Mar 31, 2022 | Culturas, Destacado 5
Este jueves se estrena «Borom Taxi», un documental que registra la vida de un inmigrante en la Argentina. El barrio de Once, los enfrentamiento con la policía y el choque cultural.
Este jueves a las 20, se estrena en el Cine Gaumont Borom Taxi, el primer largometraje de Andrés Guerberoff, un documental sobre Mountakha, un migrante senegalés que llega a Buenos Aires. Se podrá ver también en el CCK, el Cultural San Martín y online en Cine.ar.
La cámara circula entre las veredas del barrio de Once, la playa de Las Grutas y los rincones de Dakar. De forma muy sutil, estas imágenes reconstruyen la historia de Mountakha, un joven senegalés que luego de un tiempo en Córdoba llega a Buenos Aires en busca de nuevas oportunidades.
La religión, las trabas para conseguir el trabajo que desea, la labor de vendedor, la distancia entre su país natal y la Argentina -tanto geográfica como cultural- y las complicaciones con la policía, componen un mapa que nos acerca de un modo respetuoso a la vida de Mountakha, principalmente, pero también de sus amigos.
El director, Andrés Guerberoff reconoció que “hubo mucha participación de parte de ellos en el rodaje; muchos ejercicios de creación colectiva y diálogos antes de filmar las escenas. Los protagonistas fueron viendo el material durante todo el proceso”.
La ficha técnica clasifica a la película como documental-híbrido. Guerberoff, en diálogo con la prensa, contó que “había momentos en que sentía que me estaba acercando de una forma mucho más parecida a un rodaje de ficción y otras veces más documental. Más allá de la fidelidad o no de la cotidianidad, decantó una intención de querer generar un registro fiel a lo que percibía como la esencia del protagonista y su comunidad”.
La tensión que existe entre vendedores ambulantes senegaleses y la policía está representada en la película desde un lugar perspicaz, atento, sin excesos pero que pone en el centro de la escena una situación que es constante y que a los ojos de peatones ensimismados puede resultar desapercibida.
“Moverse en Once es complicado para filmar. Pasan cantidad de cosas por segundo. Problemas con la policía todos los días; cada quince minutos, más o menos, hay una situación”, afirmó el director en la conferencia de prensa del preestreno.
En diálogo con ANCCOM Guerberoff contó: “La motivación surgió de un lugar muy auténtico de conexión que empecé a tener con estas personas, con los lugares por donde se movían. Yo, en realidad, estaba escribiendo un proyecto que no tenía nada que ver, sobre temas hípicos y que tenía una pequeña escena de migrantes africanos: aparecían como una tangente. Cuando conseguimos un poco de dinero pensamos empezar a filmar esa escena y luego usarla como una especie de teaser (formato publicitario de prelanzamiento) para conseguir más plata. Me acerqué a ellos buscando personajes y locaciones y empecé a sentir un nivel de conexión que me resultó inesperado. Cada vez tenía más ganas de pasar tiempo ahí y conocerlos. Y entonces surgió la idea. Fueron más de dos años, entre idas y venidas, de compartir con el protagonista y se generó un vínculo real que hasta hoy sigue.”
“Me gustaría que pueda acercarse gente de lugares muy distintos a ver la película, que puedan acercarse migrantes africanos y también personas que trabajan con ese tema y salir un poco del intercambio sólo entre colegas que hay en los festivales”, concluyó Guerberoff.
La película, que se estrenó en el festival Visions du Réel en Nyon, Suiza y ya ha recorrido varios otras muestras, hoy a las 20 hs se presenta en el Cine Gaumont.
Dic 7, 2021 | Destacado 5, Entrevistas
Por: Lucía Iossa Urbizu
Fotografía: archivo TELAM
Con el consenso como bandera, diversas organizaciones del cine fundaron el Espacio Audiovisual Nacional con el propósito de dar nacimiento a una nueva ley que contemple las necesidades del sector, impulse una producción federal y ponga límites a los monopolios.
Organizaciones como Argentores, Proyecto Cine Independiente (PCI), la Asociación de Productores Independientes de Medios Audiovisuales (APIMA) y Directores Argentinos Cinematográficos (DAC) crearon el Espacio Audiovisual Nacional cuyo objetivo es lograr una nueva ley para el sector. “Hoy el audiovisual es pleno y amplio y por eso es indispensable unificar las voces para llegar a un consenso que nos represente para construir una industria a futuro”, afirma el actor, director, guionista y uno de los voceros del proyecto Daniel De La Vega.
¿Qué es el Espacio Audiovisual Nacional?
Es el lugar para la construcción colectiva de una nueva ley audiovisual, y a su vez donde reunimos las voces de los distintos sectores de la industria que pudieron evaluar cuáles fueron las necesidades de los últimos 27 años tras la exitosa gestión de la Ley de Cine 17741, actualmente vigente. El nuevo proyecto incluye áreas que no podían tenerse en cuenta en aquel momento cuando, por ejemplo, Internet no existía. Estamos pensando en cuotas de pantalla adaptadas a los diferentes formatos narrativos. Hoy el cine está unificado, ahora es audiovisual, sin desmerecer de ninguna manera y protegiendo a la industria cinematográfica que es básicamente la quintaesencia de nuestra tarea. La cultura siempre apoyó la narración de largometrajes para cine. Hoy el nuevo paradigma necesita incluir además a las nuevas plataformas, las series, la animación y el documental.
¿Cómo surgió la idea de esta nueva ley?
Está instalada hace años. Un pensamiento establecido que estuvimos rompiendo es que la Ley de Cine no hay que abrirla. Es una de las grandes inseguridades que muchos del sector tenían. Todos sabemos que hay un nuevo paradigma y que es necesario un cambio. El proyecto de cambiar la ley está instalado a partir del momento que las nuevas tecnologías se hicieron presentes.
¿Qué plantea el anteproyecto?
Se tomó como marco comparativo el excelente trabajo hecho en la Ley 17741 de 1994. Uno de los objetivos es la unificación del conjunto del universo audiovisual, esa es una gran diferencia con respecto a la anterior normativa. Se le va a conferir al INCAA un nuevo tipo de administración que le permitirá ser más democrático e inclusivo para el sector federal del interior que siempre fue relegado. Hay una ampliación de regulaciones y gravámenes que debería ser incluida porque las plataformas hoy son la única opción que tenemos para exhibir nuestros materiales. Hay empresas multinacionales que hacen negocios en nuestro país, que no están siendo reguladas por el Estado y que esta ley pretende regular a favor de la producción nacional. Que haya un gravamen para estas plataformas para que se pueda seguir haciendo cine nacional mientras ellos hacen sus negocios, pero apoyando a nuestra propia cultura. La idea también es recomponer el “costo medio”, es decir el costo real de una película ni grande ni pequeña, el dinero necesario. Eso es algo que está muy atrasado dentro del Instituto ya que todos los presupuestos que maneja llevan dos años de atraso y el dinero que te ofrecen no está a la altura de las necesidades. Este anteproyecto también quiere clarificar los sistemas de ayuda con respecto a los créditos y subsidios porque hay un gris que en la Ley 17741 no supo resolverse. A su vez, que haya una planificación anual que establezca cuáles son las necesidades y las posibilidades para la producción y que pueda haber una distribución lógica y coherente de las posibilidades financieras del nuevo ente que se va a llamar Instituto Nacional de Artes Audiovisuales (INAA). La intención es descentralizar, es decir que haya representatividad del INAA en diferentes provincias o regiones. Y la nueva ley cubre algo que no se tuvo en cuenta en la ley original, que es la equidad de género y el no binarismo. El cine tiene que pertenecer a los que más y a los que menos tienen, a todos. Tiene que ser una ley plural e inclusiva. No podemos permitir que sólo haya un cine para pocos que tienen muchos recursos.
¿Qué posición se adoptará con respecto a una Cinemateca nacional?
Hay una vocación en este anteproyecto de respetar la ley de la Cinemateca (CINAIN) pero la verdad es que no se cumple, no hay una restauración del material audiovisual nacional, y eso hace que día a día las películas argentinas vayan desapareciendo, nuestra historia se va desvaneciendo.
¿Qué significa un plazo de 99 años para los tributos que genera esta ley?
Durante la gestión de Mauricio Macri se acordó que toda regulación impositiva, todo gravamen, debería tener sí o sí una fecha de caducidad. Eso colocó al cine entre la espada y la pared porque aparentemente en diciembre de 2022 caducaría el fondo de fomento cinematográfico, el acceso a ese fondo directo del INCAA que venimos cobrando, ese 10% de las salas. Esta es una preocupación muy grande. La ley reguló en su letra un período de 99 años, que es simbólico, porque entendemos que es suficiente y que durante ese tiempo habrá por lo menos tres reelaboraciones de esta ley, que seguramente reformularán esa fecha y la podrán tener en cuenta.
¿Y qué significa que se agrega la función de “promover la formación de audiencias”?
Es la eterna búsqueda de encontrarse con el público, es necesario que los que no han tenido acceso a nuestro cine conozcan nuestras pantallas. Estamos a merced de industrias foráneas que imponen sus valores y su cultura. Tenemos una ley como la 17741 que ha sido ejemplar en el mundo, más allá de que se haya quedado en el tiempo, porque nos permitió construir una identidad cultural mediante el fomento cinematográfico que se obtenía a través del consumo mismo del cine.
¿Por qué es necesario hacer cumplir las cuotas de pantalla?
Es la necesidad de ganar las audiencias, tener un cine que sea reconocido por su propio espectador y que uno tenga la opción de encontrar los espejos de su propia cultura en diferentes salas o sea sentirse reflejado, identificado con su propia obra, la de nuestros autores y directores. Esto es indispensable, el Estado tiene que regular porque existe un mercado que impone su voluntad y tiene ética de sus propios intereses. Nosotros tenemos que velar por nuestra cultura nacional.
¿Esto está relacionado a los algoritmos que funcionan en las plataformas digitales?
Lo estamos teniendo muy en cuenta en la confección de este anteproyecto porque es también importante en qué lugar, en qué parte del catálogo se colocan las plataformas, cuántas películas nacionales deberían tener estas plataformas en relación a cuántas deberían producir en este país, cuál es el espacio que tenés que ocupar en el catálogo, son todas preguntas que estamos tratando de resolver en este anteproyecto.
¿Es una ley antimonopólica?
Sí, su vocación es precisamente esa. Hay una palabra difícil de enmarcar que es independiente de las empresas multinacionales, de los monopolios. Nosotros apoyamos a la industria, a las empresas, a los productores independientes y sí, estamos cuidando que exista un espacio para que haya independencia de pensamiento y de obra.
El cine no va a morir nunca y de eso también habla esta ley. El cine va a estar presente porque es parte de nuestro ADN. Lo que pasa es que se está diversificando y tiene un espectro mucho más amplio.
Daniel de la Vega
¿Tienen pensado un plazo de entrega del anteproyecto al Congreso?
Estamos en diálogos. Hoy nuestro objetivo es alcanzar el mayor consenso posible, que todas las voces se sientan representadas. Hay una gran parte del sector de la política que está interesado. Hay mucha visibilidad en el proyecto y algunos han tenido acceso al texto. Nuestra preocupación actual es que esto es un borrador de un anteproyecto. Queremos el mejor resultado, que todos estemos de acuerdo, esa es nuestra vocación.
¿Por qué se plantea abarcar toda la cadena de proceso?
Es un gran logro -la ley anterior no lo tuvo en cuenta- que haya guionistas que puedan desarrollar proyectos cuando nadie cree en ellos, o sea gente que realmente pueda impulsar sus historias. El acceso a más personas a contar relatos, a que cada uno pueda llevar su historia a la pantalla. Que uno pueda acompañar la producción de la película con una institución que presente, que regule y que al final del proceso de la cadena, una multinacional no imponga su voluntad y te deje afuera me parece que son funciones fundamentales del nuevo INAA. Toda la cadena tiene que ser respetada para que ninguna parte del proceso invisibilice nuestro trabajo.
¿Qué tipo de conducción existirá en el INAA?
Pasaríamos a un directorio integrado por 13 miembros de los cuales una gran parte pertenecen a asociaciones profesionales y otra a representantes del interior del país. También dentro de ese contexto se está respetando la equidad de género, o sea que es una forma de conducción completamente diferente, pretende ser más democrática y que haya más voces a la hora de tomar decisiones. Esa administración va a tener como responsabilidad todos los años de establecer un plan de fomento, es decir definir las políticas anuales. Es un directorio democrático que no queda sujeto a una sola persona sino que es una decisión de un grupo de entidades de diferentes sectores profesionales y del interior.
¿En qué afectó a la producción nacional la llegada de las plataformas de streaming?
Lo que más nos afectó fue la pandemia, el streaming estuvo presente y nadie se dió cuenta del daño que podían llegar a hacer en el contexto donde las pantallas desaparecen. Ahora se hizo evidente que sin pantallas, sin salas, sin posibilidad de encontrar la gran experiencia cinematográfica que supone ese amplificador de emociones que es estar con el otro viendo en pantalla grande y un sonido 5.1 una película, de pronto estamos todos encerrados en nuestros hogares viendo cine y sin poder producir. Muchas de las posibilidades de recuperación están en la pantalla, en llegar al público. No tuvimos acceso a ese público y el único que lo tiene son las plataformas. Es evidente que no están siendo reguladas y eso hace que no podamos seguir produciendo. Fue como una toma de posición silenciosa, pausada y que hoy se hace evidente que ha hecho mucho daño.
¿Las plataformas están matando al cine?
No, lo estamos reinventando todo el tiempo. El cine no va a morir nunca y de eso también habla esta ley. El cine va a estar presente porque es parte de nuestro ADN. Lo que pasa es que se está diversificando y tiene un espectro mucho más amplio. La plataforma es otra forma de contar y está muy bien, pero los contenidos siempre van a estar presentes. Esta ley protege los contenidos, sean cuales fueren. Las plataformas son una forma de comunicación, una nueva forma de llegar a la gente, los celulares son otra, la gente ve películas en celulares, en ipads, en televisores, en el cine. El contenido está y las formas van cambiando.
¿Qué plantea el anteproyecto respecto de los gravámenes para plataformas OTT y de comercialización de videojuegos?
Efectivamente se está incluyendo el universo de los videojuegos entendiendo que también hay un mercado enorme de la narrativa de los juegos electrónicos e interactivos. También esta es una ley que puede ayudar tanto a la producción como para regular también las empresas que puedan producir videojuegos en nuestro país.
Se busca el fomento al cine independiente, ¿qué ocurrió hasta ahora?
Fue el que más sufrió. Cuando las multinacionales y los monopolios deciden imponer sus voluntades a través de sus capacidades financieras y económicas, el cine independiente queda relegado. Es decir, no tenés pantallas, ni capacidad de producción, ni forma de llegar a los fondos. La vocación de la antigua ley fue darle ese espacio pero la verdad es que no se cumplió. Para eso tuvimos estos 27 años de trabajo donde se ha producido, donde hemos tenido estas vitrinas, estos proyectos internacionales que ha tenido el cine argentino en el mundo para aprender de la experiencia, ver cómo superar la excelente ley 17741. Nadie niega la efectividad de la ley pero sí todo es perfectible y con ese criterio hemos trabajado en este anteproyecto.
¿Mutó la figura del espectador con las plataformas?
El audiovisual está en permanente crecimiento y cambio y las formas de consumo cambian permanentemente y es imprevisible lo que va a pasar. Tratamos de soñar con el futuro, de prever muchas cosas pero es imposible y en ese sentido no sé si hay un nuevo espectador, lo que hay son diferentes formas de consumo. La narración va a seguir existiendo, va cambiando su forma y en ese sentido creo que es indispensable tener un anteproyecto de ley audiovisual que sea lo más abarcativo posible.
Nov 2, 2021 | Culturas, Destacado 5, slider
Por Renata Bonetto
Fotografías: Gentileza Polo Audiovisual de Tierra del Fuego
El sector audiovisual fueguino se encuentra en un momento de incipiente crecimiento y gran potencialidad. Dos largometrajes presentados en el último tiempo ilustran el trabajo que se viene haciendo localmente hace ya algunos años y que colocan a Tierra del Fuego en un lugar prometedor dentro de la industria audiovisual: Las intemperies de Guido de Paula y Andy Riva, protagonizada por Alfonso Tort, que se presentó este mes en dos festivales internacionales –en San Francisco y en Seattle, donde obtuvo premios a la mejor fotografía, mejor sonido y una mención especial- y Río Grande. Lo que el viento no arranca lo arraiga, una producción de la Secretaría de Cultura provincial, en ocasión del festejo por los cien años de la ciudad de Río Grande, dirigida por Ignacio Leonidas y Rodrigo Tenuta y con la participación de actores y equipos técnicos locales. A finales de octubre también se presenta la serie documental No Binario, una coproducción de la Dirección de Produccion Audiovisual (DPA) de la Universidad Nacional de Tierra del Fuego y Canal Encuentro.
En 2009 la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual supuso la posibilidad concreta de repensar la federalización de la producción de contenidos audiovisuales, históricamente centralizada en Buenos Aires. A más de 10 años de aquellos debates y a pesar de los vaivenes de la ley, el juego parece estar abierto a otras provincias que buscan ocupar un lugar en la industria audiovisual nacional: Mendoza, Córdoba, Tucumán y Misiones son ejemplos consolidados, mientras que Tierra del Fuego, en menor medida pero a paso firme, persigue el mismo camino.
Este impulso del audiovisual en la provincia también se ve reflejado en la creación, a principios de octubre, de la Asociación Civil del Audiovisual Fueguino (ACAF). “La idea es nuclear a productores y realizadores locales, que podamos sentarnos con más peso en la mesa donde se toman las decisiones y plantear las necesidades del sector”, explicó Guido de Paula, realizador, integrante de la asociación y jefe del área técnica de la de DPA.
Laura Piaggio, productora de animación, docente de la asignatura Narrativas Hipermediales en la Universidad Nacional de Tierra del Fuego (UNTDF) y participante de la ACAF, en diálogo con ANCCOM enumeró cuáles son los lineamientos que guiarán las acciones de la asociación: “Una primera idea es colaborar con el cluster FilmAndes de Mendoza que nuclea a más de 60 productoras audiovisuales y empresas de tecnología y videojuegos, que se han ofrecido a acompañarnos en el proceso de conformación y solidificación. Por otro lado, también queremos presentarnos a convocatorias para armarnos de equipamiento y poder apoyar a productores socios y brindar servicios y líneas de formación. Y a mediano plazo la idea sería impulsar una buena ley provincial para el audiovisual, pensada y validada por el sector, que tenga un apoyo más transversal y no parte de la campaña de nadie, con un compromiso de reglamentación”.
La potencialidad de Tierra del Fuego como polo audiovisual se relaciona con los profesionales formados localmente, con sus escenarios naturales reconocidos internacionalmente y la voluntad de desarrollar el sector.
“Antes no había formación local, el que se iba a estudiar afuera, muchas veces se quedaba allá. Yo confío mucho en los jóvenes, en el sentido de que ahora está la universidad y también hay un terciario de audiovisual: cuando todos esos chicos, que han hecho su vida acá y no quieren irse al norte, egresen, van a empujar, van a exigir, van a querer tener sitio y poder desarrollarse profesionalmente”, opinó Piaggio.
Los entornos naturales que presenta la isla también son una fortaleza a la hora de pensar en un polo audiovisual fueguino. “Hay cada vez más producciones de afuera que vienen a filmar acá, y hay equipos técnicos locales que pueden acaparar esta demanda. Generar esa sinergia, ese ida y vuelta es el objetivo de esta dirección”, reconoció Leonidas, co-director de la película sobre el centenario de Río Grande e integrante de la Dirección provincial de Desarrollo Audiovisual. Desde algunas escenas de la película El Renacido en 2014, hasta publicidades y, recientemente, dos videoclips de referentes nacionales de la música urbana como Acru y Trueno, eligieron la provincia y sus técnicos para realizar sus producciones.
“Las intemperies es la primera película fueguina a la que el INCAA le da un crédito y un subsidio. Antes hubo películas que vinieron a filmar acá pero nunca un financiamiento directo a un proyecto local”, afirmó de Paula, director de la película. Ésta se terminó de filmar poco tiempo antes de que comience la pandemia y este año recorre festivales antes de estrenarse en salas y en CINE.AR. Para Leonidas, esta película, “junto con otras experiencias anteriores, fueron formando a muchas personas de acá, lo que posibilitó tener un equipo técnico íntegramente local para el rodaje de la peli sobre Río Grande”.
En el contexto del aniversario de los cien años de la ciudad de Río Grande se realizó Río Grande. Lo que el viento no arranca, lo arraiga una ficción que representa cuatro períodos de la historia de la ciudad. Comienza con el momento en que los europeos se asientan en territorio Shelknam y las interacciones que hay entre la comunidad y los estancieros. continúa en la etapa del establecimiento de un frigorífico, la historia del padre Zink (el cura gaucho que recibió a los heridos del Crucero General Belgrano) y la historia de una fueguina que regresa a su ciudad y se reencuentra con un pasado que la interpela.
Entre otras producciones, el 25 de octubre se estrenó por Canal Encuentro la serie documental No binario que se comenzó a filmar en marzo con la conducción de la joven escritora trans Carolina Unrein. La serie busca representar la lucha por los derechos del colectivo LGTBIQ+ y la situación particular de Tierra del Fuego. (Repetirá el jueves 28/10 a las 13, 29/19 a las 17.30, sábado 19hs y domingo 15.30. También por Youtube e IGTV)
Esta suma de eventos y oportunidades, de rodajes y colaboraciones, fueron formando un sector que pretende posicionarse como una industria fuerte a nivel nacional.
De Paula sostiene que en este momento es necesario “tener un respaldo para pegar el envión. Necesitamos del sector privado por la experiencia y la exigencia que tiene trabajar con ellos o para ellos. No nos podemos quedar solamente en los subsidios. Con el Estado solo no alcanza. Pero sin el Estado no se puede”.
Abr 23, 2021 | Culturas, Novedades
La pandemia acentuó la crisis que sufre el sector audiovisual. La falta de inversión privada y la intervención del estado que no alcanza, deja la exhibición cinematográfica en manos de unos pocos.
Tras las medidas de urgencia anunciadas por el presidente Alberto Fernández el jueves 16 de abril por el pico de casos de coronavirus, los cines se pusieron otra vez en pausa por dos semanas. El 26 de febrero se había publicado en el Boletín Oficial la reapertura de las salas y su protocolo correspondiente, luego de permanecer cerrados por un año.
Una tensión constante entre los nuevos sistemas de streaming y la industria de exhibición se pone de manifiesto más que nunca en el contexto de crisis sanitaria. No obstante, ninguna forma parece reemplazar a la otra. Según lo publicado en Cines Argentinos, 399.434 espectadores asistieron a las salas de Argentina el último fin de semana de marzo. Aún así, dos cines de la Capital Federal decidieron no abrir sus puertas.
El Arte Multiplex, ubicado sobre la Avenida Cabildo al 2800 en Belgrano, no retomó su actividad el último mes como si lo hicieron otros pertenecientes a su misma cadena. La familia Feldman es dueña de estos cinco complejos que agrupaban 34 salas en la Ciudad y en la Provincia de Buenos Aires. El Arte Multiplex es uno de los grandes patrimonios culturales del barrio. Tiene una capacidad de 700 butacas y cinco salas. A diferencia de los otros cines de la misma empresa, su cartelera escapaba de la homogeneidad del cine comercial. El miércoles 15 de abril, la empresa anunció el cierre definitivo de esta sala a través de la cuenta de Twitter.
“Hace un año y dos meses que el cine está cerrado. Viene soportando los costos fijos sin ningún tipo de ingresos durante todo este tiempo y la situación se fue tornando cada mes un poquito más difícil”, explicó Gabriel Feldman, dueño de la cadena Multiplex y del cine Arte Multiplex. En este sentido, Feldman advierte que la particularidad del Arte Multiplex es su cartelera de cine de autor que convoca a un público mayoritariamente adulto. Este público, considerado de riesgo en la pandemia, es el que en consecuencia se cuida más y por ende, no regresará al cine pronto. “Es un cine que se le va a complicar tener la convocatoria necesaria para recuperar sus costos fijos. Sí o sí vendrían tiempos difíciles”, agregó Feldman.
Cruzando la Avenida Cabildo, el cine General Paz también mantiene su fachada con los posters de los estrenos de febrero del 2020 y sus puertas bajo llave. Una cartelera ya abandonada. Un edificio construido en 1940 de color beige y casi sin ventanas, toma la esquina de Pedro Rivera. El viernes 26 de marzo, un periódico zonal difundió la noticia de su cierre.
Los vecinos de Belgrano se movilizaron por el deseo imperioso de mantener la cultura de pie en las calles de su barrio. Iniciaron un petitorio de Change.Org para mantener el cine abierto y crearon una página de Instagram llamada @SalvemoselCineGeneralPaz para hacer pública su propuesta. “Hay un tema económico de no inversión de la empresa en los últimos 10 años y que se complicó aún más con la pandemia”, explicó Pablo Iglesias, impulsor de la organización de vecinos autoconvocados. Los 35 integrantes difundieron una carta abierta al mundo audiovisual y buscan el estado parlamentario de su causa en la Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires. “Como mínimo, quisiéramos que se respete el edificio y que no termine en otro emprendimiento inmobiliario más, pensamos en un espacio cultural”, agregó Iglesias.
El protocolo dispuesto por el Ministerio de Cultura de la Nación para retomar la actividad cinematográfica señalaba como puntos principales: el uso obligatorio de tapabocas, el control de la temperatura al ingresar, higiene y sanitización del ambiente, distancia de 1,5 m entre cada burbuja de butacas y una ocupación del 50% con una ventilación a base de extractores que no permita la recirculación de aire.
Fue el Ministerio de Cultura de la Ciudad quien puso como condición necesaria para la reapertura, un 30% del aforo y que la sala cuente con renovaciones de 40 m3/h de aire por persona. Un procedimiento de circulación que solo es posible con tecnologías nuevas de muy alto costo.
Ariel Direse, Director Nacional de Innovación Cultural del Ministerio de Cultura de la Nación declaró en entrevista con ANCCOM: “El cine fue declarado sector crítico en pandemia y se le dio ATP y postergación de cargas patronales, logramos que entren en los dos beneficios, además sacamos los créditos para las MiPymes culturales. No hubo ni una sola empresa que no haya accedido a esos créditos”. Esta medida fue impulsada en conjunto por el Ministerio de Desarrollo Productivo y el Ministerio de Cultura de la Nación.
A pesar de todas las ayudas, el sector viene golpeado hace años y la pandemia lo dejó a los gritos de una declaración de emergencia cultural. Gabriel Feldman, dueño del Arte Multiplex, agrega “Hubo ayudas para el sector, pero son compromisos que en algún momento vamos a tener que responder y no alcanza para mantener semejantes estructuras sin funcionar”. El panorama de los cines de Belgrano deja en evidencia la facilidad de las grandes cadenas cinematográficas internacionales para subsistir a la crisis y el aprieto de las pequeñas y medianas empresas. Con el adiós a estos cines, quedan encendidas en Belgrano 10 pantallas pertenecientes a una cadena internacional y 8 pantallas del Múltiplex. Buenos Aires, aquella urbe cultural del siglo XX, se despide de 11 salas de exhibición cinematográfica.