Bullrich se quedó con las viviendas del Plan Procrear

Bullrich se quedó con las viviendas del Plan Procrear

Unas 160 familias que habían sido sorteadas como beneficiaras de viviendas en el edificio Sagol denuncian que la ministra de Seguridad se las entregó a miembros de las fuerzas que comanda.

Casa propia: ¡Afuera! El 23 de noviembre de 2023 160 familias recibieron por medio de un sorteo público de la Lotería Nacional una vivienda, aún en construcción, en el predio Sagol I de Avellaneda. Sin embargo, sin explicación, en junio de este año les llegó otra noticia: el Ministerio de Seguridad de la Nación, comandado por Patricia Bullrich, dispondría de esas viviendas para entregarlas a integrantes de las fuerzas federales. Esto efectivamente ocurrió el 10 de junio, mientras se conocía la sentencia a la expresidenta Cristina Fernandez, quien fuera la ideóloga del Procrear en 2012.

El predio Intendente Raúl Sagol está en la calle Mariano Acosta al 400 entre Sagol y Díaz Vélez, en el municipio de Avellaneda. Es un edificio construido sobre un terreno que le cedió la municipalidad a la nación para esos fines. Tiene capacidad para 160 familias, cada departamento tiene entre 45 y 60 metros cuadrados y tres de ellos estaban destinados para personas con discapacidad.

El Plan Procrear (Programa de Crédito Argentino) se inició el 12 de junio de 2012 cuando la entonces presidenta Cristina Fernández de Kirchner anunciaba la construcción de 100 mil viviendas en el plazo de cuatro años. Este programa tenía diferentes líneas de crédito para la casa propia u otras mejoras.

Alexander Zalazar, uno de los beneficiarios del sorteo PROCREAR.

Sin techo

La mayoría de los adjudicatarios del edificio Sagol recibió su departamento en el último sorteo del programa, el 23 de noviembre de 2023, durante la presidencia de Alberto Fernández. Pero las familias denuncian que con el cambio de gobierno nacional y la asunción de Javier Milei las gestiones administrativas quedaron congeladas. Tal es el caso de Andrea Staffolani que en diálogo con ANCCOM contó: “Me hicieron la verificación ambiental, después me hicieron presentar todos los papeles, partida de nacimiento, situación crediticia, veraz, recibos de sueldo y de ahí en más fue esperar que nos citara el Hipotecario”.

La respuesta ante sus consultas a los diferentes entes mediadores, como el Banco Hipotecario o Desarrollos Urbanísticos, siempre era la misma: “Estamos esperando órdenes”. El problema no era sólo administrativo: las obras también estaban detenidas. El municipio agregó carteles rojos con letras blancas que advierten “Obra paralizada por el gobierno nacional” en todos los afiches de Procrear que están en la vía pública.

Son 160 familias despojadas del derecho a la casa propia, al menos 500 personas. “Yo alquilo hace más de 30 años, siento que era la última oportunidad que tenía de acceder a un crédito hipotecario, de tener mi casa», manifestó Staffolani.

Silvia Navarrete, jubilada. 

Silvia Navarrete, jubilada, quien alquila con su hermana comentó que ante esta situación tuvo que mudarse, con todo lo que eso implica: “Nos robaron. No nos vamos a rendir. Nosotros estamos en lucha, acá estuvimos y vamos a estar”.

Por su parte, la docente Romina Caccione, contó que cuando salió sorteada “fue un momento de mucha alegría en toda la familia: ¡te ganaste el derecho a tener una casa!”. En el abrazo al edificio Caccione remarcó que “la indignación es total porque los dueños estamos esperando para hacer efectivo el crédito que ya teníamos asignado”.

Las familias están organizadas, tienen un perfil de Instagram @sagolenlucha, al que se están sumando muchas personas que aún no estaban enteradas de la situación. Hicieron una presentación a través del Defensor del Pueblo de Avellaneda, Daniel García. El plazo de 10 días hábiles para que el gobierno responda vence la semana entrante. De no tener respuesta, iniciarán un amparo colectivo. Además, el letrado Leonardo Martínez, representante legal de los damnificados, elevará una denuncia penal contra Patricia Bullrich, “todos los que usurpen nuestras casas van a ser cómplices de esto y les va a caer el peso de la ley, les corresponde porque son cómplices de una estafa”, sentenció Navarrete.

“Lo de Irán ha servido para esconder el infanticidio masivo y el exterminio en Gaza”

“Lo de Irán ha servido para esconder el infanticidio masivo y el exterminio en Gaza”

El filósofo y periodista Martín Gak, especialista en Medio Oriente, analiza el provisorio “alto el fuego” entre Israel e Irán, en lo que caracteriza como un proceso israelí “expansionista y extremadamente violento”. ¿Por qué dice que el genocidio a los gazatíes es incomparable con otros?

“Mientras duró el bombardeo de Israel a Irán, y la escalada de respuestas, se desvió la vista de las masacres y la hambruna que persisten en Gaza”, plantea el filósofo y periodista Martín Gak, quien lleva más de diez años cubriendo la situación en Medio Oriente, y aporta una visión más amplia y comprensiva del conflicto. El presidente iraní Masoud Pezeshkian anunció este martes el fin de la “guerra de 12 días” entre la República Islámica e Israel: se cierran así dos semanas que incluyeron misiles cayendo sobre Teherán y Tel Aviv, el ataque de Estados Unidos a instalaciones nucleares iraníes, un bombardeo a una base estdounidenese en Qatar, un fallido acuerdo de cese al fuego con declaraciones airadas de Donald Trump (“¡No saben qué carajo están haciendo!”) y versiones contrapuestas sobre el enriquecimiento atómico.

“Mi lectura es que Trump salió a intimar a Israel, no a Irán, para que aceptase el alto al fuego. Irán dejó relativamente claro que sólo iban a parar las hostilidades en tanto Israel frenase el bombardeo. Según el alto al fuego planteado por Estados Unidos, a las 7am del 24 de junio Irán tenía que dejar de bombardear Israel, pero Israel tenía doce horas más bombardeando Irán; la segunda etapa del cese al fuego empezaba a las 7pm hora Jerusalén y, después de eso, el cese al fuego total empezaría en la mañana del 25 de junio. Evidentemente un absurdo, incluso con un sentido de colegio primario de justicia. Lo que pasó fue que Israel siguió disparando, Irán no frenó su bombardeo y en ese momento fue que Trump empezó a hacer aseveraciones en espacios públicos que de alguna manera estaban destinados, al menos en lo formal, a los dos lados, pero era evidente que se dirigían principalmente a Israel, porque Irán ya había dicho que no solo iban a dejar de bombardear, sino que estaban interesados en volver a una mesa de diálogo. La cuestión en este momento es si es realmente posible que los israelíes se mantengan quietos y dejen de tirar sobre la población y la infraestructura de Irán. Si ese es el caso, el cese al fuego se va a mantener; en caso contrario, veremos un recrudecimiento de las hostilidades en las próximas horas.”

¿En qué situación deja el fin de la guerra a Irán e Israel?

La infraestructura iraní está debilitada, pero no severamente debilitada. Está claro que los bombardeos fueron un fracaso, principalmente porque no lograron degradar la capacidad militar de Irán, que no solamente siguió bombardeando sino que lo hizo con enorme éxito: la destrucción en sí representa un 2% del territorio de Tel Aviv y alrededor del 33% ha sido paralizado. La coordinación general del ejército está en el medio de Tel Aviv, en Kirya, y toda esa zona fue blanco de bombardeos iraníes, con lo cual la gente de allí no se movía, no salía a la calle. Y, por otro lado, teniendo en cuenta que Irán no tiene armas atómicas, sino un programa de uso civil de energía nuclear, tanto el conocimiento como la infraestructura necesaria están dispersos. Entonces no es que Estados Unidos o Israel pueden bombardear dos o tres puntos del territorio y terminar con el programa atómico iraní; eso incluso la inteligencia israelí dice que no es posible.

¿Cómo se sabe que ese programa atómico es para uso civil?

Lo que sabemos es, por un lado, que la Organización Internacional de Energía Atómica (OIEA) registra un 60% de enriquecimiento de material atómico (se necesita 90% para hacer armas atómicas) y lo viene registrando desde el comienzo del Tratado de No Proliferación, o sea por lo menos hace 25 años. Y, por otro lado (y quizás sea más significativo), que el Directorio de Inteligencia de los Estados Unidos ha dicho específicamente que Irán no tiene la intención de desarrollar armas atómicas. Entonces, ¿es absolutamente imposible que Irán esté desarrollando armas atómicas? No, probablemente no. Pero por lo menos no hay ningún indicio de que ese sea el caso. Ahora, si Irán no tenía intención de desarrollar armamento atómico, evidentemente un bombardeo doble a lo largo de doce días va a cambiar su perspectiva. Con lo cual yo creo que el problema del ataque, entre tantos otros, es que justamente acelera el interés de desarrollar armas nucleares por parte de Irán.

Es importante recordar que a pesar de que en Auschwitz los números de muertos fueron mucho mayores, en Gaza los números de cómplices son mayores aún. Porque tenemos a una población política que ve todo esto y no hace nada, y en este sentido creo que son partícipes.

Martín Gak

¿Cómo se relaciona este conflicto con lo que hace Israel en Gaza?

Yo lo que veo es que el frente iraní es parte de un conflicto más amplio que incluye al Líbano, Siria, Yemen, Gaza y Cisjordania, que es un proyecto expansionista, extremadamente violento, que tiene como fin último establecer un polo geopolítico dentro de la región. Esto es una pregunta de quién controla Medio Oriente: Rusia tiene su esfera de influencia, que termina aproximadamente en Siria; Estados Unidos tiene su esfera de influencia; China tiene su esfera de influencia en el sudeste asiático; e Israel, específicamente la gente alrededor de Netanyahu, tiene la idea de establecer, probablemente en conjunto con Arabia Saudita y países sunitas, un polo que controle los movimientos y las dinámicas de poder en la región, y el primer paso para ello es la colonización de Gaza y Cisjordania. Creo que lo de Irán ha servido para esconder el infanticidio masivo y el proceso de exterminación en Gaza: durante los doce días que duró esta guerra entre Irán e Israel, en Gaza se mató a alrededor de 900 personas durante las “masacres del pan”, situaciones en que la gente camina kilómetros para tratar de proveerse de comida para ellos y su familia en medio de una hambruna, y los israelíes abren fuego sobre quienes esperan en los puntos de distribución, que están siendo utilizados como señuelo. De hecho, los últimos dos días fueron de los más sangrientos en varias semanas, con casi 200 gazatíes acribillados. Entonces creo que estamos mirando a Irán, porque es lo lógico, porque hay un frente de conflicto que es sumamente peligroso, pero también al hacer eso estamos desviando los ojos de Gaza.

¿Y cuáles son las informaciones que llegan de Gaza?

Lo que sabemos es que es una carnicería, por un lado, que hay una hambruna endémica por el otro, y que hay un colapso casi total del sistema de salud; de la provisión de insumos para la salud. Entonces la gente está muriendo de cosas que son tratables: chicos muriendo desahuciados dentro de las enfermerías después de ser baleados, y que hubieran sido salvados por una transfusión de sangre, pero no hay sangre. Tampoco hay paliativos: tengan en cuenta que Gaza tiene la mayor población de niños amputados del mundo, y muchas de esas amputaciones (que son al menos 14.000) son hechas sin anestesia, porque Israel ha estrangulado la entrada de anestesia a Gaza. Con lo cual la situación es dramática, y el hecho de que tengamos una población entera que no come y no tiene acceso a agua, quiere decir que todos los riesgos secundarios (los que no son de politraumatismos relacionados con explosiones y con armamento) se multiplican; porque alguien que tiene algún tipo de infección que puede ser menor, si no tiene acceso a agua ni a comida, tarda mucho más en recuperarse, si se recupera. Tenemos un sitio total que estrangula la ciudad, el bombardeo es generalizado, el 70% de la infraestructura destruida y, si hacemos un cálculo muy conservador, no menos de 250.000 y 350.000 muertos, porque el número de víctimas contadas es 50.000, pero nadie sabe cuánta gente hay debajo de los escombros.

Realmente una marca en la historia humana en cuanto al nivel de crueldad y de tragedia…

Yo honestamente creo que nunca hemos visto algo como esto.

¿No?

No, yo creo que no. Y yo me dedico a esto: trabajé por mucho tiempo sobre la segunda guerra mundial, conozco las invasiones japonesas en China, te puedo hablar de los conflictos africanos de diversos tipos incluyendo genocidios como el de Ruanda, de Sudán, de la República Democrática del Congo, etc. Pero creo que la diferencia es que muchas de estas de alguna manera se hicieron a la sombra, que los perpetradores tenían algún grado de vergüenza y la necesidad de esconder lo que estaban haciendo. Este no es el caso de Israel, que está haciendo esto a la luz del día, lo está publicando para que todos lo vean y sus soldados están vanagloriándose por las masacres y la destrucción de infraestructura en TikTok y en Instagram. Entonces creo que es importante recordar que a pesar de que en Auschwitz los números de muertos fueron mucho mayores, en Gaza los números de cómplices son mayores aún. Porque tenemos a una población política que ve todo esto y no hace nada, y en este sentido creo que son partícipes: según una encuesta de Haaretz, casi un 50% de los israelíes cree que es legítima la exterminación de los palestinos de Gaza.

Argentina, un blanco blando

Los coletazos del conflicto, según Martín Gak, alcanzan a todos los países: en Estados Unidos se divide el Partido Republicano, de la India salen bots en apoyo a Israel, Rusia ve acercarse el peligro del terrorismo islámico y la economía china se angustia ante una eventual escasez de petróleo. Argentina, por su parte, ha tomado una postura explícita de apoyo a los bombardeos contra Irán, y su presidente Javier Milei redobló la seguridad en sus viajes diplomáticos.

“Argentina entra un poco, decía yo, como ‘el hermano tonto del Río de La Plata’, de los israelíes y los americanos –dice Gak–. Argentina tiene dos experiencias de atentados en territorio nacional, y efectivamente sigue siendo un ‘blanco blando’. Porque si uno quiere mandarle un mensaje fuerte a Estados Unidos o Israel, y no quiere hacerlo en Estados Unidos o Israel, es mucho más fácil hacerlo en Buenos Aires. Y yo creo que lo que estamos viendo es una expresión clara y deprimente de la ineptitud total de este gobierno, en este caso específico en términos de política internacional: creo que están jugando en una liga para la cual no están entrenados ni tienen realmente la capacidad. Y mientras todo se pacifique esto no es necesariamente un problema, pero si se vuelve a recalentar el conflicto entre Irán e Israel, entonces Argentina se tiene que pensar como un blanco posible. Y me temo que este es un modo en que Israel y el sionismo usan a la comunidad judía, a la cual yo pertenezco, como escudos humanos; porque si va a haber un atentado, los atentados —subrayo— presuntamente asociados con Irán que han ocurrido en Argentina siempre fueron contra la comunidad judía, no contra objetivos militares o administrativos. Entonces hay algo en esa dinámica que es realmente necio, inepto y en última instancia peligroso”.

El único Banco que pierde

El único Banco que pierde

Con fondos congelados, sin autoridades designadas y bajo control de funcionarios sin formación técnica, el Banco Nacional de Datos Genéticos atraviesa una de las crisis más graves desde su creación. Abuelas de Plaza de Mayo advierte que el Decreto 351/2025 vulnera su autonomía y exige su rechazo en el Congreso.

El Banco Nacional de Datos Genéticos (BNDG), una institución clave para la búsqueda de nietos y nietas apropiados durante la última dictadura cívico-militar, atraviesa una situación crítica. Con el mismo presupuesto de 2023, el organismo enfrenta un vaciamiento que pone en jaque su funcionamiento. Hasta ayer su conducción se encontraba delegada en funcionarios sin formación científica específica, ya que el cargo de su directora se encuentra vencido. Pero mediante un decreto, el Gobierno prorrogó el cargo hasta un llamado a concurso, aún incierto.

Ante esta situación, Abuelas de Plaza de Mayo solicitó al Juzgado Federal en lo Criminal y Correccional N° 2 de San Martín una ampliación de las medidas de protección para el BNDG. La alarma se encendió tras la publicación del Decreto 351/2025, el 23 de mayo, que le quita su autonomía y autarquía, pasando a depender de la Secretaría de Innovación, Ciencia y Tecnología. Esta decisión se suma al vencimiento de cargos clave y a la imposibilidad de realizar tareas esenciales: entrecruzamientos de ADN, compra de insumos, viajes para toma de muestras y exhumaciones, entre otras.

 

Un pilar en la búsqueda de la verdad y la identidad

Creado en 1987 por la Ley 23.511, el BNDG fue impulsado por Abuelas de Plaza de Mayo junto a organizaciones de derechos humanos, con el objetivo de identificar a las niñas y niños apropiados durante la última dictadura cívico-militar. Desde entonces, y a lo largo de todos los gobiernos democráticos hasta la actualidad, el organismo se consolidó como una herramienta esencial para garantizar el derecho a la identidad y colaborar en el esclarecimiento de crímenes de lesa humanidad.

Guillermo Roisinblit, nieto restituido en el año 2000 que pudo reencontrarse con sus abuelas materna y paterna y actual miembro de la Comisión Directiva de Abuelas de Plaza de Mayo, afirma: “Hoy el Banco Nacional de Datos Genéticos no se ocupa solamente de resolver casos de personas que fueron víctimas de terrorismo de Estado si no de miles de personas que dudan sobre su identidad. El tema de la identidad sufre y sufrió distintos tipos de delitos en nuestro país. El Banco no solamente tiene que seguir funcionando para preservar las muestras, sino que también para asegurar el Derecho a la Identidad”.

Tras la presentación de Abuelas que pedía a la justicia que interpusiera un recurso de no innovar sobre el Banco, el juzgado respondió que, aunque comprendía la preocupación de la Asociación sobre el caso, no le parecía que el BNDG estuviese en riesgo ya que el gobierno debe sostener el funcionamiento del Banco de acuerdo a la Ley 27742, también llamada Ley Bases.

Villella remarca que tanto el secretario como el subsecretario de los que ahora depende el BNDG carecen de formación específica para conducir un laboratorio de alta complejidad como este. El actual titular del área es Darío Leandro Genua, licenciado en Administración de Empresas junto con José Luís Acevedo, licenciado en psicología.

La respuesta judicial y el rol de la Ley Bases

El Artículo 3 de la Ley de Bases y Puntos de Partida para la Libertad de los Argentinos establece que el Poder Ejecutivo Nacional no podrá disponer la disolución de ciertos organismos, entre ellos el BNDG. A su vez, el Artículo 6 prohíbe expresamente su intervención, reforzando la protección legal que impide al Ejecutivo avanzar sobre su estructura y funcionamiento.

Carolina Villella, abogada de Abuelas de Plaza de Mayo, advierte que el Decreto 351/2025 es inconstitucional por tres vías: “Primero, porque fue dictado en violación de la obligación genérica que tiene el Ejecutivo de que sea para mejorar y volver más eficaz a los organismos. Después, porque específicamente el Congreso le prohíbe que lo pueda disolver o que lo pueda intervenir. Y en los hechos, esto no es otra cosa que una intervención de facto, al quitarle la autonomía y la autarquía. De esta manera, termina pasando a estar intervenido de forma permanente por la Secretaría de Innovación, Ciencia y Tecnología, deja de tener la posibilidad de tomar decisiones, de administrar un presupuesto propio, y todo eso redunda en un entorpecimiento de las tareas que se llevan adelante en el Banco. Porque implica una burocratización mayor y significa que personas que no están especializadas en la temática tengan que tomar decisiones que son fundamentales”.

En ese sentido, Villella remarca que tanto el secretario como el subsecretario de los que ahora depende el BNDG carecen de formación específica para conducir un laboratorio de alta complejidad como este. El actual titular del área es Darío Leandro Genua, licenciado en Administración de Empresas junto con José Luís Acevedo, licenciado en psicología.

El Banco Nacional de Datos Genéticos adquirió autonomía y autarquía a partir de la Ley 26.548, sancionada en 2009, que estableció una estructura organizativa encabezada por un Director General Técnico —profesional en Bioquímica o Biología Molecular, con reconocida experiencia en Genética Forense— y un subdirector técnico con el mismo perfil. Ambos deben ser designados por el Poder Ejecutivo Nacional mediante concurso público de oposición y antecedentes. La ley también contemplaba un Subdirector Administrativo, especializado en administración y economía. Sin embargo, con el Decreto 351/2025, este último cargo fue eliminado, y la responsabilidad presupuestaria pasó a manos de la Secretaría de Innovación, Ciencia y Tecnología.

 

El deterioro institucional

A pesar de la normativa vigente, el organismo permaneció acéfalo durante un mes, tras el vencimiento del mandato de la última directora, Mariana Herrera. Recién el 23 de julio, el Boletín Oficial prorrogó su continuidad “hasta tanto se lleve a cabo el concurso público de oposición y antecedentes correspondiente, con el fin de no afectar el normal funcionamiento del organismo”.

Villella advierte que, si bien la prórroga del cargo de Herrera permite reactivar ciertas funciones, no resuelve el problema de fondo: “Es una gran noticia porque va a permitir que se pueda seguir trabajando, pero para eso el Banco va a necesitar de un presupuesto, y si se mantiene el Decreto va a tener las facultades recortadas aún”. En la misma línea, Roisinblit señala que la medida “es un parche, es como tratar de tapar con una curita una hemorragia. No hace a la cuestión de fondo, porque el Banco sigue dependiendo de la Secretaría de Ciencia y Tecnología, de todo lo presupuestario. Deja de tomar decisiones por sí mismo y pierde independencia. Es insuficiente”.

La estrategia política para frenar el decreto

El Decreto 351/2025 aún no tiene plena vigencia, ya que debe ser tratado por la Comisión Bicameral del Congreso para su aprobación o rechazo definitivo. Desde la Comisión Directiva de Abuelas de Plaza de Mayo impulsan activamente su rechazo, llevando adelante gestiones con legisladores y legisladoras de distintos bloques. “Nosotros vamos con estos argumentos y queremos sentarnos con todos los legisladores que nos puedan abrir la puerta y que quieran charlar con nosotros para hacerles saber lo que pasa”, explica Roisinblit.

Villella advierte que es momento de volver a explicar, una vez más, por qué el BNDG es una institución fundamental: “Creemos que es necesario reforzar algunos conceptos sobre la importancia del Banco, para que sea claro lo que está pasando. Y en este caso, es evidente que de esta manera no se mejora su funcionamiento”.

A modo de cierre, Roisinblit recupera la fuerza del legado que los guía: “Nosotros seguimos los pasos de nuestras abuelas. Nuestras abuelas no tenían ningún tipo de experiencia: eran amas de casa, mujeres que en su gran mayoría habían sido criadas para ser madres y que solo querían disfrutar de ser abuelas. No sabían cómo presentar un amparo, un habeas corpus, cómo hablar en organismos internacionales, no sabían nada… no sabían cómo buscarnos. Ellas hicieron el camino que hoy nosotros sabemos cómo recorrer. Si ellas, en medio de la dictadura, pudieron luchar, imaginate nosotros en esta cuasi-democracia”.

«Una reparación histórica que la Iglesia nunca había hecho»

«Una reparación histórica que la Iglesia nunca había hecho»

El párroco Alejandro Llorente y el padre Domingo Bresci oficiaron una misa en homenaje a las víctimas del bombardeo a Plaza de Mayo de 1955 en la Basílica Nuestra Señora de la Merced. Luego dejaron una ofrenda floral en el lugar de los hechos.

Este martes, 17 de junio, se celebró una misa en homenaje a las 309 víctimas de los bombardeos a Plaza de Mayo, a 70 años del crimen. La ceremonia fue llevada a cabo por el párroco Alejandro Llorente y el padre Domingo Bresci en la Basílica Nuestra Señora de la Merced, en Reconquista 209. Los casi 50 asistentes pertenecían a distintas agrupaciones del peronismo y asociaciones civiles. Todos ellos estaban relacionados de una u otra manera al hecho que sacudió nuestro país en 1955.

Luis Miraldi vivía en Belgrano y Sarandí y tenía siete años el día del bombardeo. Junto a su padre, italiano y peronista, observaron desde la alzada del tranvía, en la avenida, los aviones y las bombas cayendo en la plaza. “Estábamos un poco inconscientes y confundidos. Y más allá de las bombas bajando y explotando, lo que más me impresionó fue ver pasar por nuestros costados, autos a muy alta velocidad, hombres con armas en las manos, gritando: “¡Se fue el tirano!, ¡se fue el tirano!, ¡hay que matar al tirano!”. Mi padre estaba preocupado y muy triste, él había entendido enseguida que el peronismo se trataba de cuidar al trabajador”, recuerda. “Horas más tarde, mi primo que esta haciendo el servicio militar, fue a levantar los cadáveres de la calle. Manejaba muy bien y lo designaron camionero para cumplir la terea”, agrega.

Miraldi no recuerda los destrozos en la vía pública producto de las bombas que fueron más de 100, pero no olvida la quema de Iglesias esa noche. “Con el tiempo, sentí mucho dolor por el rol que tuvo la Iglesia en el ataque. Cristo Vence era un canto de época, fue una mala impostación teológica”. Miraldi participa con su esposa en una comunidad eclesial en la Parroquia de la Santa Cruz, y hoy en la Basílica, una de las iglesias atacadas luego del bombardeo, presencian la misa en homenaje a las víctimas de los aviones de la Marina y la Fuerza Aérea.

Durante la misa se leyeron los salmos correspondientes, se celebró la comunión de los presentes y se entonaron los cantos tradicionales. En el inicio, integrantes de asociaciones civiles organizadoras del encuentro dieron las gracias por la convocatoria y compartieron su dolor e indignación ante lo ocurrido: “Cuando se lo compara con Guernica, es errado, porque fue producida por los nazis. Acá fueron argentinos los que cometieron la masacre”, afirma Alberto Lina, vicepresidente de la Comisión Nacional de Monumentos de Lugares y Bienes Históricos.

Los sacerdotes celebrantes también compartieron parte de sus memorias de ese oscuro 16 de junio. Llorente contaba que, durante su crianza en una familia profundamente antiperonista, siempre se habló de la quema de iglesias, pero nunca de aquello masacre previa. “De eso en casa no se hablaba”, dice. “Es mi convicción cristiana la que me trae aquí hoy”, finaliza. Por su parte, el padre Domingo Bresci, uno de los fundadores del Movimiento de Sacerdotes para el Tercer Mundo, recordó ante los presentes: “Yo era seminarista y venía en el tren con otro sacerdote, íbamos a la Capital porque se contaban cosas espantosas de lo que iba a pasar”. Y sigue con gran efusión: “Vimos la Curia arder, ¡la forma en la que se incendiaban los ladrillos! Pero no vimos aquellos cuerpos que fueron asesinados y que eran el templo vivo de Dios. Retomando lo que contaba a Alejandro de cuando era niño, hablaban de la quema de iglesias, pero no de la quema de los cuerpos humanos, que valían muchísimo más que los miles de ladrillos que se podrían haber quemado”. Y concluye, en relación a la misa: “Este es una reparación histórica que la Iglesia nunca había hecho”.

Una vez terminada la celebración, los concurrentes se dirigieron con una marcha lenta en la fría noche de martes hacia la Plaza de Mayo. Allí se colocó un gran ramo de flores blancas hacia la Casa Rosada y se leyó un discurso en conmemoración de las víctimas y en favor de la democracia. El grupo entonó las estrofas del Himno Nacional y permanecieron unos pocos minutos más recordando en la penumbra del lugar. Al escuchar sus memorias, muchos parecían volver a ser los niños que presenciaron la atrocidad. Uno de ellos, que prefiere no dar su nombre, cuenta que su padre, que militaba activamente, ese día se encontraba enfermo, y muchos años después entendió de lo que se había salvado.

Por su parte, Juan Mercurio cuenta que vieron a los aviones irse hacia Uruguay desde el barrio de Banfield, donde vivía. Otra de las voces que pudo escucharse, describe la caída de las bombas con la mirada que tenían de niños: “Cuando vio que venían los aviones, un amigo me dice: “Mirá, van tirando cosas. Eso ahora explota y caen papelitos”.

La ex clase pasiva

La ex clase pasiva

Cada vez más jubilados trabajan para compensar los magros haberes que reciben mensualmente y poder hacer frente a los gastos cotidianos. Historias de canosos con empleo.

La postal de jubilados que se ven en la necesidad de volver al trabajo se repite cada vez más seguido en Argentina. Según la Encuesta Permanente de Hogares, uno de cada seis jubilados (15,47%) sigue en actividad, lo que representa un aumento del 42% en comparación con 2011. La necesidad económica es el principal motor: el haber mínimo ronda los 366 mil pesos, mientras que la canasta básica del adulto mayor supera los $1.200.000.

“Cuando vi que me faltaban cuatro o cinco años para jubilarme dije: ‘¿Qué hago?’ Porque con la jubilación mínima no iba a poder vivir. Entonces me puse a estudiar abogacía y ahora trabajo en eso”, cuenta Lili Kunis, jubilada de 71 años, que trabajó como docente durante 35 años en la provincia de Buenos Aires. Se recibió a los 54 años en la Universidad Nacional de La Matanza y ejerce como abogada laboralista. “Me gustaría no tener la obligación de trabajar. El trabajo que hago me gusta, pero también es correr todo el tiempo, con plazos y escritos. A los 71, me gustaría dejar de correr”.

La situación se agrava por la pérdida del poder adquisitivo y la eliminación de subsidios a los servicios. “Los jubilados hemos perdido con todos los gobiernos, pero esto es brutal”, asegura Kunis. “La quita de los medicamentos gratuitos también nos afecta mucho. En las marchas me cruzo gente llorando porque no puede comprar sus gotas. Me dicen: ‘Si me las compro, no como’”.

«Me parece que están queriendo instalar un discurso: que es normal que alguien de 70 años vuelva a trabajar, y no es normal. Ya trabajaste, ya diste todo. Ahora nos tocaría descansar”, dice Silvia.

Rosario Sastre, jubilada de 67 años, comparte la misma preocupación. Cobra la mínima y vive de changas: es podóloga, lleva personas con discapacidad al médico, hace compras y cuida enfermos. “Por mes puedo sacar unos 200 mil pesos, y olvídate de comprar carne. Hay gente que me dejó de llamar porque no puede pagarme”, dice. “Una cosa es trabajar por elección, pero yo trabajo porque no me queda otra. Este mes, con el aguinaldo, somos Gardel: cobramos 500 mil pesos. ¡Qué tristeza tener que reírse de eso! Nos sacaron todo”.

Sastre vive en Ciudadela y camina diariamente para ahorrar en transporte. “Estoy cansada, agotada, con bronca. Quisiera pasear con mi nieta, pero tengo que trabajar todos los días”. Su alquiler es de 220 mil pesos. “Con la jubilación se me va el alquiler, y el resto en luz y gas. La mayoría está igual: los que tienen casa propia, no pueden pagar los impuestos; los que pueden, siguen trabajando”.

Silvia Bondareff, de 63 años, y Juan Domingo Redondal, de 72, son una pareja que hace changas de albañilería en Tres de Febrero para poder subsistir. “Me quedaron algunos clientes de cuando trabajaba en la construcción y con la jubilación mínima no podemos vivir, así que sigo en la lucha”, dice Juan Domingo. Silvia es profesora de gimnasia y estudia psicología social, pero lo ayuda en el trabajo: “Lo acompaño para que no le sea tan duro y no tenga que ir solo. Llevo los baldes, hago la mezcla. La gente nos mira como diciendo: ‘¿es la peona o la dueña de la casa?’. Cuando estamos revocando una pared también es raro, porque somos grandes”. Tienen cinco hijos, uno de ellos estudia en la universidad: “Es nuestro mayor gasto. Queremos que termine, que no tenga que dejar por trabajar”, cuenta Juan Domingo. Silvia agrega: “Me jubilé gracias a la moratoria para amas de casa. Siempre trabajé, pero nunca tuve aportes. Pensé que podría hacer lo que me gusta, pintar, él ser profesor de fútbol. Pero nos dimos cuenta de que íbamos a tener que trabajar de nuevo. Me parece que están queriendo instalar un discurso de que es normal que alguien de 70 años vuelva a trabajar, y no es normal. Ya trabajaste, ya diste todo. Ahora nos tocaría descansar”.

“La dignidad no se vende”

Para Juan Domingo, la lucha sigue: “La mayoría de los jubilados que nos sentamos en el Anexo del Congreso venimos de la década del 70 y nos han cagado a palos siempre. Pero este tipo (en referencia al presidente Javier Milei) rompió las normas. No entienden que no vamos a abandonar las calles. Nos han quitado los remedios, nos han aplastado el sueldo. Lo único que nos queda es la dignidad, y eso no se vende”. Silvia coincide: “Nuestros amigos están vencidos, como que no activan. Algunos votaron a Milei y piensan que hay que esperar. Ahora se ven más jubilados autoconvocados en el Anexo y eso te da ánimo para seguir luchando”. Juan Domingo concluye: “Para este gobierno somos un grano en el culo, nos van a hacer de todo, nos van a meter gases y matar los sueldos, pero no nos van a sacar de la lucha. Ese es el legado que le dejamos a esta juventud. No es solo por nosotros, es por los que vienen atrás”. Silvia agrega: “Voy al Anexo por mis hijos y mis nietos. Algún día se van a acordar, como yo me acuerdo de cuando mi papá iba a la marcha de Norma Plá y yo le preguntaba: ‘¿Para qué vas?’. Ahora lo sé”.

El aumento en la esperanza de vida es otro de los factores que complejiza el panorama. La Fundación Navarro Viola advierte que los sistemas previsionales fueron diseñados cuando la mayoría de las personas fallecían a los cinco años de jubilarse. Hoy, muchas viven 15 o 20 años más. Según el informe, casi un cuarto de los jubilados menores de 70 años sigue trabajando.

Víctor C. Amarilla tiene 72 años y es encargado de edificios. Se jubiló hace nueve años, pero sigue en actividad. Cobra un poco más de la mínima: 420 mil pesos de jubilación y 400 mil pesos como encargado. “No me alcanza. La luz y el gas cuestan más de 100 mil pesos. Uno come lo que puede. Me levanto a las 4:30 para trabajar. Estoy podrido. No puedo ir al cine, no puedo salir a pasear. Mis amigos están desesperados: ganan poco y muchos están enfermos. Yo no sabía que iba a tener que seguir trabajando. Pensé que iba a hacer una changuita, pero al final es lo único que me permite vivir”.

En situaciones similares están Ana Montenegro y Luis Relinque. Ana, de 69 años, tiene discapacidad visual y cobra la mínima. Para sobrevivir, intenta vender ropa en ferias barriales, pero enfrenta trabas del Ggobierno de la Ciudad. “Nos sacan como si fuéramos delincuentes. No nos dejan vender. Fui a Parque Patricios, Parque Centenario, Chacarita, Mataderos, y nos sacaron de todos lados. Nos persiguen. Lo único que quiero es vivir tranquila, pero no nos lo permiten. Cobro 350 mil pesos y tengo que trabajar los fines de semana desde las 4 de la mañana. Mis hijos me ayudan, pero no quiero ser una carga. Yo también hice este país, no nos merecemos esto”.

Luis, de 75 años, vende alfajores frente al hospital Evita. Cobra la mínima y vive con su hijo y su nuera. “Me las rebuscaba, pero el último año ya no. Empecé a vender cuatro alfajores por mil pesos. Gano unos 7 u 8 mil pesos por día. Con la jubilación no alcanza: la mitad se me va en servicios. Dejé de pagar los impuestos. Quisiera comer una pizza en Corrientes o ir al teatro con mi nieta, pero no puedo. Antes iba al cine, ahora no. Tengo 75 años: mi vida es hoy, y no quiero pasarla mal”.

Tocaría descansar

El escenario es desolador. La falta de políticas previsionales integrales, la eliminación de la moratoria y la intención de anular regímenes especiales profundizan la crisis. “Los choferes de colectivo, los docentes, van a tener que esperar. Antes uno decía: ‘los jubilados tienen la ayuda de la familia’, pero ahora ni eso. Las familias también están fundidas”, advierte Kunis. “Yo voy a tener que seguir trabajando hasta que pueda. No es por gusto, es por necesidad”.

La jubilación mínima ​​se encuentra actualmente en 296.396 pesos, a esto se le suma el bono de 70.000 pesos, congelado hace más de un año. Sobre los 7,4 millones de jubilados y pensionados, cobran los haberes mínimos con bonos poco más de 5 millones. La Cámara de Diputados dio media sanción una ley que otorga un  aumento del 7,2% en todos los haberes y una actualización del bono a 110.000 pesos. También repone la moratoria previsional, que venció el 23 de marzo y no fue renovada por el gobierno, dejando a un estimado de 243.000 personas sin poder jubilarse en 2025. Ahora le toca votar al Senado para que entre en vigencia. De todas formas, Javier Milei ya anticipó que de aprobarse, vetaría la norma por lo que la situación de penuria de los jubilados seguiría tal cual está ahora. 

El fenómeno de los jubilados que no pueden dejar de trabajar crece y se expande. La falta de una respuesta estatal deja a miles de personas mayores atrapadas entre el hambre y la precariedad laboral. La imagen de adultos mayores en ferias, limpiando vidrios o trabajando en edificios se multiplica en las calles de todo el país, mientras las políticas de ajuste profundizan un escenario cada vez más injusto.

El bombardeo se sigue reescribiendo

El bombardeo se sigue reescribiendo

A 70 años de la Masacre de Plaza de Mayo, cuando la Fuerza Aérea argentina lanzó un ataque contra su propia población, dejando más de 300 muertos y 800 heridos, autores del libro “16 de junio de 1955. Bombardeo y masacre: imágenes, memorias, silencios” revisan el acontecimiento y reconstruyen la memoria de una herida aún abierta y fragmentada.

“Este es el único caso en el que un sector de las Fuerzas Armadas, en este caso la aviación de la Marina de Guerra, bombardea a sus propios ciudadanos sin que haya ninguna señal de que algo de este orden podía suceder”, señala Juan Besse, antropólogo, profesor de Geografía en la Universidad de Buenos Aires y autor del libro 16 de junio de 1955. Bombardeo y masacre: imágenes, memorias, silencios, junto a María Graciela Rodríguez. El investigador usa un concepto de Antonin Artaud, “el teatro de la crueldad”, para describir los sucesos que ocurrieron aquel día. Más de un centenar de bombas cayeron en el centro porteño, bombas que producían efectos de mutilación. Además, los militares también usaron sus aviones para ametrallar a trabajadores que habían salido a protestar en la zona del Bajo. “Este teatro tuvo efectos de discernimiento político”, agrega.

Lo que siguió fue un silenciamiento de los hechos, sobre todo en los primeros años de la Revolución Libertadora y la proscripción del peronismo. Para Besse, los historiadores encargados de narrar la masacre instauraron una “prefiguración arcaica de la Teoría de los Dos Demonios”, donde se puso al mismo nivel el bombardeo y la posterior quema de iglesias por parte de militantes del gobierno: “Cuando se describe lo que sucedió se dice que hubo un bombardeo, pero no se dice nada sobre las víctimas, y se dice que hubo incendios, y por supuesto tampoco se habla de muertos porque no los hubo. Lo que se perdió fue patrimonio histórico religioso. Toda esta corriente historiográfica liberal suscribió a algo que uno podría asociar con la figura de una guerra justa”, sostiene.

El libro de Besse y Rodríguez revisa el tratamiento que recibió el bombardeo durante las décadas posteriores, desde el punto de vista de múltiples actores sociales como la política, la prensa o la academia.  “Algo que me resultó sorprendente es que tanto el equipo de María Graciela como el equipo que yo dirigía, no éramos historiadores. Éramos sociólogos, comunicólogos, politólogos, o en mi caso un antropólogo devenido geógrafo. Eso también es indicial”, destaca el investigador, que afirma que esta singularidad da cuenta de “las timideces historiográficas para plantarse frente a este acontecimiento”.

Un nuevo abordaje, el literario

El bombardeo. Plaza de Mayo. 16 de junio de 1955 es una antología literaria publicada este año que reúne una serie de textos de autores sobre lo ocurrido, algo que casi no tiene antecedentes debido a que la literatura sobre aquellos años se remite a otros hechos, como los fusilamientos de José León Suárez (Operación Masacre). Cuenta con 13 relatos de distintos géneros escritos por Mercedes Araujo, Humberto Bas, Juan José Becerra, Juan Carrá, Albertina Carri, Alejandro Covello, Esther Cross, Mariano Dubin, María Pía López, Carla Maliandi, Sebastián Martínez Daniell, Ricardo Romero y Luis Sagasti. Para el compilador y autor del prólogo, Julián López, el bombardeo “es un evento que los artistas no terminamos de escuchar, de representar o de entender”, y a él le parece que eso “es un motor bien interesante para la escritura, un desafío que te deja en un lugar de inseguridad, de incertidumbre y hasta te guía de cierta prevención”.

Con la antología, el objetivo fue abrir una puerta: “Lo único que busca es la posibilidad de la lectura. Y en ese sentido hay una ambición, tal vez un poco desmedida, que es que se pueda leer ese evento. Tal vez no que se empiece a leer, pero que vuelva a circular. Que a 70 años de esa barbaridad se generen nuevas posibilidades de lectura, de referencia, de asociación, de identificación, de cuestionamiento. Entender también por qué el silencio ganó esa partida”. De esta manera se configura un texto que incluye una narración colectiva, una forma de representar inédita para el bombardeo. “No hace falta siquiera opinar, no hace falta siquiera saber. Hace falta abrir el libro y leer”, afirma el escritor.

Guernica sin Picasso

Ambos autores comparan el ataque aéreo argentino con el producido por la aviación italiana y alemana sobre la localidad vasca durante la guerra civil española en 1937, que inspiró la obra del afamado pintor español. “Guernica es una aldea muy pequeña, en relación sobre todo a Buenos Aires, pero tiene el cuadro de Picasso. Tiene esa representación universal de magnitud máxima. Y que el bombardeo no tenga una significa que no permeó de alguna manera”, explica López. Juan Besse recalca que el número de víctimas y de destrucción en el pueblo ibérico fue menor, pero que “la ausencia de una inscripción como la que Picasso produjo con ese cuadro marca una relativa invisibilidad del acontecimiento”.

“Las bombas aparecen ahí como un corte, como la marcación de un tipo de violencia que va a asestar el trabajo y el proceso político en las décadas venideras”, afirma Besse. Recién con el aniversario 50 del hecho se empezaron a instalar políticas gubernamentales en torno a la recuperación de información, reparación histórica y divulgación para entenderlo como un suceso de lesa humanidad. Sin embargo, con el paso del tiempo y los cambios de signo político en el gobierno la reivindicación por la memoria vuelve a ser difusa: “Es un riesgo permanente de las políticas que quieren darle visibilidad, inscripción institucional, a algo respecto de lo cual los dueños de la Argentina no quieren saber nada”. Para el investigador el silencio que hubo y hay es “muy complejo”, ya que “se entraman distintos actores y distintas estrategias”.

López sostiene que el bombardeo fue un “quantum disciplinador fabuloso que definió y que define hasta nuestros días muy poderosamente nuestra vida política, social y cultural”. “Lo que estamos viviendo ahora, y por supuesto en el 76, tiene una línea directa inabordada, una coherencia de un tipo de proyecto que es capaz de asesinar a 309 compatriotas y hacer esa locura”.

Besse subraya que el bombardeo es un acontecimiento sobre el que “no hubo un llanto nacional. Como si fuera muy difícil universalizarlo. Siempre se lo particulariza y parece que esto fue una cosa que afectó a los peronistas”, y sentencia: “se bombardeó una ciudad y mataron a un montón de gente y me imagino que había peronistas y no peronistas”. Además, habla de la necesidad de realizar un debate serio y no oportunista sobre la historia y un duelo, que por la lejanía temporal de lo sucedido sería “transgeneracional”.

López, por su parte, reafirma la importancia de enseñar “que una fuerza tuvo su bautismo de fuego en contra de ciudadanas y ciudadanas del país que las sostiene, las mantiene, que eso implicó la proscripción de un líder político durante 18 años y contribuyó a generar una matriz de expresión política que negó a las mayorías y que prohibió palabras”.