Un nombre, mil luchas

Un nombre, mil luchas

A un año del asesinato de la activista brasileña Marielle Franco, las calles del centro porteño amanecieron con placas simbólicas con su nombre y más tarde se realizó en el Obelisco un acto homenaje y en reclamo de justicia bajo la consigna “Florecer por Marielle”.

“La recuerdo con su belleza, su sonrisa, su carcajada y sobre todo su fuerza. Siempre fue una mujer que llegaba y resaltaba, transmitía energía. Llamaba la atención su capacidad de articulación y de hacer puentes, era muy firme y activa en sus posiciones, siempre buscando sumar entre la gente. Festejamos juntas en la calle el día que fue electa concejala, estaba plena”, rememoró Andressa Caldas, una amiga de Marielle presente en la convocatoria.

Andressa Caldas, compañera de Marielle Franco.

Militante, socióloga, madre, lesbiana, mujer negra nacida y criada en la favela de Maré en Río de Janeiro, Marielle Franco llegó a ser la quinta parlamentaria más votada en las elecciones de la capital carioca en 2016. Hizo de estas facetas un camino de lucha contra la discriminación, el machismo y la violencia policial e institucional que se dan a diario al interior de las favelas. “En la figura de Marielle se encuentra la síntesis de múltiples reclamos. Imponer la lucha antirracista en la agenda pública y política en Brasil requirió de mucha valentía. Subestimaron su poder y su capacidad para tejer una red de mujeres que pelearon a su lado y que hoy siguen defendiendo la misma lucha que ella inspiró y nos legó”, remarcó la paulista Renata Benítez, una de las organizadoras del acto e integrante del Colectivo Passarinho.

Marielle estaba convencida que las mujeres debían ocupar con sus cuerpos todos los espacios posibles. Puso sus ideas y su tiempo por causas que consideraba justas y urgentes. La noche del 14 de enero de 2018, antes de recibir 13 disparos que terminaron con su vida y la de su chofer, Anderson Gomes, volvía a su casa luego de coordinar un encuentro de mujeres llamado “Jóvenes negras moviendo las estructuras”.

A dos días del aniversario, en la madrugada del martes 12 de marzo, agentes de la División de Homicidios de la Policía Civil de Río de Janeiro realizaron un operativo por orden judicial en el que detuvieron al expolicía Elcio Vieira Queiroz y al sargento retirado Ronnie Lessa, bajo la sospecha de haber sido los autores materiales del doble homicidio calificado de Marielle y Anderson y de la tentativa de homicidio a la asesora de Marielle, Fernanda Chaves, única sobreviviente que viajaba en la parte trasera del auto. Lessa vive en una casa de cuatro millones de reales en Barra da Tijuca, barrio en el que vivió hasta su asunción Jair Bolsonaro. “Queremos que se investiguen a fondo las coincidencias y conexiones de los acusados y sus allegados con el entorno familiar del presidente Bolsonaro. Las investigaciones no pueden parar ahora. Brasil es un país que tiene en los ranking uno de los índices más altos del mundo de violaciones y asesinatos contra defensores de los derechos humanos, donde siempre pasa lo mismo, lo máximo que se logra conseguir es que se condene a los ejecutores, pero nunca se llega a los autores intelectuales que son grupos poderosos. Queremos saber quién dio la orden de matar a Marielle”, dijo Caldas, la amiga de la dirigente asesinada.

“En la figura de Marielle se encuentra la síntesis de múltiples reclamos (…) Subestimaron su poder y su capacidad para tejer una red de mujeres que pelearon a su lado», dijo Renata Benítez, integrante del Colectivo Passarinho.

Según denunciaron las fiscales del Grupo de Actuación Especial de Combate al Crimen Organizado, Simone Sibilo y Leticia Emile, el asesinato fue planificado al detalle con unos tres meses de anticipación. Se trató de un hecho llevado a cabo por profesionales dada su búsqueda en servicios informáticos, su destreza para limpiar la zona del atentado desactivando las cámaras de seguridad y operando con armas de uso exclusivo de las Fuerzas Armadas. Además, según arrojó la investigación, las balas que mataron a Marielle y a Anderson fueron municiones originalmente vendidas a la Policía Federal (PF) robadas de la sede de Correos de Paraíba en 2006. Esta es otra problemática de trasfondo: el extravío recurrente de municiones de la PF que luego son halladas en múltiples escenas de crímenes a lo largo y ancho del país.

Una de las principales luchas de Marielle era contra la militarización de las favelas. Fue relatora de la Comisión de la Cámara Municipal creada para fiscalizar las operaciones policiales y todo tipo de abusos por parte de las fuerzas de seguridad en el marco de la intervención en los barrios populares impulsada por el ex presidente Michel Temer. Marielle nació y vivió en las favelas de Río pero nunca naturalizó la violencia represiva dentro de los barrios sino que la transformó en lucha y en la denuncia diaria de las violaciones a los derechos humanos de los sectores más vulnerables. Cuatro días antes de su muerte, había difundido en redes sociales su repudio a los procedimientos ejecutados por el Batallón 41 de la Policía Militar de Río en la favela de Acari. Según consigna el diario Folha, se trata del cuerpo más letal del distrito, el que ostenta el mayor índice de asesinatos.

Homenaje a un año del asesinato de Marielle Franco, Concejala del PSOL, Brasil. Obelisco, Buenos Aires, Argentina. 14 de marzo de 2019

Detrás del asesinato de Marielle existe una compleja trama que involucra el accionar de las llamadas “milicias”, grupos de exterminio conformados por policías civiles y militares, tanto retirados como en servicio, que funcionan como un estado paralelo. Controlan desde las conexiones ilegales a servicios, la construcción, medios de transporte alternativos, el comercio, instituciones comunitarias y hasta las actividades políticas de campaña dentro de las favelas donde se asientan. Negarse a sus disposiciones no es una opción para quienes viven en los barrios populares. Investigar o denunciarlos tampoco. La jueza Patricia Acioli fue asesinada en 2011 por investigar a una milicia en la localidad de San Gonzalo. Sin embargo, el actual presidente ultraderechista Jair Bolsonaro, ha reivindicado públicamente en reiteradas oportunidades el rol de las milicias. Los detenidos por el caso de Franco están relacionados a la llamada “Oficina del Crimen”, un grupo de sicarios y mercenarios muy bien pagos ligados a una del barrio Río das Piedras, en el oeste de la “cidade maravilhosa”.

Eduardo Soares, antropólogo y politólogo brasileño experto en temas de seguridad pública, aseveró que “la violencia policial sistemática sólo se nutre cuando las capas superiores le ofrecen cobertura, es decir, cuando el comando de la policía, las autoridades políticas y la justicia están en comunión y hacen la vista gorda a la violación de los derechos de la base de la pirámide social. Y cuando este fenómeno se produce de forma continua durante décadas, esta alianza de agentes institucionales estimula la creación de incubadoras de redes criminales asociadas a intereses de todos los niveles de la escala. En mayor o menor grado, son todos cómplices”. Marielle peleó por desenmascarar esta complicidad. Detrás de su asesinato hay responsabilidades, intereses y disputas de poder en razón de los cuales distintas organizaciones de derechos humanos a nivel internacional lo han calificado de crimen político.

“Fue un femicidio político. La mataron por su lucha por la igualdad, en contra de la pobreza, el racismo, la homofobia y la misoginia. Estamos en momentos en América Latina donde la organización colectiva está siendo permanentemente reprimida y criminalizada”, afirmó Gastón Chillier, director ejecutivo del CELS durante la radio abierta que se desarrolló en el Obelisco. La referente de Juntas y a la Izquierda-MST, Jeanette Cisneros, en diálogo con ANCCOM, sostuvo que “hay que leer el contexto político de prácticas fascistas y de un régimen de crimen organizado al interior de las favelas en el que muere Marielle en Brasil, donde la represión física sobre las compañeras es una manera de amedrentar y evitar que otras sean las que salgan a luchar. Hay una responsabilidad política detrás de este asesinato que buscó desarticular todo un entramado social que al interior de la favela Marielle organizaba y representó desde su banca de concejala”.

Nora Cortiñas en el homenaje de Marielle Franco.

Como mujer negra Marielle también se convirtió en símbolo de la pelea de la comunidad afrodescendiente por el respeto y la legitimación de sus derechos. Miriam Gomes y su sobrina Florencia Gomes, integrantes del área de género de la comisión organizadora del 8 de noviembre (Día Nacional de los Afroargentinos y de la Cultura Afro), se refirieron a las problemáticas que atraviesan. “Sufrimos las consecuencias del racismo a diario, con menos posibilidades y menor acceso en el ámbito laboral y mucho más en los lugares de representación y poder, por una estructura que se perpetúa desde el Estado para invisibilizarnos y negarnos como comunidad”, denunció Florencia. Su tía Miriam destacó el compromiso de lucha por la memoria de Marielle: “Ella nos enseñó que no hay que tener miedo. Necesitamos sentirnos dignos de esa lucha y redoblar los esfuerzos para seguir trabajando por la inclusión y la igualdad de derechos, sobre todo de las mujeres negras en este país”, dijo.

Amnistía Internacional ha reiterado la demanda de que un grupo externo e independiente acompañe las investigaciones, como en nuestro país lo solicitó para el caso Maldonado, dada la preocupante demora en el proceso y la falta de respuestas. Mónica Benicio, pareja de Marielle, a horas de hacerse público el arresto de los sospechosos Queiroz y Lessa, había señalado la urgente necesidad de que se conozca la autoría intelectual del crimen, quién mandó a matar a Marielle, pregunta que se hizo hashtag en las redes sociales bajo el hashtag #QuemMandouMatarMarielle.

 

“En Brasil aún no se abolió la esclavitud”

“En Brasil aún no se abolió la esclavitud”

“La ejecución de nuestra compañera Marielle es un crimen político y es necesario que los ojos del mundo se vuelvan para ver lo que está pasando hoy en Brasil”, advierte Taliria Petrone, ante un auditorio expectante en el Hotel Bauen, recuperado y autogestionado por sus trabajadores. En un emotivo acto homenajeó este lunes a su compañera de militancia y amiga Marielle Franco, la concejala brasileña asesinada el 14 de marzo de 2018, en el marco de una creciente militarización de las favelas.

Marielle era concejala de Río de Janeiro por el Partido Socialismo y Libertad (PSOL). Negra, favelera, lesbiana, feminista, y luchadora contra la violencia institucional sufrida por la comunidad afrobrasileña en las favelas, el 14 de marzo pasado, cuando se retiraba de un evento feminista, fue asesinada junto a su chofer Anderson Gomes, de cuatro disparos en la cabeza. Un día antes había publicado en su cuenta de Twitter: “¿Cuántos más tendrán que morir para que esta guerra termine?”, a raíz del asesinato de un joven negro en manos de la fuerzas de seguridad de Río.

Mientras que la policía avanza en la investigación y señala como responsable del asesinato al ala más corrupta y vinculada al narcotráfico de la propia fuerza, organizaciones partidarias y sociales aseguran que se trató de una ejecución política asociada a la militancia de Marielle, perpetrada por grupos paramilitares. En este sentido, subrayan la necesidad de que una comisión independiente lleve a cabo la investigación del hecho.

Concejala Petrone hablando en el Hotel Bauen. Detrás se puede ver una pancarta con la leyenda "Marielle vive".

La concejala denuncia que el 71 por ciento de los jóvenes asesinados en Brasil son negros.

Militarización de la vida

Marielle fue una de las fervientes opositoras a la intervención militar de Río de Janeiro, impulsada en febrero de este año por el presidente brasileño Michel Temer, con el supuesto objetivo de detener el crimen organizado y el narcotráfico. El 28 de febrero fue elegida relatora de la comisión municipal encargada de fiscalizar la intervención. Tras su ejecución, Temer calificó su muerte como un número más en las estadísticas de violencia social que amerita la militarización.

“Marielle era mujer y negra en un país en donde los hijos de las mujeres negras mueren, y eso demuestra que en Brasil aún no se abolió la esclavitud, son sistemáticamente encarcelados y ejecutados”, denunció en el acto homenaje del lunes la también concejala de Río por el PSOL, Taliria.

Las cifras expuestas por Petrone son alarmantes: cada año, 30 mil jóvenes son asesinados por las fuerzas de seguridad en Brasil. De cada 100, 71 son negros. El 40 por ciento de los encarcelados aún no tienen sentencia, la mayoría son negros y están presos por hurtos menores. Solamente el 10 por ciento está preso por crímenes graves. También aumentó más de 500 por ciento el número de mujeres encarceladas en los últimos 10 años, y más del 70 por ciento de esas mujeres son negras y faveleras.

En este sentido, Taliria calificó a la intervención estatal en las favelas como un “genocidio del pueblo negro”: “El mundo tiene que saber esto porque se trata de un genocidio del pueblo negro. La respuesta del Estado, que es el responsable de este exterminio, ha sido reforzar cada vez más esa militarización que también es responsable de la ejecución de Marielle. Hoy Río de Janeiro está militarizado, se trata de una intervención federal militar. Es el Estado en el que la policía más mata y más muere, eso es un refuerzo de una militarización de la vida”, sostuvo.

Andressa Caldas, activista brasileña hablando en la conferencia.

Una de las oradoras fue Andressa Caldas, del Colectivo Passarinho.

“El encarcelamiento de Lula es un ataque a la democracia”

El asesinato de Marielle Franco se enmarca en una coyuntura política caracterizada por el avance de la derecha brasileña contra el Partido de los Trabajadores. El 8 de abril pasado, el ex presidente Luiz Inácio Lula Da Silva, líder petista y principal candidato presidencial en intención de voto, fue encarcelado por una supuesta causa de corrupción. Deberá cumplir la condena de 12 años y un mes de prisión. Sobre el contexto político de Brasil, Taliria se mostró preocupada por los avances contra el sistema democrático. “Es innegable que en este momento, con el impeachment que sufrió Dilma (Rousseff), la selectividad y politización de nuestro Poder Judicial que culminó con la prisión del expresidente Lula y su imposibilidad de disputar las elecciones y sobre todo con la ejecución de Marielle se llega a un nivel de barbarie en que hay que parar y repensar cuál es el camino y para dónde está yendo la democracia brasilera”.

En diálogo con ANCCOM, Petrone calificó al gobierno de Temer de “ilegítimo” por haber asumido “a través de un golpe de Estado”. “Ha avanzado en sistemáticos procesos de quita de derechos”, sostuvo. Y añadió: “Este golpe retrocedió en los avances de los gobiernos de Lula, de Dilma, del PT, más allá de las críticas que tengo a lo que fue ese período”. Para Taliria, “allí se enmarca el crecimiento de la violencia institucional. Su idea (la del actual gobierno) era romper con la idea de gobernar para todo el mundo. Entonces la violencia institucional y urbana de Brasil se profundizó a partir 2016, y es difícil retomar el poder para el pueblo. La prisión de Lula es un ataque frontal a la democracia”.

En este sentido, la concejala de Río afirmó que “el proceso de democratización posdictadura militar en Brasil es incompleto, especialmente para quienes viven en favelas. En Brasil está habiendo un cierre de un régimen que funciona supuestamente dentro de un marco democrático pero que afecta específicamente a algunos cuerpos, no a todos. La ejecución de Marielle fue un punto fuera de la curva, incluso cuando se habla de los asesinatos a defensores de derechos humanos en Brasil, porque tuvo una osadía y un nivel de cobardía que hace recordar tiempos de la dictadura. La clase trabajadora que orienta nuestra lucha es concreta, no es algo etéreo. La clase trabajadora en América Latina tiene género, tiene color, tiene etnia, forma parte de los pueblos originarios, vive en un territorio, y todo eso se personificaba en la figura de Marielle”, agregó.

Marta Dillon mira al auditorio del Hotel Bauen.

Marta Dillon, referente del movimiento Ni Una Menos, fue parte de la conferencia.

El recuerdo de Marielle

Emocionada, Taliria afirmó a ANCCOM que “las mujeres latinoamericanas están muy dolidas y tristes por el asesinato de Marielle”. La figura de la concejala del PSOL es indisociable de su lucha por las causas de género. Ante el auditorio del Bauen, tuvo el mismo discurso: “Marielle era lesbiana en un país que es el mayor asesino de personas LGBTI en todo el mundo. Era activista de derechos humanos. Era también concejala, en un país en el que las mujeres somos mayoría en la población pero somos minoría en la participación en la política formal. En el Congreso sólo el 10 por ciento son mujeres y en el Senado menos del 13 por ciento. Marielle era socialista. Todo eso junto se personificaba en su figura”. Ante este escenario, Taliria dijo a este medio que “el mundo se levanta aún más en defensa de las banderas que llevaba Marielle”, porque “la resistencia por las causas que ella representaba es mundial”.

Al respecto, Marielle planteaba una nueva forma de construcción política, desde el afecto. Taliria coincide: “Tenemos que romper con las formas masculinas de hacer política”, dijo a ANCCOM y agregó: “La política del grito, la política de la disputa, tiene que ser reemplazada por la política de la aproximación. La política que se comparte, se experimenta, se vive. Esa es la política del afecto, de afectarnos entre nosotros. Es dada por el legado ancestral, por los riberinhos, por las mujeres de los pueblos indígenas que tienen una fórmula comunitaria de hacer política. La resistencia debe ser latinoamericana necesariamente, debe ser feminista necesariamente, debe ser anti-racista necesariamente, debe ser indígena necesariamente, debe ser anti capitalista, anti LGBTI fobia, y todo eso se une en lo que era Marielle y en su resistencia, nuestra resistencia”, cerró.

 

Para la libertad

Para la libertad

Liliana Herrero, Juan Falú, Sudor Marika, Las Taradas y Juana Molina le pusieron calor y música a la fría noche de sábado. El festival, organizado por medios alternativos de Argentina y Brasil con la colaboración de organizaciones populares, se llenó pronto con los carteles de “Lula libre” y “Marielle vive”, más tarde sonaron los cantitos contra Macri y luego fue el momento de miles de bocas abiertas de par en par para la foto del grito poderoso de la noche.

Bajo la consigna “Latinoamérica en emergencia”, la plaza fue el reflejo de las problemáticas que cruzan a los dos países: el endeudamiento, la violencia institucional, el debilitamiento de la democracia y el avasallamiento de derechos civiles. “Hay una avanzada oligárquica importante, un mapa en el continente donde el neoliberalismo va poniendo sus fichas. En Brasil fueron a fondo y han puesto en prisión al único que puede poner freno a los grupos concentrados de poder”, afirmó Rafael Klejzer, referente del movimiento popular La Dignidad (MPLD).

Se observa desde el escenario banda de música y una multitud participando del encuentro.

El festival, al que asistieron unas 20 mil personas, contó con la presencia de artistas, referentes políticos y organizaciones populares.

Mientras tanto, en Curitiba, frente a la sede de la Policía Federal donde permanece detenido el ex mandatario brasileño, continúa la vigilia popular y hasta allí, gracias a las redes, llegaron las voces e imágenes del festival en Buenos Aires. Rogerio Tomaz, coordinador de Comunicación del Partido de los Trabajadores de la Cámara baja de Brasil, presente en la plaza, detalló que hay entre 500 y 600 personas acampando provenientes de distintos estados. “Casi todos los días hay algún tipo de ataque, ya sean ofensas verbales o agresiones físicas. Nos tiran piedras y hasta hemos sufrido dos ataques armados donde un compañero resultó herido de gravedad pero ya está fuera de peligro. Aguantamos, no nos iremos hasta que Lula salga en libertad”, declaró.

Mídia Ninja, medio brasileño independiente y autogestionado, participó activamente de la organización de Lula Festiva. Oliver Kornblihtt, uno de sus integrantes, se refirió a la  Casa de la Democracia que instalaron en Curitiba, un espacio autofinanciado que alberga a periodistas y activistas que viajan de todo el mundo para cubrir la vigilia. “Hay mucha circulación, días en que llegamos a ser 70 personas trabajando. Se realizan debates, proyecciones, hay una sala de coworking con equipos de edición e Internet. Transmitimos en vivo todos los días a las nueve de la mañana el simbólico buenos días Lula y publicamos lo que sucede durante cada jornada”, explicó.

Se observa la multitud con imágenes de Lula en alto.

Las imágenes del evento llegaron, gracias a las redes, hasta Curitiba.

El otro reclamo fuerte del festival fue el de verdad y justicia por el asesinato de la concejala feminista Marielle Franco, de 38 años, el pasado 14 de marzo en Río de Janeiro. “Lo de Marielle podría haber pasado en otro momento como un asesinato más de una mujer negra y, sin embargo, se transformó en un símbolo. Lo que los asesinos han querido eliminar no lo han conseguido, porque como todos los símbolos Marielle se siembra en lucha y en rebeldía”, reflexionó la periodista Liliana Daunes después de la lectura de uno de los manifiestos de la noche. “No queremos ni golpes de Estado ni golpes a las mujeres”, sintetizó.

Una de las fundadoras del colectivo Ni una menos, Cecilia Palmeiro, dejó en claro que en estos casos el disciplinamiento funciona a la inversa ya que “matando a Marielle la convirtieron en un ícono para el mundo de la resistencia de las feministas, negras, lesbianas y faveladas. Renueva el compromiso con la lucha y nos muestra que nuestros cuerpos están en peligro y si no nos organizamos nos van a matar de a una”.

Imagen de banda de música tocando sobre el escenario.

“Latinoamérica en emergencia” fue la consigna central del festival.

Sentada desde temprano en la segunda fila frente al escenario, Analba Brazao Texeira, referente del movimiento  Articulación de Mujeres Brasileras (AMB), sostuvo: “El golpe en Brasil fue un golpe patriarcal y racista que fomenta y profundiza actualmente el odio de clase, a las personas negras y a las mujeres. La sociedad brasileña es muy machista y homofóbica, no soporta la resistencia y búsqueda de autonomía de las mujeres. Esa era una de las luchas diarias de Marielle”. También subrayó su preocupación por la asesora de prensa de Marielle, única sobreviviente de la balacera, quien tras prestar declaración para la reconstrucción del hecho debió exiliarse del país ya que su seguridad no estaba garantizada.

Dos mujeres con sus brazos en alto hablando sobre el escenario.

El pedido de verdad y justicia por el asesinato de Marielle Franco sonó fuerte en la plaza.

Luego de cantar acompañada por el guitarrista Juan Falú, Liliana Herrero, en diálogo con ANCCOM, expresó: “Si bien es un momento abismal en Argentina y Latinoamérica, estoy convencida que el arte y la música son una promesa de comunidad libre e independiente y en eso la política debería copiarnos un poco”. Se sumó a la conversación Silvia León, secretaria de Organización de la Asociación de Trabajadores del Estado (ATE), quien reivindicó el papel de las mujeres dentro de las estructuras sindicales, históricamente machistas. “Para que dejen de ser patriarcales debe conformarse un espíritu democrático y participativo que incluya la mirada de la mujer y nuestras formas de forjar alianzas y tomar decisiones”, remarcó.

Las siempre emotivas palabras de Nora Cortiñas, de Madres de Plaza de Mayo – Línea Fundadora, y las canciones de Juana Molina cerraron el festival. El grito “¡Marielle vive y queremos a Lula libre!” retumbó un buen rato, quizás con la esperanza de que se escuche en toda Latinoamérica.