Feb 14, 2019 | Novedades, Trabajo

“Yo había escuchado de despidos así, sobre todo en el medio gráfico, pero nunca me había tocado vivir algo tan cruel e irrespetuoso”. Con estas duras palabras, Walter Balcedo define la situación que están viviendo los empleados recientemente despedidos de la editorial Atlántida. Crueldad y falta de respeto son dos términos contundentes que grafican no solo el hecho concreto de las desvinculaciones, sino también el modo en el que fueron efectuadas. “El martes 5 llegamos a la empresa y de repente alguien de Intendencia, con una lista en la mano, empezó a nombrar a quienes no podían entrar, así sin más. Yo estaba en esa lista”, detalla.
Balcedo se desempeñaba como jefe de preprensa dentro de la editorial, aunque hace tiempo su actividad excedía a las tareas comunes del sector: “En 2017, la empresa Televisa -a cargo de la editorial desde 2007- decidió eliminar las redacciones de revistas con licencia como Cosmopolitan o Muy Interesante, y empezaron a enviar el contenido desde México para que nosotros lo editemos y lo traduzcamos al modo argentino. Yo nunca fui un obsecuente, pero siempre hice mi trabajo y cumplí favores sin entrar en conflictos. Si tengo que resumir en una palabra lo que hizo la empresa en estos últimos meses, sin duda sería engaño”, asegura.
El término utilizado por Balcedo no es azaroso. En 2018, Televisa le vendió la empresa a un conglomerado de accionistas anónimos, quien se hizo cargo de la editorial creada por Constancio Vigil en los albores del siglo XX. La nueva dirigencia, a cargo de publicaciones masivas como las revistas Gente, Para Ti y Billiken, entre otras, llegó con múltiples propuestas de renovación y promesas de estabilidad laboral. Pero todo quedó a medias tintas.

“Me enteré que estaba en la lista por teléfono, mientras estaba de vacaciones con mis tres hijos y en período de lactancia”, subraya Yasmina Dátola.
“El nuevo directorio nos aseguró en julio que lo último que iban a hacer era despedir gente, y que estábamos en el mejor lugar posible para desarrollar nuestro trabajo. Si bien la venta viene cayendo hace años, nos proponían que aportemos ideas para salir adelante. En siete meses no solo no cumplieron su palabra, sino que encima nos echaron con ´justa causa´ inventando motivos”, sostiene Yasmina Dátola, quien trabajaba hace doce años en Billiken, primero como cronista y luego como redactora. “Me enteré que estaba en la lista por teléfono, mientras estaba de vacaciones con mis tres hijos y en período de lactancia”, subraya.
El caso de la publicación infantil es paradójico, ya que se encuentra vaciada y suspendida en el año de su centenario, cumpliría 100 años en noviembre. Al desprecio por la trayectoria, un mal que parece ser coyuntural, se le suma el agravante del incumplimiento salarial.
“La gerencia nos mandó un mail avisando que iban a depositar el 50 por ciento del sueldo, con la supuesta intención de saldar el otro 50 a la brevedad”, dice Nahuel Machesich, quien hasta el fatídico martes se desempeñaba como jefe de Redacción de la revista. “Nosotros decíamos en broma que los nuevos directores eran estilo ´Marquitos´ Peña (NdeR: Marcos Peña es el jefe de Gabinete nacional), por su juventud y su discurso positivo. Tengo una hija que nació prematura y se encuentra en terapia intensiva, pensé que eso iba a salvarme, pero no. Con estas actitudes te das cuenta que, más allá de las apariencias, se les cae la máscara enseguida”, asegura.

La revista Billiken cumpliría 100 años en el mes de noviembre.
Las justificaciones esgrimidas por la empresa para desvincular a sus empleados son diversas y, como especifica el testimonio de afectados y gremialistas, absolutamente falsas. En la misma línea, varios trabajadores no registrados fueron cesanteados, lo que representa un claro caso de precarización laboral.
Consultado por este medio, Fernando “Tato” Dondero, secretario general del Sindicato de Prensa de Buenos Aires (SiPreBA), explica que en la editorial “la situación complicada viene desde el año pasado, cuando decidieron mensualizar publicaciones semanales históricas como Billiken o Para Ti, lo que produjo la desafección de varios colaboradores no permanentes. La patronal nueva prometió dialogar con la comisión interna, y terminó despidiendo gente con causas inventadas para no pagar las indemnizaciones correspondientes. Llegaron a despedir a una jefa de Arte arguyendo que la gente de su sector se quejaba de malos tratos cuando jamás hubo ni un reclamo”.
La ola de despidos no discriminó sectores ni jerarquías, y si bien en la segunda semana de febrero se dio el mayor caudal, las desvinculaciones vienen desde comienzo de año. En diálogo con ANCCOM, Félix Vallejos, delegado de SiPreBA en Atlántida, aclara que “los primeros dos casos se dieron en enero, con dos compañeras despedidas. El martes 5 se produjeron alrededor de diez despidos, y nos enteramos que el director de la revista Gente, la directora de la revista Para Ti, y la gerenta de Recursos Humanos habían sido notificados de su despido antes de que lleguen a chocarse con la puerta”.

Trabajadoras de la editorial llevando a cabo medidas de lucha.
En paralelo, Dondero reconoce que, además del contexto recesivo que atenta contra la gran mayoría de los trabajadores, hay otros factores que afectan directamente no solo a Atlántida en particular, sino al sector gráfico en general: “Editoriales como Publiexpress, que por ejemplo tiene a su cargo la revista Pronto, también sufrieron despidos recientemente. Las empresas quieren contar con la menor cantidad de empleados posibles, mientras que el consumo de información en papel decrece cada vez más”.
No obstante, tanto empleados que conservan su puesto, como despedidos y gremialistas, tomaron cartas en el asunto e iniciaron medidas de lucha para intentar revertir la situación.”El martes hicimos un paro hasta las 0:00 horas, el miércoles decidimos declarar un estado de asamblea permanente hasta el viernes, mientras que el lunes hicimos un acto en la puerta de la editorial con cese de actividades y amplia participación de todos los sectores involucrados”, destacó Vallejos.

La ola de despidos no discriminó sectores ni jerarquías, y si bien en la segunda semana de febrero se dio el mayor caudal, las desvinculaciones vienen desde comienzo de año.
Feb 14, 2019 | Comunidad, Novedades

Cada vez hay más productos para personas celíacas.
Según la Asociación Celíaca Argentina (ACA), se estima que 1 de cada 100 habitantes en el país puede ser celíaco. Esta enfermedad se caracteriza por una intolerancia permanente al gluten, un conjunto de proteínas presentes en el trigo, avena, cebada y centeno (TACC) y los productos derivados de estos cuatro cereales. Es considerada en el mundo la enfermedad intestinal crónica más frecuente y afecta tanto a niños como a adultos. Se estima que por cada persona diagnosticada, hay ocho que todavía no lo saben. La detección de esta enfermedad requiere seguir una dieta libre de gluten ya que es la única manera de tratarla. ANCCOM se contactó con especialistas para aclarar cuestiones vinculadas a esta problemática sanitaria.
La doctora Adriana Crivelli, quien trabaja en la Unidad de Soporte Nutricional y Enfermedades Malabsortivas en el Hospital San Martín de La Plata, explica que «es una enfermedad autoinmune que afecta fundamentalmente al intestino delgado pero también otros órganos». Las enfermedades autoinmunes se producen cuando nuestro sistema inmunológico, el que se encarga de defendernos ante posibles agentes dañinos, reacciona de manera anormal frente a algunas células de nuestro organismo. Es decir, considera elementos no dañinos como dañinos y actúa contra ellos, pero en realidad lo que hace es afectar nuestro cuerpo. Para el sistema inmunológico de los celíacos, el gluten es ese agente nocivo contra el que hay que luchar.
Crivelli señala que «el gluten produce una atrofia en el intestino y esto hace que se empiecen a mal absorber los nutrientes esenciales como las proteínas, las grasas y los hidratos de carbono». Ante esa situación, las personas que tienen celiaquía deben dejar de consumir de por vida alimentos que poseen gluten.
En cuanto a las posibles causas, la celiaquía se presenta principalmente en personas que tienen predisposición genética a padecerla. También depende del sistema inmunológico que posea cada persona. Y puede surgir tanto en la infancia como en la adultez.
Gabriela Fedele, médica especialista en Nutrición que actualmente trabaja en la Clínica Cormillot y es una de las voceras de la Asociación Celíaca Argentina, afirma que «si uno elimina el gluten, esta proteína que se encuentra en el trigo, la avena, la cebada y el centeno, no va a haber problema. Nutricionalmente no hay ninguna desventaja, el hecho de no consumir gluten no causa ningún perjuicio en el desarrollo de las personas». La celiaquía no requiere ingerir ningún medicamento como sí requieren otras enfermedades.
Los síntomas suelen ser diferentes. En algunos casos la enfermedad puede ser asintomática mientras que en otros pueden ser digestivos y extradigestivos: desde diarreas y pérdida de peso a anemias, pérdida de cabello y fracturas óseas, entre otros. El diagnóstico de la enfermedad se basa en los síntomas del paciente, su historia clínica y familiar, y en la existencia de posibles enfermedades asociada.
Vivir con celiaquía
La Asociación Celíaca Argentina (ACA) es una entidad civil sin fines de lucro que trabaja en Argentina desde el año 1978, brinda apoyo y asesoramiento a las personas celíacas. Gladys Altamirano, vicepresidenta de la entidad, cuenta que «la asociación se gestó como ‘Club de Madres de Niños Celíacos’ en la ciudad de La Plata y, de a poco, fueron incorporándose adultos ya diagnosticados. En octubre cumplimos 40 años de trabajo ininterrumpido». Esta asociación cuenta con alrededor de 20 filiales en distintos puntos del país como, por ejemplo, en Córdoba y Misiones.
Vivir con celiaquía implica un verdadero cambio en la vida de las personas. Carla Giuliano es mamá de Valentina (16) que fue diagnosticada a los 10 años. Ella dice: «Mi hija no tuvo síntomas salvo algunos episodios dermatológicos. Al principio costó mucho pero supimos acompañarla. Aprendí a cocinar y a saber separar los alimentos». La separación de alimentos es importante ya que previene la contaminación cruzada que se da cuando queda algún resto de gluten en la comida o en los utensilios.
¿Por qué son tan caros los productos libres de TACC?
A pesar de que hoy existen en el mercado mayor cantidad de productos con la etiqueta “sin TACC”, los que son aptos para celíacos son mucho más caros que los productos comunes. El elevado costo de los alimentos lleva que tengan que hacer malabares para poder llevar adelante una correcta nutrición. En ese sentido, Fedele afirma que «por un lado, el elevado costo tiene que ver con la cantidad de controles que hay sobre su elaboración y, por otro lado, tiene que ver con la cantidad de celíacos, que no es tan grande. A menos demanda, el costo del producto sube. En lo general quienes producen alimentos libres de gluten son fábricas minoritarias, entonces por eso hay una diferencia de precio muy evidente». Enrique Cacciavillani (58) fue diagnosticado en marzo de 2018: «Intento comprar en dietéticas para ahorrar un poco. Lo que veo es que los precios son mucho más caros respecto a lo que consumía antes de ser diagnosticado».
Cada vez hay más empresas que elaboran alimentos sin TACC. Ana Aramburu, dueña de una franquicia donde vende productos aptos para celíacos en Merlo, dice: «Me pareció importante abrir el local porque en zona oeste no hay nada destinado para celíacos. Lo que más se vende son galletitas y pan ya que es difícil conseguir estos productos libres de gluten». Además, destacó que es importante el control rutinario de los alimentos porque su vencimiento es mucho más rápido que un producto común.

«Me pareció importante abrir el local porque en zona oeste no hay nada destinado para celíacos», dice Ana Aramburu, dueña de un local de alimentos.
Lo que falta por hacer
En materia de leyes, la Ley Nº 26.588 declara de interés nacional la atención médica, la investigación clínica y epidemiológica, la capacitación profesional en la detección temprana, diagnóstico y tratamiento de la enfermedad celíaca, su difusión y el acceso a los alimentos libres de gluten. Esta ley parece solo la primera etapa en la búsqueda de derechos de estas personas que encuentran continuamente dificultades para lograr una buena adherencia al tratamiento. La adhesión a esta norma no es obligatoria. Por ejemplo, Buenos Aires y CABA no están adheridas.
La vicepresidenta de la ACA afirma que «hoy la enfermedad es mucho más visible desde la sanción de la ley nacional. Se ven cambios, no sólo a nivel médico sino a nivel general, y esto hace que se generen mayor cantidad de diagnósticos». El diagnóstico precoz de la celiaquía es necesario para evitar el desarrollo de otras patologías asociadas a la enfermedad.
La gran difusión que tiene la celiaquía en la actualidad ha permitido un mejor control, pero todavía falta mucho por hacer. Se vuelve necesario avanzar en materia de investigación y sentar las bases para un diagnóstico temprano, concientizando a la población brindando información y asesoramiento.

Feb 14, 2019 | Culturas, Novedades

Los niños de Llullaillaco -que hoy se encuentran a disposición del Museo de Arqueología de Alta Montaña en la provincia de Salta- fueron hallados a una altura de 6.739 metros.
¿Se puede poner en riesgo la vida con el fin de escalar una montaña y descubrir la cultura Inca? Ese parece ser el objetivo de Christian Vitry. El trayecto recorrido por este arqueólogo junto a colegas argentinos, peruanos y estadounidenses, quienes en 1999 hallaron tres niños momificados en las alturas del volcán Llullaillaco -en la frontera con la región de Antofagasta- se retrata en el film de Fernando Krapp El Volcán Adorado. “La idea original fue plantear la relación de un hombre con una montaña sagrada para la comunidad Koya. Y cómo puede ser capaz hasta de sacrificar su vida por subir a esas alturas”, explica Krapp sobre el origen del documental rodado en 2015, que finalmente se podrá ver a partir de hoy y hasta el 21 de marzo en el Cine Gaumont.
El largometraje, que cuenta con fotografía de Juan Ignacio Zevallos, no se detiene solo en la particularidad del trabajo de arqueología de alta montaña y el hallazgo histórico que significaron las momias de Llullaillaco para la comunidad antropológica, sino que también penetra en las profundidades del norte argentino y muestra sus colores y atractivos naturales. “Fue un poco inconsciente todo, aunque fue algo tan simple como planear un viaje”, responde Krapp con respecto al escenario en el que se desarrolla la filmación. “Hice una locura total. Viaje con mi fotógrafo para conocer dónde nos metíamos. Alquilamos un auto muy chiquito e hicimos 600 kilómetros por un camino de ripio.”

Fernando Krapp es el director del film «El Volcán Adorado».
El equipo de trabajo de El Volcán Adorado arribó a Tolar Grande para encontrarse con Vitry y comenzar el rodaje de las condiciones en las cuales se encontraron los “Niños del Volcán”. “Casi nos perdemos, casi desbarrancamos, pero llegamos. El desafío fue adaptarse a lo que te da el lugar a nivel técnica”, explica el cineasta.
El apunamiento, o “mal de montaña” se caracteriza por un malestar físico por no adaptarse a la baja presión de oxígeno en grandes alturas Esto incluye, mareos, náuseas y vómitos, dolores de cabeza. Además, los síntomas se encuentran en relación directa con la velocidad y la altitud. Es decir, a mayor altura, menor presión de aire. Y a mayor rapidez de subida, es más probable que empeoren las condiciones. La Unión Internacional de Alpinismo y Escalada estipula que a partir de los 2.400 metros es cuando resulta normal que se empiecen a sentir estos síntomas.
Los niños de Llullaillaco -que hoy se encuentran a disposición del Museo de Arqueología de Alta Montaña en la provincia de Salta- fueron hallados a una altura de 6.739 metros. “Nunca habíamos estado a más de 5.000. Juan (Zevallos) se apunó. Te levantas a la mañana y tenés tus bidones de agua completamente congelados. El montañismo es una experiencia muy compleja”, describe Fernando.
El Volcán Adorado se conforma como un largometraje en esencia etnográfico. Esto significó un trabajo de campo propio de la disciplina y un contacto con los residentes de Tolar Grande: “Son cerrados. No queríamos quebrar esa distancia, nos parecía invasivo. En mi opinión, una película de la comunidad Koya tiene que ser hecha por ellos mismos y no por alguien de afuera. Eso también fue un desafío”, confiesa Krapp. “Quisimos quedarnos con el punto de vista de Christian (Vitry). Yo no iba a mentir ni ponerme la bandera de nadie”. En esta misma línea fue pensada la música de la película. La banda de sonido está a cargo de Martin Minervini. Para no establecer una lógica regionalista, perpetuó melodías hechas en otros instrumentos que no fueran sikus o quenas, en función de no alterar la idea principal del film y preservar inalterada una cultura que no les es propia.
En sintonía, la obra de Krapp establece una discusión con respecto al turismo. Llullaillaco es un lugar sagrado para la comunidad Koya, pero a la vez las momias halladas allí, son exhibidas en el Museo de Arqueología de Alta Montaña. Con respecto a esto Krapp da su parecer: “El turismo en este sentido es una depredación cultural. Pero a la misma vez es una fuente de recursos para la provincia”. El cineasta siente que se plantea una contradicción: “Por un lado quieren que las devuelvan a la montaña, pero al mismo tiempo las momias han permitido que la industria del turismo crezca y genere ingresos. Además esto permitió que se organicen como comunidad. Antes del descubrimiento estaba todo más desperdigado y con el hallazgo pudieron aunarse y elevar el reclamo de la devolución de los niños a la montaña”. Es decir, de no ser por el descubrimiento de las momias, no hubiese sido posible la organización ni tampoco el reclamo de retorno al Llullaillaco. “Es por esto que no quise tomar partido. Son debates muy filosos y que se extienden por todo el territorio andino”, concluye Krapp.
De todas maneras, el proteccionismo sobre las momias existe. María Constanza Ceruti fue quien solicitó la creación y el traslado de los niños a un museo con cuidados específicos, junto con la preservación y cuidado de la Red Inca de Transporte, de igual nombre que la expedición, que cuenta con más de 60.000 kilómetros.
El cineasta nacido en 1983 en Adrogué, logró estrenar su film en el espacio INCAA Cine Gaumont el pasado 16 de enero y formó parte del Festival de cine de Mar Del Plata del año 2017. Lamentablemente los días martes y miércoles 22 y 23 el Gaumont sufrió un desperfecto eléctrico y no contó con suministro de luz, lo que hizo que El Volcán Adorado deba esperar otro mes para ser exhibida. Finalmente se podrá ver a partir del jueves 14 de febrero y hasta el 21 de marzo, todos los jueves, viernes, sábados y domingos a las 14 horas en el Cine Gaumont.

Feb 14, 2019 | Entrevistas

«El amor es una temática que no circula mucho en la narrativa contemporánea argentina», cuenta López.
Cuenta Julián López que los días siguientes a entregar la versión final de su último libro, La ilusión de los mamíferos, despertó con sensación de bochorno: “Me parecía que estaba mostrando demasiado y que no lo iba a tolerar. Después me tranquilicé, no había manera de volver atrás”. Y por suerte no la hubo. Publicada por Random House, la novela tuvo una recepción notable, probablemente de las más celebradas de 2018. Allí cuenta, con absoluto lirismo, la historia de amor entre dos varones que se encuentran únicamente los domingos y puertas adentro. Es la historia de un amor que se rompe y esto no es un spoiler porque queda claro desde el principio. Abrumado por la pérdida, el narrador reconstruye las horas compartidas -los silencios, la incomodidad de las primeras veces, el placer de la conversación y el sexo- en primera persona y en tono confesional mientras la Ciudad de Buenos Aires resiste como puede a los embates del neoliberalismo.
Julián dice que no piensa la escritura, que es algo que le viene, “un impulso” al que no se puede negar. Tenía 10 años cuando las letras lo asaltaron por primera vez. Estaba sentado en el umbral de su casa, cuando de pronto sintió algo extraño y de un tirón salieron dos poemas. Su entrada formal a la escena literaria llegaría más tarde. En 2004 editó Bienamado, su primer libro de poesía, y también participó en diversas antologías. Si bien reconoce que es de procesos largos, su última publicación tuvo un origen muy singular. Tras el éxito de su primera novela, Una muchacha muy bella (Eterna Cadencia, 2013), el autor se encontraba trabado con su escritura: “Me di cuenta de que todo lo que hacía era subir idioteces a Facebook y me empecé a preocupar porque no tenía ganas de escribir”. Como solución, se obligó a improvisar cinco minutos de escritura los domingos a la mañana en la red social. “Ahí empezaron a aparecer estos textos. Cuando me di cuenta de que tenían un tono, un narrador y un universo común, empecé a laburar la idea de una novela respetando la dinámica de Facebook: textos fragmentarios, cortos, que empezaban y terminaban”, explica mientras toma una taza de té en su departamento de San Telmo.
¿Fue un desafío escribir una novela de amor en el siglo XXI?
Tengo la sensación de que es una novela un poco anacrónica. Por un lado, la idea de abordar la cuestión del amor y también el modo en que lo evoca, con los ritos del siglo XX. Pero eso se me fue imponiendo en la escritura. Cuando empecé a escribir y parecía que iba a ser una novela de amor, me entusiasmé mucho. El amor es una temática que no circula mucho en la narrativa contemporánea argentina. Empezó a aparecer el material y me dieron ganas, pero no tenía pensado escribir una novela de amor. A mí en general los materiales me asaltan, no los voy preparando. Empecé a escribir y se impuso esto, y ahí recién empecé a tomar algunas decisiones.
En la primera página está contado el final. ¿Fue difícil sostener esa decisión a lo largo del proceso de escritura?
Sí. Lo pensé para facilitarme la escritura. Dije: “Voy a hacer una novela donde en la primera página ya sepa todo, que no haya nada más para revelar”, para no trabajar mucho y fue justamente todo lo contrario. No me acuerdo cuántas páginas había escrito con esa información en la primera página y me empecé a preguntar cómo sostener eso. Ahí tuve que diagramar una estrategia para ver cómo iba a ser la novela, si no iba a contar ninguna peripecia en el orden de la trama. Me di cuenta que era un medio tono. No contaba sucesos sino cada uno de los encuentros que tuvieron esos amantes.
En ese sentido, el juego de lenguaje prevalece por sobre la trama. ¿Crees que eso se vincula con tu trayectoria como poeta?
Puede ser. Por otra parte, a mi la trama es lo que menos me importa de un libro. Ahí se ve qué busca mi lectura cuando lee. Más allá de lo que pase me interesa cómo está presentado eso que pasa. Es una novela que en ese sentido está facilitada porque lo que se cuenta ocurre en el interior de un departamento chiquito y la mirada está muy puesta en cada detalle. Los contactos con el afuera son el balcón o las pequeñas caminatas que hacen los personajes. Hay claramente una marca entre adentro y afuera. Y el afuera desde adentro es la contemplación de los árboles, de una manera de la ciudad. Todo eso lo fui descubriendo cuando pensaba cómo voy a hacer con esa historia que no va a contar ningún suceso más.

El texto puede empezarse a leer por cualquier parte y funciona igual.
Claro. Eso tiene que ver con la idea Facebook y con la idea de que no va a haber suceso. Son textos cortos que empiezan y se cierran. Yo soy muy activo en las redes sociales, muy a mi pesar, porque preferiría que no. Era de los que decían que jamás iban a entrar a esa porquería. Un día me asomé y me quedé a vivir ahí adentro, fue espantoso. Me encantaría irme pero no puedo. Tuve que inventar una estrategia para que Facebook me diera algo a mí. Tengo muchos amigos que no entran y que tienen un discurso sostenido por los nuevos filósofos como Bifo Berardi, que dicen lo que son efectivamente las redes sociales: sistemas de control social muy espantosos. Yo venía con toda esa carga también. De alguna manera encontré cómo sacarle provecho a esa adicción espantosa de la que no pude salir.
Retomando lo que decías de que en la novela se construye un mundo cerrado, el de los encuentros de la pareja, y un afuera en el que aparece una ciudad arrasada por los desarrollos inmobiliarios, hace poco cerró La Giralda, que forma parte de ese universo porteño que retratás. ¿Qué te pasa con eso?
Mi adolescencia fue en La Giralda, ir a tomar ginebra en tiempos de recién vuelta la democracia. Me acuerdo que había un mozo que me avisaba cuando entraba algún servicio y yo me aterraba. Nunca voy a saber si era verdad pero había una fauna que iba ahí a la que le avisaban, había cierta solidaridad que no era tal. Incluso no sé si el mozo era un servicio, supongo que no, pero en plan paranoia cualquiera de las opciones funcionaba. El cierre de La Giralda viene a confirmar todo lo que está pasando. Es un delirio lo que están haciendo en Corrientes. ¿Cómo el arreglo de una vía tan importante va a tardar tanto? Es extrañísimo. Es la desnaturalización de los usos de una ciudad y meterse con la calle más característica de Buenos Aires. Cuando yo era pibe era hermosa porque tenía realmente vida cultural, había librerías, cafés, los escritores e intelectuales deambulaban por ahí, y hace muchos años que es horrible. El discurso es que la gente la pueda usar pero es paradojal lo que sucede: hay tanta intervención sobre lo público que te retira cada vez más. Yo quería escribir una novela sobre Buenos Aires y hoy eso no puede ser más que escribir sobre el arrasamiento que el neoliberalismo le está haciendo a la mayoría de las ciudades del mundo.
En este punto es donde la novela se vuelve más explícitamente política.
Sí. Fue algo que tuve que controlar con el auxilio de mi editora, Ana Laura Pérez, porque sometía a la novela a decir cosas que pienso yo. Sin embargo, de Buenos Aires hoy no se puede hablar en otros términos. Claramente está esa impronta exhibicionista del perfil político de la novela pero a la vez tuve que recortar cosas que eran un “yo pienso” y en términos de la construcción de una novela no le importan a nadie.
¿Qué motivó el uso de la primera y segunda persona?
Venía de una novela con una primera muy poderosa y quería animarme a una segunda. Cuando era adolescente escribía en tercera pero hoy se me pegó mucho la primera, me interesa la perspectiva muy de cerca de las cosas. Pero acá quería meter una segunda voz. Es muy difícil lograr que el artificio de estar hablando a otro no suene como un ejercicio que estás haciendo para el lector. Tenés que ser muy cuidadoso al armar la segunda persona para que el lector se disuelva y el lector empiece a ser interpelado. Entonces mantuve la primera, que aparecía en los primeros textos, pero refiriéndose a otro muy claramente. El desafío fue mantener una voz hegemónica porque la novela la cuenta un tipo pero está contándosela al otro, lo cual es un artificio completamente ridículo porque el otro vivió eso que está contando. Tenía que lograr que eso no fuera absurdo. Creo que más o menos lo logré. Yo estoy conforme.
En otras entrevistas comentaste que no pensás tu escritura en la clave de lo diverso.
Yo no escribí una novela sobre el amor gay. Es una historia de amor homosexual, está clarísimo. Pero la novela no quiere reivindicar nada.
El protagonista dice “si accedía a que sucediéramos no era por ninguna militancia de nada para mi”.
Exactamente. Son dos personajes de clase media ilustrada y porteña que están protegidos dentro del discurso de las conquistas de los últimos años. Si bien cualquier historia amor implica la idea de un riesgo, estos dos no arriesgan nada porque no están haciendo culto a una identidad. Están aprovechando los pocos momentos que les quedan libres para convertirlos en encuentros amorosos. No quería que la novela estuviese con la idea de la ganancia de la identidad diversa porque no habla de eso. El riesgo de esta novela es que sea leída en clave gay, pero los personajes no admiten esa lectura. Si fueran dos pibes de la villa, por supuesto que sí.
Hay una escena muy poderosa, cuando el protagonista comparte una comida con la familia de su amante, que es casado. Sin embargo, no se explicita cuál es el arreglo entre las partes. ¿Te interesaba jugar con esa ambigüedad?
Exacto. Esa escena fue la más ardua. Todo el tiempo tenía que tener claro qué tipo de información podía circular para que el lector nunca estuviera tranquilo. El protagonista entra a un espacio que no conocía y que responde a la intimidad del otro, lo ve espléndido y funcionando, y él siendo tan bien recibido, que cualquier fantasía de enemistad se le disuelve. Cualquier cosa que dijeran los personajes inclinaba para un lado o para el otro entonces tuve que ser muy consciente. Además, yo no quería que fuese una escena de “vengo a buscar a mi hombre”. El protagonista quiere más del otro y el otro está dispuesto a dárselo, aunque nunca se especifica qué. Cuando éste, que vive inmerso en su soledad, ve la vida burguesa de una familia porteña no entiende nada y se da cuenta de toda la fantasía.
En el texto trabajás también la idea misma de ficción. ¿La ilusión del título remite a la construcción ficcional del amor?
Durante mucho tiempo pensé que no podía empezarla así pero la novela comienza diciendo “no soy”. Es alguien que viene a negar. Después dice: “No tengo nada para contar”. Dice: “No soy pero vengo acá, donde son, a contarte esta historia que vivimos los dos para que una vez que la pueda hacer relato pueda participar del mundo de la realidad y por tanto pueda terminar, hasta que no la ficcionalice va a ser eterno, va a pertenecer al orden de la fantasía, si no la organizo con palabras va a ser una cosa y yo necesito que sea un relato para poder despedirme”. En ese sentido la novela está organizada como un intento de la despedida del amor. Está la idea de que la ficción es la única herramienta disponible para entender la realidad. No soy pero vengo a armar un relato de esto que fue y después veo que soy. Está la idea de si ese amor fue o no fue. A veces uno vive cosas que después en el futuro te hacen preguntarte si fueron de esa intensidad. Las palabras son el rito que da entidad a eso que se recuerda, la corporización más poderosa que tiene este protagonista es la idea de hacer relato. Necesita contar cada uno de esos encuentros para decir esto sucedió, terminó, ahora puedo marchar.
Las escenas eróticas están narradas con mucho lirismo y a la vez son muy explícitas.
Cuando empecé a darme cuenta que era una historia de amor entre dos tipos, esa fue la única condición que me impuse: si no hay garche no me interesa, la idea de dos que se dan un besito no me interesa nada. El desafío era pensar si lo podía lograr. Las escenas de sexo pueden ser particularmente difíciles de escribir. Porque yo quería que fuesen escenas de sexo muy explícitas y que de eso diera cuenta el lenguaje. Si te fijás, dice miembro, pene, pija. Va aumentando la crudeza. Necesitaba que hubiese escenas de sexo muy duro pero entre esos dos cuerpos enamorados y en medio de esa historia. No me interesaba que mi protagonista se fuese a garchar por ahí con otro. No me interesaba la escena porno per se. De nuevo, no quería contar lo gay. Si yo hubiera querido contar la idea de la identidad gay lo hubiera mandado al tipo a un sauna. Yo quería contar esos dos cuerpos que están enamorados, con tanto condicionamiento.
¿Qué influencias literarias identificas en tu obra?
Siempre me es difícil responder eso. Te puedo decir escrituras que me impactaron mucho que supongo que hacen sedimentos y maneras de traducción de lo que para vos es la escritura, que después intentás reproducir. La escritura de Néstor Sánchez fue muy deslumbrante para mí. Antonio Di Benedetto, Marguerite Yourcenar, Gabriela Cabezón Cámara. La poesía también, sin dudas. Yo no le veo filiaciones específicas a esta novela pero tampoco me puse a verlo. Aníbal Jarkowski, a quien admiro enormemente, marcó una filiación con Héctor Tizzón y me súper sorprendió.
¿Te da miedo volver a atravesar esa traba que experimentaste después de Una muchacha muy bella?
Me dio miedo, me condicionó mucho y por eso tardé tanto en la escritura. Todavía no estoy escribiendo nada nuevo pero tengo una idea a la que quiero ir. Siempre tenés el miedo de que la vas a cagar y está bien, en algún momento uno la tendrá que cagar pero estoy tranquilo con mi escritura. Me gusta en el sentido de que es lo que yo pretendo que sea. Hasta ahora es lo que yo quería, sabiendo que lo que uno hace entra a una idea de mercado y habrá gente a la que le interesa y gente a la que no. Es lógico, me pasa a mí con los escritores que leo. Pero estoy conforme con cómo está saliendo, y para un neurótico grave como yo es un montón.

Feb 14, 2019 | Géneros, Novedades

“Somos la fuerza de todo el pasado y del futuro que está por llegar”, entonan en sus primeras estrofas. Y así se delatan. La Gorda Nelly no es una, aunque se mueva y cante como tal. Pero tampoco son dieciséis. Es una sola (murga) compuesta por dieciséis mujeres.
“Y era el año..”, dice una de las integrantes cuando les preguntan cuándo surgió La Gorda Nelly. El resto se ríe. Pero sí, era el año. El mismo 2015 del primer Ni Una Menos. El mismo año en que un grupo de chicas decidió crear la única murga de estilo uruguayo de mujeres de Mar del Plata.
En un principio no parecía tener una razón especial ni ser explícita la relación con el feminismo. “Había otras discusiones u otras maneras de verlo. Pasaron un montón de instancias hasta que se consolidó el grupo y la identidad”, dice Mumi, integrante de la murga, en diálogo con ANCCOM. “De a poco empezó a ser un espacio de militancia. Teníamos un montón de cosas para decir y queríamos aprovechar ese género que había sido machista y vedado para las mujeres por tanto tiempo”, recuerda Mela, una de las primeras en participar. Hoy si les preguntan si son una murga feminista; todas, como si sólo hablara La Nelly, dicen al unísono: “Sí”.
El pañuelo de la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto Legal, Seguro y Gratuito parece pensado como parte del traje. Los vestidos verdes, rosas y violetas. Las caras maquilladas que a simple vista las vuelven irreconocibles para quienes se las cruzan en la calle. “Somos Lucía, somos Natalia, somos Jimena y las que no están”, cantan en una de sus canciones. Son tres casos resonantes de femicidio en su ciudad. Como ellas explican, no pueden ser ajenas al contexto social o al del feminismo. “Llegó un punto en el que no hizo falta ni discutir. Sentíamos que teníamos que estar ahí”, aclara su directora, Melisa. La Nelly, casi como pensando en voz alta, dice en sus letras: “Y estuvimos, estamos y estaremos”.
Y así es. En pañuelazos, el 3 de junio y el 8M en Mar del Plata. Pero también en la toma del Consejo Escolar del partido de General Pueyrredón, que se extendió por casi veinte días en defensa de la educación pública entre agosto y septiembre del año pasado. “El producto artístico que proponemos no está al margen del mundo en el que vivimos. Lo tomamos como herramienta. Con responsabilidad y mirada crítica”, cuenta Mumi. Para La Nelly, la militancia no empieza o termina con ponerse el traje: “Cada una tiene su lucha. Nos encontramos y apoyamos las movidas que apoyamos individualmente”, dice Viole, otra de las integrantes. Y continúa: “Todas más o menos creemos y queremos las mismas cosas. Eso hace a nuestra identidad”.

Otra de sus características es su forma de organización a partir de la autogestión “a la cabecera” de todo lo que encaran como grupo: desde lo económico hasta lo artístico. “En todo sentido es cooperativa. A la hora de laburar nos vamos enseñando y aprendiendo entre todas”, cuenta Melisa. Como si cada una fuera un fragmento de La Nelly, todos sus conocimientos “encastran” para generar el producto final. “Acá todo lo resolvemos entre nosotras. Con la poca o mucha experiencia que tengamos”, dice Flavia, y agrega: “A este ritmo, a este tiempo, pero entre nosotras”. El “entre nosotras” tiene mucho peso y más de un sentido para La Gorda Nelly. Flor, otra de las integrantes, define a la murga como “espacio de encuentro”: “Encontramos contención ante situaciones que nos pasan. Nos damos el tiempo para charlarlas. El espacio nos permite sentirnos identificadas”, explica. Pero no sólo se da el encuentro al interior del grupo: “Con las compañeras de otras murgas de Mar del Plata generamos un círculo de mujeres”, cuenta Mela. Para ellas es importante que se generen esos espacios de debate y, sobre todo, que sepan que entre ellas tienen “la mano tendida”.
En temporada, La Nelly no se hace móviles en paradores de moda de la ciudad costera. La Nelly está presente en los festivales, varietés y corsos de Mar del Plata: “Elegimos dónde tocamos y dónde construimos. Hay una cuestión ideológica. Trabajamos en espacios independientes o lugares con otra impronta”, dice Mumi. En febrero, el mes del carnaval, la presencia de la murga en los corsos tiene como objetivo romper “esa división que entendíamos que había entre géneros de murga porteña y uruguaya”, cuenta Mela, ya que muchas de las chicas participan en grupos de ambos estilos.
Pero los preparativos que generan mayor expectativa son los del primer Encuentro Internacional de Murgas de Mujeres y Mujeres Murguistas que se realizará en Montevideo entre el 15 y el 17 de marzo y al que asistirán con gran entusiasmo. “Más allá de lo enriquecedor que es un encuentro para poder formarse específicamente en el género, vamos a poder compartir con gente que hace lo mismo que nosotras”, dice Flavia. Si bien están ansiosas por ir a la “cuna” del género que interpretan, también resaltan que el contexto en ambos países es diferente: “En Argentina, la participación de las mujeres se dio de manera más natural. En cambio, en Uruguay la mayoría de las murgas son de hombres porque culturalmente nació así”, explica Melisa. Por eso la razón del pañuelo rojo en Uruguay y su consigna: “Sin nosotras no hay carnaval”.
Sin dejar de entender y acompañar el reclamo del país vecino, La Nelly también quiere llevar las luchas del feminismo en Argentina. “Para nosotras es significativo salir con el pañuelo verde. Somos una murga de mujeres y nos reivindicamos feministas. Es algo que queremos compartir”, dice Flor, otra de las integrantes. Y es un tema que no deja de surgir. Porque cuando a las integrantes de La Nelly se les pregunta por sus expectativas para este año, no sólo hablan de estrenar espectáculo, grabar sus canciones o seguir formándose en lo vocal, actoral y en la puesta en escena: “Y que el aborto sea legal”, agrega una de ellas.