Hubo 181 femicidios en lo que va del año

Hubo 181 femicidios en lo que va del año

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A 30 años del caso de María Soledad Morales, asesinada en San Salvador del Valle de Catamarca, a pocos días del femicidio de la niña de 14 años Ludmila Pretti en Moreno, provincia de Buenos Aires, y a una semana de la liberación de Néstor Pavón en Entre Ríos, condenado por el encubrimiento del asesinato de Micaela García, -crimen que impulsó al Congreso de la Nación a sancionar la Ley de Capactación Obligatoria en Género y violencia contra las mujeres-, el Observatorio de “Mujeres, Disidencias, Derechos” de MuMaLa presentó el resultado de su Registro Nacional de Femicidios.

Un total de 181 son los femicidios que se relevaron en nuestro país entre el 1 de enero y el 30 de agosto de 2020. Según este registro, 118 casos fueron en contexto de pandemia. El informe revela un femicidio cada 32 horas. Además, hubo 167 ataques denunciados; y, 193 niñas, niños y adolescentes que quedaron sin madre. 

“Nosotras iniciamos el Observatorio como resultado de la demanda del 3 de junio de 2015, con la marcha histórica de Ni una Menos. Uno de los reclamos que se hacía en aquel momento tenía que ver con que no existían datos que dieran cuenta de la cantidad de femicidios por año”, cuenta Silvia Ferreyra. 

Las provincias con mayor número de casos son Tucumán, Misiones, Catamarca, Chaco, Salta y Santa Fe. 

Las estadísticas son elaboradas a partir de la información proporcionada por publicaciones gráficas y digitales de medios nacionales, provinciales y locales. 

“Tenemos un desarrollo territorial en todas las provincias del país. Hacemos el relevamiento en todas las provincias, 23 distritos, más la Ciudad de Buenos Aires”, explica Silvia para mostrar que se trata de un problema que no discrimina localidades. 

Desde el colectivo feminista se realizan acciones para concientizar, prevenir y actuar sobre la violencia de género. Sus integrantes explican cómo abordar los casos de femicidios, y cuáles son los mecanismos para proteger a las víctimas y dar a conocer herramientas del Estado en favor de ellas. 

“En el caso Ludmila se habla mucho sobre qué hacía una piba de esa edad en una fiesta, pero de lo que no terminamos hablando es respecto a la agresión en sí. En el caso de María Soledad Morales han pasado 30 años y, sin embargo, se repiten los mismos errores sistemáticos en los periodistas, revictimizando a las víctimas”, analiza Ferreyra haciendo foco en que son los propios medios de comunicación los que terminan naturalizando los hechos de violencia bajo una cultura machista.

El 41 por ciento de los femicidios lo comete la pareja de la víctima, un 22 por ciento lo ejecutan exparejas.

El informe del Observatorio detalla que de ese  total de 181 casos registrados, 161 fueron femicidios directos, 7 femicidios vinculados de niñas y mujeres, 9 femicidios fueron vinculados de niños y varones, y 4 trans/travesticidios. 

El agravamiento por el vínculo está incluido en los incisos 11 y 12 del artículo 80 del Código Penal recién desde 2012, con la modificación realizada por la Ley 26.791. Allí la norma es clara al tipificar la acción, cuando caracteriza  la agresión hacia “una mujer cuando el hecho sea perpetrado por un hombre y mediare violencia de género” (…) “Con el propósito de causar sufrimiento a una persona con la que se mantiene o ha mantenido una relación”.

La mayor tasa de femicidios la tiene el Norte de nuestro país. Las provincias con mayor número de casos son: Tucumán, Misiones, Catamarca, Chaco y Salta, con  Santa Fe que se mete desde el litoral dentro de este grupo. 

Otro dato de importancia son las referencias al lugar en donde ocurren los hechos. El 36 por ciento lo ocupa la vivienda de la víctima, le sigue con el 32 por ciento la vivienda compartida con el agresor; mientras la vía pública baja a un 12. Lo cual demuestra que la violencia machista es mayor dentro de espacios privados y propios a un contexto de intimidad. Esto advierte que la problemática se agudiza en un escenario de aislamiento social, preventivo y obligatorio.

Un 6 por ciento ocurre en la vivienda de un familiar, un 4 por ciento en la del femicida, otro 4 en propiedad privada de un tercero, y un 4 en descampados. El lugar de trabajo de la víctima se corresponde con el 2 por ciento de los casos.

El relevamiento incluye el tipo de vínculo entre la víctima y victimario. El 41 por ciento de los casos corresponde a la pareja, un 22 por ciento a exparejas y un 13 a familiares de la víctima. Un 12 por ciento corresponde a personas conocidas y un 6 a desconocidas. Queda otro 6 por ciento sin datos clasificables.

El informe también incorpora el mecanismo utilizado por los femicidas: los primeros lugares los ocupan las armas blancas (28 por ciento) y armas de fuego (24 por ciento). En casi una cuarta parte del total de los casos ha habido disparos y, en su mayoría, se realizaron con armas reglamentarias. 

“Siempre hay un porcentaje de agresores que son integrantes de las Fuerzas de Seguridad. A nuestro entender, esto tiene que derivar en alguna política pública como retirar el arma a aquellos agentes con denuncias de violencia de género. Estamos hablando que el 8 por ciento del total de los femicidas han sido miembros o pertenecen a las fuerzas”, afirma Ferreyra.

Las estadísticas destacan que el 45 por ciento de las víctimas tenía entre 19 y 40 años, el 56 por ciento de ellas ternía hijos o hijas y el 20 por ciento había denunciado a su agresor. En otras palabras, casi la mitad de los crímenes podrían haberse evitado por denuncias preexistentes.

Antes de marzo, se cometía un femicidio cada 29 horas y,  en la actualidad es uno cada 32, lo que implicaría una levísima mejora. 

En casi una cuarta parte del total de los casos ha habido disparos y, en su mayoría, se realizaron con armas reglamentarias. 

“Más del 60 por ciento de las víctimas han sido asesinadas en su hogar o en un hogar compartido por su agresor. Por esto, nos parece claro que las medidas de aislamiento lógicamente no favorecen las políticas de prevención de estos crímenes. El hogar no es un lugar seguro para las víctimas”, sostiene la Coordinadora de MuMaLa.

Durante la pandemia, desde el nuevo  Ministerio de las Mujeres, Géneros y Diversidad, a cargo de Elizabeth Gómez Alcorta, se incorporó la resolución 15/2020 donde el Estado  tiene la obligación de garantizar a las mujeres y a las personas LGTBIQ el derecho a una vida libre de violencias. La misma posibilita el traslado de la víctima sin ningún permiso especial previo en caso de violencia de género. 

“Si bien existe la resolución 15/2020 que posibilita el traslado de la víctima, muchas veces es difícil su instrumentación porque depende de las medidas de aislamiento de cada jurisdicción. Tienen que existir organismos o espacios del ámbito del Estado con capacidad real, concreta, material para poder hacer un proceso de acompañamiento en situaciones críticas”, continúa Ferreyra.

Según cifras del Observatorio, más del 80 por ciento de las víctimas de femicidio no habían acudido al Estado en busca de asistencia. “La Justicia es una de las instituciones que más nos debe como sociedad y una de las instituciones que menos credibilidad genera. Las víctimas no ven a la Justicia como una herramienta que actúe a su favor. A 30 años del caso de María Soledad vemos todavía cómo la impunidad opera en altas esferas del poder. El caso de María Soledad es un caso testigo de todo esto”, agrega Ferreyra con atención a la matriz política que caracterizó ese caso conocido como el de “los hijos del poder”, y por el cual a los 14 años de ese asesinato no quedaba ninguno de los condenados presos. 

Del informe surge un reclamo abierto a los tres poderes del Estado para priorizar aún más la asignación de recursos destinados al abordaje integral de políticas para mujeres e integrantes del colectivo LGTBIQ, junto con la urgencia de avanzar con la implementación de la Ley Micaela, como principal herramienta en todas las instituciones del Estado. 

“Cobramos menos de la mitad de lo que cobran ellos”

“Cobramos menos de la mitad de lo que cobran ellos”

Catalina Pella

En un deporte regido por las desigualdades en los ingresos entre hombres y mujeres, con 26 años, la bahiense Catalina Pella da batalla ante una realidad que la interpela, y le es injusta en el mundo del tenis.

Pella es la cuarta mujer argentina mejor rankeada de la WTA (Women Tennis Association) en el puesto 387, y al igual que el país, atraviesa una situación económica delicada. En la actualidad, Pella se encuentra disputando el grupo americano de la Fed Cup junto con el combinado argentino, y entiende que su camino hoy pasa por competir en torneos de menor trascendencia, con el objetivo de solucionar en el corto plazo la crisis financiera y defender su ranking de la WTA, pero también el de la ITF, donde se encuentra en el puesto 288.

¿Cómo ves tu momento profesional actual?

Estoy pasando por una situación económica bastante complicada. Es por esto que estoy jugando interclubes, futures y algunos challengers para sobrevivir.  Me estoy yendo a Europa en abril y me quedo ahí un tiempo. Además tengo que defender mi ranking. En definitiva, tengo que aceptar el momento en el que estoy. Ha sido muy difícil. Mi hermano -el tenista Guido Pella quien acaba de recibir su primer título ATP en San Pablo- me ofreció ayuda económica, pero estoy en una etapa que necesito hacerlo yo. Estoy tranquila, entrenando lo más que puedo para competir, para dar lo mejor de mí.

¿Cuáles son tus expectativas en Europa?

Me llevó muchos meses aceptar esta situación, pero estoy con la cabeza más tranquila. Además esto me va a ayudar para el día de mañana estar bien parada para volver a competir con muchas más ganas y ya disputar torneos profesionales. La carrera son dmomentos y esto te motiva a volver con todo y competir al mejor nivel.

La ITF (lo que no es ATP/profesionalismo) modificó estructuras en marzo del 2017, con la idea de generar más torneos y dinero para competiciones más pequeñas. ¿Cómo es la situación del tenis femenino a nivel mundial?

La realidad es que no hay tantos torneos más. Se da una tremenda desigualdad. Es muchísimo mayor la cantidad de torneos que juegan los hombres, que los que juegan las mujeres. Nosotras cobramos menos de la mitad de que lo que cobran ellos, a nivel WTA y a nivel Challenger. Yo esperaba más cambios.

Serena Williams fue mofada por la prensa al quejarse frente a la umpire en la final del US Open de 2018. La burla fue automáticamente calificada como sexista y machista. ¿Qué lugar ocupa la mujer en el deporte y qué avances ha habido?

La mujer ha estado sometida en muchos aspectos, pero esto ha evolucionado con el tiempo. A pesar de ello no entiendo por qué las grandes tenistas como (NdeE.: María) Sharapova o (NdeE.:Simona) Halep no hablan de estas desigualdades. Donde en un torneo como un Grand Slam se dice abiertamente que no ganará lo mismo la mujer que el hombre. No sé si están muy preservadas ellas o qué. Pero Andy Murray ha hecho más por el tenis femenino que ellas. Ha dicho muchas veces que los logros nuestros son menospreciados dentro del mundo del tenis. No me entra en la cabeza pensar que haya tanta desigualdad y que las mujeres lo acepten.

Si bien han crecido las publicidades que abogan por el poder de la mujer ¿Las marcas y los grandes torneos inciden en la desigualdad de género?

Yo creo que sí. Es muy loco pensar que una mujer que gana un torneo WTA, gane determinado dinero, y no gane lo mismo que el varón que ganó el mismo trofeo ATP. Yo no creo que a la mujer le dé lo mimo.

Ya de por sí la Asociación de Tenis Profesional se diferencia de la WTA, cuando se supone, por su nombre, que nuclea a todo el mundo de la raqueta. ¿Formás parte de alguna organización que lleve adelante este reclamo?

No, pero es porque soy muy tranquila. No me gusta el quilombo para nada. Pero lucho mucho por la igualdad. He tenido miles de peleas. Y hasta desde la AAT me dan la razón, y me dicen que es verdad. Pero eso queda en la nada y hay que cambiarlo. De todas maneras, la mujer ha tomado más fuerza en esto de la igualdad. Pero todavía no se nos escucha. Se nos va a escuchar. Lo de que la mujer es inferior es de dinosaurios, pero estamos muy lejos aún.

Sos integrante del equipo de la FED Cup, torneo que nuclea a hombres y mujeres, entre singles y dobles. ¿Cómo fue tu experiencia y qué te parece esta iniciativa que comenzó en 1995?

El formato está buenísimo. Este año se le ha dado más importancia que años anteriores. Creo que es gracias a que gente como Mercedes Paz, Florencia Labat y Gabriela Sabatini le hayan estado atrás.

El tenis enfrenta un gran monstruo que es la televisación y la comercialización de los torneos. Las modificaciones de ATP e ITF ¿Cómo ves este cambio de dinámica y el lugar de la mujer en el circuito?

No me parece mal. El tenis es muy blanco o negro. Lo que quiso hacer la ITF, es decir: si sos bueno en esto, vas a perdurar. Había muchos jugadores grises que sólo tomaban al deporte como un trabajo y entonces no dejaban pasar a los juniors que son realmente buenos. Hubo muchas chicas sudamericanas que no pudieron ganar plata, porque había muchos de estos grises que impedían que se desarrollen. Entonces, yo creo que si vos no sos bueno y no te entrenas a morir, no vas a seguir. El objetivo no es el de cortar jugadores. Si logro superar esto, puedo ganar más plata. Todavía se está acomodando. Falta tiempo.

¿Quiénes son esos grises?

Gente que no disputaba otra cosa que futures -torneos en menor escala que una competencia ATP, que dan entre 15.000 y 25.000 dólares de premios-, porque les quedaba cómodo. Medio mediocre. Y yo soy, al igual que Guido y mi familia, al 100 por ciento. Yo voy a la guerra y doy todo. Yo creo que lo que trataron de hacer es hacerles ver a los jugadores qué es el sacrificio.

Agustín Calleri asumió en mayo la presidencia de la AAT. ¿Cómo se está dando esta nueva gestión en relación a las mujeres?

A priori, hay mucha más comunicación. Claramente todavía no pueden hacer nada, pero como la gestión anterior no fue la mejor… Han prometido que haya más torneos femeninos. Deseo con todo mi corazón que así sea, pero hay que esperar. Expectativas hay.

¿Cómo ves la inclusión de Córdoba en el circuito de torneos ATP?

Es bueno para el tenis argentino en general. Pero no incluye a la mujer. Lamentablemente se dividen el varón y la mujer. Y por eso hay que irse. Acá es muy complicado. Con lo que hay, no se puede hacer.

Hablando de referentes como Sabatini, Paola Suárez: ¿Cómo es ese diálogo. Han tomado este reclamo del tenis femenino?

Gabriela es por de más humilde, pero prefiero hablar con Mecha (NdeE.: Mecha Paz) y Flor (N.deE.: Labat) o con gente de la asociación. Tengo más contacto con la gente que fue partícipe de la FED. Sé que están y hemos hablado, tengo más confianza. Y además entre nosotras nos hemos unido un poco más. Hemos estado muy solas. Yo creo que ahora que soy más grande me di cuenta que juntas somos más. Capaz uno de chico dice: “Esto no me incumbe, o no me toca directamente”. Quizá para no complicarte, porque el tenis se convierte en tu vida y no haces más que respirar tenis, por ahí no te querés distraer. Pero hoy, siendo más grande, sé cómo diferenciar las cosas y me di cuenta que juntas podemos más.

“Somos sujetos de derechos”

“Somos sujetos de derechos”

Las autodenominadas trabajadoras sexuales realizaron un Congreso Nacional, el primero en Argentina, para debatir sobre el proyecto de ley que busca el reconocimiento de derechos laborales. El encuentro, realizado en el Hotel Bauen, reunió a más de cien mujeres de doce provincias durante cuatro días y finalizó con un abrazo al Palacio Legislativo el 2 de junio, Día Internacional de las Trabajadoras Sexuales. En medio de la acción, alzaron sus paraguas rojos, símbolo internacional de su actividad.

«Siempre tratamos que nuestro día sea de lucha. Tomamos las calles para visibilizar que estamos organizadas. Reclamamos por la violencia institucional y las detenciones arbitrarias que sufrimos, y para pedir reconocimiento de nuestro trabajo», dijo a ANCCOM Georgina Orellano, la secretaria general nacional de la Asociación de Mujeres Meretrices de la Argentina (AMMAR).

Las trabajadoras nucleadas en la Asociación ya habían presentado en 2013 un proyecto de ley junto al senador Osvaldo López, pero no fue debatido en el Congreso y perdió estado parlamentario. El nuevo proyecto busca que se las reconozca como sujetos de derechos para poder realizar aportes jubilatorios, contar con una obra social; además de impedir o y contrarrestar la violencia institucional que sufren, como  allanamientos en sus casas, detenciones arbitrarias, pedido de coimas o apropiación de sus pertenencias por parte de la policía. También, suponen, ayudaría a quitar el estigma a social que tiene su actividad.

Mujera con la cara pintada levanta un cartel que dice "DERECHOS LABORALES PARA LXS TRABAJADORES SEXUALES"

Las trabajadoras sexuales realizaron un Congreso Nacional, el primero en Argentina, para debatir sobre el proyecto de ley que busca el reconocimiento de derechos laborales.

Las trabajadoras consideraron debatir el proyecto nuevamente, reformular el que habían entregado en 2013, porque se dieron cuenta que el anterior tenía rasgos higienistas, es decir, de un modelo que considera al trabajo sexual como algo que debe ser controlado desde un punto de vista principalmente médico. Exigía a las trabajadoras libretas sanitarias, carnets, o estar registradas. La abogada de AMMAR, Agustina Iglesias Skulj, explicó a ANCCOM: «Si se formaliza la actividad de las trabajadoras sexuales habrá que crear otro sistema que se corresponda con su propia actividad porque, en realidad, si bien el término de libreta sanitaria se puede utilizar en otros trabajos, consiste en dos tratamientos completamente diferentes. El tratamiento que recibe una trabajadora sexual en un régimen reglamentarista de libreta sanitaria no es la misma opresión ni carga con el mismo estigma que el caso de cualquier otro trabajador o trabajadora».

El trabajo sexual no está penalizado por el Código de Penal de la Nación. Está regulado en los Códigos de Faltas y Contravenciones provinciales y de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, por lo cual, aparece como una falta a la moral y a las buenas costumbres. Según un trabajo del Instituto de Estudios Comparados en Ciencias Penales y Sociales (INECIP), la mayoría de estos códigos penaliza el trabajo sexual ya que diez provincias le confieren multa y/o arresto, seis provincias sólo arresto y en otros casos se aplica multa y/o trabajo comunitario. Además, las mujeres nucleadas en AMMAR dicen que la Ley de Prevención y Sanción de la Trata de Personas, que busca erradicar la explotación sexual, tiene aspectos que recaen sobre su trabajo y lo criminalizan.

María Riot es actriz porno y se autodefine como trabajadora sexual, tiene 25 años y está afiliada a AMMAR. En diálogo con ANCCOM, expresó que para la sociedad y el Estado la trata es igual que el trabajo sexual: «La modificación de la Ley de Trata hizo que se le quitara el consentimiento a las trabajadoras sexuales, es decir, todas quedamos como víctimas o proxenetas». La normativa dice que se reprimirá con prisión a quien capte, traslade o acoja […] cuando mediare  engaño, intimidación […] u otro medio para conseguir el consentimiento de una persona que tenga autoridad sobre la víctima. Integrantes de AMMAR explicaron que muchas veces detienen a una de ellas por el hecho de ser la mayor que reside en la vivienda, o por ser la que tiene a su nombre los servicios, como la luz: por esos motivos es considerada una proxeneta. La abogada de AMMAR explicó: «Tenemos que mirar cuáles son los efectos materiales que producen las normas. Si bien el trabajo sexual no está criminalizado directamente, sí se criminaliza todo el entorno de las trabajadoras y cualquier tipo de vínculo asociativo o laboral para el desarrollo de su actividad, algo que necesariamente se crea, como en cualquier otro rubro o actividad».

Una mano maquillando a una cara con brillantina y piedritas de colores. De fondo se observa un banner de la CTA

«Vivimos en una sociedad que te obliga a sentir vergüenza por esto», dijo una de las trabajadoras.

El trabajador sexual Brune Gigi, afiliado en AMMAR de Mar del Plata, considera que mezclar la trata con el trabajo sexual es lo que no permite solucionar ninguna de las dos cosas. «Debe haber ayuda estatal para aquellas personas que están sometidas a situaciones de prostitución, y también un marco legal para las personas que sí queremos ejercer. Lo que diferencia la trata del trabajo sexual es la decisión de hacerlo por elección. No queremos ser vistos como víctimas, sino como personas que eligen su trabajo», dijo Brune. Él trabaja hace cinco años, siempre había tenido una fantasía de realizarlo pero no creía que pudiese hacerlo porque pensaba que no tenía la belleza asociada a este tipo de trabajo. A partir de mensajes que recibía por Facebook lo empezó a hacer como una picardía, y luego se dio cuenta que podía elegirlo como trabajo. «Vivimos en una sociedad que te obliga a sentir vergüenza por esto, muchas chicas no asisten a las marchas porque todavía lo viven con culpa. Hasta que un día empieza a ser su orgullo», confesó. Otra trabajadora afiliada en AMMAR es Ángeles Del Nilo, quien comenzó a trabajar porque le llamaba la atención, pero al mismo tiempo tenía muchos prejuicios. «Me fui informando, me pareció una manera viable de tener mi propio tiempo y de decidir. Hay riesgos pero como en cualquier otro trabajo. Opté por trabajar de manera independiente para sentirme cómoda y segura, encontrarme con el cliente en otro lugar que no fuera mi casa». Ángeles explica que desde la visión abolicionista del trabajo sexual, desde el Estado y la policía, se considera que ellas no tienen poder de decisión sobre sus cuerpos. «Una parte del feminismo entra en un error cuando cree que por ofrecer un servicio que está relacionado con el cuerpo es reducirnos a un objeto. El tema es tan tabú porque estamos trabajando con determinadas partes del cuerpo, y con nuestra sexualidad. En todos los trabajos uno pone su fuerza de trabajo, y eso no quiere decir que uno se esté vendiendo. Somos sujetos de derechos».

Dos mujeres, una con un antifaz, la otra con la cara pintada de brillantina, posan para la foto bajo un paraguas rojo. Una tiene en su mano un panfleto de AMMAR, la otra tiene puesta una remera con la frase "TRABAJO SEXUAL ES TRABAJO"

Los paraguas rojos, símbolo internacional de su actividad

 

Una mujer hablando por micrófono en el escenario, lleva la frase "PUTA FEMINISTA" en su remera. De atrás se observan las demás oradoras del acto, y unos paraguas rojos, símbolos del trabajo sexual.

«Tomamos las calles para visibilizar que estamos organizadas. Reclamamos por la violencia institucional y las detenciones arbitrarias que sufrimos».

Actualizada 06/06/2017

 

«La trata es un prostíbulo con pibas secuestradas y violadas 30 veces por día»

«La trata es un prostíbulo con pibas secuestradas y violadas 30 veces por día»

Margarita Meira estaba sentada tomando mate, rodeada de esos diminutos volantes que se ven pegados en las paradas de colectivos y en los tachos de basura, papelitos que esta vez tenían nombre y apellido, fechas de desaparición, y algunos de ellos, de fallecimiento. Todas chicas desaparecidas para ser prostituídas.

En Santiago del Estero 1662 funciona el espacio de la Asociación Madres Víctimas de Trata, junto a los volantes había mapas con las zonas marcadas de los secuestros y prostíbulos de la Ciudad de Buenos Aires. Un espacio que lucha contra la trata en pleno corazón del barrio de Constitución, ese pequeño lugar que Margarita comparte su tiempo con otro destino, el comedor Madres de Constitución ubicado a la vuelta, en el pasaje Ciudadela 1249. No hay hora ni minuto que no piense en su hija, y en ayudar a otras madres que estén pasando por lo mismo.

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¿Por qué formas parte de Madres Víctimas de Trata?

Yo soy mamá de Susi, desaparecida en 1991. Hace 24 años no se hablaba de trata, no había celulares y era muy poca la gente que tenía un teléfono de línea. Tuve que caminar muchísimo, estando embarazada de mi último hijo. Caminé muchísimo, conocí todo, llegué a la presidencia, a la SIDE, llegué a entender cómo funciona un Estado. Hace 24 años que pido justicia.

En cuanto a mi caso, mi hija ya está muerta, pero espero que mi experiencia ayude a que se haga justicia por las demás. Somos 15 madres, las nuevas Madres de Plaza de Mayo: estamos dando la vuelta a la pirámide el tercer viernes de cada mes pidiendo el cierre inmediato de los prostíbulos. Me acuerdo que cuando tenía 20 años desapareció una chica de apellido Penjerek y me quedó muy grabado eso ¿Cómo puede desaparecer una piba?, decía. Hace 40 años no me entraban en la cabeza estas cosas. Cuando me pasó a mi, no lo podía creer. No entendía, nadie hablaba de trata.

Contame sobre el caso de  tu hija.

Se llamaba Susana Becket y era estudiante, de 16 años, todavía no había cumplido 17. Un día Luis Rafael Olivera la engaña seduciendola y se hace pasar por el novio. En la SIDE me dijeron que iban a encontrar a mi hija, yo me ponía contenta de a ratos, pero después como no aparecía, seguía caminando y buscando. Mi marido perdió su trabajo y empezó a trabajar de taxista, y una noche me avisa que Susi tuvo un accidente y que estaba en la comisaría quinta.

¿Cuánto tiempo después de su desaparición?

Al año más o menos. Cuando llego a la comisaría me entero que había fallecido. Tuve que mentir cuando la policía me preguntó cómo me había enterado, tenía miedo que no me dieran el cuerpo y no la pudiera enterrar. No les quise decir que me enteré por mi marido, por un taxista amigo que llevaba frecuentemente al asesino de mi hija como pasajero. También me habían contado que mi hija estaba en Shampoo y en Cocodrilo. En ese entonces Gabriel Conde regenteaba Shampoo, y Cocodrilo estaba vinculado a Raúl Martins, agente de la SIDE. Yo qué iba a saber que cuando en la SIDE me decían que me iban a encontrar a Susi, eran ellos los que la tenían secuestrada en su prostíbulo.

Esos lugares siguieron funcionando…

Totalmente. En 2002, cuando desaparece Marita Verón, yo venía buscando a mi hija hace 10 años. Nunca conseguí justicia. La muerte de mi hija “era dudosa” y nadie fue declarado culpable. Ni siquiera hubo procesados. Apareció muerta en un departamento, le habían dejado el gas prendido…Su causa prescribió.

¿Cómo sobrellevaron el caso de Susana vos y tu familia?

En su momento para hacer un juicio tuve que esperar un tiempo, tenía que cuidar a mi bebé y a Guadalupe que tenía 5 años. Al más grande que tenía 13 no le di bolilla pensando que ya estaba crecido y no le iba a afectar. Y es el que más está afectado hasta el día de hoy. Los más chiquitos ni se dieron cuenta aparentemente. Yo soy viuda del papá de Susi y mi actual pareja crió a mi hijo más grande desde los dos años. Él decidió estudiar Derecho para entender un poco mejor todo lo que nos estaba pasando.

En ese momento aún no se había sancionado la Ley 26.364, en el año 2008, sobre la explotación y trata de personas ¿Sigue existiendo un vacío legal?

En esta lucha mi marido logró recibirse y pudimos ver mejor todos los agujeros que tiene la Ley. Cuando se hizo el borrador y su posterior tratamiento no nos dejaron participar. Si vos no tenés una hija desaparecida, no vas a hablar el mismo idioma que yo. Es nuestra lucha, pero hay mucho vacío legal y falta corregir la Ley. Por ejemplo, estamos pidiendo un banco para las huellas dactilares de los entierros NN. A Maida Natalí Castro la encontramos después de largo tiempo y había sido enterrada como NN porque los fiscales no hacen su trabajo. No sé para qué dejamos las huellas dactilares en el DNI si cuando nos encuentran muertas no nos investigan.

Siempre estuviste cerca de las luchas sociales, ¿es verdad que pusiste un comedor pensando que sería una situación momentánea y no pudiste cerrarlo hasta hoy?

En 1988 había mucha gente pedía comida y pensamos poner un comedor comunitario hasta que la situación mejorara un poco. Pero luego de la desaparición de mi hija yo también me quedé sin trabajo y empecé a trabajar como vendedora ambulante, pero gracias al comedor no pasé hambre y lo sigo sosteniendo hasta el día de hoy. Sobre todo para ayudar a otras madres. Porque cuando uno pierde una hija, pierde el trabajo, pierde todo, no tiene para comer.

¿Cómo definirías la trata de personas?

Cuando hablamos de víctimas de trata, nadie habla del prostíbulo. La trata es un prostíbulo donde tienen a las pibas secuestradas y violadas por más de 30 hombres por día y luego asesinadas porque no las pueden dejar libres. Eso es la trata de personas, no me vengan con que la trata de personas es el secuestro, el traslado, y demás: la trata es un prostíbulo con pibas secuestradas y violadas por más de 30 hombres por día, y hasta 60 hombres como dijo Elena Moncada.

¿Qué le exigen al Estado como asociación?

Las 15 madres nos vamos a presentar en todos los despachos de los funcionarios que son responsables de este delito aberrante y le vamos a exigir justicia. Además del banco de huellas dactilares, estamos pidiendo abogados querellantes para las víctimas y ayuda económica. Pedimos que el delito de trata sea de lesa humanidad. El Estado es proxeneta y es cómplice. Tenemos el ejemplo de Tierra del Fuego: Condorito Muñoz tiene 30 prostíbulos y nadie investiga dónde tiene la plata, tiene millones y nunca trabaja. La ciudad de Buenos Aires tiene 1200 prostíbulos y cualquiera puede ver, está inundado de papelitos de la trata. Esos papelitos no son cualquier cosa, son trata de personas. Cuando nosotras denunciamos que las fotos de las chicas que estaban en esos papelitos eran de chicas desaparecidas cometimos un error porque ahora las sacaron y ponen dibujitos para que no las podamos identificar.

Parece difícil exigirle al Estado que solucione algo de lo que es cómplice…

El Estado es cómplice porque cuando rescatamos a Soledad Pedraza, lo primero que hizo fue mostrarnos la página web del prostíbulo donde estuvo y nos señaló todas las pibas que estuvieron secuestradas con ella. Digo que el Estado es cómplice porque cuando unos chicos dijeron que iban a matar al Presidente, les allanaron la casa y les revisaron todo, ¿cómo no pueden ubicar esos prostíbulos de las páginas de Internet? No vamos a seguir permitiendo este Estado cómplice y proxeneta.

¿Para qué querés que sirva el caso de tu hija?

Para ayudar a los demás. La trata es un negocio millonario, es trata y droga; trata y armas. Y eso de que me digan que en todo el mundo pasa, a mi no me tranquiliza, yo quiero arreglar mi país después iré por otros países pero primero acá. Falta mucho, dentro de todo lo que nos estamos esforzando y luchando, falta mucho.

Un Arca de los niños

Un Arca de los niños

En el partido de Moreno existe una asociación civil que cuenta con 30 años de vida: el  Hogar de Niños El Arca de Noé, que mantiene una lucha social para lograr conquistas por los derechos de los niños. En la entidad,  el programa central se denomina “Ciudadanía con todos: promoviendo el protagonismo infantil”, que está conformado por cuatro ejes de acción: educación, inclusión, participación y organización comunitaria. Este trabajo involucra a toda la comunidad y  por eso  los esfuerzos de El Arca son en conjunto con tres escuelas primarias públicas, un secundario, dos jardines de infantes, y cinco Centros Comunitarios en el barrio de Cuartel V, situado en el límite con la localidad de José. C. Paz.

El Arca de Noé trabaja con y para 3.000 chicos y chicas de entre 2 y 18 años, promoviendo el pleno ejercicio de los derechos, junto a sus familias y toda la comunidad. La entidad nació  en 1986, con la conformación de un hogar en la Ciudad de Buenos Aires, de la mano del sacerdote católico Pablo Marcenaro. Ya en 1994, y para enfrentar la crisis de los años noventa, que afectó principalmente a los sectores vulnerables del país, se inauguró la sede en Moreno, más precisamente en la localidad de Paso del Rey.

“Contamos con la ayuda de amigos generosos», dice Francisco Marcenaro,  responsable de Desarrollo Institucional de la AsociaciónAdemás, señala: “Tenemos una modalidad que nos caracteriza, una metodología propia, trabajamos a contraturno con el colegio de los chicos. Le damos herramientas y está en ellos aprovecharlas.«

El Arca también cuenta con un comedor, al que asisten 140 niños. Marcenaro dice: “Los chicos a veces no continúan, vuelven a venir y a pesar de todo, la fundación va creciendo”. La entidad también «tiene un programa de voluntariado articulado con otras instituciones, se hacen prácticas, informes, diagnósticos y a nosotros nos da un apoyo muy grande, entre las instituciones se encuentra el Instituto Riglos (Instituto Superior de Formación Docente), que está realizando las prácticas psicopedagógicas. Además  la Fundación cuenta con gabinetes psicopedagógicos”.

Este predio de dos hectáreas, ubicado en la calle Corrientes y Yapeyú, de Paso del Rey, cuenta con un tinglado que permite prácticas deportivas como el básquet, vóley y una pileta de natación. En tanto, en la parte posterior  también hay una cancha de fútbol que, por sus medidas, es una de las pocas que quedan en la zona. También cuenta con una cantidad de aulas donde funciona un jardín de infantes y se realizan talleres que abarcan desde la enseñanza de carpintería hasta de teatro, pasando por armado de PC, huerta, jardinería, música e inglés.

Rosana Stankovich es una vecina del lugar y madre de cinco hijos que participan de las actividades de El Arca. “Mi esposo se quedó sin trabajo en el ferrocarril, teníamos dificultad para darles de comer a los chicos y ya circulaba el rumor de que el Padre Pablo estaba haciendo un comedor. Imaginate, era la época del furor de los trueques”, cuenta, sobre su acercamiento a la entidad.

“Mi hijo mayor tenía 16 años y él se encargaba de traer a los hermanos al comedor, era una sensación de bronca y resentimiento”, recuerda Rosana, y agrega que algunas madres se turnaban para cocinar en el comedor y que los chicos se sumaban a jugar al fútbol en el predio. “En Argentina cualquiera corre detrás de una pelota y se entretiene”, recuerda. En relación a la situación actual, Rosana no duda: “Cuando la gente pidió ‘que se vayan todos’, algo de ese quilombo era nuestro. Presiento que estamos repitiendo la historia. La plata ahora tampoco alcanza”.

 

17/01/2017