“El racismo está en todos lados”

“El racismo está en todos lados”

Con el motivo de conmemorar el Día de los Afroargentinos y la Cultura Afro más de veinte organizaciones confluyeron en la Segunda Marcha Afro de Argentina.

La comunidad afro de Argentina, en su reclamo histórico por visibilidad y reconocimiento, logró en 2013 la sanción de la Ley N° 26.852, que establece el 8 de noviembre como “Día Nacional de los Afroargentinos, las Afroargentinas y de la Cultura Afro”.

La fecha fue elegida para conmemorar a María Remedios del Valle, “madre de la Patria”, afroargentina y capitana del ejército de Manuel Belgrano, quien combatió en las Invasiones Inglesas y en la Guerra por la Independencia, y falleció el 8 de noviembre de 1847.

“Tener un personaje como María Remedios, que fue tan valiente, tan inteligente, que fue esclavizada y se incorporó a los ejércitos como combatiente, hace que encontremos en ella una figura que nos aglutina a todos. Es indiscutible para nosotros y queremos darle la jerarquía que se merece la madre de la patria”, expresa Myriam Victoria Gómez, miembro de la de la Sociedad de Socorros Mutuos Unión Cabo Verdiana de Dock Sud.

“Es una figura que puede incomodar. Porque sería una madre negra. Es algo que en la Argentina es rechazado drásticamente todavía. Eso de tener antepasados negros parece algunas veces una vergüenza”, agrega.

Las organizaciones convocaron ayer viernes 8 de noviembre a una concentración en Plaza de Mayo, donde, con motivos de celebración, ofrecieron exhibiciones de samba, capoeira, danzas tradicionales senegalesas y danza urbana fusionada con ritmos africanos. El baile fue acompañado por ritmos de tambores y de percusión.

“María Remedios del Valle es una figura que puede incomodar. Porque sería una madre negra. Es algo que en la Argentina es rechazado drásticamente todavía. Eso de tener antepasados negros parece algunas veces una vergüenza”, agrega Gómez.

“Están convocados diferentes sectores: los afroreligiosos; las personas de la cultura, llámese capoeira, samba, reggae, danzas africanas; los músicos también y los maestros africanos; la diversidad secundaria afro y afro-LGBTIQ”, detalla Myriam.

Tras los festejos, los referentes de las diferentes comunidades afro encabezaron una marcha hacia la Plaza Congreso, contra el racismo y la invisibilización que sufre la población en Argentina, así también por el recorte en derechos y en oportunidades laborales.

“El racismo lamentablemente está en todos lados, entonces nosotros luchamos contra ello día a día. Más en una nación argentina y plurinacional, pero donde no se conoce a la población local, a las personas afro-argentinas”, denuncia Estefanía, de la Asociación Cultural Argentino-Brasileña A Turma da Bahiana. “Lo que nos reveló el primer censo interno que hicimos es la existencia de más de 2 millones de afrodescendientes. Ahora estamos alrededor de los 9 millones”.

“Esta ley ha ayudado en diferentes ámbitos, principalmente el educacional. Falta muchísimo, aún no hay reparaciones. Una de nuestras consignas es el acceso a nuestros ancestros y a los archivos para la restauración de la identidad”.

¿Qué fue lo que cambió desde la marcha del año pasado? Los recortes en becas y los despidos en el Estado impactaron de lleno en la comunidad. El cierre del INADI como organismo que recibía denuncias también significó la pérdida de puestos de trabajo para muchos y muchas afroargentinos. Casos similares sucedieron con direcciones de los ministerios de Cultura y Educación, actualmente Capital Humano.

“Hubo un recorte en el acceso a determinadas condiciones para toda la población popular dentro de la que estamos los afrodescendientes”, denuncia Myriam. “Las becas Progresar eran para jóvenes de 6 a 24 años y nosotros habíamos logrado desde la comunidad, junto con el Ministerio de Educación, que los afrodescendientes fueran considerados grupos priorizados, para lo cual no habría límite de edad. Y eso a principios de este año se derogó.”

Otro eje del reclamo es el de la brutalidad policial y el destrato hacia miembros de la comunidad afro. A principios de octubre la Policía de la Ciudad arremetió contra manteros de Once, confiscando su mercadería. Eso viene pasando realmente en la ciudad hace años. En 2016 hubo también una arremetida muy violenta contra los manteros. “Estos ataques se repiten sucesivamente y de manera periódica. Pero hubo momentos que no sólo les confiscaban la mercadería, sino que también muchas veces los seguían hasta las pensiones u hoteles donde vivían y les robaban computadoras, teléfonos y dinero”.

El evento más significativo que denuncian es el asesinato de José Delfín, a manos de la policía. Dice Sandra Chagas, militante afroargentina: “El 5 de abril de 1996, a José Delfín Acosta Martínez lo asesinó la Policía del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires a golpes y patadas en la comisaría de Lavalle y Ayacucho. Seis policías le pegaron hasta asesinarlo. 24 años después, el 31 de agosto del 2020, su hermano Ángel Acosta Martínez logró la condena internacional por racismo”.

“Argentina es el único país de América Latina y el Caribe que tiene una condena internacional por racismo por el asesinato de nuestro compañero, que era un activista afrodescendiente de los derechos humanos del pueblo negro”, destaca.

Luego de una muestra de danza de las comunidades afroboliviana y de las de Guinea y Senegal frente al Congreso de la Nación, y ante la mirada de un destacamento policial que frenaba el acceso desde la plaza hacia Avenida Entre Ríos, se leyó un comunicado con las consignas de la movilización: sanción de una Ley Antirracista, cupo laboral afrodescendiente, restitución de los restos mortales de sus ancestros, la perspectiva afrocentrada de la educación y el reconocimiento social de la contribución de los africanos y su descendencia en el patrimonio nacional.

La limpieza étnica de Jorge Macri

La limpieza étnica de Jorge Macri

La política social del Gobierno de la Ciudad para las personas sin techo consiste en quitarle sus escasas pertenencias y hostigarlos para que se vayan a dormir a la provincia. Algo parecido sucede con los vendedores ambulantes. Para el jefe de Gobierno se trata de «operativos de limpieza».

A menos de un mes de cumplir el primer año como Jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires: ¿qué pasó con los ejes de campaña de Jorge Macri? El principal, centrado en su idea acerca de la seguridad, lo llevó a afirmar en junio de 2023 que “los cajeros automáticos se transformaron en monoambientes”. Ya durante su gestión continuó con propuestas en tono de campaña compartiendo imágenes de supuestos “operativos de orden y limpieza” que mostraban lugares de los que se había expulsado a personas en situación de calle, asociándolas directamente con basura. “A pesar de la indignación que causó por parte de la sociedad la cuestión comunicacional de Jorge Macri, esos operativos se siguieron haciendo”, afirma la psicóloga Milena Sepay, del equipo de investigación sobre situación de calle Sociabilidad en los márgenes.

Aunque la gestión de Macri se inscribe dentro del mismo signo político que gobernó la ciudad durante los últimos 17 años, ¿estamos ante una continuidad, una profundización o una ruptura con las anteriores gestiones del PRO? ¿Qué acciones está llevando a cabo el jefe de Gobierno? ¿Cómo impacta en la vida de las personas en situación de calle?

Las cifras de violencia

Desde 2019, organizaciones sociales de CABA agrupadas en la Asamblea Popular por los Derechos de las Personas en Situación de Calle (PSC), denuncian el aumento de la violencia hacia los sin techo. La agrupación creó el Registro Unificado de Violencias (RUV), una herramienta para relevar distintas formas de agresiones sobre estos ciudadanos, que incluye las violencias institucionales, sociales y estructurales. No pretende ser exhaustivo, pero logra dar cuenta de la magnitud del problema.

Las cifras indican que, desde agosto de 2023 a agosto de 2024, la violencia institucional aumentó más de un 500%. Esta formas de agresión incluye, “ataques físicos y/o simbólicos por parte de fuerzas de seguridad y otrxs funcionarixs públicxs”, así como hostigamiento, robo, maltrato y desplazamientos forzados del espacio público. Desde el 2022 se incrementaron sistemáticamente los hechos de violencia. Desde allí calculan que se da un hecho de violencia hacia personas en situación de calle cada 72 horas en el país. En el mismo periodo, se registraron 95 situaciones de violencia social, ejecutadas por personas que no están en situación de calle, motivadas por estigmatización y rechazo social, así como violencias entre pares, en menor escala. También se documentan 121 situaciones de violencia estructural, por las condiciones sociales y materiales de vivir a la intemperie.

 ¿Ruptura o continuidad?

Sepay observa que los desplazamientos forzados no son una novedad. Recuerda el antecedente en 2008: la siniestra Unidad de Control del Espacio Público (UCEP) “hacía operativos nocturnos con camionetas, pero de forma más oculta. Hoy son una bandera política. Lo que pasa este año, es que hacen requisas ilegales. Encuentran un cuchillo para untar paté o un alicate, y se los llevan detenidos. Son cosas que las personas que están en la calle tienen encima para su uso cotidiano”, afirma Sepay.

Desde el 2023, el RUV registra 125 detenciones, requisas y secuestro de pertenencias sin orden judicial. También hay casos en hospitales: “los llevan a internarse por salud mental, sin causa probable”. Forma parte de un mismo dispositivo: expulsar a las personas en situación de calle del espacio público.

Para la abogada y dirigente del Movimiento Evita, Daniela Ledesma, “el nivel de violencia institucional está creciendo y se dirige claramente hacia los sectores más vulnerables”. A principios de octubre, Macri llevó a cabo el operativo contra manteros y celebraba en la red social X: “En Once se terminó la joda! Les acabamos de dar un golpe durísimo a la mafia que inundaba de suciedad y trabajo esclavo las calles de once”. Ledesma reflexiona: “En medio de esta crisis deciden sacarle a los manteros la única herramienta de trabajo que posee. En un momento donde la gente no tiene para comer. Sobre eso no hay ninguna instancia de diálogo”.

Ledesma afirma que sus acciones no se condicen con los discursos que hablan de cuidar el despilfarro del Estado: “Hay toda una maquinaria puesta en función de esa persecución. Interviene la policía, las fiscalías. Un redireccionamiento de recursos en pos de perseguir a gente que está en situación de calle, manteros y cartoneros”.

«No les molesta que haya gente en situación de calle, les molesta que se vea”, dice Reyes.

Repercusión en las personas de situación de calle

En la revista Hecho en Buenos Aires, reciben a ANCCOM con mate cocido. En una de las paredes se lee: “La calle no es lugar para vivir”. Allí, Penelope Acevedo se presenta como “la vendedora 3559 de la Hecho en Buenos Aires”. Si bien actualmente su situación es otra, por muchos años vivió en la vía pública y cuenta lo difícil que es: “La calle te anestesia, te duerme. Ese maldito momento en que no te importa nada llega y se instala. Alguien se enamora de vos y no lo ves. O tu nene te dice: ‘Tengo fiebre’, y no vas al hospital”. Acevedo pregunta: “¿Por qué ya no te importa nada? El fantasma de la falta de amor de la sociedad te hace creer que es verdad que no te merecés nada”. Y resume: “De todo el infierno que es la calle, pensás que el diablo sos vos y que tenés la autoridad para dañar, para robar”. Vivir en la calle siempre es difícil.

En este sentido, Sepay advierte sobre las acciones que lleva adelante el Gobierno de la Ciudad en la actualidad: “Es el mismo gobierno el que te está corriendo, las narrativas de los compañeros son: no valemos nada, nos llevan todas las cosas”. Para la psicóloga, la pérdida de documentación, los desplazamientos y la violencia “genera una serie de problemas en la dinámica de supervivencia diaria y aumenta la carga mental que ya enfrentan al tener que buscar dónde dormir, comer o cómo conseguir alguna changa”. Todo esto obstaculiza aún más su situación.

En la institución educativa Isauro Arancibia, que trabaja con personas en situación de calle, contaron a ANCCOM un panorama similar. Las puertas se abren con calidez, la misma que recibe desde hace 26 años a cada pibe que quiere terminar sus estudios. La fundadora y coordinadora del instituto, Susana Reyes, habla de “derecho a la metáfora”. Explica: “Los pibes y pibas son los que salen de acá y se van a cartonear con los padres. También tienen derecho a soñar y a desear”. Cuando llegan a la escuela, son recibidos con un abrazo y se les pregunta cómo pasaron la noche, ofreciendo un mate caliente. “Tratar al otro como lo que es, como un igual”, resume Reyes.

Al hablar de la situación actual, la coordinadora del Arancibia afirma que hay mucha más gente en situación de calle. “Lo que pasa es que los están espantando desde el Gobierno de la Ciudad. Los echan con esto de que está sucia”.  Afirma: “Somos molestos porque estamos en un lugar que ellos quieren que sea un polo turístico. No les molesta que haya gente en situación de calle, les molesta que se vea”.

Según Reyes, la gente elegía estar en Capital porque hay más recursos de cartoneo y desechos para juntar, pero ahora hay mucha gente durmiendo en las calles de la provincia, hasta en los pasillos de la villa: “Los echan, entonces la gente, viendo eso, empieza a irse. Está peligrosa la ciudad”. Cuenta que “los pibes que están en los circuitos de adopción, son los hijos de nuestros estudiantes. Te ven en la calle, con nenes chiquitos y te los sacan”, afirma horrorizada. “Cuando hay políticas públicas que abrazan, ahí podés construir una vida, estar con tus hijos. Esto es la crueldad total”.

Sepay advierte que los desplazamientos provocan la pérdida de vínculos con vecinos,  comerciantes o con organizaciones sociales que tejen redes de apoyo, interrumpiendo procesos de acompañamiento. En este sentido, Reyes afirma con tristeza: “Se nota el deterioro en el eslabón social que nos va uniendo”.

¿Cómo se sale de la calle?

Para Acevedo, la vendedora de Hecho en Buenos Aires, fue clave conocer gente que le mostró que ella también es sujeto de derechos: “No es normal que tengas que bañarte en una estación de servicio. Que tengas que elegir entre el hotel por día o la comida”. Cuenta que en el Isauro y Hecho en Buenos Aires, “me enseñaron a que haga cajas de dinero para guardar la plata, porque sino en la calle me robaban todo”. También la contuvieron con la violencia de género: “Me ayudó a no volver con esa persona con la que yo andaba y me pegaba. Pensaba que me tenía que quedar con él porque me daba seguridad en la calle”. Penélope logró salir de la situación de calle gracias a la contención que recibió hace 20 años: “Me empecé a refugiar en la Hecho y en el Isauro”, cuenta. En cambio, desde el Estado, “la única respuesta que se les da es que pueden ir a un centro de inclusión social. Muchos no quieren ir por las dinámicas que se manejan dentro y para quienes quieren ir no hay vacantes”, plantea Sepay.

“De la situación de calle no se sale porque le des un parador. Para poder salir necesitas recibir una mirada amorosa, alguien que te devuelva la idea de que sos un ser humano”, afirma Reyes con convicción y ternura. Ilustra su afirmación con una anécdota: si dormís en la calle, ves como el vecino le baja la comida al perro y cruza de vereda para no toparse con vos, es una situación totalmente indigna. No tienen políticas que tiendan a resolver la situación. El desprecio, el desamor, la crueldad: esa es la política que llevan adelante”

 

¿La violencia otorga rédito político?

El consultor en comunicación Victor Taricco señala que, al principio, Jorge Macri no parecía encontrar su rumbo en la gestión de la ciudad: “En la comunicación, ahora se lo ve más afilado. Antes se lo veía de vacaciones”.  Aunque sugiere que Jorge Macri no parece tener en claro sus aspiraciones, plantea la posibilidad de que su intención sea retener a la Ciudad de Buenos Aires para el PRO. Taricco sostiene que Macri está redefiniendo el perfil de los gobiernos del PRO tras la experiencia de dos mandatos de Larreta, quien había abarcado un espectro político más amplio. “Este corrimiento hacia políticas más represivas en torno a la ocupación del espacio público, responde a que no crezca una opción represiva por derecha”, afirma. Además, sostiene: “Apuntan a ser una expresión más de un gobierno de derecha en Argentina, tratando de conducir a la Libertad Avanza sino es que la Libertad Avanza los termina conduciendo a ellos”. 

Desde Sociabilidad en los márgenes, crearon un fanzine informativo sobre cómo actuar ante situaciones de violencia institucional. Sepay explica: “Muchas veces se dice que la policía no puede hacerte requisas, pero las va a hacer igual. Entonces, ¿qué podés hacer? Es fundamental registrarlo”. Visibilizar la violencia, es la primera acción para reducirla.

Viaje a la inclusión

Viaje a la inclusión

La Línea 85, que une Quilmes con Ciudadela, impulsa una iniciativa para incorporar en el transporte señalización pictográfica para personas con trastornos del espectro autista.

Los Trastornos del Espectro Autista (TEA) son condiciones del desarrollo neurológico que, en distintos niveles, afectan la habilidad de interacción y comunicación social. Un informe de la Sociedad Argentina de Pediatría de 2022, estima que alrededor de 500 mil argentinos lo sufren en algún grado.

Para ellos, viajar en transporte público puede resultar una experiencia agotadora, con situaciones de tensión o malentendidos. A esto se suma que son personas sensibles incluso a los ruidos, la luz o a los olores.

Atentos a esta realidad, un grupo de trabajadores solidarios de la Línea 85, organizados en “La Banda de SAES”, llevan adelante una iniciativa con el objetivo de incorporar pictogramas en los colectivos, para que las personas con TEA puedan comprender el entorno que los rodea durante el viaje.

“Queremos que Argentina sea el primer país del mundo con su transporte señalizado al cien por cien”, expresa Alejandro Garro, gerente general de la empresa y líder del grupo solidario, entrevistado por ANCCOM.

La implementación de la señalización cognitiva comenzó en 2022, a partir de la campaña “Concientizar, un viaje a la reflexión”, que consiste en colocar flyers en los colectivos sobre donación de sangre y órganos, violencia de género, prevención de cáncer de mama y cultura de la paz; esto último porque la línea fue declarada Embajada de la Paz en 2021.

“Nosotros tenemos actividades solidarias como apadrinar comedores de aquí, de la Ribera. También a una escuela rural en Avellaneda, que es la única que hay en la zona sur, en la costa de Villa Domínico. Y realizamos diversos festejos como el del Día del Niño o exposiciones de colectivos”, cuenta Garro acerca del grupo.

Una de esas actividades realizadas por La Banda de SAES cuando se levantó el aislamiento por la pandemia, fue la presencia de Papá Noel en la cabecera de la empresa, en diciembre de 2021, para que los nenes reciban juguetes y puedan subirse a una unidad de la línea. Alejandro recuerda que se sorprendió al ver que los chicos, en vez de acercarse al volante, iban a los flyers de la campaña que estaban pegados.

“Llamo a Karina, que es la referente de Familias TEA Quilmes [N. de R.: uno de los grupos a los que invitan a eventos] y le pregunto: ‘¿Qué pasa con los nenes?’. Y dice que el flyer ‘es lo más parecido a un pictograma que hay, pero en Argentina estamos tan lejos’”.

Finalizado el evento, Garro rastreó más información hasta que llegó al Ayuntamiento de Aragón, en España, y descubrió que los pictogramas son un SAAC –Sistema Alternativo y Aumentativo de Comunicación– que busca compensar las dificultades de comunicación de algunas personas.

Tras contactarse con el Centro Aragonés para la Comunicación Aumentativa y Alternativa (ARASAAC), le mandaron 24 pictogramas: veinte de ellos para los colectivos y cuatro para las paradas. A su vez, la ONG Salidas inclusivas las adaptó a “la argentinidad” debido a las diferencias con el uso de algunos términos o dibujos con el país ibérico.

“El 1 de marzo del 2022, junto a Salidas Inclusivas y Familias TEA Quilmes, pusimos los pictogramas en los colectivos. Entre todos y junto a los nenes, los pegamos en el primero; y a partir de ahí hicimos otros 110, nuestros. Fue un antes y un después”, recuerda Garro, y agrega que no había antecedentes previos, al menos, en el continente: “Somos la primera línea de transporte público que tiene en su flota cien por cien señalizada, no existía otra”.

Poco tiempo después, otras cuatro líneas donde la empresa es socia y las administra, fueron sumadas a la iniciativa: 98, 275, 307 y 506 de La Plata. La primera lo hizo el mismo año que la 85, mientras que las otras tres se incorporaron el año pasado.

En palabras de Alejandro Garro, la señalización cognitiva se encuentra o va a estar presente en 63 líneas y 5400 colectivos, con el compromiso que todas ellas las tengan en su flota. “Todavía no llegamos porque también es un costo 20 pictogramas, por ahí hablamos de 18 o 20 mil para cada colectivo. En tiempos difíciles como lo son ahora para el transporte, a veces la prioridad es otra”, reflexiona.

Desde enero de 2023, la carrocera Todo Bus pega los pictogramas a todas las unidades que fabrican. También se pueden encontrar en corredores de otras ciudades como Santa Fe y Tucumán. Por otro lado, la Provincia de Buenos Aires busca aprobar un proyecto de ley para introducir su obligatoriedad en todas las unidades. Si bien no hubo avances, la Cámara de Diputados declaró su beneplácito por la iniciativa de La Banda de SAES.

Pero Garro destaca que el “golpe importante” fue cuando se sumó el Grupo DOTA: “Nuestra empresa tiene muy buena relación con su cabeza [N. de. R.: el principal dueño del holding], Ángel Faija. Vio la campaña, me pregunta de qué trataba, le cuento y me responde ‘bueno, vamos a hacerlo’. Hicimos una presentación en la terminal Puente La Noria, donde ahí guardan tres mil colectivos”.

La Municipalidad de Quilmes puso los pictogramas en sus paradas, mientras que Avellaneda y Lomas analizan sumarse a través de una ordenanza del Concejo Deliberante. “No se puede ir y pegar los pictogramas en las paradas porque si no te viene una infracción”, advierte Garro, en referencia a que está prohibido pegar carteles en la vía pública.

Con respecto a la respuesta del público a los pictogramas a bordo de las unidades, señala: “En Instagram tenemos mucha repercusión, muchos padres que nos escriben. Hemos mandado pictogramas a colegios, dimos charlas. Cada vez que nos invitan, vamos”.

Destaca la aceptación de los más chicos, así como también que recibe videos y dibujos que mandan los padres. “Hay nenes que ya somos amigos. En todos los eventos son los primeros en estar y hasta ellos cuentan sobre la señalización. Le pido a ellos que me hagan la campaña”, en alusión a que hablen con sus palabras sobre su importancia. “Nos ayudan a saber qué hacer dentro del colectivo. Son útiles para todos, es un derecho”, explica un chico que aparece en uno de los videos que muestra Garro.

Sin embargo, no todo es color de rosa, ya que hubo vandalismo de la señalética en algunas unidades e incluso casos de robo de aquellas que se encontraban pegadas en las paradas de Quilmes. “No sé si es por política o porque a la gente les llama la atención los dibujitos y se los lleva. No le encuentro un porqué. Es una cosa de locos”, se lamenta.

“Está todo hecho, necesitamos voluntad política para que salgan ordenanzas en municipios, una ley en la provincia o Nación; y el apoyo de empresas también. Es contagio, pero si saliera una norma, ya la empresa estaría más obligada. No digo que una línea que tiene 100 colectivos, que está haciendo un esfuerzo enorme, vaya a poner los pictogramas, pero por ahí que cada vez que se incorpora un cero kilómetro, que los tenga. Entonces, de a poquito, vos vas haciéndolo”, concluye.

El Gobierno continúa atacando a la salud mental

El Gobierno continúa atacando a la salud mental

El Centro 1 Hugo Rosarios, en Núñez, será cerrado según anunció el Ejecutivo nacional para lotear el terreno. El centro depende del gobierno porteño, pero el espacio es de Nación. Los trabajadores vienen convocaron a una asamblea para este miércoles a las 10.

Los trabajadores del Centro de Salud Mental N° 1 Dr. Hugo Rosarios están en estado de alerta y movilización porque el gobierno nacional quiere subastar el terreno donde funciona. Exigen una respuesta inmediata al Jefe de Gobierno porteño, Jorge Macri, que asegure la continuidad de los servicios. El 24 de octubre entró en vigencia el Decreto 950/2024 donde se ratificó, entre otros, el Decreto 952/2016 que autorizaba la enajenación del terreno ubicado en Manuela Pedraza 1558. Bajo la presidencia de Mauricio Macri el personal logró frenar el avance de los negociados privados sobre el predio, aunque en una especie de deja vu, el presente los obliga a volver a luchar por la salud pública, gratuita y de calidad. 

El Centro N° 1 funciona desde 1968 en el barrio de Núñez, aunque alberga gran parte de la demanda de atención de salud mental de toda la zona norte del Área Metropolitana de Buenos Aires. Más de mil pacientes por semana son atendidos de forma interdisciplinaria: allí trabajan psicólogos, psiquiatras, trabajadores sociales, nutricionistas, entre otros profesionales. También funcionan dos hospitales de día: uno para adultos, y “La Cigarra” destinada a niños con autismo y psicosis. “Los hospitales de día tienen la compleja estrategia de evitar la internación y fomentar la inclusión social de los pacientes”, sostuvo Marcela Giménez, terapista ocupacional y delegada de la Asociación de Trabajadores del Estado (ATE).

Ni quienes reciben atención en el Dr. Hugo Rosarios ni los empleados del hospital fueron avisados sobre la situación en la que se encuentran. “Si llegan a cerrar ahí ¿qué hacemos nosotros los pacientes? Con todo lo que vivimos, se la siguen agarrando con los que menos tenemos”, expresó con incertidumbre y angustia Ana Hlousek, paciente del Centro hace 13 años. No conformes con destruir la trama urbana e identitaria de la ciudad, ocho años después, intereses de unos pocos vuelven a insistir contra los puestos de trabajo y la integridad de los pacientes del Centro de Salud Mental N°1. 

El vocero presidencial Manuel Adorni, en un intento de justificar la subasta de inmuebles de la Agencia de Administración de Bienes del Estado (AABE) argumentó que están en desuso o mal uso y generan gasto. Sin embargo, Hlousek agregó que “el Centro funciona bárbaro, ahí me salvan la vida, es un lugar maravilloso”. La paciente, además, es pensionada, por lo que comentó que si no le entregaran la medicación que necesita para su estabilidad, no podría pagarla. En el centro también proveen fármacos de manera gratuita a quienes los requieren, otorgando más de 500 recetas por mes. 

“Es paradójico que en este momento donde se le da lugar a hablar de salud mental en el espacio público y mediático, haya una falta de políticas orientadas a achicar la brecha entre las personas que son atendidas, y quienes necesitan asistencia y nunca recibieron, casi el 70 por ciento”, explicó Giménez. El Centro N°1 Dr. Rosarios junto al Centro de Salud N° 3 Ameghino son los únicos dos centros de salud mental públicos de la Ciudad de Buenos Aires. 

Dentro del plan de lucha que definieron los trabajadores, convocan a toda la comunidad, pacientes y profesionales a acercarse a la asamblea abierta que se realizará el 6 de noviembre, este miércoles, desde las 10 de la mañana en Manuela Pedraza 1558. Buscan visibilizar el estado de alerta para que el gobierno de la Ciudad intervenga con Nación y lleguen a una resolución que proteja al Centro N° 1. “El equipo puede ser con los mejores profesionales, mucha vocación y amor, pero si no están las condiciones administrativas, presupuestarias y físicas no es posible y no condicen las palabras con los hechos” cerró Marcela Giménez. 

 

Los estudiantes reclaman un paro nacional

Los estudiantes reclaman un paro nacional

Columnas de estudiantes marcharon desde el Obelisco a Plaza de Mayo y a la CGT, para reclamar definiciones a la central obrera. La marcha se realizó siguiendo lo decidido en una asamblea el sábado pasado.

El movimiento estudiantil se movilizó este viernes a Plaza de Mayo y a la CGT desde el Obelisco. Fue una de las definiciones de la Asamblea Interfacultades del sábado pasado, para visualizar y mantener el plan de lucha por salarios dignos de docentes y no decentes, mayor presupuesto universitario, y exigir un paro nacional que acompañe la próxima marcha educativa convocada para el martes 12 de noviembre. Ante el reclamo, no apareció más que la policía y su protocolo antipiquete.

 A las cuatro de la tarde en la Ciudad de Buenos Aires el sol parecía picar contra la piel, pero el Obelisco cubría buena parte de su plaza con sombra. A esa hora comenzó el corte de las columnas estudiantiles que lograron cruzar la avenida 9 de Julio, pero apenas pusieron un pie en Sáenz Peña, aparecieron los exabruptos de coté de la policía de la Ciudad. “¡El achique, el achique!”, gritaba un oficial a los empujones. Al rato, las fuerzas se acomodaron y marcharon junto al movimiento estudiantil hacia la Casa Rosada. Pero su compañía no duró mucho más una vez que el ruidazo estaba fuera de vista de la Casa de Gobierno. Así, los estudiantes ganaban los adoquines de calle Balcarce.

 Después de varias cuadras y bocinazos molestos, el movimiento llegó a la CGT, en la esquina de Independencia y Azopardo, sobre las calles anchas pero nada transitadas de los límites de San Telmo con Puerto Madero. En medio de todo el griterío organizado, Miriam, de 73 años, se acerca exasperada a su columna: “¡Toqué timbre y no contestó nadie!”  

-¿Y vos por qué apoyás el movimiento estudiantil?

-Porque soy estudiante -respondió orgullosa.

Federico estudia en la Universidad Nacional de La Matanza, la misma en la que hace casi un mes el rectorado cerraba la reja de ingreso a los empujones, en conjunto con La Liga Federal, agrupación peronista que conduce el Centro de Estudiantes, para impedir la asamblea. Desde esa experiencia, le parece importante para el movimiento estudiantil haber consolidado la decisión de reclamar a la CGT un paro nacional para la próxima marcha educativa, el 12 de noviembre: “Necesitamos consolidar una unión obrero- estudiantil para pararle la mano al gobierno. Ataca a todos por igual”.

 

Igualmente -irrumpió Germán, estudiante de la Facultad de Sociales de la UBA yo no creo que este sea el movimiento estudiantil. Me encantaría decir lo contrario, pero acá veo más orgas, los independientes somos pocos, y si no hay sector independiente no es genuino. Si bien tiene el mismo valor porque son estudiantes, el participar dentro de agrupaciones te hace pelear por lo partidario, y las disputas se cegan, se disputan cosas de mas arriba, y creo que el independiente puede aportar más esa lucha específica del estudiante. Quiero poder estudiar, no me interesan tanto sus peleas internas. 

 

Mientras el sol se aleja de a poco, la concentración se disolvió, sin respuesta de la CGT. Sin embargo, el tamaño gigantesco de aquella puerta cerrada no intimidó al movimiento en cultivo. Hoy, estudiar parece ser un acto de rebeldía, y con más dudas que certezas, no hay negativa que detenga a los rebeldes en defensa de la universidad de los trabajadores. Y al que no le gusta, se jode, se jode.

 

Música por la universidad

Música por la universidad

La Orquesta Académica de la UNA organizó una protesta por recorte del presupuesto que realiza el Gobierno a las universidades. El reclamo tomó la melodía de una sinfonía frente a una multitud en Bartolomé Mitre y Callao.

“Vamos a hacer música académica, que algunos del Gobierno escuchan en un microcine, solos o acompañados, tomando un vinito. Hay que hacerles acordar que lo que consumen sale de acá, que esto que nosotros hacemos es lo que después sale en las orquestas profesionales”, dice frente a una multitud Fernando Albinarrate —pelo corto y canoso, camisa negra elegante, pantalón negro más elegante aún y zapatillas deportivas— con micrófono en mano. Él es profesor y director de la Orquesta Académica, que está conformada por estudiantes, graduados y docentes del Departamento de Artes Musicales y Sonoras de la Universidad Nacional de las Artes (UNA). En un rato Albinarrate dirá a esta agencia que “queremos mostrar lo que hacemos frente a insultos, agravios y miradas negativas de lo que es la educación pública. Si hay que auditar a la universidad, auditenlá. La UNA vive auditada y no tenemos nada que ocultar. Dicen que somos fantasmas o una manga de chorros porque lo que quieren es desfinanciarla. Necesitamos pagar la luz, tener sueldos más dignos, necesitamos cubrir los gastos”. 

“No se entiende cómo la cultura y la educación pública no se consideran el mayor capital espiritual del país. El verdadero capital está en nuestras almas”, dice ahora Albinarrate, que está hablando desde las escalinatas de la sede del Departamento de Crítica de Artes de la UNA, en Bartolomé Mitre al 1800, donde también se suelen realizar algunas actividades de música. Más adelante Sergio Ramos, el director del Área Transdepartamental de Crítica de Artes, comentará a ANCCOM que invitó a la Orquesta Académica perteneciente al Departamento de Artes Musicales y Sonoras a tocar a esta sede porque “esta situación que estamos viviendo es un momento para fortalecerse como comunidad. Es un conflicto que va a ser muy largo y sólo en la unión vamos a poder sostener otro modelo de país que no sea el de la despersonalización y el odio”. 

En las rejas verdes que rodean la entrada de la sucursal hay un montón de carteles pegados que reclaman fondos para la universidad y que proclaman la defensa de la educación pública. Y más arriba, en el frente de la sede, debajo de la primera hilera de ventanas, hay una bandera negra gigante que cuelga y dice: “Sin salarios dignos no hay universidad pública de calidad”. La jornada busca visibilizar que el Departamento de Artes Musicales y Sonoras de la UNA es un lugar en el que personas de cualquier parte del país vienen a estudiar música académica de manera gratuita y que muchos de los grandes músicos argentinos se formaron en la institución, como Mariana Rosas, que ahora dirige el coro de la Sinfónica de Londres. 

En la vereda donde está parado el director de la orquesta hay una multitud de personas conformada por estudiantes de otras carreras y por ciudadanos de a pie que se quisieron sumar. A ellos se dirige Albinarrate cuando dice que “les pedimos a los que trajeron cacerolitas que nos acompañen, es una manera de mostrar que esto que hacemos es música. Sin arte no vamos a ningún lado, este cultivo nos da sentido a todos”. Dicho eso, la Orquesta Académica empieza a tocar en plena vereda porteña, a muy pocos pasos de los autos y colectivos que pasan lento, la obra “Rondó de la Sinfonía 104” del compositor austríaco Joseph Haydn. Un rato antes Albinarrate había explicado que “Haydn vivió en el Siglo de las Luces, en el momento en que la democracia y la república empezaron a surgir en todas las comunidades, así como la idea de libertad, pero no de ‘Libertad, carajo’ sino de libertad en serio, de igualdad, de fraternidad, de justicia social, de respeto hacia el otro”. 

Ahora la Orquesta Académica empieza a tocar el Himno Nacional. Las personas que hasta hace un rato estaban atentas, mirando y escuchando a los músicos, ahora los acompañan entonando cada una de las estrofas  y golpeando algunas cacerolas. “Toque bocina si defiende a la universidad pública”, dice el cartel que sostiene un señor entrado en años. “No hay gas pimienta que pueda tapar el hambre”, dice ese otro cartel que sostiene una chica joven. En determinado momento, Albinarrate deja de dirigir a la orquesta y lo reemplaza un recién graduado, pelo negro y largo atado con una colita, remera negra, pantalón negro y también zapatillas deportivas, como el director veterano. 

Media hora antes la Orquesta Académica había ensayado en el subsuelo de la sede. “Miren la cara de bueno que tiene. Mirenló, si lo miran a él va a salir”, había pedido Albinarrate a la orquesta. Se refería a que los músicos confiaran en el recién graduado tanto como en él, que los iba a guiar como todo un profesional. “Vamos a hacerlo más enérgico, así la gente no se nos cae”, había pedido el recién graduado, con una sonrisa y una voz que transmitía serenidad y liderazgo. El pedido había surtido efecto en la orquesta, que ahora tocaba el himno como escapando del diablo, a una velocidad y con un ímpetu que no había aparecido antes. 

Ahora, en la vereda, mientras la Orquesta Académica despliega toda su expertiz, el recién graduado se corre de la dirección y le deja el lugar a Esteban Lorenzón, estudiante de la carrera de Dirección Orquestal y de Guitarra. Unos minutos antes Lorenzón —pelo negro y corto, camisa verde, aspecto distinto a los otros dos— había dado una breve explicación a los transeúntes que tenían cacerolas sobre cómo podían acompañar a la orquesta, de qué manera podían hacer percusión para aportar un sonido tanto en la obra de Haydn como en el himno nacional. 

Una vez finalizada la jornada, el estudiante cuenta a ANCCOM que es oriundo de Vera y Pintado, provincia de Santa Fe, y que después se fue a vivir a Salta, donde durmió seis meses en carpa por no tener casa. Ahora vive en Buenos Aires, donde estudia. “A mí, que soy del interior, la universidad me hizo creer que estudiar Dirección de Orquesta es posible y, además, que es posible hacerlo gratis en una de las universidades más importantes de América Latina”, dice. ¿Y qué balance hacés del encuentro de hoy? “Tocar al aire libre es hacer democrático el lujo de escuchar a una orquesta sinfónica. Hoy demostramos que esto se estudia, que es muy difícil y que juntos logramos cosas hermosas como lo de hoy”, concluye Lorenzón.