Un país en marcha

Un país en marcha

Una mujer balancea con sus brazos a una bebé que bosteza con cara de cansada. Un gorrito con orejeras cubre su cara de los soplos de viento de una jornada típica de invierno. Su mamá está al lado. Tiene unos treinta años golpeados por la vida y cuenta que la nena se llama Gema y tiene cuatro meses. “Vine acá por ella, hoy está mucho más difícil comer”, dice Cinthia, una de las miles de personas presentes en el acto cúlmine de la Marcha Federal por Pan y Trabajo, organizada por movimientos sociales, llevada a cabo la tarde de este viernes en la Plaza de Mayo.  

“Siempre venimos a la Plaza, acá nos reunimos todos”, dice Cinthia, que tiene pocas palabras y una sonrisa tímida. “Nos vinimos en colectivo desde González Catán, tardamos dos horas y media en llegar”. Cinthia es una de las tantas mamás con niños chiquitos que hay en el acto, a las que minutos después les dedicó unas palabras desde el escenario la representante del Frente de Organizaciones en Lucha, María Elena Navarro.

La postal abajo del escenario es esa: familias de sectores populares que hacen propia la plaza más representativa del país. Humildes organizados.

En la mitad de la plaza hay una columna de Barrios de Pie. Uno al lado del otro, un grupo de varones vestidos con pecheras celestes, separan el piso de cemento del de tierra, hecho barro. No son los únicos que tienen pecheras: la identidad política está inscrita en los cuerpos de los presentes, que lucen orgullosos de dónde provienen. Metros atrás, un vendedor de choris tiene una pechera naranja fluo que dice “Ctep” (Confederación de Trabajadores de la Economía Popular). La disposición de esos cuerpos es la disposición de sujetos organizados políticamente.

Un hombre escucha atento a Dina Sánchez, del Frente Popular Darío Santillán, cuando grita desde el escenario que “¡el gobierno saquea al pueblo!”. Tiene una boina verde oliva y una barba canosa larga, que le llega hasta el pecho. Claudio tiene habla fácil, como si necesitara contar lo que le pasa. “Vengo acá porque nos están haciendo mierda. Yo soy jubilado y estoy mal, y eso que no tengo la jubilación mínima. Vengo por los docentes, por los trabajadores”. Recuerda: “Yo viví lo que fueron los ‘90 y esto es parecido. A mí me metieron preso porque era sindicalista, y en la época de la dictadura casi me mata la Triple A. Yo pasé muchas cosas”. Tiene unos anteojos de marcos marrones cuadrados, medio empañados por el frío. Habla tranquilo, con tono hasta paternal. En el mismo sentido que la convocatoria, dice que “hay que organizarse, juntarse y hacer un paro. Nosotros somos los que laburamos y estos se la llevan de arriba”, dice por los ministros de Mauricio Macri, de quien dice que “debería renunciar solo, sin que lo echemos”.

Mientras Claudio habla, una chica de unos veintipico con un chaleco que dice “Barrios de Pie” mira para atrás a una señora de unos 50. Le pasa un sanguche de milanesa que está comiendo. La mujer muerde despacio, no tiene dientes. Una mujer que forma parte del mismo grupo dice con una sonrisa: “¿Ven? Eso es ser compañera”.

En el escenario habla Marianela Navarro, del Frente de Organizaciones en Lucha, responde a los polémicos dichos de la gobernadora bonaerense María Eugenia Vidal sobre la educación y la pobreza. “Señora gobernadora: nosotros luchamos para que los hijos de los pobres lleguen a la universidad, sean doctores, sean abogados, sean arquitectos, porque seguramente van a volver a las barriadas populares a devolver todo ese apoyo y ese conocimiento al servicio de la lucha social”. Una señora de unos cincuenta y pico se emociona y aplaude.

Una columna de La Garganta Poderosa escucha atenta. Un pibe de veintipico custodia la caña que sostiene uno de los extremos de la bandera. Está hundida en el barro, que cubre la mitad de las zapatillas del pibe barbudo. Junto a él, una chica de pelo corto carga un bombo gigante. Dice que buena parte de sus compañeros están en la marcha por el juicio contra la Prefectura por las denuncias de “torturas psicológicas y físicas” que presentaron contra esa fuerza Ezequiel e Iván, dos pibes de la villa 21-24. La primer oradora, la madre de Plaza Línea Fundadora, Nora Cortiñas, hizo alusión del caso en su discurso de apertura.

Más atrás, un pibe alto, de 1.80 y pico con un pedazo de telgopor escrito de manera improvisada: “Clarín=FMI=Gobierno”. “Vengo acá porque siento angustia”, dice. “Porque veo que están haciendo cosas que perjudican la vida de la gente”. Tiene una barba importante, pero con poco volumen, y el pelo largo, castaño claro, atado con un rodete. Está con un amigo, que también tiene un cartel de telgopor y viste un tapado de paño negro. “Hay grupos fácticos que apoyan a este Gobierno, hay cosas que nadie las habla. Si Clarín se tirara contra este Gobierno, este Gobierno no dura un día. Lo primero que hizo Macri cuando llegó fue derogar la Ley de Medios, y nadie habla de eso”, se queja Ramiro. “A mí varios amigos me dicen en los grupos de WhatsApp que deje de hablar de política, que no me meta, pero si no ¿cuándo va a cambiar algo?”.

En el escenario habla el último orador, Esteban “Gringo” Castro, secretario general de la Confederación de Trabajadores de la Economía Popular, una de las organizaciones organizadoras del acto. El dirigente pide “más convicción militante”, al afirmar que “eso es lo que necesitamos para cambiar la argentina”. El acto está llegando a su ocaso y comienzan a sentirse los bombos.

Mientras Ramiro me habla, una señora le toca el brazo a una mujer petisita. Le dice de irse. La otra la frena y se niega. “Pará que está por empezar el Himno”. La melodía introductoria suena en una quena y provoca una fuerte empatía emocional.

Terminado el Himno, que fue en versión mitad folclore mitad chamamé, la Plaza empieza a desconcentrarse de manera ágil: cada columna sabe por dónde y cómo debe irse. Suena  “Vencedores vencidos”, de Los Redondos, que se mezcla con el olor de la carne asada y el carbón. Por Hipólito Yrigoyen pasa la seccional Chaco del Movimiento de Trabajadores Excluidos (MTE) que está de rojo por ser una columna específica de trabajadores campesinos. “Me voy corriendo a ver, que escribe en mi pared la tribu de mi calle, la banda de mi calle”, suena de fondo.

Otra semana negra

Otra semana negra

La historia de la crisis en los medios sumó esta semana un nuevo capítulo con el despido de dos trabajadores de la agencia estatal Télam y 30 de Radio Del Plata. Aunque con características diferentes, ambos ajustes retratan la sangría en los medios de comunicación -en especial radiales y gráficos- en los últimos dos años.

El caso de Del Plata tuvo un costado siniestro. Los trabajadores fueron notificados el domingo por la noche y por teléfono que habían sido desvinculados por la empresa Radiodifusora del Plata S.A., parte del grupo Electroingeniería S.A. propiedad de Gerardo y Sebastián Ferreyra y Osvaldo Acosta. Al día siguiente los trabajadores iniciaron un paro de 24 horas con retención de tareas que interrumpió la programación y derivó en la decisión del Ministerio de Trabajo de dictar la conciliación obligatoria. Esa medida implica la reincorporación inmediata de los despedidos y la reanudación de la programación sin interrupciones hasta el 19 de junio. En ese lapso, la empresa deberá dar una respuesta a la crisis que atraviesa la emisora.

Nicolás Trinchero, delegado de la comisión interna del Sindicato de Prensa de Buenos Aires (SiPreBa), informó a ANCCOM que los telegramas fueron llegando a los domicilios de los trabajadores a destiempo y que mostraban irregularidades en los motivos de despido. “No teníamos certeza concreta de cuántos eran los despedidos, nos fuimos enterando a medida que llegaban los telegramas”, agregó.

Los trabajadores denuncian desde hace varios meses los incumplimientos de la empresa: el atraso en el pago de salarios y su abono en cuotas, la falta de depósito de cargas sociales, el incumplimiento del pago de aguinaldos y el ofrecimiento de retiros voluntarios. El 14 de mayo iniciaron una medida de fuerza como respuesta a la imposición de reducir los salarios de todo el personal un 50% durante 60 días. Durante esa semana, la empresa manifestó a los trabajadores su intención de reducir personal por lo que algunos trabajadores negociaron un acuerdo para que se les abone la correspondiente indemnización en cuotas, mientras que otros accedieron a otra fuente laboral. Ese acuerdo fue incumplido por la empresa que alegó que los trabajadores “habían abandonado su puesto de trabajo”. La maniobra se tradujo en doce despidos de la semana pasada.

Con los 30 despidos de esta semana sumaron 42 los trabajadores que se habían quedado sin su fuente de trabajo. Trinchero informó que la empresa se puso a su disposición para ofrecerles el pago de la correspondiente indemnización, pero que ellos ya “no confían” en sus palabras, por lo que decidieron llevar adelante una asamblea permanente y exigir la inmediata reincorporación de los trabajadores. Finalmente, el martes se llevó adelante una reunión en el Ministerio de Trabajo en la que se dictó la conciliación obligatoria hasta el martes 19 de junio, lapso en el cual la empresa deberá dejar sin efecto las 42 cesantías. Los trabajadores levantaron la medida de fuerza y ya se encuentran en sus puestos de trabajo.

Télam

En Télam, el martes pasado el redactor de Economía Ángel Jozami y una miembro de la mesa de edición, Fernanda Arce, ambos trabajadores que no contaban con ningún tipo de sanción dentro de la empresa, fueron notificados de su desvinculación. Según un comunicado de la agencia del día lunes, la razón de su despido fue el “acto de irresponsabilidad” y la “falta de ética y profesionalismo” que los trabajadores habían tenido en su trabajo en un cable publicado el día 13 de este mes en el que se informaba que los propietarios de las Lebac que vencerían 48 horas después eran en su mayoría extranjeros, cuando en realidad sólo un 5% eran de ese origen, según datos del Banco Central contrastados en el comunicado.

Asamblea de trabajadores de Télam levantan la mano en una votación.

El jueves 31 de mayo los trabajadores de Télam harán radio abierta frente a la redacción.

En diálogo con ANCCOM, Esteban Giachero, delegado de la comisión interna del SiPreBa, remarcó que ésta es una maniobra que constituye una “sanción desproporcionada y sin justa causa”. El protocolo para modificar una información errónea ya publicada, explicó a esta agencia, es simplemente “levantar” el cable del acceso a los abonados y publicar la nueva información, cosa que no sucedió durante los quince días que la nota estuvo “al aire” para ser consultada.

Además, advirtió que toda información disponible en Télam pasa por un estricto control llevado adelante por las cúpulas jerárquicas: los gerentes periodísticos Luis Sartori y Daniel Capalbo; y el jefe de la sección de Economía, Ricardo Sarmiento, a quienes señaló como responsables directos de los despidos.

El conflicto de los trabajadores de Télam ya lleva mucho tiempo. En una nota publicada el 18 de mayo por este medio, los trabajadores denunciaron censura, vaciamiento de secciones y agotamiento de contenidos. “Recolectamos más de 50 casos de cables que nunca fueron publicados, en secciones blandas que se supone que no hay demasiados temas conflictivos para la línea editorial del Gobierno”, comentó en ese momento Mariano, un trabajador de la agencia.

Los trabajadores de Télam se encuentran en asamblea permanente en reclamo por la inmediata reincorporación de los despedidos e iniciaron una campaña para defender sus fuentes de trabajo y el derecho a la información. Este jueves a las 13:00 también realizarán una radio abierta frente a la redacción, en Bolívar 531. ANCCOM consultó con el Ministerio de Trabajo si está previsto iniciar algún tipo de negociación, pero no obtuvo respuesta.

Resistir a Fondo

Resistir a Fondo

Este 25 de Mayo “La patria está en peligro” advierte una de las consignas que más resuena para rechazar las políticas de ajuste del gobierno nacional y  la vuelta al Fondo Monetario Internacional (FMI). Convocaron y asistieron al acto en la avenida 9 de julio figuras del arte y la cultura popular como Gerardo Romano, Teresa Parodi, Lola Berthet, Pablo Echarri, Juan Palomino. También acompañaron periodistas e  intelectuales como Horacio Verbitsky y Horacio González; los referentes gremiales Hugo Yasky (CTA); Sonia Alesso (CTERA); Roberto Baradel (SUTEBA); Pablo Moyano (Camioneros), Sergio Palazzo titular de la Asociación Bancaria y Daniel Catalano de ATE Capital; políticos de la oposición como Máximo Kirchner, Daniel Filmus, Mariano Recalde,  Jorge Taiana y Axel Kicillof; Madres y Abuelas de Plaza de Mayo, como Taty Almeida, Nora Cortiñas y Rosa Roisinblit; además de otros integrantes organismos de derechos humanos y organizaciones sociales y barriales.

A partir del mediodía cientos de  miles de personas comenzaron a llegar al Obelisco para escuchar el recital por el que pasaron artistas como La Bersuit, Bruno Arias, Dolores Solá con La Chicana, entre otros para repudiar la intervención del FMI en el país. “Esto se pelea desde la alegría. Que comience la fiesta”, anunció Federica Pais.  “Buenas tardes, felicidades”, saludó Francisco Rodríguez y arremetió con una chacarera “para todos y todas”. Con él, Santiago del Estero estuvo presente. Banderas de diversas agrupaciones políticas, sociales y sindicales rodeaban el escenario; una de ellas, sobre Carlos Pellegrini y Sarmiento, descansaba pequeña pero resistente: “C.N.E.A. en lucha por la soberanía energética y la autonomía tecnológica nacional”.  

Muchos de los carteles de los manifestantes eran informativos: “Cierre de 7.500 Pequeñas y Medianas Empresas por políticas de Macri”, se difundía en una pancarta. La cifra es reconocida por el titular de Asociación de Pequeñas y Medianas Empresas (Apyme), Eduardo Fernández, presente allí. A su vez, Mabel, trabajadora de 59 años a punto de jubilarse, sentada bajo un árbol explicó a ANCCOM: “Mi familia tiene trabajo pero yo hoy tengo que estar acá porque están echando gente, estamos muy mal, las tarifas vinieron muy altas, a mí me falta poco para jubilarme, y tengo miedo”.  

La ex ministra de Cultura, Teresa Parodi estuvo presente en el acto: “Vine, como vino el pueblo: a decirle no al Fondo. A decir no a las políticas de ajuste y a decir que este no es el camino para salvar a la patria. La patria está en peligro”, aseguró la cantautora.  El actor Juan Palomino, otro de convocantes, afirmó que este 25 de mayo “es un día trascendental más allá de la fecha patria”.  Y desde el colectivo de actores destacó: “Hemos roto una gran barrera, porque de alguna manera la gente de la cultura y del arte se ha corrido de ese lugar individual y meritocrático para entender que si la economía no está en beneficio de los que menos tienen, y si se carece de un ordenamiento económico para una industria nacional, es muy difícil salir para todos”.

Por su parte, el sociólogo Horacio González reflexionó para ANCCOM: “Todos estos años de resistencia acompañaron a estos años de Macri. Son años muy corroídos por una clase política nueva, originada desde un empresariado nacional que acaba firmando un pacto con el Fondo Monetario y que afecta gravemente al conjunto del sector nacional, de los trabajadores, de los estudiantes –en definitiva-  del pueblo argentino, y por lo tanto es necesario seguir resistiendo”.

En el escenario, cuando le tocó el turno a La Chicana, la banda versionó El Tesoro de los Inocentes, de Carlos “Indio” Solari. Al término de la interpretación, Dolores Solá volvió a entonar a capela como para subrayar: “Aunque te sientas mal / Si no hay amor, que no haya nada entonces, alma mía. ¡No vas a regatear! /Un hermoso día el de hoy / está para desatar nuestra tormenta”. Ante esa multitud congregada en las calles, la letra cobró otro sentido y finalizó: “Juegan a primero yo y después a también yo / Y  a las migas para mí y cierran el juego porque ya saben que el tonto nunca puede oler al diablo, vida mía”.

Recientemente, el jefe de gabinete Marcos Peña anunció que el Presupuesto para 2019 es el marco para un “gran acuerdo nacional”. La frase llamó la atención porque recuerda al Gran Acuerdo Nacional (GAN), pacto implementado por el presidente de facto, Agustín Lanusse, en 1971 para dar una salida lo más decente a las Fuerzas Armadas. Ante el hecho, Axel Kicillof, diputado nacional por Unidad Ciudadana y ex ministro de Economía, sostuvo en diálogo con ANCCOM: “Básicamente plantean el ajuste. Por eso hablan del presupuesto. Y nosotros creemos que no es esa la salida. Ya ajustaron y estamos así por cómo ajustaron”.  

Pasadas las tres de la tarde, luego del show La Bersuit, desde el escenario la actriz Paola Barrientos y el actor Osmar Nuñez leyeron el documento en rechazo al acuerdo con el Fondo Monetario Internacional y a las políticas de ajuste del gobierno nacional. Advirtieron sobre el discurso negacionista del gobierno de la Alianza Cambiemos y pidieron justicia por Santiago Maldonado y Rafael Nahuel; proclamaron la defensa de la libertad de expresión y de la democracia.

Miles y miles de personas se acercaron al Obelisco a entonar el Himno Nacional. Aplausos, lágrimas, y cánticos invadieron a cada uno de los que se acercó a celebrar el 25 de Mayo en la avenida 9 de Julio. Tampoco faltó el “hit del verano”. Antes del cierre definitivo del acto desde la calle se llamó a un paro nacional y la multitud reunida comenzó a corear: “Paro nacional/paro nacional”. Uno de ellos es Adrián, de Berazategui. Participó del acto junto a su familia y contó: “Los tarifazos nos están sacudiendo a los laburantes, y es inaudito. Sé que también están recortando cualquier cantidad de programas, como Conectar igualdad. Por eso tenemos que ir al paro, la gente tiene que darse cuenta”. Luego opinó sobre la demora de la dirigencia sindical para concretar el paro nacional: “Creo que no convocan porque si no, vuelan carpetazos. Ahora, si no se va a un paro nacional, hoy la CGT no puede decirse peronista”.

Télam: censura y desmantelamiento

Télam: censura y desmantelamiento

Los trabajadores de Télam se reunieron ayer en la sede de Belgrano 347 para realizar una Asamblea General. Los ataques hacia el personal y el acotamiento del servicio en las últimas semanas dieron lugar a que se organicen para resistir ante la hipótesis de una liquidación de la empresa. Si el Directorio no revierte la situación, dicen, tomarán medidas de fuerza.

Fachada del edificio donde funciona Télam, mientras pasa un joven.

La agencia de noticias Télam fue fundada en 1945.

Los episodios de censura directa en la agencia se fueron multiplicando. “Recolectamos más de 50 casos de cables que nunca fueron publicados, en secciones blandas que se supone que no hay demasiados temas conflictivos para la línea editorial del Gobierno”, dijo Mariano, uno de los primeros trabajadores en exponer durante la asamblea.

La reconversión de textos se ha vuelto una práctica cotidiana incluso en secciones como Cultura y Espectáculos. Pero la situación de malversación informativa se ve ahora agravada con la eliminación y bloqueo del material directamente por el editor de texto. Tal fue el caso de la nota sobre la revocatoria judicial al sobreseimiento del titular del Sistema Federal de Medios y Contenidos Públicos Hernán Lombardi, en una causa por fraude en la compra de hectáreas para un parque nacional.  El artículo salió al servicio un día después, presionado por la denuncia de los trabajadores, pero quedando sin efecto dado que ya había pasado por todos los medios nacionales.

“Preferimos seguir profundizando la denuncia pública del acotamiento de los contenidos porque estamos convencidos de que la defensa de nuestros puestos de trabajo también se hace demostrándole y contándole a la sociedad la misión de nuestra tarea, que es la defensa del derecho humano a la comunicación”, concluyó Mariano.

Otro de los puntos clave del debate fue el agotamiento y desecho de contenidos. Por un lado, se cerró  la sección Reporte Nacional, que era de suma utilidad para los medios del interior, e incluso había logrado éxito comercial. Asimismo, sus suplementos Tecnológico, Deportivo, Para Chicos y Literatura  fueron arrasados luego de 366 ediciones. “Tengo la sensación que en las últimas asambleas hay un clima de velorio –exclamó con pesar otro compañero-. No hacemos más que velar a Reportes Nacionales que se murió, a Publicidad que no tiene más trabajo, a los colaboradores de Cultura, a los colaboradores de Historietas Nacionales…Perdimos todo”.

Si bien los miembros de las áreas eliminadas son reubicados en otras, los puestos en su esencia se pierden. Un trabajador de Infografía agregó: “Es como si hubiéramos puesto una cámara fija panorámica hacia el séptimo piso. Hace meses estaba lleno de compañeros; cuatro, cinco líneas de escritorios llenos de computadoras, y hoy somos tres compañeros trabajando ahí. Es elocuente de lo que está haciendo Télam con nosotros. Esos puestos no se recuperan aunque los reubiquen. Y en algunas secciones se va a dar un sobredimensionamiento de gente que no va a tener nada que hacer, porque los cables se reducen, las coberturas se reducen, las investigaciones se reducen. Entonces la empresa un día va a decir ‘Bueno en esta sección sobran cinco, no tenemos donde más ubicarlos. Fuera’”.

Por otro lado, también está en vilo el archivo sobre los juicios de Lesa Humanidad. Los trabajadores no confían en que la agencia sea garante del material documental. En Infojus (Sistema Argentino de Información Jurídica) el archivo se preservó porque los periodistas y fotógrafos realizaron un back-up propio y lo subieron a la web o cedieron a agencias. “Lo de Derechos Humanos se puede ceder a organismos; el de Reporte Nacional se puede subir a las bibliotecas, o las hemerotecas que hay en el país. Pero la tarea de defensa del archivo tiene que ser una cosa de este colectivo. Lo tenemos que hacer nosotros”, propuso un trabajador del sector de Infografía.

Asamblea de trabajadores de Télam.

En el último año, se decidió el cierre de cinco secciones informativas.

A esta serie de hechos se suma el caso específico de Marcelo Bartolomé, quien recibió una sanción sin goce de sueldo por haberse negado a infringir el Estatuto Profesional. El área de Audiovisuales funciona con sus cronistas, camarógrafos y editores, que trabajan con material propio. En cuanto al material de terceros, por un lado Télam tiene convenios con otras agencias para hacer uso de éstos; y por otra parte edita videos de organismos públicos, pero siempre aclarando las fuentes. Al margen de estas modalidades, no puede adjudicarse material ajeno. En el marco de una entrevista a Michelle Bachelet hecha por un redactor corresponsal de Télam en Chile, Bartolomé se negó a editar la filmación porque quien grabó el video no era del equipo de esta agencia. Ergo, hubiese violado el convenio. “El material salió al servicio –explicó Bartolomé-. Lo editó un jefe bajo su propia responsabilidad. Esto dio lugar a la apertura de un sumario, de una investigación. Tuve que ir a declarar, yo y otros compañeros. Eso fue en enero. La semana pasada me comunican a mí individualmente que me suspendieron”.  Para él, esto es otra medida de disciplinamiento de los trabajadores: “La advertencia de ‘cuidado con lo que hacen, porque si no te tiramos por la cabeza con tal o cual sanción’”.

Todos coinciden en que para dar la lucha, deben unirse independientemente del sindicato de Prensa al que pertenezca cada uno. “La buena voluntad, la disposición al diálogo, la permanente vocación de ir a discutir las cosas tiene sentido cuando del otro lado tenés respuestas –señaló Bartolomé-. Pero lo que recibimos es agresividad. La agresividad no es solo poner una sanción.  Vaciar una sección, dejar sin laburo a los compañeros, cerrar el Reporte, hacer desaparecer los suplementos… Eso también es agresión. Entonces creo que el tiempo de la discusión, de la buena voluntad, se terminó. Lo que se tiene que organizar ahora es un plan de lucha que ponga trabas al avance de estos facinerosos. Y además, cuentan con la colaboración de facinerositos que por un sueldito, un carguito, o una sección mejor, colaboran en este desastre que están haciendo en la agencia”.

Los trabajadores acordaron una nueva asamblea para el próximo jueves en la sede de Bolívar 531. En el plazo que hay antes de la reunión, apelarán al Directorio para que revierta la situación, y realizarán batucadas en ambos edificios para incentivar la concurrencia.

Precarización laboral a distancia

Precarización laboral a distancia

“Mi oficina es mi casa, no tengo compañeros y no conozco la cara de mi coordinadora”. Así describe Andrea su espacio y sus relaciones laborales. Forma parte del 1,2 millones de teletrabajadores que, según las cifras más recientes de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), desarrollan su actividad a distancia en la Argentina.

Andrea, teletrabajadora, está frente a su computadora con el teléfono en una mano y una birome en la otra.

El teletrabajo es cada vez más frecuente en nuestro país, según cifras de la OIT.

El teletrabajo es una modalidad de “trabajo a distancia -incluido el trabajo a domicilio- efectuado con auxilio de medios de telecomunicación y/o de una computadora”, tal como lo define la OIT, predominante entre periodistas, diseñadores gráficos, diseñadores web, operadores, programadores y desarrolladores de sistemas, entre otros.

Para Santiago Duhalde, Doctor en Ciencias Sociales de la Universidad de Buenos Aires (UBA) e Investigador del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET), se parece mucho a la vieja forma de trabajo a domicilio que existía en los siglos XVIII y XIX, ahora atravesada por las TICs (Tecnologías de la Información y la Comunicación) y basada en una “individualización de la relación laboral”: el trabajador realiza su tarea fuera del tradicional ámbito laboral y alejado de la presencia física de jefes, superiores y, en la mayoría de los casos, de compañeros.

Full time

Andrea es redactora y elabora artículos para sitios web y blogs españoles. Trabaja desde hace tres años para la misma empresa cordobesa a la que le factura mensualmente de acuerdo a los trabajos que haya realizado. No tiene un vínculo cara a cara con la empresa, se contacta de forma virtual con la coordinadora que le propone nuevos proyectos y controla sus tiempos y calidad de producción. Generalmente trabaja desde su casa, a veces en un bar. Las horas que dura su jornada laboral depende de la cantidad de proyectos en los que esté trabajando. “Para que el ingreso me rinda, tengo que agarrar varios proyectos simultáneos”, señala. Si la fecha límite de entrega del proyecto se acerca y el artículo no está terminado, la jornada se extiende lo que sea necesario. Sus momentos laborales no distinguen entre día o noche y la “comodidad” del hogar hace que muchas veces continúe trabajando durante el almuerzo o la cena y los fines de semana.

En la industria informática se desdibuja la jornada laboral en la modalidad teletrabajo. Para Ezequiel Tosco, Secretario General de la Asociación Gremial de Computación (AGC), bajo el “discurso de la comodidad, la libertad y la autonomía”, el trabajador termina dedicando más horas, cobrando menos y no contando con los aportes a la seguridad social.

Duhalde explica que trabajar por objetivos y no tener definida una cantidad de horas de trabajo “licúa la idea de jornada laboral” extendiendo el tradicional horario de ocho horas y precarizando aún más esta actividad.

Invisibilizar derechos

Martín no tiene un salario fijo por su teletrabajo, vende sus artículos de acuerdo al precio que esté dispuesto a pagarle su empleador. Es periodista, redacta notas, realiza entrevistas y edita textos para diarios web desde hace tres años. No siempre su trabajo fue remunerado sino que trabajó ad honorem para poder hacer experiencia en su profesión. En ocasiones, “invierte” más de lo que gana para, por ejemplo, costear el transporte para realizar una entrevista. 

El salario de Andrea también es variable, factura a fin de mes de acuerdo a la cantidad de notas que haya realizado. El pago por su trabajo ya está establecido de antemano como parte del proyecto. “La coordinadora me informa que hay que escribir una cantidad de notas con determinados caracteres y que se paga determinado monto por eso. Acepto o no acepto el proyecto, no hay lugar para la negociación”, describe. La paga de los artículos va aumentando, sutilmente, durante el año pero nunca se habla en términos de salario, aunque su relación laboral ya lleve tres años.

La inscripción de los teletrabajadores como autónomos enmascara la real relación de dependencia, tal como lo plantea Duhalde. “En muchos casos, ni siquiera están registrados, es trabajo en negro o un falso trabajo autónomo porque son monotributistas que trabajan únicamente para uno o dos empleadores”, dice y enfatiza en que eso implica un “fraude a la Ley de Contrato de Trabajo”.

Tosco coincide en que la modalidad freelance es un “fraude fiscal y una estafa al trabajador” porque hay un contrato de trabajo encubierto, que no está dentro en ningún convenio colectivo de trabajo (CCT) y que afecta al trabajador por ausencia de aportes patronales y a la Seguridad Social de la Nación”.

Se trata de una “actividad precarizada”, dice Duhalde y agrega: “Con una relación de dependencia encubierta, ni siquiera están sindicalizados ni gozan de otros derechos provenientes del CCT”. Resalta que, por el contrario, “para la empresa es muy bueno porque se evita los costos de las herramientas y la conexión, disminuye el salario respecto a la modalidad presencial y, además, se ahorra las cargas sociales”.

Ezequiel Tosco, de AGC, posa junto a la bandera argentina y a la de su gremio en su oficina.

«El trabajo freelance es un fraude», dice Ezequiel Tosco, de la Asociación Gremial de Computación.

La falta de sindicalización y la ausencia de vínculos legales entre el trabajador y la empresa dejan a los trabajadores en una compleja situación de incumplimiento de sus derechos y condiciones laborales. “Cuando me quiero tomar vacaciones es un problema, tengo que adelantar los artículos que correspondan a los días en que no esté”, señala Andrea, para quién vacaciones pagas, paritarias, aguinaldos, antigüedad e indemnizaciones no existen.

En este marco, la necesidad de regulación es clave. Luego de la presentación al Poder Legislativo, en 2015, de un proyecto de Ley de Teletrabajo en Relación de Dependencia que no prosperó, la problemática ya no está en la agenda. Según Duhalde es un problema que está desatendido. “Se trata de visibilizar esta problemática para no invisibilizar a los trabajadores”, concluye.