“Sin residentes, no hay salud pública”

“Sin residentes, no hay salud pública”

Residentes del Garrahan y otros hospitales públicos rechazan la decisión oficial de convertirlos en becarios y reclaman la apertura urgente de nuevas instancias de diálogo.

Residentes del Garrahan, junto a sus pares de otros hospitales, encabezaron este jueves un acto en Plaza de Mayo para denunciar la precarización laboral que implica el nuevo régimen que implementó el Ministerio de Salud de la Nación.

«Pretende transformar lo que hasta ahora era un régimen formativo en servicio, remunerado y con derechos reconocidos, en un esquema de becas sin vínculo laboral claro, sin aportes y con importantes recortes en licencias, descansos y condiciones de trabajo», criticaron desde la Asamblea de Nación a través del comunicado leído en el acto.

Tras la tradicional marcha de Madres de Plaza de Mayo, y a pesar del frío, los primeros profesionales de la salud, además de agrupaciones de izquierda, comenzaron a llegar pasadas las 16 bajo la consigna “sin sistema de residencias, no hay salud pública”.

 

Pasadas las 17, hora anunciada para la conferencia de prensa de la Asamblea del Hospital Garrahan, se procedió a leer el comunicado, en el que apuntaron contra el gobierno nacional. Exigieron la derogación de la Resolución 2109/2025 y la apertura urgente de nuevas instancias de diálogo.

Resaltaron la importancia de las residencias hospitalarias como espacios de capacitación y especialización destinados a egresados de carreras como medicina, enfermería, psicología, bioquímica, entre otras, en el marco de trabajo asistencial académico supervisada por profesionales con años de experiencia.

Además, enfatizaron que este modelo, que rige Argentina desde hace más de 30 años y se ha ido perfeccionando a través del tiempo, «ha garantizado personal altamente capacitado en cada rincón del sistema» y que la nueva normativa «desmantela sus bases fundamentales».

La secretaria general de la Asociación de profesionales y Técnicos, Norma Lezana, en diálogo con ANCCOM, remarcó que fue una “decisión completamente unilateral del ministro de Salud Mario Lugones”: «Es el COFESA, Consejo Federal de Salud, el que regula las residencias desde hace mucho tiempo en nuestro país». Además, comentó que están llevando adelante un recurso de amparo y seguirán adelante con la lucha.

La Asamblea de Residentes y Concurrentes de Capital Federal busca realizar una marcha de velas en solidaridad con el Garrahan el próximo jueves 10 de julio, día en que se realizará un paro en el hospital pediátrico.

También está prevista la realización de otra medida de fuerza de 24 horas el próximo 17 de julio, que incluirá una movilización, a partir de las 16, desde el Congreso a Plaza de Mayo, junto a otros sectores.

 

De sueldo formal a beca

Desde el Ministerio de Salud de la Nación, a través de redes sociales, aseguraron que ahora los residentes, quienes se encuentran en su último tramo de formación profesional, tendrán mayor libertad para elegir cómo realizarlo “después de una década de parches improvisados”, a través de la implementación de dos nuevas becas: Institución y Nación; las cuales reemplazan a la vieja modalidad de contrato laboral con sueldo formal.

Sin embargo, los afectados por la decisión, que por hora cobran 3 mil pesos y podrían pasar a cobrar de 2200 a 3200 según la beca, cuestionaron el cambio y aseguraron que, con el nuevo régimen, no podrán acceder a vacaciones, aguinaldo, aportes jubilatorios, ni posguardias (descanso luego de turnos de 24 horas); y que además los obligan a estar más horas trabajando en el establecimiento de salud: pasarán de 70 a 93.

«Lo único que hicieron fue desviar el problema, que ahora la solución la va a tener que dar el hospital, que no tiene recursos. Elegir entre dos vías de precarización, trabajar en negro para alguien que estudió años en una Universidad, no es válido para ninguna carrera ni para ninguna profesión, pero la verdad es que notamos un desprestigio absoluto continuo ante nuestros reclamos», dijo Belén Mansilla, del Garrahan ante los medios tras una pregunta realizada por ANCCOM.

Por su parte, Norma Lezana expresó: «Libertad sin derechos, no es libertad. Es como si fuera también una reforma laboral encubierta. Uno sabe que esos descuentos son los que le garantizan una jubilación, aguinaldo, vacaciones pagas… Cosa que si no tenés esos aportes, no hay garantías en el trabajo; deja de ser remuneración y pasa a ser un estipendio».

Esto es visto como un duro golpe para quienes optan en continuar con su formación para ser especialistas por el exceso de carga laboral. «Si prestas atención a la letra chica tenemos muchas más obligaciones, seguimos sosteniendo las mismas que teníamos, sumando algunas otras y restando derechos. Golpea muy duro el hecho de que sean arrebatados de esta manera tan cruel», opinó Karen Godoy, de primer grado en enfermería en cuidados críticos pediátricos.

Mientras tanto, en la ciudad de Buenos Aires hay incertidumbre ante la posibilidad de que el Gobierno porteño adhiera a la modificación implementada por Nación, algo que pone en alerta la Asamblea de Residentes y Concurrentes de Capital Federal.

Franco Capone, residente de medicina general del Hospital Penna en el CeSAC 35 e integrante de la mencionada asamblea, expresó: «Lo vemos con una preocupación muy grande, porque si pasa en Nación, ¿Por qué no lo van a hacer en Capital? Por eso hicimos una movilización de mil personas, de Callao y Corrientes al Ministerio de Salud, hoy por la mañana (por ayer)».

Por su parte, Norma Lezana expresó: «Libertad sin derechos, no es libertad. Es como si fuera también una reforma laboral encubierta. Uno sabe que esos descuentos son los que le garantizan una jubilación, aguinaldo, vacaciones pagas… Cosa que si no tenés esos aportes, no hay garantías en el trabajo; deja de ser remuneración y pasa a ser un estipendio».

Esto es visto como un duro golpe para quienes optan en continuar con su formación para ser especialistas por el exceso de carga laboral. «Si prestas atención a la letra chica tenemos muchas más obligaciones, seguimos sosteniendo las mismas que teníamos, sumando algunas otras y restando derechos. Golpea muy duro el hecho de que sean arrebatados de esta manera tan cruel», opinó Karen Godoy, de primer grado en enfermería en cuidados críticos pediátricos.

Mientras tanto, en la ciudad de Buenos Aires hay incertidumbre ante la posibilidad de que el Gobierno porteño adhiera a la modificación implementada por Nación, algo que pone en alerta la Asamblea de Residentes y Concurrentes de Capital Federal.

Franco Capone, residente de medicina general del Hospital Penna en el CeSAC 35 e integrante de la mencionada asamblea, expresó: «Lo vemos con una preocupación muy grande, porque si pasa en Nación, ¿Por qué no lo van a hacer en Capital? Por eso hicimos una movilización de mil personas, de Callao y Corrientes al Ministerio de Salud, hoy por la mañana (por ayer)».

La situación actual

Se viven momentos de angustia ante la situación, que se da en medio de una crisis sanitaria y un avance a un ajuste laboral en la salud pública nacional, con consecuencias en todo el personal.

«Estamos muy preocupados porque una flexibilización de transformar nuestro trabajo con posibilidad de despidos sin un contrato laboral acorde, sin antigüedad, ni recibo de sueldo para presentar en un alquiler o incluso en préstamo; nos va a llevar a que menos médicos quieran elegir el sistema de residencias y que menos médicos quieran ser especialistas», comentó Julián de Luca, residente tercer año de pediatría y neonatología.

Entre las consecuencias por tener salarios bajos, se encuentran el no poder llegar a fin de mes con su salario y tener que recurrir a ayuda familiar. «Yo personalmente recibo ayuda de mis padres, sino me puedo sostener. ¿Cómo podés pagar un alquiler, que hoy están caros en la Capital Federal? Acá los alquileres son elevadísimos», manifestó el joven.

Clara, quien se encuentra en el cuarto año también en el Garrahan, dijo: «Tuve que rescindir el alquiler porque no lo podía pagar más y volver a la casa de mis padres. Tengo 30 años, alrededor de 12 años de formación, una matrícula que me habilita ejercer la medicina y esa es mi situación económica».

A su vez, aclaró que hay algunos que tienen pocas posibilidades para recurrir a otros trabajos complementaros debido a la carga laboral: «No tenemos opciones reales de suplementar un sueldo de la precarización que les venimos comentando. Además, nuestro contrato tiene un carácter de exclusividad, así que no estamos habilitados en realidad para trabajar por fuera de esto».

Mientras tanto, deben sostener la atención de los pacientes y, a su vez, continuar capacitándose para ser especialistas de cara a futuros empleos laborales, lo cual le agrega una mayor carga horaria por fuera del horario de trabajo.

«Vos llegás a tu casa y todos los días tenés que hacer algo: preparar una clase, un proyecto de investigación, una disertación, lo que sea. Nunca dejás de estar ahí, sino que tu mente está 24/7 adentro del hospital», observó la enfermera Godoy.

Quienes ingresan, deben primero ser evaluados antes de estar en contacto con los pacientes, en el marco de la capacitación. En sus palabras: «El primer mes estuvimos haciendo cálculos de medicaciones para poder recién ahí decir que estamos aptas para tocar un medicamento para un niño».

 

El Bonaparte

Residentes del Hospital Nacional Laura Bonaparte de salud, establecimiento que viene desde octubre de 2024 con un intento de cierre y el despido de casi un tercio de la planta, estuvieron también presentes para acompañar a sus pares del Garrahan, mientras ellos no vieron nuevos ingresos en el último tiempo.

«No nos dieron cupos para que ingresen residentes nuevos, sino que cerraron puestos de Jefatura de varias disciplinas de nuestra residencia, en el último tiempo nos estuvieron rechazando los títulos de la especialidad, o sea que estamos terminando la residencia y no nos dan los títulos de especialista», expresó.

Consultado sobre los efectos de las medidas tomadas por Nación, respondió a ANCCOM: «Esto de cambiar de ser un empleado del Ministerio de Salud a pasar a ser un becario, significa un recorte y una precarización laboral que estuvo circulando todos estos días o desde en realidad hace muy poquitas horas».

Por el momento, a pesar de promesas de que no les modificarán el régimen vigente, se mantienen en alerta ya que el mismo estaba en base a una reglamentación que fue derogada y reemplazada, por lo que deberán ser cuidadosos ante una noticia muy reciente en la que no se encuentran todavía interiorizados de las consecuencias.

Hipócrates estaría orgulloso

Hipócrates estaría orgulloso

¿Me regalás una hora? es una asociación de médicos y enfermeros voluntarios que atienden a personas vulnerables y en situación de calle. Crónica de una jornada en las escalinatas de la Catedral Metropolitana.

La temperatura en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires a las 19:40 marcaba 4.6°, y la Catedral Metropolitana era iluminada por dos focos de una luz amarilla y los focos blancos que cruzaban la calle de la histórica Plaza de Mayo. Había gente en las escalinatas con frazadas y unas ollas que brindaban un recipiente con comida caliente a los presentes. A un costado, otro grupo de personas con chalecos blancos que en su espalda llevan escrita una pregunta: ¿Me regalás una hora? Adriana Arancibia, licenciada en Enfermería y referente de las atenciones que se brindan en Plaza de Mayo y Barracas, dio por comenzada la recorrida cuando dijo: “Hoy no va a haber colectivo sanitario, vamos a hacerla como lo hacíamos en los inicios, en la calle”. Se colocó su chaleco y con uno de los voluntarios fue en búsqueda de gente que necesitara atención médica. Los demás se colocaron barbijos y guantes, armaron dos mesas y alrededor de ella colocaron pequeñas banquetas de plástico. Bajaron de un auto tres recipientes con cajas de medicamentos y otros rellenaban planillas con la iluminación de las linternas de sus celulares. En un transcurso de veinte minutos llegaron las personas que necesitaban de atención médica, familias de hasta cuatro integrantes con niños y adolescentes, jóvenes que no pasaban los treinta años y adultos de la tercera edad. Mientras uno de los voluntarios los agrupaba por filas, las doctoras dialogaban con ellos, los revisaban y rellenaban planillas en caso de tener que recetar algún medicamento.

¿Me Regalás Una Hora? es una Asociación Civil integrada por profesionales de la salud y no profesionales voluntarios, que brindan atención médica gratuita a personas en situación de calle y vulnerabilidad social. Hacen puntos de encuentro en distintas calles de Capital Federal; el Gran Buenos Aires o en lugares físicos como iglesias, comedores o clubes de barrio. También están en Chaco, Corrientes y Formosa.

“¿Y PAMI dónde está?”, dijo un jubilado y sonrió irónicamente; luego se sentó en una banqueta y le contó a la médica que sentía dolor en su pie derecho. Lo tenía hinchado y apenas podía caminar. Pero no solo eso, también quería ser escuchado por alguien, conocía a los miembros de la Asociación. Al retirarse, abrazó a muchos de ellos y les agradeció la atención: “Con esto tiro un par de días”, dijo. Pero las voluntarias fueron insistentes en que tenía que acercarse a un centro de salud para que el tratamiento sea continuo y los dolores en algún momento desistan.

“Muchos tienen problemas respiratorios, entonces ya nos conocen, nos piden medicación de las que ya saben que le damos –contó a ANCCOM Arancibia–. Eso es lo que nos diferencia de otras ONG, nosotros no hacemos solo atención incidental sino que los pacientes tienen un tratamiento y tratamos que tenga continuidad”.

Todo comenzó en el 2014 cuando Mariano Masciocchi, presidente de la ONG y médico cardiólogo, montó un consultorio y brindó atención médica gratuita en la parroquia San Carlos Borromeo en el barrio de Almagro. Luego de dos años de estar haciéndolo solo, el cardiólogo publicó un aviso en la red social Facebook que se hizo viral: “Si conocés a alguien que no tenga cobertura médica, que esté en una mala situación y necesite atención médica gratuita y medicamentos, contale que desde hace dos años atiendo los sábados desde las 10 en un consultorio gratuito a la comunidad». Y logró sumar 150 voluntarios en diferentes zonas del país que hoy en día colaboran con la causa.

La temperatura continuaba en baja: para las 21 el Servicio Meteorológico Nacional marcaba 2.4º. Los voluntarios estaban extenuados, en tan solo una hora y media atendieron a veinte pacientes. Masciocchi contó cómo culminó esta jornada para él: “La verdad que contentos, cumplimos nuestro objetivo y trabajamos un montón con este frío. Muchos problemas respiratorios, gente con dolor y angustia. Acabamos de ver cuadros más allá de una gripe; por ejemplo, atendí a un chico que tiene una otitis supurada, significa que sale el pus del oído directamente, es decir, eso es algo grave”.

“Imaginate estar en una plaza, sin equipo para realizar un electro o radiografías y teniendo que hacer diagnóstico –explicó–. Sin embargo, lo importante es que formemos también nuevas generaciones de médicos que aprendan a pensar distinto, que son los que nos van a atender a nosotros en el futuro. Lo hacemos con el objetivo de descomprimir estas necesidades”.

Necesitamos un móvil propio o un lugar propio –explicó–. No tenemos donantes o sponsors, nosotros nos manejamos en forma gratuita y solidaria, nunca hemos cobrado nada, ni nos hemos llevado nada. Salvo, obviamente, la alegría y el corazón pleno de haber hecho lo que creemos que está bien”, dice Masciocchi..

Carolina Guaman, médica residente en cardiología, contó lo que es para ella ¿Me Regalás Una Hora?: “Es dar una pequeña parte de mí a las personas que más necesitan. Y qué mejor forma que hacerlo acá. Darle un pequeño minuto a las personas que no pueden acudir a un centro médico o no tienen prepaga. Dar un pequeño apoyo de nuestra parte siento que suma mucho”. Por otro lado, cuando fue consultada por las patologías que se repitieron a lo largo de la noche sostuvo que por motivo del invierno, se encontró con cuadros de neumonía o afecciones respiratorias.

Arancibia, por su parte, asegura que las patologías que se atienden dependen mucho de la época, y que generalmente notó muchas personas con traumatismos y dolor corporal: “Siempre digo que tenemos una máquina expendedora de analgésicos porque realmente hay gente que está con mucho sufrimiento, aparte del emocional. Hoy atendimos muchas afecciones respiratorias y traumatológicas”. 

Por último, Masciocchi enfatizó en la importancia de que más profesionales de la salud se sumen a ¿Me regalás una hora?, entre otras cosas para poder hacer seguimientos de los tratamientos de pacientes con enfermedades crónicas. “Necesitamos un móvil propio o un lugar propio –explicó–. No tenemos donantes o sponsors, nosotros nos manejamos en forma gratuita y solidaria, nunca hemos cobrado nada, ni nos hemos llevado nada. Salvo, obviamente, la alegría y el corazón pleno de haber hecho lo que creemos que está bien”.

 

 

 

Puntos de atención

 

Plaza Miserere Juana Azurduy en Avenida Rivadavia y Avenida Pueyrredón.

San Pedro Armengol en Coronel Burela 31, Gerli, Lanús.

Plaza Barrancas de Belgrano en Zabalía 2038, CABA.

Villa Soldati – Nuestra Señora de Fátima en Mariano Acosta 2920, CABA.

Santuario de San Expedito en Bartolomé Mitre 2350, CABA.

Plaza de Mayo en Avenida Rivadavia 500, CABA.

Sagrado Corazón – Barracas en Avenida Vélez Sarsfield 1351, CABA.

Catedral Anglicana San Juan Bautista en 25 de mayo 282, CABA.

Soja sana y poblaciones enfermas

Soja sana y poblaciones enfermas

En los pueblos rociados con glifosato, 7 de cada 1000 personas tiene diagnóstico de cáncer y 50% de los chicos necesitan usar broncodilatadores, asegura Medardo Ávila Vázquez, médico neonatólogo y coordinador de la Red de Médicos de Pueblos Fumigados. Los casos de Ituzaingó y Monte Maíz, en Córdoba.

La soja es fundamental en nuestro modelo productivo, su siembra se realiza con semillas transgénicas resistentes a varios químicos, entre ellos el glifosato, desde 1996. Estos componentes lo que hacen es matar a otras plantas que le compiten, como las malezas, funcionando así como un herbicida. Pero el beneficio para la producción agrícola tiene su contracara en las poblaciones cercanas, conocidas como “pueblos fumigados”. En ellos, 7 de cada 1000 personas tiene diagnóstico de cáncer en un año y 50% de los chicos necesitan usar broncodilatadores, asegura Medardo Ávila Vázquez, médico neonatólogo y coordinador de la Red de Médicos de Pueblos Fumigados, desde la provincia de Córdoba.

            Sofía Gatica, una de las fundadoras de las Madres de Ituzaingó, barrio anexo a la ciudad de Córdoba, en diálogo con ANCCOM relata: “Yo veía pasar mujeres con pañuelos en la cabeza y muchos niños con barbijo, las madres tenían cáncer y los niños diabetes”. Ese fue el puntapié inicial para comenzar a investigar lo que sucedía en la zona, golpeando casa por casa, así logró formar lo que denominó “un “mapa de la muerte”. Presentaron este documento en varios ministerios: en el de Salud, el de Medio Ambiente y el de Agricultura, pero el gobierno se negó a investigar. “Cajoneó nuestra nota hasta que llamamos a los medios, salimos a la calle a decir que teníamos cáncer”, recuerda Gatica y explica: “Nos dimos cuenta que el agua que nosotros consumimos tenía agroquímicos”. Los químicos presentes son endosulfán, DDT, malatio, y glifosato.

            Ávila Vázquez, explica sobre los problemas en las infancias y en el desarrollo neuronal: “Si la madre vive en zonas donde fumigan con glifosato y clorpirifos, hay un riesgo muy alto de que los chicos tengan problemas de defensa intelectual”, ya  que las neuronas en presencia de estas sustancias no se ramifican y no se intercomunican, pierden su  capacidad de funcionamiento. “Las ramas neuronales –complementa- son fundamentales para desarrollar nuestra capacidad subjetiva, sensorial e inteligencia”, agrega. En este sentido, la Agencia Internacional de Investigación del Cáncer de la Organización Mundial de la Salud ha reconocido en el 2015 que los herbicidas más utilizados en el mundo (el glifosato y 2.4D) son cancerígenos. Sobre esta misma línea Alejandra Paganelli, doctora de la Universidad de Buenos Aires en el área Biología Molecular, ha demostrado en sus investigaciones que el glifosato afecta el desarrollo embrionario produciendo malformaciones.

Los médicos de estas localidades han tenido reiteradss acciones de protesta contra este modelo, algo que muchas veces les ha traído problemas. Ávila Vázquez, quien se involucró en el estudio exhaustivo de los efectos de los agroquímicos en la salud de los niños, después de conocer la problemática de las fumigaciones hechas públicas por las Madres de Ituzaingó, contó que los productores los odian y los persiguen, además del apriete a los intendentes para que no hagan respetar las ordenanzas que las organizaciones lograron para que no se fumigue cerca de los pueblos. El médico aclara que la industria química sigue mintiendo, dicen que los agrotóxicos no son tóxicos y que el glifosato no hace nada, “es una mentira absoluta”, afirma.

            Es fundamental entender el peso del agronegocio en la economía nacional. Gatica explica: “Fijate que, tanto los gobiernos anteriores, como el de Macri, como éste, presionan a las empresas para que vendan la soja, para que hagan esto. Todo depende de la soja de estos señores”. Eso lleva a que las restricciones en muchas ocasiones no se respeten, nuestro país impone distancias de hasta 1000 metros con áreas de resguardo ambiental. Gatica, declara que pese a la existencia de estas regulaciones, muchas veces no se respetan, porque no hay quien haga el control. 

            Según Ávila Vázquez, docente e investigador de la Facultad de Ciencias Médicas de Córdoba, en la actualidad se usan más de 600 millones de litros de agrotóxicos por año, lo que implica una exposición por argentino de 15 litros por persona. Por otro lado, informa que las aplicaciones de estos químicos son bastante incontrolables, solamente el 20% de los que ellos tiran queda en el campo, el 80% se va al ambiente, terminando así en los cursos de agua.

            En este sentido, Ávila Vázquez junto a Flavia Difilippo, en su investigación explican que el intenso uso de agrotóxicos contamina los cursos de agua, el de lluvia, la tierra y el aire del ambiente agrícola, genera exposición ambiental y laboral a pesticidas, y también genera que los alimentos presenten residuos de estos cada vez más elevados, es así como la soja argentina que se exporta como poroto de soja lleva residuos de glifosato, muy superiores al límite permitido y paralelamente, las verduras que se consumen en la ciudades argentinas contienen cantidades preocupantes del agrotóxico.

            La alternativa posible es la agroecología y la adopción de programas de reducción de agrotóxicos similares a los que se usan en Francia, Bélgica y Dinamarca, asegura Ávila Vázquez: “Con asesoramiento del INTA, con asesoramiento de las facultades de Agronomía, con créditos y sobre todo con el estímulo de las retenciones, nosotros podríamos ir bajándole las retenciones a los productores que usen menos o no usen agrotóxicos, como lo han hecho Francia y Bélgica. No lo ha hecho prohibiéndolo, sino induciendo a los productores a cambiar el modo de producción”.             

            En 2016, la Red de Prevención de Monte Maíz, en el sudeste de la provincia de Córdoba, y el Municipio de esa localidad le solicitaron a miembros de la Red de Médicos de Pueblos Fumigados en la Facultad de Ciencias Medicas de la Universidad Nacional de Córdoba (UNC) un análisis socio-ambiental de la población. Allí se hizo un estudio ecológico observacional para verificar la contaminación con un análisis geográfico, químico y epidemiológico tranversal de prevalencia de enfermedades. Monte Maíz tiene 8.000 habitantes, allí se encontraron con 35 vecinos recientemente enfermos de cáncer. Según la OMS la población evaluada debería tener 11 casos. La tasa de mortalidad es de 38% debido a cáncer o tumores, mientras que las cifras de Buenos Aires no superan el 20%, ciudad de referencia. Se encontraron además que los casos de vecinos con enfermedades respiratorias obstructivas tipo asma, hipotiroidismo, lupus erimatosa se encuentran duplicando o triplicando las tasas de prevalencia en poblaciones de referencia a nivel provincial o internacional.

            Hace años se divulgan diversas publicaciones sobre las consecuencias de la exposición a estas sustancias en los seres humanos; sin embargo, las instituciones gubernamentales siguen aceptando solamente los estudios que le proporcionan las mismas empresas. Mientras tanto, en los pueblos fumigados, el 50% de las personas que se muere en un año, lo hace a causa del cáncer.

            En el 2019, Chubut se convirtió en la primera provincia del país en prohibir en todo su territorio el herbicida glifosato, y la provincia de Misiones quiso seguir este mismo camino, prohibiendo en 2023 este mismo químico en su territorio, su aplicación comenzaría a regir a partir de este año. Sin embargo, en 2024 se decidió postergar la implementación de la ley hasta el 2030. La Sociedad Rural presentó muchas resistencias en este último caso tachando la ley de inconstitucional. Hace una semana, la Corte Suprema de la provincia de Santa Fe confirmó que los agrotóxicos producen daño a la salud y fijó los mil metros a la redonda de las poblaciones como límites a las fumigaciones. Un paso para que la producción agrícola sea más amigable con sus habitantes.

El Gobierno despidió 110 trabajadores del Hospital Posadas

El Gobierno despidió 110 trabajadores del Hospital Posadas

A través de un comunicado difundido por redes sociales, el Ministerio de Salud echó a 110 trabajadores del Hospital Posadas. Sindicatos y profesionales denunciaron la sangría de la salud pública: “Están vaciando el sistema sanitario para privatizarlo”, advirtió Rodolfo Aguiar, secretario general de ATE.

El Gobierno nacional despidió a 110 trabajadores del Hospital Posadas, el principal centro de salud pública de alta complejidad del país. La medida fue comunicada por el Ministerio de Salud a través de las redes sociales, bajo el argumento de “injustificadas inasistencias laborales”. La noticia generó un inmediato rechazo por parte de sindicatos, profesionales y agrupaciones, que denuncian un nuevo capítulo en el vaciamiento del sistema sanitario público. En respuesta, durante la mañana de este viernes realizó una asamblea en el hall central del hospital.

Desde el Ejecutivo, los despidos fueron presentados como parte de una política de “ordenamiento del Estado”. “No hay lugar para ñoquis ni acomodos”, afirmó el Ministerio de Salud en un comunicado, en el que también anunció el descuento salarial a quienes participaron de medidas de fuerza en apoyo al Hospital Garrahan.

La secretaria general de la Asociación de Profesionales y Técnicos (APyT), Norma Lezana, cuestionó el comunicado del Ministerio de Salud que anuncia despidos en el Hospital Posadas y descuentos por los días de paro en el Hospital Garrahan: “Otra vez, el comunicado no tiene firma. Simplemente dice ‘Ministerio de Salud’ y responde al giro autoritario que vienen aplicando las autoridades del hospital, sin mostrar ninguna voluntad de resolver el conflicto”.

Además, señaló que el Gobierno desconoce un conflicto legítimo: “La asfixia salarial que están imponiendo a los trabajadores y trabajadoras afecta directamente el derecho a la salud de niños, niñas y adolescentes. Por eso estamos apelando a la justicia y preparando amparos, frente al abandono y la desatención del Estado en lo que es su obligación: garantizar el derecho a la salud de la población y un salario digno para quienes la sostienen. Son derechos constitucionales”.

Por su parte, Rodolfo Aguiar, secretario general de ATE, afirmó que los despidos son una represalia contra quienes exigen salarios dignos y mejores condiciones laborales: “Están vaciando el sistema sanitario para privatizarlo. Quienes dirigen Salud son dueños de clínicas privadas. La plata que dejan de poner en los hospitales se la llevan ellos”, advirtió en diálogo con este medio.

Desde la Asociación Sindical de Profesionales de la Salud de la Provincia de Buenos Aires – Hospital Posadas, denunciaron que ya pasaron cuatro direcciones sin respuestas estructurales y que aún no se ha confirmado la designación de un nuevo director. En ese marco, llamaron a los pacientes y a la sociedad en su conjunto a respaldar el trabajo cotidiano del hospital: “Son testigos del trabajo que se lleva adelante día a día en un hospital donde se resuelven miles de consultas, estudios diagnósticos y cientos de internaciones los siete días de la semana”, señalaron en el comunicado.

Los 110 despidos en el Posadas se suman a los más de 120 ejecutados durante 2023 y a los 50 ocurridos en mayo de este año. La política de achicamiento del Estado no se detiene y genera rechazo en distintos sectores del sistema de salud.

Desde la Asamblea de Residentes también se expresaron en contra: “Cada trabajador y trabajadora cumple un rol esencial en el sostenimiento de la salud pública. Estos recortes profundizan el deterioro de las condiciones laborales y sobrecargan aún más al personal”.

Y cuestionaron el anuncio del bono por parte del Gobierno: “Representa un alivio transitorio, pero no resuelve el problema de fondo: el déficit presupuestario del sistema de salud. Reclamamos una recomposición salarial justa, sostenida y sin exclusiones, que no implique recortes en otras áreas ni fragmentación del equipo”.

Para los gremios, el caso del Posadas no es un hecho aislado. Denuncian una estrategia sistemática de ataque a la salud pública que también se manifestó en el reciente conflicto del Hospital Garrahan, donde —según advierten— se difundieron mentiras para desprestigiar la lucha de los trabajadores, y en el intento frustrado de cerrar el Hospital Bonaparte. Los despidos en el Posadas se conocieron inmediatamente después de la masiva jornada nacional de lucha en defensa del Garrahan y la salud pública.

Frente a esta avanzada, María Fernanda Boriotti, presidenta de la Federación Sindical de Profesionales de la Salud (FeSProSa), advirtió que el Gobierno “no debe confundirse”, y recordó que los derechos de huelga, asociación y acción sindical están protegidos por la Constitución Nacional y tratados internacionales. “Ningún decreto de necesidad y urgencia puede estar por encima de esos derechos”, subrayó.

Una médica del Hospital Posadas, que prefirió no dar su nombre, expresó a ANCCOM: “Acá trabajamos con miedo. Sabemos que si hablamos o reclamamos, podemos estar en la próxima lista de despidos. Pero no podemos seguir en silencio mientras desarman la salud pública”.

“Está claro que no les interesa la salud de la gente. Solo se acuerdan cuando hay paro. El programa de gobierno de Milei en materia sanitaria era este: destruir la salud pública y que sólo se curen los que tienen plata. Los hospitales públicos funcionan hoy exclusivamente por el esfuerzo sobrehumano de sus trabajadores”, señaló Rodolfo Aguiar.

Mientras crece la conflictividad, las y los trabajadores de la salud aseguran que no dejarán las calles. El reclamo no es solo por salarios y condiciones laborales: es también por el futuro de un sistema que está siendo desmantelado en nombre del ajuste.

El Garrahan pasó la noche en vela

El Garrahan pasó la noche en vela

Ante la dramática situación salarial y de desfinanciamiento que atraviesa el hospital pediátrico, un mar de llamas se encendió en el Obelisco porteño para abrazar a los médicos residentes de la institución.

Bajo el nombre de “La noche de las velas”, médicos y médicas residentes, pacientes, familias, jubilados, trabajadores y trabajadoras del Garrahan se reunieron en una nueva jornada de reclamos.

Los residentes denuncian que, hasta mayo, sus sueldos habían sufrido una caída del 53% respecto a diciembre de 2023. El salario total (incluyendo bonos no remunerativos) es de 797.000 pesos mensuales, lo que se traduce en 750 pesos por hora de trabajo.

La convocatoria fue sencilla pero simbólicamente potente: llevar un corazón violeta y prender una vela. Pero la consigna, urgente: defender al Hospital Garrahan, emblema de la salud pública pediátrica a nivel latinoamericano, que hoy está sufriendouna profunda crisis.

“Durante el fin de semana fue un mar de desinformación. Lo que se decía en redes no coincidía con lo que nos llegaba oficialmente”, confirmaron las residentes frente al Obelisco. “Esto que vieron esta semana es una mínima parte. Hace un año que pedimos diálogo, mandamos cartas y no nos responden. Pero hoy al ver a toda esta gente apoyándonos nos conmueve. Ver a nuestras familias, nuestros pacientes, la comunidad entera. Eso también es democracia”.

Durante las últimas semanas, los y las residentes no solo se movilizaron en las calles: también dieron el paso hacia los medios. Tuvieron presencia en radios y canales de streaming, donde visualizaron la magnitud de la crisis y desmintieron los falsos acuerdos que el Gobierno nacional difundió durante el fin de semana por la red social X.

Entre la multitud, Lara, una niña de 10 años, se encontraba al lado de su madre iluminada por las velas. La pequeña sostenía un cartel que contaba su historia como paciente desde su nacimiento y, a pesar del frío que acechaba la noche, ella respondía que el abrazo al Garrahan era más importante. “El Hospital le salvó la vida. Hoy estamos acá para apoyarlos. Ellos estuvieron en nuestro peor momento y ahora nosotros los vamos a defender”, expresó su mamá.

Tres agrupaciones de jubilados también se hicieron presentes: “Si el Garrahan cae, se cae un pilar de la salud pública. No puede haber salud de calidad sin salarios dignos”, explicó una de las representantes del plenario de Trabajadores Jubilados. “Así como muchas veces los estudiantes y los mismos trabajadores del Garrahan han venido los miércoles a nuestra radio abierta a darnos el apoyo, nosotros, por supuesto, venimos a darles el apoyo a ellos.”

En un semicírculo que contenía a los residentes con sus velas pegadas a ellos con fuerza, familias y vecinos escucharon atentamente las experiencias de los trabajadores. Además, hubo espacio para la voz de quienes no usan guardapolvos, pero acompañan desde otros rincones. “El hospital también es hogar, es refugio cuando en sus familias los maltratan, cuando no tienen a dónde ir a dormir, duermen en el hospital”, revelaba la artista voluntaria que fue parte de un colectivo que trabajó en hospitales como el Garrahan y el Casa Cuna. “Hay maestras voluntarias, artistas voluntarios, residentes que trabajan casi voluntariamente. Personas que limpian, que les dan de comer. Lo que estamos dejando de lado son niños que no tienen más contención que la que puedan encontrar en este hospital”.

Mientras las velas se apagaban lentamente y todos los allí reunidos cantaban el Himno Nacional, se encendía una certeza: el conflicto no terminó. Este martes, 3 de junio, se realizará una nueva asamblea para definir los próximos pasos. Los residentes evalúan profundizar el plan de lucha si no hay una respuesta concreta de parte del Gobierno.

“Me encantaría decir que mi trabajo es curar, pero estaría mintiendo. La medicina es curar a veces, aliviar a menudo, pero consolar siempre”, concluyó una residente.