Desguazan el Museo del Libro y de la Lengua

Desguazan el Museo del Libro y de la Lengua

Primero, fue la educación. Luego, la ciencia y la tecnología. Ahora, la cultura. El gobierno avanza, una vez más, sobre los capitales simbólicos que potencian a una sociedad democrática. Maestros, científicos e investigadores, trabajadores de museos y bibliotecas, son atacados y perjudicados por las medidas de ajuste impulsadas por Cambiemos. Esta vez, le tocó al personal del Museo del Libro y de la Lengua, ubicado en Avenida Las Heras al 2500, el cual es un anexo de la Biblioteca Nacional Mariano Moreno.

Museo del Libro y de la Lengua, en el marco de su vaciamiento.

El Museo del Libro y de la Lengua se inauguró el 29 de septiembre de 2011 y abrió sus puertas para el público, el 10 de octubre de ese año. Fue pensado como un medio para conocer la cultura nacional y nuestra condición de hablantes y lectores. La directora del museo hasta diciembre de 2015, María Pía López lo definió así: “El museo tenía la idea de producir una especie de transmisión, de poner en acceso a un conjunto de personas un tipo de saber, un tipo de lectura, un tipo de intervención. Este museo tuvo muchas muestras que tenían que ver con la literatura argentina”. López, socióloga y docente de la UBA, contó que este espacio cultural, en el que trabajaban intelectuales, escritores y traductores, “era un lugar clave para la difusión de editoriales independientes y para el feminismo argentino”, debido a la maratón de lecturas sobre femicidios que se realizaban.

Sin embargo, esta semana, las autoridades de la Biblioteca Nacional que dirige Alberto Manguel decidieron cerrarlo. Una fuente cercana a la Biblioteca Nacional le comentó a ANCCOM el proceso de clausura. “Apenas asumió esta gestión, lo que se hizo, aparte de los despidos iniciales, fue hacer que el museo perdiera el rango de dirección y pase a ser una simple sección. Lo segundo que hizo fue quitar la muestra permanente de la lengua que se encuentra en la planta baja con la historia de la lengua castellana. Ahora, como etapa final, concluye con el desarme de todo el equipo de trabajo”, expresó. Es decir, existían señales de que lo que pasó iba a pasar. Aun no hay despidos en el área, pero sí es un hecho el desarme del equipo de trabajo y la reubicación del personal. “El desguace del museo significa desarmar el equipo que está trabajando y asignarle otras funciones que no tienen nada que ver con el motivo por el cual fue armado”, indicó el allegado. A partir de esta acción, se supone que desde el lunes, el espacio, proyectado por el arquitecto Clorindo Testa, permanecerá cerrado, y con ello, todas las obras a exhibir.

Muestra sobre artistas beatniks argentinos «Déjalo Beat» en el Museo del libro y de la lengua, en mayo de 2017

Según la fuente consultada por ANCCOM, el presupuesto de la Biblioteca Nacional fue reducido en un 20 por ciento, lo cual constituía otra señal del cierre del museo. La exdirectora López dijo al respecto: “El cierre del museo es muy coincidente con la política que están llevando adelante con la Biblioteca, que, en principio, es vaciarla de público, que no haya gente en estos espacios, junto con un ajuste presupuestario”. En educación, en ciencia y tecnología (siendo el caso más palpable el del INTI) y en cultura, campos necesarios de desarrollo para cualquier sociedad pero atacados por Cambiemos, la política de gobierno es la misma: recorte de fondos. “El Gobierno puede usar el argumento de ajuste económico pero estoy segura que no es un problema económico, sino que son decisiones político-ideológicas. Está en curso una ofensiva de disciplinamiento social, de privación a las personas de sus derechos, siendo el ajuste una coartada más que una razón real”, reflexionó López.

Sobre la decisión del cierre no hubo notificación oficial. Las autoridades de la Biblioteca dejaron trascender que allí funcionarán ahora diferentes centros de investigación, uno de literatura infantil y otro indigenista. Por lo pronto, ordenaron desarmar, en primera instancia, la muestra permanente sobre la lengua. Queda la muestra del libro, aunque se estima que desaparecerá en poco tiempo. “El cierre de este museo significa desconocer que las políticas públicas e institucionales que pagamos todos con nuestros impuestos debieran exceder a las gestiones de turno”, dijo el allegado a la Biblioteca Nacional, quien consideró que Alberto Manguel tomó la decisión porque relaciona el Museo con el gobierno de Cristina Fernández de Kirchner. Y agregó: “Tranquilamente, esta gestión podría haber pensado que las reflexiones sobre nuestra identidad, la lengua castellana, el libro como objeto y la literatura podrían reformularse en todo caso. No necesitaban tener la impronta de la gestión anterior, si es que el director actual consideraba que había que llevarlo por otro camino. Pero lejos de eso, lo que se termina haciendo es destruir todo”.

La Biblioteca Nacional fue una de las primeras instituciones en sufrir el ajuste de la gestión de Cambiemos con 140 despedidos. Ahora le tocó al Museo del Libro y la Lengua, mientras otros espacios culturales también suelen padecer el recorte presupuestario. “Nosotros no defendemos una gestión porque es ahí donde nos quieren llevar. Estamos defendiendo una política pública que debiera trascender los mandatos”, expresó la fuente, que decidió preservar su nombre. López, por su parte, explicó qué significa, al fin y al cabo, el cierre de un museo: “La posibilidad de acceder a libros clásicos, fundamentales de la literatura, a niños y jóvenes, me parece muy clave. Entonces, cuando cierra una institución así, se cierra también la posibilidad de democratizar la cultura, de democratizar el acceso a esas riquezas y tesoros que tiene una cultura nacional”.

 

León Ferrari a diario

León Ferrari a diario

Ni un museo, ni un centro cultural. El lugar elegido por la Fundación Augusto y León Ferrari Arte y Acervo para exponer Medios, Iglesia y Ceguera, del artista plástico argentino León Ferrari es la redacción del diario Tiempo Argentino, medio que funciona de manera cooperativa y que fue recuperado por sus trabajadores. De martes a jueves entre las 15 y las 19 se puede ver la exposición, al menos hasta mediados de abril, según los organizadores.

Son las 17 y la redacción de Tiempo Argentino está a full. Tipeo, risas, discusiones, concentración y más tipeo es lo que se percibe al entrar por la calle México. Lo primero que detiene al visitante no es el recorte del diario Clarín, de 1997 -parte de la muestra-, titulado “El líder mezclaba la biblia con la ficción”, sino, el cartel de abajo, que dice, grande y en negrita: “Se puede tocar”. Y esa fue un poco la idea de los organizadores. “A veces les tenemos que pedir nosotros que nos molesten”, cuenta Federico Amigo, Secretario de Redacción del diario.

Un periodista del diario Tiempo Argentino trabajando mientras dos mujeres miran imágenes de la muestra en la pared

Mientras los trabajadores de Tiempo Argentino realizan sus tareas se expone la muestra Medios, Iglesia y Ceguera.

La mayor parte de la obra está expuesta sobre una pared, al lado de donde trabajan los periodistas. Para pasar tienen que pedirle permiso a gente que está trabajando. “Pasa tranquilo”, dice el periodista Alejandro Wall.

La primera parte de la muestra es un recorte de la obra “Nosotros no sabíamos” que expone distintos artículos periodísticos de 1976 donde se tomaban a los crímenes del Estado como temas policiales. “Son las noticias que lograron pasar el tamiz de la censura, o que dejaron pasar como mensaje del terror. Si bien están lejos de abarcar todos los crímenes cometidos por nuestras Fuerzas Armadas, dan una idea del clima que vivía la población y del grado de conocimiento que tenían quienes justificaban con un por `algo será´, expresión que luego de los juicios reemplazaron por ´Nosotros no sabíamos´”, explicó el autor en 1992. En 1976 Ferrari se exilió a Brasil y el 27 de febrero de 1977 su hijo desapareció.

Trabajadores de Tiempo Argentino sentados deltante de las computadoras mientras en la pared se presentan recortes de diarios.

La sección «Nosotros no sabíamos» repasa los artículos policiales durante la dictadura.

Hacia el fondo de la redacción se encuentra una serie de gigantografías que llevan titulares del diario del Vaticano intervenido por la Iglesia Católica, L’Osservatore Romano, entre diciembre de 2000 y febrero de 2001. Algunas de las portadas dicen “El perdón y la reconciliación son imprescindibles para una auténtica renovación personal y social”. El papa Juan Pablo II dijo esa frase, Ferrari le pidió entonces que anule la inmortalidad y el Juicio Final a través de una carta el 24 de diciembre de 1997. La carta no fue respondida y algunos años después fue reenviada.

Al fondo de la redacción aparece un collage enorme que ocupa casi toda una pared. Se trata de un fondo blanco con alguna cursiva negra, roja y verde, a la que cuesta leerla, y distintos recortes de diarios que cuentan del conflicto bélico de Medio Oriente.

Una mujer mirando un cuadro de un fotomontaje.

En la zona de fotomontajes se encuentra un retrato de Hitler intervenido con la imagen de Videla dentro de la Casa Rosada.

Antes de salir de la redacción, si se mira a espaldas del que atiende en la mesa de entrada, se encuentra con distintos fotomontajes que el autor realizó en las últimas épocas de su carrera. Los más impactantes son el titular de un diario qué pide por los desaparecidos y de fondo se ve el Palacio de Tribunales, una nota de un diario de la que solo se lee un titular que habla de Juan Pablo II y todo lo demás está tapado con el envoltorio de los preservativos Prime. Y por último, se exhibe el fotomontaje con la cara de Hitler, y dentro de su boca está la Casa Rosada y dentro está Videla, el ex presidente durante la dictadura, una suerte de mamushka de genocidas.

La muestra, de entrada gratuita, está disponible de martes a jueves de 14 a 19 en México 437.

Una hoja con datos de personas para asociarse al diario Tiempo Argentino.

Trovadoras del Siglo XXI

Trovadoras del Siglo XXI

La primera mujer –ya que se esperan varias- se mueve sigilosamente hacia el micrófono ubicado en el punto medio del escenario e irrumpe sin previo aviso. Tiene en su mano izquierda un símil a unas castañas, con tiras de colores brillosos en contraste a la oscuridad del ambiente y de la noche de un jueves ocho de marzo. Las luces sobre el escenario se atenúan y ella, sonriente, canta a capela mientras da leves golpes a su pecho, cual latido de corazón o cajón peruano. Cierra los ojos y su voz se escucha, retumba en el Club Atlético Fernández Fierro abarcando los rincones y las mesas y vasos del público en silencio. La tonada es limpia, clara y acompaña la letra con escasos movimientos de sus brazos. A su alrededor: un piano, dos guitarras –criollas y eléctricas- un laúd, un bombo, y micrófonos para más compositoras invitadas. Quien está en escena culmina su primera interpretación, y acto siguiente convoca a otra mujer a cantar junto a ella una canción en honor a Violeta Parra. Antes de eso, menciona la importancia de la fecha, su significado, y resalta además la “coparticipación de todas las presentes, dentro y fuera del lugar, junto con las que vendrán en el resto de la noche”. Hay, efectivamente, trovadoras en escena.

Las Mujeres Trovadoras en escena.

Un trovador era aquel personaje poeta y cantautor del medioevo que componía su música con letras allegadas al amor, aunque también en ocasiones su prosa contenía discusiones políticas, o miradas críticas sobre lo social. Y aún característico de la Europa de los siglos XII y XIV, su labor como nexo entre la canción y los conflictos sociales se retoma actualmente desde una perspectiva contrahegemónica y disruptiva: la mirada femenina.     

Mujertrova es un Movimiento de Mujeres Trovadoras de Argentina que se fundó en 2013 gracias al trabajo de Paula Ferré y Alejandra Rabinovich (esta última desvinculada actualmente), ambas trovadoras a nivel local. Si bien el concepto de trovadora no es comúnmente mencionado en los medios masivos de comunicación, para estas mujeres resignifica más que una forma de llamar a una cantora. Los padrinos del movimiento son el trovador cubano Vicente Feliú Miranda, y la trovadora local Teresa Parodi. Ambos fortalecieron el movimiento desde su nacimiento y contribuyeron al crecimiento colectivo.

Carolina Wajnerman es integrante del movimiento desde los inicios, y aclara ante todo la impronta latina de las trovadoras en su afán de visibilizar la canción creada por mujeres. “Nosotras nos plegamos a un movimiento a nivel latinoamericano de un género no solo musical, sino también social y político en relación a la canción y la música”. Ella fue la primera en subir al escenario a tocar en la última fecha de Mujertrova en Capital Federal por el Día Internacional de la Mujer. Ese mismo encuentro se dio en simultáneo junto a otro realizado en Córdoba y un tercero en San Rafael, Mendoza (con la presencia de Paula Ferré), lo que denota el perfil del movimiento como una red conectada en distintos puntos del país. “Siempre Mujertrova es principalmente un encuentro con las compañeras, con la canción, con el decir y el compromiso de todas con lo que sucede alrededor”, agrega Carolina.

Silvia Gers en el concierto del grupo Mujeres Trovadoras en el Club Atlético Fernández Fierro.

Hay ciertos rasgos que caracterizan a una trovadora. Que su música sea de su autoría, o que recorra nuevos lugares para que sus letras se esparzan entre la gente. Sin embargo, un aspecto se destaca y manifiesta como premisa ante toda trovadora: canta para hacer saber lo que sucede. Y es ahí donde reside un mensaje diferente a la frivolidad mediática y naturalizada.

Para Mijal Guinguis, pertenecer a Mujertrova es un punto de inflexión. Es una joven cuya dicción y pronunciación son predilectas, lo que anticipa su calidad como cantante y la prolijidad de la voz. “Encontré en esta agrupación –hace ya muchos años-  algo muy significativo para mí, como grandes cambios en pequeñas acciones”. Ella es pianista, y como muchas otras integrantes lleva editados álbumes solistas de forma independiente.

Mijal fue la segunda en subir a escena en la noche en Buenos Aires, quien a cargo del piano y de espalda al público, le cantó a la crudeza de vivir y la simpleza de seguir luchando como trovadora –y como mujer- en el día a día. “Es bueno saber que si una flaquea, hay otra para sostenerla”, sostiene ferviente.

A las periódicas presentaciones de Mujertrova, se añade un “Encuentro Nacional de Mujeres Trovadoras”. Cada año se organiza un festival de dos o tres días con la participación de entre treinta y cincuenta trovadoras argentinas, en las que además de compartir su música, gestionan talleres gratuitos, realizan actividades comunitarias y se comprometen en contribuir a barrios carenciados. “Cada año se proponen diez trovadoras nuevas, diez integrantes nuevas para grabar un CD nuevo con la canción de cada trovadora”, añade Mariana Brito, asistente del movimiento y gestionadora de las redes sociales, una herramienta clave para la organización de los eventos.

A sala llena, en la noche en el Fernández Fierro

Mujertrova tiene además un reconocimiento estatal. En septiembre de 2017 el Congreso de la Nación Argentina otorgó al movimiento la distinción “Juana Azurduy” en conmemoración al trabajo colectivo, el compromiso por el bien común y su labor cultural. A casi seis años de su fundación, el Movimiento de Mujeres Trovadoras Argentinas se encuentra en la sazón de su momento, en un contexto de advenimiento y concientización sobre el rol de la mujer en sociedad. Y sus ejemplos se ejecutan con cuerdas o vientos en escena.

Sobre el final de la noche en el Fernández Fierro se presentaron Sara Mamani y Silvia Gers. Una es la contracara de la otra. Mientras Sara es callada y discreta, Silvia habla, y agrega aún más. Empero, ambas se complementan, son equidistantes al cantarle y tocar al nacimiento de una flor, o a una oleada de mujeres movilizadas en las calles. Sara es de Salta, la mayor de todas en escena, pero no flaquea ni un instante en transmitir la sequedad y la verdad de sus letras, acompañada por una guitarra eléctrica hueca y la voz como estandarte de protesta. “Una fecha movilizante la de hoy”, dice por lo bajo fuera de libreto.  Silvia es la morocha de mechones con puntas rojizas. Se para desafiante en medio del escenario y rasguea acordes como si de rock crudo se tratase. Pero también invita al público una y otra vez a no quedarse de brazos cruzados. Vuelve  a la crudeza, pero esta vez en las letras como baldazos de realidad y agua fría. De cualquier forma, ya se presencian tres trovadoras en los tablones y faltan más. Cuatro. Cinco, seis. Ocho y la trova comienza de nuevo.

 

“Es un mundo difícil allá afuera, pero la vida es hermosa”

“Es un mundo difícil allá afuera, pero la vida es hermosa”

No hay mesa, ni escenario de por medio. En su lugar, sólo un micrófono y una guitarra. Estos elementos, colocados sobre una alfombra roja, forman parte de la muestra Les Visitants, curada por Guillermo Kuitca, en el CCK, de la que Patti Smith participa con una serie de fotografías Polaroid. Prácticamente no hay sillas. Patricia Lee Smith –tal es su nombre completo-, artista ‘expansiva’, como se autodenomina, espera parada, sonriente y amable. Saluda a todos con un tímido “hola” y anuncia que responderá todas las preguntas, sin evasiones. Patti, la madrina del Punk, transmite humildad y sencillez.

La muestra de Smith, Les Visitants, fue curada por Guillermo Kuitca.

La poeta, cantante y artista plástica comenzó su conferencia de prensa con calor humano, pero no por eso su discurso fue poco contundente. Se refirió a la Campaña por el Aborto Legal, Seguro y Gratuito y destacó que cree que “es más importante salvar la vida de las mujeres jóvenes, o de cualquier persona que tome ese tipo de elección, que basar la decisión en cualquier tipo de ideología. Es un tema muy difícil y doloroso”, dijo. “Ya en los ’50 y los ’60, cuando yo crecí, había mujeres que morían por abortos ilegales, me pasó con varias amigas”, contó. Y destacó que «tenemos que escuchar a nuestras mujeres y estar atentos a sus necesidades, porque en realidad no hay una respuesta correcta. Si te realizas un aborto vas a pensar en eso por el resto de tu vida y si no lo haces, también va a haber muchas consecuencias, situaciones en la vida que van a ser muy difíciles».

Con su pelo color plata echado sobre su cara, botas y el típico saco suelto, la estadounidense nacida en 1946, también se refirió al fin que persigue con su arte y cómo fue desarrollarlo siendo madre. “(El arte) es un obsequio difícil que me dio la vida desde que era niña. Siempre fue mi misión, nací para ello. Mi objetivo es hacer el mejor trabajo posible, pero también ser una buena persona. Hago mi trabajo porque no puedo no hacerlo. No es una elección. Cuando me levanto ya estoy pensando en ideas o en terminar o empezar algo. Es parte de lo que soy”.

Conferencia de prensa de Patti Smith en el marco de la muestra «Les visitants» presentada en el Centro Cultural Kirchner.

Luego resaltó que “cuando era joven, sólo quería ser una artista. No pensaba realmente en ser madre. Pero me convertí en madre, y amo a mis hijos. Y tuve que reacomodar, no el por qué trabajo, pero sí cómo lo hago. Tuve que escribir cuando mis hijos estaban durmiendo y despertarme al amanecer y escribir, desarrollar nuevas disciplinas. Y fue bueno para mí, eso me hizo más fuerte. Soy una artista más disciplinada gracias a eso.”

Patti, mientras espera la traducción, toma té o café relajada a un costado. Se siente como si el espacio en el que se encuentra fuera el living de su propia casa. Se incorpora y retoma el micrófono: “Quería decir una cosa más, algo que aprendí trabajando con mi marido. Creo que es importante que las mujeres sean lo suficientemente fuertes para luchar por el espacio que necesitan. Y los hombres deben ser lo suficientemente fuertes para poder dárselos. Porque necesitás fuerza para pedir y para dar. Entonces, depende de la fuerza de ambos géneros. Y creo que podemos tener un mundo mucho mejor si nos comunicamos entre nosotros. Si solo protestamos en contra del otro, nada va a pasar. Es muy difícil. La comunicación es la clave para la evolución”.

Patti Smith se autodenomina como artista ‘expansiva’.

Mientras la traductora habla, Patti camina tranquila, toma agua y mira al público que parece seguirle el paso como una sombra en el medio del desierto. Patti cuenta sobre su amor por el escritor chileno Roberto Bolaño y el argentino Cesar Aira. Ante la pregunta sobre por qué cree que 2666 (Bolaño) es la obra maestra del siglo XXI responde: “Desafío a cualquiera de los que están acá a mostrarme un libro mejor” y define a Cesar Aira como “un genio”. “Todos los escritores que lo conocemos nos rendimos ante él. No sólo tiene una mente tremenda, una gran imaginación, sino también es genial musical y matemáticamente, su humor, su inteligencia…”, dice y con sus puños cerrados y mirada al cielo, exclama: “¡Salve, Cesar!”.

La artista, quien en 1975 grabó Horses, disco que la llevaría a convertirse en la referente del movimiento contracultural de los Estados Unidos. Cumpliendo con su palabra responde a todo, también a la cuestión del feminismo, los abusos sexuales que en los últimos meses fueron noticia en Estados Unidos y cómo se desarrolló esto en el mundo del rock con las llamadas ‘groupies’. Al respecto dijo: “No creo que estos temas sean feministas, creo que son preocupaciones humanas. Son de los hombres y las mujeres. Y hasta que entendamos que estas preocupaciones deben ser la responsabilidad de ambos géneros, no tendremos progresos. No podemos volver atrás y empezar a cambiar la cultura de los 60 o los 40 o del siglo XVIII. Solamente podemos aprender de cada error y evolucionar como seres humanos.”

Acompañada de su guitarra cantó My Blakean Year, una canción homenaje al poeta William Blake.

Sobre su banda y la forma en la que vivieron de gira comentó que fue completamente diferente: “Siempre me enfoqué en el trabajo, nunca estuve tan interesada en la mitología del sexo y las drogas. Sí, tuve sexo y sí, probé algunas drogas y fumé un poco de marihuana, pero no era mi preocupación. Mi preocupación principal era la poesía, la revolución, crear espacios para nuevas bandas, para los jóvenes, para generar un cambio.” Finalmente resaltó que si bien su banda nunca tuvo groupies, habló del tema con sus compañeros para llegar a la reflexión de que “no hay razón para forzar a otro ser humano, ser cruel, tomar ventajas sobre otro. Esto es algo humanista, no importa si sos un rockstar, un empresario, o un granjero. Tenemos que tratarnos con respeto”.

Retomando la pregunta inicial sobre por qué y para qué escribe habló sobre su texto Devotion, editado en 2017. “Se trata acerca de escribir todos los días, pero además es acerca de cómo las cosas que escribimos -tal vez una idea, una entrada de un diario, un fragmento de una conversación- se infiltra en otro trabajo. Es realmente acerca del proceso. Cuando me preguntaron por qué trabajo todo el tiempo, la respuesta está en este libro”, del cual leyó un fragmento, gracias a que uno de los integrantes del público que le acercó un ejemplar.

«Cuando me levanto ya estoy pensando en ideas o en terminar o empezar algo. Es parte de lo que soy”, expresó.

Patti Smith, con total naturalidad y como una madre que recibe a sus hijos a la mesa, tomó su guitarra y disculpándose por no saber tocar “más que tres acordes”, cantó My Blakean Year, una canción homenaje al poeta William Blake, del álbum Trampin. “Es una tema que habla sobre el sufrimiento de los artistas”, dijo antes de despedirse, al ritmo de sus pasos espaciados.

La artista realizará dos presentaciones en la Sala Sinfónica del Centro Cultural Kirchner. El 28 de febrero en su faceta de escritora leerá poesía acompañada por el músico Tony Shanahan. Allí participarán Alberto Manguel, director de la Biblioteca Nacional y Guillermo Kuitca, encargado del despliegue visual. El 1 de marzo brindará un concierto con músicos invitados, entre ellos el organista Matías Sagreras y el cellista Patricio Villarejo. Todo en el contexto de la exhibición Les Visitants. Una mirada de Guillermo Kuitca a la colección de la Foundation Cartier pour l’art contemporain.

Antes de finalizar la conferencia hizo una reflexión respecto al sistema laxo de tenencia de armas en Estados Unidos e hizo un llamado a los jóvenes: “En mi país es muy fácil conseguir armas, rifles de asalto, y hay muchos asesinatos. Los estudiantes se están levantando por toda América, y ellos van a ser los que logren el cambio que los presidentes no pudieron lograr. Los estudiantes se están juntando para lograr un cambio en nuestro país. Y necesitamos voces jóvenes para que se paren y se unan a través de la ideología y la tecnología de manera global.  Apoyen a su juventud, a todos ustedes, y al periodismo. Es tan importante porque, cuando otra gente tiene miedo de decir la verdad, nuestros periodistas salen, a veces, arriesgando sus vidas.” Y, con sus manos abiertas como un mesías exclamó: “Es un mundo difícil allá afuera, pero la vida es hermosa”.

Sobre la Campaña por el Aborto Legal, Seguro y Gratuito, dijo, entre muchas otras cosas, «es un tema muy difícil y doloroso”.

 

 

Música para todos

Música para todos

La Orquesta de Música Popular Raíces comenzó en el año 2007 como un proyecto de extensión del ex Conservatorio de Música e Instituto Superior de Formación Docente de los Buenos Ayres. Si bien esa institución cerró en 2014, la orquesta sobrevive. Actualmente participan 150 niños y jóvenes de 7 a 20 años repartidos entre sus tres sedes: el Colegio EOS de Moreno Centro, la Escuela Primaria Rural Nº 5 de Cuartel V y la Fundación de los Buenos Aires de La Reja.

“Empezamos aproximadamente con 20 niños. Éramos tres profesores y usábamos las guitarras y los bombos del Conservatorio. Compramos solo diez pincullos y un charango que nadie sabía usar. Con el tiempo, la orquesta fue creciendo”, cuenta su director, José Luis Battistin o simplemente Pepe, como le gusta que lo llamen.

Un grupo de chicos tocando la flauta

En los inicios de la Orquesta Raíces participaban solamente 20 niños, hoy en día suman 120 en sus tres sedes.

No se cobra cuota a los chicos y, en caso de no poseer el instrumento, pueden usar los de la Orquesta. Pepe resalta que “adquirir el instrumento no es un problema. La dificultad de los proyectos es sostener en el tiempo el recurso humano ya que los profesores cobran. Algunos de ellos empiezan ad honorem pero la idea es que el trabajo se pague. Hoy el municipio nos paga dos talleres que equivalen aproximadamente al 50% de los gastos en recursos”. Además de este financiamiento, la Fundación se sostiene mediante rifas, eventos solidarios y Amigos de la Orquesta, un medio de financiamiento colectivo que obtiene donaciones. También hay un bono contribución que pagan aquellas familias que pueden hacerlo, de manera de facilitar la participación en el proyecto de aquellos niños que no están en condiciones de abonarlo.

En 2014 se sumó al proyecto el docente Sergio Salazar, hoy encargado de la gestión de la Fundación. “Sabía de las necesidades que tenían. Hacían malabares para sostenerse. Empezamos a pensar en hacer sistemáticamente un aporte de contribución de las familias. Es un espacio colectivo, el que viene se suma a la rueda. Es decir, en todo aquel que viene se genera esa conciencia. O lo sostenemos entre todos o no lo sostiene nadie.”

Algunas familias mediante un bono de contribución permiten que otros chicos participen de la orquesta.

En 2012 se creó la sede de la Orquesta en la Escuela Primaria Rural Nº 5 de Cuartel V, una de las localidades más carenciadas del Partido de Moreno. El proyecto se logró gracias a un concurso de la Secretaria de Niñez, Adolescencia y Familia (SENAF) mediante el cual Pepe y otros profesores obtuvieron un subsidio. Con el tiempo se fueron sumando más docentes, entre ellos, Martina Ulrich, hija de Peteco Carabajal. En 2014 también se llevó el proyecto al Colegio EOS, esta vez con una lógica diferente: la Orquesta se acopló a un espacio curricular para 4º, 5º y 6º grado en el horario de música.

Salazar afirma con orgullo: “La Orquesta es un espacio educativo, gratuito, colectivo, de la cultura, de la raíces profundas de esta tierra, de la diversidad y es la distinción que el espacio tiene. Hay muchas personas que se van sumando y tenemos muchas propuestas. Es un espacio vivo y activo”. En agosto de 2017 se integró al proyecto el Coro Social Raíces para adultos, donde también participan algunos jóvenes de la Orquesta.

En sintonía con Sergio, Amelia Guidolin, presidenta de la Fundación de los Buenos Ayres para la Artes y la Cultura, figura jurídica que dirige las actividades, añade: “Es un proyecto educativo que abarca varias cosas. Su educación es nuestra preocupación. Los niños no pueden venir a la Orquesta si están fracasando en la escuela. Hay un vínculo. No es como aquel caso donde el chico va a un profesor particular a estudiar un instrumento una vez por semana”.

Dos chicas y un chico tocando la guitarra

El proyecto educativo de la orquesta cuenta con jóvenes «multiplicadores» que colaboran con la enseñanza a otros chicos y chicas.

Los chicos aprenden y toman conciencia de la responsabilidad y el compromiso de trabajar con otro. Los docentes de la Fundación transmiten el valor de la construcción colectiva. Desde el primer día los niños pueden vivenciar lo que es tocar en una orquesta que apunta a tener igualdad de estatus de todos los instrumentos. Además, la Fundación cuenta con “multiplicadores” es decir, jóvenes que enseñan a otros y ayudan a que el proyecto continúe.

Por lo general, los jóvenes multiplicadores deciden inscribirse al profesorado de música en los conservatorios más cercanos como el de Morón, Luján y San Miguel. Yanina Cisterna de 18 años, toca el violonchelo en la orquesta y expresa: “Cuando escuché el violonchelo por primera vez, me enamoré. Voy a seguir el profesorado de música”. Su compañera Raquel Hes, también de 18 años, agrega: “Amo la Orquesta. Es algo que nos brindan gratis y nos viene bien, ya que hay muchos que no lo pueden pagar”. Los jóvenes aprenden a caminar con otros, siguen el profesorado y devuelven la generosidad que se les otorgó.

En 2016 los jóvenes multiplicadores se presentaron en el Pre Cosquín de Moreno. Ganaron y fueron a tocar al escenario de Cosquín en Córdoba. Eso dio mucho impulso a la Orquesta e hizo que los llamen de muchos lugares. Se presentaron en Tecnópolis, en encuentros de colectividades, ferias del libro, escuelas, teatros y actos municipales.