La Seguridad Vial como política de educación, salud y planificación pública

La Seguridad Vial como política de educación, salud y planificación pública

En el primer cuatrimestre de este año se registraron 1200 siniestros de tránsito fatales, que se llevaron la vida de 1339 personas. El riesgo de ver esta problemática solo como un error humano ante la falta de planificación y prevención.

En el primer cuatrimestre de este año se registraron 1200 siniestros de tránsito fatales, que se llevaron la vida de 1339 personas. Estos datos, provistos por el Observatorio Nacional Vial, ilustran una clara problemática: calles, avenidas y rutas pueden ser peligrosas.

Alberto Gasparín, de Luchemos por la Vida, una asociación civil que tiene como objetivo la prevención de accidentes de tránsito, sostiene que hay que concientizar al público general para evitar muertes innecesarias. Si bien la educación vial debería ser curricular en las escuelas desde el año 1986, hasta el día de hoy no existe de forma oficial en los programas. “No existe seguridad vial en los colegios, solo existen maestros o directores preocupados que nos convocan. No pretendemos que sea una materia de currícula, pero sí que aparezca la seguridad vial como algo transversal”, asegura.

Por su parte, Mariana Sena, miembro de la organización Compromiso Vial, de Rosario, dice: “No pasa por agregar más cosas a la escuela. Muchas veces los Estados generan programas y planifican, depositando más que generando. Depositan la responsabilidad a las escuelas, pero en las escuelas es un elemento, no pueden ser ellas las encargadas de que esto se lleve a la práctica.”

La falta de educación vial se ve reflejada en las actitudes de quienes circulan; no solo de los conductores, sino también de los peatones. Sin embargo, en la medida que todos forman parte de un mismo sistema, se debe encontrar una forma de convivencia que genere empatía respecto de los demás. Desde Compromiso Vial se comprende a la circulación vial como un fenómeno social, que se vincula con la salud psíquica y física. Por ello hacen uso del concepto de “violencia vial”. “Hablamos de violencia porque en la calle aparece un cuadro donde convergen diferentes actitudes agresivas”, indica Mariana Sena.

También Sena sostiene que desde la organización se hace especial mención a la perspectiva de género en el tránsito. “La mujer aparece siempre en un lugar de cuidado y el macho siempre aparece como imponente, que no se apega a las normas. No es una cuestión de cupo, sino que se debe tener sensibilidad y respeto al manejar”. La figura masculina tiene ciertas habilitaciones que le permiten actuar de forma imprudente. Por ello proponen una pespectiva feminista para la deconstrucción del sistema actual de circulación.

En lo que respecta a la seguridad vial parecería haber una ausencia del Estado. Una de las áreas más notorias en la falta de intervención es la de la seguridad infantil. Según un informe realizado por la Sociedad Argentina de Pediatría, en conjunto con la Asociación para la Disminución de Siniestros Viales (ADSV), actualmente en Argentina se venden 326 modelos de Sistemas de Retención Infantil, más conocidos como “sillitas”. De este número, hay 10 modelos que no tienen homologación alguna, es decir, no se verificó su efectividad ante un posible siniestro vial y aun así son comercializadas como si cumplieran con este propósito, sin ninguna condena o sanción por parte de los organismos pertinentes. Asimismo, el valor de mercado de estos artículos es muy elevado (pueden llegar hasta a los 125 mil pesos), lo que sugiere que el transporte seguro de los niños no implica un derecho, sino un privilegio.

De acuerdo a Axel Dell´Olio, presidente de ADSV, la seguridad vial debe entenderse como un problema de salud pública. Propone no pensar en el “error humano”, sino en la ineficiencia de la infraestructura existente. “Cada vez que no se invierte en un metro de ruta, se paga en un hospital siete veces más de lo que no se invirtió”, afirma.

Según Dell´Olio “es muy simplista decir que es un error humano. Hay un error de infraestructura, que se comparte con el error humano. Hay que hacer campañas de concientización, pero también hay que generar infraestructura, y hay que fortalecer la ley. Falta un consenso en el que se definan las acciones que se van a hacer, es un problema de salud pública, y mientras no se entienda como tal, no se va a avanzar”.

A pesar de la necesidad de un cambio estructural, constantemente se proponen medidas para evitar que los siniestros viales terminen con víctimas fatales o con traumatismos graves. Ema Cibotti, historiadora de reconocida trayectoria y miembro de la Asociación Civil Trabajar contra la Inseguridad Vial y la Violencia con Acciones Sustentables (ACTIVVAS), comenta que la iniciativa #Calles30 propone bajar la velocidad mínima de 40 kilómetros por hora a 30. Esto se debe a que muchas de las muertes de peatones se producen porque 40 todavía es una velocidad bastante alta en las ciudades. Al reducir la velocidad, entonces, se resulta en un menor número de accidentes, dado que permite al conductor tener más tiempo de visualizar la situación con más claridad y al peatón observar la aproximación del vehículo. “La velocidad 30 no es un capricho, salva vidas”, asegura Cibotti.

Si bien el escenario en Argentina impone una necesidad de planificar nuevas estrategias de seguridad vial de largo plazo y todavía queda un largo camino por recorrer respecto a nuestra forma de transitar, el constante trabajo de las organizaciones civiles apunta en la dirección indicada.

“No queremos una estrella más en el cielo”

“No queremos una estrella más en el cielo”

El último informe de la Agencia Nacional de Seguridad Vial del Ministerio de Transporte releva que durante 2020 se registraron 2.784 siniestros fatales en los que 3.138 personas perdieron la vida. Menos que en periodos anteriores pero con números siempre elevados, en un gran número producto de “picadas” automovilísticas. 

Carteles, pinturas en el asfalto, en una ruta. Bicicletas colgadas en el tronco de un árbol, nombres de personas y fechas son señales de que algo pasó y ahí se quedó.  El lema: “No queremos una estrella más en el cielo” es la campaña de concientización que la Asociación Madres del Dolor lleva adelante para prevenir hechos viales. 

Si vas caminando por la calle y elevas la vista, probablemente te encuentres con una estrella amarilla o una bicicleta, con un nombre y una fecha. Seguro no sepas quién es esa persona, qué hacía o cómo era. Tampoco quién era su familia, sus amigos y qué pasó ahí.

Madres del Dolor fue creada el 10 de diciembre de 2004 con la finalidad de promover y consolidar la prestación de la justicia, brindar servicios de asistencia y constituir un foro de defensa de los derechos y la seguridad ciudadana. Las fundadoras han perdido a sus hijos en diferentes hechos de violencia que lejos están de calificarse como simples accidentes de tránsito. Una de las integrantes es Viviam Perrone, mamá de Kevin Sedano.

Kevin, de 14 años, fue atropellado, abandonado y muerto por Eduardo Sukiassian el 1 de mayo del 2002. A partir de ese trágico momento, Viviam comenzó una larga lucha para pedir justicia por su hijo.

La labor de Viviam está enfocada en visibilizar violaciones a las reglas de tránsito que provocan muertes evitables, algo que se ha incrementado en forma excesiva. Teresa Mellano, mamá de Paolo Mellano, atropellado en una picada el 21 de septiembre de 2003, vio que en Colombia para recordar a las víctimas de tránsito pintaron y colocaron carteles con cruces negras. 

“A nosotras nos pareció mejor la estrella amarilla con el lema «No queremos más una estrella en el cielo» y con el color amarillo, que es el que se usa en la prevención de  tragedias viales”, explica Viviam.

“Nosotras no utilizamos la palabra accidente porque la mayoría de los casos son totalmente prevenibles. Un accidente es algo que vos no podés evitar. En cambio, la mayoría de estos hechos son totalmente evitables. Entonces, colocamos el cartel estrella amarilla para prevenir otros casos”, agrega Viviam.

Cinco puntas

“La Estrella tiene en cada punta una palabra: Memoria, Prevención, Ley, Justicia y Educación”, cuenta Viviam. En cada hecho vial se repetían, por eso las madres fundadoras las eligieron para comunicarse. La representante de Madres de Dolor lo sintetiza en cinco puntos:
1)
“Memoria para nuestros seres queridos, muchos de ellos tenían muchos sueños por delante.” 

2) “Justicia porque no queremos venganza, sino que la justicia sirva para levantar los pedazos que quedaron de nuestras familias y volver a armarla en una nueva vida, nueva familia, porque todo hay que construirlo desde cero. Lamentablemente casi nunca se hace presente.” 

3) “Prevención, que sea llamativa y llame la atención.”

4) “La Ley estaría emparentada con la justicia”

5) “Educación porque sentimos que todavía hay mucha gente que no sabe lo que significa la estrella”.

“En la bici va una vida” hay gente que pone la bicicleta y la estrella porque también es un hecho vial. La verdad es que no queremos llenar las ciudades y el país con estrellas, bicicletas, lo que queremos es que no existan”, concluye la referente de Madres del Dolor.

Señales

La muerte de Kevin Sedano fue un caso que ningún medio cubrió. Viviam necesitaba saber quién había atropellado a su hijo, qué pasó, por qué se escapó y encontrar al responsable. 

Hoy, cuando alguien se escapa rápidamente, la prensa cubre la noticia. “En ese entonces no había tanta cámara. Nos acompañan los medios, la gente comprende que realmente son evitables; y, la gente sabe que no hay que correr picadas, que no hay que estar conduciendo en estado de ebriedad”, analiza Viviam sobre las dificultades iniciales y los cambios propios de entornos urbanos con muchas cámaras de seguridad..  

Las estrellas amarillas empezaron en 2006. En Vicente López se colocó la primera, fue la de Paolo Mellano, a dos cuadras de donde mataron a Kevin (Corrientes y Libertador). La segunda estrella fue la de Kevin, recuerda Viviam. 

Penar el “homicidio vial” 

En la Cámara de Diputados hay dos proyectos legislativos importantes: La Ley Tahiel recupera el nombre de Tahiel Contreras, un niño de 6 años atropellado por un automóvil que corría una picada en la localidad bonaerense de Gregorio de Laferrere. Este proyecto crea las figuras penales de “homicidio vial” y “lesiones viales” y determina que quien cause la muerte haciendo picadas ilegales, tendrá una pena de 8 a 25 años de prisión. Según la norma, el delincuente vial quedaría preso desde el momento cero de la investigación, además de fijar la pena de inhabilitación absoluta para volver a conducir.

La Ley Kevin, otra iniciativa  elaborada por la diputada María Luján Rey, aplica no sólo para los que participan de las picadas, sino también para aquellos que las promocionan o las organizan.

Viviam Perrone también está trabajando en el proyecto de Ley Alcohol Cero. “Nosotras queremos, que si el test de alcoholemia le da a un conductor un gramo de alcohol en sangre, se considere un delito aunque no haya chocado o matado a nadie. Si te dio más de uno, que es una barbaridad, además de eso te queda un antecedente penal y si lo volvés hacer tenés que quedar preso seis meses”, propone Viviam.

Picadas en pandemia

Durante las medidas de aislamiento preventivo los hechos viales se frenaron a partir del 20 de marzo. La primera semana la Asociación Madres del Dolor no recibió ningún llamado, pero en la segunda comenzaron a sonar los teléfonos. 

“Fue impresionante la cantidad de picadas que había en diferentes municipios, no pararon. Al contrario, cuando se liberó un poco fue increíble la cantidad de casos que hubo”, señala Viviam, y agrega: “A partir de junio ya estuve en el Congreso. Dije: “¡Basta, la gente se está muriendo, algo tenemos que hacer!” Siempre con los cuidados, manteniendo la distancia, estuve en marchas y cuando murió Tahiel me fui a La Matanza”.

Con las calles vacías y pocos autos circulando, las picadas callejeras durante la cuarentena cambiaron la metodología: se citaban por whatsapp y se encontraban al costado de alguna ruta. Hoy en día ocurren en cualquier horario. La Agencia Nacional de Seguridad (ANSV) está tomando medidas jurídicas de fiscalización para erradicarlas. También, solicita a quienes detecten estas competencias prohibidas las graben y las compartan con el organismo para que actúe de inmediato. 

Siniestros viales en Argentina

Comparando los datos del año 2020 con los anteriores disponibles se observa una contundente baja en la siniestralidad vial como un impacto directo de las primeras fases de la cuarentena.

De acuerdo con el análisis realizado por el Observatorio Vial, la tasa de mortalidad del año 2020 resultó ser de un 44% menor al último dato registrado. Un 6,9% durante 2020 contra 12,3% de 2018, último registro disponible. 

En abril del 2020 se registró una circulación 80% menor que la observada en el mes de febrero. No obstante, ese porcentaje se reduce a medida que avanza el año y aumenta la movilidad, en concordancia con los cambios de fases. Así, alcanza a una cantidad de víctimas fatales para el mes de diciembre similar a los de comienzo de este 2021 (369 para diciembre, 407 para enero y 340 para febrero).

Viviam Perrone hace 19 años inició una nueva etapa en su vida. Una historia que, lamentablemente, la cambiaría para siempre. Desde que su hijo murió en un hecho vial evitable, impulsó una lucha tenaz que Madres del Dolor sostuvo de manera continua. Sin embargo, hasta ahora sólo logró promover tres proyectos de ley que aún se encuentran en la mesa de entradas del Congreso de la Nación. 

Desde el 2007, Madres del Dolor participa en la campaña global  Calles para la vida o Streets for Life con el hashtag #Love30 para la Seguridad Vial que defiende el establecimiento del límite de velocidad de 30 km/h en todo el mundo, con el objetivo de lograr ciudades más seguras, saludables, ecológicas y adecuadas para vivir. 

Ecos de injusticia

Ecos de injusticia

Nada se parece más a la injusticia que la justicia tardía. Pero para las víctimas de la tragedia del colegio Ecos, la justicia ni siquiera llegó. El pasado 23 de agosto prescribió la causa en la que se investigaba el siniestro ocurrido el 8 de octubre de 2006 en la localidad santafesina de Margarita, en el que murieron nueve alumnos y una docente. A pesar de las irregularidades en la investigación denunciada por los familiares de las víctimas, la Corte Suprema de Justicia de Santa Fe se negó a reabrir el proceso judicial.

El expediente había sido cerrado en mayo de 2015 por la Cámara Penal de Rafaela. Una (in)justicia que, plagada de burocracia e intereses políticos y económicos, pareciera dejar más dudas que certezas, desilusión y angustia en los familiares de las víctimas. Pero el dolor nunca los paralizó y, desde un primer momento, lo transformaron en iniciativas y proyectos.  Por eso, próximo 8 de octubre, en ocasión del décimo aniversario del siniestro vial, se realizará como todos los años un festival artístico y solidario, esta vez en el Centro Cultural Kirchner.

Aún queda un recurso para intentar que la causa no quede cerrada definitivamente: se presentó una apelación ante la Corte Suprema de Justicia de la Nación, aunque los padres no conservan muchas esperanzas en el pedido del fiscal de la Cámara de Apelaciones en lo Penal, Civil y Comercial de la 5° Circunscripción de Santa Fe, Carlos Stegmayer. “La prescripción sucedió porque no se cumplieron los plazos procesales que se tendrían que haber cumplido, la veo muy difícil”, dijo Carlos Ecker, padre de Federico –una de las víctimas-, en diálogo con ANCCOM y agregó: “No creo que (el presidente de la Corte Suprema de Justicia de la Nación, Ricardo) Lorenzetti, que es del norte de Santa Fe, le quiera dar un tirón de orejas a la justicia santafecina, aunque se lo merecen porque la prescripción de la causa es por su inoperancia, desidia y falta de profesionalidad”. Ni siquiera la repercusión mediática del caso pudo lograr que la causa llegue a una sentencia firme.

Sentado en el living de su casa, Augusto Lasalvia, padre de otra de las víctimas, Justine, afirma: “Para mover un juez y probarle mal desempeño tenés que hacer todo un proceso en la magistratura provincial o nacional. Los jueces están eternamente apoltronados ahí, y tienen impunidad. Parece como un contrasentido que un juez tenga impunidad.” Ecker completa: “Los jueces son como señores feudales, sobre todo en el interior, pareciera que todo el poder del pueblo, del feudo, pasa por ellos.”

"Despertar conciencia vial" libro de seguridad vial  realizada por la asociación Conduciendo a Conciencia para alumnos de Segundo y Tercer año de nivel polimodal.

«Despertar conciencia vial», libro de seguridad vial realizada por la Asociación Conduciendo a Conciencia para alumnos de segundo y tercer año de nivel polimodal.

Todos Podemos Ser

Si el funcionamiento de la Justicia genera controversias, en las causas por siniestros viales parece ser peor. “Hay una jurisprudencia que tiende a no castigar el no respeto a las normas viales que pueden ocasionar muertes. Siempre decimos que si vos querés matar a alguien, la mejor forma es atropellarlo porque es muy difícil que vayas preso. Cuando vos matás con intención es más punible que cuando vos matás sin intención. Pero ahí tiene que haber un poco de interpretación: si vos tomás alcohol, salís a manejar borracho, ponés el auto a 150km/h y matas a alguien, tenés que tener alguna conciencia de que te estas convirtiendo en un alma mortal”, subraya Lasalvia.

En Argentina las muertes por accidentes de tránsito son alarmantes. Cuando sucedió el accidente en el 2006, los padres de las víctimas se encontraron con que el estado de la seguridad vial en el país era lamentable. Aunque las estadísticas estatales sigan siendo poco confiables, con la creación en 2008 de la Ley de Seguridad Vial y la Agencia Nacional de Seguridad Vial (ANSV) pueden verse importantes avances.  No obstante “las políticas estatales siguen estando en deuda”, según Augusto. “Las campañas se llevan a cabo por espasmos. Hay controles de alcoholemia, que aparecen y desaparecen. Hay vigilancia en algunas rutas, como pasa en la Ruta 2 en verano pero son en un punto fijo y ya se sabe dónde están. Y el que va a toda velocidad sabe que tiene que bajar un poco en determinado lugar y después sigue. Es ridículo, es como seguir fomentando la avivada criolla”. Las estadísticas, completa, avalan que ésta es la conducta, ya que la mayoría de los siniestros viales se originan por imprudencias de los conductores. “Es necesario un cambio cultural y cambiar una cultura lleva muchísimo tiempo de persistir con políticas, controles y sanciones, educación y prevención”, sostiene Sergio Levin, padre de Lucas –otra de las víctimas- y Director del Centro de Formación de la ANSV.

Con la aprobación de la ley se generó un marco legal íntegro que contenga a todas las provincias y municipios, aunque sigue sin cumplirse en su totalidad. Desde la puesta en marcha de estas iniciativas se puede notar un descenso en las muertes por accidentes viales, estableció Ecker, y agregó: “Los países que han podido reducir las muertes viales son aquellos donde la educación, la concientización y la prevención estuvieron siempre. Y si esto no da resultado, tenés que sancionar ejemplarmente. En nuestro país se tiende a perdonar las multas o a no pagarlas nunca. Lamentablemente para que saquemos un poco el pie del acelerador, te tienen que embocar con las multas”.

“La prescripción sucedió porque no se cumplieron los plazos procesales que se tendrían que haber cumplido, la veo muy difícil”, dijo Carlos Ecker.

Mañana es mejor

La Asociación Civil Conduciendo a Conciencia, conformada por los padres de las víctimas de la tragedia, tiene dos pilares principales: por un lado la concientización y por el otro la solidaridad. En cuanto a la concientización, el trabajo es intenso: charlas y capacitaciones en escuelas, universidades y empresas de todo el país, participación en foros internacionales de México, Colombia, Ecuador y España y trabajos en conjunto con la Organización Mundial de la Salud. Además, la creación de una revista que sale dos veces por año y la realización de un dinámico y moderno manual para los alumnos de la secundaria, Despertar conciencia vial, que se puede descargar en la web para la utilización de los profesores. “Muchos profesores lo toman como referencia porque ellos no tienen ninguna capacitación para enseñar sobre seguridad vial”, señala Augusto Lasalvia.

Por el lado solidario, todos los años se llevan a cabo festivales para continuar con la tarea iniciada por los estudiantes, que murieron cuando viajaban a ayudar a escuelas rurales. En este aspecto, el mundo artístico y cultural siempre tuvo un rol muy activo, para Sergio Levin: “Desde el comienzo, artistas como El Flaco (Spinetta) fueron un hombro donde apoyarse. Fueron nuestros embajadores en todos lados donde actuaban o cantaban y orgullosamente podemos decir que luego de diez años muchos lo siguen haciendo”. El año pasado el evento se realizó en el Luna Park y se juntaron 80 toneladas de donaciones.

El próximo sábado 8 de octubre, decretado “Día del estudiante solidario”, se cumplirán 10 años de la tragedia y se realizará en el Centro Cultural Kirchner el festival que incluirá actividades artísticas y culturales para chicos y adultos. En La Ballena Azul, desde las 14, habrá shows musicales. El primero estará a cargo de Mariana Baggio y Los Raviolis. Luego, a partir de las 17, tocarán Los Tipitos y León Gieco y, desde las 20, será el turno de Los Pericos y Los Auténticos Decadentes. También habrá un espacio infantil con talleres, muestras de arte, shows musicales, murales y creación de instrumentos musicales para donar a escuelas.

La entrada será una donación y para los shows en La Ballena Azul además hay que reservar entrada a través de la página del CCK.

 

Actualizado 05/10/2016