Un cambio que nadie reclama

Un cambio que nadie reclama

La Ley Ómnibus propuesta por el presidente Javier Milei derogaría, entre otras, la Ley del Libro. Un día después de enviada al Congreso, las diversas Cámaras libreras comenzaron a organizarse para explicar los efectos negativos de la medida y resistir su aplicación. Las pequeñas librerías y la bibliodiversidad, en peligro.

La Ley 25.542 del Libro corre riesgo de ser derogada si se aprueba la Ley Ómnibus en las sesiones extraordinarias que la tratarán hasta el 31 de enero. Esta norma, con 22 años de vigencia, dicta que “los editores, importadores o representantes de libros deberán fijar un precio uniforme de venta al público (PVP) o consumidor final de los libros que edite o importe”. Es decir que establece un precio único tanto para la pequeña librería como la gran cadena editorial, e incluyendo los canales de venta online.

La Cámara Argentina de Librerías Independientes (CALI), fundada el 19 de diciembre de este año, se pronunció al respecto y su vocero, Juan Pablo Armenio, de Tiempo Libro, confiesa: “No sabemos el por qué de este proyecto: es insólito, nos agarra de sorpresa. El sector está de acuerdo con que la Ley del Libro sirve” y señala: “En sí ha mejorado la competencia y permitido que otros actores ingresen al mercado, como pequeñas editoriales y librerías que puedan poner acento en diferentes lugares del mundo del libro”. Actualmente, las diversas instituciones como CAL, CALEDIN, Fundación El Libro y la propia CALI, entre otras, se encuentran organizadas para unificar criterios y “tener un plan de acción común” según Armenio.

Mónica Dinerstein, presidenta de la Cámara, al ser consultada sobre el impacto de esta medida, explica que la derogación “atenta contra la competencia porque las grandes empresas pueden rebajar el precio”. Esto es: actores económicos -no necesariamente del mundo editorial- compran gran cantidad de ejemplares para comenzar vendiéndolos hasta un 30% menos, corriendo a las pequeñas y medianas librerías de la escena, para luego terminar aumentando el producto sin preocupación ya que no tendrán contra quién competir.

“Mucha gente cree que va a poder comprar más libros. Hay un grave error en esto: el precio no va a bajar. A lo sumo bajará en algunos lados, pero lo más grave es que se va a perder la bibliodiversidad”, advierte Dinerstein y en este punto complementa: “Hay libros de los que se venden pocos ejemplares al año. De eso nos nutrimos las librerías independientes. Logramos tener clientela que busca eso y nos diferenciamos. La idea es tener una gama de títulos que probablemente las grandes cadenas no tengan”.

Según Cecilia Fanti, de Céspedes Libros y vicepresidenta de la CALI, los casos de países con una ley de precios en el mundo literario, como Italia, Argentina o España, son “los que tienen el entramado más fuerte de librerías y editoriales independientes” y, sobre la importancia de la diversidad editorial, recalca: “No solamente han surgido infinidad de editoriales y librerías, sino que han sido declaradas Patrimonio Cultural. Hemos visto el crecimiento exponencial de las ferias de editores como la FED. No es una ley que va en detrimento del mercado, sino que como el precio es uniforme, la competencia no se traslada al descuento. El libro es un bien cultural, no solamente regulado por la economía”.

En paralelo, Fanti afirma: “Los editores pueden volcarse a pensar catálogos distintos, las librerías competimos desde la calidad de nuestro servicio. Hay un consenso absoluto dentro del sector de que la ley en argentina se cumple. Editores, libreros y distribuidores estamos de acuerdo en que hay que defenderla y que la derogación puede ser una tragedia para la industria y para los lectores”.

Antes de la implementación del “precio único”, existía el “precio sugerido” por las editoriales y en ese sentido Armenio recuerda: “En el 2001, se sanciona esta ley justamente porque estaban desapareciendo librerías independientes a manos de las grandes superficies. El que quiera vender cualquier libro en la Argentina lo tiene que tener al mismo precio entonces las oportunidades en ese caso son iguales absolutamente para todos: para mí, para Jenny, para un supermercado y para la editorial que lo quiera vender en la página. Por eso la competencia es beneficiada por una ley de precio único”.

Por esta derogación, las Bibliotecas Populares también puede verse en su sistema de compras centralizado dependiente de la Comisión Nacional de Bibliotecas Populares (CONABIP). Braian Urban, presidente de la Biblioteca Popular Sarmiento de Villa Italia, Tandil, señala el apoyo del sector a la industria editorial “sobre todo con el tema de la diversidad” ya que las editoriales independientes “pueden acercar producciones que las grandes editoriales no realizan o están condicionadas”. Urban sintetiza: “Nos afecta como compradores de libros. De parte nuestra está la necesidad de tener diversidad de miradas y autores”.

La Ley Ómnibus también atenta contra las Bibliotecas con su propuesta de derogar dos puntos de su Ley N° 23.351 de 1986. Se tratan de sus títulos IV de la Junta Representativa y el V del Fondo Especial para las bibliotecas populares. Sobre el punto de la Junta Representativa, Urban señala que se eliminaría “un espacio de participación colectiva federal” con diálogo entre representantes de los gobiernos provinciales y de las federaciones de bibliotecas: “Un espacio central de intercambio, pensando cómo se discuten las políticas públicas de la CONABIP”, concluye.

Sobre la quita del Fondo, Urban advierte: “Nos afecta en términos materiales de financiamiento. Es un componente muy importante para las bibliotecas populares y la implementación de políticas públicas en torno a la promoción del libro, lectura, de acceso a la información, la conectividad”. Este Fondo está desde el año 86 y, al verse reformado, impactaría en gastos corrientes de las bibliotecas, como el internet con el Programa de Inclusión Digital, además de la promoción de lectura, servicios de información ciudadana y el Programa Libro%. Este último punto asegura la “posibilidad de que las bibliotecas viajemos a conocer a la Feria del Libro y compremos libros al 50% de su valor con recursos que transfiere la CONABIP, por lo tanto sería un desfinanciamiento que calaría muy hondo”.
La Ley Ómnibus atenta contra la diversidad de oferta y de miradas del mundo de los libros, limitando la posibilidad de elección de los lectores y, sobre todo, del acceso a consumos por fuera de las leyes de grandes mercados. De prosperar la derogación los libros se quemarán en el altar del libre mercado.

El retorno de los padres, el exilio de los hijos

El retorno de los padres, el exilio de los hijos

“Villa Olímpica” es una película documental que, mediante la recopilación de imágenes analógicas y reconstrucciones escénicas en maquetas, cuenta la historia de los hijos de los exiliados latinoamericanos por las dictaduras en los años 70.

“Un día vine a México a trabajar a los 33 años y cuando vi la Villa Olímpica lo supe. ¿Cómo no iba a haber una película sobre la comunidad de exiliados más grande de América Latina? Yo no viví ahí, pero estaba cerca e iba mucho, era un epicentro cultural del sudamericanismo de izquierda. Después de esa visita llegué a mi casa, googlée y arranqué con el proceso de investigación. Terminé después de seis años”, cuenta Sebastián Kohan Esquenazi, director de Villa Olímpica, quien vivió en el exilio en México con sus padres.

Los recuerdos, la nostalgia y lo lúdico toman el papel central en esta película que funciona como una “reconstrucción” de hechos que al mirar hacia el pasado se tornan difusos hasta para sus mismos protagonistas. Sus imágenes gozan de una imperfección verosímil a partir de material de archivo real y la ficcionalización de recuerdos.

“Me pareció más interesante contar la desestructuración de la comunidad que su conformación. ¿Qué había pasado con cada uno de ellos, qué pasó con la gente que vivió ahí y luego tuvo que irse a su lugar de origen? La historia que no se había contado no sólo era la del retorno y desarraigo, sino la de mi generación, que fuimos los verdaderamente afectados por el destierro en democracia. Había muchas películas sobre el exilio, pero pocas sobre el desexilio”, afirma el cineasta.

Villa Olímpica trae a la mesa una problemática poco tratada: el ser extranjero en todas partes. Volver  a un lugar de origen que en realidad ya no existe más como tal. Ser argentino en México, ser mexicano en Argentina. Un “argenmex” que casi no es considerado como una opción identitaria. O sos uno, o sos el otro. Sumado a los conflictos que implicó para una generación que nació en ese espacio “vacío”.

“Cuando nos dimos cuenta del enfoque que tenía que tener la película, se empezó a afinar la mirada infantil y borrar el testimonio de la mirada de nuestros padres. Empezamos a pensar cómo se construye el desarraigo y el destierro en las infancias. Crecer en un lugar diferente significa tener que reinventarse todo el tiempo, porque las recetas no están y el librito de quiénes éramos no nos lo dieron, se nos cayó del avión directo al mar”.

El documental cuenta en retrospectiva cómo fue la infancia de niños que crecieron caminando las calles de este condominio con una libertad que no era equivalente a la que tenían sus padres fuera de ese lugar y país. Habitaban un pequeño gran mundo que se desmoronó cuando sin consulta previa les avisaron el regreso a donde nunca había sido su casa.

“Lo visual nace desde varios puntos diferentes, cuando yo les preguntaba a mi generación qué recordaban de su infancia en México lo primero que hacían era ponerse a pensar y luego responder algo que evidentemente estaba siendo reinventado. Cuando uno no sabe realmente cómo fueron las cosas, se construyen discursos a partir de elementos: la foto que quedó del padre, el relato del tío. Me pareció importante el hecho de no saber, porque para desprendernos de esa condición de hijos de perseguidos y ser nosotros una generación con identidad propia de alguna manera necesitamos construirnos”. 

De esta manera, el particular espacio geográfico y las travesuras de niños que se valían por sí solos se establecen como la excusa para algo más profundo: la constitución de las identidades y el desarraigo en contextos difíciles.

“Conocí a Pablo —protagonista principal de la película— cuando estaba exponiendo una maqueta en el Museo de la ESMA. Ahí me contó la historia de su padre. Su narración tenía elementos sanadores y me pareció fundamental el hecho de que la memoria sea sanadora y no una forma de autovictimizarse y meter nuevamente el dedo en la llaga. Por eso fue la decisión de incluir su maqueta y a su vez generar nuevas”.

Es posible apreciar la intención de traer al presente el pasado de una manera distinta a partir de la utilización de las maquetas y los collages hechos con fotos. Una mixtura visual que atraviesa toda la película y que representa quienes fueron y son estos niños de Villa Olímpica. 

“Creo que el resultado fue bueno porque si bien la gente después de ver la película llora mucho, sale un poco más entera o al menos no destruida, como suele pasar con muchos documentales que simplemente trabajan el drama para generar dolor. Yo creo que no tenemos que generar más dolor, tenemos que contar nuestras vidas pero para que nuestros hijos no sufran lo que nosotros sufrimos”, concluye Kohan Esquenazi.

 

Villa Olímpica se estrena hoy jueves 21 de diciembre a las 18.40 en el Cine Gaumont, Rivadavia 1635, CABA. Hoy también podrá verse a las 20 en la señal CINE.AR TV y desde mañana, viernes 22, estará disponible en la plataforma CINE.AR PLAY por una semana. También será exhibida en la Red de Espacios INCAA.

“La presencia en la Antártida implica defender la soberanía”

“La presencia en la Antártida implica defender la soberanía”

A 120 años del rescate realizado en el Continente Blanco por el Almirante Irizar a una expedición nórdica, el CCK inauguró una muestra inmersiva que reivindica el trabajo y la ciencia en ese confín del territorio argentino.

“El eje es mostrar la ciencia como acto soberano y el trabajo de miles de argentinos y argentinas que desde 1902 han realizado tareas científicas allí”, plantea el historiador Teo Salvarrey en torno a la muestra inmersiva “Antártida, un legado de soberanía”, recién inaugurada en el Centro Cultural Kirchner.

La exposición rinde homenaje a los 120 años del rescate de la expedición liderada por el sueco Otto Nordenskjöld, el noruego Carl Anton Larsen y el explorador y geólogo argentino José María Sobral, quienes se quedaron atrapados en la Antártida tras encallar el barco que los transportaba hasta que en 1903 fueron rescatados por el argentino Julián Irizar.

“Es el Estado quien garantiza ciertos mecanismos para llevar adelante un trabajo científico del primer nivel”, puntualiza Salvarrey. La muestra, organizada por el Ministerio de Cultura y la Dirección Nacional del Instituto Antártico Argentino, está compuesta por registros producidos por este historiador en la Isla Cerro Nevado, por materiales de archivo cedidos por Suecia, y por imágenes del Museo del Cine, que fueron conservadas y restauradas. A todo eso se suma la creación de imágenes en 3D para llevar a cabo la experiencia inmersiva.

“La idea de la muestra es que se generen diferentes configuraciones de sentido, dependiendo de donde uno se ubique a verla”, afirma Salvarrey. Al ingresar a la sala se siente un descenso de la temperatura mientras el Almirante Irizar avanza y rompe todo a su paso. La voz de Salvarrey narra su viaje a la Antártida y reflexiona sobre la expedición en la que Sobral y sus compañeros quedaron varados. “¿Alguna vez se preguntan por qué hacen lo que hacen?”, se escucha en los altavoces de la sala. Salvarrey y sus compañeros registran su estadía de dos meses en el Continente Blanco y los desafíos que debieron enfrentarse ante las temperaturas extremas. A medida que la muestra transcurre, Salvarrey encuentra la respuesta: “La presencia en la Antártida implica defender la soberanía”.

Las imágenes de la expedición se intercalan con un cielo estrellado y mapas que muestran las diferentes bases de Argentina en la Antártida. “Acá se encuentran historias de fraternidad y de soberanía. No se puede defender lo que no se conoce”, concluye Salvarrey.

 

  La exhibición puede visitarse los miércoles, jueves, sábados y domingos, de 14 a 20. La actividad es gratuita y no requiere reserva previa. Hasta el 17 de diciembre.

¿Qué hay detrás de la salida de Spotify de Uruguay?

¿Qué hay detrás de la salida de Spotify de Uruguay?

La Ley de Rendición de Cuentas aprobada en octubre abrió el debate: mientras el gobierno dice buscar una remuneración justa para los artistas, algunos cantantes señalan que perderán difusión. El riesgo para las web educativas.

Los usuarios uruguayos de Spotify recibieron diciembre con una notificación de la empresa informando el cese de sus actividades en el país. Este contexto despertó recelo entre los artistas que temen por la pérdida de su principal distribuidora digital de música. Esta es solo la punta del iceberg de un problema aún mayor que enfrentan los autores, intérpretes y plataformas de la República Oriental.

El pasado octubre, el Senado uruguayo aprobó la Rendición de Cuentas de este año, una ley ómnibus que abarca diversidad de tópicos que escapan a lo simplemente presupuestario. En esta edición 2023, se incluyeron la aprobación de los artículos 329, 330, 331 y 332 que modifican la Ley N° 9.739 de Derechos de autor promulgada en 1937 y su actualización del año 2003.

El objetivo de esta aprobación es “el reconocimiento de un derecho y la búsqueda de una justa y equitativa remuneración para los artistas”, explica Ignacio Martínez, presidente del Consejo de Derechos de Autor perteneciente al Ministerio de Educación y Cultura de Uruguay. Esto se lograría obligando a plataformas de distribución como Spotify a realizar pagos a gestoras colectivas que actúan como intermediarias entre las plataformas y los artistas. En Uruguay las gestoras colectivas que recaudan los derechos de autores e intérpretes son AGADU y SUDEI.

“Hoy no existe remuneración. Se trata de acceder a ella a partir de la legalización de los criterios y los reglamentos”, explica Martínez y expresa el deseo del Consejo de que se entienda al trabajador de la cultura como alguien que tiene derecho a ser remunerado. “No queremos perjudicar a nadie: ni a los productores ni a los intermediarios que difunden nuestra música. Queremos beneficiar a los artistas nacionales”, agrega.

El Laboratorio de Datos y Sociedad (Datysoc) es un proyecto de Uruguay que nuclea a un equipo interdisciplinario de profesionales interesados en el vínculo entre derechos humanos y la era digital. En un hilo de Twitter explicaron que “los artículos aprobados en la Rendición de Cuentas no abordan el problema adecuadamente y agregan disposiciones que perjudicarán a las plataformas educativas, los repositorios digitales y otros sitios web culturales sin fines de lucro”, ya que la ley no limita los cobros a las grandes empresas comerciales, sino que abarca a todos los sitios web.

Este nuevo contexto también implica complicaciones para los artistas. Según Jorge Gemetto, investigador de Datysoc, los autores perderán la libertad de entregar licencias gratuitas ya que se trata de un “derecho irrenunciable” por el cual las gestoras realizarán los cobros de igual manera, sin importar que los artistas no estén afiliados a ninguna de ellas.

Datysoc no está en contra de que Spotify y las discográficas paguen a las gestoras. El foco de su reclamo está en que la aprobación de los cuatro artículos no resuelve el problema de fondo: los escasos ingresos que perciben los autores e intérpretes frente a las ganancias de las plataformas y discográficas. “Los derechos de intérpretes y ejecutantes existen en Uruguay desde hace décadas”, explica Gemetto y agrega: “Lo que pasa es que los artistas firman contratos por los cuales se los ceden a las discográficas, que les pagan muy poco”. Frente a esta situación, Gemetto plantea dos posibles soluciones: una más racional pero difícil de ejecutar que es la regularización de los contratos entre artistas y discográficas. La alternativa sería que se haga el pago directo de las plataformas a los artistas, medida que implicaría acotar con precisión qué tipo de plataformas cargarían con esa obligación.

El porcentaje que perciben las gestoras también representa un foco de esta problemática. “Son organizaciones que recaudan para los artistas pero que tienen comisiones altísimas: AGADU cobra hasta el 45%”, detalla Gemetto. Por eso, muchos autores e intérpretes eligen gestionar sus propios derechos; se trata de una libertad que está avalada por ley y que se va a perder con la aprobación de la Ley de Rendición de Cuentas: “Sin importar lo que opinen los músicos independientes, las gestoras van a cobrar en nombre de ellos. Y si no son socios, no van a poder ir a buscar lo que la gestora cobró en su nombre”, explica Gemetto. En eso consta el derecho irrenunciable.

Pánico

 El viernes pasado, Spotify sorprendió a sus oyentes uruguayos con el infame comunicado que explicaba su salida. En él señala que “los cambios con esta nueva ley podrían obligar a Spotify a pagar dos veces por las mismas canciones” y, a no ser que el gobierno explicite que las discográficas y editoras se harán cargo de esos gastos, su negocio de “conectar artistas y fans” sería insostenible.

Este mensaje tuvo como consecuencia la creación de una cuenta de Instagram anónima llamada Artistas Uruguayos que difundió un comunicado en el que piden la corrección urgente de los artículos que les competen ya que “lo que se está intentando revisar es objetivamente menor en relación al riesgo de perder un aliado tan importante para la industria de la música uruguaya como es Spotify”. Dando a entender que la remuneración justa queda en segundo lugar frente a la difusión mundial que les permite la plataforma.

Según Gemetto, esta postura es tomada por la camada de artistas jóvenes cuya sostenibilidad depende de las grandes plataformas de distribución como Spotify y afirma que su salida del país sería “un desastre” en tanto que se trata de su mayor canal de difusión y “no hay nada que lo reemplace”.

Martínez explica que la plataforma “jamás pidió conversar estos asuntos y lanzó una campaña equivocada, con datos falsos y una clara tergiversación de la información. Ha sido la Presidencia de Uruguay la que ha pedido encontrarse por videollamada y ahora está elaborando un proyecto de solución”, el cual se vería reflejado en un Decreto Reglamentario.

“La amenaza de irse de Spotify es una bravuconada”, opina Gemetto y agrega que despertó una discusión que impide ver la complejidad de una ley mal hecha. Si bien duda que la salida se vaya a concretar, Gemetto junto a sus colegas de Datysoc temen que el gobierno uruguayo haga un acuerdo que beneficie a Spotify y no derogue los cuatro artículos, dejando al resto de los sitios web en “una situación muy complicada” en la que se verán obligados a pagar a las gestoras. “Nuestro miedo más grande es por las plataformas educativas. Sobre todo el Entorno Virtual de Aprendizaje de la Universidad de la República, que tiene unos cien mil estudiantes”, explica. Las gestoras podrán ir tras cualquier plataforma, incluso si se trata de plataformas que usan contenidos sin fines de lucro, con licencias abiertas o que pertenecen a autores e intérpretes independientes.

El comunicado de Spotify opacó el problema estructural que presenta la Ley de Rendición de Cuentas. “Desde Datysoc pedimos que se deroguen los cuatro artículos que se aprobaron y que se empiece de cero a discutir en serio la cuestión de la remuneración justa para autores e intérpretes. Esa discusión seria implica tres patas: lo que tienen que pagar las plataformas, lo que tienen que pagar las discográficas y lo que se están quedando las gestoras colectivas”, resume Gemetto. Todo indica que Uruguay seguirá bailando al ritmo de Spotify al menos un tiempo más.

 

Un libro sonoro

Un libro sonoro

Experiencias desde la comunicación comunitaria y sugerencias para nuevas creaciones se recopilan en «Poscat. El podcast después del podcast», el libro de Ernesto lamas y Gastón Montells que se presenta el miércoles 6 de diciembre en FM La Tribu.

Poscat. El podcast después del podcast es un registro abierto que tematiza el formato sonoro y la comunicación comunitaria desde diversas experiencias en Argentina y Latinoamérica. El libro es el resultado de una seguidilla de seminarios que llevan el mismo nombre, dictados por Gastón Montells y Ernesto Lamas, autores y compiladores, que empezaron el proyecto en 2020 y que continúa hasta hoy. “En un contexto tan singular como ha sido la pandemia, el podcast funcionó como una especie de fogón digital que, con distintos husos horarios y desde distintos territorios, nos agrupó a conversar”, contó Montells en una entrevista para ANCCOM.

“El libro documenta reflexiones sobre la comunicación comunitaria alternativa y las narrativas artísticas sonoras de manera colectiva. Es una especie de itinerario de cuaderno, la imaginamos así.” La edición fue ideada cuidadosamente y ningún detalle gráfico queda suelto. De la mano del estudio de diseño El Fantasma de Heredia, las páginas fueron intervenidas con garabatos, palabras subrayadas, se sumaron anécdotas compinches, frases filosóficas e imágenes imponentes. “Le queríamos dar a la impresión gráfica el ritmo y los atributos de la oralidad. Desde su concepción el libro habilita a intervenirlo”, marcas que registran algo de eso volátil e íntimo que pasa en una conversación con uno mismo o con otros.

Gastón Montells y Ernesto Lamas –que se conocen hace 30 años– escribieron “el libro de sus sueños”. Como no querían ninguna restricción externa, decidieron inagurar su propia editorial: El nombre del Mar ediciones, y estrenaron allí su primera publicación.

El libro viene a llenar un espacio vacío en la literatura sobre el tema, habilitando la conversación sobre una historia que es reciente pero importante. “Queríamos poner mucho énfasis en los podcast pensados para los proyectos comunitarios, desde la comunicación alternativa. Habilitar la pregunta por la voz pública de muchos sectores subalternos que no llegan a los medios hegemónicos: ¿cómo pueden hacer para contar historias?”, planteó Lamas.

 El libro consta de tres partes que emulan el recorrido de los talleres, privilegiado espacio de producción colectiva. En la primera parte, “Cuadernos desde el mar”, se reúnen conceptos y perspectivas inéditos que son el resultado de investigaciones y la experiencia de los autores. Son “paisajes conceptuales”, como explicó Montells, porque “tienen una gran raíz pero son inacabados, en permanente transformación”.

En “Anotaciones desde los territorios de la oralidad” se hace referencia a proyectos y experiencias dignas de ser amplificadas, entre ellas Las Raras podcast, La Voladora Radio, Vokaribe.mp3. Además, se puede encontrar una parte técnica, con ejes a tener en cuenta al producir un podcast, consejos, softwares de producción, plataformas y bibliotecas, e incluso un listado de fondos de fomento para todos aquellos que se aventuren a producir una pieza artística.

Por último, en “Voces desde la indisciplina” aparecen otros y otras autoras que ilustran cómo a partir del podcast se pueden visibilizar temáticas y perspectivas relacionadas al género, a la vida en situación de encierro, la discapacidad, la cancelación y el escrache virtual, entre otros.

Para los autores, “en la creación y los sentidos elaborados del libro hay una cantidad muy grande de personas que participaron de manera muy diversa, más de 40 referentes de radio comunitarias de América Latina, integrantes de más de 200 organizaciones populares de Argentina, estudiantes de la carrera de Ciencias de la Comunicación de la UBA, tanto de los seminarios que hemos dado como de las clases de Taller 3. Hay una autoridad de sentido ahí colectiva que es, para nosotros, muy conmovedora”.

En relación al formato, Lamas afirmó: “Si se autopercibe podcast, es podcast”. Se trata de un formato novedoso, pero a su vez antiguo. Si bien empezó en 2004, pasó mucho tiempo hasta que se consolidó. Su boom durante la pandemia popularizó su producción, tanto desde medios masivos como desde pequeños productores que se lanzaron a probarlo. Si bien tiene algunas de las características de la radio, la relación entre estos formatos es de solidaridad mutua. “La oralidad de siempre aparece relanzada de modos singulares en todo una ingeniería artefactos digitales, de medios, pero también de procesos domésticos. Queremos que el libro sea inspirador para movilizar otras iniciativas creativas”.

El primer podcast de Argentina se hizo en FM La Tribu cuando Montells era su director. Es una radio que empezó en 1989 como un proyecto de estudiantes de la Carrera de Comunicación, entre los que estaba Ernesto Lamas, y con el paso del tiempo se fue profesionalizando hasta crear una empresa sin fines de lucro. “Durante el período de dirección de Gastón, con una necesidad de amplificar la radio, creamos un sitio de podcasting donde subíamos audios que nos parecían tenían que perdurar en el tiempo, esa era la lógica”, contó Lamas. El 17 de julio de 2005 se estrenó el primer podcast que arrancaba contundente: “La tecnología sirve para decirle al mundo que no estamos de acuerdo”.

Los primeros podcast eran más bien musicales, poéticos, con algunas frases. “Después empezamos a hacer cosas más de investigación con un tema concreto, por ejemplo “Made in Bajo Flores” que investigaba la explotación de la empresa CyA en los talleres textiles”, recordó Montells. Es uno de los primeros podcasts argentinos realizado por un medio comunitario, que además recibió el premio internacional: Nuevo Periodismo de La Fundación para un Nuevo Periodismo Iberoamericano (FNPI).

 

El libro será presentado el miércoles 6 de diciembre a las 18.30hs en el auditorio de FM La Tribu (Lambaré 873).

“A cada paso que das, se levanta una barrera”

“A cada paso que das, se levanta una barrera”

Natalia Vinelli, docente y una de las fundadoras de Barricada TV, conversó con ANCCOM sobre su último libro: “La televisión alternativa en la transición digital. Las experiencias de Argentina y Chile” una investigación que debate los desafíos de los canales comunitarios en la actualidad. ¿Qué panorama se avecina para los medios alternativos?

Natalia Vinelli tiene una amplia trayectoria en los medios. Es periodista, comunicadora social, docente de la Facultad de Ciencias Sociales (UBA), una de las fundadoras del canal comunitario Barricada TV, investigadora y autora de libros como Ancla: una experiencia de comunicación clandestina y Comunicación popular y alternativa, entre otros. Su último libro La televisión alternativa en la transición digital es la tesis de su doctorado en Ciencias Sociales, una de las primeras en ser defendida de manera virtual. También es militante del Frente Patria Grande, liderado por el abogado Juan Grabois, y forma parte del Ente Nacional de Comunicaciones desde el año 2020: “Trabajar en la gestión pública sigue siendo parte de la militancia, porque lo que a mí me preocupa centralmente es que la política pública llegue a donde tiene que llegar para no perderse en el camino”, explica. 

Ambas experiencias, tanto en Barricada TV como en el ENACOM, construyeron la perspectiva que orienta la investigación. La autora compara las experiencias chilenas y argentinas para reflexionar acerca de nuevas políticas públicas que establezcan un escenario más democrático para los medios. Para eso, destaca la necesidad de un Estado responsable por estas regulaciones. 

 

¿Cuánto tiempo te llevó la investigación?

Me llevó muchísimo tiempo, aunque ya había trabajado unos cuatro años sobre televisión alternativa en la maestría. Me parece importante decir que es la tesis de doctorado. En un contexto donde todo un sector de la sociedad y dirigentes políticos cuestionan la educación pública, siempre es fundamental destacar que fue la que me permitió investigar y formarme. Esta investigación es parte de esa historia. El libro en su conjunto es el resultado de una reflexión sobre mi práctica como parte integrante de un canal de televisión alternativo, popular y comunitario que es Barricada TV. La experiencia me llevó a cuestionarme muchos temas vinculados al funcionamiento del canal, lo cual me pareció que podía ponerlo en común, ver qué pasaba en otros canales para que toda la investigación funcione como insumo para tomar decisiones sobre la gestión de los propios canales y también para pensar políticas públicas.

 

¿Qué obstáculos atraviesan hoy estos canales?

Hay de todo tipo. El primero tiene que ver con la cantidad de años en los cuales se fue llevando adelante las experiencias de televisión sin licencia, la cual te permite acceder a fuentes de financiamiento y a otras cuestiones vinculadas a la gestión. Este atraso de tantos años, desde la transición democrática hasta acá, genera una desigualdad en el punto de partida para los medios populares que es indiscutible. La segunda es que para poder jugar un juego, primero tenés que emparejar la cancha. Nos venimos encontrando con radios y canales que una vez legalizados se encuentran con un montón de barreras en el sistema. Por ejemplo, PARES TV es un canal que hizo todo su vínculo con la comunidad a partir de la transmisión del fútbol. Seguían a Flandria, uno de los equipos de fútbol de Luján. TS Sport, les manda una carta documento para que no sigan transmitiendo los partidos de fútbol porque ellos son “los dueños de los derechos”. Otra cuestión: en la ciudad de Buenos Aires, el 70% de la población mira televisión a través del cable. El vivo, que es lo que más se sigue viendo, no se mira a través de la televisión de aire. Todas las estadísticas demuestran que se miran por cable. Sin embargo, las cableras tienen la obligación de levantar a los canales comunitarios en su área de cobertura de manera gratuita. Nunca cumplieron con la normativa. Como canal, seguís transmitiendo para el pequeño porcentaje que sigue mirando televisión por aire, digital, pero por aire. ¿Qué quiero decir con esto? Que son detalles. A cada paso que das, se levanta una barrera. Y en definitiva, la pregunta sería ¿Por qué? ¿Qué puede joder que PARES TV transmita Flandria? Bueno, evidentemente jode. Cuando vos del otro lado tenés medios que son hiperconcentrados suceden estas cosas. No dejan nada librado al azar y tienen un control absoluto de lo que pasa.

Solemos consumir más canales de cable, incluso cuando existen canales de aire con mejor contenido ¿Por qué?

Los canales de aires son mejores. El problema es que tenés muchísimos canales de cable, más de 300, y un puñado de canales de aire. Entonces, ¿compite o no compite? Además, aunque tengas las dos opciones no es una tecnología que se haya instalado masivamente entre los televidentes. Mucha gente no sabe que se puede combinar entre los canales de cable y de aire. Todo eso dificulta un contexto en el cual la televisión digital durante el macrismo se desfinanció y no recuperó los niveles de desarrollo que tenía en los años previos. Hay una serie de elementos que tienen que ver con la forma en la cual nos comportamos al consumir medios de comunicación que entorpecen el encuentro con sus audiencias. En algún punto hay un gran avance en términos de profesionalización y sostenibilidad. Se encontró la manera de generar medios que a su vez sean una salida laboral y profesional para sus propios integrantes, pero aún con esas ventajas, se complica su funcionamiento. Me parece que ahí está la discusión central. Cuando mirás el sistema de medios, se puede medir la democratización de la sociedad.

 

Teniendo en cuenta tantos casos latinoamericanos sobre televisión alternativa, es casi irónico que las personas no se encuentren con estos espacios tan accesibles…

No se construyen audiencias de un día para el otro. Pero, si miras para atrás, los medios comunitarios siguen estando, existen, persisten y siguen creciendo. Todavía hay que seguir construyendo el camino a la masividad, derribando todas las barreras que sean necesarias para eso. Pero, a la vez, creo que la función del canal comunitario en su propio entorno sigue siendo muy importante. Porque en definitiva la gente que lleva adelante estos medios son aquellos que se acercan a participar, a militar. Los que se suman son constantes. Lo que pasa es que es mucho más largo el trecho que hay que caminar para igualar esa cancha. La clave en todo esto es que esa base social pueda seguir luchando por sus conquistas junto a normativas que se encarguen de igualar estas condiciones. 

 

¿Se puede pensar en el desarrollo digital como una ayuda para impulsar estos canales?

Es interesante porque yo me acuerdo que FM La Tribu, que está al aire hace más de 30 años, hizo un programa especial por el 2001 al año siguiente. Era un podcast. Las radios comunitarias vienen haciendo podcast desde el año cero. Cuando empezamos a transmitir con Barricada TV veíamos que nadie se conectaba a lo analógico, que ya lo digital iba avanzando, por lo que empezamos a salir con streaming antes que Netflix se volviera masivo. En esa búsqueda de poder hacer circular nuestros contenidos, fuimos explorando un montón de formas. La experiencia, la posibilidad y el ejercicio está, lo que no se puede hacer es separarlo de las condiciones de producción. Vos te metés a internet y pareciera que todo es libre, pero el algoritmo te pone primero determinadas cosas. Eso es porque hay una transnacionalización de por medio. Es un lugar muy diferente. ¿Cómo hacés para instalarte y funcionar en el sistema de medios con una lógica que no es capitalista, sino de cooperación, colaboración, y de solidaridad?

 

Si mirás el sistema de medios, podés medir la democratización de la sociedad.

Natalia Vinelli

¿Cómo ves el panorama de ahora en más?

El escenario que se abre para los medios comunitarios es de muchísima incertidumbre. Las declaraciones que han hecho quienes son parte de la fuerza política de Javier Milei en torno a los medios públicos enciende una alarma. Esto no es algo nuevo. Vamos a tener que estar en estado de permanente movilización. En estos momentos las organizaciones de medios comunitarios, el sindicato de prensa y los distintos sectores de la comunicación estamos discutiendo sobre cuál va a ser nuestra agenda.

 

A la hora de no retroceder con todo lo logrado, ¿qué va a ser primordial?

Como punto de partida, la defensa de lo conquistado hasta la actualidad. Todo lo que tenga que ver con el sostenimiento de medios, con su financiamiento y con las condiciones de posibilidad para poder seguir desarrollándose con alguna oportunidad en el sistema de medios: como los fondos de fomento de concursos del Fomeca, todo lo relativo en torno a las legalizaciones y las licencias obtenidas por radios y canales de televisión. También, la defensa de la pauta, la cual no tiene una ley, pero fue parte de la conformación de resoluciones que permiten a los medios comunitarios poder aplicar a la pauta oficial.

 

En un contexto donde representan un “gasto”, ¿por qué son tan importantes los medios públicos y comunitarios?

Tienen una función muy importante para la pluralidad de voces. Dejar todo librado a la ley de la oferta y la demanda permite que solo las voces dominantes pongan en circulación sus ideas y sus discursos. Es lo que sucede con los medios masivos, privados y comerciales centralizados en Buenos Aires. Los medios alternativos tienen que dar vuelta esta mirada porteña sobre las realidades provinciales y regionales para poner en circulación perspectivas que están vinculadas a sus propias comunidades y a otras miradas del mundo que no tienen tratamiento en los medios tradicionales. No darles la oportunidad de ser escuchados a otros medios afecta profundamente la democracia. Recordando lo que fueron las jornadas en 2001 y el papel que cumplieron los medios alternativos en ese contexto de rebelión, había dos consignas muy fuertes: “¿Vos lo viste? ¿Vos lo viviste? No dejes que te lo cuenten” y “Nos mean y los medios dicen que llueve”. Fue un momento que permitió el desarrollo de un montón de espacios de intervención político comunicacional y se pusieron en circulación nuevas miradas que daban la batalla cultural desde la contrainformación. Ese es el piso por el cual se fueron consolidando muchos de los medios populares que lograron hacer un proceso de profesionalización al amparo de las discusiones de la ley audiovisual. Es decir, que para dar todas las batallas que se vienen por delante, tenemos toda esa experiencia acumulada. Desde haber arrancado trabajando en un contexto en el cual había que salir a mostrar la verdad ocultada por los medios, a hacerlo ahora con un piso de profesionalización muchísimo mayor, me parece que va a hacer un diferencial importante para los tiempos que se vienen.