La comunidad educativa de la Escuela de Bellas Artes Rogelio Yrurtia realizó el martes último clases públicas y convocó a los vecinos del barrio a participar de actividades con el propósito de difundir las problemáticas que atraviesa la institución. Hace ya siete días que las autoridades de la escuela de nivel secundario y terciario se ven obligadas a suspender el dictado de clases por falta de energía eléctrica. Y a pesar de la urgencia, por la que alrededor de 500 jóvenes perdieron hasta el momento una semana de clases, la empresa EDESUR informó que no está en condiciones de reparar el desperfecto técnico en el corto plazo, debido a un problema sindical.
Ante la falta de respuestas concretas a su reclamo formal, diferentes sectores de la comunidad escolar decidieron manifestarse en la vía pública a través de clases abiertas para visibilizar el problema y obtener una solución que les permita volver a clases con normalidad. La movilización, que comenzó cerca de la una al mediodía, continúo durante toda la jornada.
Malena Briones, alumna e integrante del Centro de Estudiantes, describe las circunstancias con las que lidian docentes y estudiantes: “Entre alumnos de bachiller, de iniciación y de profesorado, la escuela tiene un total de 500 estudiantes, que se están quedando sin clases. Hoy es el séptimo día que no tenemos por falta de luz. Se supone que tendríamos que haber, porque a principio de año hicieron un cambio en la estructura eléctrica en la que invirtieron tres millones de pesos. Sin embargo, entre todos los arreglos dejaron parte de la escuela afuera porque no estaba en los planos, y gastaron toda esa plata en la mitad de la escuela. Un día se nos corta la luz por la rotura de un cable de EDESUR, y la empresa dice que no sabe cuándo lo van a poder arreglar.” Frente a la ausencia de una solución inmediata y en vista de la cantidad de horas de clase perdidas, Briones manifestó la determinación de los alumnos de participar de clases públicas en la vereda de la institución como una manera de continuar con su aprendizaje, pero también para hacer visible las exigencias de la comunidad educativa. “Realizamos estas actividades abiertas, en principio para no perder la regularidad de la cursada. La idea es que podamos venir y hacer algo, ya sea adelantar los trabajos de escultura, de pintura o de dibujo que tengamos pendientes, pero sobre todo para que no perdamos la regularidad. También para mostrar que, a falta de respuesta del Estado ante la problemática que nos lleva a perder clases, somos nosotros quienes decidimos tenerlas de todas formas”.
Briones manifestó la determinación de los alumnos de participar de clases públicas como una manera de continuar con su aprendizaje, pero también para hacer visible las exigencias de la comunidad educativa.
En el mismo sentido se manifestó Julián Bouvier, estudiante el Profesorado de Docencia Artística: “Desde el Gobierno y los medios de comunicación hegemónicos se insiste con el tema de que los pibes no tienen clases por el paro docente, y nosotros, que perdimos una semana de clases por un desperfecto técnico, estamos en la puerta de la escuela demostrando que queremos estudiar y que nos interesa la educación pública”. El joven responsabilizó a los gobernantes por la situación: “Queremos cuidar a la educación, pero los gobiernos no hacen nada. Nadie se hace cargo de nuestro problema. Primero le echaron la culpa a EDESUR, después al Ministerio de Educación. EDESUR está desde hace varios días con un reclamo gremial interno, con lo cual no están pudiendo atender las necesidades de la escuela. El Ministerio de Educación no se hace cargo y la Dirección del Área Artística, de la cual depende la Escuela de Bellas Artes, también desoye nuestras protestas.”
Lorenzo Dibiase, otro alumno del nivel terciario, añadió: “Recién hoy, el séptimo día desde el corte de luz, nos trajeron un generador eléctrico. En estos siete días no paramos de mandar cartas y de comunicarnos por redes sociales con EDESUR”. La incertidumbre sobre el futuro es grande, plantean los estudiantes: “No sabemos si va a haber alguna respuesta a las clases abiertas, pero en caso de que para mañana sigamos sin luz, nos vamos a concentrar en la puerta de la Dirección del Área Artística. Y mientras no tengamos respuestas, vamos a seguir con las clases públicas”, adelantó Briones.
Los problemas edilicios son un constante reclamo de la comunidad educativa al Ministerio de Educación.
El derecho y deseo de estudiar
Desde el mediodía hasta altas horas de la noche, decenas de estudiantes se concentraron frente a la entrada del establecimiento en defensa de su derecho a la educación. Acompañados cada tanto por padres, madres y docentes, los jóvenesparticiparon de cursos y talleres al aire libre, pasando las horas a base de mates, alfajores,proyectos artísticos y alguna que otra guitarra.“Se están haciendo talleres de encuadernación y de esténcil, de dibujo y de pintura. A la noche, una profesora adelantó contenidos de la materia de escultura. Más tarde, docentes del profesorado hablaron sobre la situación actual del país. También vamos a tener una reunión de la Comisión de Género, que se está haciendo dos veces por semana”, explicó la integrante del Centro de Estudiantes, Malena Briones.En este sentido, Lorenzo Dibiase explicó: “A través de estas clases públicas estamos llevando a la calle lo que hacemos dentro del aula: producir material simbólico. Esta es una escuela de arte. Hay compañeros dando talleres. También estudiamos y tocamos la guitarra, que es lo que siempre solemos hacer, porque compartir estas cosas forma parte de la institución. Se trata de llevar hacia afuera la misma lucha que planteamos desde adentro de la escuela.”
Además del problema más inmediato que supone la falta de energía eléctrica, Briones declaró que el establecimiento se encuentra en malas condiciones de infraestructura. “Es un colegio muy viejo, que en principio era una fábrica y después lo fueron adaptando. Cada vez que llueve se inunda, hay goteras y las paredes están destruidas. Además, está la cuestión del predio que nos vienen prometiendo desde hace quince años y nunca terminan de construirlo. Cada vez que se para la construcción, tenemos que hacer alguna medida de fuerza como cortar la calle o tomar la escuela, y recién ahí continúan”, se queja la estudiante. La dificultad, según dice, radica en los cambios de empresas, y la burocracia que eso conlleva: “Cambian la firma, desaparece el presupuesto y se vuelve a parar la obra, es un ciclo que se viene repitiendo hace diez años. Si no hacemos este tipo de medidas de fuerza, no nos dan respuesta. Ya llevamos los informes, hicimos los reclamos como dice la ley, reclamamos a EDESUR y a la Dirección del Área Artística, pero seguimos sin tener solución.”
Padres y docentes de la Escuela de Bellas Artes Rogelio Yrurtia: «Se trata de llevar hacia afuera la misma lucha que planteamos desde adentro de la escuela”.
A raíz de las dificultades edilicias que sufre la institución, Julián Bouvier afirmó que el problema que actualmente atraviesa la comunidad escolar de la “Rogelio Yrurtia” no se remedia simplemente con la instalación momentánea de un generador eléctrico, sino que la solución definitiva es la construcción de un nuevo edificio. “Lo único que hacemos es tapar baches en vez de solucionar el problema. Hace dos años tuvimos una intoxicación dentro del aula por una pérdida de gas. Dieciocho pibes y un profesor tuvieron que hospitalizarse. Después de eso se cortó el gas y estuvimos un mes con la escuela tomada, esperando que nos devuelvan el gas. Ahora se rompió un cable y estamos hace siete días sin luz. Para el gobierno y el Ministerio de Educación, la respuesta es mandarnos un generador; para nosotros, la respuesta es tener un edificio nuevo.”
El próximo jueves, estudiantes de los niveles secundarios y terciarios, padres y docentes marcharán unidos para difundir su reclamo en los alrededores del barrio. “Estamos intentando reunir a la comunidad educativa”, expuso Bouvier.
Bouvier afirma que “lo único que hacemos es tapar baches en vez de solucionar el problema».
“Es un colegio muy viejo, que en principio era una fábrica y después lo fueron adaptando. Cada vez que llueve se inunda, hay goteras y las paredes están destruidas», comenta Briones.
Mirá el reclamo de la comunidad educativa de la Escuela de Bellas Artes Rogelio Yrurtia:
(Fuente: estudiantes y docentes de la Escuela de Bellas Artes Rogelio Yrurtia).
Parir, un documental que tematiza la violencia obstétrica, se estrenará el próximo 18 de mayo en el cine Gaumont durante la Semana Mundial del Parto Respetado, que se desarrolla del 16 al 22 del corriente mes. Su realizadora, Florencia Mujica, trabajó junto a la organización social Las Casildasy el colectivo audiovisual venezolano La Taguara y contó con un subsidio del Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales (INCAA) para su producción.
“Intentamos con este documental -cuenta Mujica- visibilizar esta violencia que circula todo el tiempo en las salas de parto y en los nacimientos pero que no se lograba nominar y encuadrar desde las vivencias nuestras. ‘Mi’ parto violento resuena con el ‘tuyo’ que fue un espanto. Entonces no hay nada que discrepe ahí, es colectivo”.
La película relata y plasma un registro a lo largo de todo el proceso de embarazo de tres mujeres. “Todo el tiempo temíamos agotarlas, porque no es lo mismo hacer una jornada de rodaje con una mujer que está embarazada que con una que no lo está. Una vivía en Laferrere, la otra en Devoto y la otra en Liniers, así que anduvimos un poco así, yendo y viniendo. Pero el planteo era que aparezcan ellas tres, de perfiles bien distintos, pero que tenían en común el deseo de tener un parto natural y acompañarlas en ese proceso. Ver qué pasaba en el desarrollo, con qué cuestiones se iban encontrando y cómo, de alguna manera, el sistema médico va conduciendo a una imposibilidad de que lleves adelante tu deseo”, explica Mujica.
La violencia obstétrica se encuentra tipificada en la ley 26.485 de Protección Integral a la Mujer, que establece en su artículo 6, inciso “e” que la violencia obstétrica es “aquella que ejerce el personal de salud sobre el cuerpo y los procesos reproductivos de las mujeres, expresada en un trato deshumanizado, un abuso de medicalización y patologización de los procesos naturales, de conformidad con la ley 25.929”.
Florencia Mujica- direccion y producción ejecutiva- Gabriela G. Fuentes (La Taguara Films)- Julieta Saulo y Florencia Carroza (Las Casildas-Prod.de contenido) listas para el estreno el 18 de mayo en el cine Gaumont durante la Semana Mundial del Parto Respetado.
Lo maternal es político
Julieta Saulo cuenta cómo se originó la organización que milita contra la violencia obstétrica desde 2011: “Las Casildas surge de una búsqueda personal, a raíz de mi maternidad y luego de llegar a un parto absolutamente desinformada. En el momento en que estoy pariendo a mi hija, yo grito y un señor irrumpe en la sala de parto preguntando ‘¿¡qué pasa!?’ como si no fuera normal que en esa situación tan dolorosa una pudiera gritar. Éste fue un suceso que pasó inadvertido para todas las personas que estaban en la sala de parto. Pero para mí no: eso fue como el quiebre, me quedó resonando y empecé a investigar, a leer. Así llegué a Casilda (por la escritora española Casilda Rodrigañez Bustos) y a empezar a concebir la maternidad como un lugar de poder y de militancia”.
Las Casildas es una organización independiente de partidos políticos, que realiza desde sus comienzos investigación mediante encuestas y que ya ofreció la obra de teatro “Parir (Nos)” en la que también se tematizó la violencia obstétrica.
Julieta es puericultora en la Maternidad Estela de Carlotto (MEC) y conoció a Florencia Mujica en un grupo de crianza. Ambas relatan que lo que las acercó a la temática de la violencia obstétrica fue su experiencia personal al transitar la maternidad. Para Saulo: “La maternidad en su dimensión política es entender que no sos un envase, conectar con el deseo y restaurar los espacios que las mujeres teníamos en la antigüedad, de estar con otras y criar con otras y que en la actualidad no sucede, la maternidad se transita en soledad y más en las urbes grandes como esta”.
Otro de los cambios que remarcan la autoras es en relación a cómo son tratadas las mujeres cuando pasan a ser embarazadas: “De repente tecuidan, pasas a ser ‘mamita esto’, ‘mamita lo otro’, ‘mamita vení’. Hay una infantilización de la madre gestante”. Pero la maternidad también, afirman, tiene consecuencias en la vida profesional: “Para el sistema capitalista ya no sos productiva, corrés desventaja en relación con los otros”.
El grupo de mujeres documentalistas venezolano La Taguara participó en el proyecto y aportó su trabajo en edición y post producción. Gabriela González Fuentes, perteneciente al colectivo, da su opinión sobre Parir: “Es interesante, sobre todo para las mujeres que no son madres, que puedan tener esa reflexión y se puedan empoderar antes de entrar en ese lugar y se puedan defender ellas y sus proyectos. Parir focaliza muy bien esto que decimos desde La Taguara: que las mujeres no somos paranoicas, que hay una evidente relación de dominación”, enfatiza.
En este acercamiento a la violencia obstétrica, desde que se interesó por la temática, Mujica se dio cuenta de que no se trata de un caso o varios: “Se trata de la misma historia. Cambian los actores pero lo que pasa es lo mismo. Las mujeres son maltratadas sistemáticamente”. Explica que el documental incluye entrevistas que dan cuenta de distintos puntos de vista: Ariel Karolinski -representante de Organización Mundial de la Salud (OMS) en Argentina-, algunos médicos más intervencionistas o “cesaristas” –a favor de la cesárea- y la contracara del parto respetado, que es otra formación ético-profesional y es cómo se trabaja en la MEC.
La OMS recomienda que el número ideal de cesáreas en un país no debe superar el 15%. Sin embargo, en Argentina asciende hasta el 50% en clínicas privadas. La sanción de la ley 25.929 tiene como objetivo impulsar políticas públicas orientadas a hacer que sean respetados los derechos de las mujeres gestantes y los recién nacidos. Esta ley establece que las instituciones de salud deben informar y asesorar a las mujeres sobre los riesgos de los procedimientos que van a realizarle, a ser tratadas con respeto y dignidad, a estar acompañadas, a estar con sus hijos e hijas, a no ser sometidas a procedimientos de investigación sin el debido consentimiento, entre otros.
Este año, además, la salud sufrió un ajuste del 12,2 % en términos reales y en el que el Programa de Atención a la Madre y el Niño fue recortado a la mitad. Desde dentro del sistema de salud, Julieta Saulo describe: “Es tremenda y nefasta la realidad. Yo trabajo en MEC. Este gobierno, como todos los de políticas neoliberales, lo que hace es mantener abiertos los programas, no los cierra pero los desfinancia. Entonces lo cierran pero con las puertas abiertas, porque se caracterizan por ser ‘políticamente correctos’, digamos. Pero cuando estás adentro del sistema, defendiendo espacios, es muy dificultoso.”
Las directoras de la MEC desde su inauguración en 2014, Patricia Rosemberg y Cecilia Zerbo, fueron depuestas de sus cargos en febrero de 2017. A ambas se les pidió su renuncia explícitamente por motivos políticos. Ellas habían sido reconocidas por su gestión hospitalaria. El hospital funciona en Moreno, uno de los barrios más populares de la provincia de Buenos Aires. Las directoras solicitaban, al momento del pedido de renuncia, ampliar el plantel profesional, ya que el hospital no había llegado a la totalidad de su capacidad.
El documental no solamente tematiza una cuestión de género sino también de clase: “El antagonismo está planteado: o parís en el sistema y con maltrato o parís en tu casa. Parir plantea la posibilidad de que el Estado tenga un espacio tan acogedor como una casa, tan respetuoso. Es posible, no es que no se puede hacer. Ese es un costado político que tiene la película y que es muy interesante. Plantea que se puede y se debe hacer desde el Estado”, sostiene Saulo.
Parir se proyectará durante dos semanas con posibilidad de extensión en el espacio Gaumont del INCAA, que ofrecerá dos funciones diarias para luego ser llevada a las diferentes provincias del país. Además, se ofrecerá en Chile a partir de junio.
“Te voy a hacer sentir mujer, forra, lesbiana”, le dijeron a Eva Analía De Jesús la noche del 16 de octubre, cuando un grupo de varones intentó propinarle una violación “correctiva”. Ante esa situación horrorosa, desesperante, ella se defendió y mató a uno de sus agresores, pero siete meses después sigue presa por una causa que todavía está caratulada como “homicidio simple”. Su familia y miembros de la Comisión de Justicia por Eva-Higui, que pelean para cambiar la carátula y lograr su liberación, organizaron para mañana, miércoles 17, una jornada de visibilización que se realizará desde las 17 en la Plaza de los Dos Congresos y consistirá en una radio abierta, en la que se expondrán otros casos de discriminación y agresiones contra la comunidad LGBT.
A Higui le negaron la excarcelación extraordinaria que había pedido el pasado 26 de abril su defensora legal, Raquel Hermida Leyenda. El paso siguiente será el pedido de una audiencia para solicitar la estrategia de la abogada se orientará a revisar las pericias previas, en particular las que comprenden a la ropa secuestrada y examinada. Familiares y allegados a Higui, sin embargo, cuestionan fuertemente su accionar.
El día que le negaron la excarcelación, un centenar de personas se manifestó frente a la Unidad Fiscal de Instrucción (UFI) 25 de Malvinas Argentinas para pedir una entrevista con el fiscal Germán Weigel, quien está a cargo de la causa como parte querellante y se negó a atender a la familia. Pero ante la insistencia de los manifestantes, que fueron agredidos a los empujones por la policía que custodiaba el lugar, cinco personas lograron ingresar para acercarle sus reclamos por las irregularidades en la investigación y para informarse sobre los detalles del avance de la causa.
Los detalles del encuentro con el fiscal fueron anunciados luego en una conferencia de prensa en la Casa de Cultura, cedida por el Municipio de Moreno. Carolina Abregú (hermana de Karina Abregú, sobreviviente de un intento de femicidio), relató: “La verdad es que Higui es muy valiosa, porque puede contar en primera persona lo que le pasó. La justicia no nos está dejando otra opción que no sea la autodefensa: somos nosotres o ellos”.
De la conferencia de prensa participó también la secretaria de Derechos Humanos y de Diversidad Sexual de Moreno, Nancy Sena, quien actualmente impulsa la propuesta de incorporar el cupo trans (colectivo al que ella misma pertenece) al Municipio. Sena hizo referencia al caso paradigmático de “Pepa” Gaitán, quien fue asesinada por un crimen de odio lesbofóbico en 2010.
Los familiares expresaron su desacuerdo con las acciones de la abogada: “Hoy nos enteramos de que todas las acciones que nosotros reclamamos en forma verbal y que venimos reclamando en los medios, las tendría que haber hecho la abogada y no había un solo papel que lo diga”, enfatizó Azucena Díaz, hermana de Higui. Además, la Comisión de Justicia declaró que la abogada les tenía prohibido publicar cartas o declaraciones de su defendida, para tener su exclusividad: “Hoy ella publica la presentación de la excarcelación, que tendría que haber hecho hace rato y además una carta escrita por Eva”, explicó Díaz. Carina Leguizamón, militante barrial y perteneciente a la Red de Mujeres de Moreno, agregó: “Cuando nos dijeron que la abogada era Hermida Leyenda fue muy sorpresivo, ya que esta mujer no representa al género y ni siquiera a nuestra clase social, entonces nos alarmamos y llamamos a les compañeres que estuvieron con nosotresen otras causas similares y acompañamos ante las irregularidades tanto de la defensora como del fiscal”.
Hermida Leyenda se hizo cargo de la causa en febrero, cuando los familiares desvincularon a la abogada oficial por su mal desempeño. La letrada trabaja en un espacio llamado Red de Contención, en el que ofrece servicios a víctimas de abuso y violencia de género. Sin embargo, es cuestionada por haber sido la defensora del empresario y femicida Daniel Bellini, para quien obtuvo el beneficio de la prisión domiciliaria luego de la condena por el asesinato de su ex pareja, Morena Pearson, en 2008.
“No queremos más Higuis, no queremos que maten a nuestras hermanas, a nuestras amigas, a nuestras vecinas”, declaró Say Sacayán, hermano de Diana Sacayán -víctima de travesticidio-, militante del Movimiento Antidiscriminatorio de Liberación y miembro de la Comisión de Justicia por Eva-Higui. “No queremos que nos encierren –agregó-. Las muertes de nuestras compañeres travestis no son denunciadas; no nos parece raro, porque la justicia no tiene perspectiva ni de género ni de diversidad, y aquellos cuerpos que son diferentes, disidentes, pareciera que no tienen derechos”.
Los reclamos de la familia de Eva también están direccionados al pedido por una justicia con más perspectiva de género y de diversidad en un contexto social en el que muchas mujeres no sobreviven para contar lo que les pasó, y en el que las que sí sobreviven, porque logran defenderse, son penalizadas. La jornada de visibilización en la que se reclamará la libertad de Higui, coincide con el Día Mundial Contra la Homolesbotransfobia: el 17 de mayo se conmemora la eliminación, en 1990, de la homosexualidad de la lista de enfermedades de la OMS. A la radio abierta se sumarán bandas musicales, que tocarán en vivo, y el montaje de una obra teatral. La jornada cuenta con la adhesión de Dora Barrancos, Herman Schiller y Osvaldo Bayer, entre otras personalidades destacadas, y un centenar de organizaciones sociales y de la diversidad y disidencia sexual.
Un hombre frente a una cámara, como si ésta no estuviera. Él y su familia en el festejo del cumpleaños número cuarenta, cuarenta y cinco, cincuenta… Ya no importa. Ya no importa porque no hay números sobre la torta de cumpleaños. Ya no importa porque hay una sola vela y una bengala, en símbolo de celebración. El hombre toma la bengala y la agita en el aire mientras sonríe hacia arriba, mirando al cielo y pidiendo un deseo.
“Esa foto fue en el último cumpleaños de mi viejo. Agarró la bengala y la empezó a agitar mientras miraba para arriba. Sentí que estaba pidiendo todos los deseos ahí, mirando la luz, como si mirara a mi abuela diciéndole: “Quiero ir con vos”, cuenta Nahuel Alfonso, explicando la secuencia de fotos más personales de su muestra. “Era muy importante su madre para él y en ese momento me dio la impresión de que él también se quería morir. Cuando llegué a casa, bajé las fotos y las empecé a mirar. Cuando me di cuenta que había doce personas alrededor de él, como en la Última Cena, pensé: El último cumpleaños. Pasó un mes y medio y falleció. Nos tomó por sorpresa. El 2014, fue un año durísimo: mi abuelo murió en enero, mi abuela en marzo, él en mayo y mi mamá en junio. Y eso muestra esa serie de tres fotos. El espacio que dejé entre la foto del cumpleaños y la que sigue, la del pasillo de la villa que da a la puertita de mi casa, es para mostrar justamente ese vacío, lo que pasó cuando él se fue. Y la tercera foto si la armé. Le pedí a todos que sacaran el poster de Jesús y que movieran las coronas de flores para que quedara solo el cajón con mi viejo. Les dije: “Quiero hacer una foto de mi papá, así que váyanse todos para atrás”, termina Nahuel, señalando la foto del velorio de su padre.
La muestra está compuesta, en su mayoría, por retratos.
Nahuel Alfonso, autor de la muestra de fotografía “Ciudad Oculta”, inaugurada el sábado 22 de abril en el centro cultural Haroldo Conti (ex ESMA), muestra la profundidad de la vida real en las villas, no desde la mirada externa, sino, desde “un pibe que vive en su barrio. La muestra transmite cercanía con las personas, que es una de los grandes motivos por los que hago fotografía. Si se fijan bien, es una muestra compuesta, casi por completo, por retratos. Empatía, ponerse en los zapatos del otro, acercarse con la gente, relacionarse. Creo que transmite eso: el valor de las relaciones humanas”. Los pasillos de la villa que no ocultan nada, muestran a sus integrantes, invisibles, auténticos, entre esos pasillos.
Nahuel arrancó con la fotografía al ingresar en los talleres de PH15, organización encargada de llevar talleres de fotografía a los chicos de Ciudad Oculta, villa 15, a partir de darle una cámara a cada uno y guiarlos en el camino del juego con las imágenes: “PH15 les brinda herramientas para su futuro: poder pensar el trabajo en equipo, crear y recibir una crítica constructiva y poder hacer valer sus opiniones. Estas, son todas herramientas que les faltan en otros ámbitos de su vida, y que el taller les deja, luego de su paso por las clases”, cuenta Miriam Priotti, una de las directoras, que junto con Moira Rubio Brennan, crearon la organización hace ya más de 15 años. “Difundimos la organización, cada vez con mayor esfuerzo. Las únicas formas de financiación son la venta del libro de los 15 años de la ONG, donaciones, venta de obra y donaciones de cámaras fotográficas que componen la totalidad del equipamiento de trabajo que se les da a los chicos”, cuenta Miriam para comprender la dinámica de la fundación.
Nahuel Alfonso, autor de la muestra de fotografía “Ciudad Oculta”, muestra la profundidad de la vida real en las villas, no desde la mirada externa, sino, desde “un pibe que vive en su barrio».
“Es Ciudad Oculta, pero al mismo tiempo no lo es. La muestra se podría llamar Familiao El barrio, pero es Ciudad Oculta, aunque no está mostrada como oculta, sino que retrata lo que ve un tipo común en su barrio. Y las fotos son eso: imágenes que retratan a las personas que viven en ese barrio”, explica Nahuel mientras detalla cómo llegó a la realización de la muestra, luego de que le robaran la computadora con sus trabajos hace algunos años. Gracias a la ayuda de algunos colegas y de la fundación, consiguieron rápidamente el material de trabajo para que pudiera seguir produciendo y lograron que tuviera todo lo necesario para, finalmente, presentar Ciudad Oculta, que se podrá visitar hasta el 30 de julio, con entrada gratuita.
“A los doce años fue la primera vez que tuve una cámara en mis manos. Se la había robado a mi mamá y la llevé con los chicos. Mientras ellos les bajaban los pantalones a otros, yo sacaba fotos. Era todo un juego”, recuerda Nahuel viejos tiempos. Las fundadoras de PH15 cuentan que ha cambiado mucho el lugar desde donde los chicos se acercan a los talleres. En los comienzos, no tenían ningún contacto previo con una cámara, mientras hoy no solo conocen su funcionamiento, sino que ingresan con muchos prejuicios: “Ahora quieren acceder a una nueva forma de contar y de relacionarse con la herramienta, teniendo que derribar muchos prejuicios sobre qué mostrar y cómo mostrarse en una fotografía. Hoy, hay mucho prejuicio por deconstruir para que puedan tener un lenguaje más propio”, explica Moira.
«Los pasillos de la villa que no ocultan nada, muestran a sus integrantes, invisibles, auténticos, entre esos pasillos».
Ninguna de las fotografías de la muestra fue realizada para la exposición, sino que todas fueron tomadas en momentos espontáneos o específicos que retrataron una cualidad particular de la villa. “Cuando retomé la fotografía, ya venía buscando una herramienta artística de expresión. Había pasado por la literatura, la música, la pintura, y lo que me pasó es que quise probar de vuelta y volví al barrio. Ahí saqué la foto del paraguas. Tendría 20 años más o menos, y en ese momento me di cuenta que quería dedicarme a la fotografía realmente. Fue la foto que me ancló en una realidad y me hizo entender quién soy y qué es lo que quiero ser”, revela Alfonso al mostrar la foto principal de su muestra.
PH15 sostiene que el arte funciona como una herramienta que genera cambios en la vida de las personas, más allá de la inclusión dentro de un lenguaje artístico. Y Nahuel resume que él hace fotos como quien escribe poesía: “Estás ahí y empezás a narrar lo que ves, contándolo desde las emociones. Las fotos por sí mismas, muestran lo que uno quiere expresar. Por ejemplo en esta foto, mi abuela a oscuras mirando la tele, no es solo eso, sino que es el símbolo de mi abuela, que se sienta todos los días a la misma hora en frente de la tele, pareciendo ser la única compañía que tiene: Tac. Esa es la foto”.
Ciudad Oculta se podrá visitar hasta el 30 de julio, con entrada gratuita.
Una vez más la Plaza de Mayo se llenó de consignas: “Juicio y Castigo” “Nunca Más” “Ni olvido, ni perdón, ni reconciliación”. Frente al escenario, delante de las vallas, unas veinte llamas flamean alrededor de un pañuelo gigante. Algunas personas se acercan con una vela, la prenden, miran el símbolo unos minutos. De fondo, la multitud entona: “Madres de la Plaza, el pueblo las abraza”.
Con las avenidas todavía repletas de agrupaciones que esperan para entrar a la Plaza, los discursos terminan y estalla el tradicional grito de: “30.000 detenidos y desaparecidos: presentes. Ahora, y siempre. Ahora, y siempre”. Los pañuelos tiñen la Plaza de blanco. Como cada jueves a la tarde, como se pintó aquel día hace cuarenta años, pero esta vez multiplicado por cientos de miles desde la Casa de Gobierno hasta el Congreso. Algunos se van y otros llegan, la Plaza estará poblada hasta pasadas las 21.00. Los que no llegaron al acto -hubo desperfectos simultáneos en varias líneas de subte- quieren estar, pisar la Plaza, sumarse al repudio contra el fallo de la Corte Suprema de Justicia que extendió el beneficio del 2×1 a condenados por delitos de lesa humanidad.
El Frente de Organizaciones en Lucha (FOL), La Brecha, el Frente Popular Darío Santillán, la Asociación de Trabajadores del Estado (ATE) y el MST Frente de Izquierda avanzan por Diagonal Norte, mientras el Movimiento Evita y la Juventud Peronista llegan por Avenida de Mayo.
La adhesión a la movilización reúne a todo el arco opositor, la CGT, también a intendentes del Conurbano bonaerense.
San Martín, Bolívar y Defensa también alojan a cientos de personas, grupos de amigos, familias y parejas que intentan llegar a la Plaza. “Hace quince años que marcho todos los 24 de marzo, y hoy fue impresionante”, dice Tomás a ANCCOM. Lleva colgado un cartel con la fotografía de una mujer desaparecida durante la última dictadura. “Me gusta tomar la historia de algún compañero desaparecido y marchar con su nombre en el pecho”, explica.
Entre las agrupaciones que avanzan por la Avenida, se distingue una bandera más sutil pero no menos plantada: la Asociación Americana de Juristas (AAJ) que tiene entre sus objetivos principales “la defensa y promoción de los derechos humanos”. Esta vez, levanta su bandera contra el 2×1. Liliana Costante, integrante de la asociación, denuncia la decisión de los jueces. “Si tuvieran un poco de dignidad, renunciarían”, razona.
Además, advierte que la ley aprobada en el Congreso “es un acto político simbólico, pero necesario”. Y amplía: “Ya existe legislación internacional para comprobar la inconstitucionalidad del 2×1. Es como que acá diluvie y vos sacás una ley para explicar que está diluviando. Los juristas no estamos en un tupper ni en una palmera, sabemos bien que el conocimiento es una herramienta de lucha”.
En la esquina de Avenida de Mayo y Chacabuco, un grupo de hombres y mujeres tocan los tambores. Las calles están menos abultadas y los puestos de hamburguesas más concurridos. María García Medina es psicóloga y tiene cincuenta y cuatro años. Desde que llegó a la Capital, en el 82’, acompaña la ronda de las Madres. “Me encanta estar acá, me emociona”, explica María a ANCCOM. Y recuerda a sus amigos detenidos durante la dictadura. Lleva dos pañuelos blancos: uno en la cabeza y otro alrededor del cuello.
La luna llena encandila más que los faroles de las calles. Entre las últimas banderas que se acercan, está la infaltable wimphala, con el grupo de sikuris que suena alrededor. Hace una hora las Abuelas y Madres terminaron el discurso, pero las organizaciones siguen avanzando. Nadie se va sin llegar a la Plaza.
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León Gieco, quien no puedo llegar a la marcha, le dedicó esta canción a las Madres y Abuelas: