¿Se viene el estallido?

¿Se viene el estallido?

La represión del miércoles pasado fue el punto cúlmine de una sucesión de acontecimientos inaugurados con el caso $Libra donde el gobierno perdió el manejo de la agenda. El sociólogo Pablo Semán, historiadora Dora Barrancos, la politóloga Gabriela Delamata y el diputado Daniel Arroyo analizan el escenario.

El miércoles pasado se vio el accionar de las fuerzas de seguridad comandadas por la ministra Patricia Bullich en su faceta más cruda. La represión a la marcha semanal de los  jubilados, cuyos haberes han sido recortados en un 24% en términos reales, terminó con el fotoperiodista Pablo Grillo peleando por su vida tras el disparo de un cartucho de gas lacrimógeno en su cabeza. Esto abre una serie de interrogantes: ¿Estamos al borde de un estallido social? ¿La tensión en las calles escalará? ¿Cuál es la naturaleza del accionar del gobierno en materia de seguridad?

A todas luces, la política de seguridad frente a la protesta social no parece un accidente ni un exceso, sino algo premeditado. “El gobierno tomó la decisión estratégica de avanzar un paso más en su propio modelo represivo, destinado a aniquilar la protesta. Es contra la actual y la futura, una respuesta política elaborada y meditada con el objetivo de decir ‘podemos ser los más malos del mundo’”, subraya Pablo Semán, sociólogo y antropólogo autor del libro  Está entre nosotros (Siglo XXI).

En su primer mes de gestión, el Ministerio de Seguridad instauró el protocolo antipiquetes, dando la posibilidad a las fuerzas policiales de aprehender a los manifestantes ante cualquier corte de calle. Incluso, la propia Bullrich declaró en febrero del año pasado que no dejará de actuar de esta manera “por miedo a un muerto”. El autor reflexiona que “este tipo de represión se empezó a pensar antes. Esta decisión se tomó cuando comenzó la corrida bancaria en Brasil, cuando el gobierno vio urgente acudir al FMI”.

Para la socióloga e historiadora Dora Barrancos, esto se explica también por la figura de la ministra de Seguridad: “Quien comanda la violencia del Estado es alguien que hace lo que quiere. Esta señora desquiciada no tiene ningún contrapeso porque el resto está en otra cosa”. En esa línea, observa en los miembros del Poder Ejecutivo “personalidades que tienen una composición personal grave, incluido el propio presidente. Son muy poco sofisticados en todos los rubros, incluso para la corrupción”, dice, en referencia al caso de la criptomoneda $Libra.

Ante esta situación, Gabriela Delamata, abogada y doctora en Ciencia Política y Sociología, especializada en protesta y movilización social, analiza los incidentes del miércoles pasado, destacando que “hubo una guerra de relatos acerca de lo que hicieron las fuerzas de seguridad. La ministra (Bullrich) fue una de esas voces, anclando los hechos a la idea de polarizar entre ellos y kirchneristas, lo que construye significados”.

Jorge Macri, jefe de gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, afirmó que la mitad de los detenidos contaban con antecedentes penales, cuando en realidad sólo 25 de los 94 detenidos contaban con alguna causa en su contra, según fuentes del Ministerio de Seguridad porteño.  Por su parte, el Poder Ejecutivo, de la mano de su vocero Manuel Adorni, aseguró que se trató de un intento de golpe desestabilizante. Sobre esto, Barrancos recalca que “saben que esto es falso. Hay un aparato falsario funcionando, todo está producido sobre falsedades”.

Tensión social

Más allá del accionar represivo del Estado, la efervescencia en las manifestaciones está, sin pausa pero sin prisa, aumentando. El gobierno de Javier Milei observa cómo se multiplican las concentraciones en contra de sus políticas. ¿Estamos, entonces, ante una escalada social?

 Sobre esto, el diputado nacional Daniel Arroyo marca que “no hay condiciones en lo inmediato para un estallido porque hay un fenómeno de implosión social. Mucha gente revienta para adentro, no le alcanza la plata, no llega a fin de mes, está endeudada. Eso se traduce en tensión social, pero el fenómeno es hacia adentro”.

Por otro lado, destaca que hay un efecto de desmovilización: “Se rompió la idea de que si uno protesta, consigue algo. Hoy tenés riesgo de que te repriman y, además, tenés miedo de perder lo que ya tenés”. Para el diputado, “las puebladas no son un fenómeno del siglo XXI, en donde las formas de comunicación cambiaron. Antes de estallar, la sociedad marca. Un punto de inflexión fue la marcha universitaria, señaló un límite”.

Por su parte, Delamata, investigadora del CONICET y docente en grado y posgrado en la Universidad Nacional de San Martín (UNSAM), pone distancia entre la situación actual y el 2001, año en el cual el gobierno de la Alianza cayó producto de movilizaciones masivas en todo el país: “En aquel entonces tuvimos un escenario de fragmentación política muy fuerte, fruto de protestas en contra de todo el sistema de representación”. Dicho esto, señala que, a pesar de que puede haber condiciones materiales similares, “en este momento no está esa división, lo que prima hoy es la polarización”.

En esta misma línea, asevera que “el 2001 vino precedido de elecciones legislativas, en las que 10 millones de votantes se ausentaron o votaron en blanco. En el día de hoy, son dos espacios políticos que están enfrentados, que tienen valores y están apoyados en campos ideológicos existentes en la Argentina. Es otra dinámica, mientras no se desestabilice esa construcción del conflicto, no va a suceder (un estallido)”.

A su vez, Barrancos marca la importancia del apoyo con el que todavía cuenta el oficialismo, destacando que Milei “ganó el balotaje con la voluntad popular de mucha gente que podría haber sido indicada como saqueador en el pasado”.

En ciertos sectores de la opinión pública, sobrevuela la expectativa de una desestabilización del gobierno dada su presunta debilidad. Semán se distancia de esto, recordando que con el caso $Libra hubo gente que pensó que el gobierno iba a caer. “¿Cuántos escándalos tuvo Menem antes de que la convertibilidad tenga algo de éxito?”, se pregunta.

Crisis de representatividad

Uno de los factores que más dilata el aumento de la conflictividad social es la desconexión que existe entre el sistema político y la sociedad. Para Arroyo, “no se encuentran canales de representación. Está roto el vínculo con los actores de agregación de demandas”.

Delamata remarca que la praxis discursiva del oficialismo disipa la posibilidad de un desenlace similar al 2001: “Uno de los principales instrumentos del gobierno para mantener su popularidad es apelar todo el tiempo a que está combatiendo al kirchnerismo, a los zurdos, a la gente de mal. Del otro lado, al mismo tiempo, no se puede salir de ahí, ya que allí no hay ninguna construcción alternativa”.

En este contexto, la oposición no logra dar respuestas ni tampoco logra tener una postura cohesiva o convincente. Para Semán, “los mismos que alucinaban helicóptero el primer mes de mandato ahora dicen que va a durar mil años. No es un gobierno fuerte ni tambaleante, es uno que está construyendo su mandato como cualquier otro. En Argentina estos procesos son más revulsivos, con más posibilidades de traumatismos sociales”. En consecuencia, destaca que “este modelo represivo se beneficia en parte de la indigenidad de la oposición, que tiene expectativas de repetición histórica y una concepción muy mecánica de la vida social”.

En ese sentido, reflexionando sobre una postura de aquí en más, observa que “hay mucha gente que juega al ‘valentismo’ y a que esto es una dialéctica entre ‘cagones’ y ‘valientes’. Lo que hay que pensar es en cómo generar movilizaciones masivas, que son las que quebraron el protocolo antipiquetes. Pero estas se producen con tiempo, por lo que no se puede jugar a la desesperación”.

 

 

Las páginas de la memoria

Las páginas de la memoria

Miles de personas recorrieron la primera Feria del Libro de Derechos Humanos que este fin de semana se realizó en el predio de la Ex-Esma. Talleres, actividades culturales y debates para pensar la nueva coyuntura. Entre otros textos se presentó «Tu nombre no es tu nombre», donde Federico Bianchini cuenta la historia de Claudia Poblete.

La tarde transcurre entre libros y arte, talleres y juegos de mesa, muestras, debates, presentaciones y lecturas compartidas; entre recuerdos y memorias, reflexiones, testimonios, encuentros y reencuentros en la primera Feria del Libro de Derechos Humanos del Espacio Memoria (Ex-Esma). Personas de todas las edades, solas o acompañadas por amigos, familias, parejas, recorren el espacio, no solo llevándose libros, fanzines, stickers, pines, ilustraciones, sino también intercambios con autores, que reciben a los curiosos con una sonrisa, compartiendo recomendaciones, experiencias, y muchas veces, hasta las historias e ideas detrás de sus trabajos. En el fondo, algunos dejan registros de su paso en una pizarra que contiene carteles que reflejan qué es lo que “nunca más” (violencia, odio, persecución por pensar diferente, represión, fascismos), y “más que nunca” (empatía, construcción comunitaria y popular, solidaridad, defender nuestros derechos) se debe recordar o no olvidar.

Niños y niñas corren de un lado al otro, ansiosos por descubrir cada rincón del lugar, que se encuentra atravesando dificultades por el desfinanciamiento del Gobierno nacional a las políticas de memoria, verdad y justicia. Pero esta iniciativa deja olvidar a todos por un momento las dificultades y demuestra la potencia del trabajo colectivo. Los más pequeños se maravillan con los juegos de mesa y se entretienen hasta que otra cosa llama su atención. Algunos se unen a los más grandes y deciden que también quieren estampar frases con sellos y colores: abrir, encontrarse, memoria, verdad, justicia, son algunas de las palabras que eligen escribir.

Afuera, la gente disfruta del buen clima en los espacios verdes, algunos compartiendo una merienda en las mesas, otros regados en el pasto en lecturas colectivas, entre mates y galletitas que van de mano en mano. El olor a la comida cocinada en las parrillas impregna el aire y el sonido de la música en vivo resuena a medida que uno se va acercando a la feria que tiene lugar al aire libre. Algunos adolescentes agrupados escuchan sentados, otros aplauden al son de la música, parados cerca del pequeño escenario que recibe bandas.

“Quiero que cuando alguien habla de una Feria del Libro de Derechos Humanos, que toda la sociedad argentina venga y apoye, aunque no compre nada, que venga a pasear, que mire, que debata, que se suma a las mesas de discusión, que tome la palabra, que opine, que cuestione, que discuta. Creo que es un lugar para pensar. Así que estoy muy contento con lo que hay, me gustaría que venga muchísima más gente”, confiesa Adrián Dubinsky, productor general de la Feria.

La actividad se realizó el viernes 14 y el sábado 15 de marzo, con entrada libre y gratuita, en el marco del Mes de la Memoria. “Es la primera vez que se hace acá. Esta idea la trajo Mónica Hasenberg, fotógrafa que viene registrando a las Madres de Plaza de Mayo y organismos de derechos humanos desde la década del 70. Hace cuatro años me vino a proponer hacer esta feria, pero en el Parque de la Estación, algo muchísimo más modesto. Y después me convocaron Gabriela Alegre y Julián Athos Caggiano para esta actividad (del Ente público Espacio para la Memoria). La idea principalmente era, en un momento de mucha tensión, donde hay algunos que se preguntan qué son los derechos humanos, o para qué sirven, o de dónde salieron, o los ponen en cuestión, iniciar un debate, no desde un foro de derechos humanos, sino pensar los derechos humanos desde la literatura, desde el arte. Cualquier libro que agarrás de esta feria, sea de literatura, de poesía, ensayo, ciencia ficción,  policial o, de terror, podés extraer un párrafo y pensar los derechos humanos que nos constituyen como un sujeto”, cuenta Dubinsky que se emociona cuando mira las personas caminando por los stands: “Hay comunidad nuevamente”, subraya.

 

Es imposible no advertir el colorido pañuelo conformado por personas en miniatura al entrar a la Casa por la Identidad de Abuelas de Plaza de Mayo. Media hora antes, niños y niñas acompañados por sus familias se reunían a ayudar al artista Andrés Riva a formar las siluetas de papel que formarían la figura, con el objetivo de armar una multitud que sostenga nuestras memorias, derechos y luchas. “El equipo de difusión de Abuelas de Plaza de Mayo me invitó a colaborar con la campaña La Memoria en marcha se multiplica y surgió la idea de usar estas siluetas de papel que son, que evocan o convocan recuerdos primarios, del orden de la niñez, de otro tipo de ternura. Algo que parece individual después se multiplica, y si haces algunas cosas técnicas muy simples, como que los pies toquen el piso o se estén tocando entre sí, después los podés parar. Y resulta que al ponerlos a todos juntos, parecen que son una multitud y se arma como una marcha llena de colores, de formas distintas, de imágenes distintas, y trabajar eso con niños acá es súper importante”, explica Riva, que espera que sea una actividad que se pueda replicar y retomar en escuelas y en los hogares.

“Sin relato, la memoria se diluye”

Minutos después, el auditorio de la Casa por la Identidad recibe la llegada de Federico Bianchini, escritor de Tu nombre no es tu nombre: Historia de una identidad robada en la dictadura argentina, acompañado de Claudia Poblete Hlaczik, protagonista del libro; de Fernando Krapp, cineasta, periodista y escritor, y de Constanza Brunet, editora, periodista, y directora de Marea Editorial. La mesa funcionó como una especie de entrevista pública de Fernando y Constanza a la nieta restituida por Abuelas de Plaza de Mayo y al escritor.

En el año 2000, un juez citó a Claudia Poblete Hlaczik, hasta ese entonces Mercedes Landa, para afirmar que quienes creía eran sus padres no lo eran, que su nombre no era su nombre, su fecha de nacimiento estaba equivocada, y que sus verdaderos padres habían sido torturados y desaparecidos en 1978, durante la última dictadura argentina. El libro sumerge a sus lectores en el complejo y emotivo camino recorrido de Claudia para restituir su identidad. Recupera la historia de vida de los padres, dos jóvenes militantes de izquierda peronista, recopilando los relatos de la última noche que fueron vistos antes de ser secuestrados, a través de testimonios de personas que los vieron en el Olimpo, centro clandestino al que fueron llevados y vistos por última vez.

El libro narra la búsqueda de la familia Poblete por dar con Claudia, el deseo del encuentro en fragmentos de entrevistas que forman parte del Archivo Biográfico Familiar construido por Abuelas de Plaza de Mayo; la infancia de Claudia, el momento en el que se entera de su verdad, el proceso mental y emocional que atraviesa al enterarse, y el camino que hace a su libertad y la restitución de su identidad. El libro es un registro de gran valor a cuarenta años de la vuelta de la democracia en la Argentina: “La dictadura no solo sigue presente en la memoria, sino también en algunos cuerpos”, reflexiona Bianchini en su novela. 

El proyecto surgió a partir de la propuesta de la participación de Bianchini en un podcast chileno llamado Relato Nacional, pero pronto el escritor se dio cuenta de que no es un gran aficionado al formato, y que le interesaba contar específicamente la historia de Claudia, pero sobretodo de entender qué es lo que ella había sentido. “Cuando le hablé a Claudia de la posibilidad de hacer un libro, porque me interesaba más contarlo de forma extensa, su respuesta fue que no podía prohibirme hacer un libro”, cuenta el autor mirando a Claudia en complicidad. “Tenía que ver con ella, pero tenía mucho que ver conmigo también. Yo creo que cuando uno elige un tema para escribir durante, como en este caso, un periodo cronológico de muchos años, muy fragmentado, tiene que ser algo que realmente te interesa contar. Lo que uno también le interesa como persona”, agrega.

Claudia rememora el encuentro a su manera: “La primera reacción fue: ´yo te doy lo que te puedo dar de mi testimonio, de mi historia, y vos con eso hacé lo que puedas´. Es un poco lo que yo digo, de que no te puedo prohibir que lo hagas. La verdad es que, después cuando uno ve los resultados, lo valora y te das cuenta de lo importante que es que exista, porque más allá de lo personal, que es muy fuerte, yo me doy cuenta de la fuerza que tiene mi testimonio. Entonces, tener la posibilidad de dejarlo plasmado, así con tanto respeto, con ese cuidado, y poder participar del proceso, es algo muy importante”.

Claudia confiesa que cada proyecto no sólo la involucra afectivamente sino que la excede: “Uno sabe que abre la puerta a que otros también tengan que  poner su cuerpo y su voz para eso. Es una responsabilidad. Pero no deja de ser súpervalioso. Uno siempre tiene la esperanza de que llegue, no solo para una persona que pueda tener dudas, sino también para que el que sepa algo pueda animar a acercar la información o a invitar a esas personas a que se acerquen”, afirma Poblete Hlaczik.

El libro de Federico Bianchini utiliza no solo los recuerdos y la memoria de la protagonista sino de los amigos, familiares, jueces que formaron y forman parte de su historia, inmortalizandolos en este libro. “Sin relato, la memoria se diluye”, afirma.

“La verdad es que, como siempre, todas las actividades que se hacen acá son súpermovilizadoras y hoy ver en la feria tanta gente participando, familias compartiendo en este espacio y dándole vida, es para mí lo que le da sentido a todo esto. Y poder ser parte de esto, con un libro que cuenta mi historia y que le da difusión a la búsqueda de Abuelas y a lo que significa, que es algo que siempre es importante para uno, es parte de la tarea diaria que realizamos. Marzo es el mes en el que conmemoramos el inicio del golpe de Estado del 76. Van pasando muchos años y es una forma de tratar de llegar y de mantener el mensaje”, reflexiona Poblete Hlzczik, en diálogo con ANCCOM, al finalizar la presentación.  “Todavía sigue habiendo gente que acompaña, comprometida con esta lucha y a la que le importa que la memoria siga viva y que está dispuesta a la transmisión. A pesar de todas las cosas horribles que están pasando, hay un germen ahí de algo que estamos tratando de cuidar y que espero que en algún momento, podamos volvernos a encontrar, y mirarnos a las caras para reconstruir todo esto que se está destruyendo ahora, digamos, que vamos a estar todos para hacer eso cuanto antes”, concluye.

“Es la primera vez que el libro se presenta acá en Argentina. Salió en octubre de 2023 en España y lo estuve presentando por allá, y poder presentarlo acá, con Claudia, es algo muy interesante”, dice Bianchini. Y recuerda: “En España, el libro va por la tercera edición, tuvo mucha difusión. Juan José Millás,  un escritor español, le dio mucho impulso en un programa que es muy escuchado en la radio, y eso hizo que me llegaran muchos comentarios de gente que quizás ni había escuchado esta historia y sabía muy poco de Abuelas de Plaza de Mayo”.  Y concluye: “El hecho de presentarlo hoy con Claudia ya era algo que estaba bueno. Sobre todo porque, por lo general, cuando uno presenta un libro, se suele hablar mucho más el texto; pero el hecho que estuviera la protagonista también hacía que hubiera otro tipo de preguntas que tenían que ver con la forma en la que ella no sólo había recibido el libro, sino cómo había procesado todo esto y su historia, que a fin de cuentas me parece que es lo importante en este caso”.

Exigen la renuncia de Patricia Bullrich

Exigen la renuncia de Patricia Bullrich

Patricia Bullrich responsabilizó a los propios fótografos por las heridas que recibieron por la represión policial. Fue en una respuesta ante la pregunta indignada de un colega de Pablo Grillo, el reportero que lucha por su vida. Hubo un camarazo de protesta y más de cien personas saturaron el hospital Ramos Mejía para donarle sangre al cronista herido.

Tras la feroz e impune represión de las fuerzas de seguridad en la marcha de hinchas y jubilados, la Asociación de Reporteros Gráficos de la República Argentina (aRGra) organizó una conferencia de prensa por el ataque a un ex-estudiante de la casa, Pablo Grillo. El joven de 35 años recibió el impacto de una granada de gas lacrimógeno, disparada con un arma de fuego antes prohibida, y apuntada directamente a su ubicación mientras estaba agachado para hacer una fotografía. Su estado de salud es grave y delicado: el impacto quebró la parte frontal de su cráneo provocando una pérdida de masa encefálica. Se encuentra en terapia intensiva del Hospital Ramos Mejía luego de una intervención quirúrgica. 

“A Pablo le tiraron a la cabeza con una de estas”, decía la vicepresidenta de aRGra, Alejandra Bertoliche, mientras levantaba en alto una bala metalizada de más de 20 centímetros de largo y cinco de diámetro. Las voces de la comisión directiva temblaban al reconstruir una historia que la comunidad de reporteros gráficos pensaba irrepetible. No era miedo; una ira frustrada hervía en la sala. Según Sebastián Vricella, director de la asociación, todas las presentaciones que hicieron hasta ahora para detener los ataques contra la prensa “caen en un saco roto. Ni un solo fiscal ni un solo juez se hacen cargo de la masacre que están causando. Usaremos todos los medios necesarios para hacer efectiva esta denuncia, como el Artículo 117 de la Constitución, para pedir un juicio político contra Patricia Bullrich. Necesitamos que el Congreso, los diputados y senadores nos apoyen, pero sobre todo la Justicia. Si no la desvinculan del gobierno, lo consideraremos moral, política y penalmente cómplice de los delitos cometidos por su ministra”.

Marcela Perelman, del Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS), reconstruyó la operatividad legal del protocolo antipiquetes como medio para criminalizar y atacar la protesta, la manifestación y la libertad de expresión. Las pistolas lanzagases, utilizadas habitualmente por las fuerzas en las últimas manifestaciones estaban prohibidas antes de la asunción de Bullrich como ministra de Seguridad del actual gobierno por la Resolución 210/2011 de regulación de los operativos de seguridad en contexto de protesta social. Dentro de sus 21 puntos, el décimo especificaba la prohibición explícita de este arma, entre otras. En 2007, el asesinato del profesor y activista Carlos Fuentealba en una manifestación por la policía de la provincia de Neuquén, fue uno de los antecedentes que constituyó a la pistola como “potencialmente letal”.

Perelman explicó, por otro lado, que la decisión de reprimir por medio del nuevo protocolo fue premeditada, independientemente de los sucesos que ocurrieran en el momento: “Hay una amenaza preanunciada que genera un clima de enfrentamiento bélico. Culmina con las fuerzas de seguridad desatadas, sabiendo que tienen la autorización de actuar con estas armas reintroducidas. Es necesaria una investigación exhaustiva de las condiciones del operativo, de las responsabilidades materiales, jerárquicas y políticas. No es azaroso que ocurra un hecho crítico, grave y extremo como el de Pablo Grillo: se deduce de una serie de condiciones que, cuando se discuten, parecen abstractas, pero terminan con el disparo de un cartucho de este tipo”, concluye.

«Patricia Bullrich fue parte del gobierno que denunciamos en 1997 que habilitó las condiciones para asesinar a José Luis Cabezas. Fue Ministra de Trabajo en 2001, cuando hubo más de 40 muertos en la Plaza de Mayo. También fue ministra de Seguridad en el gobierno de Mauricio Macri, cuando alrededor de 50 reporteros gráficos fueron baleados y gaseados en 2017», denunció Miguel Goya.

“Hay un paralelismo algo oculto entre el crimen de José Luis Cabezas y lo que sucedió el miércoles -recuerda el abogado representante de aRGra, Miguel Goya-: Patricia Bullrich fue parte del gobierno que denunciamos en 1997 que habilitó las condiciones para asesinar a José Luis. Fue ministra de Trabajo en 2001, cuando hubo más de 40 muertos en la Plaza de Mayo. Patricia Bullrich también fue Ministra de Seguridad en el gobierno de Mauricio Macri, cuando alrededor de 50 reporteros gráficos fueron baleados y gaseados en 2017. Así como dijimos que no nos olvidemos de Cabezas, la impunidad de su crimen tanto como el de Pablo Grillo serán la condena de la Argentina.”

Las 17 horas y 18 minutos del miércoles 12 fue el momento exacto en el que Pablo recibió el disparo de las fuerzas de seguridad sobre su frente. Minutos antes, Pablo se preparaba para ubicarse detrás de las maderas incendiadas para fotografiar la teatralidad y el salvajismo de la represión. Horas antes, viajaba desde Lanús para acercarse al Congreso, porque sabía que iría a cubrir la marcha de hinchas y jubilados con su cámara, con la que va a todos lados, como cuentan sus amigos de toda la vida. 

 

-Es muy perfeccionista. Siempre lo ves agachado o acomodándose para hacer la mejor foto. Ésta se la hizo a mi hija cuando estábamos de viaje en Jujuy. Le decía ‘Ponete ahí, ahora allá’. Es muy generoso, yo lo adoro -contaba Buda, compañero de cancha desde hace 15 años; porque otra de sus pasiones, además de la fotografía, es el Rojo de Avellaneda. 

Cuando hablan de Pablo, sus allegados lo hacen con cierto énfasis que se les escapa hasta en los gestos corporales, como brotados de orgullo por el “pibe bueno” que es su amigo. La preocupación por su estado llevó a que más de un centenar de personas, conocidos y desconocidos, se acercaran a donar sangre para su rehabilitación. En cuestión de horas, las 70 solicitudes registradas fueron suficiente suministro; el enfermero repetía a disco rayado “Pablo está supercubierto. Si quieren, pueden donar para el hospital o acercarse otro día”. Con esa frase se encontró, por ejemplo, un hombre mayor con el que compartió vereda en la manifestación, momentos antes del disparo. Extraños totales, enlazados por la solidaridad.

El Ramos Mejía estaba conmocionado por el militante apasionado, herido violentamente por las fuerzas de seguridad; las mismas que, cada tanto, aparecían circulando en sus motos amenazantes por los alrededores del hospital.

 

-¡¡Asesinos!! -gritó a quemarropas un valiente. 

 

El ataque a la libertad de expresión por parte del propio Gobierno nacional es explícito y sistemático. Luego de su conferencia, aRGra convocó a un Camarazo en Yrigoyen y Solís, la esquina de las inmediaciones del Congreso donde Pablo fue herido. Mientras tanto, del otro lado de la 9 de Julio se daba la habitual ronda de Madres de Plaza de Mayo, al grito de “Nunca Más”.

Uno de las decenas de fotorreporteros que se acercaron bajo la bandera de la asociación era Pablo Cerolini. No aguantó la cólera al finalizar la conferencia en Monserrat, que se dirigió sin preámbulo hacia Recoleta. Quería entrar a la otra conferencia de prensa que se daba el mismo día, en el Ministerio de Seguridad, para ver a Bullrich a los ojos y preguntarle:

 

-¿Por qué las fuerzas policiales, Gendarmería, Prefectura, la Policía Federal, atacan siempre de manera tan directa a la prensa?

 

La ministra no levantó la mirada, guardaba sus cosas con desinterés de lo escuchado; un guarda intentó frenar la intervención del fotógrafo osado. Pero algo le habrá tocado el ego. A pesar de haber cerrado la reunión luego de tres preguntas sosas, Bullrich, con un gesto de asco palpable en su rostro, contestó:

 

-Nunca saben dónde ubicarse para no recibir el ataque.

Los fotógrafos se congregaron con orgullo frente a la bandera de aRGra, con las cámaras en alto, reivindicando su tarea democrática como testimonios escenciales en la reconstrucción de los hechos; molestos documentos infalibles que hacen trastabillar al poder. 

 

En sus cantos y gritos, Pablo estaba presente.

Los feminismos en tiempos de Milei

Los feminismos en tiempos de Milei

Este 8 de marzo encuentra a los feminismos como uno de los blancos predilectos del Gobierno. ¿Qué consecuencias tienen esas políticas? ¿Cómo se enfrenta esta situación?

En este segundo año de mandato del presidente Javier Milei y en un contexto de creciente crisis económica, ¿qué particularidades tendrá esta edición de la marcha del 8M? ¿Cómo afecta la crisis a las mujeres y disidencias? ¿Qué rol ocupan los feminismos en este escenario?

Para responder a estas preguntas, ANCCOM salió a conversar con referentes de distintos ámbitos: Luci Cavallero, representante del movimiento Ni Una Menos; la socióloga y periodista especializada en estudios de género, Danila Saiegh; Luján Tramanzoli, trabajadora social del Juzgado Nacional Civil de Familia, y la filósofa Roxana Kreimer, quienes ofrecen un panorama sobre los desafíos y las luchas que marcarán este 8M y el movimiento feminista contemporáneo.

Contexto

En junio de 2024, el gobierno de Milei disolvió el Ministerio de las Mujeres, Géneros y Diversidad, responsable de prevenir y erradicar la violencia contra las mujeres. Además de los despidos masivos, se desfinanciaron políticas nacionales que brindaban apoyo a mujeres y diversidades en situación de violencia, como el Programa Acompañar. “Muchas víctimas dependen económicamente de sus agresores, y este programa les permitía salir de hogares violentos. Actualmente, hay muy pocas nuevas beneficiarias”, explica Tramanzoli.

“La crisis económica agravó la vulnerabilidad de las mujeres a quienes acompañaba esa política. Ahora enfrentan mayores dificultades para acceder a alimentos, vivienda digna y cuidados para sus hijos”, sostiene. Sin alternativas, muchas deben seguir conviviendo con sus agresores. “Veo mujeres que presentan denuncias de violencia, pero, ante la falta de recursos y la ausencia de políticas de apoyo, terminan regresando a la convivencia porque no encuentran otra forma de subsistir”, agrega la trabajadora social. Cavallero, referente de Ni Una Menos, coincide con lo que Tramanzoli observa en su tarea cotidiana: “La crisis impacta haciendo que las mujeres tengan menos opciones para salir de los hogares donde hay violencia por razones de género”.

Además, “con este programa de ajuste brutal y shock neoliberal, donde el Estado se está retirando de la provisión de salud y educación, y se producen despidos masivos en las políticas públicas, las mujeres están absorbiendo todo este ajuste con el trabajo no remunerado, con tareas domésticas y de cuidado”, afirma Cavallero.

Por otro lado, Kreimer, quien se reconoce como “feminista crítica del feminismo hegemónico y del hembrismo”, suele señalar algunos sesgos que, en su opinión, dificultan la lucha que llevan adelante las mujeres. Por ejemplo, plantea una duda sobre si las mujeres sufren más la crisis que los hombres: “El único estudio cuantitativo que encontré le pregunta a las mujeres, pero no a los hombres, cómo las perjudica la crisis económica”, comenta, refiriéndose a una investigación del Instituto de Investigación Social, Económica y Política Ciudadana de Rosario. “El problema es que en la mayoría de los estudios con orientación feminista no se compara con lo que le ocurre a los hombres y se saca la conclusión de que a las mujeres las afecta más que a ellos. Incluso se habla de feminización de la pobreza”. Además, añade que en general a la pregunta de cómo afecta la crisis a las mujeres, se responde con “opiniones y la opinión es el escalón más bajo del conocimiento”, subraya.

El feminismo hoy

¿Cómo se sigue en este momento, con un feminismo ajustado y utilizado como chivo expiatorio? Tramanzoli propone que “se debe seguir luchando por los derechos conquistados. No podemos darlos por sentado, porque este gobierno avanza contra ellos. También es fundamental reconstruir los que ya fueron eliminados en este primer año de gestión mileísta”.

Asimismo, plantea la organización popular como alternativa: “Es importante también organizarse desde los márgenes de la institucionalidad y construir respuestas frente a la desprotección”. Si bien propone que debería ser tarea del Estado, señala: “Para este gobierno, impedir la violencia contra mujeres y diversidades dejó de ser una prioridad. Frente a esta realidad, el feminismo debe encontrar soluciones desde la organización popular”.

Por otro lado, Cavallero afirma: “El feminismo tiene un rol fundamental en la resistencia de la ultraderecha, porque propone un modelo completamente alternativo a la idea del individualismo y la violencia”. Así, explica que el feminismo pone en valor el cuidado, la interdependencia y el trabajo comunitario, que contrasta con las políticas del gobierno actual.

También subraya la importancia del feminismo en la construcción de alianzas: “Esto queda demostrado cada 8 de marzo, donde somos casi el único movimiento que puede mostrar una unidad de todas las fuerzas políticas en la calle. Es necesario hacer alianzas transversales donde aparezcan otros sujetos y sujetas políticas que también están en conflicto con este modelo”, sostiene. Para Cavallero, el feminismo tiene que dinamizar las alianzas políticas para enfrentar a este modelo y plantear una oposición, aunque reconoce que hay que hacer ajustes de estrategias para este nuevo tiempo.

“Tenemos que plantear más que nunca que el feminismo es una política de masas –susbraya-, no es un partido, no es un ghetto, no es un movimiento de efemérides, es un movimiento que está al interior de todas las luchas que dan nuestros pueblos”. En ese sentido, Saiegh plantea: “Creo que, en términos concretos, no hay tal partido del feminismo. Las feministas y los feminismos somos un montón de mujeres y disidencias viviendo nuestra vida, tratando de llegar a fin de mes”.

Para Tramanzoli, es imprescindible proteger la vida: “En nuestro país se produce un femicidio cada 35 horas. Si bien los desafíos son muchos y complejos, me parece que la problemática de la violencia de género y en especial en su modalidad doméstica, necesita por parte del feminismo respuestas urgentes”, plantea.

Para Kreimer, el feminismo debería dialogar con los grupos mileístas, ya que proponen algunas ideas que, según ella, podrían beneficiar a la sociedad. Entre ellas, señala, la necesidad reformar un sistema judicial sesgado contra los hombres, cómplice de falsas denuncias y violatorio de garantías constitucionales y de revisar las variables en la investigación de la brecha salarial.

¿Por qué la ultraderecha tomó de “enemigo” a los feminismos?

Saiegh apunta que “el feminismo no es un partido en el que podamos militar y ganar elecciones”, pero aun así se ha convertido en un enemigo para la ultraderecha debido a su capacidad de cuestionar el poder. Expresa que los feminismos han comenzado a interpelar “algunos lugares de poder, algunas narrativas que sostenían a los varones heterosexuales en los lugares de poder” y que, aunque ese cuestionamiento fue mínimo, bastó para generar una reacción violenta.

Cavallero complementa esta idea al señalar que el feminismo no sólo desafía estructuras simbólicas, sino también económicas y políticas. “El protagonismo feminista propone una forma de resolver la reproducción de la vida que va directamente en contra de este modelo individualista y violento que propone la ultraderecha”, sostiene. Expresa que la derecha responde con hostilidad porque el feminismo “antagoniza de manera muy concreta con este modelo de extractivismo, endeudamiento y concentración de la riqueza”.

Además, Cavallero señala que la ultraderecha recurre a la estigmatización para desviar los conflictos sociales. “Necesita generar una división al interior de la clase obrera para que el conflicto social nunca vaya hacia los de arriba”, afirma explicando por qué los feminismos y otros movimientos, como el de migrantes, son convertidos en enemigos. En este sentido, lo que la activista describe como una reacción neofascista contra el avance feminista también se inscribe en una estrategia más amplia: la derecha necesita fabricar adversarios internos para sostener su modelo de poder y concentración de riqueza.

La postura de Kreimer sigue una dirección diferente. Según ella, la respuesta ante el feminismo se debe a que “en general, apoya la violación de garantías constitucionales, como el principio de inocencia o la igualdad ante la ley, cultiva un victimismo que nos convierte en eternas menores de edad y descalifica los problemas de género que padecen los hombres, como si estuvieran compitiendo para ver a quién le va peor”.

¿Cómo interpelar a las juventudes?

Saiegh señala que “los feminismos no tienen la obligación de salir a conquistar militantes como lo hace un partido político”, el desafío es convencer a los dirigentes de que sus demandas son importantes. Desde su perspectiva, una tarea importante es darle sentido político a las experiencias de los jóvenes. “Por ejemplo, que una chica pueda interpretar su relación con la libertad y el deseo, la posibilidad de estudiar, votar, ser votada, ser presidenta, legisladora, dueña de una empresa o arquitecta”, expresa.

Además, sostiene que esta tarea de interpelación no es exclusiva del feminismo, sino que es parte de un desafío mayor: acercarse a quienes dicen no interesarse en la política y recuperar la exigencia de derechos al Estado. “Hay jóvenes que creen que su existencia se explica por la libertad en el mercado, como si el Estado, en términos políticos e históricos, no tuviera nada que ver con ellos”, advierte. Según su visión, esta desconexión se profundizó tras la pandemia.

Cavallero, en cambio, enfatiza la necesidad de construir un movimiento intergeneracional que convoque a los jóvenes y se organice en distintos espacios. “El feminismo tiene que acercarse y seguir haciendo un movimiento intergeneracional”, sostiene. Considera clave definir “cuáles son los vectores de politización y cuáles son las alternativas que propone el feminismo”. Para ella, el feminismo debe ofrecer respuestas concretas sobre el cuidado, las finanzas y el acceso a la vivienda. “Seguir teniendo un movimiento capaz de organizarse en escuelas, en universidades, en lugares de trabajo, es muy importante”, expresa.

La movilización por el 8M en 2025 se enmarca en un contexto de recortes estatales, crisis económica y un gobierno que desestima las políticas de género. Más allá de las diferencias internas, lo que parece quedar claro es que el feminismo sigue siendo un actor político clave en el escenario actual. En Argentina la violencia de género sigue cobrándose vidas y jornadas de lucha como el #8M son un espacio de debate, encuentro y resistencia, que sigue colocando en el centro las demandas de las mujeres y diversidades por una sociedad más justa.

Este 8M, la marcha comenzará a las 16:00 hs en Plaza de Mayo, bajo el lema «contra el hambre, el saqueo y la crueldad».

Los animales verdes no son un chiste

Los animales verdes no son un chiste

Las cianobacterias pueden producir toxinas que traen severas consecuencias en la salud de humanos y animales mucho menos simpáticas que el cambio de coloración que se dio en carpinchos, vacas y demás que circularon como memes. ¿Qué puede hacer el Estado para mitigar el problema?

 

Hace unas semanas circularon imágenes de carpinchos cubiertos por un manto verde brillante en el Río Uruguay, Entre Ríos. Más allá de lo llamativo de la escena, este fenómeno no es nuevo. Las cianobacterias que pintaron a los roedores son organismos fotosintéticos de larga historia: fueron las primeras productoras de oxígeno en la Tierra, viven en la superficie del agua y están adaptadas a casi todos los ambientes, desde lagos helados hasta ríos y termas. Su nombre significa “bacterias azuladas”

Sin embargo, hay cepas que pueden producir toxinas peligrosas para los seres vivos, llamadas “cianotoxinas”. Las más frecuentes y abundantes son las “microcistinas”, tóxicas para el hígado, y las “saxitoxinas”, que pueden dañar el sistema nervioso. Según la especialista en limnología Inés O’Farrell, “pueden tener distintos efectos que pueden llegar al cáncer, entre otras enfermedades, dependiendo del tipo de exposición, aguda o crónica”.

En los últimos años, las floraciones de cianobacterias en ríos y lagunas de Argentina están en aumento. Lo novedoso es que actualmente han llegado hasta el sur de Argentina, algo que antes no ocurría. Hay varias causas que favorecen su proliferación: el incremento de nitrógeno y fósforo en el agua, generado por la falta de regulación en el uso de agroquímicos y el vertido de cloacas sin tratar, el calentamiento global y el represamiento de los ríos, que limita la circulación del agua. “Mientras no se frene esto, las floraciones van a seguir”, advirtió O’Farrell.

 

Un riesgo para la salud

Las cianotoxinas pueden afectar a animales como carpinchos o vacas que viven cerca de lagunas o ríos, los peces que los habitan,  las aves que se alimentan de esos peces, mascotas que beben agua de río o, incluso, a personas que se toman un baño en aguas contaminadas, sobre todo niños pequeños. En los últimos años, en Argentina se registraron casos de intoxicaciones graves en humanos. Por un lado, un adulto que practicaba deportes acuáticos en Salto Grande sufrió alteraciones hepáticas por exponerse a zonas contaminadas. También una niña de veinte meses tuvo que recibir un trasplante de hígado tras sumergirse en el Río de la Plata. «Cuanto más pequeño es el organismo, más vulnerable es al efecto de las cianotoxinas», explicó O’Farrell.

En ciudades sin acceso a agua potable segura, como algunas del Chaco, Santiago del Estero y el Delta del Tigre, la presencia de cianotoxinas representa un grave problema de salud pública. Según Iribarren, poblador del Delta de Tigre y doctor en Ciencias Biológicas (UBA), en el último brote de 2022 muchas tomas de agua del conurbano bonaerense fueron afectadas. “En las islas del Tigre usamos el agua para bañarnos, limpiar, regar las huertas, lavar los platos, darle agua a los animales. Y puede intoxicar a todos por igual, ya sea ingiriendo alimentos de la huerta o por alergias en la piel».

Cloacas al río y falta de regulación

A pesar de su peligrosidad, Argentina no cuenta con regulaciones específicas sobre los niveles de cianotoxinas en el agua. Según O’Farrell, muchas cepas presentes actualmente en el Río Uruguay son altamente tóxicas. «Muchísimas veces la toxicidad está por encima de los niveles de alerta de la OMS. En Argentina no tenemos normativas ni organismos oficiales que regulen la peligrosidad de las cianobacterias».

En la Ciudad de Buenos Aires, las cloacas son vertidas directamente en el Río de la Plata, arrojando grandes cantidades de nitrógeno y fósforo al agua, que alimenta a las cianobacterias. Los desechos cloacales son residuos de los baños o cocinas con gran cantidad de materia orgánica rica en carbono, nitrógeno y fósforo. Además, estos desechos contienen compuestos con fósforo, como los detergentes, o insumos químicos usados en plazas o jardines.

“Este aumento de nitrógeno y fósforo es la condición básica para que se dé un aumento excesivo de biomasa de cianobacterias y se llegue a la floración”, explica O’Farrell. En general, el aumento de cianobacterias conlleva un aumento en la concentración de las cianotoxinas.

Mientras tanto, las poblaciones más vulnerables son las más expuestas a esta contaminación. Muchas comunidades deben potabilizar su propia agua con recursos precarios, lo que implica un aumento del costo para quienes dependen de fuentes naturales para el consumo diario.

Por ejemplo, en las islas de Tigre no hay agua corriente como en la ciudad. Los habitantes suelen recolectar agua de lluvia que cae por sus techos hacia canaletas, con filtros para su consumo. Pero la situación se agravó en el último año. «Hasta el cambio de gobierno de Milei, AySA tenía una política de distribución de agua potable en una lancha para los pobladores. “Pero hace un año perdimos ese derecho, que habíamos alcanzado con el reclamo social», denunció Iribarren. Ahora, deben transportar agua potable desde el continente, exponiéndose a riesgos como la contaminación del plástico al sol.

Un reclamo silenciado

El problema de las cianobacterias tiene solución, pero requiere medidas urgentes. Como explicó O’Farrell, la clave es reducir la entrada de nitrógeno y fósforo en el agua: «Necesitamos plantas de tratamiento de desechos cloacales. No puede ser que en Buenos Aires, con 11 millones de habitantes, la cloaca se vierta en el río. Es un reclamo que venimos haciendo con el Ministerio de Salud de Nación, pero no hubo respuesta”.

El Gobierno de la Provincia de Buenos Aires desarrolló un Programa de Gestión Integral de Cianobacterias, que cuenta con un sistema de alerta temprana de concentraciones de este tipo de microorganismos en ecosistemas acuáticos. Este medidor permite que, al menos, la población pueda estar informada de si es conveniente utilizar el agua para uso diario, dependiendo de la zona.

El impacto de la contaminación va más allá de los brotes actuales. Iribarren advirtió que a largo plazo incluso podría haber casos de cáncer de hígado en poblaciones expuestas a cianotoxinas en el agua sin saberlo. “Es muy injusto que niños y niñas que viven en Tigre no tengan acceso a agua potable. El Estado tiene que garantizar este derecho”, sostuvo Iribarren.

Los carpinchos pintados de verde-azul fosforescente (no esperanza) en las redes pueden asombrar, pero no se viralizan las imágenes de las cianobacterias intoxicando nuestras pieles, hígados, sistemas nerviosos o mascotas. Si los gobiernos no toman medidas de regulación y medición de toxinas en nuestras aguas, las floraciones de cianobacterias tóxicas seguirán expandiéndose en Argentina, afectando la biodiversidad, la salud pública y la calidad de nuestra agua.

Amenazan con un nuevo desalojo a una comunidad originaria

Amenazan con un nuevo desalojo a una comunidad originaria

La comunidad mapuche Lof Che Buenuleo tiene un día para abandonar 90 hectáreas de su propio territorio. El fallo judicial se asienta en el reclamo de un ocupante que acudió a la justicia apoyado en que el gobierno de Milei derogó la ley de amparo a los pueblos indígenas.

Este miércoles se cumple el plazo de 15 días que la comunidad mapuche Lof Che Buenuleo tiene para desalojar su propio territorio de 90 hectáreas. El fallo fue dictaminado por el Tribunal de Impugnación de Río Negro y son cinco los imputados por el delito de usurpación de tierras. Lof Che Buenuleo se encuentra en la zona de Sierra Ventana, cerca de Bariloche, en la provincia de Río Negro y ocupa el lote Pastoril 127 desde al menos 1825.  

Lof Che Buenuleo figura dentro del Relevamiento Territorial de Comunidades Indígenas, que reconoce 480 hectáreas habitadas por familiares directos desde el siglo pasado, figurando así, en los mapas como Pampa de Huenuleo. Este relevamiento fue realizado por el INADI y respaldado por Ley 26.160. Esta norma por aquel entonces funcionaba como una herramienta de amparo para que los pueblos indígenas pudiesen poner límites judiciales, frente a posibles desalojos. En 2024 esta ley fue derogada por el gobierno de Javier Milei.

Desde 2019 la comunidad estuvo en conflicto con Emilio Friedrich, que sostiene que de esas 480 hectáreas, 90 son privadas y se las adjudica como propias por un boleto de compra-venta. Para los acusados de usurpación, se trata de un título ilegítimo. 

Antecedentes 

En diálogo con ANCCOM, Ramiro Buenuleo, el lonko de la Lof Che Buenuleo, sostuvo que los antecedentes datan desde el año 2001, cuando su abuelo Antonio Buenuleo denunció a Claudio Thieck por la falsificación de su firma en un documento de escrituración de las 90 hectáreas a un precio de $35.000. Sin embargo, en el año 2009 se presentó Emilio Friedrich en el territorio con el mismo documento cedido por Claudio Friedrich a $135.000. Es “un precio irracional” según el nieto de Buenuleo y por ese motivo, la comunidad comenzó con el litigio para defender esas tierras.

En 2014 murió el abuelo Buenuleo y Friedrich tomó posesión de esas 90 hectáreas. La justicia ignoró la denuncia que la Lof Che Buenuleo realizó y “la encajona», explicó el logko de la Buenuleo. 

En 2019 la comunidad Lof Che Buenuleo fue denunciada por entrar al territorio y usurparlo. Según Alejandro Pschunder, abogado defensor de Friedrich: seis eran miembros de la Lof Che Buenuleo entre ellos, Ramiro Buenuleo, Rosa Buenuleo, Lucas Dinamarca, Sandra Ferman, Aukan Maliqueo y Nicolas Quijada. Además también aseguró que el logko del pueblo indígena Pillan Mawinska, Mauro Millan; y Claudio Raile estuvieron en el lugar.

La defensa de los pueblos indígenas argumentó que no cometieron delito y optaron por la caducidad de la persecución penal. El juzgado rechazó esos argumentos y las comunidades apelaron a esa decisión. Por su parte, el Instituto Nacional de Asuntos Indígenas (INAI) en 2020 reconoció a la comunidad Lof Che Buenuleo la “ocupación actual, tradicional y pública” del territorio de 480 hectáreas.

Sentencia favorable

En 2021 con lo que se dictaminó por el INAI el año anterior, se hizo entrega de la carpeta técnica a la comunidad y por medio del Boletín Oficial se concluyó que la Lof Che Buenuleo es poseedora de las 90 hectáreas, haciendo que la fiscalía, que por ese entonces estaba a cargo de Martin Losada, desistiera de la causa bajo el argumento: “no hay culpabilidad de la comunidad por ocupar sus propios territorios”. Y sobreseyó a los ocho imputados.

Por su parte, la querella al salir este fallo, impugnó la decisión al Tribunal Superior de Justicia de Río Negro. Este Tribunal lo que finalmente resolvió fue que la fiscalía estuvo en falta al sobreseer a los imputados, y obligó nuevamente a que se intervenga, e investigue a los miembros de la comunidad para continuar con el esclarecimiento del caso. 

 

Justicia injusta 

En el 2024, Ramiro Buenuleo; Rosa Buenuleo; Lucas Dinamarca; Sandra Ferman y Aukan Maliqueo fueron declarados culpables por el delito de usurpación. La condena mayor fue de 1 año y 6 meses de prisión en suspenso. Por otro lado, Claudio Raile; Mauro Millán y Nicolás Quijada fueron sobreseídos por falta de pruebas. 

Este año, volvió a intervenir el Tribunal de Impugnación y dispuso que la Comunidad tiene un plazo de 15 días para desalojar voluntariamente las 90 hectáreas.

La Lof Che Buenuleo luego de salir el fallo nuevamente remarcó la importancia de los recursos naturales, y cómo la intervención podría ser perjudicial para los habitantes de San Carlos de Bariloche: “Estas 90 hectáreas están dentro de los Parques Nacionales y sobre las nacientes del arroyo Ñireco, abastecedor de agua a más de un cuarto de la población de Bariloche” y continúa: “Cualquier emprendimiento que se produzca sobre la cuenca del arroyo Ñireco, afectará totalmente el cauce del arroyo, entonces la mayoría de los barrios de Bariloche se quedarían sin agua para abastecerse. Este recurso natural es el que la comunidad viene cuidando desde fines del siglo XIX. Incluso antes que los barrios pudiesen hacer uso de ese recurso”, concluyó Ramiro Buenuleo.

 

Derogación de la Ley 26.160

La Ley 26.160 era una herramienta de protección frente a la criminalización hacia esas comunidades que defienden sus derechos sobre la tierra, salud, educación y participación indígena. Declaraba la emergencia en materia de posesión y propiedad de las tierras de las comunidades y, además, suspendía los desalojos hasta que se completara el relevamiento de sus tierras ancestrales.Sin embargo, esta ley fue derogada por el actual gobierno apenas asumió, dejando desamparadas a las poblaciones originarias que habitan en nuestro país.

Cuando Buenuleo fue consultado por la derogación de la norma y cómo esto también tuvo injerencia en la decisión del actual tribunal dijo: “Nosotros estamos tranquilos porque nos ubicamos dentro de nuestro territorio, dentro de los que el relevamiento contempló. Pero no hay que perder de vista cómo estos recursos naturales se verán afectados en el corto plazo, si no hacemos nada ahora”. Y culminó: “no se trata solo de una defensa a la comunidad mapuche sino que es más que eso, estamos hablando de defender un recurso muy preciado para la humanidad, el agua”.