La memoria echa raíces

La memoria echa raíces

 

Este 24 de marzo se cumplen 45 años del último golpe de Estado cívico militar en la Argentina y debido a la pandemia, por segundo año consecutivo, los organismos de Derechos Humanos llaman a cuidar a la sociedad y en vez de marchar masivamente a Plaza de Mayo proponen pequeñas acciones, cuidando el distanciamiento social, que hoy se serán volcadas en las redes sociales. Se trata de una convocatoria a nivel nacional, #PlantamosMemoria, que invita a plantar 30.000 árboles en representación de los 30.000 detenidos y desaparecidos por el terrorismo de Estado

A partir de las 00 horas de hoy quedará activa la web de esta campaña a www.plantamosmemoria.com.ar, realizada gracias a la colaboración de FACTTIC (Federación Argentina de Cooperativas de Trabajo, Tecnología, Innovación y Conocimiento), que desarrolló el sitio para que todas las publicaciones de actividades realizadas en el marco de los 45 años del golpe, queden allí reunidas. Con el solo hecho de usar alguno de los tres hashtags #PlantamosMemoria #45AñosDelGolpeGenocida #Son30Mil-, se subirán automáticamente a la web. Desde hace más de una semana se están realizando plantaciones en distintos puntos del país. Clubes de fútbol, instituciones gubernamentales, espacios de memoria, organizaciones sociales y barriales, universidades e iniciativas de agrupaciones políticas ya son parte de esta convocatoria masiva. 

 

Parque de la Memoria

 

Es viernes por la mañana y un sol casi otoñal se empieza a sentir, contrasta con el frío del río. Al llegar al Parque de la Memoria solo se escucha silencio. El Monumento a las Víctimas del Terrorismo de Estado emplazado en la costanera norte de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires recibe a los visitantes con esculturas distribuidas en el parque, antes de llegar al gran muro que menciona a cada una de las víctimas que durante estos 45 años pudieron identificarse. Los pájaros irrumpen. Una de las esculturas del jardín permite ver a través de su contorno, representa el vacío de la ausencia de los cuerpos; más atrás se adivina el Río de la Plata, testigo y destino final de tantas de las víctimas del terrorismo de Estado durante la última dictadura cívico-militar. 

Parque de la Memoria.

Un grupo de personas se empieza a reunir y saludar calurosamente, con barbijos de por medio, en medio del área verde. Todos se conocen entre sí, están reunidos por la misma causa y esperan para comenzar. Son los miembros del Consejo de Gestión del Parque, entre ellos la directora general, Nora Hochbaum, y algunos representantes de Abuelas y Madres de Plaza de Mayo, del Ministerio de Cultura porteño, y de la coordinación de artes visuales del lugar. Una camioneta llega con dos trabajadores y algunos árboles listos para ser plantados. Y arranca la ceremonia: “El Parque es un proyecto que surge de los organismos de derechos humanos. Se piensa en el año 97 cuando no había juicios, cuando estaban las leyes de impunidad. En ese momento los organismos proponen la idea, y en el 98 en la Legislatura de la Ciudad se aprueba, la creación del parque. Se conforma un ente mixto de funcionamiento en el que están presentes los organismos de Derechos Humanos y el Gobierno de la Ciudad, que es parte de la estructura del funcionamiento del parque, y también la Universidad de Buenos Aires, porque es quien cede los terrenos. Esa comisión es lo que ahora se conoce como el Consejo de Gestión”, dice Tatiana Kohen, coordinadora del lugar. 

Los miembros del Consejo del Parque se reunieron el viernes último para Plantar Memoria: “En nombre de los organismos creo que digo lo que todos y todas pensamos. Nos estamos dejando trabajar por la memoria, eso es estimulante, eso recoge el dolor y lo convierte en trabajo para el presente, no digo para el futuro. Yo no hablo mucho del futuro, quiero que sea bueno nuestro presente, cada presente que vaya haciendo realidad eso que configura el futuro”, dice María Adela Antokoletz, integrante Madre de Plaza de Mayo-Línea fundadora e hija de María Adela Gard Pérez de Antokoletz, una de las catorce mujeres que fundaron la organización. “Quiero también que sepamos todos y todas que estamos plantando vida, pero no estamos realizando un acto enteramente pacífico. Reconozcamos que la memoria es un campo de batalla. Nosotros estamos eligiendo qué memoria plantamos. Recordar que somos conscientes que estamos plantando determinadas formas de la memoria no universalmente aceptadas. Ese es el entorno que nos dignifica, me parece”, finaliza Adela, luego de la plantación. Como representante de Abuelas se encuentra Paula Sansone, quien al Parque el mensaje que su organización para todos y todas, y que siguen remarcando: aún faltan trescientos hombres y mujeres que no conocen su identidad, que no saben quiénes son sus padres, y las Abuelas, como siempre, continúan buscándolos en su lucha incansable. 

“Vamos a aprovechar una vez más la oportunidad que nos brinda el Parque de hacer memoria, de ejercitar la memoria de manera permanente, no solamente un día o una vez al año, sino cada día y en cada oportunidad que tenemos. Esta campaña me pareció sumamente creativa y maravillosa porque de alguna manera es traer vida y es recuperar una práctica que tienen que ver con traer un poco de alegría, traer un poco de sosiego, traer un poco de de paz a tanto agobio durante los últimos 45 años, y más también, con lo cual aprovechar siempre la ocasión para reflexionar y para hacer un análisis de dónde estamos parados, qué se consigue y cuánto falta”, reflexiona Malena Malewikcz,  subsecretaria de Derechos Humanos de la Ciudad y otra de las representantes dentro del Consejo. 

 

El Parque de la Memoria hoy seguirá plantando: “Hemos tenido muchísimos llamados de gente que va a venir el 24 de marzo a plantar, vamos a ver cómo lo podemos regular porque por supuesto a nadie le queremos decir que no. Con el equipo de trabajo vamos a estar muy atentos porque realmente han llegado muchos mails, muchas consultas, muchos pedidos para el día 24”, dice Nora Hochbaum, directora del Parque. “El parque va a estar abierto como todos los años, no hacemos nada ese día. Por decisión del Consejo el 24 es un día de tranquilidad en el parque, para los familiares, para los amigos. Es un día abierto, tranquilo y en silencio. Es una decisión histórica que ha tenido el Consejo desde el inicio. Viene muchísima gente al Parque, durante el fin de semana alrededor de seis mil personas”, finaliza. 

Villa Devoto

El domingo 21 de marzo en el barrio de Villa Devoto, en la plaza “El Maestro”, ubicada en Avenida Beiró y Calderón de la Barca, se podía observar la típica escena de domingo por la tarde con barbijos y alcohol en gel de por medio. Familias caminando por la feria artesanal que se encontraba a un costado. En el centro los juegos, ese sector dividido por rejas, con chicos y chicas subiendo, bajando y corriendo separados del resto. A lo lejos, se escucha un grupo probando parlantes y equipos de sonido. Y es que en conjunto con distintas organizaciones, la murga “Los Pitucos”, el colectivo “El Renacer de la Laguna” y los trabajadores feriales decidieron sumarse a la convocatoria de La Cámpora Comuna 11:  serán parte de la campaña “Plantamos Memoria”, mediante la colocación de un árbol nativo proveniente del noreste de nuestro país: el sauco.

Plaza «El maestro», Av Beiro y Calderon de la Barca

Victoria Pugliese es comunera por el Frente de Todos en la Comuna 11 y expresa que decidieron sumarse a la iniciativa porque siempre acompañan las marchas de todos los 24 de marzo. Entienden que no se puede marchar como años anteriores debido a la pandemia y que es un año en el que debemos seguir con los cuidados necesarios. Sobre la campaña, afirma que destaca la ambientalista-ecologista que tiene que ver con el futuro. “Plantar una nativa en este contexto es pensar en la sustentabilidad y en construir una Ciudad que sea más habitable”. Pugliese agrega que lo que permite esta actividad colectiva es que los vecinos se acerquen y busquen ser parte y compartir el momento. “Nos sumamos a la iniciativa entendemos que la política de Verdad, Memoria y Justicia son muy importantes. Entendemos que defender la democracia y las políticas de Derechos Humanos es también función de las organizaciones y de los colectivos de la comuna”, expresa.

Durante la jornada sumaron la muestra “Memorias y Resistencias de Mujeres”, dedicada a aquellas que fueron importantes a la hora de reclamar y luchar por los Derechos Humanos a lo largo de los últimos años. “La militancia y solidaridad como bandera”, escrito grande y en el centro de una pancarta, abraza los distintos rostros de mujeres, presentadas con sus nombres, apellidos y acompañadas de pequeñas biografías. “Esta campaña recupera la militancia de las compañeras que muchas veces no se puso en el centro como se debía”, cierra.  

La Boca

Después de la lluvia siempre sale el sol, dicen, y definitivamente el domingo último en el barrio de La Boca salió. Desde la Plaza Matheu, se escucha el grito de: “¿30 mil compañeros desaparecidos, ¿El Oso Cisneros y Nehuen Rodríguez? Presentes. ¡Ahora y siempre!”. Sí, era otro pedido de Nunca Más. Esta vez, la voz era de Los Pibes de La Boca, las Madres en Lucha y la cooperativa Recicladores de la Boca, entre vecinos que también se acercaron a ver qué ocurría. El día incluso permitió hacer radio abierta al dial de la Fm Riachuelo, la 100.9.

 

Plaza Malvinas, La Boca

Referentes históricos del movimiento Los Pibes de la Boca, como María Del Carmen Cano -más conocida como La Negra- y Claudia Maidana -parte del Paseo de la Economía Popular- estuvieron presentes recordando a su compañero militante que solía recorrer la plaza. Hoy símbolo de lucha. La negra es una de esas compañeras que empezó desde los inicios del movimiento, en el año 1996. Desde allí hasta hoy, pasaron por innumerables cosas. En ese camino, mataron a Martín Cisneros, más conocido como El Oso, quien fue asesinado por un sicario a causa de su lucha contra el paco. “El Oso era un compañero que nos fue explicando cuáles eran nuestros derechos y no solo eso, nos enseñó a luchar por ellos”, destaca la referente. Martín era uno de esos compañeros que no se olvidan, esos que te marcan un antes y después, que se van para dejarte algo y que te recuerdan por qué es importante luchar por un mundo, una sociedad mejor: por la salud, el trabajo, la vivienda digna, la economía popular, por todo ello hay que pelear según La Negra. Sí, por todo aquello que hoy representa una deuda propia de la democracia.

 

Por otro lado, se la ve a Claudia, otra de las viejas referentes del movimiento, encargada de ubicar aquellos árboles de durazno y limón que trajeron para plantar. Para Claudia, plantar no sólo significa memoria sino futuro y, ante todo, un acto de rebeldía contra el sistema capitalista en el que estamos inmersos. Rodeados de edificios altos y shoppings dejando atrás lo verde, las plantas, los árboles que tanto bien nos hacen. “De esta manera cuidamos al medio ambiente y también a los demás, a esos compañeros que se encuentran en distintas provincias con muchas quemas de pastizales que están destruyendo todo el medio ambiente. Plantar hoy es resistencia y acompañar a aquellos que se quedaron sin tierra, sin casa, sin comida. Tenemos la obligación de darles fuerza a ellos, con estos pequeños gestos, para que sigan luchando y peleando”, expresa Claudia. 

 

Para Claudia, los derechos humanos no se basan en escribir leyes y en hablar bonito. Sino en hacer, y ella como miembro de una organización social popular lo sabe y lo defiende. “Las organizaciones sociales tenemos la obligación de estar con quienes más los necesitan, tener contacto y hacer redes. Intentar y hacer. No solo hablar, hacer algo por los demás, ayudar al otro. Enseñarles a nuestros hijos que los derechos humanos no son solo hablar y sacar leyes sino estar, y el Estado debe hacerse cargo, recorrer el territorio”.

 

Plaza Malvinas, La Boca

En la jornada también se encontraba Roxy, la mamá de Nehuén Rodríguez, un joven del barrio de La Boca de 18 años, lleno de sueños, amante del teatro y del fútbol. Lo mataron el 14 de diciembre de 2014. Por aquellos días, Nehuén recién terminaba la secundaria. También ascendía el club de sus amores, Huracán, el club que lo recibiría con los brazos abiertos para depositar sus sueños de ser futbolista, pero en el camino, cuando se dirigía a festejar el ascenso, fue asesinado por la policía, convirtiéndose en otro caso de gatillo fácil. En otro pibe víctima de abuso de poder por parte de las fuerzas policiales. Desde allí, la vida de Roxy, ya sin su hijo, se convirtió en una pelea constante por hacer justicia. A pesar de que el asesino no recibió una condena justa y el dolor y la bronca que ello le generó, junto a la mamá de otro joven que quedó parapléjico también por los brutales golpes de la policía, decidió convertir su tristeza en amor. Su misión: tratar de salvar a los pibes más jóvenes, amigos de Nehuén para que no se cayeran y puedan salir adelante. Asegura que sus puntales son sus otros hijos, que necesitan una madre fuerte y no alguien deprimida en una cama. Por todo eso decidió seguir luchando.

 

“No nos olvidemos de los 30 mil desaparecidos, fue genocidio, pero hoy sigue ocurriendo. Tenemos siete mil pibes que nos mató la policía, siete mil pibes que mataron por gatillo fácil o violencia institucional. Por eso junto a los familiares y todas las madres decimos: ´Basta´. Que nunca más sea Nunca Más. Sepan que esos 30 mil son 30 mil razones para seguir peleando, luchando y seguir organizándonos ante estos atropellos de la fuerza de seguridad. Esos siete mil pibes son el impulso de las madres para que estas cosas dejen de ocurrir, para que podamos cambiar este Estado que no nos sirve y para cambiar el Poder Judicial que no nos ampara ni nos representa”, expresa emocionada la mamá de Nehuén, mientras desde el dial 100.9 sale al aire Ángel, uno de los mejores amigos de su hijo, cantando: “Queremos justicia por mi amigo que tirado en el piso se olvidaron que era primo, sobrino e hijo”.

 

Los recicladores de La Boca también dijeron presente. Sergio, uno de los coordinadores de la cooperativa, tenía apenas dos años cuando arrancó la lucha de Madres y Abuelas de Plaza de Mayo contra los genocidas. “Aquellos que decían ser patriotas -expresa Sergio-, mataron pibes y desaparecieron gente, chicas embarazadas, estudiantes” y advirte que por “todos ellos seguirán en la lucha de llevar un plato de comida a quienes hoy no lo tienen”.

Temperley

 Entre distanciamiento social y barbijos, El Club Atlético Temperley abrió sus puertas para recibir a sus socios y socias, al colectivo H.I.J.O.S. de Lomas de Zamora, y demás personas que decidieron acercarse a gritar Nunca Más.  Desde 2012 que El Gasolero cuenta con un Departamento de Derechos Humanos donde chicos y chicas siempre realizan actividades para el Día de la Memoria, la Verdad y la Justicia. Este contexto de pandemia no fue la excepción y respondieron al llamado de Abuelas de Plaza de Mayo -junto al Departamento de Medioambiente del Municipio que donó un árbol- para sembrar memoria.

Club Atlético Temperley.

El club había sido intervenido: pañuelos blancos colgantes con algunos de los nombres de los desaparecidos y carteles de Justicia, se dejaban ver entre los participantes. En un corralito, se encontraba el árbol que reivindicaba de ahora en más a todos aquellos que hoy ya no están.

Dana Hernández es miembro de la Comisión directiva del Club, y expresa que hace varios años que la institución tiene un compromiso firme con los derechos humanos. “Creemos que la mejor manera de proyectar un mejor futuro es teniendo memoria, aprendiendo y teniendo presente la atrocidad que pasó en la dictadura con todos sus crímenes. Esto es la mejor manera de mantener la memoria viva, despertar conciencia para que las nuevas generaciones comprendan que lo que pasó fue grave y porque nunca más se puede mirar para otro lado. Esto es trasladar una acción concreta de visibilidad acá en el club”. Además, a 45 años del golpe, hizo su balance acerca de lo vivido hasta ahora: “Lo que hay que hacer es aferrarnos y cuidar la democracia más que nunca, sobre todo cuando después de la experiencia de un gobierno neoliberal como la que hemos atravesado. Ha habido intenciones o pequeños grupos de conservadores de fascistas de gente de derecha que ha reaparecido y vuelto de las tinieblas en las que estaba, hay que trabajar para que quede bien claro que ese no es el camino y que una sociedad en democracia es una sociedad mejor que nos permite habitar a todos y todas”.

En una sociedad todo parece estar fijamente estructurado, Temperley no solo se suma a tener un Departamento de Derechos Humanos, que acompaña las campañas de difusión y memoria, sino también, a tener uno de Género. Dana aclara que es importante tener este tipo de presencias, porque los clubes, además de ser de fútbol -que es un termómetro y mide muchas situaciones que pasan en el club- también nos hace recordar que son asociaciones sin fines de lucro, por lo tanto, espacios sociales y culturales, de encuentro, que deben comprometerse con las causas que cada club considere justas. “La nuestra es siempre con la diversidad, con género, con los derechos humanos para seguir despertando conciencia con las personas que las habitan, en este caso con nuestros hinchas, socios y socias”. 

Entre H.I.J.O.S. de Lomas de Zamora se encontraba Eva Campero, quien fue secuestrada, torturada y llevada a Campo de Mayo a los 17 años. Quien, además, hoy sigue en busca de sus dos padres desaparecidos. Esa misma búsqueda que, según relata, fue su “salvación”. La salvación de ese infierno de preguntas pendientes que a pesar de que la condena a su torturador fue efectiva, aún quedan sin resolver. Eva hoy reclama por la aceleración de los juicios ya que los genocidas están viejos y no quiere que ninguno se muera impune, que el juicio y castigo sea contundente. Eso significa que vayan a una cárcel común y efectiva.

 

Para Eva, los organismos sociales y de derechos humanos se encuentran codo a codo: “Creo que lo social tiene que ver con los derechos humanos que nosotros bregamos ayudar acompañar y poder intervenir para que ningún derecho sea vulnerado. Nosotros siempre hacemos la promoción y defensa de los derechos, es como una tarea que desde H.I.J.O.S hemos tomado”.

 

La tarde noche cayó, y si bien se trató de una jornada en la que participaron distintos organismos, la juventud también se hizo notar. Agustín Acevedo es miembro de la Comisión de Juventud del Club Atlético Temperley. Una comisión muy joven, no sólo por sus participantes que tienen entre 20 y 22 años, sino por su creación hace tan solo tres meses. El grupo, además de estar dando sus primeros pasos en el camino de la dirigencia política, busca activar la vida social del club, reunir a todos sus socios y socias. Como muchos de los adolescentes, Agustín, se enteró de la campaña de Abuelas y Organismos de Derechos Humanos a través de las redes sociales, y a partir de allí él y la Comisión sintieron el compromiso y la obligación de acompañar la iniciativa. “Tener esto en Temperley es un orgullo porque nosotros habitamos día a día el Club”, expresó Agustín. Además, explica que la campaña sirve para conocer nuestra historia, nuestro pasado, pero también proyectar un futuro -del cual será parte- donde todos los argentinos y argentinas luchen para que no pase nunca más. “El Club Atlético Temperley tuvo un socio desaparecido. Se le hizo un reconocimiento hace poco y muchas personas no lo saben y esto nos ayuda a que otros se empiecen a interesar sobre los derechos humanos y todo lo que conlleva un 24 de marzo”, sostuvo Agustín contundente, aunque algo nervioso al dar sus primeras impresiones políticas. 

 

“Lo que pasó en Formosa con la represión policial vulneró todos los derechos de los formoseños”, dijo y continuó: “lo mismo uno cuando viene a la cancha”. Agustín no entiende y se indigna frente al maltrato de parte de efectivos policiales por ser hincha de un club o por cuestiones de color de piel, “que te pongan contra una pared. Eso también es vulnerar los derechos humanos de un club. El maltrato policial no debe suceder. Si te ven solo, no tenés manera de defenderte” y agrega que el rol de ellos como colectivo y jóvenes del club es fomentar el respeto entre todos los habitantes de la población. Sobre todo, en el club. Respeto entre nosotros sin distinción de raza, sexo, edad. Todos tenemos derechos.

 

24 de marzo

 Como todos los años, varios organismos de Derechos Humanos presentarán un documento en conjunto que se transmitirá hoy a las 19 hs por TV Pública y en las redes sociales de los distintos organismos convocantes: Asociación Abuelas de Plaza de Mayo, Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora, Familiares de Desaparecidos y Detenidos por Razones Políticas, H.I.J.O.S. Capital, Liga Argentina por los Derechos Humanos, Comisión Memoria, Verdad y Justicia Zona Norte, Asamblea Permanente por los Derechos Humanos, Asamblea Permanente por los Derechos Humanos La Matanza, Familiares y Compañeros de los 12 de la Santa Cruz, Fundación Memoria Histórica y Social Argentina, Asociación Buena Memoria y Movimiento Ecuménico por los Derechos Humanos. 

Además, y más allá de las medidas sanitarias, el Encuentro Memoria Verdad y Justicia realizará su tradicional marcha que une el Congreso con la Casa de Gobierno.

La lucha de todos los organismos de derechos humanos, siguen vigentes en una sociedad que al día de hoy continúa cuestionando las cifras de una de las épocas más oscuras de nuestro país. Con sus pañuelos blancos y su lucha incesante, nos siguen recordando día a día la importancia de la Verdad para tener Justicia, la importancia de la Memoria para tener Identidad. Nos siguen recordando que aún quedan nietos por restituir, que todavía queda mucho por hacer, y que todos y todas formamos parte activa de una sociedad que no olvida, que lucha y se compromete a dejar a las generaciones venideras un espacio más verde y un mundo más justo.

Un 24 de marzo diferente para las Abuelas de Plaza de Mayo

Un 24 de marzo diferente para las Abuelas de Plaza de Mayo

“Este año pondremos un pañuelo blanco en el balcón en memoria de los  30.000 desaparecidos», dice Carlotto.

Ninguna de estas Abuelas tiene el domicilio en sus viviendas. Hace 44 años, que todas ellas residen en el espacio público, cuando empezaron a preguntar: ¿Dónde están nuestros hijos y nietos? Jamás se quedaron “en casa” ante la negativa de las autoridades de la dictadura cívico-militar autodenominada “Proceso de Reorganización Nacional” de dar a conocer el paradero de sus seres queridos.  Nunca se agotó su lucha, que al día de hoy llevan 130 nietos restituidos. Tampoco su reclamo de Memoria , Verdad y Justicia, al que la sociedad se fue sumando cada 24 de Marzo, con mayor masividad a partir de 2006 cuando se dispuso el feriado conmemorativo nacional. Pero este año, por disposición del Gobierno nacional, tendrán que quedarse en sus casas (como todo el conjunto de la sociedad argentina) para cumplir con  el “aislamiento social, preventivo y obligatorio” dispuesto en el Decreto de Necesidad y Urgencia  297/2020 que busca combatir la epidemia del coronavirus.  Será la primera vez, desde el retorno de la democracia, que no se realizará la tradicional marcha por la Avenida de Mayo.

La presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo,  Estela de Carlotto, y sus compañeras Sonia Torres, referente de la filial de Abuelas Córdoba y Delia Giovanola, atendieron desde sus casas a ANCCOM para explicar la modalidad de convocatoria para el próximo 24 de marzo: “Este año se promueve poner un pañuelo blanco en la puerta de la casa o el balcón en memoria de nuestros  30.000 desaparecidos, los vamos a homenajear desde nuestras casas.  Además, con la mesa de las 13 agrupaciones de derechos humanos  dialogamos para poder proyectar imágenes digitales de los rostros de nuestros desaparecidos. Vamos a estar en las radios y televisores y en los medios que quieran recordarlos”, afirmó Carlotto. En redes sociales se promueve el uso del #PañuelosConMemoria para acompañar los posteos de los usuarios. Las acciones concluirán a las 19:30 con la transmisión de la lectura por parte de los organismos de derechos humanos y será retransmitida por los canales de televisión que adhieran. ANCCOM reclutó las historias de estas tres Abuelas de Plaza de Mayo y cómo están viviendo los preparativos del 24 de marzo en sus casas.

«Vamos a estar en las radios y televisores y en los medios que quieran recordarlos”, afirmó Carlotto.

Delia Giovanola es una de las fundadoras  de Abuelas, dice “tener apenas 94 años”  y está pasando la cuarentena en su departamento.  Ultramoderna, se comunica vía Whatsapp con sus seres queridos, entre quienes está Martín, el nieto restituido número 118 por las Abuelas de Plaza de Mayo, en el año 2015: “Con mi nieto tenemos una relación de amigos más que de abuela-nieto. Nos contamos nuestras cosas y nos retamos mutuamente. Manejamos el mismo sentido del humor, todos los días me comunico con él (vive en Miami) por el teléfono, jamás dejamos de estar  unidos desde que Abuelas lo encontró”, contó con un tono jubiloso. Delia también recordó para ANCCOM como fue el encuentro con su nieto: “Yo me encontraba en Calafate, y el domingo de Pascua de 2015 asistí a misa. Allí el padre Luis me pidió el pañuelo para colocarlo en la eucaristía.  Al día siguiente él se comunicó conmigo para decirme que iba a encontrar a mi nieto. Ese mismo día, Martín se presentó en Abuelas porque tenía dudas sobre su identidad. Desde el primer momento Martín quiso hablar conmigo. Después de una hora de hablar por teléfono, le pregunte: ¿Podemos volver hablar más tarde? Y él me contestó que sí, porque yo era su abuela”, rememoró emocionada. “La abuelita charladora”, como se autodenomina Giovanola, también tiene cuentas de  Instagram y Facebook.

 

Hace 40 años Estela de Carlotto  pasa poco tiempo en su modesta casa del Barrio Tolosa, de la ciudad de La Plata,  la cual que pudo comprar con su marido Guido. Hoy vive sola  y pasa la cuarenta allí: “Me viene muy bien estar acá, en este descanso obligado. Estoy muy cansada, hace 42 años que no descanso”, afirmó la presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo, quien  el próximo 22 de octubre cumplirá 90 años. “En esta cuarentena aprovecho a  hacer de ama de casa. Voy a extrañar estar con mis compañeras, las abuelas, en esa fecha. Ya quedamos poquitas pero estamos muy hermanadas  y seguimos haciendo lo que nos permite la salud. Hace 44 años que nos abrazamos por primera vez y ese abrazo sigue siendo igual de fraterno”.  Su lucha la llevó a jubilarse prontamente como maestra primaria para abocarse a encontrar al hijo de su hija Laura, quien se encontraba embarazada de tres meses cuando fue desaparecida el 11 de noviembre de 1977. Estela logró encontrar a su nieto el 5 de agosto año 2014: “Tenemos un  vínculo hermoso, cada día la relación es más hermosa y de ternura. Aunque ahora en cuarentena no nos podemos ver ni por imágenes, porque yo solo uso un teléfono antiguo, porque no me resigno a que las tecnologías me dominen. Hablé con mi bisnieta Lola, que me reclamó chocolates porque siempre le llevó y la malcrío. Yo tendría que estar este fin de semana con ellos en Olavarría, seguimos conociéndonos porque no es fácil el cambio de identidad, pero estamos logrando ese abrazo de abuela y nieto. Para mí, verlo es el regreso de Laura”, confesó Estela en exclusiva para ANCCOM.  Hoy, la presidenta de Abuelas realiza la cuarentena obligatoria en la misma casa donde preparó la cuna para su nieto Guido en 1978, cuando fue a buscarlo a la Casa Cuna y nunca se lo entregaron: “Me jubilé, dejé la escuela anticipadamente para esperar el mensaje. Una señora vino a ver a mi marido al negocio de pintura para decirle que había estado secuestrada con Laura, que estaba embarazada y que fuera a buscarlo a la Casa Cuna. Nos llevó 36 años localizarlo”,  concluyó Carlotto.

 

Hay abuelas que todavía siguen esperando a sus nietos.  Tal es el caso de Sonia Torres, de 90 años, la referente Abuelas de Plaza de Mayo en la ciudad de Córdoba, quien sigue en la búsqueda: “Me fortalece saber que mi hija  Silvina creía profundamente en un mundo mejor y luchaba por eso”. Silvina Parodi –hija de Torres-, quien fue secuestrada junto a su pareja Daniel Orozco por un grupo de tareas el 25 de marzo de 1976, estaba embarazada de seis meses. “Todas las Madres y Abuelas de Córdoba vamos a recorrer mentalmente las calles de la ciudad, haciendo  las paradas y haciendo los cánticos. Porque hace 44 años que hacemos lo mismo. Mi nieto cumpliría el 14 de junio 44 años”, reflexionó Sonia ante el particular contexto de pandemia. Luego explicó: “Para mí la lucha comenzó el 26 de marzo de 1976, cuando secuestraron a mi hija Silvina y a su marido Daniel”.  Para Sonia la ilusión no está perdida: “Espero poder verlo venir a mi casa o al local de Abuelas y poder ver su carita y recrear la carita de mi hija y de mi yerno. Eso me ayuda a vivir todos los días, porque tengo la convicción de que lo voy a encontrar”, sentenció Torres y agregó: “El 14 de junio cuando más o menos debió nacer mi nieto, llevé a la cárcel un moisés con ropita para bebé y algunas prendas  para Silvina y Daniel. Después de un tiempo me dijeron que ahí no estaban, me devolvieron la ropa de adulto pero nunca el moisés y lo de bebé. Así supe que había nacido”.

 

“Tantas veces me mataron y tantas veces me morí”, escribía María Elena Walsh. Hoy bajo una difícil y crítica situación de  salud pública por la pandemia del Coronavirus, las Abuelas de Plaza de Mayo y todos los organismos de derechos humanos han dispuesto a mantener la Memoria, la Verdad y Justicia por los desaparecidos del último golpe cívico militar en la Argentina sin ningún acto en la vía pública para que pronto en la Argentina estemos: “Cantando al sol como la cigarra”.

Son 30.000

Son 30.000

“La realidad puede ganarle a cualquier negacionismo, porque en definitiva, después, a cada uno le va llegando, tarde o temprano. Es como el agua, que avanza y un día te toca los pies, pero cuando te querés acordar, la tenés hasta el cuello”. Guillermo Villanueva, hijo de Santiago Villanueva, militante de la JUP, desaparecido el 25 de julio de 1978, reflexiona con la mirada en la multitud.

La histórica Plaza de mayo, todas sus calles y avenidas quedaron desbordadas. Madres, hijos, nietos, familiares, amigos, organizaciones sociales, políticas, sindicales, auto-convocados dieron cuerpo a una marea abrumadora, memorable y multitudinaria en un nuevo aniversario del golpe cívico-militar. Un potente y transversal grito vociferó de las gargantas de las miles de personas que se manifestaron este 24 de marzo: “Fueron 30.0000”.

Al reclamo constante y permanente de Memoria, Verdad y Justicia, los organismos de Derechos Humanos expresaron y denunciaron los retrocesos que en esa materia se dieron durante el gobierno de Cambiemos: “miseria planificada, la persecución política, la represión y el encarcelamiento de militantes, la pérdida de la soberanía política y económica”.

“Hoy vemos cómo Mauricio Macri retrocede y se niega a hablar de los desaparecidos. A la par, vemos cómo sus funcionarios se reúnen con asociaciones que reivindican el terrorismo de Estado y además ejercen el negacionismo, como (Juan José) Gómez Centurión o Darío Lopérfido”, declararon en el documento conjunto leído desde el escenario montado a espaldas de la Casa de Gobierno. El pedido de libertad a la dirigente social Milagro Sala, el apoyo a lucha docente, el repudio a ley inmigratoria, también se plasmaron en tal documento.

Desde antes del mediodía, los espacios de la plaza fueron colmados por organizaciones políticas, tales como el Movimiento Evita y la CTEP, quienes contaban ya con muchos militantes en sus columnas cercanas al escenario.

“Estoy acá por mis hijos y por mí, por la lucha de todos los compañeros, porque no es uno solo sino que son 30 mil. Por más que no quieran, lo vamos a seguir diciendo. Por los nietos que faltan, la lucha continúa y esto no termina hasta que no aparezca el último de ellos”, dijo Ana María Fernández, madre de dos hijos desaparecidos en 1978, en diálogo con ANCCOM.

 

A lo largo de las cuadras de Avenida de Mayo, cientos de siluetas de numerosos colores cincelaban los bordes. Sobre el asfalto se multiplicaban los pequeños pañuelos blancos pintados. “Esta marcha es especial, porque este es un gobierno que quiere negar que el golpe del ´76 fue un genocidio”, le dijo a ANCCOM Gerardo, docente y sociólogo, mientras marchaba con su familia. Indicó, además, que el actual gobierno “quiere reducir el número de desaparecidos”, hacer parecer “que no fueron tantos, que no fue tan importante” para denostar “a los organismos de derechos humanos y así quitarle la importancia que tienen”.

El compás de las columnas que encabezaba la organización Madres de La Plaza estuvo a cargo de los tambores y bombos de los músicos de “La Chilinga”. De guardapolvos blancos y en distintos puntos de la marcha, los chicos de organización barrial “La Garganta Poderosa” invitaban a elegir entre fragmentos del diario Clarín, La Nación y la Nueva Provincia, hacer un bollo y embocarlo en los ceros de un cartel que decía son 30 mil.

“En este momento se está poniendo en juego las mismas políticas que dieron origen al golpe de Estado. Es fundamental seguir defendiendo los derechos humanos en toda su amplitud”, afirmó a esta agencia Liliana, docente universitaria y arquitecta. Llevaba un cartel de unos de los 13 compañeros que egresaron con ella en 1976. “Hay toda una de ola negacionismo por parte del gobierno nacional que es muy peligrosa. Están queriendo arrasar con todas las conquistas sociales y los movimientos populares”, puntualizó.

Arriba de una estructura publicitaria, dos niñas sostenían un cartel sin inscripciones, que sólo contenía una caricatura del presidente Mauricio Macri, con bigotes y orejas de gato y otro con los dedos en V. “Ningún gobierno nos quitará la voz de la memoria”, enunciaba un cartel que llevaba una mujer con su pequeña hija en brazos. “Los que han contribuido a los golpes, hoy están en el gobierno” tenía inscripto en un afiche un hombre acompañado por su hijo adolescente.

Los gremios docentes aglutinaban en sus columnas a una innumerable cantidad de convocados, entre las que destacaban las organizaciones SUTEBA y CTERA, detrás de ellos, se hallaba una enorme masa de personas referidos en la CTA, en el comité por la liberación de Milagro Sala y en organizaciones kirchneristas como Nuevo Encuentro y La Cámpora. Atravesando la Avenida 9 de Julio, la marea popular continuaba con miles de personas con banderas de organizaciones tales como CORREPPI, Red contra la Violencia Institucional, H.I.J.O.S, entre otros.

La lectura del documento se realizó a media tarde y arriba del escenario, estuvieron Estela Carlotto y Victoria Montenegro, de Abuelas de Plaza de Mayo, Taty Almeida de Madres de Plaza de Mayo, Lita Boitano y Graciela Lois por Familiares de Desaparecidos y Detenidos por Razones Políticas, José Schulman por la Liga Argentina por los Derechos del Hombre, Paula Donadío y Ana López por H.I.J.O.S y Fernando Suárez por el Movimiento Ecuménico por los Derechos Humanos.

“Porque detrás del negacionismo está el intento de olvido, y detrás del intento de olvido está la intención de desmovilizarnos, de volver a ´ foja cero´ las luchas. No nos han vencido: ¡estamos acá, en unidad, con el pueblo, con las banderas de los 30.000 en alto!”, culminó.

“Ahora siento que el 24 de marzo me pasa a mí”

“Ahora siento que el 24 de marzo me pasa a mí”

Ignacio Montoya Carlotto hace un recorrido sobre sus vivencias, en las vísperas del 39º Aniversario del último golpe cívico militar que la sociedad Argentina aún sigue juzgando. Habla sobre el impacto de esta nueva etapa en su vida, de lo que quiere y busca, de los Montoya, de los Carlotto, del contexto histórico político actual y del modo en que se reafirma en sus logros a los 36 años cuando el reflejo de esas familias le devuelve certezas sobre gustos, rasgos y elecciones que antes no tenían demasiada explicación. La historia del nieto de la mujer cuya imagen es el emblema de la búsqueda de los niños apropiadas en la última dictadura militar, cuyo encuentro luego de 37 años de búsqueda, conmovió a toda la sociedad.

-¿Cómo vive el 24 de marzo con identidad restituida?

-Mi idea de la identidad tiene que ver con una construcción de 36 años a la que le puse mucho empeño en formar la persona que soy, por eso mi verdadera identidad es la de siempre, no siento que la de antes sea mentira. Había cosas que no eran correctas, la información que yo tenía, los papeles estaban mal, no sabía quiénes eran mis padres o que tenía una familia enorme y las circunstancias que me llevaron desde chico hasta donde estuve. En ese sentido, repensar mi identidad es un trabajo que hago a partir de las preguntas del afuera. Este 24 no será tan diferente a otros, pero ahora siento que el 24 de marzo me pasa a mí y lo vivo con ese compromiso. Voy a estar en el acto en Olavarría como todos los años, con mucha más repercusión, con mucho más bardo, si querés, pero va a ser el mismo 24.

-¿Qué suele pasar en Olavarría los 24 de marzo?

-Somos pocos (risas). Se hace una vigilia la noche anterior y se pasa todo el 24 en el Parque de la Memoria. Yo participo siempre y suele haber poca gente. Es un acto que a veces le falta un poco de rosca, por eso tomé la decisión de quedarme, hace falta que me quede.

-¿A aguantar los trapos allá?

-Sí, a aguantar los trapos en Olavarría, claro, allá en la plaza (de Mayo) va a haber miles de personas.

-Algo llamativo en su historia es que a largo de su vida, por lo que se conoce, nunca había dudado de su origen y, sin embargo, cuando aparece la información lo resuelve rápido. ¿Cómo evalúa esa reacción, tiene que ver con su personalidad?

-Es cierto que yo tenía cierto bagaje de información en cuanto a lo que sucedió, lo que significan los desaparecidos y que habían quedado hijos dando vueltas por ahí y no se sabía dónde estaban. No sé si es una cuestión personal, yo creo que es conciencia ciudadana. Y bueno, está la duda, sé todo esto y están estos mecanismos para esclarecer esta cuestión. Mecanismos que en cierta manera conocía, no de fondo pero sabía de la existencia de Abuelas, sabía de la Comisión Nacional por el Derecho a la Identidad (CONADI), con todo, entonces, me pareció que tenía que actuar, creo que tuve conciencia ciudadana porque lo que había que resolver no tenía que ver estrictamente conmigo solamente. Si existe esta posibilidad por mi edad, hay que esclarecer esta situación porque no solamente me compete a mí, sino también a la gente que me está buscando. Además, después el proceso es rápido, viste, es fácil (bromea). Yo sé que hay muchos casos de pibes que están con estas dudas y están años hasta que se deciden a presentarse o completar una planilla. Yo me enteré el lunes y el martes estaba mandando todo, porque me pareció que había que hacerlo, que no había muchas vueltas, ¿por qué me iba a demorar? Creo que mi historia artística, que siempre es una búsqueda de la verdad en alguna medida, me ayudó, porque cuando tuve que buscar esa verdad estaba en el camino para hacerlo. La construcción mía a lo largo de todo este tiempo, me inclinó a tomar esta decisión de manera más fácil. También tiene que ver con mi circunstancia: en el lugar que caí, cómo fui criado, que siempre se me crió para resolver las cosas, para esforzarme. Creo que son muchas cosas que se articulan al momento de tomar una decisión. Para mí no era una decisión difícil, tranqui, me dije, vamos a averiguar. El miedo aparecía ante la posibilidad de no averiguar nada.

-¿Cree que el contexto histórico político propicia situaciones como la suya y ayuda a tomar la decisión de averiguar?

-Quizás sea más fácil, no sé. No lo pensé en esos términos cuando lo hice, pero creo que debe ser más fácil. No sé qué habría sucedido, por ahí entramos en un terreno de supuestos que no sabría como teorizar. Pero no sé qué hubiese pasado si yo me enteraba de esto hace diez años atrás, por ahí la cuestión era diferente, para mí ahora fue muy fácil. Tal vez la circunstancia general haya ayudado muchísimo, pero no sé qué podría haber pasado en otro momento.

-En otras entrevistas cuenta una anécdota en la que piensa en Guido antes de saber que era usted, ahí aparece como una disociación (interrumpe)

-Pensé el otro día en eso, cuando tomé la decisión de llamarme Ignacio. ¿Te referís a la anécdota en la que estando con mi mujer Celeste, veo a Estela hablando sobre la búsqueda de los nietos y habla de Guido? qué se yo… estaba ahí en esa situación y le dije: “Mirá esta mujer buscando el nieto, por ahí no lo encuentran nunca, ¿lo encontrará alguna vez? Qué bárbaro esta mina, qué fuerza” y resulta que era yo. También hay algo raro que pensaba en esta decisión del nombre Guido, yo jamás me asocié con el nombre. No tengo recuerdos del nombre con el que ella buscaba, yo sabía que era su nieto, me daba más familiar el nombre de su hija, mi mamá, pero jamás me acordé del nombre Guido. Cosa rara, la he pensado ahora, en este último tiempo, porque jamás asocié ese nombre conmigo y, sin embargo era.

-¿Cómo impacta todo este nuevo mundo que se abre, de saberse parte de una familia mucho más grande, y lo que sucedió a partir del reencuentro? ¿Cómo impacta esto en tus relaciones, en Olavarría en su entorno inmediato?

-Pasan muchas cosas, el que te conoce sabe cómo sos, sabe cómo vas a responder a ciertas cuestiones y entiende tus necesidades. Hay cosas con los afectos más cercanos que se han afianzado muchísimo y con los que no eran afectos tan cercanos pasan otras. Esto es como una lupa que agiganta todo, lo bueno y lo no tan bueno. Y salen cosas buenísimas y salen otras a luz que no están tan buenas. Porque esto es como un torbellino acá y en cualquier parte, con gratas sorpresas y algunas que no. Y más que nada está este entorno familiar que es maravilloso. Yo no estaba muy acostumbrado a familias grandes y a momentos afectivos de ese tipo y la verdad que es maravilloso. Con los Montoya, con los Carlotto, lo estoy disfrutando muchísimo, en ese sentido no hay contradicciones.

-¿Se va reconociendo en los Montoya y en los Carlotto?

-Tenemos una relación bastante fluida, aunque haya una distancia hay una relación fluida. Las cosas se han acomodado muy rápidamente, al menos para mí. Siento que es algo que no estaba pero de algún modo estaba, es cómodo y agradable. Como un auto nuevo, está todo en su lugar, todo donde vos creés que tiene que estar. Cuando me enteré de la adopción, una de las cosas que me impulsó a saber más de mí era saber quiénes habían sido mis padres, era verme en el espejo de mi familia. Viste que la familia a veces es un espejo que mira reflejando cosas de uno, porque eso te deja crecer. Ahora entendí cosas que no sabía de dónde venían. Entendí por qué soy músico y no soy tornero, por qué soy cabrón cuando me enojo, por qué reacciono de esa manera, por qué soy vueltero con algunas cosas y no con otras, por qué soy de esa forma. Lo veo en el espejo de la familia y eso es un valor incalculable para mi vida. Es algo que busqué con bastante conciencia, con el miedo de no encontrarlo. Entonces encontrar a la familia entera, que están casi todos, menos mis padres, obvio, pero es buenísimo porque es una manera de encontrarme. Y no sólo yo me doy cuenta, porque Celeste o mis amigos que me ven con mi familia encuentran cosas mías repartidas. Como una tribu de tarados que dicen los mismos chistes y es genial. El primer día que nos encontramos con mi tío Jorge y mi abuela Hortensia la cara de mis amigos, que me habían acompañado ahí, era fantástica porque no podían creer que había otro tipo enfrente parecido a mi papá, diciendo los mismos chistes que yo y que se reía de las mismas cosas que yo.

-Le iba a preguntar ¿de dónde viene el humor?

-No sabía de dónde venía la acidez, eso del humor ácido, y los Carlotto son así y los otros también tienen buen humor. Mi tío Jorge es actor, es el hermano de mi papá. Así que está presente en la familia lo artístico también. Lo descubrí de esa forma y me dí cuenta de un montón de cosas.

Ignacio Montoya Carlotto septeto - Festival Municipalidad de Mor

Ignacio Montoya Carlotto en el Festival del Municipio de Morón por el Día Nacional de la Memoria

-¿Cómo aparece en sus composiciones todo lo que va viviendo?

-Sin duda ha impactado pero como lo tengo tan en foco, como lo estoy viendo tan de cerca, por ahí no me estoy dando cuenta en cuánto ha cambiado. También es cierto que la identidad musical estaba más afianzada que la identidad del documento. Entonces cuando me encuentro ahora trabajando con la música, lo hago con los mismos materiales que trabajaba antes y en eso no hay mentira, es así. Hoy me encuentro mucho más abocado a la actividad artística, me encuentro trabajando un montón, eso hace que la cosa mejore, porque estoy componiendo bastante. La paleta de colores es más o menos la misma, con otras intensidades y otros niveles de profundidad, así que en ese sentido hay cierta continuidad.

-¿Cómo impacta el entorno de los derechos humanos, qué relación tiene con otros nietos, es de seguir otras historia como por ejemplo el juicio por la apropiación de Javier Penino Viñas?

-Sí, de alguna manera esas cosas me llegan más directamente, no podría evitarlo y es cierto que ser un nieto es como ingresar a un club que año a año, por suerte, va teniendo un miembro más. Es una especie de club, en el que tenemos nuestros códigos. Me he encontrado con varios con los que tenemos más afinidad y la verdad que está buenísimo, porque puedo encontrar en ellos cosas que me pasan. Si bien cada caso es particular y el que nombrás es relativamente opuesto, siento que mi aporte es acá a partir de esto que hago. Porque hay otras cosas que no sé hacer.
En este mes como imaginarás han llovido millones de propuestas, por ejemplo de realizar charlas de derechos humanos. Entonces me encuentro con que tengo que ser sincero y tuve que responder que no, porque no soy un activista de los derechos humanos, no soy un militante político y si bien tengo conciencia política, y la causa de derechos humanos es una causa que abrazo con toda la fuerza aún antes de todo esto, no tengo los recursos que tienen otros nietos para dar charlas, eso no lo sé hacer y me parece poco sincero hacerlo. En cambio, llegar con mi música a distintos lugares, me parece que es buenísimo y ese es mi aporte. Lo voy a hacer y voy a estar comprometido con esta causa siempre, pero no de la forma en que lo hacen otros nietos que se especializaron y a quienes respeto muchísimo.

-¿Siente otra responsabilidad pública, que tiene que mantenerse más informado?

-Sí, completamente. Igual era un tipo informado, no era un gil que estaba dentro de un agujero. Pero yo trato de hablar de lo que sé, me ha pasado que me han preguntado de actualidad política y les digo que no sé, que hay cosas de las que no puedo opinar, sino te transformás en un opinólogo. Tenés que estar informado pero hay temas sobre los que me siento identificado para hablar y otros la verdad prefiero callarme la boca, porque me parece que callarse la boca es una responsabilidad en algunos casos. Con algunas preguntas sí siento que hay una responsabilidad, porque hay muchas miradas y es lo que me tocó y no reniego de eso, pero también siento que tengo que administrar, no sólo la imposición pública, sino toda mi vida para no volverme loco, porque más allá de que yo muestre una condición de cordura, todo esto es una situación de quiebre que la tengo que pasar y sobre lo que tengo que elaborar un montón de cosas. Mientras lo voy elaborando, tengo que salir a trabajar y seguir mi vida.

-En alguna entrevista comentó que apenas se enteró que era el nieto de Estela y de Hortensia empezó a hacer terapia.

-Empecé antes en realidad, cuando supe que era adoptado, no mucho antes. Ya venía como preparándome. Nunca había hecho terapia y me vi en esa situación de decir bueno qué hago. Y la verdad es que me sirve. El cable a tierra real es lo que yo hago, seguir haciendo música es lo que a mí me hace bien. También aferrarme a los afectos y tratar de vivir esta vida que me tocó de la mejor manera posible. Mucho se ha sufrido para que esto suceda, por eso el objetivo es vivir bien.

-¿Cómo evalúa a la generación de los 70 y cómo evalúa la suya?

-Cuando evaluó mi generación, digo que fui joven en los 90 y que fue una época particular. Una generación que es casi contraria a la de los setentas. Ser joven en los 90 es toda una definición. Una generación apolítica, casi sin compromisos y a veces desapasionada en algunos temas en los que hubiera sido bueno ser apasionado; tal vez no tanto como lo fue la de los 70, porque la generación de los 70 tuvo un alto nivel de sufrimiento, de conflictos y de entrega. Es muy difícil opinar sin equivocarse y sobre todo cuando esa opinión es pública. Sin duda fue una generación que marcó algo en la Argentina con sus aciertos y terribles errores, pero siento que ahora hay una conciencia social que está volviendo.

-¿Y se sentía un bicho raro en los 90?

-Yo en los noventas no tenía aún un compromiso con estas causas. Sí tenía una mirada más social de la vida, pero fue el acercamiento a las cuestiones artísticas y ese ejercicio de la sensibilidad el que después se relaciona con un pensamiento y no con otro. Pero yo en los 90 era un ejemplar apolítico.

-¿Y en qué momento se da el quiebre?

-Cuando empecé con mi labor artística, ahí empezaron a cambiar muchas cosas. Me cambia la mirada y después en el conservatorio con las materias pedagógicas y sociales empecé a tener conciencia de otra realidad, ahí arranca un pensamiento más cercano al que tengo hoy, a tener una mirada política.

-¿Su entorno de amigos es más de Olavarría donde vive, o también tiene que ver con otros entornos?

-No, mi entorno amiguero es de todos lados. Yo le decía a mi mujer cuando nos conocimos “nunca vas a terminar de conocer a todos mis amigos” y fue de verdad (risas) soy muy amplio en eso y tengo amigos en muchos lugares.

Ignacio Montoya Carlotto septeto - Festival Municipalidad de Mor

Ignacio Montoya Carlotto septeto

-¿Cuáles son de ahora en más sus proyectos?

-La cosa va rápido evidentemente, pero no me desagrada. Los proyectos son los mismos que tenía con algunas cosas que se han sumado, naturalmente. Tampoco hay que perderse con esa velocidad, ni en la exposición. Entendí con esto que me pasó lo fácil que resulta, o que puede resultar, irse a los pastos, derrapar y hacer cualquier cosa, porque toda esta situación de exposición te puede llevar a hacer cosas que no están buenas. Ahora entiendo por qué a algunos que les llega de golpe la notoriedad lo arruinan, ahora entiendo que es fácil perderse porque hay cosas a mano, inclusive en el sentido sano. Por ejemplo, con algo tan sencillo como opinar de algo que no sabés. Estoy tratando de manejar esa velocidad de la mejor manera, con respecto a lo público y sobre todo en este mes complejo. También tratando de entender siempre quién soy yo y que eso que soy, a veces, no comprende las expectativas de los demás. Capaz tienen otra expectativa y hay que entender que son las expectativas de ellos y no son las mías.

-En este contexto de este mes pero también de este año donde los argentinos vamos a estar decidiendo cosas…

-Sí

-¿Le da cierta preocupación el devenir político o está tranquilo en ese sentido?

-Volviendo a eso de los 90, me parece que se ha convertido todo en una discusión política, se discute en todos los terrenos. Y creo que tanta participación juvenil en todos los espacios, desde los más de derecha hasta los más de izquierda, no puede ser nunca mala. Entonces creo que la decisión que tomemos los argentinos va ser con más participación y convicción política, que no será simplemente votar sólo una cara como ha pasado no hace tanto. Por eso me parece que el panorama que nos queda, sea cual sea la decisión que tomemos, va a ser de fortalecimiento de una democracia que es recontra joven y a la cual le tenemos que aportar desde todos los espacios. Realmente creo que va a ser positivo. Ya el hecho de tener otra elección, luego de un mandato concluido, me parece un salto enorme. No hace mucho tuvimos cinco presidentes en una semana, entonces concretar un mandato y darle la oportunidad a otro, me parece bárbaro. También es cierto que hay cuestiones logradas por este gobierno que se van a tener que mantener, que ya son parte. Eso me parece.

-¿Dice que hay cosas en las que ya no se retrocede?

-Sí eso creo, y eso espero. Es una mezcla de fe con esperanza. Creo que somos un país que tiene que estar alerta pero que hay cosas en las que hemos aprendido. Pienso que la participación de jóvenes en política y en temas sociales es un hecho que se ha dado en estos últimos diez años, quince, que no estaba cuando nosotros éramos jóvenes y me parece que eso es un acto superador para la Argentina como país.

-¿Y en lo personal, cómo visualiza este año?

-Este año vamos a estar grabando el material del septeto en un disco que ya estaba programado desde el año pasado. Hay unos cuantos conciertos y algunos viajes. Es un año con mucha actividad que yo agradezco, es muy lindo, es lo que venía haciendo y lo que quisiera hacer siempre. Estoy verdaderamente contento porque es un año con mucha expectativa. Y a seguir afianzando los lazos personales, los nuevos y los que había. A aportar, también, este grano de arena en lo que me toca, para ver cómo hacer de este país algo un poquitito mejor de cuando yo llegué.

Estela de Carlotto en el Festival por el Día de la Memoria en el municipio de Morón

Estela de Carlotto en el Festival por el Día de la Memoria en el municipio de Morón

-¿Y qué dice su abuela Estela de Carlotto, lo acompaña?

-Ella está muy contenta. Viene y me acompaña siempre que puede. Se interesa mucho y ha entendido esto que soy, lo que vengo siendo y lo que quiero ser, mucho antes que todos. Lo ha entendido muy rápidamente. Está contenta con eso y yo no puedo menos que agradecerle más todavía.

 

 

 

 

 

 

Ignacio y Estela conmemoraron en Morón el 24 de marzo

Ignacio Montoya Carlotto en la conferencia de prensa previa al recital por el Día de la Memoria

Ignacio Montoya Carlotto en la conferencia de prensa previa al recital por el Día de la Memoria

En las vísperas del 24 de marzo, Morón conmemora desde hace 15 años el aniversario del golpe cívico militar con el desarrollo de actividades culturales y deportivas a gran escala. Esta vez, Ignacio Montoya Carlotto acompañó la jornada con su música, en el escenario en el que luego tocó León Gieco con Agarrate Catalina. El entorno fue la actual Casa de la Memoria y la Vida, situada en el predio donde funcionó el Centro Clandestino de Detención conocido como Mansión Seré o Atila y que fue recuperado como espacio para la memoria en 2000, constituyéndose en el primero con esa impronta a escala nacional. Así Ignacio y Estela compartieron su primera conmemoración de un 24 de marzo, juntos, abrazados en un escenario frente a miles de espectadores que fueron testigos de un hecho de trascendencia histórica. “Es el primer acto de este tipo que vamos a estar juntos, la
verdad es que está buenísimo y es una gran emoción. Ayer pensaba que una de las últimas veces que toqué en el acto de Olavarría había una pantalla gigante en el escenario y estaban las imágenes de Estela y de las Abuelas, tengo esa foto y ahora tengo a la Abuela enfrente mientras toco, así que es una gran alegría. Yo voy a estar haciendo el acto en Olavarría, que es donde siento que me necesitan. Allí estaré con esta idea de federalizar un poco la causa, porque no todo está en Buenos Aires. Y como decía recién la Abuela, estoy pensando en esto como un hecho alegre que conmemora una cosa triste, pero que hoy tiene que ser alegre”, expresó Ignacio Montoya Carlotto a la prensa, minutos antes de subir al escenario con su música y festejar, luego, con su Abuela Estela, el reencuentro.

Por más Memoria, Verdad y Justicia

Por más Memoria, Verdad y Justicia

Miles de personas se movilizaron el último 24 de marzo a Plaza de Mayo para conmemorar los 39 años del último golpe militar. Con la presencia de organizaciones entre las que se destacaron Madres y Abuelas de Plaza de Mayo, Familiares e HIJOS, en el acto se destacó la política de derechos humanos de los últimos diez años y la complicidad de los civiles que apoyaron la dictadura. También se acusó a las corporaciones de la prensa, la Iglesia, el Poder Judicial y las empresas por avalar y asociarse al horror de las Juntas Militares.

ANCCOM estuvo presente en Plaza de Mayo y compartimos nuestra mirada.