Lápices que resisten la voracidad inmobiliaria

Lápices que resisten la voracidad inmobiliaria

La arquitecta Natalia Kerbabián dibuja casonas y edificios en demolición para concientizar sobre el riesgo de la pérdida del patrimonio arquitectónico de la ciudad de Buenos Aires.

 

Viejos chalets de pisos de madera, zaguán y tejas, luego de ser demolidos, sobreviven en la pluma de la arquitecta y diseñadora Natalia Kerbabián, creadora de la cuenta de Instagram Ilustro para no olvidar. Desde 2022 empezó sus ganas de contar (o de gritar) en acuarelas y lápices aquella Buenos Aires que está desapareciendo producto de la modificación del Código Urbano sancionado en 2018 y que dió luz verde a la construcción indiscriminada de torres en la ciudad.

 

¿Cómo nació la idea?

Las casonas de Olazabal y Vidal fueron el puntapié inicial. Fue la gota que rebalsó el vaso, y que condensó todo para impulsar lo que venía ideando, porque fueron varias instancias en las que vi tapiar arquitecturas irremplazables. Pero cuando estaba por demolerse esa esquina decidí ese mismo día empezar a ilustrar todas las demoliciones de patrimonio y las que estuvieron en riesgo también.

 

¿Qué reacciones te generó?

En realidad lo que me pasó es todo lo que tiene que ver con las emociones, porque razonable no era nada. Me impactaba esta sensación de lo absurdo, de lo incomprensible de demoler algo que estaba en buen estado y que definía la fisonomía de nuestra ciudad, la identidad, la cultura. Primero fue una confusión enorme entre bronca, angustia, enojo e incomprensión, y después empezar a averiguar y ver que había un montón de movimientos: blanqueo de dinero, cambio en el Código de Planeamiento y Edificación, y a continuación la firma de las autoridades del Consejo de Asuntos Patrimoniales (CAPS) desestimando arquitecturas que habían sido protegidas hasta el momento.

 

¿Hay personas que colaboran con el proyecto?

La colaboración es en red ciudadana con datos específicos de arquitecturas que fueron o van a ser demolidas. Por toda la ciudad, la gente me envía datos e incluso a veces empiezo a recibir del conurbano, de Rosario, de La Plata y de otros lugares, pero ya no puedo abordar lo que ocurre fuera de Capital. Lo que hago es invitar a colegas, a dibujantes y a quienes quieran sumarse para hacer una extensión del proyecto porque a mí me desborda. También lo que ya tengo para ilustrar me va a llevar dos años. Por otro lado tengo un apoyo incondicional que son las asociaciones vecinales y Basta de demoler, pero lo que es la ilustración lo estoy abordando yo. Invité a algunos ilustradores que seguramente van a aportar con alguna propiedad que hayamos perdido.

 

También veo publicaciones de otras ciudades, como Mar del Plata, donde hay casonas y chalets en riesgo de demolición. Al final el problema no es solo el patrimonio de la ciudad.

Mar del Plata sufrió una baja grande en los años setenta. Hace mucho tiempo perdió todo lo que era la galería costera, que era muy de estilo francés, una joya, y se construyó La Rambla, pero en esa época hubo una pérdida muy grande por la masificación de edificios. Ahora está sufriendo otra barrida y es uno de los lugares afectados. También estoy avisando pero cuesta que se sume gente de otros lugares, no es tan fácil.

 

¿Cómo ves la evolución o degradación del patrimonio histórico en la ciudad?

Gravísimo. De alto grado. Hay una voracidad en lo que es demoliciones en tiempo y forma nunca antes visto. Las demoliciones se producen de manera muy llamativa y de forma veloz, y ya prontamente se ingresa una construcción. Ha habido demoliciones siempre. Algunas de ellas se trataban de estructuras en muy mal estado pero no es lo que está sucediendo hoy que se talan árboles y se demuelen edificios vivos.

 

¿Cómo observan esta situación en el grupo de arquitectos? ¿Hay indiferencia?

Hay silencio. A ver, algunos colegas se manifiestan pero desde las instituciones hay silencio o, por lo menos, a mi no me llegó ningún tipo de comentario, entonces el silencio es abrumador.

¿Creés que hay una forma de frenar esta fiebre por los desarrollos inmobiliarios?

Hay una forma pero va a llevar tiempo. Tiene que ver con que la ciudadanía se vuelva activa y que empiece a conocer las herramientas de denuncia y de ejercicio de sus derechos para empezar a implementarlas. También las reuniones de ciudadanía en cada comuna, en las organizaciones vecinales con el comunero, para que se puedan presentar en la Legislatura proyectos de ley como los que se están haciendo. Cada vez más son más. Entonces, una ciudadanía activa y consciente que retoma o que reconecta con la estima de su ciudad es para mí el movimiento que viene, el futuro. Si vos sos consciente de quién sos y lo que te corresponde y te identifica, probablemente no estés esperando al gobierno de turno para que te represente o aceptes que haga y deshaga como se les ocurra. En la página de «Basta de demoler» hay una solapa que indica cómo denunciar o qué se puede hacer. Yo las compartí en la página de Ilustro y con la autora de la cuenta de Instagram «Buenos Aires Perdida« . Nosotras hicimos una transmisión en vivo por esa plataforma y ahí explicamos un poco.

 

¿Hay diputados o legisladores que estén enterados de la movida?

Si hay legisladores y diputados que se comunicaron conmigo. Son legisladores del Frente de Todos y tienen intención de declararlo proyecto de interés cultural. Estamos ahí comenzando a intercambiar. También están enterados de lo que está sucediendo hace rato por los grupos vecinales organizados como los de Colegiales por el Parque Ferroviario. Hubo muchos proyectos de ley para darles freno al avasallamiento inmobiliario.

 

Hay muchos de estos edificios que datan de antes de 1941, fecha establecida por la normativa para impedir demoliciones sin la aprobación del Consejo de Asuntos Patrimoniales. Sin embargo, se autoriza de todas formas su destrucción. ¿Con qué criterios evalúa ese Consejo?

Los criterios no están claros. Porque una misma arquitectura que puede tener una gemela o una muy parecida se puede desestimar y la otra está protegida. Hay un hermetismo en las instituciones que determina cuáles son los criterios de protección, eso confunde mucho también. Es todo incierto, nunca sabes qué le van a dar, pero últimamente están desestimando muchísimo más que antes, no es que siempre fue así.

 

¿Quién lo integra?

En la página del Gobierno de la Ciudad, en la sección Consejo de Asuntos Patrimoniales ves toda la tablita con la gente que está adentro y todas las instituciones. No incorpora antropólogos, ni filósofos, ni tampoco historiadores.

 

¿Estos tres que mencionaste son necesarios?

Sería interesante que un antropólogo, antropóloga o una filósofa, un historiador  puedan tener voz y voto en cuestiones de patrimonio intangible.

Por la calidad y cantidad de dibujos daría la sensación de que se viene un libro.

Se vienen dos libros. Uno es compartido con una persona que lo respeto un montón y que pronto lo diré, y el otro es propiamente de “Ilustro…” con memorias ciudadanas y relatos específicos de las historias de las casas o los barrios que sufren demoliciones.

 

¿Cuál es tu objetivo a largo plazo con estas obras?

No sé si con mis obras, porque pueden ser como diferentes formas de tomar conciencia en diferentes áreas de documentación, de archivo, de memoria registrada; pero el propósito en realidad es reconectar con la memoria emotiva de la ciudadanía, que empiece a entender que sí hay mucho valor en nuestra ciudad, que sí somos una ciudad diferente y única, que sí somos una ciudad peculiar, de una reunión cultural mixta muy interesante y única, que sí es original y no una copia y que pensemos a hacer dueños y responsables y gozar de los derechos de esta ciudad y apelar a la buena calidad de vida. El propósito es despertar conciencia ciudadana respecto de nuestro patrimonio.

Las fotos del hambre

Las fotos del hambre

El fotógrafo Juan Pablo Barrientos presentó su libro Conurbano en tiempos de coronavirus con una muestra de imágenes en el Museo del Hambre. Un relato sobre la vidas precarizadas en medio del aislamiento.

Conurbano en tiempos de coronavirus es un libro producido por el reportero gráfico y cronista visual Juan Pablo Barrientos que se presentó mediante una muestra fotográfica en el Museo del Hambre el pasado viernes 31 de marzo. A pesar de lo que se puede pensar sobre lo que implica la presentación de un libro, esta propuesta se trató de una experiencia totalmente diferente.   

El libro relata a través de un corpus de fotografías lo que fue la cruda realidad que afrontaron las personas que vivieron con escasos recursos dentro del AMBA en el periodo de emergencia sanitaria por el Covid-19 en 2020. Muestra la precariedad y lo normalizada que está la desigualdad social para una importante parte de la sociedad.

Se trató de una enriquecedora experiencia en la que la muestra busca realizar el mismo recorrido que se presenta en el libro. Al llegar al Museo del Hambre, en Av. San Juan 2491, CABA -y tal vez como una metáfora-, para ingresar había que descender por unas escaleras para acceder al espacio donde estaban dispuestas las fotografías. Descender para conocer las precarias condiciones en las que vivieron estas familias de bajos recursos en una situación extrema. Por su parte, el nombre del museo, tal como lo explican sus representantes, surge con “el afán de poder convertir al hambre en objeto de museo y que nunca más lo encontremos afuera como lo estamos encontrando”.

Contó Barrientos que cuando comenzó con su recorrido, salía todos los lunes y miércoles para poder tomar sus fotografías. Sin embargo, a medida que la situación sanitaria se agravaba, tuvo que optar por realizar sus visitas a los barrios más pobres del conurbano una sola vez por semana. A pesar de esta reducción, su compromiso con las familias que día a día iba conociendo crecía, tanto que incluso dejó de ser solo un extraño que tomaba fotografías y se convirtió él y su trabajo en un instrumento para hacerle frente a la crisis económica y sanitaria. Se mostró sorprendido al descubrir que con una de sus fotografías consiguió una importante circulación e incomodidad: “Esa foto molestó y generó que el municipio responda con obras o con materiales. Provocó que responda alguien”. En la imágen aparece Nancy, una vecina de Vicente López, que había perdido su vivienda en un incendio, sentada sobre los escombros de lo que quedaba de su casa. Cuando la foto dio a conocer esta situación, el municipio entregó materiales para ayudar a la reconstrucción. 

Luego de unos minutos, que sirvieron para recorrer el lugar y observar las fotografías exhibidas en las paredes del museo, colocaron almohadones en el piso. Las personas que visitaban la muestra formaron una ronda alrededor de Barrientos y las invitadas especiales: se trataba de algunas de las protagonistas del libro. El autor enfatizó en lo importante que era darle voz a quienes vivieron en carne propia esta experiencia. Uno de los testimonios de las participantes da cuenta de lo ignorados que llegaron a sentirse durante ese periodo: “El tiempo que duró la pandemia fue muy duro trabajar, fuimos agredidos por el Estado, en vez de ayudarnos nos agredían y no estaban presentes. Vos llamabas al 120 [línea del Ministerio de Salud de la Nación para emergencias y asistencia frente a necesidades a causa de la emergencia sanitaria] y nadie nos asistía”. Según los propios protagonistas de estas historias retratadas, durante la pandemia sólo contaron con la solidaridad que se había creado al interior de cada barrio. En los relatos aparecen anécdotas de cómo se habían organizado llegando a conseguir hasta una ambulancia para ayudarse y asistirse unos a otros. Esta unión es la que aparece plasmada en las fotografías.

Entre las imágenes hay puntos en común que representan lo que fue el coronavirus y lo que es vivir bajo esas condiciones de precariedad. Lo más destacable es cómo se visualizan algunos aspectos de la vida cotidiana, como la inocencia de las infancias retratadas en una de las fotografías donde dos niños juegan en un viejo Renault 12. A su lado, aparece una secuencia de dibujos que muestra lo que para ellos representa este pedazo de chatarra: una nave espacial. A pesar de encontrarse confinados a una atroz realidad, estos niños llegan al espacio en algo que para otros no es más que basura.

Hacia el final del recorrido, el fotógrafo compartió algunas ideas acerca de cuál fue su motivación a la hora de salir en busca de estas imágenes: “Me motivó ver que se hablaba mucho de la situación en la que estaba la gente en CABA, pero nadie pensaba en la gente que estaba en el conurbano que tenía mayores necesidades. Mientras, veía cómo se empezaba a agudizar la situación económica”.

Por otro lado, y desde lo personal, habló de lo difícil que fue salir a la calle en un momento en el que imperaban la incertidumbre y el miedo al contagio. Su preocupación se centró en no contagiar a su hijo, quien pertenecía al grupo de riesgo. A pesar de ello, siguió adelante con su labor social. Y reveló que cuando comenzó esta aventura, nunca tuvo en mente publicar un libro. Sin embargo, el momento llegó y ese proyecto impensado hoy es una muestra que se puede visitar los días 12, 13, 19 y 23 de abril.

“Si somos la única marca de juguetes que habla desde la diversidad, significa que en la sociedad aún hay mucho por hacer”

“Si somos la única marca de juguetes que habla desde la diversidad, significa que en la sociedad aún hay mucho por hacer”

Vasalisa fabrica muñecos que representan las infancias trans, niños con Síndrome de Down, chicos afrodescendientes o que se mueven en una silla de ruedas.

La cordobesa Gabriela Cavallone tiene 54 años, es diseñadora de indumentaria y, como vestuarista, trabaja en cine y teatro. Además, hizo la carrera de docente. Todo esto lo combinó con una nueva pasión a la que le dedica mucho tiempo, esfuerzo y cabeza: su propia marca de juguetes inclusivos Vasalisa, única en nuestro país.

Alejados de los estereotipos “Barbie” de juguetes que marcan cánones y aspiraciones de perfección, los 15 personajes Vasalisa se venden en Córdoba y también en varios puntos de la provincia de Buenos Aires, Santa Fe y Capital Federal.

Cavallone trabaja con el Hospital de Niños de Córdoba. Junto al equipo de Oncología diseñaron un pack de muñecos en esa área que acompañan a los niños y niñas en sus procesos de recuperación mientras están internados en la institución.

Una apuesta jugada

 “Vasalisa es una leyenda popular rusa en la que hay una muñeca que representa la intuición femenina. Yo conocí ese cuento cuando hacia un trabajo para la facultad. Me gustó, me quedé con esa idea, y basada en ella hice una primera muñeca para mí. Fue algo muy íntimo en el contexto de que estaba maternando, hace unos quince años”, relató Gabriela.

La directora recordó, además, que de chiquita jugaba a las muñecas, y tenía un muñeco varón que ella amaba, que se chupaba el dedo. No sentía que lo que había allí era una falta de representatividad de las infancias pero ahora, como adulta, sí puede ver a partir de compartir su vida con un hermano con hipoacusia la necesidad de toda la familia de sobrellevar y sobreadaptarse a una sociedad “capacitista”.

Cavallone plantea que “este mundo” está diseñado para las personas “con capacidades”. “Había que educar a mi hermano para que sea una persona capacitada, útil, socialmente aceptada”, recapituló. Ese sobre esfuerzo que todos tuvieron que hacer lo lleva marcado en su emprendimiento. De hecho, un personaje con hipoacusia será la novedad de la colección de Vasalisa

Hubo un momento de quiebre que decidió a Cavallone a tomar las riendas de este trabajo que hoy la gratifica. “Hice varios personajes de manera intuitiva que tenían algunos aspectos vinculados a lo que hoy buscamos reflejar. Pero la primera muñeca que me orientó, con la que decidí hablar de diversidad, surgió con el nacimiento de Emilia, la hija de una amiga que tiene síndrome de Down. Preguntándonos acerca de esa condición, dándonos cuenta del desconocimiento y de la falta de información que había al respecto, advertimos la falta de presentación de estos temas que hay en los juguetes”, recordó.

Historia e identidad

Cavallone le presta especial atención a la tarea de redacción de textos. Vasalisa no solo incluye en su producción los muñecos inclusivos —también títeres de mano y de dedo—  sino que además vienen acompañados de un cuento que brinda el contexto de la historia de vida de cada creación, junto al nombre de cada personaje y su DNI. “Una de las patas más importantes es la de poder comunicar con respeto y claramente”.

Próximamente saldrán a la venta personajes que traten el tema de la adopción, algo que para Gabriela es “indispensable”, también niños que tienen una pierna ortopédica. “Me encantaría poder trabajar con un diseñador industrial para crear esa pierna ortopédica”, destacó Gabriela.

Aclaró que para sacar un nuevo personaje se requiere “una inversión grande”. “Estamos en un punto de equilibro, tengo que apostar a tener paciencia y dar una vuelta de rosca a la parte económica y financiera para poder vivir de esto. Sigo laburando porque creo en esto”, planteó con firmeza.  

 “Los últimos tres personajes que hicimos representan a las infancias trans. Es una apuesta muy jugada, pero se inscribe en un contexto donde se convierten en ley los derechos”, destacó en relación con este colectivo social. Cavallone y su equipo van por más, al ritmo de una sociedad que atraviesa avances y retrocesos para incluir cada vez a más personas. “No hay muñecos que comuniquen sus valores de esta manera, como lo hacemos nosotros”, afirmó.

Vasalisa generó mayor reconocimiento por su aporte para abordar estos temas cuando, para la época del Mundial de fútbol masculino de Rusia, en 2018, Gabriela acordó con los equipos cordobeses que los muñecos llevaran las camisetas de Instituto, Talleres y Belgrano. “Los tres equipos se pusieron de acuerdo y realizamos una presentación en conjunto para una campaña en contra del bullying y por la amistad. Por esta causa por fin se pudieron unir los clubes”, bromeó.

“El contenido de la propuesta es fuerte”, recalcó Gabriela que considera que tanto su tarea como la de sus compañeros y compañeras es una forma de colaboración social. “Es poner un granito de arena en estas cuestiones que me interesan mucho”. Reconoció, además, que tiene que “calmar sus expectativas” con cada nuevo personaje y cada nueva experiencia que busca representar porque “es un emprendimiento que está atado a los avances sociales y culturales”.

“Si somos la única marca que habla desde la perspectiva de la diversidad significa que aun, como sociedad, hay mucho por hacer”, resumió.

El sano juicio

El sano juicio

El próximo viernes se estrena en el Malba «El juicio», el documental de Ulises de la orden que condensa las 530 horas que duró el proceso judicial a las juntas militares que encabezaron la dictadura. Hubo un preestreno en el Conti.

El sábado 25 de marzo, sólo un día después de que Plaza de Mayo se llenara, una vez más, por la Memoria, la Verdad y la Justicia, la sala de cine del Centro Cultural Haroldo Conti en la ex ESMA se completó para que decenas de espectadores vieran El Juicio, una joya documental íntegramente hecha con archivo del Juicio a las Juntas de 1985. La película, realizada por el director Ulises de la Orden, el montajista Alberto Ponce y la directora de producción Gisela Peláez, se estrena el 7 de abril en el MALBA y se podrá ver todos los viernes a las 20.

Un reclamo de justicia es una de las primeras cosas que se escuchan cuando arranca el documental de casi tres horas que sintetiza el Juicio a las Juntas, y se escucha en la voz del fiscal Julio César Strassera. En adelante, los argumentos de algunos de los 22 abogados defensores e incluso de los propios militares de la última dictadura cívico-militar que van desde lo escalofriante hasta lo francamente ridículo; los crudos y aún más escalofriantes testimonios de las víctimas; decenas de detalles inéditos que van desde una toma de Emilio Massera arrancándose nerviosamente un pelo de la cara hasta las miradas cómplices y sarcásticas entre Strassera y Luis Moreno Ocampo. Todo eso y un montón de otras escenas vistas por casi nadie reconstruyen la historia hasta el “Nunca más” final con el que el fiscal cerró su alegato.

Uno de los asistentes a la proyección aludió a la recientemente estrenada Argentina, 1985, aunque pronto los espectadores acordaron que no tiene demasiado caso comparar porque son materiales diferentes, quizás ambos igualmente necesarios. Pero si alguna conclusión de índole comparativa se puede extraer tras ver El Juicio, por repetida que suene, es que la realidad supera ampliamente la ficción. En tres horas de película no voló una mosca salvo por las risas sarcásticas del público ante los insólitos argumentos de la defensa y algún quejido indignado, y la sensación general al terminar de verla es la de haber estado ante un material valiosísimo. “Te atraviesa y te interpela con un maravilloso dolor y a la vez te da fuerzas. Cuando termina la película sabés que estás del lado correcto”, anticipó Lola Berthet, la directora del Conti.

El Juicio no se logró sin ayuda o, lo que es lo mismo, sin personas que comprenden la importancia del archivo y de preservar todo material que permita recordar la historia. Cuando Ulises de la Orden quiso hacer una película sobre ese acontecimiento, dio con Memoria Abierta, la organización que le proveyó las 530 horas de juicio digitalizadas. “Memoria Abierta es una alianza de organismos de Derechos Humanos de Argentina que trabaja hace muchos años por preservar y dar acceso a los archivos”, explicó Verónica Torras, su directora. En este sentido, detalló que la organización “tiene hace muchos años una copia digitalizada del Juicio a las Juntas a la que damos acceso en nuestra institución a investigadores, docentes, y también, por suerte, a personas de la cultura como Ulises que se interesan por estos materiales”.

“Esta es una película íntegramente basada en el archivo”, recalcó Torrás y expresó que fue “una experiencia muy interesante ver cuántas infinitas posibilidades tienen los archivos de hablar y de seguir hablando a lo largo del tiempo”. En este sentido, Peláez aportó que el montaje “genera nuevos sentidos” sobre un hecho del que se suele pensar que “ya está todo dicho”, que está cerrado y sobre el que ya se estudió todo lo que se podía. Contra esta idea, resulta que “la realidad es que hay aristas infinitas, nuevas, para seguir pensando en este presente y que todavía vale la pena seguir investigando”, en palabras de la productora.

Además, Peláez anticipó que “algo bastante impactante de este documental es que van a ver muchísimas personas testimoniando, contando su historia desde ambos sectores en este juicio, que permiten dejar bastante en evidencia los distintos tonos políticos de una sociedad que aunque hayan pasado tantos años sigue bastante presente”. En esta línea, advirtió: “Esos tonos políticos hoy acechan, entonces es necesario mantener un nivel de atención para poder preservar y seguir continuando con muchos años más de democracia”.

A su vez, Ulises de la Orden hizo una breve síntesis del surgimiento de la película: “Este proyecto nació hacia 2013 como nacen los proyectos de hacer una película, medio caóticamente, desordenado, y en una primera instancia de investigación lo primero que apareció era que existían estas 530 horas de archivo que como cineasta me convocaron automáticamente y despertaron mi deseo de conocerlas y de ver si realmente en ese archivo radicaba la posibilidad de hacer una película”.

Quinientas treinta horas de juicio. “¿Qué nos pasó que tenemos que esperar 40 años para ver esta película con un material que estuvo ahí esperando 40 años para ser difundido y editado?”, se preguntó emocionado uno de los asistentes cuando terminó la proyección. Para tranquilizarlo, Verónica le respondió que a pesar de que nadie hubiera hecho un documental con él hasta hoy, el material del juicio es uno de los archivos más consultados de Memoria Abierta. “No es un material que no haya sido consultado, tal vez el tema es que son 530 horas, un registro audiovisual que había que tener la decisión de invertir la cantidad de tiempo, de esfuerzo que implica hacer una película sobre este material”.

Para ordenar tanto material, el documental se divide en 18 episodios y sus creadores intentaron seleccionar casos testigo y diferentes ejes temáticos sobre las distintas maneras en que los dictadores ejercían la represión, la desaparición y la tortura. Robos a los desaparecidos, engaños, complicidad eclesiástica y empresarial, un sadismo absoluto, violencia sexual y tormentos particularmente misóginos contra las mujeres van quedando expuestos a lo largo de toda la película. “Al ver el material encontramos otros temas que no sabíamos que existían y temas que pasaron a ser tema ahora por la evolución de la sociedad. En aquel momento, en el juicio circuló sin dudas lo de la violencia sexual contra las mujeres, pero pasó totalmente desapercibida. Entonces hoy, la sociedad es un tema que lo tiene en valor, por lo menos presente, y nosotros quisimos incorporarlo”, explicó Ponce.

“Debió haber sido muy duro ver todas esas horas de juicio, escuchar todos esos testimonios”, señaló uno de los presentes en la proyección del 25. “Fue muy duro porque fue verlo durante mucho tiempo de corrido”, reconoció Peláez y resaltó además que “muy pocas personas han transitado todo el material”. A pesar de lo difícil de escuchar a diario y por horas el horror relatado en primera persona, “había que seguir” porque los plazos apremiaban. “Eso a veces hacía que la válvula de escape saliera por lugares impensados, yo tuve insomnio, tuve épocas donde me enganchaba en cuanta cena me invitaban porque necesitaba descargar”, recordó.

Ponce, Peláez y De la Orden tardaron cerca de ocho meses en mirar todo el Juicio a las Juntas. “Empezamos a trabajar de lunes a viernes de 10 de la mañana a 6 de la tarde los tres frente a un monitor viendo el archivo en tiempo real desde el tape número 1 hasta el 530 y cada uno de nosotros hizo un documento, distintos tipos de documentos para después volver al archivo. Había que relevar muy bien el material porque tampoco íbamos a tener oportunidad de volver a verlo”, explicó la directora de producción. El primer resultado fue un armado de ocho horas y media de extractos seleccionados, que tras 20 nuevos intentos culminó en la película que se verá en el MALBA.

“Yo no sabía cuánto duraba la película y cuando me dijeron tres horas dije ´uy, no, no me voy a quedar tres horas´. Podría haberme quedado más. Quinientas treinta horas, mamita, qué trabajo”, reflexionó un espectador. Además, señaló que el material es aún más valioso teniendo en cuenta “que ese juicio no pudo transmitirse en directo, nunca autorizaron hacerlo, y que ese juicio tal cual como se grabó se debió preservar por las dudas fuera de nuestro país”.

Quien también estuvo en la ex ESMA ese 25 de marzo para resaltar la importancia del juicio fue Lila Pastoriza, sobreviviente de ese mismo lugar cuando funcionaba como un centro clandestino de detención. Al pedir la palabra, les habló directamente a los creadores del documental: “Lo que ustedes hicieron es importantísimo, porque yo creo que el juicio se había olvidado en estos 40 años, y lo pensé muchas veces: ¿Qué pasó con el Juicio a las Juntas?”, se preguntó. “Yo, que era expresa de la ESMA y participé en ese juicio sentía en muchas de las cosas que hacíamos en esa época que el juicio había desaparecido, nadie hablaba de él. Muchas veces discutimos con gente, con compañeros más jóvenes, que no tenían idea. ¿Y cómo iban a tenerla? No se hizo nada más, quedó como ahí, incluso por alguna gente bastante despreciado. Yo lo defendía muchas veces ese juicio”, recordó.

Posiblemente nadie que vea la película terminará despreciando el Juicio a las Juntas, porque la experiencia atrapa, atraviesa y conmueve desde el minuto uno hasta el 177. “Les pedimos que pasen la voz de que esta película existe, y si todo va bien va a seguir estando en el MALBA durante un tiempo”, expresó Peláez y reveló que “también existe el sueño de De la Orden de hacer 40 proyecciones de la película en 40 localidades del país por los 40 años de la democracia que se cumplen este año en Argentina. Es un proyecto que nos encantaría concretar, pero todavía es un deseo”. Por lo pronto, los viernes de abril desde las 20 horas se proyectará en el Museo de Arte Latinoamericano de Buenos Aires. La historia está ahí, registrada, esperando para activar la Memoria y defender el presente contra el olvido del pasado. Solo necesitamos escucharla y pasar la voz.

#AdoptenNiñesGrandes

#AdoptenNiñesGrandes

Un grupo de madres y padres difunde en Twitter una campaña en la que relatan sus experiencias para derribar mitos y alentar a la adopción de niñas y niños mayores de seis años., grupos de hermanos o con alguna discapacidad. Son los chicos con más dificultades para conseguir una familia.

Paola y Alejandro adoptaron a Tomás de 8 años en el 2013 y a Cristian, de 9, en el 2021.

En junio de 2022 empezó en Twitter la campaña #AdoptenNiñesGrandes, donde distintos padres y madres difunden, todos los viernes, cómo fue su experiencia de adopción. Allí cuentan sus historias sobre ese proceso para motivar a otros padres y madres a no tener miedo y vencer los prejuicios que hay alrededor de adoptar a niños y niñas grandes. Según un informe del 2020 de la Secretaría Nacional de Niñez, Adolescencia y Familia (SeNAF), un 87% de los postulantes se inscribe solo para formar familias con niños menores a dos años. De ese mismo informe se desprende que son 9.754 niñas, niños, adolescentes y jóvenes que en Argentina se encuentran sin cuidados parentales. De ese total, el 37%, es decir, 3.608 son niños y niñas entre los seis y doce años.

La iniciativa surgió del intercambio de dudas y vivencias de familias adoptantes en Twitter. En mayo de 2021, Diego Monrroy y su pareja, Jimena, se inscribieron “para una nena de edad más grande”, recordó Monrroy a ANCCOM. En base a la desinformación respecto al tema, recurrieron a la comunidad virtual en busca de otras experiencias. Con el paso de los meses se conectaron más personas y en mayo del 2022 se creó un grupo de WhatsApp donde actualmente participan unos cincuenta integrantes.

Se trata de un conjunto autogestivo y horizontal en el que todos tienen voz y voto. En principio, elaboraron un listado para que cada viernes una familia diferente relate su experiencia en Twitter. Recientemente, abrieron una página oficial en Instagram, donde realizan transmisiones en vivo con madres y padres adoptantes.

Griselda, mamá adoptante desde hace más de seis años, señaló: “El hashtag no se plantea desde el imperativo, sino que hay una idea de reflexión”.

“Uno se da cuenta cuando la gente te pregunta o comenta que hay mucho desconocimiento, como nos pasaba a nosotros”, aseguró Monrroy. Aunque la difusión de las historias personales tiene el fin de derribar mitos, el padre adoptante le adjudica una gran importancia a la preparación de las familias mediante la lectura de artículos, el consumo de material audiovisual, así como también el canal de YouTube “Ser Familia Por Adopción” y la participación de talleres del Registro Único de Aspirantes a Guarda con Fines Adoptivos (RUAGA).

En el 2020 se realizó la última actualización del informe “Situación de niñas, niños y adolescentes sin cuidados parentales en la República Argentina” por parte de la SeNAF y Unicef. En este se señaló que del total de niños que residen en dispositivos formales de cuidado, el 76% son mayores de cinco años, el 50,5% son mujeres y el 8% tienen discapacidades.

En general, existe el prejuicio de que el proceso de adopción es un asunto burocrático que consume mucho tiempo. Esto se debe a que los requisitos de las familias son difíciles de cumplir. Según datos de la Dirección Nacional del Registro Único de Aspirantes a Guarda con fines Adoptivos (DNRUA), el 87% busca adoptar a niños menores de dos años. En realidad, los y las niñas pasan a ser judicializados cuando el Estado adquiere el conocimiento de que sus derechos están siendo vulnerados por su familia de origen, tal circunstancia tiende a presentarse a partir de los cuatro años del infante ya que, según la psicóloga Laura Zárate, “la escuela suele ser la primera que toma noticias de la situación de vulneración de derechos y hace la denuncia”. De allí deriva un proceso judicial que dura alrededor de dos años en el que se intenta la revinculación con la familia de origen. Si esta falla, el niño pasa a estar en una situación de adoptabilidad.

Además de visibilizar a los “niños reales”, la campaña también advierte sobre la vulnerabilidad de sus derechos y busca que se revierta esta problemática. Pese a que en Argentina existe una Ley de Adopción que contempla las necesidades de los niños, la situación en los hogares es preocupante. Existen hogares tanto estatales como privados, pero son tan escasos los cupos que, muchas veces, se separan a grupos de hermanos o los niños son desarraigados de su zona de origen, subrayan los especialistas.

Como señaló Zárate: “Los hogares oficiales deben aceptar a todos los chicos que están institucionalizados, pero los privados se manejan diferente y no aceptan chicos de otras edades y apuntan a los más chiquitos, entonces la problemática está con los adolescentes para conseguir un dispositivo que los aloje”.

Respecto a los padres, los hilos que se comparten en #AdoptenNiñesGrandes funcionan “como una terapia ideal” donde cuentan de primera mano sus vivencias como familia adoptiva y durante el proceso de adopción. El objetivo es desromantizar la experiencia. “Si bien es hermoso, uno tiene que estar preparado”, reflexionó Monrroy.

En septiembre del 2022, el Ministerio de Justicia y Derechos Humanos de la Nación junto a la SeNAF lanzó la Campaña Nacional de Adopciones “Crecer en familia es un derecho. Elegí adoptar” para visibilizar e informar a posibles familias adoptantes para que cada vez más de ellas estén dispuestas a elegir a niños mayores de ocho años, con discapacidades o problemas de salud y a grupos de hermanos.

El titular de la SeNAF, Gabriel Lerner, destacó durante el lanzamiento de la campaña, la importancia de ubicar a los niños como eje. El objetivo es que dejen de estar en una institución y tengan la posibilidad de crecer con una familia. “Los chicos y chicas tienen derecho a que el Estado tome todas las medidas necesarias para vivir en familia, entonces lanzamos esta campaña que apunta a sensibilizar a la sociedad para repensar el modelo de adopción”, dijo Lerner.

La iniciativa busca incentivar a que las familias se inscriban en el RUAGA y desmitificar ideas erróneas que se tienen respecto al proceso de adopción mediante la divulgación de material impreso y digital, como videos de padres que adoptaron niños mayores de ocho años, con problemas de salud o grupos de hermanos.

Deseos a futuro

 “Lo que nosotros podemos hacer es ínfimo contra lo que puede hacer el Estado con una buena campaña bien organizada”, dijo Monrroy, contento por la iniciativa, la cual apoya como todo el colectivo detrás de #AdoptenNiñesGrandes. Anhelan formar parte de ella; que haya una movida fuerte en medios gráficos y audiovisuales y que exista un mayor apoyo del Estado hacia las familias que decidieron adoptar.

El colectivo también está enfocándose en su futuro y en las maneras a través de las cuales difundir su mensaje, ya no solo pensando en su difusión actual en redes sociales, sino también en otros medios, formatos y la incorporación de elementos nuevos que sumen a lo que hacen actualmente. Mientras continúan con los hilos en Twitter los viernes, buscan incorporar el aporte de profesionales de la adopción a los vivos que realizan los miércoles en Instagram, donde continúan subiendo mucho contenido. Un objetivo a futuro del colectivo es crear un podcast, cuyo desarrollo se encuentra en las primeras etapas ya que requiere un armado más elaborado.

Por el momento, la campaña #AdoptenNiñesGrandes seguirá con la difusión de historias esperando una mayor colaboración y compromiso del Estado para poner fin a esta problemática.

Del infierno a la vida

Del infierno a la vida

Durante cuatro días, la ExEsma albergó el III Foro Mundial de Derechos Humanos. Más de 20.000 personas de casi cien países debatieron sobre la agenda que los convoca en este presente internacional violento. Convocaron a marchar hoy a Plaza de Mayo para conmemorar los 47 años del golpe genocida.

Se realizó el Foro Internacional de Derechos Humanos entre el 20 y el 24 de marzo, en las sedes del Centro Cultural Kirchner (CCK), la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA) y Facultad de Arquitectura Diseño y Urbanismo (FADU-UBA). ANCCOM recorrió durante los tres días de actividades el Espacio para la Memoria la Memoria y la Promoción de los Derechos Humanos (exEsma) en donde se desarrollaron la mayoría de las actividades, talleres y paneles que integraban los distintos ejes temáticos propuestos. Según datos de la organización, durante los cuatro días participaron del Foro más de 21 mil personas, representantes de 98 países, con más de 950 organizaciones y hubo 1.100 actividades autogestionadas. 

Aquel espacio que hace 47 años atrás fue testigo del momento más oscuro de la historia de nuestro país, durante estos días brilló, dando lugar a la vida y la diversidad. La exEsma se pensó como un lugar de memoria del horror, que se convirtió en un espacio integrado por organizaciones de derechos humanos que, aún hoy, continúan en la lucha por aquellos derechos que falta conquistar. Durante estos días, el predio fue sede de un intercambio cultural e intergeneracional mundial. Personas y organizaciones de distintos lugares del planeta tuvieron la oportunidad de presentar proyectos e intercambiar deseos, historias y problemáticas en la más amplia diversidad. Se destacó la gran convocatoria que tuvieron las mujeres y las juventudes, quienes lograron darse un lugar para manifestar sus preocupaciones y los trabajos realizados en pos de un mundo más justo. La memoria colectiva y las ganas de mejorar las distintas realidades se hicieron eco durante estas cuatro jornadas.

La periodista Nora Veiras, el expresidente colombiano Ernesto Samper, el expresidente ecuatoriano Rafael Correa y el ministro de Interior argentino, Wado de Pedro, en el cierre del Foro.

Además de los distintos paneles temáticos, en el predio se pudo ver gran cantidad de personas que se encontraban o reencontraban para compartir una charla, o un mate. Los tiempos de espera se hicieron muy amenos. La exESMA tuvo visitas institucionales de gran nivel, como el premio Nobel de la Paz, Adolfo Pérez Esquivel y los expresidentes latinoamericanos Evo Morales, Rafael Correa, Pepe Mujica y Ernesto Samper. Las personalidades se desplazaban de un lugar a otro, y se vivían sorpresas como la del Auditorio de Casa por la Identidad de Abuelas de Plaza de Mayo. Mientras cerraba el panel. “La encrucijada de la identidad: Experiencias y reflexiones en torno al fortalecimiento del derecho a la identidad”, irrumpió en la sala el ex presidente de Bolivia para la sorpresa de todos los participantes. Con una cortina de aplausos y ovaciones se acercó al escenario, y el moderador de la mesa, el nieto Manuel Goncalves Granada invitó a subir al resto de los nietos presentes para entregarle un pañuelo de la institución como obsequio y reconocimiento a su lucha. Evo también agradeció: “Mi respeto cariño y admiración a las Madres y Abuelas de Plaza de Mayo, su resistencia y su lucha no ha sido en vano, se logró la democracia, recuperar la democracia de los pueblos. Y los procesos de liberación siguen, ahora que renace la UNASUR, para defender la Patria grande, muchas gracias”, les dijo. Un rato después, en el mismo edificio, pero en la Sala 2, la Madre de Plaza de Mayo Nora Cortiñas celebraba su cumpleaños -torta incluida- con todos los presentes, en un salón en el que no entraba un alfiler. Escenas como estas fueron un plus para los visitantes al Foro que pudieron conversar con los referentes, pero también compartir momento de intimidad, que da cuenta que todos y todas pueden ser protagonistas de las luchas de sus pueblos.

 Agrupaciones indígenas, de países latinoamericanos e incluso del medio oriente y África, fueron invitadas y recibidas con los brazos abiertos. Los intercambios resultaron sumamente ricos para todos los participantes de este Foro Internacional. Así fue el caso de Albertina Dos Santos, representante de la Defensoría del Pueblo de Angola, quien destacó la organización del Foro y sostuvo: “Pudimos conversar con gente de otros países, conocer y compartir información con prácticamente América Latina completa”. Por su parte, Angela Palomino llegó desde Perú en el segundo día del evento para la presentación del programa “Mujeres por la Tierra”, integrado por habitantes de América latina, el Caribe y África, y la presentación del libro con el mismo nombre, compuesto por testimonios de 18 mujeres rurales acerca de sus experiencias con la lucha por sus derechos laborales. “Siempre estamos las mujeres en primera fila y somos las que hemos luchado por las horas de trabajo, por la reivindicación de nuestros derechos, para conseguir lo necesario para nuestros hijos y hermanos, y creo que eso es muy importante”, reflexionó Palomino. 

El premio Nobel de la Paz, Adolfo Pérez Esquivel, fue un activo participante del Foro.

“Mi respeto, cariño y admiración a las Madres y Abuelas de Plaza de Mayo, su resistencia y su lucha no ha sido en vano, se logró la democracia, recuperar la democracia de los pueblos», dijo Evo Morales.

También se realizaron muestras que ocuparon el espacio público. Uno de ellos, que fue impulsado dentro de la Comisión de Juventudes por The Millenials Movement, convocaba a los jóvenes participantes a dejar su huella en el Mapa Interactivo de Juventudes y Derechos Humanos. En diálogo con ANCCOM, Crescente quien es parte de la asociación, oriundo de Chile, detalló orgulloso: “se realizaron cuatro intervenciones del mapa interactivo, se llevó adelante un taller, y una charla sobre medioambiente”.. The Millenials Movement tiene por objetivo el desarrollo sostenible, principalmente enfocado en trabajar todos los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de Naciones Unidas: el fin de la pobreza, el hambre cero, la educación de calidad, la igualdad de género, y la acción por el clima, entre otros. “Las expectativas que teníamos eran las de conectar con la gente, conectar con las personas y que pudieran tener concientización sobre el tema de los derechos humanos y que se puedan ir a sus casas pensando que esto no solamente se trata de foros, de conferencias e intervenciones, sino que también se trata de poder generar cambios en nuestra región. Creo que ese objetivo se cumplió, porque vino gente de muchos lados del mundo y de Latinoamérica, y están contentos del ambiente que se generó”, sostuvo Crescente.

Este Foro Internacional de Derechos Humanos se dio en un contexto mundial muy particular, atravesado por mucha violencia. Es por eso que quienes formaron parte durante todos estos días, llevaron mensajes de amor y tolerancia. Pero sobre todo de lucha permanente, para no permitir que los derechos humanos sean avasallados. Como mencionó el presidente honorario y premio nobel de la Paz, Adolfo Pérez Esquivel en el cierre del Foro: “el partido de los derechos humanos no termina, hay que seguir luchando por un mundo mejor”. El trabajo de todas estas organizaciones a nivel internacional, en relación a los derechos humanos continuará marcando el camino para las nuevas generaciones. En una charla sobre Juventudes y memoria, uno de los invitados al panel, Tomás Barrera Méndez afirmó que “los jóvenes no son el futuro, son el presente”. Y este intercambio intergeneracional se vio reflejado a lo largo de estas cuatro jornadas.