Una carrera contra el olvido

Una carrera contra el olvido

El domingo se llevó a cabo la 21º edición de La Carrera de Miguel, en homenaje al atleta desaparecido Miguel Sánchez. Fue la entrada en calor para la movilización del próximo 24 en medio de un contexto negacionista.

Bajo la consigna “la meta es no olvidar”, este domingo 17 de marzo a las 8 de la mañana se llevó a cabo la carrera de Miguel, cuyo punto de largada fue la calle Miguel Sánchez –nombre del atleta desaparecido durante la dictadura y homenajeado con esta maratón– y Padre Canavery, en el barrio de Nuñez.

Miguel Sánchez fue un atleta federado y poeta que nació en Tucumán. Desarrolló una militancia política en el peronismo, que lo llevó a hacer acciones de trabajo social en barrios carenciados. Fue secuestrado en su casa de Berazategui el 8 de enero de 1978 cuando tenía 25 años, estuvo cautivo en el centro clandestino de detención, tortura y exterminio El Vesubio y aún permanece desaparecido.

Esta carrera le rinde homenaje hace 46 años en diferentes municipios, provincias y países, y fue realizada por primera vez en Roma, Italia, el 9 de enero de 2000, a instancias del periodista de La Gazzeta Dello Sport Valerio Piccioni. Al año siguiente se empezó a organizar en Argentina como parte de las actividades por Memoria, Verdad y Justicia.

Familiares y amigos de Sánchez, además de seguidores del atletismo se acercaron a participar este domingo de la carrera número 21 de Miguel, junto a personas con distintas discapacidades motrices, no videntes, y en silla de ruedas. Mientras los primeros dos mil corredores se alistaban estirando, elongando, trotando con pasos cortos, las familias y conocidos se disponían a alentar. Hubo dos recorridos, uno de tres y otro de 8 kilómetros, se realizó la premiación y luego hubo discursos de los presentadores y algunos ganadores.

A partir de una ley votada en el año 2013 por la Legislatura porteña, la Ciudad de Buenos Aires está obligada a organizar anualmente la Carrera de Miguel. Este año, si bien se organizó, llamativamente casi no contó con la difusión del gobierno que encabeza Jorge Macri.

El deportista Martín Sharples pidió el micrófono y dijo que no lo hacía por él sino para darle voz a Sánchez. “A Miguel no se lo llevaron por corredor sino por luchador social, y en estos momentos en que estamos viviendo un gobierno negacionista es buen momento para que Miguel le hable a un Presidente que niega los 30.000 desaparecidos, y a los que piensan diferente les dice ‘zurdos de mierda’, eso le decían a Miguel en la mesa de torturas”, expresó.

Ante un auditorio integrado también por funcionarios del gobierno macrista, el atleta discapacitado agregó: “Cuando a una mujer embarazada le robaban el hijo, eso era un delito de lesa humanidad, no un exceso como dice el Presidente (Javier Milei). El macrismo es cómplice suyo de modo que hoy en esta carrera estamos todos desaparecidos”.

Scharples, veterano activista de derechos humanos, se permitió cuestionar a la organización al decir que “es la única carrera de la Ciudad que no nos clasifica, por algo será, como decían ellos”. Tras convocar para “el 24 todos a la plaza”, fue aplaudido cuando mencionó la lucha de los periodistas de Télam.

Angie Rossi sobrina nieta del atleta desaparecido, dijo a ANCCOM: “Es importante hablar sobre Miguel Sánchez porque es hablar desde el deporte de la memoria, de la verdad y de la justicia. En este momento donde la cultura empieza a ser avasallada, dónde reprimen, resulta importante hablar desde la cultura, porque es una forma de reivindicar a los 30.000 detenidos, desaparecidos”. Ella también hizo “un llamado a la responsabilidad colectiva para reunirse a tener un ejercicio de memoria desde todos los espacios posibles como ciudadanos e invitar a las personas a que participen en la marcha de este 24 de marzo por el aniversario del golpe de Estado de 1976.

Antes de dejar el escenario, Scharples entregó una distinción al joven periodista Ricardo Fernández, autor del libro “Miguel Sánchez, memoria(s) del primer atleta desaparecido”, publicado por Grupo Editorial Sur. “Me tocó subir por primera vez a un escenario en una Carrera de Miguel frente a decenas de personas. El motivo fue recibir un reconocimiento, pero ésto no fue solo por el libro, sino como representante de todos los periodistas y en especial de los de Télam que están atravesando uno de los atropellos más grandes de la historia”, escribió luego Fernández en sus redes.

Camila Sequeira Vega, una trabajadora del Grupo Editorial Sur, explicó las razones de su participación: “Me convoca a venir la memoria de Miguel, porque fue el primer atleta registrado como desaparecido y hoy en día se corren en todo el mundo carreras en su nombre. Vine a mostrar su libro, que cuenta su historia, su trayectoria hasta su desaparición en la última dictadura cívico-militar”.

Un documental sobre las desaparecidas trans

Un documental sobre las desaparecidas trans

La película «Donde habite la memoria”, de Clara Olmos y Carolina Musso cuenta la historia de Julieta González y Fabiana Gutiérrez, sobrevivientes del Pozo de Banfield.

Donde habite la memoria es un documental, producido y dirigido por Clara Olmos y Carolina Musso, que añade una pieza faltante a la historia en la reconstrucción de los recuerdos del horror durante la última dictadura militar en Argentina. En esta oportunidad, se alumbra a protagonistas que antes no habían sido visibilizadas, víctimas que no habían sido registradas como tales. La película se proyectará el viernes 15 de marzo a las 18 en el excentro Clandestino de Detención, Tortura y Exterminio (CCDTyE) «Pozo de Banfield», hoy convertido en Espacio para la Memoria, en la localidad bonaerense de Lomas de Zamora. Es en este CCDTyE fueron detenidas ilegalmente entre 1976 y 1977Julieta González y Fabiana Gutiérrez, miembros del colectivo trans y protagonistas de este documental.

“Queríamos recuperar las historias de un colectivo que también fue perseguido durante la última dictadura cívico-militar, pero que durante todos estos años permanecieron en los márgenes del relato oficial de nuestra memoria”, comentó Olmos, quien se formó como cronista de ANCCOM y actualmente trabaja en la Agencia de Noticias Télam, amenazada de cierre por el gobierno de Javier Milei.

Olmos reconoce el compromiso de Argentina en el trabajo de reconstruir el pasado reciente del terrorismo de Estado, no obstante, destaca que tuvieron que pasar 40 años para que se visibilice la represión específica y sistemática que la dictadura ejerció sobre la comunidad trans.

Las protagonistas de este documental estuvieron detenidas ilegalmente en el Pozo de Banfield cuando tenían 15 años, en el caso de Fabiana, y entre los 19 y 20 años, en el caso de Julieta. Ambas sufrieron abusos y violencia por parte de sus opresores. “Al menos seis mujeres trans estuvieron detenidas en este centro clandestino de detención en esos años”, contó Olmos. Entre noviembre de 2022 y abril de 2023, declararon por primera vez en la causa Brigadas, un juicio de lesa humanidad que juzga los crímenes cometidos en el Pozo de Banfield, el Pozo de Quilmes y el Infierno, en Avellaneda. “Sus declaraciones fueron un hecho histórico en sí mismo, que esperamos pronto resulten en la primera sentencia mundial sobre el tema”, expresó Olmos con esperanza.

Julieta Gonzalez.

Por su parte, Musso está convencida de que la dictadura tuvo una dimensión profundamente patriarcal que se evidenció en el encarnizamiento y la violacion de los derechos humanos de tantísimas mujeres trans, aprovechando su vulnerabilidad, especialmente en aquel momento. La mayoría de las sobrevivientes hoy ronda en los 60 años, fueron violentadas física y psicológicamente y, al igual que otras personas pertenecientes a este colectivo, actualmente atraviesan una situación compleja: hay quienes tienen una jubilación o pensión mínima para subsistir, otras se encuentran en situación de pobreza o indigencia, sin acceso a salud o sin una vivienda digna, explicó. “Nuestro objetivo es acompañar el reclamo de la comunidad trans de una reparación histórica por la persecución y los delitos ejercidos contra sus identidades no solamente en dictadura, sino también a las que sufrieron durante las primeras décadas de la democracia”. Esta es una de las mayores deudas actuales de la democracia en Argentina, afirmó Musso.

Uno de los desafíos que se les presentó en el proyecto, fue el hecho de tener pocas mujeres trans sobrevivientes de la dictadura. Durante el proceso de investigación conversaron con muchas víctimas, y si bien todas daban cuenta de las persecuciones policiales sufridas desde la década del ochenta en adelante, la mayoría eran aún niñas durante los primeros años de la dictadura, comentó Musso. Las directoras decidieron desarrollar el documental a dos voces porque consideraron que en sus relatos subyace, junto a la dimensión profundamente subjetiva del horror, una trama colectiva. “Los testimonios de las protagonistas hacen de este documental un relato crudo, desgarrador y de una profunda ternura a la vez”, alegó Olmos.

Durante la etapa de investigación, las directoras dieron con el caso de Fabiana Gutiérrez, pero se encontraba viviendo en Italia. Sin embargo, lograron un vínculo que permitió que tomara la decisión de viajar desde el viejo continente para visitar el Pozo de Banfield y formar parte del documental, abriendo recuerdos dolorosos. En una charla con ANCCOM, Gutiérrez agradeció a todas aquellas personas que trabajan decididamente para iluminar una parte anulada de la historia en los años oscuros de la dictadura. “En esos momentos éramos violentadas, abusadas y nos mandaban desnudas a las celdas, cumpliendo días o meses dentro de la misma, sólo por ser lo que éramos”, contó. Era menor en ese entonces, hoy tiene 62 años y siente el deber de ayudar a la construcción de la memoria por eso decidió ser partícipe del proyecto y colaborar con sus compañeras. Recuerda la primera vez que intentó escaparse y como resultado recibió un golpe en la cabeza. No obstante, cuando logró quedar en libertad buscó refugio en el exterior. Sin embargo dijo: “A pesar de vivir afuera, mi corazón siempre está en Argentina, amo mi país”.

 

Fabiana Gutierrez.

Clara Olmos y Carolina Musso, ambas comunicadoras, fueron las realizadoras del proyecto, en el marco de su tesina de grado de la Licenciatura de Comunicación Social en la UBA. Contaron con el acompañamiento de sus tutores, el recientemente fallecido Eduardo Morales, Silvina Manguía y María Rosa Gómez. Sobre la elección del formato de tesina, Musso explicó que “no fue una elección al azar. Fue una decisión política: queríamos generar un material que no quedara circunscrito al ámbito académico sino, por el contrario, pudiese circular en el espacio público. Desde un comienzo, las comunicadoras se plantearon el deseo de orientar su trabajo hacia la creación de una herramienta al servicio de la comunidad travesti-trans. Luego llevaron a cabo varias jornadas de filmación y finalmente la edición fue de realización propia.

“Sentimos mucho orgullo por Julieta y Fabiana que, 40 años después, se atrevieron a contar su historia y a reclamar lo que como sociedad aún les debemos”, expresó Olmos. “Nos alegra profundamente poder hacer nuestro aporte como generación que no vivió la dictadura, pero que tiene el deber de continuar y fortalecer la memoria de nuestro país y la historia de los 30.000 desaparecidos y detenidos”, afirmó reflexiva.

Para las realizadoras, el documental es una invitación a seguir reflexionando sobre nuestro pasado reciente y el irrenunciable compromiso con la defensa de los derechos humanos. Es también, una oportunidad para conocer una parte de la historia de la cual poco se ha hablado. Para Musso: “Contra todo impulso epocal hacia la deshistorización, el ex CCDTyE Pozo de Banfield es un espacio en el cual la historia se hace carne, volviéndose ineludible”.

 

Los desaparecidos con vida – Estuve Ahí

Los desaparecidos con vida – Estuve Ahí

Manuel es hijo de Gastón Gonçalves, asesinado el 24 de marzo de 1976, y de Ana María del Carmen Granada, asesinada el 19 de noviembre cuando se ocultaba en la ciudad de San Nicolás. Junto a ella estaba Manuel, quien salvó su vida gracias a que su madre lo ocultó en un ropero, pero meses después fue apropiado. Restituyó su identidad en 1997 gracias a Abuelas de Plaza de Mayo. Aquí reflexiona sobre la importancia de seguir transmitiendo lo ocurrido durante la última dictadura cívico militar y habla del rol de las futuras generaciones y la permanente lucha contra el negacionismo.

40 AÑOS – COMUNICACIÓN Y DEMOCRACIA (1983 – 2023)

ANCCOM –junto a la Carrera de Ciencias de la Comunicación y a la Facultad de Ciencias Sociales de la UBA- lanza Estuve ahí, un ciclo de entrevistas audiovisuales a los protagonistas de estos 40 años de democracia que celebra la Argentina.

 

La serie recorre los temas más trascendentes que tejieron la trama social desde 1983: los derechos humanos, la vida política, el mundo del trabajo, la economía, la deuda externa, la vivienda, los pueblos originarios, el campesinado, las luchas de género y diversidades, el ambientalismo, la cultura y el mundo de la comunicación, entre muchos otros.

Cada conversación constituye un verdadero diálogo intergeneracional entre los jóvenes periodistas de la agencia y aquellos que escribieron la historia.

Estrenamos todos los lunes! La primera, que estará disponible el próximo 28 de agosto, será a Estela Barnes de Carlotto, presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo.

Entre los entrevistados se pueden mencionar a Adolfo Pérez Esquivel, Estela Carlotto, León Arslanián, Héctor Recalde, Federico Pinedo, Gustavo Grobocopatel, Mercedes Marcó del Pont, Daniel Arroyo, Dora Barrancos, Myriam Bregman, Juliana Di Tullio, Ana Castellani, Noemí Brenta, Luis Felipe Noé, Daniel Divinsky, Eduardo Longoni, Moira Millán, el padre Pepe Di Paola, Flavio Rapisardi, Emilce Moler, Manuel Goncalvez, Gervasio Muñoz, Enrique Viale y Damián Loreti, por mencionar solo algunos.

Créditos

ANCCOM
Equipo Audiovisual: Eduardo Morales – Jairo García – Noelia Pirsic
Producción Periodística: Diego Rosemberg, Sebastián Comellini, Clarisa Veiga, Ángel Berlanga, Cecilia Chervabaz, Esteban Magnani, Guillermo Wulff, Alejandro Cánepa, Horacio Cecchi, Adriana Meyer, Federico Corbiere.
Producción Fotográfica: Victoria Gesualdi y Leandro Teysseire.
Redes y Contenidos Digitales: Julio Alonso y Estefanía Hernández.
CEPIA
Florencia Mendes, Javier Ildarraz, Gustavo Intrieri, Nadia Rebrij, Florencia Canosa, Juan Lescano, Jorge Pinola.
Autoridades CCOM
Larisa Kevjal – Directora
Dolores Guichandut – Secretaria Académica | Sebastián Ackerman – Coordinador Técnico | Yamila Campo – Coordinadora Centro de Prácticas
Equipo de trabajo
Lucía Thierbach, Grisel Schang, Paula Morel, Emilia Silva y Sebastián Comellini
“Más de cuatro décadas de lucha no podrán borrarse de un plumazo”

“Más de cuatro décadas de lucha no podrán borrarse de un plumazo”

Los Familiares y Compañeros de los 12 de la Santa Cruz realizaron su acto aniversario por los 46 años de la desaparición de sus seres queridos y entregaron distinciones a quienes han acompañado la defensa de los derechos humanos y la democracia en estos años.

El viernes 8 de diciembre, se realizó el acto homenaje por los 46 años del secuestro de los 12 de la Santa Cruz, convocado por los familiares y compañeros, al lado del Solar de la Memoria de la Iglesia de la Santa Cruz. El acto comenzó a las 18.30 y durante tres horas se disfrutó de bailes, música, discursos y entregas de pañuelos para hacer memoria. Se trató de un evento conmovedor, pero que también puso foco en la necesidad de continuar la lucha y mantener la cabeza en alto pase lo que pase, bajo la consigna: “Hoy más que nunca: Democracia es Justicia Social, Memoria, Verdad y Justicia, Son 30000”.

La tarde estaba cálida pero no abrumaba. La calle Estados Unidos que va desde su intersección con General Urquiza hasta 24 de Noviembre estaba cortada y, en vez de autos, estaba lleno de sillas blancas enfrentadas a un escenario. A pocos minutos del inicio del acto, las sillas ya se encontraban ocupadas en su totalidad y quienes no habían conseguido una, tomaban posición parados en la vereda. Entre los concurrentes se encontraban el secretario de Derechos Humanos de la Nación, Horacio Pietergalla Corti y el embajador francés Romain Louis Nadal, así como las Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora, Taty Almeida, Carmen Lareu y la hija de la madre desaparecida, María Adela Pérez de Antokoletz.

La presencia del embajador francés se debe a que dos de las desaparecidas que reivindica el organismos “Familiares y Compañeros de los 12 de la Santa Cruz” eran las religiosas francesas Alice Domon y Leonie Duquet, secuestradas entre el 8 y 10 de diciembre de 1977 en las inmediaciones de la iglesia, junto a otras diez personas. Ellas participaban allí de reuniones junto a integrantes de Madres de Plaza de Mayo y militantes de derechos humanos, cuyo objetivo era la publicación de una solicitada con los nombres de los detenidos desaparecidos hasta ese momento. Sin embargo, en esas reuniones se había infiltrado el marino Alfredo Astiz, apodado “Ángel Rubio”, bajo el nombre de Gustavo Niño. El 8 de diciembre de aquel 1977, el Grupo de Tareas 3.3.2. de la Armada secuestró a 10 personas, entre las que estaban Domon, las Madres Esther Careaga y Mabel Bianco y la activista Ángela Auad. El 10, secuestraron a Duquet y a Azucena Villaflor de De Vincenti, fundadora de Madres de Plaza de Mayo. Los secuestrados fueron trasladados a la ESMA y asesinados en los vuelos de la muerte, pero cinco cuerpos aparecieron en las costas de Santa Teresita. Estos fueron sepultados en el cementerio General Lavalle como “N.N.”. Tiempo después, gracias al trabajo de antropólogos forenses, en 2005, pudieron identificar los cuerpos de Duquet, Auad y de las madres.

Luego siguieron los reconocimientos: Familiares y Compañeros de los 12 de Santa Cruz reconocieron el trabajo del “periodismo comprometido con el pueblo trabajador, la defensa de los intereses de la patria, los derechos humanos y la lucha por la memoria, la verdad y la justicia” y les entregaron pañuelos a dos integrantes de Página/12; el director general Hugo Soriani y la periodista de Judiciales y Derechos Humanos Luciana Bertoia. Soriani destacó que la Iglesia de la Santa Cruz es “una institución que abrazó y acompañó”, agradeció a los Familiares y Compañeros y expresó que el premio no era para él, sino para “ese diario que hicimos hace 37 años pensando que iba a durar seis meses”. Bertoia también agradeció a los Familiares y Compañeros y destacó el hecho de compartir “este reconocimiento con personas que queremos y admiramos tanto”, que, a pesar de la dificultad de los próximos años, “acá tenemos un faro que nos ha marcado el camino durante estas cuatro décadas, sobre todo a aquellos que nacimos en democracia”. Luego señaló a las Madres, las Abuelas, los Familiares y los organismos de derechos humanos como “un ejemplo al que recurrir cuando se ponga en duda la memoria, la verdad y la justicia”. Finalmente, Bertoia destacó el trabajo de sus compañeros en Página/12 y de sus colegas en los medios públicos.

Los últimos dos reconocimientos fueron a Teresa Parodi y Liliana Herrera, quienes se subieron al escenario a tocar canciones como “Aún caminan conmigo” de Parodi, “La canción es urgente” de Silvio Rodríguez, en la que Parodi se paró y cantó ante un público tan conmocionado como ella, y finalizaron con “Esa Musiquita”. Luego de que las artistas reciban un gran aplauso de parte del público, las integrantes de Familiares y Compañeros Cecilia de Vicenti y Mabel Careaga subieron al escenario nuevamente para afirmar su compromiso y apoyo a un modelo de país “donde el Estado garantice la salud, la educación, la cultura, los derechos y las universidades” y señalaron que las propuestas del gobierno de Javier Milei “nos llevan 40 años atrás”, pero también que “más de cuatro décadas de lucha no podrán borrarse de un plumazo” y que “la recuperación del avión del cual fueron arrojados vivos nuestros 12 familiares, compañeros y compañeras es un ejemplo de lo que se puede hacer desde el Estado cuando hay voluntad política de sostener y defender la memoria histórica de la patria”.

Como cierre, se repartieron rosas entre el público para ser alzadas junto a los gritos de “¡Presente!” luego de nombrar a cada desaparecido. Cuando terminó la lista, otra empezó: y el público se turnaba para alzar sus voces y nombrar a sus familiares y conocidos desaparecidos. Finalizado el acto, el público se acercó al Solar de la Memoria para dejar las rosas ante las tumbas de María Ponce de Bianco, Esther Ballestrini de Careaga, Leonie Duquet y Ángela Auad, o ante las placas que conmemoran a los otros ocho desaparecidos. En el fondo, se escuchaban los bombos de Talleres Batuka despidiendo este acto homenaje.

«Si es necesario salgamos a la calle todos los días»

«Si es necesario salgamos a la calle todos los días»

La 43ª Marcha de la Resistencia tuvo lugar una vez más en Plaza de Mayo. Teñida por el retorno del discurso negacionista, oganizaciones defensoras de los derechos humanos, movimientos sociales, culturales y partidos políticos reivindicaron a los 30.000 desaparecidos y renovaron la exigencia de memoria, verdad y justicia.

A tres días de la asunción de Javier Milei, como cada año desde hace más de cuatro décadas, organizaciones de derechos humanos, sociales y la izquierda se concovaron en Plaza de Mayo para renovar las consignas históricas del movimiento de memoria, verdad y justicia contra el genocidio, la impunidad y el negacionismo. Como cada jueves, hubo sendas movilizaciones de la Asociación Madres de Plaza de Mayo -que organizaron su tradicional acto- y de las Madres de la Línea Fundadora. Ambas dieron vueltas, acompañadas por una multitud, en torno a la histórica pirámide en su Marcha de la Resistencia número 43.

Las consignas “¡47 años de lucha!”, “Apertura de los archivos de la represión”, “Son 30.000”, “Es genocidio”, “¡30.000 detenidos y detenidas desaparecidos presentes, ahora y siempre!” cobraron una nueva dimensión este año, cruzado por una campaña electoral en la que afloraron como pocas veces antes discursos negacionistas de parte de la fuerza política que este domingo accede a la presidencia de la nación.

Del lado sur de la plaza, a pocos pasos de la calle Defensa, en una pequeña tarima el sobreviviente de la dictadura Carlos Loza conversaba con los miembros del colectivo de comunicación La Retaguardia sobre los juicios a los genocidas, la histórica demanda de la apertura de los archivos históricos de la dictadura y la situación del campo de deportes de la Armada detrás del predio de la ESMA. Cerca de la tarima La Banda del Pañuelo, un grupo cultural que desde hace seis años acompaña a las Madres de la Plaza de Mayo – Línea Fundadora en sus rondas, dibujó en el suelo un mural comunitario con enormes pañuelos de colores. Su diseñador, que se identificó como Iván, explicó a ANCCOM el concepto de la obra: “Armamos un pañuelo grande y dentro de él van nombres de pila de desaparecidos en la dictadura. Se acercan a pintar ese nombre sus familiares, y alrededor del pañuelo hay unas flores azucenas –por su fundadora de la organización, la desaparecida Madre Azucena Villaflor– y una mariposa.” 

Las Madres se juntan al lado del bebedero que está frente al acceso a la estación del subte A cada jueves desde hace 47 años, y marchan a las tres y media de la tarde. “Acompañamos desde el lado cultural porque entendemos también que somos la generación que tiene que seguir esta línea histórica, la continuidad de la memoria, la justicia y la verdad” expresó.

Ya con la tarima rodeada con mucha más gente, se pronunció Elia Espen quien emocionada manifestó que “cuando todos los genocidas sean enjuiciados y no protegidos diremos, queridos hijos, padres, hermanos: ´¡Cumplimos!´. Pero como no creo que eso ocurra, pediremos juicio y castigo a todos los genocidas.” Sin quitarse sus enormes lentes oscuros, aseguró que se aproximan momentos difíciles en la Argentina, pero que las Madres no se callarán y seguirán defendiendo la verdad y la justicia. Espen mostró su desacuerdo con lo que denominó la “politización partidaria” del Día Nacional de la Memoria, la Verdad y la Justicia y las disputas entre los organismos de derechos humanos: “Consiguieron separar a los organismos, hacer que nos miremos todos como enemigos por pensar diferente. En todo caso, somos disidentes”, expresó. Según ella, «ante los que conjugan el verbo obedecer, yo conjugo el verbo no perdono y no olvido. ¿Qué pretenden que nos abracemos con los genocidas?», reprochó y prometió que hasta su «último suspiro» va a continuar pidiendo que «se abran los archivos» de la última dictadura militar.

El cierre del acto fue encabezado por Nora Cortiñas, quien manifestó que a pesar de los resultados adversos en las pasadas elecciones nacionales “tenemos mucho para hacer y decir y vamos a seguir, no vamos a bajar los brazos”. También resaltó que es necesario que permanezcan juntas como lo han hecho en los últimos 47 años y que la unidad es la que permitirá lograr que la justicia siga funcionando y no se pare ninguno de los juicios en contra de quienes violaron los derechos humanos durante la dictadura. Además cuestionó algunas de las medidas del plan de gobierno del presidente por asumir, Javier Milei “Nos enteramos que quieren sacar la ESI de los colegios, no los dejemos, salgamos a la calle todos los días si es necesario”. Cortiñas destacó que “lo otro que tenemos que lograr es que dejen en libertad a Milagro Sala ¡ya!, ¡ya!”. Sentada en su silla de ruedas, presentó las consignas de la marcha que fueron “que se abran los archivos” y “que sigan los juicios”, aunque también hizo un llamado a estar atentos antes muchas otras consignas que se tendrán que seguir manteniendo y planteó la necesidad de usar mecanismos como el volanteo en las calles del país.

 Otra de las madres que estuvo presente en la tarima, al lado de Espen y Cortiñas, fue Mirta Acuña de Baravalle. Luego de sus discursos, las Madres hicieron sus vueltas alrededor de la Pirámide de Mayo, y tras la tercera vuelta se acercaron al mural de La Banda del Pañuelo en donde las tres colocaron el nombre de sus hijos desaparecidos. Elia Espen plasmó el nombre de Hugo Orlando; Mirta Acuña de Baravalle escribió los nombres de Anita, su hija embarazada y Julio, su yerno, además de “Camila o Ernesto” en referencia al nombre que habría tenido su nieto. Por último, Nora Cortiñas pintó el nombre de Gustavo y la frase “¡Venceremos!”. La actriz Cristina Banegas leyó poemas, y el final del acto estuvo a cargo de Lidia Borda que junto a las madres entonó la canción de Maria Elena Walsh “Como la cigarra”. 

Sobre la Marcha de la Resistencia que las Madres realizaron por primera vez en 1981, Cortiñas recordó que las hacían «por 24 horas, de 15.30 a las 15.30 del día siguiente» pero, dijo, «ahora estamos muchas madres enfermas y aunque quisiéramos no podríamos». Por eso, convocó «a los jóvenes» y a las generaciones que vienen a que «si algún día se nos ocurriera que hay que salir 24 horas, nos acompañen». La respuesta fueron aplausos y puños en alto. Luego, siempre fiel a mencionar todo tipo de reclamo, exigió que las «comunidades indígenas reciban sus tierras».

“Sobre este pueblo ha caído una niebla intensa”

Más temprano gente suelta, turistas y algunos militantes ya se encontraban dispersos alrededor de Plaza de Mayo vieron llegar una combi blanca estampada con el nombre “Madres de Plaza de Mayo”. En seguida, los presentes en la plaza comenzaron a rodear el vehículo del que bajaron, junto a familiares, las integrantes de la Asociación Carmen Arias y Sara Mrad, referente de las Madres en Tucumán. Empujadas en sillas de ruedas por sus acompañantes y protegidas del sol con sombrillas circularon en torno a la Pirámide mientras la multitud entonaba “Vamos las madres, con fuerza vamo’ al frente que se los pide toda la gente. Una bandera que diga ‘gracias, madres’ por ser siempre el ejemplo en la lucha popular”. Junto a los gritos y aplausos los bombos también se escuchaban en el recorrido. “Montalvo, Carlos Alberto” recitaba una voz desde uno de los costados de la plaza. “¡Presente!” respondían a voz fuerte los presentes. “Montaño Carvajal, Felix” de nuevo, “¡Presente!”. Y así, iban repasando los nombres de cada uno de los desaparecidos durante la última dictadura militar. 

Ya bajo la sombra de los gazebos azules, la directora de la Universidad Nacional de las Madres de Plaza de Mayo (UNMA), Cristina Caamaño leyó una resolución publicada el 4 de diciembre en honor al cumpleaños de Hebe de Bonafini. Luego de hacer un recorrido por su vida y trayectoria, en la que la describió como un “símbolo de dignidad, coraje y lucha por la memoria, verdad y justicia”, Caamaño le otorgó el título póstumo de Doctora Honoris Causa a Bonafini. La condecoración fue recibida por Carmen Arias en medio de las voces que coreaban “Se siente, se siente, Hebe está presente”. 

A su turno, Sara Mrad habló del nuevo escenario político que inicia su gestión oficialmente el diez de diciembre “Sobre esta patria, sobre este pueblo ha caído una niebla intensa que pareciera impenetrable, pero los pueblos sabemos cómo vamos a seguir la ruta y vamos a pelear porque traemos cientos de años de historia”. Y remarcó la importancia de resistir y sostener la lucha por siempre. Rodeadas por personas queriendo fotografiarse junto a ellas, las madres fueron trasladadas nuevamente a la combi para retirarse. 

Los que acompañaron a las Madres

Marcharon junto a las Madres el Servicio de Paz y Justicia (Serpaj), el Centro de Abogados por Derechos Humanos (CADHU), el Centro de Profesionales por los Derechos Humanos (Ceprodh), el Frente de Organizaciones en Lucha (FOL), el Nuevo MAS, la Izquierda Socialista, el Partido Obrero y el PTS, entre otros.

También estuvieron presentes delegaciones de Suteba Tigre, Ademys, trabajadores de Fate, FPDS CP, FOL, Coordinadora por el Cambio Social, Cuba MTR, PRML, Resistir y Luchar, FOB, FAR, Libres del Sur, MAS, La Poderosa y Kolina. 

Además, acompañaron la legisladora porteña Alejandrina Barry (hija de desaparecidos), el abogado Matías Aufieri y el politólogo Leo Deza (nieto de víctima de la Triple A). Se acercó, también, Sergio Maldonado, hermano del desaparecido Santiago Maldonado. Sumándose a la Marcha de la Resistencia hubo otras actividades. A las 16:30 la colectividad peruana marchó hacia el Consulado de ese país hermano a un año del golpe de Dina Boluarte. Y posteriormente a la Marcha, César Arakaki (condenado por la movilización de diciembre de 2017 en el Congreso) junto a otros actores representaron en la Plaza la pieza teatral Tintorero para seguir reclamando su absolución.