No comienzan las clases en las universidades nacionales

No comienzan las clases en las universidades nacionales

No inicia el segundo cuatrimestre en las universidades públicas de todo el país. Sorpresivo y no a la vez. La emergencia salarial y presupuestaria llevó a los gremios a tomar una medida de fuerza que no se realiza desde hace muchos años. Aunque la inflación se estime del 30% la propuesta salarial para los docentes continúa siendo de un 15% a pagar en cuotas, sumada -o restada- a un achicamiento del presupuesto universitario que ronda los tres mil millones.

ANCCOM dialogó con Federico Montero, secretario general de FEDUBA; Gabriela Mariño, secretaria general de la Asociación de Docentes de la Universidad de Avellaneda; y Octavio “Tato” Miloni, secretario general de la Asociación de Docentes de la Universidad de La Plata, para comprender el entramado de este momento crítico. Todos coinciden en que del 6 al 10 de agosto no habrá clases.

“Analizando cuáles son las condiciones económicas y el programa económico al que el gobierno se ha comprometido con el FMI, es muy difícil pensar que este conflicto pueda tener una resolución favorable porque la inflación se disparó, estando muy por encima de las previsiones que teníamos. Y, en paralelo, hay una política de ajuste del gobierno nacional que se expresa muy particularmente sobre el Estado”, explica Montero. En esta línea, más allá de una crisis económica transversal, los entrevistados acuerdan en que la priorización en las negociaciones está con el sector privado. “Hay una lealtad con muchas partes del sector privado donde hay paritarias del orden del 25% y 27%. Ahora hace falta que el Estado también se haga cargo de la inflación que ellos mismos están generando para que haya algún acompañamiento salarial de este despilfarro en términos de política económica”, explica Miloni.

Por más que el reclamo salarial es lo urgente, los sindicatos también demandan, desde hace cinco cuatrimestres, la irrenunciable defensa del sistema de educación superior público. “También defendemos los puestos de trabajo, luchamos por la apertura de paritaria de los trabajadores no docentes, vamos por la implementación de un sistema de becas para la permanencia de los estudiantes y por un aumento del presupuesto universitario”, explica Mariño.

El presupuesto es uno de los frentes más preocupantes, ya que hubo diez universidades nacionales que han declarado emergencia presupuestaria, expresando que quizás no pueden sostener su funcionamiento hasta fin de año. Hay un caso que es extremo, el de la Universidad Arturo Jauretche, por la que hay una seria preocupación sobre sus posibilidades de cursada. “Esta universidad tiene gastos corrientes y de funcionamiento que no le da capacidad de espera. Por eso, el 13 de agosto habrá un abrazo a la universidad, y vamos a ser solidarios para participar junto con nuestros compañeros y compañeras. No es así el caso de la Universidad de La Plata porque tiene otros recursos, y respaldo para sostener adversidades de estas características”, argumenta Miloni. ”Lo que sostenemos los docentes es que todas las cosas van de la mano, no hay aumento del presupuesto si antes no hay uno paritario para los y las docentes”, agrega Mariño, explicando que la paritaria docente es la base sobre la que se construye todo lo demás.

En las universidades llamadas del Bicentenario, las creadas en la década kirchnerista, la situación se agrava muchísimo, porque frenar las obras de infraestructura en instituciones que están creciendo es letal, según lo que explica Mariño con conocimiento de causa por ser parte de la Universidad Nacional de Avellaneda. “Tenemos carreras que están en su tercer año como Arquitectura y en su cuarto como Abogacía, y todavía nos quedan dos años por armar con una matrícula de docentes que están todavía cursando el tercer año de la carrera. Frenar planes de infraestructura, congelar plantas docentes, claramente dificulta el funcionamiento de universidades como la nuestra”, explica Mariño. Por estas razones, en esta comunidad universitaria se están movilizando y se declaran en estado de alerta reuniéndose todos los viernes de manera interclaustro: estudiantes, no docentes y graduados y graduadas; “El 21 de agosto vamos a hacer una gran jornada de lucha con toda la comunidad de la UNDAV y con la comunidad de Avellaneda, porque una de las características de nuestras universidades es que las organizaciones del territorio forman parte de la comunidad universitaria”, concluye Mariño.

Las distintas universidades no tienen la misma fecha de comienzo de clases, por lo que es complejo en cuestiones operativas, organizar una medida de fuerza en paralelo en la totalidad del país. ”Para hacerlo junto a todas las universidades del país, ese no inicio será a partir del 6 y hasta el 10 de agosto. Y luego vamos a hacer un Consejo Directivo de CONADU para evaluar los pasos a seguir, ver cómo fue la respuesta de nuestros compañeros y compañeras para el sostenimiento de una medida que es muy extrema, muy contundente”, explica Miloni. Lo determinante sobre las futuras decisiones es que el Ministerio de Educación abra el diálogo y les presente una propuesta superadora, lo que parece muy difícil teniendo en cuenta las experiencias que se vienen llevando a cabo. “Por supuesto que si el gobierno nacional decidiera reabrir la paritaria nacional docente la discusión se encausaría. De ninguna manera está cerrada por una mala actitud de los sindicatos. El que desconoce el escenario de paritaria nacional es el mismo gobierno, no nosotros”, expresa de forma contundente Mariño.

Para atravesar este camino con un enemigo tan fortalecido enfrente, la unión sindical -a pesar de sus diferencias- es una de las herramientas más punzantes que tienen las y los docentes. “Venimos construyendo muchos gestos que revierten un camino de fragmentación de los docentes universitarios de muchos años, que tampoco es fácil pero ha ido creciendo el nivel de conciencia de los compañeros y compañeras de los distintos gremios: lo que tenemos enfrente está más allá de los distintos matices de su caracterización”, explica Montero.

La unidad en la acción, especulan, permitirá medidas más contundentes. “Lo que está claro es que nos encontramos en la pelea cotidiana en cada uno de los lugares con las otras agrupaciones gremiales y valoramos eso. Tenemos la misma pelea por delante. En todo caso, lo que podemos discutir, los matices que tengamos de la etapa anterior, no nos impiden que podamos actuar juntos. Porque la unidad no es que no haya diferencias sino que, habiendo diferencias y respetándolas, igual podamos actuar juntos. Ese es un aprendizaje que se está llevando adelante”, concluye Miloni.

El futuro es incierto. Así y todo, los tres entrevistados afirman que más allá del cerco mediático y el desmerecimiento de la educación pública por parte del gobierno, por sobre todo de la educación superior, ésta tiene un gran prestigio social y es una luchadora incansable que no fue derrotada en la década neoliberal de los 90 y tampoco va a serlo ahora. La ventana de posibilidades está en la fuerza de los sindicatos, en su historia y su legitimidad social. “Según los números que manejamos la matrícula universitaria pública es del 80%, nada indica que la sociedad apueste allí a lo privado”, concluye Mariño.

 

 

 

Universidades en pie de lucha

Universidades en pie de lucha

Marcha, obelisco de fondo, carteles y banderas en alto.

CONADU convoca a un paro nacional universitario, el lunes 25 de junio, en confluencia con la CTA y la CGT.

En un panorama socioeconómico que acrecienta su oscuridad desde que comenzó 2018, las universidades reciben golpes en todos sus frentes. En el salarial, el Gobierno Nacional defiende como bandera el 15% en cuotas para cerrar las paritarias, cuando los trabajadores piden un 25% con cláusula de revisión automática. En el frente presupuestario se recortaron 3.000 millones de pesos; y como si fuera poco, la gobernadora María Eugenia Vidal plantea que la creación de universidades públicas en la Provincia de Buenos Aires ha sido inequitativa, porque “nadie que nace en la pobreza”, dice, llega a ellas.

Para el lunes 25 de junio CONADU convocó a un paro nacional universitario, en confluencia con la CTA y la CGT. Y también se anunció un plebiscito nacional, con la propuesta de no iniciar el segundo cuatrimestre. ANCCOM dialogó con Federico Montero, Secretario General de FEDUBA y Octavio “Tato” Miloni, Secretario General de la Asociación de Docentes de la Universidad de La Plata, para entender cómo se llegó a este presente, su contexto y el futuro inmediato.

Mujer sosteniendo un cartel en medio de la marcha.

Las universidades enfrentan un fuerte ajuste salarial y recorte presupuestario.

La paritaria comenzó a discutirse en marzo, por lo que quedaba pendiente de 2017 la cláusula gatillo. ”Pero para marzo nosotros lo que queríamos discutir era la paritaria de este año, porque previo a lo que fue la crisis que se vio este último mes, ya había una previsión de inflación muy grande para 2018 con lo que fueron los tarifazos”, explica Montero. Es así que el año comenzó con una agenda cambiada, porque el gobierno quería terminar de discutir lo del año pasado, y los gremios, con urgencia, lo de este año. Los docentes reclaman un aumento del 25% con revisión automática, adaptado proporcionalmente a la inflación, y el gobierno solo propone el 15% en cuotas, a terminar de pagar en enero. “Es importante, la revisión automática, porque hay otra cláusula de revisión que es ‘nos juntamos a discutir qué pasó’ –dice Montero-. Eso lo habíamos tenido en 2016 y no sirvió”. “Nuestro objetivo es no perder con la inflación, que se estima de 30% -expresa Miloni-. Nuestro salario no baja de manera absoluta, pero sí relativa con nuestro poder de compra”. Agrega Montero: “La oferta del gobierno ya era insatisfactoria cuando comenzamos la negociación, pero con los tarifazos, la devaluación, la crisis financiera y el acuerdo con el FMI, ahora esa oferta es más que inaceptable, ya que es imposible prever la inflación”.

En 2017, como dato comparativo, las paritarias se terminaron cerrando el 11 de julio, con una negociación que resultó satisfactoria, por lo que en cuestión de fechas se podría deducir que la situación no es tan crítica. “Lo que no son buenas ahora son las perspectivas, porque nosotros notábamos una actitud de negociación, pero era un momento totalmente distinto ya que había elecciones y económicamente era menos crítico”, explica Miloni. Aunque la propuesta sea del 25%, los sindicatos saben que no lo pueden considerar un porcentaje inamovible, ya que hay que compararlo con otras paritarias. “Tenemos que pensarnos en el marco del Movimiento Obrero, no se puede pensar de que yo voy a sacar lo que pido y la bancaria cierra en el 15 % más adicionales –dice Miloni-. Esto se enmarca en una situación general de negociaciones activas de las diferentes ramas, y vamos a ver cómo se va a dar la pelea”. Otro factor clave para llevar a cabo la negociación es lo que vaya sucediendo con el conflicto docente en la provincia de Buenos Aires, que desde que derogaron la paritaria nacional funciona como una especie de regulador de la paritaria docente, según explica Montero.

Carteles en alto en marcha que con leyenda de paro nacional de docentes universitarios.

Desde que se derogó la paritaria nacional , la provincia de Buenos Aires funciona como una especie de regulador del conflicto salarial docente.

Si abarcamos la problemática en términos más generales, lo salarial es emergente de una situación mucho más estructural de la universidad, que tiene que ver con que el sistema universitario público venía desarrollándose de una forma importante con la creación de universidades entre otras cosas, y en marzo se anunció un recorte presupuestario de tres mil millones de pesos. Este recorte representa un 20% de los gastos de funcionamiento de las universidades, aunque sea solo 3% del presupuesto nacional universitario, ya que no se aplica a salarios, sino a gastos de funcionamiento. Miloni explica que este recorte afecta más directamente a las universidades nuevas, ya que sus creaciones no son decretos que se firman y listo, sino que hay que llevar a cabo el desarrollo de la propia dinámica, y eso requiere nuevos gastos. “Hay algunas que su primera cohorte tendrá tres años, es decir que hay una planta docente acorde a ese tiempo, pero hay que seguir cubriendo los puestos de todos los años de la carrera, que es el contrato académico que el Estado asume con los estudiantes –agrega Miloni-. Por el contrario es muy difícil la proyección de la carrera, es un peligro latente”.

En este marco, aquellas declaraciones de Vidal cuando expresó que nadie que nace en la pobreza llega a la universidad se pueden anclar como justificación directa de las medidas gubernamentales. Explica Montero: “Es una matriz de pensamiento que es típica de las recomendaciones de los organismos de financiamiento internacional, básicamente del Banco Mundial en los 90, pero también ahora en este gobierno, con la idea de que como los pobres no entran a la universidad, lo mejor que pudiera pasar es que las instituciones públicas dejen de serlo y que haya aunque sea un arancelamiento parcial, con el argumento de que esos fondos serían mejor destinados para la educación inicial, que realmente ahí van los pobres”. Este argumento desplaza la idea de concebir a la universidad como derecho. Los medios masivos apoyan ese argumento oficial y apuntalan a las universidades privadas. “Aunque hagan mucha campaña a favor de la universidad privada, el prestigio de ir a una universidad pública va a ir más allá de lo que digan los medios y el gobierno nacional, que está compuesto por una mayoría de egresados en la educación privada”, concluye Miloni.

Clase pública en la calle, alumnos parados y sentados en pupitres.

Se cumplieron 100 años de la Reforma Universitaria, en el marco de una semana de reclamos.

Con un contexto muy complejo, en consonancia con lo que promueve este gobierno desde el principio pero de un modo mucho más crítico que durante los dos años anteriores, las protestas crecen desde principio de año. La semana pasada se cumplieron 100 años de la Reforma Universitaria que se transformó en una semana de reclamos inaugurada con un paro nacional de 48 horas y tomas de rectorados, y culminó, en La Plata, con una marcha de antorchas hacia el edificio de Gobernación repudiando los dichos de Vidal y sosteniendo el reclamo salarial.

También las protestas se hicieron escuchar en la Conferencia Regional de Educación Superior (CRES), una reunión que se produce cada diez años en el marco de la UNESCO, con rectores, docentes, académicos, ministros y secretarios decisores en materia de políticas de educación superior en América Latina. Su objetivo consiste en que los Estados se comprometan en ciertas directrices generales sobre cómo va a evolucionar la política universitaria en los próximos diez años. Esta vez se realizó en Córdoba y en una universidad totalmente alineada al gobierno. ”La inauguración de la CRES fue el domingo 10 de junio y desde los frentes universitarios organizamos un encuentro latinoamericano previo donde articulamos con un conjunto de actores, rectores, el equivalente de CONADU pero en otros países, movimientos estudiantiles, con el objetivo de realizar una declaración e idear puntos de acción para intervenir todos juntos en el marco de la CRES, para sostener la idea del derecho a la educación”, explica Montero.

Allí participaron más de 1.500 personas y al día siguiente se realizó una marcha por las calles de Córdoba, con cerca de siete mil personas, número muy importante para lo que suele movilizar esta provincia. “La marcha terminó en el rectorado histórico de la Universidad de Córdoba, y resultó en que ese día a la tarde, en la inauguración de la CRES el discurso del Ministro de Educación, Alejandro Finocchiaro fuera abucheado por todos los presentes, incluidos los rectores de Argentina y toda América Latina, ya que entienden cuál es el contexto”, explica Montero. Las medidas de protesta tienen el apoyo activo de los movimientos estudiantiles y tanto Miloni como Montero consideran esencial.

El 6 de julio, los gremios convocarán a un congreso extraordinario para analizar el resultado del plebiscito que harán para conocer la opinión sobre el posible no inicio del segundo cuatrimestre. Además de la adhesión al paro del próximo 25 de junio, los gremios resolvieron llamar a movilizar el 9 de julio con la consigna “No al FMI, en defensa de la universidad pública”.

Clase pública, personas sentadas en pupitres en la calle.

Los gremios convocarán a un congreso extraordinario para analizar el resultado del plebiscito que incidirá sobre el posible no inicio del segundo cuatrimestre.

De la calle a la pantalla grande

De la calle a la pantalla grande

“Yo soy la creadora de todo el minishow, así que preguntame todo lo que quieras saber”, expresa Marta Buneta casi en forma imperativa, esa que hace que el show lleve su nombre y sea la protagonista. Tiene 74 años, fue bailarina de cabaret en su juventud y hace una década vive en la calle. Casi en forma inmediata comenzó a montar un espectáculo callejero, que resulta disruptivo para los vecinos y transeúntes.Todos son matices de una paleta de colores que hacen que su vida sea digna de transformarse en algo más y llegar a quienes la desconocen. Malena Moffat, quien comparte el show con ella hace cuatro años lo supo y decidió, además, hacer un documental junto a Bruno López, codirector. Y así, como si de una película se tratara su vida, Marta Show -tal es el nombre del documental- llega de Alsina y Pasco al Auditorio Jorge Luis Borges de la Biblioteca Nacional, donde se preestrenará su historia que, como aquellos striptease de su juventud, deja a los espectadores todo el tiempo con ganas de más.

Su baile callejero comenzó en soledad. Pero hace cuatro años se transformó en un trío: primero se unió Malena y luego Carolina Gordon, dos amigas que estaban conectadas entre sí por el baile y, desde el momento en que decidieron cruzarse de vereda, también por el compromiso inquebrantable con el espectáculo de Marta.

En el minishow bailan, interpretan canciones a modo de playback, se disfrazan y juegan a ser otros. Generalmente también participan otras personas a las que, en su mayoría, además del arte las une la marginalidad y su necesidad de construir otra realidad más cálida y compartida.

En la esquina de Pasco y Alsina, diferentes personas acompañan a Marta en la performance.

El documental Marta Show se proyectará en la Biblioteca Nacional con entrada libre y gratuita.

La vida de Marta dio un giro cuando Malena Moffat decidió unirse a ella, dando un salto desde la rutina y la cordura a lo que no todos eligen ver: el mundo de los que viven en la calle y buscan allí construir una vida. ”Yo noté que ella era artista, bailarina o algo tenía que ver con la danza. Estaba siempre cantando, recitando y bailando. En un momento la intercepté: me bajé de la bici y con alguna excusa entablé conversación”, recordó Malena. “Y yo le conté que hacía gimnasia y baile para los vecinos, para alegrar al barrio”, aclaró Marta, explicando que como quería ayuda para tener más elasticidad en movimientos tales como «el puente» , se unió con Malena desde esa necesidad. Ese “puente”, no es sólo una pose: perdura hasta hoy entre ellas y se percibe inquebrantable. “Desde entonces ella tuvo la amabilidad de invitarme. Gracias a Marta descubrí lo que es el arte callejero, es algo muy lindo, hacemos un servicio para los vecinos, poniéndole música al barrio”, expresó Malena desde la gratitud que la conecta con su compañera.

Los primeros cuatro meses fueron solo ellas dos.  “Vinieron otras chicas que estuvieron unos días y no reincidieron. También nos acompañó el Hombre Araña un tiempo, pero nadie más se quedaba en forma fija”, contó Marta. Repentinamente todo dio otro giro cuando se sumó Carolina Gordon, amiga de Malena. “Male me dijo: ´Conocí una mujer que baila y me mostró una filmación de un show. Yo no quería sumarme porque estaba desbordada con mis responsabilidades. Pero me terminé acercando un sábado y no dejé de venir más”, recuerda Carolina, y agrega: “Para mí fue un verdadero cable a tierra con la realidad, que me desconectaba del ambiente de oficina donde trabajaba en el que las personas son muy complejas. Acá me sentía en un momento donde no importaba el tiempo”. Ella asume que en el presente perdura esa sensación inigualable, agigantada por la libertad que cree que solo la calle le puede dar: el espacio de todos.

Marta y Malena se miran y bailan en la vereda.

Marta Buneta fue una de las pioneras del striptease en Buenos Aires.

Su vida documentada

Las vueltas de las vidas son muchas, como los pasos de un baile. El primer paso lo dan dos amigas que empezaron a hacer un minishow, con una señora que ya bailaba en la calle, instalada con su carro, rodeando la Plaza Primero de Mayo.

Luego, un gran salto en el aire hace que cuatro años después las tres lleguen a la pantalla grande en un documental sobre todo ese proceso, que de tan simple que puede parecer resulta transversalmente complejo. Un largo trabajo de creación que comenzó en 2015 y se preestrena el martes 29 de mayo en la Biblioteca Nacional. Lo que sí vale aclarar es que no se verá solo un baile amigable, sino también uno duro, tanto como vivir en la calle en invierno.

La idea, según Malena, surgió a partir de muchos videos en los que grabó a Marta sin saber bien por qué ni para qué. De todas maneras, inconscientemente, es probable que el fin fuera que todo ese material se transformara en algo concreto que lograra dar a conocer sus experiencias. Es así que por mucho tiempo Malena le pidió a varias personas que las filmaran, para luego terminar acercándose al ambiente del cine, un mundo totalmente nuevo para ella, siendo bailarina y estudiante de psicología. Rápidamente por medio del director Tomás Lipgot, conoció a Bruno López, montajista y guionista, quien aceptó emprender estas funciones en la creación de la película asumiendo el rol de director.

Malena resalta la importancia del acercamiento a Bruno por el desconocimiento del lenguaje cinematográfico de su parte y además por la calidad con la que él podía filmar, a diferencia de sus videos realizados con cámara amateur. Pero, por sobre todo, lo que sucedía era que no había una historia clara para contar, la estructura narrativa estaba ausente.

«La marginalidad tiene un costado jodido, aunque en ella parezca genial», dice Bruno López, director de Marta Show.

Por su parte, López expresó que el material que Malena le había dado eran cientos de horas con “más de veinte personas grabando, pero sin punto de vista, sino desde la idea de grabar un show callejero, sin buscar contar una historia, como idea de video bizarro de Youtube”. Por lo que el plan a seguir fue no intervenir en lo que iba sucediendo entre ellas, sino observar  y después sentarse a ver el material y desentrañarlo. Allí comenzó un arduo trabajo de ir durante un año y medio primero solo los sábados y luego jueves y sábados, con la idea de lograr hacerse invisible ante ellas. “El hecho de invisibilizarme constó en lograr una convivencia y una confianza fuertes, pero a la vez con la posibilidad de dar un paso atrás y distanciarme, para que las situaciones entre ellas se desarrollen con naturalidad y desde la verdad”, reflexiona Bruno.

Aunque la idea inicial de Malena era hacer un documental sobre Marta, al director le pareció esencial la presencia de ella. “Male le da intelegibilidad al discurso de Marta, porque sino solo se ve una loca linda, pero así se ve el costado más oscuro de la marginalidad. La idea es que se entienda que es jodido, que no es genial. Aunque pueda parecerlo”. Y Malena agregó: “Cuidamos mucho la imagen de Marta, le dijimos que se mire y ella elegía: esto sí y esto no, y le gustó verse en una pantalla”.

La película tiene varias conversaciones utilizadas a modo descriptivo entre las dos amigas, pero por sobre todo es la codirectora quien le pone voz y punto de vista a la historia de Marta y al funcionamiento del trío. Así, el protagonismo es de Marta y ella, “Caro no salió tanto, está casi desde los comienzos pero es más perfil bajo. Yo, en cambio, estoy más acostumbrada a mostrarme. Pero ella trajo lo esencial de lo afectuoso, de abrazar mucho, que aportó al vínculo más cariñoso entre las tres y eso se llega a demostrar”, reflexionó Malena.

El relato muestra muchas caras de una misma moneda desde el comienzo, y eso es lo que lo enriquece. Se explaya la alegría del baile, pero también la mirada ajena de los transeúntes que muchas veces eligen no ver y quedarse en la vereda de enfrente. Refleja el amor entre las tres, pero también ciertos destratos y álgidos conflictos. Sin dudas también está la alegría de Marta al ocupar con poder el espacio público, pero también su paranoia y la desconfianza por quienes la rodean, o quienes ella cree que lo hacen.

En el documental la marginalidad no deja de ser marginalidad y el arte es el escape equitativo. Sin duda, hay dos mensajes claros como banda de sonido: no ignores al de al lado y derribá las fronteras imaginarias.

El cine feminista que se hace ver

El cine feminista que se hace ver

Podría haber sido un día más de marzo, o allá por septiembre cuando ya estaba todo listo, pero no. Se podría haber dado de tantas otras maneras. Pero no. El Día de la Mujer cayó un jueves, y el debate por despenalizar el aborto por fin parece estar llegando fortalecido al Congreso. En este contexto, este mismo jueves se estrenó Invisible, la película dirigida por Pablo Giorgelli que trata sobre el desamparo de Ely, una adolescente de 17 años que accidentalmente queda embarazada y decide abortar. Sus ojos cansados, su andar perturbado, el camino rutinario de la escuela a la veterinaria donde trabaja para mantener un hogar quebrado por una madre depresiva y desempleada. Pero Ely sigue. Su boca no emite palabras, su cuerpo lo dice todo. Y en soledad, toma la decisión.

Definida por su director como una historia feminista y política pero no militante –y contradiciendo su nombre- este relato no dejó de hacerse visible desde antes del estreno, por su recorrido en festivales internacionales y por las excelentes críticas. Giorgelli y Mora Arenillas, protagonista de una sutileza impecable, en diálogo con ANCCOM, cuentan cómo se gestó esta obra que perturba a quien la ve y ya dio que hablar aún a quienes no la vieron.

Giorgelli define a la película como «una historia feminista y política pero no militante».

 

«Desde un principio quise evitar la película militante, que señale cómo deben ser las cosas -plantea Giorgelli-. Más allá de mi posición personal de que el aborto debe ser legal, me interesaba focalizarme en el drama personal de esta piba, lo mismo que pretendo que le pase a quienes la vean, que por ese momentito puedan convertirse en ella. La película militante no me interesa porque corre más por lo racional, más alejada de la intimidad, de la sensibilidad de las individualidades. Aclaro que solo me refiero a la película, realmente admiro a la gente que milita por las causas en las que cree. Pero yo hago cine, y el cine que elijo dirigir va por otro lado. De todos modos, es una película política porque claramente tiene una postura: es una mirada crítica al sistema. También me interesaba mucho que estuviera presente el contexto político y social en el que se da una adolescencia como la de ella. Se deja ver a través de los profesores, de los medios masivos de comunicación, de la reacción de los adultos y del Estado. Sin dudas es un contexto social muy reconocible de este país y de esta época. Lo económico también es fundamental, ya que ella y su madre son víctimas de un sistema que las empuja cada vez más hacia el margen. Por eso me interesaba que esté dentro del sistema, cerca del margen pero adentro.»

¿Cuál fue el disparador al momento de escribir el guión?

P.G.: Lo interesante es que la idea no surge desde el aborto. Después de que terminé Las Acacias (2011), que tuvo una repercusión mundial desmedida y ganamos un montón de premios, necesité vaciarme y esperar a tener claro sobre qué quería escribir. Llegó un momento en que conecté con el deseo de hacerlo sobre la adolescencia, y retomé un guión previo que se llama Monoblocks, del cual uno de los personajes transformados terminó siendo Ely. Lo siguiente que apareció fue la madre. Desde ahí se crea, desde el vínculo entre ellas que le termina dando entidad a la película y organizando la idea, aunque en la pantalla no se vea con un peso tan desarrollado. El hecho de que la protagonista esté embarazada aparece poco después y se asoma la posibilidad de que aborte o no. Ahí con María Laura Gargarella, con quien escribí el guión, decidimos parar un poco la pelota e investigar, hablar con médicos y con adolescentes que habían atravesado situaciones similares.

La realidad es que toda la película está embarazada, uno de los temas es el aborto pero no es solo eso. Cuando hablan de “la película del aborto” para mí es importante ampliar la mirada, no circunscribirla a la cuestión  “aborto sí o no”, “aborto legal o ilegal”, porque es solo una parte de algo más grande y complejo. Mi pregunta es: ¿cuáles son las causas o las posibles condiciones que generan una adolescencia como la de Ely? La respuesta es el desamparo, por la búsqueda de la identidad en una etapa en la que se la desconoce sin ser niño ni adulto. Es más allá del contexto en el que se dé. Hay algo de desamparo por el propio hecho de ser adolescente: aún no sabés quién sos.

Ely es un personaje que aparece durante la totalidad del relato. ¿Por qué esa decisión?

P.G.: Uno de los pilares que organizan la película es el hecho de contarla desde el punto de vista del personaje, porque es ella la que cuenta la historia y no yo. No hay un director omnisciente que te relata en tercera persona, porque directamente es ella en primera persona y nosotros solo somos testigos de su intimidad. Esta decisión define todo, desde planteo estético hasta el tono del relato, porque todo tiene que ser orgánico con esa mirada del mundo, adolescente. Por eso, aunque sea una película que parezca sencilla, esa simpleza costó un montón. Teníamos que poder entender esa historia para poder contarla desde adentro, desde sus ojos. Hicimos un gran esfuerzo para comprender ese personaje. No lo podía contar desde mi distancia generacional y de género. Entonces tuve que convertirme en una chica de 17 años como Ely, y lo hice a través de varias herramientas. Primero me contacté con otras adolescentes y después con mi propia adolescencia, que no es muy distinta en ese desamparo, en ese no saber. Mi intención es no juzgar al personaje, sino entender su lógica y su mundo.

Mora Arenillas es la protagonista de Invisible.

¿Qué lugar ocupa el rol del hombre?

PG: Siento que el rol del hombre frente a la cuestión del embarazo y del aborto está en otro lugar. Por supuesto que es responsable. Pero hay un límite que tiene que ver con la biología: la que pone el cuerpo es la mujer. La mujer tiene una voz más importante a la hora de decidir estas cuestiones y, aunque es importante que el debate y la reflexión se dé en ambos géneros, hay un derecho superior en ellas. Por eso las ausencias, y a la vez la presencia femenina constante. Igualmente lo más importante tiene que ver con el rol patriarcal y machista que tenemos, en la sociedad que somos. Es imposible encontrar culpables, pero todos somos responsables. La película plantea qué herramientas tenemos para hacerle frente a determinadas cosas. A la vez intenta no juzgar a nadie y comprender a cada uno desde su lugar. Tratar de aceptar los posibles puntos de vista de acuerdo a su realidad y coyuntura.  

Ely tiene su historia particular. Como todas. Como cada una. Pero Ely fue encarnada por una joven que tiene otra historia. Y la comparte. Mora Arenillas, la actriz de 18 años que dio vida al personaje protagónico del film, se presentó por primera vez para el casting de esta película a los 15. No quedó seleccionada por la corta edad. “Éramos como quinientas chicas”, rememora. Pero dos años después la recordaron, la llamaron y sin dudas acertaron.

Encarnando a una adolescente que casi no usa el diálogo, porque no puede verbalizar lo que le sucede, el trabajo de creación del personaje que realizó Mora fue complejo: “El laburo fue minucioso, al tener tan poco diálogo tenía que ser muy desde el detalle y muchísima concentración a la hora de actuar cada toma”, explica. Reconoce que la relación con el director fue esencial ya que no se terminaba el rodaje hasta que se lograra exactamente lo que él se había imaginado. Aunque la historia no tiene escenas físicas muy fuertes, “expresar toda esa emoción te come mucho a nivel físico porque es un laburo mental muy fuerte”, describe. Y confiesa haber sentido cierta nostalgia al finalizar las grabaciones: “Fue muy duro dejar a Ely, me terminé enamorando de ella, luego de cinco semanas de diez horas todos los días de rodaje, siento que nunca dejé de ser el personaje, en parte”.

La película se exhibió en vastos festivales, desde Mar del Plata hasta Venecia, con un gran reconocimiento.

En esta oportunidad, la avant premier en el cine Gaumont fue muy emotiva, con palabras sentidas y expectantes de la totalidad del equipo que produjo Invisible. Esta expectativa atravesó toda la sala. Aunque la pantalla cubierta de negro al culminar la última escena desencadenó primero un profundo y prolongado silencio. Y luego aplausos de esos que lastiman y duran varios minutos.

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Desde el jueves 8 de marzo la película se encuentra en cartelera.

 

“Como está muy difícil todo, necesitamos momentos de felicidad”

“Como está muy difícil todo, necesitamos momentos de felicidad”

Abre las puertas de su departamento y no está sola. Gabriela Cabezón Cámara sabe que sus tres compañeros tienen presencia permanente y deja que así sea: dos perros y un gato recorren el espacio, demostrando también ser dueños y participan, a su manera, de la charla.

La autora presenta su novela Las aventuras de la China Iron y ese es el motivo del encuentro. En el libro retoma sin tapujos y con mucho análisis el Martín Fierro, obra gauchesca trascendental de la literatura argentina. Analizable desde muy variadas aristas, Cabezón Cámara elige la felicidad y la luz que atraviesa a la protagonista, la China, que en todo su recorrido va tallando el relato, en un contexto social que, hace notar la autora, lo interfiere todo.

¿Cómo llegaste a retomar una obra tan paradigmática como Martín Fierro?

 Porque me di cuenta que a mí me interpelaba la ausencia de un punto de vista de mujer en esa historia y me pareció muy divertido. Realmente pensé en hacerlo y me dio como risa la idea. Reescribir y revisitar el Martín Fierro es recorrer toda la tradición literaria argentina y cuestionar un proyecto de nación que era el de la Generación del 80, y es el mismo que estamos padeciendo aún hoy. Seguimos siendo una región de terratenientes, donde la agricultura y la ganadería son los motores más importantes de la economía. Así, los terratenientes son los más poderosos, lo cual no es bueno para el desarrollo de ningún país. Lo vemos en Argentina y es realmente horrible. Para consolidarse fue necesario masacrar a millones y millones de personas y a juzgar por los acontecimientos de conocimiento público, últimamente acá se sigue necesitando matar para ser lo que es el sector dominante de economía.

Dijiste que te dio risa la idea: ¿pensaste que iba a tener dotes cómicos la obra?


 
A mí me divertía mucho y me daba ternura pensar en una nenita que se sacaba de encima un marido e hijos a los catorce años, ya que ninguna niña tiene que tener pareja ni ser madre a esa edad. De esta manera, lo dramático queda atrás, y hay algo precioso que le sucede a ella al ver el mundo por primera vez que a mí me resultó muy dulce y encantador. Ella mira los paisajes nuevos con mucha atención porque está de viaje y sabe con su poca experiencia en el mundo que los viajes se acaban, que no necesariamente es lo que le va a pasar, pero es su perspectiva. Lo mismo sucede con su sexualidad, que va explorando lo que desea y con todos los tipos de relaciones que va atravesando. Creo que todas esas descripciones tienen la misma prioridad. La China va encontrando todo lo nuevo y le encanta.

Para expresar esa primera visión del mundo hay una detallada descripción de los paisajes. ¿Cómo la construiste?


A la parte del campo la conozco como todos los porteños: lo que está al costado de la ruta, cuando vamos de vacaciones a la costa bonaerense. Hará 7 años, me puse de novia con una artista visual cuya familia vive ahí. Empecé a ir al medio de la absoluta nada, donde ves una camioneta a quince cuadras, o sea una nube de polvo y te preguntás quién será. Como ella es artista visual me enseñó a mirar desde otra perspectiva tanto los ríos como la manera de estar de los insectos. Todo esto combinado con una gran tradición literaria de descripción de La Pampa. Cuando a la China le hablan de algo desconocido ella necesita traducir eso, compararlo con algo de La Pampa para poder conocerlo. No solo en lo genérico hace una inversión, sino desde dónde se habla. Se enunciaba desde el primer mundo, esa era la base, con lo que se medía todo lo demás. Ella hace al revés, la medida de todas las cosas es la llanura para ella.

La escritora Gabriela Cabezón Cámara está sentada y mira al frente, directo al lente de la cámara. A sus espaldas, una biblioteca abarrotada de libros.

«Reescribir y revisitar el Martín Fierro es recorrer toda la tradición literaria argentina», reflexiona Cabezón Cámara.

¿Por qué la elección de hablar desde la marginalidad?

¿Por qué habría que hablar de lo que no es marginal? Ellos no dejan de ser el 20 por ciento de la humanidad. ¿Qué mierda me importan a mí esos caretas? ¿Quién no es marginal en un sentido u en otro? Las clases altas que mandan y las clases medias obedientes y normalitas ya tienen sus escritores, sus inmensas bibliotecas. Yo no podría hablar desde ese lado, sería muy raro. Como Vargas Llosa escribe desde el centro, yo lo hago desde mi lugar. Mi forma de vida no es la dominante porque mis padres eran obreros y mis amores no son estandarizados. Tuve amigas travestis, prostitutas. En general mi mundo no es como debe ser.

¿Cuál es la llegada de la literatura actual en comparación con 30 años atrás?


En estos últimos dos años se achicó, por la crisis económica y por los precios elevados. Este libro no es caro, por lo que estoy muy agradecida a mi editora que haya trabajado para lograrlo. Sin dudas llega a menos gente. También somos muchos más los que publicamos, es un equilibrio extraño. Publicamos más las escritoras mujeres y nos dan más pelota, los tres escritores más reconocidos en este momento a nivel mundial son tres escritoras mujeres. Me parece que se lo merecen y nos lo merecemos todas. En el canon de machismo que nos movemos todos en mayor o menor medida, esa cifra es positiva.

La escritora Gabriela Cabezón Camara fija su mirada en la cámara mientras posa una mano sobre una de las ventanas de su casa.

«Como Vargas Llosa escribe desde el centro, yo lo hago desde mi lugar», dice la autora.

Poder vivir a partir de escribir. ¿Desde cuándo te sucedió?


Es que yo no vivo de lo que escribo, sí a partir de lo que pasa alrededor. Obtengo más talleres, me llaman de más medios, doy clases en la Facultad aunque no tenga ni doctorado, ni maestría, ninguna de esas porquerías. Empezaron a pasar esas cosas, a abrirse más puertas. Pero solo hay cinco personas que viven de escribir en Argentina, cinco posta. Hay que ir haciendo un montón de otras cosas que giran sobre lo mismo. Yo quería vivir de leer y escribir, pero ahora no puedo leer por placer. Como dice una frase: ¡Ojo con pedir deseos que a veces se te conceden! Pero bueno, no me quejo… Mi vida tiene ese centro hará tres o cuatro años. Antes era editora de cultura de un diario, pero por suerte ahora no tengo que obedecer órdenes de nadie. Parezco una azafata de cabotaje, voy y vengo, recorro un montón de lugares del interior del país. Además, odio la rutina, aunque me gustaría tenerla para organizarme pero me resulta imposible.

Ya impreso el libro, ¿qué sentiste, lo leíste?

No. Dejo pasar un tiempo para volver a leerlo. Tengo que salir de ese mundo en el cual estoy tan sumergida y aparte cuando un libro sale tenés dos o tres meses de hablar mucho del material, presentarlo, dar notas. Hay que empezar a alejarse para poder entrar en otro mundo nuevo y poder escribir otra cosa. Quiero resaltar que me parece hermosa la tapa, con el cuadro llamado Bañistas de Florencia Bohtlingk… es realmente bellísimo. Por suerte las lecturas que voy recibiendo son muy hermosas.

A quienes no te leyeron, ¿qué les dirías para que se sumerjan en los mundos que vos creás?

Les diría que se animen, que se van a divertir, que son novelas que tienen distintos niveles de complejidad. Los podés leer siendo egresado de Puan, o siendo alguien que esté haciendo segundo año del secundario que se va a entender. Podrían leer ahora Las aventuras de la China Iron que es una novela muy luminosa, en la que se sienten cosas preciosas sin dejar de ser políticamente muy crítica. Y como está muy difícil todo necesitamos momentos de felicidad. Estamos en momentos de empezar a generar, para socavar a esta gente de mierda que nos quiere tristes y miedosos pero “con muy buenas expectativas” según dicen sus medios. Así, La China nos viene a mostrar esa mirada del mundo muy gozosa que andamos escaseando.

Actualizado 08/11/2017