La estación de los pañuelos

La estación de los pañuelos

A un año del fallecimiento de Nora Cortiñas, referente de Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora, diferentes organizaciones sociales conformaron la Comisión por la Estación Nora Cortiñas, que busca renombrar la parada Castelar del Ferrocarril Sarmiento. Este viernes realizaron un festival con música, fotografías y relatos para recordar a la luchadora por los derechos humanos.

Agrupaciones políticas, por los derechos humanos, estudiantiles y barriales de la ciudad de Castelar conformaron este año la comisión que busca ponerle a la estación de tren que pasa por allí el nombre de Nora Cortiñas, madre del desaparecido Gustavo Cortiñas e incansable activista contra las violaciones a los derechos humanos de la dictadura y de la democracia. “La convocatoria original surge de la Asamblea de Vecinos Autoconvocados de Morón, que nos invitó. Muchas organizaciones y militantes de la Zona Oeste respondimos y comenzamos, desde una dinámica muy democrática y transversal, a pensar este proyecto”, repasa Margarita Pinto, miembro de la Comisión y militante del colectivo Memoria Militante. El 26 de abril pasado la Comisión realizó su primera actividad, una caminata por la memoria en las calles de Castelar pasando por sitios importantes en la vida de Nora y Gustavo. La movilización partió de la esquina de la casa de Cortiñas, pasó por la Biblioteca Paulo Freire donde hay un mural realizado en su honor y concluyó en la estación de tren,  donde se descubrió una placa en memoria del militante desaparecido. “Nosotros queremos que la estación sea un lugar de memoria, ponemos el nombre de Norita como faro, porque ella además no sólo suscribió a la lucha por la desaparición de su hijo, sino que fue mucho más que eso. Es una forma de continuar su legado”, afirma Pinto. 

La activista de Memoria Militante también considera que este tipo de intervenciones se vuelven más urgentes en el panorama actual. “En este contexto de apologistas de la última dictadura militar, nosotros redoblamos la apuesta y militamos por que la lucha de Memoria Verdad y Justicia no se apague”, sostiene. El proyecto de la Comisión se piensa a largo plazo, realizando múltiples actividades e intervenciones. “ Somos conscientes de que las luchas se consiguen a través del territorio y por eso sabemos que esto es algo a largo plazo. Creemos que la ciudadanía tiene que tomar esto como propio para poder legitimarlo a través de la necesidad y que sea algo que permanezca a través del tiempo”, afirma Pinto. 

Norita, como le decían, estaba en todos lados, no había conflicto que esquivara y se hacía presente casi siempre acompañada por Karina Díaz, amiga de Cortiñas, fotógrafa y trabajadora del Subte. “Es una idea maravillosa, porque es una forma de que no se olvide que queremos saber qué pasó, dónde están los nietos que todavía no recuperaron su identidad. Creo que funciona como un conjunto, ver ese nombre, lo que significa ese nombre, pensar quién era esa madre, y en esa madre todas las madres y todos los hijos”, plantea. 

El viernes 30, a un año del fallecimiento de Cortiñas, la Comisión organizó la actividad “Norita eterna: Sembrando Memoria sembramos lucha” en Los Incas y Timbúes, saliendo del túnel de la estación Castelar del lado norte. El evento contó con música, relatos, fotografías y la convocatoria a distintos sectores: “Quisimos generar un diálogo entre las fotografías de Norita y los diferentes compañeros militantes que ella acompañó en sus luchas”, explica Pinto. El evento tuvo la presencia de Margarita Noia, hija de la Madre de Plaza de Mayo Pepa Noia, que relató su caminar junto a Nora en la búsqueda de Memoria, Verdad y Justicia. Se convocó a niñeces y adolescencias para visibilizar el repudio al proyecto de baja de edad de imputabilidad y a la Comisión por Palestina, una lucha que Cortiñas también acompañó. “No quisimos perder esa impronta de Nora por la cual la llamábamos la Madre de todas las luchas. Quisimos que el evento sea un ejercicio de memoria, no un encuentro para llorarla sino para tener presente que a pesar de su partida física está viva”, propone Pinto. Y reflexiona: “Eso también es lo que hacemos cuando hablamos de los desaparecidos, hacemos memoria de la vida. Pedimos justicia, pedimos saber qué pasó con ellos, pero también representamos su militancia, su lucha”. 

 

La Madre de todas las luchas 

Al momento de su desaparición Gustavo Cortiñas tenía 24 años, estudiaba Ciencias Económicas en la UBA y militaba en la Juventud Peronista Universitaria. El 15 de abril de 1977, en la misma estación Castelar cuyo nombre ahora se pretende modificar, Cortiñas fue detenido, secuestrado y desaparecido. La vida de Nora, que tenía 47 años, se dedicaba a su hogar y a dar clases de alta costura, se transformó radicalmente a partir de ese profundo dolor. “Se ha dicho que Nora era una madre común, que estaba en su casa, que se ocupaba de las labores hogareñas, digamos, y que la desaparición de Gustavo la transformó en una luchadora. Pero yo creo que, al final, también fue una madre común, no una madre como cualquier otra, sino que Nora fue una madre común a todos nosotros”, reflexiona Gonzalo Moyano Balbis, amigo de Cortiñas, parte del Encuentro Memoria Verdad y Justicia y militante del Encuentro Militante Cachito Fukman. 

Nora comenzó su lucha para saber qué habían hecho con su hijo y en el camino se convirtió en la madre de todas las luchas. “Nora aprendió de Gustavo de un modo muy profundo lo que es la solidaridad”, afirma Moyano Balbis, y recuerda una anécdota que la propia Cortiñas contaba recordando a su hijo, en la cual ella, al ver que Gustavo estaba dedicándose intensamente a la lucha social y que había situaciones de cierto riesgo, le pidió que al ir a las movilizaciones se cuide, “que no se ponga tan adelante”. Su hijo le respondió que no podía cuidarse a sí mismo en pos de dejar en riesgo a otros, porque si él no estaba adelante, lo estarían otros, otros que eran hijos de otras madres. “La necesidad de solidaridad Nora la daba un poco por explicada con esa anécdota y esto es lo que transformó su lucha, entender esa cuestión de que no era sólo su hijo, que su hijo era parte de una lucha enorme, mundial, porque por eso ella recorrió el mundo”, explica Moyano. Y recuerda: “Nora estuvo con las madres kurdas, con mujeres en Japón que habían sido sometidas a la prostitución por miembros del Ejército durante la guerra, con los zapatistas en México, contra el genocidio en Gaza. Una cosa es plantear la cuestión de la necesidad de una lucha integral y otra es vivirlo como lo vivía Nora”. 

Díaz reflexiona sobre el año transcurrido desde su muerte. “Cada vez que alguien me ve en alguna marcha lo primero que me dicen es cómo se la extraña a Nora y a su vez, quienes formamos parte de su grupo de confianza hoy en día nos planteamos lo difícil que hubiera sido cada miércoles con este Gobierno”, plantea la fotógrafa en referencia a las sucesivas represiones que los jubilados, reporteros y civiles que se solidarizan sufren cada miércoles en el Congreso por parte de la Gendarmería. “Hubiera sido muy difícil para nosotros decirle que tal vez no podía ir, porque esta gente no tiene reparo por nada. Hace dos semanas atacaron de forma criminal a curas tercermundistas, amigos de Norita. No tienen límite y tampoco lo hubieran tenido con ella, pero sabemos que Norita hubiera querido estar cada miércoles ahí”, apunta.

Legado eterno

A un año de su ausencia física, Norita continúa presente en cada movilización, en cada marcha y en cada enseñanza que dejó a quienes militan por una realidad más justa. Díaz, afirma que “el acompañar al que más lo necesita, acompañar los juicios y las causas justas”, es parte de las enseñanzas que Cortiñas dejó con su ejemplo. “Creo que parte de su legado es seguir nombrando a los 30.000 detenidos desaparecidos, seguir pidiendo por la restitución de los nietos que faltan recuperar su identidad y exigir que se abran los archivos del 74 al 83. Esa lucha es parte de lo que nos deja y hay que seguirla”, sostiene. “A veces la gente tiene miedo, pero el miedo paraliza. Hay que seguir luchando y ocupando las calles”, propone.

Para Gerardo Szalkowicz, amigo de Cortiñas y autor de Norita, la Madre de todas las batallas, ella “fue un ser extraordinario, no sólo como referente política sino como persona. Su inmensa humanidad, su ternura, su sensibilidad, su defensa de la alegría como una trinchera era admirable”, recuerda. “Creo que tenemos que tener siempre presente como enseñanza su compromiso ético, su consecuencia entre el decir y el hacer, su pedagogía del ejemplo y su poner el cuerpo. Poner el cuerpo y no bajar los brazos, ese fue un mensaje que siempre nos dió  y que en estas épocas  de tanto escepticismo, tanta apatía, tanta desesperanza hay que tener presente”, afirma el autor. 

Por su parte, Moyano Balbis afirma que “este año sin Nora es imposible pensarlo sin tristeza y sin pensar que es una pérdida enorme, pero a la vez se afirma la necesidad de continuar con su ejemplo y su lucha, que era algo que nos pedía que prometiéramos cada jueves”, recuerda Moyano. A su criterio, el legado de Cortiñas “es la comprensión de la lucha unitaria, de que la lucha está en todos lados y que nos debe abarcar a todos, junto con la forma en que Nora lo llevó adelante, es central y debemos sostenerla en este momento con mucha más fuerza que nunca”. 

Aunque no la veamos, Norita siempre está

Aunque no la veamos, Norita siempre está

El CeDInCI inauguró la muestra «Norita Cortiñas a través de su archivo», basada en la documentación personal de la Madre de Plaza de Mayo recientemente fallecida. El legado de una vida de lucha.

Este jueves ese inauguró en el Centro de Documentación e Investigación de la Cultura de Izquierdas (CeDInCI) la muestra “Norita Cortiñas a través de su archivo”, basada en la documentación personal de la madre de Plaza de Mayo recientemente fallecida. Producida por Eugenia Sik, con montaje de Emiliano Álvarez y Rodolfo Marqués, la exposición ofrece un recorrido a través de fotos, cartas, documentos, recortes de prensa, camisetas, entre otros documentos que invitan, una vez más, a ejercitar la memoria.

¿Cuál es la frontera entre la Nora Cortiñas madre militante y su vida íntima? ¿Cuándo asistía a un evento en modo madre de Plaza de Mayo y cuándo iba de forma autónoma? A estas preguntas se enfrentaron quienes reconstruyeron su archivo intentando comprender y mostrar su figura en todas sus dimensiones.

“No queríamos hacer solo una muestra sobre Norita, sino también sobre el archivo, entendiendo que es muy importante difundir el valor de las documentaciones personales que muchas veces no son solamente personales”, sostiene Eugenia Sik en diálogo con ANCCOM. El ordenamiento de su archivo comenzó con conversaciones con la misma Norita, quien le otorgaba gran importancia a su legado: “Valorar estos archivos es una apuesta por la apertura de otros. Fue una de las demandas de Norita y muchos otros militantes: que se abran los archivos del período de la última dictadura militar para saber qué ocurrió con los militantes desaparecidos”.

Al abrir la muestra, desde el CeDInCI recuerdan el acto inaugural de su propio espacio: Norita estaba ahí, como siempre. “¿Cómo se nombraría a Norita en las luchas de hoy?”, se pregunta Ana María Careaga, sobreviviente de la dictadura y una de las panelistas que da comienzo a la exhibición. Ella misma responde: “Sería estudiante, jubilada, trabajadora. Si bien ya tenemos acceso a muchos de sus registros, acceder a este archivo inédito es una forma de ponerla en diálogo con nuestro presente histórico de manera novedosa».

Tratándose de un archivo inmenso, las curadoras decidieron abordar cuatro recorridos para su selección. Uno de ellos se centra en la tensión entre lo personal y lo político, destacando su intimidad, por ejemplo, como trabajadora del sector de costura.

“Queríamos mostrar a Norita de vacaciones, porque también queremos ver esa Norita que todos conocemos y admiramos por la vitalidad y humor que irradiaba”, cuenta Sik. Este recorrido refleja su vida cotidiana y la irrupción del terrorismo de Estado que desapareció a su hijo. “También mostramos algunos afiches en contra de las madres. Hay uno muy intimidatorio y que resuena mucho en la actualidad, que pone hasta la dirección de la casa y entre otras cosas, la acusa de mala madre. Esas cosas que hoy en día, también se han transformado en algo muy común”, alerta Sik. Otro eje de la muestra se centra en el papel de las madres. Y el último explora cómo Norita fue construyendo su agenda autónoma, su relación con los feminismos, con los movimientos de trabajadores campesinos, las luchas socioambientales, otros colectivos de familiares en otras partes del mundo.

Este año se terminó la etapa de ordenamiento del archivo; estaba previsto que estuviera Norita en la exhibición. “Ahora la muestra adquiere otro sentido: honrarla y también en este contexto de crueldad se pone en agenda tantas causas por las que Norita luchó”, sostiene Sik.

La exhibición estará disponible de lunes a viernes, de 10:00 a 19:00 hasta febrero de 2025. Se encuentra en la sala de exhibiciones Clément Moreau del CeDinCI, ubicado en Rodriguez Peña 356.

 

Pañuelos al viento

Pañuelos al viento

Una conmovida multitud se reunió en el predio de la Exmansión Seré para despedir a la madre de Plaza de Mayo Nora Cortiñas, entrañable luchadora por los derechos humanos y por mil causas justas. Una mujer fundamental para la democracia y la historia argentina.

Una cabeza con un pañuelo blanco se mueve lenta pero segura por una multitud eufórica que la aplaude y vitorea. Elia Espen llega hasta donde descansa Norita, le susurra algo a su compañera de lucha, agarra el micrófono y afirma: “Acá estamos las locas de Plaza de Mayo, como nos decían. Somos las locas que pretenden la verdad y la justicia. Nora presente, ahora y siempre”.

Este viernes 31 de mayo, miles de personas se congregaron en el predio del excentro clandestino de detención, tortura y exterminio Mansión Seré, reconvertido en un microestadio y en sitio de la memoria, en Morón, para darle la despedida a Nora Cortiñas.

Los concurrentes dejaron sus palabras en cientos de pañuelos blancos de papel pegados en los vidrios, con palabras y frases en memoria a la homenajeada. “Los seres de luz traen luz, se van y la dejan. ¡Hasta la victoria y siempre Norita!”, rezaba una de esas dedicatorias.

Durante la jornada algunas de las compañeras de Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora se acercaron a despedirla. Una de las primeras fue Taty Almeida, acompañada de familiares, amigos y compañeros. En su discurso, Taty afirmó: “No nos han vencido y seguiremos luchando ahora y siempre”.  Más tarde se sumó Espen, que dio un discurso con un emotivo cierre: “Nora, descansá tranquila, te aseguro que no vamos a abandonar la lucha contra estos malditos genocidas sin corazón, que lo único que les interesa es hacer mal y matar a todos los que piensan diferente. Más de 40 años en búsqueda de la verdad que seguirán nuestros descendientes. Te queremos.”

La luz que se filtraba por las ventanas del lugar iluminaba los sentidos abrazos entre los asistentes. Vecinos de la zona, amigos, familiares  e incluso compañeros de la militancia asistieron al adiós. Algunos se acercaron con presentes: fotos junto a ella, remeras, flores, corazones y cartas. El sentimiento de tristeza era general, pero también había una chispa de esperanza: la intrépida Norita y su incansable lucha con las Madres de Plaza de Mayo quedará para siempre marcada en la historia argentina y en los corazones del pueblo. Entre abrazos, lágrimas, emoción y aplausos, cada una de las personas que estuvieron presentes dejaron un pedazo de cada uno, para seguir recordándola.

 “Estoy acá por el legado de lucha que nos dejó, una persona tan importante para los derechos humanos”, comentó a ANCCOM Ayelén Caudillo, una joven que asistió a la despedida. Alejandra Barrios, que conocía a Nora, dijo entre lágrimas: “Estoy muy interpelada, porque ella siempre estuvo al lado de la gente que la necesitó y la verdad es que me conmueve este lugar, en donde ella vino a buscar a su hijo, donde gritó su nombre, donde la sacaron a los tiros… Espero que, por fin, lo pueda abrazar, aunque sea. Que llegue al fin ese abrazo tan esperado”. Por su parte Bárbara, militante política y figura cercana a Cortiñas, declaró: “Uno se siente huérfano, por más que hayas tenido vínculo directo o no, ella era un respaldo para todos: acompañaba en todas las luchas, por más pequeña e impopular que fuera. El grito que tenía al final de cada actividad era un grito de esperanza y convicción”.

 “Nosotras nos vamos muriendo pero confiamos en ustedes, en la juventud, para que recoja las banderas que nos dejaron nuestros hijos y nuestras hijas”, había dicho Nora Cortiñas hace exactamente un año.

Nora Morales de Cortiñas nació el 22 de marzo de 1930 en Buenos Aires. Fue militante y defensora de los derechos humanos en nuestro país, cofundadora de Madres de Plaza de Mayo y posteriormente de Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora. En la noche de ayer, 30 de mayo, Norita –como todos le decían- se murió. Fue psicóloga social y profesora en la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad de Buenos Aires. Desde 1998 y hasta ahora fue titular de la Cátedra de “Poder Económico y Derechos Humanos”. Como académica ha realizado análisis y estudios acerca de la relación entre la dictadura militar, la deuda externa y la crisis económica en Argentina.

Su hijo Carlos Gustavo Cortiñas era militante del Partido Justicialista y de la organización Montoneros en la Villa 31. Además trabajaba en el Ministerio de Economía de la Nación, tras haber pasado anteriormente por el INDEC y la Comisión Nacional de Valores. Fue detenido-desaparecido por miembros de las Fuerzas Armadas en la localidad de Castelar, en el partido bonaerense de Morón, el 15 de abril de 1977. Desde ese año, Nora Cortiñas formó parte de las Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora, organización que reclama a las autoridades estatales el castigo para los culpables de los secuestros, torturas y desapariciones forzadas de alrededor de 30.000 personas durante la última dictadura militar. Además quiere conocer qué pasó con cada uno de ellos.

En mayo de 2023, Norita afirmó en una entrevista: “Nosotras nos vamos muriendo pero confiamos en ustedes, en la juventud, para que recoja las banderas que nos dejaron nuestros hijos y nuestras hijas”. Este mensaje para la posteridad es un llamado para que las siguientes generaciones sigan luchando por las causas de derechos humanos.

¡Hasta la Norita, siempre!

¡Hasta la Norita, siempre!

De manera espontánea, numerosas personas se acercaron a la Plaza de Mayo para homenajear a la militante social Nora Cortiñas cuando se enteraron de su muerte, en la noche del jueves. Rondas a la Pirámide, ofrendas y vítores dedicados a la cofundadora de Madres y defensora de todas las causas justas. Mirá la galería de fotos de ANCCOM.

«Si es necesario salgamos a la calle todos los días»

«Si es necesario salgamos a la calle todos los días»

La 43ª Marcha de la Resistencia tuvo lugar una vez más en Plaza de Mayo. Teñida por el retorno del discurso negacionista, oganizaciones defensoras de los derechos humanos, movimientos sociales, culturales y partidos políticos reivindicaron a los 30.000 desaparecidos y renovaron la exigencia de memoria, verdad y justicia.

A tres días de la asunción de Javier Milei, como cada año desde hace más de cuatro décadas, organizaciones de derechos humanos, sociales y la izquierda se concovaron en Plaza de Mayo para renovar las consignas históricas del movimiento de memoria, verdad y justicia contra el genocidio, la impunidad y el negacionismo. Como cada jueves, hubo sendas movilizaciones de la Asociación Madres de Plaza de Mayo -que organizaron su tradicional acto- y de las Madres de la Línea Fundadora. Ambas dieron vueltas, acompañadas por una multitud, en torno a la histórica pirámide en su Marcha de la Resistencia número 43.

Las consignas “¡47 años de lucha!”, “Apertura de los archivos de la represión”, “Son 30.000”, “Es genocidio”, “¡30.000 detenidos y detenidas desaparecidos presentes, ahora y siempre!” cobraron una nueva dimensión este año, cruzado por una campaña electoral en la que afloraron como pocas veces antes discursos negacionistas de parte de la fuerza política que este domingo accede a la presidencia de la nación.

Del lado sur de la plaza, a pocos pasos de la calle Defensa, en una pequeña tarima el sobreviviente de la dictadura Carlos Loza conversaba con los miembros del colectivo de comunicación La Retaguardia sobre los juicios a los genocidas, la histórica demanda de la apertura de los archivos históricos de la dictadura y la situación del campo de deportes de la Armada detrás del predio de la ESMA. Cerca de la tarima La Banda del Pañuelo, un grupo cultural que desde hace seis años acompaña a las Madres de la Plaza de Mayo – Línea Fundadora en sus rondas, dibujó en el suelo un mural comunitario con enormes pañuelos de colores. Su diseñador, que se identificó como Iván, explicó a ANCCOM el concepto de la obra: “Armamos un pañuelo grande y dentro de él van nombres de pila de desaparecidos en la dictadura. Se acercan a pintar ese nombre sus familiares, y alrededor del pañuelo hay unas flores azucenas –por su fundadora de la organización, la desaparecida Madre Azucena Villaflor– y una mariposa.” 

Las Madres se juntan al lado del bebedero que está frente al acceso a la estación del subte A cada jueves desde hace 47 años, y marchan a las tres y media de la tarde. “Acompañamos desde el lado cultural porque entendemos también que somos la generación que tiene que seguir esta línea histórica, la continuidad de la memoria, la justicia y la verdad” expresó.

Ya con la tarima rodeada con mucha más gente, se pronunció Elia Espen quien emocionada manifestó que “cuando todos los genocidas sean enjuiciados y no protegidos diremos, queridos hijos, padres, hermanos: ´¡Cumplimos!´. Pero como no creo que eso ocurra, pediremos juicio y castigo a todos los genocidas.” Sin quitarse sus enormes lentes oscuros, aseguró que se aproximan momentos difíciles en la Argentina, pero que las Madres no se callarán y seguirán defendiendo la verdad y la justicia. Espen mostró su desacuerdo con lo que denominó la “politización partidaria” del Día Nacional de la Memoria, la Verdad y la Justicia y las disputas entre los organismos de derechos humanos: “Consiguieron separar a los organismos, hacer que nos miremos todos como enemigos por pensar diferente. En todo caso, somos disidentes”, expresó. Según ella, «ante los que conjugan el verbo obedecer, yo conjugo el verbo no perdono y no olvido. ¿Qué pretenden que nos abracemos con los genocidas?», reprochó y prometió que hasta su «último suspiro» va a continuar pidiendo que «se abran los archivos» de la última dictadura militar.

El cierre del acto fue encabezado por Nora Cortiñas, quien manifestó que a pesar de los resultados adversos en las pasadas elecciones nacionales “tenemos mucho para hacer y decir y vamos a seguir, no vamos a bajar los brazos”. También resaltó que es necesario que permanezcan juntas como lo han hecho en los últimos 47 años y que la unidad es la que permitirá lograr que la justicia siga funcionando y no se pare ninguno de los juicios en contra de quienes violaron los derechos humanos durante la dictadura. Además cuestionó algunas de las medidas del plan de gobierno del presidente por asumir, Javier Milei “Nos enteramos que quieren sacar la ESI de los colegios, no los dejemos, salgamos a la calle todos los días si es necesario”. Cortiñas destacó que “lo otro que tenemos que lograr es que dejen en libertad a Milagro Sala ¡ya!, ¡ya!”. Sentada en su silla de ruedas, presentó las consignas de la marcha que fueron “que se abran los archivos” y “que sigan los juicios”, aunque también hizo un llamado a estar atentos antes muchas otras consignas que se tendrán que seguir manteniendo y planteó la necesidad de usar mecanismos como el volanteo en las calles del país.

 Otra de las madres que estuvo presente en la tarima, al lado de Espen y Cortiñas, fue Mirta Acuña de Baravalle. Luego de sus discursos, las Madres hicieron sus vueltas alrededor de la Pirámide de Mayo, y tras la tercera vuelta se acercaron al mural de La Banda del Pañuelo en donde las tres colocaron el nombre de sus hijos desaparecidos. Elia Espen plasmó el nombre de Hugo Orlando; Mirta Acuña de Baravalle escribió los nombres de Anita, su hija embarazada y Julio, su yerno, además de “Camila o Ernesto” en referencia al nombre que habría tenido su nieto. Por último, Nora Cortiñas pintó el nombre de Gustavo y la frase “¡Venceremos!”. La actriz Cristina Banegas leyó poemas, y el final del acto estuvo a cargo de Lidia Borda que junto a las madres entonó la canción de Maria Elena Walsh “Como la cigarra”. 

Sobre la Marcha de la Resistencia que las Madres realizaron por primera vez en 1981, Cortiñas recordó que las hacían «por 24 horas, de 15.30 a las 15.30 del día siguiente» pero, dijo, «ahora estamos muchas madres enfermas y aunque quisiéramos no podríamos». Por eso, convocó «a los jóvenes» y a las generaciones que vienen a que «si algún día se nos ocurriera que hay que salir 24 horas, nos acompañen». La respuesta fueron aplausos y puños en alto. Luego, siempre fiel a mencionar todo tipo de reclamo, exigió que las «comunidades indígenas reciban sus tierras».

“Sobre este pueblo ha caído una niebla intensa”

Más temprano gente suelta, turistas y algunos militantes ya se encontraban dispersos alrededor de Plaza de Mayo vieron llegar una combi blanca estampada con el nombre “Madres de Plaza de Mayo”. En seguida, los presentes en la plaza comenzaron a rodear el vehículo del que bajaron, junto a familiares, las integrantes de la Asociación Carmen Arias y Sara Mrad, referente de las Madres en Tucumán. Empujadas en sillas de ruedas por sus acompañantes y protegidas del sol con sombrillas circularon en torno a la Pirámide mientras la multitud entonaba “Vamos las madres, con fuerza vamo’ al frente que se los pide toda la gente. Una bandera que diga ‘gracias, madres’ por ser siempre el ejemplo en la lucha popular”. Junto a los gritos y aplausos los bombos también se escuchaban en el recorrido. “Montalvo, Carlos Alberto” recitaba una voz desde uno de los costados de la plaza. “¡Presente!” respondían a voz fuerte los presentes. “Montaño Carvajal, Felix” de nuevo, “¡Presente!”. Y así, iban repasando los nombres de cada uno de los desaparecidos durante la última dictadura militar. 

Ya bajo la sombra de los gazebos azules, la directora de la Universidad Nacional de las Madres de Plaza de Mayo (UNMA), Cristina Caamaño leyó una resolución publicada el 4 de diciembre en honor al cumpleaños de Hebe de Bonafini. Luego de hacer un recorrido por su vida y trayectoria, en la que la describió como un “símbolo de dignidad, coraje y lucha por la memoria, verdad y justicia”, Caamaño le otorgó el título póstumo de Doctora Honoris Causa a Bonafini. La condecoración fue recibida por Carmen Arias en medio de las voces que coreaban “Se siente, se siente, Hebe está presente”. 

A su turno, Sara Mrad habló del nuevo escenario político que inicia su gestión oficialmente el diez de diciembre “Sobre esta patria, sobre este pueblo ha caído una niebla intensa que pareciera impenetrable, pero los pueblos sabemos cómo vamos a seguir la ruta y vamos a pelear porque traemos cientos de años de historia”. Y remarcó la importancia de resistir y sostener la lucha por siempre. Rodeadas por personas queriendo fotografiarse junto a ellas, las madres fueron trasladadas nuevamente a la combi para retirarse. 

Los que acompañaron a las Madres

Marcharon junto a las Madres el Servicio de Paz y Justicia (Serpaj), el Centro de Abogados por Derechos Humanos (CADHU), el Centro de Profesionales por los Derechos Humanos (Ceprodh), el Frente de Organizaciones en Lucha (FOL), el Nuevo MAS, la Izquierda Socialista, el Partido Obrero y el PTS, entre otros.

También estuvieron presentes delegaciones de Suteba Tigre, Ademys, trabajadores de Fate, FPDS CP, FOL, Coordinadora por el Cambio Social, Cuba MTR, PRML, Resistir y Luchar, FOB, FAR, Libres del Sur, MAS, La Poderosa y Kolina. 

Además, acompañaron la legisladora porteña Alejandrina Barry (hija de desaparecidos), el abogado Matías Aufieri y el politólogo Leo Deza (nieto de víctima de la Triple A). Se acercó, también, Sergio Maldonado, hermano del desaparecido Santiago Maldonado. Sumándose a la Marcha de la Resistencia hubo otras actividades. A las 16:30 la colectividad peruana marchó hacia el Consulado de ese país hermano a un año del golpe de Dina Boluarte. Y posteriormente a la Marcha, César Arakaki (condenado por la movilización de diciembre de 2017 en el Congreso) junto a otros actores representaron en la Plaza la pieza teatral Tintorero para seguir reclamando su absolución.