“Lo que vamos a sufrir este año y el próximo va a ser enorme”

“Lo que vamos a sufrir este año y el próximo va a ser enorme”

Agustin Rossi saludando a un vecino

El presidente del bloque del Frente para la Victoria de la Cámara de Diputados, Agustín Rossi, que la semana pasada oficializó su precandidatura a presidente de la Nación, admitió que “no solo me imagino gobernando con un gran endeudamiento, sino también con una inflación alta”.

Entre corridas cambiarias y empresarios “arrepentidos” de haber coimeado a funcionarios del gobierno anterior, propone la eliminación a la reforma previsional y el impulso  a la legalización del aborto. Sobre las denuncias contra la ex presidenta Cristina Fernández, dijo: “Puedo dar fe de su mirada celosa sobre el dinero público”.

¿Cómo ve la crisis económica que atraviesa el país?

Es una suma de decisiones, profundamente antipopulares, que va en contra del pueblo argentino y generan un daño social que todavía no nos imaginamos. Lo que vamos a sufrir este año y el próximo va a ser enorme. No es una tormenta, es producto de una decisión económica equivocada por parte del gobierno. Macri es un líder que carece absolutamente de sensibilidad social y esto se va a notar en los próximos meses.

¿Se imagina gobernando en una situación de crisis?

Sí. Me imagino no solo con el endeudamiento, sino también con tipo de cambio y una inflación alta, con una recesión importante y con un país empobrecido. A pesar de todo eso, creo que Argentina va a salir adelante. Superamos crisis iguales o peores que esta.

¿Qué propone para salir adelante?

Eliminaría la reforma previsional porque atenta contra los jubilados y los pensionados. Fijaría un programa de tarifas responsables, no pueden aumentar más que el salario. Buscaría evitar que se sigan fugando capitales en Argentina. Aplicaría una fuerte política industrial, promovería un proceso de sustitución de importaciones para favorecer a quien produce y a quien fabrica en Argentina y que eso tenga prioridad de ventas en nuestro país. Buscaría aumentar las inversiones en energía para lograr el autoabastecimiento. Defendería fuertemente el sistema educativo y la ciencia.

¿Qué lugar cree que tendrá la legalización del aborto en la campaña?

Seguramente todos los candidatos tendrán sus posiciones definidas. Si soy presidente voy a tomar una postura a favor de la ley. Sin embargo, no creo que el tema pueda definir la elección. Será un tema de debate, pero no predominante. Ya las posiciones son públicas, quizá tenga alguna influencia. Creo que las cuestiones económicas serán determinantes.

¿Le gustaría que se dé una interna entre los principales opositores?

Ojalá que se pueda dar una gran PASO opositora entre todos los sectores políticos que estén dispuestos a construir una alternativa frente al macrismo. Mientras la coalición opositora sea lo más amplia posible, mejor para los argentinos. Tenemos que tratar de representar a ese 70 por ciento que hoy es crítico de Macri.

¿Qué le pareció la decisión de varios de los senadores del PJ de no dar quórum para votar el allanamiento a las propiedades de Cristina Fernández de Kirchner?

Muchos valoraron que esa medida tiene más que ver con el circo mediático que con la búsqueda de justicia. Teniendo en cuenta todo lo que había pasado días antes con el allanamiento en el edificio donde vive la expresidenta, me parece que tomaron esa decisión en defensa del futuro, de las Instituciones.

¿Lo ve como un gesto de  acompañamiento a la mayor líder de la oposición?

Habrá que ver. Obviamente que hay un sentimiento de solidaridad para con quien fue nuestra presidenta durante ocho años. También hay una mirada muy racional y muy política de todos los senadores, de decir: “La verdad que no se entiende a esta altura para qué insisten con el allanamiento”. Es una medida procesal que tiene efectividad si es por sorpresa. La realidad es que hace tres semanas que están con este tema del allanamiento y lo cierto es que pareciese que no tiene ningún tipo de sentido. Creo que insisten con el allanamiento para seguir con el circo mediático que esto genera.

¿Cree que hay suficientes pruebas para investigarla?

Nadie está prohibiendo la investigación. La expresidenta se presentó frente al juez. El proceso sigue adelante. Lo único que nosotros decimos es que una cosa es la búsqueda de justicia y otra es el circo mediático. Cuando salió esta cuestión de los cuadernos un ministro le dijo a un periodista que escribe a favor del gobierno, Carlos Pagni: “Si no hay pan para el pueblo démosle circo”. Nosotros no nos queremos prestar al circo mediático.

¿Nunca vio bolsos con dinero que entraban a la Casa Rosada cuando fue parte del gobierno anterior?

(Con risas) No, si hubiese visto lo que dicen que tenía, hubiese denunciado. Yo fui dos años y medio ministro de Cristina. Administré el presupuesto con ella y puedo dar fe de la mirada celosa que ella tiene sobre la administración del dinero público y su exigencia alrededor de la transparencia. Estoy absolutamente tranquilo desde ese punto de vista. Todo lo que yo hice con la Presidenta fue con honradez y honestidad.

En un mes la empresa Ocean Infinity comenzará la búsqueda de los 44 tripulantes desaparecidos del ARA San Juan. ¿Lo entusiasma este nuevo intento?

Sí, siento que hay una respuesta que necesitaban los familiares. Espero que sea exitoso. Me parece que es una caricia al alma de todos los seres queridos que vienen luchando para eso.

De zoológico a Ecofraude

De zoológico a Ecofraude

El parque vive una situación de crisis y abandono. Ahora exacerbada por ruidos de máquinas que buscan avanzar con las obras que permitirán concesionar a empresas privadas.

La esperanza de reconversión y traslado de animales del ex zoo porteño hoy se ve tapada por un negocio inmobiliario que quiere llevar adelante el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires. Es que las muertes de la rinoceronte y de la jirafa, en un plazo de diez días, sumado a los despidos de cuidadores experimentados, volvió a desatar la polémica sobre qué acciones se están llevando a cabo dentro del predio. El parque vive una situación de crisis y abandono, donde los animales están rodeados de máquinas y ruidos que buscan avanzar con las obras que permitirán concesionar a empresas privadas.

Giselle Ortiz, activista de la ONG SinZoo, habla sobre las transformaciones que está viviendo el Ecoparque: “Lo que el Gobierno está haciendo es modificar parte de la estructura del zoológico para crear edificios innecesarios; porque lo que necesitaban los animales en todo este período de rehabilitación, era mejorar sus recintos y mejorarles su calidad de vida. Los animales pasaron toda su vida en cautiverio, están tirados, tristes y con estrés. El Gobierno tiene un proyecto de ley, aprobado en primera lectura, que es concesionar 21 edificios históricos, patrimonios culturales de la ciudad. Los edificios no se pueden tocar por ley, igualmente los están tocando para dárselo a empresas privadas que quieran poner su emprendimiento. Llámese Starbucks, llámese Subway. Son empresas privadas que van a facturar y le van a dar ingresos al zoológico. En síntesis, lo que se quiere hacer es un shopping, con un patio de comidas a cielo abierto y un zoológico en el medio”.

El Gobierno tiene un proyecto de ley, aprobado en primera lectura, que es concesionar 21 edificios históricos, patrimonios culturales de la ciudad.

Ortiz comenta cómo es la situación que padece la fauna que todavía sigue en el predio: “Los animales están abandonados mientras que el Gobierno está haciendo un mega emprendimiento millonario. Te das cuenta que no hay limpieza, no hay cuidado, es un abandono. Los animales están padeciendo el ruido de las topadoras, el polvo. Pasamos de meter visitantes, a meter  cientos de obreros y máquinas. Están pagando con su vida y no queremos que suceda eso. Las obras comenzaron y no hicieron reparo en ningún informe de impacto ambiental, empezaron a construir sin nada previo, con animales dentro. Eso genera mucho estrés para ellos, más del que ya tenían.”

Con respecto a los traslados de los animales, cuenta: “Santuarios no hay para todos. Pero para cuando reabran, esos animales que sabemos que no pueden ir a ningún lado, no queremos que sean exhibidos. Estamos sacando animales de acá y metiéndolos en otros zoológicos. Ellos dicen que están preservando la especie, pero no los liberan. Reproducen animales que los trasladan a otros zoológicos. No estás conservando, no estás preservando, no estás educando. Solamente estás haciendo un negocio. Los animales en cautiverio desarrollan una enfermedad que se llama zoococis, que es la locura del cautiverio. Tenemos animales que se arrancan las plumas, se arrancan los pelos, se muerden, se autoflagelan, tienen comportamientos extraños. Hubo una partida de dinero importante para la reconversión, que era para los animales. Ese dinero no se está usando para ellos. No les están buscando el mejor lugar, se están sacando los animales de encima, básicamente, los están revoleando. Las muertes son porque no hay cuidado. Y es mucha casualidad que necesiten los edificios”.

Agrega que los despidos a los empleados más experimentados son contraproducentes para los animales: “Despidieron a cuidadores experimentados, y en su lugar tomaron pasantes. El animal no los conoce, no confía. No tienen manejo de animales, ni experiencia, otro estrés para el animal que está acostumbrado a su cuidador porque lleva años con él. Y los despidieron porque no estaban de acuerdo con el proceso de reconversión, entonces fue más fácil sacarse el problema de encima.”

La activista concluyó: “El mayor responsable de que esto esté pasando es el Gobierno, porque se metió en un mega proyecto, haciendo un master plan y después se dio cuenta que no está funcionando. El primero que renunció fue Andy Freire, que era el proclamador número uno del Ecoparque. Renunció la directora de Bienestar Animal, porque compraron sustratos para el recinto de los elefantes y era tierra de una obra, que no fue filtrada y venía con hierro. Un animal se clavó un pedazo en la pata. Hay cosas que son básicas. Hay cuidados mínimos que deberían tener, pero si pones a uno de los directores que antes era un gerente de banco, o alguien que estaba en contaduría, creo que no tienen la menor idea de lo que están tratando.”

Desde una hendija puede verse una topadora. La antecede una chapa con un cartel "Prohibida la entrada a toda persona ajena al sector"

«Las obras comenzaron y no hicieron reparo en ningún informe de impacto ambiental, empezaron a construir sin nada previo, con animales dentro», comenta Ortiz, activista de la ONG SinZoo.

Claudio Bertonatti, miembro de la Fundación Azara, y ex director del zoológico porteño, realizó una denuncia penal ante la Unidad Fiscal Especializada en Materia Ambiental (UFIMA), para que se abra una investigación tras la muerte de la rinoceronte y la jirafa: “Mi denuncia va hacia las autoridades del Gobierno de la Ciudad, empezando por el ministro de Ambiente y Espacio Público, están incumpliendo con su deber de funcionarios. La ley 5752 especifica que es lo que hay que hacer con el Ecoparque. Esta ley te obliga a hacer conservación, educación, investigación y preservar el estado animal, la primera pregunta que les haría es: ¿Con qué informe, y con qué análisis previo ustedes descartaron que estos 21 edificios no sirven para nada? Cuando revisas a quienes contrataron para estar al frente de este tipo de instituciones son politólogos, abogados, amigos o sobrinos. Es una vergüenza. Es gente que nunca vio un rinoceronte a tres metros. Tenés que poner al frente un veterinario, un biólogo o un naturalista”. Bertonatti en su denuncia también hace mención de los despidos: “Cuando remueven a los catorce cuidadores sacaron un comunicado diciendo que todos eran delincuentes, prácticamente,  que se los separaba del cargo porque violaban las normas internas. Si es así, primero, tendría que estar en su legajo. Hay gente valiosa que cuestionaba las malas medidas que ellos tomaban. Y los hicieron pasar por ineficientes”.

El ex director del zoo hace hincapié en que el Gobierno, al presentar el proyecto de Ecoparque, quiso quedar bien con los conservacionistas y los proteccionistas y no tenía una idea clara: “Las declaraciones iniciales del ex ministro Andy Freire y el jefe de gobierno, Horacio Rodríguez Larreta, no resisten el archivo. Ellos anuncian que van a transformar el zoológico en un Ecoparque y empiezan a tener un discurso absolutamente ambivalente, por un lado dan a entender que no va a haber más animales, y por otro que la institución va a seguir trabajando para la conservación de la naturaleza. Pretendían con su discurso quedar bien con todos, por un lado con la gente que venía reclamando que se cierren todos los zoológicos, y por el otro con los que decimos que esas instituciones tienen que transformarse. Nadie hoy en el mundo de la conservación anhela tener animales simplemente para ser exhibidos. Los zoológicos forman parte, hoy a nivel mundial, de la Convención de Diversidad Biológica, pero en Argentina cuando vos decís Zoológico, es mala palabra. Porque no tenemos zoológicos, tenemos colección de animales vivos, al servicio de la boletería, no de la conservación de la naturaleza.”

Tras unas rejas en primer plano, se ve el afiche un poco descascarado de un mono sonriendo. Con la leyenda del gobierno de la ciudad que dice"Ellos felices. Nosotros también. Armemos juntos el nuevo ecoparque".

Respaldándose en la ley 5752, Claudio Bertonatti, miembro de la Fundación Azara, y ex director del zoológico porteño, realizó una denuncia penal, para que se abra una investigación tras la muerte de la rinoceronte y la jirafa.

Ana Di Pangracio, abogada ambientalista y Directora Ejecutiva Adjunta de FARN, explica que la ley 5752, que regula la actividad del Ecoparque, apuntaba a una reconversión responsable, pero hoy hay detrás un negocio inmobiliario: “La ley no se está cumpliendo. Lo que vemos es lo que sospechábamos desde un principio, que era hacer un negocio inmobiliario en una de las tierras más caras del país. Limitar a los animales, según el master plan, en un sector puntual de pocas hectáreas, y destinar el negocio para obtener rédito financiero en gran parte del predio. Ya tienen una votación favorable para sacar un proyecto de ley para concesionar varios de los recintos, algunos son monumentos históricos nacionales, y ahora tienen que ir a una audiencia pública que va hacer el 29 de agosto a las 11.30 en la Legislatura. Esto un avance más en la privatización del espacio público de la ciudad. Quieren sacar provecho monetario a partir de las concesiones a privados sin estudiar el impacto que tiene sobre los animales, que se encuentran dentro del predio.”

Con respecto a la muerte de los animales, aclaró que investiga si se trató de un hecho adrede: “Los animales de gran porte, que son difíciles de trasladar a estos “santuarios”, como dice Larreta, y no les queda otra que dejarlos en el Ecoparque, pudieron haber sido víctimas de las obras que están haciendo, causándoles estrés o malos manejos en lo que respecta a su alimentación y cuidados. Están apurados por cuestiones presupuestarios.”

La abogada concluyó: “Desde la Coalición de Organizaciones No-gubernamentales Especializadas en Conservación de la Biodiversidad, le presentamos al ministro de Ambiente y Espacio Público de la Ciudad, Eduardo Macchiavelli, un pedido de acceso a la información pública para ver a qué responden las obras. En una reconversión puede haber modificaciones, pero deberían precisar cuáles son, bajo qué presupuesto, si se hizo una evaluación de impacto o no. Queremos que nos pongan al día: qué animales están, cuáles fueron trasladados o se prevén trasladar, con qué actores están interactuando, quiénes asesoran. Todo eso nos interesa saber.”

Imagen movida, exterior del zoo, donde se observa algo de tránsito vehicular. En el centro de la foto, una activista sostiene un cartel que dice "No a los traslados a otos zoos. Ecofraude"

«Quieren sacar provecho monetario a partir de las concesiones a privados sin estudiar el impacto que tiene sobre los animales”, declara Ana Di Pangracio, abogada ambientalista y Directora Ejecutiva Adjunta de FARN.

Santiago Gazzo, el cuidador de Ruth, la rinoceronte que falleció el mes pasado, explica por qué fue separado de su cargo junto con otros trabajadores del Ecoparque: “Compañeros que eran cuidadores con experiencia, fueron desplazados porque las órdenes de la gerencia eran cuestionadas. Fueron echados bajo falsas acusaciones como querer sabotear el parque. Estos chicos hacían notar que muchas decisiones podían poner en peligro a los animales, que era a fin de cuenta la prioridad de cada cuidador. Y a las directivas solo le interesa concesionar los recintos,  sacar animales que a veces no están en buen estado de salud para ser transportados. Los cuidadores no daban el brazo a torcer porque sabían que los animales no iban terminar bien. Yo ya me sentía incómodo, me dolía muchísimo trabajar ahí por todo lo que pasaba. Justo me iba a tomar vacaciones por lo que pasó con la rinoceronte, porque realmente me había afectado, pero me desligaron.” Y agregó: “La plata y el tiempo apremian y no se tuvo en cuenta como prioridad a los animales y llevó a un desenlace desastroso. Se notaba desde adentro que había algún tipo de negocio, intereses políticos. Creo que los animales sobreviven gracias a la gente que queda dentro, que vela por su bienestar, es decir, los cuidadores y los veterinarios. Pero cada vez son menos.”

Santiago cuenta las desprolijidades e irregularidades que se tienen dentro del parque: “La dirección y gerencia no prevén las cosas, reaccionan ante los desastres y no tienen un plan de prevención en cuanto a los escenarios complicados. En este caso se aceleraron las construcciones por tintes políticos. Algunas eran para mejorar los recintos, pero la verdad que lo hicieron tan mal que no sé si valió la pena todo ese despliegue. Modificaron la estructura varias veces y las mangas de manejo, que eran barras de metal, los rinocerontes las arrancaban del piso como si fueran varitas de madera. Se notaba que no había un plan. Era todo improvisado sobre la marcha”.

Con respecto a los videos de los recintos que circularon por las redes y que reflejan una mala higiene, comentó: “En el verano era una cantidad de ratas y cucarachas increíble, en el invierno un poco menos, pero es una realidad que siempre estuvo. En el sector de aves, recuerdo que había agujeros en el piso que eran las madrigueras de las ratas, era imposible sacarlas porque no se nos daba ninguna herramienta para hacerlo. No había un plan de contención de plagas”.

También hace referencia a los traslados de la fauna: “Muchas veces no medían el tema de cómo iban hacer los traslados de los animales, era algo mal organizado. He tenido compañeros que me contaban, por ejemplo, que habían traído una vez cajas que parecían de zapatos donde querían meter tres guacamayos para llevarlos y el cuidador se negó, ya que el animal ahí se iba a morir. A los cuidadores no se les decían la fecha y cómo iban a hacer los traslados. Se les daba un estimativo y de repente caían con las cajas. Si no lo haces bien los animales no llegan. Es una cosa bastante compleja, pero por las acciones y decisiones que toman apunta a que el bienestar animal no está al frente de las decisiones, sino a amortizar el gasto que tiene el parque que no saben cómo reponerlo.”

Los animales comenzaron a sufrir estrés al convivir con las maquinarias y obreros, que entran y salen del predio.

Los animales comenzaron a sufrir estrés al convivir con las maquinarias y obreros, que entran y salen del predio, y esto llevó a la muerte de la rinoceronte: “El nuevo quincho donde duermen los rinocerontes se hizo con maquinaria pesada, palas mecánicas y martillos. Todo ese despliegue estresó a los rinocerontes que son muy sensibles al ruido. Ruth, en invierno, siempre tenía episodios de insuficiencia respiratoria, que eran crónicos. Cuando hacía mucho frío perdía el aire y quedaba echada, se recomponía y seguía con su vida diaria, pero a esto se le sumó un gran estrés. El otro rinoceronte, Gaspar, cambió muchísimo el comportamiento en cuanto al año pasado. Yo asumo que es por el estrés, porque la única variable fue la construcción. Todo su estrés lo descargaba a través de ella, se ponía muy agresivo y posesivo con las cosas, con la comida, con el lugar de descanso, la alejaba y la corneaba, dejándola muy lastimada. A Ruth, ya debilitaba, le agarró una diarrea de veinte días que no le lograban contener, sumado a las lastimaduras del macho. El cuadro fue empeorando. Los cuidadores le hacíamos lavajes, pero no fue suficiente. Estaba tan débil que quedó atrapada en un lodazal, un lugar con barro que lo usan para refrescarse en verano. En invierno no lo usan, ella cayó ahí adentro y no tenía fuerza para salir. Ruth supo manejar el ruido, pero Gaspar no, y lo canalizaba en ella, y ella en su propio cuerpo que no cicatrizaba bien, la diarrea que llevó a una infección y se fue debilitando y ahí quedo”, cuenta el cuidador.

Hace unos meses se viralizó una imagen de la jirafa comiendo basura de un contenedor, por eso se pone en duda si su muerte no se debió a la mala alimentación: “Los últimos días que estuve en el parque, el pasto que les venía a las jirafas era bastante malo, basado en lo que me mostraban los cuidadores más expertos, y de la gente de nutrición. Viene en fardo seco pero igual es verdoso, con hojas. El que venía era amarillo, seco, sin hojas, puro palito. No era buen alimento. Las tres jirafas eran quisquillosas y selectivas a la hora de elegir la comida, y muchas veces se negaban a comerlo. Esperaban a que llegara algo mejor para comer. Pero no llegaba. El macho se negaba a comer. Dentro de todo, Shaki comía más que los otros dos, en su afán de comer empeoró su salud porque no era ese pasto bueno para ella”.

Filosofía a la gorra

Filosofía a la gorra

Diego Singer, filósofo recibido de la UBA, enseña en la Universidad de San Martín y en la de Lomas de Zamora.

Diego Singer llega al Centro Cultural Teatro Ensamble en Banfield media hora antes de que
empiece su función. Mueve una mesa de madera oscura hasta un improvisado escenario
que consiste en una tarima de dos metros por dos. La austera escenografía se completa
con una alfombra gris con algún que otro color y un micrófono de pie. Son las seis y media
de una tarde de sábado.

Filósofo recibido de la UBA, Singer enseña en la Universidad de San Martín (UNSAM) y en
la de Lomas de Zamora (UNLZ), y dirige un Taller de Filosofía, un curso corto que cambia
de tema cada dos meses y en el que se lee y debate bibliografía en torno a una temática
puntual o un autor en particular. Sin embargo, el dato más interesante de su biografía es
una actividad que está por fuera de la rutina docente: sus encuentros de “Filosofía a la
gorra”, charlas sobre ideas y corrientes de pensamiento bajo el criterio de un espectáculo
artístico callejero. El recorrido ya acumula ocho años por teatros y centros culturales de la
Ciudad de Buenos Aires y el Conurbano.

¿Cómo y cuándo surgió la idea?

No sé exactamente cuándo; ni siquiera estaba recibido. Se me ocurrió hacer charlas
abiertas y empecé a pensar cómo hacerlo. Si cobraba aunque sea 20 pesos no iba a ir
nadie porque no era conocido. Pero tampoco quería hacerlo gratis porque me parecía que
no estaba bien. Entonces pensé en hacerlo a la gorra. Y funcionó en el sentido de que vino
gente, gustó y se empezó a armar un boca a boca. Yo fui problematizando mucho qué
pasaba con el tema de la gorra y la verdad que se armó algo mucho más grande de lo que
pensaba.

¿Y por qué entonces a la gorra?

Primero para que pueda venir quien quiera y sea democrático. Vos ponés una entrada
barata, te hablo alrededor de 200 o 300 pesos, y mucha gente no puede venir. Me
interesa también problematizar esa idea de que la cosa tiene que ser ‘gratis’. Yo siempre
pongo el ejemplo de la ´pica´ entre Sócrates, Platón y los sofistas. Ellos señalaban que los
sofistas “vendían” enseñar a argumentar y entonces eran como unos mercaderes de la
palabra. Pero claro, eso decían Platón y Sócrates porque vivían en una sociedad esclavista.
Su desinterés era una forma de ocultar justamente las condiciones necesarias para que
ellos hicieran su trabajo. La Filosofía también tiene algo del fetiche de “oh, mira, el
filósofo, que se conecta con el mundo de las ideas de Platón…”. En el otro costado se
oculta el proceso de producción, entonces se cree que uno sabe no porque estuvo
trabajando durante años, leyendo e interactuando con otros, sino porque es filósofo. Eso es una mentira absoluta. Con la gorra trato de explicar que lo que nos interesa que suceda
tenemos que sostenerlo comunitariamente. Tanto lo que yo hago como los centros
culturales a los que vengo, que también son espacios que viven de lo que se consume en
la barra.

«Con la gorra trato de explicar que lo que nos interesa que suceda tenemos que sostenerlo comunitariamente», explica el filósofo.

¿Por qué centros culturales y no espacios académicos “tradicionales”?

Justamente para que pueda venir un público que no va a la universidad. Me parece que
estos espacios son lugares donde siempre circula la cultura. De alguna manera son parte
de nuestra ágora contemporánea. Son más importantes de lo que pensamos. Siempre me
encuentro, además, que quienes los sostienen son gente maravillosa, interesada
genuinamente. Ahí cambian las lógicas de la Universidad, de la cuestión pasillo, de las
becas, todo eso que a mí nunca me simpatizó y por lo que nunca hice la carrera académica
típica. Me parece bien que exista todo eso, no soy un anti académico, pero sí quiero
airearme y airear lo que pasa. Es como entrelazar espacios, no decir que la academia es
una porquería. Yo me formé y me sigo formando en la academia, pero no puede ser que
eso sea lo único. No puede ser que sólo hablemos para nosotros.
 
La sala se empieza a llenar y en las mesas se acomoda la gente. Circula café y cerveza por
igual. Tostados y papas con cheddar. Alguna que otra agua saborizada. Cerca de cincuenta
personas se acomodan expectantes, orientando sus sillas de costado para ver el escenario.
Son las siete y Diego abandona la mesa de la esquina y va hasta la tarima. Abre su mochila
y saca dos, cuatro, ocho, once libros con señaladores improvisados de papel y los pone
uno a uno sobre la mesa. Después una boina bordó, que pone sobre una silla. También
saca dos pilas de hojas A4 y una tijera. Una es la charla que va a dar la tarde de hoy:
‘Borges, estética y metafísica’. La otra es una lista de frases de los libros que va a citar
durante el encuentro. Con la tijera recorta la hoja y separa las frases en tiritas de papel
individuales. Finalizado el trabajo, las pone dentro de la gorra, prueba el micrófono y
arranca. Pero primero, explica.

Paso la gorra para que venga cualquiera y porque todos los encuentros necesitan un
sustento material, no esconder nuestras condiciones materiales de producción, porque si
no nos va mal. Pienso que nos está yendo mal, más allá de la coyuntura actual, cuando
trabajamos de algo y después nos damos sólo un rato para hacer lo que más nos gusta.
La charla sigue la lógica de lo prometido. Mientras ata textos de Borges con Nietzsche,
Kant y Lovecraft, va tirando al piso las hojas de la parte de la charla que ya pasó. La gente
escucha, atenta, y lo único que interrumpe el silencio son los ruidos lejanos de la barra y la
moza que reparte alguna cerveza, algún café, algún tostado.

¿Son distintas estas charlas a tus clases en la universidad?

Son muy parecidas. De hecho hay muchas que fueron ponencias que di en jornadas
académicas. Intento no subestimar a quienes vienen. Por supuesto que hay algunos
tecnicismos que uno tiene que trabajar de otra manera. Acá no se trata de acreditar saber, pero no lo bajo de nivel. Uno siempre agradece cuando el profesor baja de la pura
cuestión técnica y cuenta una anécdota o pone un ejemplo. A todos nos es agradable, no
es que la universidad es “pura academia” y acá uno tira chistes todo el tiempo.

Singer brinda los debates en centros culturales, para que pueda asistir un público que no va a la universidad.

¿Cómo articulás lo académico con lo coyuntural?

El desafío más que nada, para mí, no es de comprensión sino que los problemas que yo
traigo se sientan que son reales y que tienen conexión con lo que pasa. Eso se siente
mucho porque, a pesar de que algunas de mis charlas se relacionan directamente con
temas de actualidad y otras no, en la conversación a veces sucede que hablo durante una
hora y media sobre algo y la pregunta viene después sobre otra cosa. Eso muestra qué se
le demanda a la Filosofía: que nos dé ciertas respuestas y nos ayude a pensar. Yo lo pienso
como una acción política en el sentido amplio de la palabra “polis”, intervenir en la
comunidad. 

Singer termina su exposición a las nueve de la noche y la gente aplaude. Saca las tiritas de
la gorra y empieza a caminar por la sala con la gorra en una mano y las tiritas en la otra.
Ofrece a cada espectador la gorra para la colaboración y la madeja de tiritas para que elija
una. Cada uno le deja cien o doscientos pesos.

Finalizada su pasada vuelve al escenario, deja la gorra con los billetes y las tiritas que
sobraron y saca el micrófono del pie. Camina hacia el público y lo ofrece para empezar la
conversación. Un anónimo lo toma y le cuenta que a un amigo suyo no le parecía bien que
fuese a esa charla porque Borges era un facho. Diego se ríe y le dice que le diga a su amigo que si no leyéramos a ciertos autores por sus posturas políticas, nos estaríamos perdiendo de cosas buenas que pudieron dejar. Otro pide explicaciones sobre esa postura. Diego se las da. Alguien pregunta sobre la imagen de Dios en los textos de Borges. Diego explica. Una opina sobre un filósofo que le gusta. Diego escucha.A las nueve y media, la conversación se apaga. Ya nadie quiere hacer preguntas. Algunos abandonan la sala con timidez. Diego apaga el micrófono y lo deja en el pie, junta sus libros y las cosas de la gorra y se queda parado en el escenario, apoyado sobre la mesa.Espera que se vayan quienes vinieron a verlo, toma sus cosas y se va. Solo como llegó. Hasta el encuentro que viene.

«Pienso que nos está yendo mal, más allá de la coyuntura actual, cuando trabajamos de algo y después nos damos sólo un rato para hacer lo que más nos gusta», afirma Diego.

Sin clases en las universidades

Sin clases en las universidades

Todos los gremios universitarios resolvieron no iniciar el segundo cuatrimestre

Los pasillos están vacíos, las aulas con las luces tenues, sin susurros ni voces estridentes. En las entradas, algunos que otros desprevenidos miran alrededor sorprendidos de tanta soledad en fechas donde el bullicio es moneda corriente. Otros comprenden que están más acompañados que otras veces. Porque el alcance de la medida de fuerza esta vez es casi absoluto, como si alumnos, docentes y no docentes se hubieran percatado que la realidad tomó un tinte más oscuro de lo normal. El ajuste presupuestario, las paritarias irrisorias, y el ataque permanente tanto práctico como simbólico a la educación pública en general, y a la educación superior en particular, fueron (y son) el caldo de cultivo para una reacción del ámbito académico pocas veces percibida.

Este año, las universidades recibieron unos 4.000 millones menos de presupuesto, los docentes percibieron apenas un cinco por ciento de aumento y la ejecución presupuestaria en el actual ciclo lectivo aún no llegó al 30 por ciento.

Pasillo de facultad vacio de alumnos y docentes. Con un afiche en primer plano, en donde se puede leer "La educación pública, es justicia social"..

Este año, las universidades recibieron unos 4.000 millones menos de presupuesto

“Aquí el acatamiento del paro es muy alto, y creo que de alguna manera expresa la preocupación general por la situación que estamos atravesando”, expresa Graciela Morgade, decana de la Facultad de Filosofía y Letras de la UBA. El descontento de la comunidad universitaria es notorio, por lo que Morgade entiende que el paro sólo es el comienzo de la contienda. “Todo se encamina hacía una movilización en las calles, de esta forma la lucha podría complementarse de una manera más eficaz, ya que el Gobierno no entiende razones. El vaciamiento de las instituciones, en particular de la educación estatal, es uno de sus objetivos.”, dice.

Claudia Baigorria, secretaria de formación de la Federación Nacional de Docentes, Investigadores y Creadores Universitarios (CONADU Histórica), asegura que “Alejandro Finocchiaro (Ministro de Educación de la Nación) es el ministro más ausente desde que asumió, a tal punto que nosotros no lo conocemos personalmente, jamás se ha interiorizado en las problemáticas de las universidades nacionales ni convocado a los gremios docentes universitarios ni preuniversitarios para conocer nuestras dificultades”. Y Carlos De Feo, secretario general de la Federación Nacional de Docentes Universitarios (CONADU) anunció que tras la marcha multitudinaria al Palacio Pizzurno realizada el 7 de agosto, Finocchiaro por primera vez se comprometió a recibir a los gremios para tratar el tema salarial. “Es un triunfo de la movilización”, sostuvo el líder sindical.

Pulmón interno del edificio de la facultad, donde se visualizan aulas con sillas vacías.

Esta semana el silencio de los edificios es directamente proporcional al sonido intenso del reclamo en las calles

La multiplicidad de obstáculos para el funcionamiento idóneo de la educación superior no solo es consecuencia de la negligencia gubernamental, sino también de un bombardeo, desde distintos ángulos, contra aquel sector. Gabriela Diker, rectora de la Universidad Nacional General Sarmiento, expresó sus inquietudes a ANCCOM, argumentando que “desde el 2016 se viene sosteniendo una campaña de desprestigio en los medios de comunicación, en el Poder Judicial y en el Poder Ejecutivo, teniendo en cuenta que tanto para Mauricio Macri como para María Eugenia Vidal, la educación es un gasto más. Quieren instalar la idea de que la universidad es un privilegio para unos pocos, y no un derecho para todos”.  Tal vez por eso, esta semana el silencio de los edificios es directamente proporcional al sonido intenso del reclamo en las calles.

Sillas vacías

El ataque permanente a la educación, es el caldo de cultivo para una reacción del ámbito académico

Si bien la medida de fuerza se originó, en gran parte, debido la paupérrima oferta de aumento salarial emitida por el Gobierno, la situación es mucho más compleja. Antonio Roselló, secretario adjunto de CONADU Histórica, estableció cuatro ejes para abordar el conflicto. “El primer punto es la terrible crisis presupuestaria. El segundo punto es la terrible crisis salarial, somos 190 mil familias que dependen del sueldo universitario para llevar el sustento al hogar. El tercer elemento es la defensa de nuestras jubilaciones, ya que la reforma previsional implementada en diciembre, bajo un marco de represión y violencia institucional, estipuló, entre otras cosas, que los investigadores dejen de percibir el 82% y el 85% móvil una vez retirados de su actividad. Finalmente, queremos poner en relieve que hoy día hay 20 mil docentes ad honorem que no cobran por trabajar”.

La problemática, que atenta contra el normal funcionamiento de las universidades en todo el país, es todavía más grave en el Noroeste argentino. “Nosotros no tenemos dinero ni para la tinta de las impresoras, la quita de recursos lleva varios meses”, detalla el investigador Reynaldo Castro, adjunto de cátedra en el seminario “Memorias de la represión dictatorial y de la violencia política” de la carrera de Comunicación Social en la Universidad de Jujuy (UNJU). “No iniciamos las clases porque, además de la cuestión presupuestaria, aquí también están violentadas las libertades individuales, en abril del año pasado las fuerzas policiales se llevaron a la rastra a dos alumnos de la facultad de Ciencias Agrarias y hace meses que las Fuerzas Armadas están instaladas en las fronteras buscando enemigos internos”, aseguró.

Silla sobre una mesa, delante de un afiche que reza "la educación no se vende, se defiende".

Antonio Roselló estableció 4 ejes; crisis presupuestaria y salarial, defensa de las jubilaciones y reclamo por docentes que continúan trabajando ad honorem.

El fantasma de la crisis

El fantasma de la crisis

Parque Industrial Villa Flandria, Jaureguí.

Caminar por las calles de la localidad de Jáuregui, a 20 kilómetros de Luján, es como estar recorriendo las calles de Bélgica. Las fachadas  se realizaron a imagen y semejanza del país europeo. En cada rincón puede verse el escudo de un tigre y los colores amarillo y negro. Y es que el belga Julio Steverlynck fundó en la década del 20 la Algodonera Flandria y con ella el pueblo. “Don Julio”, así lo llaman sus habitantes, se transformó en un verdadero ícono del lugar, es el personaje que creó un micromundo alrededor de la planta industrial: con ella apareció la primera iglesia, los clubes, las escuelas y otras instituciones, también fue él quien dio a los trabajadores de la fábrica el beneficio de la propia vivienda. Sin embargo, el sueño belga está atravesando su segunda pesadilla. Algoselan la fábrica algodonera más antigua del pueblo debió parar la producción y presenta serias dificultades, según cuentan en Villa Flandria.

Durante  la década del 90, la crisis económica que atravesó el país llevó a la fábrica a la quiebra y los telegramas de despidos masivos no tardaron en llegar. A través de  un remate público Carlos Diforti compró las antiguas instalaciones de la fábrica y en el año 2003 las convirtió en el Parque Industrial Villa Flandria, donde actualmente funcionan más de 20 empresas.

Máquinas produciendo en cadena, camiones que entran y salen con mercadería, humo saliendo de las chimeneas, trabajadores que se desplazan de un lado al otro, parece ser el escenario natural de Villa Flandria. Sin embargo, al final de las calles se vive otro clima. Una fábrica vacía, silencio e incertidumbre. Hoy una nueva crisis azota al sector textil. Algoselan Flandria, la empresa dedicada al hilado, ubicada dentro del parque,  lleva un mes con su producción detenida. Diforti, su actual dueño, dispuso la medida para contrarrestar las políticas del Gobierno que incluyen apertura indiscriminada de importaciones y los tarifazos, sumado a la baja de ventas por la baja del poder adquisitivo de la población.

Algoselan es la fábrica algodonera más antigua del pueblo.

“En el último año el dueño fue acumulando stock, produciendo más de lo que vendió. Ahora, a la caída de venta se le suma la corrida cambiaria y las altas tarifas que paga. Entonces, decidió barajar y dar de nuevo, parar la producción y esperar a ver qué pasa con el país. Arregló con el sindicato para no pagar aportes patronales, mandó a la gente a la casa por treinta días, les continúa pagando el sueldo, pero se ahorra el gasto de comprar materia prima,  de energía eléctrica y gas”, cuenta Rodolfo Bianchi, presidente de la Cámara Textil de Luján.

Roberto Gianini delegado de Algoselan, habló de la situación que padece el rubro textil: “La crisis se viene acentuando hace  un año y ocho meses, desde que se abrieron las importaciones. Antes se vendía menos, pero se seguía vendiendo. Esta situación es cien por ciento culpa del Gobierno que está aniquilando el empleo argentino. Al país entran telas demasiado baratas, con el aumento de luz y gas, más los insumos y sueldos se hace imposible competir”, explica el trabajador. “Algoselan hoy en día cuenta con un millón de metros de hilado terminado en stock que no tiene salida. La empresa apuesta a seguir adelante, pero si el Gobierno no cambia el rumbo de sus políticas creo que como han cerrado otras fábricas, esto le puede llegar a pasar a Algoselan y esta fábrica es muy importante en cuanto a personal”, confesó Gianini.

La situación es delicada, los trabajadores no han querido salir a visibilizar la problemática que viven, ni a dar su palabra a los medios. “La empresa tuvo que optar por seguir trabajando y retrasarse con los sueldos, o parar la producción y respetar el sueldo de la gente. Se arregló con los trabajadores suspendidos cobrar un 85,7 por ciento del sueldo neto, y que no se le iban a descontar los premios”, enfatiza Gianini. A pesar de esto los retiros voluntarios y despidos tampoco tardaron en llegar.

Durante la década del 90, la crisis económica que atravesó el país llevó a la fábrica a la quiebra y los telegramas de despidos masivos no tardaron en llegar.

Gran parte de los trabajadores de Algoselan son empleados de oficio, de edad avanzada que no cuentan con secundario ni una carrera universitaria, y han aprendido lo que saben dentro de la fábrica. “Diforti tenía 66 personas de excedente. Algunos trabajadores de planta fueron reubicados como guardia de portería, realizan tareas de limpieza, cortan el pasto. Un año haciendo eso. También intentó reubicarlos en otra fábrica del parque, Sewtech  que está tomando personal, incluso hay un plan de Gobierno que si lo incorporás al trabajador en otro lugar tenés un beneficio. El tema es que le piden el secundario completo y la mayoría no lo tiene. Otro de los requisitos es que sean personas de 25 a 40 años”, explica Bianchi.

La producción seguirá suspendida hasta el primero de agosto aunque nadie puede contestar con exactitud qué va a pasar. “La empresa apuesta a seguir. Esto se arregla con una ayuda del Gobierno restringiendo la exportación. Actualmente las ventas siguen paradas,  hoy la gente no va a comprarse un jean o una camisa, porque antes de eso tiene que darle de comer a los hijos”, describe el delegado.

En la avenida principal de Jáuregui los perros se pasean sin pedir permiso. La estación de tren parece abandonada, debido  a su poca frecuencia. El pueblo no recibe muchos visitantes y por eso pocos conocen su historia. La historia de un pueblo que nació a orillas del río Lujan, gracias a una fábrica textil. En ese pueblo se vive una atmósfera de tranquilidad y silencio en el aire. Tan calmo y desolado como la mismísima Algoselan con sus máquinas detenidas, hasta que el mercado o el Gobierno lo dispongan.