Pantalla grande y bonaerense

Pantalla grande y bonaerense

Bajo el lema “la diversidad nos une”, comienza una nueva edición del festival de cine que busca insertar a la Provincia de Buenos Aires en el plano internacional. Estrenos exclusivos y más de 200 proyecciones.

Impulsado por el Instituto Cultural bonaerense, vuelve el Festival Internacional de Cine de la Provincia de Buenos Aires (FICPBA). Esta segunda edición, que se realizará en La Plata entre el 4 y el 14 de septiembre, busca poner en diálogo la identidad, la soberanía y la diversidad audiovisual. “No es una política que se ha decidido en un escritorio y de manera cerrada, sino que tiene que ver con la defensa de la cultura como un derecho”, sostiene Florencia Saintout, presidenta del Instituto.

En un contexto signado por políticas que desfinancian la cultura nacional –como la eliminación de la cuota de pantalla para el cine argentino y el cierre de la plataforma Cont.ar–, la cineasta Paula de Luque se enorgullece de poder llevar adelante el festival que funciona como una celebración cinematográfica de la identidad bonaerense. “Estamos defendiendo nuestro espejo, quiénes somos”, afirma la directora del FICPBA. Frente a medidas que atacan el patrimonio audiovisual, la proyección de 228 obras –que incluyen largo, corto y mediometrajes– durante 197 funciones, busca demostrar que la cultura juega un rol importante en la construcción de la identidad personal.

Una de las propuestas que mejor ilustran el espíritu del festival es “Cine al Barrio”, un proyecto que acerca a los territorios populares las herramientas audiovisuales para narrar su visión del mundo y ser protagonistas de su propia historia. El objetivo del ciclo es que las grabaciones sean incluidas en la programación del festival ya que “es una política que permite hacer cultura y no sólo verla”, asegura De Luque.

El FICPBA también contará con un conversatorio en el que diversas figuras destacadas del ámbito cinematográfico nacional podrán discutir y debatir el porvenir de la industria audiovisual. El ciclo de entrevistas estará a cargo del periodista y crítico de cine Lisandro Gambarotta y tendrá la presencia de Adrián Suar, Pablo Echarri, Julieta Díaz, Selva Almada, Demián Rugna y Marcelo Figueras. Además, más de 500 alumnos de diversas universidades públicas bonaerenses tendrán la posibilidad de asistir al segundo Encuentro Provincial de Estudiantes de Cine que incluye actividades, charlas y formaciones. El evento tendrá lugar en el Centro Provincial de las Artes Teatro Argentino el próximo 5 y 6 de septiembre.

La novedad con respecto a la última edición viene con la incorporación del Mercado Internacional de la Industria Audiovisual de la Provincia, un espacio que busca facilitar la concreción de acuerdos de coproducción internacional. Del 5 al 9 de septiembre, los profesionales de cada sector podrán participar de mesas redondas y conferencias especializadas con el objetivo de promover la integración cultural entre países. “El FICPBA está armado para que la provincia de Buenos Aires dialogue con las cinematografías del mundo”, asevera De Luque.

Sesenta salas –20 más que la última edición– proyectarán la programación en distintos municipios bonaerenses de manera gratuita. Durante el festival, tendrán lugar la Competencia Internacional Largometraje Ficción (CILF), Competencia Largometraje Bonaerense (CLB) y Panorama Argentino (PA), entre otras. Además, habrá secciones especiales como Mujeres y Disidencias, Ventana Bonaerense y Panorama Internacional. Participan películas de más de 43 países, entre los que se encuentran Alemania, Canadá, Chile, Egipto, España, Francia, Indonesia, Singapur y Tailandia.

Entre los 45 estrenos internacionales se destacan Cidade; campo, de la realizadora brasileña Juliana Rojas, y Mãos no fogo, de la portuguesa Margarida Gil, ambos exhibidos en el Festival de Berlín y que ahora tendrán su premiére argentina en el FICPBA. También habrá espacio para homenajear a personajes célebres de la identidad nacional con la presentación de Norita, el documental que narra la vida de la entrañable Madre de Plaza de Mayo Nora Cortiñas y Había una vez un mago, la obra que en formato de entrevista que recorre de manera sensible la relación entre el afamado director Leonardo Favio y su hija María Salomé.

La programación completa del FICPBA se puede ver en la página web del Instituto Cultural de la Provincia de Buenos Aires. La entrada a todas las proyecciones es libre y gratuita.

“Con la política de la motosierra, todo pende de un hilo”

“Con la política de la motosierra, todo pende de un hilo”

Tiktoker, y analista política, Gabriela Ivy logró construir una comunidad de más de 70 mil seguidores en sus redes. Con su toque inclusivo y crítico, comparte diariamente información y combate estoicamente a los haters, a quienes ha bautizado “liberpijis”.

“Buen día reinas, estoicas y etéreas”. Con este saludo a sus seguidoras, Gabriela Ivy comienza a difundir en historias de Instagram las noticias de la semana, que actualiza minuto a minuto. Analiza desde su lugar como estudiante de Ciencia Política las medidas anunciadas diariamente por el Gobierno, critica con su humor moderno e incorpora modismos de las nuevas generaciones. Es así como se ganó el apoyo de una comunidad que crece todas las semanas, al representar una figura que no encuentran en los medios tradicionales.

La casa de Gabriela es su set de grabación. Con sus cómics, sus plantas, sus pelucas, el escritorio en el que se sienta a grabar sus vídeos y su bola de boliche tirada en una esquina, el espacio representa un caleidoscopio. En este mano a mano con ANCCOM, comparte su proceso de transición, la incursión en redes sociales, su camino en la política y su lectura del panorama actual.

Gabriela Ivy viene del partido de San Martín, de José León Suárez. “Soy una persona que estudió y se formó en la educación pública, que se crió en ambientes hostiles, lo cual me ha ayudado hoy a lidiar con las amenazas y con los insultos en las redes sociales. Al ser una mariquita desde siempre -porque se nace marica- mi pasado también me ha preparado para enfrentar, desde distintos puntos, las situaciones que surgen en mi día a día y la violencia en redes, en la calle, la discriminación, y más en un contexto como el actual, con un gobierno de derecha y un nivel de conservadurismo LGBTodiante. Me considero una persona intensa, y esa intensidad me ayudó a construir lo que tengo y soy ahora, sobre todo al ser reactiva. Soy la clase de persona que cuando me dicen “Che, no hagas esto, no te conviene”, a mí me dan más ganas de hacerlo. Ese es mi origen, eso es lo que me mueve”. 

 

Transicionaste en un momento de desinformación, ¿se convirtió en tu primera gran herramienta para comunicar en redes?

Fue la excusa perfecta. Buscaba cómo tramitar el cambio del DNI, y no había información al respecto. Así que, en el proceso de preguntar y chocarme con paredes, decidí volcar todo esto en un material audiovisual. Así comenzó todo. Empecé con el proceso de hormonización, algo que nunca me sedujo demasiado. Primero porque estoy muy conforme con mi cuerpo, pero sí me pareció importante hacerlo porque me topé con un montón de cosas sobre el sistema médico que es bastante discriminador. Me enfrenté con los médicos y elevé denuncias al Ministerio de Salud por destrato. Todo eso lo volqué en mis redes, compartí mi propio proceso mientras lo iba navegando. De repente, iba desayunándome con las vivencias, una imagina, piensa o cree cómo será el proceso, pero termina siendo muy distinto. La transición es algo que no se termina nunca, porque todo el tiempo te estás descubriendo. Pero lo bueno de eso, cuando hacés ese clic de decir “a partir de ahora soy pirula”, es esta cuestión de que ahí te permitís hacer lo quieras. Si te da curiosidad, ya tenés el coraje de ir y hacerlo. Me hormonée un año y medio cuando dije: “No, esto no es para mí”. No es necesario hormonizarse o hacer un cambio de DNI para transicionar, yo lo hice para mojarle más la oreja al Estado, a los conservadores, a los odiadores. Exponerme así, de esta manera, también forma parte de mi proceso de transición, porque pretransición no me hubiese animado a bancarme todos los insultos que me banco ahora. Te empodera, desde otro lado tu ser mismo quiere salir cuando no puede más, por más que intentes taparlo te empezás a sentir mal, te empieza a agarrar depresión, te sentís incómoda con vos misma porque hay algo que quiere salir, que ya no puede estar más encerrado. En aquel momento, irrumpió la segunda oleada feminista, la lucha por la interrupción voluntaria del embarazo, y eso me militarizó bastante. Cuando empecé a militar el feminismo, al ver las marchas encontré un movimiento tan sólido que me ayudó a decir “vos podés transicionar, vas a tener algo que te cubra, que te contenga”. Recuerdo que después de una de las marchas, fui a un barcito al que iba siempre sola, y me senté en la barra y me di cuenta que era el momento. Al otro día fue cuando le dije a mi jefe que iba a cambiar el DNI, sin saber mi nombre.

 

 

 

 

¿Cómo encontraste tu nombre?

Quise elegir el nombre con el que hacía shows de transformismo, Luxuria. Pero hablando con mi psicólogo me di cuenta que tenía que separar la persona del artista. Siempre me llamó la atención que los Gabrieles y las Gabrielas de mi vida habían sido personas importantes. ¿Por qué no ser yo mi propia persona importante? Quiero formar parte de esos Gabrieles y Gabrielas, es más, como soy una persona trans no binaria, ‘Gaby’ no tiene una binariedad. Ivy porque me gusta DC Comics y amo a Beyoncé, uní ambas cosas. La hija de Beyoncé se llama Blue Ivy y Poison Ivy es un personaje de Batman que encima es colorada, cerró por todos lados. Me pareció perfecto, y el Ivy fue medio marketinero, lo pensé también como un branding, mi propia marca. Pensé: “De acá va a salir todo lo que siempre quise” como hacer shows, música, que la gente me salude en la calle

 

¿Cómo reaccionó tu entorno?

Hubo gente que se fue, pero muchas personas nuevas se acercaron. Al final fue positivo. Si una persona cercana y querida se aleja porque no acepta que su amiga transicione, me hizo un favor. De hecho, fue muy parecido cuando empecé a hacer el contenido de política; también mucha gente se fue por difundir este tipo de información, expresar mi opinión, hacer análisis políticos. Hablar de política fue como una salida del clóset. Soy muy estructurada, me mentalicé y me preparé para todo lo malo que iba venir cuando tomé la decisión de transicionar. Cuando transicionás, hay mucho varón que te dice confundido “cómo que no sabés lo que sos”. Al contrario, cuando transicionás ya tenés demasiado en claro qué es lo que sos. Cuando dije: “A partir de ahora soy Gabriela” fue como tener que firmar un contrato donde sé que hay una sociedad LGBTodiante, que voy a tener que enfrentar toda mi vida. Me parece más peligroso ir por la calle y que se me cruce alguien a insultarme, que pueda tener un arma o lo que sea, a que lo haga alguien en un comentario. Esas personas tienen una carencia. Hoy en redes lo veo de manera mercantilista, porque contestarle a un hater me sube el algoritmo. Eso también lo empezás a hacer cuando transicionás, el ver los beneficios dentro de todo lo malo. Es muy propio de la disidencia también.

¿Cómo decidiste dedicar tu contenido al análisis político?

Estudié Diseño de Imagen y Sonido, y quería despuntar el vicio de editar videos. Arranqué en YouTube hablando de transición. Cuando empecé a estudiar Ciencia Política decidí usar las redes como práctica. Todo lo que iba aprendiendo, lo iba contando en mi canal de YouTube, y lo que ayudó mucho a que suba este relato era tener enemigos, tener mis Némesis -gente transfóbica, y más tarde los libertarios-. Así comencé a crecer, porque hacía videos con respuestas hacia ellos, las personas odiadoras de la comunidad LGBT, al conservadurismo, al machismo. Entonces, las redes como Instagram y Tiktok me permitieron dialogar con ellos, discutir y debatir.

 

¿Cómo fue tu acercamiento a la política?

Siempre me gustó, pero yo no lo sabía, por eso hablo de una segunda transición o salida del clóset. Cuando era chica, mi familia alquilaba VHS en el videoclub, una noche alquilaron un unipersonal de un humorista que actuaba como un político dando un discurso. Mi mamá me advirtió que me iba a aburrir, pero no. Escuché todo atentamente. En el secundario y en la facultad me encontré con una forma de hacer política no seductora, con palabras difíciles, y parecía algo lejano, inaccesible. En 2018, cuando empiezo a hacer activismo, Milei ya estaba dando vueltas en la tele. Me cansé de ver gente en la política, que no sabía de política, me harté de los burros políticos. Dije: “Yo quiero saber de política para ser una persona que esté en la esfera y sepa de política”. Y así me inscribí en Ciencia Política, Siempre eligiendo la educación pública.

 

¿Cuándo empezaste a analizar el fenómeno libertario?

A los libertarios los empiezo a seguir en 2018, me parecía muy extraño el fenómeno que sucedía en redes. Por ejemplo, aparecía Milei cantando Leonardo Favio y había muchos perfiles con la serpiente y el limón comentando. Había mucha gente que conocía y apoyaba a este personaje caricaturesco, que supo conformarse un fandom. Trabajo en sistemas, me encargo de la consultoría de un software administrativo contable, y tengo un jefe liberal, así que me llegaba mucha información de la línea de pensamiento de los liberales a través de él. Dije “esto es un tema de tesis”, y empecé a indagar y a sumergirme en el mundo de este fenómeno. Me llamaba la atención su ideario, que después, estudiando, me di cuenta que el liberalismo es otra cosa, totalmente distinto a lo que promueven ellos. Nunca más me quedé sin material, se puede seguir escarbando siempre. Es seductora la lógica anticasta. Hay mucho dinosaurio en la política, y está también el tema del nepotismo. De joven ya escuchaba los mismos apellidos que ahora, Menem, Bullrich, Caputo. Los militantes deberían sentirse traicionados, al fin y al cabo, su partido disruptivo se juntó con los mismos de siempre. Se necesita gente joven en la política, de cualquier bando, pero con ideas frescas. Algo que reconozco, que es admirable por lo llamativo, es la fidelidad que le tienen los libertarios a Milei. Hoy trabaja codo a codo con Caputo, a quien denostaba en 2018. Se alió con Patricia Bullrich, a quien insultó de todas las formas posibles. Si Javier Milei sale disfrazado de dinosaurio a la calle, sus militantes lo van a seguir. Yo, con mis ideales políticos, no pongo las manos en el fuego por nadie, soy muy crítica. Espero que esto sea una fase característica de la juventud, que estos chicos de grandes se rían de lo que apoyaron. Es muy propio de la adolescencia eso, seguir algo o alguien y de grande darse cuenta que no era por ahí. Lo que da lástima es que en este caso estuvo el país en juego, no era si apoyar o no a Taylor Swift, que podés dejar de escuchar su música o descolgar el poster de la pared. Es distinto, apoyaron un proyecto del que no nos podemos desligar o desprender.

Cuando yo era adolescente, la rebeldía era tener sexo prematrimonial o con alguien de tu mismo género. Hoy, ser rebelde es ser como tus abuelos, es volver a esa línea de pensamiento conservadora, retomar los valores de la familia tradicional o al varón gritando.

Gabriela Ivy

¿Cuál es tu público principal?

Mi contenido “explotó” antes de las PASO de 2023, cuando todo el mundo quería hablar de política. Hace un tiempo, contraté a una community manager porque quería crecer en Instagram, y me preguntó a qué público quería llegar. Yo pensé, al tener 42 años, seguro voy a atraer gente de treinta y pico nada más. Y me sorprendí cuando fui a la Marcha del Orgullo, me saludaban adolescentes, personas de 18 y 20 que me seguían en TikTok. Al buscar mis estadísticas, vi que el público que más me mira son personas entre 18 y 25 años. Fue muy llamativo, porque se piensa que la juventud de ahora es toda antipolitica o libertaria y no, hay una contracara.

 

¿Por qué crees estos discursos calaron en una gran parte de la juventud?

Mi teoría es que, a partir del avance del feminismo y progresismo en los últimos años, con todas las conquistas de derechos, hubo una resistencia por parte de las masculinidades que pensaban que iban a perder sus privilegios, y así nace la figura rebelde de Milei y adquiere poder. Cuando yo era adolescente, la rebeldía era tener sexo prematrimonial o con alguien de tu mismo género. Hoy, ser rebelde es ser como tus abuelos, es volver a esa línea de pensamiento conservadora, retomar los valores de la familia tradicional, el varón gritando, todo eso. Venden ideas liberales, sin ser liberales. A una persona liberal no le tendría que molestar que yo sea una persona trans. Estos son conservadores, como Agustín Laje y Victoria Villarruel, que escriben libros discriminando a nuestra comunidad, propagando discursos negacionistas y en contra de la educación sexual integral. Es puro conservadurismo, no parten de nada liberal, y así nacen los discursos de odio.

 

¿Los derechos conquistados en el último tiempo están en peligro?

Sí, esto es algo histórico. Lo vengo viviendo desde que soy chica. Los derechos no están tallados en piedra. Siempre en la Marcha del Orgullo está el gay con privilegios que pregunta: “¿Para qué marchamos? Si ya tenemos derechos”. Se piensan que porque ellos se pueden casar entonces no hay más derechos por conquistar. Todo el tiempo estamos en riesgo de que nos quiten derechos, es más, a veces los conquistamos y después no se cumplen. Ahora, con la política de la motosierra, todo pende de un hilo. Muchas políticas para la protección de mujeres y la comunidad LGBT dependen del Estado, con el recorte y ajuste de éste, y la línea que proponen ellos totalmente en contra de la comunidad, todo corre peligro.

 

¿Qué responsabilidad sentís que tenés dentro de tu comunidad y plataforma?

Mi rol es ser un canal. No busco ser referente, si lo soy, bienvenido sea. Pero yo soy un canal, soy la abuela chusma en la ventana. Recibo información y la paso, la comunico en redes. Combato el desconocimiento, la desinformación. Creo fuertemente que son las razones por las cuales ganó el actual Gobierno, por el desconocimiento de la gente. Recién ahora me está cayendo la ficha del impacto que tengo, acorde a las reacciones de la gente. Que vengan a entrevistarme, o que me llamen de tal lugar, o que de repente me siga Nancy Dupláa, lo noto en cosas empíricas. Al final del día no sé quién está del otro lado, por eso me gusta ir a las marchas y conversar con la gente, quiero ver qué piensa. Hace poco recibí un comentario que decía: “No estoy de acuerdo con nada de lo que decís, pero me encanta tu forma de comunicar”. Esa es la fuerza de las redes. Estas herramientas generan resultados, como la victoria de Javier Milei, con una muy fuerte campaña en redes.

 

¿Qué rol deberían tener los nuevos comunicadores en los medios tradicionales y en las plataformas digitales?

Lo tienen que bajar al vulgo, es importante que a cualquiera le llegue la información. Considero que es ahí donde hago el foco cuando explico algo, y es cuando justamente tengo mayor devolución de los usuarios. La gente me dice: “Lo dijiste vos, y así lo entiendo”. Si hablo de las Leliqs, lo voy a terminar complejizando, entonces lo explico con peras y manzanas y con un caso fijo. Falta eso, accesibilizar la información. Yo doy capacitaciones acerca de sistemas, y siempre hago de cuenta que estoy en un jardín de infantes, no por subestimar a la persona que está recibiendo la capacitación, sino porque le tengo que llegar a la persona que es ingeniera, contadora, y a todo el mundo. Y como todo el mundo, o la gran mayoría, hizo jardín de infantes, parto desde esa premisa. Como estudié Diseño de Imagen y Sonido, también parto desde lo gráfico. Y desde lo comunicacional, falta eso, ese rol inclusivo.

 

¿A qué aspiras ahora?

Sé que me voy a aburrir creando contenido, me aburro muy fácil de todo. Quiero ser diputada. Quiero incorporarme en la política, y ser decente, producto de las redes sociales. Mis redes son mi currículum.

 

¿Cómo sobrellevas el odio?

Hoy son todos trolls o bots repitiendo las mismas palabras, y me aburrieron. Leo tres comentarios y lo dejo. No tengo tiempo para dedicarles, aparte de trabajar, me llaman para entrevistas y reuniones constantemente. Por eso ahora tengo un equipo que trabaja en mis redes, sumado a la cantidad de odio y amenazas. Me aburre que no tengan argumentos inteligentes. Si alguien me dice “se te trava el video”, ¿qué video puedo hacer? Que le pueda llegar a otra persona, que le pueda hacer conocer cosas de la comunidad LGBT. No vale la pena, no tienen fundamentos.

 

¿En algún momento te propusiste parar?

Una única vez. Yo hacía contenido para Youtube, con muchos menos seguidores, y cuando arranqué en TikTok, y las visualizaciones comenzaron a ser más masivas, empecé a recibir mucha crítica. Ahí sí me hizo daño, y dejé pasar cuatro meses. Después entendí que, si quería hacer llegar mi información, también iba a llegar a gente mala. A su vez, esto significaba recibir un caudal más grande de odio. Me mentalicé: “Si se revuelve el río, por algo es, algo estoy provocando”. Si te denuncian un video informando, es porque algo molesta, algo les jode, y eso me parece un buen motivo para seguir creando.

 

A nueve meses del Gobierno de Javier Milei, ¿cuál es tu lectura?

Está decantando todo lo que se sabía que iba a suceder. Tengo videos del año pasado anticipando lo que iba suceder que posteo porque efectivamente así sucedió. En marzo del año pasado, subí un video presagiando el cierre de las universidades públicas.

Desde el momento que una persona dice “no fueron 30,000 desaparecidos” y la gente lo vota igual, si una persona se anima a ser tan facho de decir eso, imagínate lo que viene después. Se vienen cosas peores. Ese peor escenario, está pasando. Este muñeco sigue viajando a conocer a Zuckerberg, mientras acá se están cocinando todo. Pero como dijo Cristina en su momento, hay que dejarlo, porque son tan improvisados, tan nuevos, tan desfachatados, que todo va saliendo. El problema está en que son políticas que matan. Va a haber momentos difíciles, aquí se van a establecer las piezas fundamentales de lo que va a venir para el futuro de la política. El peronismo, en contraposición, también se tiene que replantear muchas cosas. Todavía se siguen peleando entre ellos. Yo creo que ahora es el momento fundamental para que empiecen a salir los nuevos cuadros políticos personas jóvenes, frescas, diversas

Puan, la ficción hecha realidad

Puan, la ficción hecha realidad

La misma semana en que las universidades nacionales pararon durante 48 horas, el ciclo Cine por la Identidad proyectó la película que anticipó el desfinanciamiento educativo.

“Cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia” advierte la pantalla al comienzo de series y películas. Este aviso tomó especial relevancia el jueves 22 de agosto en la proyección de la película Puan, en el auditorio de Casa por la Identidad del Espacio Memoria Ex ESMA, como parte del Ciclo Cine por la Identidad. El largometraje, dirigido por María Alché y Benjamín Naishtat, fue proseguido por un debate en el cual participaron ambos directores junto con uno de los protagonistas del film, Leonardo Sbaraglia.

En un contexto signado por el congelamiento del presupuesto para las universidades públicas, la caída de los salarios docentes y paros universitarios durante las primeras dos semanas de la segunda mitad del ciclo lectivo, el reclamo del sector educativo se unió a la causa del cine argentino durante la proyección del filme. “Es lo único que tengo. El único lugar en el que soy algo es en Puan”, afirma el protagonista de la película, Marcelo Pena, un profesor de Filosofía con una situación económica tambaleante, interpretado por Marcelo Subiotto.

El largometraje, escrito durante el 2020 y filmado entre 2022 y 2023, relata la rivalidad de dos profesores que, ante la muerte del jefe de cátedra de Filosofía Política, luchan por heredar el puesto. El contexto de la película resulta estremecedoramente actual: la problemática salarial docente y la dificultad de proyectar un futuro mejor, la corrida cambiaria y el desfinanciamiento de la universidad pública.

“La película no es futurista, sino que la escribimos en el 2020, un poco imbuidos de la experiencia generacional del 2001 y de este ciclo que no es la primera vez que ocurre”, afirma Naishtat, uno de los directores del filme, a ANCCOM. “Las universidades son una especie de objeto preciado por esta idea más neoliberalista o utilitarista de la economía, pero quizá este es el peor ataque desde la dictadura”.

Mientras los senadores intentaron aumentar su dieta a casi 9 millones de pesos, el sueldo básico de un profesor adjunto con dedicación exclusiva está por debajo de la línea de pobreza, según cifras compartidas por el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC).  “Lo que vimos en abril con la primera gran movilización universitaria es que ahí fue la primera vez que se le puso un límite al gobierno. Por mi parte tengo la esperanza de que ese límite se revalide ahora con las nuevas movilizaciones que hay en torno a las discusiones salariales, que es evidente que están atrasados”, expresa Naishtat. 

Con una inflación acumulada que supera el 134% desde diciembre de 2023 hasta julio de 2024  y tomando en cuenta las proyecciones inflacionarias y la propuesta de un incremento salarial de un 3% para agosto y 2% para septiembre por parte del gobierno nacional, los docentes habrán perdido 23,7% de poder adquisitivo respecto de noviembre de 2023.

En relación a las diversas medidas de vaciamiento que está tomando la administración, Naishtat agrega: “El gobierno intenta avanzar material y simbólicamente sobre la educación, la ciencia, lo público, la identidad y la construcción de sentido. El cine y la universidad pública están siendo atacados de la misma manera y por los mismos motivos”. En consonancia con esto último, María Alché, también directora de la película, comenta a ANCCOM: “Todo esto responde a lo mismo: un proyecto de país que quiere aplastar a sus ciudadanos. En este contexto, creo que las respuestas colectivas son importantes, y en ese sentido, la educación tiene un rol fundamental.” 

Luego de dos jornadas de movilizaciones, la primera del 12 al 14 de agosto, y la segunda convocada por el Frente Sindical de Universidades Nacionales el 20, 21 y 22, para Naishtat, el intento del Poder Legislativo de convertir la educación en un servicio esencial a través de la Ley Finocchiaro, tiene por objetivo sofocar estos movimientos. “Esto de querer convertir la educación en un servicio es un coqueteo del gobierno de extrema derecha con una parte reaccionaria de la sociedad que está en contra de la organización, del derecho a huelga, y es un intento de disciplinamiento”. Y continúa: “No es gratuito o casual, en este país, querer disciplinar a la universidad y transformarla en servicio, porque en los hechos significa que no podría haber huelga. En este país, la historia de la universidad está plagada de lucha, con la Reforma Universitaria de 1918, que tuvo sus muertos, el Cordobazo y pasando por los miles de desaparecidos de las universidades en los 70. No es casual que vayan con esa idea de terminar la política en la Universidad”. El director llama a continuar resistiendo desde la comunidad docente y el conjunto de la sociedad: “Hay que poner un freno más amplio, y que retumbe a su vez hacia múltiples frenos en diversas avanzadas del gobierno”.

Por su parte, el actor Leonardo Sbaraglia –quien interpreta al profesor Sujarchuk, rival de Marcelo Pena en la película–, demostró su apoyo a la educación pública: “Entiendo lo ejemplar y lo maravillosa que es la educación en este país. Esto no es de ahora, sino que creo que lo venimos arrastrando hace muchos años de sueldos depreciados. Vamos a seguir tratando desde las comunidades y desde todas las diferentes voces que esto se revierta”. 

Sbaraglia comparte a ANCCOM cómo fue parte de los reclamos docentes de la Carpa Blanca a finales de la década de los 90, e insiste en que “hay que seguir resistiendo y peleando. Da mucha bronca y mucha frustración todo esto. No parece que esto no se entienda, sino que es como si fuera también parte de una cuestión ideológica de no entender, o que justamente lo que se quiere es atacar en las identidades más propias y más originales”.

Sbaraglia comenta: “Parece que estamos otra vez hablando de algo que ya se había discutido y ya se había logrado, pero no hay que bajar los brazos”. Además, el actor sostiene que la gran desinformación que circula, tanto en redes como en medios de noticias, presenta desafíos y amenazas a los derechos adquiridos y a la democracia a través de las fake news. “Los docentes hoy prácticamente están poniendo plata de su bolsillo para poder sostener la educación. Gracias a la solidaridad y al esfuerzo de tanta gente se está pudiendo sostener un sistema de educación, un sistema de cultura, un sistema inclusive médico y científico. Hay que seguir apostando a no retroceder. Me parece que es necesario volver a crear un lenguaje, quizás con aquellos que todavía no lo tienen, porque quizás los chicos más jóvenes que solo se informan con Instagram o Twitter terminan creyendo cosas que no son verdad, como que los artistas cobran del Estado”.

Luego de la alta adhesión durante las dos jornadas de movilizaciones, los sindicatos prevén la posibilidad de organizar una nueva Marcha Federal Universitaria en la semana del 9 de septiembre, en un esfuerzo por visibilizar aún más sus demandas frente al Gobierno. Por otro lado, el 15 de agosto se le dio media sanción en la Cámara de Diputados al proyecto de ley de Actualización de Gastos de Funcionamiento y Salarios y Becas Estudiantiles. Este proyecto, presentado por la UCR y acompañado con el voto por Unión por la Patria y la izquierda, pondría en funcionamiento, en primer lugar, la actualización de los salarios docentes y no docentes según la inflación acumulada desde diciembre. En segundo lugar, procedería a actualizar de forma bimestral los gastos salariales y de funcionamiento de las casas de altos estudios según el Índice de Precios al Consumidor (IPC).

Por otro lado, este jueves 22 también fue publicada en el Boletín Oficial la Resolución 689/2024. En ella, el Gobierno estableció un nuevo aumento del salario mínimo para los docentes en todo el país, de $420.000 al mes.

 

La motosierra en el cine argentino

El cine argentino fue una de las presas tempranas del plan sistemático del gobierno mileísta, cuya consigna es recortar y desfinanciar bajo el cántico mediático de “No hay plata”. La industria del cine nacional recibió dos duros golpes durante la primera mitad del año: la reducción del financiamiento del Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales (INCAA) y el cierre provisorio de la histórica sala Cine Gaumont que, si bien actualmente se encuentra en funcionamiento, sufrió modificaciones en su estructura, como despidos y el aumento de sus entradas en más de un 500%.

“Salvando las grandes distancias, el discurso con respecto a nuestro oficio, que es el cine, es un poco parecido a la docencia”, dice Sbaraglia y agrega: “Es como si la cultura no fuese un valor a cuidar y a proteger, y parece que todo tiene que pasar por la orden del mercado y de la taquilla cuando sabemos perfectamente lo importante que es el apoyo que pueda haber desde lo estatal, gubernamental e institucional al proteger nuestra cultura, porque es proteger una identidad”. 

Mujeres sin consuelo

Mujeres sin consuelo

«Partió de mí un barco llevándome» es un documental de Cecilia Kang -una directora nacida en Buenos Aires desdendiente de coreanos- que relata la historia de las jóvenes asiáticas secuestradas y violadas reiteradas veces por el ejército nipón ocho décadas atrás. ¿Quiénes son las Abuelas orientales?

Cecilia Kang es directora y guionista. Nació en Buenos Aires y allí vivió toda su vida, pero el origen de su familia proviene del otro lado del mundo, Corea del Sur. Hace 39 años convive con esas dos culturas tan disímiles entre sí.

En 2013, mientras ideaba su ópera prima, viajó a la tierra de sus padres, donde conoció a Kim Bok-Dong, sobreviviente y símbolo de las “mujeres de consuelo” (“comfort women”), esclavas sexuales de soldados japoneses durante la Segunda Guerra Mundial. Hasta ese entonces, ella desconocía esa parte de la historia. El relato la estremeció y volvió a Buenos Aires convencida de querer contarla. 

Una década después nació Partió de mí un barco llevándome, un documental que relata la historia de las jóvenes asiáticas secuestradas y violadas reiteradas veces por el ejército nipón ocho décadas atrás. Pero no lo hace desde una perspectiva histórica, sino a través de los ojos de Melanie Chong, la protagonista, una joven argentina de padres coreanos, atravesada por la inmigración, el desarraigo y la violencia de género.

El film debe su nombre a un poema de Alejandra Pizarnik (Árbol de Diana, 1962) que, en palabras de su directora, “habla sobre ciertas experiencias en el mundo que no se pueden expresar con palabras”. “Partió de mí un barco llevándome tiene que ver con esa cuestión de identidades desplazadas, cómo somos cuando somos desplazados del lugar donde estamos. Es un vehículo para poder poner en imágenes y sonidos aquellas cosas que quizás con palabras es tan difícil decir y pronunciar”, relató Kang a ANCCOM.

El documental se estrenó mundialmente en la última edición del Festival Internacional de Cine de Mar del Plata, donde ganó el Premio Especial del Jurado y el Premio del Público. Recientemente aterrizó en el Festival de Cine de Lima, que finalizó su 28° edición el 17 de agosto pasado. Actualmente se puede ver todos los sábados de este mes en el Museo de Arte Latinoamericano de Buenos Aires (MALBA). Se espera que próximamente pueda llegar a otras provincias del país. Su directora, espera también proyectarla en Corea del Sur, ya sea en el marco de un festival o circuito alternativo.

Cecilia Kang, directora de Partió de mí un barco llevándome

¿Por qué decidiste contar la historia de las “mujeres de consuelo” en tu película?

Yo desconocía completamente esta parte de la historia. La descubrí porque tuve la oportunidad de conocer a una de las sobrevivientes en el año 2013. Estaba viajando por Corea, filmando cosas para mi primera película y allí, muy de casualidad en un Congreso de Mujeres, tuve la oportunidad de conocer a una de las sobrevivientes. Fue una experiencia completamente dolorosa, pero también me abrió los ojos, sentí la necesidad imperiosa de contarla. Volví a Buenos Aires y pensaba: “Esto se debería saber más”. ¿Cómo puede ser que ni yo, que soy hija de coreanos, sabía esto que había sucedido? Esa fue la motivación inicial. Encontrarme con esa sobreviviente me dio la necesidad, pero también el coraje, para animarme y hacer una película sobre esto.

 

¿Y por qué decidiste contarlo a través de la historia de otra joven?

Yo no soy historiadora, no me sentía con credenciales suficientes para poder hablar y hacer una película sobre este hecho histórico porque es algo muy doloroso e inabarcable. Nuestro punto de partida fue preguntarnos: ¿cómo poder traer al presente esa porción del pasado? La idea no era hacer una película sobre revisionismo histórico ni mucho menos, sino pensar, en este presente, cómo ese pasado sigue resonando todavía en nosotras, en mí. Así fue como decidimos poner el motor en el presente. También tuvimos la suerte de encontrar a alguien como Mélanie Chong, la protagonista ideal de esta película, alguien que le puso el cuerpo a esta reflexión. A través del ejercicio que la directora le propone en la película (el de preparar el testimonio de una sobreviviente) es donde entendemos cómo ese hecho sigue todavía afectando nuestro presente. Eso se puede observar justamente a través de la vida diaria de Melanie que dialoga con el texto que está preparando ella como actriz.

 

¿Por qué elegiste como protagonista a una actriz argentina de padres coreanos? ¿Por la similitud con tu experiencia personal o por el tema que trata la película?

Hicimos un casting abierto para todas las chicas de la comunidad coreana, de un rango etario parecido al de aquellas mujeres secuestradas y explotadas. La primera escena de Partió de mí un barco llevándome es un casting real. La idea era buscar no una, sino varias chicas con las que pudiéramos conversar, escucharlas y ver qué pasaba con esas lecturas, qué pasaba cuando alguien de la comunidad coreana, como yo, alguien que nació acá pero que tiene padres coreanos, puede escuchar y reproducir un testimonio en primera persona de esas mujeres. Era tratar de emular aquello que yo sentí cuando conocí a una sobreviviente en Corea. Pero lo más interesante no fueron las lecturas y las reflexiones posteriores, sino las pequeñas entrevistas que yo les hacía a estas chicas para conocerlas más, para entender cómo eran sus vidas duales culturalmente, ser hija de coreanos, ser argentina, ser coreana, ser todo y no ser nada. Era muy evidente que estas chicas todavía vivían en ciertas estructuras opresivas, había ciertos elementos que seguían operando en sus vidas, pero sin que se dieran cuenta. En realidad es algo que nos pasa a todas de alguna forma. Bueno y fue así cómo conocí a Melanie con quien conecté rápidamente. Sentí una especie de reflejo entre ella y yo.

 

¿Y cómo se vive esa vida dual de la que hablas? 

Es una pregunta que yo misma me hago todo el tiempo y la verdad es que aún no tengo una respuesta. Es decir, es una respuesta que se reescribe constantemente. Yo creo que hago películas para poder responder esa pregunta, es un motor que me inspira a hacer cosas, a crear.De alguna forma todos nos preguntamos quiénes somos y cuando nos preguntamos quiénes somos es inevitable preguntarse de dónde venimos. En mi caso, eso es complejo y dual: ser coreana, ser argentina, ser las dos cosas, no ser nada. Por momentos esa dualidad es súper luminosa, pero también hay muchos momentos de contradicción que viví en mi vida y que sigo viviendo. Pero, bueno, son las conformaciones que tenemos y es la riqueza también que tiene cada uno. Yo creo que cuanto más diversas son las sociedades, más enriquecedor es. Yo agradezco tener la posibilidad, más allá de las contradicciones con las que vivo, de poder ampliar mi mirada en ciertas cuestiones. Es parte de quien soy y trato de vivir con eso.

Todos los miércoles al mediodía, desde enero de 1992, las víctimas junto a grupos sociales marchan frente a la Embajada de Japón en Seúl exigiendo justicia. Como argentina, es inevitable hacer una conexión automática con la Ronda de las Madres de Plaza de Mayo de todos los jueves.

Cecilia Kang

¿Encontraste puntos en común entre Argentina y Corea del Sur a la hora de llevar a cabo este documental?

Si, claro. Cuando comenzamos la investigación con Virginia Roffo (guionista de la película) leímos mucho al respecto. Allí descubrimos que existían “las marchas de los miércoles” (todos los miércoles al mediodía, desde enero de 1992, las víctimas junto a grupos sociales marchan frente a la Embajada de Japón en Seúl exigiendo justicia). Obviamente, como argentina, es inevitable hacer esa conexión consciente y automática con la Ronda de las Madres de Plaza de Mayo todos los jueves. De hecho, los coreanos llaman “abuelas” a estas sobrevivientes (“halmeoni” en coreano), son las abuelas en Corea. Es inevitable hacer esta conexión y conmoverse. Es una conexión más emocional. Además, para mí era tan poético porque, aunque muy distintas, son luchas y experiencias que vivieron las mujeres. Dolores distintos pero igual de grandes e inabarcables. Y, a diferencia de lo que ocurre en Corea, nosotros, como argentinos y argentinas, sí podemos decir que acá se logró justicia. Es importante remarcar y defender eso, más que nada hoy en día, donde hay ciertas políticas que quieren echar para atrás luchas muy grandes y avances gigantescos que se hicieron y que se reconocen internacionalmente, como la lucha de las Madres y las Abuelas. Hay muchas diferencias, claro, son luchas y crímenes diferentes, pero yo creo que hay una conexión política, que nos ayuda a reflexionar y a poder tratar de hacer mejor las cosas para vivir en una sociedad más justa.

 

¿Cómo fue recibida la película en la comunidad coreana?

Estoy muy sorprendida y muy agradecida con la comunidad coreana de Buenos Aires. En cada proyección que tenemos siempre encontramos gente que viene de la comunidad y cuando termina la película nos felicita. Por un lado, por las nuevas generaciones, por esta cuestión de entender que es importante dar luz a estas historias del pasado para que justamente no vuelvan a ocurrir. Pero también la conexión inevitable que tienen las personas de la comunidad coreana con una historia como esta, con respecto a todas las consecuencias que significa ser migrante o hijo de migrantes. Entonces cuando hay una película que está hablando de tu comunidad es inevitable sentirse interpelado e identificado. Yo agradezco mucho las devoluciones, las lágrimas y los abrazos después de cada proyección. En Corea del Sur todavía no la mostramos. Estamos esperando justamente eso, ver si tenemos alguna oportunidad para llevarla a algún festival de cine, y si no proyectarla en algún circuito alternativo, lo cual me encantaría porque me gustaría saber qué opinan, qué pensarán los coreanos, allá en Corea del Sur, acerca de esta película, cómo tomarán que una persona que no es de allá hable sobre ese aspecto de su historia.

 

¿Por qué es importante contar este tipo de historias en nuestro cine?

Estas historias tienen un valor muy importante en general, en el mundo. En mi caso, sentí la necesidad de visibilizar aquellos espacios de los que quizás yo formo parte pero mucha gente desconoce. Por eso también siempre me interesa hacer películas que traten estos temas, ser mujeres o, en mi caso, ser parte de la comunidad coreana en Argentina. Siento que son espacios que no tienen tanta visibilidad o tanta voz desde adentro, porque siempre existe esa mirada exotizante de afuera que puede juzgar o definir. Y no hablo solo de mi comunidad, sino de todas las comunidades, minorías y divergencias. Me parece que siempre es más interesante ver películas con una voz que lo cuente desde adentro. Pero también es importante porque esto que muestro es una faceta más de la identidad argentina. En primera instancia se puede ver como algo exótico y ajeno, pero no, todo lo contrario. Es una muestra de cómo y quiénes somos los argentinos. Los argentinos somos esto también, esta multiculturalidad. Es un patrimonio cultural que tenemos que defender y mostrar, sobre todo hoy cuando hay políticas que van en detrimento de esto. El valor de nuestro cine es mostrar quiénes somos y si un país pierde esa voz ¿quién nos va a reconocer?, ¿quién nos va a defender? Esta película es importante no solo para visibilizar, sino también para sostener espacios que se ganaron gracias a luchas muy importantes. No todos los países tienen la libertad de poder contar las cosas que se cuentan en nuestro cine.

 

¿Qué opinas de las políticas públicas que viene llevando el gobierno de Javier Milei contra la cultura en general y contra el cine en particular?

 

Es todo muy lamentable. Nuestro cine es reconocido y respetado en todo el mundo. Es una lástima que quieran demonizar y tirarlo abajo por cuestiones de ignorancia, por no entender cómo funciona una industria. Porque el cine no es solo cultura, es industria y trabajo. Por ejemplo, nosotros hicimos esta película gracias al subsidio de Vía Digital, que se otorga para la realización de documentales, pero hoy por hoy ese subsidio no existe más, películas como las nuestras ya no se pueden hacer. Eso te marca ya la situación en la que estamos. No podemos perder nuestra identidad, hay que seguir luchando por ella. La importancia patrimonial de un país no es solo lo económico o lo financiero, sino también lo cultural.

 

Día Nacional de las Mujeres de Confort

El crimen contra las miles de mujeres secuestradas y explotadas sexualmente en manos del ejército nipón aún sigue impune y millones de coreanas reclaman justicia. Por ello, y a partir del primer testimonio de una de las sobrevivientes el 14 de agosto de 1991, se exige que el Estado japonés se responsabilice por estos actos y pida disculpas a las víctimas.

En honor a Kim Hak-Soon, la primera mujer que se animó a contar lo sucedido y que incentivó a muchas otras más, el gobierno coreano conmemora el Día Nacional de las «Mujeres de confort» cada 14 de agosto desde el año 2018.

«Los diputados visitando a genocidas es la ruptura del pacto democrático”

«Los diputados visitando a genocidas es la ruptura del pacto democrático”

Juan Pablo Csipka habla de «Una batalla de todos los días. Cómo recuperamos la democracia en la Argentina», un libro en el que desgrana la transición de los 80, desde el fracaso económico de la última dictadura y su derrumbe hasta los juicios a la Juntas y la asonada militar de Semana Santa.

 

“Desde el primer momento, el objetivo de Alfonsín era evitar otro golpe de Estado”, comenta Juan Pablo Csipka, periodista, investigador y autor del libro Una batalla de todos los días. Cómo recuperamos la democracia en la Argentina (Editorial Marea). Csipka se centra en el levantamiento de Semana Santa de 1987, un momento crucial que sintetiza las tensiones políticas y sociales de la época. El autor utiliza este evento como hilo conductor para analizar el período que va desde la descomposición de la dictadura en 1980 hasta los años 90.

 

¿Cómo surge el libro? ¿Qué te llevó a centrarlo en la transición democrática?

Siempre me interesó el concepto de transición democrática, ver cuáles fueron los límites de esa transición. ¿Cuándo comenzó y cuándo terminó? No hay una convención. Yo digo que la transición empieza, no en Malvinas, sino dos años antes, en 1980: ahí empieza la descomposición de la dictadura. El trabajo sucio ya estaba hecho, y comienzan a exportar la represión ilegal a Centroamérica para reprimir la Revolución Sandinista porque ya no había a dónde más reprimir acá, pero los grupos todavía estaban enviciadísimos. Empieza el descalabro económico, colapsa el modelo de (José Alfredo) Martínez de Hoz. Se produce el recambio de (Jorge Rafael) Videla por (Roberto) Viola, y Viola cae por un golpe interno que le hace (Leopoldo) Galtieri. Este periodo culmina en el verano del 91 con la derrota definitiva de la amenaza carapintada, cuando Carlos Menem reprime en diciembre del 90 como no había podido hacer Alfonsín. En el medio están los indultos: impunidad para todo el aparato represivo y la economía más o menos estabilizada. Volvemos al orden de 1980, es una transición que termina de manera agridulce.

 

En el libro vas narrando y corrigiendo varios equívocos de esa década, como que la Obediencia Debida fue la consecuencia directa del alzamiento pero que Alfonsín ya tenía un borrador, en realidad.

El alzamiento es la reacción al Punto Final. En el verano del 87 vence el plazo de los 60 días que habían dado para hacer las denuncias y en febrero empiezan las citaciones, y los militares están en una situación de sospecha, no se define quién tiene que ir, quién va a ser el próximo y hay un despelote bárbaro. En el medio, Alfonsín va a Las Perdices, un pueblo de Córdoba. Típico acto de presidente de antaño en la Argentina, dice que va a enviar un proyecto de ley que amplíe el alcance del Punto Final, estaba tranquilizando al generalato. No nombra la Obediencia Debida, pero dice que hay militares que actuaron por coerción. Después vino Semana Santa y ese acto quedó en el olvido, pero los carapintadas se han querido quedar con la memoria histórica de decir que la Obediencia Debida la lograron ellos. Otro mito es que el alzamiento de Semana Santa no fue un intento de golpe de Estado; Semana Santa se propuso un objetivo y lo consiguió, e incluso uno podría pensar que realmente buscaban llegar al punto extremo de la reunión con Alfonsín cara a cara y después dejar la imagen de él y la victoria de “sacamos la ley”. La ley iba a salir, el tema es que las condiciones del debate son muy distintas por lo que pasa en Semana Santa.

 

Durante la campaña presidencial, Alfonsín habló de “los tres niveles de responsabilidad”: los que dieron las órdenes, los que las cumplieron y los que se excedieron. ¿Por qué el gobierno no quería continuar hacia abajo con los juicios por violaciones de Derechos Humanos?

Había mucho desgaste, Alfonsín consideraba que eso consumía todo su gobierno. Consideraba que alcanzaba con juzgar a los comandantes, o sea a los que dieron las órdenes y a los que se excedieron. Algunos nombres emblemáticos de la represión: (Ramón) Camps, a (Alfredo) Astiz él lo quería ver en cana. Y tenía esa lógica de los políticos de la guardia vieja, había que reprimir porque había guerrilla, había insurgencia. Hubo excesos, no consideraba la idea de plan criminal. Reivindicaba la lucha contra el terrorismo, pero nunca iba a reivindicar y aceptar el terrorismo de Estado. Además, era un desgaste muy grande juzgar durante todo su mandato. El juicio a las Juntas termina cuando se cumplen dos años de mandato, un tercio de la presidencia. En el debate del Punto Final él lo plantea en cadena nacional: ya llevo la mitad de mi mandato con esto, diciendo entre líneas: es un desgaste tremendo, hasta qué punto el sistema democrático puede estar tensionado y sufrir la posibilidad de un nuevo golpe si avanzamos.

 

¿Cómo influyó la “Teoría de los Dos Demonios” en la percepción y el tratamiento de las violaciones de derechos humanos en este período?

Hay un libro a comienzos del 84 que es Montoneros, la soberbia armada de Pablo Giussani, que después es una especie de periodista oficial de Alfonsín. En ese libro defenestra a Montoneros; empieza, muy tenebrosamente, a plantear que tenían una estructura que quería equipararse a los militares: cómo manejaban la militarización, ciertos aspectos de mesianismo, y eso armó un debate muy complicado. El propio Alfonsín habilita ese debate con los dos decretos: el 157/83 que procesa las cúpulas de Montoneros y el 158/83, a los comandantes, el propio presidente está aquí haciendo la equiparación. Yo creo que es una cuestión de orden cronológico, o sea para poder juzgar la represión ilegal tenían que avanzar con lo que había generado esa represión ilegal.

 

En el contexto actual, ¿cómo ves la reivindicación de esta teoría por parte del gobierno de Javier Milei?

El gobierno actual va más allá, es la lógica de (Victoria) Villarruel de que hay un solo demonio: la guerrilla. Villarruel no acepta el concepto de terrorismo de Estado, lo ha reivindicado, y cuando habla de terroristas, dice terroristas a secas, habla de la guerrilla. Ni siquiera es negacionista, es justificadora y apologista directamente. La cuestión negacionista en estos últimos años ha alcanzado otros niveles, se discuten las cifras de desaparecidos. La represión fue ilegal, no se puede pedir exactitud. Llegaron al extremo de agarrar a un mitómano, lo de Luis Labraña es vergonzoso, “porque yo inventé los 30.000”. Es mitomanía pura.

 

¿Y sobre la “memoria completa”?

El concepto de memoria completa me interesa porque se le podría haber dado una vuelta de tuerca que lamentablemente no se le dio, que es usarlo en el sentido de referirnos a la represión ilegal por el lado de los militares, pero hay un sector que quedó muy solapado, que nadie le dio demasiado interés, que es el bloque civil de la dictadura. Ese para mí sería el uso más interesante de memoria completa, los civiles. ¿Dónde están los civiles? Martínez de Hoz, todos los funcionarios del Ministerio de Economía, del Banco Central, los ministros que fueron civiles, los empresarios de medios colaboracionistas: Ford, dentro de nuestro gremio Atlántida, Para ti. Eso para mí es memoria completa. Y la derecha se lo apropió por el tema de la lucha insurgente.

 

Para mí, el uso más interesante de memoria completa sería preguntarse por los civiles: Martínez de Hoz, todos los funcionarios del Ministerio de Economía, del Banco Central, los ministros que fueron civiles, los empresarios colaboracionistas: Ford, dentro de nuestro gremio: Atlántida, Para ti. Eso para mí es memoria completa. Y la derecha se lo apropió por el tema de la lucha insurgente.

Juan Pablo Csipka

¿Cómo influyó el cambio del programa económico en 1975 en la configuración de las políticas económicas argentinas y el desarrollo del neoliberalismo en el país?

En 1975 se abandona el patrón de la sustitución de importaciones y entra el rentismo financiero. No es un fenómeno local solamente, es un cambio de paradigma en el mundo. La crisis del petróleo había generado una inflación altísima, estancamiento económico, ahí es cuando empieza la cuestión del neoliberalismo. Y esto va de la mano de otra cuestión que se asemeja al 30, cuando entra en colisión la idea de democracia y capitalismo. En el 75, 76, también: el nuevo programa no se podía aplicar en democracia. En 1930 alcanzó con el Estado policial: la policía haciendo inteligencia, torturando, represión pero de baja intensidad. A partir del 76 toma una magnitud nunca antes vista. Además, la dictadura inventó algo con lo cual la democracia nunca se metió: la Ley de Entidades Financieras del 77, que le dio el monopolio, el manejo de la tasa de interés a los bancos. Timba, timba, timba. El alfonsinismo no terminó de entender el cambio brutal de la economía argentina. El que lo asimila es Menem, quien completó la obra, y no lo dimos vuelta, esa es la gran derrota. Destrozaron la capacidad de transformación de la sociedad argentina. La política a partir de 1983 no es lo que era antes del golpe del 76. El Estado se convirtió en una máquina de recaudar solamente para pagar deuda, nada más. No hay plan de desarrollo.

 

***

 

Según Csipka, la Argentina experimentó tres hitos importantes en este siglo: la crisis de 2001, la pandemia y en el medio, el conflicto por la Resolución 125 en 2008. Este conflicto marcó un punto de inflexión en la política argentina y tuvo repercusiones que se extienden hasta el presente. «La 125 es el acta de refundación de la derecha argentina. No se puede entender la presencia de (Mauricio) Macri sin la 125. El hecho de que la clase media haya asumido el discurso de la Sociedad Rural, o sea, gente que tiene dos macetas en el balcón, acompañando a tipos que tienen 50.000 hectáreas. La gran deuda pendiente de Argentina es que no cambiamos la matriz de la dictadura. La dictadura triunfó de punta a punta. Nos pasaron por arriba y no se pudo regenerar otra cosa”.

 

No hay más amenaza golpista, pero no se ha revertido la matriz económica de la dictadura. ¿Cómo ves el estado actual de la democracia en Argentina?

Uno pensaba que después del 83 la democracia estaba consolidada en términos políticos, el “pacto democrático”: no al golpismo, no a la tortura, no a la violación de derechos humanos. Podemos discutir políticas económicas más a la izquierda, más a la derecha, pero después hay cuestiones que están fuera de discusión: Astiz tiene que estar preso. Y eso entró en duda estos últimos tiempos. Creo que el kirchnerismo se quedó a mitad de camino con el tema de no meter el debate crítico/autocrítico de la lucha armada de las organizaciones. Se generó toda una cuestión revanchista: el curro de los derechos humanos, que ante cualquier emergencia Cristina sacaba a un nieto de un sótano y todo ese tipo de barbaridades. Y así llegamos a tener a Javier Milei y Victoria Villarruel, ahí tenés el estado de la política. Tenemos diputados yendo a visitar genocidas. Eso es lisamente ruptura del pacto democrático. La democracia argentina en términos políticos fue asombrosa por lo que hizo con su modelo de Memoria, Verdad y Justicia, porque no tiene precedente lo que hace el gobierno de Alfonsín. A mí me hubiese gustado, como a todos, que no hubiese habido indultos, ni Punto Final, ni Obediencia Debida. Retrocedimos, avanzamos.

 

Y por último, pero volviendo un poco al principio del libro, me interesa el nombre, Una batalla de todos los días.

Es un fragmento de un discurso de Alfonsín. Me llamó la atención, y un poco lo sintetiza la frase, es la idea de que justamente Alfonsín dice que la democracia empezó el 10 de diciembre, pero la lucha sigue, tenemos que consolidarla. Ahí está la idea de la transición también, no es que de un día para otro pasamos de un sistema al otro. Si bien no es lo mismo el Estado de derecho que el Estado de una dictadura terrorista, el Estado de derecho había que construirlo día por día. Esta idea que Alfonsín tenía de juzgar; decía “vamos a juzgar a los militares”, pero no en el sentido revanchista, sino también en el sentido de garantizar que esto no vuelva a pasar.

Reclamos de trabajadores de prensa a diario

Reclamos de trabajadores de prensa a diario

El SiPreBA se movilizó desde la puerta de Página/12 hasta la Secretaría de Trabajo en reclamo de aumento salarial. «Tenemos sueldos por debajo de la línea de indigencia», subrayan en el gremio.

Este miércoles al mediodía, trabajadores agrupados en el Sindicato de Prensa de Buenos Aires (SiPreBA) se dieron cita en la puerta del diario Página/12 para reclamar por salarios dignos. Reclamaron, entre otras cosas, que la Secretaría de Trabajo convoque a reuniones paritarias para que las empresas de periodismo gráfico actualicen el nivel de salarios para el próximo trimestre.

La concentración y posterior movilización estaba pautada para la una de la tarde, bajo la consigna “Pagan salarios de pobreza y bloquean las paritarias”. Cerca de las doce y media comenzaban a llegar los primeros trabajadores con banderas y volantes. El sonido de las trompetas y los redoblantes hizo que la presencia de los manifestantes fuera ineludible. Ante la pregunta de algunos transeúntes que caminaban por la Avenida Callao, periodistas y reporteros gráficos se disponían a explicar sobre la delicada situación salarial en la que hoy se encuentran. Con el correr de los minutes, fueron llegando trabajadores de diferentes medios y también de otros sindicatos para comenzar a marchar hacia la Secretaría de Trabajo de la Nación.

El secretario general de SiPreBA, Agustín Lecchi, explicó que la movilización desde Página/12 hasta la Secretaría de Trabajo se debe a que ya pasó más de un mes desde las últimas negociaciones paritarias y porque está vencido el acuerdo salarial. Lecchi explica que el salario de un trabajador de prensa hoy puede estar entre los 325.000 y los 400.000 pesos.

“No podemos tolerar esto en una Argentina donde sigue habiendo una inflación mensual que ronda los 4 puntos, se hace muy difícil para nuestros compañeros y compañeros llegar a fin de mes”, aseguró el dirigente gremial. Además, remarcó la importancia que los trabajadores de prensa tienen para garantizar el derecho a la información, que es su oficio, su profesión y su obligación.

Lecchi sostiene que la Secretaría de Trabajo suspendió las audiencias que tenían acordadas hace quince días por orden de los grandes medios. La última vez que se reunieron en la Secretaría de Trabajo fue hace un mes.

Llamadas

En las últimas horas, los trabajadores de prensa habían recibido llamados de la Secretaría de Trabajo para establecer el diálogo por paritarias, tanto el martes como el mismo miércoles a las ocho de la mañana. Pero el gremio decidió de todas maneras mantener en pie la movilización. Con respecto a esta decision, Lecchi sostuvo que están abiertos al diálogo, siempre y cuando sea conducente, que resuelva la situación. “Para nosotros, bienvenido todo diálogo, pero lo que necesitamos es recuperar los salarios. No podemos esperar semanas y semanas sin tener instancias paritarias porque cada semana que perdemos es el salario que se sigue depreciando de nuestros compañeros y compañeras”, aseguró.

Ana Paoletti, delegada de SiPreBA en Página/12, explicó que el motivo de la movilización a la Secretaría de Trabajo era exigir la convocatoria urgente de una audiencia para discutir la paritaria de prensa escrita. Hasta ahora las audiencias fueron suspendidas por un reclamo del sector empresario.

“El salario de los compañeros y las compañeras es urgente. Es una discusión que no podemos postergar más”, dijo la delegada y contó que Página/12 es la única empresa de prensa escrita que no ha otorgado ningún aumento en el último trimestre. Durante su alocución frente al edificio del diario, Paoletti expresó que no se puede hacer periodismo de calidad con un sueldo de 350.000 pesos.

La delegada gremial, además, aseguró estar preocupada por la indiferencia que siente de parte de la dirección periodística de Página/12. Paoletti sostiene que a los trabajadores que participan de los reclamos salariales les descuentan los días de paro, mientras que aquellos que no participan de las acciones sindicales son premiados. De esta manera, pueden encontrarse en una misma sección trabajadores que hacen el mismo trabajo pero reciben salarios distintos. Los que no hacen paro pueden estar cobrando hasta el doble que aquellos que participan de los reclamos: “Queremos que esto se resuelva pronto y que Página/12 respete la decisión de los trabajadores de negociar los salarios en la Secretaría de Trabajo con su representación gremial que es el Sindicato de Prensa de Buenos Aires”.

Página/12 es parte del multimedios Grupo Octubre, el cual dirige el sindicalista Víctor Santa María. Paoletti cuenta que, a su vez, dentro del Grupo Octubre hay una agencia que se llama GO (las iniciales del grupo), donde funciona una redacción paralela. Está agencia nutre al sitio web del diario cuando los trabajadores hacen medidas de fuerza. “Esto es algo que funciona hace ya dos o tres años, pero aún así no ha podido doblegar a la organización gremial con una trayectoria y una tradición que ya cumplió 37 años”, señala la delegadal.

Paoletti expresó que cobrar un salario digno es un reclamo de todos los trabajadores. La delegada aseguró que no sólo los trabajadores de prensa ha perdido poder adquisitivo sino todos los trabajadores. Sin embargo, el periodismo cumple un papel particularmente importante en la sociedad: “El rol de los medios de comunicación es garantizar la pluralidad de voces, garantizar la democracia”, aseguró. Para ella, en este contexto es necesario que esté Página/12, los medios alternativos, los medios autogestivos y todos los posibles para analizar la situación que estamos viviendo.

En la manifestación también se hicieron presentes  trabajadores del Sindicato de Canillitas, de la Federación Gráfica Bonaerense, de La Bancaria y de la Federación de Aceiteros y Desmotadores.

El Sindicato de Prensa de Buenos Aires obtuvo la personería gremial a principios del 2023, quedando a partir de ese momento en condiciones de negociar paritarias en nombre de los trabajadores. Francisco Ravini, delegado de Sipreba en el diario Clarín, explicó que la medida de fuerza era específicamente por la decisión de la cámara empresaria AEDBA de no participar en la paritaria y de no firmar los últimos dos acuerdos. El delegado gremial dijo, también, que, en el caso específico de Página/12, la falta de homologación de esos acuerdos se utilizó para no cumplir con los básicos de consenso que establecen esas paritarias, como los pagos y retroactivos.

AEDBA es la Asociación de Editores de Diarios de la ciudad de Buenos Aires. La integran BAE Negocios, Clarín, La Nación, Perfil, El Cronista, Página/12 y Crónica. Agrupadas en esta asociación, las empresas periodísticas llevan adelante las negociaciones en común.

Ravini asegura que en los últimos diez años los trabajadores de prensa han perdido poder adquisitivo de manera dramática.

“Tengamos en cuenta que acá no estamos hablando de sueldos por debajo de la línea de pobreza sino por debajo de la línea de indigencia”, expresó el delegado: “Nuestra actividad con este nivel salarial no puede subsistir. Nadie está pidiendo nada estrafalario, simplemente poder vivir de nuestro trabajo. Estamos dando una lucha por lo que creemos que tiene que ser el periodismo de calidad. Y no hay posibilidad de un periodismo objetivo, serio y que aporte a la discusión política si hay salario de hambre”.