Con el brillo de las letras

Con el brillo de las letras

Un taller de escritura para adolescentes y jóvenes de la Villa 21-24, publicó «Sin el brillo de la virulana», un libro con los textos producidos por sus participantes que los ayuda a sustraerse del consumo de paco y mejorar su calidad de vida.

En la villa 21-24, ubicada entre Parque Patricios y Barracas, los pibes y pibas del barrio escribieron su primer libro, relataron sus experiencias y vivencias desde el lado más sentimental y sincero. “Dame la hoja para escribir que hoy sin el brillo de la virulana estoy inspirado”, dijo Ángel uno de los compañeros del taller literario, frase que le dio nombre al libro, Sin el brillo de la virulana.. El título hace referencia al uso de la virulana, que es utilizada como filtro a la hora de encender el paco y que al hacerlo queda brillosa. “Mientras uno está en consumo busca ese brillo, pero después te das cuenta que sin él uno tiene más vida”, dijo Angel. A pesar de lo crudo de cada historia que relatan, hay un momento de claridad del cual surgen sus fragmentos.

El libro se creó en el año 2023, entre los meses de febrero y agosto, en el taller literario del Hogar de Cristo Padre Hurtado, una organización comunitaria que asiste y acompaña a personas del barrio en situación de calle. Su objetivo principal es que los pibes salgan del consumo para ampliar sus oportunidades a una vida mejor. Una de las tantas asistencias y herramientas que brinda el Hurtado es la oportunidad de escribir y expresarse creativamente.

El taller funciona como una actividad opcional, el que tiene ganas se puede acercar a escribir o solo a escuchar. No todos los integrantes que escribieron el libro participaron durante todo el año de su desarrollo, debido a la situación vulnerable en la que se encontraban. Algunas de las dinámicas que trabajaban en el taller era escribir un poema colectivo, sobre cierta temática, ya sea de enamoramiento, amistad, trabajo, en la que cada uno pensaba una frase al azar y la escribía en el papel, sin saber que ponían los demás. Luego todos los fragmentos se juntaban y sorprendentemente coincidían en sentidos, emociones y vivencias.

Alejo, uno de los protagonistas del libro, contó en diálogo con ANCCOM, que él siempre encontró una conexión con la escritura desde que era chico, siempre le gusto redactar historias de su vida. “El año pasado me pasaron muchas cosas oscuras, de las cuales me pude hacer cargo gracias a la escritura”, dijo Alejo, y agregó que “antes tenía un problema y me refugiaba solo en la droga y ese problema se hacía cada vez más grande, lo anulaba mientras duraba el efecto del paco”. Anterior a  su llegada al Hurtado, Alejo trabajaba vendiendo frutas y verduras, golosinas y jabón líquido en el barrio de Zabaleta. En ese momento la policía lo perseguia debido a la venta ambulante. Una vez volvió de trabajar todo el día en la calle y le avisaron que le quemaron el cuarto que alquilaba en el barrio, perdió todas sus pertenencias. Alejo cree que fue obra de la policía. Se quedó en la calle, y así es como terminó conociendo el Hurtado en la Villa 21-24. “En el barrio está lleno de transas, en todos los pasillos, arriba y abajo, es muy difícil no caer, la realidad del barrio es esa” contó Alejo lamentándose, y agregó: “Yo pude encontrar un lugar neutro en los costados de la villa”. En el libro le dedica un cuento a su hijo, el cual no vió durante 8 años  hasta que se enteró que estaba en situación de calle, y en consumo, en la provincia de Neuquén. “Cuando supe su paradero en un hogar de Neuquén, la escritura me ayudó a poder comunicarme con él, gracias a la ayuda de mis compañeros pude traerlo de vuelta conmigo”, dijo Alejo.

Morena Ferrari, es una mujer trans, también protagonista del libro, que dejó su casa a los 15 años debido a que su familia aceptaba su identificación de género. “Soy una chica trans con consumos problemáticos que se esfuerza por poder salir adelante y sobrevivir, me gustaría que sepan de mí historia, para ayudar a otros que están tirados y que piensan que no se puede salir”, dijo Morena. Durante sus años en la calle conoció a su primera pareja, quien falleció al poco tiempo. Morena le dedicó dos poemas que describen cómo vivieron esa etapa de su vida juntos en la calle.

Los relatos del libro invitan a escuchar y reflexionar sobre la realidad del barrio desde la voz de los propios protagonistas que lo habitan, caminan, aman, tropiezan y salen adelante. Evidencia las contradicciones e injusticias de la sociedad, y que además, no solo en la villa se encuentran cosas malas, también hay amor, amistad, cultura, costumbres y compañerismo. Contiene diversas vivencias con ganas de ser escuchadas. “Lo que buscamos con el libro es llenar de realidad a un mundo que está lleno de mentiras”, dijo San Martín, y agregó: “No siempre el consumo es el origen de las problemáticas, sino que las demás problemáticas de la vida cotidiana son las que llevan al consumo, absorbemos cosas que debería hacer el Estado, nos organizamos como podemos”. El Estado no está ausente dentro de la villa, sino que está más presente que nunca,  es el que fomenta el consumo en los pibes, desorganizando su vida cotidiana y cerrando las puertas para salir de la villa.

La escritura popular es expresada desde una población vulnerada, una herramienta que ayuda a que los pibes salgan del consumo. Anónimos aunque presentes. Un escrito colectivo de –y para– los pibes y pibas de la villa. Estos fragmentos vuelven a remarcar que lo colectivo sabe sanar, y que de poco sirve lo individual. El libro salió a la venta en noviembre, tiene un valor de 13.500 pesos, con la preventa se realizará la impresión de los escritos vendidos, y de algunos que quedarán en la organización para difundir y repartir entre compañeros y colegas. 

O sole de la villa

O sole de la villa

Con un concierto de orquesta que reunió a músicos adultos, jóvenes y niños, cerró una nueva edición del Festival de Ópera Villera en la 1-11-14. La cultura como herramienta de inclusión.

El festival de ópera villera cerró su cuarta edición el sábado con una gala lírica en el centro del barrio Padre Rodolfo Ricciardelli, ex 1-11-14, de la capital porteña. “El objetivo del festival es difundir el arte de la ópera y comulgar entre distintos espacios, que la comunidad de la música académica venga a los barrios y que los barrios generen sus propias óperas y su propia música no solo en repertorio, sino también en escribir nuevas dramaturgias, nuevas historias”, explicó la compositora Mailen Ubiedo Myskow fundadora del evento y del Centro Artístico Solidario Argentino (C.A.S.A), un grupo de músicos profesionales que dan clases gratuitas en el Bajo Flores y Villa Soldati. La actividad se realizó en el Club Atlético Madre del Pueblo, frente a la cancha histórica del barrio y fue el cierre de diferentes actividades que se hicieron durante la semana que duró el festival.

“Acá se mezclan todos, los chicos que están aprendiendo a tocar, los grandes que tocan, gente del barrio, gente que no es del barrio, cantantes que cantan en el Colón y que vienen a regalar sus canciones. Es como el cierre del trabajo de todo el año”, expresó Noelia Pirsic, integrante del C.A.S.A y parte de la organización del festival. Del espectáculo participaron tres orquestas La Juvenil de Adultos, una orquesta escuela para adultos, la Orquesta Jardín Suzuki, compuesta por los niños de “El Jardín de las Mariposas» de la Escuela Infantil Nº 9 de Villa Soldati, y las Orquesta del C.A.S.A de la sede Madre del Pueblo y de la sede Fátima. Además, estuvieron presentes los cantantes líricos, Camila Piccolo, Lucia Alonso Moser, Carolina Mion, Sofía Skele y Gabriel García y demás músicos profesionales que se ofrecieron como voluntarios para la ocasión. Desde la organización pusieron colectivos desde el Teatro Colón para movilizar a músicos y voluntarios y así facilitar el acceso al lugar.

“Hace diez años que empecé a estudiar en el C.A.S.A y ahora enseño así que me emociona mucho estar acá”, expresó Geraldine Lara de 22 años, profesora e integrante de la Orquesta Juvenil de Adultos que luego detalló: “Yo vivo en el barrio y me parece importante difundir y compartir este mundo que por ahí no es cercano para los vecinos, creo que ver que varios de acá, como yo, somos parte de esto les puede hacer pensar que ellos y sus hijos también pueden, me parece que es una experiencia muy linda”, detalló la joven.

Los instrumentos comenzaron a sonar al mediodía, los violines, chelos y saxos dibujaban algunas notas mientras esperaban a que esté todo listo para arrancar. Mientras llegaban los niños de la orquesta Suzuki, las “profes” armaban el lugar para que los pequeños músicos pudieran tocar con sus respectivas sillitas y violines preparados para su tamaño en un espacio delante de la orquesta. “Enseñamos a niños de 4, 5 y 6 años, violín y cello como parte de la currícula y desde ese aprendizaje tenemos este tipo de experiencias maravillosas en la que venimos a formar parte de una orquesta sinfónica más grande”, expresó Eugenia Turovetzky, profesora de la orquesta Suzuki. “Venir acá –continuó- es la frutilla del postre, es puro placer disfrutar de estos eventos de la comunidad y, en lo que a mí concierne personalmente, ver a mis alumnos desenvolverse con una suficiencia total y con alegría es algo inconmensurable”, finalizó la docente. La coordinadora de la Orquesta del Jardín, Maritza Pacheco Blanco detalló: “Este es un proyecto muy importante para el barrio porque es abrir una puerta, una posibilidad a los niños y a las familias de participar en actividades que por ahí usualmente no son de fácil acceso por diferentes cuestiones, creo que este tipo de espacios son una oportunidad para que los niños puedan ver el mundo desde otro lugar”.

Cuando llegaron todos los músicos, la orquesta ya definida realizó un repaso de algunos temas para ensamblarse con los niños y algunos cantantes hicieron algunas pruebas antes de arrancar. Al mismo tiempo, los organizadores corrían de un lado a otro acarreando banquetas para armar las tribunas, las ollas y jarras con jugos y las salchichas para alimentar con panchos a los pequeños músicos que iban a dar todo en el escenario. Al costado del público, se colocó una mesa que hizo de barra para la “Feria del Plato” en la que se vendían empanadas, gaseosas y chipas, entre otras cosas, para recaudar fondos para que el C.A.S.A pueda seguir realizando sus actividades de enseñanza y de préstamo de instrumentos para que los chicos puedan practicar en casa. En este sentido, desde la organización, tanto Ubiedo Myskow como Pirsic detallaron que son momentos difíciles desde lo económico ya que este año el Gobierno de la Ciudad recortó subsidios para el proyecto y todo se hizo cuesta arriba, incluso otras actividades como vestuario y escenografía que han sido parte del festival en las otras ediciones no se pudieron hacer. “Nosotros pudimos sostener esto a través de un sistema de suscripción donde la gente puede colaborar, y la verdad que ayudan todos los meses, así pudimos sostener esto, además de la colaboración de los músicos que son voluntarios, hoy vinieron varios de distintas orquestas”, detalló Ubido Myskow.

Minutos después de las 14, cuando los espectadores habían copado las butacas, algunos niños corrían, los padres más orgullosos tomaban fotos a sus hijos con el instrumento, se terminó el repaso y el ensamble estuvo listo: comenzó a sonar la orquesta bajo la batuta de Emiliano García Pérez que se encargó de dirigir la mayoría de las piezas. Ubiedo Myskow fue la capitana del barco en otras.

Algunas de los clásicos que sonaron fueron los instrumentales, Molihua y Can Can, en la que los presentes se coparon con las palmas para acompañar a la orquesta y canciones como O sole mío, Que nadie duerma y La doña, en la que los cantantes hicieron gala de su voz que no necesitaba estar microfoneada para cautivar a los presentes. Además, mientras cantaban, se metían entre el público para jugar con una coreografía improvisada. Fiama Cardoso, que hace dos años empezó a estudiar violín en el C.A.S.A y fue parte de la orquesta durante la gala manifestó: “Todavía me da nervios tocar en una orquesta porque estoy acostumbrada a tocar sola, en una clase cerrada sin que nadie me vea y que me vean y me escuchen tocar todavía me causa nervios. Pero la pasé bien, a pesar de los nervios, me sentí muy bien”, explicó la joven música. El tenor Gabriel García, también se refirió a sus sensaciones luego del espectáculo: “La ópera está mal conceptuada, como algo aburrido para gente de plata y es todo lo contrario y los chicos son los que más rápido absorben la música clásica, la ópera y se vio hoy en la orquesta Suzuki: los chicos, concentrados, están haciendo algo divertido, mucho más divertido que estar con el celular o la play”. 

Luego del espectáculo operístico, llegó el turno del grupo Tinkus de Madre del Pueblo. “Queremos que este sea un lugar de encuentro en el que diferentes culturas puedan compartirse”, expresó desde el centro Ubiedo Myskow y los niños y las niñas vestidos con el colorido traje irrumpieron en escena para realizar su tradicional danza andina. Tras este número artístico todos los artistas salieron del lugar con su respectivo instrumento y cruzaron una calle para instalarse en el centro de la simbólica cancha del barrio, allí realizaron la tradicional foto de cierre, entre sonrisas, abrazos y agradecimientos. “La idea de todo esto es que los chicos puedan tener nuevas oportunidades, que los chicos sientan que pueden tener un proyecto de vida, encontrar un porqué, una vocación y si justo es la música, salir adelante con esto y si no, también desarrollan un montón de otras aptitudes a nivel social, a nivel capacidades de concentración, de lectura y que colaboran con uno como persona”, concluyó su testimonio Ubiedo Myskow.

La jornada terminó minutos después de las 15:30 entre sonrisas, abrazos y agradecimientos, los familiares y asistentes emprendieron la retirada con sus pequeñas estrellas y la salida de los colectivos significó el regreso a casa de los músicos y voluntarios que aún quedaban en el lugar. 

Desagravio a los libros

Desagravio a los libros

Más de cien escritoras y escritores argentinos se reunieron para leer entre todos el libro “Cometierra” de Dolores Reyes. Una respuesta colectiva para resistir el oscurantismo cultural que propone el gobierno de Milei.

El sábado 23, el Teatro Picadero fue escenario de una lectura colectiva de Cometierra, el libro de Dolores Reyes, en la que participaron numerosos escritores y escritoras como Claudia Piñeiro, Fabián Casas, Ana Ojeda, Tamara Tenenbaum, Martín Kohan y María O’ Donnell. La convocatoria, que comenzó a las 10:00 de la mañana fue una respuesta a los recientes cuestionamientos sobre la pertinencia de este tipo de lecturas en las escuelas, por su presunto contenido sexual.

 

La memoria del lugar

Gabriela Borreli, una de las escritoras que participó de la lectura, cuenta a ANCCOM: “El Picadero tiene toda una historia con la censura en dictadura: acá pusieron una bomba los militares. Los lugares tienen memoria también y el Picadero trae esa memoria, no sé si de resistencia, sino de afrenta contra el facismo”. Para Borrelli, ese clima de resistencia también estuvo presente en la lectura.

La convocatoria fue de tal magnitud que se instaló una pantalla en el café del teatro para quienes no pudieron conseguir entradas para ingresar a la sala. El escenario también estuvo lleno, con más de cien lectores. Al ingresar el público, la lectura comenzó sin preámbulos. Uno a uno los participantes fueron leyendo fragmentos de la novela. Mientras alguien leía en el micrófono, muchos acompañaban la lectura desde sus ejemplares y otros simplemente escuchaban. Las lecturas, con voces singulares, mantuvieron un ritmo pausado y tranquilo, acompañado por un piano suave que marcaba el tiempo. Una temporalidad que contrasta con las respuestas rápidas y violentas tan frecuentes en la actualidad.

Borrelli subraya la importancia de esta reacción colectiva: “Es fundamental que la primera reacción de la comunidad artística y educativa sea una lectura colectiva del libro y no dejar pasar estas cosas que, empiezan siendo pequeñas y puede parecer que carecen de importancia frente a otras, pero que son fundamentales” .

La discusión detrás de la lectura

Cometierra, junto con más de cien libros, forma parte del programa “Identidades bonaerenses”. Promovido por la Dirección General de Cultura y Educación de la provincia de Buenos Aires y dirigido por Alberto Sileoni, orienta el contenido de literatura escolar secundaria pensando en particular en el concepto de identidad. En el programa se afirma que: “Promover la lectura es un acto político, un modo de rebeldía, una alabanza a la lentitud, un puente para integrarnos a esas otras y esos otros que nos completan”.

La polémica inició cuando la Fundación Natalio Morelli denunció a Sileoni por la distribución de obras con supuesto contenido sexual explícito en las bibliotecas escolares. Contó rápidamente con la adhesión de la vicepresidenta Victoria Villarruel, quien compartió fragmentos de Cometierra en la red social X, afirmando: “Los bonaerenses no merecen la degradación e inmoralidad que @Kicillofok les ofrece. Existen límites que nunca deben pasarse. ¡Dejen de sexualizar a nuestros chicos, saquen de las aulas a los que promueven estas agendas nefastas y respeten la inocencia de los niños! ¡Con los chicos, no!”. A lo que Kicillof respondió en la misma red social: “Qué mejor que un domingo de lluvia para leer buena literatura argentina. Sin censura». En medio de la controversia, Cometierra resultó ser el libro más vendido en la librería Cúspide en la última semana.

Fabián Casas, escritor que participó de la lectura, en diálogo con ANCCOM sostiene que la disputa es más bien política: “No creo que las personas que censuren hayan leído el libro. Hoy es el libro de Dolores, pero mañana puede ser cualquier otro gesto potente. Por eso hay que plantarse ante cualquier hecho de este tipo”. Además destacó sobre la convocatoria que, “una de las cosas que muestra es que la literatura es algo colectivo y no individual”.

Borreli advierte: “La Argentina que ellos sueñan económicamente necesita de cierto conservadurismo social, literario: el plan económico de la ultraderecha en la Argentina, concibe al ser humano como mero productor y elimina cualquier noción de goce, imaginación, fantasía, libertad, paradójicamente”. La literatura es todo lo contrario, “es la forma de todo lo que no es productivo en un sentido material, sino en sentidos inmateriales: imaginación, fantasías, sueños”.

En defensa de los libros

Luego de las distintas lecturas, Dolores Reyes leyó un último fragmento de Cometierra, y exclamó, “¡Aguanten los libros, siempre!”. Después dio paso a Sol Fantin, la autora de “Si no fueras tan niña” a leer un fragmento de su libro y también se leyó uno de “Las primas” de Aurora Venturini, textos que también recibieron críticas similares.

 

Finalmente, se leyó un documento en Defensa de los Libros, el cual se encuentra disponible para ser firmado por todos aquellos que deseen adherir a la causa. En el texto se sostiene: “Escritoras y escritores argentinos y de diversos lugares de Latinoamérica y España llamamos a una defensa irrestricta de los libros, de los planes de lectura y de las bibliotecas”.

¿Llave del éxito o estafa piramidal?

¿Llave del éxito o estafa piramidal?

Se presentó en el Centro Cultural de la Cooperación “Criptomonedas: un desafío al Estado y a los bancos”, el nuevo libro de Sofia Scasserra y Martín Burgos. La ilusión de ser millonario sin trabajar.

“Esta promesa de que a través del trading te podés hacer rico genera en los jóvenes la falsa idea de que sin trabajar se puede vivir”, afirma Sofia Scassera antes de la presentación de Criptomonedas: un desafío al Estado y a los bancos, libro que escribió junto a Martin Burgos. La presentación se llevó a cabo en el Centro Cultural de la Cooperación “Floreal Gorini», ubicado en pleno microcentro porteño, frente a un público de ámbitos diversos y con la presencia del exsecretario de Finanzas y exdirector del Banco Central, Diego Bastoure; la periodista especializada en tecnología, Irina Sternik, y la socióloga Mónica Peralta-Ramos que dialogaron con los autores y ofrecieron su punto de vista.

Sternik dió inicio a la presentación y rescató lo didáctico del libro, siendo un “genial material de consulta” para gente no iniciada en el tema por la capacidad de los autores de definir de manera sencilla un concepto tan complejo y multifacético como es la criptomoneda. “Yo estoy todo el tiempo comunicando estafas y eso tiene que ver con que es un tema muy difícil de explicar y hay mucho humo alrededor de las criptomonedas, entonces la gente no lo termina de entender”, manifestó la periodista.

Peralta-Ramos por otro lado, expresó su preocupación con respecto a que los dirigentes políticos desconozcan y subestimen el tema, alegando que debe ser puesto en el centro de la discusión política: “Hay que empezar a mirar a las cripto desde las estructuras de relaciones de poder para observar qué es lo que se esconde detrás de este fenómeno”.

Los autores hablaron de una necesidad imperante de escribir Criptomonedas… por la manera en que este fenómeno se ha masificado tanto en los últimos años, atrayendo a un público cada vez mayor y cada vez más joven. “Cuando empezamos a pensar este libro, el valor del Bitcoin estaba en veinte mil dólares y ahora está en noventa y cuatro mil”, bromeó Burgos y añadió: “Nos pareció importante escribir sobre el tema porque, a pesar de su masividad, no se encuentra en las agendas de las universidades como una problemática a trabajar”.

Scasserra, por su parte, habló de una necesidad de “poner paños fríos sobre el asunto y decir las cosas como son”, para tener una mirada crítica sobre lo que nos quieren vender aquellos que pregonan el milagro de las cripto. “Es un tema que nos preocupa porque vemos que hay mucho humo, muchos gurúes de las finanzas y poca realidad”, mencionó la autora.

Otro tema que ronda una y otra vez la mesa es el “clima de época” con discursos que nos dicen que estas nuevas herramientas, como la inteligencia artificial, van a resolver todos los problemas del Estado. Criptomonedas…, dicen sus autores, viene a criticar esta postura y a otros discursos similares que postulan a las nuevas tecnologías como algo que le va a sacar el empleo a la gente y las va a reemplazar. Con relación a esto, Scasserta comenta: “Cuando vos empezás a escuchar estos discursos de que no hay necesidad de estudiar porque podes hacer un curso de programación y pasás a ganar en dólares trabajando para Silicon Valley, se empieza a armar un clima de época donde jóvenes que no encuentran un trabajo decente terminan confiando en este tipo de cosas porque los convencen de que no tiene sentido estudiar y trabajar”.

Scaserra dialogó con ANCCOM previo a la presentación: “El desafío es la regulación, es tratar de poner orden en el mercado y resolver el problema de las estafas con criptomonedas”. La autora, además, explicó la dificultad de regular este fenómeno cuando activamente se trata de excluir al Estado de ese mercado. Por esta razón, los Estados no pueden ayudar a la población como ocurre en el sistema financiero tradicional, donde si un banco quiebra, el Banco Central responde por tus ahorros. Esto no sucede en el mercado cripto.

“Es importante para nosotros hablar de cómo funcionan las criptomonedas y para qué son útiles realmente, porque de lo contrario esto va a seguir dañando tanto en el sistema financiero como en las finanzas personales de un montón de argentinos que han caído en estafas en los últimos tiempos por culpa de esta fantasía de que con cripto vamos a ser todos ricos de la noche a la mañana”, afirmó la autora.

En este sentido, Scasserra explica que no funcionan de manera muy distinta a cualquier otro activo financiero, que con sus fluctuaciones se puede ganar o perder un rédito económico, pero que eso está muy lejos de las promesas de hacerse rico sin trabajar como venden muchos influencers financieros. “Esto es lo mismo que ir a un banco a pedir un crédito. Cuando uno ingresa con la información necesaria, podés manejarte de mejor manera y podés hacer inversiones mucho más seguras que si te lanzás simplemente porque te dijeron que te ibas a hacer millonario sin demasiado esfuerzo”.

Otro de los desafíos que genera el fenómeno cripto es la fuga de capitales y la evasión fiscal. Ante esta problemática, Scasserra advierte: “Es un problema muy grave que los Estados tienen que empezar a atacar porque si no van a terminar funcionando como un paraíso fiscal y eso sería un problema en términos de ingresos del Estado”. La autora también señala que ya hay intentos por parte de diferentes Estados de regular este fenómeno. En el libro se menciona el caso de la Unión Eropea que está tratando de regular a las billeteras digitales a través un sistema de intercambio de información con muchos países del mundo para empezar a tener una base de datos unificada a nivel global respecto a la tenencia de criptomonedas y cómo tasarla. Otro caso a observar es el de China, que tiene una moneda digital, pero no es una criptomoneda propiamente dicha, sino que cuenta con un respaldo del Estado.

Por último, a modo de cierre, Scasserra invita a otros autores a escribir sobre el tema y añade: “Criptomonedas no es la  palabra final, ni la conclusión de hacia dónde tiene que ir la República Argentina. Me parece que es una provocación para tratar de seguir pensándolo en conjunto porque la salida siempre es colectiva”.

Una contramuestra en Mar del Plata en defensa del cine nacional

Una contramuestra en Mar del Plata en defensa del cine nacional

En paralelo al Festival Internacional de Cine de Mar del Plata y en oposición a las medidas implementadas por la nueva Comisión Directiva del INCAA, se presenta Contracampo, que desea ser una espacio para imaginar un futuro distinto para la industria audiovisual.

Organizada por un grupo autoconvocado de directores, productores y críticos, Contracampose concibe como una acción en defensa del cine nacional. El encuentrose realiza entre el 22 y el 26 de noviembre –en paralelo al histórico Festival de Cine de Mar del Plata–, con sede en el Teatro Enrique Carreras de la ciudad balnearia.

Con películas de Martín Rejtman, Mariano Llinás y Diana Cardini, la grilla de Contracampo busca reflejar las diversas formas de producción que existen y su importancia para la construcción de una identidad compartida.“La formación de espectadores y el cultivo del deseo de las audiencias por ver cine nacional deberían ser una política de Estado y no sólo responsabilidad del sector audiovisual”, manifiestan los organizadores de la muestra.

La programación incluye 37 películas, producidas en diversas regiones del país y que pertenecen tanto al círculo independiente como al comercial. Se destacan El aroma del pasto recién cortado de Celina Murga, el documental Las formas de la invención de Maia Navas y el largometraje Breve Cielo de David José Kohon.

También se ofrece un recorrido histórico por las distintas etapas del cine nacional con la proyección de obras situadas en la época clásica, la renovación modernista de los años 60 y la posdictadura. “Buscamos demostrar que el pasado y el presente del cine argentino son igualmente valiosos e inseparables a la hora de pensar en su futuro”, expresan desde la organización. 

Con la idea de ofrecer un espacio de debate y recuperar discusiones acerca de lo que sucede dentro y fuera de las pantallas, Contracampo contará con actividades especiales de formación y reflexión. Los desafíos de la distribución, la reducción de la financiación, la sostenibilidad del cine independiente y la crisis del patrimonio audiovisual son algunos de los ejes que se abordarán en la librería El Gran Pez de “La Feliz” entre el 23 y el 26 de noviembre. 

Mientras tanto, la 39° edicióndel Festival de Cine de Mar del Plata, quese desarrollará hasta el 1 de diciembre,pondrá el foco en celebrar sus 70 años de historia. “El Festival sirve para participar en la construcción del cine argentino”, aseguró Gabriel Lerman, periodista y flamante director artístico del evento en diálogo con ANCCOM, tras la presentación oficial en el Cine Gaumont, de la ciudad de Buenos Aires.

La cartelera del único festival de cine clase A de Latinoaméricacuenta con la proyección de 125 títulos –75 menos que la última edición– y tiene por primera vez como país invitado a Japón. Entre las visitas internacionales sobresalen el cineasta canadiense Jason Reitman (ganador del Globo de Oro por Amor sin escalas), la actriz española Adriana Ugarte (El tiempo entre costuras) y la directora mexicana Fernanda Valadez (Sin señas particulares). También habrá lugar para homenajear el cine nacional con la proyección de clásicos como La treguade Sergio Renán a 50 años de su estreno, La Patagonia rebeldede Héctor Olivera y Boquitas pintadas de Leopoldo Torre Nilsson, a un siglo de su nacimiento.

Durante el evento, tendrá lugar la Competencia Argentina y Latinoamericana de corto y largometrajes en la que participarántítulos como 1978, de Nicolás y Luciano Onetti, Después del finalde Pablo César y Bailamos para no estar muertosde Lucía Benavente. En la Competencia Internacional, que contará con la presencia de la actriz colombiana Angie Cepeda y el director israelí Samuel Maozcomo miembros del jurado, se destacanA real pain del dramaturgo estadounidense Jesse Eisenberg y “There Was, There Was Not” de la armenia Emily Mkrtchian.

Otra propuestainteresante es la Competencia en Tránsito, en la que se presentan proyectos de largometrajes –tanto documentales como de ficción–que estén en proceso de realizacióny deseenobtener un aporte para poder finalizarlo. “Participamos en la construcción de cine argentino no sólo dándole un lugar de exhibición a las películas sino también con competencias para que las puedan terminar”, sostuvoLerman.

Consultado por ANCCOM respecto a los desafíos que enfrenta el sector audiovisual, en un contexto de desfinanciamiento por parte del Estado, Jorge Stamadianos, productor de cine y codirector del Festival,se mostró evasivo y consideró que “las realidades de producción cambiaron en todo el mundo” y que “es necesario tener conversaciones que contribuyan a sostener un cine que posee una marca muy importante a nivel mundial”.

Ahora bien,a diferencia de lo que sucede en el Festival de Mar del Plata, donde las localidades pueden llegar a costar hasta $4300, la muestra alternativa Contracampo ofrece entradas a $2500, un precio más accesible y en línea con el objetivo de democratizar el acceso al cine nacional.


La programación completa de Contracampo se puede ver en su página web. Las entradas se pueden adquirir en la boletería del Teatro Enrique Carreras (Entre Ríos 1824, Mar del Plata).

“Hay que actuar como actor y también como sujeto social”

“Hay que actuar como actor y también como sujeto social”

La obra teatral Seré se presenta como un instructivo de fuga del excentro clandestino de detención homónimo. Encarnado en el cuerpo de Lautaro Delgado, el testimonio de Guillermo Fernández en el Juicio a las Juntas se despliega como un truco de magia, un acto de posesión y una construcción dramatúrgica total. Un acto de ventriloquía inverso.

Si bien el público que concurre al Teatro del Pueblo sabe que a continuación verá una obra teatral, su confirmación se pondrá en duda rápidamente: “Lo que verán es real y no”, dice alguien que aparece y se presenta como Lautaro Delgado Tymruk, actor y mago. “Abracadabra: iré creando conforme hable. Mucha atención a este truco. Nada por aquí, nada por allá. Puede que ocurra un milagro”. Y comienza la obra, si ya no lo había hecho. Se produce, entonces, la posesión del cuerpo de Delgado por la voz del sobreviviente del excentro clandestino de detención Mansión Seré, Guillermo Fernández. “El milagro ocurre, efectivamente. Soy poseído por esa voz. Puedo tomar esa voz y esa voz puede ser yo”, explicará luego Delgado Tymruk en una entrevista con ANCCOM.

En el centro del escenario hay una mesa y sobre ella distintos objetos que tendrán protagonismo a medida que avance la grabación del testimonio de Guillermo Fernández. Así, por momentos, el teatro oscuro y frío se convierte en Atila -nombre interno que los represores le daban al centro de detención y tortura-, y por otros, en el tribunal del Juicio a las Juntas. Algo parecido ocurre con el actor que pone el cuerpo; la mímica exacta que hace de todo: gestos, sonidos, pausas, muletillas y fallos de Fernández posibilita el acto mágico de posesión, la sensación de ver y oír a un único sujeto, una síntesis total de voz y cuerpo que hace olvidar la división material de ambos. “Sucede la magia, un acto de espiritísmo tecnológico porque hablo a través de una voz grabada”, dirá Delgado Tymruk. Un cuerpo sentado dando la espalda al público de la misma imagen que en 1985 era transmitida de Fernández. Luego, el mismo cuerpo, en el centro de tortura materializa el horror, y remueve al observador del asiento al simular el sonido de la picana eléctrica o “pequeña Lulu”. “Una de las tesis de Seré es: ¿quién actúa? Es una de las preguntas que me hice al pensar la obra. Porque la actuación es voz y cuerpo, pensamiento y espíritu. Si yo tomo la voz de Guillermo y pongo el cuerpo, ¿quién es el que está actuando? En su voz está impresa su alma y pensamiento, y en mi cuerpo también está mi alma y pensamiento. Para mí es una pregunta sin respuesta. O con muchas. Guillermo Fernández alguna vez me mencionó que cuando veía Seré se abría otra dimensión, donde no era ni él ni yo, era un otro”. La sensación de traspaso de un espacio a otro y de representado a representante se amplifica por la utilización de sonidos y silencios, de pequeñas luces o de oscuridad total.

La obra no utiliza el testimonio original y lineal sino que “se le impregnó un sentido poético y estético, hay un trabajo de estructura dramática. Se intervino la declaración con sonidos, música, ruidos, y otros textos, pero principalmente con la acción, que puede hacer circuito o a veces cortocircuito con el relato. No siempre van unidas y eso crea otra posibilidad de sentido”. Hay cosas que el cuerpo de un actor puede representar, otras que solo pueden ser dichas por quien lo vivió. Y la obra respeta, además, una solicitud: que no sea “lacrimógena», que tenga algo de vital. “Ellos algunas veces se han reído en medio del cautiverio, y en eso había una forma de supervivencia también”. El testimonio de Fernández, por sus respuestas irónicas e inteligentes a las defensas genera risas y murmullos entre la tribuna del juzgado que se replican en la del teatro. “Haber escapado un 24 de marzo tiene algo de disparate también, de chiste, y de ironía”. Porque esa fecha también es el natalicio del reconocido mago Harry Houdini. “Bien, Houdini”, le dijó Claudio Tamburrini a Fernández cuando, con un clavo flojo de la cama logró abrir la ventana para iniciar la fuga de los cuatro compañeros de pieza en 1978, a dos años del golpe militar. Pocos días después de su huida el campo de tortura fue incendiado y quienes todavía permanecían detenidos fueron “legalizados” por el Poder Ejecutivo Nacional.

¿Por qué el nombre Seré?

Seré es por el centro clandestino pero también seré, que es el futuro simple del verbo ser. Ser en el futuro. Y justamente un centro clandestino de detención es la imposibilidad de ser. Te arranca de lo humano, te inhabilita la posibilidad de ser, ya no solo en un futuro, sino en el momento. Una persona torturada, secuestrada, que está maniatada, en un lugar de inhumanidad como eran los centros de exterminio. Entonces, seré es una suerte de palabra mágica. Una proyección de cuatro personas que vislumbran un futuro, yo seré, a pesar de este contexto, tanto Fernández y sus compañeros en ese momento, como en el contexto actual que vivimos. Es la posibilidad de crear futuro, más allá de todo. A partir de la ocurrencia, de la imaginación, del amor por la vida, de los lazos que se pueden crear con otra persona, y con uno mismo.

¿Qué es Seré?

Mi Seré es un estudio sobre el sonido, la voz y la palabra, sobre el lenguaje y el discurso. No solo es la fuga de cuatro sobrevivientes, sino la fuga del discurso: al inicio de la obra lo decimos, nuestro sentido común es moldeado, somos dichos. Y Seré busca desautomatizar eso, es un procedimiento para generar pensamiento crítico. Se realiza un acto de ventriloquía inverso, que busca dar cuenta que uno es hablado: muchas veces las cosas que uno dice, no las piensa realmente sino porque las escucha, hay un discurso que se instala en el sujeto que habla. Tik Tok es un ejemplo de ventriloquía inversa, gente que toma la voz de otra, pero que se utiliza como mero entretenimiento, humor vacío. Esta obra, en cambio, quiere hacer consciente el proceso de construcción de sentido común que se da en el ser social, en los sujetos, desencriptar ese proceso. Es una forma de decir, “cuidado con lo que escuchás, sé crítico”. Por eso creo que Seré es un despertador, tiene la función de generar un movimiento sísmico en el punto de vista del que mira. Porque hay que actuar, no solo como actor, sino actuar como sujeto social. Me han dicho varias veces, “hay muchas historias sobre la dictadura, sobre los desaparecidos y las desaparecidas, ya lo vi muchas veces”, pero luego de ver la obra cambian de parecer “esto no lo vi nunca en mi vida”. Claro, el procedimiento, el hecho artístico, más allá de la temática, teatralmente es poderoso. Es eso lo que busca Seré, desautomatizar la historia, volver a mirarla y con asombro. La etimología de asombro viene de la no sombra, de sacar a la luz. Lo mismo sucede con el objeto que se entrega al final. Es un símbolo, tiene una función semántica desautomatizada de su utilidad inicial, lo podes usar como quieras, se transforma. Me gusta que la gente imagine y creo en la potencia del símbolo y en el encuentro del espectador con la obra, no quiero cercenar una mirada o una posibilidad de lectura.

¿Cómo surgió este proyecto? Previamente habías interpretado a Carlos García en Crónica de una Fuga:¿son proyectos que se relacionan?

Mientras filmaba Crónica de una Fuga yo ya estudiaba magia, pero nunca pensé que haría una obra sobre Seré. Nunca en mi vida. Y finalmente, la magia atraviesa Seré. Es algo que a mí me asombra, esa casualidad. Para llegar a este proyecto, sin embargo, hubo un suceso crucial, que fue la invitación de Carlos García que en el año 2014 dio su testimonio en el Tribunal Federal Oral de San Martín. Estaba a pocos metros de distancia, y mientras escuchaba su declaración tuve una suerte de ataque de pánico. Empecé a temblar, a llorar, algo similar a cuando uno se sueña afuera del cuerpo. Lo veía testimoniar y sentía que era yo, como sí sus palabras salieran de mi boca y todo lo que relataba era algo que ya había vivido mi cuerpo. Tiempo después, cuando pude pensarlo y reflexionar: ¿qué pasaría en el público si puedo transmitirle esto que yo viví de tomar su voz y poner mi cuerpo? Comencé a escribir el proyecto en 2020, en el comienzo de la pandemia y convoqué a los actores y actrices en el 2023. Yo como director tenía pensado una puesta similar a la que tenemos hoy, pero amplificada y con el cuerpo de cinco actores y actrices. Finalmente, con el arribo de este nuevo gobierno, se tomó otra decisión por el cuidado de la compañía, no sabíamos con qué nos íbamos a encontrar y decidí poner solo mí cuerpo.

La obra participó en el Festival Internacional de Teatro: “Un gesto político del jurado y del director del festival, que agradezco porque, además de valorar la obra, es un posicionamiento político importantísimo en estos tiempos” finaliza Delgado Tymruk.

Al finalizar el acto de posesión, de magia, de síntesis entre cuerpo y voz, el público que sale de la sala recibe de Sofía Brito, codirectora de la obra, un clavo, similar al que accionó Guillermo Fernández para dar inicio a la fuga y, sin saberlo, poner punto final a Mansión Seré como un lugar de no ser. El público es provocado: tiene en sus manos un llamado a la acción.

La obra Seré termina el año con dos últimas funciones los sábados 23 y 30 de noviembre a las 17en Teatro del Pueblo, Lavalle 3636.