20 años de Teatro por la Identidad

20 años de Teatro por la Identidad

“No podemos decir cuántos nietos habrán pasado por esas butacas, escuchando y teniendo en fuero íntimo esa duda, que ahí se daban cuenta que tenían que resolver. Cuántos han pensado: ¿No seré yo algunas de esas personas que están diciendo “yo me llamo… porque sé quién soy”? ¿Yo seré quien soy o seré otra persona?” Estas fueron las palabras de Estela Barnes de Carlotto en el acto inaugural del I Congreso Internacional de Teatroxlaidentidad.

Celebrando 20 años desde su conformación, el brazo teatral de Abuelas de Plaza de Mayo organiza el congreso en el que participan desde ayer y hasta el sábado Liliana Felipe, Jesusa Rodríguez, Daniel Santoro, Adriana Barraza, Bruno Stagnaro, Claudia Piñeiro, Patricia Zangaro, Daniel Fanego, Ricardo Foster, Eduardo Aliverti, el “Bicho” Gómez, Estela Díaz, entre otros artistas, políticos y pensadores.

Se puede acceder de manera totalmente gratuita y virtual a las múltiples conferencias, actividades, obras de teatro, podcast, ponencias, paneles y presentaciones a través de congreso.teatroxlaidentidad.net. “El objetivo es poder ampliar. Poder llegar con las palabras de las Abuelas, la palabra de la búsqueda, a todas partes del mundo desde el teatro. El teatro como herramienta de búsqueda, de sensibilización, concientización y transformación”, dice Andrea Villamayor, integrante de TxI y coordinadora general del evento.

Este año se cumplen 21 años del estreno de A propósito de la duda, la semilla que dio origen un año después al primer ciclo de Teatro por la Identidad y que los conformaría como organización. El movimiento teatral de actores, dramaturgos, directores, coreógrafos, técnicos y productores actualmente está constituido como una ONG, comprometida con la búsqueda de la identidad de los niños y niñas apropiadas por la última dictadura cívico militar, junto a Abuelas de Plaza de Mayo.

“Cuando empezamos con TxI nos interpeló como teatristas, como lo que somos. Entonces empezamos a replantearnos nosotros, también, cuál era nuestra identidad como artistas y como equipo de trabajo”, relata Cristina Fridman una de las fundadoras y parte de la comisión directiva. El vocablo identidad ha sido el hilo conector de todas sus producciones artísticas. Pero durante estas dos décadas el término ha evolucionado dentro de la asociación, consiguiendo que se hable de identidad en un sentido mucho más amplio, asegura Villamayor. Actualmente sus espectáculos tocan una temática directa sobre la apropiación de nietos y nietas, o también temáticas indirectas en donde se tratan otras dimensiones, como la identidad sexual, cultural, animal, social y muchas otras, pensándolas como una práctica de construcción permanente.

Con el cierre de los teatros debido a la pandemia, toda la actividad artística se vio afectada. Sin embargo, durante el último año, Teatro por la Identidad desarrolló 8 formas de identidad. Una experiencia por las redes sociales donde cada semana se seleccionaba una temática relacionada a la identidad. Se convocaba a quien quisiera a presentar un texto, audio o video que expresara una historia, sensación o anécdota. Un jurado seleccionaba los materiales y estos eran representados por actores y coordinados por un director o una directora. El producto final se subía a las redes y era acompañado con una charla en vivo con algún referente de la temática seleccionada. “Fue un trabajo tremendo, pero la verdad que fue hermoso, hermoso. Porque participó gente de todo el país. Esto es lo que permitió también la virtualidad, son experiencias que vienen para quedarse”, comentó Fridman.

Aunque los festejos por los 20 años de la asociación se vieron retrasados por las restricciones, todavía siguen en pie. Con la esperanza de realizarlo de forma presencial, planean en septiembre un festival en el Teatro Nacional Cervantes. En ese marco, se estrenará Idénticos que surge de la convocatoria abierta de micromonólogos. Cada trabajo es una apuesta en sí misma y la totalidad conforma la obra. Para la selección, se llevó a cabo un concurso donde se eligieron trece textos y se convocaron a trece actores y directores que conforman el espectáculo, con la coordinación autoral de Mauricio Kartun y con la dirección general de Daniel Veronese.  

Siguiendo con los festejos, para fines de noviembre tienen planeado producir un programa en la Televisión Pública por los 20 años de Teatro por la Identidad. Pero por el momento, consideran al Congreso Internacional como la primera celebración de su trayectoria. 

Andrea Villamayor y Luis Rivera López, dos de los impulsores de Teatro por la Identidad.

El evento planeado para los días 17, 18, y 19 de junio tiene como ejes: arte, pensamiento y teatro. Porque si bien comienza desde una perspectiva artística, es organizado junto a la Universidad Nacional de las Artes que completa la experiencia con una mirada académica. Villamayor comenta: “Durante el proceso creativo del Congreso, la idea era mezclar la política, la filosofía, la música y el teatro.  Pensamos en todo y creo que eso es lo interesante. Mezclar los distintos pensamientos, los distintos lenguajes artísticos, distintas manifestaciones. Pensamos que los moderadores sean personas con formación académica por el hecho de que el moderador no sea un mero presentador sino alguien que ponga algo en debate, en discusión, que establezca un tipo de orden de oratoria”.

Con el objetivo de incluir diferentes voces internacionales, expondrán miembros de todas partes de Latinoamérica e incluso de Europa. El jueves se realizó la conferencia El Théâtre du Soleil y la identidad: diálogos entre el pasado y el presente con la participación de Jean-François La Bouverie, integrante del Théâtre du Soleil y AIDA (Asociación Internacional de Defensa de Artistas Víctimas de la Represión en el Mundo) y de Liliana Andreone, directora de comunicación del Théâtre du Soleil, presentado y moderado por Moira Cristiá, magister y Doctora en Historia. “Lo que se puede hacer en el teatro ayuda a abrir ventanas en la mente”, expuso Andreone.

La idea de este panel se basó en los esfuerzos individuales y conjuntos para preservar la memoria de experiencias vinculadas al Teatro Soleil, además de la recuperación de elementos de esa trayectoria colectiva y de diferentes iniciativas artísticas de solidaridad internacional, y la conversación sobre la identidad tanto del teatro como del AIDA. “El archivo como memoria de una sociedad, de un grupo, hay que protegerlo, valorizarlo y amarlo. Es una riqueza historiadora, una prueba de vida”, expresó Liliana Andreone y amplió: “lo importante de los archivos en estos cambios de generación, en estos mundos extraños que estamos viviendo, es guardar la historia, ver el camino que se hizo, explicar cosas que en aquella época no se entendían y que ahora, con un paso al costado, se entienden, y pasar la idea a las generaciones del futuro”.

¿Qué lugar ocupa hoy Teatro por la Identidad en la cultura argentina? 

Para Andrea Villamayor es “un movimiento de teatro político apartidario, muy sólido, muy conformado y que es referente en la cultura porque nunca perdimos el horizonte, nunca perdimos de vista el objetivo que es la búsqueda de los nietos y nietas, que es la búsqueda de las Abuelas. Podemos decir que somos un organismo de derechos humanos y claramente somos referentes, inclusive cuando hemos tenido la oportunidad de estar en otros países. Es inédito, no existe en el mundo un movimiento como el nuestro que haya durado 20 años”.

Según Cristina Fridman TxI ocupa en la cultura y en la sociedad argentina un lugar muy grande. “El tema de la identidad nos interpela y nos atraviesa a todos y a todas. Es realmente impresionante cómo pega, sobre todo cuando vos lo haces desde el arte. Cómo entra de otra manera la identidad, es algo que lo percibimos y se te mete a través de una representación. El teatro es algo que te llega al sentimiento y a la razón, te moviliza. En la medida que se llenen las salas de teatro como se siguen llenando y ojalá se sigan llenando, quiere decir que a la sociedad le importa y la moviliza”, reflexiona Fridman sobre la potencia teatral. “Esperemos que se siga movilizando y que se encuentren muchos más nietos y nietas. Faltan muchos por encontrar, así que lamentablemente hay TxI durante un tiempo, por lo menos que tenga que ver con la apropiación. Hasta que aparezca el último”, concluye.

Cadena perpetua

Cadena perpetua

El jueves se realizó la última audiencia del juicio de lesa humanidad Contraofensiva Montonera. El gran momento había llegado para víctimas y familiares que hace 40 años esperaban justicia por los crímenes cometidos contra los militantes que regresaron al país para desestabilizar a la dictadura argentina. Nueve fueron los imputados que llegaron a este juicio acusados de secuestrar, torturar y asesinar a centenares de personas. Sin embargo, Raúl Guillermo Pascual Muñoz, Carlos Blas Casuccio y Alberto Daniel Sotomayor, no llegaron a ser condenados por fallecer en el transcurso del proceso. Pero no correrían con la misma suerte los represores Eduardo Eleuterio Ascheri, Jorge Eligio Bano, Marcelo Cinto Courtaux, Roberto Dambrosi y Luis Ángel Firpo, que llegaron al final del debate.

La audiencia virtual arrancó puntual y movida. A horas del veredicto Hernán Corgiliano, abogado defensor de Jorge Apa -ex jefe de la División Inteligencia «Subversiva Terrorista»- había solicitado la suspensión del juicio con la polémica excusa de que su defendido presentaba un trastorno demencial neurodegenerativo y que les impedía su derecho a las palabras finales y a presenciar su sentencia.  Una a una las querellas rechazaron la repentina solicitud de Apa. Lo vieron como un acto de “mala fe”. 

“Está en juego mi libertad y la felicidad de mi familia, especialmente la de mis hijos y mis nietos”, dijo Marcelo Cinto Coartuz haciendo uso de sus últimas palabras. También Eduardo Eleuterio Ascheri quiso hablar: “Tengo que decir a la señora fiscal y a los querellantes que no han leído ni analizado mi legajo con la necesaria profundidad y claridad como lo amerita, y como lo hizo así mi defensor oficial”, se quejó y solicitó: “Excelentísimo tribunal confió plenamente que ustedes harán justicia”. Finalizadas las últimas palabras de los imputados que quisieron hablar, el Tribunal Oral Federal N° 4 de San Martín encabezado por Esteban Rodríguez Eggers convocó al público y partes al veredicto para las 14 horas, mientras sobrevivientes y familiares seguían la transmisión. A través de las pantallas podían verse portarretratos que las familias llevaban consigo de sus hijos e hijas, de sus nietos, de sus hermanos y hermanos desaparecidos.

La sentencia

“Cadena perpetua por homicidio con alevosía” se escuchó para cada uno de los acusados y se leyeron todos los nombres de aquellos y aquellas que hoy faltan, aquellos que fueron brutalmente torturados y desaparecidos y sometidos a delitos de lesa humanidad. 

En cuanto a Jorge Apa, se suspendió por diez días su juicio y se llamó a una junta médica urgente para verificar su estado físico, para poder así continuar con su juicio.

A más de 40 años de los hechos, Daniel Cabezas, sobreviviente de la Contraofensiva, habló con ANCCOM y afirmó que este veredicto no solo significó justicia para sus compañeros y compañeras asesinadas y desaparecidos, sino que también la reivindicación de la lucha.  “Nosotros fuimos perseguidos, después fuimos acusados y criticados y con esta sentencia comienza el reconocimiento a nuestro derecho a resistir. Es una nueva etapa donde es necesario que se hable y que se discuta todo lo que se silenció y se tergiversó. De alguna manera, este veredicto ayuda mucho a conocer la verdad histórica”, expresó Cabezas, a quien además le sorprendió gratamente la exoneración de los genocidas.

Entre 1979 y 1980, Montoneros llevó a cabo la llamada Contraofensiva, un reagrupamiento de militantes exiliados que desde el exterior denunciaban lo que sucedía en Argentina y que regresaron al país para encabezar una campaña de resistencia contra la dictadura cívico-militar y generar apoyo social para que el terrorismo de Estado llegara a su fin.

Cabezas contó que los años de espera a la sentencia fueron muy intensos. Hijos e Hijas hermanos, hermanas de desaparecidos trabajaron mucho para poder juntar las pruebas y presentarlas en el tribunal de instrucción, ya que fue todo muy lento y complicado, y no los ayudaron ni trabajaron como debían: “Recayó mucho en nosotros y nosotras recolectar las pruebas”. Cabezas, además, comentó a ANCCOM que fueron años donde no sabían cómo la sociedad iba a tomar el juicio, ya que la Contraofensiva fue una acción de Montoneros muy criticada y estuvo presente todo el tiempo la Teoría de los Dos Demonios.  

“Hoy, que pueda estar celebrando un veredicto donde se condena a jerarcas de Inteligencia por delitos de lesa humanidad, y haber sido querellante por mi familia, tiene un origen previo que es el trabajo de Abuelas (de Plaza de Mayo) en mi restitución”, expresó Guillermo Martin Amarilla Molfino, hijo de Marcela Esther Molfino y Guillermo Amarilla, ambos militantes de Montoneros secuestrados y desaparecidos en 1979. Guillermo nació durante el cautiverio de su madre en el Centro Clandestino que funcionó en Campo de Mayo, y recién pudo recuperar su identidad en 2009, gracias a la lucha de Abuelas de Plaza de Mayo, que lo identificó.

 El nieto restituido N° 98 afirmó que este veredicto significa “un gran desahogo, un gran alivio. Estamos felices”, expresó. Para él, al igual que Daniel, la sentencia superó sus expectativas, ya que sorprendió principalmente la revocación de domiciliarias para los genocidas, quienes deberán cumplir su condena en una cárcel común.

Guillermo Amarilla confesó que cuando llegó la pandemia se preguntaron cómo iba a seguir la causa, si ello la detendría y por cuánto tiempo. Pero gracias a la lucha y la insistencia de quienes seguían el juicio de cerca, se logró que la causa fuera transmitida de forma directa por la plataforma YouTube. “Se puede ver muchas veces el mismo testimonio y eso es muy rico. Esto hace que quede un archivo de conocimiento para nuestra historia y eso sobrepasa a la condena en sí”, explicó.

El veredicto del jueves fue histórico. Más de 250 testimonios pasaron por este juicio sacando a la luz hechos terribles, pero además haciendo presentes a quienes hoy no están. El juicio que se inició con la Causa Campo de Mayo y luego se separó en uno independiente, repasó desde el 9 de abril de 2019, los hechos ocurridos a las víctimas de la dictadura, en el marco de la Contraofensiva Montonera. Las pruebas eran claras. Siempre lo fueron, pero esta vez los genocidas no tuvieron escapatoria. Se hizo justicia.

Un paseo virtual en homenaje a los desaparecidos de Villa Crespo

Un paseo virtual en homenaje a los desaparecidos de Villa Crespo

En el marco del pasado 24 de marzo, Día Nacional de la Memoria por la Verdad y la Justicia, se estrenó la edición 2021 -virtual- de Relato Situado, una experiencia colectiva de intervención en el espacio público para poner en acción el ejercicio de la memoria. 

Esta obra comenzó en otros barrios, pero llegó a Villa Crespo y Chacarita en 2018 de la mano de un grupo de artistas y performers organizados como AVIVE Compañía de Inventarios. La propuesta busca recorrer las calles y seguir en el mapa las baldosas instaladas por el colectivo Baldosas x Memoria y Justicia, en conmemoración a las personas detenidas-desaparecidas o asesinadas durante la última dictadura cívico militar. A lo largo del itinerario, los artistas intervienen buscando crear un puente entre el pasado y el presente, para así interpelar a los participantes y hacer hincapié en que la memoria es colectiva y parte de nuestra historia. 

En un nuevo 24 de marzo digital, AVIVE adaptó su trabajo original presencial a la necesaria virtualidad que impone la pandemia. Mariana Nadaja, psicóloga y parte del equipo fundador de la compañía, reflexiona sobre las dificultades de esta transición: “Ya antes fue muy fuerte trabajar sobre personas que no tienen baldosas en el lugar donde fueron desaparecidas (…) porque no hubo articulación con la familia. Entonces, ya de por sí, el año pasado cuando queríamos trabajar con estas baldosas, había algo de la ausencia de la persona y la ausencia de la baldosa que nombre a la persona: ¿cómo reponer la falta de la falta? ¿Cómo nombrar la falta de presencialidad, de la falta de una baldosa, de la falta de una persona?”.

En esta cadena de vacíos, el trabajo de los artistas se vuelve fundamental: “Decidimos armarlo como un llamado a la acción. La propuesta es que tras la obra la gente comience a mirar el piso cuando camina, que ponga una flor en una baldosa, que le saque una foto: reactivar las baldosas, que la gente vuelva a mirar lo que incorporó al paisaje urbano, que se detenga a observar y a asociar la baldosa con los hechos como ejercicio de memoria”, cuenta Nadaja.  

En pos de sostener esta intención, este año la performance dio lugar a una iniciativa nueva: las Historias de Pequeños Corajes. En palabras de Nadaja: “Historia de Pequeños Corajes era una consigna de taller que Marga [Margarita Roncarolo] proponía a sus alumnes, a partir de algo que veníamos viendo en los escritos: una brecha generacional muy grande con los pibes y pibas que, cuando se conectaban con cualquier evento que reivindicaba los Derechos Humanos, quedaban a una distancia abismal”. 

Nadaja detalla que la memoria -en general- puede incluir cierta mitificación de la persona recordada debido a una percepción de lejanía. Y subraya: “Esto generaba muchísima impotencia: no sólo era una sensación de no estar a la altura sino de no estar en condiciones de hacer nada que valga la pena. A partir de ahí decidimos que debíamos reivindicar los pequeños corajes: todas las personas han tenido un acto de rebelión o toma de posición en algún momento”.

Relato Situado parte de una práctica social y artística, educativa y comunicativa, que construye nuevas formas de hacer política a través de un mapeo territorial. En palabras de Nadaja, se trata de “inventariar las cosas como un mecanismo de memoria”, dice y agrega: “Inventariar es un tiempo detenido en la era de la hipervelocidad: frenamos y contabilizamos lo que hay, frenar el avance casi atropellante del tiempo y mirar atrás, en dónde estamos paradas. Tiene que ver con salir a la calle y anotar detalles: hacer una lista de lo evidente que ya nadie ve”. 

AVIVE exclama: “¡Avive el seso y despierte!” e invita a involucrarnos, a participar en el desarrollo de la historia colectiva, a revisar y reconstruir la memoria, a caminar registrando el lugar que nos rodea. Este evento participativo tendrá su última función el 4 de abril a las 18.

Para adquirir entradas: reservar vía mail a aviveciadeinventarios@gmail.com

Qué pasó con los derechos humanos en la pandemia

Qué pasó con los derechos humanos en la pandemia

POST, el nuevo libro presentado por el CELS (Centro de Estudios Legales y Sociales), presenta un recorrido sobre lo que el año 2020 hizo con nosotros. Desde una perspectiva de derechos humanos, POST invita a repensar las problemáticas que se vieron incrementadas por la pandemia.

Marcela Perelman, directora del Área de Investigación y co-editora junto a Ximena Tordini del libro, explica que para el armado se dio un proceso de intercambio en discusiones plenarias de manera virtual sobre problemáticas que estaban observando en pandemia. Siempre manteniendo como eje el cruce de pandemia y derechos humanos. Algunos capítulos tienen una mayor carga de coyuntura que otros, en este sentido Perelman resalta que “de la relación con otros grupos y organizaciones con las que estábamos trabajando para intervenir en esta coyuntura fueron apareciendo temas, que también cruzan distintas de nuestras agendas temáticas. (La ocupación de) Guernica, por ejemplo, es un capítulo sobre un acontecimiento, pero pone en relación cuestiones de hábitat, de represión, de intervención judicial y criminalización. En torno de un acontecimiento se pueden desplegar diferentes perspectivas de derechos humanos”. 

La problemática de la vivienda o de la situación habitacional es un eje bastante recurrente a lo largo de distintos capítulos. De lo sucedido en Guernica a los problemas para pagar un alquiler en la zona de Almagro, a la situación habitacional que afectaron a las personas trans, travestis y no binaries; sumándose también los temas de alimentación y empleo que afectan, desde varios ejes, a distintos sectores. “Para nosotros era importante mostrar que algunas problemáticas cuya manifestación más aguda se ve en una situación extrema como la de Guernica no están desconectadas de la situación de otro segmento o sectores sociales. El mercado inmobiliario es uno y cuando analizas los problemas del mercado inmobiliario de sectores medios eso hace que vaya encadenando problemáticas que se observan con mayor crudeza en migrantes, personas trans o personas que alquilan informalmente”, aclara Perelman. 

Siguiendo con alimentos, y según se plantea en el capítulo “Nuevo acuerdo popular entre el campo y la ciudad” se expresa que “el eje se corrió de la capacidad de acceso individual a los alimentos a la capacidad estatal y social de garantizarlos». Marcela Perelman explica que, por un lado, hay dificultad para proveer alimentos a la población en este contexto pandémico pero, por otra parte, esas dificultades que derivan de un modelo alimentario concentrado y monopólico pueden observar algunos cambios, quizás hasta de manera positiva. Como lo fue la organización y la dinamización de la agricultura, como se desarrolla en uno de los apartados del capítulo, en la pandemia. “Tanto alimentos como hábitat muestran situaciones que se manifiestan en su forma más cruda para los sectores más empobrecidos pero que son problemáticas muy amplias y extendidas en la sociedad”, agrega. 

El libro abarca también temas de salud mental y la dimensión judicial. El acceso a la justicia, no en su totalidad pero en parte, es en lo que en el texto llaman “la máquina rota”. Se trata de zonas del Estado, que no solamente por el contexto de pandemia, sino por sus características generales, no pudieron responder o hacer frente a un año de confinamiento. “En la introducción del texto, titulado ¿Y ahora qué pasa?, como también en la comunicación del libro, hay una frase que dice, al mismo tiempo que se extendían algunos brazos de protección del Estado, otros funcionaban a media máquina o trabados con efectos contrarios a la defensa de derechos humanos”, explica. 

Otro tema Interesante en POST es el análisis sobre la situación de encierro para la población en manicomios. Mientras que para muchos el aislamiento propuesto para hacerle frente a la pandemia fue toda una novedad, para esta población es algo habitual. Perelman cuenta que Tres puntos para cambiar la política de salud mental es un capítulo en donde se muestra una problemática más crónica. Si bien se destaca que durante la pandemia se agravó la situación de aislamiento y que a la restricción ambulatoria con la que viven se le sumaron mayores restricciones debido a la prohibición de visitas o la circulación interna en hospitales monovalentes, hay cuestiones que son de orden económico y social. “Hay personas que tienen una internación de muy largo plazo que finalmente no pueden salir de esa internación por no poder resolver su situación económica y habitacional, no necesariamente por una necesidad clínica psiquiátrica” y advierte “se necesitan políticas públicas específicas para ese sector, no puede ser que la población permanezca de forma crónica en hospitales monovalentes porque no pueden resolver la vivienda y entonces permanecen como si tuvieran una necesidad psiquiátrica que además se la va generando”.  

La editora del libro comenta que hay algunos hilos que atraviesan los capítulos que tienen que ver con una precariedad social y económica cruzados por nuevas formas de vulneración de derechos particulares. “No es lo mismo lo que le pasa a una mujer internada en un psiquiátrico que lo que le pasa a una mujer trans que no le quieren alquilar la vivienda. Son cosas diferentes, no llegan al mismo punto, pero sus derechos están restringidos por limitaciones que son similares, que son análogas. Te encontrás con problemas estructurales que después tienen manifestaciones específicas según cómo se crucen con la situación particular de distintas personas o de distintos grupos y necesitan respuestas específicas y abordajes particulares”, agrega. 

A lo largo del libro podemos encontrarnos con relatos de distintos casos e historias personales a la hora de describir las distintas temáticas planteadas, más allá de las cifras y estadísticas. Sobre esto, Perelman expresa que tiene mucho que ver con cosas profundas que los atraviesan como organización y con repensar el vínculo entre el caso y su dimensión estructural. “Nosotros estamos pensando críticamente en esa relación. Que el caso no aparezca instrumentalizado, que tenga su propio desarrollo, sus propias voces y un acento más intrínseco y personal. Tiene su peso propio y se puede pensar en una dimensión más amplia, pero hay un vínculo que no es el mismo que el tradicional. Creo que eso se ve en la exposición y en la redacción, pero refleja otras discusiones del modo de vinculación del CELS como organización con las personas”. 

De todas las problemáticas y limitaciones que ya existían y que se incrementaron durante el 2020, Perelman afirma que ninguna de ellas es una novedad, sino que se agravaron y se tensaron. “No hay revelaciones de la pandemia. Lo que hay son los problemas estructurales tensionados, trenzados, con manifestaciones más crudas. En el caso de alimentos también muestra dinamización de algunas posibilidades, para mostrar algunas cuestiones positivas. La organización en torno a la provisión de alimentos de calidad mostró novedades buenas. Por el lado de la organización social, que no es nueva, se pudo ver el dinamismo de algunas organizaciones sociales. Por ejemplo, en el capítulo de la población trans o en el de alimentos se ve. En el de Guernica también. A pesar del desenlace negativo que tuvo como acontecimiento y como conflicto, mostró un tejido asambleario a lo largo de la toma y la forma de toma de decisiones y de resoluciones que fue muy positiva”.

Hábitat, alimentos, alquiler y deuda, salud mental, violencia institucional, búsquedas y desapariciones, seguridad, democracia, movimientos de derechos humanos, son las temáticas que se nos presentan a lo largo del índice de POST. Perelman señala que de las situaciones y temáticas que se plantean en el libro el tema de la vivienda podría ser central este nuevo año. “El endeudamiento es un rasgo que se agravó en la pandemia y la burbuja que creció entre alquiler y deuda o entre vivienda y deuda me parece un problema de un volumen enorme” y agrega que “atado a la vivienda vos tenés las posibilidades de educación, de trabajo, tenés el proyecto de vida de un hogar. En el capítulo de inquilinos se caracteriza como la “tormenta perfecta”. Ese horizonte está ahí y está claro, es imposible de ignorar. Lo que puede haber ahí es la posibilidad y la voluntad de tomar la política para apostar o morigerar esta situación que es gravísima”. 

Sobre los últimos capítulos señala que intentaron escribirlos de la forma más abierta posible. “Son un poco de discusiones internas del movimiento de derechos humanos y que es interesante ponerle atención porque estamos tocando temas que no están muy discutidos. Que son desafiantes. El último, por ejemplo, sobre el lugar del castigo en la lucha de derechos humanos y el de Bolivia. Son discusiones que podrían ser hacia adentro de lo que se llama movimiento de derechos humanos pero que nosotros estamos buscando que tengan una resonancia más amplia. No son de diagnóstico de la situación social, son de otro orden”, cierra. 

POST se presenta como una “demanda a las instituciones y los poderes que no estuvieron a la altura, una constatación de la potencia que anida en las organizaciones territoriales y en el activismo de las redes de solidaridad y, también, una invitación a discutir el futuro de los derechos humanos”.