Poesía que brota entre los desechos

Poesía que brota entre los desechos

Literatura, artesanía y reciclado confluyen en las obras de Alejandra Bosch, escritora, tejedora, recicladora y creadora de Ediciones Arroyo, editorial autogestiva santafesina.

Alejandra «Pipi» Bosch es la poeta, editora y gestora cultural santafesina detrás del proyecto Ediciones Arroyo, una editorial autogestiva de poesía contemporánea que utiliza la basura como material principal para producir sus libros. Gestada en Arroyo Leyes, un pueblo costero ubicado a 20 kilómetros de la capital santafesina, la editorial ha publicado más de 130 libros de poetas nacionales e internacionales desde su creación en 2016.

Se destaca por sus llamativas ediciones artesanales: las tapas de los libros tienen un fondo negro con distintos bordados en color que las cubren de pájaros, flores y camalotes y con collages de letras. Son libros-objetos; no sólo es el texto poético, sino también una obra de arte única en cada portada. Para crearlas, Bosch recicla cajas y sachets de leche que juntan para ella una red de recolectores de distintas ciudades. Darle una segunda vida a lo que para otros es basura es la premisa.

Ediciones Arroyo es, en palabras de su creadora “un proyecto absolutamente ajeno a todo el canon y de lo que se entiende por una editorial comercial”. Alejandra y su hijo se encargan artesanalmente de todo el proceso de edición; desde la selección y curaduría de autores y poemas, la creación de ilustraciones, a la impresión, diseño y creación de las artísticas tapas. Otra característica que la hace única es que los textos son cedidos de palabra. “Los libros circulan por el ambiente literario argentino, por librerías, ferias y universidades, pero nosotros jamás hemos registrado un derecho autor. Nos mandan los textos por correo, armamos los libros, series breves de entre tres a diez poemas con alguna ilustración y el trabajo de las tapas que es lo que nos caracteriza” explicó Bosch en una entrevista para ANCCOM.

El proyecto surge de la confluencia de distintas facetas de su creadora; además de poeta, viene de un linaje de bordadoras y estudió artes visuales como primera carrera. Después de vivir 15 años en Brasil, Bosch volvió a Santa Fe y presentó un proyecto al municipio para dar talleres sobre el reciclado de los desechos  domiciliarios en donde las personas podrían aprender a tejer en crochet con bolsas de plástico y otros residuos. “Me dediqué a tejer y enseñarle a la gente a reciclar el plástico. En una oportunidad, una alumna en vez de cortar las tiritas para el tejido me trajo un sachet de leche entero y ahí se me ocurrió hacer una tapa de libro; vi que daba el tamaño justo para un libro de poesía pequeño”. Para ese momento, Bosch ya estaba en el circuito literario santafesino y había publicado su primer libro, Niño pez, en 2015. “Me inventé el trabajo perfecto porque pude cruzar mis dos pasiones: el arte y la poesía” declaró la coordinadora de Ediciones Arroyo.

La experiencia de Ediciones Arroyo trascendió fronteras y captó la atención de algunas instituciones académicas como la Universidad Federal de Río de Janeiro (UFRJ), donde la editorial cartonera es vista como una referente en su campo. Esta institución brasileña, a través de su Programa de Posgrado en Ciencias de la Literatura, no solo incorporó libros de la editorial en su biblioteca, sino que ha invitado a Bosch a compartir su obra.

El encuentro fue organizado por Eduardo Cohelo, Luciana di Leone –profesores de la UFRJ– y Mabel Boechat Telles, estudiante que lleva adelante su tesis doctoral sobre la obra de la poeta. En septiembre, Alejandra viajó a Río a compartir tanto el proceso editorial que lleva adelante en Ediciones Arroyo, como su propia experiencia como autora y la relación de su obra con las prácticas artesanales de bordado que heredó.

Tras descubrir a Bosch a través de una traducción en el sitio «Mulheres Que Escrevem», Boechat Telles se interesó no solo por su poesía, sino también por su labor como editora y artesana. El reciente encuentro en la Facultad de Letras de la UFRJ fue, para ella, un momento clave en su investigación: «Escuchar y conversar con Alejandra y ver sus libros hechos a mano fue muy enriquecedor para mi investigación» declaró Boechat Telles en una entrevista para ANCCOM. La estudiante señaló también la importancia de construir redes entre escritores latinoamericanos, esencial para seguir profundizando en las intersecciones entre poesía, edición y artesanía. Para Alejandra, la invitación representa un reconocimiento al trabajo autogestivo y artesanal que lleva desarrollando durante casi una década. En sus palabras, «esto indica que todavía hay gente interesada en los circuitos no comerciales, en tender puentes y redes».

La red es clave en este proyecto: una de las patas más interesantes del proyecto es la organización para la recolección de la “basura”, que luego Alejandra convierte en piezas de arte. Un gran grupo de recolectores de Arroyo Leyes, Rincón, Santa Fe, Rosario y otros puntos del país recuperan las cajas y los sachets, y se encargan de hacérselos llegar a la editorial. “Nosotros no podríamos existir si no tuviéramos a estas personas que desde el primer momento, cuando consumen un lácteo en sus casas, lo lavan, aplastan y secan para después hacérnoslos llegar” declaró la editora.

En cuanto a los autores, el catálogo empezó recuperando autores locales que habían sido publicados anteriormente y tenían cierto peso en la comunidad.  “Investigué cuales eran las voces que convocaban para las lecturas y las publicaciones en el momento. Con ese criterio seguí invitando a publicar los primeros años. Las primeras ediciones de Arroyo fueron dentro de la serie Dos Poemas. Comenzamos publicando a José Villa, Walter Lezcano, Analía Giordanino, Francisco Bitar, Fernando Callero, Santiago Venturini, Agustina Lescano y Larisa Cumin. Más tarde lo fui abriendo a otros autores no tan conocidos. Hemos dado la oportunidad a poetas nuevos que nunca habían publicado” aclaró Pipi Bosch.

Hoy en día el catálogo está abierto a quién tenga interés de publicar, la premisa es hacerlo lo más horizontal y amplio posible. Durante todo este año está abierta la convocatoria “Fluviales”, para la publicación de libros dobles, que incluyen a un poeta de Santa Fe y a otro de Paraná, fortaleciendo el diálogo literario entre ambas regiones. Para quienes deseen más información sobre esta convocatoria o quieran presentar su obra, pueden escribir a alejandraboschotero@gmail.com.

En el otro extremo de la cadena editorial, la distribución en Ediciones Arroyo es artesanal como los libros mismos: “Llevamos los libros a distintos festivales, encuentros, lecturas y ferias de literatura y poesía,  y ahí vendemos. No trabajamos con muchas librerías porque este género no es tan comercializado en el circuito mainstream. Ahora queremos exportar los libros también, pero siempre llevándolos  nosotros o los mismos poetas para que expongan su trabajo mientras los ofrecen. Siempre fuera de lo esperado en el circuito comercial”, aclaró Bosch.

En un tono reflexivo sobre la situación actual de la cultura, Bosch manifestó: «A pesar de las dificultades hay que seguir adelante y batallar, planteando nuevas formas para resistir. Nosotros somos trabajadores de la cultura que estamos en el territorio, no ganamos premios ni estamos en altas esferas. Nuestra construcción es comunitaria». El ambiente literario, según explica, es un espacio de gran resistencia, donde se forjan alternativas al dominio del canon tradicional. «Estamos permanentemente armando redes con otras editoriales, autores y universidades, tanto locales como internacionales», agrega, convencida de que el trabajo en comunidad es el camino para hacer circular la palabra poética de forma más horizontal y menos condicionada por intereses comerciales. En este sentido, Ediciones Arroyo se presenta como un modelo de cómo se puede hacer literatura desde una perspectiva más inclusiva y accesible.

Bosch concluye con una visión que trasciende lo literario: «Nos mueve el deseo, la necesidad de dejar un legado. Hay que hacerlo igual, independientemente de las circunstancias, de las becas o ayudas estatales, premios o concursos que haya. Obviamente, todo eso ayuda, pero si no está, no podemos perder el territorio». Para ella, la clave está en no abandonar los espacios que se habitan, asumir la militancia desde la vida cotidiana y entender que, como sujetos políticos, la cultura y el arte son herramientas esenciales para la transformación social.

Derecho a la belleza

Derecho a la belleza

Esta semana se realiza en Buenos Aires la XII edición del Festival Internacional VaPoesía Argentina, con el propósito de llevar poemas a sectores vulnerables de la población.

La propuesta surgió en 2013 de la mano de Marta Miranda y Ricardo Rojas Ayrala, escritores y gestores culturales. “Este festival nació con la necesidad de aportar algo a nuestra comunidad. Con Ricardo somos codirectores del festival, y como no somos trabajadores de otra cosa que no sea de la palabra, decidimos que la literatura podía ser una herramienta de inclusión social. Por eso decidimos crear un festival que otorgara espacio a las comunidades que no tienen por hábito participar en eventos como festivales de literatura”, afirmó Miranda y completó: “Con la excusa de la poesía generamos un espacio para que, a través de la palabra, las personas se repiensen como sujetos de derecho. En ese espacio de las palabras, que todos compartimos, creamos un momento donde podemos volver a encontrarnos con nuestros sueños, a pensar lo que queremos, recordar lo que deseábamos, y por qué no, tratar de hacerlo posible.”

Desde su primera edición, el festival convocó a más de 170 escritores internacionales y nacionales, recorrió más de 26.000 kilómetros para abrir el diálogo poético en cárceles, escuelas, barriadas populares, comedores, sindicatos, poblaciones originarias y refugios de gente en situación de calle, entre otros ámbitos. “Los que hacemos VaPoesia –afirmó Rojas Ayrala-  creemos que los desafíos que enfrentan las comunidades en situación de vulnerabilidad es que no se las toma en cuenta como sujetos de derecho. Eso no solo implica el acceso a la vivienda, la alimentación, un trabajo digno, la salud y la educación, sino también el acceso a la cultura en general. Uno de los derechos que queda en el camino, porque pareciera no ser muy urgente, es el derecho a la belleza. Por eso, consideramos que hay que atender todas las otras situaciones estructurales sin perder de vista que se tiene derecho a la cultura en todas sus manifestaciones.”

VaPoesía propone una integración de autores regionales e internacionales para construir un espacio de inclusión que fomente el contacto con la literatura como herramienta para expandir la reflexión y la expresión. Valeria Sandi, poeta boliviana invitada, expresó: “La importancia de la poesía es que nos ayuda a reconocernos en el otro. Hay muchas cosas en común en nuestros territorios, desde las problemáticas hasta nuestros sueños. Escuchar es un acto de crecimiento. Espero que los participantes se lleven interés, ganas de leer y quizás de escribir. Muchos de ellos lo hacen, tienen empatía y ganas de desarrollar actividades desde su barrio o comunidad. Esos impulsos son vitales para continuar.”  Ella, junto a otros poetas, estará el martes a las 15:30 en la Escuela de Artes y Oficios Monseñor Romero, de la Villa La Cárcova, del Partido de San Martín, y el 7 desde las 19 en la Biblioteca El Resplandor, de Boedo.

Por su parte, Magnus Williams Olssen, escritor y traductor sueco invitado al festival, destacó las particularidades de la poesía en nuestro tiempo: “La idea de que la poesía es solo para intelectuales es un concepto que pertenece al pasado. Hoy la poesía es para todos, cualquiera puede publicar sus poemas en una red social. La poesía también es un modo de pensar, un modo de filosofía accesible para todo el mundo.” El autor estará este martes a las 10 en el Instituto de Menores en Conflicto con la ley José de San Martín

En esta edición el festival se desarrolla en dos etapas: desde el 28 de octubre al  primero de noviembre se realizó en la provincia de Mendoza, y del 4 al 8  en Buenos Aires. Su puesta en marcha peligró frente al contexto de crisis social y económica que atraviesa el país, agravado por el desfinanciamiento del gobierno a las políticas culturales.

Al respecto, Miranda sostuvo: “Tuvimos que hacer un ajuste fuerte. Estaba la decisión de suspender el festival por este año o reacomodarnos. No nos dimos la opción de suspender porque la comunidad no se suspende. Invitamos menos autores, recortamos algunos días pero igualmente estamos. Este gobierno claramente no quiere financiar la cultura, no le interesa nada más que los capitales financieros, pero un país está hecho por su gente y nosotros trabajamos con ellos, y somos parte de eso.”

Aparte de Olssen y Sandi, este año el festival contará con la participación de los argentinos Sergio Morán,  Liliana Ponce Laura López, Alejandro y María Laura Decesare, Marcelo Carnero, Mabel Albesa y Jotaele Andrade, y de los colombianos Javier Naranjo y Orlanda Agudelo Mejía.

Otras actividades abiertas al público en Buenos Aires se harán  en el Teatro de la Asociación Bancaria, la Asociación Gremial Trabajadores del Subte, y el  Programa de Alfabetización, Educación Básica y Trabajo para Jóvenes y Adultos (PAEBYT) de la Ciudad de Buenos Aires y culminarán el viernes a las 19 y 30 en el Café-Bar La Poesía. La agenda completa se puede consultar en  las redes del Festival

Uruguay sigue en campaña

Uruguay sigue en campaña

Si bien en la primera vuelta el Frente Amplio le sacó más de 20 puntos al oficialismo, no tiene garantizado el triunfo en el balotaje. ¿Cuál es su estrategia de campaña? ¿Qué pasará con la relación con Argentina según quién triunfe?

 

Yamandú Orsi, del Frente Amplio, cosechó el 46,2% de los votos por sobre el 28,2% de Álvaro Delgado, candidato del Partido Nacional. Sin embargo, contando todos los otros votos obtenidos por las fórmulas de la Coalición Nacional (Andrés Ojeda, del Partido Colorado, obtuvo el 16,9%; Guido Manini Ríos, de Cabildo Abierto, el 2,6% y Pablo Mieres, del Partido Independiente, el 1,8%), el porcentaje es de 49,5%, dejando al oficialismo al borde de la mitad de los votos emitidos. En este escenario, la segunda vuelta de las elecciones presidenciales del Uruguay son una incógnita. ANCCOM dialogó con especialistas del país vecino para profundizar acerca del mes de campaña que se avecina y cómo afectarán estos posibles gobiernos a la relación bilateral con Argentina.

En esta oportunidad, el Frente Amplio tuvo un 5% más de votos que en la primera vuelta de la elección del 2019, con una campaña liderada por un Orsi en la cual no se mostró más allá que en actos partidarios. Según Mauro Casa, politólogo y magíster por la Universidad de Londres, “Orsi tuvo una campaña muy anodina, en la que prácticamente no se la jugó en ningún tema, bastante lejos del radar de los medios de comunicación”.

En ese sentido, Daniel Buquet, doctor en Ciencia Política por la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (Flacso-México), reafirma que Orsi trató de ser “tan inespecífico como le fuera posible”. En consecuencia, marca que lo más claro que expuso fue su postura en contra de la reforma constitucional sobre seguridad social, que pretendía bajar la edad jubilatoria a 60, equiparar jubilaciones con el sueldo mínimo y eliminar los fondos previsionales de ahorro privados.

“Lo otro que hizo fue nombrar un futuro ministro de Economía de perfil empresarial, Gabriel Oddone, doctor en Historia Económica y socio de la firma CPA Ferrere”, continúa Buquet. “Orsi apunta a ganar, por lo tanto, apunta al centro. Estamos en un escenario de una competencia centrista y lo que menos quiere es asustar a las personas más moderadas. Anticipa una gestión económica ortodoxa, que tendrá los sesgos frenteamplistas pero con mucha moderación y en la medida que el crecimiento lo permita”.

A su vez, subraya que el voto de la izquierda del Frente es “muy poco”, advirtiendo que los posibles votantes que se le pueden fugar por esa vía son mínimos. “El partido de izquierda de acá, lo que en Argentina sería el FIT, es Asamblea Popular que sacó el 0,4%”.

En cambio, el panorama para el Partido Nacional es un poco más auspicioso que antes de las elecciones. Según Casa, “Delgado tuvo una buena noche, porque las encuestas lo daban peor, cayendo más cerca del 20% pero sacó un 26%”.

“El Partido Nacional hizo un escenario confrontando con el Frente Amplio con sus tres socios, planteando la continuidad del gobierno pero también sacándose la camiseta del partido y poniéndose la de la coalición”, subraya Buquet.

Así, el oficialismo continuará su camino hacia el balotaje con la idea central de su slogan ‘Reelegí un buen gobierno”, conteniendo en sí sectores más radicalizados hacia la derecha. Dentro de la coalición continúa el exmilitar Manini Ríos, aunque en estas elecciones vio caer fuertemente su performance, luego de cosechar 11,5% de los votos en 2019. En aquella campaña, el titular de Cabildo Abierto había pregonado el “se acabó el recreo”, refiriéndose a la “fiesta” del gasto público y la delincuencia. Este año, no pudo mantener su fuerza como opción conservadora “novedosa”.

¿Hay un Milei uruguayo?

Si nos ponemos a buscar al “Milei” de este proceso electoral uruguayo, Buquet marca que lo más particular fue “la candidatura de Ojeda por el Partido Colorado”, pero que no es homologable al primer mandatario argentino. “Rompió el molde del político tradicional pero dentro de lo tradicional. Se refería a sí mismo como la nueva política pero está más ligado a la comunicación y al contacto con la gente, pero nunca fue antisistema ni se proclamó anticasta. La comparación con el presidente argentino es excesiva”.

El más comparable, continúa Buquet, es Gustavo Salle del partido Identidad Soberana: “Su elección lo dejó al borde de entrar al Senado con el 2,4% y dos diputados. Es marginal, pero podría tener la llave de la mayoría en diputados”.

Según Camilo López Burían, doctor en Ciencia Política y profesor adjunto de Relaciones Internacionales de la Universidad de la República, “podría estar considerado como ultraderecha ya que tiene una pauta moral conservadora muy fuerte”. En este marco, destaca que tiene posturas “profundamente antiglobalistas”, oponiéndose a la Agenda 2030. “Es una característica que algunas expresiones de ultraderecha tienen”, puntualiza.

Sobre él, Casa comenta que encontró un personaje en el cual predica un discurso contra las corporaciones y el neoliberalismo, pero que, también, ha tenido una deriva conservadora extrema: “Es un férreo antivacunas y con un pensamiento muy retrógrado en materia de género y en materia de políticas hacia la comunidad LGBT. Se ha convertido en un político con una identidad bastante peligrosa”.

De todos modos, no se ha asentado una opción de ultraderecha en Uruguay por el momento. Buquet, aunque remarca que no le gusta hablar de excepcionalidad, destaca que “el sistema de partidos está por encima de la región. Por más que haya gente con esa visión, las mayorías no se expresan en ese sentido, son derechas ‘PRO’”.

El lugar de Argentina

Siguiendo con la comparación con Argentina, ambos futuros gobiernos se enfrentan al desafío de mantener una relación bilateral con el gobierno de La Libertad Avanza. López Burián destaca que, en un escenario de triundo oficialista “podemos esperar la continuidad de una política aperturista que busca la flexibilización del Mercosur. Tiene una visión de profundizar el modelo exportador de commodities, siendo favorecidos los sectores agrícolas y minimizando el papel de la región”. En ese sentido, marca que habría “una convergencia con el gobierno de Milei”.

En cambio, si Orsi se impone en noviembre, destaca que la región toma otro peso: “No quiere decir que se no ponga en discusión la flexibilización, pero se buscará otro tipo de diálogo e integración con la región. Sería un cambio relevante”.

Sin embargo, observa que más allá de algunos detalles, “hay una estabilidad en la relación bilateral entre ambos países que tiene que ver con el estilo diplomático que el Uruguay plantea”.

En este sendero, Buquet destaca que “Orsi va a ir por ese lado, estaría en buena relación con el gobierno argentino. Al otro día de ganar las elecciones, se va a abrazar a Milei sin ningún problema”, comenta, recalcando que el Frente también ha celebrado acuerdos de libre comercio por fuera del Mercosur.

A su vez, Casa remarca que la historia de la relación bilateral nunca tuvo como principal factor la afinidad ideológica: “Perón y Luis Batlle Berres tuvieron que salir a encontrarse con una lancha en medio del río Uruguay porque ninguno quería ir a visitar al otro. Tabaré Vázquez y los Kirchner terminaron en el tribunal de La Haya por el conflicto de las papeleras. Si uno mira al revés, Tabaré Vázquez y Macri tuvieron un excelente vínculo. La diplomacia entre nuestros países depende de factores un poco azarosos, Orsi y Delgado van a tener una relación cordial con Milei, ninguno de los dos le va a pisar la cola al león”.

Treinta años de compromiso social

Treinta años de compromiso social

La Cátedra Libre de Derechos Humanos, el espacio que el escritor Osvaldo Bayer fundó en Filosofía y Letras, cumplió tres décadas estimulando el pensamiento crítico. El hilo que une la década de los 90 y hoy.

«No podemos callarnos frente al ataque a la universidad pública, el mayor y quizás último instrumento de movilidad social en Latinoamérica». Con estas palabras, el titular de la Cátedra Libre de Derechos Humanos, Marcelo Ferreira, abrió el panel conmemorativo por el trigésimo aniversario del espacio fundado por el escritor, periodista e historiador Osvaldo Bayer. El evento tuvo lugar el martes 29 de octubre en el aula 108 de la sede Puan de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires y reunió a académicos, activistas y estudiantes.

Ferreira abrió el panel con una serie de palabras que enmarcaron no solo los inicios de la Cátedra, sino también su papel frente a los desafíos actuales. “Nacimos a contracorriente de una realidad opresiva para decir aquello que no podemos callar”, recordó, refiriéndose al contexto de la década de 1990, marcada por las políticas de ajuste y privatización del menemismo. Hoy, treinta años después, Ferreira advirtió sobre el riesgo que corre la educación pública en Argentina y la universidad en particular: “Se nos acusa de ocultar cosas, de inventar alumnos, de albergar parásitos, de adoctrinar”. Frente a esas acusaciones, afirmó: “No es verdad que las universidades no se dejen auditar. Son auditadas por la Auditoría General de la Nación”.

Un contexto alarmante y la defensa de los Derechos Humanos

El discurso de Ferreira dejó clara la postura de la Cátedra ante la situación política actual. En un contexto donde el gobierno de Javier Milei ha señalado a la universidad pública y a sus integrantes como una “casta” que se opone a la transparencia, Ferreira cuestionó la narrativa oficial sobre la falta de recursos para las universidades: “Se dice que no hay plata para las universidades, pero el presidente se jactó de haber realizado la compra de armamentos más grande de la historia, el presupuesto de la SIDE ha aumentado un 245%, y las exenciones impositivas para el dueño de Mercado Libre superan por sí solas todo el presupuesto universitario”.

La intervención del titular de la Cátedra finalizó con un llamado a la defensa activa de los derechos uumanos: “No podemos callarnos frente al avasallamiento del derecho a la protesta social”, sostuvo.

La jornada continuó con la presentación del libro Derechos Humanos, Genocidios y Crímenes de Lesa Humanidad a cargo de Mariano Nagy, historiador y docente de la Cátedra. Es un libro que forma parte de la colección Puentes de la editorial de la Facultad de Filosofía y Letras. Nagy reflexionó sobre la evolución del término genocidio, originalmente conceptualizado como «barbarie» y «vandalismo», y subrayó la necesidad de un tribunal internacional para juzgar estos crímenes. Además, analizó casos emblemáticos como el genocidio armenio y el Holocausto, lo que permite a los estudiantes comprender la complejidad de los genocidios y sus repercusiones en contextos locales, como la dictadura militar en Argentina y la conquista del desierto.

Luego, Silvia Viñas, docente de la Cátedra, presentó el libro Derechos Humanos, Sujetos, Problemáticas y Perspectivas, también de la colección Puentes. El libro compila la labor de la Cátedra resaltando la relevancia del seminario anual que organiza, donde se invita a participar no solo a estudiantes universitarios, sino también a personas de diversos sectores sociales. Durante su intervención, destacó la importancia de seguir debatiendo y reflexionando sobre estas temáticas, así como la necesidad de mantener el espacio de diálogo fomentado a lo largo de sus 30 años de historia.

La jornada concluyó con la entrega de la distinción “Francisco Paco Urondo” al Padre Francisco Paco Olveira, figura representativa de la lucha por los derechos sociales y miembro de la organización “Curas en Opción por los Pobres”. La distinción fue entregada por Graciela Daleo, exdetenida en la ESMA, integrante de la Cátedra y referente en el activismo por los Derechos Humanos.

Durante su intervención, Daleo abordó las críticas que ha recibido el Padre Paco, quien ha sido estigmatizado de diversas maneras. «Se lo ha acusado hasta de ser racista y discriminador solo porque pidió a los votantes de Milei que fueran coherentes y no recurrieran a pedir comida a los comedores que este gobierno desfinancia y empobrece», destacó. “Sean coherentes”, les dijo Paco, “porque votar no es un acto de rutina, sino una enorme responsabilidad que tiene consecuencias para toda la población, no solo para el votante”. Citando a Olveira dijo: “Si doy pan a un pobre me llaman santo, si pregunto por qué no tienen pan me llaman comunista, y si me meto en política, entonces no soy un cura como Dios manda”, agregó.

Daleo finalizó: “Para comprender por qué Filo eligió al Padre Paco para otorgarle esta distinción, es necesario no solo leerlo y escucharlo, sino también caminar a su lado en su labor diaria. En su andar cotidiano y militante por el barrio, rodeado de perros, manos solidarias, mujeres con sus hijos y adolescentes con dificultades, el Padre Paco escucha, anima y propone buscar horizontes colectivos”.

La salud mental en una trama cinematográfica

La salud mental en una trama cinematográfica

«Cielo Rojo (Gigantes de Metal)», dirigida por Marcelo Leguiza, aborda desde el género de terror una problemática que cada vez es menos tabú.

Este jueves se estrena en el Cine Gaumont Cielo Rojo (Gigantes de Metal), dirigida por Marcelo Leguiza y producida por Morbo. La película cuenta con las actuaciones de Noe Antúnez, Susana Varela, Germán Baudino, Gabriela Valenti, PaulaMazone, y la participación especial de Esteban Prol y Victoria Carreras. La trama sigue a Bianca, una mujer que es engañada y secuestrada por el líder de un culto conspiranoico que utiliza su cuerpo, y el de su compañera de cautiverio para experimentar científicamente.

El verdadero terror se desencadena cuando Bianca logra escapar. El estrés postraumático, combinado con la tendencia a la alucinación que arrastra desde su infancia a raíz de un abuso, y la falta de tratamiento psicológico debido a la estigmatización de la salud mental en su familia, generan una ruptura en su percepción de la realidad, que se entremezcla con pesadillas del pasado reciente y lejano.

En su recorrido, el film transita distintos géneros como el drama, el terror psicológico y el horror corporal para narrar temáticas relacionadas a la salud mental, la disfuncionalidad familiar, el tratamiento mediático de las víctimas y su repercusión social. “Lo interesante de esta película es que toma el terror para narrar otras cuestiones que acontecen a diario, como los abusos y el uso de psicofármacos,” afirma Varela, actriz que interpreta a la psiquiatra

A través del constante juego con la mezcla de tiempos y la progresiva disolución de las fronteras entre lo real y lo imaginario, la historia se convierte en una experiencia inmersiva para el observador, quien debe discernir qué hechos narrados ocurrieron realmente. “Mi idea –reconoce Leguiza con orgullo- era que el guión no explique nada y que el espectador pueda formar su propia interpretación, cualquier cosa que entienda está bien. El objetivo siempre fue ese. La película pasó por un montón de montajes y puestas para tratar de mantener eso, que también busqué en las anteriores películas.”

En este sentido, afirma haberse sorprendido por el paso del film por un festival LGBTIQ+ en Francia, dado que el interés recíproco entre Bianca y su custodia policial no ocupa un lugar importante en la trama y solo se sugiere a través de sutiles interacciones.

Durante la construcción del guion, el director señala haber trabajado con psicólogas y psiquiatras para retratar correctamente el trastorno de salud mental de Bianca. Al referirse a este tema, menciona que surgieron debates acerca de los límites que puede transgredir un profesional en su trabajo cuando un paciente corre riesgo. Varela, por su parte, añade que hay distintos tipos de profesionales, cada uno con maneras diferentes de relacionarse con sus pacientes, y habló sobre el desafío de su interpretación: “Me tocó un rol complejo. La dificultad de mi papel estaba en el doble juego entre el personaje en sí, y el que la protagonista imagina, donde el tema era no develar.”

El rodaje se llevó a cabo en dos semanas durante  2021, en plena pandemia. Desde entonces, recorrió distintos festivales, entre ellos Fantaspoa (Brasil), Dracula International Film Festival (Rumania), Festival de Cine Fantástico y de Terror Rojo Sangre de Buenos Aires (Argentina), Gato Negro Festival Internacional (Bolivia) y XI Festival Boca del Infierno (Brasil). Leguiza recuerda las dificultades de esta etapa: “Estábamos limitados de presupuesto así que tuvimos que juntar contactos de contactos y darle lástima a los organizadores, decirles ‘che, soy argentino’, contarles la situación del país y la dificultad de pagar la tasa de interés en dólares. Y funcionó, así pudimos presentar una película independiente en distintos festivales.”

Las actrices hablaron sobre la difícil situación que están atravesando los actores, directores y técnicos. Manzone concluye: “Esta película viene de un proceso largo, tiene mucho trabajo y pasión por el cine. Es parte del ADN de nuestra cultura. Poder estar estrenando es una manera de seguir apoyando el cine nacional.”

 

Cielo Rojo estará en cartelera hasta el 6 de noviembre con funciones diarias a las 20:50 en el cine Gaumont (Rivadavia 1635).

Borges, Cortázar y María Elena Walsh, vistos por Sara Facio

Borges, Cortázar y María Elena Walsh, vistos por Sara Facio

Con el objetivo de celebrar la trayectoria de la fotógrafa fallecida en junio de este año, se presenta la última exposición aprobada por ella, que incluye imágenes inéditas de su vida y obra.

La Fundación María Elena Walsh, en colaboración con la Secretaría de Cultura de Vicente López, despliega a lo largo de cuatro salas un homenaje a la fotógrafa argentina Sara Facio, que se podrá recorrer hasta el 9 de noviembre en Quinta Trabucco.

La muestra, curada por sus amigas Graciela García Romero y Silvia Mangialardi, reúne una cuidada selección de su vasta obra, poniendo en diálogo a figuras como Borges y Cortázar y revelando imágenes de su vida junto a Walsh.

En diálogo con ANCCOM, Romero y Mangialardi comparten detalles sobre el proceso de selección de fotos, la historia detrás de retratos inéditos y lo que esperan que los visitantes se lleven de la obra de una artista comprometida con capturar la esencia humana.

¿Cómo surgió la idea de la muestra?

Silvia Mangialardi: Sara estaba por cumplir 92 años y teníamos ganas de festejarlo haciendo algo especial. Justo coincidió con que a Graciela le habían propuesto desde Quinta Trabucco hacer una muestra y fue ahí que se nos ocurrió armar esta idea. Se demoró la inauguración por unos problemas eléctricos que hubo en la Quinta y en el medio de esa espera por solucionarlos falleció Sara, así que lo que iba a ser un festejo por sus 92 años se convirtió en una muestra homenaje. Igualmente llegamos a mostrarle cómo lo íbamos a presentar y nos dijo que era el mejor regalo de cumpleaños.

Graciela García Romero: Sí, además Sara sabía que era la última muestra y sentía que ésta la honraba. Cuando la vio, nos dijo que estaba orgullosa y emocionada porque además de ser un reconocimiento, tenía el plus de que lo estábamos haciendo nosotras. No es que la armó cualquier curador, sino que venía de sus amigas. La muestra es un planteo que pone en valor su obra y que, si bien ella la llegó a ver, la elección de las fotos fue nuestra. Sarita lo único que hizo fue darnos el visto bueno, como en general hacía con otras curadurías que no fueran suyas. En general, siempre fue muy respetuosa de cualquier curador que se acercaba y le proponía una idea. Nunca la escuché criticar ni tratar de cambiar nada.

¿Cómo fue el proceso de selección de las fotos?

SM: Como la obra de Sara es muy amplia, decidimos tomar algunos puntos que merecían destacarse. Hicimos una edición absolutamente acotada porque a lo largo de toda su trayectoria ha tomado fotos de muchos escritores, cantantes e incluso figuras políticas como Perón. Quisimos hacer algo del orden de lo íntimo y que fuera apropiado al espacio de Quinta Trabucco.

GGR: Para armar la muestra empezamos trabajando con los planos de la sala. Hay una que lleva el nombre del escritor Jorge Luis Borges, con lo cual fue casi obligada la idea de trabajar con las fotos que Sarita le hizo. Se nos ocurrió como una idea interesante hacer dialogar esas imágenes con las que le tomó a Julio Cortázar, por ser exponentes de distintas épocas. De hecho, cuando los visitantes entran, se encuentran con la imagen de los dos escritores sentados en el living de sus propias casas, al lado de la ventana, reflejando la idea de querer recibir a quien los visita.

¿Hay fotos inéditas en la muestra?

GGR: Sí. Mucha gente cree que son las de Borges, porque se sorprenden de verlo hablando por teléfono o dictándole a la asistente, pero en realidad las inéditas son las que aparece María Elena Walsh y la vida de ellas dos. Particularmente hay una muy especial que es del primer viaje que hacen juntas a Mar del Plata que muestra la complicidad que tenían. La imagen es picada de arriba y se ve a María Elena de joven, con un abrigo y la felicidad de ese amor que recién empieza. En ese sentido, nos pareció que estaba bien dedicar una sala al vínculo de pareja entre ellas dos y mostrar a través de los retratos casi 40 años de relación. Aunque no son de galería, se ve en esas fotos de estudio la habilidad que tenía Sara con el retrato.

SM: Además es interesante porque representa muy bien su estilo. Sara decía que ella no quería ser una paracaidista, sino que quería fotografiar lo que ella sentía, lo que estaba cerca y lo que quería. Haber podido investigar su archivo sin dudas fue toda una aventura. 

¿Qué es lo que hace única a la mirada fotográfica de Sara?

SM: Creo que hay cosas que no se pueden definir. Lo que sí puedo decir es que Sara logró hacer que su estilo sea reconocible. La no-pose, el cuidado en el laboratorio y el acercamiento a los temas son cuestiones que uno ve y sabe que son de Sara.

GGR: Se nota en sus fotos que el paisaje que le interesaba era el ser humano y buscar la esencia de la persona retratada desde un lugar estético. Ella siempre se preocupaba de que estuviera feliz y cómoda.

¿Qué enseñanzas les dejó su vínculo con Sara? 

SM:  La idea de hacer lo que uno cree que tiene que hacer y no darle importancia a lo que los demás piensen. Sara hizo siempre lo que quiso, cuándo y cómo quiso y trabajó muchísimo por los demás, pero sin preocuparse demasiado por lo que pensaran de ella.

GGR: Sara era como una flecha, desde que nació supo quién iba a ser y nada la detuvo. Por ejemplo, para llegar a este punto de mi presente tuve que atravesar varias situaciones y Sara fue la persona que más me ayudó a enfrentarme con mi destino.

¿Qué esperan que los visitantes se lleven de la exposición? 

SM: Me gustaría que se queden con la emoción de mirar el mundo desde los ojos de Sara. Que la puedan sentir a ella y su amor por la fotografía.

GGR: Yo querría que pudieran reconocer y distinguir a Sara del resto. Me gustaría que los jóvenes sobre todo se lleven la pasión, que era una característica de la vida de Sara. Ella cuando iba al estudio no lo hacía por obligación sino por la gran pasión que sentía por lo que hacía. Tanto por las fotos como por la edición, la gestión y por los libros. También me gustaría que los ayude a formarse estéticamente. Siento decirlo, pero cuando Sara llegó a tener una cámara en la mano, ya tenía una formación en la plástica como creo que ningún fotógrafo tuvo y eso se notaba en sus fotos. Por último, ojalá la muestra aporte en la pregunta por la identidad, porque Sara tenía una noción de país y un amor por la patria increíble.   

La muestra “Sara Facio: soy fotógrafa argentina” se puede visitar de manera gratuita en Quinta Trabucco (Carlos Francisco Melo 3050, Florida) de martes a sábados de 10 a 18, hasta el 9 de noviembre inclusive.