Sin aire

Sin aire

Febrero de 2017. Al estudio de FM Ocupas 88.3, ubicado en el Barrio Cuatro Vientos, de Moreno, llegan miembros del Ente Nacional de Comunicaciones (Enacom) informando que deben cerrar la transmisión en tres días si no encuentran una solución a una interferencia que, según las autoridades, mantiene con la señal establecida para el aeródromo de Moreno. La organización que lleva adelante el proyecto presenta un informe técnico y puede retomar su actividad. Febrero de 2018. Aquel organismo del Estado nacional vuelve a la carga, señala que la radio no dispone de ningún papel que avale su condición de medio comunitario y así llega el cierre de las emisiones radiofónicas.

Mariano Sánchez, 34 años y director de la radio dice: “El reclamo del Enacom no tiene justificación porque nosotros disponemos de papeles que confirman lo contrario y salimos sobreseídos de la causa”. Por su parte, Susana Rubino, de 57 años y coordinadora de  la radio declara: “Nos hicieron cerrar sin darnos explicación, sin ningún motivo, sólo nos advirtieron que si no cumplíamos con sus condiciones desmantelarían el equipamiento de la radio”.

FM Ocupas, una radio integrada por personas con discapacidad, se había presentado al empadronamiento realizado por la Autoridad Federal de Servicios de Comunicación Audiovisual (AFSCA) durante el gobierno anterior, como gesto para mostrar su voluntad de ser reconocida.

Actualmente, FM Ocupas ofrece una transmisión de radio desde su página web (www.fmocupas.com.ar). Sin embargo, como señala su administradora Marta Rombola muchas personas que antes podían tener una comunicación directa con ellos, con la clausura, se encuentran excluidas a causa de no tener internet. Ismael Vera, miembro y cocinero de la organización, comenta: “Intentamos solventar los gastos de la radio, haciendo actividades como rifas entre los vecinos, y también animamos a los chicos para que no se preocupen por la situación y seguimos adelante”.

Mariano Sánchez aclara que la lucha que enfrenta a la radio con ENACOM, ha impedido que pudieran soportar los gastos de manera regular, y que como el equipo de FM Ocupas siempre ha tenido un perfil comunitario, nunca han emprendido sus actividades para generar dinero. Diego Tassi,  colaborador en el área de prensa, cuenta que “no estar en el aire repercute en un montón de cuestiones, por lo que tenemos que planear ciertas estrategias para poder seguir creciendo”.

En relación a estas estrategias, los miembros de la radio disponen de abogados para establecer sus asuntos legales,  y visualizar el caso para que ninguna otra radio de Argentina tenga que pasar por ésta situación. También cuentan con el apoyo de  la Federación Argentina de Radios Comunitarias (FARCO) , entidad que ayuda a emprender nuevas estrategias para seguir adelante con la reapertura de la emisora. Suárez explica otros métodos para impulsar el reclamo: “Fuimos a ENACOM a hacer una radio abierta, establecimos una asamblea en la locación de la radio, y fuimos a la Legislatura”.

Los integrantes comprometidos con el restablecimiento de la radio expresan que las  problemáticas que enfrentan no sólo implican al cierre injusto de su transmisión, sino que  además afectan derechos de los chicos con discapacidad. La problemática de la radio por la clausura ha tenido el apoyo de medios comunitarios de la provincia y del país. También, muchas instituciones públicas, como escuelas y universidades, han expuesto en sus propios medios, el reclamo por el restablecimiento de la transmisión de FM Ocupas. Una radio que sólo busca ayudar a la comunidad y brinda apoyo a los chicos que concurren con entusiasmo, todos los días para expresarse libremente. Y que desde hace meses lucha para recuperar su aire.

Ni se callan ni se van

Ni se callan ni se van

“El arte no es delito” fue el grito que reunió a cientos de artistas callejeros frente a las puertas de la Legislatura porteña este martes, para rechazar el Proyecto 1664-J-18  de modificación del Código Contravencional presentado por el jefe de Gobierno Horacio Rodríguez Larreta, que prevé sanciones por “ruidos molestos” en la vía pública.

“La intención es criminalizar el arte callejero y el trabajo autogestivo. Si nos prohíben la posibilidad de ejercer nuestro trabajo libremente nos obligan a la pobreza”, dispara Gonzalo Giuliano, que vive de sus shows callejeros de clown desde hace cinco años. La calle Perú estalló de narices rojas, malabares, tambores y guitarras que sonaron durante toda la tarde como manifestación del rechazo de más de diez organizaciones de artistas a la posible modificación del Artículo 85 del Código Contravencional que, aseguran, perjudicará el trabajo artístico en las calles de la ciudad. “Creemos que tiene que ver con privatizar aún más el espacio público. Lo que está detrás de esta medida es la venta o alquiler del espacio público en función de capitales privados”, denuncia Ana Clara, perteneciente a la agrupación Músicos Organizados.

El proyecto, que engloba una serie de reformas, fue enviado a la Legislatura el 5 de junio por Horacio Rodríguez Larreta y se encuentra en tratamiento en la Comisión de Justicia. La reforma del Artículo 85 consta del agregado de un párrafo en el que se detalla la penalización por “ruidos molestos” provenientes de la calle. Puede leerse allí: “Cuando el origen de los ruidos provengan de la vía pública la sanción será de dos (2) a diez (10) días de trabajo de utilidad pública, multa de cuatrocientos ($400) a dos mil ($ 2000) pesos o arresto de uno (1) a cinco (5) días».

Artistas manifestándose en la calle.

“El arte no es delito” fue el grito que reunió a cientos de artistas callejeros frente a las puertas de la Legislatura porteña .

Además, la modificación establece la posibilidad de realizar denuncias de forma anónima: “Acción dependiente de instancia privada con excepción de los casos donde el origen de los ruidos molestos provenga de la vía pública”, se especifica. El proyecto de reforma aclara, por último, que “No constituye contravención el ensayo o práctica de música fuera de los horarios de descanso siempre que se utilicen dispositivos de amortiguación del sonido de los instrumentos o equipos, cuando ello fuera necesario”.

Los artistas aseguran que esta propuesta de modificación va de la mano con una actitud vigente por parte del Gobierno de la Ciudad para con el arte itinerante. “Los músicos ya vienen siendo hostigados en su actividad en la calle, lo que corre peligro con esta reforma es que el hostigamiento recrudecerá”, afirma Ana Clara. En el mismo sentido, Gonzalo agrega: “Nosotros nos vemos afectados muchas veces por la policía, que nos echa. Pero el público siempre nos defiende, siempre pone el pecho”.

Músicos tocando sus instrumentos.

Los artistas aseguran que esta propuesta de modificación va de la mano con una actitud vigente por parte del Gobierno de la Ciudad para con el arte itinerante.

En diálogo con ANCCOM, Daniel Presti, presidente de la Comisión de Justicia por el bloque Vamos Juntos, argumentó que la reforma no tiene nada que ver con el trabajo de los artistas en las calles. “La génesis del proyecto apunta al ruido que puedan llegar a hacer en la calle una o dos personas a la madrugada, que eso pueda llegar a molestar a terceros –dice-. No tiene nada que ver con los artistas callejeros. Nuestra intención es que ellos sigan trabajando de la misma manera que lo están haciendo ahora”. Presti asegura que la modificación que se intenta realizar al Código, que también enfoca en los llamados “trapitos”, es una política de Estado vinculada con la violencia de género: “Apuntamos a las agresiones diarias que sufren las mujeres en la Ciudad –dice-. Las mujeres se sienten afectadas si, por ejemplo, en una esquina va una persona y le exige plata, o va a estacionar un auto y un cuidacoches le exige plata. Nosotros creemos que estas circunstancias están relacionadas con lo que no se ve, a eso apuntamos”. La carátula de “ruidos molestos” quedará a interpretación del denunciante, a lo que el diputado reflexiona que “en caso de que haya una denuncia contra algún artista callejero yo confío en que el fiscal que lo aborde va a saber que la acusación no tiene ni pies ni cabeza”.

“Los artistas callejeros rompemos con el elitismo del arte, hacemos posible que las personas de la clase obrera, que tienen la plata justa para llegar a fin de mes, tengan la oportunidad de ver un espectáculo. Somos una vacuna al tedio y a la monotonía del día a día en la calle”, expresa Gonzalo sobre la importancia de poder ejercer el trabajo artístico en las vía pública. El próximo martes 10 de julio el colectivo de artistas volverá a manifestarse frente a la Legislatura para exigir la no implementación del proyecto de reforma.

Tres carpas en Plaza de Mayo

Tres carpas en Plaza de Mayo

La bandera argentina, el dibujo de un submarino y el retrato de 44 tripulantes visten las rejas de Plaza de Mayo, que ahora presenta también tres carpas. En ellas se encuentran día y noche, desde hace una semana, los familiares de las víctimas del ARA San Juan. Firmes, reclaman que no se abandone la búsqueda del submarino desaparecido desde el 15 de noviembre pasado, cuando navegaba desde Ushuaia hacia Mar del Plata. 

“Estamos en la plaza porque el Gobierno nos arrastró a venir acá, nosotros nos manteníamos en Mar del Plata, en la base, y pusimos toda la confianza en las autoridades nacionales. Estábamos esperando pacíficamente pero al venir el día martes 26 de junio a la Comisión Bicameral del Congreso y escuchar las declaraciones de los dos militares Claudio Villamide y de Hugo Miguel Correa nos trastornó”, expresó Yolanda Mendiola, madre del cabo principal Leandro Fabián Cisneros, en diálogo con ANCCOM.

La semana pasada, Villamide declaró ante la Comisión Bicameral que investiga qué ocurrió con el submarino y los 44 tripulantes. Allí manifestó que el ARA San Juan estaba en condiciones óptimas para navegar y operar en una campaña de las más largas y complicadas que realizara desde que salió de su reparación de media vida. La declaración de Correa también indignó a los familiares: “Correa fue el que recibió la llamada a su celular particular, él no estaba en la base, supuestamente estaba en su domicilio, y no reportó la llamada. Lo hizo recién al día siguiente. La búsqueda del submarino comenzó en un tiempo que no era, las 48 horas que se tiene que esperar por protocolo ya estaban atrasadas”, explicó Mendiola antes de partir al Senado a escuchar una nueva audiencia.

Cuatro familiares de los tripulantes del ARA San Juan frente a las banderas argentinas, en pleno acampe en Plaza de Mayo.

El 30 de noviembre de 2017 el Ministerio de Defensa dio por terminada la búsqueda del submarino.

Luego de la reunión que los familiares mantuvieron con el ministro de Defensa, Oscar Aguad, hace una semana, en la que se debía resolver qué empresa proveería la tecnología para buscar el submarino, el funcionario pidió a los familiares una prórroga hasta hoy miércoles, a las 16, con el argumento de recibirlos cuando tenga una nueva alternativa, luego de la caída de la licitación de la firma española Igeotest Geoscience Group (IGG), con la que se habría iniciado el contrato. Yolanda Mendiola detalla lo que sucedió: “Fue negligencia del Gobierno, porque al revisar las carpetas de licitación no se dieron cuenta que esta empresa española es fusión de cinco empresas, y una de ellas tenía una deuda, modificó su dominación y se presentó con otro nombre, pero el mismo CUIT. Esto hizo que cayera la licitación y nos quedemos sin nada. Ir a otra licitación sería perder tres meses más. Fue fatal la reunión, porque dos mamás fuimos a parar a la enfermería”. Yolanda explica que el Gobierno ahora analiza la posibilidad de elegir otra empresa de las que ya se presentaron.

Este martes se produjo una nueva audiencia en la Comisión Bicameral Investigadora sobre la desaparición, búsqueda y operativos de rescate del submarino, en la que declaró el contraalmirante Gabriel González, ex jefe de la base de la Armada en Mar del Plata. A las 14 continuó el cabo principal Humberto René Vilte, más conocido como el tripulante número 45. Vilte pidió excusarse de la misión que terminó en tragedia debido a que su madre había tenido un problema de salud y se encontraba internada en su provincia natal, Jujuy. Cuando se enteró que sus compañeros habían perdido la comunicación con el submarino viajó hacia Mar del Plata para acompañar a las familias, y esperar el regreso de la tripulación.

Vilte ayer dio testimonio sobre algunos inconvenientes de la nave, previos a la desaparición: Que la tapa de forro de la cubierta se había abierto, que lo constataron cuando hicieron superficie, y que luego se reparó en Ushuaia. También hizo alusión a la entrada de agua por la ventilación, pero afirmó que no había provocado incendio, ni inconvenientes. Los familiares descreen de su palabra, y consideran que podría estar siendo intimidado por las fuerzas militares, ya que Vilte no pudo responder varias de las preguntas, o decía no estar enterado. “Hoy se demuestra que no se cumple con la frase: un marino no abandona a otro marino”, fueron las palabras resonantes de una familiar presente en la Bicameral.

A las 15 fue el turno del teniente de navío Juan Gabriel Viana, quien explicó que en ningún momento pensó que esto podía llegar a pasar. Según el teniente, el submarino estaba en condiciones para zarpar, señaló también que se reparó la tapa forro, y agregó que se había llegado a la conclusión de que había sido mal cerrada. Familiares quebrados y disconformes con los testimonios increparon al teniente: “Confiábamos que nos digas la verdad, no sos el hombre que estuvo con nosotros en el primer momento en la base, te cambiaron Gabriel. En la base dijiste que había un montón de problemas y que no la pasaron bien, y ahora no lo confirmas, y tenemos grabaciones”.

Bandera argentina y familiares de los tripulantes en el acampe.

El ARA San Juan perdió contacto con la base el 15 de noviembre de 2017 a las 7 de la mañana.

Esther, la mamá del Cabo principal Luis Alberto Niz, en diálogo con ANCCOM describió cómo fue el último contacto con su hijo: “El pos submarino es muy doloroso, es una situación que todavía no la creo. Yo a mi hijo lo vi la última vez el Día de la Madre, en octubre. Se iba a casar el 7 de diciembre, cuando volvía de Ushuaia a Mar del Plata. Me llamó, me dijo que eran 20 días de viaje, una eternidad”. Esther le dijo a su hijo:

-Negro quedate tranquilo que volvés, te casas y te vas de luna de miel.

-Cierto ma, tenés razón- le dijo.

-Chau, te quiero mucho- fue lo último que escuchó.

“Le compré los centros de mesa, los suvenires y sigo esperando. El último contacto fue el 8 de noviembre, estuvimos hablando como diez minutos, cosa que nunca hacía porque él cuidaba el teléfono, de no gastar. Lo sigo esperando, tengo sus cosas para el casamiento. No siento que se haya ido de esta vida, lo espero y sueño con volver a abrazarlo y no poder soltarme”. Esther también recuerda cómo su hijo eligió su profesión: “Cuando él me dijo que se iba a ser submarinista a mí no me gustó, me había quedado en la cabeza el submarino ruso que se hundió y que los muchachos escribían en lo oscuro para despedirse de su familia. Así que le decía que era peligroso. Me decía que no pasaba nada. Era su vocación. Estuvo en la Fragata por dos años y me decía que ya conocía el mar por arriba que ahora tenía que conocerlo por abajo”.

Los familiares prometen quedarse acampando hasta obtener una solución. “Estamos en la espera, y de acá no nos movemos hasta que no tengamos algo. Ya son ocho meses que estamos confiando en el Gobierno. Estamos acá para ser visibles, porque nadie estaba enterado de lo que nos pasaba. Nos abandonaron. Son ocho meses de angustia. Queremos respuesta”, exclamó Mendiola.

“Queremos que se haga todo más rápido, que no lleve tanto tiempo, no tenemos ninguna respuesta, queremos pruebas, una foto aunque sea del submarino en el fondo del mar para decir ‘bueno están ahí’. Ahora no sabemos dónde están y no sabemos qué les pasó tampoco. Responsables hay, pero no tienen el valor de hacerse cargo por mandar a navegar un submarino que no estaba en condiciones. Son cobardes. Los mandaron igual a hacer la misión, y todos se cubren sus espaldas echándoles la culpa a los tripulantes, que ahora no se pueden defender. Ellos hacían su trabajo con amor y con orgullo. Creemos que no nos quieren decir dónde están, porque cuando se descubra qué le paso al submarino, van a caer cabezas. Lo sentimos desde el primer día, saben qué le paso al submarino y dónde están”, concluyó Esther.

Gritos de gol y de dolor a pocas cuadras distancia

Gritos de gol y de dolor a pocas cuadras distancia

Es el último sábado de junio y “La visita de las cinco” en el Museo Sitio de Memoria ESMA comienza a poblarse con gente de todas las edades. La humedad acentúa el frío. Cuatro personas guían el recorrido: los ex detenidos desaparecidos Ricardo Coquet y Alfredo Ayala, la pareja de otro, Cristina Muro, y el periodista deportivo Tití Fernández. Cada uno guarda memorias distintas del Mundial 78.

A pocas cuadras de la ESMA, la cancha de River fue escenario de varios partidos de la Copa del Mundo. Según la dirección del viento, los detenidos engrillados y esposados podían escuchar los gritos de gol. Cristina Muro, integrante de Familiares de Desaparecidos y Detenidos por Razones Politicas, viaja en el tiempo a febrero de 1977, un año antes de que comenzara el Mundial.

“Un grupo de tareas de la ESMA ingresó a mi casa. Yo estaba sola con mi bebé de cinco días y mi otro hijo de dos años y medio. Mientras unos allanaban mi casa, otros me pegaban patadas en el suelo que provocaron que los puntos del parto se me abrieran. Así me enteré que mi marido estaba detenido. Ese día me vino a buscar mi mamá y nos fuimos a su casa de La Boca. Coloqué todos los muebles en la puerta por miedo a que me hayan perseguido. Yo estaba destrozada física y mentalmente”, relata.

Un guía explicando y personas escuchando en la muestra.

A 40 años del Mundial 78 sobrevivientes de la ESMA cuentan sus vivencias del horror en la exposición “El Mundial en la ESMA”.

Aquel domingo 27 de febrero de 1977 a la noche, Cristina se despertó con sirenas que rodeaban la manzana. “Entré en pánico y lo único que llegué a decirle a mi mamá cuando me asomé por el balcón, ya que era la única opción que me quedaba, es que si eran ellos, que por favor cuidara a los nenes. No iba a permitir que me lleven”. Pero en el momento en que se asomó vio una multitud que se dirigía hacia La Bombonera, donde la Selección Argentina iba a jugar un amistoso con Hungría.

“A seis meses de ese día, mi mamá me dijo unas sabias palabras: ‘Si hoy no le festejás el cumpleaños a tu hijo de tres, le vas a cagar la vida para siempre’. Y ahí entendí que una cosa no tenía que ver con la otra. Ya bastante los genocidas nos estaban cagando la vida para que encima yo le agregara más pesar sobre el tema”, expresa y añade: “Mi hijo más grande vivió el Mundial juntando las chapitas de Coca Cola que había que levantarles el plastiquito y ahí traían los países para coleccionar. Pero también se crió sabiendo la verdad”.

Cristina nunca dejó de buscar a su marido, Carlos Alberto Chiappolini, hasta hoy desaparecido. La información que pudo obtener fue por sobrevivientes de la ESMA que declararon que falleció por las torturas en los interrogatorios. No hay rastros de él, por lo que se sospecha que sus restos fueron cremados en el campo de deportes que da al río.

Primer plano de mujer hablando con micrófono.

Cristina nunca dejó de buscar a su marido, Carlos Alberto Chiappolini, hasta hoy desaparecido.

Ricardo Coquet, militante de la Juventud Universitaria Peronista (JUP) y la Juventud Trabajadora Peronista (JTP), estuvo secuestrado en la ESMA desde el  10 de marzo de 1977 hasta diciembre del año siguiente. Junto a otros compañeros, realizó trabajó esclavo durante su cautiverio y, además del horror vivido, lo pagó con varios dedos de una mano. Mientras transcurría el Mundial, en el sótano de la ESMA se había montado una imprenta, una sala de documentación, diagramación, comedor, una sala de enfermería, tres salas de tortura, todas comunicadas por un corredor que era llamado cínicamente “el pasillo de la felicidad”. Allí trabajó Ricardo

“El día que Argentina le ganó a Perú por 6 a 0, yo estaba con un compañero, Miguel Ángel Lauletta. Había un televisor muy chico y los dos éramos ultrafutboleros. Vimos el partido y por unos segundos pudimos abstraernos del terror que se vivía en este lugar”, cuenta Coquet mientras observa el sótano. En un momento del match, uno de los guardias cerró la puerta, algo recurrente cuando llegaba algún detenido y comenzaban las torturas. “Cuando salimos del comedor donde estaba el televisor, encontramos a un compañero, del otro lado, muerto en el suelo. Se lo veía cianótico, seguro que se había tomado la pastilla para que no lo agarren vivo. Al verlo, caímos otra vez en el lugar donde estábamos”, rememora.

Alfredo Ayala, militante y referente villero de Montoneros, estuvo secuestrado desde septiembre de 1977 hasta 1980. También fue obligado a realizar trabajo esclavo y todavía hoy recuerda las constantes amenazas de muerte: “Te amenazaban si te veían desganado o si no trabajabas mucho, te daban una dosis de pentotal y te mandaban a los vuelos”. Ayala recuerda que imprimían las calcomanías que decían “Los argentinos somos derechos y humanos” y que se repartían en la vía pública como campaña para contrarrestar a los medios extranjeros que informaban la verdad al exterior.

“Mi participación respecto al Mundial arrancó en enero del 78 cuando me sacan de ‘capucha’, el lugar donde estaba el grueso de los detenidos, y me mandan al sótano. Esto funcionaba como una suerte de ‘sala de prensa’. Acá se confeccionaban hasta los discursos que debían reproducir los medios de comunicación”, evoca.

Primer plano de dos personas escuchando atentos la exposición

A lo largo del recorrido se incluyen testimonios recogidos en la megacausa ESMA.

En el sótano funcionaba además un estudio fotográfico, una sala química de revelado y una isla de edición de video. “Tengo imágenes muy claras en mi memoria sobre la circulación de ciertas personalidades mediáticas y periodistas que eran de los grandes medios de entonces. El Poder Judicial todavía nos debe el juicio a los civiles. Los que están en el Gobierno ahora son los hijos y los nietos de los milicos de esa época. La lucha por la verdad de los cinco mil compañeros que pasaron por acá continúa”, afirma.

A lo largo del recorrido, se incluyen testimonios recogidos en la megacausa ESMA: “Me llamó la atención cuando los militares colocaron un televisor para que los compañeros vean los partidos –dice uno–. No sé si era para hacerlos sentirlos bien o peor aún. Pero la realidad es que mientras escuchábamos los gritos de los goles, también escuchábamos los gritos de los torturados”. En otra de las declaraciones, una sobreviviente recuerda que al ganar el Mundial muchos de ellos fueron subidos a varios autos para ver el festejo en las calles, la gente llorando emocionada, las banderas, y gritando por Argentina. La mujer pidió sacar la cabeza por la ventanilla para sentir el aire y, por un momento, se le cruzó gritar que estaba secuestrada, pero al segundo se dio cuenta que nadie iba a hacer nada.

El periodista deportivo invitado, Tití Fernández, toma el micrófono y cuenta que, con 27 años, él salió a festejar al Obelisco y lo volvió a hacer en 1979 cuando Diego Maradona y Ramón Díaz ganaron el Mundial juvenil en Japón: “Fui uno de los tantos idiotas que salimos a festejar diciendo que los argentinos éramos derechos y humanos. No nos habíamos enterado de esto y ahora me da vergüenza. Esta historia recién la empecé a vivir de grande”, confiesa y opina: “Los políticos utilizan la Copa del Mundo para ocultar la realidad, para su beneficio. Hoy la Argentina se quedó afuera del Mundial y lo único que espero es que en la tapa del lunes no vuelvan a hablar de Nisman”.

Titi Fernández junto a otras dos personas observando la muestra.

La exposición “El Mundial en la ESMA” estará abierta hasta el 31 de agosto, de martes a domingos de 10 a 17, con entrada libre y gratuita.

En el tercer piso, ‘la pecera’ fue otro espacio usado para trabajo esclavo: traducción de artículos periodísticos, análisis de bibliografía, redacción de libros. Allí, entre los cubículos, se encuentra la historia de Lisandro Raúl Cubas, militante de la Juventud Peronista (JP) que estuvo detenido entre octubre de 1976 y enero de 1979. Estudiante de Ciencias Económicas en la UBA, Raúl tuvo que oficiar de periodista y entrevistar al director técnico de la Selección, Cesar Luis Menotti. Con el carnet falsificado del Colegio Profesional de Periodistas y de la revista Confirmado, bajo amenaza de muerte, ingresó a la cita concertada y cumplió con la tarea que le encomendaron. No se animó a decirle a Menotti que era un desaparecido, pero sí salió en la foto oficial publicada a los pocos días en el diario La Nación: el objetivo era que su familia lo reconozca y supiera que estaba vivo.

La exposición “El Mundial en la ESMA” estará abierta hasta el 31 de agosto, de martes a domingos de 10 a 17, con entrada libre y gratuita.

Baldosas para recordar a los mártires palotinos

Baldosas para recordar a los mártires palotinos

Estomba y Echeverría, barrio de Villa Urquiza, en el límite con Belgrano. Allí, sobre la vereda de la parroquia de San Patricio se colocaron las baldosas por la memoria, con los nombres de las víctimas del quíntuple crimen cometido el 4 de julio de 1976.  Del acto, organizado por los Jóvenes Palotinos de Argentina y Barrios por Memoria y Justicia, participaron referentes de distintas organizaciones de derechos humanos, dirigentes, militantes, religiosos, familiares de víctimas, integrantes de la comunidad palotina y simples vecinos. Entre otros oradores, estuvieron Estela de Carlotto,  el rabino Daniel Goldman y Anìbal Ibarra, ex fiscal de la causa. Posteriormente se realizó un recorrido por distintos puntos del barrio, que representaban a cada una de las víctimas y luego se celebró una misa.

La jornada sirvió para recordar el salvaje asesinato de los sacerdotes Alfredo Kelly, Alfredo Leaden y Pedro Dufau, y los seminaristas Emilio Barletti y Salvador Barbeito, en la madrugada del 4 de julio de 1976. Al interior de la parroquia, cercana al altar, una larga alfombra roja agujereada se había colocado como recuerdo del espanto: es la alfombra sobre la cual yacían los cinco cuerpos, y cuyos agujeros evidencian los balazos disparados a mansalva por el grupo de tareas que irrumpió en el lugar.

Los cuerpos fueron encontrados a la mañana siguiente por el joven organista de la parroquia, Rolando Savino. Los principales medios de comunicación atribuyeron falsamente los homicidios al “extremismo” y la Justicia nunca logró identificar a los autores materiales del quíntuple crimen.

Las placas conmemorativas con los nombres de los mártires palotinos están acompañadas por una frase pronunciada en la homilía de la misa celebrada el 4 de julio de 2001 por quien fuera en aquel momento arzobispo de Buenos Aires, Jorge Bergoglio. Los organizadores recordaron entre otras cosas, la mano tendida por el arquitecto Norberto Cevasco, quien donó los materiales y colaboró con el procedimiento para colocarlas. La vecina Inés Ferrando, por su parte,  permitió que las baldosas descansaran en su casa hasta el día de la inauguración. Historias mínimas que lo hicieron posible.

“Nunca nos arrodillamos”

El rabino Daniel Goldman, representante de la Comunidad Bet El y autor del libro Ser judío en los años setenta, afirmó que los tiempos democráticos deben sostener “la idea de memoria como  bandera. Toda memoria se establece a partir del presente, porque desde ese presente nos queda el eco de la voz que fue silenciada y hoy reaparece. Por eso, a pesar de toda la tragedia ocurrida, nos queda un momento de alegría: hay un mensaje vigente y es el que nos reúne aquí hoy”. Ese mensaje no es ni más ni menos que: memoria, verdad y justicia.

Por su parte, el exjefe de Gobierno porteño y fiscal en la causa que investigó la masacre de los Palotinos, Aníbal Ibarra, recordó su experiencia como fiscal federal entre 1986 y 1990: “Me dieron esta causa antes de cerrarla diciéndome: ´Ya no hay nada que hacer. Es tremenda pero fijate si podés hacer algo para seguir adelante´. Desde el primer instante me conmovió. No dejamos que se cerrara, conseguí màs pruebas, recuerdo que vine hasta aquí y hablé con los sacerdotes de aquel entonces, conseguimos incluso el procesamiento del comisario de la 37, Rafael Fensore, como encubridor”, expresó. Sin embargo, al día de la fecha no hay un solo autor material detenido.

Para el cierre, Estela de Carlotto, presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo, reconoció que más allá de conocer perfectamente la historia, nunca había pisado el lugar. “Y es que estos genocidas han hecho tanto daño en todo el país, que no doy abasto para conocer todos los lugares. Por eso, a pesar de mis 87 años sigo caminando con el bastón. ¿Y por qué el bastón? Porque nunca nos arrodillamos”, expresó ante el aplauso de los presentes.

Estela no perdió ocasión para mencionar al actual gobierno y la coyuntura nacional: “Que sepan que no van a parar a este pueblo, que hay que salir a la calle en paz y sin violencia. No dejar de pensar que si se pierde un minuto, se pierde una vida. No dejarnos someter por aquellos que quieren que estemos contentos por ser pobres”, manifestó.

Luego de su encendido discurso, se procedió a descubrir las baldosas a escasos metros de la parroquia. Veredas que ya no serán las mismas. Acompañadas por la siguiente frase de Bergoglio, del 4 de julio de 2001, conservarán por siempre el recuerdo de los mártires palotinos: “Las baldosas de este solar están ungidas con la sangre de ellos”.

El acto contó con la presencia de Carlos Pisoni, exsubsecretario de Derechos Humanos de la Nación; Camilo Juárez Pais de HIJOS Capital; Julieta Martínez Molto, concejala de Vicente López por Unidad Ciudadana; Oscar Minteguía, secretario de Desarrollo Social en San Martín, la Asociación Seré por la Memoria y la Vida de Castelar; el exlegislador porteño y miembro de la comunidad palotina Claudio Ferreño; el padre Eleuterio Ruiz del Cristo Obrero de Lomas de Zamora; y la Comisión por la Memoria de Paternal y Villa Mitre; entre otros.

Se leyeron también las adhesiones de Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora; el músico y cantante León Gieco; el Premio Nobel de la Paz Adolfo Pérez Esquivel; los diputados nacionales por Unidad Ciudadana Leopoldo Moreau, Josefina González y Horacio Pietragalla; Lita Boitano y Claudio Morresi de Familiares de Desaparecidos y Detenidos por Razones Políticas; la organización Memoria Palermo, los curas de Opción por los Pobres; el ex diputado nacional Remo Carlotto; el intendente de Mercedes Juan Ignacio Ustarroz; y el diputado Eduardo “Wado” de Pedro.

 

Conflictos al por mayor en la Universidad de las Madres

Conflictos al por mayor en la Universidad de las Madres

El único instituto de derechos humanos de la región atraviesa un grave presente desde el funcionamiento de la nueva gestión interventora. Al vaciamiento del contenido pedagógico, la quita de recursos y las deudas con el equipo docente, se le suman 36 despidos: 29 docentes de Trabajo Social, dos por Derecho, tres por Historia y dos por Comunicación, las cuatro carreras que ofrece el IUNMA. La lucha gremial posibilitó la reincorporación de algunos profesores, pero aún quedan muchos conflictos abiertos.

La Universidad Popular de las Madres de Plaza de Mayo nació en el año 2000 con la intención de apostar por la educación popular, latinoamericana y transformadora. En 2014, la Ley Nº 26995 formalizó su funcionamiento y se convirtió entonces en el Instituto Universitario Nacional de Derechos Humanos Madres de Plaza de Mayo (IUNMa). Con la asunción del Gobierno de Cambiemos fue intervenido por la gestión del Ministerio de Justicia a cargo de Germán Garavano

Florencia Greco es politóloga, doctora en Ciencias Sociales, y  secretaria general de ADIUNMa, el gremio docente de la Universidad de las Madres. Así relata sus inicios: “Comencé mi actividad en abril de 2010 como docente de la Carrera de Historia. Desde el comienzo me sentí muy cómoda dando clases, pude combinar las dos cosas que más me apasionan: mi interés por la historia argentina y mi pasión por la política. Desde una perspectiva anclada en la educación popular, nuestra práctica educativa es desde siempre una práctica para la liberación”.

grupo de estudiantes y docente en un aula del IUNMA.

La Universidad Popular de las Madres de Plaza de Mayo existe desde el año 2000.

Alejandro Estévez es padre de tres hijos y psicólogo recibido en la UBA hace más de 25 años. Como tantos otros, llegó seducido por la historia de lucha y compromiso de las Madres: “El proyecto de la universidad me parece interesante, es audaz. Trabajé y milité muchos años en distintos lugares, y a su vez tengo amigos que son nietos recuperados y están en HIJOS”, comenta.

Belén Sarubbi es la presidenta del Centro de Estudiantes desde noviembre de 2016 por la agrupación Colectivo de Estudiantes. Llegó al instituto en 2010, su padre estaba estudiando allí la Carrera de Historia y se la recomendó. “Fue entonces que vi el programa de Derecho y me pareció muy interesante, y entendí que podía anexarse tranquilamente a mi profesión de periodista, que era mi formación original”, explica.

Futuro por pasado

Las elecciones presidenciales de 2015 interrumpieron un proceso de construcción que, con altibajos, avanzaba. “Al cambiar radicalmente el proyecto de país en el que se enmarcaban la educación y la universidad pública en general, nuestra universidad padeció como pocas los efectos de las políticas regresivas que comenzaron a aplicarse, lo que implicó la reducción de nuestro presupuesto en casi un 80%”, enfatiza Greco.

Si bien la institución no fue cerrada (tampoco sería fácil hacerlo), se comenzó a gestar un verdadero proceso de vaciamiento producto de la quita de recursos, la inexistencia de un edificio apto para dar clases y el atraso con los pagos docentes. La situación culminó con el pedido de renuncia por parte del gobierno de Cambiemos del anterior rector organizador, Germán Ibáñez, designado en su momento por Hebe de Bonafini. En su lugar fue designado el actual rector, Javier Buján, ex interventor del INADI.

Greco sostiene que “si bien la comunidad educativa del IUNMA resistió la intervención desde el primer momento, lo que derivó en un largo mes de toma de las instalaciones ubicadas en 25 de Mayo 552 (ex Secretaría de Derechos Humanos), no nos quedó otro remedio que aceptar bajo protesta la designación de Buján debido a que como el proceso de institucionalización no fue finalizado por el anterior rector, es el Ejecutivo quien tiene la potestad de elección de la autoridad máxima de la institución”.

Juan Francisco Martinez Peria es abogado y doctor en Historia. Está vinculado con la universidad desde 2003, en principio fue estudiante y ahora es docente y delegado. Recuerda que “efectivamente se intentó resistir a esa intervención, pero fue en vano. En ese momento se realizó un acuerdo donde se prometieron muchas cosas, pero al poco tiempo se notó que todo era mentira. Así desgastaron a los directores de carrera que fueron renunciando, no pagaron las deudas que tenían en la mayoría de los casos, empezaron una persecución judicial contra el ex rector… lentamente empezaron a buscar también la forma de desgastar a docentes y estudiantes para que se fueran yendo”.

Durante este último verano, decidieron de manera abrupta expulsar a 36 docentes, entre ellos Martinez Peria. Estaba a cargo de 4 materias en IUNMa: Historia Argentina I, Historia Argentina General, Historia del Pensamiento Latinoamericano y Teoría de la Historia. “Fue una situación muy fea que tuve que vivir, injusta, en la cual no tuve reconocimiento de ningún tipo a pesar de estar allí durante varios años”, asegura con pesadumbre.

Florencia Greco revisa unos papeles en una de las salas de la Universidad de las Madres.

«Nuestra experiencia educativa es una práctica para la liberación», dice Florencia Greco, secretaria general de ADIUNMA.

El delito de pintar pañuelos

A excepción de la promesa del nuevo edificio (para este ciclo lectivo se consiguió agregar a la sede de 25 de Mayo 552, una nueva en Av. Pueyrredón 19, en el barrio de Balvanera), el resto de los puntos acordados con la gestión se incumplen de modo sistemático.

Un hecho grave sucedió luego de que los estudiantes pintaran pañuelos blancos, símbolo de su identidad como instituto, y las autoridades los amenazaran con un juicio y con dejar de darles clases, llamando “hechos vandálicos” a la acción artístico-política. Greco asegura que “en respuesta a esta clara persecución a nuestra identidad y a la memoria de nuestro pueblo, simbolizada en los pañuelos, colgamos por ambas sedes guirnaldas de pañuelos blancos, que obviamente también fueron quitadas”.

El contexto universitario, además, no es favorable. Las autoridades del Ministerio de Educación se niegan a cerrar un acuerdo paritario que vaya más allá del 15% y sin cláusula gatillo . “ADIUNMA no sólo pide que los salarios no se sigan degradando, sino que exige el inmediato pago de los sueldos adeudados y, por supuesto, poner fin a la precarización laboral que nos atraviesa, con el 100% del plantel docente en negro y con la amenaza de ser despedidos cuando el rector así lo desee”, afirma Greco.

Para el cierre, Sarubbi deja una reflexión: “Actualmente emprendemos una lucha continua por la reivindicación de la identidad como estudiantes de derechos humanos y que no nos transformemos en un profesional más que sale de la universidad pública al servicio de la burguesía”.