Nov 7, 2021 | Destacado 1, Géneros, Novedades, slider
Por: Florencia Slucki
Fotografías: Andrea Bravo y Guido Ieraci
Todos los años desde hace tres décadas la Plaza de Mayo se llena de los colores del arco iris. La Marcha del Orgullo se vive como una celebración y, a la vez, un reclamo del colectivo de la amplia diversidad sexual que lucha por la igualdad de derechos. “Es una fecha más para potenciar un trabajo y un activismo, algo que vive todo el año en nosotras, nosotros y nosotres. Y también tiene que ver con mostrarle a toda una sociedad dónde estamos, cómo estamos. Existimos, exigimos, vivimos”, explica Lucas “Fauno” Gutiérrez, periodista, escritor y activista que se define en redes como “VIH+ y puto”.
En una jornada de clima primaveral cientos de miles de personas y organizaciones se encontraron en el centro porteño. Desde el mediodía se montó la feria de emprendedores, la cual ofreció desde alimentos hasta ropa y accesorios. Mientras, se armaron las carrozas, es decir los camiones de distintas organizaciones decorados con guirnaldas y carteles que desde las 16 se movilizaron hacia el Congreso con música y baile. Desde el escenario principal se leyó el documento de este año y no faltaron los shows de artistas en vivo.
La consigna principal de este año fue “Ley Integral Trans ya”. El proyecto presentado en el Congreso tiene el objetivo de asegurar el ejercicio pleno de los derechos y libertades en condiciones de igualdad a las personas transgénero, travestis y transexuales. Es decir, se busca la integración social de dicho colectivo no sólo en el aspecto laboral sino también en las dimensiones habitacional, sanitaria, educativa y cultural, así como la promoción de la visibilidad del colectivo en estadísticas oficiales.
Un grito con historia
En 1992 se realizó la primera movilización. En ese momento se llamaba “Marcha del Orgullo Gay-Lésbico” y buscaba la visibilización de dicho colectivo contra la discriminación. El uso de máscaras para que los manifestantes pudieran ocultar sus rostros es parte de una historia que cambió esos primeros reclamos por un clima festivo y a cara descubierta. Por entonces los y las disidentes corrían el riesgo de ser echados de sus trabajos o expulsados de sus familias si eran reconocidos.
Aquel primer año asistieron trescientas personas, y para 1995 llegaron a aproximadamente dos mil. Los archivos periodísticos de la cuarta marcha son reveladores. Carlos Jáuregui, fundador de la Comunidad Homosexual Argentina y Gays por los Derechos Civiles e impulsor de la primera manifestación (hoy homenajeado en la Línea H del subte porteño con una estación que lleva su nombre ), decía desde el escenario: “Gays, lesbianas, travestis, transexuales, todos juntos. La convocatoria crece, hay conciencia, hay orgullo y hay dignidad”.
A nivel internacional, el Día del Orgullo es el 28 de junio, en conmemoración a la Revuelta de Stonewall, cuando un grupo de travestis, gays y lesbianas se resistieron a ser detenidas por la policía en un bar neoyorquino en 1969. Sin embargo, en Buenos Aires desde fines de los noventa se realiza la marcha un sábado de noviembre para escapar del frío, que podía hacerle mal a las personas que vivían con VIH. La fecha elegida toma como referencia al aniversario del grupo Nuestro Mundo, considerada la primera asociación para la liberación gay en Latinoamérica, creada en 1967.
Hoy la marcha agrupa a un conjunto heterogéneo de organizaciones con diferencias políticas e ideológicas. Por eso existen distintas convocatorias, como la de la Comisión Organizadora, que llamó a concentrar en Plaza de Mayo, mientras que el frente de Orgullo y Lucha puso como punto de encuentro Diagonal Norte y Florida, a doscientos metros de allí. Por sobre las diferencias, la totalidad de los organismos y personas independientes se movilizaron hacia el Congreso en pos de la igualdad de derechos.
Los carteles con el interrogante “¿Dónde está Tehuel?” se replicaron a lo largo y a lo ancho de la concentración.
La marcha de Buenos Aires no es la única del país. Con el correr de los años, distintos territorios fueron sumando sus propias manifestaciones. Por ejemplo, Rosario realizó la 15º movilización el pasado sábado 30 de octubre, al igual que el partido de Quilmes. El Barrio Carlos Mugica (ex Villa 31) marchó el viernes 29. Por su parte, la provincia de Chubut este año convoca a la tercera concentración, mientras que Mendoza lleva once años de resistencia. En este sentido, Lucas Fauno marca la necesidad de multiplicar los espacios de activismo en cada lugar. “Imaginate lo importante que es una marcha en una ciudad pequeña, ver que existís, ver que hay gente como vos”, y propone que las distintas instancias tienen que estar “tejiendo redes entre todes”.
Una Ley Integral Trans
El 28 de septiembre se reglamentó la Ley de Cupo Laboral Travesti-Rrans, la cual establece que todas las entidades del sector público nacional deben reservar un mínimo de 1% de sus cargos para personas travestis, transexuales y transgénero. A su vez, esto puede funcionar como un incentivo para que el sector privado también destine un mínimo de vacantes para dicho colectivo. El cupo, junto con la Interrupción Voluntaria del Embarazo (IVE), son derechos conquistados por la sociedad en el último año y se suman a normativas como la Ley de Matrimonio Igualitario y la de Identidad de Género.
Marcela Romero, fundadora de la Asociación de Travestis, Transexuales y Transgéneros de Argentina (ATTTA) y coordinadora de la Red Latinoamericana y del Caribe de Personas Trans (RedLacTrans), explica las diferencias entre la ley aprobada y el proyecto que constituye el lema de este año: “El cupo laboral dejó afuera a más de un 70% de personas trans que quedaron fuera de la inclusión laboral”, y añade: “Se debatió primero el cupo laboral y no la ley integral, que es más abarcativa”.
Según señala la web de ATTTA: “La Ley tiene como principios generales el respeto de la dignidad inherente y la autonomía personal, incluida la libertad de decidir sobre el propio cuerpo y el propio proyecto de vida, y el principio de igualdad ante la ley y de no discriminación, buscando en particular la igualdad de oportunidades”. Por eso, Romero explica que “Nuestra ley no deja a nadie afuera. Las mujeres trans mayores de 45 años que vivieron la dictadura militar entran a una reparación histórica como la que se hizo en la provincia de Santa Fe porque fueron torturadas, perseguidas, sometidas”.
La consigna de la marcha funciona como un llamado de atención. Según Romero, “Es el lema principal, eso lo va a ver todo el país. Es decirles a los Diputados que estamos listas para dar el debate, que aprueben la Ley Integral Trans. Que puedan entender que es una ley de urgencia y que va a reparar la exclusión social en la cual vive la población trans desde la niñez, adolescencia y las adultas mayores”. Por último, aclara que “estos son logros de la sociedad civil. No es que se levantó el Estado y dijo ‘hoy voy a dar una ley’. Hay una población, hay activistas empoderadas, informadas, capacitadas, deconstruidas. Tenemos una mirada transfeminista”.
Celebrar es exigir
Este sábado, en cada rincón, se veían escenas de reencuentro, besos entre parejas, también familias con chicos y chicas. “Estoy emocionada, no tengo palabras para lo que se siente”, dice Lucía, de 26 años, y afirma que “es algo que se lleva con orgullo”. La joven vino en grupo y cuenta que asiste siempre “por la igualdad de todos los derechos”. En cambio, José, de 40 años, explicó que ésta fue su primera movilización porque lo invitaron sus compañeros del club de básquet inclusivo donde juega. “Vine para acompañar. La marcha es una forma de manifestarse y expresar lo que uno siente, que es la libertad de todo el colectivo”.
Por su parte, Valentina, ingeniera civil trans de 56 años, sostenía un cartel en reclamo por la Ley Integral Trans y dijo que “gracias a la visibilidad muchas chicas de mi colectivo tienen trabajo y también tenemos la Ley de Identidad de Género que es algo increíble, impensado”. Al anochecer se iluminó el Congreso multicolor, las carrozas se detuvieron y el baile siguió.
A pesar de la ampliación de derechos que los colectivos supieron conseguir, la lucha por la visibilidad e igualdad continúa. “En general, las leyes dialogan con necesidades que teníamos hace cientos de años”. Entonces cada ley sancionada marca el nuevo inicio de una etapa. No el fin ni el saldo”, dice Lucas Fauno. “Es una nueva herramienta para seguir activando”. Algunas de las subconsignas de este año son “Nueva Ley Antidiscriminatoria” y “Ley de Respuesta Integral al VIH, Hepatitis Virales, ITS y Tuberculosis”. Las leyes nacionales vigentes datan de 1988 y 1990, respectivamente.
La movilización, entonces, es un hito fundamental para visibilizar la presencia de las disidencias y seguir reclamando la igualdad en las condiciones de vida. Romero reflexiona: “En Argentina las marchas son muy políticas, es muy diferente a otros lugares. Hay organizaciones como la nuestra, que tiene 28 años de lucha y resistencia, en donde reafirmamos nuestro lema, reclamamos, exigimos, en donde todavía falta, en donde nadie puede quedar atrás, donde es necesario que se voten leyes de máximas y no de mínimas”.
Sin ir más lejos, los carteles con el interrogante “¿Dónde está Tehuel?” se replicaron a lo largo y a lo ancho de la concentración, en referencia a la desaparición de Tehuel de la Torre, varón trans de 22 años que fue visto por última vez el 11 de marzo en San Vicente cuando salió a buscar trabajo y no regresó a su casa. Los hombres detenidos por la causa, Alberto Ramos y Oscar Alfredo Montes, se niegan a declarar. La esperanza de vida de las personas trans es de un promedio de 35 a 40 años.
Para Lucas Fauno, “la celebración no es algo banal. Si sonreímos, si marchamos y si estamos es porque no nos han matado. Ni fisiológica ni identitariamente. Que nos maten identitariamente significa que yo puedo estar ‘vivo’; respirando, cumpliendo todas mis funciones, pero imaginate si yo no soy quien soy. Si yo no puedo contar lo puto que soy, lo bichoso que soy, entonces, ¿cómo existo?”
Como dice la famosa frase de Carlos Jáuregui, “en una sociedad que nos educa para la vergüenza, el orgullo es una respuesta política”. Su legado no pierde vigencia: una vez al año, la Avenida de Mayo se ofrece para que toda una comunidad que se haga presente y se sienta cómoda entre plumas, brillos y arneses. La marcha implica la posibilidad de poder ser libre, que es, en definitiva, la posibilidad de ser.
Nov 4, 2021 | Destacado 4, Géneros
Por Mercedes Chamli
Fotografías: Camila Miconi
Son las once de la noche, algunas ya se bajaron de sus plataformas para poder bailar descalzas al ritmo de Sudor Marika que toca al costado del escenario, que solo sirvió para que se colgaran en él las banderas de las agrupaciones que habían marchado a la tarde.
Los cantos y los bailes se convierten en un trencito que gira frente al paredón en homenaje a Néstor Kirchner. La cola de la salchipapa es larga, no importa, porque todo lo ganado de las ventas va a ir para La Casa Trans que también vende cerveza, pollo y fideos con tuco para recaudar fondos. Todas bailan: negras, marrones, migrantes, aborígenes, putas, travestis y maricas. Van hasta abajo y suben de nuevo porque abajo el patriarcado se va a caer, se va caer, y arriba el feminismo que va a vencer que va a vencer”.
El bailongo se armó en una noche hermosa que parece no querer terminar. Nadie se va, todos se quedan, es viernes, y está comenzando la semana del orgullo. Lejos de esperar que comiencen las concentraciones en otros barrios de la Ciudad de Buenos Aires, en la Villa 31 desde hace tres años La Diversidad Plurinacional formó su propia marcha: La marcha internacional del orgullo trans villero y tienen un objetivo específico que consiste en formar parte de la agenda emocional del barrio y reclamar la Ley de Integridad Trans con perspectiva de género y popular.
Siete horas antes, la sensación térmica marcaba 36 grados en la Ciudad de Buenos Aires, los trenes llegaban de Retiro y ahí estaba Nicolás en la estación, lleno de glitter verde en los ojos, esperando a que lleguen sus amigos para guiarlos. Después de media hora ya estaban todos. Los llevó por esas dos cuadras que rodean la terminal, pasaron por la feria frente al banco, caminaron tres cuadras hasta la calle 3 de Diciembre donde está la Casa Trans.
Eran las 4 de la tarde y sonaba música sobre una carroza llena de chicos decorada de guirnaldas y banderines. Ya se podían ver tres cuadras desbordadas de personas, vecinas de la villa y otras que habían ido para participar. Estaban integrantes de distintas organizaciones: Vivir Sin Miedo, Movimiento Evita, Barrios de Pie, La Ooderosa, Fútbol Feminista, Infancias libres, Ammar, artistas, standaperas, y hasta diputadas que luchan por
los derechos del colectivo LGBTTIQ. Todos estaban esperando marchar hasta el Ministerio de Educación que queda a unas pocas cuadras donde habían montado el escenario.
La calle estaba decorada con banderines, fotos, paradores, con la bandera del orgullo y las consignas: “Reparación histórica ¡ya!”. En sus rostros todos tenían purpurina, glitter, algunas tenían alas negras, otras blancas, los outfits iban desde un vestido largo color arcoiris brilloso hasta corsets negros con antifaces y vinchas rosas. Algunas con pelo corto, otras con el pelo hasta la cintura, en zapatos altos o en zapatillas. Los vecinos que veían las puertas de sus casas invadidas cuando entraban los miraban asombrados. Una vecina subió por la escalera hasta el primer piso de la puerta de su casa mirando hacia abajo, se paró unos segundos, negó con la cabeza, revoleó los ojos y recién ahí entró. Nadie la notó ni se percató de lo que había pasado, el aire era de tranquilidad absoluta, todo fluía: la felicidad era plena y contagiosa.
En el centro de la escena había una carroza esperando a las compañeras. Para las cinco de la tarde comenzaron a treparse, ayudándose entre ellas, extendiéndose las manos y saludando como divas a todos los que estaban abajo aplaudiéndolas. Durante 15 minutos fueron puras fotos. Todos querían el recuerdo de ellas empoderadas arriba de la carroza.
Los vecinos salían de a poco a ver por las ventanas qué era eso que pasaba. Arrancaron. Delante de todo, Alma Fernández, militante trans villera, dirigía la caravana al grito de “vamos! vamos! avancen!”. Se esperaba que pararan en la puerta del Ministerio donde estaba esperándolas el escenario, pero al llegar siguieron de largo, querían seguir marchando. Las compañeras se preguntaron hasta dónde iban a ir porque seguían caminando cuadras y no parecían detenerse.
La marcha villera homenajeó a Lohana Berkins, Diana Sacayan, Carla Fonte y se preguntó una y otra vez: “¿Dónde está Tehuel?”. Cuando se marcha por el Orgullo en todas las plazas se canta «Señor, señora/ no sea indiferente/ se matan a las trabas en la cara de la gente» y esta vez no era la excepción, pero acá era distinto. Los gritos, y cantos traspasaban las paredes de los vecinos. Era imposible no escucharlas y ellas lo sabían. Los fueron a buscar, los interpelaron, los tenían en las calles, en las ventanas, en las puertas de sus casas, vendiendo en sus kioscos, sus almacenes, sus carnicerías, en los galpones, tirando del carro. Ellos estaban ahí y ellas también para hacerse oír.
Cantaron: «¡Vecina escucha!¡únete a la lucha!”, y los vecinos salían a aplaudir mientras que los perros ladraban. Algunos miraban sorprendidos, otros sonreían, y unos pocos se animaron a hacer chistes, y ellas con total desparpajo les contestaban, “¿Que se hacen si son los primeros en agacharse?”, y a algunos como los conocían les decían por el nombre:
“¿Carlos que te haces si después a la noche me calentás la cama?”, y todo quedaba en risas.
Llegaron a un puente y siguieron por los pasillos estrechos, la carroza se trababa en los pozos y la empujaban para que siga andando. Se encontraban con autos y les pedían a sus conductores que retrocedan, ninguno se animó a decir que no, hacían maniobras difíciles para lograrlo.
Los besos no faltaron. Alma Fernández, que iba delante de todo, aprovechó que la caravana tardaba para besar fervientemente a su novio, pero a los pocos segundos ya tenía el megáfono nuevamente en la boca para decir: «Avancemos compañeras! ¡sin miedo! ¡Avancemos!»
Los papás de una canchita de fútbol las veían pasar y aplaudían. Una chica vio a un amigo y le preguntó «¿por qué no estás marchando?”. Y sin darle tiempo a contestar, lo agarró del brazo y lo sumó a las líneas. Al pasar por la feria, se trabó una de las tres carrozas que integraban el desfile, y las trans aprovecharon para agarrarse de la camioneta y twerkear con la música de Talia. Los feriantes sacaron todos los celulares y filmaron ese momento de desborde de alegría.
Después de una hora y media de caminata bajo el sol, ya de vuelta, pidieron a la prensa que se ubicara por delante de la bandera para poder tener la foto total, especialmente la voz de sus reclamos: acceso al pan, al trabajo, la educación, poder pasar la expectativa de vida de 35 años de edad, indemnización y reparación para todas aquellas que no pudieron acceder a los derechos que hoy en día tienen las personas LGBTTIQ. Se prendió una bengala rosa, hubo aplausos, gritos y mucho barullo celebrando.
Entonces sí, fueron al escenario que habían montado. Leyeron un comunicado en el que pidieron seguir trabajando juntas por la igualdad y la diversidad. Se habló de prostitución y cómo era necesario el respeto a este trabajo pero también la importancia de que el colectivo travesti-trans tuviera acceso a otras posibilidades en el mundo laboral. «Para esto es importante que haya un cupo laboral trans para la villa sin tener que pasar por tanta burocracia», manifestó en el micrófono Martina Pelinco, responsable de la Sede de la Diversidad Trans Villera y recordó que durante el Gobierno de Kirchner se promulgó la Ley de Identidad de Género y la Ley de Matrimonio Igualitario.
Martina también arremetió contra el actual jefe de Gobierno porteño: «Larreta está mandando flyers para marchar por la diversidad y no nos invitó. No vamos a ir a esa marcha. ¡Hace tres años que salimos a la calle! Encima le pusieron “la marcha de la inclusión”. Nadie nos tiene que incluir, porque existimos, estamos visibles, y orgullosos. Cuanto más nos golpean y matan,
más luchamos desde el amor, porque como sabemos, el amor siempre vence al odio. Esta lucha es la que hace que sigamos vivas las travas. ¡Si estamos juntas sucede esto! En vez de una marcha, que den las máquinas de coser para las compañeras, los alimentos y el trabajo que nos negaron durante la pandemia desde la Ciudad» y finalizó diciendo «la ciudad más rica no garantiza un trabajo para nosotras y eso significa que no nos cuida teniendo todos los recursos para hacerlo”.
«No debemos olvidarnos de nuestras compañeras que lucharon haciendo posibles nuestros derechos, dando su vida para que podamos caminar libres por la calle que nos abraza. Hoy ellas tienen 60 años y no pudieron acceder a la educación, a un trabajo, porque no tenían un cupo laboral trans que las acompañará como a nosotras. Ellas necesitan una jubilación. ¡Una ley de reparación histórica! ¡Furia Travesti!», dijo Orella Infante, Directora Nacional de
Prácticas contra la Discriminacion del Inadi, cuando tuvo acceso al micrófono y añadió: “Que haya voces que hablen de lo plurinacional de la diversidad y exista cada uno de estos espacios para celebrar nuestro amor, derechos, pero también entendiendo que estamos en medio de la campaña y debemos saber a quién votar. Es hermoso celebrar la diversidad y nuestro orgullo pero también debemos hacer política».
Nov 19, 2018 | Géneros, Novedades

El comienzo del día parecía que no iba a acompañar. Pero la lluvia cedió paso al sol y los colores del arcoíris colmaron Plaza de Mayo y sus inmediaciones, durante la calurosa jornada del sábado, en la vigésimo séptima Marcha del Orgullo LGBTIQ (Lesbianas, gays, bisexuales, trans, intersexuales, queers). Todo fue fiesta, alegría y color. Entre música, baile, y glitter se escuchó el reclamo de la Comisión Organizadora de la Marcha del Orgullo (COMO): “Basta de genocidio trans-travesti. No al ajuste, la violencia y la discriminación. Macri y la Iglesia son antiderechos». Esta fue la consigna principal.
La Plaza de Mayo, primero, luego a través de Avenida de Mayo, y finalmente en las inmediaciones del Congreso, fueron los lugares desde los cuales los colectivos que forman parte de la comunidad LGBTIQ expresaron el orgullo de ser quienes son, y de poder vivir en libertad. Cuerpos semidesnudos o pintados de forma extravagante para no pasar desapercibidos, disfraces, globos, pelucas y unicornios cruzaron las calles al ritmo del pop, la música electrónica y la cumbia.
Desde el colectivo se quiere correr esa mirada prejuiciosa, discriminatoria y estigmatizante, exigen que uno pueda besarse y vestirse como quiera, así lo expresaba la cartelería: “Sentite libre”, “El amor es amor, y es tan grande que no cabe en un armario” y “La ropa no tiene género”.
Vestida de conejito y llena de brillos, Paula Pereyra, con 25 años, acompaña a su mejor amiga lesbiana. Ella se define heterosexual pero se siente parte de la lucha de la comunidad por su amiga. “Se vive un contexto social en el país que influye sobre las minorías, se intenta cubrir, discriminar y apartar”.

La fiesta empezó a las 11 de la mañana con una feria y bandas en vivo en un escenario montado en Plaza de Mayo. Dj Jara, Ayelén Beker y Mimí Maura fueron los encargados de ponerle música a la plaza. El show lo cerró Jimena Barón, haciendo mover el cuerpo de los presentes. “Todavía hay gente que no entiende que nuestra vida, nuestro cuerpo y nuestra sexualidad son nuestros”, expresó.
Repartiendo bolsitas de glitter a los presentes se encontraba Charly Espinosa, de 32 años, con su rostro totalmente cubierto de brillo. “Hay que estar, poner el cuerpo, es una revolución a la que estamos asistiendo. En este día celebramos nuestro orgullo, ¡Es la celebración de lo que somos! poniendo el cuerpo hacemos que la discriminación se vaya derribando”. Habla de la diferencia con otras convocatorias: “Es diferente, estamos dentro de un gobierno complejo que nos quiere tirar abajo”, y concluye: “Se está cayendo el patriarcado, lo estamos tirando con el culo”.
A eso de las 16.30, tres travestis tomaron el micrófono invitando a todos a marchar. Las miles de personas se fueron aglutinando por Avenida de Mayo para poder llegar a Congreso. Pancartas con mensajes de inclusión: “La belleza es diversidad”, “El amor conquistará al odio”, “Nuestro hijo es hétero pero igual lo amamos”, podían leerse entre plumas, tacos altos y la foto del ícono del pop Britney Spears.

Le siguieron las 17 carrozas que cruzaron el arcoíris inflable ubicado al lado del Cabildo, para marchar por dos horas, llevando música y disfraces. Las agrupaciones presentes fueron: Amigos por la diversidad, Archivo de la Memoria Trans, Campaña Nacional por un Estado Laico, Ciervos Pampa Rugby Club, Red Diversa y Federación Argentina LGTB, entre otras.
Amahia Alfonso tiene 25 años y reclama la Ley Integral Trans. “Para una persona transexual es difícil conseguir un trabajo fijo y estable. La mayoría de las compañeras ejercen trabajo sexual”. Cuenta que sigue habiendo prejuicios a la hora de presentarse a una entrevista de trabajo, “Te miran si sos una chica o como ellos dicen un travesti, y ya te descartan el currículum”. Y remarca el contexto que se vive: “Hoy vivimos en una sociedad con una presidencia machista, cerrando más puertas”.
Personas vestidas de monjas o curas pedían la separación de Iglesia y Estado y dan cuenta de las políticas anti inclusión que tiene esta institución. “A la Iglesia Apostólica Romana/ que se quiere meter en nuestras camas/ le decimos hacemos lo que se nos dé la gana”, fue uno de los cánticos.
El pañuelo verde por el derecho al Aborto legal, seguro y gratuito también estuvo, en cuellos, muñecas, adosado a la bandera de la diversidad o utilizado como corpiño. Fue una de las consignas de este año.
Entre amigos y con una gran producción de maquillaje y accesorios, Denis Smith, con 28 años, cuenta por qué concurre a la Marcha del Orgullo: “Estoy acá visibilizando, nos tenemos que hacer ver y entender que somos todos iguales. Nuestra presencia social sigue siendo estigmatizada, quiere ser censurada, y nos quieren interpelar no de manera humana sino de forma grotesca”. Denis sostiene que aún hoy la exclusión sigue presente en todos los ámbitos: “Hay que quitar la discriminación de la mente, de las culturas y las religiones para poder encontrar la sanación de discriminación que tiene la sociedad”, remarca el joven.
Llegada la multitud a Congreso, se dio lectura al documento principal, y la música siguió sonando, la cerveza alivió a los cuerpos danzantes y la fiesta tardó horas en apagarse.
Nov 22, 2017 | Géneros, inicio
Las banderas e insignias con los colores del arco iris volvieron a adueñarse del centro de la Ciudad. La vigésimo sexta Marcha del Orgullo Lésbico, Gay, Bisexual, Travesti, Transexual, Transgénero, Intersex y Queer (LGBTIQ) cubrió las calles y avenidas en la tarde del sábado con el histórico grito de defensa de la diversidad sexual y un renovado llamado de atención por la defensa de los derechos conquistados y contra la violencia institucional. Organizada por más de cincuenta agrupaciones que luchan por la igualdad de la comunidad, la marcha se desarrolló en la Plaza de Mayo. Fue por la inédita decisión del Ministerio de Cultura de la Nación de no ceder el tradicional escenario en la Plaza de los Dos Congresos, donde el colectivo cerró sus movilizaciones en los últimos 12 años.
Alrededor del mediodía, la música de “DJ Jara” se adueñó por completo de la Plaza y del ritmo de cientos de cuerpos sin vergüenza, cuerpos semidesnudos, con purpurina, con maquillajes extravagantes y con la voluntad de no pasar inadvertidos. El clima de fiesta ya era una certeza, a pesar de los policías de civil que recorrían la zona mezclándose con turistas y con las familias que se acercaban por curiosidad.
Desde el escenario, una por una, se nombraron a todas las agrupaciones que integran la Comisión Organizadora de la Marcha del Orgullo (C.O.M.O) y se repetían las consignas: «Basta de femicidios a travestis, transexuales y transgeneros. Basta de violencia institucional. Orgullo para defender los derechos conquistados «. Detrás de ellas, gritadas a viva voz, se desprendieron las subconsignas que fueron recibidas con aplausos. Aplausos de los que también se adueñó “La Lucio Alberto”: la banda chileno-argentina tocó en vivo y con ritmo de cumbia tiñó de alegría la mítica plaza. Muchos se animaron al baile y a posar para las fotos.

Bajo un sol radiante, llegaron los primeros discursos. El reclamo incluyó justicia por Santiago Maldonado, la inclusión laboral de personas transgénero, la producción pública de misoprostol, el reconocimiento y la no discriminación de las infancias trans y el repudio a la reforma laboral. Los abucheos surgían espontáneamente cada vez que se nombran al presidente Mauricio Macri y a la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich. El documento final insistió con la condena al «protocolo policial para registrar a las personas LGBTIQ» porque «habilita y legitima la violencia» de la fuerza contra ese colectivo social.
Mientras tanto, en las calles que circundan la Plaza de Mayo las organizaciones preparaban las carrozas con las que horas más tarde desfilarían hasta el Congreso. Las telas de colores, globos, plumas, y banderas de la diversidad se mezclaban con reclamos contundentes y consignas políticas. Tía Marilú arengaba desde el escenario: “El que no salta es heterosexual». Y la multitud que estaba debajo parecía convertirse en una marea roja, naranja, amarilla, verde, azul y violeta. Con el pasar de las horas, la Plaza comenzó a cubrirse: cada vez se veían más ojos pintados con pestañas larguísimas, pelucas de colores, disfraces, cuerpos repletos de purpurina que con desparpajo celebran la diferencia.
Sentadas en un cantero se encontraban Natu y su pareja Angie. Natu lleva el pelo muy corto, anteojos enormes y un moño con los colores del arco iris en el cuello. En diálogo con ANCCOM, ambas asumieron sin sorpresa el cambio de escenario central. «Es un recorte más por parte del Estado. Si se recorta en salud , en educación ¿por qué no en políticas de género y diversidad? Patricia Bullrich con su protocolo dejó bien en claro el lugar que ocupan en este gobierno las personas gay. Nos incluyen para garantizar la detención ordenada, seas del sexo que seas. No hay lugar para las diferencias”, puntualizó Natu. Angie la escuchaba y aprobaba sus palabras. Tiene la experiencia de más de quince marchas y en base a ella destacó la participación creciente de los adolescentes. Las edades le llamaron la atención, como una evidencia de que la sociedad ha cambiado. “Hoy en día los chicos tienen más libertad para decidir sobre su sexualidad y cuentan con familias que los acompañan”, reflexionó.

En una esquina resonaba una batucada. Eran las activistas de “Las chongas” las que concentraban la atención. Dispuestas en ronda con tambores y redoblantes improvisaban bailes mientras cantaban “dale a tu cuerpo alegría tortillera”. En otro punto de la Plaza, la banda de lesbian reggaeton “Chocolate Remix” se preparaba para subir al escenario. Se trataba del acto de cierre que daba inicio al desfile de carrozas.
La multitud se agolpaba frente al escenario, “Chocolate Remix” los hacía bailar a todos, la fiesta inundaba la plaza, nadie podía quedarse quieto y las letras de protesta y de reivindicación de las diferencias se conjugaban con ritmos pegadizos. Eran casi las 17:00, y aunque el show podría seguir mucho más, era hora de partir. Las carrozas estaban listas y sus tripulantes también. La columna se desplazaba por Avenida de Mayo. Encabezaba el camión de la Asociación de Travestis, Transexuales, Transgeneros de Argentina (ATTA) . “Yo sabía, yo sabía que a los travas los mata la Policía (de Patricia )” era el cántico que se escuchaba casi más fuerte que la música.
Actualizado 20/11/2017