Por amor a la pelota
Camioneros ganó el Primer Torneo Promocional Amateur, la nueva categoría de la AFA que reúne equipos de sindicatos, colectividades, nuesvas instituciones y otras centenarias.
Finalizó el Apertura del Torneo Promocional Amateur, y el primer ascenso a Primera C fue para Camioneros. Se trata de la primera ronda de la nueva categoría sub 26, que pasó a ser la quinta del fútbol argentino y se comenzó a disputar en 2024. Luego de un receso, se jugará la segunda parte. Esta competición consta de 14 equipos que se enfrentan en un sistema de todos contra todos en dos torneos: Apertura y Clausura. El campeón de cada certamen obtiene el ascenso. Si las dos etapas son ganadas por el mismo equipo, los que salen segundos se enfrentan por el otro ascenso. Aparte, si son dos los conjuntos campeones de cada torneo, se enfrentarán para definir la Copa de Campeones. En tanto, quien tenga el peor promedio, sumando ambos torneos, será desafiliado en forma temporal.
Todos los equipos de esta primera edición del Promocional Amateur fueron invitados a participar por la AFA y presentan una gran variedad entre sí. Algunos tienen origen sindical, como Deportivo Metalúrgico, Camioneros o el Sindicato Argentino de Televisión. Otros son muy nuevos y tienen menos de tres años de historia, como el Ezeiza Fútbol Club (equipo con el que colaboró el influencer Santiago Maratea) o el Barrancas UMET, fundado en 2022, vinculado tanto a la Universidad de Belgrano como a la Universidad Metropolitana de la Educación y el Trabajo. En contraste con estos, también hay equipos que están cerca del centenar de años o ya lo pasaron, como el Everton de La Plata, Juventud de Bernal, Defensores de Glew o Belgrano de Zárate, entre otros.
Justamente, Everton de La Plata recibió el pasado domingo a Defensores de Glew, en el marco de la última fecha del torneo Apertura. El local, fundado en 1905, tiene un predio de cuatro hectáreas y media y su estadio, “Pachi” Funes, tiene capacidad para 2500 espectadores. Además posee seis canchas de fútbol 11 para entrenamiento, un gimnasio, tres canchas de fútbol 7 y una de hockey sobre césped sintético. Complementan las instalaciones un salón-bar, parrillas y estacionamiento.
Unas 200 personas aproximadamente, todas pertenecientes a la parcialidad local, presenciaron el encuentro. Algunas estaban de pie o sentadas en reposeras al costado del alambrado que las separaba del campo de juego. El resto se ubicó en las únicas dos tribunas, ambas de cemento y con capacidad para albergar a 100 personas.
En la tribuna, que se encuentra sobre uno de los laterales, se podía ver a un público adulto (familiares, amigos, socios e hinchas del club) con una actitud pasiva que solo se sobresaltaba con el grito de algún gol. El panorama era muy distinto si hacíamos foco en la otra tribuna, ubicada detrás de uno de los arcos. Allí, las canciones, insultos y gritos sonaban con una frecuencia que supera a la de cualquier contexto habitual, por fuera de una cancha
“La Banda del 16” es como se autodenominan estos hinchas que le ponen el color a la jornada; bombos, banderas y cantos son los ingredientes que utilizan, de manera similar a como lo suelen hacer las barras bravas. Sin embargo, presentan significativas diferencias: la mayoría de sus integrantes no pasa de los 15 años y no se ve a personas consumir estupefacientes o alcohol como en algunas hinchadas de primera.
Ian Vázquez, tiene 13 años, forma parte de este grupo y además es jugador de las divisiones inferiores del club: “Yo vivo cerca, mi papá me trae desde que soy chiquito y ahora estoy jugando en las inferiores del club; hoy no me tocó jugar ni entrenar, pero vine para ver el partido, me encantaría ver al Decano en otra categoría cuando sea más grande y poder jugar ahí”.
Compartiendo la misma tribuna y aliento que Ian está Kevin, con solo 11 años, otro de los integrantes de “la Banda del 16” y que juega en las infantiles del Decano: “Mis papás están en la otra tribuna mirando el partido, mi papá fue jugador del club unos años y después tuvo que dejar, él me cuenta que a mí mamá la conoció en el Everton mucho antes que yo naciera”.
Durante el segundo tiempo se incrementó el número de espectadores, tras finalizar simultáneamente un partido de hockey masculino y fútbol infantil que se realizaban en lugares adyacentes del predio. Parte de esas personas se quedaron a ver lo que restaba del certamen. Un grupo grande de niños se sumó a la popular, esta se vio revitalizada por los refuerzos y comenzó a cantar más fuerte y constante.
Gonzalo Uranga es director deportivo del Everton, sin embargo su relación con el
club va más allá del puesto que ocupa actualmente “Yo llegué a este lugar a los 18 años y no me fui nunca más. Empecé jugando en reserva, después llegué a primera y al poco tiempo me recibí de profesor de Educación Física, en ese momento comencé a trabajar con los planteles de fútbol y dejé de jugar. Hoy soy director deportivo y antes fui presidente, desde el 2001 hasta el 2016. Para nosotros esto es un sueño, somos un club importante en la zona y eso hizo que nos reconocieran para invitarnos a participar en esta nueva divisional”, contó.
Marcelo Mazzacane, actual presidente del club, brindó algunas sensaciones y proyectos luego de finalizar la primer participación en un torneo oficial de AFA: “Yo estoy en el club desde el año ‘89, en su momento fui jugador de fútbol y hoy tengo la dicha de ser el presidente. Para nosotros es un desafío nuevo, muy importante y estamos intentando estar a la altura de las circunstancias. Por ejemplo, estamos por construir una cancha techada para que de esa manera no se pierdan días de entrenamiento por lluvia”.
Entre el aliento constante de sus hinchas, el partido ante Defensores de Glew continuó. Resultado final: 3 a 1 para los platenses, que acumularon entusiasmo para cuando se reanude el torneo.