Feb 27, 2018 | Culturas, Novedades
El 15 de febrero, como un proyecto independiente y autogestivo, Almagro le dio la bienvenida al “Otro Carnaval”. Por primera vez en Buenos Aires, los conjuntos murgueros al estilo Uruguay rompieron el molde y organizaron, junto con el Club Atlético Fernández Fierro (CAFF), un espectáculo que reunirá en total a dieciséis murgas en ocho fechas en el local del barrio porteño de Almagro.

La murga 5 Pal Peso participó en el festival del barrio de Almagro.
De manera natural, y un tanto espontánea, las murgas fueron organizándose para construir un espectáculo sin antecedentes. “La movida es la primera que se hace de esta manera. Hace muchos años era muy subterráneo el género. En la década pasada, con bandas uruguayas que crecieron como ‘La Vela Puerca’, y ‘No te va a Gustar’, se le dio un empuje a la música uruguaya, que se instaló también en el público y se afianzó un poco más esa movida del carnaval.” comenta Martín Fuente, director de 5 Pal Peso.
Bruno Ferreccio, director de Floja de Papeles y La Rara Ira, comenta que muchas de las murgas presentes en el ciclo nacieron de grupos que asistían a talleres y otras de juntadas espontáneas de amigos. La idea era organizar una alternativa a la escena montevideana, reflejando el estilo uruguayo y a la vez diferenciándose de él.
“Originalmente en el Carnaval montevideano, donde las murgas compiten, hay un montón de reglas, como que el espectáculo no puede durar más de 45 minutos o que hay que incluir cuestiones de la realidad diaria del país. En Argentina, como no tenemos competencia de murgas, eso no pasa, entonces tenemos mucha más libertad para construir”, afirma Gustavo Rosetti, otro integrante de la Floja de Papeles. Una de las murgas que se presentaron en el ciclo (que continúa hasta el 3 de marzo) es La David Hasselhoff, que evoca desde su nombre el actor de la serie Baywatch y en la que sus participantes tocan vestidos de guardavidas. 5 Pal Peso, en cambio, se caracteriza por disfraces más teatrales y festivos y en su espectáculo “Suerte”, presentado en el CAFF, la murga agregó el componente de La Rueda -una especie de rueda de la fortuna de kermesse-, donde se determinó no solo qué canciones se escucharían en vivo, sino además qué intervención debería hacer el público durante la función.

La murga 5 Pal Peso incluye canciones de crítica social en su repertorio.
“Cada uno encuadra lo que quiere decir. Es un género que no solo tiene que ver con el canto, sino con todo lo teatral. Es una propuesta muy completa”, afirma Martín Fuerte. Bruno Ferreccio agrega: “Y al presentarse en teatros y no en tablados hace que el género tome otro perfume. Al haber teatro, hay un poco más de clown, es decir de cosas más chiquitas que en un teatro se aprecian”. Mientras que algunas murgas se corren un poco del espacio de denuncia social, otras tienen una orientación política más marcada. 5 Pal Peso, cuyos integrantes son de Quilmes, es un ejemplo de esa tendencia con canciones con una fuerte crítica al gobierno argentino.
“Esto salió porque fue una necesidad también de juntarse. Entre las crisis surge la necesidad de juntarse”, comenta Fuente. “Principalmente está la consideración de que cualquiera puede hacer murga. Somos todos hijos, vecinos, no está esa imagen del rockstar que está allá en un pedestal. Eso ya te marca la cancha para un montón de cosas, como para lo que vas a decir. Hablamos de las cosas que nos pasa a nosotros y a la gente que nos viene a ver”, concluye.
Toda la programación del ciclo se puede consultar en www.caff.com.ar
Feb 22, 2018 | Trabajo, Vidas políticas
Una multitud que, para los organizadores, rozó las 400 mil personas, le dio forma ayer al acto convocado inicialmente por el Sindicato de Camioneros, al que se sumaron otras organizaciones sindicales de la CGT y las dos CTA y movimientos sociales, en contra de la política económica del gobierno nacional. Con el escenario en las avenidas 9 de julio y Belgrano, mirando al sur, el líder histórico del Sindicato Camioneros, Hugo Moyano, tomó la palabra a las 15.15. “Dicen que vienen a respaldar los problemas legales que yo tengo. No estoy implicando en ningún tema de corrupción, por ahora. Pero les quiero aclarar lo siguiente, si tuviera un problema tengo las suficientes pelotas para defenderme yo solo”, enfatizó al comienzo de su discurso.
Moyano remarcó que “el objetivo es decirle al gobierno que no siga llevando adelante políticas que hambrean a la parte más sensible de nuestra sociedad, a nuestros queridos jubilados, los han engañado con la reparación histórica”. Sobre la política económica opinó que es para perjudicar a los que menos tienen, a los trabajadores, a los más pobres, a los jubilados. “La responsabilidad que nosotros tenemos es defender a todos esos sectores de la sociedad”. Finalizó su discurso sin mencionar la reforma laboral ni las paritarias del 2018.
Facundo Moyano, diputado de UNA, acompañó a su padre y habló con ANNCOM. “El gobierno va a intentar desprestigiar y descalificar a los dirigentes sindicales, es la única que les queda. Pero la masividad del acto es la respuesta a todo eso que pretende el gobierno”. Sobre la alianza sindical que tiene el gobierno con algunos gremios, el diputado dijo: “Llamativamente son los mismos que estaban alineados con el gobierno anterior, esperemos que eso no le sea suficiente al gobierno para implementar un ajuste”.
El secretario general de Suteba, Roberto Baradel, también estuvo en el acto. En medio de la negociación salarial con la provincia de Buenos Aires afirmó que la multitud que se movilizó ayer le da sostén y confianza a la hora de negociar el salario docente. “Unidos y con los trabajadores en la calle somos invencibles”, arengó. Sobre el comienzo de clases dijo que la preocupación de los docentes es comenzar las clases el 5 de marzo y le exigió al gobierno que dé muestras de querer arrancar el 5.
Los oradores previos al principal convocante del acto fueron Juan Carlos Schmidt, triunviro de la CGT y dirigente de Dragado y Balizamiento; Sergio Palazzo, secretario general de la Asociación Bancaria; Pablo Micheli, secretario general de la CTA Autónoma; Esteban Castro, secretario general de CTEP y Hugo Yasky, secretario general de la CTA y diputado.
Durante sus discursos llamaron a la unidad de la clase obrera, criticaron las políticas económicas del gobierno, incentivaron al paro internacional de mujeres para el 8 de marzo y reprobaron el manejo salarial de los trabajadores estatales. “Los compañeros del Estado que acá en Buenos Aires les ponen el revolver del despido en la cabeza para obligarlos a aceptar a el 12 por ciento. Lo que pide cada despedido es poder trabajar con dignidad”, manifestó Yasky.
El bloque de diputados de Unidad Ciudadana salió a las 13 desde el Congreso. La diputada Gabriela Cerruti opinó que Moyano y Cristina Kirchner tuvieron diferentes momentos en las construcciones políticas y que hay que hacer alianzas estratégicas porque el límite hoy es el macrismo.
Si bien desde el gobierno de la Ciudad habían anunciado que la policía tenía órdenes de actuar en caso de que se dañe el espacio público, la desconcentración fue tranquila, sin necesidad de la intervención policial. Al finalizar el acto sonaron «Ji Ji Ji» y «Un Ángel para tu Soledad” de Los Redondos.
Feb 22, 2018 | Entrevistas
Las aulas del Centro Educativo Isauro Arancibia, ubicado en Paseo Colón y Cochabamba, hoy son escombros. El Gobierno de la Ciudad lo mudó provisoriamente al ex edificio del INDEC. Aquí se encuentra Evangelina Aguilar, junto a la directora Susana Reyes y otros compañeros, planeando el programa para el ciclo lectivo que está por empezar.
Evangelina trabaja en esta escuela desde hace 12 años. Se desempeña como maestra de nivel primario, dando las cuatro asignaturas básicas: prácticas del lenguaje, matemática, ciencias sociales y naturales. Sentada en un aula despintada, con bancos sucios, sin muebles ni pizarrones, habla del constante avasallamiento del proyecto educativo.

Evangelina Aguilar, docente de la Escuela.
-¿Cómo surge “El Isauro”?
-Esta escuela comenzó como un Centro Educativo de nivel primario para adultos, dependiente del área de Educación de Adultos y Adolescentes. Se creó para lo que era el sindicato de la CTA, para AMMAR (Asociación de Mujeres Meretrices de la Argentina) y el MOI (Movimiento de Ocupantes e Inquilinos), porque se había detectado que había mujeres que no habían terminado la escuela. La modalidad de “centro educativo” es funcionar dos horas, con una maestra única, y así lo abrió Susana Reyes. Lleva su nombre por Isauro Arancibia, maestro tucumano, militante y fundador de CTERA, que fue asesinado el 24 de marzo de 1976.
-¿En qué momento pasó a ser más que un “centro educativo”?
-A partir de que las trabajadoras sexuales le comentan a Susana que había muchos jóvenes en las calles de Constitución, sin hacer nada. Se fue difundiendo el proyecto de boca en boca, y empezaron a llegar cada vez más adolescentes con sus hijos. Al multiplicarse la población del Isauro, empezaron las mudanzas. Primero al interior del edificio de Independencia y Piedras, después al MOI de Constitución y después la UOCRA. Los estudiantes decían que querían pasar más tiempo en la escuela y tener las mismas materias que una primaria común, de la que ellos seguramente fueron expulsados o no pudieron continuar. Y así, terminamos haciendo turnos tres horas, con un primer turno donde hay jardín maternal y agregamos talleres de arte, comunicación y oficios. A la vez fue creciendo la cantidad de docentes, porque fuimos sumando gente que pertenece a diferentes áreas del Ministerio de Educación.
-¿Ahora el proyecto está reconocido como de educación formal?
-El Isauro es una escuela pública. Depende por un lado de la Supervisión de Asuntos Educativos y, por otro lado, del área de Programas Socioeducativos. Ambas áreas dependen del Ministerio de Educación.

El Centro Educativo Isauro Arancibia está ubicado en Paseo Colón y Cochabamba.
-¿Cómo es la modalidad de enseñanza?
-La educación primaria de adultos es distinta a la de niños. Se van armando proyectos que tienen que ver con la realidad que ellos viven, formar una mirada crítica y también poder influir y transformar: esa es la base de la educación popular, que es nuestra pedagogía. Todos los años elegimos un eje distinto, el de este año va a tener que ver con la situación ocupacional que estamos atravesando.
-¿De qué contexto provienen los estudiantes?
-Todos vienen de situaciones de extrema vulnerabilidad. Muchos viven en situación de calle en la Ciudad de Buenos Aires; algunos tienen sus familias en la zona sur, y hay otros que vienen de Guillón, Florencio Varela. Muchos tienen trabajos informales y una red armada de comedores y estaciones de subte donde piden ayuda. Hay familias que vienen desde hace tres generaciones socializando en la calle. Ahora, con esta nueva crisis que recrudece la organización económica y familiar, estamos viendo mucha más gente sin hogar. Nosotros tenemos comedor solo para los estudiantes, pero desde el año pasado empezaron a venir núcleos familiares enteros a ver si había sobrado algo.
-¿Cómo es el trabajo de los estudiantes y el modo de enseñanza durante el año?
-Muchos de ellos guardan sus cosas acá. Los armarios siempre son un faltante, porque necesitamos guardar sus cuadernos, carpetas. Muchas veces dejan de venir, la asistencia es discontinua, pero ellos saben que cuando vuelven sus cosas están acá. Trabajamos mucho el tema de sus derechos: vivienda, educación, salud, trabajo. Partimos de sus historias de vida y el derecho a la educación, y analizamos porqué como consecuencia de la última dictadura hay muchos jóvenes y adultos que no pudieron terminar la escuela. Ahí ven que no es una situación personal, porque lo que le pasó a uno es muy parecido a lo que vivió otro compañero.

Las aulas del Centro Educativo Isauro Arancibia, hoy son escombros.
-¿Traen arraigados sus problemas personales a clase?
-Siempre. Nosotros tenemos el momento del desayuno, charlamos, y es el momento en que ellos comparten lo que les pasó cuando salen de acá. Son relatos muy crudos para los maestros, muy difícil escuchar, porque nosotros los vemos como estudiantes. Imaginate: ver a ese joven que tiene la carpeta impecable, que te pide colores para subrayar, que quiere escuchar un cuento, que escribe poemas. A esa misma persona la noche anterior le levantaron los colchones, o la policía lo golpeó. No podemos naturalizar esto.
-¿Qué pasa cuando sus aspiraciones a continuar estudios universitarios o trabajar no corresponde con sus condiciones materiales?
-Es muy difícil sostener la escuela y el trabajo viviendo en la calle. No tener lugar donde higienizarse. No tener despertador. No poder dar una dirección en un trabajo. No tienen un lugar seguro. Nosotros armamos una asociación civil, donde pensar en un lugar seguro para armar un proyecto de vida. En 2016 empezó a funcionar el Centro de Integración La Milagro Sala. Es un hogar de transito en Boedo, donde hay un grupo de estudiantes que viven ahí, hacen talleres, armando sus curriculums, se los ayuda con documentación, salud.
-¿Qué es lo que hace tan importante a la sede original de “El Isauro”?
-Ese edificio lo ocupamos en 2011 después de mucha lucha. Nos habían dado solo la planta baja. A partir de ahí, y porque la Legislatura designó $14 millones a la puesta en valor y acondicionamiento es que conseguimos todos los espacios necesarios para todos los proyectos. Tenemos nivel inicial, maternal, primaria de niños y niñas, primaria de jóvenes y adultos, y nivel secundario (un FINES que depende de la Universidad de Avellaneda). La defensa de ese edificio tiene que ver con esto. Con el tema del Metrobús, primero nos dijeron que iban a ocupar casi completamente el edificio, que nos iban a reubicar. Después, que una parte del proyecto se iba a dividir en dos edificios: cosa irrisoria de pensar porque los padres tienen que estar cerca de sus hijos. Muchos tienen su “ranchada” acá cerca, están cuidando la escuela, fueron ellos los que nos avisaron que estaban mudando nuestras cosas. A nosotros oficialmente no nos notificaron que iba a ser así. Fueron los estudiantes que viven en frente de la escuela los que nos avisaron.

Depósitos con todos los materiales que se usaban antes de la demolición.
-Al desalojarlos sin notificación previa, ¿hubo algún tipo de compensación?
-El año pasado habíamos acordado que al Isauro lo íbamos a extender para un costado del terreno, donde funcionaba la Editorial Distal. Iban a seguir con las obras pero nosotros nos íbamos a quedar en ese edificio que quedaría acondicionado para funcionar. La primera etapa de esa obra tenía que estar terminada para febrero de 2018. Nosotros terminamos un mes antes las clases. Embalamos todas nuestras herramientas de trabajo. Dejamos todo ordenado en el edificio para que la obra no lo arruine. Pero no respetaron los tiempos de la obra, nos mudaron las cosas sin avisarnos. Todo lo que embalamos con tanto cuidado y cariño, está arrumbado acá de piso a techo: los libros que a nosotros nos cuesta muchísimo conseguir, las revistas que los estudiantes hacen desde hace diez años, todo tirado por ahí. Todo sucio. Donde va a funcionar el jardín no hay piso, está lleno de vidrios rotos. La gente que tenía que limpiar no está. Nosotros ahora tendríamos que estar en nuestro edificio pensando los proyectos del año e inscribiendo a los alumnos. Y estamos otra vez armando una escuela.
-¿Las autoridades del Gobierno de la Ciudad tienen noción de la realidad socioeconómica de estos estudiantes?
-Para nosotros todo este proyecto cobra sentido a partir de quiénes son nuestros estudiantes, cuáles son sus necesidades. Es algo que todo el tiempo hay que explicarlo, porque es un sujeto pedagógico que tiene sus características particulares y quienes no vinieron al Isauro no entienden. Ellos hacen mucho esfuerzo por “rescatarse”. Los estudiantes son los primeros que están ahí, levantándose de la calle con el compromiso que implica pasar la noche en situaciones de violencia e invisibilización. Las autoridades no las entienden tan fácilmente. O no las quieren entender.

-¿Cuál es la posición de la Ministra de Educación porteña frente a este desmantelamiento? ¿Pudieron acudir a ella?
Soledad Acuña nunca visitó el lugar. El año pasado el juez Gallardo dictó una cautelar que decía que no se podía derrumbar, destruir ni total ni parcialmente el edificio, y que se tenían que terminar los arreglos que habían quedado pendientes de la puesta en valor, con la plata que destinó la Legislatura. En el marco de esa causa, ella fue citada, y dijo que había un error, porque nosotros no éramos una escuela, sino un Centro Educativo. Tenemos esa dificultad, que la normativa no se corresponde con lo que en realidad hacemos. Nosotros ya no somos eso, porque se fue multiplicando la población. El armado es el de una escuela. Todos ven que es una escuela, y la normativa tendría que ser tal, tendría que tener un número, una cooperadora, recursos destinados a este proyecto, pero lo cierto es que no lo respetan. Hay falta de voluntad política.
-¿Por qué crees que miran hacia otro lado?
-El Isauro visibiliza una situación que el gobierno quiere desconocer: que hay personas que viven en situación de calle en la Ciudad de Buenos Aires, el distrito más rico de nuestro país. Incomoda que nosotros en los registros públicos, en la parte de dirección tengamos que poner “en situación de calle”. Hay un avasallamiento contra la educación pública en general, un vaciamiento de los programas, sobre todo los más inclusivos. El Isauro viene a molestar, a poner en la mesa una realidad que se quiere disfrazar. Y nosotros defendemos una lógica que es la de una educación pública, popular, emancipadora, que va en contra de los lineamientos que tiene este gobierno.
-Con el conflicto salarial a nivel nacional, y su situación ocupacional, ¿cuándo tienen pensado empezar las clases?
-El inicio está pautado para el 1 de marzo. En principio ese día vamos a hacer un acto, en la puerta de nuestro edifico central, dando inicio al ciclo lectivo 2018, las 3 de la tarde. Y después está convocada una movilización al Ministerio de Educación, por el reclamo salarial pero también en defensa de la educación pública en general.

Feb 6, 2018 | Deportes, Novedades
Los rayos amenazaron todo el día con la suspensión de la fecha y por eso los varones retrasaron su encuentro para jugar sin riesgos. Ahora las chicas, que estuvieron esperando que ellos terminen, se disponen a entrar en lo que queda de verde en la cancha de Lanús Rugby Club. La capitana Tamara Charo da las últimas palabras de aliento para el equipo: “A Ro le duele la rodilla, estamos echas mierda, pero vamos a dejar todo. No perdamos la pelota”. Después se escucha al unísono: “Un, dos, tres Lanús”.
El Lanús Rugby Club se fundó en el año 1996 y nada tiene que ver con el Club Atlético Lanús –que participa con éxito en los campeonatos de fútbol profesional– aunque ambas instituciones estén pegadas una de la otra. El equipo de mujeres rugbiers comenzó en 2012 con un grupo de chicas que empezó a entrenarse por su cuenta y que al poco tiempo encontró en Emiliano Mito Serafini (32), ex jugador de rugby en el club, a su entrenador.

La centro del equipo de Lanús, Iara Lugo, corre mientras es perseguida por una de las jugadoras de Almafuerte.
Las chicas entran a la cancha, impecables con los colores blanco y el clásico granate en sus remeras para enfrentarse al Almafuerte, un club de Ciudad Evita. A los cinco minutos de empezado el partido, ya no hay manera de distinguirlas de sus rivales, de los dos lados el marrón oscuro se adueña de las camisetas. El equipo bonaerense de zona sur no tiene suplentes e incluso empieza el encuentro con nueve jugadoras de campo cuando deberían ser diez por equipo. Del otro lado, Almafuerte cuenta con una cuantiosa banca.
Pero paradas al lado de las suplentes de Lanús se encuentran Jimena Tévez, de 15 años, que hace unas semanas arrancó a entrenar, y Luciana Carrasco, de 20, que hasta hace poco integraba el equipo. Alientan desde afuera. A los minutos de empezado el partido llega la décima jugadora: Carolina Del Valle Schaab, de 36, que viene de un largo día de trabajo como seguridad privada. “Le lloré al supervisor, le tuve que suplicar hasta que me dio permiso y me dejó salir un par de horas antes para poder jugar”, confiesa, mientras cuenta cómo retorno al equipo luego de una lesión y de otros compromisos personales: “Me dije ‘me tengo que replantear volver, si no puedo entrenar todo lo que se necesita, aunque sea venir una vez por semana, volver a arrancar y darles una mano’”.

Luego de la postergación del partido por una lluvia, el equipo de rugby femenino de Lanús comenzó con un try abajo el encuentro.
Es que luego de la modificación que dispuso en 2017 la Unión de Rugby de Buenos Aires (URBA) de que se pasara a jugar el torneo femenino con diez jugadoras –en vez de siete como se venía haciendo– varios equipos en desarrollo como lo es Lanús, tuvieron dificultades para presentar el equipo completo, teniendo que jugar muchas veces sin cambios o en desventaja numérica. Luego de sufrir por la falta de jugadoras, Mito asegura: “Ahora terminamos con el equipo armado y ya podemos empezar un escalón arriba”.
Durante los primeros minutos del partido, las chicas están algo dubitativas y la presión de Almafuerte las hace retroceder en campo propio, el entrenador granate pasea de un extremo a otro, sobre uno de los costados de la cancha, mientras sigue las jugadas con detenimiento. Pero Lanús Rugby Club no logra salir de la zona defensiva y al poco tiempo Almafuerte marca el primer try. El entrenador camina bordeando la cancha, junta a las jugadoras y les dice: “Tranquilas, confiemos en nosotras”.
Con la desventaja, las locales empiezan a ganar posiciones y a recuperar rápido la pelota. Suenan los cuerpos y el agua con cada tackle. El médico tiene que ingresar por el pedido a los gritos de una de las jugadoras de Almafuerte tras un golpe en su pie.

Carolina del Valle, pidió salir antes de su trabajo para que sus compañeras no jugaran el partido en desventaja numérica.
Las locales se asientan mejor en el campo y empiezan a pasarse la pelota. Luego de varios avances, a Iara Lugo, de 21 años, se le abre un espacio, esquiva a una, se cuela, aguanta el tackle a destiempo de su rival, lucha contra el barro, levanta más alto las piernas para escapar, a pura fuerza y velocidad pasa. De atrás la siguen cinco jugadoras desesperadas, está casi a punto de llegar a la línea final pero la derriban. Antes de caer, Iara le pasa la pelota a Rocío que había seguido la jugada. Sola por la banda izquierda, convierte el try del empate.
“Ro” es a la que le dolía la rodilla antes de empezar el partido, se llama Rocío Soto y sufrió la rotura de los ligamentos durante 2016. Además es profesora de Educación Física y hace dos años que cambió el handball por el rugby. “En el profesorado le dieron solamente rugby a los varones y muchas nos quedamos con ganas de conocer el deporte, entonces por eso dije: ‘Me voy a sacar las ganas, pruebo y si no me gusta me voy’”, recuerda de sus inicios en el deporte.
Luego del empate, las granate agarran confianza, Iara se escapa varias veces más y amplía la diferencia. Su familia desde la tribuna festeja, en especial su abuelo Alfonso y su abuela Chichina, que la incentivaron para que empezara a practicar rugby. “Una la ve que se posesiona jugando, le gusta tanto, que deja todo ahí”, dice Chichina mientras Alfonso replica: “Estamos contentos y firmes todos los domingos alentando a la nieta”.

Finalmente, las chicas de Lanús Rugby Club pudieron dar vuelta el resultado «dejando todo» como marca la capitana del equipo.
También hay tiempo para que la más chica del equipo, Daiana Penayo, de 15 años, marque un try. La adolescente se unió a Lanús a principios de 2017, provenía de otro club de la zona pero que no se encuentra federado en URBA. “Yo sentía que podía dar más, decidí dar una paso grande y venir acá,” relata Daiana que recibió durante todo el partido las indicaciones del entrenador: “Un pasito adelante Dai”, “abrite un poco”, “más cerca de Iara”. Con la victoria conseguida, Mito les comentaba a sus amigos del club: “¿La vieron a Daiana en la cancha? Va para adelante, no tiene miedo.”
“Vos podés tener mucha técnica o lo que sea, pero tenés que poner ganas y actitud. Eso no se negocia y no te lo da nadie. Eso siempre lo marco, porque no hay con qué darle. Podemos perder, podemos ganar pero dejando todo”, reconoce Tamara Charo , la capitana de 36 años, que sueña con que en el club se abran las infantiles de rugby femenino para poder entrenar a las nenas a partir de los cinco años. Mito, que además de entrenar al equipo femenino, es entrenador de juveniles, infantiles y del plantel superior, concluye al hablarle a las chicas después del partido: “No me pasa con ningún otro equipo, de estar fuera de la cancha y salir con los ojos llorosos, solo me lo transmiten ustedes.”
Actualizado 06/02/2018
Dic 4, 2017 | Noticias en imágenes
«Santiago Maldonado presente, ahora y siempre». En la Plaza de Mayo, frente a la Morgue Judicial, en las puertas de la residencia presidencial de Olivos. El grito se replicó y ganó fuerza en diferentes puntos del país, desde que la aparición del cuerpo de Santiago Maldonado en el río Chubut –y su posterior identificación- unió a la sociedad en el urgente reclamo de justicia.
Las primeras manifestaciones fueron espontáneas. Poco después de que, en la noche del viernes, Sergio Maldonado confirmara que la familia había identificado el cuerpo del joven, las puertas de la Morgue se convirtieron en el centro de un santuario: velas, flores, mensajes urgentes cubrieron los escalones y paredes, a metros de donde todavía se realizaba la autopsia. En simultáneo, cientos de autoconvocados, además de organizaciones políticas y sociales, marcharon desde Plaza de Mayo hasta el Congreso Nacional. Una marcha espontánea que surgió ante el dolor de las miles de personas que en los últimos 78 días se apropiaron de la lucha que lleva adelante la familia de Santiago Maldonado. Recién pasada la medianoche del viernes, el juez a cargo de la causa, Gustavo Lleral, habló con la prensa y dio a conocer algunos resultados preliminares de la autopsia.

Al día siguiente, la Plaza de Mayo volvió a ser escenario de una nueva movilización. Convocada por el Encuentro Memoria, Verdad y Justicia, la marcha volvió a poblar de banderas y consignas de justicia a las calles del centro porteño. “Aparición con vida” había sido el reclamo de millones de personas en el país y alrededor del mundo, durante los últimos 78 días. La segunda movilización en la Plaza coincidió también con la difusión de una extensa carta de Sergio Maldonado. “Que todos los culpables paguen por lo que te hicieron”, reclamó.
En las dos movilizaciones en la Plaza de Mayo se repitió la exigencia de renuncia para la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, y su jefe de Gabinete, Pablo Noceti, responsable del accionar de la Gendarmería al momento de la represión del 1 de agosto cuando Santiago fue visto con vida por última vez. “La represión del 1° de agosto forma parte de la que a su vez sufre el pueblo mapuche, acción que llevan adelante el Gobierno de Chubut junto al Gobierno Nacional para entregarle las tierras ancestrales a Lewis, a Benetton, a las empresas de fracking y a las mineras”, sentenció el documento leído el sábado por la tarde en Plaza de Mayo. Arriba y abajo del escenario, la bandera del pueblo mapuche y cientos de fotos de Santiago, un rostro multiplicado para hacerse lucha, para hacerse memoria.

“Santiago está presente cada vez que nos sacan de nuestras tierras”, dice Mariana, que lleva en la mano un cartel: “Ley 26.160”, que prohíbe cualquier tipo de desalojo a las comunidades de pueblos originarios. Mariana recuerda a Maldonado como un hermano que acompañó los reclamos de su pueblo: “Hay que seguir luchando como lo hizo Santiago”, agrega. Y recuerda el pedido de libertad de Facundo Jones Huala, quien aún se encuentra preso en la penitenciaría de Esquel.
“Libertad, libertad, a los presos por luchar” fue la consigna que hizo eco durante la concentración que convocó Encuentro Memoria, Verdad y Justicia, a la que se sumaron el Frente Popular Darío Santillán, la Asociación de Trabajadores del Estado (ATE), la Central de Trabajadores de la Argentina (CTA), el Frente de Autodeterminación y Libertad, el Partido Obrero, y el Partido de los Trabajadores Socialistas (PTS), entre otras organizaciones sociales, políticas y estudiantiles. Junto al escenario instalado en Plaza de Mayo, estuvieron presentes María del Carmen Verdú, referente de la Correpi, Myriam Bregman, candidata a legisladora porteña, y Nicolás Del Caño, candidato a diputado nacional del Frente de Izquierda y de los Trabajadores.
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