“Los que dicen que simplemente se ahogó, deben escuchar un no rotundo como respuesta”

“Los que dicen que simplemente se ahogó, deben escuchar un no rotundo como respuesta”

La avant premiere de El camino de Santiago, el documental dirigido por Tristán Bauer sobre el caso de Santiago Maldonado, se realizó en la sala de Directores Argentinos Cinematográficos (DAC), en el barrio porteño de Villa Crespo, y allí estuvo el cineasta junto a su equipo, integrado entre otros por el periodista Juan Alonso.

La película teje un hilo narrativo que va desde el avasallamiento del territorio y la cultura mapuche hasta la desaparición de Santiago Maldonado. No se trata de una historia individual sino de una lucha colectiva. ¿Por qué el Estado se encargó de ocultar tanto lo que sucedió con Santiago? Con el eco de “A desalambrar” de fondo y abundante archivo, el relato responde al interrogante.

Omar Quiroga, responsable del guión junto a Florencia Kirchner, dialogó con ANCCOM sobre su trabajo alrededor del caso Maldonado, inicialmente una serie de micros para el programa de Gustavo Sylvestre en C5N y para el sitio web de Página/12. “Luego de ver el material que estábamos obteniendo, pudimos observar la posibilidad de un proyecto mucho más grande para acercarle información a la población. Esto debe interpelar a todo el pueblo argentino”, afirma.

Tristan Bauer, director del film.

Según Quiroga, quien refleja en sus palabras las imágenes que fue construyendo a partir de testimonios de familiares, amigos y conocidos, Santiago fue una persona fiel y comprometida con las causas injustas: “Por más que quieran justificar o por más violenta que quieran dibujar una protesta, nadie debe ser asesinado”. Y agrega: “Uno busca explicación y por eso investiga. Utilizaron las fuerzas del Estado y ahora intentan enterrar lo que pasó”.

El cineasta Tristán Bauer explica que frente a la noticia de la desaparición de Santiago decidieron no ser espectadores de los acontecimientos sino ponerle imágenes a la historia para contar lo que ocurrió. “Los que dicen que Maldonado simplemente se ahogó, deben escuchar un no rotundo como respuesta. El objetivo es despertar conciencias y seguir el camino de lucha”, sostiene.

“Los drones en la Patagonia iban volando al calor de los sucesos, mientras se iban desarrollando, por lo que, junto con Juan Alonso, logramos avanzar y construir esta historia”, cuenta Bauer, cuyo equipo fue investigado, filmando y editando a medida que iban sucediendo los hechos.

El camino de Santiago aborda distintos puntos de la trama que involucran de manera directa a funcionarios del actual Gobierno, hijos de las familias latifundistas de la Argentina: Marcos Peña Braun, Patricia Bullrich Luro Pueyrredón, Esteban José Bullrich Zorraquín Ocampo Alvear, y más.

Omar Quiroga, el encargado de la investigación periodistica.

El documental también retrata las masivas manifestaciones por Santiago Maldonado. “Debemos estar orgullosos del poder de movilización popular que tenemos. Ellos creen que pueden contenerla pero estoy seguro que no es así”, asegura Bauer, a quien no lo sorprenden el reciente decreto que involucra a las Fuerzas Armadas en la seguridad interior ni el acuerdo con el FMI. “Lo único que espero es que no vuelvan a realizar una vez más las atrocidades que se han cometido en la Argentina y en América Latina”, dice.

Las voces del círculo íntimo y de la comunidad mapuche Pu Lof dan relieve a la experiencia vivida por Santiago. Soraya Maicoño, integrante de la comunidad, evoca la historia del shopping Patio Bullrich, otrora una casa de remates donde se ofrecían, junto a las vacas y los caballos, esclavos mapuches para las familias patricias.

Productor y fotógrafo, Manuel Fernández, subraya la importancia de los nuevos dispositivos tecnológicos, como el drone, que les permitieron realizar un registro nítido de la Patagonia, y afirma que el documental también “tiene como objetivo responder una pregunta histórica: ¿Por qué la Patagonia es el lugar más codiciado por las empresas y los extranjeros?”. “La estancia Benetton equivale 43 veces a la Ciudad de Buenos Aires”, precisa.

Con casi un año de ardua y cuidadosa labor a cuestas, Fernández reflexiona sobre las repercusiones del documental, ninguneado por los grandes medios. “Están intentando sacarle prestigio pero en verdad tiene un trabajo sólido que lo respalda tanto a nivel de investigación periodística como desde el eje artístico”.

En la Argentina de los 30 mil desaparecidos, el caso de Santiago Maldonado es una pieza dentro de un gran rompecabezas histórico de años de sangre y atropellos y de un poder oligárquico que hoy tiene a sus miembros más conspicuos sentados en los sillones de los ministerios.

El camino de Santiago se estrenará oficialmente el 1º de agosto y se podrá ver todos los martes y miércoles de agosto en el Centro Cultural de la Cooperación (CCC) y los viernes de ese mismo mes en la Universidad Metropolitana para la Educación y el Trabajo (UMET).

El camino de Santiago se estrenará oficialmente el 1º de agosto.

La Avant Premiere de «El Camino de Santiago». se realizó en la sala de Directores Argentinos Cinematograficos (DAC).

“El monocultivo más peligroso es el monocultivo de las mentes”

“El monocultivo más peligroso es el monocultivo de las mentes”

Mitad de semana en el barrio porteño de San Telmo. Verano que de a poco comienza a despedirse y regala una tarde agradable. Un hombre de jóvenes 86 años atiende en su modesta oficina. Saluda con un apretón de manos y lanza: “¿Con qué puedo ayudar?”.

Son las oficinas del Servicio Paz y Justicia y ese señor es el Premio Nobel de la Paz 1980, activista y defensor de la lucha pacífica por los derechos humanos, Adolfo Pérez Esquivel. Tiene muchas ganas de hablar: en vez de los 20 minutos pautados con su secretario de prensa, terminará hablando 50. Para cada pregunta, sus respuestas son largas y abarcativas. Derechos humanos, kirchnerismo, Cambiemos, derecho al aborto y el Papa Francisco, son algunos de los tópicos por los que transita la conversación.

Adolfo Pérez Esquivel sosteniendo una cartel con la imagen de Santiago Maldonado.

Adolfo Pérez Esquivel, activista y defensor de la lucha pacífica por los derechos humanos, recibió el Premio Nobel de la Paz en 1980.

Se habla mucho de la política de derechos humanos del kirchnerismo. ¿Qué destaca usted sobre ese tema?

Néstor Kirchner abrió las puertas al juicio a los criminales que violaron los derechos humanos. Con una particularidad: aquí en Argentina, que ha sentado jurisprudencia, los juicios de lesa humanidad se desarrollaron a través de los Tribunales Ordinarios, es decir, la Justicia Federal, y no mediante juicios ad-hoc, como en los casos de Núremberg, Tokio, o los Balcanes. Siempre fueron constituidos tribunales específicos para juzgar crímenes determinados. En cambio aquí por primera vez un país a través de su justicia ordinaria lleva adelante crímenes de lesa humanidad.

¿Cree que fue suficiente el aporte? ¿O qué faltó?

Tanto Néstor como Cristina pusieron mucho acento en los derechos humanos. Desde aquí apoyamos esa iniciativa, pero se quedaron mucho en la época de la dictadura militar. Hicieron poco con los derechos humanos de la actualidad. Por ejemplo, lo que ocurre con los pueblos originarios, la megaminería, la destrucción de los bosques, la contaminación. Hubo una suerte de reduccionismo.

¿Piensa que esas falencias dieron el pie para que Cambiemos haga lo que está haciendo?

Exacto, todo este desastre. El kirchnerismo enredó mucho las cosas, pensando que iba a estar eternamente en el poder. Yo siempre relaciono derechos humanos y construcción democrática como valores indivisibles: si se violan los derechos humanos, la democracia se debilita, pasa a ser más formal que real.

Uno de los casos más paradigmáticos de esta etapa es el caso Santiago Maldonado.

Nosotros siempre estuvimos muy cerca de la familia Maldonado, y hasta el día de hoy el juicio quedó colgado de alfileres, Creo que va a ir a punto muerto. El actual gobierno ha provocado un retroceso increíble en políticas de derechos humanos: han aumentado las violaciones en forma de muerte, persecución, represión.

¿Cómo definiría  a este gobierno?

A este gobierno te lo podría definir de la siguiente manera: un gobierno neoliberal cuya política principal consiste en privilegiar el capital financiero sobre la vida del pueblo. Está destruyendo al pequeño y mediano productor, tanto rural como industrial, ha abierto las importaciones, ha aumentado la deuda externa que se sigue haciendo eterna. No quiere aumentar a los maestros pero aumenta los intereses de la deuda. Sin embargo hay un hecho que me preocupa muchísimo, y es que la gobernadora de la Provincia (María Eugenia Vidal) fue a Israel con las tropas de la policía bonaerense para que sea entrenada por el Mossad. Sabemos que en Israel está justificada, incluso parlamentariamente, la tortura. Entonces, si aquí la policía se forma con esos parámetros, ya sabemos cuáles serán las consecuencias.

Adolfo Pérez Esquivel, en su oficina, mientras realiza la entrevista con ANCCOM.

«El actual gobierno ha provocado un retroceso increíble en políticas de derechos humanos».

¿Qué rol ocupan los grandes medios de comunicación a la hora de informar al pueblo?

Hay un problema serio, es lo que llamo la prensa canalla. Siempre apoyé la idea de entender a la comunicación desde una idea más integradora y pluralista. Siempre comparo esto con los agrotóxicos y los monocultivos, entonces digo que el monocultivo más peligroso es el monocultivo de las mentes, y los agrotóxicos son los medios de comunicación que concentran la información, tergiversan la verdad y las consecuencias son las que vivimos hoy. Tenemos medios alternativos pero no es suficiente, hay que trabajar en redes que realmente permitan que la información que se oculta, llegue.

¿Hay temas sobre los cuales no se habla mucho?

Absolutamente. El gobierno actual quiere dejar a un lado la ley  que impide que las Fuerzas Armadas tengan intervención interna. La experiencia nos dice que esto es fatal. Es algo que vemos en Brasil. Temer mandó el ejército a las favelas de Rio. Esto no mejora en nada las condiciones de vida del pueblo, al contrario: es persecución, muerte y torturas. La otra experiencia de intervención de Fuerzas Armadas en asuntos internos es la de México. Tenemos el caso de los 43 desaparecidos en Ayotzinapa, que después de tres años la justicia sigue sin querer investigar porque ahí intervino el ejército. Es uno de los países junto con Honduras, con más violaciones a derechos humanos en todo el continente. Pero Macri solo critica a Venezuela.

Recientemente usted propuso al ex presidente Lula como candidato a ganar el Nobel de la Paz. ¿Por qué?

Acabo de venir de Brasil, de apoyar a Lula. Durante su gobierno logró que más de 30 millones de personas salgan de la pobreza con programas y centros de salud, bolsas de trabajo, escuelas, en resumen la dignificación del pueblo. Esto está reconocido por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), e incluso los propios medios opositores. Treinta millones que en pocos años pasan de una situación de pobreza a ser una clase media estable, con otras condiciones de vida: ahí es donde se construye la paz, no con la represión a los pueblos. Lula mismo en su discurso dice: “Aquí no vengo a luchar para que se pierdan vidas, sino para salvarlas”.

Estamos en un momento histórico de la discusión sobre el derecho al aborto.  ¿Cuál es su postura al respecto?

Es cierto que mueren muchas mujeres por abortos ilegales, y que eso se debe regularizar. Yo soy un defensor de la vida, y no quiero el mal para ninguna mujer ni ningún ser que esté naciendo. Hay hechos terribles como maltratos o violaciones, mujeres que no se sienten capacitadas para ser madres: lo que habría que implementar antes de todo esto es una correcta educación sexual en las escuelas, en las universidades. Yo creo que ninguna mujer quiere abortar, no está en la naturaleza de la mujer la idea del aborto. Por eso me parece muy importante la educación sexual responsable.

Y esto no es solo un problema de la mujer, es un problema del hombre, de la pareja. No dejarnos guiar solamente por estas cerrazones religiosas, que dicen “defendemos la vida desde la concepción” ¿Qué vida y cómo? Hay una responsabilidad muy grande de la salud pública y la medicina. Tiene que haber un análisis más profundo en el Congreso.

Adolfo Pérez Esquivel, de perfil, mientras habla con ANCCOM.

“La política de derechos humanos no es para paliar el dolor de los sufrientes, es una acción política, liberadora y transformadora».

¿Qué opinión le merece la figura del Papa Francisco?

Cuando designan al Papa yo estaba en Padua, que son más de 200 kilómetros de Roma, y apareció la BBC de Londres porque Horacio Verbitsky había disparado una serie de acusaciones contra Jorge Bergoglio, y yo salí en su defensa. Es cierto que hay unas cartas de dos jesuitas, Orlando Yorio y Francisco Jalics, que eran críticas a Bergoglio, cuando el aún no era obispo sino el superior de los jesuitas. Allí dicen que no hizo nada por sacarlos, ahora yo digo: Bergoglio logró sacarlos de la prisión en cinco meses. Yo estuve más de dos años con un apoyo internacional terrible, ¡y nadie me pudo sacar! Francisco en ese entonces había ayudado a mucha gente, silenciosamente y sin levantar la perdiz. Bergoglio a diferencia de otros papas es un pastor. Es un hombre que terminaba su trabajo aquí como arzobispo o cardenal de Buenos Aires y se iba a trabajar a la villa. Y se tomaba el colectivo, el subte, el tren. Esta política la continúa como papa, y lógicamente se encuentra con una estructura dentro del Vaticano muy compleja.

Este Papa pareciera tener otra forma de pararse y hablar a las grandes instituciones y poderes mundiales.

Es un hombre con una visión muy amplia, es un político también. Fijate que estuvo en la isla de Lesbos en Grecia, estuvo en Lampedusa, llamando la atención a los europeos sobre la cuestión de los refugiados. Ese Mediterráneo del que canta el “Nano” (Serrat), hoy es una fosa común. Va a los lugares más calientes, e intenta que la Iglesia tenga un rostro más humano, junto a los pobres y los más necesitados. Antes los cardenales eran los príncipes de la Iglesia, ahora tienen que ser los servidores.

Hay muchos tabúes en la Iglesia aún.

El celibato de los curas es un tema tabú. Uno de mis grandes amigos que falleció, el ex obispo de Avellaneda Jerónimo Podestá, estaba casado con Clelia. Claro, tuvo que salir de la Iglesia, lo persiguieron pero formó la Federación Latinoamericana de Sacerdotes Casados. ¡Hoy son más de 10.000 sacerdotes! Y si uno va más en profundidad, Jesús nunca eligió célibes. Pedro era un hombre casado y Jesús cura a su suegra. Y todos tenían sus familias. En el siglo XII, en el Concilio de Letrán se impone el celibato. Entonces esto no es un dogma, es una mera decisión de un concilio.

Antes de despedirse, Adolfo dispara una reflexión de cara al futuro: “La política de derechos humanos no es para paliar el dolor de los sufrientes, es una acción política, liberadora y transformadora. Y nosotros le tenemos que pasar la posta a las nuevas generaciones, porque no lo vamos a resolver nosotros solos, lo van a resolver los pueblos a partir del diálogo”.

Estela: 40 años de lucha

Estela: 40 años de lucha

Es 22 de octubre de 1977. Varias mujeres giran alrededor de la Pirámide de Mayo, como lo hacen todos los jueves desde el 30 de abril de ese mismo año. Piden por sus hijos. La dictadura genocida, en boca de Jorge Rafael Videla, les dirá dos años más tarde que ellos “no están ni vivos ni muertos; están desaparecidos”. Lo cierto es que ese jueves y todos los jueves sus hijos les faltan y nadie las escucha.

Una madre decide apartarse de la ronda y pregunta: “¿Quién está buscando a su nieto o tiene a su hija o nuera embarazada?”. Doce mujeres responden “yo”. Si bien al comienzo se llamaron Abuelas Argentinas con Nietitos Desaparecidos, la historia hizo que hoy las reconozcamos en Argentina, y en el mundo, como las Abuelas de Plaza de Mayo.

Estela Barnes de Carlotto se incorporó en agosto de 1979, luego de que le entregaran el cuerpo sin vida de su hija Laura, que estaba embarazada de dos meses cuando la secuestraron. Hoy, Estela es la presidenta de la institución.

En su larga historia, las Abuelas lograron cosas que ni los gobiernos, ni la ciencia, ni nadie, hubiese imaginado alcanzar: impulsaron la investigación que logró desarrollar  el “índice de abuelidad”, que lleva ese nombre en su honor; crearon un Banco Nacional de Datos Genéticos sin igual en el mundo; fomentaron la formación del mejor equipo de antropología forense y, sobre todo, encontraron a 122 nietos, a quienes le restituyeron su verdadera identidad. Aún les falta encontrar a más de 300, pero no se rinden ni se cansan de luchar. Por eso, ahora también piden desesperadamente por la aparición con vida de otro joven: Santiago Maldonado.

Mirá el especial de ANCCOM:

 

Actualizado 04/10/2017

“A mí me quieren preso, muerto o bien lejos”

“A mí me quieren preso, muerto o bien lejos”

No lo conozco a Santiago Maldonado, y eso es lo más triste, porque él llegó a apoyar nuestra lucha y la mayoría no lo conocíamos. Creo que con la desaparición de Maldonado se les fue la mano, pensaron que era uno de nosotros

 Facundo Jones Huala habla desde la Unidad 14 de Esquel, donde está preso ilegalmente desde el 27 de junio pasado. El pretexto que utilizó la Justicia Federal para detenerlo fue la necesidad de realizarle un segundo juicio en el marco de una causa por la que ya había sido juzgado y absuelto en septiembre de 2016. Por este motivo, un grupo de personas de distintas comunidades mapuches se concentraron el 31 de julio frente al Juzgado Federal de Bariloche; aunque se trató de un acto pacífico, la Gendarmería Nacional, la Policía de Seguridad Aeroportuaria y la Policía de Río Negro los reprimió y nueve personas terminaron detenidas. Al día siguiente, integrantes de la comunidad mapuche realizaron una nueva manifestación que involucró el corte de la Ruta 40 a la altura del Pu Lof Cushamen, también en reclamo por la libertad de Jones Huala. La Gendarmería llegó a la zona, irrumpió en el territorio con un operativo a cargo del jefe de gabinete del Ministerio de Seguridad Pablo Noceti, acompañado de cien efectivos que actuaron de forma irregular y violenta. En el contexto de la represión a hombres, niños y mujeres fue desaparecido Santiago Maldonado, un joven de 28 años nacido en la provincia de Buenos Aires que se encontraba en el Pu Lof Cushamen para apoyar el reclamo de los mapuches. Nueve días más tarde, Maldonado sigue desaparecido y en ese mismo momento Facundo Jones Huala decidió comenzar una huelga de hambre.

Hay un clima represivo en toda la zona –dice Jones Huala-. El gobierno decidió reprimir al pueblo mapuche y lo plantea abiertamente en los medios de comunicación. Acá, en los medios zonales, dijeron que iban a reprimir cualquier manifestación mapuche y es lo que están haciendo. En enero casi matan a dos personas: a mi hermano y a mi primo. Ahora, además de eso, desaparecieron a un chico que ni siquiera era de los nuestros. Le podría haber pasado a un periodista o un turista; a veces los mochileros o turistas pasan a quedarse. ¿Qué pasaba si mataban a una persona de otro país? Esto es muy terrible y creo que hay que denunciarlo porque si lo dejamos pasar ahora, más adelante va a ser mucho peor. Creo que esta situación es peor que lo sucedido con Julio López, porque con Julio López se las ingeniaron para hacerlo de una manera ilegal, que no haya pruebas; manejaron la impunidad desde otro lado, más allá de que se vio un papel que mostró Etchecolaz con su nombre. El problema acá es que la gente vio cuando se llevaban a Santiago y lo hicieron en frente de todos. No puede ser que pase como en la dictadura que nadie decía nada. Es muy grave lo que está pasando. Lo desaparecieron a la vista de todos.

En la ciudad de Esquel se llevó adelante el juicio que dejó en libertad y sentenció la no extradición al lider mapuche Facundo Jones Huala.

¿Cómo cree que se está desarrollando la investigación?

Es evidente que el juez está mintiendo. Está mintiendo la ministra, están diciendo que la gente no los dejó hacer las pericias y es mentira. Las pericias se hicieron y las irregularidades fueron de Gendarmería, ya que las camionetas que tenían secuestradas cuando fueron a hacer las pericias tenían rotos los precintos y estaban lavadas. Eso es totalmente ilegal y el juez está mintiendo, porque está cediendo ante las presiones de los latifundistas, del gobierno, de Patricia Bullrich, de Macri y de Pablo Noceti. Están todos metidos. Noceti pedía un debido proceso para los militares en los Juicios a las Juntas, pero eso conmigo no sucede y mucho menos sucedió con Maldonado. Él pedía un debido proceso para los genocidas y no contempla que a este muchacho lo desaparecieron ellos; saben bien que son los responsables.

¿Cree que existe una persecución política hacia los pueblos originarios en el país? ¿Qué opina de la detención de Milagro Sala?

Considero que Milagro Sala es una prisionera política, creo que nadie debería estar preso por sus ideas o por su actividad política, más allá de cuál sea su causa, y más allá de que se esté o no de acuerdo con lo que cada uno piensa. Lo que es claro es que ella está detenida por cuestiones políticas. El mismo gobernador Gerardo Morales lo reconoció. Entonces ese es un tema a tener en cuenta. Otro prisionero político es Agustín Santillán, un Wichi que su caso no ha tenido mucha prensa. Y el tercer preso político soy yo.

¿Por qué cree que al gobierno le molesta tanto el reclamo de su comunidad?

Molestamos porque tenemos una propuesta política claramente anticapitalista, antiimperialista, antioligárquica y anticolonial, que plantea la reconstrucción del mundo mapuche y un proceso revolucionario de liberación nacional. Eso es lo que genera tanta confrontación y tanta beligerancia por parte del Estado, porque el Estado defiende los intereses de las empresas. Nosotros además de ser una fuerza social que plantea la reconstrucción de la comunidad y la desarrolla, también nos planteamos una propuesta de lucha contra el capitalismo. A partir de ahí es donde el sistema y el Estado vienen con su mano más dura a reprimir. El gobierno anterior permitió que los terratenientes nos torturaran, nos balearan, todo. Pero este gobierno es mucho más brutal. En el gobierno anterior por lo menos había un margen de independencia de los poderes, cosa que ahora, en este momento, no hay. En este momento hay una dictadura clara. Ellos hablan del Estado de derecho y de todas esas cosas, pero cuando se les ocurre violan el Estado de derecho y son totalmente ilegales. Esa es la gran contradicción: ¿cómo pretenden que nosotros respetemos la legalidad cuando ellos no la respetan? Nosotros lo único que pedimos, en mi caso, es que se respete el mismo Estado de derecho que ellos dicen sostener y defender. Es muy brutal la represión de este gobierno, es un fascismo institucional y legalizado. Es una ilegalidad legalizada porque el Estado de derecho no existe pero ellos dicen serlo.

Manifestación en el Centro Cívico de Bariloche. Desde la Unidad 14 de Esquiel Jones Huala declaró: «Nosotros estamos peleando por la tierra. Es verdad que no creemos y que somos críticos de la construcción del Estado, pero eso no quiere decir que pidamos su destrucción, ni que queramos la toma del poder del Estado, ni siquiera eso.

Y en cuanto a su situación, ¿qué puede decir?

Yo debería estar libre, en todo caso esperando que avance la investigación del Poder Judicial. Ahora seguramente van a hacer un nuevo juicio, pero todo esto sucede porque hay una presión política de dos países: el Estado argentino y el Estado chileno, junto a las empresas. Es algo muy grave lo que está pasando. No sé si vale la comparación, pero yo creo que hay una diferencia con el caso de Milagro porque ella de última queda acá en Argentina, pero a mí me quieren echar del país y tampoco sé si me quieren en Chile. La verdad es que a mí me quieren preso, muerto o bien lejos. Ojala nunca hubiese nacido para ellos. Ni siquiera tengo una causa real acá, es todo virtual. En los juicios de extradición no se decide si el acusado es culpable o no, se define si el delito es extraditable o no. Y el juicio de septiembre resolvió que mi causa no era extraditable. Tiene que entenderse eso. Es un tema político, no tiene nada que ver con el terrorismo.

¿Cuál es la reivindicación que busca la comunidad mapuche con sus reclamos?

Nosotros estamos peleando por la tierra. Es verdad que no creemos y que somos críticos de la construcción del Estado, pero eso no quiere decir que pidamos su destrucción, ni que queramos la toma del poder del Estado, ni siquiera eso. Cuando hablamos de un proceso revolucionario planteamos la disputa por la propiedad de la tierra. Queremos reconstruir nuestro mundo en las porciones de tierra que nos corresponden. Pedimos solamente que nos dejen ser mapuches. Nosotros somos críticos de la construcción del Estado, por eso es mentira cuando dicen que queremos un Estado mapuche. Ellos no entienden el concepto de Nación. Nosotros nos consideramos una Nación sin Estado. Nunca tuvimos un Estado de corte occidental, consideramos que los estados argentino y chileno no son Naciones. Básicamente reclamamos por la recuperación de nuestras tierras productivas y sagradas para reconstruir el mundo mapuche. Trabajamos por la reconstrucción de nuestro pueblo. Consideramos que la autonomía no se mendiga, se ejerce. No le pedimos autonomía al Estado, nosotros pensamos que la autonomía debe construirse dentro de las comunidades, creemos en el autosustento. El problema es que las tierras productivas las tienen los capitalistas, por eso la confrontación constante. Entramos a las tierras y nos reprimen, es obvio que estamos disputando la base del poder capitalista. Por este motivo para nosotros es importante no solo la recuperación de Cushamen, sino además la de muchos otros lugares que también están en disputa, principalmente en la comarca andina.

«Cuando hablamos de un proceso revolucionario planteamos la disputa por la propiedad de la tierra», dice Jones Huala.

A principio de año hubo muchas movilizaciones en la cordillera por la reforma de la Ley de Tierras, ¿que implica esa reforma para ustedes?

Lo que plantea esa reforma es que las tierras fiscales pasen a ser unidades productivas y esas tierras productivas son las que luego se van a dar en licitación. Entonces en las comunidades nuestras en donde haya unidades productivas vamos a tener que competir con empresas y es obvio que no vamos a ganar. El mejor postor va a ser el que se quede con la tierras. Son unidades productivas, no van a ser tierras para los mapuches. Se van a quedar todo las empresas, porque nosotros no producimos lo que el capital necesita, nunca vamos a ganar. Ahí se generaron movilizaciones que han puesto en el centro de la escena la zona de Cushamen, por eso está militarizado este territorio, pero esta lucha está en todo el país, sólo que no en todos lados es tan visible como acá.

¿Qué lugar tienen los que no son mapuches en sus reclamos?

Nosotros en ese sentido somos bien claros; lamentablemente no tenemos una propuesta para los que no son mapuches. Invitamos a no mezclar las cosas, pero queremos que todos tengamos derecho a ser diferentes. A los no mapuches los invitamos a nuestra lucha y pretendemos que todos tengamos la oportunidad de llevar adelante nuestros procesos, los invitamos a llevar adelante el proceso revolucionario, pero no queremos “ahuincarnos”, no queremos integrarnos en la sociedad occidental. Eso no significa que la queramos destruir, ni tampoco queremos destruir a otros pueblos o hacer que se vuelvan mapuches, sino simplemente pretendemos que cada uno pueda ser lo que es. Pero pedimos que el territorio mapuche sea respetado con nuestra forma y con la Ley Mapu, la forma mapuche de vida. Esa normativa es la normativa que siempre tuvo nuestro pueblo.

¿Cómo creés que debe continuar la lucha?

Creo que hay que luchar desde la conciencia y desde las bases. Hay que discutir desde lo micro y trabajar desde abajo. A nosotros nos pueden detener, a mí por ejemplo, a un par más también, pero hay un movimiento de base, de pueblo, que no pueden atacar realmente. Por eso nos reprimen por todos lados, porque no saben qué hacer. Es como en Los condenados de la tierra, de Franz Fannon; acá pasó algo similar con los artistas, dejaron de cantarle al opresor “dejá de pegarme” y pasaron a cantarle al oprimido para que se defienda. Nosotros nos hablamos entre nosotros, no nos interesa qué dicen los jueces o los gobernantes. Siempre nos van a reprimir, siempre nos van a golpear. Nosotros le hablamos a nuestra gente para que reconozca lo que es suyo y para que sepa cuáles son sus derechos. Nosotros ejercemos nuestro derecho, por eso molestamos tanto a los gobernantes. Nosotros estamos haciendo lo que queremos en nuestra tierra porque siempre fue nuestra tierra, no vamos a la Casa Rosada a reclamar ni a ningún otro lado. No estamos disputando el poder político formal, estamos recreando el poder como creemos que debe ser en las comunidades mapuches.

En Bariloche, exigen la aparación con vida de Santiago Maldonado.

Actualizada 09/08/2017

“Antes decían malones, ahora nos dicen terroristas”

“Antes decían malones, ahora nos dicen terroristas”

Sanmartiniano Painefil lleva adelante la organización de su pueblo desde que tiene memoria. En los ´80 estuvo junto a las comunidades de la “Línea Sur”, a través del Consejo Asesor Indígena (CAI), y hoy, en Bariloche, en el Espacio de Articulación Mapuche (EAM), una organización abierta a comunidades, familias, agrupaciones y todas las personas que se acercan, ya sean mapuche o huincas (personas no mapuche). Painefil fundó el EAM en 2010, con el objetivo de preservar, difundir y reproducir el conocimiento de la cultura mapuche, además de fortalecer la organización para el reclamo por las tierras, que quedaron en manos de grandes empresarios internacionales.

Santiago Maldonado, el joven que se encuentra desaparecido hace casi un mes, acompañaba los reclamos del pueblo mapuche cuando Gendarmería Nacional reprimió la manifestación. El 11 de agosto pasado, miles de personas en distintas ciudades del país, se movilizaron por su aparición con vida. En Bariloche la cita fue en el Centro Cívico. Allí, los manifestantes taparon con una gran bandera la estatua de Julio A. Roca, líder del genocidio a los pueblos originarios de la Patagonia. “Que hoy Santiago Maldonado este desaparecido habla de que mañana puede desaparecer otra persona y que el Estado no va a hacer nada, porque son los mismos funcionarios los que dicen que no van a aceptar una nación mapuche dentro del territorio argentino, pero lo que no dicen es que el pueblo mapuche es anterior al Estado argentino, y que hoy existimos y nos deben un reconocimiento real”, denuncia Painefil en diálogo exclusivo con ANCCOM y en referencia a las declaraciones de la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, contra la comunidad mapuche.

¿Cómo fue su primera experiencia de organización junto al pueblo mapuche en Río Negro?

Mi primera experiencia fuerte fue con la Federación de Cooperativas, que se conformó después de la nevada de 1984, cuando casi todos los pobladores se quedaron sin animales, sin nada. Acostumbrados al intercambio, las familias vendían la lana en valores que no eran para nada rentables, y la situación se hacía cada vez más difícil. Primero armamos la Federación, y después se conformó el Consejo Asesor Indígena (CAI), porque se estaba discutiendo la Ley de Comunidades Indígenas en el Congreso y queríamos participar del contenido. En el CAI había referentes de cada comunidad, y el objetivo era aparecer en el documento, que diga explícitamente que las tierras usurpadas deben ser restituidas. También reclamábamos para que se especifique “pueblo mapuche” porque el proyecto de ley solo decía “comunidades indígenas”. En 1985 se sancionó la ley, y los diez años siguientes estuvimos trabajando para que se implemente, pero las leyes no cambian las cosas: los terratenientes estaban con el Gobierno, como ahora.

En una entrevista reciente con Radio Mitre, la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, declaró que el Gobierno no aceptará una “república mapuche” que desconozca al Estado argentino, ¿qué significa para el pueblo mapuche?

Nosotros no planteamos la creación de una república ni desconocemos al Estado argentino, lo que se reivindica es la autonomía y la libre determinación de las personas mapuche. Antes decían “malones”, ahora nos dicen “terroristas”. Lo que están buscando es crear un enemigo real para generar un rechazo hacia el pueblo mapuche, para que la gente piense que somos peligrosos.

Sin embargo hay quienes, como Santiago Maldonado, acompañan la lucha, ¿qué implica su desaparición?

Que hoy esté desaparecido habla de que mañana puede desaparecer otra persona y el Estado no va a hacer nada, porque son los mismos funcionarios los que dicen que no van a aceptar una nación mapuche dentro del territorio argentino, pero lo que no dicen es que el pueblo mapuche es anterior al Estado argentino, y no sólo en la Patagonia sino también en Santa Fe, en Córdoba, en provincia de Buenos Aires. Somos un pueblo que existe y eso es lo que les molesta, que acá estamos y nos deben un reconocimiento real.

Y en la actualidad, ¿en qué situación se encuentran las comunidades de la “Línea Sur”?

En el campo la situación sigue siendo la misma, de abandono: en muchos lugares no hay caminos, no hay servicios. Por eso los más jóvenes, los que pueden, se van a las ciudades, a Bariloche, Neuquén o Viedma. En los últimos diez años hubo un vaciamiento terrible en el campo, ya casi no hay animales, no hay proyectos ni hay un sostén desde el Estado para que se mantenga la actividad rural. La gente se va empobreciendo, desgastando, y los recursos no llegan. Y encima están los fenómenos de la naturaleza que hay que afrontar, como hace unos años fue con las cenizas.

A principios de mayo de este año, realizaron una movilización hacia Viedma para exigirle al gobernador que frenara el nuevo Código de Tierras en Río Negro. ¿Por qué se rechaza esta normativa? ¿Recibieron algún tipo de respuesta al respecto?

En primer lugar, el Código fue conformado sin consultarnos. La razón es muy simple: así es más barato. Si nos hubieran avisado, cada comunidad hubiera querido que el Estado vaya y vea cómo son las cosas allí. Y también opinar, debatir. Pero todo eso es muy costoso, entonces prefieren hacerlo puertas adentro. En segundo lugar, el Código califica como fiscales las tierras que son ancestrales, que son del pueblo mapuche. Una vez que figuran como fiscales, las venden o dan la concesión para mega proyectos económicos. Nosotros creemos que en la tierra existe un determinado equilibrio: si vos le sacás algo, tenés que devolverle otra cosa. La forma que las empresas tienen para explotar la tierra, desequilibra ese estado. En la reforma que propone el Gobierno, se prioriza el capital y nosotros, que no somos rentables, nos quedamos sin tierras.

En Bariloche, ¿cómo es la situación en las distintas comunidades mapuche?

Acá la mayoría de las comunidades están todavía dentro de territorios del Ejército, es decir, territorios mapuches que fueron tomados por el Ejército. Y las que no están tomadas por el Ejército, dependen de Parques Nacionales. Lo peligroso de esto es que si llega a haber algún conflicto, las personas quedan en manos de una u otra institución, ambas pertenecientes al Estado. En una época, el Ejército usaba el espacio junto a una de las comunidades, para hacer las prácticas de tiro, ahí mismo, junto a las viviendas de la gente. También sucede que algunas, a pesar de anotarse en el Registro de Comunidades Indígenas y obtener la personería jurídica para tener el derecho legal sobre la tierra, quedan dentro de loteos que se venden salteando el derecho de la comunidad que lo habita. ¿A quién le vamos a reclamar respuestas si los reclamos son contra el mismo Estado? La lucha por el territorio es larga y muy agotadora.

Dentro de las distintas organizaciones que hay en la Patagonia, una de ellas, el movimiento Resistencia Ancestral Mapuche (RAM) es criticado por sus métodos, ¿Qué opina sobre esta organización?

Nosotros no compartimos la acción de RAM porque preferimos no generar violencia sabiendo que hay un Estado que permanentemente es violento, que nos criminaliza y nos persigue. Hoy tenemos detenido a un peñi, un compañero, Facundo Jones Huala. Más allá de las diferencias, yo exijo su libertad porque está preso injustamente. Es muy fuerte la agresión que hay por parte del Estado, incluso desde las palabras, las declaraciones también son parte de la violencia que hay. Todo esto genera miedo en el pueblo, hay temor de hacer y de hablar, entonces creemos que lo mejor es salir a las calles y estar organizados. No hay otra opción: si combatimos la violencia con más violencia, no llegamos a nada.

 

Actualizado 30/08/2017.