Leales con Cristina

Leales con Cristina

Miles de militantes se acercaron a conmemorar el 17 de octubre a San José 1111, donde la expresidenta se encuentra cumpliendo arresto domiciliario. La líder peronista salió al balcón y convocó a votar contra Milei el próximo 26.

Los puestos de choripán comienzan en la intersección de Santiago del Estero y San Juan. El aroma de las parrillas inunda las bocas del subte, mientras los bombos se escuchan cada vez más cerca, a medida que uno avanza por San José hasta Humberto Primo. El barrio de Constitución parece vestirse de gala con pasacalles que decoran las esquina, y puestos de gorros, stickers y remeras que van desde las clásicas con la cara de Perón, Evita o Cristina, hasta las más aggiornadas a la coyuntura, con frases como “Argentina no se U.S.A.”. Miles de militantes llegaron a San José 1111 para celebrar el Día de la Lealtad Peronista, a 80 años de la multitudinaria manifestación en Plaza de Mayo que pedía la liberación del entonces vicepresidente de la Nación, Juan Domingo Perón.

Bajo las consignas “Leales de Corazón” y “Liberamos a Perón, liberemos a Cristina”, la caravana comenzó cerca de las 16 desde las terminales de Retiro, Once y Constitución, para llegar una hora después al domicilio de Cristina Fernández de Kirchner, quien se encuentra cumpliendo su condena en prisión domiciliaria. La historia parece repetirse 80 años después; la líder del movimiento peronista se encuentra detenida. Al ser consultada por ANCCOM sobre esta coincidencia, Mayra Mendoza, Intendenta del partido de Quilmes, reflexionó: “El General Perón decía que hay dos tipos de lealtades: la que nace del corazón y la de aquellos que no les conviene ser desleales. Hoy acá estamos quienes sentimos lealtad de corazón con Cristina, con la historia, con las ideas y con el pueblo también”.
Los minutos fueron pasando y la gente seguía llegando. Todos buscaban el mejor lugar para poder verla, estiraban el cuello intentando adivinar alguna figura por la ventana. Los cantitos amenizaban la espera, desde la Marcha Peronista hasta el ya tradicional “vamos a volver”. Finalmente, el ruido de los parlantes instalados en distintos lugares de la vereda irrumpió en el improvisado escenario. La voz no necesitaba presentación. La multitud estalló, los bombos rápidamente cesaron, la atención se centró en una sola dirección. “No quiero que este sea un acto de nostalgia, sino de enseñanza útil para el momento que estamos viviendo. La historia sirve para aprender de ella. Aquel 17 de octubre del 45, no sólo fue una gran movilización de trabajadores. Fue, por sobre todas las cosas, el más formidable acto de conciencia nacional y popular de nuestra historia. Ese día, el pueblo argentino descubrió que defender a Perón era defenderse a sí mismo”, comenzó Cristina Fernández de Kirchner, tras agradecerles a todos “por haber venido” como lo hace la anfitriona de una fiesta que saluda a sus invitados.

Durante alrededor de 15 minutos, Cristina hizo un repaso por la historia del movimiento, la injerencia política y económica extranjera y un análisis de la coyuntura política actual, donde se refirió al video en el que Trump advirtió: “Si Milei pierde las elecciones, no seremos generosos con la Argentina». Sobre esto, la presidenta del Partido Justicialista recordó: «Exactamente 80 años después, otra vez nos ponen en la misma disyuntiva. En aquel entonces: era Perón o Braden -ex embajador de los Estados Unidos en la Argentina-. Hoy pareciera ser Perón o Bessent -secretario del Tesoro de los Estados Unidos- . Estar 80 años después en la misma situación revela que el verdadero problema que tenemos como país no es la injerencia extranjera, sino la incapacidad de la derecha y del poder económico en la Argentina para proponer un proyecto de país que incluya a todos los argentinos. Ayer nos querían imponer un modelo desde la embajada, hoy ya lo hacen directamente desde el despacho oval en Washington”.

Pasados unos minutos de la reproducción de su discurso, Cristina salió al balcón, desplegó una bandera argentina, que partía desde su ventana y se extendía sobre las cabezas de los militantes, y se dispuso a saludar, sonriendo, acompañando los cantitos y hasta animándose a bailar. Abajo, Ruben Funes, un jubilado de 76 años levanta ambas manos desde su pecho hacia ella, al tiempo que se le cae alguna lágrima por la mejilla. “Vine porque sentí que tenía que estar. No me importa la edad ni las piernas, tenía que venir. Yo estuve en muchas plazas, en muchas marchas, pero esta tiene otro peso. No es solo por Cristina, es por lo que representa: por todos los que seguimos creyendo que el país no se vende, que los laburantes valemos algo. San José 1111 es el lugar donde la quieren tener callada, pero nosotros vinimos a decir que no está sola”.

Además de ser el Día de la Lealtad, este 17 de octubre es especial por la cercanía con las próximas elecciones legislativas nacionales, a celebrarse el próximo domingo 26. Los comicios serán clave para el peronismo que busca ponerle un freno al gobierno de Javier Milei en el Congreso, además de repetir la victoria conseguida en los comicios de la Provincia de Buenos Aires el pasado 7 de septiembre. En este sentido, Mayra Mendoza recalcó la importancia del próximo sufragio: “El peronismo está proscripto en la Argentina y hasta que Cristina no esté en libertad, el pueblo tiene que estar en la calle movilizándose y también dando una demostración de conciencia popular en las elecciones. Lo demostramos en septiembre y ahora lo volveremos a hacer en octubre. Así que para que Cristina esté un poquito más cerca de estar en libertad este domingo 26 de octubre, Fuerza Patria”.

En las calles, la confianza parece consolidarse. Mariana Vignausse, una docente que lleva una remera de la Selección Argentina con la frase “Luchá como una Abuela de Plaza de Mayo” y agita una bandera, es tajante: “es más que claro que incluso muchos de los que en su momento lo votaron, creyendo en un cambio o en las fantasías que prometía, hoy están completamente desilusionados. No puede salir, no puede hacer nada, y eso se nota en la calle. Yo creo que ese malestar se va a reflejar el 26”.

Por su parte, la expresidenta de la Nación, motivó a la militancia: “Que este día de la lealtad sea la antesala del 26 de octubre, el punto de partida de una nueva mayoría popular que vuelva a poner a la Argentina de pie. Milei ya tiene el voto de Kristalina Georgieva, del embajador Lamelas, Bessent. Tiene el voto de los que fugan, de los que timbean, de los que venden la patria al mejor postor. Pero lo que ya no tiene es el voto de los trabajadores que no llegan a fin de mes, de las madres que pagan la luz en cuotas, de los jóvenes que no encuentran trabajo ni oportunidades, y menos la de los jubilados que eligieron este país para vivir con dignidad. Así que, compañeros, compañeras, militancia querida, el 26 es Milei o Argentina”.

Agresiones sexuales y crímenes contra las infancias en el juicio por Mansión Seré

Agresiones sexuales y crímenes contra las infancias en el juicio por Mansión Seré

El Ministerio Público Fiscal reclamó incorporar múltiples cargos por delitos sexuales y crímenes contra menores en la megacausa que investiga delitos de lesa humanidad cometidos en Mansión Seré y el circuito represivo RIBA. Las acusaciones recaen sobre los represores Ernesto Rafael Lynch, Juan Carlos Herrera y Julio César Leston.

Tras haber finalizado la instancia testimonial en la audiencia previa, la jornada 33° del juicio Mansión Seré IV y RIBA II estuvo dedicada a la solicitud formal de la ampliación de la acusación por parte del Ministerio Público Fiscal, representado por el fiscal general Félix Crous y la fiscal auxiliar Nuria Piñol. La petición busca incorporar decenas de nuevos casos y cargos relacionados con delitos de agresión sexual y crímenes conexos cometidos contra infancias y familiares de las víctimas.

Para ello, la Fiscalía recopiló la información recabada a lo largo de las 32 audiencias anteriores, argumentando que si bien no son “hechos estrictamente novedosos, sí lo son para el debate”, ya que no habían sido tipificados de manera autónoma en la elevación a juicio. A partir de este recurso, Crous y Piñol buscan garantizar un tratamiento jurídico completo sobre el plan sistemático de terrorismo de Estado en la subzona 16, en el oeste del Gran Buenos Aires.

Los fiscales basaron su solicitud en el Artículo 381 del Código Procesal Penal de la Nación, “que alude a que surjan del debate hechos que integran el delito continuado atribuido”. De esta manera, Crous explicó que la expresión no refiere la “categoría dogmática” de “delito continuado” sino a “una continuidad en el sentido fáctico, en el sentido histórico de los sucesos”. Así, desde la Fiscalía argumentaron que aceptar la ampliación evitaría la “revictimización de las víctimas” (que no tendrían que someterse a un nuevo juicio para abordar estos temas) y cumpliría con las “obligaciones internacionales” del Estado Argentino.

Para avalar su petición, los fiscales citaron una amplia jurisprudencia que sentó precedentes relacionados con este proceso. Entre ellos mencionaron los juicios por el centro clandestino El Vesubio, junto con los de Mansión Seré II, en los que fueron tratados hechos que surgieron durante el debate, conduciendo a una ampliación. También citaron el fallo de la Corte Suprema de Justicia de la Nación sobre el caso Martel, en el que la Corte revocó la exclusión de delitos sexuales y estableció la necesidad de investigar y condenar con perspectiva de género. Para incluir los delitos cometidos hacia las infancias citaron la causa Guerrieri sobre delitos de lesa humanidad, en la que el Tribunal de Rosario sostuvo que no incorporar el tratamiento de niños y niñas como víctimas directas implicaría una “denegación de justicia”.

La ampliación de la acusación apunta principalmente contra Ernesto Rafael Lynch y Juan Carlos Herrera por múltiples hechos de abuso deshonesto agravado, violación agravada, privación ilegal de la libertad agravada y tormentos agravados. Además se lo acusa a Julio César Leston por un caso de privación ilegal de la libertad agravada y de tormentos agravados.

 

Perspectiva de género

 Luego de haber preguntado a lo largo del juicio si las víctimas deseaban que se investiguen y juzguen esos sucesos en particular, la Fiscalía busca imputar a Herrera y Lynch numerosos hechos de violencia sexual, argumentando que estos crímenes afectan “bienes jurídicos personalísimos distintos” a los tormentos que formaron parte del terrorismo de Estado. “Los abusos sexuales en el contexto concentracionario forman parte del plan sistemático y no de conductas de arranques criminales individuales de los agresores”, afirmó Crous. En la argumentación se hizo hincapié en la obligación de investigar estos hechos con perspectiva de género, siguiendo las recomendaciones de organismos como el Comité de Derechos Humanos de la ONU y la Convención de Belém do Pará.

En total fueron 15 los casos de violencia sexual a los que se refirieron desde el Ministerio Público Fiscal, recuperando testimonios previos de las víctimas brindados tanto en el juicio actual como en otros anteriores. Entendiendo que el objeto de reproche de los delitos es la afectación de las víctimas, la Fiscalía sostuvo que la responsabilidad en los delitos de agresión sexual no recae únicamente en la persona que haya tenido acceso carnal a la víctima. Para eso, se utilizaron a la figura del “dominio del hecho”, buscando establecer cuáles de todos los intervinientes detentaron el dominio del hecho e incidieron efectivamente en la configuración final del suceso.

Niños, no cosas

 El otro eje de la audiencia estuvo en el reconocimiento de niños, niñas y familiares allegados como víctimas directas de privación ilegal de la libertad y tormentos. Desde la Fiscalía impulsan la defensa del legítimo reconocimiento del derecho penal de niños, niñas y adolescentes; y afirmaron que negarles la categoría de víctima implicaría reducirlos a la “condición jurídica de cosas”.

Con esta ampliación se busca tipificar delitos conexos, como la privación ilegal de la libertad agravada (aunque sea temporal) y tormentos agravados. El delito de tormentos se configura, como fue el caso de algunos de los testimonios citados, al presenciar secuestros violentos, ser apuntados con armas, o ser interrogados mientras se destruían sus pertenencias.

Entre los más de 70 casos mencionados se incluye un rango etario que va desde bebés que no llegaban a un año de edad, hasta adolescentes de 17 años. “No sé si fue en brazos de mi mamá, no sé si me separaron de mi mamá, no sé lo que pasó conmigo en todas esas horas. No lo sé y ese agujero negro de esas horas es el agujero negro de mi vida”, había afirmado Mariana Eva Pérez, hija de los desaparecidos Patricia Roisinblit y José Pérez Rojo, quien fue secuestrada con un año y tres meses de edad y permaneció varias horas en cautiverio bajo fuerzas de la RIBA.

Tras una extensa exposición del Ministerio Público Fiscal, la dinámica procesal establece que las querellas y defensas deben emitir su opinión. Por su parte, las querellas de la Asociación Civil Moreno por la Memoria y la Subsecretaría de Derechos Humanos de la Provincia de Buenos Aires, manifestaron su adhesión y solicitaron exponer sus argumentos en la próxima audiencia programada para el 28 de octubre. Las defensas tendrán lugar el 11 de noviembre y, posteriormente, el Tribunal presidido por la jueza María Claudia Morgese Martín, deberá resolver el requerimiento aceptando o rechazando la acusación en bloque, u optando por aceptar solo una parte y rechazar los demás cargos solicitados.

 

El cine de la Patria Grande

El cine de la Patria Grande

A partir de este martes comienza la Sexta Semana del Cine Latinoamericano. En esta oportunidad, el eje que atraviesa a todas las películas será lo onírico. Una oportunidad para conversar con los realizadores.

Este martes comienza la Sexta Semana de Cine Latinoamericano. A lo largo de distintas sedes porteñas, como el Cine Arte Cacodelphia, ARTHAUS y el Cine Club Florida, se proyectarán cortos y largometrajes de diversos directores de la región, conectados por la presencia del extrañamiento y lo onírico en sus tramas. Además de las exhibiciones, estos espacios se proponen como encuentros horizontales, un ida y vuelta entre espectadores y realizadores.

Irene Franco, directora y fundadora del ciclo, destacó ante ANCCOM la importancia de “revalorizar la cultura de donde uno viene” y de acercar al público a autores que cuentan experiencias cercanas a nuestra realidad. La programación, explicó, se construyó en torno a lo mágico y onírico que irrumpe en lo cotidiano, a partir de recurrencias temáticas y estéticas surgidas en las obras recibidas.

La apertura será hoy a las 19 en el Cine Arte Cacodelphia (Avenida Roque Sáenz Peña 1150, CABA) con un programa de cortos centrado en la búsqueda: los rastros de una persona, la pertenencia y la identidad. A las 21 se exhibirá Los capítulos perdidos, de la directora venezolana Lorena Alvarado. Ena regresa a Caracas tras años en el extranjero y se enfrenta a la pérdida de memoria de su abuela, mientras su padre intenta preservar el legado literario venezolano.

El miércoles a las 19 comenzará el segundo programa de cortos, donde lo familiar se transforma en amenaza: sombras que cobran vida, secretos que persisten y presencias misteriosas que trastocan la realidad. A las 21 se proyectará Punku, del director peruano Juan Daniel Molero. En la selva, una joven matsigenka rescata a un niño desaparecido y mientras lo lleva a la ciudad ambos se ven envueltos en visiones y fuerzas desconocidas. “Me interesaba tratar lo mitológico y lo onírico sin caer en lo folklórico, respetando la vida y transformación constante de la cultura peruana. La película está separada en 21 placas, capítulos o portales. Punku significa portal en quechua. Me interesa que la gente habite la película, la recorra como quien entra a descubrir una estructura, una casa”, explicó el director.

El jueves a las 20 será el turno de El mundo al revés, codirigida por Agostina Di Luciano (Argentina) y León Schwitter (Suiza). En una pequeña ciudad de Córdoba, misteriosos eventos conectan a dos historias paralelas: León y Noah investigan una luz que aparece de noche, mientras Rosana y Lily, empleadas domésticas, descubren algo mágico que entrelaza realidad y fantasía.

La inversión que plantea el título de la película es una invitación a expandir los verosímiles y los conocimientos dados por sentado. Schwitter expresó: “El título vino de la sensación del lugar, ahí se siente que el mundo es al revés, pero también queríamos mostrar otra forma de pensar el mundo. No hicimos solo un documental, sino que también una ficción pensada como algo subversivo, que te hace imaginar un mundo distinto. El cine también es un lugar para soñar”. Di Luciano agregó que el arte es un medio de crear “una pequeña utopía para pensar el mundo de manera distinta”.

El viernes, último día del ciclo, abrirá a las 19 con un programa de cortos centrados en la afirmación de la vida y la identidad: relatos sobre memoria, resistencia y desarraigo. A las 20:30 se proyectará Un capricho de VocaMaret, del argentino Nicolás Malaisi. Un cineasta en crisis vuelve a su ciudad natal decidido a terminar la película que lo llevó al fracaso, aunque para hacerlo deba engañar a las autoridades locales y financiar su proyecto por vías dudosas.

El cierre será a las 22 con Ciudad Oculta, de Francisco Bouzas. Bajo el barrio homónimo, habita una ciudad de muertos. Tras el asesinato de un joven futbolista, su amigo Jonás tiene sueños recurrentes con él. Jonás deberá encontrar la forma de cruzar a la ciudad de los muertos y cerrar asuntos del pasado que aún lo unen a Iki. La película nació de una década de vivencias y relatos compartidos del director con los vecinos del lugar y la murga Los Locos no se Ocultan.

El detonante fue la muerte de uno de los chicos de la murga, donde Bouzas sintió que debía hacer algo con el sentimiento de injusticia. El film aborda temáticas como la violencia policial en los barrios, la juventud y sus problemáticas. Sin embargo, “Ciudad oculta es una película de fantasmas, pero de fantasmas buenos. Los sueños en nuestro caso funcionan como ese espacio propio de la imaginación donde los personajes logran sanar sus heridas, quizás en esta película sean más un refugio que una amenaza”, señaló Bouzas.

La región comparte no solo una identidad cultural, sino también la falta de financiamiento, agravada por gobiernos neoliberales con agendas centradas en los recortes y en la lógica del mercado. Si bien la producción sigue activa, el mayor obstáculo está en la distribución. “Hay películas que se hacen sin recursos y llegan a festivales, pero se ahogan porque no tienen salas —lamentó Franco—. Las salas también tienen que pasar películas que convoquen, por eso seguimos apostando al festival: queremos seguir siendo ese espacio”.

Schwitter remarcó que las ayudas estatales “hacen que sobreviva una cultura del arte, no un producto económico rentable”. Y Di Luciano agregó: “El arte independiente se hace sin miedo, porque uno considera que es importante hacerlo. Crear sin temor a los límites que pueda imponer un gobierno es una forma de mantener tu libertad de expresión”.

En el caso de Ciudad Oculta, Bouzas explicó que fue producida de forma híbrida, con apoyo del INCAA y dentro de un entramado comunitario. “Para quienes estamos acostumbrados a producir un cine periférico y sin recursos, la situación es de una mayor precariedad incluso a la que estábamos acostumbrados. El sector audiovisual es un ecosistema en el cual conviven directores, técnicos, productores, diversas profesiones que usualmente habitan el pluriempleo. En mi caso, y no creo ser el único, muchas veces trabajar en proyectos de mayor escala de otras personas es lo que me permitía luego tomarme la libertad de enfrentar proyectos personales de mayor riesgo” reflexionó el director.

En el caso de Perú, en abril de este año el Congreso aprobó la Ley de Cine, que redujo los estímulos económicos otorgados por el Estado a las producciones nacionales. La producción abunda y nuevas generaciones comenzaron a hacer cine, pero se encuentran con distintas problemáticas. Molero destacó: “Hay un intento de censurar la diversidad de puntos de vista, del cupo y la cuota del cine indígena y de regiones fuera de Lima, el cine queer y a las cineastas mujeres”.

El director peruano concluyó: “Nuestra cartelera comercial debería estar llena de cine latinoamericano, y creo que eventualmente lo vamos a lograr si logramos combatir el colonialismo imperialista de los medios y de la cultura. Hay países con mejor legislación, pero en Perú no hay cuota de pantalla, así que estamos un poco a la intemperie del capitalismo salvaje. Siempre hay cine clubes y ciclos de cine, con núcleos de diálogos y conversación donde se puede dar lugar a voces más frágiles o invisibilizadas”.

 Por primera vez, la Semana no cuenta con el acompañamiento del INCAA. Todo el trabajo se realiza a pulmón, y para sostenerlo los organizadores optaron por cobrar entradas. Como en El mundo al revés, este ciclo funciona como una chispa en medio de la oscuridad: una pequeña luz que insiste en creer que, aun en tiempos de crisis, el cine puede seguir siendo un lugar de encuentro, creación y esperanza.

 Las entradas se consiguen en boletería o a través de Alternativa Teatral. Las producciones favoritas del público estarán disponibles en Retina Latina, para ampliar su alcance en toda la región. Más información en cicloindependiente – Biolink.

 

Procesaron al gendarme que hirió a Pablo Grillo

Procesaron al gendarme que hirió a Pablo Grillo

La jueza Servini dictaminó que Héctor Guerrero disparó de manera antirreglamentaria al menos cinco veces. La misma suerte corrió el prefecto Sebastián Martínez, que le quitó la visión a Jonathan Navarro.

A casi 7 meses de la represión que dejó hasta el presente al fotoperiodista Pablo Grillo en estado crítico, la jueza a cargo del Juzgado Nacional en lo Criminal y Correccional Federal Nº 1, María Romilda Servini, procesó al gendarme Héctor Guerrero como autor material del brutal accionar que afectó a la víctima. La resolución se apoyó parcialmente en los aportes realizados por Mapa de la Policía, una organización civil que logró demostrar cómo y quiénes efectuaron los disparos en esa trágica jornada.

Bajo el patrocinio del Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS), y con la abogada Claudia Cesarone, la familia de Grillo se presentó como querellante contra Guerrero. La identificación de quien disparó y el argumento de la intencionalidad por parte del gendarme fue posible gracias a la reconstrucción que presentó en redes sociales la organización Mapa de la Policía, quienes se definen como “una herramienta de cuidados ciudadanos para contrarrestar la violencia policial».

Mientras la investigación interna –y opaca– de Gendarmería alegaba que Guerrero había actuado en concordancia con el protocolo antipiquetes, y había disparado reglamentariamente, la causa penal demostraba todo lo contrario: “[Guerrero] disparó de forma antirreglamentaria con su pistola lanzagases, hacia el sector en el cual se hallaban los manifestantes, siendo que es este el que hirió a Pablo Nahuel Grillo”, afirma el expediente firmado por Servini.

Este documento también revela que el gendarme realizó otros “cinco disparos en los siguientes horarios: 17:14 (disparo 1); 17:16 (disparo 2); entre 17:17 y 17:18 -antes del efectuado a Grillo- (disparo 3); 17:20 (disparo 5) y 17:22 (disparo 6)”. Sobre el accionar de la ciudadanía que permitió esta investigación, Agustina Lloret, una de las abogadas querellantes, explica: “Cuando no hay mecanismos de controles estatales desde adentro del Ministerio aparece la necesidad de que la propia sociedad se organice para poder ejercer ese control, por ejemplo, grabando”.

Ahora se espera que Guerrero apele esta decisión –ya se prevé que la medida no tenga un resultado favorable– y luego la próxima instancia será un juicio oral. Por el momento se embargó al gendarme y sigue la prohibición para que salga del país. Mientras tanto la investigación avanza hacia la cadena de mandos, es decir, quienes acompañaron a Guerrero y eran encargados de supervisar su accionar.

En lo que respecta a las responsabilidades políticas, desde el primer video de Mapa de la Policía se apunta hacia la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, por promover la impunidad. En este punto, Lloret explica la implicancia de la funcionaria: “La tiene desde el diseño del operativo hasta la responsabilidad discursiva –que es el mensaje que le baja a las fuerzas de seguridad–. Lo que vemos es que en la causa penal ella se quedó con mucha información que debía aportar, al punto tal que Servini tuvo que ir a allanar a la Gendarmería para conseguir el sumario interno que le había iniciado Guerrero”.

Mientras tanto, Pablo Grillo sigue internado con leves mejoras, pero con daños irreversibles; y Jonathan Navarro, otro manifestante que fue reprimido en esa jornada por el prefecto Sebastián Martínez—quien también fue procesado—, perdió definitivamente la visión. Sobre esto, Lloret opina: “Son casos que sirven para visibilizar, para que la gente entienda que todo tiene un límite, que las fuerzas de seguridad no están para eso, para agredir a los manifestantes. Están justamente para cuidarnos. Esta decisión judicial empieza a poner sobre la mesa los límites de lo que no se puede tolerar, de lo que la sociedad en sí no puede seguir mirando para otro lado”.

Trabajadores a cielo abierto

Trabajadores a cielo abierto

Lejos del debate sobre la digitalización del trabajo, toda una comunidad analógica se gana la vida día a día, lejos de las plataformas: en las calles.

Clarea la mañana en la estación Liniers. El sol alumbra encima de los rieles, sin calentar, y el vapor del aliento asoma entre los abrigos. Cada tantos minutos, cuando llegan o parten los trenes, un torrente de pasos sube por la pasarela metálica que cruza las vías. Un joven se planta en medio, extiende los brazos y muestra dos bolsas de plástico de las que emana un halo de calor: ”¡Lleve, aproveche el chipá caliente, lleve aproveche!

Yo estoy acá porque no es territorio de la policía —dice N., de 20 años, en diálogo amable, aunque prefiere no revelar su identidad—. Trenes Argentinos es un espacio privado, y ellos no pasan para acá. Entonces, cada vez que me corren de la calle, me escapo acá y me quedo tranquilo.

N. cuenta que los turnos para vender en el tren están divididos y comercializados, pero se niega a señalar a quienes le venden ese derecho. A él le asignaron el horario que va de las 4 de la mañana a la 1 de la tarde: 

Yo soy un empleado más, o sea yo trabajo para alguien. Al no pagar alquiler de un local ni pagar impuestos, la ganancia es bastante. Pero yo no cobro como ellos; cobro como empleado.

Después del almuerzo trabaja de Rappi y estudia Programación. Se recibió de maestro mayor de obras y está ahorrando plata para “seguir estudiando en la UBA”.

Del otro lado del cruce, mirando hacia la iglesia de San Cayetano, Isaac Espinoza (80), albañil jubilado, se sienta en el cordón de la vereda. Frente a él se extiende una manta con ristras de ajo, un cajón de limones y bolsitas de ají rojo, curry, orégano, cúrcuma…

—Hace poco vino un muchacho conocido aquí, por esta zona. Me pidió la hora, yo saqué el celular y ahí me lo manoteó y se fue. ¿Cómo lo iba a correr, si yo tengo problemas? Puedo caminar con ayuda de un bastón, pero correrlo no puedo. Además, si me voy me van a robar el carrito y la mercadería. Entonces lo que hice fue comprar un machete —dice y muestra una hoja envuelta en plástico.

Isaac dejó la construcción tras sufrir un accidente en la pierna. Cobra una pensión de 160 mil pesos que se le va en alquiler. Más o menos ando bien con los préstamos del ANSES. Ahora voy a ver si pido otro del banco para aumentar las cositas para vender: trapos de piso… Como la gente anda viajando, no tiene tiempo de ir a buscar trapos a otro lado. Entonces aprovecharía eso para poder decir: ‘Bueno, el domingo como’. Porque yo voy a los comedores de las iglesias: en La Matanza, tres días aquí en San Cayetano, los sábados voy a Martínez al desayuno, ahí nomás almuerzo, me dan ropa, y así vivo…

Al pasar las horas, mientras la tarde se nubla, los pasos se encaminan al otro lado del tren. En José León Suárez y Falcón, ocho policías de la Ciudad escoltan a los agentes de Espacio Público. Los vendedores esconden la mercadería en bolsas de tela y de consorcio: entra un billete, sale una porción de budín y un café humeante. Y entre medio de todas las piernas y la fachada grisácea del Plaza Shopping, se escucha un rasgueo de guitarra.

—A mí no me molestan los de Espacio Público porque los músicos no vendemos nada —dice Emiliano Maldonado, de 48 años, con la guitarra cruzada en el pecho, apenas apoyado en su silla de ruedas. Tiene los dedos torcidos con una protuberancia sobre el puño, pero parece que vuelan cuando pellizca las cuerdas, recorre el mástil y hace salir, como sin esfuerzo, la melodía—. Yo lo único que vendo es alegría, amor… —dice y desgrana su historia—. Me fui de gira con una banda de rock en 2001. Hicimos toda Sudamérica durante 15 años: Bolivia, Perú, Ecuador, Colombia, Chile… Estábamos en hoteles, con todos los lujos, y ahora la vida me trajo acá. Como toda banda de rock, tuvimos algunos problemas: mucho consumo, drogas, alcohol, y algunos problemas de salud. Yo, de hecho, tengo problemas producto de ese exceso. Entonces decidí cortar con la noche, con todo ese mundo, y pasar más al día, a lo familiero, a la calle, como para dejar de estar en contacto con esa parte que a veces excede un poco.

Emiliano volvió a Argentina en 2015 y dio clases particulares hasta 2022. Su oficio cambió con la situación económica: Muchos papás me han llamado para interrumpir, entiendo que por la crisis pensaban no seguir, dedicarse al alimento y a la educación básica. Ahora se recupera de una caída que le valió cuatro tornillos en la pierna. Mantiene, sin embargo, la sonrisa: La música lo que tiene es que uno está independiente de todo el sistema —explica—. Yo por ahí gano en cuatro horas lo que una persona en diez o doce.

Bajando por José León Suárez, pasado el cruce con Falcón, dos hileras de locales con vitrina a la calle, jugueterías, rotiserías y verdulerías, muestran manojos de acelga, bolsones de porotos rojos y negros, carcasas de celulares y pollos girando al espiedo, en un coro de tonadas peruana y boliviana. Los volanteros promocionan a videntes indígenas que ofrecen maldiciones y amarres de amor; y de un grupo de gente sale un sonido chillón, estridente, que es imposible de ignorar: ”¡Venga amiguito! ¡Venga por su regalo, su espadita!” Es otra música. Música infantil que retumba en los altoparlantes instalados al frente de una juguetería. Y una mujer disfrazada de Minnie junto a un payaso que vocifera en el micrófono: ”¡Acérquese también el papito para que no tenga miedo!” Un niño lo mira y tirita.

Para hacer esto hay que tener mucha actitud, alma. Yo creo que se nace —dice el Payasito Sonatita, de 40 años, conversando en la vereda, al costado de la juguetería. Dice que formó una compañía de entretenimiento en Guernica, que trabaja a pedido. Desde el cordón de la vereda, atrae a la gente por los altoparlantes y les ofrece globos con forma de espada, de perrito, se toman las fotos con Minnie y promocionan productos de la tienda que lo contrató–. En Buenos Aires llevamos prácticamente diez años trabajando. Con todas las comunidades: la peruana, boliviana, argentina, paraguaya. Hacemos no solamente shows infantiles sino también para grandes: quince años, animación. Nos va bien.

La caída de la noche funciona como un tablero de control: hay partes de la ciudad que se apagan, otras se encienden. Lejos de Liniers, en pleno centro de Buenos Aires, las veredas de las grandes peatonales ya se empiezan a llenar, y los trabajadores recién empiezan a instalarse.

La ciudad que nunca duerme

La noche de la Avenida Corrientes está llena de luz artificial: alumbran los faroles, los carteles de neón en las vitrinas y los cientos de pequeñas bombillas de los teatros. Acá los folletos no son de amarres de amor, sino de las obras en cartelera; la gente no le tiene miedo a la cámara, sino que cobra por la foto; los vendedores no ofrecen café ni chipá, sino artesanías en madera, metal, cuero, lana…

Yo tengo como cinco años acá —dice Gladys Valencia, de 50 años, con media bufanda entre las manos—. También trabajé en la Pellegrini y en Santa Fe, siempre vendiendo tejidos y también estos moñitos. Todo lo de acá es a crochet. Yo tejo desde el colegio. Allá en Perú me enseñaron a agarrar el crochet, en Lima

Gladys empezó a vender sus trabajos por redes sociales en la pandemia, pero la falta de pedidos la llevó a probar el pavimento. Ahí fue que aumentaron sus ventas, se hizo de clientes frecuentes. Pero la calle, como regala sonrisas, también tiene problemas —aquí y en Liniers—. Cuenta: Algo malo, que ya tuve la experiencia allá en la Pellegrini que, así como ve mi pañito, me quitaron todas mis cosas los del Espacio Público. Así sea artesanal, sea lo que sea, me lo sacaron. Es fuerte porque tienes que tejer, hacer; esto de acá no es comprado, todo esto de acá es lo que yo hago, coso y lo armo, y me dolió cuando me lo quitaron. Ahora, gracias a Dios, permiten vender todo lo que es artesanal. Lo que sea reventa, te lo sacan. Esto será desde hace dos meses. Porque he dejado de trabajar por medio año, por ese motivo. Había empezado a vender por Internet. Pero no es igual que los clientes no lo puedan ver, porque acá la gente puede mirar, puede tocar, probarse si le queda, si no le queda…”

Los horarios en la Avenida Corrientes son los del teatro y del turismo. Gladys trabaja los viernes, sábados y domingos apenas cae la noche, al igual que los demás artesanos, volanteras y artistas callejeros. 

—Cuando hay gente estoy yo; si no hay gente, no estoy —dice Gastón Giráldez, alias Buda Tom, de 49 años, recostado sobre el pavimento junto a un enorme dibujo de Calvin & Hobbes que acaba de terminar. Llega a las seis de la tarde, cuando se prenden las luces, y se va entre las once de la noche y las dos de la madrugada, si el tiempo acompaña. 

—La calle tiene muchas contras: el clima, el desprecio. A veces alguna persona me pisa la mano, o me dan plata de mala manera. Y el problema no es que me den un peso o que me den un millón: es la actitud con la que me dan —explica—. Yo tengo un bastón, soy obeso, me cuesta mucho estar en el suelo, cosas que tendrían que tener en cuenta; a nadie le interesa, pero están a la vista, ni siquiera tengo que mentir. Porque realmente me cuesta levantarme; dibujo en el piso porque no me puedo levantar y agachar todo el tiempo —sigue Buda, mientras repasa el contorno de la figura con tiza blanca y difumina los bordes con el dedo.

—Acá está pegando fuerte el tema económico —dice—. Y eso repercute mucho en la propina y en el humor también. Yo soy el último eslabón de la economía del país: si a mí me llega poco es porque la otra persona también tiene poco. Es una cadena de dramas, digamos. Pero yo le pongo optimismo, vengo con toda la onda. Sé que también hay que darle color a la ciudad; así como las luces y todo lo demás, mi aporte es ese: darle el color, mantener la alegría.

Vivimos en tiempos donde la calle está tensa y sus trabajadores cansados y hasta paranoicos. Pero la vida se trata de buscar soluciones, y mientras unos esconden la mercadería y juegan al límite de la confiscación policial, otros encuentran su mural en el piso y arman un escenario en la vereda.

—No somos los malos —dijo N. en la estación Liniers—. Por laburar en la calle, usualmente nos ven como gente delictiva, pero en realidad nada que ver—. El sol ya brillaba encumbrado y se prendían los puchos en la fila del bondi. N. miró a los dos lados y caminó hacia esa fila: —¡Lleve, aproveche el chipá caliente…!

En cada esquina, en cada manta extendida, late una economía que no figura en los balances oficiales pero sostiene la vida. Las redes de vendedores, músicos, payasos, cartoneros, artesanos —y también les vendedores de Hecho en Buenos Aires, que salen cada día con las revistas bajo el brazo— forman un sistema paralelo que mantiene en movimiento a barrios enteros: alimentan, visten, entretienen, reciclan, comunican, sostienen. La informalidad no es el margen: es la trama que permite que la ciudad no se detenga. Invisibilizados en los discursos sobre innovación y futuro del trabajo, estos oficios callejeros son también la prueba de que la creatividad y la subsistencia encuentran siempre un modo de resistir. La ciudad se enciende con ellos; sin ellos, sería puro cemento.

‘’Libertad para los argentinos y libertad para Palestina’’

‘’Libertad para los argentinos y libertad para Palestina’’

Los familiares de los tres argentinos que viajaban en la flotilla humanitaria y que fueron detenidos por las fuerzas israelíes denunciaron la falta de respuestas por parte del Gobierno.

Foto: Marita Costa @maritacostafotografia / Prensa ATE

A las 13, en la sala de conferencias de la sede de ATE Capital, una pantalla muestra los rostros de Celeste Fierro, Ezequiel Peressini y Carlos Bertola, los tres argentinos detenidos tras la intercepción de la Flotilla Global Sumud por parte del ejército israelí. A su costado, se ubican familiares, compañeros y representantes de organizaciones de derechos humanos y partidos políticos. Entre los presentes se destacan Tilda Rabi, presidenta de la Federación de Entidades Argentino-Palestinas; Carmen Arias de Madres de Plaza de Mayo; los dirigentes de izquierda Miriam Bregman, Viviana Bassi y Nicolás del Caño; el referente de Patria Grande Juan Grabois y la diputada Victoria Montenegro de Unión por la Patria, entre otros.

La sala está colmada: muchas personas llevan kufiyas, el pañuelo tradicional árabe, banderas palestinas y carteles que exigen la liberación de los tres detenidos. La conferencia comienza con las palabras de Tilda Rabi, hija de palestinos nacida en Chile y exiliada en Argentina durante la dictadura de Pinochet: “Yo quiero celebrar algo, a propósito de todo, y es esta diversidad, esta pluralidad que nos reúne aquí hoy. Nuestro pueblo lleva ya más de 80 años luchando por su libertad. Quiero agradecerles a todos, a todas, a todes, porque la idea es que hoy formemos un frente unido por y para una Palestina libre”. Rabi no se equivoca: si bien hubo manifestaciones aisladas en redes sociales, esta es la convocatoria con mayor diversidad de sectores políticos presentes, más allá de la izquierda tradicional.

Felipe Bertola, hijo de Carlos, denuncia: ‘’Desde el miércoles pasado, cuando el ejército sionista lo secuestró, no pudimos hablar ni con mi papá, ni con Celeste, ni con Ezequiel, ni con el resto de la tripulación. Lo que estamos pidiendo es la liberación y el regreso inmediato de los compañeros. Y una vez que estén acá tenemos que seguir con los ojos puestos en Gaza, porque lo que ocurre es un genocidio. Mi viejo viajaba con una remera del Gauchito Gil y una bandera de Diego Maradona que también siempre pidió por el pueblo palestino. Lo que más me acercó a discutir y acompañar esta causa fue pensar que nosotros tenemos la causa Malvinas y que Inglaterra es un aliado estratégico y muy cercano a Israel. Gaza es Palestina y las Malvinas son argentinas”. También expresaron su preocupación Gabriela Fierro, hermana de Celeste y los familiares de Ezequiel Peressini vía audio, ya que residen en Córdoba.

Junto con Celeste, Carlos y Ezequiel, otros 470 activistas de todo el mundo fueron detenidos en el transcurso de tres días, la mayoría en aguas internacionales, una violación a los tratados internacionales. Según lo comunicado por el ministerio de Asuntos Exteriores de Israel, fueron deportados ya 340 ‘’provocadores de la flotilla Hamas-Sumud’’ de distintos orígenes: Grecia, Italia, Francia, Irlanda, Suecia, Polonia, Alemania, Bulgaria, Lituania, Austria, Luxemburgo, Finlandia, Dinamarca, Eslovaquia, Suiza, Noruega, Reino Unido, Serbia y Estados Unidos. ¿Y los argentinos?

El silencio cómplice

La Cancillería argentina comunicó que los detenidos de nuestro país se encuentran en buenas condiciones de salud pero el dirigente del MST, Guillermo Paganini, comenta que ‘’los distintos contingentes que fueron liberados y deportados denuncian malos tratos y distintas cuestiones violatorias de los tratados internacionales de derechos humanos. Incluso el Ministerio de Relaciones Exteriores de Italia, el Ministerio de Asuntos Exteriores de España, la Secretaría de Turquía, protestaron por lo que pasó con los ciudadanos de sus países’’. Uno de los denunciantes fue el español Rafael Borrego, que ante las cámaras en el aeropuerto de Madrid, declaró haber sufrido abusos físicos y psicológicos: ‘’Nos han golpeado, nos han arrastrado por los suelos, nos han vendado los ojos, nos han atado de pies y manos, nos han metido en jaulas, nos han insultado”. También comentó el robo de sus artículos personales y la negación de medicamentos.

Hasta el momento no se tiene conocimiento sobre la posible fecha de regreso de los argentinos detenidos. Tampoco hubo un pronunciamiento por parte del Gobierno aunque es de público conocimiento la posición que mantiene el presidente Javier Milei. Su admiración por Israel y por el primer ministro Benjamin Netanyahu, quien tiene un pedido de captura internacional por crímenes de guerra, se ha manifestado en múltiples ocasiones. En reiteradas oportunidades, además, tanto Milei como otros referentes de La Libertad Avanza, calificaron como expresiones antisemitas cualquier denuncia contra el genocidio en Gaza. ‘’No esperamos ningún gesto de este Gobierno aliado del sionismo y de Trump, pero es su obligación y lo vamos a seguir reclamando porque queremos que Carlos, Celeste y Ezequiel y todas y todos los que están en esa prisión salgan en condiciones de máximas garantías, con sus papeles, con los plenos derechos. Los estamos esperando para seguir la lucha’’, concluye Paganini.

El palestino y activista Abdallah Mamdouh toma la palabra y denuncia el discurso criminalizador del gobierno israelí: ‘’Están diciendo que todos los que estaban en las flotillas Sumud son terroristas, como dijo en los videos el Ministro de Seguridad de la ocupación, Ben-Gvir. El gran terrorista es él y todo su Gobierno. Cualquier persona que esté a favor de Palestina siempre la van a llamar terrorista porque estamos en contra del sionismo, de la ocupación y del genocidio. Celeste, Ezequiel y Carlos, junto con todos los que participaron en la flotilla, hicieron lo que no hicieron los países del mundo: se comprometieron a llevar ayuda humanitaria, a romper y denunciar la hambruna. Eso no debería ser tarea de ellos, sino de los líderes mundiales. Pero todos debemos comprometernos con frenar la ocupación, porque empezó con Palestina y ahora está avanzando sobre otros países. Es como un cáncer. Pedimos libertad para ellos y libertad para Palestina”.

A pesar de no haber llegado a Gaza, la flotilla y su detención fueron noticia en los principales portales del mundo, logrando su cometido de visibilizar el genocidio del pueblo palestino. Además, debido a la movilización de los barcos israelíes para interceptarla, algunos puertos de Gaza quedaron sin vigilancia, lo que permitió que pescadores palestinos pudieran salir al mar. El hecho fue celebrado en redes sociales.

La conferencia concluye con las palabras de la referente de Nuestra Patria, Fernanda Pereyra: ‘’Agradecemos el compromiso de todos los compañeros y compañeras que están marcando un arco de solidaridad totalmente amplio. Lo que nos une acá es la libertad de nuestros compañeros y compañeras pero nos une también que Palestina sea libre, que se termine el genocidio, que esta es una pelea que viene de hace años a través de la resistencia del pueblo palestino y que nosotros bancamos esa resistencia porque creemos en la autodeterminación de los pueblos. Nosotros tenemos también compañeros detenidos por este Gobierno cipayo, antipatria, pedimos también libertad para Cristina, para Facundo Huala y Milagros Salas’’.