Abr 12, 2017 | DDHH
La Justicia falló por segunda vez contra la revista Barcelona, instándola a pagarle 70 mil pesos a Cecilia Pando, la activista que defiende a los genocidas de la última dictadura. La mujer, esposa del Mayor (re) Pedro Rafael Mercado, acusó a la publicación de haber afectado su honor. El fallo, tildado de arbitrario por diversas instituciones, abogados y especialistas en comunicación, pone un límite peligroso a la libertad de expresión.
La causa se origina cuando en agosto de 2010 la revista publicó en una contratapa una foto trucada de Pando que la mostraba desnuda y atada, en obvia y satírica referencia a las mujeres que, lideradas por ella, se encadenaron al Edificio Libertador para pedir la libertad de los militares condenados por delitos de lesa humanidad.
Mariano Lucano, diseñador gráfico, ilustrador y director de la revista, muestra su preocupación: “Estoy realmente anonadado. A lo mejor este fallo no es otra cosa que un ejemplo de humor absurdo. Tantas veces he dicho que la revista hace periodismo lisérgico, y quizás ahora estemos bebiendo un poco de nuestras propias drogas.” Y agrega, ya más serio: “Se debe llevar este caso hasta las últimas consecuencias, ya que lo que está en juego es, además de la continuidad de la publicación, la libertad de prensa.”
De hecho, la sentencia en segunda instancia dictada por la Sala D de la Cámara Civil de Apelaciones, aumenta en 30 mil pesos el monto indemnizatorio fijado en el fallo anterior. “70Setenta lucas para un medio grande no es nada, pero para un medio autogestionado es la quiebra”, comenta Pablo Marchetti, ex director de Barcelona y editor responsable en el momento en que se publicó la contratapa en cuestión. Y defiende el estilo de la revista: “Una cosa del fallo que me llama muchísimo la atención es lo del exceso de ironía. ¿Cómo se mide eso? Siempre me preguntan si hay un límite para el humor y ahora, con este fallo, parece que sí. Es un precedente de mierda, muy muy jodido”.
Andrés López Cabello, abogado miembro del equipo de litigio y defensa legal del Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS), pone el foco en la autocensura que puede suceder a este tipo de decisiones judiciales: “Es un precedente preocupante y un retroceso en materia de libertad de expresión. La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) y la Corte Suprema han dictaminado que las sanciones civiles tienen un efecto inhibitorio igual o más fuerte que las sanciones penales”. Y continúa con su explicación: “Puede llevar a que los periodistas como personas naturales y las revistas como personas jurídicas se autolimiten y autocensuren al momento de tocar determinado tema o hacer una sátira”. Sobre este punto, Fernando Sánchez, periodista y co-fundador de Barcelona aclara: “No podemos autocensurarnos, este es el laburo nuestro. Si vamos a pensar dos veces antes de hacer una parodia, no hacemos más la revista y listo”.
López Cabello, además, critica el fallo de la Cámara: “Carece de una fundamentación sólida, por un lado, de la razonabilidad de la condena, y por otro, de la existencia del daño.”
Sobre esta arbitrariedad del fallo también opina Martín Becerra , Doctor en Ciencias de la Información e investigador del CONICET, quien afirma que los jueces de cámara Patricia Barbieri, Osvaldo Onofre Álvarez y Ana María Brilla de Serrat no comprenden la importancia decisiva que tiene la regulación en materia de libertad de expresión. “Esta cámara es muy ignorante, y no lo digo peyorativamente sino en términos descriptivos. Han sido muy poco atentos a esta tradición que citan, y comentan fallos que van en contra de lo que resuelven”.
A su vez, Analía Eliades, abogada, periodista y especialista en Derecho a la Comunicación, sostiene que por sus múltiples contradicciones el fallo contra Barcelona tiene vicios de sentencia arbitraria, y que la revista puede buscar allí un fundamento para que sea revertido en el Tribunal Superior. Muchos de los fallos citados en la sentencia, por otra parte, son de la década de 1990, cuando existía una Corte Suprema de Justicia muy cercana al presidente Menem. Y, según comenta López Cabello, “son fallos que luego terminaron en la CIDH por violaciones a la libertad de expresión. Un ejemplo es el caso de Fontevecchia que aparece allí, y terminó con una condena durísima contra la Argentina”.
El CELS, según López Cabello, mira el caso muy de cerca y eventualmente participará como amicus curiae. “Si bien la Corte tiene mucha jurisprudencia sobre libertad de expresión, sobre los límites de la parodia política tiene muy poco, y eso puede ser muy importante”, advierte el abogado.
Otro organismo que expresó su preocupación respecto del tema es la Asociación de Entidades Periodísticas Argentinas (ADEPA), que emitió un comunicado luego de conocida la sentencia. Andrés D’Alessandro, su Director Ejecutivo, opina que es un fallo de características preocupantes, ya que deja jurisprudencia y afecta la continuidad de un medio de comunicación. “Analizamos el fallo y vimos que se contradice. Barcelona tiene otro tipo de vinculación con la realidad, que es a partir de la parodia, pero es periodismo”.
Autoridades de la revista informaron a ANCCOM que el martes último se presentó una nueva apelación a la Cámara Civil, y de no ser aceptada, se presentará un recurso de queja para poder elevar el caso a la Corte Suprema de Justicia.
Actualizado 12/04/2017
Abr 10, 2017 | Comunidad
“La educación del pueblo no se vende, se defiende”. Plaza Congreso se vestía de blanco una vez más cuando un nuevo avance por parte de la Policía Federal arremetió con el reclamo de los docentes, reprimiéndolos con gas pimienta y golpes. Tras la represión, cuatro docentes quedaron detenidos en la Comisaría N° 6 con el cargo de “resistencia a la autoridad”. Los maestros, convocados por distintos gremios, entre ellos la Unión de Trabajadores de la Educación (UTE), el Sindicato Unificado de Trabajadores de la Educación de Buenos Aires (SUTEBA) y la Confederación de Trabajadores de la Educación de la República Argentina (CTERA), estaban montando la estructura para armar la escuela itinerante, una medida pacífica para continuar con el reclamo por la apertura de paritarias nacionales y por una nueva Ley de Financiamiento Educativo. La escuela itinerante es una alternativa al paro como forma de protesta y consistiría en un aula con capacidad para treinta personas, ubicada en un principio frente al Congreso Nacional pero que luego recorrería distintos distritos del país. Según informaron desde los gremios docentes, el lunes habrá un plenario de CTERA donde se decidirán las nuevas medidas para la continuación del reclamo.
En una jornada de manifestación pacífica, que ni siquiera afectaba la circulación vehicular, los docentes permanecían Plaza Congreso desde el mediodía del domingo, cuando comenzaron con el armado de la escuela itinerante. Esta modalidad alternativa se decidió ya que a pesar de los paros y de la gran Marcha Federal Educativa, a la que concurrieron más de 300.000 docentes, alumnos y autoconvocados, el Gobierno Nacional sigue firme en su negativa a llamar a paritarias. Llegada la noche del domingo, los trabajadores de la educación fueron interrumpidos con una violenta represión con gas pimienta y golpes. Cuatro docentes quedaron detenidos, entre ellos, Juan José Mauro y Miguel Acuña, delegados de UTE. A las nueve y media los dirigentes de los gremios comunicaron la desconcentración de la Plaza, pero otras organizaciones llegaron a la puerta del Congreso para manifestar su apoyo a la situación docente y repudiar la acción violenta de la Policía Federal. Hasta la medianoche hubo movimiento en la Plaza Congreso, que una vez más se convirtió en el escenario de la resistencia contra el ajuste del Gobierno de Mauricio Macri.
Luego de la represión, el Ministerio de Medio Ambiente y Espacio Público de la Ciudad, encabezado por Eduardo Macchiavelli, informó mediante un comunicado que se le “sugirió” al personal policial el desarme de la carpa porque no tenían autorización para instalarla. Sin embargo, el permiso había sido solicitado por parte de los gremios docentes, sin haber obtenido respuesta del Gobierno de la Ciudad.
Actualizado 10/04/2017
Abr 10, 2017 | Comunidad
Miguel Acuña es maestro bibliotecario de la Escuela Media Nº 3 del distrito escolar 19 del Bajo Flores y Juan Manuel Mauro, es el secretario de la misma escuela, ambos fueron liberados después de pasar alrededor de dos horas detenidos en la Comisaría 6º de la calle Venezuela 1931. La misma suerte la corrieron Carlos Díaz y Pablo Aschero. Desde el mediodía del domingo 9 de abril, Acuña y Mauro, junto con otros docentes, estaban terminando de instalar la estructura de lo que sería una «escuela itinerante» en la Plaza de los Dos Congresos, una novedosa forma de protesta en reclamo de la apertura de la paritaria nacional docente y de una nueva Ley de Financiamiento Educativo.
La Policía Federal estaba presente desde la tarde, y los veía armar la estructura. La represión fue repentina, por orden del Ejecutivo Nacional. Según se expresó en un comunicado del Gobierno de la Ciudad, se estaba realizando un «uso indebido del Espacio Público». La represión contra todos los docentes, mediante gas pimienta en la cara y golpizas, tuvo como desenlace el amedrentamiento y la detención cuatro de ellos.
La instalación de una escuela itinerante es una de las medidas de reclamo alternativas que el propio gobierno nacional afirmó que los docentes podían tomar, sin llegar a la realización de un paro nacional.


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Claudio Escobar es compañero de Miguel Acuña en las Asambleas barriales Floresta, desde el 2001, cuando comenzaron a desarrollar una política activa en materia de defensa de la memoria y de recuperación de los espacios públicos. Claudio, es ingeniero y trabajador del INTI (Instituto Nacional de Tecnología Industrial) y conoce a Acuña desde esa época. Ahora cuenta quién es este docente de enseñanza media, que participa de la mesa de actividades del ex centro clandestino de detención y exterminio El Olimpo y que vive y milita en su barrio: «Miguel es un docente muy comprometido con los problemas de la sociedad, y con él fuimos desarrollando estas asambleas barriales en Floresta, que comenzaron con la crisis del 2001 y continuaron incluso hasta el 2008, cuando ocurría el famoso “paro del campo”, dice Claudio. Un proyecto que encaramos en esa época, y que en lo simbólico jugaba fuerte, fue el cambio de nombre de la Plaza Ramón Falcón, mediante una consulta barrial. Fue toda la comunidad la que mediante votación decidió una lista de ocho nombres, que después se sometieron a votación mediante boleta y la mayoría optó por rebautizar la plaza con el nombre de Ernesto ´Che Guevara». Además de ser un vecino del barrio, Miguel participó en las P.A.S.O. como candidato a Comunero por la lista del Movimiento Evita, y además forma parte de UTE (Unión de Trabajadores de la Educación): «Acá en el barrio tanto él como su esposa, Silvana, son conocidos. Son de una clase media tipo, que viven de su laburo y estiran el mango día a día. Me acuerdo que hasta hace unos años tenía un coche, pero lo tuvo que vender en 2004 por no poder mantenerlo. Es una familia bien laburante. Él es un tipo muy abierto al diálogo, a charlar y a debatir, es una persona cálida».
Juan Manuel Mauro hace ya muchos años que trabaja en la EMEM 3 DE 19. Lindante al barrio de la 1, 11, 14 del Bajo Flores. Es hijo de docentes -su papá fue también secretario de la misma escuela- y asiste todos los días a sus funciones. Grisel El Jaber, es compañera de Juan Manuel: «Es un docente comprometido con la escuela pública. Nuestra escuela recibe alumnos vecinos del Bajo Flores, con contextos muchas veces difíciles. Juan Manuel trabaja codo a codo con los docentes desde la Secretaría y entre todos hacemos un equipo que la pelea todos los días. Ver las imágenes donde la policía les pega y los reprime, nos entristece, pero nos da más fuerza porque si le pegan a un docente, nos pegan a todos. Los docentes seguiremos luchando por la escuela de todos».
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«PRESOS POR LUCHAR»
* Por Juan Manuel Mauro, 10/04/2017
Maestro Villero, Escuela 19 de la Villa 1-11-14,
detenido ayer por la Policía de la Ciudad.
Sinceramente, nunca, ni el más fatalista de todos nosotros, ni la más pesimista de todas nosotras, pudo haber imaginado que llegarían a esto. Los escuchamos, y con qué paciencia los escuchamos, cuando nos dijeron que usáramos la creatividad para llevar adelante nuestro reclamo, con los pibes adentro del aula, soportando el cinismo de los estigmas que alimentan, con la plata que le roban a la educación. Pues ahí estábamos, un domingo a la tarde, en una plaza pública, sin cortar el tránsito, ni detener la actividad escolar, tratando de instalar una escuela itinerante frente al Congreso, en las narices de un gobierno neoliberal, que saca toda su artillería en los medios oficialistas, porque vive de campaña electoral.
Mandaron a la Infantería,
¡para combatir a terroristas con delantal!
Sin mediar palabra, soltaron a la jauría enajenada de sus manos duras, de sus cabezas huecas, de sus políticas salvajes, denunciando el pánico que sienten frente al poder de la escuela pública y los trabajadores organizados. Junto a mi compañero Miguel Acuña, también docente de la escuela «Carlos Geniso» del Bajo Flores, nos agarraron entre varios policías, dos de civil. Nos patearon, nos tiraron al piso, nos verduguearon y nos subieron a un patrullero, por «robo, lesiones y resistencia a la autoridad».
¿Cómo habrán dado las pruebas PISA,
entre las Fuerzas de Seguridad?
Maniatados como si fuéramos bandidos, no sólo nos golpeaban y nos chicaneaban, camino a la Comisaría 6°, sino que además parodiaban nuesrtra condición de docentes, porque ahora se puso de moda llamarnos «gremialistas», con la misma impunidad que llaman «empleados» a sus militantes y «desalojos» a las represiones. De haber podido dialogar o al menos emitir una respuesta, les hubiera contado que sí, que soy maestro de grado, además de laburar como secretario en una secundaria. Y que de lunes a lunes, trabajo fuerte para que los pibes del barrio, o sus propios hijos, puedan armar su futuro, aunque nos cobren siempre tan caros nuestros gritos de libertad.
No les molestan los paros,
les molesta la dignidad.
Somos nosotros, los Maestros Villeros, quienes defendemos la educación todos los días del año y son ustedes, los hombres dentro del uniforme, los hombres detrás del uniforme y los hombres arriba del uniforme, quienes atacan sistemáticamente a cualquier plataforma posible de liberación, que no se ajuste a la oferta y la demanda que presentan por televisión, antes de tirarnos con el peso de la cana, arrancándonos con sus manos bien de raíz.
Hoy abrazamos el Congreso.
Y mañana, paramos en todo el país.
Actualizado 10/04/2017
Abr 9, 2017 | Géneros
Anoche, bajo una lluvia intensa, alrededor de 800 personas y organizaciones sociales se congregaron en el Obelisco para exigir justicia por el asesinato de Micaela García, la joven entrerriana de 21 años, militante del Movimiento Evita, que fue asesinada en la ciudad de Gualeguay. Por el caso fue detenido Sebastián Wagner, quien se encontraba en libertad condicional -otorgada por el juez Carlos Rossi- tras haber recibido una sentencia de nueve años de prisión por haber violado a otras dos jóvenes.
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El mundo se volvió oscuro una vez más. Después de una semana de estar alertas en búsqueda de cualquier dato que pudiera conducir a Micaela García, la noticia de su asesinato envolvió a miles de mujeres en un profundo dolor, bronca y furia.
Mataron a otra, perdieron a Micaela, a “La Negra” como le decían. Con 21 años encima, llena de vida, de sueños y de expectativas, la arrebataron sin dejarla crecer, sin dejarla llegar. La arrebataron como se arrebatan a ciertas personas, por su condición de mujer. A una de ellas, cada 18 horas.
Micaela García entendió que la única manera de construir otro mundo era organizándose y por esa razón militó en el Movimiento Evita. Con la cara de Eva Duarte en el pecho y con los dos dedos en “v”, se levantó cada mañana para confluir en la lucha colectiva. Se puso la remera del Ni una Menos, fue una militante que abordó especialmente los temas de género, la trata de personas, los femicidios, marchó, habló, tomó la iniciativa y dejó su energía en cada actividad, en cada marcha.
Pero aun así el patriarcado voraz se agarra bien fuerte de sus víctimas y demuestra nuevamente que mientras sea mujer, lesbiana, trans, travesti, nadie se salva. La hombría del macho apunta y selecciona antojadizamente qué se quiere llevar, qué placer se quiere dar, mide continuamente los niveles de impunidad que maneja en la sociedad universal, se levanta cada día y goza de sus privilegios viriles que le permiten ir cada vez más allá.
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Anoche, en el Obelisco, se reunieron unas ochocientas personas enfurecidas, rebeldes, angustiadas y tristes. Se encontraron nuevamente en la profunda oscuridad de un diluvio torrencial que también despedía enérgicamente a Micaela y exigía justicia por ella y por todas. Las banderas se mantuvieron en alto, los bombos repicaron constantemente, y allí, bajo esa lluvia omnipotente, se gritó justicia por ella.
Las consignas, los mensajes y canciones fueron claros: “A los violadores los cuida la policía y la justicia”, en alusión al fallo del juez Carlos Rossi, que dejó en libertad condicional a Sebastián Wagner, presunto femicida de la joven, desoyendo los estudios realizados en la penitenciaria en la que estuvo detenido. Mariana Mariasch, integrante del colectivo Ni una Menos, declaró a ANCCOM: “Es un fallo completamente machista y femicida, porque el femicidio de Micaela García fue la conclusión de ese fallo, a la vez que desatendió las sugerencias que se habían elaborado en el sistema penitenciario. Sin embargo, sabemos que esto forma parte de un entramado mucho más grande, donde el Estado es responsable y no podemos dejar de señalarlo”.
“Hoy es un día de duelo –agregó Mariasch, entre las manifestantes-. Venimos acá por Micaela y a exigir el desarrollo de políticas públicas para la prevención y capacitación de la justicia. Con respecto a la educación, la aplicación de los planes de educación sexual integral, entre otras reivindicaciones que venimos acercando hace años. Creemos que el punitivismo no es suficiente, esto forma parte de un cambio cultural y por esa razón exigimos políticas de Estado”.
Julieta Gugliottella, del Frente de Mujeres del Movimiento Evita, despidió a Micaela con unas palabras que reflexionan sobre ella y sobre los problemas que atraviesa la sociedad argentina para abordar las cuestiones de género. “Mirale la cara. Mirala en el barrio, con los pibes y las pibas. Mirala en el merendero y con el micrófono. Con la casaca y con las ganas. Con las compañeras y amigas. En los plenarios y calles. Mirala, que se te grabe, que nunca desaparezca. Mirala para nunca más preocuparte por una catedral, un patrullero o una pared pintada. (…) Mirala y decime que no podemos estar hartas, enojadas, angustiadas. (…) Mirala y discutile a los machitos de tu familia, amigos y compañeros. Mirala y hablá de un Estado ausente y una justicia cómplice. (…) Mirala y no permitas nunca más el chiste misógino en la oficina, el golpe que se escucha en la casa de la vecina. (…) Mirala para siempre y nunca te olvides: no vamos a parar nunca, porque si paramos le fallamos a La Negra y a todas las que no están. Mirala porque La Negra no lucha más, pero acá estamos nosotrxs y juramos vencer”.
Las canciones y las consignas continuaron en el Obelisco. “A Micaela vamos a vengar con organización”; “El patriarcado va a caer”. A la vez de que la angustia se iba politizando, comenzaron a aparecer las sonrisas, el encuentro, la hermandad. La lluvia fue parando y Micaela estuvo allí ochocientas veces multiplicada. Más fuerte y más viva que nunca, gigante, inmensa, con muchas más potencia todavía que antes. Y aparecieron también Lucía Pérez, Melina Romero, Ángeles Rawson, Lola Chomnalez, Otoño Uriarte, Pepa Gaitán y todas las mujeres que fueron arrebatas. Porque ya no están solas, están organizadas. Para el próximo martes 11 de abril a las 18 se organiza una nueva convocatoria en Plaza de Mayo. Para reclamar por todas ellas. Por ni una menos.
Actualizado 9/04/2017
Abr 8, 2017 | Trabajo
A las 14.00 de este viernes, la Policía desalojó a los trabajadores de AGR-Clarín de la planta de Corrales 1393, Nueva Pompeya. «El desalojo fue pacífico, por suerte. Hubo como siempre mucho acompañamiento desde afuera», dijo a ANCCOM Sebastián Marietan, delegado de AGR-Clarín que trabaja desde hace 19 años en la planta. Los gráficos continúan exigiendo la reincorporación de los 380 despedidos con un acampe en la vereda y este sábado realizarán una asamblea para decidir cómo seguir.
La policía llegó con una orden de allanamiento, se acercó al portón y la leyó. Luego de que la comisión interna hablara con la policía, salieron de la planta alrededor de 110 trabajadores que permanecían adentro. «Priorizamos la integridad de todos. Habíamos votado en una asamblea que si no eran violentos, íbamos a salir», explicó Ariel Caruso, que también trabaja hace 19 años en la planta impresora del Grupo Clarín.
Los trabajadores pidieron que un fiscal entrara a la planta junto a un testigo propio, para que quedara en actas que las máquinas y la planta estaba en perfecto estado. En el escrito también consta el acampe que están realizando actualmente los obreros. La camioneta de inteligencia que realiza espionaje a los trabajadores continúa en el lugar.

Marcha de los trabajadores de AGR-Clarin frente a canal 13 por la reincorporación de los trabajadores despedidos, el pasado enero.
Actualizad 07/04/2017