«El universo audiovisual está en permanente cambio»

«El universo audiovisual está en permanente cambio»

Por: Lucía Iossa Urbizu

Fotografía: archivo TELAM

Con el consenso como bandera, diversas organizaciones del cine fundaron el Espacio Audiovisual Nacional con el propósito de dar nacimiento a una nueva ley que contemple las necesidades del sector, impulse una producción federal y ponga límites a los monopolios.

Organizaciones como Argentores, Proyecto Cine Independiente (PCI), la Asociación de Productores Independientes de Medios Audiovisuales (APIMA) y Directores Argentinos Cinematográficos (DAC) crearon el Espacio Audiovisual Nacional cuyo objetivo es lograr una nueva ley para el sector. “Hoy el audiovisual es pleno y amplio y por eso es indispensable unificar las voces para llegar a un consenso que nos represente para construir una industria a futuro”, afirma el actor, director, guionista y uno de los voceros del proyecto Daniel De La Vega.

¿Qué es el Espacio Audiovisual Nacional?

Es el lugar para la construcción colectiva de una nueva ley audiovisual, y a su vez donde reunimos las voces de los distintos sectores de la industria que pudieron evaluar cuáles fueron las necesidades de los últimos 27 años tras la exitosa gestión de la Ley de Cine 17741, actualmente vigente. El nuevo proyecto incluye áreas que no podían tenerse en cuenta en aquel momento cuando, por ejemplo, Internet no existía. Estamos pensando en cuotas de pantalla adaptadas a los diferentes formatos narrativos. Hoy el cine está unificado, ahora es audiovisual, sin desmerecer de ninguna manera y protegiendo a la industria cinematográfica que es básicamente la quintaesencia de nuestra tarea. La cultura siempre apoyó la narración de largometrajes para cine. Hoy el nuevo paradigma necesita incluir además a las nuevas plataformas, las series, la animación y el documental.

¿Cómo surgió la idea de esta nueva ley?

Está instalada hace años. Un pensamiento establecido que estuvimos rompiendo es que la Ley de Cine no hay que abrirla. Es una de las grandes inseguridades que muchos del sector tenían. Todos sabemos que hay un nuevo paradigma y que es necesario un cambio. El proyecto de cambiar la ley está instalado a partir del momento que las nuevas tecnologías se hicieron presentes.

¿Qué plantea el anteproyecto?

Se tomó como marco comparativo el excelente trabajo hecho en la Ley 17741 de 1994. Uno de los objetivos es la unificación del conjunto del universo audiovisual, esa es una gran diferencia con respecto a la anterior normativa. Se le va a conferir al INCAA un nuevo tipo de administración que le permitirá ser más democrático e inclusivo para el sector federal del interior que siempre fue relegado. Hay una ampliación de regulaciones y gravámenes que debería ser incluida porque las plataformas hoy son la única opción que tenemos para exhibir nuestros materiales. Hay empresas multinacionales que hacen negocios en nuestro país, que no están siendo reguladas por el Estado y que esta ley pretende regular a favor de la producción nacional. Que haya un gravamen para estas plataformas para que se pueda seguir haciendo cine nacional mientras ellos hacen sus negocios, pero apoyando a nuestra propia cultura. La idea también es recomponer el “costo medio”, es decir el costo real de una película ni grande ni pequeña, el dinero necesario. Eso es algo que está muy atrasado dentro del Instituto ya que todos los presupuestos que maneja llevan dos años de atraso y el dinero que te ofrecen no está a la altura de las necesidades. Este anteproyecto también quiere clarificar los sistemas de ayuda con respecto a los créditos y subsidios porque hay un gris que en la Ley 17741 no supo resolverse. A su vez, que haya una planificación anual que establezca cuáles son las necesidades y las posibilidades para la producción y que pueda haber una distribución lógica y coherente de las posibilidades financieras del nuevo ente que se va a llamar Instituto Nacional de Artes Audiovisuales (INAA). La intención es descentralizar, es decir que haya representatividad del INAA en diferentes provincias o regiones. Y la nueva ley cubre algo que no se tuvo en cuenta en la ley original, que es la equidad de género y el no binarismo. El cine tiene que pertenecer a los que más y a los que menos tienen, a todos. Tiene que ser una ley plural e inclusiva. No podemos permitir que sólo haya un cine para pocos que tienen muchos recursos.

¿Qué posición se adoptará con respecto a una Cinemateca nacional?

Hay una vocación en este anteproyecto de respetar la ley de la Cinemateca (CINAIN) pero la verdad es que no se cumple, no hay una restauración del material audiovisual nacional, y eso hace que día a día las películas argentinas vayan desapareciendo, nuestra historia se va desvaneciendo.

¿Qué significa un plazo de 99 años para los tributos que genera esta ley?

Durante la gestión de Mauricio Macri se acordó que toda regulación impositiva, todo gravamen, debería tener sí o sí una fecha de caducidad. Eso colocó al cine entre la espada y la pared porque aparentemente en diciembre de 2022 caducaría el fondo de fomento cinematográfico, el acceso a ese fondo directo del INCAA que venimos cobrando, ese 10% de las salas. Esta es una preocupación muy grande. La ley reguló en su letra un período de 99 años, que es simbólico, porque entendemos que es suficiente y que durante ese tiempo habrá por lo menos tres reelaboraciones de esta ley, que seguramente reformularán esa fecha y la podrán tener en cuenta.

¿Y qué significa que se agrega la función de “promover la formación de audiencias”?

Es la eterna búsqueda de encontrarse con el público, es necesario que los que no han tenido acceso a nuestro cine conozcan nuestras pantallas. Estamos a merced de industrias foráneas que imponen sus valores y su cultura. Tenemos una ley como la 17741 que ha sido ejemplar en el mundo, más allá de que se haya quedado en el tiempo, porque nos permitió construir una identidad cultural mediante el fomento cinematográfico que se obtenía a través del consumo mismo del cine.

¿Por qué es necesario hacer cumplir las cuotas de pantalla?

Es la necesidad de ganar las audiencias, tener un cine que sea reconocido por su propio espectador y que uno tenga la opción de encontrar los espejos de su propia cultura en diferentes salas o sea sentirse reflejado, identificado con su propia obra, la de nuestros autores y directores. Esto es indispensable, el Estado tiene que regular porque existe un mercado que impone su voluntad y tiene ética de sus propios intereses. Nosotros tenemos que velar por nuestra cultura nacional.

¿Esto está relacionado a los algoritmos que funcionan en las plataformas digitales?

Lo estamos teniendo muy en cuenta en la confección de este anteproyecto porque es también importante en qué lugar, en qué parte del catálogo se colocan las plataformas, cuántas películas nacionales deberían tener estas plataformas en relación a cuántas deberían producir en este país, cuál es el espacio que tenés que ocupar en el catálogo, son todas preguntas que estamos tratando de resolver en este anteproyecto.

¿Es una ley antimonopólica?

Sí, su vocación es precisamente esa. Hay una palabra difícil de enmarcar que es independiente de las empresas multinacionales, de los monopolios. Nosotros apoyamos a la industria, a las empresas, a los productores independientes  y sí, estamos cuidando que exista un espacio para que haya independencia de pensamiento y de obra.

 

El cine no va a morir nunca y de eso también habla esta ley. El cine va a estar presente porque es parte de nuestro ADN. Lo que pasa es que se está diversificando y tiene un espectro mucho más amplio.

Daniel de la Vega

¿Tienen pensado un plazo de entrega del anteproyecto al Congreso?

Estamos en diálogos. Hoy nuestro objetivo es alcanzar el mayor consenso posible, que todas las voces se sientan representadas. Hay una gran parte del sector de la política que está interesado. Hay mucha visibilidad en el proyecto y algunos han tenido acceso al texto. Nuestra preocupación actual es que esto es un borrador de un anteproyecto. Queremos el mejor resultado, que todos estemos de acuerdo, esa es nuestra vocación.

¿Por qué se plantea abarcar toda la cadena de proceso?

Es un gran logro -la ley anterior no lo tuvo en cuenta- que haya guionistas que puedan desarrollar proyectos cuando nadie cree en ellos, o sea gente que realmente pueda impulsar sus historias. El acceso a más personas a contar relatos, a que cada uno pueda llevar su historia a la pantalla. Que uno pueda acompañar la producción de la película con una institución que presente, que regule y que al final del proceso de la cadena, una multinacional no imponga su voluntad y te deje afuera me parece que son funciones fundamentales del nuevo INAA. Toda la cadena tiene que ser respetada para que ninguna parte del proceso invisibilice nuestro trabajo.

¿Qué tipo de conducción existirá en el INAA?

Pasaríamos a un directorio integrado por 13 miembros de los cuales una gran parte pertenecen a asociaciones profesionales y otra a representantes del interior del país. También dentro de ese contexto se está respetando la equidad de género, o sea que es una forma de conducción completamente diferente, pretende ser más democrática y que haya más voces a la hora de tomar decisiones. Esa administración va a tener como responsabilidad todos los años de establecer un plan de fomento, es decir definir las políticas anuales. Es un directorio democrático que no queda sujeto a una sola persona sino que es una decisión de un grupo de entidades de diferentes sectores profesionales y del interior.

¿En qué afectó a la producción nacional la llegada de las plataformas de streaming?

Lo que más nos afectó fue la pandemia, el streaming estuvo presente y nadie se dió cuenta del daño que podían llegar a hacer en el contexto donde las pantallas desaparecen. Ahora se hizo evidente que sin pantallas, sin salas, sin posibilidad de encontrar la gran experiencia cinematográfica que supone ese amplificador de emociones que es estar con el otro viendo en pantalla grande y un sonido 5.1 una película, de pronto estamos todos encerrados en nuestros hogares viendo cine y sin poder producir. Muchas de las posibilidades de recuperación están en la pantalla, en llegar al público. No tuvimos acceso a ese público y el único que lo tiene son las plataformas. Es evidente que no están siendo reguladas y eso hace que no podamos seguir produciendo. Fue como una toma de posición silenciosa, pausada y que hoy se hace evidente que ha hecho mucho daño.

¿Las plataformas están matando al cine?

No, lo estamos reinventando todo el tiempo. El cine no va a morir nunca y de eso también habla esta ley. El cine va a estar presente porque es parte de nuestro ADN. Lo que pasa es que se está diversificando y tiene un espectro mucho más amplio. La plataforma es otra forma de contar y está muy bien, pero los contenidos siempre van a estar presentes. Esta ley protege los contenidos, sean cuales fueren. Las plataformas son una forma de comunicación, una nueva forma de llegar a la gente, los celulares son otra, la gente ve películas en celulares, en ipads, en televisores, en el cine. El contenido está y las formas van cambiando.

¿Qué plantea el anteproyecto respecto de los gravámenes para plataformas OTT y de comercialización de videojuegos?

Efectivamente se está incluyendo el universo de los videojuegos entendiendo que también hay un mercado enorme de la narrativa de los juegos electrónicos e interactivos. También esta es una ley que puede ayudar tanto a la producción como para regular también las empresas que puedan producir videojuegos en nuestro país.

Se busca el fomento al cine independiente, ¿qué ocurrió hasta ahora?

Fue el que más sufrió. Cuando las multinacionales y los monopolios deciden imponer sus voluntades a través de sus capacidades financieras y económicas, el cine independiente queda relegado. Es decir, no tenés pantallas, ni capacidad de producción, ni forma de llegar a los fondos. La vocación de la antigua ley fue darle ese espacio pero la verdad es que no se cumplió. Para eso tuvimos estos 27 años de trabajo donde se ha producido, donde hemos tenido estas vitrinas, estos proyectos internacionales que ha tenido el cine argentino en el mundo para aprender de la experiencia, ver cómo superar la excelente ley 17741. Nadie niega la efectividad de la ley pero sí todo es perfectible y con ese criterio hemos trabajado en este anteproyecto.

¿Mutó la figura del espectador con las plataformas?

El audiovisual está en permanente crecimiento y cambio y las formas de consumo cambian permanentemente y es imprevisible lo que va a pasar. Tratamos de soñar con el futuro, de prever muchas cosas pero es imposible y en ese sentido no sé si hay un nuevo espectador, lo que hay son diferentes formas de consumo. La narración va a seguir existiendo, va cambiando su forma y en ese sentido creo que es indispensable tener un anteproyecto de ley audiovisual que sea lo más abarcativo posible.

Una película de terror

Una película de terror

Esta semana el Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales (INCAA) y el Ministerio de Cultura de la Nación celebran La Semana del Cine Argentino con proyecciones de películas nacionales a precios populares. “Queremos lograr que todos los argentinos vean cine argentino”, anunció el Ministro de Cultura, Pablo Avelluto. Sin embargo, la contracara de este festejo es el momento crítico que atraviesa la producción cinematográfica nacional: despidos, ajuste, paralización de la producción, trabas administrativas, tercerización de créditos y cierre de salas. Los cineastas se declararon en estado de alerta, movilización y asamblea permanente contra el ajuste y la censura en el cine.

El jueves pasado la comunidad audiovisual se movilizó una vez más en defensa de esa industria argentina y en repudio a una medida que atenta contra la producción cinematográfica nacional, la Resolución 942/2017 del INCAA, que condiciona el acceso al Fondo de Fomento Cinematográfico, con cláusulas que dificultan la obtención de créditos y subsidios. La medida afectará, principalmente, a las producciones independientes que necesitan del apoyo del Fondo. De este modo, solo las grandes productoras podrán afrontar los gastos de una película, lo que generará una baja importante en la producción, una correlativa pérdida de puestos de trabajo y, para los espectadores, una posibilidad menguada de disfrutar de una producción diversa.

La multitudinaria marcha comenzó en las puertas del INCAA y finalizó en el Cine Gaumont con una asamblea en la Sala 1, la más grande de los espacios INCAA, pero que resultó muy chica frente a la cantidad de asistentes. El resultado fue la decisión de continuar con el plan de lucha para visibilizar el conflicto. Por eso, en el marco de La Semana del Cine Argentino, los trabajadores cinematográficos llevan adelante una campaña de difusión para explicar qué está pasando, qué reclaman y por qué.  

En abril había comenzado “una campaña mediática para ensuciar y destruir al cine nacional” afirma Lucía Ravanelli, delegada de la comisión interna ATE-INCAA. Y es que el 11 de ese mes, Eduardo Feinmann, en el programa Animales Sueltos, lanzó un informe sobre “la corrupción en el INCAA” que comprometía al por entonces presidente del Insituto, Alejando Cacetta. Avelluto decidió echarlo a él y al rector de la Escuela Nacional de Experimentación y Realización Cinematográfica (ENERC), Pablo Rovito. En el lugar de Cacetta se designó a Ralph Haiek, que hasta el momento se desempeñaba como vicepresidente. En la ENERC no fue nombrado hasta el momento ningún rector, por lo que la institución se encuentra acéfala.

Las malas noticias en el cine siguieron  en mayo, cuando a fines de ese mes cuatro trabajadores fueron despedidos del Instituto. “En ese momento realizamos movidas y tuvimos varias reuniones con las autoridades exigiéndoles que se los reincorpore, pero no hubo caso y al día de hoy los compañeros están despedidos”, explica Ravanelli. Si bien hasta el momento la situación no volvió a repetirse, en diciembre vencen 300 contratos -renovados por seis meses en julio como resultado de las movilizaciones que inició el sector audiovisual un mes antes-. En este contexto, la Resolución 942 enciende una alarma ya que la merma de producciones conllevaría a una reducción de trabajadores empleados.

Una persona sujetando un cartel que dice "Yo apoyo INCAA"

Los trabajadores cinematográficos llevan adelante una campaña de difusión para explicar qué está pasando, qué reclaman y por qué.

Mes a mes, la situación se fue agravando. En junio, el complejo ArteCinema de Constitución, uno de los espacios INCAA emblemáticos de la ciudad y con cerca de 100 mil espectadores en el último año, cerró sus puertas debido a que las autoridades del Instituto decidieron no renovar el contrato de alquiler de la sala. “El cierre de este espacio va de la mano de toda una serie de políticas de exhibición que concentran las salas en función de grandes distribuidoras extranjeras y de reducir cada vez más las posibilidades del cine nacional de encontrarse con el público”,  señala Ximena González, vicepresidenta de la Asociación de Productores y Directores de Cine Documental Independiente de Argentina (DOCA). Melisa Tabarcache, estudiante de Dirección de Arte Cinematográfica de la ENERC y ex vecina del barrio de Constitución agrega: “Como futura trabajadora de la industria cinematográfica, estoy presenciando cómo estos espacios se van cerrando y con ellos las vías para acceder a la difusión y promoción de películas. Además, estamos privando a personas que por seis mangos podían entrar a ver una película”.

Ya en septiembre, el domingo 24, Luis Majul en su programa La Cornisa sumó una nueva denuncia al INCAA por supuestas “coimas” y “gastos millonarios para películas que nadie ve con dinero que se podría usar para cloacas”. Frente a este argumento, es necesario recordar que el INCAA es un ente autárquico, público no estatal, que se autofinancia a través del Fondo de Fomento Cinematográfico, contemplado en la Ley de Cine, compuesto por el 10 por ciento de cada entrada de cine vendida y el 25 por ciento de la recaudación del ENACOM, la cual deviene del impuesto a empresas privadas de radiodifusión en el país debido al uso del espectro radioeléctrico. Todavía no se conoce el final de esta película.

González, la vicepresidenta de DOCA, vaticina que habrá una baja notoria en la producción de películas nacionales porque “el presupuesto del INCAA se está sub-ejecutando y no se está liberando plata de créditos y subsidios a películas que están en proceso de producción, lo que demora su realización, rodaje y finalización”. Además, comenta que hace meses es notorio cómo se ponen trabas administrativas y burocráticas en todos los procesos de producción de una película. “El cine nacional está en peligro y cada día que pasa no solo no hay respuestas a ciertos reclamos sino que la situación se agrava”, sentencia.

Actualizado 3/10/2017

«Exigimos la inmediata renuncia de Pablo Avelluto”

«Exigimos la inmediata renuncia de Pablo Avelluto”

“El objetivo del gobierno es la destrucción de la Ley del Cine, el vaciamiento de los fondos de fomento, la suspensión del canon, el atropello contra la educación audiovisual y la dinamitación del cine argentino», sostuvo en diálogo con ANCCOM, el reconocido director de fotografía Félix Monti.

En la última semana, la cultura recibió otro revés. El ministro de Cultura Pablo Avelluto destituyó a Alejandro Cacetta, presidente del Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales (INCAA) y a toda la línea gerencial del organismo. La presión del Gobierno provocó también la renuncia de Pablo Rovito a su función de rector de la Escuela Nacional de Experimentación y Realización Cinematográfica (ENERC).

Concentración de la comunidad audiovisual en la puerta del INCAA para evitar su intervención.

El conflicto se originó cuando el pasado martes en el programa «Animales sueltos» se mostró un informe en el cual se los acusaba de supuesta corrupción a Cacetta y Rovito. Este informe fue la excusa que utilizó Avelluto para pedir la renuncia de ambos funcionarios. Analizando cómo se inicia esta operación, Félix Monti sostuvo que «el hecho terrible de estos personajes siniestros de la televisión fue provocar este gran desorden y tratar de ocultar o de tapar el verdadero objetivo. Como dijo Luis Puenzo, esto es una cortina de humo, una trampa para confundirnos. El objetivo del gobierno es la destrucción del cine argentino».

A partir de la destitución del presidente del INCAA, representantes de distintos sectores del cine y estudiantes reaccionaron rápidamente en repudio a la operación mediática y a las medidas tomadas por el ministro de Cultura, autoconvocándose en asambleas. Entre las personalidades que estuvieron presentes en ellas se encontraba el actor chileno -que desde hace décadas trabaja en la Argentina- Patricio Contreras, quien aportó su opinión a este medio, al destacar que «es lamentable que se use como voceros desautorizados del ministro de Cultura a cuestionados periodistas amarillistas dejando en evidencia la ignorancia sobre el tema que ellos tienen. Les dieron el libreto y ellos sin ninguna conciencia o conocimiento salieron al aire. Es realmente una operación grotesca». El actor se refirió luego al intento de desfinanciamiento, al explicar que el fondo de fomento del INCAA «es muy importante y creo que hace a la identidad de los argentinos defender al sector audiovisual, porque la imagen hoy es lo que nos presenta el mundo, la que transmite nuestra cultura, nuestra identidad nuestras costumbres y nuestros valores».

En la asamblea del jueves pasado se votó y proclamó, por unanimidad, entre otras cosas, «exigir la inmediata renuncia de Pablo Avelluto, en tanto sus acciones recientes resultan incompatibles con la defensa del cine nacional; reafirmar la defensa de lo que dicta la Ley de Cine, que contempla la autarquía del INCAA y la conformación del Fondo de Fomento Cinematográfico con recursos genuinos establecidos por la misma Ley; reclamar que el nuevo presidente del INCAA surja entre candidatos previamente consensuados por medio de una asamblea representativa de toda la comunidad audiovisual; y defender los puestos de trabajo del INCAA y ENERC”.

Fernando «Pino» Solanas durante su discurso

En referencia a esta situación opinó también en diálogo con ANCCOM el director de cine y senador de Proyecto Sur, Fernando Pino Solanas, quien aseguró que «acá hay mucho de atropello porque el Instituto es autárquico, las autoridades son legítimamente elegidas. En la familia del cine no conocemos denuncias contra ninguno de ellos dos», agregó refiriéndose a Cacetta y a Rovito. Solanas calificó la medida de Avelluto como «una clara intervención en el cine, porque entre otras cosas, en épocas donde buscan un peso por todos los rincones, el presupuesto del INCAA son cerca de 2.800 millones de pesos. Es muchísima plata, seguramente tienen la intención de pegar un manotazo a parte del Fondo de Fomento Cinematográfico». El senador de Proyecto Sur adelantó que este miércoles 19 llevará el reclamo de la asamblea al Congreso.

La Ley de Cine establece al INCAA como un ente autárquico que se financia mediante un fondo de fomento compuesto por dos elementos: por un lado «con un impuesto equivalente al diez por ciento aplicable sobre el precio básico de toda localidad para presenciar espectáculos cinematográficos en todo el país». Como bien ejemplificó Francisco Márquez, docente del ENERC y director de cine, en conversación con ANCCOM, «cuando uno va a ver una película, por ejemplo un tanque norteamericano, paga 100 pesos y de ese monto, 10 en vez de ir para esa película van para el fondo de fomento cinematográfico para que se puedan producir las películas Argentinas». El otro ingreso, que equivaldría al 60 por ciento del total de los fondos del INCAA, se recauda mediante un canon que pagan las empresas de radiodifusión por usar el espectro radioeléctrico. El director de la película La larga noche de Francisco Sanctis advirtió que «creemos que van por el porcentaje que se les cobra a las cableras, ahora se está discutiendo la Ley de Comunicación Convergente donde creemos que lo van a sacar. Hay un informe encargado por el Ministerio de Economía que pide sacar ese impuesto -continuó Márquez-, y  una serie de señales que dan desde el mismo gobierno. Esto sería una catástrofe, sería el fin del fomento cinematográfico».

Reclamo en la puerta del INCAA

En relación a la renuncia de Rovito, la productora cinematográfica y docente del ENERC, Vanessa Ragone, expresó en conversación con ANCCOM que «la escuela estaba en plena actividad, estábamos dando clases, estaban los proyectos de tesis a punto de comenzar a rodar. Ahora hay una enorme incertidumbre de todo el mundo, de los estudiantes en particular que están en una escuela que es pública, gratuita y en donde las cosas estaban funcionando de una manera impecable». También se refirió a la situación de la escuela Félix Monti, quien subrayo que «quieren destruir el ENERC que es ejemplo en toda América, destruir una escuela, como están destruyendo las escuelas por todos lados, no solo la del cine. Argentina es uno de los países donde han tenido más desarrollo las películas de directores jóvenes, la participación en concursos internacionales. Se ha facilitado la posibilidad de que llegue a producir mucha gente que en otro momento no podía y todo eso quieren destruirlo».

El lunes pasado, a las 14, en las puertas del edificio del INCAA sobre la calle Lima, se dio inicio a la conferencia de prensa. «Lo primero que queremos decir es que en el cine nacional la grieta no existe», anunció el primer orador. Luego de leer el documento conjunto que ratificó lo dicho en la asamblea del jueves, le pasó el micrófono al director y guionista Luis Puenzo. «Avelluto y (el jefe de Gabinete, Marcos) Peña dijeron que no hay ninguna conspiración en contra del cine. Esa una respuesta para la gilada, es una vergüenza», advirtió Puenzo. «Es evidente que nadie puede tener una conspiración contra la cultura, salvo los que nombran ministros como Avelluto o (Darío) Lopérfido. Lo que sí hay es un plan de negocios, una intención firme de sacarle los cánones que pagan quienes hacen negocios y no son del país».

Asamblea en el cine Gaumont de distintas organizaciones audiovisuales en repudio de la operación mediática que llevó a la renuncia del director de la ENERC y del INCAA

 

El video de los famosos en defensa del cine nacional realizado por la Asociación de Directores de Cine PCI:

Actualizada 19/04/2017