«Los mataron para tapar mafiosos»

«Los mataron para tapar mafiosos»

“En cumplimiento del deber: Iron Mountain, el incendio” se estrenará el próximo 9 de febrero en el cine Gaumont. La película muestra la historia oculta detrás del fuego, vinculado al lavado de dinero, paraísos fiscales y una red de corrupción que permanece sin condena, con pruebas y documentos inéditos.

El próximo 9 de febrero se presentará en Argentina el documental ”En cumplimiento del deber: Iron Mountain, el incendio”, en el cine Gaumont. Una coproducción de INCAA y la Universidad Nacional de Quilmes, sobre los sucesos del 5 de febrero del 2014, en el siniestro del depósito de la firma Iron Mountain en Barracas, donde se produjo un derrumbe que terminó con la vida de  siete bomberos y dos miembros de defensa civil. El film devela la historia oculta detrás del fuego, relacionado al lavado de dinero a escala global y una red de corrupción que permanece sin condena, con pruebas y documentos nunca antes mostrados.

Dirigida por Jorge Gaggero, la película dura 68 minutos  y cuenta con la voz de la actriz Cecilia Roth en la narración de los hechos. El proyecto retoma lo sucedido y da a conocer el testimonio en la voz propia de familiares de víctimas del incendio. Fue producido por el diputado nacional del Frente de Todos (FdT) Eduardo Valdés y la investigación estuvo a cargo de su hijo, el legislador porteño del FdT Juan Manuel Valdés, el periodista de El Destape Ari Lijalad y su colega especializado en economía Pablo Waisberg. En diálogo con ANCCOM,  Gaggero señala “Fuimos con cámara en mano a acompañar los peritajes desde el 2016 y comenzamos con el trabajo de investigación”. En el documental se pueden observar tomas aéreas del incendio brindadas por C5N, material de archivo de Telefé y de la Policía Federal. La hipótesis de que el fuego se originó accidentalmente fue confrontada rápidamente por los primeros indicios y testimonios de los sobrevivientes. El historial de Iron Mountain confirma que ya había sufrido siniestros en Estados Unidos, Inglaterra, Canadá e Italia: en cinco de esos casos fue demostrada su intencionalidad. Veintinueve empresas investigadas por lavado de dinero guardaban sus archivos bancarios en el depósito siniestrado, entre ellas, la misma Iron Mountain. Las primeras pericias confirmaron que el fuego había sido intencional. Mientras que la empresa, beneficiada con una excepción impositiva, no contaba con la habilitación adecuada y los expedientes permanecen desaparecidos. 

En cumplimiento del deber, se presentó de forma internacional en la sección Latinoamérica en Perspectiva del 43º Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano de La Habana que tuvo lugar del 1 al 11 de diciembre del 2022 y contó con la presencia del director y del productor. La película fue seleccionada entre más de dos mil y la función estuvo acompañada por bomberos de la ciudad de La Habana. En el circuito internacional se prevé recorrer los distintos países de Latinoamérica para la exposición de una historia que merece ser difundida. Jorge Gaggero comenta que fue un espacio importante para hacer llegar la película y también para conocer otras historias de bomberos caídos. Además, el director señala que la proyección tuvo un clima emotivo y una buena recepción, dado que coincidió con un hecho desafortunado en el último tiempo, donde un rayo hizo explotar un destacamento de los bomberos de Cuba. 

En este sentido, destaca que la película busca “ser un instrumento para contar una historia, ponerse al servicio de esto, para generar memoria. El documental recorre la lucha de los familiares de las víctimas y el pedido de justicia, donde se enfrentan a intereses muy fuertes, y pregunta: ¿Quiénes están detrás de esto? ¿Quiénes quieren ocultar esta información?” Además, remarca la importancia de la reflexión en relación al contexto político actual: “Es un momento, también, para reflexionar sobre lo que queremos como país y como sociedad”.

“¿Qué escondían esas cajas siniestradas? ¿Qué responsabilidades tuvieron en el hecho el poder político y qué relaciones tenía con las empresas involucradas?”, son las preguntas que resuenan en El cumplimiento del deber. La actriz, Cecilia Roth subraya: 

“Esto afectó de manera irremediable y definitiva a mucha gente. Y está bueno que con el documental afecte a más. Es la única manera que tenemos posible de que la justicia tenga más miradas encima. Para generar memoria y que esto no vuelva a pasar”; y, agrega: “Es muy fuerte, la profundidad con la que está contado, los datos precisos que desconocía la relación con otros Iron Mountains en el mundo. El gran hecho de todos estos incendios y lo que supone para todos nosotros, que haya pasado lo que pasó. El trabajo con los familiares, llevaba a un relato emocional”. Por su parte, el director destacó especialmente el fuerte compromiso de la actriz en todo momento para la difusión de la obra y la historia en sí.  

Como se indicó, la compañía dedicada al almacenamiento de archivos bancarios de grandes empresas y corporaciones, ya había sufrido siniestros en donde fue demostrada su intencionalidad.  En el caso de Argentina, las primeras pericias confirmaron que el fuego había sido intencional. En diálogo con ANCCOM, Liliana Barricola, hermana de Pedro Barricola, uno de los rescatistas fallecidos afirma que: “Era muy sospechoso que en tan poco tiempo cobrara tanta magnitud el incendio, por eso se descubre la intencionalidad del hecho, donde se estima que se colocaron focos ígneos, justo un día antes de que la UIF (Unidad de Información Financiera) se acercara a realizar una inspección por lavado de dinero. Nosotros fuimos un mes después de lo sucedido y todavía salía humo”.

Pedro Barricola era rescatista de Defensa Civil, asistió a los bomberos en los incendios. Liliana explica: “En la primera línea de fuego están los bomberos y los rescatistas están atrás asistiendo, ayudando, sacando heridos, pero no como pasó en ese momento, que estaban todos en la primera línea de fuego. Ellos pensaban que había gente adentro y buscaban salvar vidas. Nadie les dijo que eran sólo papeles de empresas que estaban fundiendo el país, que no había personas adentro. Algunos vecinos nos dijeron que la alarma de incendio sonó seis veces, algunos cuatro y que la apagaban. Quiénes llamaron a los bomberos fueron los mismos vecinos. Actualmente, el cuidador del depósito está prófugo, pero nadie lo busca, porque no les interesa”.

En este sentido, Barricola señaló la importancia de la película y la presencia en el festival  más reconocido en el ámbito latinoamericano: “El festival abre un panorama muy grande, nuestra historia va a llegar a distintos lugares. En Barracas se hizo como un altar en homenaje a los bomberos y rescatistas asesinados, donde se dejaron las cosas quedaron del incendio. Ocho años después se realizó la presentación de la película como preestreno en la calle, en la esquina donde ocurrió. Esa misma semana, lo volvieron a incendiar el espacio, el tronco que quedaba lo prendieron fuego, y se llevaron cosas”.

En relación a la causa judicial, Liliana comenta que tuvo algún movimiento en febrero de 2020, cuando los papás de Maximiliano Martinez, uno de los bomberos fallecidos, lograron reabrir la causa y remarca el pedido de justicia. “Porque esto no nos pasó solo a nosotras, o a once familias más –enfatiza–. Porque después de los chicos asesinados, se suicidaron dos miembros del grupo de bomberos sobrevivientes, ya que tampoco tuvieron ningún tipo de contención psicológica. Esto no fue solo un incendio. Los mataron para tapar mafiosos, el lavado de dinero y todas las grandes empresas que fugaban guita, que perjudicaron económicamente a todo el país. Necesitamos justicia, memoria activa y que esto se siga, que la causa no quede en el olvido. Recorrimos los medios, pero hay muchos que nos cerraron las puertas”.

Todos los años el 5 de febrero se realiza en el lugar del hecho, Quinquela y Jovellanos, un homenaje a las víctimas. Los vecinos del barrio y familiares se reúnen para recordar a los bomberos y los miembros de Defensa Civil. Tanto Cecilia Roth como el equipo de producción coinciden en que los vecinos han sido muy solidarios para mantener el lugar, el santuario: “Lo vivimos el día de la proyección en el lugar de la película en el barrio, los vecinos venían con sillas porque ya no había más lugar, salían y ofrecían cosas. También muchos vecinos se acercaron después de ver la película y nos dijeron “la verdad no sabíamos todo esto”. Vino todo el barrio, nosotros nos sentamos en el cordón de la vereda, fue muy emocionante”. 

El próximo 9 de febrero, acompañando a las víctimas en su búsqueda de justicia,  se presentará en ”En cumplimiento del deber: Iron Mountain, el incendio”, en el cine Gaumont a las 20 hs. y permanecerá en cartelera en los espacios INCAA de todo el país. A partir de marzo se encontrará disponible en la plataforma de Cine. AR. Una película para recuperar la memoria de los caídos.

Abuelas de la Plaza, Boca las abraza

Abuelas de la Plaza, Boca las abraza

Estela de Carlotto y Buscarita Roa, presidenta y vice de Abuelas de Plaza de Mayo, fueron nombradas socias honorarias del club de la ribera en un acto multitudinario.

En el salón Filiberto de la Bombonera, con un público colmado de socios, autoridades y personalidades, el presidente del Club Atlético Boca Juniors, Jorge Amor Ameal, hizo entrega del carnet de socia honoraria a Estela de Carlotto y Buscarita Roa, presidenta y vicepresidenta de Abuelas de Plaza de Mayo.

La locutora del evento relató que muchos de los desaparecidos eran socios de Boca. Muchos de sus nietos y nietas se reencontraron con sus familias en las tribunas de La Bombonera, escribiendo una nueva página de la historia.

Entre los ausentes que les hubiera gustado participar estuvo el músico Vícor Heredia, reconocido fanático de Boca, quien envío un saludo especial desde Chile y expresó su alegría por la recompensa al trabajo esencial de las Abuelas. Otro de los saludos fue del secretario de Derechos Humanos de la Nación, Horacio Pietragalla Corti.

Entre los presentes, el presidente Ameal saludó al exdiputado Carlos Kunkel y al actual ministro de Ambiente y Desarrollo, Juan Cabandié. También estaban la diputada por la Ciudad de Buenos Aires, Victoria Montenegro y el secretario del gremio Judicial, Julio Piumato.

José Ameal, el presidene de Boca Juniors, entre las abuelas de Plaza de Mayo, Estela Carlotto y Buscarita Roa.

En su discurso, el presidente de Boca habló de la apertura del club a las Abuelas y señaló el trabajo que han hecho por la democracia. En una broma a Estela de Carlotto por su simpatía con Estudiantes de La Plata, Ameal le dijo: “ahora no vas a ser más de Estudiantes, vas a ser de Boca”. Muy feliz y emocionada, Estela recordó con mucho cariño a su esposo que jugó al fútbol en la institución platense. Luego reflexionó: “No sé si a la noche vendrá el espíritu de mi marido a preguntarme ‘¿Qué has hecho muchacha?’ He hecho lo que quiero y lo que siento”. Resumiendo el carácter de una mujer que no tiene miedo.

Buscarita Roa agradeció el reconocimiento y alentó a que sigan con estos homenajes que son muy importantes a pesar de que ya esten “viejitas”. También valoró las ganas de seguir viviendo cada vez que encuentran un nieto. Su deseo, aclaró, es continuar trabajando para buscar a los nietos que aún falta encontrar.

Estela de Carlotto, por su parte, reconoció: “Hoy es un día excepcional porque voy a ser parte de un club muy famoso como Boca Juniors. Tenemos relaciones con la mayoría de los clubes del país, donde hay gente que nos espera, nos acompañan, nos ayudaron y nos mimaron en todos estos 45 años de lucha”. Subrayó que todavía falta encontrar a 300 nietos y que 132 ya restituyeron su verdadera identidad. Lamentó no poder ver la obra culminada por la edad, pero aseguró que tienen “relevo” en aquellos nietos encontrados y que forman parte de la comisión directiva.

Uno de los puntos que detalló Estela es la forma en que superaron la tristeza y la transformaron en lucha: “Fue muy importante que en nuestra sede siempre estemos brindando por algo que es vida. Ni hablar de los encuentros, los cumpleaños. En las fechas importantes siempre hay una alegría, un brindis y ganas de vivir”.

Además, celebró que estemos transitando 40 años de democracia en el país: “Si cada uno de nosotros, donde esté trabajando, estudiando o haciendo deportes, respeta al otro aunque piense diferente, la Argentina va a tener más mérito y más fuerzas para tener una democracia eterna”.

Reparación histórica

Desde 2019, el club se comprometió en la búsqueda de la identidad Xeneize. En ese marco, firmó un convenio con Abuelas de Plaza de Mayo en 2021 junto al Club Atlético River Plate y, como primera medida, Boca restituyó los carnets de socio a siete hinchas desaparecidos por la última dictadura militar. También se realizaron charlas por la memoria en Mar del Plata y en la institución de la ribera en 2022.

El club también tiene una Comisión de Derechos Humanos a cargo del prosecretario Alejandro Veiga, quien asegura que la actual dirigencia “va quedar en la historia y que esto no se termina”. Entre otras acciones, el club dio de baja los carnets de socio honorario a los represores Emilio Eduardo Massera y Alejandro Lanusse, un hecho celebrado con aplausos por los asistentes.

Bienvenido SiPreBA

Bienvenido SiPreBA

Después de nueve años el SiPreBA obtuvo su personería gremial. Luego del largo camino los trabajadores de prensa cuentan su lucha y explican cómo sigue su reclamo por mejores condiciones laborales.

Luego de años de lucha el Sindicato de Prensa de Buenos Aires (SiPreBA) obtuvo la personería gremial. Así quedó asentado en la resolución N° 21/2023 del Boletín Oficial. SiPreBa había sumado más votos de afiliados que la Unión Trabajadores de Prensa de Buenos Aires (UTPBA). Fueron ocho años de lucha que comienzan en el 2015 cuando un grupo de periodistas creó el SiPreBA ante la falta de representatividad en los reclamos del sindicato autorizado a negociar con las patronales y que contaba con numerosas denuncias de fraude electoral.

Francisco Rabini, delegado gremial en Clarín/AGEA, cuenta: “Fue un proceso de más de diez años para tratar de sacar a la cúpula de la UTPBA que estaba enquistada hace cuarenta. Nosotros fundamos el sindicato el 7 de junio de 2015 a través de un plebiscito que hicimos en diciembre de 2014. Durante el macrismo estuvimos bloqueados porque ni siquiera nos rubricaban los libros en blanco para que vos llenes y te controlen cuando fundás un sindicato. Tardamos más de dos años en lograrlo para luego pedir la compulsa. El trámite lo hicimos en junio de 2020 y esto tampoco es azaroso porque cuando presentás la compulsa te evalúan seis meses para atrás. En 2019 fue cuando cambió el gobierno y no tuvimos chances de hacer progresar ningún trámite porque todo estaba bloqueado, no solo lo nuestro sino de varios sindicatos”.

En las paritarias la UTPBA era el sindicato que negociaba con la cámara que nuclea a las patronales de los diarios en AEDBA (Asociación de Editores de Diarios de Buenos Aires). Diego Martínez es delegado en Página/12 y sostiene que «esa personería gremial es lo que le permitió a Clarín y La Nación firmar cualquier cosa sin contraparte y que lo padezcan los trabajadores, porque el sindicato que lo firma después no tiene que darle explicaciones a nadie ya que no tiene presencia en ninguna redacción».

ANCCOM intentó comunicarse con la secretaria general de UTPBA, Lidia Fagale, para conocer su opinión pero no obtuvo respuesta.

Tarda en llegar

Para cotejar la cantidad de afiliados que trabajan bajo el Estatuto del Periodista, los tres sindicatos de la ciudad de Buenos Aires, el ya mencionado UTPBA, el sindicato que funciona en la agencia Télam y el SiPreBA presentaron sus papeles ante el Ministerio de Trabajo de la Nación como lo marca la Ley de Asociaciones Sindicales, siendo el SiPreBA ganador de la compulsa superando el 10%. Rabini recuerda que: “Por la urgencia salarial que tenemos nos ganaba la impaciencia. Para los que saben de estos trámites el proceso fue rapidísimo porque en general a veces se traba o se enturbia y no se puede resolver”.

En Página/12, como en otros medios, los trabajadores llevan años luchando por la recomposición de un salario que se aleja cada vez más de la inflación. Martínez recuerda que: «La caída en en el poder adquisitivo coincide con el año en que Cambiemos asume el gobierno y Víctor Santamaría compra Página/12, en 2016. Estos cuatro años no solo fueron demoledores para los compañeros sino para todo el colectivo de prensa en particular».

Los números son fríos pero no mienten: actualmente los redactores y redactoras precarizados, -mal llamados colaboradores- cobran cifras muy bajas. En Página 12 una colaboración en la sección Cultura y Espectáculos se paga entre $4.000 y $4.500, en fotografía son $3.000 por una nota. Sobre este tema Martínez asegura: «Las últimas veces planteamos que ninguna colaboración se pague menos del 10% del sueldo básico del redactor. Con lo cual pensá que hoy el básico sin antigüedad y sin adicional está en $94.000 de bolsillo. En los hechos se está pagando la mitad cuando es algo bajísimo en el mercado y hay miles de compañeros que ansían trabajar y publicar en los diarios». Además agrega: “No es solo el valor de una nota, mal llamada ‘colaboración’, sino un sistema sumamente perverso que hace que muchos periodistas trabajen a destajo cobrando por nota y sin acceder a los derechos más elementales como vacaciones, licencias y antigüedades”.

Cómo se sigue

Sobre los pasos a seguir luego de la personería, Rabini concluye: “Lo principal está en la paritaria. Hay una revisión en el último acuerdo paritario para la última semana de febrero. Pretendemos estar ahí y negociar el acuerdo paritario, el anual y tratar de ir año a año mejorando el salario y ganarle a la inflación para recuperar la actividad que está destrozada. Todas estas décadas de inoperancia y desidia de la UTPBA nos dejaron en una situación crítica de precarización, de salarios por debajo de la canasta básica, de multiempleo para poder ganar un salario digno y eso hay que saldarlo. Es muy difícil hacerlo de un día para el otro, hay que trazarse un plan, un cronograma, e ir mejorando la situación para tener un futuro en la actividad”.

La crisis de los trabajadores de prensa ocurre también en Perfil, Diario Popular y otras publicaciones que se editan en la ciudad de Buenos Aires con el mismo reclamo. En el caso del diario Olé los trabajadores lograron cubrir el 25% del sueldo que les habían quitado por protestar durante el Mundial de Qatar. Lo lograron a través de un fondo de lucha organizado por el SiPreBA con aportes de compañeros, figuras de la política y el periodismo, entre otros sindicatos.

A las problemáticas generales se le suman las estrategias de los medios de prensa para ganar suscriptores ante la merma de las ventas en los kioscos de diarios y revistas como también la incursión en negocios del entretenimiento y otros rubros fuera de la gráfica. Rabini marca como ejemplo que: “En el 2022 abrieron una billetera virtual llamada Bimo fondeada con plata de AGEA (Arte Gráfico Editorial Argentino) e hicieron transferencias por cientos de millones de pesos cada equis cantidad de meses hasta que se fundió; pero cuando vamos a exigir recomposición salarial la empresa dice que no tiene plata. En resumen cargan sus aventuras empresariales sobre nuestros salarios”.

Respecto del futuro, Martínez explica: «Por supuesto nosotros siempre tenemos expectativas y seguimos luchando por lo que consideramos justo y lo que nos corresponde, que es cobrar sueldos dignos. Como piso no queremos ningún sueldo por debajo de la línea de pobreza o de la canasta básica del INDEC. Estamos haciendo una pausa con los paros hasta febrero y la empresa lo sabe. Esperamos que aprovechen esta pausa y que nos propongan un cronograma de aumento serio. Porque además hay un agravante y es que esta paritaria en curso no tiene un centavo de aumento previsto para los primeros cuatro meses de 2023, o sea enero, febrero, marzo y abril». El deseo es que tengan una respuesta de parte del Grupo Octubre, dueño de Página/12 entre otros medios, y afrontar el año con menos medidas de fuerza que el anterior. Para eso necesitan no solo dejar de perder poder adquisitivo, sino también empezar a recuperarlo.

Rabini tiene la esperanza de que en el próximo encuentro con las patronales haya “un diálogo maduro, constructivo, lógico. Argumentos nos sobran y entendemos que hay mucho por discutir, mucho por negociar y mucho por crecer. Nosotros no queremos que a las empresas les vaya mal: todo lo contrario. Por eso tiene que haber un espacio en donde nos vaya bien a todos. No creemos que puedan existir las empresas exitosas cuyos trabajadores pasan hambre”.

«Cuando no te tratan como semejante, uno desarrolla resistencia»

«Cuando no te tratan como semejante, uno desarrolla resistencia»

Luis Pescetti lleva vendidos más de dos millones y medio de libros para niños en toda hispanoamérica. Acaba de publicar «Cómo era ser pequeño explicado a los grandes», donde equipara las infancias con las migraciones. Entrevista publicada el 30 de agosto de 2022.

Luis Pescetti lleva publicados más de treinta libros entre novelas y relatos, y lleva vendidos más de 2.500.000 de ejemplares en toda hispanoamérica. Además, cuenta con trece discos, y siete audiovisuales. Recorrió teatros de Estados Unidos, España, Colombia, Chile, Brasil, Perú, Uruguay y Cuba. En México y Argentina, también participó en programas de radio y televisión durante años.  

Recientemente publicó Cómo era ser pequeño explicado a los grandes (Siglo XXI), una propuesta para mirar la vida desde las infancias que llegan como extranjeros, revalorizando la empatía como una guía para comunicarnos. El artista recorre sus pensamientos y experiencias, poemas y textos para que las personas adultas podamos acompañar a niñas y niños en los años donde miran sin referencias, ya que lo hacen por primera vez.

Con el silencio de antesala a cada respuesta y eligiendo cuidadosamente las palabras, el músico y escritor reflexiona  sobre su última obra: “Quise hacer como un mago sin mangas; de aquí nacen estas ideas, mis propios recuerdos”.

¿Cómo nace el libro?

Yo había tomado el compromiso de escribir un libro sobre emociones e infancias para Siglo XXI. Cuando empecé a escribir fue saliendo en esa nube, en ese magma, la metáfora del niño como inmigrante. En realidad no es una metáfora para explicar a los chicos, sino para que el adulto haga clic. Si lográs una representación del otro bien eficaz, la comunicación es más fluida, rápida y menos violenta. Entonces empecé a escribir por ahí, aun cuando era un ensayo. Venía leyendo El Mal de Escuela, ya admiraba mucho el estilo de ensayo de Daniel Pennac; es un libro en donde -como dice el título-, pone a la escuela como parte del mal -el problema-, no al estudiante. Otro es El hombre desplazado de (Tzvetan) Todorov donde cuenta el traslado desde Bulgaria hacia Francia y Estados Unidos. Y después Fuera de Lugar, de Edward Said. Son todos ensayos de una profunda reflexión sobre los temas que los copan que nacen de sus propias vidas, sus infancias. Me parecía la manera más alta y generosa de la reflexión, casi como una parábola. Entonces quise ensayar hacer eso mismo.

¿Y la metáfora del inmigrante?

Junto con eso yo venía leyendo, por gusto, la biografía que hizo Robert Graves de Lawrence de Arabia. Cuenta la intervención donde están los árabes contra los turcos, aparentemente a favor de los árabes. Pero después los dejaron afuera, charlaron Inglaterra y Francia, y ellos después les contaron la decisión. En toda esa mirada paternalista de los conquistadores hacia los árabes, vi  que había similitud. Después leí a Toni Morrison,  que habla de la esclavitud y también hay similitudes, semejanzas, más allá de la metáfora. Estando en un lugar de poder, siempre tendemos a tratar al otro tutelándolo. Entonces me di cuenta que entre niños, inmigrantes, desplazados y tercera edad había una semejanza. No disponen del tiempo. No disponen plenamente de su persona ni de las decisiones sobre su persona.

¿Cómo fuiste profundizando la idea?

Yo vengo de una familia de inmigrantes. Por otra parte, a los 18 años me vine a vivir a Buenos Aires y a los 29-30 me fui a México. Es algo muy presente la mirada desplazada que tenés cuando no sos del lugar. Tengo clarísima la sensación de, por un lado, estar en una gobernación o en Migraciones esperando que me entreguen los documentos. Por otro lado, los veo en todas sus singularidades dentro de una cultura. Es una mirada mezclada de inferioridad operativa y superioridad observativa. Es un poco lo que les pasa a los chicos y adolescentes en la escuela, están sujetos a que tienen que estudiar esto y nos miran teniendo opiniones superiores. Me di cuenta que era muy eficaz. Cada vez que yo decía: “Acordate cuando eras chico”, nadie se acuerda. Pero una manera muy potente y muy activa de la vocación es decir: “Imaginate que hoy sos inmigrante”. Te da la sensación de cómo se siente un niño, inválido, siente que te dicen: “No toquen los botones” y está ávido de hacerlo, de ser autónomo y a la vez no sabe qué es ser autónomo y qué implica ser autónomo.

¿Cómo pensás esa relación entre la infancia y la adultez?

No están cerradas, siempre dialogan. El otro día yo decía que voy a hacer un libro que se llame Ni aquí ni ahora porque nunca estamos en un punto de percepción del mundo que es aquí y ahora; toda tu historia no se borra para dejar lugar a que ese instante impacte, sin que le anden cuchicheando los viejos del pueblo. Cada instante impacta, dialoga o cae en el molde de otro recuerdo. A la vez, yo lo veía como una ética. La forma de tratar al pequeño es una forma de vida, es una responsabilidad. No puedes disponer del otro, sí desde un lugar de oficio como el cirujano o el piloto de un avión. En todo lo que excede al campo de oficio, seguís siendo un semejante. Lo que muestra el libro es que, cuando vos pequeño te sentís tratado como semejante, vos pequeño sos más eficaz en el mundo y, además, sos más copartícipe con quién te convoca a hacer algo. Cuando no te tratan como semejante, uno desarrolla resistencia. Entonces, por un lado hay un diálogo entre infancias y pequeños, pero por sobre todo una ética y una regla de oro de la eficacia.

Parte de esa ética y uno de los ejes que aparece es el de la mirada, ¿por qué?

Me viene un verso de Miguel Hernández: “Mis ojos, sin tus ojos, no son ojos,

que son dos hormigueros solitarios…” Lo normal es que vayamos construyendo nuestra identidad junto con cómo miramos a los demás, cómo logramos que nos miren, cómo interactuamos, nos peleamos y modelamos con la mirada del otro. Nos vamos a otro lugar, emigramos, porque ya no toleramos cómo nos miran. El niño es el más vulnerable a estar sujeto a cómo lo miran los demás. A mí me duele mucho cuando el niño cree que es el que está equivocado y se porta mal por impotencia, bronca, cuando en realidad está en un sistema que está planteando algo que está mal. Entonces el chico no sabe que es el sistema y confirma que está mal, la mirada que tiene sobre sí mismo es un crimen del sistema.

¿Cuál es la importancia de llenar de historias la casa?

Tenemos que tener historias para hacer visibles, para sentirnos sólidos. Tenemos historias, tenemos que contarlas. No podemos criar a los chicos como espectadores de historias que ocurren afuera porque estás criando inmigrantes. Cuando dejamos que otro haga una representación o una versión de nuestra historia, estamos en una situación de inferioridad porque somos los relatados por otro. Tenemos que ser los titulares de nuestro propio relato y esa es la importancia de la cultura. Los jóvenes que miran las noticias sobre Elon Musk twitteando, van a querer emigrar a ese lugar donde ocurren los hechos como cuando viajas a Nueva York y esperas ver el subtitulaje abajo de tus pies. Esa es la razón para invertir en cultura, para coincidir en tiempo, cuerpo y alma con tu presente.

¿Hay temas que se pueden hablar y otros no?

Una etapa por etapa, pero dicho así suena a viejo choto que dice: “No consumas etapas” y no es la idea. Hay un show buenísimo de John Leguizamo en Netflix. El tipo dice que hasta que vos no te ves reflejado afuera, sos invisible. Los chicos a lo largo de toda la niñez tienen que tener obras de teatro, películas y cuentos que los representen en esa experiencia. Si las obras de teatro, las canciones y las películas dan grandes saltos, hay años y años… Si todo fuera como son las franjas de edades de las plataformas 0 plus, hasta 7 años, hasta 13 años, estamos complicadísimos. Cada etapa tiene lo suyo, si no te vas sintiendo invisible en las cosas que te pasan. La libertad no solo va con la responsabilidad, en este punto va también con la identidad. No es que no sos libre de ver Stranger Things a los 9 años, no está bueno que estés consumiendo ese material a los 9 años porque está muy lejos de representar las cosas que te pasan a vos, de lo que sos capaz de asimilar, de que te queme la cabeza. Y, dicho metafóricamente, a la cabeza también le pasa que, si comes picante primero, la manzana después no va a tener sabor.

¿Cuáles historias contar?

Cualquiera. Los niños no esperan tipo Netflix, una historia donde corre peligro nuestra vida. Esperan que la contemos con ganas, le dediquemos un tiempo, estemos ahí contándolas porque si no somos como los periodistas que ponen a Elon Musk. ¿Por qué no contás lo que hace el INVAP o que se vendió un satélite o construyó una central nuclear? ¿Cuáles son nuestros relatos que nos hacen sentir sólidos? Estamos desde el gallinero mirando a Elon Musk escribir en Twitter. Por eso hay que contar historias, tenemos una épica también y hay que reconocerla y transmitirla. Los estadounidenses supieron hacer su propia Constitución, la supieron hacer y la supieron narrar. Yo tengo hijos chicos, un día para dormir, uno dijo: “Voy a contar un lío”. Ese fue el inicio de noches y noches contando líos en la pandemia. Nadie tiene ni tantos líos ni tantos recuerdos, pero ese es el valor de las propias historias, imaginate cuando eso falta, ¿qué falta? No lo digo para responder, sino para que quede el hueco de esa pregunta, ¿qué falta cuando eso falta? ¿Con qué se llena? Con la narrativa de otros. Hay una frase de uno de los versos de Martí que dice “¿qué es lo que falta que la aventura falta?”, que narres tu propia aventura.

Cantos de la cultura mapuche

Cantos de la cultura mapuche

Carina Carriqueo, cantora y divulgadora de su pueblo, cuenta el esfuerzo que significa hacer presente las voces originarias. Las peripecias de sus presentaciones y la recepción de su voz en una sociedad alejada de la cultura indígena. Entrevista publicada el 4 de agosto de 2022.

Hace poco diste un show en la Biblioteca Nacional, que fue el corolario de un montón de iniciativas para lograr acercar a los pueblos originarios del país ¿Cómo fue estar en un ámbito oficial que siempre estuvo alejado de los pueblos originarios?

Es una experiencia muy conmovedora. Empezó en el año 2021 con la iniciativa de la Biblioteca Nacional de incorporar un taller sobre oralidad de pueblos originarios. Es ahí cuando empiezo a tener contacto con la Biblioteca. Todos sabemos que, al ser una biblioteca nacional se trata de libros, y a nosotros, las comunidades originarias, nos cuesta mucho escribir nuestros propios libros. Entonces fue una iniciativa de empezar con un registro oral de los mayores. Así empezó esto de poder transmitir en un taller que hice. Tuvo muchísima aceptación, hubo una inscripción de 1.500 personas de todo el país. Desbordó los Zooms, no había forma. Se armó una comunidad paralela donde se grababa el que no podía entrar y se lo pasaba a alguien de Salta, de San Juan. Ahí dividí todo lo que tiene que ver con la cultura: la música, cómo abarcamos la cultura en las escuelas, las ceremonias que tenemos, el arte originario propio. Un montón de temas que fueron ampliándose y dieron lugar a este ciclo de músicas originarias, con una propuesta con las voces orales. Pero no solamente un concierto, sino que tenga que ver con la transmisión del conocimiento de cada cultura entre tema y tema. Y de hecho, encontramos a varias músicas y músicos que lo hacen y que recorren el país así como lo hago yo, de esta forma, en mi caso con el kultruncito solo y dos o tres instrumentos, nada más. Pero sí se va entrelazando la voz cantada y la palabra. 

En Capital Federal y la Provincia de Buenos Aires, no estamos tan acostumbrados a este tipo de propuestas. ¿Cómo fue la reacción del público?

 Se comenzó con este ciclo a principio de año. Al principio tuvimos muy poquita gente, pero se empezó a correr la voz. Y hay un público para este tipo de conciertos didácticos. Encontramos un público siempre, a cada lugar al que vamos. En los lugares más ruidosos, a veces se encuentra un público que hace silencio desde que comienza hasta que termina el espectáculo. Si dura diez minutos, o cuarenta, o una hora, se mantiene ese clima. Es como un viaje al pasado, un viaje en el tiempo, un viaje a través de la Cordillera y a través de lo musical, que la gente lo disfruta mucho. Y después los comentarios: son muy lindas las devoluciones, a veces entre tanto ruido y tanta distracción tecnológica es lindo disfrutar de estos espacios. 

En pleno ciclo, comenzó la represión en el sur, ¿se resignificaron de alguna manera los espectáculos?

 SÍ, no estuve ajena a este tema. Justamente en ese concierto tuve una serie de recibimientos de la palabra y del apoyo de muchos hermanos, de colegas, para con la cultura, porque de hecho mi familia está en el sur. O sea, también me atraviesa y me atravesó estando en este ciclo. Creo que ahora se ha hablado mucho más, a favor y en contra. Siempre ocurre lo mismo. En el caso de los que hacemos el arte y nos encargamos de difundirlo, porque cuando a veces ocurren este tipo de situaciones, que estamos en todos los canales y los medios, y alguno a favor y otros muy muy en contra, tratan de poner a los mismos hermanos en contra. Nosotros lo sufrimos también. Porque se bajan muchas fechas, hay personas que a lo mejor nos querían llevar y les da temor la palabra “mapuche”, porque se empieza a asociar con terrorismo, con cosas absurdas totalmente, que mucho tienen que ver los medios de comunicación que desconocen realmente cuál es el problema. Hay situaciones que la Justicia es la que tiene que determinar y la ligamos todos, nos atraviesa a todos, y nos castiga, duele, nos entristece que ocurran estas cosas. Y, con más orgullo, justamente me tocaba en esos días viajar al norte, a representar la música y la cultura, y no iba feliz ni contenta, pero sí con orgullo. Es cuando menos debemos rendirnos, cuando ocurren estas cosas es cuando más fuertes nos tenemos que poner.

En el concierto mencionabas que tus antepasados no solían hablar en lengua mapuche por el acoso que recibían. Ahora estamos hablando de ser miembro de un pueblo originario con orgullo. ¿Hay una nueva forma de llevar adelante la lucha?

Sí.  “Hay que estar bien fuerte de espíritu”, decimos nosotros. Porque hoy hay algunos hermanos, gente muy mayor, que por ahí le vuelve a dar ese temor y vuelve a silenciarse y quedarse en casita, y trata de no salir para no recibir agresiones. Porque la gente se transforma cuando suceden estas cosas y el que sentía un poquito de resentimiento, lo siente del todo, y no hay ningún filtro. Si tiene que gritar una agresión, la grita con mucha violencia. No es el caso de nuestra parte, llevamos una mochila cargada de episodios como estos. Si estoy yo acá es porque mis antepasados lo pasaron y sobrevivieron, entonces es fortaleza espiritual, ante todo.

 En Una Excursión a los Indios Ranqueles, Lucio V. Mansilla contaba que mucho del odio a los pueblos originarios venía de su desconocimiento. ¿Creés que esto es lo que ocurre también hoy?

Sí, la discriminación sigue. Por más que digamos que estamos en una sociedad donde se ha avanzado mucho, la discriminación sigue, el estereotipo… Los morochos estamos predestinados a cumplir determinadas funciones. Hace poquito me tocó ir a un lugar donde no me dejaban entrar y cuando logré entrar, el guarda hace un llamado a Seguridad y dice: “Atento, atento, acaba de ingresar personal de limpieza”. Claro, morocha y con una trenza ¿Qué otra cosa puedo ser? Me causó gracia y a esta altura estoy muy acostumbrada a este tipo de situaciones, en las que prefiero a veces no decir nada y pasar, y hacer esa tarea que me toca hacer, que es difundir y aportar. Pero la discriminación continúa y está todo el tiempo muy presente. Yo creo que sí, es el desconocimiento. Lucio Mansilla describe muy bien lo que es el arte de la oratoria en el pueblo originario, lo que nosotros llamamos los “Trabun”, que son esos encuentros que él recuerda que a veces duraban días; esas conversas de presentación, donde tenían la palabra todos y hoy la tienen también, mayores, niños, adolescentes, tenemos la palabra y la oportunidad para expresarnos, para una bienvenida, para conversar con alguien; el uso del silencio para oír. Y después, la libertad de hablar, de no tener un tiempo lineal, sino circular. En el Rehue (lugar sagrado exclusivamente reservado para las ceremonias religiosas), en ese lugar de la pureza, siempre giramos caminando despacito, en el sentido contrario a las agujas del reloj. Es esa circularidad que también nos muestra la vida misma y que los abuelos nos han enseñado: que todo vuelve, y la palabra también, que debe fluir. Y para los niños es un aprendizaje.  

Volviendo a la música, ¿se puede componer hoy en día música mapuche? ¿O solo quedan los cantos ancestrales?

Sí, se puede componer. De hecho, yo tengo muchos cantos propios, que acompaño con el instrumento. Son creaciones. Y también, por supuesto, traer el canto de los antiguos está muy bien para no olvidar de dónde venimos, sobre todo. Pero también esto de poder animarse a crear y con el mismo formato: con el kultrún, el trompe o las cascahuillas, de poder continuar con este camino musical. 

¿Hay problemas para conseguir lugares donde tocar?

Sí, no hay mucho. No hay muchos que quieran hacer esto, sobre todo en los jóvenes que les gusta la música, pero les gusta más el éxito que la música en sí. El canto mapuche es muy hacia adentro, primero. En Los Toldos sí hay cantoras. Susana Carranza es una. Y junto con ellas se está armando el coro mapuche con otros integrantes que, con muchísima timidez, pero con muchísimo coraje, también están llevando adelante esta iniciativa por primera vez en el noroeste de la Provincia de Buenos Aires, creando un movimiento musical de esta magnitud. Es muy importante y es para celebrar. Para el lado de Junín, para el noroeste, hay muchas comunidades y muy fuertes también. De hecho, el Instituto Cultural de la Provincia de Buenos Aires hizo un relevamiento de comunidades y creo que hay más de 60 ya organizadas en toda la provincia.

¿Cómo ven a la escena folklórica nacional desde los pueblos mapuche? Porque muchas veces hay una gran reivindicación a nuestras raíces, pero las voces predominantes son blancas.

Se olvidan mucho de los cantos de las primeras naciones y de la música. Me pasa, en lo personal, que en los festivales folklóricos no me convocan por no arengar al público, por no levantar palmas. Entonces ahí se cierra una puerta. En un festival de rock, si bien muchas veces se habla de la tierra y del amor a la tierra y los pueblos originarios, tampoco encaja. El canto originario es algo que anda solo y está un poco huérfano, pero que se mantiene. No queda otra que mantenerlo y en el lugar donde nos toque, ahí brindarlo. Pasa que se cierran muchas puertas a la hora del arte. Se habla muchísimo de los pueblos originarios, se muestran muchas banderas, pero pocas veces le damos el lugar que merecen. 

¿Cómo han vivido todos estos años de debates sobre el rol de la mujer y el género dentro de las comunidades mapuche?

Tenemos mucha inclusión. En las comunidades que yo visito, sobre todo en Los Toldos o en el sur mismo, hay mucha apertura. De hecho, hay mapuche que por ahí se han reconocido, tener su libertad de poder mostrarse, de ir con sus parejas a la ceremonia y de vestirse con ropas tradicionales, con nuestra ropa típica con mucho orgullo. Tenemos cantoras trans también. Es una bandera que llevamos mucho, es una voz pocas veces oída la de nuestros reclamos. A veces buscamos espacios… Sobre todo, a la gente mayor hay que escuchar y convocar para tomar ciertas decisiones en ciertos lugares, en lugares sagrados que hay, o iniciativas que se quieran tomar. Siempre hay que consultar a los mayores, para eso tenemos a nuestros Lonko, nuestros representantes de todas las comunidades, que son personas líderes de pensamiento. Y que ellos, además de mantener en unidad la comunidad con todos sus integrantes, son capaces de representar también a toda la comunidad. Hace falta oír la voz y tener la representatividad nacional de una persona de las primeras naciones, sea cual sea.

Y ahora que mencionás a las primeras naciones: ¿Con qué te encontrás cuando recorres las diferentes comunidades? ¿Tienen problemas similares, distintos?

Los problemas son muy similares. Por empezar, se vive el desánimo muchas veces. La tristeza en el rostro, en las miradas. A los más jóvenes, o no tan jóvenes como es mi caso, nos lleva al impulso, a la iniciativa de animar a otros hermanos a que hagan. Pero lo cierto es que nos encontramos con muchísima tristeza de muchos años, acumulada por la discriminación, más que nada. Y es muy difícil levantarse de la discriminación que se sufrió desde la generación de mis padres, mis abuelos y mi generación misma. Tengo muchos pares que siguen con mucho desgano y se resignan a veces a continuar, pero bueno, hay que estar siempre llevando la palabra de ánimo, de iniciativa, para poder levantar esos espíritus nuevamente que es lo que necesitamos. 

A lo largo de la entrevista hablamos de puertas cerradas, discriminación, violencia… ¿De dónde salen las energías como para seguir recorriendo el país con la música?

La verdad no lo sé, porque a veces me toca recibir agravios, palabras de mucha violencia, y obviamente me entristece muchísimo. Pero, a esta altura, digiero muy rápido las agresiones, entonces al día siguiente me levanto con más ideas y con otro impulso, y con otras ganas. Y en seguida me olvido muy rápido de eso. Es que las pasé tantas veces… Llegó un momento en el que dije: “Bueno, tengo que ir largando esto”. Y la forma de deshacerme de los malos tratos es creando buenos tratos, creando cosas. Si no es con la música, es con teatro, que ahora voy a retomar. Y animando, siempre de la mano con otros músicos que se animen y me acompañen, como el caso de Juan Curilén u otros mapuche. Hay mapuche que hacen artesanías y hay alguien que necesita, y en seguida hay que hacer los contactos para que también circule el arte nuestro en todos los aspectos. Pero la verdad es que no sé de donde salen las energías.