May 4, 2021 | Comunidad, Novedades
La causa por la desaparición y hundimiento del submarino ARA San Juan, la N° 17.379/17, engloba a varias otras, como la del espionaje ilegal contra los familiares de los tripulantes fallecidos, a cargo del juez federal de Dolores Alejo Ramos Padilla, otras por encubrimiento que apuntan al expresidente Mauricio Macri y al exministro de Defensa Oscar Aguad –que no avanzan–, y una tercera originada a partir de una presentación del abogado Luis Tagliapietra, padre de Alejandro, teniente de fragata y víctima del naufragio.
“Se formó a través de un pedido de habeas corpus, mío y de otras personas, es la causa número 62.903 que está relacionada con el día después, con todo lo que tiene que ver con la búsqueda, el submarino y distintas cuestiones que se fueron acumulando”, explica Tagliapietra en diálogo con ANCCOM.
La “causa madre” comenzó cuando la Armada Argentina denunció el 17 de noviembre de 2017 ante el Juzgado Federal de Caleta Olivia, provincia de Santa Cruz, la desaparición del ARA San Juan con sus 44 tripulantes luego de perder el contacto.
“Actualmente se encuentra paralizada debido a que la jueza federal de Caleta Olivia, Marta Yáñez, quien todavía está al frente de la causa, intentó dos veces, en febrero y marzo de 2020, dar por terminada la investigación a nivel procesal, por entender que no queda más por hacer. Quería cerrarla y elevarla a juicio, así como está, a lo que nos opusimos. La Cámara Federal de Apelaciones de Comodoro Rivadavia (su instancia superior) estableció el 19 de noviembre pasado que la investigación debe continuar, ordenó a la jueza que realice las pericias que exigimos y que se investigue al expresidente Mauricio Macri, al exministro de Defensa Oscar Aguad y al exjefe de la Armada almirante Marcelo Srur”, refiere Tagliapietra.
“Hoy en la causa hay cuatro imputados: el contraalmirante Luis Enrique López Mazzeo, el capitán de fragata Hugo Miguel Correa, y los capitanes de navío Héctor Alonso y Claudio Villamide (destituido por el Consejo General de Guerra). Mientras tanto, el capitán de corbeta Jorge Sulia, el contraalmirante (R) Eduardo Malchiodi y el capitán de navío José Marti Garro están con falta de mérito, porque la Cámara entendió que todavía no había prueba suficiente para procesarlos”, agrega.

Acampe de familiares de las víctimas en 2018.
Más allá de las acusaciones puntuales en su papel de querellantes, Tagliapietra y otros familiares han impulsado “un plan para trabajar científicamente, basado en los protocolos de acción de distintos países de América y Europa respecto de la investigación de accidentes e incidentes, tanto náuticos como aeronáuticos, para determinar las causales del hundimiento. La realidad es que aún no sabemos los motivos –afirma Tagliapietra–, lo que se trazó en estos más de tres años fueron diferentes hipótesis”.
Acerca de la denuncia y el pedido de juicio político contra la jueza Yáñez ante el Consejo de la Magistratura, aún en curso, realizado por la querella que representa, Tagliapietra sostiene: “Lo interpusimos por varios delitos. Por el incumplimiento de los deberes de funcionario público, por arbitrariedad manifiesta, por la pérdida de la objetividad que requiere un juez federal, por entorpecimiento de la investigación y por encubrimiento. La Comisión de acusación intervino, analizó y determinó avanzar, por lo cual el año pasado solicitó que se citen a los primeros testigos que propusimos”.
Jorge Suárez, padre del cabo principal Germán Oscar Suárez, quien se desempeñaba como sonarista del ARA San Juan, también es crítico de la jueza de Caleta Olivia: «Tenía 65 mil fotos sacadas en cuadros, en mosaicos, jamás las utilizó, quiso cerrar la causa endilgándole responsabilidades a segundos y apartando, sin ni siquiera citarlos, al comandante en jefe de las Fuerzas Armadas que era Mauricio Macri, al ministro de Defensa Oscar Aguad y, una paradoja que es como una burla, también al jefe de la Armada».
La abogada Valeria Carreras, quien patrocina a otra querella –unificada a la de su colega Lorena Arias–, detalla que en la sentencia de la Cámara de Apelaciones de Comodoro Rivadavia del 19 de noviembre de 2020 se hace lugar al pedido de periciar las imágenes tomadas por el barco Seabed Constructor, y que, en caso de ser fidedignas, se realice una reconstrucción 3D con la participación de expertos para determinar qué provocó el colapso.
Dolo eventual
Carreras señala que en octubre de 2019 solicitaron la imputación de Macri, Aguad y diez altos oficiales de la Armada (entre ellos su excomandante Marcelo Srur) “por homicidio con dolo eventual reiterado en 44 ocasiones”. “Ellos sabían que esto podía ocurrir, sin embargo, le restaron importancia y dieron la orden de zarpar –asegura la abogada–. La imputación la sostuvimos en base a tres pruebas: el estado deficiente y peligroso del submarino; la limitación de profundidad, es decir que a más de 100 metros no se podía sumergir, y la navegación anterior de julio de 2017 en donde les había pasado lo mismo, ingreso de agua al balcón de baterías y principio de incendio. Pero en esa ocasión lo pudieron arreglar porque el mar estaba calmo. Acá tenían una tormenta Mar 6, con olas de entre ocho y nueve metros, por lo que tuvieron que ir a una mayor profundidad, 40 metros, lo que provocó que algo fallara, perdieran la estabilidad y el submarino se viniera abajo”.
Un año y medio antes, en marzo de 2018, Tagliapietra había denunciado penalmente a Macri y Aguad por encubrimiento, causa que recayó en el Juzgado Federal de Caleta Olivia y todavía no avanzó demasiado. El 8 de noviembre de 2020, Carreras realizó su propia denuncia por encubrimiento en los tribunales federales de Comodoro Py, que quedó a cargo del fiscal Guillermo Marijuan, tomando como prueba las declaraciones del contraalmirante Luis Enrique López Mazzeo durante las audiencias llevadas a cabo el 29, 30 y 31 de octubre de ese año ante la Cámara de Apelaciones de Comodoro Rivadavia.
Claudio Rodríguez, hermano del suboficial principal y jefe de máquinas Hernán Ramón Rodríguez, fue uno de los impulsores, junto al diputado Guillermo Carmona y la senadora Anabel Fernández Sagasti, de la Comisión Bicameral investigadora sobre el ARA San Juan (creada por la ley N° 27.433). Según declara, su hermano estaba muy preocupado ya que el submarino llevaba más 40 meses sin ir a dique seco a revisación general –cuando el protocolo indicaba que debía hacerlo cada 18–, después de la reparación de media vida en 2014.
Rodríguez recuerda que luego de la navegación de junio de 2017, de la cual tuvieron que regresar antes de tiempo, habló con su hermano en octubre, antes de que salieran para Ushuaia: “¿Cómo andás?”, le preguntó. “Mal –le respondió Hernán–, nos mandan 40 días a navegar y ‘el fierro’ no está para tantos días, no sé qué les pasa a los jefes”, relató. “Le pedí que se bajara, ‘Bajate Hernán’, le decía, ‘bajate, bajate, bajate’”, recordó Claudio. “No, si me bajo, ¿quién va a hacer las cosas? Los chicos son nuevos, yo soy el que sabe”, le contestó Hernán. “En dos oportunidades había sacado el submarino a flote, se le había quedado, estaban tirados, varados en el suelo, y él lo sacó adelante. Era un tipo muy capaz y era un titán”, sostiene Claudio.
Miguel Ángel Toconás, hermano del suboficial segundo Mario Armando Toconás, quien se desempeñaba en el área de armas submarinas, dice que cuando todo comenzó percibieron muchas irregularidades de parte de la Armada. “El capitán de navío Enrique Balbi hablaba a la prensa a nivel nacional y a nosotros el jefe de la Base Naval de Mar del Plata, que era el contraalmirante Gabriel González, nos daba los partes y novedades. Cuando los escuchábamos notábamos cómo se pisaban entre ellos, no había concordancia entre lo que decía uno y el otro, entonces eso nos generaba dudas. A mediados de diciembre de 2017, González pidió el retiro y nos reveló que fue obligado a mentirnos, que no decía la verdad porque los jefes se lo ordenaban, que le hacían llegar por escrito qué era lo que tenía que decirnos”, evoca Toconás.
“Viendo estas incongruencias y hablando entre los familiares, decidimos buscar información entre los objetos personales de los chicos. Fuimos a la casa de mi hermano y con mi cuñada accedimos a su computadora. Encontramos varias anotaciones de Mario, un listadito, él siempre andaba con una libreta donde consignaba todo lo que iba surgiendo, las imperfecciones, los faltantes o cosas que había que reparar. Registraba todo y cuando llegaba a su casa le sacaba foto con el celular y después las guardaba en la computadora. En las anotaciones, figuraba que había faltantes de máscaras para respirar, tornillos, elementos de rescate y otros elementos vencidos. También tenía mucha información relativa al territorio nacional, sobre todo del sector que limitaba con las Islas Malvinas”, agrega.

Reclamos de familiares frente a la Casa Rosada en 2018.
Jorge Suárez subraya las advertencias que existieron y fueron desoídas, como la de abril de 2017 formulada por la Comisión de Defensa de Diputados, a través del expediente 101, foja 500, en la que exhorta a la Armada para que envíe a dique seco al ARA San Juan, según lo establecía el manual, algo que no hicieron. “En 2016, el entonces Procurador General de Inspección de la Armada le manifiesta al ex jefe de la fuerza, almirante Marcelo Srur, que el submarino ya no podía navegar más. A principios de 2017 pasaron a retiro al inspector general”, señala Suárez.
“Antes de tener los eventos del 15 de noviembre (fecha de la desaparición), habían tenido otros seis y los muchachos lograron sacarlo a flote, una vez el ARA San Juan había quedado en forma vertical, ellos son los únicos en el mundo que pudieron salir de esa posición en un submarino, estaban calificados al cien por ciento, pero en el último no pudieron. Los mandaron a una misión con la nave sin reparar desde hacía 45 meses y una de las roturas era en el snorkel –que según Suárez estaba en un listado para reparación y no lo arreglaron–, donde entraba agua, lo sabían perfectamente y todos estos informes estaban en el escritorio de Aguad y de Macri”.
«La gente de la Armada certificó que se encontraba en perfecto estado, pero los chicos pedían auxilio y no les contestaban. Si yo hubiera sabido lo habría llamado por teléfono a Ushuaia a mi hijo diciéndole que no salga, que se baje. Mis otros hijos, por lealtad entre hermanos, no me contaron nada, pero él les decía ‘en cualquier momento nos hundimos porque los jefes se roban todo lo del ARA San Juan'», denuncia Suárez.
En medio de esta maraña judicial, en la que la verdad todavía no sale a la luz, también se encuentra la causa N° 8.559/2020 por espionaje ilegal a los familiares. “La Cámara Federal de Mar del Plata entendió el 6 de abril pasado que como la investigación la había iniciado el juez de Dolores Alejo Ramos Padilla, él debe continuarla”, precisa Tagliapietra. Por su parte, la abogada Valeria Carreras detalla que «la Agencia Federal de Inteligencia encontró de casualidad unos discos rígidos con información que probaba que les habían hecho espionaje ilegal a las viudas de los tripulantes».

Jorge Suárez también padeció el espionaje. “Me borraron el wasap de mi hijo, la voz de mi hijo, a mí y a toda mi familia nos espiaron y tenemos entendido que recibía los informes personalmente Macri», dispara. Claudio Rodríguez recuerda con indignación que, en 2017, tanto Macri como Aguad “no tenían idea de lo que estaba pasando, no les interesó”. “Lo vimos nosotros en la charla que tuvimos con Macri cuando fuimos a verlo. Estábamos desesperados buscándolo, y él estaba jugando al golf en el Sheraton, y enfrente estaban los familiares llorando tirados”, afirma.
«Cuando terminó el operativo de búsqueda y rescate SAR (en inglés, Search and Rescue), comenzaron a irse las flotas extranjeras que habían venido a brindar su colaboración. La embarcación rusa Yantar fue la última en volver, en marzo de 2018, debido a que la Armada Argentina no los dejaba buscar en otro sector. Al saber esto, pedimos la contratación de una empresa que se abocara a la búsqueda. Pero el Gobierno nunca quiso, siempre puso excusas. Antes de que ellos buscaran, nosotros ya le habíamos hecho un listado de las empresas que tenían los equipos necesarios. Como veíamos que no querían contratar ninguna, decidimos ir a Plaza de Mayo«, cuenta Miguel Toconás.
«Aguad contrató a la empresa Igeotest –puntualiza Carreras–, a la que impugnamos y denunciamos a los que habían querido elegirla porque estaba manejada por un ex miembro de la Armada, no tenía los papeles en regla y solamente se dedicaba a tubos petroleros».
Posteriormente, Luis Tagliapietra formó parte de la búsqueda a bordo del Seabed Constructor de la empresa Ocean Infinity. “Fue un sacrificio muy importante. Primero no quise, sentía que tenía que estar atento a la justicia porque en aquel momento ya percibía que las cosas estaban mal. Pero como tuvimos que acampar dos meses en Plaza de Mayo para conseguir la contratación y que busquen a los chicos y la Armada misma, a través de su jefe en aquel momento, José Luis Villán, me pidió que me sumara en la redacción del pliego de contratación para garantizar la transparencia, lo hice, con todo el desgaste que eso significó. Los propios familiares me pidieron que fuera de observador, así que también quise respetar eso. Jamás me imaginé que iba a estar tres meses fuera de casa. Con la tecnología del Ocean Infinity, especulábamos que en unos días los encontrábamos. Estando ahí, viendo lo duro que es el océano y lo complejo de la búsqueda y del fondo del mar, no solamente controlábamos cómo se desarrollaban las actividades en el agua, sino que también íbamos a los laboratorios donde analizaban las imágenes recogidas. Fue duro porque íbamos a buscarlos, queríamos encontrarlos, y a la vez, cuando los encontramos, fue un baldazo de agua fría. Fue tomar consciencia de la peor de las situaciones que, si bien inconscientemente o conscientemente ya sabíamos por el tiempo que había pasado, verlo fue muy fuerte”.
A tres años y medio del hundimiento del ARA San Juan y todavía sin un debate oral y público a la vista, Claudio Rodríguez sintetiza el reclamo de los familiares de las víctimas: «Queremos llegar a una instancia de justicia, poder decir que hicimos justicia por los chicos”.
Oct 28, 2019 | Novedades, Vidas políticas

A medida que los minutos se acercaban a las 21, la ansiedad iba creciendo: a diferencia de lo que había sucedido durante las elecciones Primarias Abiertas, Simultáneas y Obligatorias (PASO), los primeros datos oficiales sobre el escrutinio provisorio se esperaban con puntualidad. Entre las dos fuerzas principales, se manejaban expectativas distintas: de un lado, una diferencia significativa de, al menos, 10 puntos; del otro, la posibilidad de alcanzar la tan anhelada segunda vuelta, aunque los boca de urna y las primeras tendencias no fueran prometedores. La aparición del ministro del Interior, Rogelio Frigerio, acabó con las dudas y las especulaciones. Haciendo referencia a la velocidad de escrutinio y con un 65% de las mesas escrutadas hasta el momento, anunció a la fórmula Fernández-Fernández como ganadora de las elecciones del 27 de octubre.
Lejos quedaba la posibilidad de una eventual reelección de Mauricio Macri que, junto con su compañero de fórmula, Miguel Ángel Pichetto, logró un 40,5% de los votos (números oficiales resultantes del escrutinio del 96% de las mesas): si bien mejoró notoriamente su performance de las PASO, al presidente no le fue suficiente para forzar un ballotage. Porque, con el 48% de los votos, Alberto Fernández se convertía en el próximo presidente de los argentinos.
Las elecciones generales transcurrieron de manera pacífica y normal en todo el país, a excepción de algunos incidentes puntuales y la puesta en duda del sistema por parte del Jefe de Gabinete, Marcos Peña, quien lo calificó de “arcaico” y abrió la posibilidad de tener que esperar el escrutinio definitivo antes de hablar de un futuro presidente.
Los resultados volvieron a poner en escena un panorama de hiperpolarización: entre el Frente de Todos y Juntos por el Cambio acumularon cerca del 90% de los votos a nivel nacional. El frente Consenso Federal, con Roberto Lavagna encabezando la lista, se constituyó como una pobre tercera fuerza, con apenas el 6,2% de los votos. Más lejos quedaron los otros 3 candidatos que dirimieron la presidencia: Nicolás del Caño, del Frente de Izquierda y de los Trabajadores (FIT-Unidad), logró el 2,2%; por su parte, Juan José Gómez Centurión (NOS) y José Luis Espert (Unite), sólo alcanzaron el 1,7% y el 1,5%, respectivamente.
La participación ciudadana en las elecciones fue muy alta: más del 80% del padrón electoral ejerció su deber cívico, un porcentaje superior al observado durante las elecciones primarias que forman parte de la explicación de la mejora macrista en los índices. Buena parte de esos nuevos votantes apoyaron al oficialismo, que también succionó sufragios de Lavagna, Gómez Centurión y Espert.
No bostante, los resultados finales no supusieron una sorpresa, más allá de la importante reducción de la brecha entre Fernández y Macri respecto de las PASO. Luego de una ardua campaña electoral -consistente, principalmente de la gira y las marchas del “Sí se puede”- y una mayor concurrencia del electorado, el presidente de la Nación logró un aproximado de 8 puntos más en comparación con el resultado del 11 de agosto.
Córdoba, Santa Fe, San Luis, Mendoza, Entre Ríos y la Ciudad de Buenos Aires fueron los únicos distritos que quedaron pintados de amarillo en la mapa electoral con el triunfo de Juntos por el Cambio. En el resto del país, el Frente de Todos venció al binomio oficialista: Santiago del Estero fue la provincia en la que se registró la mayor diferencia -casi de 56 puntos-; Formosa, Santa Cruz y la provincia de Buenos Aires también mostraron resultados contundentes en favor de la fórmula Fernández-Fernández.
El camino hacia la transición comenzó el mismo domingo con discursos que tendieron al diálogo y a la inclusión de todos los argentinos, independientemente de sus elecciones electorales. Además, Mauricio Macri invitó a Alberto Fernández a desayunar el lunes 28, a las 8:30, en la Casa Rosada, con el propósito de iniciar un proceso de transición ordenada. El paso final será el 10 de diciembre con el traspaso de mando frente a una sociedad que le dijo “basta” a la gestión actual.
Festejo y responsabilidad
En el Centro Cultural C, en Chacarita, búnker del Frente de Todos, desde las 14, los militantes más entusiastas ya comenzaban a llegar a la intersección entre Corrientes y Dorrego, donde se emplazaba un escenario pequeño. Hacia las 17, las arterias del barrio se llenaron de banderas blancas y celestes y bombos con la cara de Cristina y Néstor. Algunos vecinos se asomaron por los balcones, alzando dos dedos y sonriéndole a la multitud que empezaba a emerger.
Uno de las primeras figuras en llegar fue Eduardo Jozami, activista por los derechos humanos, quien explicó cómo vivía la jornada electoral: «Con ganas de festejar lo que creo que es la posibilidad de que el movimiento popular argentino tenga una nueva oportunidad. Con toda la experiencia que tuvimos: repitiendo las cosas que hicimos bien y analizando estos cuatro años y las cosas a mejorar.»
A minutos de las 18 y del cierre de comicios hizo su llegada Ginés González García, quien algunos sopesan como posible ministro de Salud. Rodeado de personas, el ex embajador de Argentina en Chile comentó: «Es un día de festejo y responsabilidad, nos preparamos para lo que viene, que va a ser muy distinto. Lo que estamos buscando es la unidad de la Nación para poder gobernar y cambiar la historia. Tenemos historia, nos pasó en 2001, 2002 y la gente lo vio. Siempre que podamos cambiar la historia vamos a estar presentes.»
También, desde temprano, hicieron su aparición la economista política e investigadora del CONICET, Delfina Rossi; y José Luis Gioja, gobernador de San Juan.

Por su parte, en el sitio habitual de reunión de la militancia macrista, Costa Salguero, los ánimos intentaban estar calmos, si bien la tensión ya se sentía en el ambiente. En los primeros momentos de la tarde, el espacio se encontraba prácticamente vacío de simpatizantes macristas, y no se había dejado ver nadie más que el personaje que se convirtió en emblema de Juntos por el Cambio: el “Mago sin Dientes”.
A las 18:15 hicieron su primera aparición Marcos Peña, Federico Salvai y Eduardo Macchiavelli. Las primeras declaraciones del jefe de gabinete fueron para agradecer la participación masiva en los comicios y la labor de los fiscales en un sistema electoral que calificó de “arcaico”: “Lo que se viene que es muy importante, es defender cada uno de los votos.” Ante la insistencia de los periodistas por saber los números de las mesas testigo, Peña pidió prudencia y paciencia.
Llegando casi a las 21, el panorama había cambiado drásticamente: la esperanza parecía ocupar el espacio que dejaron vacíos los tradicionales globos. El sitio destinado a la militancia se encontraba cubierto y, al grito de “sí se puede”, las banderas argentinas -que primaban entre el público-, se sacudían y agitaban al ritmo de la música de tendencia. El apoyo a Horacio Rodríguez Larreta -reelcto jefe de Gobierno- también se hizo presente con “las remeras de Larreta”, y los jóvenes dominaron la escena juntos a muchos niños que corren entre la gente.
Si bien los primeros datos oficiales sobre el escrutinio provisorio ya daban cuenta de un resultado irreversible, Mauricio Macri recién se hizo presente en el escenario pasadas las 22:20, acompañado de su compañero de fórmula, Miguel Ángel Pichetto. En una actitud bastante diferente a la que exhibió luego de las PASO, el presidente felicitó a los argentinos que participaron de la elección y al presidente electo Alberto Fernández: “Acabo de hablar con él y lo invité a desayunar mañana para iniciar una transición por el bienestar de los argentinos.” Macri también agradeció a los fiscales y a las figuras de su gobierno: Gabriela Michetti, María Eugenia Vidal, Horacio Rodríguez Larreta y Pichetto.
“Quiero decirles, queridos argentinos, que transformar nuestro país depende de nosotros. Gracias al trabajo que hemos realizado estamos sobre una base y tenemos que cuidarlo entre todos”, aseguró Macri frente a su militancia. Y pensando en el escenario político futuro, agregó: “Todos estamos comprometidos en cuidar la democracia y la república. Si hay un sueño que tengo es que podamos consolidar un proyecto común, ejerciendo una oposición sana, constructiva, responsable que pueda reafirmar las conquistas logradas.”
Con Abel Pintos musicalizando el momento, Juliana Awada, Diego Santilli, Michetti y Rodríguez Larreta subieron al escenario. “No me importa para dónde vas / yo voy, sin mirar atrás / si te tengo por delante.” La pantalla mostraba un “gracias” y Macri saludó también con un gesto de agradecimiento. Mientras tanto, la gente se abrazaba y lloraba.

Las otras fuerzas
La jornada electoral había terminado temprano en los bunkers de las otras fuerzas. Roberto Lavagna, que obtuvo poco más del 6 por ciento, reconocía que no cumplieron con sus expectativas y que disminuyeron sus votos, respecto a las PASO, producto de la fuerte polarización. Algo similar declaraba Nicolás del Caño, votado por el 2 por ciento de los electores, en la sede del Frente de Izquierda-Unidad, que lamentaba sobre todo que Myriam Bregman no llegara a la Cámara de Diputados.“Nuestra campaña tiene más vigencia hoy -aseguró-, por la crisis que se atraviesa en relación a la fuga de capitales, a la pérdida de reservas del Banco Central y el aumento de los precios, que resulta en una pulverización de los salarios y jubilaciones”.
En el Frente NOS, ubicado en Fraga 1209, Villa Ortúzar. Juan José Gómez Centurión, candidato a la presidencia, se hizo presente a las 19:20 y saludó mano por mano a todos los que lo acompañaron, militantes que habían llegado desde el cierre de los comicios. Luego confirmó que «las expectativas de estas elecciones siguen siendo las iniciales: consolidarnos como el espacio más claro de la derecha Argentina». Además afirmó que disfrutó la jornada de votación a pesar de verse empañada por lo que calificó de «mañas» de la vieja política.

En una sala reducida y visiblemente vacía del hotel Vitrum, del barrio de Palermo, el candidato José Luis Espert también dio un breve cierre a su campaña. Con un número de periodistas que superaba al de los militantes y funcionarios del partido político -el “ejército espertano” estaba representado por pocos jóvenes que no llegaban a 15 e incluso algunas candidatas a diputadas nacionales ofrecieron una presencia intermitente-, los únicos momentos en los cuales la sala se llenó fueron durante las declaraciones de Luis Rosales, candidato a vicepresidente, y Espert.
El candidato a presidente por Unite agradeció e hizo hincapié en los obstáculos que atravesaron durante la campaña: “Esta empresa que hemos comenzado hace unos meses se dio a pesar de esfuerzos internos o extraños pero estamos acá y hemos competido. Hoy afortunadamente pudimos ofrecer nuestra candidatura a miles de personas que nos han votado. Esto es un camino que recién comienza. Argentina tiene un gran futuro y ese futuro es liberal y ya comenzó.” También le pidió a Mauricio Macri que se dedique a gobernar durante el tiempo que le queda a su mandato, culpándolo del “desasosiego de la población”. Y le dio un mensaje a Alberto Fernández: “Nosotros seremos severos defensores en el cuidado de las cosas que hacer por el bien de la gente y su trabajo”.

El recuerdo a Néstor Kirchner
En Corrientes y Dorrego -y sus proximidades inundadas de personas- , la gente también se abrazaba y lloraba, pero a diferencia de lo que ocurría en Costa Salguero, lo hacia de felicidad. Desde las 21 que había estallado la alegría de saber, oficialmente, que Alberto Fernández sería el próximo presidente de todos los argentinos.
A las 22:40, con «Rezo por vos» como canción de fondo, aparecieron en el búnker Alberto Fernández, Cristina Fernández y Axel Kicillof, los candidatos victoriosos. Luego de hablar el futuro gobernador de la provincia de Buenos Aires, tomó el micrófono Cristina Fernández, quien, a partir del 10 de diciembre será vicepresidenta de la Nación. Comenzó su discurso dirigiéndose al pueblo argentino: «Déjenme agradecer a los cientos de miles de ciudadanos y ciudadanas anónimos que han resistido y que tienen pensamientos y sentimientos que los han ayudado a mantenerse en pie.» A su vez habló sobre la ardua tarea que tendrán como gobernantes luego de cuatro años de «tierra arrasada», como expresó Kicillof. Y culminó, haciendo un llamado a la sociedad entre la aclamación de la militancia peronista: «Quiero pedirles a todos los hombres y mujeres que, por favor, nunca más rompan la unidad que se requiere para enfrentar estos proyectos neoliberales que tanto dolor han causado.» También le hizo un pedido al presidente Macri: que gobierne a los argentinos hasta el 10 de diciembre y que tome las medidas necesarias para que no aumente el daño social y económico.
El futuro presidente, Alberto Fernández, también inició su discurso con agradecimientos a los votantes, por el compromiso demostrado en “construir una argentina solidaria». Entre los ya clásicos cantos de “Alberto presidente” -esa noche más reales que nunca-, también hizo un agradecimiento específico y especial, teniendo en cuenta la fecha: «La primera salida que tuve como candidato fue ir a visitarlo a Néstor: Gracias, Néstor, donde estés. No sería justo no reconocerle a él lo que hizo por nosotros. De aquí en adelante solo nos queda cumplir con lo prometido.» Luego, Fernández dio un mensaje esperanzador al pueblo argentino: «Vamos a ser la Argentina que nos merecemos porque no es verdad que estamos condenados a esta Argentina. Vamos a hacerlo porque nos lo merecemos y no lo van a hacer Cristina y Alberto, lo vamos a hacer todos y todas. ¡A disfrutar el gobierno en mano de las gente!» El público, dentro y fuera del búnker parecía no poder gritar más fuerte.
El presidente recién electo finalizó saliendo a las calles y mirando a los ojos a los militantes y simpatizantes que colmaban la avenida Corrientes y sus alrededores: «Este no es el frente de nosotros, es el de todos.»
Cuatro años atrás, un enorme grupo de gente se reunió a abrazarse y llorar por el fin de un ciclo político, de una idea de país. En la noche del 27 de octubre, esa gente volvió a reunirse, volvió a abrazarse y volvió a llorar. Pero porque volvían. Renovados, con esperanza y con fuerza para afrontar los desafíos que pone por delante una Argentina en crisis. “Vamos a volver”, cantaban. Y volvieron.
A partir del 10 de diciembre, futuro se escribirá con F. Pero de qué tratará el mismo, solo el tiempo y la política lo dirán.
Oct 20, 2019 | Noticias en imágenes
Mauricio Macri cerró su campaña «30 días, 30 ciudades» ante una multitud de personas en el Obelisco. La consigna fue llevar banderas de Argentina en la autodenominada «Marcha del millón», y los cánticos hablaron de dar vuelta la elección y una Argentina sin Cristina. Los carteles pregonaban el hashtag #SíSePuede y algunos chistes sobre gatos, metáfora a la que hizo mención Macri en su discurso. Postales de un mimo porteño al presidente en la ciudad que lo vio nacer a la política, una semana antes de las elecciones presidenciales.
Oct 16, 2019 | Novedades, Vidas políticas

“La base del debate eran los minutos televisivos, no las ideas a explorar con los candidatos», dice José Luis Fernández.
El debate presidencial que se realizó el domingo, el primero obligatorio por ley, concentró las miradas y dejó mucho para reflexionar, a menos de dos semanas de las elecciones presidenciales que se realizarán en nuestro país. En la Universidad Nacional del Litoral, en Santa Fe, se cruzaron los candidatos que superaron el piso del 1,5 por ciento en las elecciones Primarias Abiertas Simultáneas y Obligatorias de agosto pasado: el actual presidente Mauricio Macri, de Juntos por el Cambio; el gran ganador de las PASO, Alberto Fernández, del Frente de Todos; Roberto Lavagna, de Consenso Federal; Nicolás del Caño, del Frente de Izquierda y de los Trabajadores; José Luis Espert, del Frente Unite; y Juan José Gómez Centurión, del Frente Nos.
Además del análisis político sobre lo sucedido en el primero de los dos debates preelectorales del que los candidatos presidenciales deben participar (en virtud de lo establecido por la Ley de Debate Obligatorio), también es interesante considerar la mirada sobre el debate como dispositivo mediático y la comunicación política. Para reflexionar sobre estas dimensiones, ANCCOM dialogó con José Luis Fernández, Doctor en Ciencias Sociales y profesor de Semiótica de la carrera de Ciencias de la Comunicación de la Universidad de Buenos Aires.
“La base del debate eran los minutos televisivos, no las ideas a explorar con los candidatos -analiza Fernández-. Los minutos eran una de las materialidades del debate y, cuando los coaches de algún equipo no trabajaron sobre eso, se notó: a su candidato le faltó o le sobró tiempo”.
Ampliando esta misma cuestión, propia del diseño que adquirió el encuentro de los presidenciables, el ex presidente de la Asociación Argentina de Semiótica ofrece una definición para comprender la naturaleza de lo que sucedió el domingo. “Fue un debate de micro-géneros, no de plataformas políticas. La comunicación masiva está llena de micro-géneros, como pueden ser un insulto, un saludo o una presentación. Estos y otros micro-géneros, que suponen estrategias, se pusieron en interacción entre los candidatos durante el debate”, aporta el docente de la Facultad de Ciencias Sociales.

«Lavagna le hablaba a la gente que estaba ahí y Gómez Centurión no sabía a quién hablarle», analiza Fernández.
La cámara, en el espacio elegido de la universidad santafesina, fue uno de los instrumentos del que se valieron los candidatos en esta edición estreno del debate presidencial 2019. Algunos, al abordar las primeras cuatro categorías (Economía y Finanzas; y Educación y Salud; Derechos Humanos, Educación y Género; y Relaciones Internacionales) lo aprovecharon mejor que otros. Explica Fernández: “Macri, Fernández, del Caño y Espert trataron de seguir a rajatabla la propuesta de Eliseo Verón de estar en contacto con la cámara para hablarle a los ojos a los espectadores televisivos. Ni Gómez Centurión ni Lavagna cumplieron con lo que, en este sentido, proponía el formato. Lavagna le hablaba a la gente que estaba ahí y Gómez Centurión no sabía a quién hablarle y tampoco le pegaba con el tiempo; era como si estuviera en la escena equivocada”.
“Hay gente que nació para la cámara -agrega el actual Vicepresidente de la Federación Latinoamericana de Semiótica-. Macri no, Cristina (Fernández de Kirchner) sí, Lilita (Carrió) sí, por ejemplificar. No es un tema de contenidos o de aciertos sino simplemente de relación con la cámara. Alberto Fernández, en ese sentido, manejó algo específico de este debate: hizo uso de las restricciones técnicas del formato televisivo elegido para debatir, como la imposibilidad de hacer tomas del público, de aquello que señalaba un candidato o de las reacciones de los demás. Alberto manejó eso mejor, lo usó a su favor. Señalaba a Macri, aunque no lo mostraran, y eso obligaba a que uno se imaginara qué cara ponía Macri cuando Fernández hablaba y lo señalaba: los antimacristas pensarían que Macri quedaba como un estúpido y los macristas, que lo miraba con desprecio. Fue un recurso interesante porque involucra cuestiones de interaccionismo simbólico, difíciles de medir y que exceden la imagen televisiva”.
Así como sucedió en 2015, especialmente con el que protagonizaron Macri y Daniel Scioli, el debate es un formato televisivo que ha sido analizado desde múltiples dimensiones, en muchos casos en desmedro de su complejidad como fenómeno de comunicación política. En comparación con aquella edición, la versión del domingo tuvo aproximadamente 20 puntos menos de rating. Según Fernández, el análisis que sólo se queda en ese enunciado, queda trunco. “Midió la mitad, pero igual es un montón y demuestra que suscitó interés -afirma-. Además, la población politizada ronda el 20 o 30 por ciento; el resto lee la información y toma sus decisiones de otras maneras. Y eso es otra cuestión”.

«El twitteo es un fenómeno minoritario en la sociedad y un candidato tiene que conseguir diez millones de votos», advierte Fernández.
El impacto asociado a lo que sucede en las redes sociales es otro de los puntos sobre los que advierte Fernández, desde la legitimidad de ser un especialista en el tema, luego de haber estudiado esas plataformas por más de diez años. “Siempre hay que pensar, cuando analizamos Twitter y sus tendencias, que los usuarios de esta red representan un sexto de los de Facebook y que, de aquellos que la utilizan, sólo twittea un 20%. El twitteo es un fenómeno minoritario en la sociedad. Son signos, pero un candidato tiene que conseguir diez millones de votos, no dos”.
Una de las críticas que se repite en los distintos espacios, especialistas y discursos que abordan el debate presidencial del domingo asegura que el formato elegido fue, en definitiva, negativo. “Antidebate”, “pobre”, “acartonado” y otras definiciones se han elegido para criticar el diseño. Fernández, que dirige la revista Letra, imagen, sonido. Ciudad mediatizada, piensa distinto. “A mí el debate me resultó muy interesante: creo que sirve para presentar propuestas y para discutir, porque de hecho todos los candidatos interpelaron en algún momento a alguno de los otros”, señala. “El diseño del debate se puede mejorar, obvio, pero me parece interesante porque impide una costumbre discursiva argentina que es encimar un emisor con otro -agrega-. Este formato permite que cada enunciador preserve su espacio de enunciación particular en el conjunto del sistema enunciativo. Dicen que aburre porque se divierten con los programas de paneles, pero esto es un debate político y, dentro del formato planteado, incluso fue picante”.
La transmisión del debate entre los seis candidatos a la presidencia tuvo cortísimos planos generales -donde se los pudo ver simultáneamente a todos-, mientras que la pantalla dividida -que ofrece al mismo tiempo la imagen del orador y otra de la misma escena- fue uno de los recursos televisivos que no apareció. Y sin embargo, en todo caso, para Fernández esas fueron restricciones para quienes veían el debate, pero no para sus protagonistas: “Sí es verdad que, como espectador televisivo, el hecho de quitar el recurso de campo-contracampo y otras posibilidades de montaje limitaron la oferta visual. Pero los límites fueron en todo caso en ese sentido y no en relación con la argumentación política. Fue pobre desde lo televisivo, no desde lo argumentativo. Lo que pasa es que se critica el diseño del debate porque se confunde lo mediático con el discurso político”.
Lo concreto es que el debate presidencial invitó a reflexionar sobre la relación entre sus dimensiones política y comunicacional. Todavía no se terminó de pensar acerca de lo que sucedió allí y ya comenzó la cuenta regresiva para el segundo y último debate: será este domingo 20 de octubre, justo una semana antes de los comicios, y los tópicos esta vez serán Empleo, Producción e Infraestructura; Federalismo, Calidad Institucional y Rol del Estado; Desarrollo Social, Ambiente y Vivienda; y Seguridad. En la Facultad de Derecho de la UBA, unos y otros, los seis candidatos y los espectadores que se prendan a la transmisión, se volverán a encontrar pantalla de por medio.

Sep 30, 2019 | Novedades, Vidas políticas
Banderas celestes y blancas cubrieron las barrancas de Belgrano al grito de #SiSePuede en la tarde del sábado 28 de septiembre. La marcha fue convocada por el presidente Mauricio Macri, quien encabezó el encuentro y dijo: “Hoy comienza la marcha del #SiSePuede. 30 días por todo el país, sabemos que un mejor país es posible y está mucho más cerca de lo que podemos ver”.
Apenas unas horas antes de las 17, se empezaron a replicar los hashtags #YoVoy y #SiSePuede en las redes sociales, al ritmo en que los simpatizantes oficialistas iban llenando las inmediaciones del lugar emblemático: la estación elevada Belgrano C, una de las obras públicas que la gestión macrista inauguró en 2019. Para dar comienzo al acto hablaron la diputada Elisa Carrió y el candidato a vicepresidente Miguel Ángel Pichetto. Los dirigentes resaltaron que esta es una lucha por las libertades individuales y por la justicia. Pichetto sostuvo que “si gana Alberto Fernández gana Cristina, y va a gobernar ella” y la multitud estalló al grito de “delincuentes”.
A las 17.55 el Presidente arribó a la estación de tren que había sido cerrada por el operativo puesto en marcha para esperar su llegada desde Olivos en el ramal Mitre. Minutos antes subió a Twitter su foto en la formación junto a su esposa, Juliana Awada, acompañada del hashtag #YoVoy. “Empieza octubre de 2019. A los más jóvenes les quiero decir que en unos años sus hijos les van a preguntar dónde estaban y les vamos a contestar; ‘Estábamos haciendo patria’ «, dijo el Presidente para cerrar su discurso.
“A diferencia de otros espacios políticos, lo nuestro es por voluntad propia, venimos por nuestros medios. No venimos por el choripan o la gaseosa ni la bebida alcohólica”, dijo el Superintendente de Servicios de Salud de la Nación, Sebastián Neuspiller. Varios carteles de la marcha reproducían estas concepciones: “No estoy acá por una ideología”; “No estoy acá porque me trajeron”; “No estoy acá porque me dieron algo a cambio”; “Estoy acá por mis valores y porque quiero una Argentina que progrese” y todos firmaban “#SiSePuede”. Los asistentes reconocieron no haber sido afectados mayormente por la crisis económica que se vive en el país. “A mi particularmente no me afectó la situación económica, entiendo que hay mucha gente que no la pasa tan bien, pero creo que hay que seguir aguantando y poniendo fuerza porque yapasó lo peor”, dijo Andrea Salatino de 46 años.
Al ser preguntados sobre las razones por las que asistieron a la marcha distintas personas sostuvieron que se manifestaban porque no querían volver al pasado y porque tenían fe en laconstrucción de un país mejor. “El pañuelo del #SiSePuede es una esperanza, no es porqueme guste tanto Macri sino porque siento un desprecio profundo por el autoritarismo, porquese lo que pasó en Venezuela. No es justo vivir en un país en el que vos quieras salir y no te lo permitan”, contó Delia de 68 años, oriunda de Devoto. Y sí, en este momento de pañuelos-que marcan ideologías, el suyo era de color amarillo.
No sólo había banderas argentinas sino también algunas banderas venezolanas, de personas que emigraron a la Argentina. Es el caso de Soraida, de 25 años, quien contó a ANCCOM: “Hoy estamos en un momento clave en el cual se puede perder, porque creo que ningún país está exento de vivir lo que vive hoy Venezuela. Justamente porque se ha tratado de instaurar un modelo político como el cubano, que refleja algo transcrito de la Unión Soviética”. También sostuvo que era su responsabilidad como venezolana acompañar y contar lo que puede suceder si un “socialismo del siglo XXI” se instala en latinoamérica. El discurso se se repetía entre los manifestantes: “Si gana el Frente de Todos Argentina se convertirá en Venezuela”.
Las banderas albicelestes desconcentraron antes de las 19 por las calles de Belgrano cantando al unísono #SiSePuede. Los testimonios recogidos en la marcha dejan en claro los deseos del 32% de la sociedad que vota a Juntos por el Cambio. Los argumentos se centran en la esperanza –a pesar del presente osucuro- por un futuro de desarrollo económico, en la defensa de los derechos individuales y, sobre todo, en el desprecio por los pasados gobiernos de Cristina Fernández de Kirchner.