“Amor, visibilidad y respeto”

“Amor, visibilidad y respeto”

El festival reúne a artistas de diversas disciplinas que no puedan expresarse en espacios heteronormativos.

Del 3 al 8 de diciembre se lleva a cabo la segunda edición del Festival de Arte Queer (FAQ), como preludio al Día Internacional de los Derechos Humanos. El evento reúne artistas de la comunidad LGBTIQ+ para celebrar la diversidad con música, teatro, literatura, danza, artes visuales, cine y charlas informativas bajo el lema “amor, visibilidad y respeto”.  

El proyecto, que surgió en 2018 con la idea concreta de constituir un espacio exclusivamente queer en la Ciudad de Buenos Aires, reúne a artistas de diversas disciplinas que no puedan expresarse libremente en espacios heteronormativos. La directora creativa, productora y fundadora del festival, Violeta Uman, contó a ANCCOM que, en tiempos de un fuerte neoliberalismo latinoamericano con la asunción de Jair Bolsonaro a la presidencia en Brasil y el avance de la derecha en Argentina, era necesario “establecer un espacio de resistencia, un lugar de encuentros y un canal de expresión donde se pueda reflexionar, hacernos preguntas, fortalecer lazos y conocer un montón de artistas interesantes para visibilizar y difundir”. 

En esta ocasión, se contará con la participación de 60 artistas, el doble que la edición anterior. Uman, al igual que su compañera y cofundadora Lisa Kerner, destaca este crecimiento en cuanto al grado de apoyo y participación: “Nos escriben un montón de artistas pidiendo ser parte y mostrando sus proyectos. La idea es que cada vez sea más fuerte y ampliar la llegada a más personas”, expresó la directora creativa.

Clase abierta y gratuita de la danza vogue.

La inauguración estuvo a cargo del bailarín y coreógrafo Tian Aviardi, quien ofreció una clase abierta y gratuita de vogue, una danza contemporánea originada en 1960 por drag queens afroamericanas de Harlem e ícono de la cultura queer. La sala se llenó con más de 20 aficionades que intentaban seguir los pasos fluidos y elegantes del coreógrafo y aprender algunas de las técnicas básicas del Vogue Fem como el “catwalk” y “duckwalk”. Aviardi cumplió cuatro años practicando este baile y lo considera una deconstrucción de los estilos clásicos. “Siempre estuve obligándome a estar en espacios que no eran seguros para mí, pero tenía que convertirlos en tales para incluirme. El Vogue es eso: una comunidad que te abriga para estar libres y segures”, explicó.

El sábado 7 se realizarán actividades al aire libre sobre la calle Luís María Drago 200 para enfatizar la inclusividad que caracteriza al evento. “En la vía pública podemos romper con la cuarta pared para que se sume un montón de gente que habitualmente no va a ese tipo de espacios, no escucha a estes artistas, ni habla de ciertos temas”, explicó Uman. Ese día se podrá disfrutar de las performances de Gabo Ferro, Femigangsta, Kevin Royk y muchos más.

Black Pearls es uno de los grupos de baile que compartirá escenario con aquellos tres artistas. El equipo, conformado por cinco integrantes, nació en 2015 a raíz de su admiración por la música pop surcoreana, mejor conocida como K-pop. Este sábado ofrecerá un show de baile al ritmo de Lady Gaga y (G)I-DLE con su estilo andrógino característico a través del cual, según el líder Alex Bilanetti, desean transmitir una “imagen fuerte y poderosa a todas las personas para que se sientan seguras de sí mismas”. En diálogo con ANCCOM, el bailarín destacó la importancia de eventos como el FAQ para el crecimiento de la causa: “Les artistas son la imagen de la comunidad, lo que las personas ven y toman como ejemplo. Por eso hay que sentirse libres y expresarse como queramos física, verbal y mentalmente”.

El festival se está llevando a cabo en Casa Brandon, el principal refugio porteño del “artivismo” y de la equidad de derechos LGBTIQ+ ubicado en Villa Crespo, pero algunas actividades especiales se realizarán en las sedes Bachillerato Popular Travesti/Trans Mocha Celis, PROA21 y Cultural Soma. Conocé la programación completa.

Del autor al lector

Del autor al lector

Carlos Ulanovsky ofrecerá algunos de sus clásicos, como «Días de Radio «y «Paren las Rotativas».

Podría decirse que la idea comenzó a nacer a partir de una llamada o un mail y de  cajas llenas de libros que apenas habían sido salvados de ser destruidos. La situación de la industria editorial no es ajena a la crisis económica del país -que también afecta a los demás sectores industriales-, y las editoriales no tienen el dinero para mantener depósitos, y en ellos, los remanentes de ediciones pasadas. A partir de esta situación, Victoria Nasisi, Jorge Bernárdez y Luciano Di Vito diseñaron la Feria Autores y Bodegas que se llevará a cabo el sábado 7 y el domingo 8 de diciembre, de 14 a 20.

«Las editoriales comenzaron a llamarnos para decirnos que podíamos retirar los libros que no se habían vendido o, caso contrario, los destinarían a hacer pulpa de papel. Así fue que los escritores nos encontramos con libros en casa, en cajas bajo la cama y sin posibilidad de hacerlos llegar a los lectores», cuenta Nasisi, autora de Los besos no serán televisados. Se encontraban en un punto muerto en el que nadie ganaba, ya que «hay un tema de costos que hace que la editorial deba pagar impuestos por los ejemplares que le quedan sin vender”, explica Bernárdez (couator junto a Di Vito de Las aventuras de Perón en la Tierra y El fin del periodismo) y agrega: “Si le sumás que la situación económica no ayuda a que la gente compre libros, hace que las editoriales se saquen de encima cada vez más rápidos esos ejemplares que ya saben que no se van a vender por los canales habituales.»

Fue así que estos autores se encontraron con un centenar de libros en sus casas y sabiendo que otros colegas -escritores y periodistas- tenían el mismo problema. La convocatoria se hizo entre amigos y fue una invitación a juntarse para vender esos libros. Y con ello, no sólo salvar esos ejemplares de la destrucción, sino también acercarlos al público a precios más accesibles que los del mercado.

La primera edición de la feria se llevó a cabo el sábado 3 de agosto de este mismo año, en Villa Urquiza. En aquella ocasión, el espacio fue mucho más pequeño -por ser la primera vez, casi un ensayo-, y las gruesas camperas de invierno acompañaron a los libros y los vinos. «Fuimos doce autores y dos bodegas a una vinería llamada Acha Club, con nuestros libros y con sus vinos”, cuenta Nasisi, y agrega que el resultado fue sorprendente para todos: “Vino muchísima cantidad de público y vendimos un montón, siempre a precio amigable, porque la idea es salvar a los libros de la destrucción o del olvido en nuestras casas.»

En esta ocasión, y con promoción de la Dirección General del Libro, Bibliotecas y Promoción de la lectura del Ministerio de Cultura de la Ciudad, la feria se llevará a cabo durante dos días en la Biblioteca del Parque de la Estación, un espacio recuperado por los vecinos del barrio, ubicado en Presidente Perón y Gallo. Con una convocatoria mayor a la de agosto, reúne a más de cuarenta autores y diez bodegas. La entrada es libre y gratuita, y no se cobra participación a los autores, en tanto está pensado como un espacio de oportunidades e intercambio.

Cristina Mahne, quien participa por primera vez del evento con su libro ¡Sí, quiero! (A mi wedding planner) -una investigación periodística realizada hace diez años acerca del negocio de la organización de eventos-, considera que “esta feria es una oportunidad de que los lectores se encuentren con obras que ya no se comercializan, y para los autores implica el acceso a un público masivo y la chance de comercializar sus títulos de manera directa.” Y agrega: “Me parece valiosa la propuesta en momentos en que vemos que, por ejemplo, en España las editoriales destruyen colecciones completas. De este modo estamos propiciando un nuevo circuito de comercialización, sin afectar a los actores tradicionales porque son volúmenes que ya no se venden en librerías.”

Así lo entiende también Alejandro Wall, quien fue uno de los escritores invitados a participar de la primera edición por los mismos organizadores, con sus libros ¡Academia, carajo! y El último Maradona (en coautoría con Andrés Burgo): “Fue muy lindo lo que se generó también con el resto de los autores y autoras. Porque además de poner la venta libre, hubieron muchos intercambios entre nosotros: de ideas, de libros, de conversaciones, de conocer gente. Así que eso es lo interesante de esto y lo interesante de que se pueda mantener y repetirse antes de que termine el año.”

Para Carlos Ulanovsky, una de las figuras más importantes que participa de la Feria Autores y Bodegas, la iniciativa también es “muy buena y útil. Nos permite a los autores cuyos libros han sido descatalogados, saldados o amenazados de ser convertidos en pulpa de papel, presentarlos y ofrecerlos en una modalidad muy del autor al lector y a precios amigables.” Él estará con libros de su autoría como Días de radio, Estamos en el aire y Paren las rotativas.

El valor de las obras que son vendidas en el marco de la feria es decidido por los mismos autores; y éstos también conservan lo recaudado por las ventas de sus ejemplares. Esto está en relación con lo que ganan los escritores por derechos de autor: “Se calcula que el autor cobra un 10% por cada libro vendido. Si el libro, hoy, vale 900 pesos, el autor se queda con 90. Ese dinero se liquida semestralmente, aunque en los últimos años por las crisis esos plazos se hicieron un poco más flexibles y en algunos casos el autor recibe una sola liquidación en el año. En general, salvo que sea un milagro, las liquidaciones nunca conforman a los autores”, explica Ulanovsky, dando el panorama de lo que puede esperar un escritor dentro del mercado editorial y una nueva dimensión de lo que significa esta feria para los mismos autores.

En ese sentido,  Wall considera que la instancia que se generó de escritores autoconvocados -durante la primera edición de la feria y, en mayor medida, lo que sucederá el fin de semana del 7 y 8 de diciembre- es muy interesante: “Vivir de los libros es algo muy difícil, incluso para los que venden muy bien. Me parece que lo más interesante que sucedió en el último tiempo, en lo que se podría llamar ‘mercado’, es que puedan juntarse para pensar desde el lugar del autor y la autora los derechos que tenemos, que no son solamente los derechos por regalías o derechos de autor, sino también de que esto forma parte de un trabajo y quizás se necesiten otras reivindicaciones. Y después la autogestión, que siempre es un lugar interesante.”

Los escritores esperan una amplia convocatoria de público para la feria que contará con libros de diferentes géneros: ficción, poesía, periodismo, deporte, humor gráfico y fotografía. Entre otros títulos (aparte de los nombrados anteriormente) estarán Trimarco, la mujer que lucha por todas las mujeres y Amalita, la biografía, de Soledad Vallejos (el último en coautoría con Marina Abiuso). También se podrán comprar La increíble aventura del ERP en los cerros tucumanos, de Daniel Gutman, Un mundo con drogas, de Emiliano Ruchansky, Argenpapers, de Tomás Lukin y Vicentico y Pequeños fracasos, de Eduardo Fabregat,

El panorama de la industria editorial es complejo, y los distintos tipos de feria que proliferan suponen formas de paliar la situación. “El presente es complicadísimo, y el futuro se avizora igual por varios motivos que exceden a la crisis económica: también hay cambios en los hábitos de consumo. Los libros siguen teniendo un público fiel pero en todo el mundo las librerías cierran o se achican, y se ven obligadas a buscar formatos originales de comercialización”, explica Cristina Mahne. La Feria Autores y Bodegas se presenta como una de estas alternativas

El golpe de Estado de Bolivia se traslada a su Embajada en la Argentina

El golpe de Estado de Bolivia se traslada a su Embajada en la Argentina

Una guardia policial en la puerta de la Embajada impide el acceso a cualquier boliviano. 

“Vamos a cuestionar el cordón policial que hay afuera de la Embajada. Nosotros necesitamos que ustedes puedan ingresar ya que es un derecho de todos los bolivianos”, dice Vladimir, uno de los seis huelguistas de hambre, en el video que se difundió en redes sociales y muestra cuál es la situación en el interior de la sede diplomática de Bolivia en Buenos Aires.  “Estamos encerrados”, continua Vladimir mientras gira la cámara del celular y enfoca la cerradura de la puerta. Sus compañeros la intentan abrir pero es imposible. 

El conflicto comenzó cuando el lunes pasado se presentaron en la Embajada representantes de la Cancillería de Bolivia del gobierno de la autoproclamada presidenta Jeanine Áñez. Entre ellos Julio Alvarado, quien fue nombrado Ministro Consejero, y Guido González Paz, nombrado Cónsul Adjunto. Frente a la instalación de estos representantes de facto, que no cuentan con las acreditaciones necesarias que marca la normativa, se presentaron en la Embajada integrantes de la comunidad boliviana que cuestionaron la presencia de golpistas en su territorio soberano. Hubo varias reuniones hasta que finalmente seis bolivianos residentes en Argentina decidieron quedarse dentro del edificio realizando una huelga de hambre. A partir de ese momento, se montó un cordón policial en la puerta que impide el acceso a cualquier boliviano. 

Este martes, los huelguistas cumplieron sus primeras 24 horas apostados dentro de la Embajada ubicada en la avenida Corrientes al 545. En la vereda hay una vigilia pacífica de organizaciones sociales como la Confederación de Trabajadores de la Economía Popular (CTEP) y el Movimiento Evita y La Dignidad. Tienen prohibido el ingreso al edificio por cuatro policías de la Ciudad de Buenos Aires. Pero eso no les impide cantar ,“Evo no está solo carajo” ni colocar en la fachada del edificio la wiphala, ni pegar carteles con consignas como “el pueblo originario muere de hambre, no a la dictadura”.

“No somos de bajar los brazos rápido. Necesitamos ver hoy sí o sí a esta gente, sino radicaremos una denuncia por retención indebida de personas. Acá en la Argentina hay un Estado de facto: la Embajada de Bolivia. Se trasladó el golpe acá”, explicaba a primera hora de la tarde Pablo Pimentel,  titular de la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos de La Matanza (APDH-La Matanza).

“Los maltratan. No los dejan ingresar al baño. Tampoco a nosotros nos dejan entrar a ver, ni acercarnos. Ese es el miedo que tenemos. No sabemos en qué va a terminar. Ahora no tenemos novedades. Llamamos y no contestan. Sabemos que allá en Bolivia les quitan los celulares para dejarlos incomunicados. Estamos viviendo lo mismo de allá acá”, contó a ANCCOM María Blanco, integrante de la Confederación Nacional de Mujeres Campesinas Indígenas Originarias de Bolivia, Bartolina Sisa.

Seis bolivianos se declararon en huelga de hambre dentro de la Embajada y afuera un grupo de manifestantes demuestra su solidaridad con ellos y con Evo Morales.

Además de representantes de las organizaciones sociales, la vigilia está integrada por bolivianos autoconvocados, como el caso de una periodista que no puede regresar a su país: “Salieron mis fotos en todas las redes sociales bolivianas buscándome por terrorismo y sedición. Me acusaron de haber quemado casas, por eso me vine a la Argentina. Allá hay un notorio silenciamiento de los medios de comunicación”.

Recién a las 17, se les permitió el ingreso a Pablo Pimentel y Fernanda Pereyra, abogada y militante de Quebracho, para tener una reunión con los funcionarios y poder ver a los huelguistas.

“Estamos pidiendo que salgan. Ahora si se resisten también vamos a respetar su decisión. Pero les pedimos que salgan ahora sanos y salvos con los abogados. No sabemos en el camino qué les puede pasar cuando no hay nadie que los acompañe. Porque confianza en la policía no tenemos”, explicó Maribel Guayguasi, secretaria ejecutiva de la Confederación Nacional de Mujeres Campesinas Indígenas Originarias de Bolivia, Bartolina Sisa.

La reunión se extendió más de lo esperado. Innumerables llamadas y mensajes de WhatsApp entre el adentro y el afuera no bastaban para ponerse de acuerdo. Con el paso de las horas las mujeres que sostenían la bandera boliviana se fueron sentando en el único banco de la vereda. Después les siguieron algunos hombres sentándose en el cordón. La mayoría estaba ahí desde las 8 de la mañana y el cansancio se notaba en las caras.

“Evo no está solo carajo”, gritaban afuera del edificio los manifestantes.

Finalmente, pasadas las 21, salieron Pablo Pimentel, Fernanda Pereyra y tres de los huelguistas, dos hombres y una mujer, quien entre lágrimas declaró: “No es grato para nosotros como bolivianos no tener confianza en nuestro país. Hay tantas mentiras infundadas… luchamos por nuestros derechos. Tenemos miedo y eso es lo que más me duele. Pero hermanos, nosotros aquí en la Argentina estamos en un país guerrero, de lucha. Agradezco a los que la pelearon por entrar y ver cómo estamos adentro.”

Como resultado de la reunión se labró un acta en la que los huelguistas obtuvieron garantías de seguridad y reafirmaron la decisión de no aceptar a personas que no estén acreditadas legalmente por la cancillería. Por su parte, Pimentel se comprometió a realizar una presentación judicial.

 “No naturalicemos lo que está pasando en la región y digamos un fuerte ‘nunca más’ a ningún golpe de Estado en ninguna parte del mundo y menos a la Patria Grande. Luchemos para que haya una verdadera democracia”, concluyó Pimentel. 

Por el momento, en Argentina también sigue la resistencia.

Paro y movilización de residentes y concurrentes

Paro y movilización de residentes y concurrentes

Residentes y concurrentes de los hospitales de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires decidieron, en asamblea, continuar con un paro por tiempo indeterminado junto a una nueva movilización, como respuesta a la aprobación intempestiva de la ley que intenta regular su trabajo, y de los incidentes ocurridos el jueves 28 de noviembre, día en que el oficialismo aprobó con mayoría automática una ley que residentes y concurrentes ven como la legalización de la precarización. 

En este marco, los médicos residentes y concurrentes se dirigieron hacia la jefatura de gobierno para entregar una carta al Jefe de Gobierno porteño Horacio Rodríguez Larreta, y luego hasta el Ministerio de Salud, donde se reunieron con la ministra Ana María Bou Pérez.

Médicos de los hospitales Santojanni, Piñero, Rivadavia, Argerich, Ramos Mejía, Alvear, Muñiz, entre otros, se sumaron a la movilización. Sin embargo, a raíz de una reunión poco fructífera, la Asamblea votó en la puerta del Ministerio continuar con el paro de actividades hasta conseguir el veto de la ley, ya que la ministra, a pesar de reconocer que faltó comunicación con los residentes, no accedió a derogar la norma y además aprovechó el encuentro para comunicarles el descuento salarial que sufrirán por los días de paro.  Los profesionales de la salud también decidieron un acampe a partir de las 8 del miércoles en la Jefatura y una asamblea a las 10.

Los médicos definen a esta nueva normativa como “regresiva”. La norma apela al desarrollo de su actividad profesional pero no lo define como un trabajo, sino como una “actividad de formación intensiva continua”. Aplica a los hospitales municipales y propone un aumento de las horas de trabajo (no concordante con el salario percibido), de las licencias por maternidad o paternidad y de las sanciones.

 

Se habla del cumplimiento de 64 horas de trabajo semanales y no se contempla el franco postguardia, un logro conseguido hace pocos años y que no se cumple en todos los hospitales. En cuanto al salario, la ley indica que “no podrá ser inferior a la remuneración percibida actualmente y se ajustará por acta de negociación colectiva”, pero no indica cómo será esa negociación ni el nuevo régimen salarial, además de que se deja de calcular los sueldos en base a los de planta permanente del hospital.

Bajo este argumento de priorizar la formación, no se reconoce a los residentes y concurrentes como trabajadores de la salud y a las guardias, maratónicas, como un trabajo. Además, la norma regulariza la precarización de las tareas de los concurrentes, quienes no tienen salario, ART ni viáticos. Por otro lado, disminuye los 30 días de licencia de paternidad y maternidad a 14 y los días por estrés pasaron a ser 7. A su vez, permite sancionar bajo parámetros «morales», lo cual califican como arbitrario, ya que no hay un patrón común que seguir.

¿Quiénes son?

Los residentes son quienes reciben a los pacientes en los hospitales y atienden en las guardias. Son médicos que ingresan al sistema de salud por orden de mérito y acceden a prestaciones básicas. Por su parte, los concurrentes no pueden acceder a dichas prestaciones, pero se les permite trabajar para poder completar su capacitación. Son profesionales matriculados que trabajan en un hospital público ingresando por medio de concurso y sin ningún tipo de remuneración.

Los residentes son profesionales de la salud, al terminar la carrera se reciben y concursan por un cargo. Trabajan de 8 a 17, aunque muchas veces deben quedarse después de horario. Además, hacen al menos dos guardias de 24 horas por semana. No solo cumplen su especialidad, sino que realizan funciones extras, tales como camilleros, administrativos, profesores, cuidadores. Si bien es cierto que se están formando, no solo trabajan fuera de su horario sino que no duermen y, si lo hacen, es en el hospital. 

Romina Vasco, licenciada en Obstetricia y jefa de residencia de la Maternidad Estela de Carlotto de la Provincia de Buenos Aires, fue a la marcha en apoyo a sus compañeros de CABA para que se vuelva atrás con la ley. Cuenta que en la provincia se participará de una jornada realizada por los residentes para que también se discuta la ley que los afecta a ellos, la cual se encuentra frizada.

“Nosotros compartimos las mismas condiciones de trabajo, si bien realizamos guardias de 12 horas y no de 24, a fin de año debemos cumplir la misma cantidad de horas trabajadas”. Pide que los residentes dejen de ser quienes cubren los puestos que los internos de los hospitales no realizan y que se deje de esconder que más que profesionales en formación son auténticos trabajadores.

Rosario Román, residente de Medicina General de Familia en el Cesac 36 y una de las administradoras de las redes de Asamblea CABA, asegura que son categorizados como la mano de obra barata del sistema de salud, cuyos derechos son muy vulnerados. Si bien considera que es necesaria una reformulación de la normativa que los regula, pide que la Ley 2828 se derogue: “No nos tuvieron en cuenta en su desarrollo”, se queja.

Cuenta que la situación precarizadora se da en todas las dependencias de las residencias y que los residentes son los más postergados en cuanto a derechos y sueldos: “Perdimos mucho valor adquisitivo, las paritarias van a la baja y estos cuatro años fueron de impacto muy negativo”. Y advierte Rosario: “Podemos llegar a estar 30 horas sin dormir atendiendo guardias de 24 horas, y si es día de semana tenemos que realizar la jornada del día siguiente. Nosotros debemos estar supervisados por más que estemos graduados, pero no sucede así”. 

Valeria Grud es residente del Hospital Durand y cuenta que ha llegado a trabajar sin dormir por más de 28 horas. Justo a una compañera, con solo 6 meses de experiencia, estuvieron solas con más de 70 camas a cargo, incluyendo quimioterapias. “Realicé todo tipo de procedimientos con y sin descanso, estuve de guardia 24 horas y seguí trabajando otras 10 horas más, llegué a quedarme dormida en un consultorio y además debemos tolerar muchas humillaciones por parte de los médicos de planta”. Informa que la residencia es una formación de posgrado y no solo requiere título, sino también matrícula nacional. Además de realizar todo tipo de actividades, llegan a firmar certificados de defunción y operan: “No somos estudiantes, somos trabajadores”, discrimina Grud.

Luz Rodríguez fue concurrente del Hospital Gutiérrez en salud mental. Cuenta que en el 2006 sostenían el servicio 50 concurrentes, 6 residentes y solo 10 médicos de planta, confirmando el hecho de que ellos son los que mantienen los hospitales en funcionamiento. “Los residentes no son solo médicos, también hay psicólogos, psiquiatras, farmacéuticos, bioquímicos. Toda la comunidad de la salud se ve afectada por esta ley, no tenemos organismos que nos defiendan”.

Sonia Almada fue concurrente del Hospital Durand y cuenta que durante el tiempo que trabajó había muy pocas residencias pagas. Trabajaba de lunes a viernes más de 15 horas en el equipo infantil-juvenil de salud mental y ellos debían pagar la supervisión de manera privada si no encontraban un psicólogo que quisiera trabajar de manera gratuita. “Desde el equipo organizábamos nuestra capacitación convocando a profesionales de la UBA para dar talleres y jornadas. No siempre podíamos conseguir un consultorio y muchas veces teníamos que atender en pasillos y jardines”, describe Almada.

En la movilización del lunes no estuvieron solos. Ramón es paciente del Hospital Muñiz y estuvo presente apoyando la lucha. “Con esta nueva ley, Larreta los ha refundido. Ningún convenio laboral acepta estas horas de trabajo y encima les achican los sueldos, lo bueno es que los jóvenes toman conciencia y salen a pelear por sus derechos”. Como sobreviviente de la dictadura cívico militar, afirma que tiene la obligación moral de apoyar la lucha de la salud pública: “Tengo casi 70 años, hice el juramento de luchar hasta que me muera con los chicos, las chicas, los jubilados, los niños y de defender lo público”.

Una ley votada de forma express

Victoria Montenegro, diputada de la Ciudad por Unidad Ciudadana y presidenta de la Comisión de Derechos Humanos en la Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires, fue una de los siete legisladores que no pudieron emitir su voto. Cuenta que le comunicaron del proyecto de ley el miércoles 20 luego de que el Poder Ejecutivo convocara a una reunión informativa. Siendo consciente de la realidad de los residentes y concurrentes, sostiene que era necesario más tiempo para debatir y convocar a una comisión de salud, lo que la ministra en principio había aceptado.

Sin embargo, el Ejecutivo emitió una orden para que el dictamen se firme el viernes 22, ya que el oficialismo tiene los diputados suficientes para constituir el quorum. En ese escenario, empezaron a trabajar con los distintos sectores para incorporar aportes al proyecto original junto a las demandas de los residentes, pero como esto no sucedió, pidieron que se retire el proyecto y que vuelva a comisión.

“El problema fue la forma en que esto se trabajó, no se convocó a los protagonistas. Si bien la ministra es médica y fue residente, pasaron varios años y hoy la realidad es otra, se necesita el intercambio con los que hoy son residentes. ¿Qué urgencia había en sacarla en 48 horas? No hubo ámbito de discusión, se jactan de cumplir con la institucionalidad y el diálogo, pero no lo respetaron, estas son las consecuencias: represión y paro”, concluye la legisladora.

Gabriel Solano, legislador por el PO y el FIT, por su parte, sostiene que el proyecto que se aprobó es un atropello que viene a darle carácter de ley a un régimen de explotación laboral. “Los residentes tienen salarios de miseria, sufren precarización laboral que no solo afecta al trabajador sino también al paciente, afecta lo psicológico y la atención que pueda brindar”, detalla Solano. “Es importante que el proyecto se anule y que Larreta haga uso de su facultad para vetarlo, si bien yo hablé en la sesión no pude votar, se debe abrir una verdadera negociación”, reclama. Asegura que estas leyes tan reaccionarias solo se votan de manera antidemocrática y no con un debate franco y honesto: “Este conflicto se gana en la calle”, afirma.

Luis Zamora, perteneciente a la lista Autodeterminación y Libertad, define a los residentes y concurrentes como un movimiento formidable y autoconvocado: “Su reclamo es legítimo, son el sostén de los hospitales, la salud pública está saliendo a la superficie en lo que refiere al ajuste y la falta de presupuesto”. Zamora informa que frente a un régimen político que vota de forma no democrática, hace falta que el Poder Ejecutivo no promulgue la ley, pero si lo hace se debe presentar otro proyecto que lo derogue o hacer una acción judicial, ya que Fernando Vilardo y Marta Martínez – quienes forman parte de su partido – tampoco pudieron votar”, detalla.

Como consecuencia, cinco de los siete legisladores que quedaron fuera de la sesión presentaron un pedido de impugnación de la norma. “Queremos solicitarle al Jefe de Gobierno y a la Ministra de Salud que veten esta ley que implica un retroceso en nuestros derechos como trabajadores y trabajadoras, que se convoque a una mesa de diálogo con todas las partes intervinientes para elaborar un proyecto que sea representativo del colectivo, que implique una mejora en las condiciones de trabajo y nos reconozca como tales”, reza la carta que los residentes y concurrentes presentaron en la Jefatura.

La ley 2828 votada el jueves 28 de noviembre fue aprobada solo con votos de los legisladores oficialistas – en este caso 34, cuando solo eran necesarios 31 – mientras que aquellos que se oponían a la ley no solo debieron salir a frenar la represión que se estaba dando afuera de la Legislatura, sino que no pudieron sufragar. Es decir, la norma fue aprobada sin que se computen votos de los bloques de la oposición y con la abstención de los 5 legisladores del bloque Evolución. Por tanto los médicos continúan de paro y en asamblea permanente hasta que se vete la ley con la que desacuerdan.

Parir la ley

Parir la ley

El proyecto de ley que tiene media sanción de Diputados es el séptimo presentado en los últimos 13 años.

El proyecto de Ley de Obstetricia, presentado en el pasado mes de abril y aprobado por la Cámara Baja, fue elaborado en base a la iniciativa de las diputadas Mónica Macha, y Carmen Polledo y del legislador Eduardo Amadeo. Buscaba modificar así la Ley 17132, sancionada en 1967, que subordina al personal obstétrico al rol de “colaboración en el arte de curar” refiriendo exclusivamente a la atención del embarazo, parto y puerperio, sin tener en cuenta otras labores que realiza, como la asistencia en la planificación familiar, el acceso a métodos anticonceptivos, estudios de control y prescripción de medicamentos. ANCCOM repasó la iniciativa que buscará ser aprobada en el próximo período legislativo en el Senado.

Este intento, que es el séptimo presentado en los últimos 13 años, espera que para el 2020 logre instalarse dentro de las prioridades a sancionar por el Congreso. “Pedimos que no tengamos que hacer autorizar un monitoreo fetal, que es un estudio de control normal del embarazo”, explicó Claudia Negri, directora de la Carrera de Obstetricia de la Universidad de Buenos Aires, sobre uno de los puntos que contempla el proyecto. Negri aclaró que confía que con la llegada del nuevo Gobierno y la confirmación de la nueva Cámara de Senadores.

La muerte materna, ocasionada por causas obstétricas directas, supera el 55% de los casos según cifras de 2018 aportadas por el Ministerio de Salud. Estas son evitables si se hace un acompañamiento a la mujer en todo el proceso, desde la concepción. “La ley actual no contempla tareas que nos corresponden de acuerdo a las normas que nos bajan desde el Ministerio de Salud. No podemos indicarle lo mínimo a una embarazada, como el hierro o el ácido fólico” afirmó Alicia Cillo, presidenta del Colegio de Obstétricas de la Provincia de Buenos Aires (UCALP), durante el pasado Encuentro Nacional de Licenciadas y Licenciados en Obstetricia realizado en Buenos Aires.

La normativa que regula los servicios obstétricos en CABA es más restrictiva que en muchas provincias.

La problemática para los profesionales de obstetricia es más compleja de lo que parece, ya que si bien el título los habilita para ejercer y la matrícula del Colegio de Obstetricia los ampara, la regulación de su ejercicio se ve afectada porque la normativa de Capital Federal es más acotada que la que cobija a siete provincias del país. ”Ellas tienen el mismo título que nosotras y no pueden indicar si quiera un examen de laboratorio. Cruzan el Riachuelo, llegan a provincia  y ya están habilitadas para realizar un montón de tareas”, declaró Cillo. Esta situación es considerada “injusta” para Negri, quien como directora de la Carrera en una de las mejores universidades del país, que cuenta con reconocimiento en Latinoamérica y en donde se otorga un título de alcance nacional, afirma que es “descabellada la idea de que hayan cosas que podamos o no hacer cuando se cruza la General Paz”.

Después de la media sanción en Diputados, se organizaron tres reuniones con asesores de los senadores y con el presidente de la Comisión de Salud de los de la Cámara Alta, Mario Fiad, para tratar cuestiones relacionadas a puntos objetados por entidades médicas que, en paralelo al proyecto, presentaron un descargo en tanto hay competencias compartidas entre los profesionales médicos y los obstétricos. “Algunos temas tratados fueron: medicación y anticoncepción, la asistencia domiciliaria en una situación de emergencia, nuestra autonomía como profesionales, las condiciones en las que trabajaríamos y nuestra relación con las prepagas”, explicó Negri.

El proyecto de ley agrupaba en 26 artículos todo lo relacionado con los derechos y deberes, en tanto profesionales en ejercicio, como en el ámbito de investigación, gestión y docencia. Además tenía en cuenta en el apartado 17 la “objeción de conciencia” en el caso de que se apruebe la Ley sobre Interrupción Voluntaria del Embarazo, ya que si bien la práctica del procedimiento no es una labor directa de los profesionales en obstetricia, si deben realizar un acompañamiento a la mujer en el momento en que se presente un caso. “Puede venir a la guardia una mujer en esta situación y nosotras damos un acompañamiento, una asistencia en este proceso, por ser integrantes de un equipo de salud y en todo caso, es un tipo de atención particular en donde el profesional puede decidir no participar por un tema ético o moral” afirmó Negri.

“Pedimos que no tener que hacer autorizar un monitoreo fetal, un estudio normal del embarazo”, explicó Negri.

Diversas actividades se llevaron a cabo para darle mayor visibilidad al proyecto. Entre otras,  se presentó el programa de asistencia “Chat Crecer”, un chat de Facebook Messenger que le permite a la mujer el contacto directo con profesionales en obstetricia para hacer consultas sobre situaciones que se presentan en su estado de gestación, vacunas, centros de atención e incluso planificación familiar. Además, el 31 de agosto fue celebrado el Día de la Obstétrica con diferentes manifestaciones en la ciudad. “Esto es política de Estado, y el Estado debe ponerse los pantalones para decidir porque en cuestiones de salud estamos muy atrasados”,  sentenció Negri. En 2020, prometen, será otra vez el turno de dar batalla en el Parlamento.

“La salud mental de este país también se la debemos a las abuelas”

“La salud mental de este país también se la debemos a las abuelas”

“La música me salvó la vida y creo que esto le puede pasar a todo el mundo», dijo Malena D´Alessio.

El Centro Cultural de la Cooperación se cubrió de recuerdos y reflexiones en el ciclo Memoria Identidad, organizado por Abuelas de Plaza de Mayo, ANCCOM y  La Cultural, un espacio de la Facultad de Ciencias Sociales de la UBA. Allí, dos mujeres, Malena D´Alessio, cantante de hip hop -ex integrante del grupo Actitud María Marta- y Lorena Battistiol, quien busca un hermano o hermana nacido en cautiverio durante la última dictadura, compartieron el último jueves  retazos de sus historias como hijas de desaparecidos y su relación con la música. El cierre musical estuvo a cargo de las voces de D’Alessio y Mariana Debenedetti con una fusión de ritmos latinoamericanos y rap. 

“Me acerqué a la casa de las Abuelas en el año 2000 porque tenía ganas de hacerme cargo de esta historia”, comenzó diciendo Battistiol y relató el recorrido que la llevó a participar de la lucha por los derechos humanos y a continuar la búsqueda de su hermane nacide en cautiverio. Ambas entrevistadas coincidieron sobre la forma en que fue tratada la desaparición de sus padres y hermane en el caso de Lorena, y de su padre en el de Malena D’Alessio: “Fue un tema muy difícil de abordar, de muchos silencios”, explicó la artista. Sin embargo, en ambas historias fueron las abuelas quienes pudieron recordar, hablar y seguir nombrando a los desaparecidos. “Mi familia intelectualizaba mucho todo pero mi abuela hablaba y podía llorar. Lo que a uno le debería suceder ante semejante tragedia. A mi abuela le debo mi salud mental”, sostuvo la Malena. Battistiol conmovió a todos y todas las presentes al narrar la relación con su abuela, quien la crió luego de la desaparición de sus padres. “Mi abuelo tenía muchos miedos. Mi abuela salía a la calle, hacía reclamos, iba a las comisarías, a los tribunales, a los hospitales. Tenía el coraje de hacerlo”, contó entre lágrimas que contagiaron al público. Casi como una reflexión conjunta de quienes estaban en la sala quedó claro que las experiencias personales de estas mujeres eran representativas de lo que a toda la sociedad argentina le sucedió gracias a las Madres y  Abuelas de Plaza de Mayo: ellas echaron luz a un tema que estaba vedado. “Le debo mi salud mental a mi abuela, y creo que la salud mental de este país también se la debemos a ellas”, concluyó la cantante. 

“En mi caso se cruzan las dos identidades que nos convocan, me dedico a la música pero también soy hija de desaparecido”, esclareció D’Alessio sobre la relación que la música tuvo con la conformación de su identidad. La identidad es un tema que se ha replanteado mucho a lo largo de su vida. Por un lado, quiso reconocerse como hija de desaparecido y pisar fuerte para reivindicar la lucha de su padre en una sociedad que aún reproducía muchos discursos negacionistas. Su comienzo en la música se dio en paralelo a este momento de la percepción de su identidad. Pero luego advirtió que quien era no pasaba únicamente por allí y recorrió otros caminos para desetiquetarse, para acercarse a otros rincones que la hacen ser quien es hoy. D’Alessio entendió que “no soy sólo hija de desaparecido, soy un montón de otras cosas. En esa lucha de poder construir la identidad de uno es cuando transcurre la vida”. Para Lorena su acercamiento a la música fue y es muy distinto. “No tengo cultura musical, lo mío es el reggaeton, bailar. Me gusta la música pedorra”, confesó. A partir de allí el intercambio giró en torno a la pregunta de por qué desvalorizar así a una música que habla de la vida cotidiana de los pueblos latinoamericanos 

“Siempre me interesó ser partícipe de esas culturas donde el baile y la música forman parte de la vida constantemente”, reflexionó D’Alessio. Para ella, la mirada eurocéntrica que caracteriza a la Argentina siempre mira con cierto desprecio a la cumbia, al reggaeton y a otros ritmos que tienen sus raíces en las culturas afros. “No creo que sea música pedorra. La cuestión de los derechos humanos también implica cuestionarnos qué es la música culta, representada en nuestro país por un teatro llamado Colón” puntualizó, haciendo hincapié en el nivel de eurocentrismo y racismo hegemónico en la sociedad. La infancia de D’Alessio estuvo fuertemente marcada por la música: primero rock nacional, después conoció “la música negra”, hasta que ese recorrido la llevó al hip hop que le cambió la vida: “Me generó una sensación como el enamoramiento”. Ahí encontró una forma de hacer catarsis real que le reveló que no sólo podía escuchar música, sino también crearla. “La música me salvó la vida y creo que esto le puede pasar a todo el mundo, no sólo a mí. Sobre todo la música pedorra”, dijo haciendo reír al público y sobre todo a Battistiol. Las formas en que las identidades se construyen se hacen presentes en todos lados, tanto en la búsqueda de reconstruir su pasado o de conocer su historia, como al rescatar ritmos latinoamericanos que son parte de la cultura del continente y del país. 

“Los problemas no sólo hay que hablarlos, también hay que bailarlos”, le sugirió D´Alessio a Battistiol.

El momento más emotivo se dio cuando Battistiol habló de sus abuelos, de las vivencias cotidianas siendo criada junto a su hermana por ellos y con el gran peso de sus padres desaparecidos. “Había dos momentos que se repetían todos los años donde mis abuelos lloraban” empezó, con una sonrisa llena de lágrimas. El primero era cuando su abuelo les enseñaba las tablas y a ellas les costaba aprenderlas. Su abuelo lloraba de impotencia. El segundo, era todos los 24 de diciembre a la noche. “Ellos se acostaban a dormir temprano y a las doce íbamos con mi hermana a despertarlos para brindar”, contó entre lágrimas, dando a entender lo mucho que los movilizaba esa fecha. Y agregó: “Creo que era la Navidad, el nacimiento, la esperanza. Siempre preferí que llegara año nuevo para no pasar por eso todos los años”. Ante su angustia, que se contagió a los presentes, D’Alessio apoyó la mano en su pierna y le sonrió. “Es bueno hablar de las tragedias y cuestionar dogmas instalados en la sociedad como la idea de que los adultos no lloran”,  señaló. Para ella en el país no hay muchos espacios para canalizar esas cuestiones que, a veces, encuentran salida en forma de llanto, de música e incluso de baile. “Los problemas no sólo hay que hablarlos sino que hay que bailarlos”, alentó a su compañera.

En toda la charla, Malena D’Alessio y Lorena Battistiol dejaron claro que de adolescentes no se hubieran llevado bien. Sus gustos, su forma de ser y de enfrentar la cuestión identitaria que las recorre eran muy diferentes en esa época. Sin embargo, la adultez las encuentra trabajando juntas, apoyándose desde una historia compartida y colectiva que las acerca. Actualmente Lorena Battistiol forma parte de Abuelas de Plaza de Mayo, milita la causa y busca a su hermane desaparecide. “Antes yo era sólo hija de desaparecidos, a partir de mi incorporación a abuelas comprendí muchas cosas. Me hice cargo de buscar a mi hermane”, aseguró. Por otro lado, Malena D’Alessio ve la lucha por los derechos humanos de una forma mucho más rupturista: “Sentí que la mejor manera de hacer una continuidad con la lucha de mi papá era hacerlo a mi manera; recrearlo desde un lugar diferente”. Y confesó que en la agrupación HIJOS se sentía parte pero también a parte, porque el reclamo era desde una continuación de la lucha de los padres desaparecidos y para ella “la mejor manera de ser efectivo para incidir en la realidad y modificarla es rompiendo con la anterior, deconstruyendo la identidad que te viene”.