Viaje a la inclusión

Viaje a la inclusión

La Línea 85, que une Quilmes con Ciudadela, impulsa una iniciativa para incorporar en el transporte señalización pictográfica para personas con trastornos del espectro autista.

Los Trastornos del Espectro Autista (TEA) son condiciones del desarrollo neurológico que, en distintos niveles, afectan la habilidad de interacción y comunicación social. Un informe de la Sociedad Argentina de Pediatría de 2022, estima que alrededor de 500 mil argentinos lo sufren en algún grado.

Para ellos, viajar en transporte público puede resultar una experiencia agotadora, con situaciones de tensión o malentendidos. A esto se suma que son personas sensibles incluso a los ruidos, la luz o a los olores.

Atentos a esta realidad, un grupo de trabajadores solidarios de la Línea 85, organizados en “La Banda de SAES”, llevan adelante una iniciativa con el objetivo de incorporar pictogramas en los colectivos, para que las personas con TEA puedan comprender el entorno que los rodea durante el viaje.

“Queremos que Argentina sea el primer país del mundo con su transporte señalizado al cien por cien”, expresa Alejandro Garro, gerente general de la empresa y líder del grupo solidario, entrevistado por ANCCOM.

La implementación de la señalización cognitiva comenzó en 2022, a partir de la campaña “Concientizar, un viaje a la reflexión”, que consiste en colocar flyers en los colectivos sobre donación de sangre y órganos, violencia de género, prevención de cáncer de mama y cultura de la paz; esto último porque la línea fue declarada Embajada de la Paz en 2021.

“Nosotros tenemos actividades solidarias como apadrinar comedores de aquí, de la Ribera. También a una escuela rural en Avellaneda, que es la única que hay en la zona sur, en la costa de Villa Domínico. Y realizamos diversos festejos como el del Día del Niño o exposiciones de colectivos”, cuenta Garro acerca del grupo.

Una de esas actividades realizadas por La Banda de SAES cuando se levantó el aislamiento por la pandemia, fue la presencia de Papá Noel en la cabecera de la empresa, en diciembre de 2021, para que los nenes reciban juguetes y puedan subirse a una unidad de la línea. Alejandro recuerda que se sorprendió al ver que los chicos, en vez de acercarse al volante, iban a los flyers de la campaña que estaban pegados.

“Llamo a Karina, que es la referente de Familias TEA Quilmes [N. de R.: uno de los grupos a los que invitan a eventos] y le pregunto: ‘¿Qué pasa con los nenes?’. Y dice que el flyer ‘es lo más parecido a un pictograma que hay, pero en Argentina estamos tan lejos’”.

Finalizado el evento, Garro rastreó más información hasta que llegó al Ayuntamiento de Aragón, en España, y descubrió que los pictogramas son un SAAC –Sistema Alternativo y Aumentativo de Comunicación– que busca compensar las dificultades de comunicación de algunas personas.

Tras contactarse con el Centro Aragonés para la Comunicación Aumentativa y Alternativa (ARASAAC), le mandaron 24 pictogramas: veinte de ellos para los colectivos y cuatro para las paradas. A su vez, la ONG Salidas inclusivas las adaptó a “la argentinidad” debido a las diferencias con el uso de algunos términos o dibujos con el país ibérico.

“El 1 de marzo del 2022, junto a Salidas Inclusivas y Familias TEA Quilmes, pusimos los pictogramas en los colectivos. Entre todos y junto a los nenes, los pegamos en el primero; y a partir de ahí hicimos otros 110, nuestros. Fue un antes y un después”, recuerda Garro, y agrega que no había antecedentes previos, al menos, en el continente: “Somos la primera línea de transporte público que tiene en su flota cien por cien señalizada, no existía otra”.

Poco tiempo después, otras cuatro líneas donde la empresa es socia y las administra, fueron sumadas a la iniciativa: 98, 275, 307 y 506 de La Plata. La primera lo hizo el mismo año que la 85, mientras que las otras tres se incorporaron el año pasado.

En palabras de Alejandro Garro, la señalización cognitiva se encuentra o va a estar presente en 63 líneas y 5400 colectivos, con el compromiso que todas ellas las tengan en su flota. “Todavía no llegamos porque también es un costo 20 pictogramas, por ahí hablamos de 18 o 20 mil para cada colectivo. En tiempos difíciles como lo son ahora para el transporte, a veces la prioridad es otra”, reflexiona.

Desde enero de 2023, la carrocera Todo Bus pega los pictogramas a todas las unidades que fabrican. También se pueden encontrar en corredores de otras ciudades como Santa Fe y Tucumán. Por otro lado, la Provincia de Buenos Aires busca aprobar un proyecto de ley para introducir su obligatoriedad en todas las unidades. Si bien no hubo avances, la Cámara de Diputados declaró su beneplácito por la iniciativa de La Banda de SAES.

Pero Garro destaca que el “golpe importante” fue cuando se sumó el Grupo DOTA: “Nuestra empresa tiene muy buena relación con su cabeza [N. de. R.: el principal dueño del holding], Ángel Faija. Vio la campaña, me pregunta de qué trataba, le cuento y me responde ‘bueno, vamos a hacerlo’. Hicimos una presentación en la terminal Puente La Noria, donde ahí guardan tres mil colectivos”.

La Municipalidad de Quilmes puso los pictogramas en sus paradas, mientras que Avellaneda y Lomas analizan sumarse a través de una ordenanza del Concejo Deliberante. “No se puede ir y pegar los pictogramas en las paradas porque si no te viene una infracción”, advierte Garro, en referencia a que está prohibido pegar carteles en la vía pública.

Con respecto a la respuesta del público a los pictogramas a bordo de las unidades, señala: “En Instagram tenemos mucha repercusión, muchos padres que nos escriben. Hemos mandado pictogramas a colegios, dimos charlas. Cada vez que nos invitan, vamos”.

Destaca la aceptación de los más chicos, así como también que recibe videos y dibujos que mandan los padres. “Hay nenes que ya somos amigos. En todos los eventos son los primeros en estar y hasta ellos cuentan sobre la señalización. Le pido a ellos que me hagan la campaña”, en alusión a que hablen con sus palabras sobre su importancia. “Nos ayudan a saber qué hacer dentro del colectivo. Son útiles para todos, es un derecho”, explica un chico que aparece en uno de los videos que muestra Garro.

Sin embargo, no todo es color de rosa, ya que hubo vandalismo de la señalética en algunas unidades e incluso casos de robo de aquellas que se encontraban pegadas en las paradas de Quilmes. “No sé si es por política o porque a la gente les llama la atención los dibujitos y se los lleva. No le encuentro un porqué. Es una cosa de locos”, se lamenta.

“Está todo hecho, necesitamos voluntad política para que salgan ordenanzas en municipios, una ley en la provincia o Nación; y el apoyo de empresas también. Es contagio, pero si saliera una norma, ya la empresa estaría más obligada. No digo que una línea que tiene 100 colectivos, que está haciendo un esfuerzo enorme, vaya a poner los pictogramas, pero por ahí que cada vez que se incorpora un cero kilómetro, que los tenga. Entonces, de a poquito, vos vas haciéndolo”, concluye.

El Gobierno continúa atacando a la salud mental

El Gobierno continúa atacando a la salud mental

El Centro 1 Hugo Rosarios, en Núñez, será cerrado según anunció el Ejecutivo nacional para lotear el terreno. El centro depende del gobierno porteño, pero el espacio es de Nación. Los trabajadores vienen convocaron a una asamblea para este miércoles a las 10.

Los trabajadores del Centro de Salud Mental N° 1 Dr. Hugo Rosarios están en estado de alerta y movilización porque el gobierno nacional quiere subastar el terreno donde funciona. Exigen una respuesta inmediata al Jefe de Gobierno porteño, Jorge Macri, que asegure la continuidad de los servicios. El 24 de octubre entró en vigencia el Decreto 950/2024 donde se ratificó, entre otros, el Decreto 952/2016 que autorizaba la enajenación del terreno ubicado en Manuela Pedraza 1558. Bajo la presidencia de Mauricio Macri el personal logró frenar el avance de los negociados privados sobre el predio, aunque en una especie de deja vu, el presente los obliga a volver a luchar por la salud pública, gratuita y de calidad. 

El Centro N° 1 funciona desde 1968 en el barrio de Núñez, aunque alberga gran parte de la demanda de atención de salud mental de toda la zona norte del Área Metropolitana de Buenos Aires. Más de mil pacientes por semana son atendidos de forma interdisciplinaria: allí trabajan psicólogos, psiquiatras, trabajadores sociales, nutricionistas, entre otros profesionales. También funcionan dos hospitales de día: uno para adultos, y “La Cigarra” destinada a niños con autismo y psicosis. “Los hospitales de día tienen la compleja estrategia de evitar la internación y fomentar la inclusión social de los pacientes”, sostuvo Marcela Giménez, terapista ocupacional y delegada de la Asociación de Trabajadores del Estado (ATE).

Ni quienes reciben atención en el Dr. Hugo Rosarios ni los empleados del hospital fueron avisados sobre la situación en la que se encuentran. “Si llegan a cerrar ahí ¿qué hacemos nosotros los pacientes? Con todo lo que vivimos, se la siguen agarrando con los que menos tenemos”, expresó con incertidumbre y angustia Ana Hlousek, paciente del Centro hace 13 años. No conformes con destruir la trama urbana e identitaria de la ciudad, ocho años después, intereses de unos pocos vuelven a insistir contra los puestos de trabajo y la integridad de los pacientes del Centro de Salud Mental N°1. 

El vocero presidencial Manuel Adorni, en un intento de justificar la subasta de inmuebles de la Agencia de Administración de Bienes del Estado (AABE) argumentó que están en desuso o mal uso y generan gasto. Sin embargo, Hlousek agregó que “el Centro funciona bárbaro, ahí me salvan la vida, es un lugar maravilloso”. La paciente, además, es pensionada, por lo que comentó que si no le entregaran la medicación que necesita para su estabilidad, no podría pagarla. En el centro también proveen fármacos de manera gratuita a quienes los requieren, otorgando más de 500 recetas por mes. 

“Es paradójico que en este momento donde se le da lugar a hablar de salud mental en el espacio público y mediático, haya una falta de políticas orientadas a achicar la brecha entre las personas que son atendidas, y quienes necesitan asistencia y nunca recibieron, casi el 70 por ciento”, explicó Giménez. El Centro N°1 Dr. Rosarios junto al Centro de Salud N° 3 Ameghino son los únicos dos centros de salud mental públicos de la Ciudad de Buenos Aires. 

Dentro del plan de lucha que definieron los trabajadores, convocan a toda la comunidad, pacientes y profesionales a acercarse a la asamblea abierta que se realizará el 6 de noviembre, este miércoles, desde las 10 de la mañana en Manuela Pedraza 1558. Buscan visibilizar el estado de alerta para que el gobierno de la Ciudad intervenga con Nación y lleguen a una resolución que proteja al Centro N° 1. “El equipo puede ser con los mejores profesionales, mucha vocación y amor, pero si no están las condiciones administrativas, presupuestarias y físicas no es posible y no condicen las palabras con los hechos” cerró Marcela Giménez. 

 

La salud enferma

La salud enferma

La Marcha Blanca de los trabajadores de la salud recorrió el centro porteño en reclamo contra el despido de la cúpula del Hospital Garrahan, luego de que otorgaran un bono de 500 mil pesos a todos los empleados. Los manifestantes también exigieron salarios dignos y advirtieron por el vaciamiento de los hospitales públicos.

Miles de trabajadores de la salud pública se convocaron en el centro porteño en reclamo por el aumento del presupuesto y la recomposición salarial, en una movilización que bautizaron la Marcha Blanca. Los manifestantes, empleados de los principales hospitales nacionales, denuncian la fuga de profesionales y las condiciones de precarización laboral, mientras estudian nuevos planes de protesta en alianza con el movimiento estudiantil que exige recursos para las universidades.

El reclamo salarial fue uno de los puntos más resaltados durante la marcha. Los residentes, médicos recibidos que trabajan para completar su especialización, cobran salarios por debajo de la línea de pobreza. “Venimos de diez semanas de lucha por el salario, los profesionales se están yendo, están ganando sueldos por debajo de la canasta familiar” asegura Norma Lezana, dirigente de la Asociación de Profesionales y Técnicos del Hospital Garrahan. La protesta de la APyT se da luego de que toda la cúpula directiva del hospital fuese despedida por el Gobierno nacional, después de otorgar un bono a los trabajadores de $500.000 pesos. El personal del Garrahan fue de los más presentes en la movilización. Los recién recibidos de la carrera de Medicina, explicó la gremialista, pueden optar por no hacer la residencia, y es lo que está pasando por la pauperización de los trabajadores de la salud pública. “Hoy $750.000 pesos es un sueldo de pobreza”, agregó.

Hubo también un fuerte operativo de efectivos de la Policía Federal y Gendarmería, que empujaba en todo momento las columnas hacia los únicos dos carriles habilitados de la Avenida de Mayo, complicando la fluidez de la movilización, mientras los policías rozaban los autos que pasaban. También se escucharon cánticos y hubo un repudio generalizado al gobierno, a los legisladores del Congreso Nacional, y a la CGT y la CTA, que brillaron por su ausencia en el lugar. “Todos sabemos que transaban, pero nunca que se iban a animar a tanto”, dijo uno de los residentes más comprometidos, asegurando que nunca pensó que las centrales “se iban a borrar cuando las papas quemen”.

Marys, estudiante de Medicina de 23 años, y referente de una agrupación estudiantil de la Universidad de Buenos Aires, aseguró que “el recorte de presupuesto se nota: los institutos de investigación en la Facultad están paralizados, tenemos muchísimos paros docentes bien justificados. Este año en la Carrera de Medicina hubo la mitad de inscriptos que el año pasado porque se está haciendo cada vez más difícil sostener la cursada” y sobre el estudiantado, agregó que está “organizando asambleas, clases públicas, la semana pasada tomamos la facultad”.

La marcha congregó a miles de médicos, enfermeros, técnicos especializados, residentes y trabajadores administrativos y de mantenimiento. Los asistentes unificaron la exigencia de un presupuesto acorde a la importancia de la salud pública, y un sueldo digno. Ignacio, médico de planta en el área de Oncología del Garrahan, aseguró que “el deterioro salarial que hemos tenido es impresionante, perdimos 50% de poder adquisitivo este año sin venir de un salario de riqueza, ni mucho menos”. Expresó también que las cargas de estrés y las extensas jornadas laborales hacen muy difícil llevar adelante el trabajo. Aunque, agrega que nunca “vio tanta unidad como ahora”.

El reclamo de los trabajadores de la salud no es un grito solitario, y si fuera un manotazo de ahogado, estaría siendo dado entre personas muy capacitadas para hacer algo al respecto. En el contexto de proliferación de marchas y de organización de distintos movimientos que se han visto los últimos meses en Buenos Aires, los gestores de la Marcha Blanca la piensan como el puntapié inicial de algo más grande. “El jueves tenemos una asamblea en el Garrahan junto a las treinta organizaciones de todos los otros hospitales, quedamos en volver a reunirnos y unificar reclamos, es la única manera de sacar adelante esta situación”, aseguró Norma Lezana, que, como sus compañeros, no planea quedarse de brazos cruzados.

“El presidente Milei le declaró la guerra a la salud pública”

“El presidente Milei le declaró la guerra a la salud pública”

Trabajadores de los hospitales Garrahan y Bonaparte, junto con actores sindicales, movimientos sociales, estudiantes y jubilados, marcharon al Ministerio de Economía en reclamo de salarios dignos y recomposición presupuestaria para el sector.

“El Gobierno de Milei es un asesino que está deshuesando los hospitales públicos y llenándose sus bolsillos, no lo vamos a permitir”, manifestó, con un altavoz en sus manos y arriba de un camión, junto a otros referentes, la delegada sindical del Hospital Garrahan, Nora Lezana, mientras una multitud compuesta principalmente por personal de ese establecimiento y del Bonaparte, entre cánticos alegres y aplausos de vecinos y comerciantes, marchaba ayer hacia el Ministerio de Economía de la Nación.

La movilización de los trabajadores de la salud, en medio de un nuevo paro de actividades por 48 horas, que culmina hoy, fue en reclamo de mejoras salariales –la mayoría están bajo la línea de pobreza–, presupuestarias, de recursos, y también por la continuidad del Hospital Bonaparte, especializado en salud mental y adicciones.

En el Garrahan, el hospital pediátrico más reconocido de la Argentina y la región, la medida de fuerza incluyó el funcionamiento de guardias mínimas similares a los días feriados, donde sólo se atienden urgencias. La convocatoria se inició en el hall del edificio. Allí, desde la mañana temprano, los trabajadores se reunieron y comenzaron la marcha a la cartera de Economía, a metros de la Casa Rosada, custodiados en todo momento por las motos de la Policía de la Ciudad.

Empleados de los distintos sectores del Garrahan, del Bonaparte y de otros hospitales, entre médicos de primera línea, técnicos, personal de enfermería, administrativos y de mantenimiento, con carteles, pancartas, bombos, redoblantes y trompetas, marcharon desde Parque Patricios hasta el Bajo porteño, donde la protesta terminó con una performance original “RCP a la salud pública” que se hizo viral.

La marcha contó con la presencia de diversos sectores sindicales, organizaciones sociales y centros de estudiantes de distintas facultades, que se sumaron al reclamo por el derecho a una salud pública de calidad. Al frente de la caravana, la referente de los trabajares y técnicos del Garrahan, Nora Lezana, médica especializada en diabetología, expresó: “No se puede tocar ningún hospital en la Argentina. El gobierno del presidente Milei le declaró la guerra a la salud pública y esta lucha es de todos y es una lucha justa”.

“No al cierre de hospitales” fue otra de las consignas que sonó fuerte, en referencia puntualmente al Hospital Bonaparte, lindero al Garrahan, cuyo cierre fue anunciado por el Gobierno el pasado viernes 4 de octubre pero que ayer, luego de la toma del edificio y el masivo apoyo que recibieron sus trabajadores durante el fin de semana, debió dar marcha atrás.

En lo que va del año, se trató de una más de las acciones de lucha de los trabajadores del Garrahan, hasta hoy sin respuestas a sus reclamos. Actualmente, exigen al Gobierno un monto mínimo de 1.400.000 pesos de salario básico para los profesionales de la salud y un aumento del 100 por ciento que compense la vertical suba de precios de la canasta básica. En septiembre, sólo recibieron un bono de 500.000 pesos que, según remarcaron, es claramente insuficiente.

A la marcha se unieron cientos de vecinos, entre ellos jubilados, como Ramón (87) quien dijo: “Hace años que apoyo la salud pública. Es mi obligación y deber como ciudadano acompañar al Hospital Garrahan en su lucha. El gobierno de Milei quiere cerrar hospitales como el Bonaparte y nosotros como argentinos no debemos permitírselo”. Y agregó: “Las luchas se ganan en las calles, haciendo escuchar las voces”. Mucha gente, al igual que él, se fue sumando a la movilización camino al Ministerio de Economía, todos con ganas de expresar sus sentimientos, en particular el agradecimiento a los profesionales de la salud.

La movilización llegó a su fin pasado el mediodía, frente al Palacio de Hacienda, donde las voces de los manifestantes se hicieron oír más alto, para que el ministro Luis Caputo y sus funcionarios tomen nota de la crítica situación que atraviesa la salud. Más tarde, los profesionales y técnicos del Garrahan se reunirían en asamblea para evaluar los pasos a seguir en los próximos días.

Así como por el momento el Gobierno retrocedió con el cierre del Bonaparte, todo el personal de la salud pública nacional, cuyos reclamos se han ido articulando uno tras otro, sigue aguardando soluciones a sus pedidos de salario digno y mejoras presupuestarias para poder brindar un servicio de calidad a la ciudadanía. La lucha continúa.

El Gobierno de Milei profundiza su ataque a la salud pública

El Gobierno de Milei profundiza su ataque a la salud pública

Ante el inminente cierre del Hospital Nacional de Salud Mental “Laura Bonaparte”, sus trabajadores realizaron una asamblea, decidieron permanecer en el edificio por tiempo indefinido y convocaron a toda la comunidad a respaldarlos en su lucha. Cientos de pacientes se quedarían sin servicio.

Los trabajadores del Hospital Bonaparte denunciaron el cierre del Servicio de Internación y de las guardias por orden del Ministerio de Salud de la Nación, a cargo de Mario Lugones. “Es el paso previo al cierre total del hospital, dejando sin tratamiento miles de pacientes en salud mental, incluyendo niñas, niños y adolescentes”, señalaron en un comunicado.

 “Los trabajadores del hospital en asamblea general decidieron permanecer en sus puestos de trabajo y llaman a todos los ciudadanos, usuarios, familiares, profesionales, asociaciones civiles, sindicales, asambleas barriales y a la comunidad entera a sumarse en la lucha y defensa del hospital y la salud pública”, agregaron.

Soledad Rivas, psicóloga y delegada de ATE en el hospital, contó la sucesión de hechos: “Desde el Ministerio le bajan una orden a Christian Baldino (director del Bonaparte) de que se tiene que cerrar el Servicio de Internación. Como no va a haber más ingresos de pacientes, se cerraría la guardia del hospital y la atención a la demanda espontánea. Después nos informan a través del director que posiblemente el lunes vaya a salir el decreto del cierre del hospital”.

Mariana, psicóloga y trabajadora del Bonaparte, se refirió a la situación de los internos: “Tenemos pacientes adentro, estábamos atendiendo. No hay previsión de a dónde derivarlos, de qué hacer. Estamos hablando de pacientes de salud mental. En internación debe haber alrededor de 30 y después ambulatorios hay alrededor de 60 en el hospital de día y como 500 de consultorios externos”.

Frente al aviso del posible cierre, los gremios llamaron a congregarse en las inmediaciones del edificio situado en Combate de los Pozos 2133. A los trabajadores se le sumaron los pacientes del hospital y personal de salud pública de capital y provincia de Buenos Aires. Tras cortar la avenida Caseros a modo de protesta, se replegaron para discutir qué medidas implementar.

María, médica de la Comisión Provincial de Residentes, se acercó junto a sus compañeros para respaldar a los trabajadores en su reclamo. “Empezaron a circular los mensajes en las diferentes organizaciones que tenemos los residentes en CABA, en provincia y en nación. Inmediatamente nos enteramos que estaban los trabajadores realizando una asamblea. Vinimos a apoyar porque vemos que esto es un escándalo. El cierre se enmarca en los ataques despiadados de este gobierno contra todo lo público”.

En asamblea, se propuso la toma del hospital. Decía una trabajadora del Bonaparte: “Quiero incitar a que pongamos el cuerpo, que este Gobierno se la pasa hablando de destruir el Estado, siendo el Estado mismo. Yo soy y he sido docente toda mi vida. Durante el macrismo hemos visto este tipo de prácticas. La única forma de derribarlos es poniendo el cuerpo, saliendo a la calle, visibilizando. No puede avanzar, no puede cerrar el hospital, hay que llamar a todo el mundo, llenemos la calle, no abandonemos”.

Silvia, trabajadora del Hospital Moyano y representante gremial, apoyó la medida de la toma del edificio. “Vengo en nombre de mis compañeros a abrazar la lucha de los trabajadores del hospital Bonaparte. Entendemos como principal método de lucha frente a este Gobierno reaccionario y liberticida la toma de los hospitales y la coordinación de todos los hospitales de la zona sur de la ciudad”.

La decana de la Facultad de Ciencia Sociales de la UBA, Ana Arias, también se hizo presente en defensa de la institución: “El hospital Bonaparte ha sido centro de prácticas de estudiantes de nuestra facultad desde hace más de una década. El hospital nos brinda una asistencia de primera escucha fundamental para el aprendizaje de los alumnos. Sin este hospital, ellos también se van a quedar sin espacio”.

Pablo Almeida, delegado general de ATE en el Ministerio de Economía, llevó la solidaridad de los estatales. “Queremos decirles que en esta pelea no están solos, cuentan con el apoyo de cada una y cada uno de los estatales. Necesitamos dejar de pelear lugar por lugar y necesitamos una lucha unificada. Por eso hace un rato un compañero de la directiva de ATE dijo que el lunes a las 12 está el compromiso de una medida de un plenario delegado de todos los hospitales”.

“Necesitamos plenarios de delegados en la puerta de cada sector que está en lucha ahora, pero no sólo de los delegados y delegadas de los hospitales, tenemos que venir todos los delegados y delegadas estatales a bancar, porque si se gana en este hospital contra el cierre, ganamos en el INCAA, ganamos en el Ministerio de la Economía, ganamos en el Ministerio de Trabajo”, afirmó.

Al final de la asamblea, se votó la permanencia en el hospital por tiempo indefinido y el armado de comisiones para seguir asistiendo a los pacientes durante la toma. Desde un megáfono, se escuchó la voz de una de las trabajadoras: “Les vamos a pedir a los sindicatos que nos aporten baños químicos, gazebos. Empecemos a pensar todo lo que necesitamos para garantizar la toma. Esto empieza hoy, pero no sabemos cuándo termina. Es muy importante que nos organicemos”.