Otro consumo es posible

Otro consumo es posible

Bonpland al 1660, barrio de Palermo. Allí es la sede  del Mercado de Economía Solidaria, un espacio que fomenta otro tipo de comercialización, con eje en el cooperativismo y la autogestión y el consumo responsable. El proyecto cumple este sábado diez años y lo celebra con talleres, debates y una feria de productores independientes.

La idea del mercado se inició en el 2001, como resultado de la devastadora crisis político-económica que se estaba gestando en el país. “Lo armamos por la necesidad de tener un espacio de venta, porque había mucha necesidad de los compañeros y la posibilidad de comercializar era muy poca” comenta Raúl Ojeda, productor del CEDEPO.

Rosa Zambrano,  responsable de Soncko Argentina y  presidenta de la cooperativa del mercado,  señala que en ese momento el mercado tradicional que se encontraba en el predio de Bonpland se estaba vaciando y no era rentable. “Cuando los del mercado se fueron, se hizo una asamblea y se presentó un recurso de amparo para declararlo patrimonio histórico. Esto fue un proceso de años”, expresa. “El 5 de noviembre del 2007 las organizaciones firmaron un convenio marco, establecía que tenía que haber una administración conjunta entre el Estado y las organizaciones”, recuerda.

Mujer detrás de ornamentos colgantes.

La idea del mercado se inició en el 2001, como resultado de la crisis político-económica

El mercado está compuesto por diez organizaciones que buscan visibilizar y dar lugar a producciones familiares, bajo los principios de la economía social y solidaria. Estas entidades, presentes desde el inicio, se organizan bajo la forma de una mesa, donde hay un representante de cada cooperativa para tratar los temas comunes.

Las organizaciones que ocupan el espacio actualmente son: la Cooperativa Agropecuaria de Productos Familiares (APF), el (CECOPAF), el (CEDEPO), y las cooperativas de Colectivo Solidario, 20 de Diciembre, Lácar (empresa recuperada), Red de Campo, La Asamblearia, Parque Pereyra y Soncko Argentina. Venden ropa, artesanías y frutas y verduras agroecológicas, entre muchos otros productos. Raúl Ojeda comenta que aunque las organizaciones que ocupan el espacio son las originales, ha crecido la oferta de bienes: “Al articular con otras organizaciones, nos proveen cosas que nosotros no tenemos. Entonces se amplía el espectro, hay más diversidad de cosas”, expresa el productor.

Mujeres tejiendo

En el mercado se vende ropa, artesanías y frutas y verduras agroecológicas, entre otras cosas.

Mauro Rossi, productor de la Cooperativa La Asamblearia,  señala que son varios los pilares que sostienen al mercado y que lo hacen  “alternativo”. Entre ellos, aparece la idea de que no existan intermediarios y que solo sea un nexo entre el productor y el consumidor. Además, la de  tener en consideración en qué condición se produce y el impacto ambiental que tiene lo que allí se vende.

Pamela Fadiga, responsable de comunicación de la Cooperativa de Trabajo Colectivo Solidario -la cual trabaja con emprendimientos autogestionados, cooperativas y empresas recuperadas- , comenta que además se impulsa la idea de un consumo responsable y crítico y que el rol del consumidor es fundamental a la hora de elegir en dónde comprar y a quién. “También es entender que si parte de nuestros ingresos lo podemos destinar a este tipo de proyectos, estamos sosteniendo familias; entonces es ponerte a pensar un poco a dónde va la plata”.

El festejo de los diez años contempla estas ideas desde el lugar de diversos talleres y charlas. Un ejemplo es el Taller de Alimentación Consciente para tener noción sobre qué comemos día a día e incorporar la idea de “lo natural” en nuestras dietas. O el taller Una Huerta en mi Terraza, donde se brindarán consejos para llevar adelante una huerta con pocos recursos.  Además, habrá un panel de debate sobre Soberanía Alimentaria.

Por otra parte, habrá una feria de organizaciones invitadas como La Pirka, Feria Agronomía, RED Puna y distintas empresas recuperadas, tocarán bandas en vivo y se realizarán degustaciones y postas de comida.

Actualizado 14/11/2017

La vuelta del vinilo

La vuelta del vinilo

En su novena edición, con un prolijo recorrido armado con más de cuarenta y cinco locales abiertos al público, descuentos, ediciones especiales y shows en vivo, se celebró “La Noche De Las Disquerías” en la Ciudad de Buenos Aires con el objetivo de fortalecer la industria discográfica, apoyar la industria musical nacional y, por qué no, incitar a que haya más melómanos en el mundo.

Organizada por la Cámara Argentina de Productores de Fonogramas y Videogramas (CAPIF), la noche de las disquerías se presentó como un evento que permite no sólo facilitar la compra de discos, vinilos y otras delicias de la música, tanto para quienes coleccionan como para quienes no, sino que también funciona como forma de difusión para nuevos artistas. Alejandro Ioras, melómano, coleccionista de vinilos y conductor del programa de radio online Miércoles de Película, ganador del Premio Trend Topic 2017, recorrió junto a ANCCOM una noche donde el Centro, Recoleta, Palermo y otras zonas se vistieron de clásicos.

“Todos saben que la industria discográfica argentina tuvo un quiebre. Hoy tenés Spotify —servicio de música en streaming— y está todo ahí. Este tipo de eventos está bueno para que la gente vea, conozca, se embeba en el tema,” explica Alejandro, mientras revisa una pila de clásicos en oferta. Elige Celebration Day de Led Zeppelin, y continúa con la charla. “¿Viste la cantidad de artistas emergentes que están editando vinilos? Eso es bueno. Es muy bueno. Más allá de que la calidad sonora del vinilo es cien veces mejor que escuchar un tema de Spotify, habla de algo más”.

Una mesa repleta de CDs afuera de una disquería, dos jóvenes caminando, y en la vidriera unos afiches que promocionan "La noche de las disquerías".

La Feria fue organizada por la Cámara Argentina de Productores de Fonogramas y Videogramas.

Es cierto. Basta una visita por disquerías como Mercurio para descubrir una lista sin fin de vinilos, casetes y discos de artistas independientes, de nombres recurrentes en la escena musical actual, como lo son Nahuel Priones, El Mató Un Policía Motorizado, Ciruelo, entre otros. Gonzalo Martínez, joven coleccionista de vinilos y fiel visitante de la noche, asegura que “está buenísimo que artistas locales editen vinilos. El vinilo es una masa, tener un vinilo es otra cosa”. Gonzalo consume vinilos de artistas independientes nacionales, aunque por una cuestión de presupuesto no puede tener el número que querría, intentan apoyar a los artistas con la compra de, al menos, uno.

La cuestión presupuestaria es otro elemento que le da a la noche de las disquerías una cuota de interés: las ediciones especiales se pueden encontrar más baratas, las ofertas son tentadoras como lo indican los carteles en las vidrieras, que anuncian dos discos al precio de uno. Es cierto que, el vinilo sobre todo, es un formato de alto presupuesto al que no todos acceden, pero eventos así los hacen mucho más accesibles.

Alejandro continúa el recorrido, y se detiene de vez en cuando a mirar, quizá por la vidriera, algún artista que está tocando. “Las disquerías normalmente sobreviven por los melómanos, como yo, o como muchos acá. Tener una noche así es un sacudón para la cultura, porque muchos vienen y no tienen idea, y acá descubren. Para eso, es muy importante el eslabón show en vivo, descuento, evento”.

Artistas consagrados como Richard Coleman fueron parte del evento, pero sonaron también un sinfín de músicos independientes. “Me encanta que esté la movida de los shows en vivo. Yo no colecciono vinilos, ni discos ni nada, pero ponele, ahora que llegué temprano, me doy una vuelta y uno me compré. Está bueno,” opina Juliana Ailín a la salida de Disquería Mercurio.

Imagen de unas manos sosteniendo un CD en una mesa repleta de discos.

“La Noche De Las Disquerías”en la Ciudad de Buenos Aires tiene el objetivo de fortalecer la industria discográfica y apoyar la industria musical nacional.

Gonzalo retoma el tema y opina, “el otro día, un compañero se quejaba de que Lali (Espósito) había sacado un vinilo. Sí, qué se yo, no me copa, pero por otro lado ayuda a que se popularice más. Qué sabés si el que miró el vinilo de Lali hoy, no compra un vino de sello independiente nacional mañana. Si difunde, es bueno. Lo demás se aprende”.

Pero la noche no es solamente un gran evento para las disquerías y los consumidores, también lo es para los artistas independientes. Un gran número de ellos se pasea por las disquerías ofreciendo sus discos para venta, ofrecimiento que, muchas veces, llegaba a buen puerto. “La música independiente es así, a pulmón”, explica el cantante Ema Mena. “Venís y dejás el disco, si gusta, se queda”. Si bien hay un gran número de disquerías que trabajan, sobre todo, con clásicos de la música, hay tantas otras destinadas a lo independiente.

“Hay mucho joven dando vuelta,” indica Alejandro, y es cierto. Quizá sean los shows en vivo, o simplemente la curiosidad, lo que hace que un gran público juvenil se acerque a buscar lo que, uno pensaría, es un formato para adultos. “Que las bandas independientes que suenan ahora editen vinilos, en ese sentido, es muy bueno. Le da conocimiento, es un ‘che, mira esto’. Ahora también está volviendo el formato casete, otra joya. Fijate que ya hay muchos”.

La noche de las disquerías es una unión entre un sentimiento melómano, la curiosidad de ir a visitar algo tan clásico como una disquería, presentaciones en vivo y ofertas imperdibles. Pero, por sobre todo, es una noche que mantiene el espíritu cultural vivo y no le cierra las puertas a nadie. Porque mantener la música viva es, y siempre será, tarea de todos.

Actualizado 14/11/2017

Mate amargo

Mate amargo

El mate, esa costumbre tan argentina, viene cebado con amargura desde Misiones, donde se cultiva el 90 por ciento de la producción. El 10 por ciento restante proviene de Corrientes y no es más dulce. Entre las dos provincias registran más de 200.000 hectáreas cultivadas con hoja de yerba mate, en las que se estiman que trabajan alrededor de 20.000 tareferos. El 80% de ellos realiza sus tareas en negro. 

Tarefa es el viejo oficio de cosechar la hoja verde. Tarefero es quien lo realiza. Cuentan los viejos pobladores que tarefa viene de tarifa y que los tareferos son ahora los que antes eran los mensúes: aquellas personas de tez “ensolada” y manos curtidas que tienen como hogar el yerbal del patrón (a quien no conocen), en vez de su propia casa. Son hombres, mujeres y niños, la familia entera, que viaja hacia los yerbales en camiones destartalados, propios de una actividad totalmente informal, en lo que respecta a relación laboral y condiciones de trabajo. En esos mismos camiones vuelven a sus hogares, al finalizar la jornada, a eso de las 16. Viajan arriba de los bolsones cargados de miles de kilos de hoja verde, los raídos. 

La actividad yerbatera supo ser de las principales actividades económicas de la provincia de Misiones, en especial hacia mediados del siglo XX. Hoy, y desde hace algunas décadas, la expansión de las fronteras del monocultivo de pino y eucalipto -para la actividad pastera-, el creciente turismo y, en menor medida, la construcción, están haciendo retroceder y ganándole territorios al cultivo de yerba mate.

Aun así, en 2016 se registró una cosecha récord, con el ingreso en secadero de 819.052.572 kg de hoja verde, los cuales se traducen en 252.136.107 kg de yerba mate empaquetada para el consumo. Los secaderos son los galpones en donde continúa el proceso de elaboración y se descargan las toneladas cosechadas del día, para luego pasarlas a hornos de ladrillo y secarlas a más de 100 grados.

Fila de sosteniendo un pasacalle en el contexto de una movilización de trabajadores tafareros

La tarefaros trabajan de forma informal pese a las enormes ganancias que registra la actividad.

De estos grandes números, poco saben los tareferos. Ellos y ellas, son las personas gracias a quienes las familias materas de todo el país tienen su paquete de yerba listo para llenar su mate y arrancar el día de una mejor manera. De los aproximadamente $60, que cuesta el kilo de yerba en los supermercados, los tareferos ganan apenas entre $0,80 y $0,90 por kilo. En el medio, intervienen actores de todo tipo, que tienen el poder y la capacidad de ir inflando el precio final en góndola. Gracias a la desregulación de la actividad que se produjo en la década de 1990 entraron al negocio: contratistas, secaderos, molinos e hipermercados. Entre todos ellos se concentran las abultadas ganancias de la actividad, que sólo considerando las exportaciones -principalmente a Siria y Europa-, arrojaron para el período de enero-agosto de 2016, más de u$s 42,6 millones.

Alrededor de esas ganancias, el trabajo no registrado, en negro, de los tareferos, implica una estafa al fisco por evasión de impuestos de 54 millones de pesos, que acumulan las grandes empresas del sector, gracias a la tercerización de la actividad bajo la figura del contratista, es el intermediario directo entre las empresas, los colonos o las cooperativas, y los tareferos. Él es el encargado de armar los grupos de trabajadores: las cuadrillas. Luego utiliza los kilos de hoja cosechados para venderlos y, en esa transacción, se queda con la mitad de la paga que le correspondería a quienes generaron la producción. 

El trabajo de cortar y quebrar las ramas, separar y apilar sus hojas -que luego será la yerba que se toma en cada mesa del país- empieza cuando todavía el rocío en los yerbales no se despejó, a eso de las 6 de la mañana. Para las 10, cuando el sol pudo haber paliado un poco el agua, los y las trabajadoras ya están con sus ropas mojadas y unos cientos de kilos de hoja cosechados. El período grueso de la zafra es entre marzo y septiembre. Luego queda la etapa que va desde octubre a febrero, considerada como de interzafra, en la que los tareferos deben salir a buscar changas. Principalmente encuentran algo de trabajo en el rubro de la construcción, o se van a cosechar a otras provincias. Una opción habitual es Entre Ríos, en donde recolectan arándanos. De esta forma logran complementar los ingresos con los $2.500 de “subsidio interzafra” que les otorga el Ministerio de Trabajo de la Nación, una medida compensatoria para la frágil situación en la que quedan las familias tareferas, una vez que se termina la cosecha.

Trabajadores organizados escuchando a un vocero hablar en Misiones por lo reclamos de los tafareros

Los trabajadores reclaman un ingreso en el período interzafra que le permita igualar el valor de la canasta básica.

Aunque minoritario y fragmentado, el diagnóstico de la situación que hicieron los trabajadores tareferos de Misiones -agrupados en distintas organizaciones, algunas con reconocimiento gremial y otras no-, es que el monto del subsidio no cubre las necesidades primarias e indispensables de las familias. Por eso están luchando, para, al menos, lograr equiparar sus ingresos con el valor de la canasta básica.

A raíz de movilizaciones en Misiones y otras ciudades del país y de un masivo acampe en agosto de este año en la Plaza de Mayo porteña -con más de dos mil tareferos que se trasladaron para hacerse escuchar frente a la Casa Rosada-, los trabajadores de la yerba mate lograron que el Ministerio eleve el subsidio de $2.300 a $2.500 más un bono complementario para esta interzafra (“subsidio de emergencia productiva”) de $2.000, dando un total a percibir de $4.500.

Sin embargo, noviembre encontró nuevamente a los y las trabajadoras en las calles. Jerónimo Altschuler, dirigente del Frente de Organizaciones en Lucha (FOL) y responsable de las negociaciones en Buenos Aires de un sector de los trabajadores tareferos de Misiones, explica los motivos a ANCCOM, el viernes 10, en las puertas del Ministerio de Trabajo de la Nación, mientras esperaba una respuesta sobre la reunión solicitada a las autoridades competentes: “Solamente adelantaron durante dos meses un pago del bono de $ 2.000, pero ahora han salido, hace dos semanas, con la novedad que no pueden pagar los dos beneficios en simultáneo porque supuestamente no son compatibles. Entonces los tareferos van a terminar cobrando entre $ 2.000 y $ 2.500 cada mes, nunca por encima de eso, cuando el acuerdo era que tenían que cobrar los dos beneficios juntos, llegando a $4.500.”

Desde Misiones, Eduardo García, tarefero de Apóstoles, ayuda a entender la importancia de la movilización y la unión de los trabajadores. En contacto telefónico con ANCCOM, expresa con respecto a los reclamos de agosto y del último viernes: “Estuvo muy bueno porque participaron los trabajadores de los sindicatos, las bases. Estuvieron de Andresito, Irigoyen, Montecarlo, Jardín América, Oberá, Azara, San José, Apóstoles… Fuimos a la Oficina de Empleo, para que vieran que estábamos ahí, hasta que no nos atendieran, no nos íbamos a mover. Entonces llamaron a Buenos Aires y les dijeron: ‘Acá también está el mismo quilombo’, y ahí nos atendieron y se acordó nuevamente que en los meses de noviembre, diciembre, enero y febrero, por cuatro meses, iban a pagar $4.300. El primer arreglo era de $4.500, ahora dijeron que podían pagar $4.300.”

Grupo de gente sosteniendo varias banderas en Misiones

Luego de la lucha obrera el Ministerio de Trabajo de la Nación acordó entregarles un bono de emergencia productiva

Estos incumplimientos de los arreglos, que corresponden solo al período de interzafra, sumados a la falta de acuerdo para marzo, fecha en la que los funcionarios, los gremios y las empresas deben establecer la actualización de los precios por el valor del kilo de hoja verde cosechado, implican que el tarefero comience la temporada sin precio fijado, es decir, sin saber cuánto vale su trabajo.

La irregularidad de la tarefa como actividad económica se puede traducir en las propias palabras de Altschuler (FOL), que continúa con la descripción de una realidad no tan conocida en las zonas urbanas locales: “Los tareferos trabajan en condiciones muy malas. Los dejan tirados en el yerbal, en el monte y tienen que quedarse ahí, una o dos semanas, acampando con una lona, sin nada, se tapan con un nylon, por la lluvia, duermen en el piso, cocinan con fuego. En el yerbal los tareferos cosechan con la familia, la mujer y los hijos. Hay trabajo infantil. Laburan de sol a sol. Es un trabajo a destajo y les pagan cuando recolectan 1.000 kg de hoja verde, no antes, y para colmo el monto es muy por debajo del valor del convenio. Les tendrían que pagar $1.260 por tonelada y les están dando entre $ 900 y $ 800, porque todas las patronales se aprovechan del eslabón más débil, que es el trabajador tarefero.”

Hoy, el reclamo del sector pasa por conseguir un ingreso en época de interzafra, que les permita a los trabajadores llevar el pan de cada día a sus familias. Sin embargo, la lucha es histórica y se refleja en el cartel de bienvenida que ofrece el Sindicato de Trabajadores Tareferos, Temporarios y Desocupados de la Ciudad de Montecarlo (Misiones): “El placer de tomar mate no puede descansar en la esclavitud del tarefero”.

 

Actualizado 14/11/2017

Mujeres, arte y fútbol

Mujeres, arte y fútbol

“Lo que a unas les pasa en el escenario a otras nos pasa en la cancha: hay territorios a los que nos cuesta llegar”. Quien dispara la afirmación sin titubeos es Juliana Román Lozano, entrenadora y mano derecha de Mónica Santino, DT de Las Aliadas, el equipo de fútbol femenino que se ganó la Güemes, cancha central de la Villa 31. Su referencia está en la Asociación Civil La Nuestra, una agrupación de mujeres que milita el feminismo desde el deporte y que, en la tarde del sábado, participó del Festival MIA (Mujeres Incentivando Arte) para festejar los diez años del equipo.  

El MIA es un festival de mujeres artistas de diversas expresiones y estilos, organizado por la cantante de rap Karen Pastrana y la productora y cantante Rocío Cuevas. Desde las 16 del sábado, el predio de la Cancha 9 de la Villa 31 fue escenario de talleres, baile y música en vivo: folklore, tango, rap, pop de los 80’s y cumbia.

“Ver una buena jugada de fútbol emociona porque es como el arte: trata de mejorar el mundo”. Rocío Cuevas, productora musical y cantante de Rosario y La Cruz de Sal, mira el escenario y no puede creer que hayan podido montar el MIA en medio de la Villa. Hace unos meses imaginaron la idea junto a Pastrana, que solo baja del escenario para volver a subir de la mano de una nueva artista que hace retumbar su música por todo el barrio. El MIA nació este año y tuvo su primera edición en un local de Palermo. Fue un éxito, pero ahora, en la 31, el festival toma otro rumbo y para el año que viene el objetivo es llevarlo a otros barrios y prolongar los talleres de arte para niñas y adolescentes durante todo el 2018. Esa es la meta a corto plazo, el gran sueño es llevarlo al interior del país, provincias como Chubut o Santiago del Estero, y darles espacio a las mujeres artistas de cada lugar. “En el mundo patriarcal el que divide triunfa. Nosotras creemos que el camino es unirnos”, afirma Rocío en diálogo con ANCCOM.

El MIA nació este año y tuvo su primera edición en un local de Palermo. Fue un éxito, pero ahora, en la 31, el festival toma otro rumbo y para el año que viene el objetivo es llevarlo a otros barrios.

Mónica Santino, referente del fútbol femenino en la Argentina, directora técnica de La Nuestra, señala que el festejo sintetiza lo que el equipo hizo en todos estos años: tejer una red con otros grupos de mujeres, militar desde la cancha. También, festejar es fortalecerse para lo que viene: el objetivo para 2018 es convertir a La Nuestra en un club de fútbol femenino. Un espacio en donde las mujeres entrenen desde los primeros años, lo que no existe en los clubes tradicionales que las reciben desde los 14 o 15, ya perdido el tiempo clave para la formación de un deportista cuando se construye identidad y pertenencia. “Cuando hablamos de despenalizar el aborto es lo mismo que decir que vamos a ejercer el derecho al juego, porque tiene que ver con tomar el control de nuestros cuerpos”, dice Mónica entre canción y canción. De fondo suena la voz de Ayelén Zuker, una de las cantantes del cuarteto vocal M.a.m.b.a.s, la banda preferida de Santino en la grilla del festival, mujeres con mucho glamour que cantan canciones de los años 80.

Cerca de las 18, Karen se sube al escenario para recibir una visita especial, y en medio de la cancha de básquet, entre grupos de mujeres que toman mate o cerveza, Higui y Mónica se abrazan, un abrazo que se nota fuerte, y cuando llega la pelota enseguida se dibuja un pase entre una y otra, una línea perfecta que encaja como el abrazo. “Cuando agarro la pelota soy yo, no me importa nadie ni nada”, dice Higui, la mujer que estuvo presa por defenderse de un grupo de hombres después de sufrir agresiones por ser lesbiana. En la comisaría, deprimida y a punto de “tirar la toalla”, Higui juntaba las imágenes de sus líderes, recortes de revistas que hacían de santuario: estaba el Che, el Diego, Tévez, y Mónica Santino, recortada de una nota en una revista que repartía el cura que cada tanto la iba a visitar. “Me emociono porque yo la conocí ahí, en la revista, y ahora está acá conmigo”, señala Higui en conversación con ANCCOM.

Mientras tanto, en el pasillo que rodea la cancha, los talleres acumulan rondas de pibas y pibes que se acercan a mirar. En uno de los grupos, tres jugadoras de La Nuestra prueban los instrumentos: Alexia, arquera, de unos trece años, está en el bajo. Ninguna sabe tocar, pero ahora las coordinadoras del taller cuentan hasta cuatro y ellas arrancan la canción que acaban de componer: “No me importa nada lo que digan, yo soy la dueña de mi vida”. Chicas Amplificadas es un taller itinerante de rock para niñas y adolescentes de 7 a 17 años, que se da en escuelas de Capital Federal y Gran Buenos Aires. “Hay que trabajar el empoderamiento desde los primeros años”, explica Sol, una de las coordinadoras del taller, “porque hay muy pocas que saben tocar instrumentos, a veces por falta de recursos, a veces por vergüenza”.

Ayelén Zuker, una de las cantantes del cuarteto vocal M.a.m.b.a.s.

Alexia y Milagros son arqueras en La Nuestra, y Juana juega de delantera. Cuando se enteraron del festejo, lo primero que preguntaron fue si había que llevar pelota. “En el barrio no suele haber eventos así, con escenario y buen sonido”, dice Jesica, vecina de la villa, que apenas escuchó “la base” se vino con su hija y su novio, que tiene un dúo de rap. “No conocía a ninguna mujer rapera”, admite mientras mira a Karen en el escenario. Jesica, en cambio, dice que escucha música de mujeres. “A mí me gusta el rap porque habla de la realidad, de lo que vivimos acá todos los días”. Jesica no toca pero le gustaría, y cuenta que de camino al festival, vio un cartel que ofrecía clases de breakdance y le dieron ganas de anotarse. Giselle, también vecina del barrio, dice que sabía del festival porque la hermana juega al fútbol en otro equipo de la villa. “Me gusta que las mujeres podamos jugar, ir a la cancha en vez de quedarnos en casa como nos enseñan de chicas”. reflexiona.

En el escenario sigue el desfile de artistas: Nina Uma que vino desde Bolivia y Mare Advertencia Lirika, rapera mexicana, que casi se pierde el festival cuando se encontró con las rutas del DF cortadas por problemas sindicales y estuvo a punto de perder el vuelo. No falta la ronda de sikuris y algunos tangos de la mano de Brisa Videla y su grupo Tangorante. “Las mujeres tenemos que liberarnos”, expresa Linda, que vive en la villa y hace siete años trabaja en el centro de la mujer de la Red Protege, un espacio de encuentro para víctimas de violencia de género. El local de Linda está junto a la cancha Güemes, donde entrenan las chicas de La Nuestra. “En fútbol pasa lo mismo que en nuestras reuniones, nos descargamos y así nos fortalecemos”, le explica a ANCCOM.

Oscurece, pero la villa sigue encendida. En la cancha todavía hay partido, y alrededor van saliendo reposeras con mates, botellas de vino o vasos de cerveza. Desde la entrada al predio se asoma Teófilo Tapia, el abuelo del lugar, como quien pasa a mirar que esté todo en orden antes de irse a dormir. “Cien años va a cumplir el barrio, y nos siguen diciendo que lo van a urbanizar”, denuncia. Y recuerda al Padre Mugica, que ahora le pone nombre al comedor, a la cancha, y a otros tantos espacios de la villa que le rinden homenaje. “El fútbol saca a los pibes de la esquina. Cuando no tienen trabajo, cuando está todo mal, si hay una cancha, en vez de fumar, patean la pelota”, sentencia.

El MIA es un festival de mujeres artistas de diversas expresiones y estilos, organizado por la cantante de rap Karen Pastrana y la productora y cantante Rocío Cuevas.

Chicas Amplificadas es un taller itinerante de rock para niñas y adolescentes de 7 a 17 años, que se da en escuelas de Capital Federal y Gran Buenos Aires.

Actualizado 16/11/2017

 

 

“Clarín” y “La Nación” cierran agencia DyN

“Clarín” y “La Nación” cierran agencia DyN

Clarín y La Nación decidieron el cierre definitivo de Agencia Diarios y Noticia (DYN), medio periodístico con 35 años de antigüedad y dejaron a casi 100 trabajadores en la calle. Así le confirmaron a sus trabajadores desde el directorio de la empresa, controlada por esos matutinos,  en una reunión que mantuvieron el pasado lunes.

Tal como lo anticipó ANCCOM, la agencia privada de noticias más importante del país deja de existir debido a la decisión de sus accionistas, que esgrimen razones económicas. Además de Grupo Clarín y S.A. La Nación – los medios gráficos que actualmente reciben más pauta publicitaria oficial -, el medio pertenece al diario Río Negro, La Gaceta de Tucumán y otros periódicos más pequeños del interior del país.

“La supuesta crisis económica que afecta a los diarios del interior no alcanza para explicar esta decisión. Los accionistas principales han ampliado su gama de negocios millonarios dentro y fuera de los medios de comunicación”, explica Santiago Magrone, periodista y delegado de la comisión interna de trabajadores de DyN. Tanto él como el otro representante sindical, Fernando Cáceres, desconfían de las razones que da la empresa. “Creemos que hay problemas entre los socios inversores, son cuestiones políticas. Clarín, por ejemplo, achicó la planta con despidos encubiertos el año pasado y mientras invertía en su plataforma web, desinvertía en DyN.”, comenta Cáceres. Magrone agrega que esa desinversión se evidenciaba en el deterioro de las condiciones de trabajo que fueron reclamando sucesivamente a la empresa.

Los trabajadores se enteraron del cierre de la agencia el pasado viernes, cuando recibieron una confirmación extraoficial de lo que venían sospechando desde hace varios meses. “Los que estaban en la redacción fueron llamando a los demás, y así nos fuimos enterando todos”, relata Alejandra Fernández Guida, redactora del turno mañana. Y  agrega: “Tuvimos un viernes fatal. Durante el fin de semana no supimos más nada, y el lunes vemos el edicto en el Boletín Oficial”. Ese documento confirma una asamblea extraordinaria de accionistas que se llevará a cabo el 23 de noviembre en la sede de ADEPA con el fin de tratar la disolución de la sociedad. “Hay una relación muy estrecha entre Clarín y el gobierno -dice Cáceres-. Los rumores de cierre que se vienen escuchando desde hace meses también provinieron de ámbitos oficiales”.

Al respecto, Magrone también sospecha que la relación entre los principales medios propietarios de la agencia y el gobierno nacional ha tenido algo que ver con este abrupto cierre: “Nos llamó la atención que, existiendo un vínculo tan cercano entre los dueños principales y la Casa Rosada, hubieran cesado los ingresos por organismos públicos, que hace dos años eran abonados de DyN. Le preguntamos esto a Rodolfo Vedoya, el presidente del directorio, y nos dijo que hicieron gestiones pero el actual gobierno respondió que le dejaron de interesar los servicios de la agencia”, cuenta. Y agrega: “El cambio de época da para que se animen a tomar decisiones que antes no se animaron. Entre otras cosas, por el abaratamiento de las indemnizaciones, que luego de la gran devaluación hizo que el despido les costara la mitad. Además, cuentan con el santo y seña de un Ministerio de Trabajo, inoperante en materia de derechos laborales. En estos días, el poder económico y el poder político parecen estar muy en sintonía, deben haber pensado qué sentido tiene mantener una agencia como DyN, que no va a estar dispuesta a hacer oficialismo, sino periodismo”.

Reporteros gráficos que trabajaron en distintas épocas de la agencia DyN se solidarizan con los trabajadores

Reporteros gráficos que trabajaron en distintas épocas de la agencia DYN se solidarizan con la asamblea de trabajadores.

Desde la reunión del lunes, si bien los periodistas y administrativos continúan en sus puestos de trabajo, el contexto es otro: “La asamblea de ayer fue un velorio masivo”, cuenta Fernández Guida. “La reunión terminó con todos llorando. Es más, hace dos minutos un compañero rompió en llanto acá en la redacción, de repente. Así estamos desde el viernes, entre lágrimas y anécdotas a cada paso. Que un medio histórico cierre así de golpe yo no me lo esperaba. Pero Agencia DyN se va con el prestigio intacto. Se creó en 1982 con un grupo de periodistas excelentes para tratar de dar un enfoque profesional a la Guerra de Malvinas y no perdió jamás ese prestigio”, dice entre orgullosa y emocionada.   

En tanto, Fernando “Tato” Dondero, secretario general del Sindicato de Prensa de Buenos Aires (SiPreBA), confirmó que la empresa prometió pagar el 100 por ciento de la indemnización, lo que en este contexto de precarización laboral y reformas a espaldas de los trabajadores, es un alivio muy relativo.

 

Actualizado 08/11/2017