Ollas a presión

Ollas a presión

Con el cielo cada vez más cubierto y el pronóstico amenazante de lluvias, cientos de manifestantes se concentran en plena Avenida Mitre. El histórico Puente Pueyrredón es el epicentro de una jornada de protesta que se completa también con cortes en otros accesos a la Ciudad de Buenos Aires, en el centro porteño, e incluye ollas populares en distintos puntos del país. La convocatoria de más de 40 organizaciones sociales reúne a más de 150 mil personas, según los organizadores, y tiene como bandera central el reclamo por la implementación de la Ley de Emergencia Social -sancionada en diciembre del año pasado y reglamentada por Mauricio Macri el pasado viernes 10 de marzo- y medidas urgentes para contener las demandas sociales de los sectores más golpeados por el estancamiento de la economía.

Las respuestas del gobierno ponen el viento en contra: cuatro meses de estancamiento de las medidas prometidas y una fila de efectivos de la Gendarmería preparados para desalojar a los manifestantes. Horas después llegaría la convocatoria al diálogo. El Ministerio de Desarrollo Social se comprometió a abrir una mesa formal de discusión la semana próxima.

El histórico Puente Pueyrredón fue el epicentro de una jornada de protesta que se completó también con cortes en otros accesos a la Ciudad de Buenos Aires.

“Es como que volvimos a remover toda la mierda del 2001, no se llamarán igual pero es lo mismo”, denuncia Roxana, trabajadora de la Municipalidad de Avellaneda, que asegura ver más comedores y merenderos que nunca en su barrio. “La convocatoria es de cada uno, venimos porque vemos que todo está muy mal”, agrega. Y recuerda que si bien ella todavía tiene trabajo, muchos de sus compañeros fueron despedidos entre el año pasado y lo que va del 2017.

La urgencia en la implementación de Ley de Emergencia Social se basa en las medidas que prevé necesarias para enfrentar la situación que atraviesan los trabajadores de la economía informal y desocupados. Entre ellas, la creación de 400.000 puestos de trabajo y el establecimiento de una canasta básica alimentaria de 6300 pesos para todos los programas de trabajo.

Cientos de manifestantes se concentran en plena Avenida Mitre.

Después de veinte minutos de espera al pie del Puente Pueyrredón, los efectivos armados forman y caminan rumbo a tres de sus vehículos, dejando paso a la multitudinaria columna de trabajadores. Más de cuarenta organizaciones sociales, entre ellas la Confederación de Trabajadores de la Economía Popular (CTEP), Barrios de Pie, el Frente Popular Darío Santillán, y la Corriente Clasista y Combativa (CCC) son protagonistas de la jornada de protesta y pueden avanzar pese a la tentativa de desalojo, previamente anunciada por la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich.  

Cristian Cervera, del Frente Popular Darío Santillán, afirma que la reglamentación llega demasiado tarde, y que la idea es evitar que la implementación siga el mismo camino.  Lleva a su hija atada en el pecho entre dos telas que hacen de cuna artesanal, y mientras la cubre del humo de un cigarrillo, agrega: “Hay un diálogo abierto que el gobierno habilita porque tiene que buscar formas de dispersar las movilizaciones, pero después reacciona así, poniendo policía”.

La convocatoria de más de 40 organizaciones sociales reunió a más de 150 mil personas, según los organizadores, y tuvo como bandera central el reclamo por la implementación de la Ley de Emergencia Social.

A la denuncia se suma Caly Flores, integrante de la CTEP. “La reglamentación fue un manotazo de ahogados que el gobierno tuvo que hacer para frenar el avance del pueblo”. Al respecto de la urgencia por las medidas que contempla la norma, Flores afirma que desde diciembre no aumentan los salarios de los trabajadores de la economía popular, que ganan alrededor de cuatro mil pesos por mes, suma que no alcanza para cubrir los gastos básicos de una familia. “Nos dicen que estamos gordos, pero estamos mal alimentados, con una dieta sin proteínas a base de fideos y arroz”, concluye.

En medio del Puente y ya llegado el mediodía, un grupo de mujeres cortan papas y abren latas de arvejas, mientras otras preparan el fuego para la olla popular. La tormenta resiste y los trabajadores mantienen en alto las banderas de los distintos movimientos sociales. Pablo, empleado en una cooperativa, también se autoconvoca al corte de calles para visibilizar su situación económica: “Desde el 2010 que cobro 4.000 pesos por mes”, denuncia y reclama salario digno y obra social para los trabajadores de cooperativas.

“Es como que volvimos a remover toda la mierda del 2001, no se llamarán igual pero es lo mismo”, denunció una trabajadora.

Además de la implementación de la Ley, las distintas organizaciones llaman al paro nacional. En representación de muchas de ellas, la Central de Trabajadores de la Argentina (CTA) acompaña la jornada del miércoles en los cortes de calles y llama a un paro general para el 30 de marzo. José “Pepe” Peralta, secretario general de la CTA Autónoma Capital, opina que la Ley de Emergencia salió muy tironeada y todavía está la duda de que realmente se ponga en vigencia. Además, apunta contra la CGT por no haber definido la fecha del paro general la semana pasada: “Esto no es una cuestión de dirigentes, se trata de las necesidades que tiene el pueblo”.

El corte de calles concluye a media tarde en la Ciudad de Buenos Aires, cuando finalmente la tormenta estalla sobre el cemento y las organizaciones se ven obligadas a desconcentrar. Pasada la tarde,  la jornada concluye  con un “ruidazo”, en distintos puntos del país, en protesta por el aumento en las tarifas de los servicios de luz, agua y gas. Y, como respuesta, se escucha una nueva promesa de diálogo.

La tormenta resiste y los trabajadores mantienen en alto las banderas de los distintos movimientos sociales.

 

Actualizado 16/03/2017

“Fuertudas”

“Fuertudas”

Al unísono, cientos de miles de mujeres marcharon, cantaron, gritaron (una vez más) por sus derechos, por mayor igualdad laboral y económica,  para que el patriarcado las deje de matar, para que las dejen decidir sobre su cuerpo.

Las calles del centro porteño temblaron en este histórico primer paro internacional en el Día de la Mujer Trabajadora, bajo el lema “Ni Una Menos, porque libres y vivas nos queremos”, una masiva  y diversa movilización, también con la participación de varones, se manifestó desde Congreso hacia Plaza de Mayo.

Correlato de lo que sucedía en más de 50 países, el #8M #NosotrasParamos expresó el hartazgo hacia la creciente violencia machista y la profunda desigualdad persistente en el ámbito doméstico, laboral, sindical y político.

Entre los reclamos incluidos en el documento leído al final, se exigió la libertad de la dirigente social Milagro Sala, detenida ilegalmente hace ya más de un año en Jujuy y cuya situación ya ha sido denunciada por organismos internacionales como la Comisión Interamericana de Derechos Humanos y la ONU.

“Paramos y movilizamos contra todas las violencias hacia las mujeres, paramos contra la violencia económica, los femicidios y las políticas de ajuste del gobierno macrista”, subrayó el pronunciamiento.

El #8M #NosotrasParamos expresó el hartazgo hacia la creciente violencia machista y la profunda desigualdad.

El paro internacional de mujeres no pudo escapar a la coyuntura iniciada el pasado lunes con la movilización de docentes, continuada el martes por la marcha de la Confederación General del Trabajo (CGT) y a su llamado a un paro general “sin fecha” que generó un profundo malestar en los miles de manifestantes que se habían movilizado con esa expectativa. De hecho, uno de los estribillos que más resonaba entre las mujeres que marchaban era: “Poné los huevos para el paro nacional”.

Pasado el mediodía, las columnas fueron inundando la avenida Rivadavia, nutridas  por organizaciones como Pan y Rosas del Frente de Izquierda (FIT), de La Cámpora y Nuevo Encuentro, de gremios docentes como SUTEBA  y SADOP, de SITRAJU de las judiciales, como así también agrupaciones universitarias, como SUR y FUA, y de movimientos de lesbianas, gay, transexuales y bisexuales (LGTB) y pueblos originarios, entre otros.

No obstante, también hubo una fuerte presencia de mujeres independientes que, solas o acompañadas, se sumaron al paro y movilización feminista con consignas inscriptas en carteles hechos en sus casas, o transcriptos en su cara, cuello, piernas, brazos.

“El lugar de la mujer es la revolución”, “Ni tuya ni puta”, “Vivas nos queremos”, “Ni la Iglesia, ni el Estado, yo decido”, “Patriarcado, vamos por vos!”, ”Mi cuerpo, mi territorio”, “El 8/3 paramos”, “Basta de violencia!” “Ni una sola mujer por aborto clandestino”, fueron solo algunas de las consignas que se enunciaron a lo largo de toda la tarde.

Miles de mujeres marcharon, cantaron, gritaron por sus derechos, por mayor igualdad laboral y económica, para que el patriarcado las deje de matar.

“La verdad que decidimos venir porque estamos cansadas, yo salgo por dos horas solamente en la calle, piropos, guarradas directamente, no me imagino todas esas mujeres que están todo el día en la calle trabajando, es respeto más que nada, creo que todos merecemos respeto, todo el mundo”, sostuvo Verónica, de 19 años, quien se manifestaba por primera vez, acompañada por sus amigas Milena y Aldana, de la misma edad.

En un informe realizado en el 2016, por el movimiento de Mujeres de la Matria Latinoamericana, las mujeres comienzan a sufrir acoso callejero desde los 9 años.

“Le enseño a mi hija a que nadie le pegue, que tiene derechos, a pelear por su derechos”, señaló Eugenia García, una mujer de 40 años que asistió a la marcha desde muy temprano con su hija.

“Mi  historia de vida me trajo hasta aquí”, afirmó. Su ex marido la golpeaba. “Pude terminar de estudiar y desperté”, reflexionó.

“Yo veo como cómo  a muchas de sus vecinas del barrio le pasa lo mismo. Las cagan a palos y se acostumbran por miedo”, completó en diálogo con ANCCOM.

Durante el 2016,  se registraron 327 casos de femicidios con  un promedio alarmante  de una mujer cada 30 horas, según un informe realizado por la organización Casa del Encuentro.

Con un cartel y una foto, que pedía “Justicia por Verónica”, la ex suegra Andrea Galiardi, la joven de 17 años asesinada por su novio en junio del 2015, se sumó al reclamo. “Mi hijo estuvo tres años y medio de novio con Vero pero un buen día dijeron de darse un tiempo, a los poquitos meses se fue a bailar a un boliche de San Martín y allí conoció a quien hoy es su asesino”, describió.

04_04_parointernacionaldemujeres_molina_dsc8008

“Paramos y movilizamos contra todas las violencias hacia las mujeres, paramos contra la violencia económica, los femicidios y las políticas de ajuste del gobierno macrista”.

”Salieron alrededor de tres meses y medio y él comenzó con los tratos de los benditos celos, y Verónica no quería eso para ella, entonces decidió ir a la casa, para hablar tranquila, para que cuando se vieran en la calle se saludaran y siguieran bien, pero él, lamentablemente, la estaba esperando con un cuchillo de guerra y la mató de siete puñaladas”, narró.

El asesino fue encarcelado desde el primer día, a la espera del juicio oral que se llevará a cabo este año.

La participación de las mujeres en la vida política fue otro de los reclamos. Alejandra López, secretaria general del SADOP, afirmó: “Actualmente son muchas las compañeras mujeres que militamos, que aportamos, que tenemos proyectos propios mancomunados dentro la organización sindical para pelear contra estas políticas neoliberales de ajuste”.

Pero apuntó que “sí nos debemos dar, puerta para dentro de cada organización sindical, la discusión para generar mayores lugares de participación de las mujeres. Hoy estamos en pleno proceso de cambio”.

La desigualdad en los espacios de trabajo sigue siendo profunda. Es el caso de los talleres gráficos que, según señaló a ANCCOM, Viviana Benítez, delegada gráfica, “es un gremio donde la mayor labor es masculina”. Y advirtió: “Somos muy pocas las mujeres que realizamos tarea, estamos siempre en la parte de mesa, la parte liviana”.

Apuntó, además, que en ese ámbito “el trabajo de mayor remuneración es el maquinista” y que, más allá de que la tecnología avanzó, no hay maquinista mujer. “Por más que hoy sea apretar un botón, lo aprieta un hombre, lo sigue haciendo un hombre. Peleamos por eso, porque somos compañeras, somos mujeres, hacemos las misma tarea que hacen ellos y tenemos el mismo derecho. Nosotras la queremos hacer”, subrayó.

Las calles del centro porteño temblaron en este histórico primer paro internacional en el Día de la Mujer Trabajadora, bajo el lema “Ni Una Menos, porque libres y vivas nos queremos”

Las calles del centro porteño temblaron en este histórico primer paro internacional en el Día de la Mujer Trabajadora, bajo el lema “Ni Una Menos, porque libres y vivas nos queremos”.

Los bombos peronistas, las percusiones, las murgas, marcaron el pulso de los reclamos en una tarde que amenazaba por momentos lluviosa y por otras cercanas al calor de las semanas anteriores.

“Pasito para acá, pasito para allá, si nos organizamos no nos van a parar”,  cantaban y bailaban al ritmo de la canción popular de Gladys, la “Bomba Tucumana”, las mujeres organizadas del Movimiento Evita.

Dos niñas de no más de cinco años, transitaban junto a sus madres con un cartel, dibujado y coloreado por ellas, con una inscripción escrita que denotaba el espíritu de la tarde. “Fuertuda”, decía.

No hubo espacio que no fuera intervenido artísticamente. Los esténcils con la consigna “Vivas nos queremos” en medio de la Avenida 9 de Julio, las paredes con carteles en donde las personas podían completar por qué hacían el paro,  los árboles, con carteles y notas denunciando, con nombre y apellido, a hombres acusados de violación, solamente por mencionar algunos de los cientos que se fueron sucediendo.

La noche había llegado y muchas de las organizaciones que marchaban no alcanzaban a pisar las cercanías de la histórica Plaza de Mayo, absolutamente repleta, sin centímetros de sobra para ni siquiera un alfiler.

En el escenario de cierre, la periodista Liliana Daunes le puso voz al documento que consensuado con las organizaciones sociales y políticas, acompañada por más de 30 mujeres de distintos espacios,  entre ellas la madre de Plaza de Mayo Nora Cortiñas, la actriz Cristina Banegas, Ana María, la mamá de Melina Romero –la adolescente asesinada en 2014-, Estela Díaz, secretaria de Género de la CTA de los Trabajadores, Vanesa Siley, secretaria general del Sindicato de Trabajadores Judiciales (SITRAJU-Caba) y una de las referentes de la Corriente Federal de Trabajadores, Araceli Ferreira, diputada del Movimiento Evita, Myriam Bregman del PTS, Vilma Ripoll, del MST. 

Entre otras cuestiones, se reclamó el cese de los despidos y de la flexibilización laboral, la reincorporación inmediata de todas las despedidas, el acceso a todas las categorías en igualdad de condiciones que los varones, la implementación y ampliación en todo el país de la Ley de Cupo Laboral para personas trans y la aprobación del proyecto de Interrupción Voluntaria del Embarazo.

Algunas pantallas se detuvieron al final del día en los incidentes frente a la Catedral de Buenos Aires, donde un pequeñísimo grupo, tras el cierre del acto, comenzó a arrojar objetos e inició una fogata. Sin embargo, la historia recordará a las más de 300.000 mujeres que unidas renovaron la lucha para parir  “una sociedad nueva”.


Actualizado 09/03/2017

La CGT perdió la agenda

La CGT perdió la agenda

La multitudinaria movilización convocada por la Confederación General del Trabajo (CGT) terminó con incidentes luego de que la dirigencia sindical prometiera un paro nacional, sin determinar la fecha y condicionándola según las “rectificaciones” que el gobierno pudiera llegar a hacer. Desde el comienzo del acto hubo chiflidos e insultos para los oradores de parte de los trabajadores que demostraban su descontento por la demora en la convocatoria a la primera huelga general, tras 15 meses de gobierno de Cambiemos.

Desde el mediodía hubo concentraciones de agrupaciones sindicales de todo tipo, ya sea las que nuclea la CGT, inclusive la de su rama más combativa alineados en la llamada Corriente Federal de Trabajadores, como los que pertenecen a las dos CTA (Central de Trabajadores de la Argentina) que esta vez marcharon juntas. También hubo presencia de sindicatos clasistas, de la CTEP (Confederación de Trabajadores de la Economía Popular), de agrupaciones partidarias de izquierda y kirchneristas, así como también numerosas personas autoconvocadas. Los organizadores estimaron una concurrencia que superó las 300 mil manifestantes. La unión de los trabajadores se hacía visible con el objetivo de que se llamara finalmente a un paro general.

El acto de la CGT tuvo lugar en la intersección de las calles Moreno y Diagonal Sur, en frente del Ministerio de Producción, donde se armó un escenario para que los dirigentes sindicales le hablaran directo a sus bases.  La jornada comenzó cuando el orador oficial pidió un minuto de silencio para recordar, entre otros a José Ignacio Rucci, como uno de los defensores de los trabajadores. La respuesta Inmediata, sin embargo, fue el cántico “vamos a volver” seguido de un masivo grito: “Paro general”.

Manifestantes se concentran en la movilización convocada por las centrales sindicales en Diagonal Sur y Avenida Belgrano.

Desde el comienzo del acto hubo chiflidos e insultos para los oradores de parte de los trabajadores que demostraban su descontento por la demora en la convocatoria a la primera huelga general.

En medio de ese clima, Carlos Acuña, uno de los tres secretarios generales que encabezan la CGT, tomó la palabra y empezó a cuestionar al Gobierno: “Basta del manoseo que tenemos”, dijo. Luego felicitó a los trabajadores por la amplia participación en la manifestación y por el apoyo a los docentes en la marcha del día de ayer. Acuña continuó denunciando la cantidad de despidos y suspensiones sufridas, el aumento de las tarifas, y recordó el veto presidencial a la Ley Antidespidos, así como la inflación creciente. Desde el público aparecían los primeros silbidos y los gritos que replicaban: “Ya lo sabemos, llamá al paro general.”

Rápidamente, el micrófono pasó a manos de Juan Carlos Schimid, otro de los secretarios generales de la CGT, a quienes algunos manifestantes recibieron con el grito de “Vende Patria”. Mientras tanto, se hacía sentir con fuerza de nuevo el grito “paro general”. En ese clima, Schmid destacaba el daño que produjo en la industria local la apertura de las importaciones. “Vamos a ir a un paro nacional, a una medida de fuerza, para que el silencio ensordecedor le haga ver al gobierno nacional, ese retrato social que la mayoría de los argentinos no ve”.

Ante estos dichos, el público se aliviaba esperando que cuando Héctor Daer, el restante titular de la CGT, tomara la palabra dijera efectivamente la fecha del tan ansiado paro. Pero después de quejarse sobre el techo a la paritaria, que el gobierno quería imponer, y de jactarse de defender a los trabajadores Daer sostuvo: “Vinimos a decirles a este gobierno que si no hay rectificaciones, el Consejo Directivo de la CGT ya tomó la decisión de hacer un paro de 24 horas.” Esto generó la respuesta de un público enfebrecido que al instante replicó : “Ponele fecha, la puta que te parió”. Daer concluyó su intervención reivindicando la coherencia de su espacio por haber sido pacientes, mientras los manifestantes, enojados, silbaban y gritaban: “Cagones”; “traidores”; “Perón te queda grande.”

El acto de la CGT tuvo lugar en la intersección de las calles Moreno y Diagonal Sur, en frente del Ministerio de Producción, donde se armó un escenario para que los dirigentes sindicales le hablaran directo a sus bases.

Después de que Daer concluyera el acto, un grupo de trabajadores de diversos espacios, lograron pasar las vallas y alcanzaron la zona del escenario donde estaban los dirigentes sindicales, y comenzaron a increparlos. De repente irrumpieron integrantes del Sindicato de Camioneros, que agredieron a los que se encontraban allí, y sacaron a Pablo Moyano del lugar.

La indefinición de la cúpula cegetista sobre la convocatoria al paro provocó el descontento de muchos de los asistentes, ya que se sintieron ignorados luego de manifestarse a favor de una medida de fuerza tras pasar 15 meses del gobierno macrista, sufriendo una continua pérdida de derechos, la caída de nivel adquisitivo, los tarifazos, los despidos, la inflación, entre otros ataques a la clase trabajadora.

María José Graiño, perteneciente a la Unión de Docentes Argentinos  (UDA), vino especialmente de San Nicolás para participar de las convocatorias de ayer y de hoy y expresó su malestar: “Realmente estoy indignada. Vinimos hasta acá y veo que está todo arreglado. Nos entregaron, me siento muy triste y apenada. Cómo puede ser que yo venga acá para escuchar que van a llamar a parar 24 horas cuando les estamos pidiendo un paro inmediato, es una vergüenza.” En la misma línea se expresó Gonzalo Fernández, militante  de la agrupación Kolina: “Veníamos con la idea de que teníamos una fecha a partir de hoy del paro general, pero la conducción todavía es funcional a la derecha. Puro amague, se están cagando en las bases”.

Otro trabajador, que no quiso dar su nombre por motivos laborales, ya que pertenece al Sindicato de Trabajadores de la Industria de la Alimentación (STIA),  comandada por Rodolfo Daer, hermano de Héctor Daer, daba también su opinión:  “No sé qué está esperando la CGT. Queremos que pongan una fecha concreta porque no da más el trabajador, el pueblo está presente acá.”

 Pero no todos se mostraron disconformes con los discursos del tridente de la CGT, Raúl Ortega de 65 años, referente del Sindicato de Empleados de Comercio de Mendoza -presidida por Armando Cavalieri-, se mostró optimista: “Yo creo que si no hay una mesa de arreglo de acá a 15 días, va a haber paro”.

Por su parte, Liliana (no quiso dar su apellido) trabajadora de Unión del Personal Civil de La Nación  (UPCN) remarcó la necesidad de que el gobierno se abra al diálogo: “Este gobierno está avasallando derechos, y propiciando que miles de trabajadores y ciudadanos estén quedando en la calle y sin trabajo, así que yo espero que bajen sus pretensiones oligárquicas y que se propongan hablar con nosotros, que somos los que realmente tenemos el poder.”

Actualizado 07/03/2017

Gorro, bandera y redoblante

Gorro, bandera y redoblante

Centro Murga Amanecidos de Palermo es una de las tantas murgas de la Ciudad que año a año se preparan para hacer su recorrida por los distintos corsos porteños de los fines de semana de febrero. Durante el año, sus integrantes se juntan a ensayar en un playón de Palermo, que a la vez funciona como punto de encuentro para las salidas de Carnaval. Participan familias completas y todos colaboran para lucirse ante el público y los jurados. Este año, la lluvia les jugó una mala pasada a muchas agrupaciones que no pudieron salir cuando les correspondía pero esperaron ansiosamente al próximo fin de semana para recibir el merecido aplauso del público.

 

Mirá la Fotogalería de ANCCOM:

Mujeres panfletarias

Mujeres panfletarias

El arte y la política están completamente imbricadas. Para Diego Rodríguez y Germán Ivancic, organizadores del ciclo Teatro Panfletario, desde la última dictadura militar los sectores del poder comenzaron una campaña sistemática de devaluación de la política entendiéndola como la degradación de la civilización humana. El teatro, dicen, no fue ajeno a esa degradación y por tal motivo en la actualidad se utiliza la palabra “panfletario” como adjetivo descalificativo para referirse a una obra con marcada posición política. “La idea es, desde este lugar de la ciudad, generar una contraofensiva incluso hacia nuestros propios colegas, comenzar a provocar en nosotros mismos una reflexión sobre cuáles son los adjetivos calificativos que utilizamos en relación al arte y la política, y ponerlos en juego aquí”, aseguró Rodríguez y agregó: “Uno de los efectos más ricos que tuvo la primera convocatoria es que varios de los que se acercaron, incluso algunos de los que participaron, no tenían ni idea de lo que quería decir ‘panfletario’. Entonces, que nosotros les hayamos propuesto enterarse de esa idea, es la misión de este ciclo: generar una instancia donde empecemos a nombrar aquellas cosas”.

Por su parte, Ivancic aportó una mirada sobre la coyuntura y su expresión en el modo de producir artístico: “Actualmente aparecen discursos como ‘vamos por un país normal’, ‘seamos normales’, etc. Se presenta la idea de norma que de por sí es compleja. Más aún si no se analiza cómo se juega la política en eso. Porque todo eso es político, todo el tiempo hay relaciones de poder que se van ejerciendo en distintos lugares que van dando forma a esa norma. Lo que se construye entonces como normalidad, desde los espacios de poder, es dejar gente afuera, se normaliza, se recorta. En el arte pasa lo mismo, ¿de qué manera estás produciendo? También hay una normalidad, en términos de las expectativas, de vivir del arte, entre otras cosas, todo ello va construyendo normalidades que quedan sin discutirse”, comentó.

Este año, Barbados Artes Escénicas -otro de los colectivos que integran la propuesta en Machado teatro- decidió profundizar su ciclo de teatro en las problemáticas de género y el rol de la mujer en la sociedad. “En realidad, la temática nos abordó a nosotros. Desbordó el mundo, afortunadamente, y nosotros entendimos que había que acompañar esto de alguna manera. La nuestra es dándoles lugar para que hagan”, declaró el fundador de Machado, Diego Rodríguez. “Cuando surgieron las marchas por el ‘Ni una menos’, también aparecieron discursos como ‘nadie menos’, esos discursos invisibilizan la problemática en sí. En la generalidad, se borra la especificidad. Fueron las mujeres las que le hicieron el primer paro a (el presidente Mauricio) Macri. Existe una potencia que, desde este lugar, nos parece interesante seguir construyendo”, remató Germán Ivancic.

Para la convocatoria se presentaron más de veinte proyectos, de los cuales seis fueron seleccionados. Los criterios aplicados para la elección de las propuestas radicaron en la claridad de la consigna panfletaria que se exigía en la presentación, como así también en el soporte procedimental para la creación de la obra y, finalmente, procuraron garantizar temáticas diversas relacionadas con las problemáticas de género. Por otra parte, la propuesta de Machado incluyó la elaboración de las obras en residencia, es decir, se le brindó a cada equipo artístico 30 horas de ensayo sin cargo junto a todo lo que se requiriese en términos de gestión y acompañamiento. Sin embargo, “este acompañamiento no implica que nosotros ocupemos el rol de curadores estéticos de la obra. En ese punto, decidimos no intervenir y brindar total autonomía, cada grupo construye independientemente su proyecto”, afirmó Ivancic. Finalmente, el cronograma de trabajo incluye tres encuentros junto a todos los equipos para poder debatir e intercambiar el estado y la elaboración de cada obra con el fin de realizar un proceso de producción colectivo que supere el trabajo aislado.

Los equipos seleccionados están integrados por Ana Laura López, directora de la obra “Todo útero es político”, Ana Borré, directora de la obra “No me chistés”, Manuela Piqué / Las Berthas en la obra “Reaccioná de una vez y fabricate una chumbita Loca, pistola recargable y a presión para acosadores ocultos”, Cora Fairstein y Marina Kamien en la obra “Tu sexo débil”, Leticia Morínigo Martínez en “¡A las calles! ¡Habitar la resistencia!” y Luciana Tomie Da Costa Ide, integrante del colectivo Passarinho de Brasil, con la obra “Mujeres contra el golpe”.

«Lo que se construye entonces como normalidad, desde los espacios de poder, es dejar gente afuera, se normaliza, se recorta. En el arte pasa lo mismo»

***

“¡A las calles! ¡Habitar la resistencia!”

Leticia Morínigo Martínez baila desde los seis años, estudió Letras en la Universidad de Buenos Aires, da clases en la escuela media. Pero el grueso de su formación se lo dio su convicción y la decisión de arriesgarse, de animarse y nunca resignar sus pasiones. Nacida en el seno de una familia trabajadora, se crió en el barrio de Villa Crespo. Decidió participar del concurso para el ciclo “Mujeres panfletarias”, en primer lugar, porque brindaba la posibilidad de reafirmarse y reapropiarse sobre el adjetivo con carga peyorativa que acarrea el término “panfletario”. En segundo lugar, porque habilitaba la oportunidad de crear una obra que pudiese sostenerse sobre una problemática social.

La propuesta que elaboró junto a Sofía López Fleming fue una de las seleccionadas de este ciclo: “¡A las calle! ¡Habitar la resistencia!” que pone en el escenario una performance que integra música, baile y silencios, con los cuales pretenden problematizar la política represiva y el disciplinamiento de los cuerpos en nuestro país. Sustentada teóricamente en la idea de “comunidad invisible”, pone en juego la calle, el cuerpo y el encuentro y organización de los sujetos sociales. “Habitar es pensar en qué hacemos con este presente, ¿cómo hacemos para transformarlo? Habitar es estar, prestar atención, porque las cosas están ahí pasando. Queremos aprender a detectar nuestras fortalezas en el cuerpo para poder hacer frente a todos los controles. La pregunta es ¿qué hacemos con nuestros cuerpos violentados? Frente a ese interrogante nosotras entendemos que la transformación es colectiva”, aseguró.

“Todo útero es político”

Ana Laura López es licenciada en Ciencias de la Comunicación, oriunda de Temperley, reside en el barrio de Boedo. Conoció el teatro en 2004 y asegura que con él encontró respuestas en su vida. A la par de formarse como actriz, trabajó como asistente para varios directores y en 2012 decidió emprender su camino como directora de teatro. “Todo útero es político”, su obra seleccionada para este ciclo, representa su quinto montaje personal. Se considera como una “mujer de armas tomar” y todo lo que produce responde al para qué hacerlo. Por esta razón decidió presentarse a la convocatoria. Le interesó particularmente la posibilidad de investigar alguna temática desde el teatro vinculada a reivindicaciones políticas de y desde la mujer.

En esta pieza teatral –en la cual aparece en escena junto a Salvador Haidar-, se entrecruzan debates abordados por el feminismo. Entre ellos, el mandato de la maternidad, la incesante exigencia sobre los cuerpos a corresponderse en un grupo, una categoría, a tener que especificar qué soy, cuando la sociedad patriarcal y binaria no encuentra categorías dónde identificar a ciertos sujetos. “Cuando uno se anima a cuestionar algo tan fundamental como la maternidad, va encontrando como en el útero se anuda la dominación masculina sobre la mujer, el patriarcado y la reproducción del sistema capitalista. Ese útero es de todos menos de la mujer”, explicó.

“Tu sexo débil”

Marina Kamien hace teatro desde niña, estudió en el conservatorio de Arte Dramático, aunque se formó en muchos espacios y realizó numerosos cursos y talleres donde fue perfeccionadose. Es actriz, pero también hace música y trabaja coordinando actividades y espacios culturales. En esta obra es dirigida por Cora Fairstein, con quien se ha encontrado en escena, en obras anteriores. Decidieron participar del concurso porque es un momento interesante para poder hablar y reflexionar sobre mujeres, desde las mujeres.

Asegura que la suya es una propuesta teatral sencilla: la historia se recrea a través de la utilización de imágenes y música, y reflexiona sobre la idea de la mujer como sexo débil a través de la noción de fuerza. Pone en tensión la idea de debilidad desmitificándola y haciendo hincapié en que la mujer no es más débil por naturaleza sino que desde chica la sociedad la desarrolla en tareas y roles que no tienen que ver con la fuerza física. “Nos gustaría que el espectador se quede pensando en todos los malabares que puede realizar una mujer en relación a su vida, a su cuerpo, a sus hijos. Que pueda identificar todo lo que una mujer realiza cotidianamente y poner en tensión la idea de “debilidad” que han construido sobre nosotras”, expresó. 

“No me chistés”

Ana Borré desde niña comenzó a trabajar con el físico, inicialmente con danza, luego cursó en el IUNA (Instituto Universitario Nacional de Arte) –actualmente UNA- la carrera de Artes del Movimiento y actualmente dirige la obra “No me chistés”, seleccionada para este ciclo. Decidió participar del concurso abierto por Barbados en Machado Teatro, porque le interesó la innovación a la que invitaba la propuesta. Por otra parte, le pareció importante construir todo un ciclo de teatro panfletario con temáticas de género, porque considera que una obra que aborde dichas problemáticas realizada aisladamente no genera el mismo impacto, ni tiene la misma visibilidad, que enmarcada en todo un ciclo.

La obra, aborda casos de femicidio, busca generar un gran impacto visual, con texturas y colores, fotos e imágenes. Está integrada por cuatro solos, cada uno realizado con elementos distintos, sin texto, con una gran apuesta al movimiento. Sustentada teóricamente en el libro Teoría King Kong de Virginie Despentes, cuestiona la idea de que la mujer tiene reprimida la violencia. “Me da vértigo pensar qué puede leerse de todo lo que vamos a realizar. Me gustaría que sirva para reflexionar sobre cómo nos están matando”, concluyó.

*****

Los organizadores de este ciclo explicaron cuáles fueron los objetivos de haber creado “Mujeres panfletarias”: «El objetivo de fondo es cambiar el mundo. No obstante, como sabemos que el mundo no es fácil de cambiar, me conformo con encontrar en cada proyecto una instancia superadora de la propuesta inicial. En las asociaciones se pone en juego un valor que supera la mera propuesta originaria e individual. Queremos pensar en la idea de que el mundo es mejor cuando nos asociamos y ver de qué manera se lo puede materializar cada vez más”, aseveró Diego Rodríguez y concluyó Germán Ivancic: “Estas experiencias van generando poder, permiten transformar nuestro entorno, nuestras vidas, nuestras relaciones y miradas. Así como cada obra tiene una consigna y es panfletaria, el nombre del ciclo está convocando a algo y está dialogando con un sector, también con el teatro mismo y con la sociedad. Eso para nosotros es un valor. Nos permite hablar de lo que queremos hablar y profundizar la discusión”.

Germán Ivancic y Diego Rodríguez, creadores de Barbados Artes escénicas, organizan el ciclo de Teatro Panfletario, en el teatro Machado.

Germán Ivancic y Diego Rodríguez, creadores de Barbados Artes escénicas, organizan el ciclo de Teatro Panfletario, en el teatro Machado.

 

Estreno 24/03 a las 20:00. Machado 617, CABA

Funciones: Sábados 1 , 8, 22 y 29 de Abril a las 23 hrs.

Valor de las entradas anticipadas con descuento: $180

Para más información sobre este espacio: Machado teatro. Aquí se miente.

Sobre este ciclo, ver

 

Actualizado 02/03/17