«El objetivo es borrar la historia»

«El objetivo es borrar la historia»

Legisladores, organizaciones defensoras de los derechos humanos y trabajadores denuncian el desmantelamiento de los equipos de relevamiento y análisis de archivos de las Fuerzas Armadas, un duro revés para la búsqueda de la verdad sobre delitos de lesa humanidad en Argentina.

Desde las 9.30, en el Salón Perón de la Legislatura porteña, se realizó una conferencia de prensa para denunciar el desmantelamiento de los equipos de Relevamiento y Análisis de archivos y el Sistema de Archivos de la Defensa, que se encargaban de analizar los archivos de las Fuerzas Armadas, contribuyendo así a la investigación de delitos de lesa humanidad. Además, trabajaban en proyectos destinados a ampliar el acceso de la sociedad a estos archivos.

El desmantelamiento del sector, del cual fueron despedidos diez de sus trece trabajadores, tiene como objetivo “borrar una historia que durante años pudimos construir en Memoria, Verdad y Justicia. Y se da en el contexto en el que el gobierno pide la reconciliación con las Fuerzas Armadas”, según denunciaron al iniciar la conferencia Victoria Montenegro, diputada por la Ciudad y presidenta de la Comisión de Derechos Humanos de la Legislatura, que además es una de las nietas recuperadas por Abuelas, y Alejandrina Barry, legisladora del FIT e hija de desaparecidos.

“Es fundamental visibilizar cuál es el objetivo de este gobierno y del ministro de Defensa, Luis Petri, que vergonzosamente se jacta de sus fotos con reivindicadores del accionar de los genocidas y, por supuesto, nuestro compromiso permanente con la lucha de los Derechos Humanos”, comentó Montenegro.

Junto con la presencia de organizaciones sociales, sindicales y políticas, denunciaron que los equipos realizan un aporte fundamental para esclarecer delitos de lesa humanidad. La antropóloga e investigadora Valeria Barbuto leyó el comunicado firmado por Abuelas de Plaza de Mayo, H.I.J.O.S Capital y el Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS). “La decisión busca obstaculizar el proceso de justicia y de averiguación de la verdad. Retirar estos equipos civiles y profesionales resulta aún más preocupante dado que la conducción del ministerio de Defensa está ahora en gran parte a cargo de militares retirados”, remarcó.

“Son archivos que no pueden, obviamente, estar en manos de los mismos genocidas y de los mismos policías represores, que van a garantizarse la impunidad, porque al pacto de silencio le siguió esto, intentar por todos los medios que no se pudiera conocer toda la información”, denunció Alejandrina Barry. 

Angélica Enz tomó la palabra por los trabajadores despedidos: “Es un hecho gravísimo, ahora los requerimientos van a estar respondidos directamente por las propias fuerzas. No solo porque muchas personas que están en las Fuerzas Armadas pueden tener algún tipo de interés, sino también porque no tienen el conocimiento ni el nivel de información y capacitación que se requiere. Cada compañero conoce en detalle cómo funcionaba cada fuerza, cuáles eran las regulaciones en el período 76-83”, señaló la investigadora. “Hay alrededor de 30 causas abiertas que no van a recibir esos aportes”, estimó Enz. Desde su creación en 2010, los equipos generaron alrededor de 170 informes que colaboraron con tribunales y fiscalías para responder a requerimientos vinculados a investigaciones por delitos de lesa humanidad.

Amparo

Según explicó el abogado Pablo Llonto, junto con su colega Mariana Maurer, presentaron una medida cautelar ante el Juzgado Criminal y Correccional Federal N° 3 de Capital Federal para la reincorporación de todo el equipo. La idea es que la iniciativa se replique en todo el país. “No tenemos ninguna duda de que cada medida que ya han puesto en marcha desde el gobierno, más las que seguramente están tramando, tienen como objetivo central obstaculizar, frenar y tratar de lograr los objetivos de impunidad para los genocidas”, remarcó Llonto, y agregó: “Por eso la importancia que tiene la lucha tanto sindical, en las calles, por parte de nuestros organismos, como por parte de las abogadas y los abogados para hacer presentaciones en la justicia”.

 

El rescate de los caídos en la guerra

El rescate de los caídos en la guerra

Gabriela Naso y Victoria Torres hablan de Esquirlas de la memoria, un libro sobre la recuperación de los restos y de la identidad de los combatientes de Malvinas enterrados en el cementerio de las islas en fosas comunes o con la inscripción “Soldado argentino solo conocido por Dios”.

A 42 años del conflicto bélico que marcó a fuego a la Argentina se publica Esquirlas en la Memoria, una crónica que narra las vivencias de los soldados que lucharon en la guerra de Malvinas, y su camino y el de los familiares por la recuperación de la identidad de aquellos combatientes que no regresaron a casa. El libro presenta una perspectiva aguda e íntima de todo el proceso de guerra y posguerra que forma parte de la historia del país y en efecto, de todos los argentinos.

Sus autoras son Gabriela Naso, periodista, realizadora audiovisual, especialista en derechos humanos y la causa Malvinas; y Victoria Torres, quien estudió Letras en la Universidad Nacional de La Plata y escribió varios libros sobre la guerra, y quien actualmente es docente en el Instituto de Lenguas Románicas en la Universidad de Colonia, Alemania. Ambas forman parte del Centro de Excombatientes Islas Malvinas (CECIM) de La Plata.

“Las dos nos comprometimos a contar esta historia desde una perspectiva de derechos humanos y aportar a la memoria colectiva y a la reivindicación de la lucha de este grupo de excombatientes que desde el final del conflicto buscó devolver la identidad a sus compañeros”, expresó Naso en una charla con Anccom.

¿Cómo inicia este proyecto del libro?

Gabriela Naso: Mi primer acercamiento al tema Malvinas se dio a fines de 2016, cuando me contacté con Ernesto Alonso, secretario de Derechos Humanos del CECIM por la agencia de noticias de la Universidad de Lomas de Zamora, sobre el proceso de identificación de soldados argentinos. Publicamos el artículo y después mantuve contacto con Alonso, quien me comentó de la existencia de la causa 1777/07, que investiga los tormentos, abusos y amenazas que sufrieron los soldados conscriptos de Malvinas a manos de sus superiores oficiales y suboficiales de las Fuerzas Armadas.

 La periodista se fue metiendo cada vez más, redactando artículos, realizó su tesis de maestría sobre las violaciones de los derechos humanos y a partir de esa experiencia, escribió y dirigió el documental Las voces del Silencio producido por Pulpofilms, titulado  que se estrena este año. Tenía mucho camino recorrido, investigado y cuando conoció a Torres en el CECIM surgió la idea de trabajar en conjunto sobre esta historia.

 Victoria Torres: En mi caso siempre estuve cerca del CECIM, soy platense; es decir, conocía muy bien esta historia. Sin embargo yo venía de la literatura, de la ficción, y aunque estaba convencidísima de que había que escribir sobre esto, era consciente de que se necesitaba una investigación previa para una narración acertada. Entonces nos conocimos con Gabi, quien tenía mucho material de investigación, y allí rápidamente vi la forma, cómo se podía contar y visualicé donde se podía publicar, fue muy claro: en qué editorial, de qué manera se podía hacer un libro sobre esto. Creo que fue un buen complemento, fue un match perfecto. 

Entre risas las autoras confesaron haberse sorprendido de la sincronía laboral y el vínculo sólido y fluido que fueron forjando en paralelo al libro. “Trabajamos juntas sobre este proyecto con un océano de por medio, con diferentes horarios y vidas”, comentó Torres, que reside en Alemania. También destacaron su diferencia generacional como algo positivo en la elaboración de un diálogo más rico dentro de la dinámica de producción.

El proceso del libro constó de una investigación de siete meses, chequeando minuciosamente archivos, testimonios y constantes entrevistas, seguidas del planeamiento de una estructura base de división de capítulos por temas. A finales del 2022 habían comenzado las primeras escrituras intensas que duraron hasta junio del 2023. Luego de presentarlo a la editorial Marea se llevaron a cabo un par de correcciones hasta dar por finalizado el libro.

 ¿Cómo surge el nombre Esquirlas en la Memoria para el libro?

 Gabriela Naso: Hace algunos años en una charla con la psicóloga Ana María Careaga, sobreviviente de la dictaura, escuché esto de que en los excombatientes había algo, como esquirlas incrustadas en el aparato psíquico. Reflexionando sobre ese concepto llegué al título. Esquirlas en la memoria son esos compañeros a los que los excombatientes buscan devolverle la identidad, esos pibes con los que su vida quedó conectada y a los que ellos consideran los únicos héroes de la Guerra de Malvinas.

 Victoria Torres: Cuando Gabi propuso el título se me vino inmediatamente una estrofa de un poema de Gustavo Caso Rosendi, poeta, miembro del CECIM y excombatiente que luego decidimos agregarlo al epígrafe del libro. Y justamente está eso de las esquirlas candentes, que llevan en las pupilas, incrustadas, los recuerdos del horror.

 La palabra esquirlas, recuerda Torres, como testigo de la época de guerra, fue un término de la adolescencia en la inmediata posguerra, es una palabra rara que está relacionada con Malvinas. “Me acuerdo de los amigos que volvían de la guerra y comentaban entre ellos que justamente llevaban estos fragmentos, esquirlas de bombas, incrustados en su cuerpo”. 

¿Cómo se prepararon para trabajar con los protagonistas y familiares en el proceso? ¿De qué manera buscaron la apertura de las personas que formaron parte de esta historia?

Gabriela Naso: Las dos tenemos contacto con los grupos hace tiempo. Y yo creo que haber entrado a una entrevista en profundidad sobre este tema también es resultado de todo el trayecto previo, del vínculo de confianza que se construyó durante años.  

Norma Gómez, hermana del soldado caído Eduardo Goméz, fue fundamental en este camino, insistió la autora, y agregó que fue una luchadora incansable en este viaje para lograr la identificación y el reconocimiento de su hermano, y de todos aquellos que no pudieron retornar a sus hogares luego de la guerra. “Norma fue una persona muy generosa que abrió muchas puertas durante esta aventura, acercando a familiares para que conocieran la iniciativa”, indicó Naso agradecida, recordando su aporte para abrir un puente de diálogo con aquellos familiares que sufrían lo mismo que ella. 

Victoria Torres: Es clave destacar que se formó un vínculo de confianza anterior al libro. Esto permitió que se den cosas muy lindas de forma natural y por ende muy auténticas.

 Gabriela Naso: Hay mucho conocimiento previo del tema y eso también refuerza la confianza e influye en la preparación para hacer las entrevistas. También supimos entender que en el recorrido alguien se podía emocionar y quebrar, entonces una pasaba a ser sostén de eso, estar ahí para el otro, para que pueda expresar lo que quiera expresar siempre desde la contención, la compañía y la escucha atenta y abierta. Para ellos es liberador poner en palabras las cosas que vivieron.

Victoria Torres: El tema de la escucha es fundamental y en mi caso, esto es claramente anterior a cualquier idea del libro. Cuando me acerco a las reuniones o asados que se realizan en la organización, hay como una especie de predisposición natural a la escucha. Es un momento de conexión donde se dan charlas muy profundas de manera fluida. 

En medio de la cocina del trabajo atravesaron un momento de dolor: la muerte de Norma Gómez, indispensable en esta historia. “Ella estaba entusiasmada y que no lo haya podido ver concluido es tristísimo”, expresó Naso, con voz quebrada. A Norma está dedicado el libro. Tuvo que enfrentar trabas y negativas que venían desde sectores de familiares vinculados a las Fuerzas Armadas; les decían que no iban a llegar a ningún lado, que todo resultaría un festival de huesos, que abajo del cementerio había un río que se llevaba los cuerpos o que estaban enterrados en una fosa común. Más allá de las advertencias sobre dar de baja las pensiones o las amenazas de muerte, Norma persistió. Y a pesar de los obstáculos siguió luchando, yendo a ver a familiares, contándoles la verdad sobre lo que sería el proceso.

Malvinas se enmarca en el contexto de la dictadura y las Fuerzas Armadas no se hicieron cargo de la identificación de sus caídos; al contrario, buscaron silenciar a los excombatientes y sus familiares. Estos accionares continuaron aún en democracia. “Nosotros trabajamos con los archivos desclasificados de la Dirección de Inteligencia de la Policía de Buenos Aires que están a resguardo de la Comisión Provincial por la Memoria”, señaló Naso. Allí se pudo observar la persecución a los excombatientes, particularmente a los del CECIM de La Plata, quienes se organizaban para conseguir becas de estudio o de trabajo, entre otras cosas.

Dentro del trabajo que conllevó y conlleva la identificación de los soldados caídos, se encuentran tres fases que las autoras explican muy bien. La primera (PPH 1) consistió en identificar a aquellos soldados que se encontraban sepultados en el cementerio con tumbas que solo tenían la leyenda “Soldado argentino sólo conocido por Dios”. La Cruz Roja actuó como intermediario neutral entre el gobierno británico y el Estado argentino. Para ello, solicitó el consentimiento de un número significativo de familiares que realmente tuviesen la necesidad de identificar esos cuerpos. Argentina logró conseguir más de ochenta consentimientos informados para dar inicio al proceso. Esta medida tuvo apertura en el gobierno de Cristina Fernández de Kirchner; no obstante, no se hizo efectiva hasta la época del macrismo. Previo a firmar el acuerdo Foradori-Duncan, donde este tema que siempre había sido tratado como una cuestión humanitaria quedó enmarcado en un acuerdo comercial.

La segunda fase (PPH 2) estaba destinada a la identificación de soldados que se encontraban sepultados de manera colectiva. Hasta el momento, se reconocieron 121 soldados. Sin embargo, todavía quedan cuerpos por identificar de la primera fase. Identidades que no coincidieron con el banco de ADN que se encontraba en la lista que brindaron los familiares de la causa. 

Finalmente, hoy queda pendiente la tercera fase (B4 16) que no se pudo concretar en 2023 por la reticencia de Gran Bretaña. “Nuestro deseo es que este gobierno continúe con la identificación de soldados argentinos porque consideramos que es una responsabilidad del Estado y un ejercicio de soberanía devolverle la identidad a los combatientes que cayeron en las islas”, concluyó, firme, Naso.

La crónica que presentan las autoras es resultado de un trabajo meticuloso y comprometido con el cuidado y la atención a cada uno de sus protagonistas. La misma logra dar vida a una obra íntima, con perspectiva y calidez humana. Cerró Torres: “Recuperamos todas esas pequeñas historias que hacen a la gran historia del colectivo que formamos como nación”.

 Esquirlas de la memoria se presenta el 23 de abril a las 18.30 en la Librería del Fondo de Cultura Económica, Costa Rica 4568, CABA.

 

 

Despidos para olvidar y garantizar la impunidad

Despidos para olvidar y garantizar la impunidad

Los equipos de Relevamiento y Análisis de Archivos (ERyA) del Ministerio de Defensa, fundamentales para las causas judiciales de lesa humanidad, serán disueltos tras el despido de diez de sus trece integrantes. Fiscales y querellantes expresan su preocupación.

El Ministerio de Defensa, conducido por Luis Petri, anunció despidos en distintas dependencias de esta cartera. Las áreas más afectadas son el Equipo de Relevamiento y Análisis (siete de sus diez integrantes) y el Sistema de Archivos de la Defensa (sus tres integrantes despedidos), además de ponerle fin a la política pública que aportaba información a las causas de delitos de lesa humanidad.

“Conformamos 10 de los 20 despidos totales del Ministerio de Defensa, hay una decisión dirigida dada la particularidad de nuestra tarea. En un contexto en el que desde presidencia se avalan discursos revisionistas y negacionistas, como se vio en el spot del 24 de marzo, esto no es casualidad”, afirmó Macarena Sandoval García, investigadora despedida.

“Desde ATE (Asociación de Trabajadores Estatales), pensamos que esto tiene claramente una intencionalidad, que es cumplir con la parte del contrato electoral que asumieron Javier Milei y Victoria Villaruel, de garantizar la impunidad de los genocidas y que se puedan ir de este mundo sin condena firme o en muchos casos sin siquiera ser elevados al banquillo”, sostuvo Luciano Fernández, referente de ATE. “Este equipo, y fundamentalmente esta política, -agregó- es un gran aporte en materia de prueba para poder desentrañar el período más aberrante de nuestra historia y el pacto de silencio que existe entre los militares que aún siguen con vida”, comentó Fernández.

En la red social X, defensores de acusados de violaciones a los Derechos Humanos durante el terrorismo de Estado celebraron la decisión de Petri. Para Fernández: “Milei eligió darle una dirección de circo romano a los despidos estatales, le hace una suerte de ofrenda a esa comunidad virtual que está en las redes, porque realmente es muy difícil que alguna persona real, no virtual, se haga cargo de ese nivel de saña y de sadismo, de alegrarse porque se elimina una política de protección o de ampliación de derechos”.

El trabajo de los equipos

Los Equipos de Relevamiento y Análisis (ERyA) fueron creados mediante el decreto 4/2010 de Cristina Fernández de Kirchner, que releva de la clasificación de seguridad a la documentación vinculada con el accionar de las Fuerzas Armadas entre 1976 y 1983. “La particularidad de la resolución está también en la decisión de conformar equipos de trabajo especializados y en capacitación constante, con oficinas en los archivos para dedicarse diaria y exclusivamente a la tarea”,  detalló Macarena Sandoval García.

Se organizan según las diferentes fuerzas militares: algunos se dedican a investigar el desempeño del Ejército durante ese período, mientras que otros se enfocan en la Armada, y un tercer grupo se dedica a la Fuerza Aérea. Dentro de quienes trabajan con los archivos, hay especialistas en comunicación, historia, sociología, derecho, antropología y trabajo social.

Una de las funciones más valiosas es proveer información a todas las causas de delitos de lesa humanidad: aportaron alrededor de 170 informes desde su creación. “Estos informes generalmente funcionan para dar cuenta de lógicas represivas, estructuras orgánicas, identificar autores, sostener las acusaciones y en muchos casos las sentencias”, comentó Sandoval García. “Cada informe es un trabajo minucioso y extensivo de reconstrucción y el conocimiento se fue transmitiendo a lo largo de catorce años entre los diversos profesionales que pasaron por los equipos en su carrera”, amplió la imvestigadora despedida. 

El desmantelamiento de estas áreas no es solo un problema de “acceso” a la información, el trabajo que realizan los investigadores “es una tarea muy específica, es conocer la idiosincrasia del lenguaje castrense militar, cómo se nombra cada unidad, las jerarquías, se relevaron más de 17.000 legajos, es realmente un rompecabezas”, afirmó Marilina Montiel, trabajadora del ministerio y delegada de ATE.

“A veces se piensa que son documentos desclasificados que hablaban sobre la dictadura, pero la mayoría de estos se eliminaron, lo que hay es un trabajo sobre documentos administrativos, pero que con ellos se ha podido, por ejemplo, reconstruir lugares de las diversas unidades de acuerdo a los testimonios de sobrevivientes. La documentación no dice quién torturó a quién, pero a partir del trabajo de los investigadores se reconstruyó información sobre los lugares de las unidades, la cantidad de personal para la guardias, entre muchas otras cosas”, comentó Montiel.

Los ERyA aportaron alrededor de 170 informes para las causas de delitos de lesa humanidad.

Distintas unidades del Poder Judicial, organismos de Derechos Humanos, funcionarios y exfuncionarios se manifestaron en contra de la medida. “Los despidos y el desmantelamiento del área suponen un obstáculo en los procesos de justicia”, expresó Macarena Sandoval García. Son seis edificios de archivos, sumado a los archivos ubicados en unidades militares, en los que ya no se llevarán a cabo las tareas que tenían los equipos. La trabajadora agregó: “No se puede reemplazar en un día el trabajo y conocimiento especializado transmitido a lo largo de catorce años. Los informes, los cuales volvíamos a consultar constantemente para los nuevos requerimientos, son patrimonio de la Dirección de los Derechos Humanos y el Derecho Internacional Humanitario del ministerio de Defensa”.

Movilización como respuesta

Desde ATE convocan para el miércoles 3 de abril, una jornada de lucha con ingresos masivos y simultáneos a los sectores de trabajo para acompañar física, psicológica y emocionalmente a los trabajadores despedidos y a la tarde habrá un plenario federal de trabajadores del Estado Nacional para definir las acciones a seguir. También se planea movilizar a la Secretaría de Trabajo y a la de Desarrollo Social. “Nosotros queremos estar sobre todo para garantizar y contener un poco a los trabajadores, porque es tanto el nivel de incertidumbre y crueldad que nos parece tremendo que el trabajador, la trabajadora, llegue y se desayune con que no puede ingresar”, dijo Marilina Montiel. 

En medio de la ola de despidos, el Gobierno confirmó que los contratos de los empleados que siguen vigentes serán renovados cada tres meses y no anualmente, como se hizo en gestiones anteriores. “Tenemos que poder llevar alguna respuesta a esta situación, un plan de lucha articulado y consensuado, pero contundente porque los contratos que se renovaron son por tres meses, en junio vamos a estar en esta misma situación”, comentó Montiel.

“Desde ATE nuestra obligación es dar la pelea para que esto, que claramente es una arbitrariedad manifiesta, no pueda avanzar ni ser sostenido, vamos a poner todas las herramientas que tiene la organización en el plano sindical, jurídico y político para ponerle un freno al avance desmedido de Milei, que parece que se percibe como un tirano elegido por el soberano. Nosotros nos vamos a enfrentar a cualquier tiranía, como lo hizo nuestra organización a lo largo de su historia”, concluyó Luciano Fernández.

Millares de personas y un solo grito: «Nunca más»

Millares de personas y un solo grito: «Nunca más»

Estudiantes, artistas, jubilados, empleados, militantes políticos y de organizaciones sociales confluyeron en la Plaza de Mayo en el Día de la Memoria, la Verdad y la Justicia. Conocé sus motivaciones.

Camila Villarreal, 29 años, estudiante de la Universidad Nacional de Tres de Febrero (UNTREF) e integrante de Murgas por la Identidad.

“Estamos acá para conmemorar la lucha de los compañeros, para recordar a los 30.000 desaparecidos. Nuestra presencia es para que esto no vuelva a suceder. Hoy salimos con mucha más fuerza contra el negacionismo y contra todo lo que quiere borrar este gobierno”

 

 

Ramón Bebiglia, 68 años, jubilado metalúrgico e integrante del Movimiento Autoconvocado.  

“El gobierno de Milei está elevando un discurso negacionista porque necesita crear un clima de violencia y autoritarismo para que la burguesía monopólica pueda avanzar en las reformas laborales, en los ajustes, que nunca cierran sin represión. Hoy la principal violación de los derechos humanos es el hambre, la superexplotación y la miseria a la que nos vienen sometiendo; estamos acá para evitarlo”.

 

 

Kai Aguilar y Faus Alfonso Islas, 15 años, alumnas del colegio Mariano Acosta.

 Kai:”Somos la juventud que viene a levantar la bandera que dejaron los compañeros desaparecidos, sobre todo frente a un gobierno que está negando el pasado, diciendo que fue una guerra todo lo que pasó.”

 Faus: “Es un gobierno que niega ese pasado, la tiene a Villarruel que fue a visitar militares a la cárcel, tenemos que cuidar el pasado, hacer memoria y no permitir que todo esto quede en el olvido. Nosotros somos el futuro del país.”

 

 

Nadia Vázquez, 31 años, docente e integrante de la “Coordinadora de DDHH del Fútbol Argentino».

 “Siendo el primer 24 de marzo del gobierno de Milei es importante recuperar las calles porque son nuestras, no hay que retroceder. Son muchos los motivos que hoy nos convocan a estar a acá, uno es el negacionismo de este gobierno, otro es el no al DNU y nosotros en particular como hinchas de fútbol también decimos no a las sociedades anónimas deportivas.”

 

 

Charo Delgado, 30 años, estudiante de circo e integrante de Murgas por la Identidad.

“Estamos acá ante todo por la memoria, es lo que nos une hoy ante estos discursos de odio. Tenemos un lema que es resistir con alegría y estamos acá para cumplir con eso”.

 

 

Agata Rosemberg, 29 años, trabajadora del buffet de un colegio e integra Murgas por la Identidad. Kali, su hija de 5 años.

“Estamos acá para reivindicar la memoria, la justicia y la verdad, a pesar del peligro y miedo a la represión. Vengo acá con mi nena porque es muy importante que ella sepa todo lo que pasó en esos años. Hoy empezamos el día con la canción de Canticuenticos ‘Pañuelito blanco’, dedicada a las Abuelas. Le vamos hablando un poco de toda esa época y de diferentes maneras para que esté al tanto de estos temas”.

 

 

Maximiliano Vera, 31 años, músico y guitarrista de “La Chancha Muda”, autoconvocado.

“Hoy más que nunca es muy importante estar, había muchas cosas que dábamos por sentadas y  en estos últimos tiempos fueron vulneradas, hay que mostrar lo que es la calle y lo que es el verdadero sentimiento de la gente. No hay que permitir que nos sigan sacando los derechos, no es momento de quedarse en la casa sentado”.

 

 

Paulo Arguindegui, 72 años, integrante de Jubilados insurgentes.

“Todos los años venimos, es un deber con todos los compañeros que han secuestrado, en Astilleros Río Santiago, donde trabajaba, secuestraron 40 trabajadores, los que sobrevivimos se lo debemos a los que se fueron. Además estamos acá porque este gobierno va a matar de hambre a los jubilados, una nueva forma de genocidio”.

 

 

Marcela Tita, 56 años, desocupada integrante del colectivo LGTTB.

“No queremos que los derechos adquiridos se pierdan, además creemos que hay que hacer memoria. Con las chicas trans se perdió la memoria, yo fui presa en dictadura pero no existía, no tenía un documento para corroborarlo, cuando fuimos a pedir los legajos en la policía nos negaron toda información”.

 

 

 

Eduardo Abel Arias, 68 años, jubilado e integrante de Uruguayos por los Derechos Humanos.

“Uruguay tuvo 120 desaparecidos en Argentina como efecto del Plan Cóndor que se encargaba de atacar y secuestrar a distintos compañeros de Latinoamérica, estamos acá para reivindicar su memoria y decir: ¡Nunca más!”.

 

 

 Matías Rosales, 40 años, empleado del gobierno nacional, autoconvocado

“Vine por mi cuenta, hoy sufrimos una crisis de representatividad y estamos desamparados en este contexto. Hay que salir porque nos están vendiendo un discurso de odio que nos interpela y ante eso debemos organizarnos colectivamente para pelear. Nos quieren individualizar y deshumanizar, por eso más que nunca tenemos que estar acá”.

 

 

Magalí Martínez, 54 años, docente, autoconvocada.

“Me sumo a denunciar el terrible genocidio, no solo del pueblo argentino sino también de nuestros pueblos originarios, primero empezaron con la colonización, la exclavitud y después con una dictadura para acentuar todo eso, por eso tenemos que decir ¡Nunca más!”.

La calle tiene memoria

La calle tiene memoria

Cientos de miles de personas se manifestaron en la Plaza de Mayo en el Día de la Memoria, la Verdad y la Justicia que por primera vez se dio en un contexto que tiene a un gobierno negacionista en la Casa Rosada. A 48 años del último golpe cívico-militar hubo, además, consignas en repudio a las políticas sociales y económicas de Javier Milei. También marcharon en el resto del país.

La jornada comenzó alrededor de las diez de la mañana cuando los organismos defensores de los derechos humanos coparon Avenida de Mayo desplegando en el piso una bandera conmemorativa con las caras de desaparecidos. Su extensión ocupaba varias cuadras, desde la intersección con la calle Piedras hasta el cruce con la Avenida 9 de Julio. Poco a poco se fueron ubicando en los espacios laterales los centros de estudiantes secundarios de colegios públicos porteños, quienes aportaron el color y el ruido típico de los más jóvenes cantando “El que no salta votó a Milei” o “Como a los nazis les va a pasar adonde vayan los iremos a buscar”. También llegaron las distintas asociaciones de derechos humanos.

Un poco más tarde, en la diagonal sur, presidente Julio Argentino Roca, comenzaron a reunirse las diferentes organizaciones de origen peronista y los sindicatos nucleados en la Confederación General del Trabajo. ANCCOM consultó a Andrés Rodríguez secretario general de la Unión del Personal Civil de la Nación (UPNC) quien explicó su presencia “por lo muchos compañeros que sufrieron en carne propia la crueldad y bestialidad de la dictadura”. Por eso, destacó, reivindica las políticas de memoria, verdad y justicia y el “Nunca Más”. Rodríguez lanzó una dura advertencia contra el gobierno de Milei: “Los derechos humanos también tienen que ver con el empobrecimiento que están padeciendo actualmente los jubilados y los trabajadores, engrosando las filas de la desocupación, por eso movilizamos hoy para decirle basta al atropello de los derechos humanos que están llevando adelante desde el poder ejecutivo”.

Hacia el mediodía el espacio para moverse ya era ínfimo. Con el correr de las horas, cuando se acercaba el momento de los discursos, se redujo aún más. Sobre la plaza sobresalían los pasacalles con las leyendas “La patria no se vende, la vida no se entrega, el pueblo se subleva” y “30.000 vivos de verdad”, colocados por la organización La Poderosa. En paralelo los trabajadores del Banco Nación recolectaban firmas contra la privatización de la institución.

La cantidad de personas autoconvocadas y no agrupadas bajo ninguna bandera partidaria era notoria. Muchos llevaban el pañuelo blanco distintivo de las Madres de Plaza de Mayo. El momento de mayor fervor se dio con la llegada de Taty Almeida, a bordo de un taxi por sus dificultades para trasladarse, y de Estela de Carlotto. Más allá continuaba la música y algunas representaciones teatrales.

Cuando cerca de las dos de la tarde ya estaba todo dispuesto para comenzar con la lectura de documentos y las columnas avanzaban a su destino final en el centro de la plaza, ANCCOM divisó entre todos los asistentes al ex Jefe de Gabinete de Ministros Juan Manuel Abal Medina que comentó: “Siempre estar presente un 24 de marzo es muy relevante porque significa dar testimonio que los argentinos dijimos nunca más al terrorismo de Estado y la violencia estatal”. El politólogo, quien debió exiliarse junto a su familia en México a los 14 años de edad, también indicó que quienes gobiernan se hacen los distraídos “por eso el compromiso debe ser más fuerte que nunca”.

El poder de las palabras  

Las primeras en subir al escenario fueron las Madres y Abuelas de Plaza de Mayo que hicieron referencia a la impunidad de ciertos poderes cómplices de los crímenes cometidos por la dictadura. Reclamaron que se continúe con la política de juzgar y condenar a los represores y lanzaron duras críticas dirigidas puntualmente hacia Victoria Villaruel, la vicepresidenta de la Nación, por su controversial postura abiertamente negacionista de las atrocidades cometidas por los militares genocidas. En cuanto a la situación actual del país tocaron el tema con un concepto fuerte: “Nunca más miseria planificada”. También pidieron por una ley que fije penas a los funcionarios que utilicen discursos que niegan lo sucedido en el período 1976-1983, “No claudicar en la lucha”, pidieron y exigieron que se esclarezca el atentado que sufrió una militante de la agrupación H.I.J.O.S.

 Luego fue el turno del premio Nobel de la Paz Adolfo Pérez Esquivel quien también criticó la relativización de lo ocurrido entre 1973 y 1983  e hizo una enardecida defensa de la soberanía nacional y las empresas del Estado, las cuales, advirtió, “pertenecen al pueblo”.

 Después llegó el tiempo del recambio e ingresó el Encuentro Memoria Verdad y Justicia (EMVJ) para leer un documento consensuado entre todas sus partes integrantes que destacaba: “El terror del Estado empezó antes del golpe, bajo el gobierno del PJ, con la Triple A, la CNU y otras bandas fascistas, y el Operativo Independencia. Luego la dictadura desapareció y asesinó a miles de militantes. Robó cientos de bebés. Montó grupos de tareas, vuelos de la muerte, fosas comunes y centros clandestinos de detención, tortura y exterminio. Cerró el Congreso, suspendió y prohibió a los partidos. Intervino los sindicatos. Disolvió los centros de estudiantes y otras organizaciones sociales. Censuró a la prensa, la ciencia y el arte. Por eso volvemos a repudiar sus crímenes y a reivindicar a las y los compañeros detenidos-desaparecidos y sus luchas”.

Las fuerzas de seguridad del Estado, a cargo de la ministra Patricia Bullrich, y sus recientes protocolos brillaron por su ausencia. Todo se desarrolló en completa armonía y no hubo que lamentar ningún tipo de incidente o episodio de violencia. Hacia las cinco se inició una desconcentración pacífica de los cientos de miles que ocuparon las calles del centro porteño. En paralelo, multitudinarios actos similares se realizaron en Mar del Plata, Córdoba, Bariloche, entro otros lugares del país..