“Es un sueño inventar todo un universo automovilístico”

“Es un sueño inventar todo un universo automovilístico”

En medio del resurgimiento de la popularidad de la F-1 tras la aparición de Colapinto, Sofía Minatel publicó “Marcas en la pista”, su segunda novela que cuenta la historia de una piloto argentina que llega a la máxima categoría.

Desde 2018, Sofía Minatel quería escribir una historia sobre autos, “como inventar una competencia o algo así”. Entonces, fue a lo más cercano que tenía, la Fórmula 1, porque algo conocía de mirar documentales y películas. Empezó a investigar y justo coincidió con el nuevo boom de la categoría, tras la llegada de Franco Colapinto al equipo Williams. Entrevistada por ANCCOM, la joven autora cuenta de qué se trata Marcas en la pista, su segunda novela, presentada recientemente, y cómo es autopublicarse en plena crisis económica.

 

¿Qué podés adelantar de Marcas en la pista?

Es un libro new adult, está dirigido a personas en sus veinte años. Es sobre la vida de un piloto italiano y una piloto argentina en un nuevo equipo tras algunos problemas que tuvieron con otra escudería, con dramas dentro y fuera de la pista. Se consigue en físico y en formato digital en Libros Creativa.

 

¿Alguien que no sabe nada de Fórmula 1 lo puede entender?

Explico lo suficiente todo el contexto como para que se entienda. No bombardeo con cosas técnicas porque no tiene sentido, no voy por ahí.

 

¿Cómo empezaste a escribir?

Empecé desde muy chica, a los seis o siete años. Tengo el recuerdo de tener ciertos cuadernos o agendas donde iba escribiendo, también era de leer mucho y eso influenciaba. Al principio escribía cuentos cortos sobre cualquier cosa y después eran historias de fantasía.

¿Cómo fue la experiencia con tu primer libro, La causa?

Se me ocurrió hace diez años, en el boom de las novelas y películas distópicas. Tenía la idea de una historia de aventura, pero no se me terminaba de ocurrir qué. Me contacté con Editorial Dunken de casualidad, porque había averiguado en otras. Les dije que tenía la novela terminada y necesitaba editarla, me pasaron los contactos de varios editores, me contacté con una y me editó la novela. Hasta que llegó la pandemia y tuve que parar todo. Cuando retomé volví a contactarme con Dunken. El proceso fue rápido porque quería publicar lo antes posible para llegar a la Feria del Libro.

 

¿Hubo diferencias con la publicación de Marcas en la pista?

Siempre publiqué de manera independiente porque no tengo una editorial atrás que me diga “me gusta tu idea” y me compre los derechos. Hace un año estoy con Creativa, que es una agencia de servicios literarios que además publican. Tienen editoras y diseñadoras que trabajan para ellas. Creativa hace el marketing del libro, me sirvió mucho hacerlo para La Causa. Estoy muy conforme. Ahora tengo más control, hay otra confianza y cercanía, no es un equipo grande como una editorial, entonces me fue más fácil estar encima de todo. Soy detallista, quería ver lo que pasa y aprender de eso.

 

Estás por graduarte en la carrera de Ciencia de la Comunicación de la UBA con una tesina sobre los fanatismos en la Fórmula 1, ¿se cruzaron los proyectos?

Sí, sobre todo con la manera de plantear determinados temas. Ahora tengo el peso de la carrera atrás, incluso está implícito en la historia. Trabajando en la tesina me di cuenta que tenía que ser neutral, no podía meter todo lo que pienso sobre determinada cuestión porque no funciona así. También hablo de los fanfics (“ficciones de fans”) en la tesina. Muchos creen que son las historias de “Rayita” (novelas de Wattpad donde la protagonista es la propia lectora en el universo de sus artistas favoritos) pero es un mundo más amplio. No hay que subestimar a los fanfics como escritura.

 

¿El panorama está cambiando para los nuevos autores por las redes o plataformas como Wattpad o Archive Of Our Own?

Las redes sociales ayudan un montón porque te dan la facilidad de llegar al público de otra forma, más rápido. Subiendo videos o contenido llegás a gente que de otra forma no hubiera dado con vos, incluso si el libro ya está publicado. Creo también que el fenómeno booktok (usuarios con cuentas dedicadas a reseñas de libros) hay que tomarlo con pinzas, porque no todo lo que se hace viral vale la pena. No digo que todo sea malo, pero uno cree que porque un libro es viral es buenísimo y a veces no es así. También pasa todo lo contrario, capaz es un libro bueno, pero no se lo conoce mucho.

 

¿Cómo manejás el bloqueo creativo?

Tengo dos posibilidades: releo cosas ya escritas, como escenas importantes o avanzo a algo que quiera escribir. O también dejo todo y me voy a hacer otra cosa, a caminar, escuchar música, dejo todo ahí.

 

¿Y cómo te ves de acá a cinco años?

Ojalá que siga escribiendo y pueda vivir de esto. Que sea la carrera o profesión para el resto de mi vida. Ahora es complicado, al pagar todo yo para editar e imprimir, ganancia real no tengo porque no logré aún cubrir los costos. Quiero escribir fantasía, tengo una historia que nunca termino de darle la vuelta. También me gustaría una romcom (“comedia romántica”). De Marcas en la pista me gustaría que se escriban fanfics.

 

¿Qué tal te llevás con las críticas?

Con mi anterior libro, La causa, hubo alguien que no le gustó mucho, le puso dos estrellas en Goodreads (página web para reseñar libros, popular entre los jóvenes lectores) y me indigné. Pero estuvo muy educada y la entiendo, yo también leí libros que no me engancharon. En Goodreads hay gente que reseña con una estrella sin decir por qué. Ahora me acostumbré y lo tengo asumido, pero al principio pensaba en eso todo el día.

 

¿Estás preparando la segunda parte de Marcas en la pista?

No lo iba a hacer, es autoconclusivo el libro. Pero mientras escribía a los personajes ideé una historia a futuro que en tres libros se termina perfectamente, tipo trilogía. Estoy en la mitad de la segunda parte. Es un sueño inventar todo un universo automovilístico.

Misiones criminaliza la protesta

Misiones criminaliza la protesta

Meses después de que el foco mediático se posara sobre Posadas por los reclamos salariales de policías, docentes y personal de la salud, el gobierno de Hugo Passalacqua judicializó a una docena de trabajadores sanitarios que ejercieron el derecho a la protesta.

A fines de mayo, la atención de los medios masivos estuvo en la provincia de Misiones, donde personal policial se unió para reclamar mejoras salariales y tomó varias dependencias de la fuerza. Aquella protesta, que obtuvo el nombre de “Misionerazo”, también incluyó a docentes y personal de salud de la misma provincia en la que hace más de dos décadas gobierna el Frente Renovador de la Concordia Social, una fuerza política provincial creada por el exmandatario Carlos Rovira.

Hugo Passalacqua, actual gobernador, responde a ese espacio y es uno de los eventuales aliados del presidente Javier Milei, ya que con sus cuatro diputados -Alberto Arrua, Carlos Alberto Fernández, Yamila Ruiz y Daniel Vancsik, todos del bloque Innovación Federal- ha colaborado en el Congreso levantado la mano para aprobar la Ley Bases y se han abstenido en las sesiones para insistir contra los vetos a la reforma jubilatoria y la Ley de Financiamiento Universitario, a pesar de haber votado a favor de ambas iniciativas previamente.

Mientras tanto, los trabajadores públicos de la provincia de Misiones reciben uno de los sueldos más bajos del sector a nivel nacional. Por eso mismo es que recrudecieron las protestas a fines de mayo, cuando toda la Argentina hablaba de lo que ocurría allí.

Casi cinco meses después de aquellos acontecimientos, ningún medio nacional habla del tema y los trabajadores que salieron a la calle para reclamar por cobrar un salario acorde siguen en la misma lucha. Lo que cambió es que ahora enfrentan una inédita causa penal por haber reclamado. Doce trabajadores de la salud fueron llamados a indagatoria por el juez Ricardo Balor luego de que el Ministerio de Salud provincial, a cargo de Héctor González, los denunciara por haber tomado el edificio.

Jorge “Koki” Duarte es una de esas personas que fue apuntada por la Justicia. En diálogo con ANCCOM, defiende su accionar y el de sus colegas durante aquellas semanas de mayo y arremete contra la gestión de Passalacqua.

“Estábamos planteando la necesidad de mejorar nuestro salario, que el promedio en ese entonces estaba ubicado entre 450.000 pesos y 500.000 pesos en trabajadores estatales de distintas reparticiones. Hicimos una protesta frente al Ministerio de Salud, donde ocupamos la vereda, la calle y en un momento el hall de entrada del edificio, lo que para las autoridades configura una toma”, relata el enfermero profesional, que trabaja en el Hospital Nivel III de la ciudad de Oberá.

“Una toma implica afectar el funcionamiento del área o de las oficinas e impedir la entrada y salida del público. Y la verdad es que todos los trabajadores del Ministerio de Salud Pública podían entrar y trabajar en sus oficinas, mientras que la gente que iba a hacer trámites o a buscar remedios -hay una farmacia en el edificio- podía entrar. No era una toma, simplemente una vigilia en espera de una respuesta de las autoridades para nuestras demandas salariales”, remarca Duarte, quien integra la comisión provincial de la Central de Trabajadores de la Argentina Autónoma (CTA-A).

“El partido gobernante está llevando adelante distintos mecanismos para callar las voces que venimos denunciando el avance sobre nuestros derechos. En estos últimos años hemos llevado adelante grandes luchas por el tema de la no construcción de represas en nuestra región, por ejemplo”, argumenta. “Y este año venimos dando batalla contra el lineamiento que la provincia de Misiones tiene con el Ejecutivo Nacional de ajustar a los sectores más vulnerables, como son los trabajadores y los jubilados. Esa batalla tuvo un pico en mayo, cuando la educación y la salud salieron a la calle junto a la Policía”, remarca.

Imputados por protestar

La denuncia penal por “ocupación” fue impulsada por el subsecretario de Salud, Héctor Proeza; junto al subsecretario de Recursos Humanos de la cartera sanitaria, Rodolfo Fernández Sosa. En los últimos días, los trabajadores desfilaron por los tribunales de Misiones para prestar declaración indagatoria. “Expresamos justamente que estábamos en una huelga, en un reclamo salarial y en una vigilia en el hall de entrada del Ministerio y también sobre la vereda y la calle, con un acampe, carpas y ollas populares”, explica Duarte. “Somos trabajadores de la salud y esto configura, a nuestro entendimiento, una clara judicialización de la protesta social. Tratan de acallar a aquellos que venimos hace muchos años denunciando estas cuestiones que están sucediendo en nuestra provincia”, sostiene el dirigente sindical.

“El agravante que tuvo esta judicialización es que no solamente fue para los trabajadores de salud, sino que también para trabajadores docentes y para la policía. Hay ocho agentes que están detenidos y en cárceles comunes directamente”, agrega.

El enfermero considera que el gobierno de Passalacqua impulsa causas penales contra los trabajadores con el respaldo de la Casa Rosada para criminalizar la protesta social y a los dirigentes sindicales. “No es casual que quienes estemos implicados seamos referentes de distintos hospitales de la provincia. Tenemos otras causas sobre nuestras espaldas, muchas de ellas por corte de calle, por corte de ruta. Mecanismos que utilizamos después de agotar todas las instancias administrativas de conciliación en el Ministerio del Trabajo. Al no encontrar el Ejecutivo una forma de disciplinarnos, emplean estas metodologías para asustar a los demás”, analiza.

La declaración de Duarte y sus colegas fue acompañada por una movilización de trabajadores que los respaldaron y le enviaron un claro mensaje a las autoridades misioneras: “Son responsables de un mecanismo que realmente no tiene pies ni cabeza porque el derecho a reclamar ante las autoridades, a peticionar, es constitucional y es lo que estamos ejerciendo desde nuestra función como representantes gremiales”, sostiene.

Aún es una incógnita cómo continuará la causa judicial contra los trabajadores de la salud de Misiones. Lo que sigue igual es la situación salarial del personal del sector, que permanece reclamando ante el gobierno de la provincia por sus sueldos y, al momento de este artículo, cumple un paro de 48 horas.

“Habíamos acordado en septiembre con las autoridades que la primera semana de octubre nos reuniríamos a discutir la pauta para el mes en curso. Y pasó la primera semana, la segunda y se convocó a mediados de mes cuando ya las liquidaciones están realizadas. En las últimas horas circuló un comunicado del propio ministro de Hacienda que afirma que en este mes los empleados públicos no recibiríamos incremento salarial”, cuestiona Duarte. Este panorama no hace más que agravar una alarmante situación que vive el sistema sanitario misionero. La lógica indica que debería haber cuatro médicos o enfermeros por cada 1.000 habitantes, pero la realidad marca que en dicha provincia solo hay una media de 1,8 médicos y 2,2 enfermeros.

“Y eso no se explica porque no salgan enfermeros o médicos de las universidades, sino que se van a otras ciudades donde la oferta es mucho más tentadora que la de acá”, analiza el dirigente de la CTA-A. No obstante, la lucha para Duarte y el resto de los trabajadores de la salud de Misiones está lejos de claudicar: “Venimos defendiendo nuestro derecho salarial y laboral  y nuestros mismos compañeros nos alientan a seguir luchando. Eso nos da fuerza para seguir”, cierra.

Censurar rima con olvidar

Censurar rima con olvidar

Cuando ya habían comenzado las actividades, el secretario de Derechos Humanos de la Nación, Alberto Baños, canceló la realización del Seminario Internacional Sobre Políticas Públicas de la Memoria que hace 15 años se realiza ininterrumpidamente en el Centro Cultural Conti.

La decimoquinta edición del Seminario Internacional Políticas de la Memoria, organizado por el Centro Cultural de la Memoria Haroldo Conti, ha sido cancelada por la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación, el mismo día de la inauguración, sin que mediara ningún aviso previo.

El Centro Cultural Conti, ubicado en el Espacio Memoria y Derechos Humanos (Ex ESMA), recibió la noticia con las actividades ya en desarrollo. El comunicado enviado desde la Secretaría de Derechos Humanos, expresó que el evento no está autorizado, que las actividades no fueron ni auspiciadas ni aprobadas, por lo que “no se autoriza la concurrencia a esas manifestaciones en el horario laboral de 08:00 a 20:00 horas”, en consecuencia quedaron canceladas y “se tomarán las medidas pertinentes para concretar esa decisión”. 

Nana González, Secretaria General Adjunta de la Junta de ATE del Ministerio de Justicia explicó en diálogo con ANCCOM: “Las actividades del seminario fueron canceladas porque revisaron las ponencias y les parecieron tendenciosas por hablar de terrorismo de Estado. Quiero recordar que el Conti está en lo que fue el mayor centro clandestino de detención tortura y exterminio de la Argentina”.

Con respecto a la diferencia entre los temas tratados en el seminario de años anteriores y el contenido de este año, González afirmó: “La estructura del seminario es siempre la misma, la diferencia es el paraguas conceptual sobre el que se organizan las mesas. El de este año es a 40 años del Nunca Más”. 

Bajo el título “La Secretaría de DDHH CENSURA un Seminario Internacional sobre Políticas de Memoria”, el Centro Cultural expresa en su comunicado el descontento por la decisión tomada por el Secretario de Derechos Humanos, Alberto Baños, y sostiene que “como la medida fue tomada con absoluta arbitrariedad, sólo podemos conjeturar los motivos: tratar de obturar el debate democrático sobre políticas de memoria, que es el objetivo final del seminario”.

El seminario “Reflexiones, archivos y testimonios. A 40 años del Nunca Más”, se ha realizado de manera ininterrumpida entre 2008 y 2024. Del 16 al 18 de octubre, se reunirían más de 600 intelectuales, académicos y académicas, estudiantes y activistas, nacionales e internacionales, con el fin de reflexionar críticamente sobre las políticas de la memoria y proponer debates con respecto a los 40 años del Nunca Más. Bajo esta consigna, y planteando que el Nunca Más es un símbolo refundacional de la democracia, pero que funciona siempre y cuando sea aceptado socialmente, se busca responder las preguntas: ¿Qué vigencia tiene hoy el Nunca Más? ¿Sigue movilizando a la sociedad como antaño? ¿Cómo renovarlo a la luz de los nuevos desafíos que nos plantea la democracia actual? ¿Se vuelve necesario recrearlo sobre otras imágenes y representaciones? Sostienen que la paradoja es que cuanto más débiles parecen los valores encarnados en el Nunca Más, más necesarios se vuelven. La convocatoria fue de carácter abierto a la comunidad.

Además, el seminario iban a contar con otras actividades como la presentación del monólogo verbal y musical Concierto sobre Cadáveres, de Carla Crespo, en torno al poema de Néstor Perlongher, y la de los libros Los centros clandestinos de detención en Argentina. Nuevas miradas y saberes a 40 años del Nunca Más, de Débora D’Antonio y Rodrigo González Tizón, e Infancias en dictadura. Sobre narrativas, arte y política, de Natalia Montealegre Alegría y Graciela Sapriza.

El Centro Cultural Conti afirma que no tiene ni ha tenido autoridades designadas en todo este año, ni un solo peso de presupuesto. Resalta el esfuerzo de los trabajadores y trabajadoras que sostienen día a día el espacio, y manifiesta que, ante la falta de Dirección, las actividades son siempre comunicadas al secretario Baños, actualizando regularmente y con detalle las distintas áreas del lugar, para que “nada de lo que allí sucede quede fuera del conocimiento ni de Baños ni de su equipo. Especialmente el Seminario, por la forma en que está organizado, requiere meses de preparación, con lo cual es imposible que la Secretaría desconociera su realización”. 

Reabren una causa por gatillo fácil en Mendoza

Reabren una causa por gatillo fácil en Mendoza

Revocaron el sobreseimiento de los gendarmes acusados de fusilar en un retén al joven de 20 años Andrés García Campoy. El juez que los había exculpado ahora es juzgado por múltiples delitos.

La justicia de Mendoza revocó el sobreseimiento a los gendarmes investigados por la muerte de Andrés García Campoy, quien falleció de un disparo en la cabeza a la salida de un retén policial en 2014, y ordenó nuevas medidas probatorias para determinar qué fue lo que le sucedió.

La apelación interpuesta por el Ministerio Público Fiscal del sobreseimiento dictaminado por el exjuez Walter Bento, quien hoy se encuentra preso por corrupción, logró que la Sala A de la Cámara Federal de Mendoza ordenara reabrir el caso. Los jueces Manuel Alberto Pizarro y Juan Ignacio Pérez Curci resolvieron revocar el sobreseimiento a los gendarmes Maximiliano Alonso Cruz y Corazón de Jesús Velázquez imputados por la muerte de Andrés García Campoy.

El tribunal señaló que existen “defectos en la valoración de los elementos de prueba”, y se ordenó profundizar el caso y hacer nuevas pericias balísticas y forenses que no se habían hecho anteriormente, para determinar qué fue lo que sucedió el 13 de junio de 2014.

Aquel día, Andrés García Campoy, un joven mendocino de 20 años, estudiante de la Tecnicatura de Higiene y Seguridad, conducía su Peugeot 504, cuando un retén de efectivos de Gendarmería nacional, en Luján de Cuyo, lo detuvo sobre el kilómetro 1060 de la Ruta 7. Allí, en circunstancias que aún no están claras, Andrés falleció de un disparo por detrás de la cabeza.

La versión de los gendarmes fue que el joven se disparó él mismo, pero una pericia al cuerpo de Andrés dictaminó que el orificio de la bala, que era de unos siete milímetros, no correspondía a esa hipótesis por su tamaño y porque se encontraba casi en su nuca, detrás de la oreja izquierda, un posición poco natural para tratarse de un suicidio. Además no encontraron restos de pólvora en la ropa o en las manos del chico, ni sangre dentro del vehículo.

En diálogo con ANCCOM, Mónica Campoy, la madre de Andrés, comentó: “Quiero que se haga justicia por mi hijo, y espero que los gendarmes vayan presos, nadie me va a devolver a Andrés, pero lo que hicieron ellos lo tienen que pagar”. Ambos uniformados están en libertad, uno de ellos aún en funciones en esa fuerza de seguridad. “Ellos sabían lo que hacían, tendrían que haber cuidado de mi hijo, y me lo mataron”, agregó.

La causa

A pesar de que el fiscal de instrucción de turno del Ministerio Público intervino en las investigaciones iniciales ordenando el secuestro de las armas reglamentarias de los gendarmes, no se les hizo la investigación correspondiente, ya que se adujo que la bala que acabó con la vida de Andrés se destruyó en el impacto.

Una pericia psicológica en la que se entrevistó a familiares y conocidos de Andrés determinó que no había “ningún tipo de indicio para pensar que se quitó la vida”. Él incluso había pagado su cuota universitaria el día anterior, y comprado un vino como regalo por el cumpleaños de un amigo. Era un chico alegre y con proyectos de vida, según el relato de sus allegados.

En su vehículo llevaba una vieja y herrumbrada carabina de más de cien años que no funcionaba, que le había heredado su abuelo con la intención de mostrarla a una persona que quería comprarla. El testimonio de los gendarmes imputados fue que Andrés habría sacado esa arma para amenazarlos, pero que habría tomado la decisión de quitarse la vida con la misma.

El celular de Andrés, donde seguramente se hubiesen encontrado las conversaciones con este posible comprador, fue destruido, y nunca se pudo lograr la recuperación del historial de conversaciones para ser utilizado como prueba. Los mismos abogados pidieron en su momento a la compañía telefónica este listado, pero no pudieron proporcionarlo porque ya estaba retenido judicialmente.

“Ahora vamos a poner peritos balísticos y forenses para ver si por fin se puede exhumar el cuerpo de Andrés, que siempre me lo denegaron”, comentó Mónica, y señaló que “la bala sigue alojada en la cabeza de mi hijo, dicen que supuestamente se destruyó, yo quiero saber de dónde salió esa bala”. Seguramente la más grande pregunta de este caso es por qué no fueron debidamente presentadas las pruebas en tiempo y forma, y por qué nunca se permitió exhumar el cuerpo de Andrés.

“Mi abogado empezó a descubrir cosas que nunca se habían investigado, y de ahí es que podemos hacer la apelación delante de los jueces y ellos se dan cuenta de que lo que dicen los abogados es cierto, ¿cómo van a llevar una causa sin investigar?”, comentó Mónica.

 De juez a acusado

El fiscal provincial Jorge Calle, que fue quien tomó el caso por primera vez, caratuló la causa como homicidio doblemente agravado por la calidad del sujeto activo, ya que ambos imputados pertenecían a fuerzas de seguridad, y por el uso de arma de fuego. Nunca se pudo cambiar esa calificación del hecho.

Sin embargo, el fuero provincial declinó su competencia y el juicio cayó en manos del juez federal Walter Bento. Este dictaminó el 5 de septiembre de 2014 la falta de mérito de los acusados, determinó que Andrés se había suicidado, y finalemente sobreseyó a Alonso Cruz y Velázquez.

En 2023, Bento fue detenido de forma preventiva, y enfrenta acusaciones relacionadas con diversos delitos. Estos incluyen asociación ilícita, cohecho pasivo, omisión y retardo de justicia, falsedad ideológica, prevaricato, lavado de activos de origen delictivo y enriquecimiento ilícito, entre otros. Además, es señalado por haber recibido, por medio de abogados, sobornos de imputados para beneficiarlos y manipular procesos judiciales.

Mónica comentó que “cuando cayó Bento, fue más fácil para mí que me empezaron a llamar los medios, y de ahí es que surge de nuevo la causa y hemos llegado hasta acá”. 

A pesar de todo lo que se habló acerca de este juez, que incluso Mónica cree que pudo haber repercutido también en la sentencia de la causa por la muerte de su hijo, ella no dejó tampoco de creer en la justicia: “Tuve la mala suerte de que me tocó un juez corrupto, con uno diferente no habríamos estado diez años peleando”.

“Cuando pasó lo de Santiago Maldonado, yo ahí me atreví a decir que a mi hijo también lo había matado Gendarmería en un caso insólito: le pegaron un tiro saliendo de un retén», dice Mónica.

La labor social de los medios

Luego de tantos años de lucha y toda la energía gastada en el sistema judicial, de todas las marchas pidiendo justicia, de todas las veces que tuvo que contar la historia de su hijo, y de tantas situaciones adversas, Mónica aún encuentra fortaleza en Andrés. “Saco la fuerza de mi hijo, porque yo soy su voz, y tengo la esperanza de que tenga justicia”.

Mónica siempre estuvo agradecida a los medios de comunicación y a las personas que la ayudaron a difundir su historia, y que gracias a los diarios y radios que la invitaron a contarla fue que la gente empezó a reconocer el caso de Andrés. “Sin ellos nadie hubiese conocido quién fue mi hijo”.

En 2014, cuando todo esto pasó, Mónica no contó con mucha difusión de los medios, pocos sabían lo que le había pasado a Andrés García Campoy, y pocos supieron la sentencia de Walter Bento.

“Cuando pasó lo de Santiago Maldonado, yo ahí me atreví a decir que a mi hijo también lo había matado Gendarmería en un caso insólito, que le pegaron un tiro saliendo de un retén, y ahí empezaron a llegar las notas de los diarios”. Mónica también se animó a hacer la comparación con el caso de Rafael Nahuel, quien finalmente tuvo su justicia, y comentó: “Siempre que las fuerzas están involucradas en hechos así, se habla de suicidios”.

“Ahora sobre todo tengo esperanza, no la perdí nunca”, comentó Mónica y agregó: “Tengo la esperanza de que se sepa la verdad, y que mi hijo pueda descansar en paz, sabiendo que su mamá hizo las cosas bien”. Finalmente, Mónica dejó un mensaje para quienes siempre la han acompañado y para todos los que escuchan la historia de Andrés García Campoy por primera vez: “A la sociedad quiero agradecerle por estar conmigo, por acompañarme a las marchas, por ayudarme a difundir. Hoy se están enterando del caso de Andrés, eso lo ha hecho la misma gente que escucha mi testimonio, me acompaña y corre la voz. Gracias a esa gente”.

El golazo del Juje

El golazo del Juje

La Escuela de Fútbol Base El Pueblito atrae a chicos del barrio de Pompeya como un imán. Su magnetismo no solo se debe a la enseñanza de buenas prácticas deportivas. También ocupa un lugar preferencial en evitar consumos problemáticos, embarazos no deseados entre adolescentes, y peleas callejeras.

Juan Manuel «el Juje» Porcel administra la Escuela de Fútbol Base El Pueblito, ubicada en la villa homónima, a orillas del Riachuelo. Este lugar, construido por él a pulmón junto a los profes Quique Hernandez y Anahí Puca, se construyó para llenar un vacío de contención que a muchos pibes del barrio no les llega de ninguna otra forma. Realizan un esfuerzo constante para que los chicos se sumen, o no lo abandonen, porque saben que en la medida que se alejan de El Pueblito se acercan a vidas más problemáticas. “Todos son de Pompeya” recalca orgulloso el Juje, señalando el espacio que ocupan un par de docenas de niños y niñas, de edades y alturas dispares, jugando al fútbol bajo el sol de una mañana impecable de septiembre. Los sábados a primera hora sin falta, salvo cuando la lluvia cae demasiado, la escuela de fútbol hace de imán para los pibes, pero el magnetismo de la academia no está únicamente en enseñar a jugar a la pelota. 

La cancha se extiende en el medio de la plaza Obispo Enrique Angelelli, en la parte en donde el barrio de casas bajas se presenta en trío con el Riachuelo y unas soñolientas fábricas que vivieron días más prósperos. El lugar de entrenamiento original está en El Pueblito, una villa que ya cuenta varias décadas de existencia sobre el lado este del Puente Alsina. El Juje explica que a partir de la presencia de un grupo de personas que se juntaban a consumir drogas cerca del lugar, decidieron trasladar las prácticas a la plaza Angelelli, que está a unas cinco cuadras pasando la Avenida Sáenz. Además, por la falta de alguna malla o red de contención, con frecuencia las pelotas terminaban en el agua, y era peligroso para los chicos. 

El devenido entrenador llegó a Buenos Aires hace unos treinta años sin saber “si la pelota era  redonda o cuadrada”, pero entendiendo muy bien lo que significa el deporte para cualquier comunidad. “En esta zona, como en todos lados, tenemos problemas -señala-: el flagelo de la droga, embarazos prematuros, los celos entre parejitas…” Entonces, los profes -como les dicen- son para los chicos un oído infalible, también un consejo y una palmada en la espalda.

Lo que refiere al entrenamiento físico está a cargo de Quique Hernández, compañero de trabajo del Juje en una fábrica, y su compañero como entrenador en la escuela de fútbol. Hernández está orgulloso de haber jugado en la primera en Perú en sus tiempos mozos, y se percibe rápido que su preocupación es el esfuerzo desde lo técnico en los jóvenes futbolistas. El profe detecta, con solo ver un par de movimientos, quien “ya la está pisando”, o aquel que “brilla con luz propia”. Porque en El Pueblito, hay talento además de garra.

Thiago Aramayo arribó de Jujuy hace unos meses para probar suerte en Deportivo Riestra, un club de Primera División, en donde la competencia es mucho más exigente que en las liguillas de inferiores del Norte. Llegó a través del trabajo de scouting de un sistema de profes y preparadores, que recorre las provincias buscando talentos ocultos, complicados por la suerte de nacer lejos del centro del país. Thiago vive en la pensión de Riestra, pero quienes lo cuidan, acompañan y aconsejan son los técnicos de El Pueblito. Con el aval de sus padres, Juje y Quique hacen las veces de sus padrinos.

El esfuerzo de Juje, Quique y Anahí llegó hasta el punto de desarrollar una buena red de conexiones para darle posibilidades a los futbolistas. Santiago Flores, de 16 años, y sentido como propio en El Pueblito, fue a probarse al Inter de Porto Alegre, uno de los clubes más grandes de Brasil. Juje, explica, “tiene buen llegue” con la gente de la filial del club gaúcho en Buenos Aires, además de conocidos en otros clubes grandes porteños, que llegado el caso, pueden abrirle las puertas a pibes de la cantera pompeyana. “Después me invitaron a jugar en Atlanta, jugaba con la sub 20, yo con 15”, dice Santiago y agrega: “Ahora estuve con unos problemas en casa y paré de jugar, pero estoy con ganas de volver”.

Pero la parte excluyente para dar clases de fútbol en El Pueblito es estar en todo. Juje mismo reconoce que “hay que ser un poco mágico” para resolver situaciones u ocupar roles que, en ocasiones, nadie más lo hace.“Los momentos más difíciles para nosotros son el día del padre o de la madre. Algunos chiquitos acá no los tienen. Y las navidades son crueles, tema regalos, vemos que al vecino le regalaron una bicicleta nueva y otros padres ni siquiera se acuerdan”. Todas las fiestas, incluyendo cumpleaños, se festejan con regalos de por medio. El Juje conoce los nombres de sus chicos uno por uno, conoce a sus familias, está al tanto de sus historias y cada una de sus virtudes y defectos.

La nube de polvo, levantada por el correteo de los pies, hace un contraste mayor con su figura, que se adentra unos pasos en la cancha, y vuelve rápidamente para no interferir en el campo de juego. El perímetro no tiene líneas, pero él se encarga igual de poner los límites. “A nosotros no nos gusta que vengan pibes o pibas atrevidas, lo que hacemos entonces es puro físico, no jugar, y ahí los que quieren jugar en serio, sobre todo las chicas, se la bancan y se quedan”. Además, el Juje, cuando van a torneos o a visitar clubes grandes, actividad codiciada por sus futbolistas, requiere previa charla con los padres para asegurarse que no se estén llevando ninguna materia. En caso de que sí, no van.

Juje y Quique se acercan a la plaza Angelelli todas las mañanas de los sábados, aunque no hayan dormido la noche anterior. “Salimos a las 6 de la fábrica, y a las 8 ya estábamos acá”, resumen. La constancia de años, el llegar frenéticamente directo del laburo sin dormir, cantidades de tiempo, y también dinero, son inversiones cotidianas de los profes para mantener en funcionamiento la escuela. Más de una vez políticos y funcionarios “han venido a sacarse fotos con los chicos, a preguntarle qué talles usan, y así como aparecen se van y no vuelven más”. El trío de instructores realiza estas acciones desinteresadamente, sin pretender nada a cambio más que ver a los pibes crecer caminando derecho en un barrio de calles laberínticas, en el que un mal giro puede llevar por un camino de problemas.

“Mi mamá y mi abuelo son evangelistas, yo veía cómo trabajaban de manera solidaria en Jujuy”, recuerda -obviamente- el Juje. “Cuando era chico, íbamos a repartir algunas pequeñeces en comunidades indígenas, y era increíble cómo salían los chicos a recibirlas, cómo la respetaban”. Hoy, los chicos festejan cuando lo cruzan por Pompeya. “El otro día pasando por acá, viene y me abraza un grandote de barba, que lo miraba y no lo reconocía”, hasta que llegó fácil la imagen a su cabeza, cuando el chico, convertido en adulto, le explicó que se acordaba de él porque hace ya unos cuantos años, era el que en el barrio “regalaba los guardapolvos”.

 

De alguna manera, en el medio de la inestabilidad de la vida cotidiana, donde parece que todo cambia antes de poder aprehenderlo, el trabajo en El Pueblito se mantiene firme ante el tiempo, como una piedra que se resiste a ser erosionada por un río insistente y cruel. “Algunos chicos tienen un buen pasar, y otros por ahí la sufren” comenta el jujeño. Acaba de atajar una pelota que se iba a la calle, pateada con fuerza por alguno de sus pibes, y su respiración se entrecorta entre la conversación, los recuerdos y las reflexiones de años de trabajo que se amontonan para salir. Mientras da indicaciones asomándose a la cancha ante la multitud de pibes que corren atrás de la pelota, dice: “Yo también fui un chico que le faltaron cosas, poder estar para ellos es todo”.

Generalmente, al terminar el entrenamiento, la caminata de vuelta al barrio incluye la parada en una parrilla sobre la vereda para compartir unos choripanes, y la posterior compañía de los profes, asegurándose que chicos y chicas se acerquen a la zona de sus casas. En este mediodía fresco de septiembre sobre la Avenida Erezcano, algunos árboles alegran la calle con sus primeros brotes verdes después de un invierno helado, que igualmente, “no fue capaz de bajarnos un sábado”.

Un proyecto legal para frenar el acoso sexual en el trabajo

Un proyecto legal para frenar el acoso sexual en el trabajo

Periodistas Argentinas presentó un proyecto para incorporar en la Ley 26485 la modalidad de violencia sexual en contextos laborales y académicos. Surgió a partir de las denuncias públicas contra Pedro Brieger y busca proteger a las mujeres en esos ámbitos.

La agrupación Periodistas Argentinas presentó un proyecto para incorporar la modalidad de acoso sexual en contextos laborales y académicos en el Artículo 6 de la Ley 26485 de «Protección integral a las mujeres».

Se trata de una iniciativa que surgió a partir de las denuncias públicas contra el periodista Pedro Brieger, del acompañamiento que realizaron a las colegas afectadas por los hechos de violencia que cometió y, también, a otras que vivieron situaciones de la misma índole.

«En nuestros encuentros encontramos que había un vacío legal. El objetivo es que se proteja a las mujeres en sus trabajos y los lugares en los que estudian: en ámbitos de los que no pueden escapar, porque ni siquiera es una calle en la que en la cuadra siguiente estás a salvo si un acosador te cruza de frente y sigue de largo», contó Agustina Kämpfer en diálogo con ANCCOM.

La propuesta fue presentada el martes 8 de octubre en el Anexo C de la Cámara Baja del Congreso de la Nación por el colectivo junto a la diputada de Unión por la Patria y presidenta de la Comisión de Mujeres y Diversidad, Mónica Macha. Además, cuenta con la firma de representantes de la Coalición Cívica, Encuentro Federal, Frente de Izquierda, PRO y la Unión Cívica Radical.

El acto fue encabezado por Macha, acompañada por sus pares de otros partidos políticos: Esteban Paulón y Mónica Fein del Partido Socialista; Belén Avico y Nancy Ballejos del PRO; Vanina Biasi del Partido Obrero y Paula Penacca del bloque kirchnerista. Estuvieron también presentes Agustina Kämpfer y Nancy Pazos, integrantes de Periodistas Argentinas.

El objetivo es incorporar la modalidad de «violencia y acoso sexual en el contexto laboral o académico» como conductas no consentidas que atentan contra la dignidad de la mujer, lo que generan «un entorno intimidatorio, hostil, degradante, humillante y/u ofensivo», según indica la iniciativa.

Entre los fundamentos, se menciona que está inspirado en el Convenio 190 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), el cual fue suscripto por la Argentina y expresa el compromiso de las naciones firmantes a adoptar medidas para prevenir de forma efectiva este tipo de casos. También se requiere que los empleadores actúen de forma concreta ante las denuncias, mediante la creación de mecanismos accesibles y confidenciales.

«Nos encontramos con todos estos casos y lo que hicimos fue presentarlo a la sociedad. Hubo reclamos a las afectadas de por qué no judicializábamos el tema, pero no teníamos las herramientas. La ley hablaba del acoso callejero y no en los ámbitos laborales o académicos, que es donde habían sucedido estas situaciones», comentó Nancy Pazos.

Por su parte, Kämpfer mencionó una situación que ocurrió con una estudiante de TEA: «En el camino de nuestras denuncias fuimos allí, y supimos de una situación de otro acoso sexual por parte de un profesor a una alumna, que sí pudo hablar, fue escuchada, su madre es abogada, se presentó en la institución y los intimó. Lo despidieron, luego les inició un juicio y lo ganó. Esa es la situación en la que se ven las empresas que, en los mejores casos, deciden actuar en favor de la víctima».

Ambas periodistas agradecieron el acompañamiento de la propuesta por parte de los diputados y diputadas firmantes. Pazos calificó de «increíble» el trabajo llevado a cabo en conjunto y mancomunado por parte de todos. Kämpfer, en tanto, remarcó: «La salida es colectiva. Lo hacemos por las pibas, por las que no saben, no tienen recursos y no pueden contar con un micrófono para denunciar el calvario».

La presidenta de la Comisión de Mujeres y Diversidad calificó la Ley 26485 de “ley viva”, que visualiza los ataques de género en todos los ámbitos y se necesita transformar a lo largo de los años para nombrar todos los tipos. Además, destacó que el proyecto tiene dos dimensiones: dar una reparación para las víctimas y sobrevivientes, una política restaurativa, y un mensaje solidario de pensar que a otras mujeres no les pase lo mismo.

«El acoso sexual en ámbitos laborales y académicos, que es la introducción que hacemos, nos permite buscar que las instituciones, personas y organizaciones puedan ir construyendo formas de prevención, de acompañamiento, porque también a lo largo de estos años fuimos aprendiendo que hay un pasaje».

A su vez, resaltó que el trabajo de Periodistas Argentinas tras las denuncias contra el experiodista de la TV Pública y C5N, entre otros medios, no es la única situación, ni se trata de un problema puntual con una persona: «Tiene que ver con la cultura de la violencia, que para nosotres siempre es una instancia que necesita la transformación, tiene que ver con la militancia y creo que, tanto los feminismos como los transfeminismos, han hecho mucho en términos activismo para poner en palabras un montón de situaciones».

Según el diputado Esteban Paulón, vicepresidente de la Comisión, la modificación busca recuperar, restituir y proteger derechos a partir de una construcción por parte de la sociedad civil. «Quienes venimos de los distintos colectivos vulnerados en derechos, sabemos que estas leyes y estos cambios se construyen sobre nuestros cuerpos, nuestras historias y sobre poder ponerlas sobre la mesa», planteó. Y aseguró que estas historias tienen impacto, con consecuencias en la vida de uno, y que «la verdad es liberadora».

La macrista Nancy Ballejos se refirió al compromiso de su bloque en apoyar la iniciativa y a la necesidad de dar voz a las mujeres. «El acoso sexual hacia las mujeres, pese a que está en la agenda pública, no se resuelve, y se necesita mayor visibilidad y participación», afirmó.

Kämpfer expresó que Periodistas Argentinas trabaja para mejorar la realidad de las mujeres en el país: «La agrupación todo el tiempo elabora y presenta propuestas a los diputados y senadores».

La propuesta fue suscripta por 19 diputadas y diputados de los distintos bloques políticos que conforman la Cámara de Diputados, excepto La Libertad Avanza que no aportó firmantes. La diputada Vanina Biasi, del Frente de Izquierda, cuestionó al oficialismo por negar la existencia de violencia de género, al mismo tiempo que destacó la unidad de la mayoría de los bloques: «Tiene un valor especial no solamente que tengamos las firmas de un abanico tan amplio de posiciones políticas, sino que está ocurriendo bajo el gobierno que perjuró que no existía y trata de implementar medidas para marcar, tanto en el campo de acción como en el campo legal, que no existe».

Consultada por ANCCOM sobre si los libertarios podrían llegar a votar a favor, Mónica Macha respondió: «Los que integran la Comisión (de mujeres y diversidad) no lo acompañaron, pero eso no quiere decir que con la persistencia de las compañeras de Periodistas Argentinas lo puedan logar. Hay una contradicción en ellos, pero hay que ver si esa perspectiva de esa negación es discurso de algunos referentes o si, de repente, es una mirada de toda la bancada».

De acuerdo a lo estipulado en la ruta legislativa, será tratado primero en la mencionada Comisión que preside, la cual es cabecera del proyecto, para posteriormente pasar a la de Legislación del Trabajo, conducida por el radical Martín Tetaz. Se intentará que sea debatido en un plenario conjunto.