May 25, 2017 | Comunidad
Al grito de “con un pueblo que camina para adelante y un gobierno que camina para atrás”, estudiantes, docentes y familias reclamaron una respuesta institucional ante el acoso policial a jóvenes secundarios y repudiaron la seguidilla de casos que se intensificaron desde abril de este año con hechos de represión y presencia de fuerzas de seguridad en establecimientos educativos.
“Si no querés que te pasen estas cosas no andes con ese pin”, amenazó un policía de civil a un estudiante de primer año de la Escuela Carlos Pellegrini al que había detenido en Callao y Córdoba para pedir documentos. El pin del chico era un escudo del Partido Comunista. El episodio aceleró los tiempos de la protesta que ayer finalmente protagonizaron los centros de estudiantes secundarios con el respaldo de docentes y madres y padres. Todos repitieron la misma consigna: “No al acoso policial”.
A las 14:30 los secundarios empezaron a amontonarse. Córdoba y Callao. Fue el lugar de encuentro donde alumnos de las escuelas Pellegrini, Antonio Mentruy (ENAM), Esnaola, Mariano Acosta, Manuel Belgrano, Mariano Moreno, Normal 1, Liceo 9, entre otros, eligieron para decirle que no a la represión. Ya son 35 los casos registrados de acoso policial hacia menores de edad de escuelas públicas de la Ciudad y el Conurbano, según el relevamiento de padres y estudiantes.

A las 14:30 los secundarios empezaron a amontonarse en Córdoba y Callao para repudiar el acoso policial.
La mayoría de los estudiantes que ayer cortaron una de las esquinas principales de la Ciudad de Buenos Aires para reclamar por sus derechos no llegan a los 18 años. La movilización callejera también tendrá una secuencia en la Justicia: en los próximos días los centros de estudiantes tienen previsto formalizar una denuncia para que se tomen medidas sobre el tema.
Los casos de mayor violencia se registraron en escuelas de la Provincia. Los estudiantes de la Escuela Media número 1 de Berisso se habían movilizado para reclamar mejoras edilicias, y mientras esperaban afuera de la sede municipal un grupo de policías se les tiró encima con violencia. Varios jóvenes resultaron heridos. La semana pasada la fuerza policial ingresó a la ENAM y realizó disparos de balas de goma luego de perseguir a dos alumnos hasta el interior del establecimento con el argumento de que “tenían un arma”.
La fuerzas policiales de la Ciudad no se quedan atrás. Un alumno del Liceo 9, de la zona de Belgrano, pasó doce horas dentro del Instituto de Menores “donde lo metieron adentro de una celda, lo hicieron bañarse, sacarse la ropa”, según afirmó Nahuel D’Angelo, presidente del centro de estudiantes de esta institución, en diálogo con ANCCOM.
El método de ingreso a las escuelas públicas por parte de las fuerzas policiales es siempre igual: sin orden judicial. Según Carolina, madre de dos estudiantes que ayer se sumó a la marcha, la policía está llevando a cabo “una especie de inteligencia” dado que se han creado sumarios sobre los menores. “Fuimos cinco padres y pedimos los expedientes, algunos chicos estaban marcados con un círculo. Nos preocupamos”, le contó a esta agencia.
“Buscan disciplinar a todo aquel que levanta una voz distinta”, razonó Sebastián, alumno del Pellegrini, en diálogo con ANCCOM. Las columnas de estudiantes comenzaban a dispersarse. Los instructivos contra el abuso policial y con recomendaciones sobre qué hacer en caso de una detención pasaban de mano en mano.

Los estudiantes se proclamaron bajo la consigna «Basta de persecución».
Actualizada 25/05/2017
May 16, 2017 | Culturas
Un hombre frente a una cámara, como si ésta no estuviera. Él y su familia en el festejo del cumpleaños número cuarenta, cuarenta y cinco, cincuenta… Ya no importa. Ya no importa porque no hay números sobre la torta de cumpleaños. Ya no importa porque hay una sola vela y una bengala, en símbolo de celebración. El hombre toma la bengala y la agita en el aire mientras sonríe hacia arriba, mirando al cielo y pidiendo un deseo.
“Esa foto fue en el último cumpleaños de mi viejo. Agarró la bengala y la empezó a agitar mientras miraba para arriba. Sentí que estaba pidiendo todos los deseos ahí, mirando la luz, como si mirara a mi abuela diciéndole: “Quiero ir con vos”, cuenta Nahuel Alfonso, explicando la secuencia de fotos más personales de su muestra. “Era muy importante su madre para él y en ese momento me dio la impresión de que él también se quería morir. Cuando llegué a casa, bajé las fotos y las empecé a mirar. Cuando me di cuenta que había doce personas alrededor de él, como en la Última Cena, pensé: El último cumpleaños. Pasó un mes y medio y falleció. Nos tomó por sorpresa. El 2014, fue un año durísimo: mi abuelo murió en enero, mi abuela en marzo, él en mayo y mi mamá en junio. Y eso muestra esa serie de tres fotos. El espacio que dejé entre la foto del cumpleaños y la que sigue, la del pasillo de la villa que da a la puertita de mi casa, es para mostrar justamente ese vacío, lo que pasó cuando él se fue. Y la tercera foto si la armé. Le pedí a todos que sacaran el poster de Jesús y que movieran las coronas de flores para que quedara solo el cajón con mi viejo. Les dije: “Quiero hacer una foto de mi papá, así que váyanse todos para atrás”, termina Nahuel, señalando la foto del velorio de su padre.

La muestra está compuesta, en su mayoría, por retratos.
Nahuel Alfonso, autor de la muestra de fotografía “Ciudad Oculta”, inaugurada el sábado 22 de abril en el centro cultural Haroldo Conti (ex ESMA), muestra la profundidad de la vida real en las villas, no desde la mirada externa, sino, desde “un pibe que vive en su barrio. La muestra transmite cercanía con las personas, que es una de los grandes motivos por los que hago fotografía. Si se fijan bien, es una muestra compuesta, casi por completo, por retratos. Empatía, ponerse en los zapatos del otro, acercarse con la gente, relacionarse. Creo que transmite eso: el valor de las relaciones humanas”. Los pasillos de la villa que no ocultan nada, muestran a sus integrantes, invisibles, auténticos, entre esos pasillos.
Nahuel arrancó con la fotografía al ingresar en los talleres de PH15, organización encargada de llevar talleres de fotografía a los chicos de Ciudad Oculta, villa 15, a partir de darle una cámara a cada uno y guiarlos en el camino del juego con las imágenes: “PH15 les brinda herramientas para su futuro: poder pensar el trabajo en equipo, crear y recibir una crítica constructiva y poder hacer valer sus opiniones. Estas, son todas herramientas que les faltan en otros ámbitos de su vida, y que el taller les deja, luego de su paso por las clases”, cuenta Miriam Priotti, una de las directoras, que junto con Moira Rubio Brennan, crearon la organización hace ya más de 15 años. “Difundimos la organización, cada vez con mayor esfuerzo. Las únicas formas de financiación son la venta del libro de los 15 años de la ONG, donaciones, venta de obra y donaciones de cámaras fotográficas que componen la totalidad del equipamiento de trabajo que se les da a los chicos”, cuenta Miriam para comprender la dinámica de la fundación.

Nahuel Alfonso, autor de la muestra de fotografía “Ciudad Oculta”, muestra la profundidad de la vida real en las villas, no desde la mirada externa, sino, desde “un pibe que vive en su barrio».
“Es Ciudad Oculta, pero al mismo tiempo no lo es. La muestra se podría llamar Familia o El barrio, pero es Ciudad Oculta, aunque no está mostrada como oculta, sino que retrata lo que ve un tipo común en su barrio. Y las fotos son eso: imágenes que retratan a las personas que viven en ese barrio”, explica Nahuel mientras detalla cómo llegó a la realización de la muestra, luego de que le robaran la computadora con sus trabajos hace algunos años. Gracias a la ayuda de algunos colegas y de la fundación, consiguieron rápidamente el material de trabajo para que pudiera seguir produciendo y lograron que tuviera todo lo necesario para, finalmente, presentar Ciudad Oculta, que se podrá visitar hasta el 30 de julio, con entrada gratuita.
“A los doce años fue la primera vez que tuve una cámara en mis manos. Se la había robado a mi mamá y la llevé con los chicos. Mientras ellos les bajaban los pantalones a otros, yo sacaba fotos. Era todo un juego”, recuerda Nahuel viejos tiempos. Las fundadoras de PH15 cuentan que ha cambiado mucho el lugar desde donde los chicos se acercan a los talleres. En los comienzos, no tenían ningún contacto previo con una cámara, mientras hoy no solo conocen su funcionamiento, sino que ingresan con muchos prejuicios: “Ahora quieren acceder a una nueva forma de contar y de relacionarse con la herramienta, teniendo que derribar muchos prejuicios sobre qué mostrar y cómo mostrarse en una fotografía. Hoy, hay mucho prejuicio por deconstruir para que puedan tener un lenguaje más propio”, explica Moira.

«Los pasillos de la villa que no ocultan nada, muestran a sus integrantes, invisibles, auténticos, entre esos pasillos».
Ninguna de las fotografías de la muestra fue realizada para la exposición, sino que todas fueron tomadas en momentos espontáneos o específicos que retrataron una cualidad particular de la villa. “Cuando retomé la fotografía, ya venía buscando una herramienta artística de expresión. Había pasado por la literatura, la música, la pintura, y lo que me pasó es que quise probar de vuelta y volví al barrio. Ahí saqué la foto del paraguas. Tendría 20 años más o menos, y en ese momento me di cuenta que quería dedicarme a la fotografía realmente. Fue la foto que me ancló en una realidad y me hizo entender quién soy y qué es lo que quiero ser”, revela Alfonso al mostrar la foto principal de su muestra.
PH15 sostiene que el arte funciona como una herramienta que genera cambios en la vida de las personas, más allá de la inclusión dentro de un lenguaje artístico. Y Nahuel resume que él hace fotos como quien escribe poesía: “Estás ahí y empezás a narrar lo que ves, contándolo desde las emociones. Las fotos por sí mismas, muestran lo que uno quiere expresar. Por ejemplo en esta foto, mi abuela a oscuras mirando la tele, no es solo eso, sino que es el símbolo de mi abuela, que se sienta todos los días a la misma hora en frente de la tele, pareciendo ser la única compañía que tiene: Tac. Esa es la foto”.

Ciudad Oculta se podrá visitar hasta el 30 de julio, con entrada gratuita.
Actualizado 16/05/2017
Abr 7, 2017 | Trabajo
“Contundente”, para la conducción de la Confederación General del Trabajo (CGT). “Innecesario e inoportuno”, para el gobierno de Mauricio Macri. El primer paro nacional contra la política económico-social de Cambiemos concluyó con ese diagnóstico enfrentado de la conducción sindical y la Casa Rosada. Fue en el cierre de una jornada que mostró a una ciudad con escaso movimiento y con clima de día feriado. La convocatoria de la CGT contó también con el apoyo de las dos vertientes de la CTA, los movimientos sociales y la izquierda sindical y partidaria.
Por la mañana, organizaciones sociales realizaron cortes en los accesos a la ciudad. Los bloqueos se multiplicaron en Puente Puerreydón, Puente La Noria, Panamerica y ruta 197, el Acceso Oeste y la autopista Buenos Aires-La Plata. La Gendarmería reprimió a los manifestantes de la Panamericana con gas pimienta y camiones hidrantes. “Hoy aplicamos el protocolo antipiquetes en un 100 por ciento”, se ufanó la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich. El operativo dejó cuatro manifestantes heridos y otros seis detenidos.
La CGT evaluó la “contundencia» del paro en dos conferencias de prensa en la que también reclamó al gobierno que «cambie su manera de actuar con relación a la política económica que lleva adelante». “No estamos promoviendo una fogata social, ni que termine el mandato de nadie; no hay especulación política ni partidaria. Si hay mafias, que las busquen en la especulación financiera”, subrayó Juan Carlos Schmid, integrante del triunvirato que conduce la central obrera junto con Héctor Daer y Carlos Acuña.
La adhesión de los gremios del transporte fue una llave fundamental para la medida de fuerza. El secretario general de la Unión Tranviaria Automotor (UTA), Roberto Fernández, -un dirigente de buen diálogo con funcionarios del Gobierno nacional- estimó que en su sector el respaldo a la huelga fue “del cien por cien”.
«El paro es contundente, con un alto acatamiento, tal como lo planificó la CGT», completó Daer. El triunvirato cegetista acompañó su balance final con un nuevo pedido al gobierno para que “llame a una mesa diálogo”.
El gobierno buscó mostrar hiperactividad. El presidente Mauricio Macri y la mayor parte de su gabinete participaron de la inauguración del Foro Económico Mundial sobre América Latina en el Hotel Hilton. “Qué bueno que estemos todos aquí, trabajando”, subrayó el mandatario en obvia alusión al paro contra su gestión. Y agregó: “El país empezó a crecer. Estamos decididos a apostar por el futuro, a poner los problemas sobre la mesa, encararlos y resolverlos”.
Por la tarde, el ministro de Trabajo, Jorge Triaca, realizó el balance oficial. “Fue un paro inoportuno e innecesario”, concluyó. El oficialismo insistió en subrayar que el acatamiento al paro estuvo empujado por la falta de transporte público. “El diálogo sigue siendo nuestra prioridad. Hay que apoyar el diálogo antes que el paro, en definitiva, hay que parar de mentir y de agredirnos”, dijo en conferencia de prensa.
Calles vacías
La “agenda” del primer paro general contra el gobierno de Cambiemos fue múltiple: el rechazo al ajuste, los despidos masivos, la inflación, pero, sobre todo, la defensa de las fuentes de trabajo amenazadas por el modelo económico y social.
El paro fue total en todo el país. En Buenos Aires se hizo sentir en las calles –no hubo colectivos, trenes, subtes, ni vuelos-. El gobierno porteño liberó los peajes y los estacionamientos fueron gratuitos, y reforzó la presencia policial en las calles.
En los barrios, algunos comercios eligieron atender con normalidad. Y hubo trabajadores -en su mayoría del sector privado- que decidieron llegar a sus lugares de trabajo en bicicleta o en autos particulares. Muchos lo hicieron por las presiones patronales, otros impulsados por una campaña viralizada por las redes sociales bajo el lema “Yo no paro.
“El paro me arruinó un día de trabajo. Me tuve que tomar un taxi, empecé el día gastando y no hice ninguna venta”, le dijo a ANCCOM Juan Carlos, encargado de un puesto de flores en Avenida Rivadavia al 6500.
Por el contrario, Jorge, empleado de una vineria en la misma zona de Flores, reivindicó el “derecho” de los sindicatos a convocar a una huelga, pero advirtió sobre las “pérdidas” para el país.
Otras voces
El titular de la Central de Trabajadores de la Argentina (CTA) Autónoma, Pablo Micheli, repudió la represión de los piquetes por parte de la Gendarmería. “Esperemos que el gobierno convoque a una mesa de diálogo”, sostuvo.
Para Hugo Yasky, secretario general de la CTA de los Argentinos, el paro fue “histórico”. Y subrayó: “Fue una huelga para rechazar las políticas de hambre y expresar lo que la gente está reclamando. Es un paro para que cambie la política económica».
Todos los gremios que ayer adhirieron al paro nacional festejaron también la noticia con la que desde mañana deberá lidiar el gobierno: la orden judicial para que el Ejecutivo convoque a la paritaria nacional docente, el reclamo de base del dilatado conflicto entre el poder central y los maestros.
Actualizada 06/04/2017
Abr 4, 2017 | Noticias en imágenes, Vidas políticas
Después de un mes que devolvió el protagonismo de la escena pública a las movilizaciones callejeras, el gobierno festejó el sábado su propia marcha “autoconvocada” en la Plaza de Mayo. Bajo la consigna de defensa de la democracia, miles de ciudadanos buscaron contrastar frente a la Casa Rosada la secuencia de un marzo plagado de reclamos de organizaciones políticas, sindicales y sociales, todas lideradas por la bandera de la lucha docente.
Alejandro Grimson, investigador del Conicet y docente de antropología en la Universidad de San Martín (UNSAM), analiza los alcances de esa convocatoria y traza un diagnóstico sobre un marzo intenso en las calles. “Salieron a hacer una marcha de la oposición a la oposición, una suerte de rescate y reivindicación a un gobierno que está desorientado políticamente. Esta gente no sale a marchar por deporte. Salen a marchar por emergencia”, subrayó.
¿Qué impresiones le dejó la movilización del 1A a favor del gobierno?
Una tomada de pelo. Me arriesgo a decir que marzo posiblemente haya sido el mes donde más argentinos salieron a las calles, con lo cual hemos vivido muchas movilizaciones callejeras y múltiples. Objeto profundamente el hecho de que la hayan llamado “Marcha de la Democracia” porque somos millones los que defendemos la democracia y no adherimos a esa marcha. Tienen toda la legitimidad para marchar, pero no para llevar el nombre de “democracia”.
¿Cómo entiende esa palabra?
Me parece que la marcha del 24 de marzo, que es el aniversario de la tragedia más grande que vivió la historia argentina es, justamente, la destrucción más brutal de la democracia. Si bien hay diferencias políticas, y muchas formas de pensar y sentir la historia, este último 24 fuimos miles movilizándonos (me arriesgaría a decir que fue el 24 de marzo más convocante), y eso es porque defendemos la democracia. Hay algunas cosas que me parecen inadmisibles. Una es que se identifique un modo de pensar de un dirigente con el modo de pensar de todos los que van a una marcha. Es sumamente injusto y violento. En todo caso, el diagnóstico es que no hay ningún dirigente que sintetice la diversidad de la gente que va a las marchas como la del 24 de marzo. Los que siempre vamos con la SUBE, a todas las marchas, nos resulta sumamente violento que el Presidente hable que nos convoca “el chori y la Coca”. Por dos razones: una es que no vamos por ningún “chori”, y si así lo fuese, no tendría nada de malo. El chori es símbolo del pueblo movilizándose. Me da la sensación de que hay cosas que con este gobierno se empezaron a decir y que no están buenas. Los discursos de odio son muy peligrosos para la convivencia, por eso la libertad de expresión es vital y es parte del consenso que, creo, se empezó a resquebrajar. Cosas como “reivindicar la represión” o poner en duda la cantidad de desaparecidos son las que se estuvieron escuchando estos últimos meses.
El gobierno anterior también tenía aspectos agraviantes en su discurso…
Sí, es verdad, pero jamás se había puesto en duda la cantidad de desaparecidos, o jamás el Presidente se había ido de viaje, como si fuese un feriado más, todo lo contrario… Si se está luchando por la Memoria y la Verdad no se puede decir que un gobierno democrático tiene algún punto de comparación con el Terrorismo de Estado. Eso sería diluir el peso del mismo y, además, estaría mintiendo, que en política eso llevaría a una guerra de palabras.
¿A qué se refiere con “guerra de palabras”?
Esta cuestión de que somos enemigos, que es una lucha a muerte, de que todo es una dictadura si no es mi gobierno. Veo un riesgo de una guerra de palabras en donde cada uno diga que el gobierno que no le gusta es una “dictadura”. Pensar así es un retroceso en materia político-jurídica. Uno esperaría que en 30 años de democracia, la sociedad entendiera que abusar de las palabras es muy peligroso, que los conceptos “Terrorismo de Estado”, “dictadura”, “democracia” no son palabras livianas, ni mucho menos, sinónimos.
¿Cuándo cree que comenzó esa “guerra de palabras”?
Creo que siempre la hubo. Desde la época de (Juan Domingo) Perón hasta los tiempos actuales. Yo critiqué las metáforas de que “Macri es la libertadora sin tanques” o “Macri es la dictadura sin Terrorismo de Estado” me parecen metáforas obturantes que no facilitan entender al macrismo. Es muy importante entender al otro en política si se quiere actuar y construir mayorías democráticas.
¿Encuentra algún tipo de relación a la marchas que se hicieron desde la oposición al gobierno anterior con la del 1A?
Sí, yo creo que hay una raíz de semejanza, algo de familiaridad. Nadie puede dudar de la masividad del 17 de octubre de 1945, pero veinte días antes, fue la marcha del 19 de septiembre “por la Constitución y la Libertad” que estaba compuesta principalmente por grupos que opinaban que Perón era un nazi-fascista. En la historia argentina siempre hubo marchas. No empezaron hoy. Hay algo que los argentinos tenemos que entender y aceptar, si queremos vivir en democracia, que es que en la Argentina se piensa de distinta manera y el desafío está en tratar de conseguir mayorías, y que se vean reflejado en las urnas. Eso es democracia, y si no es otra cosa.
El gobierno de Cambiemos siempre fue crítico de las marchas. Sin embargo, el sábado salió a reivindicar la movilización…
El actual gobierno busca sistemáticamente desconocer a los sectores sociales que estamos protestando en las calles y eso es muy grave. Dice que quiere unir a los argentinos, pero es el principal protagonista de la guerra de palabras que hay en el país. Su sector político tendrá derecho a pensar lo que quiera, pero lo que está haciendo al decir que “todas las marchas son compradas” es negar el derecho de a la protesta y a la disconformidad. Por otro lado, la gente que fue el sábado pasado salió a las calles porque vio que el gobierno estaba siendo derrotado por las otras movilizaciones. Salieron a hacer una marcha de la oposición a la oposición, como una suerte de rescate y reivindicación a un gobierno que está desorientado políticamente. Esta gente no sale a marchar por deporte. Salen a marchar por emergencia.
¿Cree que habrá nuevas marcha parecida al 1A, de respaldo al gobierno?
Eso me parece que es muy difícil de pronosticar. Hay varios elementos. Toda la variedad de marchas en contra del actual gobierno que hubo en marzo fueron bastante heterogéneas (a nivel político partidario) por lo tanto no tienen una representación única. El gran problema es que esas marchas no están logrando una traducción al espacio político, no tienen una traducción mecánica electoral. El gobierno intentará avanzar en la guerra dicotómica y en función de eso intentar el mayor éxito electoral. Igual, esta no es la primera vez que un gobierno constitucional lleva a cabo una política de esta índole. Durante el primer gobierno de Carlos Menem hubo varias marchas y, aún así, salió reelegido.
¿Cree que volverá a suceder algo parecido?
Ojalá que no, pero eso va a depender de los referentes sociales y políticos que tienen una gran responsabilidad. En la medida en que ellos ponen sus propios intereses por sobre sus agrupaciones y por sobre derrotar el modelo neoliberal, en realidad lo que hacen es allanar el camino a este gobierno. Lo que yo veo es una dinámica de fragmentación muy grande que le facilita el camino al gobierno.
¿Cómo entiende el paro de la CGT de esta semana?
Creo que venimos de 16, 17 meses de una pérdida muy grande de salarios, de una inflación muy grande, de una redistribución muy injusta de los ingresos y el paro es una forma de expresión del rechazo de esas medidas por una parte de la población. Igual esto aparece más como si fuese una situación particular, en donde la gente descarga su bronca, pero al día siguiente cada quien vuelve a trabajar. Lo que pasa es que una vez que cierre la paritaria docente, cierran el resto de las paritarias del Estado. Debería volver a haber otra gran movilización por parte de los docentes. El gobierno, seguramente al día siguiente, va a seguir con su política de división y polarización.
Actualizado 05/05/2017