“La cultura genera progreso, no el dinero”

“La cultura genera progreso, no el dinero”

Más de 200 trabajadores de la Secretaría de Cultura de la Nación fueron despedidos a fin de marzo y todas las políticas del sector han sido frenadas y desfinanciadas. Este fin de semana, realizaron un multitudinario festival en la explanada del CCK como forma de protesta.

En plena Semana Santa, tras la cena del miércoles, Jesús –así se llama– recibe un telegrama que reza: “Contrato sin posibilidad de renovación a partir de abril”. Después de 18 años se acaba de quedar sin pan y trabajo. Al igual que Lucas, que Micaela y 206 compañeros más.

“Me enteré por mail”. ”Nos avisó un compañero”. Las historias de los trabajadores de la Secretaría de Cultura de la Nación que fueron despedidos en Pascuas se repiten. En todos los casos, sin justificativos y hasta sin firma de ninguna autoridad. “Me notificaron vía mail el miércoles a las 21.30. No hay nadie que dé la cara y te diga por qué motivo estamos despedidos”, afirma Lucas Cabrera, coordinador de Logística de la Dirección Nacional de Diversidad y Cultura Comunitaria y delegado de ATE Capital. “No saber cómo le voy a poner un techo sobre la cabeza a mi familia y cómo voy a pagar la comida es desolador”, agrega.

Cabrera hace casi 10 años que se desempeñaba en la Secretaría. Su tarea estaba abocada al trabajo territorial asistiendo en la producción y traslado de docentes y artistas para que puedan llegar a los eventos que organizaba la dependencia. “Todas las políticas culturales están frenadas desde que esta gestión asumió”, remarca. La cantidad de despedidos de la Secretaría de Cultura ya son 248. En diciembre fueron 40, y en Semana Santa 208. Algunos se enteraron días después porque no tenían acceso al Sistema de Gestión Documental Electrónica (GDE) y no podían ingresar a su casilla de correo.

El vaciamiento y la desfinanciación de la gestión libertaria también incluye la falta de presupuesto y de elementos de trabajo. “Hace tres meses que estamos sin caja chica, no tenemos recursos y dependemos de los insumos que fueron comprados el año pasado”, explica Gabriela Castro, trabajadora del Museo de Bellas Artes.

Desde 2006, el Programa de Orquestas “Andrés Chazarreta”, que depende de la Secretaría de Gestión Cultural, enseña a tocar instrumentos a niños, niñas y adolescentes de los barrios populares. Jesús Edgar Colque enseña en la orquesta “El Tambo” de Isidro Casanova, y tras 18 años de docencia fue uno de los cuatro profesores que recibió el telegrama de despido el miércoles por la noche: “Milei dijo que los recortes iban a ser para la casta. Yo no soy de la casta, y tampoco fueron a ver el trabajo social que hacemos. Ellos pueden ir a Isidro Casanova y comprobarlo. El objetivo era llegar a lugares muy carenciados, donde los chicos no tengan acceso a un profesor de música ni un instrumento. Hoy muchos chicos han encontrado el amor por la música y hasta son profesores de orquestas”, cuenta Jesús Colque.

Micaela Fernández fue una de las alumnas que participó del programa orquestal. Hace dos años que es profesora de contrabajo y también fue despedida. Respecto a la posibilidad de revertir los despidos a docentes, dice que es difícil conseguir una mesa de diálogo y que esta dilatación pone en peligro a la orquesta. “Queremos una respuesta, una justificación y ver cómo va a terminar esta situación, porque despidieron a cuatro profesores y cinco están sin renovación de contrato, es decir que la orquesta queda sin profesores”, concluye.

El sábado 6 de abril, en la explanada del Centro Cultural Kirchner (CCK), donde se encuentran las oficinas del actual secretario de Cultura de la Nación, Leonardo Cifelli, los trabajadores de la cartera en conjunto con la Asociación de Trabajadores del Estado (ATE) organizaron el Festival ARDE en defensa de la cultura y en reclamo por los despidos.

“Estamos generando diversas acciones junto a las y los trabajadores, asambleas en los sectores de trabajo, saliendo a la calle, a la espera que los funcionarios den la cara para poder concretar próximas mesas con ellos, que despiden y se escapan”, expresa Julia Pirani, delegada de la Junta Interna del exMinisterio de Cultura de la Nación y del Complejo Histórico Cultural Manzana de las Luces. “El plan de disciplinamiento que propone esta gestión es evidente –señala–. Dejan a 248 personas sin trabajo y afectan a cientos de personas que no trabajan en el Estado y que son parte de los programas desguazados como las y los alumnos de clases de música y de diversos talleres y actividades culturales”.

“Esta gestión no tiene ningún plan para la cultura, no existe para ellos. Es absolutamente cruel acompañar despidos con un plan económico tan devastador”, asegura el actor y comediante ‘Osqui’ Guzmán en diálogo con ANCCOM. “Lo que todavía no entienden las personas es que el Estado somos todos, te desfinancian el país para venderlo y lo mismo quieren hacer con las universidades. Ellos creen que el dinero genera progreso y es la cultura la que lo genera. Es la que hace que alguien agarre un hilo, una aguja y haga un poncho y genere progreso en la civilización. Nuestro espacio cultural es el de la lucha, no nos van a vender el país”, sentencia Guzmán.

Pintar en los tiempos de Milei

Pintar en los tiempos de Milei

El artista visual Guido Orlando Contrafatti presenta su muestra individual “Un gusto averno conocido”, una serie de obras atravesada por la situación sociopolítica.

Contrafatti recibe al equipo de ANCCOM en su muestra y lejos del imaginario de un artista solemne, ofrece mates y dialoga sobre sus obras, la mayoría de gran tamaño. Si bien el artista plantea la muestra como unidades y no tanto como un gran relato, ciertos temas atraviesan toda la exposición: la nostalgia, la violencia, la situación política actual, entre otros.

Cuando le propusieron hacer la muestra en noviembre del año pasado, el contexto era completamente distinto: “Estaba pensando en otro tipo de exposición –confiesa-. Después se me metió tanto en mi mente y en mi cotidianidad todo lo que pasó con Milei, las noticias que no pude hacer una muestra de cualquier cosa. Tuve la necesidad de dar cierta respuesta”.

Al entrar al espacio lo primero que se ve es una instalación. Utilizando la basura de su última muestra compone un cielo caído: “Es una premisa simple: se nos vino la noche encima”.

¿Por qué incluís obras clásicas a tu pintura Infinito punto rojo?

Este cuadro, es un remix de dos cuadros nacionales muy importantes. Uno es de La Cárcova, que se llama Sin pan y sin trabajo. Este año cumple 130 años. Es el primer cuadro nacional con temática social que retrata a un pobre. En el cuadro original, en la ventana hay una fábrica y toda una revuelta de trabajadores. Es de 1894. Lo traje a hoy, a modo de respuesta. Milei habla tanto de esa época fundacional y supuestamente dorada pero era para cinco oligargas. El resto eran trabajadores pobres, sin derechos. Y esto lo retrataban los pintores en esa época. Además le sumé este cuadro de Antonio Berni, que se llama Manifestación. Le puse el cuadro encima de una forma medio fantasmagórica. Es otro cuadro muy importante para la historia argentina en las artes visuales. El trabajador, luchando. Yo además le sume un chumbo en la ventana. Eso en el cuadro original no está. Es una intención de subir una perilla de violencia. Sin pan, sin trabajo y la violencia. Un gesto actual, de hoy en día. La pistola tiene un punto rojo. Yo quiero que primero veas el arma y te pierdas la manifestación. Es la primera vez que hago un tamaño fuera de foco tan grande. Y me pareció interesante esto de que, si te acercás, se va pulverizando más. En lo chico se pierde esa sensación.

¿Qué técnicas usas?

Todas son aerógrafos. Tengo una línea de laburo que va con el aerógrafo. Hago blureados, desenfocados. Me interesa un poco eso de pulverizar la línea. Es un aspecto anti HD, anti literal, anti hiperrealismo. Como un VHS. Al principio lo pensé como un modo de censura, porque cuando te censuran te blurean. A veces me pasaba cuando no tenía muchos datos en el celular, no me cargaba la imagen y me cargaba blureada. Y me generaba una cosa muy increíble, porque después cuando me cargaba esa imagen, pensaba: “Che no tiene nada que ver”. Cuando hice algunos retratos muy fuera de foco; una persona decía: “¿Che, soy yo?” Y otra venía y también decía: “¿Soy yo?”. Se democratiza cierta cosa de la imagen. Hay algo también de la memoria. Pensar el blureado como algo del recuerdo. Que no está tan definido y uno se mezcla, entonces recuerda el recuerdo. Hay algo que no está tan claro. Un recuerdo medio borroso.

La cuestión política aparece mucho, ¿es una búsqueda?

No. Es algo que me atraviesa. También en muestras anteriores que hice. En una individual, en la época de Macri, por ejemplo, empecé a usar formalmente los globos como material y como superficie de laburo. Empecé a pintar borrachos y globos con pinches. Y después empecé a usarlos formalmente. Tenía algo triste también. Como esto de payaso triste, el borracho melancólico.

¿Cómo surgió componer el tipo de escena de “No te puedo sacar de mi cabeza”?

Yo arranco siempre por el dibujo. Cuando pensé en esta obra pensé en los paparazzis. También tiene que ver mucho con las redes, que vengan y te hagan un escrache. Incluso nos puede pasar a cualquiera de nosotros: de repente vos estás manejando, chocaste, se te vienen todos los medios. Es una situación que le puede pasar a cualquiera. O de repente viste una situación y sos testigo: se te vienen todos los medios encima. Situación que va más allá de la fama, es algo cotidiano. Me gusta porque tardan en encontrar el arma las personas. Está todo disparando.

La muestra estará disponible hasta mediados de abril. Será la última antes de que Moria Galería, actualmente en Thames 608, Villa Crespo, se mude de locación. “Todas las obras tienen algo pesimista en algún punto, pero entiendo que al hacer obras, es algo muy optimista”, cuenta el artista al final del recorrido.

Boedo, libros y memoria

Boedo, libros y memoria

La Feria del Libro Independiente de Boedo realizó su tercera edición. Diferentes editoriales independientes y autogestivas ofrecieron textos buenos y baratos. Hubo una edición especial dedicada a Milei.

El domingo 17 de marzo se realizó la tercera edición de la Feria del Libro Independiente de Boedo (FLIB) en Avenida Boedo, entre Carlos Calvo y Estados Unidos. Más de 20 editoriales independientes mostraron una amplia diversidad de títulos para las diferentes edades. La feria está articulada con organizaciones que van más allá del libro: la Comisión por la Memoria Red Cultura Boedo, el Proyecto Boedo, la Asamblea de Boedo, la Junta de Estudios Históricos y organizaciones y activistas ambientales.

Su lema fue “Libros en la calle, en las plazas y en los bares”, La calle, debido a que los domingos es peatonal y es donde se instalan, las plazas porque el único espacio verde que posee el barrio, la plaza Mariano Boedo, fue producto de la lucha de los vecinos y los bares por los históricos cafés tradicionales que se encuentran en el barrio, resistiendo a la gentrificación.

La Comisión por la Memoria Red Cultura Boedo arrancó a las 14 recordando a los vecinos detenidos desaparecidos. Se realizaron charlas, se presentó un libro, hubo un concurso de poesía titulado “Poemas para o sobre perros/as” y finalizó a las 19 con música.

La FLIB tiene por objetivo recuperar y acercar a los vecinos los libros, la bibliodiversidad, ya que es un barrio con una larga trayectoria literaria. En la zona se encontraba lo que fue la histórica y popular Editorial Claridad, que publicó al grupo de editores y poetas de Boedo.

Jacqui Casais, una de las organizadoras e integrante de la editorial Demolición en Suspenso comenta: “Soy del barrio y lo quiero mucho. La idea era acercarle una feria del libro a la calle. Hace más de 20 años viene surgiendo esta industria de editorial independiente. Cada vez es más grande y no le implica ningún tipo de gasto al Estado, todo es autogestivo, los libros se financian con las ventas. Cada vez es más difícil imprimir por el tema del monopolio del papel. Cada vez hay más lectores interesados en el libro como objeto así que es una industria en crecimiento, lo que necesita es que a la gente no se le convierta el libro en un lujo, sino en algo más para alimentarse espiritualmente, emocionalmente”.

Comprar libros hoy

Los precios de los libros cada vez son más altos y menos accesibles, esto genera que se termine convirtiendo la lectura en algo a lo que no todas las personas puedan acceder. Además, en diciembre del 2023 el libro estuvo amenazado por un artículo de la frustrada Ley Ómnibus. En esta se derogaba la Ley 25.542, también conocida como la de la Defensa de la Actividad Librera, que establece un precio uniforme de venta al público (PVP) para todas las editoriales, librerías y ventas online por igual.

Desde diciembre las ventas en el sector decayeron mucho, “es muy notorio porque yo pensé que iba a ser gradual, la venta se cayó muy abruptamente, la diferencia entre enero y diciembre fue terrible”, confirma Casais. También agrega que “la crisis económica afecta a todos los sectores y nosotros lo sentimos mucho más que nunca”.

Lautaro Marcial, parte de la editorial Arde Fogata, comenta acerca de la situación: “Está bastante difícil, a mí me cuesta menos porque tengo otros tipos de valores, otro tipo de armado. A otras editoriales les está costando bastante más. El gran problema es la suba de los insumos: el papel, la tinta, el laminado plastico que llevan las tapas es importado, eso es lo que encarece la mayoría de los libros”.

Todos estos factores llevan a que uno tenga que buscar alternativas más económicas porque leer es un derecho, espacios como la FLIB entienden eso y funcionan como puente para poder seguir accediendo a los libros. Muchas personas asisten a esta feria, como otras, por la accesibilidad, así lo comparte Adriana, visitante y vecina del barrio: “Los libros acá son accesibles porque no son de grandes corporaciones, justamente son de editoriales independientes que creo que es lo más cercano a la comunidad que tenemos. Además, acá hay un montón de material que encontrás y que otras editoriales y corporaciones no difunden”.

Una barrio con memoria

Zonia Beatriz González Zurrutia, integrante de la Comisión por la Memoria de la Red de Cultura de Boedo, cuenta que esta comisión se formó al calor de la crisis del 2001. La razón fue que se dieron cuenta que el barrio no tenía un espacio para recordar a los desaparecidos y tampoco sabían cuántos eran. Reconstruye la historia de los desaparecidos que vivieron en Boedo y los agrupa en una revista que se llama Barrio y memoria, la cual estuvo presente en la FLIB.

“La revista no es periódica porque vendemos todas las anteriores y juntamos esa plata para hacer la nueva publicación. No pierden la actualidad porque pueden ser utilizadas en las escuelas. Reconstruye la historia de los desaparecidos, del barrio”, cuenta Zurrutia.

“La asamblea barrial quiere que bajen el DNU, que se pare con los tarifazos, está en contra de los aumentos del pasaje, estamos en una situación de resistencia, por eso hicimos una publicación que se llama Libro de quejas para Milei“. En una mesa de la feria, junto a las revistas de la comisión por la memoria, se encontraba un libro muy grande con tapa de color rojo y letras blancas, hecho manualmente, que llamaba la atención de todas las personas que pasaban por ese espacio. Se invitaba a escribir quejas y descargarse acerca de la situación que atraviesa el país.

La FLIB se realizó por primera vez en marzo del 2023 y se estima que serán tres por año, según dice Casais. La segunda, al igual que el año pasado, será sobre cultura gráfica. “No sabemos cuando va a ser: vamos a ver cómo viene el clima, como sale esta, discutir sobre lo que salió bien y mal, y decidir cómo avanzar, que es como siempre hacemos. Vamos modificando a partir de cómo sea la última y queremos mejorar”, agrega la organizadora.

La feria es un espacio de defensa cultural, y demuestra que la lectura no es solo para una elite sino que tiene que ser accesible para todas las personas.

 

Además de ajustarlo, al INCAA lo reprimen

Además de ajustarlo, al INCAA lo reprimen

Mientras un grupo de actores, directores, gremialistas y otros integrantes de la industria cinematográfica realizaba una conferencia de prensa frente al amenazado Cine Gaumont, la Policía de la Ciudad comenzó una inexplicable represión e impidió que el acto llegara a su fin. Hubo cuatro detenidos.

El jueves 14 de marzo, delegados de la Asociación de Trabajadores del Estado (ATE) por el INCAA y el colectivo Unidxs por la Cultura convocaron una conferencia de prensa y una movilización frente al Cine Gaumont, en defensa del cine nacional contra el desguace del INCAA por parte del gobierno y sus planes de vender la sala cinematográfica. Sin embargo, lo que se trataba de una manifestación totalmente pacífica se convirtió en otro ejemplo de la  represión de la policía de la ciudad cuando sus miembros comenzaron a tirar gas pimienta y atacar a los manifestantes. Estuvieron presentes trabajadores de los diferentes rubros de la industria cinematográfica, actores reconocidos, diputados de distintos bloques, estudiantes de cine y representantes de sindicatos y organizaciones sociales. Cuatro manifestantes resultaron detenidos.

Las nubes tapaban el cielo cerca de las cinco de la tarde mientras sonaban bombos en las cercanías del histórico Cine Gaumont. Frente a sus puertas, lista para la conferencia de prensa, había una mesa con micrófonos flanqueada por parlantes donde delegados del ATE terminaban de confeccionar la nómina de oradores. Unos minutos más tarde, los delegados Nicolás Leonardo Vetromile e Ingrid Urrutia dieron comienzo a la conferencia de prensa a través de la lectura de un documento redactado por el gremio estatal, en el cual se expresa que el cine argentino “presenta una vasta riqueza que abarca películas de género, industriales, experimentales, documentales y de ficción. Todo esto es lo que se quiere destruir para reducir a la Argentina a una locación barata para Hollywood” y que “no tienen justificación para entregar nuestra industria audiovisual a productores de plataformas internacionales que solo realizan películas consumibles que terminan vulnerando nuestra identidad y soberanía imponiendo lógicas ajenas a la producción nacional”.

Horas más tarde, en diálogo con ANCCOM, Urrutia habló sobre la conferencia: “Tuvo el objetivo, creo que exitosamente cumplido, de poner de relieve que el Gobierno está queriendo arrebatar lo que es un orgullo nacional: el cine en nuestro país. Estamos acá defendiendo los puestos de trabajo, la continuidad de todos nuestros compañeros y también repudiando el recorte que está llevando adelante Milei sobre la cultura”. Y agregó que el Gobierno “tiene el objetivo político y un objetivo económico de atacar a la cultura, porque es un lugar de resistencia, y atacarla en términos económicos para entregársela en bandeja a las corporaciones y le vamos a decir que no. Vamos a resistir y vamos a enfrentarlo”.

El primer orador fue el actor Victor Laplace, quien dijo que cree “que nosotros no vamos a sobrevivir por románticos, ni por estadistas, sino por la capacidad que tengamos de resistir”. Lo siguió el director de fotografía Felix “Chango” Monti, quien expresó que “no pueden sacarnos, no pueden ahogarnos, no pueden sustituirnos, porque siempre volvemos a crecer”. Después, el actor Norberto Gonzalo dijo que la Ley de Cine es “producto del trabajo de sus propios trabajadores, de modo que esas mismas herramientas que los propios laburantes de la cultura hemos creado, no vamos a permitir que sean derogadas”. El Secretario General del ATE Capital, Daniel Catalano, expresó que desde el sindicalismo tratan “de construir un gran paro general y un plan de lucha” pero que esta situación no la resolverán solamente con un paro. El cineasta Nemesio Juárez habló sobre su participación en la Ley de Cine y expresó que esta “significó la supervivencia del cine argentino” y que “ninguna expresión es como el cine para para trasladar a las pantallas nuestra fisionomía de argentinos, nuestra cultura, nuestra historia, quiénes somos, cómo vivimos, qué paisajes tenemos, por eso el cine hoy es uno de los principales objetivos a destruir”.

 También tomaron la palabra algunos de los legisladores presentes. Myriam Bregman, diputada del Frente de Izquierda y Trabajadores, expresó que “el pueblo argentino está acostumbrado a batallas culturales” y que “esta batalla la vamos a ganar porque nosotros creemos en el colectivo.”. Por su parte, el legislador del Partido Obrero Gabriel Solano se refirió al asesinato de Mariano Ferreyra: “En este cine mis compañeros del Ojo Obrero hicieron una película, que era Quien Mató a Mariano. Fue financiada con fondos del INCAA y acá se pasó por primera vez”.

La actriz Mirta Israel, quien representaba a Unidxs por la Cultura, expresó que el colectivo se siente parte de la lucha de los trabajadores del INCAA. Luego, Samanta Bianucci, representante de Cine Argentino Unido, expresó que los despidos en el INCAA no resuelven la pobreza, sino que “generan más hambre, más bronca,, más angustia, y así no se sale adelante”. La siguió Teresa Saporiti, presidenta de Documentalistas de Argentina (DOCA): “Las películas documentales no pueden medirse en términos de capitalismo. Porque las películas documentales se ven, muchas veces, en espacios que no cobran entrada. Muchas veces se ven en escuelas, se ven en centros de jubilados y pensionados, se ven en unidades básicas. Y cuando viene esta gente y quiere atacar a la cultura, lo que quieren atacar es nuestra soberanía, es nuestro relato”.

Entre los últimos oradores estuvieron la militante y abogada Nina Brugo, quien expresó “un pueblo, sin cultura, no es un pueblo”, y la periodista Gabriela Radice, quién dijo que “el cine argentino es un tesoro apreciado, aplaudido en el mundo a lo largo de los años”, destacó a directores de viejas y nuevas generaciones y dijo que “a todo el mundo le está dando vergüenza estemos viviendo esto en la cultura argentina”. La última en hablar fue Catalina Yani, presidenta del centro de estudiantes de la Escuela Nacional de Experimentación y Realización Cinematográfica (ENERC), quien comenzó a leer una carta al titular del INCAA Carlos Pirovano de parte de su centro. Sin embargo, el discurso de Yani fue interrumpido por el comienzo de la represión.

Aunque la conferencia estaba a punto de finalizar, la Policía de la Ciudad comenzó a agredir a los manifestantes y, poco después, rociaron a la pacífica movilización con gas pimienta. Algunas personas se protegieron ingresando al Gaumont, mientras que otras debieron cubrirse la boca y nariz con pañuelos o ropa y huir hacia las calles Rodríguez Peña o Montevideo. Lejos de retirarse una vez que los manifestantes se dispersaron o permanecieron en las veredas y la Plaza del Congreso, la policía repitió el uso de gas pimienta e hirió físicamente a manifestantes y periodistas. De esta forma, se impidió que una tarde de pacífica defensa a la cultura tenga un final calmo en el que nadie hubiese resultado herido.

La vida después del incendio

La vida después del incendio

Este jueves se estrena en el Gaumont «Tormenta de fuego», un documental que muestra cómo siguió la vida de las personas que perdieron todo en los incendios patagónicos.

La Patagonia se quema todos los años y esto no parece significar gran pérdida para el poder político que administra los recursos nacionales. ¿Pero qué pasa con los habitantes locales una vez que el fuego se apaga? ¿Cómo se vive después de haber perdido hasta la última foto familiar? ¿Qué se hace cuando no hay donde volver?

Tormenta de fuego es el nuevo largometraje de Luciano Nacci y Axel Emilien, dos directores patagónicos que se unieron para cocrear este relato que busca encarnar una voz local. A través de la utilización de planos aéreos de los suelos chamuscados logran transmitir la dimensión de lo ocurrido en el verano de 2021 en distintas localidades de Chubut como algo inabarcable, irreparable.

El documental, que se estrena este jueves en el amenazado Cine Gaumont, toma una perspectiva íntima al narrar qué es lo que sucede detrás de cada incendio, qué significa para los habitantes locales perder sus hogares, ver su vida arrasada por el fuego.  Axel, habitante de El Hoyo, mira a cámara y expresa: “Todo lo que tenía en la vida se estaba quemando, prendiendo fuego, desapareció en un instante. Cuando empezó a arder de repente se ve todo un bosque de 200 metros de ancho por 100 de largo convertido en una sola llama, era el infierno en carne propia. Lo único que queríamos era seguir vivos, todo lo material no vale nada, la vida vale mucho más.”

Con un montaje inmersivo y sombrío, Nacci y Emilien logran presentar un relato sensible, poniendo voz y cara al costo de los incendios. En diálogo con Nacci, comenta sobre la decisión de narrar lo ocurrido desde la perspectiva de sus habitantes: “Cuando llegamos a la zona arrasada por el fuego nos encontramos con que ya habían hecho un montón de entrevistas a la gente que estaba ahí. Y generalmente lo que nos decían es que las entrevistas, eran amarillistas o más banales, y esto dolía. Nos comentaban que lo que más pesaba era que esto ya había sido olvidado por el ojo público, ya había dejado de estar en agenda.”

El realizador agrega: “Entonces, lo principal que encontramos en la película era la posibilidad de dejar ese registro, lograr que no se olvide. Ahora, el 9 de marzo ya se cumplen tres años desde el incendio, y la mayoría de la gente no volvió a construirse su casa.”

El documental muestra el trabajo de los guardaparques y brigadistas de la zona por defender los territorios incendiados, hogares de muchos de ellos que trabajaron horas inhumanas por rescatar a las más de 500 familias que perdieron sus hogares en el fuego. La duda que ronda toda la proyección es la intencionalidad del incendio, un misterio que hasta la fecha no fue resuelto y aún pesa como saldo pendiente ante una comunidad que lo perdió todo.

El largometraje ha impactado a lo largo del globo, con participaciones en festivales como el de Fonfria, España, donde obtuvo el premio a mejor documental; el Overcome Film en Estados Unidos,  donde obtuvo el quinto lugar a mejor documental, y el de Cine de Trieste, Italia, entre tantos otros, donde lograron acumular un numero impensado de premiaciones para un largometraje independiente. “El incendio es algo universal, por culpa de la ausencia estatal o la mano humana son cuestiones que se replican en otras partes del mundo, y esto genera mucho interés en públicos muy diversos”,  expresa Nacci.

La producción fue realizada a pulmón por los directores, que al ver el incendio sintieron la necesidad de estar en el territorio, colaborar de alguna manera con gente que lo había perdido todo. “La película está financiada en su mayoría por la gente local, los habitantes de El Bolsón y de El Hoyo que nos dieron alojamiento, comida, vino, que fue necesario y también merienda. Fue muy tremendo, estás haciendo una entrevista a alguien que perdió todo. Y en plena pandemia, toda la gente en sus casas, y acá la gente afuera, sin tener donde ir”, dice Naicch y agrega: “Por suerte el Fondo Nacional de las Artes colaboró, y después el Instituto Nacional de Cine, y Artes Audiovisuales (INCAA) dio la posibilidad de poder estrenar en el Gaumont, un espacio que la administración nacional quiere cerrar”.

La proyección trae a la escena una discusión que está en boga sobre el cierre tanto del INCAA como del Fondo Nacional de las Artes, dos organismos cuyo funcionamiento da la posibilidad a productores independientes de construir una narrativa por fuera del epicentro de la capital federal. “Ahora ya ni siquiera eso, estamos discutiendo de cortar todo tipo de apoyo a un instituto que es autárquico. Consideran a la cultura como si fuese un enemigo. En realidad lo que hacemos es mostrar la realidad de lo que está sucediendo subjetivamente, pero es una forma de mostrar nuestra identidad”, aporta Nacci y denuncia: “Lo que se está intentando hacer es borrar la identidad nacional cultural, y no lo vamos a permitir, vamos a las calles a defender estos espacios”.

Tormenta de fuego es un relato íntimo de los vecinos, pero también es una denuncia social y el llamado a alzar la voz por lo perdido, un reclamo ante la desidia gubernamental y las decisiones políticas a espaldas del pueblo. El documental finaliza con paisajes impactantes y un llamado de la comunidad a la acción colectiva, a velar por el bien común y por el futuro de la humanidad y volver a encontrar un cauce común en la reconstrucción del lazo social.

Queríamos tanto a Toriyama

Queríamos tanto a Toriyama

Los fans argentinos de Dragon Ball se reunieron en el Obelisco para homenajear al creador del manga recientemente fallecido y rescatar los valores de la saga.

Este domingo 10 de marzo, se llevó a cabo en el Obelisco de la Ciudad de Buenos Aires un tributo a Akira Toriyama, creador del famoso animé DragonBall, quien falleció a la edad de 68 años el 1º de marzo a causa de una afección cerebral pero su deceso se dio a conocer recién esta última semana. Más de 30 mil personas estuvieron presentes en la convocatoria realizada por Matías Mazzagati, un influencer fan del mangaka. 

El japonés Akira Toriyama fue un mangaka y diseñador de personajes, considerado como uno de los autores más importantes en la historia del manga, ya que marcó a las infancias de distintas generaciones en todo el mundo. DragonBall es un manga escrito e ilustrado por él, que fue publicado por primera vez en la revista Shōnen Jump, de la editorial nipona Shūeisha, entre el año 1984 y 1995. Su trama describe las aventuras de Goku, un guerrero saiyajin, que en su infancia vive aventuras en las que pone a prueba y mejora sus habilidades, enfrentándose a oponentes cada vez más fuertes en peleas de artes marciales.

Tras conocerse la noticia del fallecimiento, Mario Castañeda, actor de doblaje de la voz del personaje Goku en Latinoamérica, señaló en una entrevista con la CNN que Toriyama era un artista que representaba a la cultura pop de Japón, reconocido por el manga. Según él, el mensaje principal que deja la serie es: “Nunca te rindas, nunca bajes los brazos, nunca te des por vencido, no importa si aparentemente estás perdiendo, sigue adelante confía en ti, que dentro de ti está el KI, la energía que necesitas para superar cualquier obstáculo”. El mensaje de la serie llegó primero a los niños que crecieron con el personaje de Goku niño, que pasó de la adolescencia a la adultez. Es decir, que fue una generación que quedó entrelazada con el mensaje y pasando de generación en generación, dejando sus valores y enseñanza, precisó el doblajista.

En Argentina, el influencer Matías Mazzagatti convocó a la juntada llamada «Genkidama masiva», nombre en referencia a una poderosa técnica de pelea del protagonista. Varios seguidores y fans, muchos en familia, asistieron a compartir un momento de emoción y conmemoración hacia su creador Akira. 

Mazzagatti dialogó con ANCCOM y señaló que a raíz de la muerte del autor, sentía que “había una necesidad de transformar el dolor en algo lindo y bueno”. Asimismo, destacó que la serie DragonBall dejó como una de sus enseñanzas que “de las cosas malas se pueden hacer cosas buenas, se pueden transformar, así como varios de los villanos en DragonBall, después se pasan al lado de los buenos. La empatía y la buena onda de Goku trato de aplicarla lo más que puedo para transformar las cosas a que sean un poquito mejor”.

Fue una tarde energética en la que cantaron a todo pulmón las canciones de la serie, revivieron escenas, saludos, juegos, gritos y exhibicxiones de tatuajes en la piel para marcar su amor a la serie. Marcos Parra, fan venezolano que vive en Buenos Aires hace varios años, asistió a la convocatoria para compartir “toda la educación y los valores que me enseñó Dragon Ball. Cada tatuaje es una emoción, es alguna experiencia que tuve en mi vida y lo demuestro con algo que me gusta y que me llena de pasión».

Nalya de Dragón es un bloguero en Youtube que hace reseñas que también estuvo presente en el homenaje en el que había un clima ventoso y sacándose fotos con los fanáticos. También dialogó con ANCCOM y se refirió al legado “generacional” que le dejó la serie: “Dragon Ball es una obra que nos enseña no solo a tener perseverancia, sino también a no tomarnos la vida tan en serio, a afrontar con una sonrisa la adversidad, y a entender que todos tenemos un legado para dejar y que ese legado hay que dejarlo con una sonrisa”.

Muchas de las familias que asistieron al evento estaban disfrazadas. De padre a hijo posaban para las fotos y también cantaban las canciones que le dejó la serie. Pedro es un padre de 38 años que estuvo presente con su hijo Bautista, habló con ANCCOM y se refirió al sentimiento y significado de la serie para él: “Estamos acá, porque lo transmito a mi hijo, es una enseñanza de vida muy buena. Todo lo que enseña sobre los valores de vida, sobre el egoísmo, el orgullo, la amistad, el compañerismo”.

De este modo, el homenaje en el Obelisco, despertó conmoción y emoción a la hora de recordar los valores de la saga: la lucha y confianza en uno mismo, la importancia de la amistad y de la lealtad. Una serie manga y animé que despertó el recuerdo y se transmitió de generación en generación, de la cual es un misterio cómo va a seguir ahora al no estar terminada. Toriyama sigue vivo en sus fans que el domingo lo recordaban con una frase de su personaje Goku: “La vida nos tira a todos alguna vez. Cada cual decide si quedarse en el suelo, o levantarte y enfrentarla”.