Memoria audiovisual

Memoria audiovisual

Con la presencia de directores y artistas invitados, se lanza en La Plata el ciclo de cine que busca reivindicar la importancia de las políticas de Memoria, Verdad y Justicia como pilares de la democracia argentina.

El Instituto Cultural de la Provincia de Buenos Aires presenta la primera edición de Proyectando Memoria, un ciclo de cine que invita a reflexionar sobre los sucesos ocurridos durante la última dictadura cívico-militar. Las proyecciones, que se llevarán a cabo los jueves de marzo en el Planetario de la Universidad Nacional de La Plata, forman parte de Memoria es Cultura, un programa que trabaja sobre derechos humanos y que pone en valor las tramas identitarias de la Provincia. “Si bien es chiquito, igualmente intenta plantar semillas y generar reflexiones que convoquen a ser un poco más sensibles”, asegura Ana Laura Mercader, coordinadora del programa en diálogo con ANCCOM.

 Aunque la invitación es para el público en general, desde el organismo que preside Florencia Saintout aseguran que es una propuesta que puede resultarle de interés a los más jóvenes. “Hay una generación a la que le queda muy lejana la historia de la dictadura, pero que cuando la conocen, encuentran un montón de similitudes con la situación actual”, sostiene Mercader. El ciclo se inserta dentro de un conjunto de iniciativas que, a través del cine y otros medios, abordan de manera profunda los eventos del pasado y su repercusión en el presente. Junto con el Festival Internacional de Cine de la Provincia de Buenos Aires (FICPBA), ambas propuestas crean espacios para el intercambio y la reflexión sobre temas como la memoria y la identidad. “Poder organizarnos y ver de qué manera somos parte de la historia es lo que nos convoca”, menciona Mercader.

 La programación incluye producciones con diversos enfoques y relatos sobre la violación sistemática de los derechos humanos y la lucha posterior por la identidad. El jueves 13 se proyectará La guardería, un documental dirigido por Virginia Croatto que narra la experiencia de hijos e hijas de militantes montoneros en un refugio en La Habana. El 20 de marzo será el turno de La casa de Argüello, una película en la que Valentina Llorens, directora y guionista, explora la historia de cuatro generaciones de mujeres para recuperar su pasado político-familiar. La encargada de cerrar el ciclo el 27 de marzo será Infancia clandestina, la película dirigida por Benjamín Ávila que muestra los dilemas de crecer bajo un nombre falso y en una situación de constante peligro. “Es importante contar que la identidad en la dictadura ha sido una construcción que requirió trabajo y que también aportó mucho a los juicios de lesa humanidad”, afirma Mercader.

El ciclo además contará después de cada proyección, con la presencia de los directores e integrantes de las películas, con los cuales se realizará una charla debate con el objetivo de profundizar en los temas abordados, así como también para compartir vivencias y tener un intercambio enriquecedor con el público. “Nos parece interesante que los bonaerenses no solamente sean veedores, sino también personas activas en la construcción colectiva de la memoria”, concluye Mercader.

 

La entrada a todas las proyecciones en el Planetario (Av Iraola y Calle 118, Paseo del Bosque, La Plata), es libre y gratuita.

Absolvieron al novio de Micaela Rascovsky

Absolvieron al novio de Micaela Rascovsky

En un fallo muy cuestionado por los presentes, el Tribunal Oral en lo Criminal y Correccional 10 absolvió a Guido Pascuccio, quien había sido acusado de femicidio. El fallo provocó reacción entre los familiares de la joven.

Los familiares de Micaela en la puerta de Tribunales luego de la sentencia. 

“Voy a dar la lectura del veredicto”, anunció el juez Alejandro Noceti Achával, presidente del Tribunal Oral en lo Criminal y Correccional 10 porteño frente a una sala repleta de personas. A su izquierda estaba la jueza Inés Cantisani y a su derecha el juez Jorge Romeo. “El tribunal resuelve absolver a Guido Pascuccio”, sentenció Noceti Achával, que enseguida siguió leyendo un par de puntos legales más que ninguno de los presentes tuvo ánimo de procesar. Es que sus primeras palabras retumbaron demasiado fuerte en los oídos de quienes habían ido a acompañar a los papás de Micaela Rascovsky, que murió el 13 de abril de 2021 en el departamento de Villa Ortúzar que compartía con Pascuccio, quien era su novio y estaba acusado de asesinato. 

Noceti Achával leyó el veredicto a la velocidad de la luz, con la cabeza enfocada pura y exclusivamente en el papel, como queriendo evitar las miradas de reproche de los familiares de Rascovsky, que esperaban prisión perpetua para el acusado por la figura de femicidio. Lo cierto es que Pascuccio llegó al juicio imputado por los delitos de “abandono de persona seguida de muerte y lesiones doblemente agravadas en contexto de violencia de género”, motivo por el cual la fiscalía había sugerido 11 años de prisión para él. No obstante, los jueces Noceti Achával, Cantisani y Romeo decidieron, finalmente, su absolución. El juez que anunció el veredicto aclaró que el 18 de marzo dará a conocer los fundamentos de su decisión. 

“No voy a parar hasta que pagues por lo que le hiciste a mi hija”, clamó con desesperación Patricia Ortiz, mamá de la joven fallecida, una vez que el juez terminó de leer la sentencia. Se dirigía directamente a Pascuccio, mirándolo a los ojos, mientras el dolor le atravesaba el cuerpo entero. Sebastián Rascovsky, por su parte, sostenía un cuadro con el rostro de su hija en el momento en que el juez dijo que Pascuccio quedaba absuelto, como queriendo abrazar a Micaela de alguna manera, aunque ella ya no esté en este mundo. 

Pascuccio es abogado como su papá y su hermano. Estuvo preso durante un año y cinco meses, pero al juicio llegó en libertad por haber pagado una fianza de tres millones de pesos. En la primera audiencia, que tuvo lugar el 14 de noviembre de 2024 en el 6° piso del Tribunal Oral en lo Criminal Nº 10 de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, el acusado había dicho que “jamás lastimó a Micaela”. Este 11 de marzo, en ese mismo tribunal y en la última audiencia del juicio, volvió a decir lo mismo.

«Los hijos del poder, como Guido Pascuccio, hacen lo que quieren, total con contactos y plata tapan todo. Nos van a tener que matar para callarnos porque vamos a abrir la tierra para sacar todos los trapos sucios», manifestó la tía de Micaela Rascovsky.

Rascovsky tenía 25 años y estudiaba la carrera de Medicina en la Universidad de Buenos Aires. Estaba conviviendo con Pascuccio hasta que en 2021 apareció sin vida en la casa que ambos compartían. El día del fallecimiento de Rascovsky, Pascuccio llamó a Emergencias y dijo: “Me levanté y escuché unos ruidos en el living y estaba mi mujer convulsionando. No sé si tomó algo, estoy muy asustado. No la puedo hacer reaccionar. Tengo miedo de que haya tomado algo, alguna pastilla o algo”. De ahí en más planteó la hipótesis de que su novia se había suicidado con una sobredosis de cocaína. ¿El motivo, según él? Que no soportó el dolor causado por no haber podido llevar a término su embarazo, que era ectópico. 

No obstante, el día del fallecimiento de Rascovsky fue a reconocer el cuerpo María Ortiz —tía de la joven—, quien encontró a su sobrina con moretones. Enseguida la autopsia determinó que Rascovsky tenía ADN de dos personas masculinas debajo de las uñas y líquido seminal de su novio en la ropa interior. De ahí que la familia de la víctima consultó la opinión profesional de Borja Moreno Víchez, médico que integra el Cuerpo Nacional de Médicos Forenses de España. Él dijo que el cuerpo de Rascovsky presentaba señales de defensa, por lo que descartó completamente la hipótesis del suicidio que Pascuccio había planteado desde el principio. El testimonio de Moreno Víchez se puede escuchar en el documental sobre la muerte de Rascovsky realizado por la productora española “Triun Arts”, que consta de tres partes. “Fabricando una mentira” es el título de la primera. 

Una vez finalizada la lectura del veredicto, el fiscal Guillermo Moroni trató de contener a la familia de la víctima pero ninguna de las palabras que salieron de su boca pudo impedir la manifestación de la bronca colectiva. “Si usted hubiera visto a mi nieta toda golpeada…”, masculló la abuela de Rascovsky, entre lágrimas. Otros familiares sugirieron a viva voz que Pascuccio contaba con el apoyo de un juez federal que, en carácter de amigo de su papá, estuvo presente en la sala. 

Ya afuera del tribunal, en la Plaza Lavalle, los papás de Rascovsky permanecían inmóviles, perplejos por la decisión de los jueces, que ni siquiera le adjudicaron la responsabilidad por “abandono de persona”. No estaban solos, estaban acompañados por sus familiares y sus abogados. Estos últimos comentaron a esta agencia que todavía se puede presentar un recurso de casación, que permitiría que los jueces revisaran su decisión. 

Sin embargo, Paula Ortiz —tía de la joven fallecida— se mostró poco esperanzada. En una conversación con ANCCOM dijo que “la justicia argentina es una de las más corruptas que existen. Las mujeres víctimas de violencia que aún siguen vivas porque lograron escapar son sobrevivientes de esta justicia patriarcal. Se nos ríen en la cara. Los hijos del poder, como Guido Pascuccio, hacen lo que quieren, total con contactos y plata tapan todo. Nos van a tener que matar para callarnos porque vamos a abrir la tierra para sacar todos los trapos sucios. Le pido a la sociedad que se levante y haga ruido porque un día puede ser su hija. No quiero más carteles y tumbas con el nombre de alguna chica víctima de femicidio”.

«No tiren un libro, alguien se ocupará de ver qué se puede hacer con él»

«No tiren un libro, alguien se ocupará de ver qué se puede hacer con él»

Diego Sachella creó el proyecto Bibliotecas de Libros (no) Tirados a la Basura que recolecta ejemplares a punto de ser desechados para donarlos a escuelas, cárceles, instituciones y también a artistas y cartoneros. Cómo se teje solidaridad a partir de la cultura.

La Biblioteca de los Libros (no) Tirados a la Basura comenzó en octubre de 2018 como un grupo de Facebook entre vecinos que compartían libros, pero rápidamente creció y se transformó en una iniciativa de mayor alcance. Creada por el docente Diego Sachella, el objetivo principal de la Biblioteca es ofrecer un refugio para libros que, de otro modo, serían desechados.

 

El grupo formado en la red social ya reúne a más de cinco mil miembros y es el punto neurálgico donde se gestionan las donaciones y se facilita la circulación de los ejemplares. Gracias al compromiso de sus integrantes, que abarca no solo la donación sino también el traslado, los libros han llegado a instituciones como escuelas, universidades, hospitales y cárceles de todo el país.

 

En diálogo con ANCCOM, Sachella reflexiona sobre la importancia de fortalecer los lazos de solidaridad, el valor afectivo de los libros y cómo el proyecto puede contribuir a la preservación de la cultura.

¿Cómo arrancó el proyecto?

Viví por una década en Alemania y conocí en Münich el fenómeno de las bibliotecas al paso, que estaban ubicadas en las esquinas y en las plazas. Eran bibliotecas que no implicaban mucho más que una pequeña estructura básica como una caja pero que sin embargo eran custodiadas por la municipalidad y sus vecinos. Con el tiempo, además de proveer libros, se encargaron de construir muebles para protegerlos de la nieve, la lluvia y el viento. En lo personal, fue una iniciativa que me pareció increíble ya que me permitió proveerme de libros y aprender alemán, lo cual fue fundamental ya que yo emigré sin saber nada del idioma. Cuando volví a la Argentina, casi como un acto de magia, me encontré en la puerta de mi edificio una pila de libros que pertenecían a la famosa colección Robin Hood. Pese a que estaban impecables alguien los había dejado ahí para tirar a la basura. A partir de esa situación y de recordar lo que había visto durante mi viaje fue que, con el objetivo de generar un espacio en el que todo el vecindario pudiese recurrir a distintos ejemplares, se creó la Biblioteca de los libros (No) Tirados a la Basura.

 

¿Cuándo fue el mayor momento de crecimiento?

A partir de la pandemia comenzaron a aparecer grandes cantidades de libros. Muchas familias empezaron a revisar las bibliotecas de sus mamás, papás, abuelos, abuelas y el proyecto se disparó. Gracias a eso nos han donado bibliotecas ilustres, de personas destacadas de la actividad política, social, académica y artística. Creo que la pandemia potenció la intimidad, la soledad y la necesidad de contacto con espacios que de otra manera no habríamos conocido. Nuestra biblioteca se convirtió en proveedora de museos, universidades, colecciones privadas, investigadores de todas las disciplinas, colegios secundarios y hasta de jardines de infantes. Fue a partir de ahí que se generó una red que todavía hoy se sostiene exclusivamente a partir de personas que tienen que viajar a alguna parte del país y se ofrecen de manera desinteresada a llevar libros a quienes no pueden retirarlos. Para mí eso es conmovedor, porque nosotros no elegimos los libros que nos llegan ni tampoco sus próximos destinos.

 

¿De qué manera se gestionan las solicitudes de donación?

Junto a un grupo grande de personas nos encargamos de contactar o estar atentos a las solicitudes de libros. Hace muchos años encaro cada mes pensando que va a ser el último del emprendimiento y sin embargo nos vuelven a escribir para contarnos que se precisan libros para distintas bibliotecas que jamás me habría imaginado. Desde intrahospitalarias para infancias oncológicas hasta intracarcelarias que requieren lecturas académicas para carreras de Sociología o Abogacía. Incluso museos que nos escriben pidiendo determinados libros que jamás en la vida habríamos sabido qué hacer con ellos. Una de las grandes tareas que hace la gente que nos acompaña es estar atenta a esas solicitudes. Nuestro protocolo para recibir las donaciones depende mucho de la primera clasificación que hagan quienes nos lo acercan, desde comentarnos en qué estado están hasta la cantidad y de qué género son. Si nos llegan embalados y más o menos rotulados es más fácil su destinación. Creo que una de las cosas que hemos logrado construir es la responsabilidad de la solidaridad. No es solamente donar, sino cómo hacer para que esa donación tenga sentido y que llegue a un buen destino.

 

¿Hay alguna historia en especial que te haya marcado?

Sí, recuerdo a una señora de 94 años que le pidió a su hija antes de fallecer que se contactara conmigo porque quería una novela de un autor ruso traducida al castellano que había leído cuando su familia había emigrado a la Argentina. En realidad, no tenía que ver con la materialidad del libro sino con lo que contenía. Lo buscamos y finalmente lo encontramos dentro de una caja que estaba arrumbada. La señora alcanzó a leer unas páginas y después de un tiempo su hija me dijo que su madre murió feliz porque pudo leer el libro que le acercamos. Quizás es una pavada, pero ese es el secreto del libro. A mí me emociona mucho esta historia porque tiene que ver con las cosas que uno necesita en el momento en el que va a despedirse de una vida. Algunas personas pueden necesitar un olor, una imagen, una foto, una tela o una canción, pero ella necesitaba un libro. Las formas en las que un libro acompaña son inefables. Es algo que no se puede transcribir o decir en palabras expresas. Posiblemente haya otros objetos que también lo hagan y es válido. Lo interesante para mí es en dónde anclamos alguna expresión de la trascendencia. El libro es una de ellas.

 

¿Cuál es el mayor desafío de la iniciativa?

Que quienes nos contacten puedan entender que el valor de los libros no tiene solamente que ver con el valor afectivo de su herencia sino con lo que un libro puede hacer. En el grupo de Facebook lo que se propone es que las personas sepan que hay libros que tienen un valor como tal y otros que quizás ya no lo tienen pero que tal vez se pueden rescatar de algún modo. Por ejemplo, hay muchos que se los acercamos a los artistas del collage o a los recicladores urbanos de la Ciudad que gracias a su venta pueden tener un plato de comida en la mesa. Le damos a los libros la más noble sobrevida que se les pueda otorgar. Quienes donan o nos acercan esos libros lo saben. Por eso, para mí el mayor mensaje es que no tiren los libros. El libro tiene una sobrevida que no tiene que ver con una valoración mística sino con una valoración de la circulación de los bienes en sociedad.

 

¿Crees que la Biblioteca puede ser una forma de salvaguardar la cultura?

Sí, lo creo profundamente. El problema no es solo que la expresión que construimos como cultura está bastardeada, sino que nos hayan negado la noción de que a diario cada una de las expresiones del ser humano en sociedad construyen cultura. El mensaje de la Biblioteca es: no tiren un libro, alguien se ocupará de ver que se puede hacer con él. Quizás puede terminar, así como está en la Biblioteca Nacional pero también puede servir para darle de comer a quien labura con el cartón a diario porque ese libro ya está en un espacio en el que se lo puede rescatar más allá de la materialidad. No podemos permitir que se nos prive de que cada expresión diaria y subjetiva es una expresión de cultura.

 

¿Qué es lo que más te enorgullece del proyecto?

Que algo pueda cambiar a partir de recibir un libro. Lo más interesante de la biblioteca no son las donaciones sino cuando la gente recibe los libros. Parece mística, pero hace un par de años, salí a la calle un día que llovía y me encontré con una gran cantidad de libros en la basura que se estaban escurriendo por las alcantarillas. Me incliné a rescatarlos y encontré dentro de un libro una partitura firmada por Julián Aguirre, un pianista y compositor argentino de música clásica. En ese momento le escribí a un amigo que es director de orquesta para comentarle mi hallazgo y me dijo que solo existen cinco partituras suyas y que una estaba perdida. Justo era la que estaba en el libro que se estaba yendo a la alcantarilla. Lo interesante está en prestar atención a lo que vemos cuando vemos, que escuchamos cuando escuchamos y que leemos cuando leemos. Quizá la propuesta de la Biblioteca tenga que ver con eso. Con ver de otra manera lo que nos rodea y sentir de otra manera lo que nos pasa. Porque no importa si es una partitura importante o un libro de un autor ruso, sino que eso que está allí es una expresión de la identidad de la memoria y no hay que dejar que se vaya por la basura.

 

«De eso no se habla»

«De eso no se habla»

Tras la feria judicial, se retomaron las audiencias del juicio de lesa humanidad que analiza la responsabilidad de tres autoridades en el incendio ocasionado en el penal de Devoto el 14 de marzo de 1978.

En febrero continuaron las audiencias del juicio que investiga la Masacre del Pabellón Séptimo, en donde se analiza la responsabilidad de tres autoridades en el incendio ocasionado en el penal de Devoto el 14 de marzo de 1978. En las jornadas del miércoles 12 y 26 de febrero, declararon familiares de los afectados.

La audiencia inició dando ingreso a Verónica Sosa, hija de Dante Sosa, fallecido durante el incendio. La testigo explicó que en el momento en que acontecieron los hechos ella tenía 4 años. “La versión que me dieron a mí fue que mi papá había muerto en un accidente, pero no sabía de qué tipo”, contó. Recordó, además, distintas versiones que sus familiares le fueron ofreciendo, “pero ninguna concordaba entre sí”. 

Sosa reconoció el cuidado y la protección de su abuela, quien la crió e hizo de su “mamá y papá”, debido a que su madre la abandonó y su padre fue preso y posteriormente murió. “De eso no se habla” y “no hay que hablar de eso” fueron las frases típicas que se vincularon al recuerdo de su padre, hasta que descubrió los hechos por su cuenta. 

En marzo de 1992, viendo el programa “Siglo XX Cambalache” escuchó que se hablaba del “motín de los colchones”: “Ahí se me armó el rompecabezas de palabras que me andaban dando vueltas, testimonios, palabras sueltas”, mencionó. A raíz de eso, Sosa buscó el certificado de defunción de su padre, y al leer que la causa de muerte indicaba quemaduras extremas y segundo grado de calcinación, comenzó a encontrar distintas respuestas a ciertas dudas. “En ese momento me cerró de dónde venían los llantos a escondidas de mi abuela y su depresión. Cuando lo entendí, duelé en silencio y no le dije nada” explicó. 

Entre 1993 y 1994 investigó por su cuenta buscando diarios de la época del incidente, en donde encontró el nombre de su padre, las “imágenes del horror” y las “listas interminables” de los afectados.

En busca de amparo y justicia, Sosa habló con distintos abogados. Sin embargo, le dijeron que no se podía hacer nada. “No era un Estado de Derecho sino la dictadura, eran presos comunes, por ende a ¿quién le iba a interesar esa causa?”, explicó la testigo citando a los abogados.

Sosa cargó con aquel dolor y la impotencia de no poder encontrar soluciones hasta que en el año 2014, observó en la vidriera de una librería un libro que hablaba del “motín de los colchones” pero con un nuevo nombre: Masacre del Pabellón Séptimo, de Claudia Cesaroni. Cuando llegó a su casa, googleó la misma frase y no solo se encontró con el libro sino con una canción y páginas webs que retomaban el surgimiento del incendio.

Finalizado su testimonio, pasó a declarar Patricia Menta, hermana menor de Pablo Menta también fallecido durante la masacre. Cuando acontecieron los hechos, ella tenía 21 y él 24. 

La testigo contó que su hermano era drogadicto. Menta estaba preso por asaltar una farmacia junto a un amigo suyo y querer robarse unas pastillas. Al igual que su amigo Horacio Santantonin, su condena se cumplía el 17 de marzo: “Había salido el fallo que permitía su liberación y sabíamos que iba a salir”, explicó la testigo. 

La hija de Santantonin había declarado durante la jornada del 12 de febrero, donde explicó que su padre sobrevivió al incendio y logró tener libertad pero su amigo Menta no, hecho por el cual su padre quedó muy afectado.

La testigo recordó el 14 de marzo como un “día horrible”. La madre de Santantonin la había llamado a la casa y le había dicho que “algo había pasado”. En ese mismo lapso horario, la testigo y su madre se habían dirigido al penal de Devoto y observaron cómo enfrente de la entrada había mucha gente amontonada mientras se leía una lista con los nombres de reclusos que se encontraban heridos, mencionando en qué hospital se encontraban. El nombre de su hermano no fue leído en ningún momento por las autoridades. “Ese día volvimos sin pensar con mi mamá para no pensar lo peor” explicó. Si bien Menta no recuerda el modo en que concretamente se enteraron del fallecimiento de su hermano, explicó que su padre lo terminó reconociendo en la morgue. “De estar festejando porque lo liberaban pronto, terminamos lidiando con su muerte” expresó la testigo.

 

Miércoles

Durante la jornada del miércoles 12, el Tribunal Oral de Retiro convocó a tres familiares de víctimas afectadas por la Masacre del Pabellón Séptimo. Veronica Ambrosio, hermana de Armando Luis Ambrosio, fallecido durante el incendio, fue la primera en ingresar a la sala de audiencias. La testigo es la más chica entre 4 hijos y para el momento en que acontecieron los hechos tenía 6 años. 

Con su hermano no tenía demasiada relación, cuando lo detuvieron él ya no vivía con ellos. Sin embargo, contó que ella no se enteró sino mucho tiempo después: “A mi no me dijeron que Armando había sido detenido, entiendo que para preservar mi niñez, mi inocencia. Me dijeron que estaba internado, enfermo, en un hospital. Yo no pregunté más”. Añadió que su hermano tenía una relación tensa con su papá y que ella no se animaba a preguntar por él, ya que no eran temas que se hablen frecuentemente. 

El día que se enteró de su fallecimiento fue poco tiempo después que se mudaron. Una de sus hermanas la sentó en el auto de su pareja de ese entonces y le explicó que su hermano no se había recuperado, que había fallecido y que por eso “mamá y papá estaban tristes”. “Yo tampoco pregunté qué enfermedad tenía y por qué no se había curado. Me daba miedo preguntar porque sabía que el recuerdo despertaba tristeza”, reconoció Ambrosio.

Sin embargo, el recuerdo y el luto provocaron que su madre cuente con mayor frecuencia algunas cosas sobre él. La testigo explicó que su vida comenzó a integrar intervalos de memorias de su hermano que comenzaron a provocarle inquietudes. “En esas menciones que mi mamá hacía había cosas que no cerraban. No entendía bien, había algo más”, explicó la testigo. Un día se animó a preguntar, y su madre le respondió que su hermano era drogadicto. 

Cuando cumplió 15, le pidió a Estela, una de sus hermanas, que como regalo de cumpleaños le contara su versión de la historia. Le explicó que habían allanado la habitación en donde estaba viviendo su hermano y que lo detuvieron por encontrarle un kilo de marihuana y lo trasladaron a Devoto. 

“Después mi hermana me contó lo que fue el “motín de los colchones”, más o menos lo que vendría a ser la versión oficial, que hubo una especie de revuelta o protesta pero ella me decía que no tenía los detalles de cómo había sido el incendio”. Finalmente, le dijo que el incendio había sido tan grande que muchos reclusos murieron, como el caso de su hermano.

Con el tiempo, Ambrosio fue resolviendo ciertas incógnitas: hablando con un amigo sobre su hermano, éste le respondió que aquel incidente no fue un motín sino una masacre. “Ya había internet, podría haber investigado pero la verdad que no quise, no quería abrir esa olla”, confesó. Sin embargo, nuevas circunstancias hacían que el tópico vuelva a ella, Ambrosio encontró en un titular del diario Página 12 que informaba que el Indio Solari había compuesto una canción donde hablaba del incendio, y ya para el 2013, con la publicación del libro de Cesaroni “pudo entender casi todo”. Además, a partir de su contacto con la abogada querellante, fue que la testigo también pudo conocer a sobrevivientes, como también a familiares de otras víctimas fallecidas

“Yo digo que Armando se murió dos veces: una físicamente y otra porque nosotros no hemos podido mantener viva su memoria y su recuerdo en la familia. Entendí que el “de eso no se habla» de mi familia tenía que ver con el momento político, social y económico que tenía el país: la dictadura. Me hubiese gustado que al menos hubiésemos podido poner en la intimidad más resistencia” subrayó. 

Una vez finalizadas las preguntas de las partes acusatorias, Veronica solicitó permiso al juez para un último comentario: “Me preocupa la dirección de lo que pudiera ser la sentencia de este juicio. La pérdida de mi hermano y las otras víctimas es irreparable. Parte del daño y del trauma tiene que ver con el tiempo que ha pasado, más de 46 años de los hechos. Personalmente, que dos personas de más de 90 años tengan una sentencia de prisión domiciliaria no me repara nada, Zerda sería otra cuestión. Pero me gustaría que algo de la realidad del sistema carcelario federal fuera distinto para los presos de nuestros días”. Enseguida añadió que el mismo día que había sido la inspección ocular en Devoto, horas después se había dado una requisa violenta en donde también hubo reclusos gravemente heridos. “Hay cosas que pasaban que siguen pasando 50 años después en gobiernos democráticos. Me gustaría que la reparación pase por tratar las condiciones de encierro de las personas privadas de su libertad” finalizó. 

Posteriormente ingresó Carolina Santantonin, hija de Horacio Adrian Santantonin, quien sufrió graves heridas durante la masacre. La testigo explicó que su padre quedó detenido cuando ella tenía 6 años, y que si bien sus padres estaban separados, su madre la llevó a visitarlo un par de veces. Cuando ocurrió el incidente, su mamá le explicó que había ocurrido un incendio y días después la llevó a la casa de su abuela, en donde se encontraba su padre. “Estaba en un sillón acostado con una tela, todo quemado. Recuerdo verlo e impresionarme con las quemaduras porque le vi hasta los huesos en las rodillas” contó.

Santantonin explicó que su padre había podido salir de la cárcel debido a que el 17 de marzo de ese mismo año, días después de ocurrida la masacre, él cumplía su condena y podía tener libertad condicional, al igual que su compañero recluso Pablo Menta, quien murió durante el incendio. 

Tiempo después, su padre se fue a vivir a Córdoba, en donde se casó nuevamente y tuvo una nueva familia. Santantonin iba a visitarlo durante sus recesos escolares, pero el contacto que tuvo con él era reducido. “Tengo el recuerdo de no hablar más del tema una vez se fue a Córdoba. Yo sé que a él le sorprendió mucho lo que vivió, la muerte de Pablo”, explicó. Finalmente, contó que su papá falleció en 2003. 

Finalizado el testimonio de Santantonin, se dio ingreso a Cristina Cresente, hija de Roberto Cresente, fallecido durante la masacre. “Yo tenía 21 años, estaba casada y embarazada de mi primera hija de ocho meses en el momento que pasa esto de mi papá. Yo me entero que pasa esto por mi mamá y por una tía hermana de él”. 

Cresente explica que el motivo de la detención fue por posesión de drogas, unos días antes de la masacre. “Él no quiso que yo fuera a verlo, primero por vergüenza y segundo por mi condición de embarazo”, rememoró. 

La testigo recordó que se enteró del incendio esa misma mañana del 14 de marzo por medio de Canal 9. “Cuando dijeron la cantidad de fallecidos, pensé: mi papá está muerto”, expresó. Cresente señaló que no fue sino hasta dos días después de la masacre que les informaron desde el penal que su padre había fallecido. 

La próxima audiencia de la causa que investiga la masacre del Pabellón Séptimo será el miércoles 5 de marzo.

 

Nueve temporadas y media

Nueve temporadas y media

Tras casi diez años en cartel, se despide del Teatro Metropolitan «Enamorarse es hablar corto y enredado» la obra que trepó del off a la calle Corrientes y convierte al amor en un campo minado de malentendidos.

Escrita y dirigida por Leandro Airaldo, Enamorarse es hablar corto y enredado narra la historia de Ana y Pedro, dos personas que se conocen en el banco de una plaza y a partir del vuelo de una mariposa inician una conversación. A partir de este primer intercambio, el encuentro se convierte en una danza de palabras llena de enredos y malentendidos, donde, poco a poco, empieza a surgir el amor.

Durante ocho temporadas, la obra cautivó al público en espacios emblemáticos del circuito independiente como el Teatro Nün y El Camarín de las Musas, así como también en diversas salas de todo el país. Sin embargo, el Teatro Metropolitan fue el escenario elegido para celebrar su novena temporada y su primer acercamiento con el circuito comercial. «La obra siempre gusta, pero más aún en teatros grandes, donde el público, al sentirse más protegido por la multitud, se anima a soltar más la risa», asegura Sol Rodríguez Seoane, quien encarna el personaje de Ana, en diálogo con ANCCOM.

A través de oraciones cortas y diálogos rápidos, la obra fusiona comedia y romanticismo, al mismo tiempo que aborda temas triviales como el clima hasta cuestiones más profundas, como la autoestima y la crianza. El mate, símbolo argentino de encuentro y compañía, es el encargado de hacer que la conversación fluya a lo largo de cincuenta minutos y el que permite que los personajes -un hombre de campo y una joven de ciudad– puedan superar las barreras de la timidez y establecer un vínculo de cercanía.

La puesta en escena es minimalista pero efectiva. Un banco ubicado sobre una plataforma giratoria, un árbol con pocas hojas y una iluminación tenue son suficientes para recrear el atardecer en una plaza. Las actuaciones de Emiliano Díaz y Sol Rodríguez Seoane dan vida a la escenografía y mantienen al público cautivo. Con gran naturalidad, logran capturar los nervios y las emociones del primer acercamiento entre dos personas que se gustan, pero son demasiado tímidas para admitirlo, haciendo que el amor a primera vista se sienta completamente verosímil. “Tratamos de buscar cada día algo nuevo que nos motive para que los textos sean dichos como si fuera la primera vez”, comenta Díaz.

En sus casi 10 años en cartel, la piezateatral ha recibido importantes reconocimientos como el Premio Argentores a la mejor obra de teatro para adultos y el Premio Trinidad Guevara Revelación Masculina a Leandro Airaldo. Además, se ha presentado en algunos de los escenarios más prestigiosos del país, como el Centro Provincial de las Artes, el Teatro Coliseo Podestá y el Centro Cultural 25 de Mayo. Luego de una temporada de verano exitosa en Calle Corrientes, el elenco se prepara para despedir el espectáculo que, durante más de 300 funciones, ha sido una invitación para reflexionar sobre el amor, sus enredos y lo imprevisible de sus comienzos.

Enamorarse es hablar corto y enredado puede verse el viernes 28 de febrero a las 20.15h en el Teatro Metropolitan, Av Corrientes 1343, CABA. Las entradas pueden adquirirse en la boletería y en Plateanet.

El sur sigue ardiendo

El sur sigue ardiendo

El fuego no da tregua y aún hay focos activos en la Patagonia. Detienen a dos empleados de estancieros por los incendios.

Los incendios en la Patagonia prendieron alarmas en San Martín de los Andes, se reportan focos activos en la Comarca Andina y en los Parques Lanín y Nahuel Huapi. Además, un gran fuego también se desató en Chile, en la frontera con Neuquén. Al mismo tiempo, en El Bolsón, fue confirmada la imputación y prisión preventiva de Nicolás Heredia, el albañil neuquino de 31 años, detenido cerca del Río Azul. Más al sur, se expande el incendio en el Parque Los Alerces. El fuego que perdiste en Neuquén, Río Negro y Chubut, además de focos en Corrientes y el norte de Puerto Madryn, hacen que la situación sea crítica.

Por su parte, el presidente de Parques Nacionales, Cristian Larsen, apuntó a culpabilizar a “terroristas financiados por el terrorismo y la izquierda”, al expresar que el reciente fuego en Los Alerces se produjo “justo en la zona usurpada por la Lof  Paillako”. Sin embargo, al cierre de esta edición, el sábado 22, fueron detenidas tres personas acusadas de iniciar un incendio intencional en Chubut. Según informó la Dirección de Policía Judicial de esa provincia, no son mapuche ni brigadistas sino empleados del dueño de una estancia que los mandó a prender fuego para generar un aprovechamiento ganadero y de venta de leña.

A principios de febrero, la Coordinadora del Parlamento Mapuche Tehuelche de Río Negro presentó una medida cautelar en la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) donde solicitó su intervención frente al Estado argentino “para que obligue la suspensión de seis ordenes de desalojos vigentes para seis comunidades” en esa provincia, entre las cuales se encuentran comprendidas las Lof Buenuleo y Quemquemtrew. Además pidieron a la CIDH que informe estas violaciones de derechos humanos de los pueblos indígenas que se están produciendo en todo el territorio de la Argentina a todos los organismos multilaterales de crédito.

“Cuando todavía la mapu está caliente por los recientes incendios en la Comarca, y el fuego aún arde en la alta montaña, sin estar dilucidada la autoría de los incendios intencionales, la prensa hegemónica crea un relato de culpabilidad en las comunidades mapuche tehuelche y brigadistas”, expresó la Coordinadora en un comunicado. “Sin más pruebas que el relato creado por Bullrich, Larsen, Petri, Pichetto y el armado de causas sin sustento probatorio del fiscal (Francisco) Arrien que responde a las órdenes del gobierno, el guion se complementa con el discurso del contador de (el empresario Joe) Lewis y hoy intendente de El Bolsón, Bruno Pogliano, quien pretende llevar adelante un plan de turismo y urbanización en Mallín Ahogado, Cuesta del Ternero”. 

El jueves 20 de febrero, familiares, amigos y organizaciones sociales e indígenas acompañaron con su presencia la audiencia ante el Tribunal de Impugnación y pidieron por la libertad de Nicolás Heredia. La semana pasada en Bariloche y en Senillosa se realizaron movilizaciones por la libertad de este albañil que estaba de vacaciones y fue detenido hace más de dos semanas cuando se acercó a llevar comida a los brigadistas. Lo acusaron de tener una botella con nafta que él niega que fuera suya.

La espontánea y autogestiva organización comunitaria que se armó en la Patagonia, sobre todo en El Bolsón, no recibió otra cosa más que persecución. El grupo de seis ambientalistas que se habían acercado a ayudar a los brigadistas fue liberado tras su detención por falta de pruebas.

 

 “Los incendios del sur muestran y sintetizan gran parte de lo que han sido los problemas territoriales en nuestro país. Las aristas de despojo y saqueo territorial expresan intencionalidad que parece indicar que hay negocios forestales e inmobiliarios”, dice Folgueras.

Asamblea abierta

 

Desde el Sindicato de Prensa de Buenos Aires (SIPREBA), el martes 18 de febrero se realizó una asamblea abierta para pensar la complejidad del presente y las salidas posibles. Estuvieron presentes Guillermo Folguera, biólogo, filósofo e investigador; Paula Alvarado Mamani, abogada kolla; y Marina Wertheimer y Sol Fernandez Bouzo, coordinadoras del libro “Argentina en llamas”. Durante la charla, distintos temas se fueron hilvanando: los territorios como zonas de sacrificio para el capital, la complicidad de los medios comerciales de comunicación en instalar falsos enemigos para desviar la atención, las balas estatales y la persecución judicial para disciplinar todo intento de oposición al plan extractivista, al racismo que llega a gran parte de la sociedad desde el discurso oficial y a la fragmentación de las luchas. 

En diálogo con ANCCOM, Folguera manifestó que “los incendios del sur muestran y sintetizan gran parte de lo que han sido los problemas territoriales en nuestro país. Las aristas de despojo y saqueo territorial expresan intencionalidad que parece indicar que hay negocios forestales e inmobiliarios”. Por su parte, Mirta  Ñancunao, werken (vocera) del Parlamento Mapuche–Tehuelche de Río Negro dijo a esta agencia que “despojan del territorio a las comunidades mapuches, pobladores campesinos, agricultores y pequeños productores mapuches y no mapuches, que subsisten de lo que producen en el territorio”. Por su parte, Mirta Millan de la Lof Pillan Mahuiza, acusada por el gobernador de Chubut Ignacio Torres, consideró que el fuego que sigue arrasando “tiene un fin muy claro, la muerte no solo de las comunidades mapuches sino de los llamados barrios populares donde los rostros son marrones y que olvidaron o no saben que sus abuelos y abuelas también son originarios”.

Territorios en llamas 

Ya van 300 mil hectáreas incendiadas en toda la Argentina, dos muertos, destrucción de cientos de casas y la pérdida de ecosistemas. Los recortes presupuestarios por parte del Gobierno de Javier Milei y del Ministerio de Seguridad de la Nación a cargo de Patricia Bullrich limitan la capacidad de prevención y las acciones de las fuerzas encargadas, los brigadistas, de combatir las llamas. Esto provocó la extensión en la duración de muchos de los incendios ya que se intenta detener la catástrofe con pocos recursos y condiciones laborales precarias. La exministra de Seguridad de la Nación, Sabina Frederic, dijo sobre Bullrich que “es una mujer que no invierte en Seguridad, pero tiene la capacidad de convencer a la gente de que sí lo hace.” En años anteriores había quedado en evidencia la escasa preparación y eficacia de los sistemas de prevención y de combate contra el fuego, pero han sido desatendidos de manera notable en este gobierno.

“A principios de 2024, el Servicio Nacional de Manejo del Fuego contaba con un presupuesto de 12.100 millones de pesos. En septiembre, cuando se produjeron grandes incendios en Córdoba, el Gobierno decidió ampliarlo en 21.000 millones de pesos. Sin embargo, las cuentas finales del año muestran que de esa cifra solo se gastaron 7.700 millones de pesos, cantidad incluso menor al presupuesto original”, explica Matías Cera Trebucq, autor de un informe publicado por la Fundación Ambiente y Recursos Naturales.

Un informe de la agencia local del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) precisó el 8 de febrero que el 49% de las áreas quemadas en 2025 fueron pastizales; el 17%, malezales; y el 11%, bosques nativos (espinillares de monte bajo). Las lluvias entre el 13 y el 15 de febrero ayudaron a extinguir la mayor parte de los focos.

En la Patagonia existe una gran plantación de pinos, especie arbustiva que no es autóctona de la zona, y ante el fuego su madera prende muy rápido. Mirta Ñancunao, actual werken (vocera) del Parlamento mapuche–tehuelche de Río Negro, dice sobre la plantación de pinos que  “fue un negocio muy importante en los años 70 y 80, porque al que plantaba le daban la propiedad de la tierra. Así hubo gente que se fue quedando con tierras de las comunidades indígenas y de los antiguos pobladores. Ahora, esas plantaciones están abandonadas porque la madera de pino dejó de ser rentable. Nadie las cuida ni las limpia y los pinos invadieron todo”.

En Neuquén, el incendio en el Valle Magdalena, zona del Parque Nacional Lanín, sigue sin ser controlado. El último informe, con fecha del 18 de febrero, del Comando Unificado que opera en la Estancia Mamuil Malal, indica que el fuego ha arrasado aproximadamente 22.131 hectáreas y continúa avanzando.

Fuego y montajes

La Coordinadora del Parlamento Mapuche Tehuelche de Río Negro, al cargar contra el intendente de El Bolsón, Pogliano, aseguró que “además de convalidar la violencia ejercida por su fuerza de choque, los gauchos, que también defienden a su patrón Joe Lewis”. Y apuntó que “otro actor que se suma a este montaje criminal y racista es el gobernador Weretilneck con su plan minero, de represas hidroeléctricas y de extranjerización de la tierra”.

En su reciente declaración exhortaron a “las comunidades y pobladores del Pueblo Mapuche Tehuelche, a las organizaciones territoriales y productivas de la sociedad, gremios, organizaciones sociales a defender el territorio frente al avance de los grandes poderes económicos sustentado en políticas racistas, anti mapuche, extranjerizante de la tierra de los gobiernos y avalado por un poder Judicial cómplice que legitima con sus fallos judiciales el despojo de las tierras comunitarias y la criminalización sin pruebas”.