejar de jugarlas, pero Boca y San Lorenzo no jugaron cuartos porque sus rivales estaban contagiados y dados de baja. Gimnasia no jugó final porque Boca se dio de baja”. 

Colectivo Doble Cambio

Frente a ambas situaciones, Doble Cambio sacó un comunicado en redes en donde expuso la situación que atravesaba la Liga Femenina. A través de estos espacios, las jugadoras tuvieron oportunidad de alzar la voz. En ese sentido, Espinosa subraya: “Creo que esta pandemia expuso lo que siempre se fue tapando durante años. Fue la frutilla de la torta que terminó de exponer y visibilizar todo lo que venimos viendo durante años. En lo personal, hice 20 ligas nacionales, las viví todas”. 

Al consultarle a Fernández qué se podría haber hecho distinto, reconoció: “Yo creo que tendríamos que haber tratado de tener una burbuja real a partir de los cuartos de final. Hacemos una burbuja diez días y jugamos todos los días. La liga masculina se hizo con burbuja y la de las chicas no, porque es un presupuesto de 40 millones versus uno de 2 millones. Los clubes en este momento están fundidos y haber jugado la Liga hoy es un logro”.

Más allá de la pandemia, para Espinosa la organización del colectivo siguió sumando nuevos logros: “Hay situaciones al interior de los clubes que sí han mejorado, las situaciones y el vínculo entre jugadores y clubes. Eso sí hay que resaltarlo porque es real: el año pasado era un solo club que firmaba contratos y hoy ya son cinco. Es importante todo ese avance: hay pibas que están jugando su primera Liga nacional y están firmando contrato”. Asimismo, destacó: “Es la primera Liga que se jugó con nosotras como militantes, y yo sé que nosotras empezamos a escribir otra historia para las pibas”. En la misma línea, Fernández acentúa el crecimiento de la Liga: “Antes eran ocho equipos y llegamos a ponerlo en 16. No había equipos del interior y trajimos siete. Además, nunca una Liga tuvo tantos partidos televisados como la de este año”.

A pesar de esto, el balance de las jugadoras transmite preocupación. “Estamos hablando de una Liga nacional, no es un torneíto así nomás y eso es lo que más molesta. Este es el torneo más importante del vóley argentino, ¿por qué tanto descuido? Realmente nos sentimos desprotegidas”, señala Antonela. El deporte es un trabajo que demanda de las jugadoras incontables horas de inversión en entrenamiento físico, técnico y táctico, en nutrición y en psicología deportiva, entre otros aspectos. El cuidado de la salud de las jugadoras y equipo técnico debe ser la prioridad que guíe la toma de decisiones respecto a futuras competencias. 

Si bien la Liga no fue lo que las jugadoras esperaban, el colectivo sigue celebrando su empoderamiento dentro y fuera de la cancha. En el caso de Boca, “la FeVA twitteó sobre el partido por jugar del que Boca se había quedado afuera y promocionaba la otra semifinal. La gente empezó a comentar sola”, recuerda Natalia. Y agrega: “Generalmente replican o retwittean lo que publicamos nosotras, y esta vez eran jugadoras y la gente manifestando lo que sentían. Ya se están alzando las voces. Ahora empieza un efecto dominó, nosotras empujamos la primera ficha”.

El bitcoin se convirtió en el nuevo depredador del planeta

El bitcoin se convirtió en el nuevo depredador del planeta

Un estudio realizado por la Universidad de Cambridge en 2020 determinó que la energía anual que se necesita para gestionar la principal criptomoneda, el bitcoin, es más que la que consumen cerca de 50 millones de argentinos para moverse, producir, calentarse, iluminar sus calles y todo lo demás. Pero ¿a qué se debe este elevado consumo?

Una de las características fundamentales de esta criptomoneda, como ya explicó ANCCOM, es la descentralización del control, emisión y regulación por parte del Estado y otros actores económicos. Sin embargo, esta no es la única condición: estas transacciones necesitan de una base de datos distribuida, segura e inviolable generada por la tecnología blockchain o cadenas de bloques, que plantean problemas matemáticos cuya resolución requiere crecientes cantidades de energía.

Pero, ¿de qué se tratan estas cadenas? Las transacciones de criptomonedas se integran en bloques virtuales que generan una marca temporal y un código propio vinculado al bloque anterior pero también al siguiente, provocando una cadena: si un eslabón es modificado, se pierde la coherencia matemática de la cadena y se hace evidente que algo no está bien. Como explica Andres Rabosto, sociólogo y becario doctoral del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas de Argentina, este proceso lo realiza el software de la criptomoneda automáticamente, el cual requiere ser verificado: “Esta validación la realizan las computadoras conectadas a la red de la criptomoneda y consiste en encontrar la respuesta a un problema criptográfico contenido en el propio bloque; aquella computadora que llegue primero a la solución cobra un premio en nuevas criptomonedas”. Esto genera que a mayor cantidad de máquinas minando (buscando la solución al problema criptográfico), menor es la probabilidad de resolver un bloque y por lo tanto, de obtener recompensas.

A medida que el precio del bitcoin sube, más tentadora resulta la competencia y por lo tanto el incentivo para utilizar máquinas más potentes y que consumen más energía eléctrica. Si no se hace de esa manera, la resolución lleva más tiempo y el premio es solo para el ganador. Todo el resto de la energía se pierde irreparablemente. Como detalla Rabosto, “la necesidad de más potencia implicó mayor inversión en infraestructura produciendo una industria concentrada e integrada verticalmente por productores de hardware”.

El bitcoin consume una cantidad de energía comparable a la que utilizan países como Holanda o Bélgica.

Actualmente, las principales estimaciones consideran que Bitcoin tiene consumos comparables a los de países como Holanda, Bélgica, incluso Argentina. Uno de los principales objetivos a largo plazo es que para 2025 todas las cadenas de bloques del mundo utilicen energía 100% renovable por el gran impacto ambiental que genera las huellas de carbono y desechos electrónicos. En la encuesta a grandes mineros realizada por la Universidad de Cambridge en 2020, los entrevistados indicaron que solo el 39% de su consumo total de energía provenía de energías renovables. Si bien el objetivo de reducir las emisiones entusiasma a los defensores de bitcoin, cabe preguntarse si no sería mejor dedicar esa energía a fines con impacto en la economía real y el bienestar de la población.

Para Rabosto hay otra cuestión clave: “La minería de criptomonedas se realiza con hardware especializado que se vuelve obsoleto muy rápidamente, aproximadamente cada un año y medio. Cuando termina su vida útil, ese hardware se transforma en una gigantesca masa de cables, fierros y placas electrónicas que van al basural”. Por esto la utilización aún si se utilizara energía renovable, bitcoin seguiría teniendo un impacto ambiental significativo.

Por otro lado, en los últimos meses empezó a difundirse por redes sociales y por las calles de Buenos Aires publicidades de criptomonedas. Respecto a este tema el investigador afirma que podría deberse al aumento de su valor: “Según creo, se debe a movimientos especulativos de corto plazo ya que, de hecho, muchos analistas esperan un movimiento correctivo a la brevedad”.

El uso y el funcionamiento de las criptomonedas no solo encendió el debate económico y tecnológico sino también trajo como problemática el impacto ambiental. Según Digiconomist, si estas monedas virtuales fueran países ocuparía el puesto número 41 en el ránking de naciones que más electricidad consumen de manera anual. En términos ecológicos, hasta el momento solo entidades reales podrían ocasionar CO2; esto nos lleva a preguntarnos si todo consumo energético implica necesariamente un impacto ambiental.

Lo primero que hay que tener en cuenta es que bitcoin no puede contaminar por sí mismos, sí lo hace el consumo de energía y recursos que conlleva su gestión. No obstante, la problemática de esta tecnología no está únicamente en el consumo de energía y el aumento de su valor en el mercado financiero, sino también en lo que implica dañar el medio ambiente para no producir algo concreto.

«Yo sabía, a Bulacio lo mató la policía»

«Yo sabía, a Bulacio lo mató la policía»

Este lunes 26 de abril se cumplen 30 años de la muerte del joven Walter Bulacio en ocasión de la privación ilegal de la libertad que sufrió por parte de fuerzas policiales al asistir, por primera vez, a un show de Los Redonditos de Ricota en el Estadio Obras.

El concierto había tenido lugar el viernes 19 de abril de 1991; antes y durante el recital fueron detenidas por la Policía Federal 73 personas en las cercanías al estadio en el marco de una razzia. El brutal operativo policial fue desplegado por agentes de la Comisaria 35 de Núñez, al mando del comisario Miguel Ángel Espósito, alias “el Aguilucho”.

En el expediente judicial figura que la intervención policial fue por los desmanes que venían suscitándose en los últimos conciertos. Sin embrago, la presencia de las fuerzas de seguridad resultó desproporcionalmente numerosa. Al margen de varios móviles policiales y carros de asalto, también, hubo un colectivo de la línea 151 estacionado en la puerta del estadio. El objetivo era claro: trasladar la mayor cantidad posible de detenidos.

Como explica María del Carmen Verdú, abogada de la familia Bulacio:

“En la causa penal está perfectamente acreditado que la Policía Federal organizó –dentro del sistema de servicios adicionales- un operativo para el recital que tenía como objetivo que nadie ingresara a Obras sin entrada. En ese marco la Policía aprovechó para realizar además un plan B: tumbar un par de boliches de la zona que venían parándose de manos al comisario y no le pagaban la cuota mensual de ‘protección’ policial. Si revisás la lista de los 73 detenidos y detenidas ingresados a la comisaria, más de la mitad de los mayores de edad que fueron detenidos lo fueron dentro de esos boliches”.

Como más tarde se probó, ninguna de esas personas fue detenida por un delito específico. En el caso de los mayores de edad, el motivo de la detención fue registrado como averiguación de antecedentes o por contravención en el marco de los entonces vigentes edictos policiales de la Ciudad de Buenos Aires.

La detención de los menores de edad fue justificada por su presencia en la calle de noche. El procedimiento aplicado, “Memo 40”, consiste en una disposición interna a la fuerza que permitía al comisario decidir qué hacer con los “sospechosos” en franca colisión con las normas entonces vigentes que requerían para dichas acciones la consulta a un juez de Menores.

Semejante atropello, tal vez, hubiera quedado en la nada de no ser que entre esos detenidos estaba Walter Bulacio, un pibe de Aldo Bonzi de 17 años que, luego de medio día de estar detenido en la comisaría, salió con un grave cuadro neurológico de origen traumático, y murió, tras una semana de estar en coma.  

“En la primera autopsia no se estableció la causa de la muerte. No obstante, hubo una segunda en la que quedó claro que Walter había sufrido un accidente cerebrovascular que le había reventado un vaso sanguíneo en la cabeza. Eso se llama aneurisma y, en una persona de 17 años, en general, la causa es traumática. Sumado a esto, las historias clínicas, los estudios médicos, y demás; permitieron determinar que la causa de la muerte fue el padecimiento de un traumatismo encéfalo-craneano”, relata Verdú.

Walter era alumno del quinto año del Colegio Bernardino Rivadavia de Capital Federal y trabajaba de caddie en el Campo Municipal de golf para juntar el dinero con el que pensaba financiar su viaje de egresados a Bariloche.

María del Carmen Verdú.  

Su compañero de banco, Miguel Ángel Vilche, cuenta que el apodo de “el Largui” obedecía a que era un pibe alto y flaco. También, recuerda Vilche, “manejaba el humor con mucho sarcasmo. Era muy divertido cuando metía humoradas pero en sí bastante callado y tímido. Le gustaba mucho el rock. Iba a la cancha, era fanático de San Lorenzo. Yo soy de River y nos cargábamos mutuamente. Era muy familiero. Los dos entramos en cuarto año porque yo venía de un industrial. Como éramos los nuevos, nos sentábamos juntos y nos hicimos muy amigos”.

Vilche nos habla de ese día: “En esa época, los Redondos tocaban un fin de semana por mes, siempre en Obras. A nosotros nos gustaba mucho ir los viernes. Los chicos del secundario parábamos en Castro y De las Casas con algunos amigos de Boedo. Nos juntábamos ahí, nos tomábamos unas birras y nos íbamos caminando hasta la parada del 15 para ir al estadio. Ese día Walter nos había dicho que quizás venía a juntarse con nosotros para ir al concierto pero si no llegaba se iba con la gente de Bonzi en el micro. Así que, como no llegó, dijimos ‘Se fue con los pibes de Bonzi’. Efectivamente, se había ido en el micro pero nunca entró al show. Transcurrimos todo el recital cuando vimos que estaban los chicos de Bonzi pero nos enteramos recién el lunes a la mañana lo que había pasado y que estaba internado”.

Durante una semana la mayoría de los compañeros de división fueron a visitar a Walter al hospital: “Estuvimos toda la semana casi durmiendo ahí. Una semana exacta después, el viernes 26, me levanté para ir al hospital como todos los días y por la radio me enteré que había fallecido. Pudimos verlo, y todos fuimos testigos de que tenía el cuerpo golpeado y moretones en las costillas. Obviamente, la conmoción fue tremenda, teníamos todos 16, 17 años y en esa edad vos pensás que la muerte es cosa de viejos. Esto fue un golpazo”, cuenta Vilche.

La muerte de Walter provocó la reacción solidaria de muchas personas, entre ellas la abogada María del Carmen Verdú que comenzó a organizar marchas y festivales junto a la familia del joven para visibilizar el caso. Ese fue el germen de la CORREPI, Coordinadora contra la Represión Policial e Institucional. Miguel Ángel recuerda especialmente el suceso: “Fue muy conmocionante para chicos tan jóvenes como nosotros que, hasta ese momento, no teníamos actividad política. Empezamos a ir a los diarios, a las radios que nos hacían entrevistas todo el tiempo. Fue un año intenso que, obviamente, nos cambió la vida a todos”.

El ex comisario Miguel Angel Espósito fue condenado con una pena menor en 2013.

Como recuerda Verdú: “Lo más importante fue el saldo organizativo, en un momento en el que estábamos en un escenario de completa desmovilización, a fines de los 80 principios de los 90. La irrupción del caso Bulacio generó todo un movimiento juvenil de organizaciones estudiantiles con mucha presencia en la calle. La movilización permitió visibilizar la militancia que veníamos perdiendo contra el gatillo fácil, contra las torturas en lugares de detención, contra las muertes en lugares de detención, contra las detenciones arbitrarias en la Ciudad de Buenos Aires, en muchísimos barrios del Conurbano, y en el ámbito nacional. Este caso le puso cara a una pelea que sigue hasta el día de hoy”.

Así nació un grito colectivo: “Yo sabía/yo sabía/que a Bulacio/lo mató la policía”. Grito que perdura en las marchas contra la represión pero, también y sobre todo, en los barrios, las canchas, los recitales y en la garganta de jóvenes que no habían nacido entonces, pero hoy levantan la misma bandera porque siguen siendo víctimas de la misma violencia estatal.

“A pesar de todo eso, de que en 2003 la causa generó una condena de la Corte Interamericana de Derechos Humanos que ordenó al Estado argentino derogar todo el sistema de detenciones arbitrarias. A pesar del tardío e incompleto juicio oral al comisario Miguel Ángel Espósito que recién llegó en 2013, de su ridícula condena (fue condenado a la pena de tres años y medio de prisión en suspenso, por lo que no fue detenido). A pesar de que no hay juez, fiscal o cámara que de vez en cuando no cite el Caso Bulacio y que se estudie en las facultades, lo cierto es que hoy, en 2021, no sólo estamos igual en materia de detenciones arbitrarias en Argentina si no que estamos peor”, plantea el comunicado en la página web de la CORREPI en ocasión del aniversario del caso este año.

A pesar de la sentencia internacional, en nuestro país, siguen vigentes códigos contravencionales y regulaciones policiales que desconocen las exigencias de la Corte Interamericana de Derechos Humanos. Por lo que se hace necesario continuar con el trabajo de concientización iniciado. En este sentido, Verdú explica: “Estamos lanzando la nueva campaña en contra de las detenciones arbitrarias exigiendo el cumplimiento de la sentencia que no solamente serviría para garantizar la libertad de tantas personas en la República Argentina sino que, además, sería una garantía para la integridad física de las personas. Porque el 50% de las personas muertas en comisarías en los últimos 35 años, de acuerdo a nuestro archivo de casos, no fueron detenidas por un delito sino por algunas de esas herramientas arbitrarias: averiguación de antecedentes, identificación, contravenciones, razzias. Para cumplir con la Corte Interamericana, el Estado argentino debería haber derogado esto hace más de 17 años y acá estamos, con un sistema incluso más amplio de lo que era en 1941”.

Y mientras tanto, la imagen de Walter nos sigue sonriendo en carteles, remeras y pantallas. “Walter es la cara de la lucha organizada de la juventud contra la represión estatal”, asegura Verdú. Y sus amigos, bien lo saben: “Veo todo el tiempo la imagen de él. He visto esténcil, la figura del Che hecha con la cara de Walter. Aparte fue el primer muerto en las barbas del rock en época de la democracia. Después de la muerte de Walter, en los recitales de los Redondos a los que asistimos, vimos chicos que tenían remeras con su cara, algo que no era tan común en esa época. También, gente cantando, y su imagen en las banderas”, reflexiona Vilche. Por su parte, otro amigo, Cristian Ottaviano, sentencia: “Walter se convirtió en el mártir, en la imagen del gatillo fácil, la gente no se olvidó que no hayan pagado los responsables”

Pero la memoria trasciende lo visual, Vilche cuenta: “Estoy en un proyecto, escribiendo sobre Walter. Es un libro de no ficción, más intimista que periodístico, y trato de contar nuestra historia con él que incluye todo lo que tiene que ver con el caso. La idea principal es que no se olvide”.

Sin embargo, más allá del loable proyecto personal de Vilche y sus compañeros de división, Walter Bulacio nunca será olvidado porque siempre será una página importante en la historia argentina de las luchas por el derecho a la integridad personal y a la libertad.

El sistema de salud porteño en terapia intensiva

El sistema de salud porteño en terapia intensiva

“La situación es grave y estamos pidiendo más restricciones”, señaló enfáticamente el Dr.      Gabriel Rosenstein, médico del Hospital Tornú y miembro de la Asamblea Permanente por el Derecho a la Salud y en diálogo con ANCCOM.

La ministra de Salud de la Nación, Carla Vizzoti, dijo el miércoles pasado en conferencia de prensa que la Argentina está viviendo el peor momento de la pandemia, por lo que se apunta a disminuir la velocidad con la que ingresan personas internadas en terapia intensiva. Esto se complementa con la circulación de nuevas variantes, agregó la directora de nacional de Epidemiología Analía Rearte. A su vez, el ministro de Salud del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires (GCBA), Fernán Quirós, dio una conferencia de prensa el martes pasado, en la que sostuvo que hay una curva en la que los casos crecen aceleradamente desde mediados de marzo. Según el ministro, la media de casos en los días anteriores había sido de 2.700 diarios, pero la semana pasada llegó a picos de 3.339 casos nuevos. Para Rosenstein “lo que hay que mirar es la circulación del virus, más que las camas y tener en cuenta que se cuenta a una población menor a la real porque los hisopados son sólo los sintomáticos. Hoy, según datos del GCBA, estamos en 737 casos por 100.000 habitantes que es la incidencia, en promedio y contando los últimos días en Capital Federal. En la ciudad estamos en una media de 27% de positivos de todos los hisopados por día, que sigue siendo un número alto ya que para la Organización Mundial de la Salud esa cifra debe ser del 10% para considerar una situación controlada. El lunes pasado nos tocó ver alrededor de 40% a 50% de positivos de todos los hisopados en el Hospital Tornú y 80% en el Durand el domingo pasado”.

En el sistema público de CABA, hay 450 camas de terapia intensiva según el informe diario oficial del Gobierno porteño. “Hoy hay 323 camas de terapia intensiva ocupadas, superando el máximo anterior (308) que fue en agosto del año pasado”, observó Santiago Olszevicki, analista de datos, el día de ayer vía Twitter sobre las cifras oficiales en CABA. El ministro Quirós dijo el martes que las terapias del sector público están al 65% de ocupación y las del privado, al 82%. Pero también, mencionó que se han tenido que reconvertir espacios de atención de otras patologías, y que en algunos centros privados la ocupación de camas llega al 95%. Los últimos datos indican que las camas de hospitales públicos para pacientes graves y moderados están en 71,7% y 48,3% de su capacidad respectivamente. Rosenstein explicó: “La disponibilidad de camas no es tanto el problema porque es el fin del cuento y, además, importa en función del riesgo de mortalidad. Pero también, en la medida en que te quedás sin camas no sólo no podés asistir a quienes tienen covid, sino que tampoco a los que están por otras patologías, como el que necesita internarse por un infarto. En noviembre se habían vuelto a trabajar otras patologías, pero ahora estamos entrando en una pendiente y vamos a tener que evacuar salas de internación de cirugía para alojar pacientes covid”.

La Ciudad estableció un esquema de “anillos” en el que hay hospitales que tienen la capacidad para concentrar la mayor cantidad de casos por covid. Es el caso del “anillo rojo”, que son el Argerich, el Fernández, el Santojanni y el Muñiz. El Hospital Fernández anunció esta semana que cierra su Guardia y sólo se atenderán casos de coronavirus. Al respecto, Rosenstein dijo: “No se había llegado a esto el año pasado”.

El Hospital de Clínicas tiene el 100% de las camas de terapia intensiva ocupadas. Célica Irrazábal, Jefa de la División de Terapia Intensiva de esta institución espera que la demanda siga aumentando: “Vamos a abrir más camas de internación”, dijo. Se busca, además, alentar a los ya recuperados a donar plasma para atender a los nuevos casos (aquellos interesados en donar pueden escribir a plasmacovid@hospitaldeclinicas.uba.ar) y que los cuadros tengan una menor probabilidad de agravarse y así liberar espacio. Dado el número de contagios, se decidió “refuncionalizar” los servicios para que las terapias intensivas no colapsen y ya se están estableciendo criterios para clasificar a los pacientes críticos y determinar quiénes accederán de manera prioritaria a los recursos disponibles si estos se agotan.

A principios de esta semana, las camas de terapia intensiva del Hospital Santojanni estaban todas ocupadas según datos relevados por médicos de la Asamblea Permanente por el Derecho a la Salud. En el caso el Tornú, en este momento disponen de “sólo una de las tres camas en el shock room de la guardia, que es donde están los pacientes descompensados. Tuvimos eso en promedio en los últimos días. Hace dos semanas tuvimos que pasar pacientes a la Guardia para ponerle los respiradores. En el Hospital Ramos Mejía, 14 de las 16 camas de terapia intensiva están ocupadas. En el Hospital Durand, tenés dos terapias para covid: una está llena y la otra al 90%, por lo que tuvieron que refuncionalizar tres salas. Incluso, hay gente en camillas en la Guardia. El sistema privado, al que el 80% de la Ciudad está afiliado, está desbordado. Se están internando pacientes moderados en hoteles y derivando pacientes que tienen cobertura a hospitales públicos, como muchos que se descompensan, dan vueltas por privados y quedan internados acá (en el Tornú). A esto se suman los pacientes que no están afiliados a obras sociales. Hace poco, se supo de un caso de un paciente de más de 70 años que estaba hace varios días esperando para entrar a terapia, sin vacuna. Si estuviera en Provincia, ya se hubiera vacunado”, detalló Rosenstein.

Aunque el Gobierno de la Ciudad resolvió posponer las cirugías que no sean urgentes por 30 días con el objetivo de reducir la ocupación de camas, hay casos de internación que no se tienen demasiado en cuenta en los cálculos: “Los accidentes de tránsito -son el 17% de los auxilios a los que asiste el SAME- y los casos de bronquiolitis y gripe en niños, que habían disminuido durante la cuarentena”, explicó Rosenstein. Las nuevas medidas pueden desencadenar una serie de complicaciones colaterales: “Hay cirugías que no requieren internación en este contexto, como la que se necesita en el caso de los cálculos en la vesícula, por ejemplo. Pero la espera en promedio para cirugías habituales, como ésta, era de ocho meses como mínimo antes de la pandemia, debido al deterioro del sistema público de salud de la Ciudad en los últimos años. Todo esto se agravó el último año”.

Iaroti es médica y terapista del área de Neonatología del Hospital Durand. Allí hay 22 bebés internados en promedio, entre los recién nacidos, los prematuros y los que están en situación grave. En este sector se debió incluir un área para alojar de manera ambulatoria a niños sanos debido a que sus madres están aisladas por covid, son casos sospechosos o han fallecido. “Con las nuevas directivas del Gobierno de la Ciudad por la pandemia, ejecutadas por la Dirección del Hospital, se intentan suspender servicios que no son urgencias como pediatría, neuromotricidad, estimulación temprana y neurodesarrollo”. Se trata del seguimiento de alto riesgo -que es ambulatorio- de alrededor de 30 bebés y niños que necesitan de un equipo interdisciplinario porque han nacido prematuros y tienen alguna patología especial. El objetivo es que los pacientes puedan ingresar en edad escolar en las mismas condiciones que un niño sano. “La prioridad es el covid, pero si no se interviene ahora que es el momento oportuno sobre la situación de estos niños, no hay marcha atrás después. Nos está costando mucho contener la desatención que han sufrido y sobre todo, las secuelas irreversibles. Tuvimos que reinventarnos pero estamos rearmados. Es muy grave y nadie está dispuesto a obedecer que se suspendan”. Para Iaroti, en el Hospital Durand: “Están los insumos del COVID-19, pero faltan otros. Hace poco se rompió el equipo de diagnóstico para detectar la hipoacusia precoz y estamos derivando a los niños a otros hospitales”. Incluso considera que la situación edilicia es “catastrófica”: “Se rompió un tanque y nunca tenemos agua caliente. Por eso recibimos a los bebés y niños con agua fría. Los pisos están todos rotos. Yo compré mis propias herramientas del consultorio. Nosotros ponemos el cuerpo y sacamos adelante el servicio. Pero hay mucha desidia y no hay presupuesto”.

Otro de los recursos críticos es el personal de salud. El director del Hospital de Clínicas, el Marcelo Melo, informó a ANCCOM el estado en que se encuentra el personal de salud: “El recurso humano fue lo más castigado de la pandemia. Estamos cansados y nuevamente nos toca enfrentar esta situación. Sin embargo, el personal de salud de nuestro hospital está vacunado en su totalidad. Vamos a reforzar la capacitación del personal en medidas de bioseguridad y el uso de equipo de protección personal, asegurando su provisión”. La situación es muy diferente para el enfermero Hector Ortiz, quien trabaja en el Hospital Durand y es miembro de la Agrupación de Hospitales de la Ciudad (ATE). Ortiz denunció: “Los trabajadores de la salud estamos abandonados por el Gobierno de la Ciudad. Estas variables son enormemente transmisibles y agresivas. Tenemos los hospitales abarrotados de pacientes infectados con COVID y las terapias están llenas, mientras que nos faltan recursos humanos -enfermeros, médicos, administrativos, técnicos camilleros-, contamos con respiradores rebalsados, sueldos de 40 mil pesos y ni siquiera nos reconocen a los enfermeros como profesionales”.

Iaroti  y Hector Ortiz no son los únicos que reclaman mejores condiciones de trabajo al Gobierno de la Ciudad. Nelson Donato, médico del Hospital Penna y co-coordinador de los Equipos de Salud del Instituto Patria, dice: “Nos da mucha angustia que haya muerto una enfermera de nuestro hospital, Gilda Zurita, y un jefe de departamento, que si bien no estaba viniendo por tener comorbilidades, no consiguió camas para internarse en el sistema privado a pesar de tener cobertura. Terminó en la terapia de nuestro hospital, donde falleció. El equipo de salud está agotado, en especial el personal de guardia que son quienes reciben la mayor presión. El GCBA desconoce la condición profesional del sector enfermería y eso agrava la situación porque están mal pagos, desmotivados pero aún así ponen lo mejor de ellos. El sistema público de salud se sostiene por la conciencia del derecho a la salud pública. A nadie se le ocurre pensar que en Argentina uno no tiene donde atenderse, aunque no esté afiliado. Es admirable el compromiso del equipo de salud, porque eso es lo que hace que se sostenga el hospital independientemente de las políticas públicas y en un sistema como el porteño, que en los últimos 14 años tuvoo reducción de planteles básicos, cierre de camas, coronado con el intento de cederle un sector del Hospital Muñíz a los privados recientemente, aquel proyecto del “5×1” que pretendía unificar cinco hospitales en el predio donde está hoy el Muñíz, ¡es una locura juntar un hospital oncológico con uno infeccioso en el mismo predio! Hay una perspectiva privatista de la salud, de achicamiento del hospital público.”

¿Que treinta años no es nada?

¿Que treinta años no es nada?

La política exterior del gobierno de Alberto Fernández ha cobrado relevancia en las últimas semanas con la celebración por los 30 años del Mercado Común del Sur (Mercosur) y –dos días antes de esta cumbre– con la salida del país del Grupo de Lima, que han reafirmado la posición argentina sobre los procesos de integración regional.

El 26 de marzo de 1991, durante la presidencia de Carlos Saúl Menem, Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay firmaron el Tratado de Asunción (Venezuela se incorporó años después), a partir del cual surgió el Mercosur. Si bien el acuerdo original tuvo objetivos ambiciosos como la creación de una intrazona de libre comercio entre los países miembros, que hasta hoy parece lejana, no todo es pérdida para el bloque. Al menos así sostiene Julieta Zelicovich, doctora en Relaciones Internacionales y profesora de la Universidad Nacional de Rosario, en diálogo con ANCCOM.

La investigadora destaca que el Mercosur logró consolidar a la región como una zona de paz y también introdujo mecanismos de integración económica, como forma de generar intereses conjuntos para una proyección compartida en la que las hipótesis de conflicto fuesen dejadas de lado. Sin embargo, sobre este último punto, Zelicovich aclara: “El Mercosur tuvo una primera década relativamente exitosa donde logró un crecimiento importante de los flujos de intercambio, pero a partir de 1999 empiezan a presentarse tensiones: la devaluación del real, la crisis argentina y luego se van sucediendo distintas etapas que llevan a que el comercio no crezca más. Una vez alcanzado determinado volumen de intercambio, la primera y segunda década del siglo XXI muestran que el comercio de intrazona comienza a languidecer”.

No obstante, la reciente discusión, en plena conmemoración de los 30 años del Mercosur, entre el presidente Alberto Fernández y su par uruguayo Luis Lacalle Pou, dejó en evidencia las diferencias que existen al interior del bloque y puso en discusión el objetivo de integración regional. Según explica Zelicovich, el conflicto radica en el tipo de protección de frontera que cada país estima necesario para el ingreso de productos a la zona del Mercosur. “Mientras Argentina y Brasil concuerdan, aparentemente, en mantener la estructura de integración como unión aduanera, aunque difieren en cuánta protección requiere esa unión o cuántos instrumentos en frontera aplicar, Uruguay, en cambio, está planteando una flexibilización de su unión aduanera que no sabemos si es volverla una zona de libre comercio o generar una estructura sui generis donde cada país podría negociar bilateralmente acuerdos con terceros, lo cual rompería con ese arancel externo común”, subraya Zelicovich.

La posición argentina difiere de los gobiernos de derecha que componen el bloque. Mientras estos adhieren a una flexibilización del intercambio comercial –idea que cobró fuerza durante el macrismo–, hoy nuestro país apuesta por un bloque que mantenga la unión aduanera y proteja la producción regional. Las disputas al interior del Mercosur parecen radicar en una baja internalización de normas, según señala Zelicovich. “El proceso de toma de decisión del Mercosur es altamente intergubernamental y las características de los países miembros hacen que estos sean altamente presidencialistas”. Además, los cuatros países integrantes han tenido una amplia oscilación pendular en términos de política exterior y económica a lo largo de estos 30 años.

Pese a que la política exterior del gobierno del Frente de Todos ha tenido una vocación latinoamericanista, en donde la existencia del Mercosur juega un papel fundamental, la integración requiere de acuerdos entre los otros países miembros. Pero todavía “no se logra tener un diagnóstico y una estrategia compartidos de hacia dónde ir y de cuál es su rol en ese proceso”, argumenta Zelicovich.

La decisión de Argentina de retirarse del Grupo de Lima, anunciada el pasado 24 de marzo, es parte del posicionamiento nacional. Cabe recordar que el país se sumó a esa instancia multilateral durante el mandato de Macri con el propósito de impulsar a la oposición venezolana y, posteriormente, al autodenominado presidente Juan Guaidó en contra del gobierno de Nicolás Maduro. “Las acciones que ha venido impulsando el Grupo en el plano internacional, buscando aislar al pueblo venezolano y a sus representantes, no han conducido a nada”, señaló la Cancillería en un comunicado.

Para Ariela Ruiz, economista de la Universidad Humboldt de Berlín con una Maestría en Procesos de Integración Económica por la UBA y a la sazón agregada comercial de la Embajada de Perú en Buenos Aires, el retiro de Argentina del Grupo de Lima “representa un tiro directo en la línea de flotación de la obsecuencia latinoamericana con Estados Unidos”.

El Grupo de Lima se creó en el año 2017 como instancia alternativa luego de la imposibilidad para activar la Carta Democrática Interamericana en la Organización de Estados Americanos con el propósito de sancionar al gobierno venezolano. Ruiz Caro define como “un fiasco” algunas de las iniciativas fallidas del grupo, como alentar a las Fuerzas Armadas para que respaldaran a Guaidó y apoyar el establecimiento de embajadas paralelas en más de 50 países.

“El Grupo de Lima es, y siempre ha sido, una instancia fracasada e inviable para la reconciliación de ese país pues el expresidente interino Guaidó es parte de esa instancia. Asimismo, ha puesto en evidencia el fracaso de los objetivos trazados cuando se creó en 2017, con el auspicio de Donald Trump”, concluye Ruiz.