¿Por qué los empresarios apuestan por un gobierno que les hace perder plata a sus empresas?

¿Por qué los empresarios apuestan por un gobierno que les hace perder plata a sus empresas?

“El país que quieren los dueños”, el libro compilado por Alejandro Bercovich, propone una mirada con lupa sobre quiénes son y cómo operan los poderosos que definen el destino de la Argentina.

¿Cómo nombramos a la Argentina? Varios sentidos circulan en simultáneo, de eso se trata la complejidad. Y Argentina es compleja. Además, cada quien tiene una interpretación de lo que es la patria. Seleccionar una acepción no es excluyente, pero no todos los sentidos de la patria son compatibles entre sí.

Para “los dueños del país” la patria es un negocio. Un negocio que manejan, utilizan, manipulan. Y es que esa es la acción inherente a un negocio: la operación de sacar un provecho, un beneficio. Los dueños de la Argentina imaginan un determinado modelo de país. Pero, ¿cómo es esa Argentina que desean?

ANCCOM dialogó con Alejandro Bercovich, el autor junto con Cecilia Rikap, Lara Bersten, Juan Odisio, Gustavo García Zanotti y Augusto Tartufoli del libro El país que quieren los dueños. Antes de pensar qué país quieren los dueños hay que pensar qué es el país para los dueños. Y antes de pensar qué es el país para los dueños hay que repensar el concepto de “dueños”. En este sentido, el libro propone discutir el rol de la élite empresarial en nuestro país.

¿Hay un proyecto productivo, una idea de desarrollo nacional autónomo o solamente se trata de un mero plan de negocios? A esta élite la recorren diferentes intereses. Por un lado, como capitalistas dueños de las grandes empresas argentinas, y por otro, como acreedores, o sea, dueños de los bonos. De esta forma, muchas veces estamos ante capitalistas ricos pero con empresas pobres. “El patrimonio de los grandes capitales no está siendo destruido. Es más, está creciendo de manera inédita. Y justamente la trama offshore de empresas cáscara -aquellas que se dedican a realizar maniobras de manipulación y simulación con la finalidad de eludir y evadir normas tributarias y fugar capitales- y de guardias fiscales es lo que les permite a estos magnates acrecentar su patrimonio mientras el grueso de la población se empobrece”, afirma Bercovich.

Cuando el país entra en crisis, a los empresarios desde su condición de capitalistas les conviene que el Estado renegocie sus deudas y empuje el crecimiento. Pero, contrariamente, desde su carácter de acreedores les conviene que el Estado realice un ajuste. En este sentido, el autor plantea que “la apuesta de los grandes capitales por [Javier] Milei muestra para mí que prima el carácter de acreedor, de millonario, de rico, sobre el carácter de industrial, de emprendedor o de empresario. Se valora más desde el capital la continuidad de los pagos de la deuda, el no default y no tanto la reactivación.”

Esto explicaría por qué muchas veces los grandes empresarios apoyan gobiernos que perjudican sus compañías, como sucede en el actual. Un gobierno que renuncia al desarrollo autónomo y al entramado industrial. “Lo que ocurre es que algunos capitalistas empiezan a perder dinero en sus negocios principales, a perder ingresos” -sostiene Bercovich y agrega: “Y a pesar de esa pérdida tienen a buen resguardo su patrimonio, porque lo tienen en el exterior y no lo tienen invertido en ese negocio. Esta apuesta se mantiene igual a pesar de las pérdidas que se generan en las empresas. Eso es lo que me produce curiosidad y perplejidad porque se me escapa del sentido común que alguien apueste por un gobierno que le hace perder plata.”

Este particular escenario puede explicarse en la Argentina por el acérrimo antiperonismo que recorrió (y recorre) por años la historia de la Argentina. Según Bercovich, “ahí es donde entra justamente la dimensión político-ideológica de esta apuesta, que es la apuesta de una élite que arrastra sus perjuicios, sus ambiciones, sus piezas, sus viejos conflictos”.

Además, Milei representa esa displicencia que siente la élite respecto de la democracia y del resto de la comunidad. “De algún modo en Milei lo que encontró es la llave para disciplinar al resto de la sociedad y terminar de fijarse como una élite dominante, aun cuando no construya la hegemonía que construyen las clases dirigentes”, comenta el periodista. 

Bercovich retoma el concepto de “capitalismo caníbal” de Nancy Fraser: al capital ya no le alcanza con explotación del trabajo sino que necesita expropiarlo. En el ámbito macro, los Estados se encuentran subordinados a los mercados. En la esfera micro, las familias se subordinan a las empresas. “Fraser despliega en su libro cómo se combina la crisis climática, la acción de la ultraderecha fascista y racista, el ajuste y la deuda con el mecanismo de palanca de ese ajuste y la crisis de la democracia de occidente. Son todas cosas que van de la mano y que no pasan solo en Argentina. Está pasando en simultáneo, por lo menos, en la mitad del planeta”, señala el autor.

El país que quieren los dueños está compuesto por seis capítulos. El primero a cargo del mismo Bercovich que es también el compilador de esta obra polifónica. Le sigue un análisis de Gustavo García Zanotti sobre las grandes empresas y las guaridas fiscales. En el tercer capítulo, Cecilia Rikap aborda la dimensión comunicacional de la imagen de Javier Milei en la era digital. A continuación,  Juan Odisio propone un recorrido histórico sobre la élite argentina. El quinto, un ensayo de Lara Bersten, se centra en Vaca Muerta. Finalmente, el libro cierra con el capítulo de Augusto Tartufoli, dedicado a la vida cotidiana y al tiempo libre de la élite.

Sobre el ensayo de Rikap, docente e investigadora del CONICET que indaga en las asimetrías de poder y la economía digital, Bercovich plantea que “el análisis de las plataformas y los algoritmos que hace es clave para entender la lógica de lo que está en el negocio de la red. En el capitalismo monstruario, la renta está tomando la forma que tomaba en el feudalismo, una renta que se concentra muchísimo en los propietarios, en este caso no de la tierra, sino de la nube. En esa lógica, nuestros tecnocapitalistas, nuestros tecnofeudales, son vasallos de otros más poderosos que están en Estados Unidos”.

La actual tecnoburguesía local es la mayor defensora de la ultraderecha, que se subordina a los magnates digitales. “La hipótesis del libro de que las grandes familias apuntaron por Milei porque de algún modo renunciaron a la Argentina se verifica muy concretamente en este carácter vasallático de todo el ecosistema de plataformas y algoritmos argentinos nominalmente, pero que funcionan sobre la infraestructura estadounidense y que no derraman en absoluto ni en capacidades tecnológicas ni en  ventajas económicas para la Argentina”, indica el autor.

La pregunta por cómo nombramos a la Argentina no es solo simbólica: es económica y política. La patria se disputa desde múltiples sentidos en tensión. El país que quieren los dueños propone mirar esta disputa desde la élite empresarial, una mirada que apunta en contra de la soberanía de la Nación en pos de maximizar sus beneficios individuales.

Frente a una élite que renuncia a un horizonte común, la pregunta se vuelve urgente: ¿es posible construir una Argentina que no funcione como un negocio para pocos sino como un proyecto colectivo? 

El bombardeo se sigue reescribiendo

El bombardeo se sigue reescribiendo

A 70 años de la Masacre de Plaza de Mayo, cuando la Fuerza Aérea argentina lanzó un ataque contra su propia población, dejando más de 300 muertos y 800 heridos, autores del libro “16 de junio de 1955. Bombardeo y masacre: imágenes, memorias, silencios” revisan el acontecimiento y reconstruyen la memoria de una herida aún abierta y fragmentada.

“Este es el único caso en el que un sector de las Fuerzas Armadas, en este caso la aviación de la Marina de Guerra, bombardea a sus propios ciudadanos sin que haya ninguna señal de que algo de este orden podía suceder”, señala Juan Besse, antropólogo, profesor de Geografía en la Universidad de Buenos Aires y autor del libro 16 de junio de 1955. Bombardeo y masacre: imágenes, memorias, silencios, junto a María Graciela Rodríguez. El investigador usa un concepto de Antonin Artaud, “el teatro de la crueldad”, para describir los sucesos que ocurrieron aquel día. Más de un centenar de bombas cayeron en el centro porteño, bombas que producían efectos de mutilación. Además, los militares también usaron sus aviones para ametrallar a trabajadores que habían salido a protestar en la zona del Bajo. “Este teatro tuvo efectos de discernimiento político”, agrega.

Lo que siguió fue un silenciamiento de los hechos, sobre todo en los primeros años de la Revolución Libertadora y la proscripción del peronismo. Para Besse, los historiadores encargados de narrar la masacre instauraron una “prefiguración arcaica de la Teoría de los Dos Demonios”, donde se puso al mismo nivel el bombardeo y la posterior quema de iglesias por parte de militantes del gobierno: “Cuando se describe lo que sucedió se dice que hubo un bombardeo, pero no se dice nada sobre las víctimas, y se dice que hubo incendios, y por supuesto tampoco se habla de muertos porque no los hubo. Lo que se perdió fue patrimonio histórico religioso. Toda esta corriente historiográfica liberal suscribió a algo que uno podría asociar con la figura de una guerra justa”, sostiene.

El libro de Besse y Rodríguez revisa el tratamiento que recibió el bombardeo durante las décadas posteriores, desde el punto de vista de múltiples actores sociales como la política, la prensa o la academia.  “Algo que me resultó sorprendente es que tanto el equipo de María Graciela como el equipo que yo dirigía, no éramos historiadores. Éramos sociólogos, comunicólogos, politólogos, o en mi caso un antropólogo devenido geógrafo. Eso también es indicial”, destaca el investigador, que afirma que esta singularidad da cuenta de “las timideces historiográficas para plantarse frente a este acontecimiento”.

Un nuevo abordaje, el literario

El bombardeo. Plaza de Mayo. 16 de junio de 1955 es una antología literaria publicada este año que reúne una serie de textos de autores sobre lo ocurrido, algo que casi no tiene antecedentes debido a que la literatura sobre aquellos años se remite a otros hechos, como los fusilamientos de José León Suárez (Operación Masacre). Cuenta con 13 relatos de distintos géneros escritos por Mercedes Araujo, Humberto Bas, Juan José Becerra, Juan Carrá, Albertina Carri, Alejandro Covello, Esther Cross, Mariano Dubin, María Pía López, Carla Maliandi, Sebastián Martínez Daniell, Ricardo Romero y Luis Sagasti. Para el compilador y autor del prólogo, Julián López, el bombardeo “es un evento que los artistas no terminamos de escuchar, de representar o de entender”, y a él le parece que eso “es un motor bien interesante para la escritura, un desafío que te deja en un lugar de inseguridad, de incertidumbre y hasta te guía de cierta prevención”.

Con la antología, el objetivo fue abrir una puerta: “Lo único que busca es la posibilidad de la lectura. Y en ese sentido hay una ambición, tal vez un poco desmedida, que es que se pueda leer ese evento. Tal vez no que se empiece a leer, pero que vuelva a circular. Que a 70 años de esa barbaridad se generen nuevas posibilidades de lectura, de referencia, de asociación, de identificación, de cuestionamiento. Entender también por qué el silencio ganó esa partida”. De esta manera se configura un texto que incluye una narración colectiva, una forma de representar inédita para el bombardeo. “No hace falta siquiera opinar, no hace falta siquiera saber. Hace falta abrir el libro y leer”, afirma el escritor.

Guernica sin Picasso

Ambos autores comparan el ataque aéreo argentino con el producido por la aviación italiana y alemana sobre la localidad vasca durante la guerra civil española en 1937, que inspiró la obra del afamado pintor español. “Guernica es una aldea muy pequeña, en relación sobre todo a Buenos Aires, pero tiene el cuadro de Picasso. Tiene esa representación universal de magnitud máxima. Y que el bombardeo no tenga una significa que no permeó de alguna manera”, explica López. Juan Besse recalca que el número de víctimas y de destrucción en el pueblo ibérico fue menor, pero que “la ausencia de una inscripción como la que Picasso produjo con ese cuadro marca una relativa invisibilidad del acontecimiento”.

“Las bombas aparecen ahí como un corte, como la marcación de un tipo de violencia que va a asestar el trabajo y el proceso político en las décadas venideras”, afirma Besse. Recién con el aniversario 50 del hecho se empezaron a instalar políticas gubernamentales en torno a la recuperación de información, reparación histórica y divulgación para entenderlo como un suceso de lesa humanidad. Sin embargo, con el paso del tiempo y los cambios de signo político en el gobierno la reivindicación por la memoria vuelve a ser difusa: “Es un riesgo permanente de las políticas que quieren darle visibilidad, inscripción institucional, a algo respecto de lo cual los dueños de la Argentina no quieren saber nada”. Para el investigador el silencio que hubo y hay es “muy complejo”, ya que “se entraman distintos actores y distintas estrategias”.

López sostiene que el bombardeo fue un “quantum disciplinador fabuloso que definió y que define hasta nuestros días muy poderosamente nuestra vida política, social y cultural”. “Lo que estamos viviendo ahora, y por supuesto en el 76, tiene una línea directa inabordada, una coherencia de un tipo de proyecto que es capaz de asesinar a 309 compatriotas y hacer esa locura”.

Besse subraya que el bombardeo es un acontecimiento sobre el que “no hubo un llanto nacional. Como si fuera muy difícil universalizarlo. Siempre se lo particulariza y parece que esto fue una cosa que afectó a los peronistas”, y sentencia: “se bombardeó una ciudad y mataron a un montón de gente y me imagino que había peronistas y no peronistas”. Además, habla de la necesidad de realizar un debate serio y no oportunista sobre la historia y un duelo, que por la lejanía temporal de lo sucedido sería “transgeneracional”.

López, por su parte, reafirma la importancia de enseñar “que una fuerza tuvo su bautismo de fuego en contra de ciudadanas y ciudadanas del país que las sostiene, las mantiene, que eso implicó la proscripción de un líder político durante 18 años y contribuyó a generar una matriz de expresión política que negó a las mayorías y que prohibió palabras”.

«Nadie puede proscribir este amor»

«Nadie puede proscribir este amor»

A pesar de la lluvia, continúa sin cesar el desfile de la militancia frente a la casa de Cristina Kirchner para brindarle su respaldo después de la ratificación de la pena y la inhabilitación electoral que le dictó la Corte Suprema. San José 1111 se convirtió en un santuario. Los preparativos para la marcha del miércoles.

Ya es el quinto día de vigilia en San José 1111, la gente no se mueve, los canales de TV no paran de nombrarlo y es el peronismo inundando las calles otra vez. “Ella baila sola en el balcón” es la nueva indignación que genera Cristina Fernández de Kirchner. Que no haya llanto y sea fiesta, es lo que no entienden. 

Ya es media tarde, y entre el frío y la lluvia, los paraguas y las carpas, los gritos, y los cantos, los patys y los choris, las banderas y las pintadas, los trapos y los carteles, se escuchan bombos. Se ven colores, lentejuelas, gorros, trajes brillosos, volados, bordados, hombreras y pecheras.

Entre la multitud, Giselle pide permiso, la murga tiene que pasar. “Hemos sufrido la prohibición en la dictadura y Cristina nos devolvió los feriados del carnaval por eso tenemos gran gratitud hacia ella y hacia la democracia, y no podemos permitir este avance de un Poder Judicial enquistado en el poder que avanza sobre las instituciones y la independencia de los tres poderes institucionales”, dice esta integrante de la murga “Los Arlequines de la R” del barrio de Belgrano.

“La murga como movimiento popular, cultural, gratuito, que siempre está en las calles tiene la obligación de levantar estas banderas y estar acá presente. No podemos permitir que avancen sobre nuestro futuro, por eso nos estamos convocando acá, los bombos que tanto representan lo popular, nuestro grito, nuestro romper cadenas con el baile de la murga”, agrega Giselle. 

«En Recoleta te quisieron matar, en Constitución te vamos a cuidar» dice un pasacalle firmado por la Juventud Universitaria Peronista sobre Humberto Primo y casi San Juan. La promesa de cuidado es real, a menos de media cuadra está la Facultad de Ciencias Sociales de la UBA donde estudiantes y militantes no temen usarla como trinchera para estar cerca de Cristina.

Desde el CECSO, el Centro de Estudiantes de Ciencias Sociales, sus integrantes se proclaman por la democracia y en estado de alerta y movilización, y convocan el martes 17 de junio a una vigilia para el miércoles movilizar en caravana desde la casa de Cristina a Comodoro Py, en línea con la convocatoria de “Argentina con Cristina” que manifiesta que hay que volver a poner las cosas en su lugar. “La principal fuerza opositora tiene que poder elegir a su candidata. Y nuestro pueblo tiene que poder decidir en paz y tranquilidad”, reza el colectivo.

Pilar, estudiante de Ciencias de la Comunicación, piensa que toca moverse, militar y hacer el quilombo que siempre prometimos que íbamos a hacer cuando dijeron que se iban a meter con Cristina.

Los carteles colgados y las cartitas que le dejaron a Cristina en los alrededores del departamento de su hija están mojados pero aún se lee lo que dicen: “Avanti morocha”, “Unir las luchas”, “Yegua nunca mascota” y “Nadie puede proscribir este amor” son algunas de las leyendas que abundan en Constitución, un barrio pobre, medio pelo y con olor a meo. Un barrio que tiene el foco más peronista hoy. Un foco de resistencia. Un barrio que enuncia: “Corte Suprema injusta, más cerca del billete que de la justicia” y “Magnetto mafioso”. Un barrio que también albergaba al Enacom. A la casa de Cristina, este sábado también se movilizó Patria Grande, encabezado por Juan Grabois y Ofelia Fernandez, desde Parque Lezama.

En el marco de las diferentes convocatorias y reuniones que se vienen realizando en la sede del PJ Nacional de cara a la multitudinaria movilización del próximo 18 de junio para acompañar a Cristina a Comodoro Py para entregarse formalmente ante la justicia, más de 250 intendentes e intendentas de todo el país expresaron su absoluto repudio ante el fallo de la Corte Suprema. Los jefes comunales se suman a las acciones de trabajo territorial para garantizar que “Argentina con Cristina” sea una movilización histórica con el objetivo de garantizar que Cristina vuelva a su casa y no permitir la humillación a la que quiere someterla el partido judicial.

 

Durante la tarde de hoy en la sede del PJ Nacional se realizó una conferencia de prensa con medios internacionales. El presidente del Partido Justicialista bonaerense Máximo Kirchner estuvo junto al abogado defensor de Cristina, Carlos Beraldi; la secretaria general del partido a nivel nacional, Teresa García; el secretario de relaciones internacionales, Gustavo “Tano” Menéndez; y los ex cancilleres argentinos, Jorge Taiana y Felipe Solá.

Durante el diálogo con medios extranjeros, Beraldi explicó las irregularidades producidas durante el proceso que culminó con la condena a la presidenta del  PJ Nacional, dos veces presidenta y ex vicepresidenta de la nación. El secretario de relaciones internacionales y los ex cancilleres se refirieron a las acciones en el plano internacional y la articulación que se viene realizando con partidos, organizaciones y líderes del mundo en relación a la movilización del miércoles y el repudio de la proscripción a Cristina. Máximo Kirchner  respondió preguntas vinculadas al plano político. Entre los medios presentes se encontraban: El País, New York Times, EFE, Reuters, Cort News, Buenos Aires Herald, RT en Español, Fran Press, France 24, ANSA, Globo, CNN Brasil, Canal 3 de Barcelona, Prensa Latina, TVE, Nodal, Financial Times, Cort News, Agencia Nova, entre otros.

«Un cepo al voto popular»

«Un cepo al voto popular»

Cristina Fernández de Kirchner no podrá ser candidata a legisladora bonaerense porque la Corte Suprema ratificó el fallo de la causa Vialidad que la condena a seis años de prisión y la inhabilita para ocupar cargos públicos. Cortes en los accesos a la Capital, movilizaciones en el interior del país y frente a la sede del PJ Nacional, además de una vigilia en la puerta de su casa como manifestaciones de apoyo. El peronismo de todas las vertientes y otras fuerzas políticas se solidarizaron con ella. Recurrirá a tribunales internacionales.

La Corte Suprema falló en contra de Cristina Kirchner en el marco de la causa Vialidad. La expresidenta fue condenada a seis años de prisión y quedó inhabilitada para ejercer cargos públicos de por vida. Le dieron cinco días hábiles para presentarse en Comodoro Py, y ser detenida aunque se descuenta que obtendrá el arresto domiciliario. La noticia convocó a miles de militantes peronistas a la puerta de su casa en el barrio de Constitución, a los trabajadores del Smata a cortar la Panamericana y a los estudiantes de la Facultad de Ciencias Sociales de la UBA a tomar el edificio, entre otras tantas muestras del repudio que generó la resolución de los jueces cortesanos.

A eso de las 15, el dirigente Eduardo Valdez comentó en las inmediaciones del Partido Justicialista Nacional, con tono esperanzado, que el fallo no iba a salir porque tenía que ser unánime para gozar de validez. A pesar de sus ilusiones, finalmente fue unánime y salió. Los votos de Horacio Rosatti, Carlos Rosenkrantz y Ricardo Lorenzetti dictaminaron que la dos veces presidenta de la nación ya no podrá ser candidata a legisladora provincial en septiembre, candidatura que, como dijo Cristina ayer, “bastó para que se desataran los demonios”.

Horas antes, a eso del mediodía, los gremios y la militancia se declararon en estado de alerta y movilización, y llamaron a juntarse en la sede del PJ Nacional, en la calle Matheu, en donde Cristina se reunió con funcionarios y dirigentes de alta jerarquía de las provincias para discutir el estado de la situación. También mantuvo encuentros con Juan Grabois, Ofelia Fernandez, Federico Mochi, Alicia Kirchner, Julia Strada, Sergio Massa y Axel Kicillof, entre otros.

“Se está dando en la Argentina un golpe institucional contra la democracia y la república, se han violado todas las garantías constitucionales y la principal líder de oposición va a ser proscrita por estos tres sinvergüenzas, delincuentes de una Corte Suprema. Argentina deja de ser una democracia y pasa a ser la dictadura de Milei”, expresó tajante Grabois antes de entrar. A su turno, también en el ingreso y al lado del senador José Mayans, vicepresidente 1º del PJ, la senadora Juliana Di Tullio había contestado a una pregunta del cronista de La Nación+ sobre los verdaderos autores del fallo. “El dueño de tu medio, no vos que sos un laburante pero sí los Saguier, como los Magnetto de Clarín”, dijo.

 

“Que el cauce del río sea guiado por el peronismo”

Momentos después de conocerse el fallo, Cristina Kirchner habló en las puertas de la sede del PJ Nacional. “El partido Judicial le puso cepo al voto popular”, sostuvo, mientras en las calles se oía: Si la tocan a Cristina, que quilombo se va a armar”. La expresidenta agregó que “este cepo no lo pone este Triunvirato de impresentables que funge como una ficción de la Corte Suprema. Son tres monigotes que responden a cargos más altos que ellos”. Y la calle siguió: “La proscripción, la proscripción que se va a la puta que lo parió”.

Cristina recordó que cuando se produjo el intento de magnicidio, un editorial se tituló “La bala que no salió y el fallo que sí saldrá”, y una joven gritó “Clarín la concha de tu madre”. La ex presidenta respondió: “Amén”. Sobre el poder económico dijo que puede tropezar, pero no dos veces con una misma piedra. “Saben que nosotros somos los que podemos construir una alternativa cuando esto se desplome”. Según ella, este fallo busca que el campo nacional y popular no pueda organizarse.

“Diganme si no es una paradoja entre cruel y patética que los que se fueron en helicóptero hoy están de nuevo en el gobierno trayendo al Fondo Monetario Internacional y que nadie los haya llamado a declarar por el robo al país”, preguntó en forma retórica. Y enseguida le dedicó unas palabras a Mauricio Macri. “Es un fracasado que ni siquiera pudo lograr la reelección”, y la militancia coreó, “Mauricio Macri la puta que te pario”.

“Ellos en libertad y yo presa. Pero quiero decirles algo. Mientras los Sturzenegger, los Caputo, los Macri anden en libertad y no les pase nada, que yo esté presa es un certificado de dignidad”, manifestó con su vehemencia habitual. Y recordó que cuando fue a declarar “durante más de tres horas, sostuve antes de levantarme que la sentencia ya estaba escrita, y lamentablemente no me equivoque”.

Sobre la situación que vive el país, la ex mandataria lanzó: “Me pueden meter presa pero los salarios siguen bajos, los medicamentos están cada vez más caros, los chicos tienen derecho a comer cuatro comidas por día”. 

A criterio de Cristina, “el pueblo es como un río, se le ponen piedras, se puede modificar el cauce, pero finalmente el agua pasa. Yo espero que ese cauce sea guiado por el peronismo”. Y apuntó: “También sé porque la historia me ha enseñado, que el pueblo toma héroes y liderazgos a medida que el tiempo va pasando. El pueblo argentino no se resigna a vivir sin derechos, no se resigna a tener trabajos malos”. 

Cristina cerró mandando a militar, a organizarse, a estar junto al pueblo que lo necesita y junto a todos los colectivos sociales que están siendo atacados por estas políticas. Y saludó con un “los quiero mucho, les agradezco todo el aguante y todo”.

Hasta las 18, la expresidenta estuvo reunida con la dirigencia peronista en la calle Matheu y luego partió a su hogar en Constitución donde gremios, centros de estudiantes y militantes la esperaban. En las calles cercanas a ambos sitios se leían grafitis que decían “Que arda la Corte Suprema” y “CFK” sobre una “V”.

Durante el día de ayer hubo cortes en los accesos a la Ciudad de Buenos Aires en distintos puntos del país. En la Facultad de Ciencias Sociales de la UBA, el Centro de Estudiantes comunicó que el edificio se iba a tomar a partir de las 22 en Defensa de la democracia. Lo mismo ocurrió en la Facultad de Filosofía y Letras. Asimismo, otras universidades y varios gremios docentes y no docentes anunciaron paro para este miércoles. “En defensa de la democracia y contra la proscripción de Cristina”, argumentaba el comunicado de la Federación de Trabajadores Universitarios (FATUN).

Al cierre de esta edición, los estudiantes de la Facultad de Psicología de la UBA cortaban la avenida Independencia, y muy cerca Cristina salía al balcón de su departamento para saludar a todos y todas quienes se habían acercado y ya llenaban cuatro cuadras bien tupidas de manifestantes. Dirigentes de todos los sectores peronistas se solidarizaron con ella, que comenzó a recibir visitas en su domicilio. También integrantes de otras fuerzas políticas. A última hora, la primera línea dle Frente de Izquierda se hizo presente con figuras como Myriam Bregman, Nicolás del Caño y Cristian Castillo.

El fallo, que salió en tiempos record para la letanía que suele tener la Corte en redactar sentencias, alterará el clima político electoral que vive el país. Habrá que ver para dónde soplará el viento. O, como dijo Cristina, cómo se encauzará el río.

«Soy una fusilada que vive»

«Soy una fusilada que vive»

Cristina Kirchner encabezó en la sede del PJ Nacional el acto por el Día de la Resistencia Peronista que sirvió para dar una muestra de fuerza y de unidad del peronismo ante la amenaza de la inminente detención de las dos veces expresidenta de la Argentina.

Cristina Fernandez de Kirchner realizó un acto en la sede del Partido Justicialista, en homenaje al Día de la Resistencia Peronista que conmemora a los fusilados durante el gobierno de facto de Pedro Eugenio Aramburu en 1956. El encuentro se convirtió en una demostración de fuerza del estado de alerta y movilización en el que se encuentra el movimiento peronista ante la amenza de un fallo inminente de la Corte Suprema que confirme la condena y detención de la expresidenta y candidata legislativa bonaerense.

A la derecha de Cristina se encontraba Leonardo Grosso, dirigente del Movimiento Evita, quien comenzó por dar un pequeño marco al discurso que encabezaría la dos veces electa presidenta y una vez vicepresidenta. “Buscar el cauce para darle salida política a este momento que vive el país”, dijo Grosso.

A su izquierda, Jorge Costales, hijo del capitán Costales, fusilado en la Unidad Regional de Lanús, provincia de Buenos Aires, luego del frustrado intento del 9 de junio de 1956, comandado por el General Juan José Valle, por recuperar la soberanía popular arrebatada por el golpe militar de Isaac Rojas y Pedro Eugenio Aramburu, protagonizado un año antes.

Ya la primera fila era una demostración que la posible proscripción de Cristina era más trascende que las interas. Allí estaban sentados el gobernador bonaerense Axel Kicillof junto a la intendenta de Quilmes, Mayra Mendoza. A sus lados, se mostraban Wado de Pedro, por La Campora, el ministro de Infraestructura y Servicios Públicos de la provincia de Buenos Aires Gabriel Katopodis, los diputados Leopoldo Moreau y Cecilia Moureau, y el intendente de Olavarría Maximiliano “La Tota” Wesner. 

Luego, en el centro de la mesa, Cristina Fernandez de Kirchner abre el discurso diciendo: “Los hechos de hoy no hacen más que confirmar que la casualidad no es una categoría política”. En relación al Día de la Resistencia Peronista agregó: “Fusilaban y asesinaban gente por ser peronista. Los Bombarderos en la Plaza de Mayo en un día hábil, la proscripción a Perón, la dictadura cívico militar.” Y agregó: “Los que hablan de la grieta que se hagan cargo de lo que hicieron. Las divisiones perjudican a los argentinos”.

Después habló de la política del actual gobierno y en relación al acuerdo con el Fondo Monetario Internacional señaló: “Perón se negó a negociar con el FMI, la Revolución Libertadora negoció un acuerdo con el FMI.” Y completó: “Ahora ya no son necesarios los golpes de estados, ahora es necesario al Poder Judicial. Es como el PJ, ´pero no como este PJ. El Poder Judicial es una guardia pretoriana del sector económico.”

Y sobre su candidatura actual añadió: “Solo bastó una candidatura para que se desataran los demonios.” Y luego sentenció: “Este modelo tiene fecha de vencimiento, este modelo se agota, ellos lo saben, es como lo que hizo Martínez de Hoz”. Enseguida subrayó que el poder económico sabe que este gobierno va a fracasar y que con su condena quiere garantizarse que podrán ungir al sucesor: “Tenemos que entenderlo en clave de política económica y de los sectores hegemónicos: Clarín, Telefónica con Macri y Telecom”, mencionó y luego toréo a Javier Milei. “El presidente se hace machito con el Garrahan, porque no se hace el machito con Clarín, que se va a quedar con Telefónica”.

Después llegó el momento de los mensajes elípticos para el gobernador Kicillof, que disputa la interna partidaria desde su espacio Derecho al Futuro. “Tenemos un problema cuando se llega como un proyecto colectivo y luego termina siendo un proyecto individual –advirtió-. Ante eso, el pueblo se termina organizando en defensa propia. La unidad siempre y cuando el primero sea yo, no es unidad. No importa el nombre, importa la unidad.”

“Mientras caminen libres de polvo y paja los que hicieron desastres en el país, que me metan presa es un certificado de dignidad”, expresó Cristina y entre risas dijo parafraseando a Rodolfo Walsh en Operación Masacre: “Yo soy una fusilada que vive, en definitiva”

Cerró el acto dentro de la sede del PJ nacional con: “Hay mucha demanda, hay mucha necesidad. Estemos junto a ellos, a los necesitados, para cuidarlos, para ayudarlos. Es lo que siempre hemos hecho y seguiremos haciendo. Quieren someter a la Argentina”.

 

El discurso a la militancia

Una vez terminado el acto en el PJ, Cristina Kirchner salió a la calle a saludar a los militantes que aguardaban sobre Matheu. Habló y dijo: “La grieta la hicieron los gorilas fusilando a todo lo que se ponía delante que se oponía a lo que ellos querían. Es hora de que nos sentemos en serio a hablar de lo que pasó en la Argentina.”

La expresidenta recordó que hubo una Argentina industrial que promovió el peronismo. “En esa Argentina se podía soñar con que un hijo sea universitario y vaya a trabajar –describió-. Pero no es posible crecer y desarrollarse en un país que todos los días se endeuda cada vez más sin que los argentinos vean un peso. Se anulan los programas científicos, quieren cerrar el Conicet, no hay rutas nuevas, no hay viviendas nuevas, no se financia la educación.”

Como había dicho dentro del PJ, reiteró que este modelo es inviable y que los empresarios y propietarios de los medio de comunicación lo saben.“Creen que van a solucionar todo esto metiéndome presa. Dale metanme presa, eso no le va a solucionar la vida a los argentinos. Apuntan a que cuando esto se caiga no haya una unidad organizada frente a ellos”, repitió Cristina frente a la multitud militante.

Por último, llamó la atención a la militancia: “El peronismo debe estar atento, no estamos logrando interpretar lo que pasa. Los ríos no se detienen, cuando no pueden ir por un lado van por el otro, la historia lo demuestra”.

El Día de la Resistencia

Tras el golpe de Estado cívico, militar y eclesiástico contra el gobierno constitucional de Juan Domingo Perón, en 1955, la Argentina comenzó una etapa de decadencia económica y cultural. En ese contexto, el 9 de junio de 1956, el general Juan José Valle encabezó un levantamiento de militares y trabajadores peronistas. En respuesta al levantamiento peronista, el presidente de facto Pedro Eugenio Aramburu implementó la Ley Marcial. A través de ella, entre el 9 y el 12 de junio de 1956 veintisiete civiles fueron fusilados en los basurales de José León Suarez, en el Partido de General San Martín.

El testimonio de uno de los sobrevivientes, “el fusilado que vive”, le permitió a Rodolfo Walsh escribir su emblemático libro Operación masacre. Ese día se dice que nació la Resistencia Peronista, que durante 18 años, hasta que Perón volvió al país del exilio, en 1973, mantuvieron vivas las ideas justicialistas superando la proscripción impuesta por militares golpistas.

Una criatura como presidente

Una criatura como presidente

En el Día del Periodista, ANCCOM entrevistó a dos jóvenes acreditadas en la Casa Rosada para que cuenten cómo ven el gobierno desde el centro del poder. Maia Jastreblansky, de La Nación y Cenital, y Melisa Molina, de Página/12 y la 750 -ambas formadas en la Carrera de Ciencias de la Comunicación de la UBA-, hablan también del pluriempleo y los ataques a la prensa.