Pisoteando la memoria

Pisoteando la memoria

Madres de Plaza de Mayo – Línea Fundadora emitió un comunicado rechazando la instalación de las ecobicis frente a la Iglesia San Patricio.

El domingo 4 de julio de 1976 la parroquia San Patricio del barrio Villa Urquiza no abrió como era costumbre. La misa no comenzó y los feligreses agolpados en la puerta empezaron a impacientarse. Uno de ellos fue a la casa sacerdotal y encontró cinco cuerpos acribillados por la espalda con decenas de disparos en la cabeza y el tórax. Los sacerdotes Alfredo Kelly, Alfredo Leaden, y Pedro Dufau y los seminaristas Emilio Barletti y Salvador Barbeito fueron asesinados esa madrugada por una patota a los servicios de la última dictadura cívico-militar. El colectivo Palotinos por la Memoria y la Coordinadora Barrios por la Memoria y la Justicia lideraron el año pasado, en el cuadragésimo segundo aniversario de la masacre, el emplazamiento de tres baldosas para recordar a las víctimas. “La colocación tuvo una repercusión muy grande porque se hizo con Abuelas de Plaza de Mayo, H.I.J.O.S. y Madres de Plaza de Mayo. Los organismos de derechos humanos estuvieron todos representados”, rememora Ramiro Varela, miembro de Palotinos por la Memoria y uno de los organizadores del homenaje. Desde hace dos semanas una estación de bicicletas colocada por el Gobierno porteño, sin consultar con la comunidad, espera a ser inaugurada en el mismo sector en donde están esos símbolos y otros que homenajean a las víctimas de ese quíntuple crimen.

“Es prácticamente imposible que esto lo desconocieran”, subraya Varela. Además de las baldosas, en este lugar histórico se encuentran cinco monolitos, un altar recordatorio y un cinerario donde descansan las cenizas de muchos miembros de la comunidad. “Hay una obstaculización deliberada de la visual de ese espacio de la memoria, como parte de una política sistemática. Esa refundación del espacio público que ellos (por el Gobierno de la ciudad) pretenden tiene que ver con censurar una producción simbólica obrada para reivindicar la memoria”, afirma.

La estación, con lugar para 20 bicicletas, que está sobre la calle Estomba, entre Echeverria y Sucre, todavía no ha entrado en funcionamiento y se desconoce cuándo está planificada su inauguración. “Fueron a un lugar donde se sabe qué pasó y se sabe las cosas que se hicieron para mantener viva la memoria, por lo cual no podemos interpretar esto como un error. Lo entendemos como algo deliberado, una provocación y un atropello”, amplia Varela.

Baldosas por la Memoria había instalado los recordatorios el año pasado en un acto multitudinario.

La colocación de esta estación naranja y con patrocinadores bancarios levantó la solidaridad de  Madres de Plaza de Mayo. Línea Fundadora que emitió un comunicado el pasado lunes titulado “Larreta no respeta la memoria de los mártires palotinos” y en el que ‘repudian y  acompañan el pedido de retiro urgente de las instalaciones (estación de bicicletas)”.

Además, desde la legislatura porteña también se han elevado voces por el hecho. La legisladora por Unidad Ciudadana, Paula Penacca, realizó un proyecto de declaración en el que ‘manifiesta su preocupación por la instalación de una estación de EcoBici en la Iglesia de San Patricio, ofendiendo un lugar de memoria y respeto para la comunidad religiosa”.

Por su parte, la legisladora Andrea Conde (Unidad Ciudadana) presentó un pedido de informes exigiendo explicaciones al Gobierno de la Ciudad. En dicho documento se le pide al Poder Ejecutivo que “indique si se consultó o si se dio aviso a las autoridades de la Parroquia San Patricio, a la Junta Comunal Nº 12 y a la Subsecretaría de Derechos Humanos de la colocación de la estación de bicicletas” y “qué criterio se utiliza para definir los lugares donde se colocan las estaciones”.

«Basta de presos por cultivar»

«Basta de presos por cultivar»

La música reggae y la folclórica suenan a la par en las primeras horas de la concentración  que estaba programada para las 13. El primer ritmo sale de una improvisada tarima que reposa en la parte trasera de un pequeño camión estacionado sobre la calle Bolívar. El segundo, de un festival que se realiza al frente al Cabildo. En medio de la música están instaladas las carpas de las principales agrupaciones cannábicas que organizan la versión argentina de la concentración que se realizó por primera vez en 1973 en Nueva York.

Mamá Cultiva es una de las organizaciones sin ánimo de lucro que lleva la batuta de la legalización en el país. En su puesto se pueden conseguir remeras, pegatinas y el libro El camino del cannabis terapéutico. “Lo que hacemos nosotras es dar talleres, cursos y capacitar a profesionales. Nuestra tarea es empoderar, abrazar y acompañar a todas aquellas personas que se inician en el proceso del autocultivo y la autogestión de la salud”, comentó Valeria Salech, presidenta de la fundación que aglomera a más de 30 voluntarias y voluntarios.

Valeria Salech, Presidenta de Mamá Cultiva.

Sobre el objetivo de la movilización Salech afirmó que venían a denunciar al Estado Nacional porque les mintió en la cara cuando sancionó la Ley de Cannabis Medicinal (27.350) en 2017. “Hoy la reglamentación cercena y no respeta el espíritu de la ley. Por otro lado, tampoco tenemos autoridad de aplicación, que vendría a ser el Ministerio de Salud, hoy devenido en Secretaria, y sin presupuesto no hay forma de que se cumpla la norma”, afirma.

Por su parte, Mario Sánchez integra Plantemos Libres Argentina y lleva un chaleco verde fluorescente que lo identifica como organizador de la marcha. “En Argentina se están movilizando en cerca de 27 ciudades. Somos parte de la sociedad y a quien tenga la intención de representarla tiene que tener en cuenta al sector cannábico. Estamos en todos lados. Mucha gente querría estar en esta Plaza y no viene porque tiene un trabajo público”, asegura.

El festival de música folclórica ha finalizado. El reggae, en la tarima, también ha dejado de sonar. “El cannabis es un cultivo que genera un recurso que por un lado es medicinal, por otro es recreativo y también es industrial”, enuncia desde la tarima Facundo De Luca, representante de Cannabicultores del Sur y miembro del Frente de Organizaciones Cannábicas Argentinas (FOCA), que aglomera a casi 30 agrupaciones.

Sobre el tema de la prohibición, los referentes de las organizaciones difieren en cuanto a quiénes son los principales beneficiados. De Luca cree que los favorecidos son “los poderes hegemónicos” como “las industrias farmacéuticas y las industrias petroleras”. En cambio, Salech afirma sin titubear que quienes sacan más usufructo son “los narcotraficantes” y que en su organización cultiva “contra el narcotráfico”.

Las agrupaciones levantan las carpas mientras en la calle Bolivar toca el grupo Tambores en Movimiento. A las 16:30 la humareda verde que había tomado la Plaza de Mayo empieza a desfilar hacía el Congreso de la Nación. Un estruendo y una corrida amagan con empañar una jornada que ha transcurrido en total tranquilidad en medio de la música y la oferta gastronómica que va desde galletas hasta panes rellenos, pero que tiene como principal tentempié a los ‘brownies espaciales’.

La ley aprobada por el Congreso en 2017 dejó por fuera de la reglamentación a los pequeños cultivadores. @Barbaxnegra (en Instagram) es un autocultivador que tiene plantas hace un año. “Aprendí por medio de un amigo. Él, al igual que yo, estaba empezando y una persona con años de experiencia se acercó y le brindó los conocimientos necesarios para empezar un cultivo. Después, él me los transmitió a mí, me regaló mis primeras dos plantas y me motivó a aprender y a dedicarles tiempo, amor y energía”, comenta mientras la movilización camina por la intersección de Avenida de Mayo y 9 de Julio.

Como muchos, @Barbaxnegra marcha por primera vez. La afluencia de asistentes ha superado, por mucho, las concentraciones de años anteriores. “Marcho porque el narcotráfico mata a la gente y hunde al país; pienso que una persona nueva que cultive es una persona menos que compra al narcotráfico”. Salech es optimista por los avances de  otros países y cree que el mundo va camino a la legalización: “Nosotros vamos a tener que avanzar también, sino es con este gobierno tendrá que ser con el siguiente”.

La marcha transita de manera lenta. A las 6 de la tarde el grueso del movimiento entra a la Plaza del Congreso. El pequeño camión que sirve de tarima ha llegado y sobre su pequeña superficie hablan los representantes de cada organización: Latinoamérica Reforma,  Mamá Cultiva, Mamá Cultiva Fundadoras y Mamá se Planta. Las consignas fueron claras: no más presos por autocultivar, que se cumpla y se amplié la Ley de Cannabis Medicinal y que se ponga al cáñamo como actor protagónico de la salud, la recreación y la economía de la sociedad argentina.