«El best seller capta el humor social»

«El best seller capta el humor social»

¿Por qué un texto político se convierte en un éxito editorial? Ezequiel Saferstein se hizo esa pregunta para desarrollar su tesis doctoral, que después convirtió en… un libro.

Ezequiel Saferstein es Magíster en Sociología de la Cultura por el Idaes/Unsam y doctor en Ciencias Sociales por la Universidad de Buenos Aires.  Además es investigador del Conicet en el Centro de Documentación e Investigación de la Cultura de Izquierdas (CeDInCI/Unsam) y docente de grado y posgrado en la Facultad de Ciencias Sociales (UBA). En ¿Cómo se fabrica un best seller político? La trastienda de los éxitos editoriales y su capacidad de intervenir en la agenda pública (Siglo XXI Editores) analiza aquella categoría de libros y su impacto en la sociedad.

 ¿Esta obra la escribiste con la intención de que sea un best seller político?

No, (se ríe). El libro es el resultado de una tesis de investigación de varios años del Doctorado en Ciencias Sociales de la Universidad de Buenos Aires. Hay una intención de proponer una mirada sobre la política, la cultura y el mundo editorial que tenga una llegada más amplia, a un público que le interesen las ciencias sociales, pero que no venga necesariamente de ese ámbito o no consuma artículos académicos.

 ¿De qué manera inciden en la agenda pública los best seller políticos?

Se instaló la idea de que la gente ya no lee o que los libros fueron reemplazados por otros medios, como la televisión o la radio, u otras plataformas de comunicación, como las redes sociales y los portales digitales. Lo que descubrí en mi investigación es que no hay tal reemplazo sino que el objeto libro sigue siendo un artefacto cultural relevante que pasó a convivir con otras plataformas. Los autores de best seller no son sólo autores de libros, también intervienen en otros espacios. Se arma un circuito donde diferentes medios de divulgación se van complementando y te encontrás, por ejemplo, a un autor de best seller político que conduce un programa de radio y, a su vez, escribe una columna los domingos en el diario. Así se conforma un dispositivo de comunicación potente, donde el libro se destaca entre las distintas plataformas y es valorado por la sociedad argentina. Un autor de libros gana un mayor prestigio dentro de este circuito comunicacional.

 Los lectores no suelen pensar que el libro que van a leer fue un fenómeno planificado para vender, como mencionas. ¿Creés que todo best seller cumple con ese requisito de ser construido con la intención de captar la atención de un segmento de la sociedad en un determinado momento histórico?

La dinámica del best seller es muy compleja y la demanda es contingente, no es unilateral. Defino como fenómeno planificado a esa búsqueda permanente del sector editorial, es decir la industria cultural y del entretenimiento, las empresas transnacionales y los editores, de encontrar el tema, el libro o el autor que terminará posicionándose en el mercado. Comercialmente se suele apostar a determinados autores que tienen una presencia importante o un piso de venta ya consolidado. En ese caso, sí es planificado porque no hay tanta sorpresa como sí la hay con autores poco conocidos que logran llegar a un best seller político. Las apuestas más conservadoras pueden ser con autores como Luis Majul o Marcos Aguinis, que tienen un segmento social garantizado y cuentan con mayor posibilidad de divulgación. Sin embargo, las grandes editoriales tienen muchísimos sellos y necesitan nutrirse de autores prestigiosos, como *escritores nobeles* de Literatura, que no suelen ser los que generan mayores ganancias, pero hacen a la complejidad de las grandes industrias culturales y le agregan valor a su catálogo.

 En el capítulo “El best seller sale a la calle” citas a la socióloga Eva Illouz, que realizó un estudio sobre el éxito de la novela Cincuenta sombras de Grey, quien afirma que “un best seller existe porque capta valores y actitudes, o bien dominantes o bien subyacentes, que transitan nuestro inconsciente social”. ¿Creés que esta habilidad o cualidad aplica también para los best sellers políticos?

 Sí, los best seller captan el humor social, algo que quizás se intuye pero todavía no está materializado, esa es la relevancia y habilidad de los editores. Sabemos que hoy las empresas de big data logran predecir consumos de la gente a través de la información que recogen los algoritmos y con ese conocimiento sobre el comportamiento de los consumidores se logran vender los productos. En el periodo que abordé, los editores siguen siendo muy valorados en tanto agentes sociales o intermediarios culturales que pueden identificar cuál es el tema, autor o libro que va a funcionar a partir de su “olfato” o capacidad de análisis editorial sobre la coyuntura y la audiencia de ese momento. Un ejemplo de esto son los libros publicados sobre los años ‘70 que se publicaron en pleno auge de las políticas de memoria, verdad y justicia del gobierno kirchnerista, que tienen una visión reaccionaria y, en algunos casos, cercana a la posición militar, como las obras de Carlos Manfroni y Victoria Villarruel, o los títulos publicados entre 2007 y 2009 por Juan Bautista Yofre. Son libros con un éxito editorial sin precedente, que se comercializaron en firmas muy grandes que lograron identificar un interés social y se convirtieron en best seller. Si lo miramos retrospectivamente, podemos observar que este éxito editorial fue incorporado en el gobierno que vino después, en 2015 con Macri. Un caso concreto fue el de Pablo Avelluto, ex director general de la editorial Sudamericana que se dedicó a estudiar y detectar las temáticas de la discusión política que circulaban en la sociedad, se constituyó como una figura clave de la gestión macrista. Ciertos temas y autores anticiparon lo que luego se hizo efectivo con el voto en el 2015. Esto es una muestra de que el mundo editorial es otra dimensión desde la cual se puede mirar el escenario político.

 Por nombrar sólo algunos títulos: Robo para la corona (Horacio Verbitsky, 1991), Argentinos (Jorge Lanata, 2002), Fuimos todos (Juan Bautista Yofre, 2006), Operación traviata: ¿quien mató a Rucci? La verdadera historia (Ceferino Reato, 2008), El dueño (Luis Majul, 2009) y Sinceramente (Cristina Fernández de Kirchner, 2019)…la característica en común de estos éxitos editoriales es que tienen un discurso opositor al gobierno de turno. ¿Sólo es posible un best seller político que tenga un tinte contrahegemónico?

Es cierto que los autores que los principales best seller políticos apuntan a un discurso contrario al gobierno de turno. Cuando salió Robo para la corona (Horacio Verbitsky, 1991) toda la editorial Planeta ofrecía libros que hablaran sobre la corrupción del gobierno menemista. Durante el gobierno de Macri, el principal best seller fue Sinceramente (Cristina Fernández de Kirchner, 2019) con un discurso “opositor” se presentó como un elemento que permitió repotenciar la figura de Cristina y fue una herramienta para la campaña presidencial de 2019. Los editores coinciden que los libros antikirchneristas venden mejor por el segmento social que compra esos libros.

 

Más allá de la construcción de estos artefactos culturales para distintos públicos, ¿los lectores argentinos están preparados para consumir una lectura política desintencionada de las tendencias sociales y con los intereses puestos en la búsqueda de la verdad y no en un fin meramente lucrativo?

Sí, hacia el final del libro cierro un poco con esa idea. Gran parte de esos libros, de los best seller políticos, se escriben muy rápido. Hay una idea de que es preferible que salga rápido y con menor calidad porque son temas muy coyunturales. Existe la tensión entre el fin comercial y la búsqueda de incidir en una época. Pero también se pueden encontrar obras con un mayor tiempo de elaboración en editoriales de menor tamaño, como la editorial Marea o en la colección especial de Siglo XXI, Singular, que se publicaron varios libros que tienen una relación distinta con la coyuntura y otra pretensión de profundidad, como sucedió con Gabriel Vommaro o Paula Canelo, entre otros. Las editoriales tienen que hacer ese balance entre el tiempo de publicación y la calidad del libro, y esto último puede repercutir en su éxito.

Las rutas del hambre

Las rutas del hambre

La República Argentina cuenta con más de 45 millones de habitantes de los cuales el 42% se encuentran bajo la línea de la pobreza, tal como lo informó el INDEC el pasado mes de marzo. La comparación interanual es un dato que preocupa aún más cuando se observa el fuerte incremento en esos niveles que se registraron en el segundo semestre de 2020, con 6,5 puntos porcentuales por encima del 35,5% de igual período de 2019.

Cuando se realiza un análisis más segmentado sobre el informe que dio a conocer el INDEC, se puede vislumbrar que Gran Resistencia es el principal exponente de este crítico panorama, ya que registró un 53,6% su población sumergida en la pobreza, mientras que el Gran Buenos Aires, que tiene un 51% de sus habitantes en esas condiciones, está en segundo lugar. En ese triste ranking la tercera posición le corresponde al Gran Concordia (49,5%) y la cuarta al Gran Mendoza (44 %).

 ANCCOM dialogó con referentes territoriales y académicos de esas zonas que no son el Conurbano bonaerense, que es el más conocido, para escuchar su interpretación acerca de las causas intrínsecas de la pobreza en las periferias de esas ciudades.

Gran Chaco: soja y pobreza

Johana Duarte es secretaria General del Movimiento Evita en Chaco y vicepresidenta del Instituto de Agricultura Familiar y Economía Popular de Chaco (IAFEP). En su militancia, y ahora como funcionaria de un organismo del Estado provincial, ha trabajado de cerca con los sectores de la economía popular y de la agricultura familiar. Sostiene que en esta reconfiguración del mundo laboral de los últimos años, hay un sector muy grande de trabajadores de la economía popular que ha sabido organizarse por fuera de los márgenes del sistema formal. Afirma que desde el gobierno es importante generar derechos que amparen a este sector desplazado del empleo privado y público.

Duarte atribuye los altos niveles de pobreza al vaciamiento que se dio en materia de asistencia social y de políticas de reactivación económica durante el macrismo. Asegura que las medidas que inyectaban dinamismo dentro de la economía popular se fueron deteriorando y que la contracara de esto fue la concentración económica en pocas manos, destruyendo el poder de intervención estatal.

“A partir del 2017 hay un fuerte crecimiento del trabajo informal. Ese sostenimiento que dejó de hacer el Estado impactó fuertemente en nuestra provincia porque nosotros somos pobres estructurales”, sentenció la referente del Movimiento Evita. Y explicó que la pobreza en esta región de la Argentina es la que más va a costar desentramar y más tiempo va a llevar cambiar esa realidad. Argumenta que el desmantelamiento del Estado y de las políticas públicas provocó que gran parte de los sectores medios y medios bajos hoy en día no tengan acceso a servicios básicos como gas natural, agua y electricidad.

Otra de las causas que atañen a la pobreza la adjudica a las migraciones internas que se producen hace ya varios años. “Los chaqueños y chaqueñas que no encuentran un futuro u oportunidad de desarrollo laboral en sus distintas localidades, y que antes vivían de tener su propia chacra, se vinieron a la ciudad a engrosar los números de los grandes cordones urbanos”, señaló. Parte de la población que antes vivía del trabajo rural ahora se encuentra en barrios populares, asentamientos o villas, viviendo “en condiciones infrahumanas con la esperanza de encontrar un trabajo formal”, agregó.

La vicepresidenta del IAFEP marca un camino posible para salir de esta crítica situación: la economía popular. Las provincias del NEA, como el Chaco, muestran a través del registro del RenaTEP (Registro Nacional de Trabajadores de la Economía Popular) que la primera fuente de trabajo es la informal y en muchas familias, la única. “Este es un sector dinámico que ha generado trabajo donde el mercado dejó de generar”, precisa.

Duarte cuenta, como funcionaria de gobierno que si el propio Estado no posiciona a estos sectores como uno de los más activos de la economía será muy difícil una recomposición. Plantea tres eslabones para la recuperación: el fortalecimiento de la agricultura familiar, el impulso de las pequeñas obras de infraestructura social básica en los barrios populares y dar valor monetario a las tareas de cuidado.

En la misma ciudad hay varias organizaciones sin fines de lucro que buscan hacer frente a este escenario, una de ellas es la Fundación Amadeo Capital Humano. En diálogo con su presidenta y fundadora, Susana González, se ve una coincidencia en el argumento de que uno de los problemas estructurales de la pobreza en el Gran Resistencia, en particular, y en Chaco, en general, es la falta de fuentes laborales formales en el sector agrario, por un lado, y la ausencia de servicios básicos en los pueblos rurales, por el otro.

Su larga trayectoria con la Fundación le ha permitido observar que desde los gobiernos de turno hay una falta en la política territorial: “Si la gente tuviera un pedacito de tierra donde poder sembrar y, a su vez, volcar en el mercado su producción, no tendría que ir a la capital donde se amplía el cordón urbano”, ejemplificó. Otro factor que engrosa los números de pobreza, según González, es la sobrepoblación como consecuencia de una inexistente Educación Sexual Integral en los asentamientos urbanos. “Hoy las familias comienzan a gestarse de forma prematura”, indica.

Sobre las causas que motivan las migraciones populares del campo a la ciudad, explicó que se debe, entre otras razones, a la pérdida de las grandes plantaciones de algodón características de esta región del país. En ese entonces los productores podían tener su empleo sin necesidad de mudarse a la ciudad.  “Ahora todo es verde de soja hasta la banquina de la ruta”, ilustra la presidenta de la Fundación.

Gran Concordia: salarios bajos y desempleo

Para una mirada local sobre los suburbios de Concordia, que junto con el Gran Buenos Aires es segundo conurbano más pobre del país, habla el responsable del comedor comunitario El Puentecito, Ramón Ernesto Sarmiento, que en su trabajo cotidiano observa un alto nivel de desempleo e inestabilidad laboral. “No hay contratos laborales por un periodo largo, son apenas por dos o tres meses”, apuntó. Por otra parte, hace referencia a las asignaciones sociales que perciben muchos entrerrianos por parte del Estado.  “Los empresarios se encuentran que nadie quiere trabajar la tierra porque ganan más con las asignaciones que trabajando. La gente tiene miedo de perderlas si entra a trabajar en blanco”, dice. Y agrega que el salario de los jornaleros quedó totalmente desactualizado, cobran 1.500 pesos  por día, por lo que la suma mensual no llega a cubrir la Canasta Básica Total para no quedar bajo la línea de la pobreza.

Gran Mendoza: tierra de desigualdades

Por su parte, Carmelo Cortese, profesor consulto de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la Universidad Nacional de Cuyo, hizo referencia a los dichos del gobernador de Mendoza, Alfredo Cornejo, y su pretendida autonomía económica como provincia: “Mendoza tiene todo para vivir como un país independiente”, había manifestado el mandatario en una entrevista radial en junio del año pasado. Cortese aseguró que este discurso de independencia no se refleja en el preocupante aumento de la pobreza que registró la provincia en el último análisis interanual, con un 5.4% por encima del 38.6% del segundo semestre de 2019.

“Desde octubre del 2016 a octubre del 2017 hubo 7 puntos de aumento de la pobreza que coincide con la gobernación de Cornejo”, alertó el profesor universitario. También, en esos 4 años, la producción de Mendoza descendió, lo que derivó en una baja en la oferta laboral.

En esta región del país hay una desigualdad muy grande; “por un lado tenés a Valle de Uco, al norte de la provincia, que es el lugar donde están las mejores plantaciones de vino”, explica, y, “por el otro, se encuentra Gran Mendoza donde la pobreza y la desposesión es galopante”. Como investigador especializado en la composición social de este territorio, explica que los propios docentes de la provincia de Mendoza se encuentran bajo la línea de la pobreza:  “Ganan alrededor de 29 mil pesos en mano con 10 años de antigüedad”, dice.

Los libros salen a la calle

Los libros salen a la calle

El otoño trae la segunda edición de FELBA, Feria de Editoriales y Librerías de la Ciudad de Buenos Aires. Un evento organizado por la Fundación El Libro y el Ministerio de Cultura porteño que se llevará a cabo al aire libre del 1 al 4 de abril de 12 a 20 en el Parque de la Estación,  con entrada libre y gratuita, y con los protocolos de seguridad ante el Covid-19. Habrá 51 expositores, diez más que el año pasado, y uno de ellos será un espacio colectivo dedicado a la poesía por haber sido marzo el mes de ese género.

El Parque de la Estación está ubicado en el barrio de Almagro, es un espacio público que sufrió intentos de privatización y que luego fue recuperado por los vecinos y  gracias a esta acción ahora puede cobijar este tipo de actividades. Allí se desplegarán los stands y su ingreso se hará por la calle Agüero hasta su salida por Gallo. La feria presencial, tan deseada por los editores y libreros, contará con dos actividades y charlas diarias sobre narrativas, poesía, comics, feminismo y literatura juvenil, entre otras. Se realizarán en el anfiteatro de 16 a 20, con una duración de dos horas cada una. Alguno de sus nombres son: “#LiteraturaEnLaBurbuja”, el día viernes; “¿Estamos en la pandemia de la corrección política?”, el sábado; y “Feminismo y Literatura”, el domingo.

El Director Institucional y Cultural de Fundación El Libro, Oche Califa, asegura que las ferias son claves para la promoción y divulgación de las novedades y constituyen una pieza fundamental para todo este sector de la cultura. Durante la mayor parte de 2020 las librerías permanecieron cerradas y esto provocó que se perdieran los lanzamientos de novedades y con ellos las expectativas de venta. Por eso el FELBA es un gran aporte “en un momento inédito para la industria”, manifiesta. “El libro, además, participa para su dinámica en el movimiento general de la cultura, como el teatro, el cine o los centros culturales, esto genera un interés mayor”, agrega. 

Sin embargo, desde Fundación El Libro afirman que la irrupción del covid 19 fue “una lluvia sobre mojado” para el rubro debido a que los cuatro años previos fueron sumamente críticos con una reducción de ventas considerable. A pesar de ello, veían una luz al fondo del túnel a comienzo del 2020 cuando la pandemia no era ni una remota posibilidad y esto provocó que el golpe sea “especialmente fuerte”, destacaron.

Este año habrá diez expositores más que el año pasado.

Uno de los criterios establecidos para respetar los protocolos sanitarios será la posición de cada puesto, que formarán una especie de serpentina de tal forma que los concurrentes puedan contemplar todas las exposiciones sin necesidad de retroceder y así evitar aglomeraciones. En este sentido, se contempló que haya una sola persona por stand que disponga de los elementos de cuidado necesarios, como el barbijo y el alcohol en gel. Por último, se decidió que los baños sean exclusivos para los expositores y no para el público en general.

ANCCOM dialogó con distintas editoriales y librerías que van a participar del encuentro. Una de ellas fue la editorial CICCUS, Centro de Integración, Comunicación, Cultura, y Sociedad, que está ubicada a pocos metros del parque donde se realizará el evento. Federico Giménez, integrante de ese sello editor, piensa que “el libro tiene una potencia muy grande en la cultura Argentina”. Más allá de los condicionamientos que sufrió la industria del libro, tiene cierto optimismo: “La necesidad de salir de la pantalla llevó a que muchos se reencuentren con el hábito de la lectura”, reflexiona. Algunos de los títulos destacados de la editorial son El mundo del día después  de Jorge Rachid y Proposición poética para anular la deuda externa de José Muchnik.

Por otro lado, Marcos Almada, presidente de la cooperativa de editoriales y también librería, La Coop, sostiene que venían teniendo un trabajo muy fuerte con las ferias, ya que participaban de aproximadamente 120  de ellas por año. Admite que “fue muy duro la reconversión de las ventas a través de Internet y de las redes sociales”. De todas formas, descubrieron que hay una comunidad lectora muy fiel a la compra de libros que antes no conocían. En vistas a la nueva edición del FELBA celebran que se abra una nueva variable en un contexto tan crítico, pero esta feria “no reemplaza lo que abarca la convencional Feria del Libro de 21 días”, concluye. Trilogía del dolor de Daniel Mella (que reúne en ese volumen tres novelas)  y Chau chau chau de Florencia Gómez García (también es una novela) , son dos de las lecturas que más recomiendan desde la cooperativa.

Sudestada, librería, revista y editorial, que se destacó estos últimos años por su fuerte presencia en redes sociales, será otra de las expositoras. Su alta popularidad le permitió quedar mejor parada en la nueva reconversión comercial. Sin embargo, su otra gran fuente de difusión eran los encuentros masivos como las marchas o las instituciones educativas que funcionaban como un canal más de difusión y de exposición para su revista y los libros. Esta nueva propuesta les permitió reencontrarse con su público nuevamente y creen que “hay una necesidad de la gente de participar y volcarse a estos eventos”, dicen sus responsables. Algunos de los trabajos que se destacan y que estarán en la edición del FELBA  son la novela “Malparidas” de Natalia Bericat, “Estrellada” de la artista e ilustradora CinWolo y la obra completa de Juan Solá. 

Sembraron vida en la tierra de la muerte

Sembraron vida en la tierra de la muerte

En el límite norte de la Ciudad de Buenos Aires se despliega un gran predio de 17 hectáreas que abarca un complejo de edificios donde se estableció, originalmente, la Escuela de Mecánica de la Armada. Con el advenimiento de la última dictadura cívico militar la escuela siguió funcionando en convivencia con el mayor centro clandestino de detención, tortura y exterminio de la Argentina.

Toda la fachada del complejo provoca un quiebre visual a cualquier observador desprevenido, su estilo arquitectónico parece detenido en el tiempo y eso se debe a la incansable lucha de los organismos de derechos humanos para que este lugar se preserve y se convierta en lo que es hoy: un Espacio para la Memoria y para la Promoción y Defensa de los Derechos Humanos. 

Este 24 de marzo en este mismo espacio, símbolo del terrorismo de Estado, diferentes referentes de derechos humanos realizaron la campaña denominada Plantemos Memoria, que consistió en plantar 30.000 especies autóctonas en todo el país en homenaje a los detenidos desaparecidos de la última dictadura.

Los organismos de derechos humanos convocaron en un comunicado conjunto a poner “la memoria en acción”. “En el marco de una pandemia que nos impide realizar concentraciones de gente, queremos que el recuerdo de nuestrxs desaparecidxs trascienda las redes sociales”, decía la invitación. La propuesta de plantar árboles tiene de trasfondo la idea de sembrar un país más justo y solidario.

Con casi 90 años, Lita Boitano participó de la recorrida.

El primer escenario del recorrido fue en la Casa por la Identidad de Abuelas de Plaza de Mayo, con la plantación de un tala, como significado de tesón y perseverancia, y en donde participaron nietos recuperados. “Esta campaña es mucho más de lo que pensamos”, definió Manuel Gonçalves Granada, uno de los nietos recuperados. En su intervención agregó que es impresionante cómo se ha diversificado el apoyo: “Se hace desde en una casa familiar hasta en un club de fútbol”.

La siguiente parada tuvo lugar en la Casa Nuestros Hijos, la Vida y la Esperanza, de Madres Línea Fundadora. Allí se plantó un espinillo, como símbolo de dolor, lucha y esperanza. Uno de los integrantes de esta posta fue un estudiante de la Tecnicatura en Música Popular que tiene su sede en ese lugar y quien agradeció el especio que le dedican las Madres a la formación y la educación como herramienta fundamental para transmitir el pasado reciente a las futuras generaciones.

A pocos metros, en la Casa 30 mil compañeros, de Familiares de Desaparecidos y Detenidos por Razones Políticas, se plantó un curupí que simboliza las redes de contención. Lita Boitano, presidenta de esa organización, con casi 90 años de edad no se cansó de expresar que “la lucha es en la calle y en la justicia”. Y recordó que hace 45 años, cuando ingresó a Familiares de Desaparecidos, que aún no llevaba ese nombre, no se sabía cuáles eran los lugares donde se podían denunciar los secuestros de sus hijos o familiares. Los hijos de Lita Boitano son dos, Miguel y Adriana, ambos eran estudiantes universitarios cuando fueron secuestrados y desaparecidos durante los primeros años de la dictadura.

En esta plantación también tomó la palabra Graciela Lois, compañera de Ricardo Lois que fue detenido y desaparecido en ese mismo predio. “Para mí es un lugar muy especial porque mi marido al igual que mis compañeros estuvieron acá”, recordó. También resaltó que este año se sintieron realmente acompañados por la sociedad con la propuesta de plantar memoria, estima que sembrar un árbol es una iniciativa que unificó y sumó a los que otros años no elegían la Plaza de Mayo como forma de manifestarse. “Estamos resignificando este lugar. Nos unió el dolor pero ahora nos une otra cosa que es las ganas de vivir”, concluyó.

El curupi se plantó para simbolizar las redes de contención que se tejieron para resistir frente a la dictadura.

Luego de una caminata más extensa, la caravana de abuelas, madres, nietos, familiares y sobrevivientes arribó al área que pertenece al Espacio Interreligioso Patrick Rice. Como no se permite plantar árboles en esa zona, se sembró un palo amarillo con varios troncos ramificados desde la base, que simboliza la unión de toda la humanidad y sus diferentes cosmogonías religiosas. Ramiro Varela fue uno de los representantes del colectivo y es fundador de la agrupación Palotinos por la Memoria, la Verdad y la Justicia que reivindica a los cinco palotinos asesinados en lo que se conoció como la Masacre de San Patricio el 4 de julio de 1976. Varela puntualizó que “es muy valioso visitar este lugar, escuchar el testimonio de los sobrevivientes, en una fecha tan trascendental”.

En la otra punta del complejo histórico, en el Museo Sitio de Memoria, donde funcionó el exCasino de Oficiales y por el cual pasaron miles de detenidos desaparecidos, el Consejo Asesor de Sobrevivientes y trabajadores del lugar plantaron un timbó que refleja el dolor de un padre ante la pérdida de una hoja y el sobreviviente es visto como un canto a la vida; y un árbol de palta como símbolo de fertilidad.

Hace 45 años, un joven de 29 años, Néstor Fuentes, ingresó a ese mismo sitio encapuchado y luego fue torturado. Ahora es uno de los sobrevivientes que participó del recorrido. Cuando llegó su turno contó, mientras observaba al edificio reconvertido, que «es muy fuerte entrar a ese lugar” y bregó a «echar raíces sobre la memoria, en un predio que era símbolo de muerte para transformarse en símbolo de vida».

La jornada de la memoria culminó en el parque frontal al Museo de Malvinas con la presencia del ministro de Cultura, Tristán Bauer; el secretario de Malvinas, Antártida y Atlántico Sur, Daniel Filmus; y Taty Almeida, de Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora. El árbol allí plantado fue un ceibo, símbolo de la Argentina. Sin importar el peso de la pala, las víctimas del terrorismo de Estado sembraron vida en un lugar que antes sólo fue tierra de dolor.

Dudas sobre la Ley de Economía Social porteña

Dudas sobre la Ley de Economía Social porteña

El pasado 3 de diciembre se sancionó, con 52 votos positivos y tres abstenciones, la Ley de Promoción de la Economía Social en la Legislatura de la Ciudad. Según un comunicado del Ministerio de Desarrollo y Hábitat porteño, uno de los organismos impulsores del proyecto, esta es una iniciativa que busca “fortalecer el desarrollo productivo de la economía popular, que involucra a cientos de miles de personas”. La titular de la cartera porteña, María Migliore, asegura que esta ley otorgará herramientas para que el sector pueda crecer e integrarse a las cadenas de valor y así generar trabajo de manera sostenida. Por su parte, los verdaderos protagonistas de ese sector plantean dudas, críticas y expectativas.

A grandes rasgos, la ley establece la creación del Registro de Unidades Productivas de la Economía Popular y Social, que es el registro de proveedores estatales en la ciudad; el acceso a herramientas financieras, como líneas de crédito; y la creación de un fondo público-privado a través de la constitución de un fideicomiso en el Banco Ciudad para financiar proyectos productivos.

A partir de este marco, diferentes cooperativas y fábricas recuperadas expusieron su visión sobre la nueva legislación. Una de ellas fue la cooperativa de productos lácteos Séptimo Varón, formada por un colectivo de trabajadores que recuperó la empresa en el año 2002. Sus productos se encuentran en el mercado desde hace más de 60 años y, actualmente, cuentan con siete locales de venta minorista distribuidos alrededor del AMBA. Federico Chab, uno de sus miembros, considera interesante que haya una ley que recoja a los actores de la economía social, muchas veces postergados en la agenda legislativa.

Asimismo, pone la lupa en cómo se va a reglamentar, ya que a su criterio hay algunos puntos fundamentales que no se mencionan, como el tipo de financiamiento – por ejemplo, si serán microcréditos o no -, si las cooperativas más grandes, como ellos, pueden acceder a estos beneficios y si hay un máximo de facturación o en la cantidad de trabajadores. Chab asegura que en reiteradas oportunidades “se toma a la economía social como pequeños micro-emprendimientos y en realidad nosotros somos una PyME que factura de a millones. Por esto muchas veces nos quedamos afuera de estos cupos fiduciarios”. Chab espera que los convoquen a participar para aportar su visión en la iniciativa.

Por su parte, Fabián Pierucci, presidente de la cooperativa La Litoraleña, que fabrica tapas de empanadas y tartas, comenta que el fin de aquella no es maximizar ganancias sino crecer como colectivo de trabajadores y, por ese motivo, exige una mayor claridad en la forma de financiamiento que otorgaría la ley. “Si es un fondo privado no podemos aceptar imposiciones”, sintetiza. A su vez, se explaya sobre la falta de delimitación entre el tipo de préstamo que puede necesitar una cooperativa como La Litoraleña, que es una PyME, y la que necesita cualquier otro emprendimiento individual. Asegura que la ley no proporciona ningún tipo de diferencia entre estas dos realidades sumamente diversas. Además, comenta que la ley no hace referencia a un tema tan delicado como la seguridad social: “Seguimos siendo monotributistas y somos un colectivo de 55 personas. Te terminás jubilando siempre con la mínima”, sentencia.

En esta línea, Eduardo Montes, presidente de la Federación de Trabajadores de la Economía Social (FeTraES), se pregunta cómo va a ser el registro formal de los trabajadores, cuál va a ser el organismo de aplicación de la ley y cuáles van a ser las características del fideicomiso. Para Montes la ley tiene “muchas carencias” y no se condice con las políticas que el Gobierno de la Ciudad llevó adelante en los últimos años, como fue “la eliminación y el vaciamiento del presupuesto destinado al sector en el año 2015”, agrega.

En busca de una mirada etnográfica sobre la situación de las cooperativas y fábricas recuperadas de cara a esta nueva ley, Andrés Ruggeri, investigador y director del programa Facultad Abierta en Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires, dice que la ley es  un hito importante para un sector totalmente desplazado en la economía formal. “Desde el 2007 que no hay un reconocimiento para este colectivo, me parece bien que haya una medida que recoja su realidad”, señala.

Sin embargo, cuestiona la conceptualización que hace la ley de la economía social: “Si vos armás toda la base del financiamiento desde el lugar de una economía de la pobreza y sin capacidad de crecimiento, pensada para pequeños montos de créditos, vas mal“.

Para Ruggieri, la estructura crediticia está mal planteada porque el Estado no invertiría en el fondo fiduciario sino que lo harían los privados que siempre tienen intereses por detrás. Sumado a esto, sentencia cómo se planteó la conformación del comité de financiamiento, que está integrado por los mismos miembros que van a sostener el fondo. 

Ante la repregunta por la postulada “economía de la pobreza”, profundizó en lo problemático que pueden llegar a ser las valoraciones que edifica la ley en referencia a los receptores de la misma. “Partís de la base que la economía social no tiene escala y por eso brindás microcréditos o créditos sin mucha capacidad y así el sector nunca va a crecer”, concluyó.