Las pandemias tienen historia

Las pandemias tienen historia

Las pandemias y epidemias han transformado a la humanidad entera. Las sociedades y las culturas progresaron y trascendieron, aprendieron una de la otra. Hábitos y costumbres se establecieron y evolucionaron. La cuestión de este tipo de enfermedades globales es un tema que poco se aborda en los libros tradicionales de historia. Juan Manuel Carballeda muestra algunas pistas, como la de seguir las rutas marítimas comerciales para casos como la peste negra

Carballeda se recibió de Biólogo en 2010, hizo un doctorado en esa misma especialidad enfocado sobre virus en aves. Más tarde, realizó un postdoctorado  para entender y combatir el dengue. Investiga y ejerce la docencia en la Universidad Nacional de Quilmes (UNQ) y en la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales (UBA). Es investigador asociado del CONICET. 

En cuanto a sus trabajos, Carballeda explica cómo cambió su dinámica laboral: “Durante la pandemia  reconvertimos todo el laboratorio y lo que estamos haciendo en la Universidad de Quilmes es buscar trazas o restos de coronavirus en aguas residuales. Cambiamos de investigación para ponernos con la pandemia”. 

Algo poco habitual en el campo científico es su gusto por la divulgación. Carballeda es la excepción que confirma la regla, creciendo cada vez más en el área de la comunicación con la producción de podcast para El Gato y la Caja + Posta. “Siempre me gustó la radio. Empecé con columnas en emisoras chiquitas, ahora tengo varias columnas y un programa de radio los sábados”, agrega Carballeda.

 Primeros pasos y avances en la literatura

“Un día, mi amigo Juancho, que es parte de El gato y la Caja, me dijo: ´Vos tenés que escribir un libro`. Y yo le contesté que no. ¿Por qué iba a escribir un libro? Y me retrucó: ´Vos contás muy bien anécdotas. Hagamos un libro de anécdotas de la ciencia´. Ese fue el primero que salió, en 2019, llamado Breve atlas anecdótico de la ciencia. En el 2020 vino la pandemia y empezamos con el podcast. Todos los días una pieza contando lo que pasaba, y así surgió la idea de escribir un libro sobre distintas epidemias y pandemias en la historia de la humanidad. Siempre dije que los patógenos eran los grandes protagonistas de nuestra historia”, cuenta el autor que acaba de lanzar Fiebre.

«Hoy tenemos la capacidad tecnológica para analizar en tiempo real qué variantes están circulando en el mundo» 

 “El equipo con que hicimos el podcast funcionó espectacular y dijimos: ´Sigamos usando esta capacidad de trabajo para tener un libro´. La idea de Fiebre era tenerlo listo para diciembre. Surgió a finales de julio del 2020 y está íntegramente escrito durante el aislamiento. El Epílogo es sobre el coronavirus. Pensamos qué cosas volvemos a discutir y qué cosas aprendimos en cada una de las epidemias. Fuimos buscando las más famosas, o las que más impacto tuvieron, o las que conocíamos por alguna razón”, explica el autor.

Carballeda o @muycarba para sus casi 13 mil seguidores en Twitter,  nos citó en el Parque Carlos Mugica, ubicado en el barrio de Saavedra, con distanciamiento, tapaboca y protocolo. La mañana recién empezaba y nos encontramos bajo un sol de otoño impresionante. En uno de los bancos de esa inmensa plaza recorrimos el lugar de las enfermedades globales que cambiaron la humanidad.

“El cólera fue muy protagonista en la historia argentina. Una de las primeras enfermedades que entendimos se transmitía por agua cuando se empezaba a aceptar que no eran una cosa mágica la circulación de enfermedades. La gripe española, tal vez la pandemia más grande de la historia entre finales del siglo XVII y principios del siglo XIX, tuvo sus ciclos porque es bien estacional. La poliomielitis es interesante. Yo conocía la historia por mi viejo, porque  es de la época en donde todavía no había vacunas”, recuerda. 

Prohibido matar gatos

“Con la polio recién se comenzó a implementar la vacuna, y me contaba el miedo que le tenían los chicos, una enfermedad que los afectó particularmente. Cuando se globalizó el comercio en el mundo moderno, entre el 1200 y 1300, ahí también empezaron los brotes de peste negra y no se sabía cómo se transmitía. Había toda una persecución con los gatos, porque eran considerados medio diabólicos por la caza de brujas. Fue muy mala idea matar gatos porque justamente la peste negra es una enfermedad que la transmiten parásitos que están en las ratas. Entonces, si vos matas gatos proliferan las ratas, sus parásitos y, por ende, la bacteria que transmiten”, sonríe Carballeda. 

“Los mosquitos -agrega- son el animal que más humanos mata porque transmite la malaria. Y es interesante porque fue la primera enfermedad transmitida por esos insectos que se descubrió. Antes de eso, era impensable. Después de eso se empezó a entender que la fiebre amarilla y que otras enfermedades podían ser transmitidas por mosquitos”.

“La historia con la que más aprendimos y nos divertimos fue justamente con el epílogo del coronavirus porque era lo que estábamos viviendo. Volvimos a discutir muchas cosas. Por ejemplo, con la  polio se habló mucho de las patentes de las vacunas, cuando apareció la vacuna de Salk. Ahora es un tema que se está hablando otra vez”.

Comunicación, ciencia y tecnología

En su capítulo sobre la gripe española @muycarba cuenta que en realidad comenzó en Estados Unidos y que tuvo tantos nombres como países por las que migró: “Lo que está pasando ahora lo vamos a terminar de entender dentro de diez años. Nos comunicamos mucho, quizás demasiado. Tal vez tenemos demasiada información, eso no pasó nunca. Por ejemplo, con la gripe española se mantenían las escuelas abiertas porque eran los chicos lo que les podían transmitir información a los padres que hablaban en otro idioma. En ese momento no había radio”, explica.

“La comunicación es absolutamente distinta. Tenemos una capacidad tecnológica increíble que nos permitió avanzar muy rápido. Por ejemplo, la peste negra se conoce desde 1200 pero el patógeno se aisló en 1890. Con el coronavirus se registran casos el 30 de diciembre de 2019, y 5 días después el patógeno ya estaba aislado. Pasamos de tardar 400 años a menos de una semana. La comunicación va por ese lado. Antes había diarios o comunicación oral, y ahora tenemos redes que nos permiten acceso a noticias de todo el mundo en tiempo real. Eso muchas veces complica las cosas porque también nos llega información y desinformación”, retoma el biólogo. 

“El impacto se vio en distintos momentos. Con la gripe española no se conocía ni siquiera el virus de la gripe. Se pensaba que el patógeno era una bacteria, ahí la tecnología estaba en un lugar equivocado. Se hizo una vacuna contra algo que no protegía, pero si se entendió bien el papel del distanciamiento, de hacer cuarentenas y eso tuvo un impacto impresionante. También con la polio se pudieron hacer vacunas. Hoy en día, tenemos la capacidad tecnológica para analizar en tiempo real qué variantes están circulando en todo el mundo y qué diferencias hay entre unas y otras, y eso también es soñado”, agrega.

«La única cosa que hicimos los humanos que nos permitió erradicar enfermedades fueron las vacunas».

“Cuando la ciencia y la tecnología empiezan a tener impacto, ahí se comienzan a tratar las enfermedades, y llegamos a hoy que, en menos de un año tenemos varias vacunas disponibles para una enfermedad que no conocíamos. Es la mejor cosa que hicimos los humanos, el mejor invento. El mejor adelanto tecnológico fueron las vacunas, y ahora lo estamos viendo. O sea, poco a poco vamos viendo como tienen impacto en países que vacunaron masivamente y ya están volviendo a algún tipo de normalidad con toda la complejidad que hay en el medio”, explica Carballeda.

Y, continúa: “Respecto a la ciencia nunca se pensó, salvo algunos ejemplos muy particulares, pero nunca la estrategia fue combatir una pandemia en curso con vacunas porque nunca se pensó que podíamos tener capacidad tecnológica para hacer vacunas también. Y realmente mucho antes de lo que yo esperaba, tenemos vacunas eficaces para combatir la enfermedad. La única cosa que hicimos los humanos que nos permitió erradicar enfermedades fueron las vacunas. Si ya no existe la viruela en el mundo, fue por la vacunación”.

Estadísticas de las pandemias

Los capítulos del libro empiezan con una ficha técnica. El autor dice que “en muchos casos es muy difícil estimar cómo es el patógeno, qué tipo de patógeno es, dónde causó, sí causó epidemias o pandemias”.

“Por ejemplo, en la malaria hay estimaciones que hablan de que mató a la mitad de las personas que vivieron en la tierra. La malaria nos sigue desde siempre. Hay malaria de aves, no es el mismo patógeno, pero es parecido y se cree que los dinosaurios tenían malaria. Con la gripe española, se habla entre 50 y 200 millones de muertos. La polio no fue tan impactante en muertos, pero sí en cantidad de parálisis. Ahora, si ves cómo va creciendo la población humana crece, crece, crece y en un momento cae y vuelve a crecer, en esa caída se ve el impacto de la peste negra”, añade Carballeda

“En cada capítulo contamos cuántos fallecidos hubo y durante cuánto tiempo circuló y qué impacto causó, si sólo fueron epidemias o también pandemias. La polio afecta a los niños y sobre todo en verano. Ahí nacen los autocines, porque era peligroso que se juntaran los chicos. La viruela, única enfermedad erradicada por las vacunas que mató 300 millones de personas sólo en el siglo XX, es la primera enfermedad para la que creamos una vacuna”, explica. En el libro, colaboraron una revisora histórica y un revisor biólogo dedicados a chequear los datos.

La respuesta del cuerpo

“De algún modo, la fiebre es el síntoma más común de casi cualquier enfermedad. Fue un proceso largo poder elegir el título. Es una palabra fuerte, común a casi todas las enfermedades. Luego le agregamos la bajada: Breve colección de epidemias. También, siempre jugamos con el breve porque las historias son cortas. El primer libro se llamó Breve atlas anecdótico de la ciencia y el podcast se llamaba Breve podcast de la pandemia, también nos sirve para mantener la marca de algún modo”, cuenta el autor.

“Mostramos todo lo bueno y todo lo malo como en todos los casos. Todo eso es gracias a lo que se va estudiando y cómo se compartió el conocimiento durante este año, eso también lo repasamos en el libro”, dice Carballeda y cuenta una anécdota que su abuelo le relató.  

Esa historia tiene que ver con la palabra fiebre: “En el prólogo relato una historia que no tiene nada que ver con el libro. Mi abuelo vendía libros y fue perseguido políticamente toda su vida. Cuando estaba libre, los vendía casa por casa, era una práctica muy habitual en los años 60 y 70. Una vez golpeó la puerta de una quinta muy grande y le abrió Armando Bo, estaba la Coca Sarli ahí cerca. Un tiempo después filmaron Fiebre que no tiene nada que ver obviamente con esto. Aprovechamos todas las oportunidades para contar historias, y hasta en el prólogo contamos una”. 

Curiosidades

  • Según el autor en el libro “hay un capítulo menos serio en donde hablamos del episodio de 1996 cuando transmitieron un capítulo de Pokémon con mucho cambio de color, con mucho cambio de contraste que causo una “epidemia” de episodios epilépticos, en Japón. Y lo mejor de todo es que después lo repitieron en el noticiero y la repetición volvió a causar epilepsia. Fue como un contagio. Después hablamos de la fiebre del baile en mil quinientos. Una mujer empezó a bailar sin parar y varias personas la acompañaron y no paraban de bailar, son episodios que dicen de histeria colectiva. Y después terminamos con coronavirus”.
  • Cada pandemia tiene detrás una historia; por lo que Carballeda y el equipo que lo rodea partieron de anécdotas que conocían o habían leído en algún lado, y así comenzaban la investigación. “Durante la epidemia de peste negra se suspendieron todas las reuniones científicas en el mil seiscientos y pico en la época de Galileo, Kepler todos genios, pero no se podían reunir porque estaban en el medio de una pandemia, y así nacieron las revistas científicas, tenemos que escribir esto, publicarlo y repartirlo”, cuenta Carballeda.
  • Y la cosa llega al arte: “Sí vamos a hablar de peste negra, tenemos tal historia y tal historia. Un cuadro de Rembrandt, su amante murió de peste negra y los últimos cuadros son mucho más tristes”, relata.

Epílogo

El libro se puede adquirir en elgatoylacaja.com/tienda y lo distribuye Abre Cultura, o descargar gratis desde el sitio de  El gato y la Caja.

Antes de despedirnos, Carballeda muestra su preocupación por la injusticia en el mundo, “por un lado, tenemos eso maravilloso de poder hacer en un año la vacuna o más; y, por otro, lo terrible que somos para repartirlas y lo injusto que es ese reparto”. 

“Es la primera vez que estamos ante una situación así, es que es la primera vez que durante una pandemia podemos ver qué tipo de virus están circulando a la vez y eso también causa mucha confusión y mucha alarma. El lavado de manos es la práctica que más vidas salvó en la historia de la humanidad. Si aprendimos el cuidado, hay conductas que capaz no volvamos a repetir como compartir un mate. Creo que algunas cosas las vamos tomando y otras las volvimos a discutir y, tal vez,  en una futura epidemia”, concluye.

De Corrientes a Netflix

De Corrientes a Netflix

Las mil y una (2020) es una película dirigida por Clarisa Navas que está catalogada como drama LGTB, pero que cuenta mucho más que un romance lésbico. Sin ir más lejos, durante la grabación ocurrió un homicidio a un mecánico, a punta de cuchillo, en las cercanías al set de rodaje. La historia retrata la vida en los monoblocks de Mil Viviendas, un barrio correntino que se ubica cerca de la capital.

Si bien el largometraje fue premiado internacionalmente en festivales como Mar del Plata, San Sebastián, Lima, Valdivia, Toulouse y Guadalajara, algunos vecinos que accedieron a la cinta a partir de Netflix no comparten opinión. Alberto Rivero, miembro del Partido Liberal de Corrientes y militante contra lo que llama «ideología de género», inició una juntada de firmas en Change.org para exigir el cambio de nombre a la película. En sus palabras: “Deja muy mal visto al barrio Mil Viviendas donde se filmó, los vecinos nos sentimos difamados y discriminados por el contenido de este audiovisual”. La petición alcanzó las 65 firmas y cuenta con comentarios que sugieren la censura del filme y otros que reconocen no haberla terminado de ver.

Frente a este rechazo, el Colectivo de Mujeres Organizadas de Corrientes se proclamó en defensa de la película a través de las palabras de una comunicadora feminista correntina. Milo, un joven trans de Mil Viviendas, expresó en su cuenta de Facebook que se siente representado por lo que cuenta Las mil y una: «Plasma muy bien que te vas al centro y podés ser quien vos quieras, pero volvés al barrio y corrés el riesgo de que te vea el vecino cuando estás draggeado, o maquillado y que le cuente a tus padres, que te caguen a palos”.

Además, Milo detalló el sentido de pertenencia que le generó la posibilidad de consumir un contenido audiovisual producido íntegramente en su provincia: “Con mi novia, frenábamos a cada ratito mientras veíamos la película para ubicar en qué lugar era cada escena, o nos poníamos a debatir qué colectivo habrán tomado en la parada que aparece. Para mí fue muy importante porque estábamos todo el tiempo jugando con esas cosas locales. Conocemos a varios actores y actrices por ser militantes de la comunidad. En la escena de la fiesta, una de nuestras amigas estaba de extra… Ver la película significó estar ahí celebrando todo eso”.

Para Navas, la realización del audiovisual no supuso tanto un diálogo con la comunidad LGTB local sino, más bien, la expresión de sus propias vivencias: “Más que un diálogo, me parece que hay una experiencia propia, y un habitar y existir de cierto modo, que en ese sentido no nos hace falta tanto hablar sino que más bien somos parte. La mayoría de los actores han atravesado vivencias similares, yo también, y muches del equipo técnico. Creo que hablamos y construimos las imágenes desde ese lugar, desde el haber atravesado”.

¿Cuándo comenzaste a pensar en el argumento de la película?

Creo que es una película que, de alguna manera, se fue armando entre muchas otras cosas que fui haciendo. Siempre me rondaba la idea de hacer un audiovisual en mi barrio, que expresara ciertos problemas que había atravesado en la adolescencia y que también habían pasado mis mejores amigues. Con el tiempo fue elaborándose y encontrando su modo y su forma, impregnándose también de ficción.

¿Desde el comienzo tenías en claro que el elenco tenía que ser de la región?

El casting comenzó en la primera escritura, en 2018. Sabía que Sofía Cabrera (Iris) y Ana Carolina García (Renata) tenían que ser las protagonistas, sentía que la película no iba a existir si no estaban ellas dos. Luego hicimos una búsqueda en Corrientes para que aparecieran otros personajes. Con Pilar Rebull Cubells (Romi) nos conocimos de casualidad, y fue muy mágico. Mauricio Vila (Darío) era mi amigo, me encanta su trabajo. Hicimos una pequeña prueba con él, grabándose en un video al ritmo de Sandro, y creo que ahí terminó de conquistar mi corazón. Además, tenía un montón de vivencias en Corrientes, muy parecidas a lo que atraviesa su personaje. Después faltaba el otro hermano, que fue interpretado por Luis Molina (Ale). Lo conocí en la Escuela de Cine de Formosa, donde yo doy clases. Desde el primer momento en el aula sentí una conexión muy grande, hicimos un par de pruebas y quedó seleccionado.

Hay actores que estuvieron en tu película anterior Hoy partido a las 3…

Sí. Con el grupo de amigues con quienes hacemos las cosas (Ana Carolina y Lucas Olivares) tenemos la política de defender y construir una especie de arte que nazca desde la periferia y también esté protagonizado por actores y actrices de la región. Si no, el cine argentino tiende a cerrarse sobre sí mismo, las caras se repiten y actúan los mismos de siempre. Nuestra iniciativa es salir de eso y poder construir desde otro lugar, generando nuevas oportunidades.

¿El guion fue pensado en diálogo con la comunidad LGTB de la provincia? ¿Hubo cambios desde el primer borrador de guion hasta la realización?

El guion sí se fue reconstruyendo y armando porque tenemos un proceso de trabajo que dura muchos meses, donde ensayamos, probamos, nos interrogamos y problematizamos también lo que estamos haciendo. En todos esos meses de encuentro y de construcción de red entre les que actúan se van modificando y apareciendo cosas nuevas. Hasta el último día, antes de filmar, mis guiones se suelen modificar. Cuando pensamos a Las mil y una, creo quehay un sentir muy compartido con cualquiera que haya sido parte de la comunidad LGTBIQ+, o disidente, o un poco corrido de cierta heteronorma correntina, que lógicamente se habrá sentido expulsado. Hasta ahora, muchas cosas no han cambiado y sigue siendo muy difícil, traumático y peligroso existir dependiendo en dónde te muevas.La película es una suerte de abrazo a quienes hemos sido diferentes, o distintos, en Corrientes.

¿Cómo te sentís al saber que Las mil y una es la primera producción correntina en llegar a una plataforma de distribución mundial como Netflix?

Estoy contenta con el debate que la película viene produciendo acá. Siempre es difícil que una película que maneja ciertos códigos, tiempos y ritmos diferentes al cine hegemónico, se vea. Sobre todo que produzca enojo, identificación, gusto, llanto… Todas las emociones posibles, y que haga pensar. Que esté en Netflix posibilitó ese acceso a muchas personas de acá y creo que eso sí me pone muy contenta. La verdad, no esperaba que se viera tanto.

¿Qué opinás sobre la respuesta de los vecinos a la película? ¿Imaginabas que podía tener una repercusión negativa?

Sí, pensaba que podía molestar, en cierto tipo de vecinos. Es un grupo reducido, el barrio es enorme y quienes han vivido ahí saben que está compuesto por muchísima gente que piensa de maneras muy diferentes, entonces creo que ese sector es un claro ejemplo de algo que en cada barrio de Corrientes podés encontrar, incluso en cada sociedad está presente todavía. También produce muchas preguntas, y habilita un montón de matices. A veces pensamos en términos muy polares: «Está la gente retrógrada y conservadora, y por otro lado la gente más progre». Acá creo que se abrieron un montón de grises, de aspectos que van más allá de la identidad sexual o de la diversidad: tienen que ver con cuestiones de clase, edilicias, problemáticas del barrio que están ahí y se quieren negar, o tapar, porque también es doloroso verlas. A veces es mejor olvidarse y acostumbrarse a como están las cosas… En ese sentido, el cine tiene el poder de mostrar y revelar ciertas cuestiones. Mucho de lo que dicen los vecinos también tienen que ver con eso: con algo más grande, con esa idea de qué es el correntino. Corrientes siempre fue identificada como el chamamé, el carnaval, la tierra de los machos y gauchos… Me parece que, de pronto, estar representades de otra manera y que lo que se vea no sean las imágenes bellas del río y la costanera, molesta. Es extraño porque es un lugar que se compone de una diversidad gigante. Tampoco hay que olvidarse de que es una de las provincias más pobres de la Argentina, y que tiene el mayor índice de acoso hacia mujeres y disidencias. Son imágenes incómodas, pero la incomodidad también produce pensamiento, e incluso cambios. Negando no se llega a ningún lugar. La película tiene un poco que ver con todo eso.

Un CONICET hiperactivo

Un CONICET hiperactivo

A comienzos de junio, el CONICET volvió a ser elegido como la mejor institución gubernamental de ciencia de América Latina, y la número 13 en el mundo respecto a sus indicadores de Investigación e Impacto Social dentro del universo de 1587, con financiamiento público. Esto surge del ranking SCImago, que evalúa más de 7533 instituciones y universidades de todo el mundo, en donde el CONICET se posiciona en el puesto 195.

No se trata de un dato menor ya que el organismo sufrió profundos recortes presupuestarios entre 2015 y 2019, bajo el gobierno macrista que recortó su financiamiento y puso límite a la incorporación de científicos. El organismo reúne a más de 10 mil investigadores, más de 10 becarios de doctorado y postdoctorado, con 16 Centros Científicos Tecnológicos (CCT), 11 Centros de Investigaciones y Transferencia (CTI) y un Centro de Investigación multidisciplinario, además de los 300 Institutos y Centros exclusivos del CONICET, de doble y triple dependencia con universidades nacionales y otras instituciones.

Barbijos para todos

Hechos de tela antiviral, tratada con bactericidas y fungicidas que elimina el virus en cinco minutos, Los barbijos del CONICET se convirtieron en una especie de hit, tanto en rosa  como en su nueva versión en color gris, con tamaños para adultos y niños.Los productos de cuidado fueron desarrollados junto a ATOM PROTECT, testeados por el Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI) y por el Instituto de Virología del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA). 


Pero también existen otros proyectos impulsados por el máximo organismo que nuclea a científicos argentinos y que no han tenido tanta difusión. En marzo del año pasado,  la red de laboratorios que pertenecen a un instituto del CONICET que trabaja con diferentes moléculas de ARN participó de una convocatoria lanzada por el
Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación de la Nación  (MinCyT), para obtener subsidios destinados a iniciativas vinculadas a la lucha contra el coronavirus. Con ese incentivo, se avanzó en un método de detección del covid-19 e inactivación del virus, de manera de que no corran riesgos quienes deben manipular las muestras. “Investigando en qué consistían los métodos usados a nivel mundial y qué equipamiento se necesitaba para diagnosticar la presencia de este virus en individuos potencialmente infectados, nos pareció que podíamos aportar nuevos elementos tratando de facilitar los protocolos”, explica  la doctora en Ciencias Biológicas, Anabella Srebrow, participante del proyecto.

Inactivar una  muestra de laboratorio facilita su manipulación sin necesidad de un equipo de protección excesivo, permitiendo al operador trabajar en distintos contextos que cuenten con menos infraestructura. “Nosotros queríamos participar del diagnóstico pero al no contar con el equipo de protección apropiado, no pudimos. Para bajar el nivel de bioseguridad necesaria, priorizamos la inactivación de las muestra”, cuenta el doctor en Ciencias Biológicas, Ezequiel Petrillo. El método consiste en utilizar una solución de inactivación que rompe las partículas virales pero deja el ARN protegido de la degradación. 

Este avance fue aprobado por la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (ANMAT). El CONICET ya firmó convenios para que pueda comercializarse en el país. 

Soluciones inteligentes para un país en crisis

Por otro lado, el mismo equipo, creó un kit “casero” de detección del coronavirus que tiene como objetivo reemplazar el kit comercial, bajar los costos y aprovechar los recursos disponibles en el país. La prueba consiste en juntar una muestra de saliva que no requiere la acción de un operador. “No se necesita personal capacitado ni protección específica, a diferencia del hisopado y, además, es más rápido”, afirma Srebrow.

Después de inactivar la solución, se analiza la presencia de ARN viral con métodos de detección por PCR con reactivos y equipamiento menos sofisticado, disponibles en Argentina. La efectividad de estos procedimientos alternativos fue testeada por el Instituto Nacional de Microbiología Doctor Malbrán, donde se utilizaron en paralelo a las reacciones que suelen usar y se compararon los resultados. 

Otro de los productos que lleva el sello de los científicos nacionales es el ya conocido suero equino hiperinmune anti-SARS-CoV-2, utilizado para el tratamiento de pacientes adultos con enfermedad grave o moderada de COVID-19. Su aplicación logró disminuir las internaciones en terapia intensiva un 24%, redujo las muertes un 45% y el uso de respirador un 36%, según explica el CONICET en su sitio.

El spray nasal con carragenina es otro de los métodos probados , tanto para prevención de la enfermedad como para su tratamiento. La carragenina es un componente químico hallado en algas que genera una barrera para que el virus no logre entrar al epitelio nasofaríngeo. “El  spray se usa para tratar casos de resfríos, especialmente en los niños. Hay varios trabajos que demuestran que la carragenina es antiviral. Frente a eso nos pusimos a trabajar en un proyecto para probar si tiene efectos sobre el covid”, dice el doctor Osvaldo Uchitel del Instituto de Fisiología, Biología Molecular y Neurociencias UBA-CONICET.

El medicamento es de venta pública, está aprobado por la ANMAT  y se produce en 18 países. Se utilizó en un estudio doble ciego que demostró que “una dosis mucho menor de la que se aplica en la fosa nasal era muy efectiva”, agrega el neurocientífico. El mismo se realizó en personal de salud en contacto con pacientes enfermos de Covid y constó de la aplicación del spray o placebo en cada fosa nasal, cada 6 horas durante 21 días, demostrando una efectividad del 80%. 

“Esto no fue nada sencillo porque como es un producto que no tiene patente, el laboratorio que lo produce no tiene mucho interés en invertir para  promoverlo. La inversión es grande y la ganancia pequeña”, explica Uchitel. Además, en La Rioja, se está aplicando carragenina a todos los pacientes con la enfermedad para probar  su eficacia en la prevención de  casos graves. Los 60 pacientes tratados hasta el momento, no entraron en una situación respiratoria complicada..

Por último, el investigador resalta las dificultades que tiene el sistema médico argentino para desarrollar este tipo de estudios. “Yo me pregunto, si el país produce vacunas, va a tener que probarlas y el sistema de salud no está preparado para eso. Producir medicamentos es un tema y hay mucho apoyo pero probar después que sean efectivos es muy complejo y un desafío muy grande por delante”.

Un femicidio cada 35 horas

Un femicidio cada 35 horas

Se cumplen seis años desde que el primer grito de Ni Una Menos se instaló en nuestro país. Desde 2015, cientos de miles de mujeres salen a las calles cada 3 de junio, bajo una misma consigna: contra de la violencia machista. En el marco de un nuevo aniversario, se publicó el Registro Nacional de Femicidios de la Justicia Argentina correspondientes a 2020. Según lo informado por la Oficina de la Mujer de la Corte Suprema de la Nación durante el año pasado se cometió un femicidio directo cada 35 horas. 

Siguiendo los datos correspondientes, desde el 1º de enero hasta el 31 de diciembre de 2020 hubo un total de 251 víctimas directas de femicidio en todo el territorio nacional. De las cuales, 244 fueron mujeres cis, 6 mujeres trans/travesti y 1 se encuentra sin identificación ya que el cuerpo de la víctima se encontraba carbonizado. Sólo pudieron confirmar que era mujer.

Todos los 3 de junio la consigna Ni Una Menos se ve acompañada de otras exigencias. Este año se llevará a cabo un cartelazo en redes sociales y las consignas que acompañarán la jornada serán #AparicionConVidaDeTehuel, #CupoLaboralTravestiTrans, TrabajadorxsSomosTodxs y #ReformaJudicialFeminista. 

En el 59% de los casos, el femicidio lo llevó a cabo una pareja o expareja.

Silvina Lico, abogada y parte del Programa de Atención de Niñez y Adolescencia y Género de la Defensoría del Pueblo de la Ciudad de Buenos Aires, cree que lo más importante del Ni Una Menos fue la visibilidad que se le dio al movimiento de mujeres: “La convocatoria a nuevas generaciones fue central. Se abrazaron al feminismo que venía hace años luchando por los derechos de las mujeres. Creo que, en gran parte, la despenalización del aborto tuvo mucho que ver con esto”, agrega. 

Por su parte, Lucía de la Vega, Coordinadora de la Clínica Jurídica del CELS (Centro de Estudios Legales y Sociales) y abogada de la Agenda Transversal Feminista, describe que lo central en el movimiento Ni Una Menos fue la masividad del reclamo de las mujeres y las disidencias contra las violencias machistas. “Se convirtió en un movimiento que cruzó generaciones contra las violencias machistas”, asegura. 

Del informe se relevaron 247 causas judiciales de femicidio directo, en donde el 63% se cometieron en la vivienda de la víctima. El 79% se dio en un contexto de violencia doméstica. En el 32% de los casos hubo fuerza física, en un 26% se usaron armas blancas y el 18% se ejecutaron con armas de fuego. 

El 79% de los femicidios se dio en contexto de violencia doméstica .

La evolución de la distribución de femicidios directos se muestra estable desde 2017 al 2020. Lico expresa que “las cifras siguen asustando y está bien que impacten, que no nos acostumbremos a esos número, creo que hasta que no generemos un profundo cambio social, los números van a seguir igual. Hay que concientizar, convocar a los varones, educar a las nuevas generaciones, garantizar la ESI en todo el país”.

Siete provincias del país obtuvieron una tasa de femicidios directos cada 100.000 mujeres más alta que la del promedio nacional que es de 1,09. Jujuy se encuentra en primer lugar, con una tasa del 2,82; le siguen Tucumán (2,10), Chaco (1,97), Salta (1,53), Misiones (1,43), Santa Fe (1,38) y Corrientes (1,23). Esto se debe a que el peso poblacional de las mujeres en estas provincias es escaso. Si consideramos números absolutos, el 37% de los femicidios directos del país ocurrieron en la Provincia de Buenos Aires (94 casos), seguido por Santa Fe con el 10% (25 casos). Por su parte, Tierra del Fuego no registró ningún femicidio en su jurisdicción durante el 2020.

“Las cifras se sostienen porque todavía no se está trabajando en las condiciones estructurales que posibilitan los femicidios como una expresión de la violencia extrema”, asegura de la Vega.

En el 32% de los femicidios hubo fuerza física, en un 26% se usaron armas blancas y en el 18%, armas de fuego.

El promedio de edad de las víctimas directas de femicidio fue de 37 años -la tasa más alta corresponde de los 35 a 44 años-, representando casi un 26% de los casos. Por otra parte, 24 fueron niñas y adolescentes -de 0 a 17 años- y 11 de las víctimas tenían menos de 13 años. 

Al menos 216 niñas, niños y adolescentes estaban a cargo de las víctimas directas de femicidio. Según el Régimen de Reparación Económica destinado a niñas, niños y adolescentes hijos e hijas de víctimas de femicidio (Ley N° 27452, sancionada en 2018), se lograron identificar en el informe, al menos, 231 potenciales beneficiarios.

De la Vega insiste en que la política pública debe estar coordinada entre los distintos ministerios y áreas estatales y que programas como el ACOMPAÑAR deberían implementarse de manera correcta. Se refiere a la política dirigida a mujeres y LGBTI+ en situación de violencia de género en todo el país. Brinda una ayuda económica y acompañamiento integral psicosocial durante seis meses. “Otra cuestión central es el acceso a la vivienda. Una problemática muy incrementada en este contexto de pandemia, donde las mujeres no tienen donde ir con sus hijes para escapar de esa situación de violencia”, asegura. 

Al menos 216 niñas, niños y adolescentes estaban a cargo de las víctimas directas de femicidio.

En el 59% de los casos, el femicidio lo llevó a cabo una pareja o expareja. El 84% conocía al agresor y el 48% convivían. Lucía de la Vega afirma que “es central la respuesta por parte del Poder Judicial a las situaciones de violencia en términos de emitir medidas protectoras en tiempo y forma. Hay distintas políticas que deben implementarse y que deben ser articuladas entre los distintos ministerios”.

“Decir Ni Una Menos no es un ruego ni un pedido. Es plantarse de cara a lo que no queremos: ni una víctima más. Y es anunciar a la vez que nos queremos vivas, íntegras, autónomas, soberanas. Dueñas de nuestros cuerpos y nuestras trayectorias vitales. Dueñas de nuestras elecciones: como queremos, cuando queremos, con quien queremos”, son palabras que se expresan desde la organización Ni Una Menos. Qué se reclama y qué se exige cada 3 de junio: visibilizar las problemáticas de la violencia machista, empoderar a los distintos colectivos, ser las voces de quienes ya no la tienen. 

Silvina Lico cierra haciendo hincapié en la importancia de seguir visibilizando y reclamando. “Hacernos ver, exigir que nos escuchen, pero también demandar a los Estados los cambios necesarios y hacerlos responsables de nuestras muertes. Creo que es imprescindible una reforma de la justicia que acompañe a los feminismos”.

El promedio de edad de las víctimas directas de femicidio es de 37 años.

Las organizaciones invitan a utilizar el #NiUnaMenos en redes para participar de la jornada y sumarse al cartelazo. A su vez, a las 19 se llevará a cabo una Asamblea Feminista Latinoamericana en el canal de YouTube de Ni Una Menos, que contará con la participación de Nora Cortiñas (Madres de Plaza de Mayo), Betty Ruth Lozano (feminista colombiana), Mónica Benicio (PSOL-Brasil) y Francy Junior (Articulación de Mujeres brasileñas), entre otras activistas latinoamericanas. 

(Para asesoramiento por violencia de género se encuentra disponible las 24 hs. la línea 144 en todo el territorio nacional. Por violencia familiar o sexual la línea 137 funciona los 365 días del año y cuenta con un número de Whatsapp 11 3133-1000).

«Estos genocidas arruinaron por lo menos a cuatro generaciones»

«Estos genocidas arruinaron por lo menos a cuatro generaciones»

En una nueva audiencia virtual del juicio por los crímenes de lesa humanidad cometidos en los centros clandestinos de detención Pozo de Banfield, Pozo de Quilmes y Brigada de Lanús, a pesar de los intermitentes problemas de conexión, Diego Martin Ogando Montesano, hijo de los desaparecidos Stella Maris Montesano y Jorge Ogando logró declarar ante el Tribunal Federal N°1 de La Plata. 

Martín, como alguna vez lo llamaron sus padres, no siempre fue Martín Ogando Montesano. Durante muchos años fue llamado solo Diego Berestycki, sin conocer su verdadera identidad.  Quienes lo criaron no podían tener hijos, buscaron la manera de adoptar, pero no lo hicieron de forma legal: “A ellos le dieron el dato de una clínica en Wilde. Fueron ahí, se presentaron, llevaron dinero y me compraron”, contó el nieto restituido N° 118 por Abuelas de Plaza de Mayo.  A Martín siempre le dijeron que no era hijo biológico de la pareja e incluso también que habían pagado por él: “Siempre crecí con esa verdad”, declaró y confesó que nunca quiso hacerse ninguna prueba para saber si era hijo de desaparecidos, ya que sabía que podía existir la posibilidad y tenía miedo que le dé positivo y quienes los criaron tuvieran algún problema con el Poder Judicial. “No me lo hubiese perdonado si hubiera pasado eso”, comenta y agrega que ellos no tenían ningún vínculo ni con militares ni con la policía. Eran simplemente dos civiles que querían tener un bebé y encontraron esa manera”.

A principios del 2015 sus padres de crianza fallecieron con muy pocos meses de diferencia. Fue entonces, cuando Martín se presentó en Abuelas de Plaza de Mayo con su partida de nacimiento, que estaba firmada por una partera de apellido Franicevich, que -Martin luego se enteraría- tenía vínculos con Antonio Jorge Bergés, médico de la policía de la Provincia de Buenos Aires. Era aquel que se encargaba de “atender” a las embarazadas en cautiverio, y que fue condenado por delitos de lesa humanidad. Martín conoce muy poco de su nacimiento, pero lo que sabe se lo debe a testigos que presenciaron el trabajo de parto de su madre, Stella Maris Montesano, como Alicia Carminatti . A su mamá la llevaron vendada y esposada a dar a luz en la cocina del Pozo de Banfield, sin ningún tipo de higiene, arriba de una chapa. “Pasé dos días con ella y luego me llevaron. Le mintieron a mi mamá y le dijeron que me iban a llevar con su familia y así es como me sacaron de sus brazos”.  

“Fue un antes y un después el 2015 en mi vida”, declaró Martín quien vive en Estados Unidos desde hace más de 20 años y por lo tanto aquel análisis genético para recuperar su identidad lo hizo desde el Consulado argentino en la ciudad de Miami. Pudo reconstruir su historia, la historia de su padre, Jorge Ogando, y su madre, y se enteró que tenía una abuela ansiosa por conocerlo. 

“Conocer la verdad de uno reconforta.  Sé que mi mamá tenía 27, era abogada y mi padre 29, trabajaba en el Banco Provincia. Cuando los militares entran a llevarse a mis padres y a mí, dejan en la cunita a mi hermana. Le avisaron a un vecino que dejaron sola a una bebé y la que se hace cargo de ella es mi abuela”, detalló Martín y continúa: “Para mí hoy es algo terrible no estar con ella, no haberla conocido. Mi hermana murió en 2011, se quitó la vida. Sé que entró en una depresión muy grande desde que empezó a querer saber de mis padres. Es algo que no puedo entender, al no poder estar con ella. Todo el mundo me dice que era un ángel, muy amiguera y que lo que más quería era encontrarse con su hermano. Hizo de todo para buscarme”, lamentó. 

«Estos genocidas le arruinaron la vida a mi abuela, a mis padres, a mi y a mi hermana y a mis hijos», reflexiona Martín Montesano Ogando.

“Estos genocidas nos arruinaron. Arruinaron mínimo cuatro generaciones. Le arruinaron la vida a mi abuela, a mis padres, a mí y a mi hermana y a nuestros hijos, ya que hoy no puedo conocer a mis sobrinos por todo lo que pasó (..) Aprovecho para pedir cárcel común y efectiva para esta gente si es que se puede llamar gente, estos represores”, reclamó Martín. 

“A mi abuela le llegó un anónomo de un militar y en esa carta estaba el nombre de mi mamá y papá e incluso sus números de documento y que habían sido enterrados en la estancia La Armonía de La Plata, pero es hasta el día de hoy que los forenses no pudieron encontrar ningún resto de mis padres y además es un lugar enorme y no dio detalles de dónde podrían estar”, concluyó Martín sobre la necesidad suya y de su Abuela de poder saber qué fue de sus padres.

Emilce Moler

En la madrugada del 17 de septiembre de 1976 hombres armados irrumpieron en la casa de Emilce Moler y la secuestraron. A partir de allí comenzó el horror. En ese momento Emilce era estudiante de 5º año secundario, del Colegio de Bellas Artes de la Plata y militante de la Unión de Estudiantes Secundarios (UES). 

Con 62 años Emilce Moler, sobreviviente de La Noche de los Lápices, ratificó una vez más su testimonio. Ya había declarado en distintas causas emblemáticas como la que condenó al genocida Miguel Echecolatz, donde recibió amenazas que le costó custodias policiales que aún debe mantener.

“Llegamos a un descampado, que con el tiempo supe que era el Pozo de Arana. Las circunstancias, las torturas aberrantes que recibí en ese lugar que yo llamo el infierno, donde uno perdía la identidad, donde uno dejaba de ser persona y se convertía en una cosa a merced de otros y si los jueces me lo permiten, evitaría la descripción de todos los detalles de lo ocurrido en Arana, ya fue juzgado y comprobado en otros testimonios, las personas que vi y por lo que pasé”. El juez Ricardo Basilico accede a la petición de Emilce y ella prosigue con su relato.

“Estuve más de una semana en condiciones inhumanas y luego, el 23 de diciembre nos subieron a un camión donde estaba Claudia Falcone y María Clara Ciochini, con ellas compartimos la celda en Arana”. Emilce cuenta que en un momento el camión se detiene y hacen bajar a Falcone y Ceochini y ellos siguieron con el recorrido a lo que sería la Brigada de Quilmes. “Nunca iba a saber que en ese momento se estaba determinando la vida y la muerte”, declaró Emilce. 

“Un subalterno le había avisado a mi padre que estaba detenida en la Brigada de Quilmes, y fue un momento muy emocionante. Le sorprendió el estado deplorable en el que estaba.  Yo tenía la fantasía de que me iba a ir con él, pero me dijo que no, que mi vida dependía de (Héctor) Bides y de Etchecolatz”, su padre no sabía cuándo la volvería a ver.

Ya en Quilmes, Emilce pudo identificar la voz de Nilda Eloy, Nora Ungaro, Norma Andreu, Ana Teresa Diego, Ángela López Martin, profesora del Colegio Nacional, Marta Enríquez, entre otros. 

Con tan solo 17 años, el 27 de enero de 1977, llegó a la cárcel de Villa Devoto. Allí le leyeron los cargos que le imputaban: tenencias de armas de guerra, tenencia de explosivos, asociación ilícita. “Con mi inocencia, lloraba y decía que no era cierto, pero nadie me escuchaba. Ahí fue que entré a Devoto. Me dejaron en una celda sola, hasta que al otro día me abrieron. Era el pabellón del piso 4 y al tiempo pude tener visitas de mi padre. Mi estadía en Devoto iba a ser larga”.

En Devoto siempre le traían malas noticias, habían matado a Ricardo Cuesta, el hermano de su novio de aquel momento, al tiempo a Daniel Mendiburo Elisabe, su primo directo. Su familia quedó destrozada.

Emilce cuenta que su padre la visitaba todo lo que podía, pero generalmente se le cerraban todas las puertas. Un día le avisó que un militar le iba a hacer una entrevista y así fue. “Cuando mi padre habló con él le dijo: ´Olvídese de su hija, su hija es irrecuperable para esta sociedad´”, una frase que siempre la marcó mucho, confesó Emilce.

“Devoto es un lugar donde se trataba de buscar la destrucción, nosotras buscábamos las maneras de sobrevivir y sobreponernos a ese lugar. Todo era para destruirnos. No sabía cuándo iba a salir, cumplí los 18, los 19, era ya casi un eterno, y un día inesperadamente me comunican que me daban la libertad vigilada”. Corría mayo de 1979. «Éramos jóvenes que creíamos en la política, nos oponíamos a la dictadura, creíamos en otro país que podíamos construir de otra manera, con mayor libertad», recordó.

 Con los años Emilce formó una familia, formalizó con una nueva pareja, tuvo tres hijas y hoy ya tiene nietos. Se inclinó por las matemáticas y es una ferviente luchadora por los derechos humanos, pero nunca más pudo dedicarse al arte. “Cada vez que sentía los óleos no puedo parar de pensar en Alejandro, en el Loco, en Graciela Torrano, en Claudia Falcone, en Francisco Montes Montaner, en Cristóbal Mainer y tanto otros compañeros de Bellas Artes”, graficó la sobreviviente en alusión a los estudiantes secundarios que fueron desaparecidos aquella trágica noche.

“Son 36 años que vengo manteniendo la memoria, uno tenía que mirar para adelante, pero sin dejar de pensar en nuestro pasado y eso para los sobrevivientes fue una carga muy fuerte. Hicimos mucho para lograr las condenas sociales de los genocidas”, reconoció y reclamó que los genocidas solo hicieron una cosa muy bien: callar. “Por lo tanto nosotros no sabemos dónde están los cuerpos de los compañeros y compañeras detenidos desaparecidos, no sabemos dónde están los cuerpos de los chicos de La Noche de los Lápices, no sabemos dónde están los nietos que tenemos que recuperar y por eso seguimos hablando y testimoniando a pesar de hacerlo hace 36 años”.

“Los que vivimos el horror por dentro ya hicimos mucho, ya contamos mucho y les pido simplemente a la Justicia que haga lo suyo para construir una Argentina sin impunidad que nos permita olvidar un poco», finalizó Emilce.

¿Qué pasa con la Ley de Góndolas?

¿Qué pasa con la Ley de Góndolas?

Desde hace tiempo, hacer las compras dejó de ser una tarea sencilla. Encontrar variedad de un mismo producto e identificar los precios más económicos implica un esfuerzo de deducción, ya que a veces los productos ni siquiera tienen una etiqueta con su valor. A la luz de esta situación, este 26 de mayo entró en vigencia definitiva la Ley de Fomento de la Competencia en la Cadena de Valor Alimenticia, más conocida como la Ley de Góndolas. Su objetivo es contribuir a ampliar la oferta de productos, incentivar una mayor participación de las Pymes y los sectores de la economía popular y, de esta manera, generar una competencia equitativa que impulse un balance de los precios.

Los establecimientos alcanzados por esta ley son todos los que cuenten con una superficie no menor a 1.000 metros cuadrados y cuya facturación bruta anual sea superior a los trescientos millones de pesos (300.000.000). De manera que quedan excluidos los negocios de cercanía y los supermercados denominados “chinos”, quienes si bien no están obligados por la normativa, pueden adherirse voluntariamente.

Los rubros sobre los que rige la normativa son alimentos, bebidas, artículos de higiene personal y de limpieza del hogar, los cuales están incluidos en una lista diseñada por la Secretaria de Comercio Interior. Entre los productos designados se encuentran: lácteos, harinas, frutas y verduras, pastas secas, aguas saborizadas y gaseosas, lavandinas y jabones, desodorantes, pañales para bebes y adultos y productos para la gestión menstrual.

Según lo establecido en las góndolas tanto físicas como virtuales, los productos de menor valor deberán estar perfectamente señalizados y ubicarse a una altura equidistante entre el primer y el último estante. A su vez, no puede haber menos de cinco opciones de proveedores o grupos empresarios, los cuales tendrán asignados de manera equitativa un 30 por ciento del espacio disponible. Al mismo tiempo se deberá destinar un 25 por ciento del espacio para productos similares y distintas marcas producidas por Pymes, y un 5 por ciento para los generados por cooperativas y mutuales de la economía popular, agricultura familiar, campesina e indígena.

Para el economista  Nicolás Pertierra, perteneciente al Centro de Estudios Económicos y Sociales Scalabrini Ortiz (CESO), “por el alcance que tiene la ley requiere un esfuerzo, pero se puede fiscalizar y garantizar su cumplimiento. Es una puerta de entrada para muchas firmas y empresas del sector alimenticio que tienen condiciones bastante desiguales para acceder sobre todo, a las cadenas de supermercados. Es solo un puntapié inicial para empezar y seguir generando un tablero más equilibrado dentro del sector de productores de alimentos”.

En este sentido, la gran incógnita está en cómo será la relación de las Pymes y pequeños productores con las grandes cadenas. Si bien la ley establece pautas claras al respecto, habrá que ver si las cantidades a entregar y los plazos de pago son aceptables para estos competidores de pequeña y mediana escala. “Me parece que ahí va a estar la clave, en qué medida esas condiciones sean viables para los productores más chicos. Porque hoy en día si no tienen presencia en esos establecimientos, es por las condiciones de financiamiento dados a plazo y cantidad de entregas que tienen que darle al supermercado”, explica Pertierra.

Si bien la normativa cobró carácter de obligatoriedad esta semana, los controles se pusieron en marcha a mediados de mayo. En esta primera etapa, el foco está puesto el inciso C del Artículo 7, que exige una distribución equitativa tanto porcentual como equidistante en las góndolas y una correcta señalización de los precios a través de cartelería con la leyenda “menor precio”. Cabe aclarar que estos valores no pueden ser de carácter transitorio, por lo cual los precios más bajos no podrán formarse a partir de ofertas, bonificaciones o descuentos de ningún tipo.

Tras visitar los supermercados COTO de Avenida Santa Fe y Avenida Scalabrini Ortiz,  Disco de Paraguay y Armenia, Jumbo de Avenida Intendente Bullrich y Avenida Cerviño   Carrefour de Avenida Scalabrini Ortiz y Soler, sigue observándose en sus góndolas el predominio de los principales grupos empresarios relegando incluso, a sus propias segundas marcas. Esto se ve claramente en los esquineros e islas utilizados para exhibir y promocionar exclusivamente productos de las marcas de primera línea.

Particularmente en las góndolas digitales de estas mismas cadenas, se cumple con lo estipulado en relación al orden de aparición de los productos de menor precio, pero se sigue dando prioridad a los principales proveedores, sobre todo si existe una oferta o el producto en cuestión está dentro de los precios cuidados. Por otra parte, las subdivisiones existentes dentro de cada categoría varían y permiten realizar una búsqueda más o menos específica. Aun así, se torna un poco engorroso encontrar variedad para un mismo rubro y realizar las compras por este medio puede no resultar tan sencillo como parece.

Dentro de estos establecimientos a simple vista, se cumple con la cartelería exigida y los productos tanto de menor valor como de precios cuidados están perfectamente ubicados a la altura requerida. La duda está en saber si la gran variedad de marcas ofrecidas de un mismo producto pertenecen a cinco proveedores distintos. Más aun teniendo en cuenta que los productos de marcas licenciadas por las mismas cadenas comerciales y que suelen copar las góndolas, a la luz de la ley se consideran como una sola.