“En El Eternauta prevalece un gran sentido de lo humano ante la tragedia”

“En El Eternauta prevalece un gran sentido de lo humano ante la tragedia”

Una obra fundacional en la historieta argentina, con una mirada colectivista y solidaria: el escritor Lautaro Ortiz reflexiona sobre la aventura apocalíptica situada en Buenos Aires escrita por Oesterheld e ilustrada por Solano López. El próximo miércoles se estrena en Netflix, con dirección de Bruno Stagnaro y con Ricardo Darín como Juan Salvo.

Lautaro Ortiz es escritor y actualmente trabaja sobre temas relacionados al arte y la literatura en Página 12. Fue jefe de redacción de la revista Fierro entre 2006 y 2015, y luego fue director de la revista en su etapa trimestral y en formato web hasta el 2019. Su interés está puesto en la historieta argentina y en su recorrido histórico. En ese sentido, El Eternauta de Héctor Germán Oesterheld y Francisco Solano López suponen un punto de quiebre en ese itinerario. Su publicación significó un antes y después en las formas de narrar y de construir personajes en las historietas de aventuras. Esta impronta se ve reflejada en el tipo de personajes que Oesterheld toma como protagonistas en su historia, cuya característica principal es que son personas terrenales, y que logran sortear los distintos obstáculos trabajando en conjunto, contrariamente a lo que sucede en otros relatos donde predomina lo individual y superheroico.

 

  • ¿En dónde reside la importancia de El Eternauta para la historieta argentina?

 

  • El Eternauta es como La Biblia de la historieta argentina, ahí se establecen los fundamentos y las pautas para la historieta moderna. Lo que vuelve a El Eternauta una historia tan potente es una conjunción de cosas. En primer lugar, un dibujo extraordinario de Solano López, un dibujo muy humano y de gran inventiva. Por otro lado, la construcción de Oesterheld narrativamente. La relación y el vínculo con lo argentino, con lo presente. Desde la partida de truco hasta las calles que el lector reconoce, la cancha de River, los barrios, es decir, la ciencia ficción estaba acá, en la Argentina, a la vuelta de la esquina.

La aclamada historieta guionada por Oesterheld e ilustrada por Francisco Solano López comenzó su publicación allá por 1957 en la revista Hora Cero. Los autores narran la historia de Juan Salvo, un hombre común quién junto a su familia y amigos deben sobrevivir a una invasión extraterrestre que comienza como una nevada tóxica en Buenos Aires de la que se desconoce su origen y que fue la causante de la muerte de miles de personas. Prevalece allí la noción del grupo como única vía para la supervivencia. Los personajes se ven obligados a actuar en función del colectivo, dejando de lado aspiraciones individuales.

 Al respecto, Ortiz comenta: “En el desarrollo de la historia, aparece la cuestión del individuo y del grupo. De alguna manera, Oesterheld con otras historietas anteriores ya incluye la noción de la aventura en grupo. Es importante ahí la idea de que nadie se salva sólo y nadie está solo. Eso es El Eternauta, nadie está solo ante ninguna amenaza o ante cualquier situación”.

Impronta y personajes

El Eternauta se inscribe dentro de la tradición artística de la historieta argentina, que tiene a su vez su propio recorrido histórico bien diferenciado del cómic canónico estadounidense. La historieta nacional nace arraigada a la propia cultura argentina, tiene su propia identidad e impronta.

“Nosotros usamos el término historieta, no cómic –puntualiza Ortiz–. Y al usar el término historieta no solamente sentamos una posición de pertenencia, sino que también marcamos una diferencia sustancial entre el cómic y la historieta, y sobre todo de la historieta argentina. Se supone que el cómic se refiere a una industria de las historias dibujadas, supone una industria. En la Argentina no hay industria, hay historieta. En ese sentido, el término de historieta se refiere más a una situación artística que tiene que ver más con lo artesanal y con la impronta personal de quien narra las historias. Por eso la historieta argentina es una historieta de autores. No es como en Estados Unidos donde se reconoce al personaje de Marvel o DC, y los autores permanecen ocultos o en un segundo plano. Se habla de Batman y no de los autores. En Argentina, en cambio, la historieta designa un modo de trabajo, un modo de creación. La historieta argentina es de autor, no de personaje. Por otro lado, dibujo argentino tiene un sello que tiene que ver con su historia gráfica y con los grandes dibujantes que dio la Argentina”.

Si bien la historia está protagonizada por Juan Salvo, el héroe principal no es él, sino el grupo humano que se organiza y deja de lado sus diferencias con el fin de vencer aquello que amenaza con su subsistencia. Oesterheld, con su frase “el único héroe válido es el héroe en grupo, nunca el héroe individual”, sintetiza la tónica de la historia. La salida colectiva se presenta como la única posible en el universo de El Eternauta. Oesterheld se preocupa del aspecto humano de sus personajes, alejándose del binomio bueno-malo que configura la mayoría de los relatos. Los personajes son multidimensionales y complejos, lo que los vuelve más cercanos para el lector.

“Ahí la lectura ofrece un giro de pensamiento para el lector presente, porque en El Eternauta siempre está el otro –explica Ortiz–. El conflicto del otro, lo que sufre el otro y cómo ayudar al otro. A diferencia de lo que sucede hoy en el ámbito artístico, donde las historias son únicamente individuales y el otro prácticamente no existe”. Además, agrega: “Todo lo que conforma la historieta lo podés encontrar en El Eternauta. La manera en la que dialoga el guion con el dibujo, el momento en que el dibujo queda libre del guion y también narra. Hay un tratamiento profundamente humano de los personajes, no solamente la familia de Juan Salvo, sino también de sus amigos. La visión humana que hay también sobre lo que es el enemigo. No es una historieta de las que los lectores estaban acostumbrados, donde estaba el bueno de un lado y el malo del otro. A eso Oesterheld lo trabaja ya en Sargento Kirk, otra de sus historietas. Lo que realmente conmueve es la posibilidad de la destrucción humana a través de una guerra o una invasión”.

Complementa Ortiz: “Detrás de toda esa estructura narrativa que plantea El Eternauta lo que prevalece es un gran sentido del comportamiento humano ante la tragedia y ante el dolor de los otros. No hay enemigos para Oesterheld. Lo que hay es una tragedia, en donde los hombres tienen que elegir entre vivir y superar la adversidad colectivamente o buscar la épica individual, que nunca alcanza más que para el fin individual en detrimento del grupo”.

La serie

La adaptación audiovisual de la historieta, dirigida por Bruno Stagnaro y protagonizada por Ricardo Darín, se estrenará el 30 de abril a través de Netflix. Según la propia empresa, la serie contará con seis episodios y una producción de altísima calidad, en sintonía con las grandes producciones internacionales con las que cuenta la plataforma de streaming en su haber. La adaptación implica un pasaje del formato papel al audiovisual, lo que parece ser el principal desafío para su producción.

Al respecto, Ortiz comenta: “La historieta o el dibujo argentino tienen una identidad, un sello que tiene que ver con con su historia gráfica y con los grandes dibujantes que dio la Argentina. En El Eternauta hay un sello doble y muy fuerte, porque no es Oesterheld solamente, no es solamente la historia. Es el dibujo, también. Obviamente, ahora cuando pase al formato audiovisual el principal perjudicado va a ser el dibujo de Solano López. Queda la historia, pero ¿y lo que hizo Solano? Esos rostros, esas largas caminatas entre la nieve, esos silencios que aparecen en la historieta, todo eso no va a estar en la serie y es una lástima”.

“Leyendo El Eternauta podés descubrir los distintos modos de narración de la historieta –concluye Ortiz–. Se publicó inicialmente en forma seriada, en una revista que se compraba semanalmente. Hoy se puede leer en formato libro. Pero el espíritu de la construcción de la historieta en episodios sigue estando, la idea del continuará, ¿no? Eso está en El Eternauta. Espero que, en ese sentido, la serie que proponen ahora pueda retomar ese espíritu”.

Juventud, divinos lectores

Juventud, divinos lectores

La nueva edición de la Feria Internacional del Libro de Buenos Aires incorpora Tribuna Juvenil, un espacio exclusivo para charlas y actividades de ese segmento etario.

Una de las novedades que trae este 2025 la Feria del Libro de Buenos Aires es la incorporación de Tribuna Juvenil; un espacio destinado exclusivamente a realizar actividades orientadas a un segmento etario, en general, poco atendido.

Si bien en ediciones pasadas se han realizado encuentros organizados por la Movida Juvenil de la Feria, como el Encuentro Internacional de Bookfluencers que se realiza cada año, es la primera vez que los jóvenes cuentan con un espacio propio. El mismo es una demanda histórica, según explica Cristina Alemany, licenciada en Letras y editora con más de 33 años de experiencia en el mundo del libro, quien actualmente es curadora de la nueva iniciativa: “El primer año que estuvo el espacio de Orgullo y Prejuicio [destinado a actividades que abordan cultura y la diversidad sexual] me dije ‘qué bárbaro, qué genial’. Me fascinaba eso de que se tuviera un lugar con el que te sientas identificado para ir. Sobre todo para los jóvenes. Lo veía un año y lo veía otro. Y un día estaba parada ahí y pensé ‘Yo quiero un Orgullo y Prejuicio joven’, o sea, quiero un espacio que sea especialmente para los jóvenes.”

Sin embargo, aclara que no fue una decisión improvisada sino que la idea se gestó durante un largo período antes de llegar a la creación del espacio concreto: “Es muy raro que una cosa así se improvise. Siempre se habla de mucho tiempo y las cosas salen cuando llega su momento. Uno es muy ansioso por ahí, queremos las cosas ya… Pero esta ansiedad fue madurando y bueno, llegó el momento.”

Además, la organizadora considera que Tribuna Juvenil “es un centro de oportunidades para toda la gente joven que está en el mundo del libro. Que lee, que escribe, que no sabe lo que quiere, pero que quiere estar ahí. Y a lo mejor ahí, descubre lo que quiere.”

Los participantes de actividades de este año también reconocen el valor que tiene la incorporación de un espacio propio, como dice Celeste Sawczuk, periodista y creadora de contenido literario: “La verdad siempre es lindo ver cómo la literatura y la movida juvenil están teniendo el reconocimiento que merecen. Tener  un ‘cuarto propio’, parafraseando a Virginia Woolf, es tener un espacio donde los jóvenes podamos expresarnos y compartir entre nosotros lo que más nos gusta y apasiona que es la literatura.”

La programación en la Tribuna Juvenil es muy extensa: durante toda la Feria, se realizarán 63 charlas. Haciendo un panorama general podemos conocer sobre qué hablan los jóvenes hoy: hablan de todo. De respeto por la diversidad, de derechos, de culturas que nos son ajenas, pero también de la nuestra.

La charla inaugural del espacio, el viernes 25 de abril, fue “Heartstopper: diversidad, salud mental y todo lo que está bien. Tomando como punto de partida la serie de cómics escritos por Alice Oseman, que también cuentan con su propia adaptación a serie en una plataforma de streaming, se habló de temas que interpelan a los jóvenes y los atraviesan en el día a día. Muchos de ellos se animaron a compartir sus propias experiencias. La Tribuna Juvenil se llenó: había gente sentada en el piso porque se llenaron las gradas.

Haciendo un recorrido general, podemos encontrar desde charlas como “La construcción de los mundos en Sanderson, en la cual se debatió sobre las distintas sagas de Brandon Sanderson, autor estadounidense de Nacidos de la Bruma, hasta las próximas “Cómo leen El Eternauta los jóvenes de hoy (10 de mayo, 19 horas) y “Literatura juvenil uruguaya” (11 de mayo, 17 horas).

“La oferta es la más extensa que he visto, hay para todos los gustos. No hay chance de que no te interese al menos una, yo ya estoy viendo cómo repartirme los tiempos para poder ir a varias“, dice Natalia Bustamante, emprendedora y creadora de contenido que participará de la actividad  «Leo, luego emprendo» (12 de mayo, 19 horas). 

La Tribuna Juvenil cuenta con la participación de representantes de distintas provincias de país. Agustina Cámara, autora y creadora de contenido, quien formó parte de la actividad “La construcción de mundos en Sanderson, en diálogo con ANCCOM, contó cómo llegó a participar desde Córdoba capital: “En la Feria del Libro de Santiago del Estero, comenté que me encantaría participar de una charla sobre Sanderson y se dieron las cosas. El año pasado también fui invitada, pero por ser ‘del interior’ y no tener fondos en ese momento para viajar, se me complicó. Estoy contenta de poder ser parte este año.”

La incorporación de la Tribuna Juvenil en esta feriaa abre una puerta de oportunidades para los jóvenes apasionados por la literatura. Es una manera de darle un espacio concreto a nuevas demandas, nuevas voces que tienen mucho para decir sobre su forma de ver el mundo.

Malvenido Cifelli

Malvenido Cifelli

Con abucheos al secretario de Cultura de la Nación, abrió la edición 2025 de la Feria del Libro. El discurso inaugural estuvo a cargo de Juan Saturain, quien criticó la figura de Best Seller; puso en valor al guionista de aventuras Héctor Oesterheld –desaparecido por la dictadura militar-y, elogió a los presidentes que leían y proponían debates. También advirtió sobre aquellos que perdieron la vergüenza, en un discurso lleno de entrelíneas, dedicado a los buenos entendedores. Reivindicación colectiva a Osvaldo Bayer.

La Feria del Libro volvió a abrir sus puertas en Buenos Aires como quien insiste en un ritual ancestral: con libros, multitudes, y una sensación compartida de estar participando, aunque sea por un rato, de algo que revitaliza. Sin embargo, esa apertura y cordialidad con el público en general, tuvo su interrupción en el Restaurante Central. Allí, donde se realizó el acto inaugural de la Feria, primó la exclusividad y el corporativismo: para poder acceder a la sala, decorada con arañas y luces azules, era necesario contar con una invitación otorgada por la Fundación El Libro, de la cual no se difundió información previamente, lo que provocó dificultades para el ingreso de la prensa. Entre los afortunados que recibieron la invitación, se encontraban en primera fila los funcionarios del Gobierno de la nación y de la Ciudad de Buenos Aires, directores de editoriales, representantes de la monarquía de Arabia Saudita -su capital, Riyadh -ciudad invitada en esta edición- y personalidades de la cultura afines al oficialismo, como el caricaturista Nik.

El encargado de dar inicio al evento fue el flamante Presidente de la Fundación El Libro, Christian Rainone, quien, en su discurso, estableció una marcada diferencia discursiva con su antecesor Alejandro Vaccaro, buscando el consenso con las autoridades nacionales y enfocando sus palabras más en convencer a los editores y empresarios que en interpelar a lectores y escritores. Con un tono empresarial y diplomático, afirmó que el eje de su gestión es “consolidar un escenario donde vivan armónicamente el valor de la tradición y la fuerza de la innovación”.

Siguiendo esta línea, Leonardo Cifelli, Secretario de Cultura de la Nación, hizo su primera aparición en la feria tras su ausencia el año pasado por las diferencias con Vaccaro. Cifelli le agradeció a Rainone por “haber impulsado un clima de diálogo respetuoso, constructivo y comprensivo con la realidad que atraviesa nuestro país. Su decisión de dejar atrás el tono politizado y confrontativo de las ediciones, pasadas abre una etapa renovada y valiosa», sosteniendo que «la política partidaria no debe intervenir en la cultura y mucho menos debe ser el motivo de gastos innecesarios», lo que provocó el abucheo de escritores y fotógrafos que, al grito de “mentiroso” y “caradura”, expresaron su desacuerdo. Este escenario se volvió a repetir cuando Cifelli le agradeció a Karina Milei por su “respaldo constante que ha sido clave para poder estar presente hoy”.

El secretario de Cultura, Leonardo Cifelli, pronunció su exposición en medio de constantes abucheos y silbidos.

 

Luego de las intervenciones, menos tensas y polémicas de Jorge Macri -jefe de Gobierno de Buenos Aires- y de Abdulatif Alguacil -Director Ejecutivo de la Comisión de Literatura del Ministerio de Cultura de Arabia Saudita-, finalmente llegó el turno del escritor, poeta, periodista, guionista, editor´, docente y exdirector de la Biblioteca Nacional, Juan Sasturain. El autor de Manual de Perdedores comenzó su discurso de más de 26 páginas -lo que fastidió a algunos de los presentes- y con su habitual tono satírico y humorístico destacó la “sensación de impostura en esta arena de lo que no deja de ser un circo”, seguido de la dedicatoria al rosarino Roberto Fontanarrosa con un chiste suyo para ilustrar la situación: “Ahora correspondería que, como en el chiste memorable, aparezca el presentador y con megáfono le explique al público presente: ´Señores y señoras, por ausencia del hombre bala, les ofreceremos una perdigonada de enanos…´ Y en el dibujo de Fontanarrosa aparecían los cinco enanitos asomados a la boca del cañón”.

Durante más de una hora, Sasturain realizó un recorrido por diferentes escritores y poetas latinoamericanos e hispanos, desde Discépolo, José Hernández y Maria Elena Walsh hasta Federico García Lorca, Nicanor Parra y Antonio Machado, pasando por los clásicos Jorge Luis Borges, Julio Cortazar y Adolfo Bioy Casares. En medio de citas memorables y chistes ácidos y sutiles, Sasturain destacó la importancia de recuperar el debate en la Feria del Libro entre voces diversas y posiciones contrarias: “Todavía oír se dejan sordos ruidos de escarceos y esgrimas ideológicas, brillos de espadas dialécticas, gestos de justa, libre y soberana argumentación nacional ante el discurso imperioso, presuntamente docente, de la mirada ajena. Porque no hace tanto tiempo –había una presidente lectora entonces- que el brillante escribidor que acaba de partir llevándose la justa gloria literaria, el Nobel y el apoyo explícito a flagrantes depredadores como gesto final, se cruzó con nuestro propio sensible argumentador serial: entre el penúltimo Vargas Llosa y el brillante objetor Horacio González acá, en diferido, se confrontó de lujo”.

Juan Sasturain brindó un discurso inaugural lleno de entrelíneas, como en los años más oscuros del país.

 

Para una mejor estructuración de su discurso -para el que recurrió, según sus palabras, al IA (Ingenio Argentino)-, Sasturain eligió un triple título: Elogio del libro abierto y usado, seguido de una reflexión sobre la idea narrativa de aventurar, con una modesta proposición como colofón y remate no vinculante. En la primera parte, el elogio, realizó un diagnóstico de la industria editorial, criticando a la figura de best seller y destacando la importancia de la lectura: “Escribir, editar, comprar y almacenar libros son actos generalmente saludables para y en el concepto de la equívoca cultura que supimos conseguir. Sin embargo, hay un solo acto central e ineludible con respecto al libro que otorga sentido a todos los demás, que es el fundamento en su origen y el único sostén genuino de su porvenir, de su mera existencia: la lectura, el gesto íntimo, personal, fundante de leer”.

Aprovechando que “la ocasión ha querido que este acto coincida temporalmente con la apoteosis celebratoria y de reconocimiento del autor y de la obra que uno considerara el relato más poderoso generado en la Argentina en la segunda mitad del siglo pasado”, la reflexión giró en torno a HéctorGermán Oesterheld -autor de El Eternauta y desaparecido por la última dictadura militar en 1977- y el acto de narrar la aventura. “Héctor Oesterheld fue un notable contador de aventuras y, por sobre todas las cosas, un hombre bueno y sensible, que contaba aventuras que no necesariamente ´terminaban bien´ pero que dejaban en claro que había razones suficientes para sentirse cerca de sus personajes buenos. Sus buenos no necesariamente ganaban. La vida no era para él una cuenta de resultados o una carrera por llegar antes o ser el mejor. No buscó ni la riqueza ni el poder. Quiso ser coherente, escribir y vivir de acuerdo y sin contradicción con lo que creía. Eso es muy valioso y cuesta caro. Y se gana respeto y admiración y memoria como ésta; pero se paga como en su caso, con la muerte violenta. Este hombre digno, bueno y coherente, que fue el mejor escritor de aventuras que dio este país, además de un ejemplo para uno y para muchos de nosotros, murió asesinado como un perro”.

Sasturain fue el único de los oradores que resultó ovacionado.

Los síntomas de la enfermedad mediante la cual las personas van perdiendo la vergüenza son “la incapacidad de empatía, la agresividad creciente, la flagrante irresponsabilidad y la megalomanía y la consecuente arrogancia”, dijo Sasturain y dejó que cada uno le coloque el sayo a quien corresponda.

Para finalizar, la proposición giró en torno a la vergüenza, introduciendo la noción del Mal de Bierce, una enfermedad social degenerativa mediante la cual las personas van perdiendo la vergüenza, sentimiento que para Sasturain “tiene que ver con la responsabilidad, lindante con la culpa, y es un mecanismo inhibitorio si se quiere de autodefensa o de represión sentimental o ética”. Los síntomas de dicha enfermedad son “la pérdida de la capacidad de empatía, la agresividad creciente, la flagrante irresponsabilidad y la megalomanía y la consecuente arrogancia” Dijo y dejó que cada uno le calce el sayo a quien le corresponde. Enseguida, el escritor propuso: “Cabe estar atentos todos a la aparición –enfrente, a nuestro lado o en el espejo personal- de cualquiera de estos síntomas lamentablemente generalizados. Y obrar en consecuencia, antes de que sea tarde. Mientras sintamos vergüenza habrá esperanza para todos y cada uno. La vergüenza es salud. Brindemos por eso”. Finalizando así su participación, que tuvo como frutilla del postre el reclamo de periodistas y escritores presentes por la reciente decisión del Poder Ejecutivo Nacional de retirar el monumento a Osvaldo Bayer, alzando varias réplicas de papel de su figura.

El escritor y periodista Osvaldo Bayer fue reinvindicado por los presentes frente a la destrucción del monumento que lo homenajeaba en la Patagonia, a cargo de las autoridades de Vialidad.

15 años de televisión comunitaria y política

15 años de televisión comunitaria y política

Este año Barricada TV, símbolo de la televisión alternativa y autogestionada, llegó a los 15 años con una experiencia que deja huella en periodistas que piensan la comunicación desde la incidencia social y la construcción colectiva.

Lucía Maccagno camina en la absoluta oscuridad por el galpón lleno de máquinas y aluminio. No necesita linterna y conduce con paso firme hasta el ascensor. Desde hace 15 años repite el mismo recorrido. Llegó a Barricada en el 2010 como estudiante de la carrera de Comunicación Social de la Universidad de Buenos Aires, buscando un espacio donde lo audiovisual se cruce con la discusión política y militancia. El cuarto piso combina la dureza fría de los escombros de metal con los murales llenos de expresión y colores vivos que decoran las paredes, junto a los ventanales y plantas de interior. La fábrica de Industrias Metalúrgicas y Plásticas Argentina (IMPA), ubicada en Querandíes entre Rawson y Pringles en el barrio de Almagro, fue una de las primeras recuperadas por sus trabajadores en el año 1998. “Ellos lo que decidieron fue llenar este edificio de vida más allá de lo que era la cooperativa de trabajo. En esa sintonía instalaron un bachillerato popular, un centro cultural y abrieron solidariamente el espacio a un montón de experiencias, entre ellas la nuestra”, cuenta Lucía. El mural de Rodolfo Walsh da la bienvenida al estudio de televisión de Barricada TV.

Pensar en Barricada

“No hay día que nos levantemos y no estemos pensando en Barricada”, cuenta Ignacio Etchart sentado en el sillón rojo del estudio de televisión, rodeado de pantallas, cámaras y cables. Lleva puesta una remera con la tapa de Oktubre de Patricio Rey y sus redonditos de ricota, pero a diferencia de la estampa del disco original, el hombre de trazo grueso, mirada al cielo y boca abierta en un grito emancipador, no empuña una cadena rota sino un micrófono verde de Barricada TV. “La forma de trabajar con el tiempo rompió un poco la lógica de la cual venimos estructurados en el periodismo que piensa los roles más como estrellas, salir en cámara, hacer mi programa y tener mi canal. Esto rompe la lógica porque te obliga a pensarlo como un espacio realmente colectivo donde que funcione depende de vos y de tus compañeros y que hay un método mucho más solidario, muy diferente a lo que estamos acostumbrados”, expresa Ignacio. 11 años antes se bajaría por primera vez en la estación de subte Río de Janeiro, sin haber conocido nunca una fábrica recuperada y menos un canal cooperativo y comunitario, con la inquietud por un periodismo alternativo que dé lugar a enfoques, protagonistas y territorios desconocidos para el sistema de medios televisivo tradicional. “Hacemos todos, todo”, complementa Lucía Maccagno. En el medio audiovisual rotan los roles para que todos puedan sostener el espacio desde lo periodístico, conozcan cada una de las tareas y cómo se llevan adelante.

Barricada TV comienza como un protocanal con transmisiones de un día que se gestionaban de forma artesanal. Nace de la necesidad de contar lo que sucedía en los barrios desde la perspectiva de los trabajadores, las mujeres, los desocupados, los estudiantes y los movimientos sociales. En resumen, de sus protagonistas. Una mirada subestimada desde la televisión comercial. En este sentido, Lucía ejemplifica: “Desde los principales canales de televisión cuando hay un corte o hay algún reclamo te hablan del caos de tránsito. Nuestra forma de encarar eso va a ser distinta y al momento de ir a cubrir la noticia, no le vas a preguntar al tachero que hace 25 horas está frenado ahí qué piensa del corte, sino que vas a intentar poner ese reclamo en un contexto. ¿Qué les pasó a los laburantes que están ahí haciendo ese corte para llegar a esa situación? ¿Cuál es la historia? Probablemente, en el cien por ciento de los casos los patrones los cagaron como pasó con IMPA y terminan saliendo a la calle para reclamar por sus derechos. Es ahí donde a nosotros nos interesa poner los micrófonos y en todo caso cambiar la pregunta, poder historizar ese conflicto y preguntarle si le parece justo que los patrones hayan dejado en la calle a miles de laburantes y sus familias”.

En el año 2009 y al calor de los debates sobre la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual comenzaron a construir el estudio al interior de la fábrica y en 2010 empezaron las transmisiones por el canal 5 de Almagro de la televisión analógica. “Nosotros siempre sostenemos que la identidad de Barricada es un poco IMPA obviamente. Porque es ejemplo del laburo desde la autogestión de los propios trabajadores, de defender su espacio de trabajo, de pelear por sus derechos y defender sus conquistas. Bueno, nos inspiró y nos inspira constantemente”, expresó Lucía. En 2015, consiguieron la licencia para transmitir por televisión digital abierta, donde continúan emitiendo hasta el día de hoy.

“El Estado nos debe dinero”

En un contexto adverso para los medios comunitarios y autogestivos, Barricada TV enfrenta desafíos que se agravan por el incumplimiento de normativas vigentes y la falta de financiamiento estatal. “Creo que es un momento complicado para todo nuestro pueblo en general, pero para las experiencias autogestivas y cooperativas más aún”, advierten desde el canal. Entienden que la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual representó un hito clave, ya que, a partir de esa ley, y gracias a la lucha conjunta con otros medios comunitarios, sectores de la academia, el sindicalismo y organizaciones de la sociedad civil, se logró que el Estado reconociera formalmente a los medios populares. El Fondo de Fomento Concursable para Medios de Comunicación Audiovisual (FoMeCA), creado en ese marco, fue durante años el principal sostén de muchos de estos proyectos. “Este estudio que ustedes ven acá no hubiese sido posible sin ese financiamiento”, explican.

Sin embargo, con el cambio de gestión en el ENACOM, la situación dio un giro drástico. El organismo no sólo dejó de cumplir con lo estipulado en la ley, sino que tampoco reconoció convenios firmados previamente, generando una deuda que pone en riesgo la sostenibilidad de los canales. “El Estado nos debe dinero. Son contratos que se firmaron y que hoy no se reconocen. Y lo más grave es que ese artículo de la ley sigue vigente, al igual que el gravamen que se sigue cobrando y cuyo único destino, por ley, son los medios comunitarios. Pero no nos llega un peso”, denuncian.

Ante este panorama, comenzaron a explorar nuevas formas de financiamiento: vínculos con sindicatos y organizaciones sociales para ofrecer servicios de producción y difusión, sorteos mensuales para quienes apoyen con aportes económicos, y la creación de la Comunidad BTV, una modalidad de suscripciones abiertas a televidentes.

A esta realidad se suma otro frente de conflicto: la falta de inclusión en las grillas de los cableoperadores, a pesar de haber cumplido con todos los requisitos legales desde 2018. “Aun habiendo hecho cada paso legal, cada papel presentado, cumpliendo la norma a rajatabla, nos privaron la posibilidad de crecer aún más”, afirman. Las gestiones judiciales, movilizaciones frente a Canal 13 y campañas de visibilización no han sido suficientes para torcer esa situación. “La ley era mucho más avanzada que lo que fueron las aplicaciones de los distintos gobiernos”, señalan. Y refuerzan una definición que sintetiza el espíritu del canal: “Más allá de un trabajo, esto es un espacio de militancia. Creemos en la comunicación como un campo de batalla. Y acá venimos a militar para dar la pelea”.

Consultados sobre los motivos detrás del incumplimiento sostenido de la ley, apuntan al rol de los grandes grupos mediáticos como factor de presión permanente. “En el mejor de los casos, hubo temor; en otros, complicidad directa”, advierten. Y aclaran: “Muchas veces, la sombra de los grupos concentrados de comunicación fue la excusa para no avanzar”. 

Que la forma no condicione el contenido

En el análisis del panorama actual de los medios, desde Barricada TV señalan un fuerte contraste entre las lógicas que imponen las plataformas digitales y las formas de producción que sostienen los medios comunitarios. Mientras en internet impulsan la fragmentación, el recorte y la búsqueda de viralización, los proyectos alternativos apuestan por ir al territorio, dar voz a sus protagonistas y contar en profundidad lo que sucede.

Esa tensión plantea un desafío: cómo adaptarse a los lenguajes que hoy dominan el ecosistema digital sin perder la esencia. “Es no perderla, pero saber que para ocupar ciertos territorios tenés que amoldarte a esas formas”, explican desde el canal. Lejos del modelo del medio profesionalizado que transmite verdades desde un estudio, Barricada defiende una construcción colectiva del sentido, con eje en el vínculo con sindicatos, organizaciones sociales y clubes de barrio.

La apuesta es fortalecer el tejido social desde la comunicación, resistiendo a la lógica del aislamiento y la individualización que hoy marcan tendencia. “Nosotros creemos en una sociedad distinta, y eso se construye en comunidad”, remarcan. Para el canal, el formato jamás puede imponerse sobre el contenido. La forma de contar debe adaptarse, sí, pero sin alterar el mensaje ni diluir el enfoque comunitario. En un contexto adverso, sostener esa identidad no es solo una decisión estética o editorial, sino profundamente política.

 

Todo por hacer

La celebración por los 15 años se convirtió en un encuentro cargado de emoción y militancia en el bar cooperativo Luna Porteña de San Telmo. No fue un festejo más. Fue una síntesis del recorrido del canal y de los vínculos que supo construir a lo largo del tiempo. «Desde el principio, el objetivo siempre fue político y comunicacional. Esa convicción fue lo que sostuvo todo lo demás. Si no hubiese existido ese propósito claro, el canal no habría perdurado», explicaron Maccagno y Etchart.

La cooperativa Piazza, les regaló la torta del festejo. También asistieron los compañeros y compañeras aliados de La Argentina y el Movimiento Nacional de Empresas Recuperadas. “Vinieron personas que fueron parte del canal en distintos momentos, que pasaron por la pantalla o nos acompañaron en luchas clave, como las movilizaciones al ENACOM por nuestros derechos”, recordaron. “Hay fábricas, hay bares recuperados, hay un montón de experiencias en rubros totalmente distintos, y todos han demostrado que, aunque el escenario sea adverso, se puede salir adelante”, plantean. Reconocen las dificultades y los golpes que implica sostener estos proyectos, pero destacan el valor de la «potencia de trabajo» que le imprimen los compañeros y compañeras para resistir. La jornada también incluyó música en vivo y la participación de bandas que se sumaron de forma solidaria. «Superó todas las expectativas. Fue muy movilizante ver cómo algo que nació desde la militancia fue creciendo tanto», expresó Lucía.

De cara al futuro, el desafío es seguir creciendo en un contexto de crisis, fragmentación y retrocesos en materia de comunicación comunitaria, fortaleciendo la autogestión, sosteniendo la voz propia y tejiendo redes con otros colectivos. “Hay algo que motoriza, que es tener muy claro cuál es el objetivo político comunicacional. Eso te impulsa”, explican, y agregan: “En las empresas recuperadas pasa algo similar: compañeros que se quedaron sin laburo porque sus patrones los cagaron, y que decidieron tomar los medios de producción. Son motivaciones distintas, pero la enseñanza es la misma: aún en los peores momentos, es posible”. Frente a la pregunta de cuál es el futuro de Barricada TV, respondieron con fuerte convicción: “De acá para adelante, todo”.

Una carrera contra el olvido

Una carrera contra el olvido

Abuelas de Plaza de Mayo reanuda su ciclo Cine por la Identidad con el pre estreno de la película “A procura de Martina”, de la directora brasileña Márcia Faria. Anccom dialogó con la directora, la actriz Cristina Banegas y el presentador del ciclo Miguel Santucho para adelantar lo que ocurrirá el jueves.

Este jueves 24 de abril, a las 18, la asociación Abuelas de Plaza de Mayo abre las puertas del Auditorio de la Casa por la Identidad, ubicada en el Espacio Memoria y Derechos Humanos Ex Esma, para la primera función del año del ciclo Cine por la Identidad. Se proyectará A procura de Martina, el primer largometraje de Márcia Faria, y contará con la visita de la actriz Cristina Banegas. La entrada será libre y gratuita, y es posible gracias al acompañamiento del Banco Provincia.

El filme narra la búsqueda de Martina, interpretada por Mercedes Morán, Abuela de Plaza de Mayo, quien parte a Brasil con el objetivo de encontrar a su nieto, nacido en cautiverio durante la dictadura argentina, y a quien lleva buscando desde hace tres décadas. La protagonista emprende el viaje con la esperanza de encontrarlo y contarle su historia, luchando contra las señales del olvido que empieza a atravesar debido al Alzheimer.

“La idea de la película surgió mientras buscaba una historia para mi primer largometraje. Fue entonces cuando me encontré con el libro El Clamor, que aborda las dictaduras en América latina y cuenta relatos sobre hijos que fueron secuestrados y entregados a otras familias para ser criados como propios. Esa lectura me conmovió profundamente. Pensar en las dictaduras desde un espejo entre Brasil y Argentina, y, sobre todo, reflexionar sobre cómo lidiamos (o no) con la herencia perversa de la dictadura en Brasil, en contraste con los procesos de memoria y justicia que tuvieron lugar en Argentina, despertó en mí un deseo muy fuerte de hacer una película en la que las historias de ambos países se entrelazan. Quería hablar del borramiento, del silencio, de las marcas que dejó la dictadura en Brasil y que muchas veces siguen siendo invisibles”, cuenta Faria, en diálogo con ANCCOM.

El guion está escrito por la misma Faria y por Gabriela Amaral Almeida, quien -dice la directora- fue quien tuvo la idea disparadora de contar la historia de una abuela que busca a su nieto, pero que también está perdiendo su propia memoria. “Algún tiempo después, mi madre, Jovita, fue diagnosticada con Alzheimer. Ya llevamos más de diez años conviviendo con la enfermedad. Durante ese período, acompañé de cerca su lucha por aferrarse a sus memorias, por no desaparecer. Y, de forma inevitable, mi historia personal se fue entrelazando con la de Martina. Por eso, esta película también es para ella. Al final, hay una dedicatoria a mi madre. Y la proyección del 24 de abril tiene un significado aún más especial: ese día ella cumple 88 años. No se me ocurre mejor manera de celebrarla que compartiendo esta historia inspirada, en gran parte, por su fuerza”, confiesa la directora.

Las guionistas se volcaron a construir no solo un personaje principal complejo, sino también lazos de amistad que la acompañan y que no dejan de ser centrales en la narrativa y en el proceso emocional que atraviesa Martina. “Nos impulsó el deseo de crear una protagonista femenina con una fuerte pulsión de vida, a pesar de las heridas y pérdidas que arrastra. Martina es una mujer atravesada por la fragilidad y la fuerza, una heroína silenciosa que decide ir tras lo que desea, incluso cuando todo a su alrededor parece derrumbarse, cuando todo le dice que haga lo contrario: quedarse en casa, cuidando sus propias heridas. Desde el inicio, el protagonismo femenino fue uno de los pilares de la película. La amistad entre los personajes interpretados por Mercedes Morán, Cristina Banegas y Adriana Aizemberg es uno de los vínculos más potentes de la narrativa. Son tres mujeres muy distintas, con historias diferentes, pero que encuentran en el vínculo entre ellas apoyo, afecto y humor. Esa red también representa una forma de resistencia, una fuerza que nace de lo colectivo”, describe la directora y agrega: “Las Abuelas de Plaza de Mayo fueron una inspiración fundamental. Para mí, son un faro: un ejemplo de coraje, perseverancia y lucha colectiva que iluminó el espíritu de la película. Al igual que ellas, Martina es una mujer que se niega a olvidar, incluso cuando su propia memoria comienza a fallar”.

Faria se encontró con el desafío de dirigir un largometraje por primera vez, con recursos limitados al ser una producción independiente, pero encontrándose completamente abierta a lo inesperado, a la resistencia y entrega que le exigió este proyecto, y a la sensibilidad: “Sin duda, la mayor dificultad fue lidiar con la complejidad de una historia que atraviesa distintos tiempos, países y capas emocionales, y hacerlo con los recursos limitados que tiene una producción independiente. Mantener la delicadeza de la narrativa, equilibrar momentos de emoción con toques de humor, sin perder el ritmo ni la fuerza de las actuaciones, fue un gran desafío”. Habla del proceso como algo profundamente hermoso por el equipo que formaron, la dedicación y la generosidad de las actrices y actores. “Trabajar con Mercedes Morán fue un verdadero privilegio. Su talento, su sensibilidad y su entrega al personaje de Martina aportaron al filme una profundidad emocional que superó todas mis expectativas. Cristina Banegas, que interpreta a una Abuela de Plaza de Mayo, encarna con una fuerza impresionante la memoria y la lucha. Su presencia aporta una dimensión ética y política muy poderosa a la historia. Y Adriana Aizemberg aporta un contrapunto precioso: con su carisma y su humor sutil, le da al filme un respiro, un alivio que hace que todo lo humano se vuelva aún más tangible”.

Cristina Banegas, habla de la experiencia de filmación con cariño, orgullo y admiración, y desea que la audiencia se conmueva y que comparta todo el amor y el respeto con el que hicieron el largometraje. “Me siento honrada de interpretar a una Abuela de Plaza de Mayo. Creo que es importante y es conmovedor, en estos tiempos tan difíciles de la Argentina, poder hacer esta historia, un personaje así, en una película en la que se trabaja sobre los nietos todavía no recuperados. Que pasen esta historia en el ciclo y en ese lugar tiene un valor simbólico muy fuerte, sobre todo en este momento en que el gobierno está desmantelando los espacios de derechos humanos, más que todos los otros espacios. De modo que es un honor y es un deber estar allí el jueves”.

El film formó parte de la sección competitiva Première Brasil: Novos Rumos do Festival do Rio, del Festival Internacional de Cine de Mar del Plata, de la 48ª Mostra Internacional de Cinema de São Paulo, y la 26ª edición del Festival do Rio. La directora rememora la emoción de ver las salas llenas, el latido de la película en el corazón de la audiencia, la emotividad y las risas que le logran sacar a los espectadores. “Es una alegría saber que nuestra historia realmente llega a quienes la ven”, afirma, y espera que sea así con todos quienes la vean, que esta historia permita reflexionar sobre el valor de la memoria, tanto la individual como la colectiva, que despierte recuerdos, preguntas o simplemente ofrezca un momento de empatía. Cuenta orgullosamente y agradecida por el reconocimiento, que recibió la noticia de que ganaron el Premio del Público en el Festival Cinematográfico Internacional del Uruguay.

El ciclo

“El cine es una herramienta fundamental para la transmisión, no solo de la memoria, sino también de los hechos de la actualidad. Decidimos marcar el inicio del ciclo con una película muy fuerte, muy importante, y con actrices de primera línea, para convocar y dejar una presencia. Estamos defendiendo este espacio, la Casa de la Identidad, y el ex Esma, en un contexto en el que se está cerrando, vaciando, hostigando, todo lo que allí se realiza. Para nosotros es muy importante que vengan, que asistan todos, que empecemos a sala llena esta primera función y que de alguna manera todos defendamos estos espacios de reflexión y de construcción colectiva con los que contamos”, reflexiona Miguel Santucho, integrante de la Comisión Directiva de Abuelas de Plaza de Mayo. “Los actores y la producción de La búsqueda de Martina organizaron una función para Abuelas de Plaza de Mayo, haciéndonos parte, porque les parecía fundamental que nosotros la viéramos en primera instancia. Es una película que me pareció muy interesante, conmovedora, viva y sentida. Si bien entiendo que no responde a una historia real, bien podría serlo”.

El Ciclo de Cine por la Identidad se presenta como una oportunidad de reunión y de encuentro, en el que se exhiben proyectos audiovisuales afines a la temática de la memoria, verdad y justicia, y se debaten con sus autores y actores, con la finalidad de promover el derecho de la identidad, sensibilizar sobre la búsqueda de los alrededor de 300 nietos y nietas que quedan por encontrar, y aportar a este proceso de búsqueda.

 Faria resalta la relevancia que significa para ella involucrarse en proyectos de este tipo y lo trascendental que resulta en estos tiempos de avance de ultraderecha recordar el pasado: “La película levanta temas que siguen siendo urgentes: aún vivimos bajo la sombra del legado de aquellos regímenes autoritarios, y muchas de sus estructuras permanecen intactas. En un momento en que la ultraderecha gana fuerza nuevamente en muchas partes del mundo, incluidos Brasil y Argentina, hablar de este pasado reciente se vuelve no solo importante, sino necesario. Recordar los horrores de las dictaduras, visibilizar sus consecuencias, es fundamental para que no se repitan nunca más. El éxito reciente de la película Ainda Estou Aqui (2024), que también aborda la memoria, las desapariciones y la búsqueda de justicia, muestra que el público necesita y quiere hablar de estos temas. La búsqueda de Martina, de alguna forma, es mi contribución a esta memoria colectiva, una forma de resistir al olvido”.  Le conmueve pensar en que su trabajo se presente el jueves en un lugar tan simbólico y cargado de historia como la Casa por la Identidad y la Ex ESMA. Recuerda la función previa a su estreno en festivales, la primera proyección fuera de la isla de edición, para las Abuelas, en la que los y las presentes y Estela de Carlotto le dieron el impulso para entregar la película al mundo. “Ella dijo algo que me marcó profundamente: “por primera vez en muchos años de lucha, me puse en el lugar de una abuela que busca a su nieto en otro país, sola.” Y agregó: “eso también existió”. Esa soledad de quien busca sin el apoyo de otros en la misma situación resuena en el camino de la protagonista de nuestra película, que lucha también contra el Alzheimer y por preservar su propia identidad. Es como si la película adquiriera una nueva capa de sentido allí, rodeada de tantas historias reales de resistencia, dolor y reconstrucción. Me siento muy honrada de exhibir la película en este espacio de memoria, verdad y justicia en el que se ha transformado la ESMA”, concluye.  

Las extraordinarias vidas de las hermanas López

Las extraordinarias vidas de las hermanas López

Las filósofas María Cristina Spadaro y María Luisa Femenías hablan de Las López, el libro que escribieron sobre dos hermanas, Ernestina y Elvira, las primeras filósofas argentinas, activistas de la educación y la igualdad, y pioneras del feminismo en el país en los comienzos del siglo pasado.

“Este libro tiene un objetivo claro: visibilizar la historia del extenso movimiento de mujeres que por mucho tiempo fue borrado e invisibilizado, y en el que se enraíza nuestra actividad actual como feministas. Las López es nuestra forma de reinstalar a esas mujeres, de demostrar que tenemos antecedentes, cimientos muy sólidos, construidos de manera seria y con una amplia producción colectiva. Encontrar esas raíces y poder apoyarnos en la extensa trayectoria previa nos fortalece y ayuda a reforzar nuestra identidad”. Quien explica esto es María Cristina Spadaro, coautora junto a María Luisa Femenías del libro Las López: Luces y sombras feministas del 1900.

Publicado en 2024, consta de 178 páginas y 10 capítulos en los que Femenías y Spadaro trasladan al lector hacia fines del siglo XIX a una incipiente Nación Argentina. A la dificultad propia de cualquier investigación histórica, se suma el constante traspié de indagar la trayectoria de mujeres: la historia oficial las oculta y relega a un segundo plano, los diarios y revistas de la época se centran en hombres y no las consideran como agentes de cambio. Así es como las autoras en muchas oportunidades, por no poder cotejar circunstancias o momentos de las vidas de las hermanas López, apelan al planteo de preguntas sin respuestas como forma de conjeturar sin por ello buscar hacer exhaustiva su sospecha. Expresan también las contradicciones encontradas durante la exhaustiva investigación, que esperan, allene el camino para otros que elijan continuar su trabajo. En esta biografía que anticipan, indaga entre lo doméstico e íntimo, pero tambien en la esfera pública y la lucha ilustrada de las hermanas, entrelazan con un analisis sociohistorico y politico de nuestro país, para ilustrar mejor las razones y vaivenes de las vidas de las lópez en particular.

Aunque se siga individualmente y al detalle, en la medida que los registros históricos lo permiten, la vida de las hermanas Elvira Virginia López y Ernestina Adriana López, las autoras no dejan de mencionar a otras mujeres contemporáneas, que aunque importantes y destacadas en su época, sus nombres fueron diluyendose con el pasar del tiempo. Esto es algo en lo que el libro hace hincapié: demostrar con la extensa investigación la coordinación y cooperación entre mujeres e hilvanar las predecesoras del pensamiento feminista. “Mujeres que poco a poco dejan de estar abocadas a lo doméstico y pasan a formar parte de una ciudadanía que las invisibilizaba. No fueron iniciativas individuales aisladas, heroicas, sino un movimiento de mujeres enraizado en un conjunto de varios hombres y mujeres que creían en un proyecto político particular para la naciente Nación Argentina que buscaba un rumbo. Fue una fuerte reacción política y social iniciada en la década de 1920 que provoca que el movimiento se empieze a diluir. Ese trabajo de años comienza a ser ocultado y luego no vuelve a retomarse. Fueron mujeres que dedicaron su vida, que toda su actividad se volcó a un proyecto político y de país que las incluía” explican de manera alternada ambas autoras, quienes se conocieron en la cursada de sus carreras de grado y desde entonces trabajaron en conjunto múltiples veces.

¿A partir de qué hecho y cuándo nació su interés por la historia de vida de las hermanas López?

Spadaro: – La primera vez que me topé con las hermanas López fue a fines de los 80, cuando con María -Luisa Femenías- formábamos parte de un grupo informal de lecturas de género dentro de la Facultad de Filosofía y Letras de la UBA. Fue en la lectura de un artículo para dicho grupo, en el que se citaba la tesis de Elvira López. A partir de esa cita comencé a buscar la tesis, que por suerte estaba en la facultad. Luego publiqué un primer artículo sobre ella en 1991 en la revista Hipatia y a partir de ahí siempre estuvo presente.

Femenías: –Cuando Edhasa nos propuso hacer el libro en el marco de la colección Biografías Argentinas, ya teníamos varios artículos publicados, por separado o en conjunto, sobre la hermanas: tuvimos interés inicialmente por Elvira, pero luego también comenzamos a investigar sobre su hermana menor, Ernestina. A partir de la propuesta de la editorial, de hacer una biografía doble, lo cual no es muy habitual, comenzamos a sistematizar el trabajo previo que teníamos y pensar cuáles eran los datos que aún nos hacían falta. El trabajo de recopilación de información fue casi detectivesco y policial. Hasta el momento nuestro análisis como filosofas había sido principalmente teórico: nos interesaba por ejemplo estudiar los argumentos que usaban en sus tesis. La parte autobiográfica que ahora necesitábamos no había sido una prioridad. Nos convertimos en historiadoras amateurs.

Spadaro: —Fue un trabajo con múltiples callejones sin salidas y datos contradictorios. Las habían borrado e invisibilizado a tal punto que no teníamos datos de nacimiento o muerte certeros. Eran dos personas que aparecían con sus tesis y luego volvían a desaparecer. Eso sucedía con las mujeres en general en aquellas épocas, quizás podemos encontrar algún nombre sobresaliente en medicina, un campo considerado más importante, como Cecilia Grierson -primera médica argentina- pero el resto de mujeres estaban en una nebulosa, no se sabía cuántas o quiénes eran, ni se dibujaba la conexión entre ellas.

Como relatan en el primer capítulo del libro, los datos más difíciles de conseguir fueron las fechas de nacimiento y muerte de ambas hermanas. “De pronto se llevan 8 años, pero en otra fuente apenas se diferenciaban por 2 años. Entonces, era muy complicado. Porque, en definitiva, ¿qué fecha damos por buena?”, explica Spadaro. En el libro son varias las fuentes contrastadas entre sí y con datos dispares entre ellas. No existía el registro Civil al momento de ambos nacimientos y los bebés eran inscriptos en los registros de las iglesias generalmente cuatro o cinco luego del nacimiento, “por eso fue tan dificultoso encontrar esos datos. Tuvimos que ir iglesia por iglesia para ver dónde las habían inscripto hasta que las encontramos en la iglesia San Pedro Telmo”. Lo mismo hicieron para definir la fecha de defunción, aunque el recorrido esta vez fue por cementerios. Las hallaron en el Cementerio Británico y tomaron las fechas allí inscriptas como las correctas “porque son las que la familia grabó”.

Otro dato que las trabó fue entender por qué ninguna de las hermanas o su madre, Adriana Wilson, son mencionadas en las biografías de Cándido López, padre de ambas. El descubrimiento de Spadaro y Femenías fue que el pintor llevaba una vida de bígamo “lo cual no se menciona en la biografía de un pintor de renombre”. Lograron confirmar que Adriana Wilson fue el primer matrimonio del artista con quien tuvo a su primera hija, Elvira López. Luego de eso se casó con otra esposa y tuvo entre 10 y 11 hijos, para luego volver con Adriana Wilson y tener a Ernestina López quien se lleva con su hermana mayor entre nueve y diez años y son “las otras hijas” del pintor. Las autoras dedican un capítulo para hablar sobre esta madre jefa de familia monoparental y cómo esto las formó: “Lo cierto es que Adriana brindó a sus hijas la educación más sólida y progresista de la que disponía esta ciudad”.

“Las hermanitas López” fueron “doblemente pioneras”, por ser parte de la primera promoción egresada de FFyL, y además por su activo rol social: participaron en eventos nacionales e internacionales, conformaron redes y organizaciones de mujeres, que apoyadas por hombres de mismos ideales, buscaban instaurar un proyecto modernista y progresista de país laico. Bregaban por una gran reforma social basada en la educación y la igualdad como principio unificador. “Este trasfondo social y político marcó la vida y caminos de las hermanas al igual que el de otras muchas mujeres a las que les permitieron nuevos trabajos y profesiones, hacerse del lugar que la sociedad les negaba”.

Las López eran pacifistas y reformistas, inclinadas hacia la ciencia y la educación como motores modernizadores e integradores de mujeres y hombres, ricos y pobres, inmigrantes y criollos. No eran solo mujeres de clase alta ilustradas, sino más bien feministas volcadas al actuar social. Destaca Elvira por una inclinación hacia la reforma social y Ernestina por su vocación pedagógica y educativa. Esta trabajó para desterrar la escuela escolástica de severos castigos y, por el contrario, extender la Escuela Activa, la educación laica e igualitaria centrada en los alumnos. Promovió la escuela a contraturno del trabajo para obreros, trabajó para “paliar el trabajo infantil, la prostitución forzada por las condiciones de vida de las mujeres y la carencia de derechos civiles y politicos de estas”. Femenías explica que “toda una red y proyecto que me parecen para la época absolutamente novedosos” y suma Spadaro: “Realmente, cuando íbamos trabajando, lo que nos asombraba era la capacidad de trabajo de estas dos mujeres, porque todo esto lo hacían mientras dirigían colegios, eran educadoras y luego rectoras en las Escuelas Normales”.

Si bien durante los últimos años del siglo XIX estos grupos de mujeres habían logrado hacerse un lugar en una sociedad que hasta el momento las marginaba, fue durante las primeras décadas del nuevo siglo XX cuando sufrieron un revés muy fuerte a nivel mundial por sectores ultraconservadores y religiosos. Eso hace menguar los ideales de principios del siglo y sus nombres comenzaron a borrarse intencionadamente. Lo internacional influye en América Latina y en nuestro país el problema se profundiza. Tras la muerte de Juan B Justo el Partido Socialista comienza a resquebrajarse y dividirse. “Las mujeres dependían mucho de la estructura partidaria y perderla genera una fractura en los propios movimientos de mujeres”. Legalmente aún las mujeres eran consideradas “incapaces” y “cualquier petitorio tenía que entrarlo algún representante varón”. Uno de estos fue la modificación del Código Civil de 1926, proyecto presentado por el Partido Socialista, aunque impulsado por las mujeres que lo conformaban, para dejar de ser consideradas incapaces y comenzar a usufructuar derechos de ciudadanía, poder administrar sus bienes y tener patria potestad sobre los hijos. Mario Bravo, Juan B. Justo, Nicolás Repetto o Alfredo Palacios, todos políticos socialistas conocidos que hoy nombran diferentes calles, pero de mujeres como las hermanas López, no encontramos ninguna.

¿Hoy en día se leen o son tomadas en cuenta las tesis de Ernestina y Elvira en las carreras de Filosofía y Letras respectivamente?

Spadaro: – No, y son tesis magníficas, muy novedosas para su época e incluso se mantienen actuales en muchos aspectos. A ambas tesis hubo que rescatarlas y buscarlas; por suerte la de Elvira se reeditó hace pocos años, pero la de Ernestina está más olvidada. Las hermanas fueron parte del primer grupo de egresados de FFyL en octubre de 1901, y además los dos mejores promedios: Ernestina fue el más alto con 9,90 seguida de Elvira con 9,60. En total era un grupo de nueve egresados y cuatro de ellas eran mujeres, eso ya marca una diferencia muy importante en relación a otras carreras donde las mujeres pudieron ingresar muchos años después que los hombres. Caras y Caretas publicó aquel año, una nota con una fotografía de esta primera promoción de egresados. Esto nos indica cómo para el proyecto político “civilizatorio y modernizador” promocionar estos hechos era importante, mostrar a las mujeres educadas y súper progresistas. Otro hecho destacable, fue el inicio de sus carreras universitarias. Solicitaron entrar de manera privilegiada a FFyL con un argumento fantástico: por tener título de bachiller, ellas debían ser eximidas de dar el examen de ingreso, al igual que sucedía con los varones en de la época en la misma condición.

Femenías: – Las tesis son relevantes por sus contenidos, argumentos e incluso ya los títulos son impactantes para el año 1901: Elvira se doctoró en filosofía con su tesis El movimiento feminista, y Ernestina en Letras con su trabajo ¿Existe una literatura americana? Aún dicen que el primero en preocuparse por la identidad nacional fue Pairó, pero muchísimos años antes está la tesis de Ernestina, simplemente no se la tiene en cuenta porque no se incluía a las mujeres en el canon y luego por este paradigma conservador que borró el accionar de las mujeres. Por otro lado, Elvira introduce a Kant en la Argentina y el concepto de universalidad kantiano, del que se toma para argumentar, de manera muy contundente, que si la Constitución Nacional habla de igualdad esta es universal, incluye a las mujeres, o de lo contrario, no sería igualdad. Ambas utilizan una bibliografía muy actual en su época, incluso de contemporáneos suyos, es casi como si estuvieran en el puerto esperando que les lleguen los libros. Es impresionante cómo conocían la literatura última, recuerdo que lo que más me impactó fue que cita un congreso de mujeres en Londres que había tenido lugar a principios de ese año.

Spadaro: –Nos preguntamos cómo hacían para lograrlo, tenían que tener una red de información muy importante para poder conseguir todo eso para sus tesis. Además la calidad de sus trabajos, comparamos con otras de la misma época que tenían 70 páginas, y las de ellas son de más de 250 páginas cada una con citas, no en el sistema actual, pero de una manera muy correcta para ese momento en que se acostumbraba citar de memoria o hacer referencias a autores.

“Quisiéramos por eso transmitir toda su energía, la diversidad de intereses que las guiaron, el optimismo con el que emprendieron cada proyecto. Pero no queremos que detrás de la convicción que las movilizó toda su vida no se vea con claridad su fragilidad, esa que compariteron con sus grupos de pertenencia. Esa que las hizo abrir caminos que se cerraron demasiado pronto; esa que frenó toda su onda expansiva”, explican las autoras en el libro. En la tapa se muestra una superposición de dos imágenes individuales de las hermanas: en el lado izquierdo Elvira López y sobre el derecho Ernestina López con sus caracteristicos anteojos. El fondo, también en blanco y negro, muestra una Buenos Aires en pleno cambio de siglo, con grandes transformaciones sociales, de las cuales las hermanas y otro sinfín de mujeres son impulsoras, para luego ser borradas y finalmente, olvidadas. “Había quedado claro que todo avance de los derechos de las mujeres era inestable y debía defenderse de forma constante”.

 

Las autoras estarán firmando ejemplares de Las López el viernes 25 de abril, a las 16, en el stand de la editorial Edhasa.

Ese mismo día, a las 18, formarán parte de la charla “Cándido López y las primeras filósofas argentinas, sus hijas”. En el Museo Roca, Vicente López 2220, CABA. Entrada libre y gratuita.